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sábado, 21 de junio de 2025

Comandos: Críticas a "Falta de técnica y doctrina de misiones de reconocimiento"

Patrullas de reconocimiento sin técnica ni doctrina


En la imagen comandos argentinos de la 602 esperando para ser interrogados en Teal Inlet.

Extracto sacado del libro "Comandos en Malvinas -La otra historia", capítulo "Análisis de las operaciones" escrito por el ignoto De Remiro Oyón


...Sin lugar a dudas podemos decir que tanto dentro del EA, como de la ARA y la FAA no existía una doctrina clara sobre el empleo de unidades de comandos en labores de reconocimiento. Increíblemente, las misiones de reconocimiento eran consideradas como secundarias y vistas incluso con desprecio dentro de las diferentes unidades y del propio curso comando. En este curso apenas se les dedicaba tiempo a tales misiones cuando, como todos sabemos, cualquier técnica se domina precisamente dedicándole tiempo y con la repetición práctica de la misma. El problema en el caso argentino es que se desconocían muchas de estas técnicas. Muestra de la visión que se tenía dentro de las unidades argentinas sobre las operaciones de reconocimiento son, por ejemplo, los comentarios del My. Rico en varias entrevistas. El comandante de las 602 alude a que sus hombres fueron malgastados en misiones de reconocimiento cuando deberían haber sido utilizados en golpes de mano contra objetivos de alto valor. Según palabras textuales de Rico, las misiones de exploración no valen la pena y, además, pueden ser realizadas por otras unidades. (222)
Este trasnochado pensamiento de los argentinos respecto a las patrullas de reconocimiento y las consecuencias derivadas de él, chocan totalmente con la práctica vigente en aquellos años en las unidades de los países con experiencia y continuos conflictos como Israel o Sudáfrica o incluso las naciones de la OTAN. En estos países, las misiones de reconocimiento ocupaban en gran medida las horas de entrenamiento y los recursos de las unidades especiales, y eran apreciadas por los cuarteles generales como multiplicadores de fuerza y como un recurso de alto valor para el desarrollo de posteriores operaciones. Los países de la OTAN incluso habían establecido en 1979 una escuela internacional de adiestramiento para patrullas de reconocimiento en profundidad en la localidad de Weingarten, Alemania. Este centro tenía el propósito de mejorar procedimientos, unificar protocolos y reducir costes de formación. También la entonces URSS concedía gran importancia a las patrullas de reconocimiento. Después de Malvinas, las operaciones de los comandos argentinos se estudiaron en muchos centros de instrucción y en escuelas de todo el mundo, siendo utilizadas como modelo de lo que no había que hacer, como por ejemplo en el SWCS (Special Warfare Center and School/Escuela y Centro de Guerra Especial) John F. Kennedy norteamericano en Fort Bragg donde los errores de las patrullas argentinas estuvieron en el temario desde 1984 hasta al menos 1992. Pero fue sobre todo en Weingarten donde, gracias en parte a instructores británicos allí destinados, se conocieron y difundieron a nivel internacional los graves errores de las unidades de comandos argentinas. A partir de entonces dichos errores fueron utilizados en las escuelas y cursos comando de muchos países como ejemplos de los errores a evitar. Una vieja máxima militar dice: «El tiempo gastado en reconocimiento nunca es tiempo malgastado», algo que las Fuerzas Armadas Argentinas y sus unidades de comandos no parecieron tener muy interiorizado y tuvieron que aprender por las malas.

(222) Héctor R. Simmeoni. Malvinas Contrahistoria. Pag. 60.


Críticas a "Falta de técnica y doctrina de misiones de reconocimiento"


Este texto pretende analizar de forma crítica el desempeño de las unidades de comandos argentinas durante la Guerra de Malvinas, pero cae en un sensacionalismo didáctico y un tono casi condescendiente que no solo distorsiona la complejidad del contexto histórico, sino que también descalifica de manera excesiva sin ofrecer un análisis equilibrado o propositivo. Aunque el autor intenta abordar un tema relevante, el texto está plagado de generalizaciones, omisiones importantes y juicios poco rigurosos que lo convierten más en una diatriba que en un verdadero estudio crítico.

Para empezar, el texto abre con una afirmación categórica: que dentro del Ejército Argentino, la Armada y la Fuerza Aérea no existía una doctrina clara sobre el empleo de unidades de comandos en labores de reconocimiento. Si bien es cierto que la doctrina argentina en Malvinas presentaba notables deficiencias, esta declaración ignora los desafíos estructurales, históricos y logísticos que enfrentaban las fuerzas armadas en un conflicto para el cual no estaban completamente preparadas. El contexto de un enfrentamiento desigual frente a una potencia militar superior como el Reino Unido es relegado al margen, y el autor simplifica los problemas como si fueran el resultado exclusivo de la incompetencia o la falta de visión.

El uso de testimonios de figuras como el Mayor Rico es otro ejemplo de cómo el texto cae en simplificaciones. Rico menciona que sus hombres fueron "malgastados" en misiones de reconocimiento, y el autor utiliza estas declaraciones para reforzar su narrativa de que las fuerzas argentinas tenían una visión arcaica del reconocimiento militar. Sin embargo, no se explora si esta crítica de Rico estaba vinculada a limitaciones operativas, la falta de recursos o una estrategia impuesta desde niveles superiores. Al sacar las declaraciones de contexto, el texto refuerza su tono condenatorio en lugar de analizar las causas profundas de estas decisiones.

El autor procede a comparar la falta de preparación argentina con las prácticas de países como Israel, Sudáfrica o las naciones de la OTAN, describiendo cómo en estas fuerzas el reconocimiento ocupaba un lugar central en la formación y planificación. Si bien es cierto que las fuerzas especiales de estos países dedicaban una atención considerable a las patrullas de reconocimiento, el texto ignora que estos ejércitos operaban en contextos completamente diferentes, con años de experiencia acumulada en conflictos prolongados y una infraestructura militar y doctrinal muy superior. Contrastar estas realidades tan dispares sin considerar las diferencias en recursos, entrenamiento y experiencia histórica no es solo injusto, sino intelectualmente perezoso.

El texto también se apoya en el argumento de que las operaciones de los comandos argentinos fueron estudiadas internacionalmente como ejemplo de lo que no debía hacerse, mencionando su inclusión en el temario de centros como el SWCS de Fort Bragg y la escuela de Weingarten en Alemania. Aunque esto podría ser cierto, la manera en que se presenta denota un ánimo casi burlón, restando valor a los esfuerzos y sacrificios de los soldados argentinos que operaron en condiciones extremas. Además, no se reconoce que los errores son una fuente de aprendizaje en todas las fuerzas armadas, incluidas las más avanzadas, y que el análisis de los fracasos no invalida el coraje y la entrega de quienes estuvieron en el terreno.

Uno de los mayores problemas del texto es su enfoque superficial sobre el contexto estratégico y logístico de las fuerzas armadas argentinas. En lugar de analizar cómo las limitaciones estructurales, la falta de equipamiento adecuado y la improvisación producto de decisiones políticas de último minuto afectaron las operaciones, el autor opta por caricaturizar las fallas como simple ignorancia o desinterés. Frases como "las misiones de exploración no valen la pena" son repetidas sin un análisis crítico de las circunstancias que llevaron a esas declaraciones, reforzando un retrato injustamente unidimensional de las fuerzas argentinas.

Finalmente, el autor cierra con una sentencia que, aunque válida en el ámbito teórico, suena casi insultante en este contexto: "El tiempo gastado en reconocimiento nunca es tiempo malgastado". Si bien esta máxima militar es cierta, su inclusión como un golpe de cierre refuerza el tono condescendiente del texto, que parece más interesado en denostar que en comprender. La crítica no reconoce que el aprendizaje militar, como en cualquier disciplina, es un proceso continuo y que incluso las fuerzas más preparadas han cometido errores que luego han servido como base para su evolución.

En resumen, el texto presenta un análisis unilateral y superficial de las operaciones de reconocimiento de los comandos argentinos en Malvinas. Aunque señala problemas reales, lo hace con un tono despectivo que carece de empatía y profundidad. También exige que las tropas comandos, que debutaban en combate luego de haber sido creadas menos de cuatro años antes, se comportaran al nivel de los Boinas Verdes o SAS, que ya llevaban decenas de campañas al hombro. Una verdadera crítica debería abordar las limitaciones sistémicas, el contexto del conflicto y las decisiones estratégicas con mayor equilibrio, reconociendo tanto las fallas como los esfuerzos de quienes estuvieron en el terreno. Finalmente, este texto escrito por extranjeros, hablando de "los argentinos" en tercera persona, no hace más que reflejar su funcionalidad operativa como un simple panfleto de propaganda británica con el fin de menospreciar el rendimiento de las fuerzas argentinas que con muy poco hicieron lo que pudieron. Este texto, lamentablemente, se limita a juzgar desde una posición de superioridad, sin ofrecer un análisis completo ni soluciones constructivas.

El libro no es más que un producto de agentes probritánicos tendientes a disminuir el enorme valor de las tropas de fuerzas especiales en el conflicto. Sería supinamente idiota tomarlas como críticas válidas o insesgadas. Simplemente otro producto de la enorme campaña realizada por la inteligencia británica para desmerecer y desincentivar el reclamo de los derechos argentinos sobre nuestras islas.


jueves, 22 de mayo de 2025

Comandos: Crítica a la propaganda británica del "El error de los errores"

Crítica a la propaganda británica

El error de los errores



En la foto comandos de la 601 operando en la zona de San Carlos a plena luz del día.


Extracto sacado del libro "Comandos en Malvinas -La otra historia", capítulo "Análisis de las operaciones". Libro disponible en papel y e-book en Amazon. Recomiendo estrictamente NO COMPRARLO.


Todos hemos leído innumerables veces que el gran error de los comandos argentinos en Top Malo fue ingresar en la casa para pasar la noche. ¿Pero que hubiera pasado si nadie los hubiera visto entrar?
...Pero si los comandos argentinos de la 602 cometieron un error digno de pasar a la historia y que sobresale sobre todos los demás fue el de ponerse a marchar nada más ser dejados por los helicópteros, es decir a plena luz del día. Una vez en tierra, el tremendo error de volar durante la mañana ya no tenía solución, pero comenzar a moverse hacia la cima del monte Simon nada más descender de los helicópteros fue sin duda alguna un acto casi suicida, desde luego inconsciente y que deja bien a las claras que estos hombres no tenían la más mínima idea de lo que hacían. El terreno de Malvinas, compuesto principalmente por colinas y llanuras sin vegetación, propiciaba la observación a distancia. Esto permitía a los observadores británicos, ocultos en las ventajosas posiciones de sus OP y equipados con telescopios, vigilar el terreno a muchos kilómetros de distancia a su alrededor. Una vez en tierra, una alternativa que Vercesi podría haber escogido como un mal menor hubiese sido permanecer inmóviles. Los hombres podrían haberse ocultado lo mejor posible en espera de la noche confiando en que su infiltración hubiese pasado desapercibida o esperando que si los británicos los habían detectado no tuviesen tiempo de reaccionar contra ellos. Pero, ¿moverse durante el día? ¿En un terreno como Malvinas? ¿Y, además, ascendiendo una altura? Es un comportamiento totalmente irracional y que unos verdaderos comandos nunca hubieran llevado a cabo, menos en una situación de claro dominio británico como el que ya existía.
Pero para saber esto no hacía falta ser un comando. Un simple soldado de conscripción realizando su servicio militar, si ha prestado atención en sus clases teóricas sabe que eso no se puede hacer. Ni siquiera hace falta ser militar solo hay que tener un poco de lógica, un niño de ocho años que habitualmente juegue al escondite, es capaz de entender que si no quieres que te vean en un terreno despejado y con luz, simplemente no debes moverte. Para un observador británico escondido entre las rocas de alguna colina que escaneaba concienzudamente el terreno a su alrededor, un hombre cargado avanzando por los turbales de Malvinas, sin importar el camuflaje que llevara, resaltaba como un punto negro entre los colores principalmente suaves de los páramos de turba de Malvinas. Si la distancia era excesiva, el observador no estaba concentrado o estaba ya cansado, existía la remota posibilidad de que no fuera localizado. Pero si a este hombre cargado, le añadimos doce más y encima les hacemos ascender un monte o una colina o descender de ella y, además, sobre la nieve, como hicieron el día 30, la marcha de los comandos de la 1ª Sección de la 602 fue prácticamente como encender un mechero en una habitación a oscuras, algo así como decir: «¡Eh, chicoooos, aquí estaaamoooos!». Esta inconsciente práctica fue algo normal entre las patrullas del GOE, la 601, la 602, la APCA y la APBT. 



Una crítica al “error de los errores”: cuando la arrogancia editorial supera al análisis militar

El extracto de “Comandos en Malvinas – La otra historia”, capítulo “Análisis de las operaciones”, pretende ser un examen táctico de las acciones argentinas en Malvinas. Pero en lugar de brindar una lectura analítica, se convierte rápidamente en un desfile de superioridad moral ex post facto, plagado de condescendencia, simplismos y analogías de jardín de infantes. Lo que podría haber sido una contribución crítica valiosa se transforma en un acto de autosatisfacción editorial, una especie de "yo lo hubiera hecho mejor" desde la comodidad del escritorio.

¿Errores hubo? Por supuesto. Pero este texto no analiza errores: los ridiculiza. No los contextualiza: los infantiliza. Llamar a decisiones tomadas en condiciones de extrema presión “un comportamiento totalmente irracional” sin un gramo de comprensión sobre las variables del terreno, la información incompleta, la moral de la tropa y la dinámica de la guerra real es, en sí mismo, un error monumental. ¿Y qué hace el autor? Lo amplifica con un tono burlón, como si estuviera criticando a un equipo juvenil de paintball. Más aún, considera que los comandos argentinos, que debutaban en combate en este conflicto, debieran haber aprendido de la guerra de Afganistán en 2004...

Comparar el accionar de comandos entrenados con “un niño de ocho años que juega a las escondidas” no es sólo pueril: es ofensivo. No para los comandos, que al menos estuvieron allí, sino para el lector con mínima capacidad crítica que exige más que analogías de recreo escolar. ¿Dónde está el análisis táctico real? ¿Dónde la comprensión de la estructura de mando, del contexto estratégico, de la doctrina operativa bajo la que actuaban esas unidades? Nada. En cambio, el autor prefiere disparar adjetivos y hacer piruetas de sarcasmo, como si eso sustituyera al pensamiento riguroso.

El tono omnisciente del texto tampoco ayuda. Se nos presenta como verdad revelada que los hombres "no tenían la más mínima idea de lo que hacían", como si una patrulla bajo fuego enemigo, en un entorno hostil, con medios limitados, tuviera el lujo de detenerse a considerar el juicio de un autor que escribe cuarenta años después, con mapas, informes desclasificados y Google Earth a su disposición.

¿Y qué decir del tratamiento hacia la figura de Vercesi? Se lo convierte en un chivo expiatorio perfecto, el villano torpe de una narrativa que necesita sí o sí a un culpable claro. Porque, claro, siempre es más fácil señalar desde el futuro que entender las decisiones en su propio presente. Se le pide a los comandos que actúen cómo si las restricciones operativas del terreno y de las fuerzas argentinas no funcionaran con ellos.

En definitiva, el texto no busca explicar. Busca sentenciar. No analiza: se burla. Es una crítica sin humanidad, sin historia y sin honestidad intelectual. Una oportunidad desperdiciada de iluminar un episodio complejo, convertida en una caricatura arrogante que no honra ni el oficio del análisis ni la memoria de quienes combatieron. Muchachos del MI6, ya estamos grandes para estas operaciones de desmalvinización. A ver si cambian el formato: los comandos argentinos hicieron correr a los Royal Marines (Puente Murrell), combatieron y mataron a miembros del SAS (Gran Malvina), todo eso en su debut operacional. Combatan a los inmigrantes musulmanes que pronto no van a tener más país al que hacerle propaganda.



miércoles, 30 de abril de 2025

RN: Patrullajes de SSN británicos en las costas argentinas

Patrullajes británicos en Aguas Argentinas



 

Desde 1983 en adelante, la Marina Real británica llevó a cabo una serie de patrullas encubiertas de inteligencia submarina y vigilancia costera frente a Argentina, rastreando buques de guerra y monitoreando aeronaves. Después de que terminó la Guerra de las Malvinas, un submarino nuclear de la Marina Real (SSN) fue asignado como recurso a los comandantes del Reino Unido. En enero de 1983, este era el HMS VALIANT. La inteligencia indicaba que la amenaza estaba creciendo, y se envió al HMS OSIRIS para monitorear la costa y, si era posible, rastrear los submarinos argentinos Tipo 209 (SSK). El HMS OSIRIS se desplegó hacia el sur, entrando en el teatro de operaciones el 27 de febrero y realizando operaciones para monitorear el tráfico marítimo, construir un patrón de vida y rastrear la actividad marítima y aérea, mientras estaba entre 12 y 40 millas de la costa argentina. Se mantuvo ocupada y en alerta en todo momento. Operando frente a Mar del Plata, una base naval clave de Argentina, el OSIRIS operaba a la vista de la tierra, utilizando la costa argentina como referencia de navegación y teniendo a la vista edificios importantes.



En una ocasión, el OSIRIS rastreó activamente al rompehielos argentino Almirante Irízar (que aún está en servicio hoy en día), monitoreando su paso de forma encubierta y realizando operaciones de recolección de inteligencia. En otra ocasión, rastrearon a la corbeta A69 GUERRICO, con el barco en estado de alerta máxima cuando la pequeña fragata se acercó peligrosamente al OSIRIS, que la monitoreó y rastreó de manera encubierta. ¡Operar a la vista de buques de guerra argentinos era una jugada audaz! Se realizó una amplia vigilancia por radar aéreo, detectando aviones S2 Trackers y Skyhawks, lo que permitió a la Marina Real construir un sólido panorama de la actividad aérea argentina. El OSIRIS se dirigió hacia el sur y se unió al HMS VALIANT para realizar operaciones de vigilancia frente al sur de Argentina, aunque parece que había más objetivos de interés cerca de Mar del Plata. Los argentinos eran ajenos a los submarinos de la Marina Real espiando frente a su costa. Lamentablemente, los submarinos Tipo 209 no salieron al mar hasta que fue demasiado tarde, cuando el OSIRIS estaba a 250 millas de distancia, lo que indica una sólida capacidad de inteligencia ya en funcionamiento para monitorear los movimientos navales argentinos. Volvió nuevamente con un sonar remolcado para otra revisión. Estas patrullas continuaron hasta que quedó claro que no había amenaza, aunque los ministros decidieron mantener al OSIRIS en la zona durante los ejercicios argentinos en abril como una buena oportunidad de inteligencia. También surgió que en el aniversario del hundimiento del BELGRANO, había dos SSN en servicio. La Marina Real continuó realizando operaciones submarinas al menos el 50% del año frente a las Malvinas hasta la década de 1990, cuando el nivel de amenaza cambió y se redujeron los despliegues. El SSN estaba en estado de alerta con 14 días de antelación, pero las patrullas incluían "detección planificada" para mostrar presencia. El fin de la Guerra Fría marcó el fin de la presencia significativa de submarinos nucleares y convencionales de la Marina Real en la región, aunque es probable que algunos despliegues y visitas hayan ocurrido desde entonces. Afortunadamente, las mejores relaciones significan que la amenaza ahora es insignificante. Texto de Sir Humphrey, Traducio para Argentina At War. Fuente: Archivos Secretos de la Royal Navy.

sábado, 7 de diciembre de 2024

B707 encuentra al Onyx en el Atlántico Sur

B707 caza un Oberon





El submarino convencional británico de la clase Oberon HMS Onyx “cazado” en superficie por el Boeing 707 "Tronco" de la Fuerza Aérea Argentina el 21 de mayo de 1982. Los Oberon tenían una mayor velocidad en superficie que dando snorkel siendo de elección para navegaciones largas… en aguas seguras.
El Onyx realizó la mayoría de su transito del Atlántico norte al Sur en superficie, una navegación meritoria para un submarino convencional y que demostró la limitación que tienen los buques convencionales respecto a los nucleares con los SSN de la Royal Navy realizando un tránsito cómodo (no exento de problemas) a una velocidad media de 23/24 nudos en inmersión
Foto: Fuerza Aérea Argentina

martes, 30 de agosto de 2022

Jesús Pereyra, el comando anfibio que fue a San Carlos

Un santafesino en el Beagle, Malvinas, y el Golfo Pérsico

Por Javier Alfonso || La Opinión

 
Jesús Alberto Pereyra (62), es un santafesino nacido en la localidad de Clarke (Dpto. San Lorenzo), y que lo une a nuestra ciudad el vínculo familiar, ya que es primo hermano del rafaelino Domingo Barberis.
La particularidad de Pereyra es que pertenece a un puñado de hombres que quedó grabado para siempre en la historia argentina, ya que Jesús es un soldado profesional de la Armada Argentina, que como comando anfibio (buzo), fue uno de los primeros en desembarcar y tocar tierra en la recuperación de nuestras Islas Malvinas, en la fría mañana del 2 de Abril de 1982. En aquel momento Jesús contaba con 30 años.
Y la historia no termina allí, ya que Pereyra también pertenece al selecto grupo de soldados profesionales que el Gobierno Argentino envió en 1990-1991 a participar de la Guerra del Golfo (defensa de Kuwait y primera guerra contra el gobierno del iraquí Saddam Hussein), cuando la Argentina prestó tareas de apoyo a las fuerzas de la OTAN.
Pereyra participó del desfile del 9 de Julio que tuvo lugar en Rafaela, en el grupo de veteranos de Malvinas, siendo la primera vez que participa en un acto de estas características en la provincia de Santa Fe.
Retirado en 2003 de la Marina, hoy Pereyra vive en Pehuén-Có (Pcia. de Buenos Aires) como docente en la Marina mercante. El día de la fecha patria, Jesús honró con su visita la Redacción de LA OPINION.

LOS INICIOS Y EL BEAGLE
Sobre sus inicios, contó que la elección de su carrera fue casi accidental, ya que estando de joven en Rosario, a los 17 años, se anotó en una oficina que incorporaba jóvenes para la Armada. "Ni bien llegué a la primera Plaza de Armas de la Marina me di cuenta de que eso era lo que yo quería para mi vida. Lo tomé con mucha vocación y seriedad. Curso que había me anotaba", comentó.
Así, recaló en una unidad de tropas especiales, que es la Agrupación de Comandos Anfibios de la Infantería de Marina, cumpliendo tareas de frontera, en la montaña, en la selva, saltando en paracaídas, como buzo, "todos los medios de aproximación conocidos para alcanzar objetivos especiales", señaló; aprendiendo no sólo en la Armada sino también en el Ejército. En tiempos de la guerra de Malvinas su base estaba en Mar del Plata.
Pereyra narró que también estuvo en el conflicto del canal del Beagle con Chile en 1978.
"Estaba en la selva, me subieron a un avión y bajé en Ushuaia", dijo. En ese conflicto con Chile, comentó que tuvo que participar en "tareas previas al inicio del combate", afirmando que se estuvo a un paso de iniciar esa guerra. "Ya tenía mi misión asignada, que era volar una destilería que tenían los chilenos en Cuyen (Puerto Montt). Estuvimos ahí, y horas antes nos llegó el informe por radio de cancelar la misión", afirmó.

MALVINAS
"Me enteré que iba a Malvinas el día antes de desembarcar en Malvinas, cuando ya estábamos en el barco", aseguró contundentemente. "Fue totalmente secreto, hasta para nosotros", añadió. Dijo que se dio cuenta de que iba a un combate por los aprestos: armamento nuevo, equipos y muchas municiones que llevaban. "La orden es que debía ser incruenta, sin herir ni matar a nadie", apuntó.
El marino dijo que la operación iba a ser el 1 de abril, pero que por las condiciones climáticas y el mar "picado" debió suspenderse. Al día siguiente se produjo el desembarco; "allí perdimos un helicóptero y botes. También los tambores de nafta, por eso fuimos en los botes neumáticos sólo con nafta para la ida. El buque nos desembarcó no muy lejos, a unos 5 km. de la costa", señaló.
"Los ingleses -continuó- ya nos esperaban. Se habían enterado por Radio Colonia de Uruguay, y a las 22 empezamos las tareas", dijo Jesús. Gráficamente, debió bajar en medio de la oscuridad, en un mar helado y picado a 5 kilómetros de la costa más cercana, solamente con nafta para la ida. "También estaba lleno de algas, que eran como enredaderas y nos trababan las hélices de los motores", agregó. "Yo iba a la vanguardia, teníamos un kayak y un bote neumático y así desembarcamos en una playita de 60 metros, que para el propósito servía", dijo.
Al desembarco hubo combates, y no fueron gratuitos. "Tuvimos la baja del capitán Pedro Giachino que era el jefe de mi grupo, el primer argentino caído en combate", afirmó Pereyra con cierta tristeza, comentando que luego de eso volvieron a Río Gallegos y luego a su base a Mar del Plata.
No por mucho tiempo. "El 4 de abril me fueron a buscar a mi casa para decirme que tenía que volver a Malvinas, y el 7 de abril ya estaba allá. Mi primera tarea fue censar quienes vivían en el campo, quitarles armas y comunicaciones, y tomamos como prisioneros a algunos soldados ingleses infiltrados del SAS".
"Cuando los ingleses desembarcaron en San Carlos -prosiguió- la cosa se puso más difícil. Ahí mi tarea era infiltrarme, tomar información y pasarla. Luego de 7 días, el helicóptero nunca vino a buscarnos y debimos empezar una marcha a pie de retorno de 90 km hacia Puerto Argentino", señaló.
Y puntualizó que "llegando a 7 km de Puerto Argentino, ya había tropas inglesas y yo no lo sabía, así que ingresé y nos emboscaron. Caí herido con un compañero, y prisionero" detallando que recibió heridas de bala graves en el pie y esquirlas en la espalda.
Eso fue el 31 de mayo y quedó prisionero hasta el 24 de junio de 1982. "Nos recibieron -prosiguió- agentes ingleses de inteligencia que nos trataron muy mal y nos golpearon, pero más que nada era un amedrentamiento psicológico. Luego el trato fue más honorable", aseguró. Incluso fueron los mismos ingleses quienes lo operaron de sus heridas, con una "atención hospitalaria excepcional, y una segunda operación en el buque Canberra. Tenía un pie muy mal, casi para amputarlo, pero sin embargo sus médicos me lo salvaron", dijo.
Finalmente, el 24 de junio el buque Canberra lo bajó en Puerto Madryn y de allí volvió a Mar del Plata, comentando que las fuerzas argentinas ya lo habían dado por muerto. "Desaparecido en combate" estaba Pereyra técnicamente. Luego de finalizada la guerra, Jesús permaneció en la Marina hasta el 2003 cuando se retiró.

GOLFO PERSICO
Pasados los años, Pereyra se especializó en «Guerra química, biológica y nuclear» y siendo instructor en una escuela, ocurre la invasión de Irak a Kuwait y la intervención de EE.UU. y la OTAN. El gobierno argentino decidió intervenir enviando dos barcos y Pereyra recibió la orden de incorporarse a la dotación de uno de ellos, como especialista en protección contra guerra química. Allí permaneció 7 meses -en Emiratos Arabes- desde 1990 al '91.
Pasado el tiempo, en 2003, se retiró luego de un frondoso servicio. Cuando fue a Malvinas estaba casado y tenía un hijo de tres años; y al día de hoy varios nietos.

miércoles, 20 de abril de 2022

ASW: Neptunos sobre Chile y Malvinas

P2V Neptunes

Parte II
Weapons and Warfare





"La tortuga truculenta"

El tercer P2V-1 de producción fue elegido para una misión que estableció récords, aparentemente para probar la resistencia de la tripulación y la navegación de largo alcance, pero también con fines publicitarios: mostrar las capacidades del último bombardero de patrulla de la Armada. Su apodo era "La tortuga", que estaba pintado en la nariz del avión (junto con una caricatura de una tortuga fumando una pipa pedaleando un dispositivo conectado a una hélice). Sin embargo, en comunicados de prensa inmediatamente antes del vuelo, la Marina se refirió a ella como “La tortuga truculenta”.

Cargado con combustible en tanques adicionales instalados en prácticamente todos los espacios libres de la aeronave, “The Turtle” partió de Perth, Australia hacia los Estados Unidos. Con una tripulación de cuatro (y un canguro gris de nueve meses, un regalo de Australia para el zoológico de Washington, DC), el avión partió el 9 de septiembre de 1946 con un RATO (despegue asistido por cohete). Dos días y medio (55h, 18m) más tarde, "The Turtle" aterrizó en Columbus, Ohio, 11.236,6 millas (18.083,6 km) desde su punto de partida. Fue el vuelo sin reabastecimiento más largo realizado hasta ese punto: 4.000 millas (6.400 km) más largo que el récord del Boeing B-29 Superfortress de la USAF. Esto se mantendría como el récord absoluto de distancia sin repostar hasta 1962 (superado por un Boeing B-52 Stratofortress de la USAF), y permanecería como un récord con motor de pistón hasta 1986 cuando la Voyager de Dick Rutan lo batiría en el proceso de circunnavegar el mundo. “La tortuga” se conserva en el Museo Nacional de Aviación Naval en NAS Pensacola.


Primera Guerra Fría

Antes de la introducción del P-3 Orion a mediados de la década de 1960, el Neptune era la principal patrullera antisubmarina terrestre de EE. UU., Destinada a ser operada como cazador de un grupo "Cazador-Asesino", con Destructores empleados. como asesinos. Varias características ayudaron en esta tarea:

Los Sonobouys podrían lanzarse desde una estación en la parte trasera del fuselaje y monitorearse por radio.

Algunos modelos estaban equipados con ametralladoras gemelas calibre .50 "apuntables" en la nariz, la mayoría tenía una burbuja de observación hacia adelante con un asiento de observador, una característica que se ve en varias de las imágenes.

Se instaló un detector de anomalías magnéticas en una cola extendida, produciendo un gráfico de papel. Los gráficos sin marcar no se clasificaron, pero los que tenían anotaciones se clasificaron como secretos.

Un radar de búsqueda de superficie montado en el vientre permitió la detección de submarinos en la superficie y con esnórquel a distancias considerables.

A medida que el P-2 fue reemplazado en la Armada de los EE. UU. Por el P-3A Orion en escuadrones activos de la Flota a principios y mediados de la década de 1960, el P-2 continuó funcionando en la Reserva Aérea Naval hasta mediados de la década de 1970, principalmente en su versión SP-2H. A medida que los escuadrones de la Flota activos pasaron a los P-3B y P-3C a mediados y finales de la década de 1960 y principios de la de 1970, los P-2 de la Reserva Naval fueron finalmente reemplazados por P-3A y P-3B y el P-2 salió activo Servicio naval de Estados Unidos. VP-23 fue el último escuadrón de patrulla en servicio activo en operar el SP-2H, retirando su último Neptuno el 20 de febrero de 1970.

Bombardero nuclear

Al final de la Segunda Guerra Mundial, la Marina de los Estados Unidos sintió la necesidad de adquirir una capacidad de ataque nuclear para mantener su influencia política. A corto plazo, los aviones basados ​​en portaaviones fueron la mejor solución. Las municiones nucleares en ese momento eran voluminosas y requerían un gran avión para transportarlas. La Armada improvisó un avión de ataque nuclear basado en un portaaviones modificando el P2V Neptune para el despegue del portaaviones utilizando propulsores de cohetes de despegue asistido por chorro (JATO), con pruebas iniciales de despegue en 1948. Pero el Neptune no pudo aterrizar en un portaaviones, por lo que la tripulación tampoco tuvieron que dirigirse a una base terrestre amiga después de un ataque, o hacer una zanja en el mar cerca de un buque de la Armada de los EE. Fue reemplazado en esta función de emergencia por el norteamericano AJ Savage, el primer avión de ataque nuclear que era totalmente capaz de operaciones de lanzamiento y recuperación de portaaviones; también duró poco en ese papel, ya que la Marina estaba adoptando aviones de ataque nuclear totalmente propulsados ​​por reactores.

Operaciones encubiertas variantes P2V-7U / RB-69A

En 1954, en el marco del Proyecto Cherry, la Agencia Central de Inteligencia de EE. UU. (CIA) obtuvo cinco P2V-7 de nueva construcción y los convirtió en variantes P2V-7U / RB-69A por Lockheed's Skunk Works en Hangar B5 en Burbank, California, para la propia CIA. Flota de aviones ELINT / hurón encubiertos. Más tarde, para compensar las pérdidas operativas del P2V-7U / RB-69A, la CIA obtuvo y convirtió dos P2V-7 de la Marina de los EE. UU. Existentes, uno en septiembre de 1962 y otro en diciembre de 1964 al estándar P2V-7U / RB-69A Fase VI, y también adquirió un P2V-5 más antiguo de la Marina de los EE. UU. como avión de entrenamiento en 1963. Vuelos de prueba realizados por aviones líderes en Edwards AFB desde 1955 hasta 1956, todos los aviones pintados con color azul marino oscuro pero con marcas de la USAF. En 1957, se envió un P2V-7U a Eglin AFB para probar el rendimiento de la aeronave a bajo nivel y en condiciones adversas. Los dos aviones iniciales fueron enviados a Europa, con base en Wiesbaden, Alemania Occidental, pero luego fueron retirados en 1959 cuando la CIA redujo sus activos de aviones encubiertos en Europa. La CIA envió los otros dos P2V-7U / RB-69 En cuanto a la Base Aérea de Hsinchu, Taiwán, donde en diciembre de 1957, fueron entregados a una unidad de "Operaciones Negras", el Escuadrón 34, más conocido como el Escuadrón Murciélago Negro, de la Fuerza Aérea de la República de China (| ROCAF / Taiwán ); estos fueron pintados con las marcas ROCAF / Taiwán. La misión del P2V-7U / RB-69A de ROCAF / Taiwán era realizar vuelos de penetración de bajo nivel en China continental para realizar misiones de ELINT / hurón, incluido el mapeo de las redes de defensa aérea de China, la inserción de agentes a través de lanzamientos aéreos y el lanzamiento de folletos y suministros. El acuerdo de negación plausible entre el gobierno de EE. UU. Y la República de China significaba que el RB-69A estaría tripulado por la tripulación de ROCAF / Taiwán mientras realizaba misiones operativas, pero sería tripulado por la tripulación de la CIA al transportar el RB-69A desde Taiwán u otra área operativa a EE.

El P2V-7U / RB-69A voló con ROCAF / Escuadrón de murciélagos negros de Taiwán sobre China desde 1957 hasta noviembre de 1966. Los cinco aviones originales (dos se estrellaron en Corea del Sur, tres derribados sobre China) perdieron con todas las manos a bordo. En enero de 1967, dos RB-69A restantes volaron de regreso a NAS Alameda, California, y se convirtieron de nuevo a configuraciones regulares de aviones P2H / P2V-7 ASW de la Marina de los EE. UU. La mayoría de las misiones Black Op del 34 ° Escuadrón aún permanecen clasificadas por la CIA, aunque un anteproyecto interno de la CIA, Reconocimiento técnico de bajo nivel sobre China continental (1955-66), referencia CSHP-2.348, escrito en 1972 que cubre CIA / ROCAF / Se sabe que las misiones Black Op del 34o Escuadrón de Taiwán existen, pero la CIA no las desclasificaría hasta después de 2022.

Guerra de Vietnam

Durante la Guerra de Vietnam, el Neptune fue utilizado por la Armada de los EE. UU. como un helicóptero de combate, un avión de reconocimiento y despliegue de sensores por tierra, y en su función tradicional de avión de patrulla marítima. El Neptune también fue utilizado por la Primera Compañía de Investigación de Radio (Aviación) del Ejército de los EE. UU., el distintivo de llamada "Crazy Cat", ubicado en Cam Ranh Bay, como un avión "hurón" electrónico. El Escuadrón de Observación 67 (VO-67), distintivo de llamada "Lindy", fue el único escuadrón de aviones P-2 Neptune que recibió la Mención de Unidad Presidencial. VO-67 perdió tres aviones OP-2E y 20 tripulantes a causa del fuego terrestre durante sus misiones secretas en Laos y Vietnam en 1967–68. El avión secreto RB-69A / P2V-7U ELINT / SIGINT de la ROCAF / Taiwán voló un reconocimiento electrónico de bajo nivel desde Da Nang, sobrevolando la provincia de Thanh Hoa el 20 de agosto de 1963 para investigar una zona de caída de reabastecimiento de aire que resultó ser un trampa para una misión de lanzamiento aéreo C-123B de la Fuerza Aérea de la República de China (ROCAF) 10 días antes debido a que los agentes insertados en el aire habían sido capturados y devueltos. El año próximo, el avión RB-69A / P2V-7U del 34 ° Escuadrón también realizó una misión de mapeo de radar de defensa aérea en Vietnam del Norte y Laos en la noche del 16 de marzo de 1964. El RB-69A despegó de Da Nang, voló por el Golfo de Tonkin antes de arribar cerca de Haiphong, luego voló por Vietnam del Norte y la frontera de Laos. La misión fue solicitada por SOG para ayudar a planificar la inserción o reabastecimiento de agentes. Se detectaron siete sitios AAA, 14 sitios de radar de alerta temprana y dos señales de radar CGI.

Guerra de Malvinas

La Aviación Naval Argentina había recibido al menos 16 Neptunes en diferentes variantes desde 1958, incluidos ocho ex-RAF para su uso en la Escuadrilla Aeronaval de Exploración. Fueron utilizados intensamente en 1978 durante la Operación Soberanía contra Chile, incluso sobre el Océano Pacífico.



Durante la Guerra de las Malvinas (español: Guerra de las Malvinas) en 1982, los dos últimos fuselajes en servicio (2-P-111 y 2-P-112) jugaron un papel clave de reconocimiento y ayuda a Dassault Super Étendards, particularmente en el 4 Puede atacar contra HMS Sheffield. La falta de repuestos, causada por la promulgación de un embargo de armas por parte de Estados Unidos en 1977 debido a la Guerra Sucia, llevó al tipo a ser retirado antes del final de la guerra; El C-130 Hércules de la Fuerza Aérea Argentina asumió la tarea de buscar objetivos para aviones de ataque.

En 1983, la unidad fue reformada con Lockheed L-188 Electras modificado para vigilancia marítima; en 1994 estos fueron reemplazados por P-3B Orions.

Otros operadores militares

La versión canadiense del Lockheed Neptune (P2V-7) sirvió en el Comando Aéreo Marítimo de la RCAF desde 1955, como un avión antisubmarino, antibuque y de reconocimiento marítimo, inicialmente equipado con solo motores de pistón. En 1957, los Neptunes tenían instaladas dos vainas de motor a reacción Westinghouse J34 debajo de las alas. Esta conversión proporcionó un empuje adicional para un despegue mejorado, mayor resistencia al permitir mayores pesos de combustible y, en general, mejoró el rendimiento general de la aeronave. El armamento incluía dos torpedos, minas, cargas de profundidad, bombas transportadas internamente y cohetes no guiados montados externamente bajo las alas. Un total de 25 Neptunes servidos con nos. Escuadrones 404, 405 y 407. Tras la unificación de las Fuerzas Canadienses en 1968, el Neptune fue redesignado como CP-122 y fue reemplazado por el Canadair CP-107 Argus el mismo año.

El Comando Costero de la Royal Air Force operó 52 P2V-5, designado Neptune MR.1s como un moderno avión de patrulla marítima provisional hasta que los Avro Shackleton pudieran entrar en servicio. Se utilizaron entre 1952 y marzo de 1957, y se utilizaron para experimentos de alerta temprana aerotransportada, así como para patrullas marítimas.

En Australia, los Países Bajos y la Marina de los EE. UU., sus tareas fueron asumidas por el Lockheed P-3 Orion, más grande y más capaz, y en la década de 1970, solo estaba en uso por escuadrones de patrulla en la Reserva Naval de EE. UU. La Reserva Naval de los EE. UU. abandonó sus últimos Neptunes en 1978, y esos aviones también fueron reemplazados por el P-3 Orion. En la década de 1980, el Neptune había dejado de usarse militarmente en la mayoría de las naciones compradoras, reemplazado por aviones más nuevos.

En Japón, el Neptune fue construido bajo licencia a partir de 1966 por Kawasaki como el P-2J, con los motores de pistón reemplazados por turbohélices T64 construidos por IHI. Kawasaki continuó su fabricación mucho más tarde que Lockheed; el P-2J permaneció en servicio hasta 1984.

domingo, 8 de abril de 2018

Guerra aérea en Malvinas: La versión argentina (1/4)

La guerra desde el lado de Argentina

por Diego Zampini || Century of Flight

Parte 1 | Parte 2 | Parte 3 | Parte 4

En septiembre de 1980, cincuenta pilotos y personal técnico de la 2ª Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque de la CANA (Comando de Aviación Naval Argentina, Comando de Aviación Naval Argentina) llegaron a la Base Naval de Rochefort, en Francia. . Entre el grupo de pilotos se encontraban el comandante de la unidad, el Capitán de Fragata Jorge Colombo y el subcomandante, el Capitán de Corbeta Augusto Bedacarratz. El resto de los pilotos fueron: los Capitanes del Corbeta Roberto Agotegaray, Roberto Curilovic y Alejandro Francisco, y los Tenientes de Buque de Guerra Luis Collavino, Julio Barrraza, Juan Rodríguez Mariani, Armando Mayora y Carlos Machetanz. Todos los pilotos tenían cientos de horas volando A-4Q Skyhawks (el tipo principal de avión de combate utilizado por el CANA en ese momento).

Después de tres meses de enseñanza del idioma francés, fueron enviados a la base naval de Landivisiau Air, donde realizaron vuelos de entrenamiento en aviones Morane Saulnier durante 30 días y luego comenzaron a conocer su futura herramienta de combate: AMD-BA (Avions Marcel Dassault - Breguet Aviation). ) Super Etendard. Más tarde, los pilotos argentinos comenzaron a aprender las lecciones básicas de vuelo en el Super Etendard (un máximo de 50 horas de vuelo por cada piloto) y nociones básicas sobre los sistemas de armas, especialmente el misil antibuque AM.39 Exocet. Las especificaciones técnicas de ellos son:

AMD-BA Super Etendard:




Motor: turborreactor SNECMA Atar 8K-50 con un empuje de 5.000 kilogramos.
Velocidad máxima al nivel del mar: 1200 km / h.
Techo: 13,700 mts.
Alcance volando al nivel del mar: 720 kms.
Armas: dos cañones de 30 mm y 2.270 kg de cargamento de armas (incluidas bombas, misiles M de R.550 aire-aire y misiles anti-ship AM.39 Exocet).

AM.39 Exocet

Tipo: misiles antibuque "disparar y olvidar" en el aire.
Longitud: 5.20 metros.
Diámetro: 35 centímetros.
Envergadura: 1 metro.
Peso: 655 kgs.
Alcance: 70 kms (35 millas) Velocidad de crucero: 1100 km / h (Mach 0.9)


Izquierda: La familia Exocet. El SM.39 es la versión de lanzamiento submarino, mientras que tanto el MM.38 como el MM.40 son las versiones de envío a barco. El último miembro de la familia es el AM.39; la versión aire-a-barco. Este fue el tipo de misil usado por el 2 ° Escuadrón Naval Aéreo Argentino.

Atacar un barco con la versión AM.39 es un trabajo de dos etapas: primero, el misil es guiado por el sistema de control de fuego del avión, que le da al misil las coordenadas del objetivo y estas coordenadas las obtiene el radar del avión. Cuando se lanza el misil, se sumerge a una altitud de 30 metros, que luego se fija a solo 2,5 metros por el radio altímetro del misil. En los pocos segundos finales de vuelo, el misil activa su propio radar y busca el objetivo. Si encuentra alguno, el misil se fija y se guía hacia el punto de impacto.

Los pilotos y técnicos argentinos regresaron a la Base Naval Comandante Espora Air (Provincia de Buenos Aires, Argentina) en julio de 1981 y comenzaron la preparación para la llegada de los primeros cinco Super Etendards, lo que finalmente ocurrió en noviembre de 1981. La Armada Argentina había ordenado un número total de 14 aviones, y el mismo número de Exocets. Los pilotos argentinos probaron el sistema de navegación de los cinco aviones tanto como pudieron y comenzaron a hacer lo mismo con el sistema de armas.

La guerra comenzó

Pero el 2 de abril de 1982, cuando el 2. ° escuadrón esperaba la llegada del equipo técnico francés para poner a los Exocets en estado operativo, Argentina realizó la reconquista militar de las Islas Malvinas en idioma español, usurpado por los británicos. gobierno en 1833. Uno de los primeros actos del gobierno francés fue declarar un embargo de armas contra Argentina hasta que el conflicto terminó.

Por supuesto, privó al 2 ° Escuadrón de la posibilidad de ser asistido por técnicos franceses, pero el personal argentino de la unidad, lejos de darse por vencido, se enfrentó por sí solo al desafío de instalar los Exocets. Dos semanas más tarde, la interfaz entre el avión y el misil se había resuelto y comenzaron las pruebas de los ataques antibuque. Afortunadamente para los argentinos, el país había comprado de Gran Bretaña dos destructores Tipo 42 (la misma clase utilizada por la Royal Navy), ARA Hércules y ARA Santísima Trinidad. En consecuencia, los pilotos de la unidad probaron y mejoraron las tácticas de ataque contra este tipo de barcos.

El 1 de mayo de 1982, los aviones de la RAF y la Royal Navy atacaron los principales aeródromos y posiciones argentinas en las islas. La Armada Argentina organizó un ataque combinado contra los portaaviones británicos: ocho A-4Q pertenecientes al 3 ° Ejército Naval y Escuadrón de Ataque a bordo del portaaviones argentino, ARA Veinticinco de Mayo, y dos Super Etendards de la Base Naval Río Grande Air atacarían al mismo tiempo, el 2 de mayo. Pero ese día ambos brazos del ataque tuvieron problemas; los Skyhawks navales necesitaban un viento mínimo para ayudarlos a despegar del portaaviones, e inesperadamente el viento, normalmente fuerte en el Atlántico Sur, no explotó. En el lado del 2do Escuadrón, ambos Super Etendards, piloteados por el comandante de la unidad, Jorge Colombo, y su compañero Carlos Machetanz, se vieron afectados por problemas que no les permitieron recibir combustible del buque cisterna Hércules KC-130H. Más tarde, ese mismo día, el submarino británico HMS Conqueror hundió el crucero argentino ARA General Belgrano y obligó a la flota marítima argentina a regresar a la base naval de Puerto Belgrano.


Una fotografía de un SP-2H Neptune El 4 de mayo de 1982, este avión de tipo, cuando fue pilotado por el capitán de corbeta Ernesto Proni Leston, detectó al destructor HMS Sheffield y le dio sus coordenadas a los Super Etendards armados con Exocets..

Continuará.

domingo, 15 de mayo de 2016

CF Ernesto Proni Leston ubica al HMS Sheffield

Gestas y héroes olvidados por la mayoría de los argentinos: Cazando al HMS Sheffield
Historia del silencioso trabajo que realizó un grupo de hombres, a bordo de un viejo avión de exploración desarmado, que localizó y guió un histórico ataquePOR RUBÉN DURÁN | El Intransigente

Gestas y héroes olvidados por la mayoría de los argentinos: Cazando al HMS Sheffield Capitán de Fragata Ernesto Proni Leston y de su Neptune 2-P-112



Cazando al HMS Sheffield 

Mucho se ha hablado y escrito sobre el ataque de la Aviación Naval contra el destructor HMS Sheffield, el 04 de mayo de 1982. Se ha puesto énfasis en la efectividad de los aviones Super Etendard y sus misiles Exocet y del profesionalismo de sus pilotos. Pero poco se dice del silencioso trabajo que realizó un grupo de hombres, a bordo de un viejo avión de exploración desarmado, que localizó y guió aquél histórico ataque. Esta es su historia.

Después del inicio de las hostilidades del 1 de mayo de 1982, las cosas habían tomado un cariz angustiante para la Armada Argentina: El 2 de mayo el crucero ARA General Belgrano había sido torpedeado y hundido por el submarino HMS Conqueror, el aviso ARA Alférez Sobral había sido atacado con misiles por helicópteros enemigos y se desconocía su paradero, la Flota de Mar, con el portaviones ARA 25 de Mayo a la cabeza, no había logrado montar el ataque programado en contra de la escuadra británica y recibió órdenes de dirigirse a aguas seguras por el peligro de los submarinos nucleares enemigos.

La única carta que por el momento le quedaba a la Armada era la 2ª Escuadrilla de Caza y Ataque con sus novísimos Super Etendard, armados con misiles Exocet. Los primeros cinco aviones habían llegado a la Argentina en noviembre de 1981, y desde esa fecha comenzó el programa de asimilación de dicho sistema de armas, que preveía la llegada en abril de 1982 de técnicos franceses que debían realizar la puesta a punto del sistema de disparo del misil. A raíz del desembarco argentino en Malvinas, los expertos franceses suspendieron el viaje y los integrantes de la Escuadrilla se vieron obligados a desarrollar técnicas propias para dejar a los Super Etendard plenamente operativos, lo que demandó un gran despliegue de imaginación y trabajo, que rendiría sus frutos en mayo de ese año.

Pero, para alcanzar su objetivo, los pilotos de los Super Etendard debían ser guiados hasta las proximidades del mismo por un avión explorador, quien debía transmitirles información actualizada de la ubicación de los barcos enemigos que debían atacar.


Exploradores de la Armada

Cuando comenzó el conflicto de Malvinas, la Armada contaba con la Escuadrilla Aeronaval de Exploración, conformada por sólo dos veteranos aviones Lockheed Neptune que permanecían en servicio gracias al enorme trabajo del personal de mantenimiento de la escuadrilla. Estos aparatos comenzaron a operar en la zona de conflicto a fines de marzo de 1982, participando en hechos de importancia histórica, como el hallazgo de los sobrevivientes del ARA General Belgrano, que permitió realizar una de las operaciones de rescate de náufragos más importantes de la historia de las guerras modernas.

Estas aeronaves, cuyo diseño databa de fines de la Segunda Guerra Mundial, también recibieron la peligrosa misión de efectuar vuelos de exploración antibuque en la zona de Malvinas, para informar a los aviones de la Fuerza Aérea Argentina si el camino hacia las islas estaba despejado o no de amenazas.

Así fue como en la noche del 3 de mayo de 1982, el entonces Capitán de Corbeta Ernesto Proni Leston recibió la orden de realizar un vuelo de exploración, por lo que en la madrugada del día siguiente despegó a bordo del Neptune matrícula 2-P-112, lo acompañaban diez tripulantes más: Capitán de Corbeta Sepetich (copiloto), Teniente de Fragata Pernuzzi (operador radar), Teniente de Fragata Gatti (navegante), Teniente de Corbeta Meneses, y los Suboficiales Heredia, Sosa, Del Negro, Saavedra, Yerba y Fernández..

Con un cielo poblado de nubes bajas, el solitario avión inició su tarea. La misma consistía en volar a escasa altura del mar, para evitar ser detectado, al llegar a un determinado punto, Proni Leston aceleró motores y elevó el avión hasta llegar a cerca de los 900 metros de altitud. En ese momento se activó el radar por unos segundos y luego el avión regresó a la relativa seguridad del vuelo bajo.

Así estuvo operando por casi una hora y media, cuando Pernuzzi le comunicó que los cristales del radar se habían quemado. Proni Leston le ordenó que los cambie, ya que con los cristales rotos la pantalla de radar se torna difusa y no es posible identificar correctamente los blancos. A las 7:50 de ese 04 de mayo volvió a elevarse por encima de las nubes. Esta vez, el radar reparado localizó un objetivo de porte mediano que emitía señales de contramedidas típicas de un buque de guerra, por lo que comunicaron de inmediato la novedad al continente.

El Neptune continuó acechando al blanco, esperando nuevas instrucciones del comando, y a las 8:45 Proni Leston volvió a elevarse, detectando en esta oportunidad a tres barcos enemigos ¡A sólo 96 km. de distancia! Es decir, dentro el alcance de las patrullas aéreas de combate de los Harrier.

Conciente del peligro, Proni Leston volvió a descender a toda velocidad y se alejó a una distancia prudencial, pero siempre vigilando a su presa. Después de las 9:00 se produjo otro inconveniente: se volvieron a quemar los cristales del radar y no quedaban más repuestos.


El último esfuerzo

El piloto avisó a sus superiores de la novedad y éstos le ordenaron utilizar una vez más el equipo, a pesar de estar averiado. A las 10:30. Proni Leston cumplió con la orden, pero esta vez, en lugar de ascender hasta los 900 metros habituales, decidió superar la barrera de los mil metros, con la intención de lograr una mejor detección con el radar parcialmente fuera de servicio.

La arriesgada maniobra rindió sus frutos, ya que permitió localizar correctamente a los tres barcos enemigos.

Ya habían cumplido. Pocos minutos después, Proni Leston se comunicó con los dos Super Etendard que ya estaban en camino y les transmitió la valiosa información. A las 11:40 de ese día, un Exocet disparado por la 2ª Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque impactó en el destructor Clase 42 HMS Sheffield, gracias al heroico trabajo realizado por los tripulantes del Neptune.

Este fue el último combate de tan noble avión, ya que al desgaste producido por el paso de los años se sumaron las duras condiciones climáticas que debió enfrentar. Por ese motivo, los dos Neptune dejaron de volar operativamente entre junio y julio de 1982. Sus fuselajes permanecieron al aire libre y expuestos al deterioro, pero gracias al esfuerzo de un grupo de hombres de la Armada, el 2-P-112 de Proni Leston fue reconstruido y actualmente se encuentra en exhibición en el Museo de la Aviación Naval, en la Base Comandante Espora, como tributo a aquellos hombres que no dudaron en enfrentar al peligro para cumplir con su compromiso con su Patria.

Lamentablemente, el destino fue menos benéfico con Proni Leston. Si bien fue condecorado por su valiente actuación, una vez retirado como Capitán de Fragata de la Armada debió trabajar como remisero, porque la jubilación no le alcanzaba para mantener su hogar.

Trabajando en un remis, precisamente, fue asaltado y sufrió una herida de arma de fuego. Una vez recuperado, siguió viviendo con bajo perfil, hasta que el día 16 de septiembre de 2007 su alma emprendió un último vuelo hacia la eternidad. La noticia de su muerte pasó desapercibida para la mayoría de los medios nacionales (privados y estatales), al parecer más interesados en el fallecimiento del comandante inglés Jeremy Moore, ocurrido un día antes.

domingo, 24 de enero de 2016

Asalto sobre Monte Kent

Asalto en el Monte Kent



Monte Kent

El Asalto en el Monte Kent fue una escaramuza durante la Guerra de las Malvinas entre las fuerzas británicas y argentinas.

A finales de mayo, patrullas adelantadas del Servicio Aéreo Especial del Escuadrón G habían establecido que un número de altas cumbres con vistas a los defensas argentinos alrededor de Port Stanley, estaban en gran parte sin defensas, sobre todo después de que la reserva helitransportada argentina, el equipo de combate Solari (Compañía B, 12 Regimiento de Infantería) se fue en helicóptero a Goose Verde y el cuarto regimiento de infantería había recibido la orden de abandonar el Monte Challenger y tomar nuevas posiciones en los Montes Dos Hermanas y Harriet. Un elemento inicial de reconocimiento del Escuadrón D el Mayor Cedric Delves 'se insertó en la zona de Monte Kent en helicóptero el 25 de mayo, permitió que el resto de la escuadra para llegar con seguridad el 27 de mayo en el tiempo para hacer frente a una fuerte inserción de las Fuerzas Especiales de Argentina, bajo la mando del capitán Eduardo Villarruel, segundo al mando de la Compañía de Comandos 602. [3] El comandante de la Compañía de Comandos 602, el mayor Aldo Rico, había dado instrucciones a los cuatro comandantes de patrulla argentinos involucrados apoderarse de los Montes Kent y los picos de los alrededores con el fin de permitir que refuerzo adicional que heli-desembarcaran allí, a saber la escuadrilla 601a de Fuerzas Especiales de Gendarmería Nacional del Mayor José Ricardo Spadaro y del Mayor Oscar Ramón Jaimet. [4] la Compañía B, del sexto regimiento de infantería que también había tenido entrenamiento en combate nocturno el año anterior. [5 ] Las patrullas de SAS en la forma de Air Troop, Boat Troop y cuartel general táctico del Mayor Delves se encontró en apuros y se enfrentaron en una serie de acciones de patrullaje feroces con alrededor de 40 de las Fuerzas Especiales del Ejército de Argentina ante lo cual los argentinos finalmente se retiraron. Las Air Troop retrocedieron inicialmente pero volvieron de nuevo a la lucha, y lograron mantenerse en la cima del Monte Kent hasta que los refuerzos en forma de Royal Marines llegaron.

El primer compromiso durante el Asalto del Monte Kent se produjo durante la noche del 29 al 30 mayo de 1982 cuando la tercera Sección Asalto del capitán Andrés Ferrero de Compañía de Comandos 602 se encontró con una patrulla británica del Escuadrón D del 22 Servicio Aéreo Especial (SAS) en las laderas del Monte Kent. [6] Los británicos tomaron el control de la situación, pero a costa de dos soldados SAS heridos. [1] [7]

El operador de radio en la segunda Sección Asalto del capitán Tomás Fernández, sargento Alfredo Flores, [8] envió el siguiente mensaje de radio desde las laderas del Pico Bluff Cove en alrededor de 17:00 el 30 de mayo: "Estamos en problemas" y después de cuarenta minutos más tarde: "Hay ingleses a nuestro alrededor ... es mejor darse prisa". [1]

El primer teniente Márquez y el sargento Blas de la segunda Sección de Asalto, tenían alrededor de las 11 am hora local el 30 de mayo, [9] muestra un gran coraje personal y de liderazgo en la batalla patrulla que tuvo lugar en Bluff Cove Peak y se concedió a título póstumo la Nación Argentina a el Valor en Medalla de combate. Los Comandos argentinos al mando del capitán Fernández había tropezado literalmente en un campamento ocupado por 15 soldados del SAS. [10] [11]

En el Monte Simon, primera sección Asalto del capitán José Arnobio Verseci, escuchando a los intentos de la patrulla del capitán Fernández para escapar del cerco británico, decidió abandonar la función e intentar enlazar con el ingeniero de combate fuerzas del Batallón 601 que custodiaban Fitzroy. [12]



Ese día siguiente, otra emboscada SAS tiene lugar cuando el teniente comandante Dante Camiletti de de la patrulla de Comandos Anfibios (menos Camilletti y el cabo Juan Carrasco que había sido capturado en Montaña Verde y Teal Inlet respectivamente) después de regresar de reconocer de San Carlos, son emboscados en la parte inferior laderas de Estancia Montaña y sargentos Jesús Pereyra y Ramón López son gravemente heridos y capturados junto con cabos Pablo Alvarado y Pedro Verón que son capturados ilesos.

Esa noche, el capitán Peter Babbington K Company de 42 Commando, Royal Marines llegó cerca a través de helicópteros. Casi al mismo tiempo, la segunda Sección de Asalto, haber escondido todo el día, salió de su piel que tengan la intención de retirarse de la zona, pero fue atacado rápido y pesado de la SAS. [13] La visión de un tiroteo la noche en curso enfrentó K Compañía. Los infantes de marina tomaron rápidamente la tapa y después de la pelea de fuego se había apagado Mayor Cedric Delves del Escuadrón D, 22 SAS aparecido y les aseguró que todo estaba bien y que el SAS había destruido una patrulla argentina. [14] En realidad no hubo más víctimas en 2ª Sección Asalto del capitán Fernández, aunque uno de los miembros, el sargento Alfredo Flores, fue capturado en esta acción. [15]

Uno de los relatos del historiador estadounidense afirma lo siguiente:

El SAS finalmente logró rodear el principal grupo comando, consolidando en una posición cerca de la cima, y ​​les tendió una emboscada con uno de esos devastadores ataques, explosivos de fuego automático y GPMG fuego para los que el regimiento es famoso. [16]

El teniente de vuelo Andy Lawless, co-piloto del único superviviente de la RAF Chinook ('Bravo noviembre'), participó en la misión de entregar armas de artillería y municiones a la SAS y describe el accidente del helicóptero (posiblemente como resultado de la pequeña -arms incendio) poco después:

Sabíamos que el SAS fueron superados. Nuestro trabajo consistía en desembarcar 105 mm obuses] del 29 Regimiento de Artillería Real. Rose me dijo que el lugar de aterrizaje era plana y segura. La misión iba a ser volado toda la noche con gafas de visión nocturna. Tuvimos tres cañones de 105 mm en el interior y las paletas de municiones bajo lanzado con una honda. A continuación, la niebla de la guerra intervino. La tierra no era plana y cubierta de cantos rodados. No pudimos encontrar en cualquier lugar a la tierra y nos pasamos el tiempo de maniobra para dejar las cargas menores de colgado. Tuvimos que poner exactamente donde los artilleros querían porque no podían tirar los cañones muy lejos a través de la terrible terreno. Puedo recordar claramente las tropas en movimiento bajo el rotor disking disparando sus armas - esto no era parte del plan. Hubo disparos de artillería entrantes. Una vez que nos dejaron las armas que nos fuimos directamente a San Carlos para traer más armas y munición. Entonces llegamos a agua. Tuvimos suerte porque si hubiéramos golpeado tierra firme que habría sido muerto. Golpeamos a 100 nudos. La ola de proa se acercó la ventana de la cabina como nos acomodamos y los motores son flameados parcialmente fuera. Yo sabía que habíamos abandonado, pero no estaba seguro de si nos habían golpeado. Dick dijo que pensaba que había sido golpeado por fuego desde tierra. Cuando el helicóptero se instaló redujo la ola de proa. Tuvimos el colectivo sigue y el motor terminamos como salimos del agua como un corcho de una botella. Estábamos subiendo. [17]

La acción en el área de Monte Kent continuó, y alrededor de las 10 am del 31 de mayo, recién llegado Royal Marines divisó una columna de la Major Mario Castagneto Compañía de Comandos 601 avanzando en jeeps y motos para rescatar a las patrullas varados de Compañía de Comandos 602, pero los hombres de Castagneto fueron dispersados ​​y obligados a retirarse después de estar bajo fuego de mortero pesado que lesiona tanto Castagneto y Sargento Juan Salazar.

Hubo pérdidas en ambos lados de aeronaves como resultado directo de las operaciones se lleva por ambas fuerzas especiales británicas y argentinas en el área de Monte Kent. A lo largo de 30 de mayo de Royal Air Force Harriers eran activos en el Monte Kent. Uno de ellos, Harrier XZ963, piloteado por el líder del escuadrón Jerry Pook-hora de responder a una llamada de auxilio del Escuadrón D [18] -attacked faldas orientales de Monte Kent, y que dio lugar a su pérdida a través del fuego de armas pequeñas. A eso de las 11 a.m. en el mismo día, un Aerospatiale SA-330 Puma helicóptero fue derribado por un hombro-lanzado Stinger misiles tierra-aire (SAM) disparados por el SAS en las proximidades del Monte Kent. Seis Fuerzas Nacionales Especiales de la Gendarmería murieron y ocho más heridos en el accidente. [19]

La única muerte británica en las operaciones de SAS para contrarrestar patrullas comandos argentinos en el terreno elevado con vistas ocurrió Stanley común cuando una patrulla del SAS disparó accidentalmente con una patrulla del SBS en la madrugada del 2 de junio y sargento de las SBS Ian 'Kiwi' Nicholas Hunt fue muerto. [20]

El Brigadier Julian Thompson más tarde defendió su decisión de enviar patrullas SAS a reconocer el Monte Kent por delante del 42 Commando:

Fue una suerte que yo había ignorado las opiniones expresadas por Northwood [Sede militares británicos en Inglaterra] que el reconocimiento del Monte Kent antes de la inserción del 42 Commando era superfluo. Había D Escuadrón no hubiera estado allí, las Fuerzas Especiales de Argentina habría cogido el Comando antes de-cepillado y, en la oscuridad y la confusión en una zona de aterrizaje extraño, infligió bajas en hombres y helicópteros. [21]

El servicio aéreo especial ganó elogios para defender con éxito el Monte Kent y los picos de los alrededores. A partir de la citación para la Orden de Servicios Distinguidos ganado por Grandes Delves:

Tras el éxito del establecimiento de la cabeza de playa en San Carlos de agua, Major Delves tomó su escuadrón 40 millas detrás de las líneas enemigas y estableció una posición con vistas a la principal fortaleza enemiga en Port Stanley, donde eran conocidos al menos 7.000 soldados que basarse. Por una serie de operaciones rápidas, ataques de ocultamiento y relámpagos hábiles contra patrullas enviadas a buscarlo, él fue capaz de asegurar un firme control sobre el área después de diez días para las fuerzas convencionales para ser traídos. [22]

Un tanque Scorpion de los Blues & Royals ayudó a limpiar Monte Kent de las fuerzas especiales argentinas restantes y dedica las tropas del regimiento 4º de excavación en las laderas más bajas. De acuerdo con el artillero a bordo, Mark Flynn:

Paul Stretton y yo estábamos explorando duro por objetivos. Estaba usando sus prismáticos, tuve la vista de la pistola. Vi un par de Argies cavando en un hombro del suelo a unos 4 kilómetros de distancia. El cañón de 76mm del Scorpion tenía un alcance efectivo de 6 kilómetros, que los puso dentro del rango ... En un aumento de 10x, incluso en las condiciones nubladas me sorprendió la claridad con que podía verlos. Revestidos de gris y con casco gris, se parecía para mí un poco como a los soldados alemanes de la Segunda Guerra Mundial. El estudio de la zona con más cuidado, vi que había docenas de Argies desparramados a través de la cara de la pendiente. La mayoría ya estaban atrincherados, pero algunos todavía estaban ocupados en cavar nuevas trincheras en el suelo ósea ... He pulsado el botón de disparo. 'Fuego ahora'. La primera munición cayó fuera de la meta, golpeó el suelo a unos 200 metros delante de los argentinos y explotó en una lluvia de tierra y roca .... Seguí el trazador de color naranja que flotaba hacia el enemigo, entonces centrado en el dos argies, que parecían ajenos al hecho de que estábamos sobre ellos. Estaban de pie juntos cerca de la zanja. Para mí, parecía que pensaban que su propia artillería disparaba. La bala de alto explosivo de 76mm golpeó la escuadra derecha en el pecho del argie. Se convirtió en una niebla roja de la sangre ... Nos pusimos a acosar con fuego sobre el enemigo en serio, munición tras munición justo en medio de ellos ... En poco tiempo empezamos a oír devolver el fuego de artillería silbando por encima, pero estaba overshooting nuestra propia posición por un largo camino: en todo caso, parecía que los argies estaban disparando a los Paras subiendo a pie cerca de seis clics a nuestro oeste .. yo era inexperto en la guerra de tanques a continuación, así que cuando Paul Stretton dijo Frankie que nos movamos de que estaba tan sorprendido protesté: "Pero esta es una posición brillante! ' Estoy recibiendo golpes bajos y no nos pueden ver! ¿Por qué no nos quedamos aquí? Estábamos arruinando día del enemigo mientras que los párrafos e infantes de marina se adelantó. ¿Por qué íbamos a querer moverse? Stretton me ignoró. Era igual de bien:. Menos de treinta segundos después de mudarnos, una munición enemiga silbó y explotó en el lugar exacto que acabábamos dejamos [23]


3 PARA alcanzó Estancia Casa el 1 de junio, y poco después patrullas D Company encontró manchas de sangre y aderezos de campo indica que los heridos del primer sargento Raimundo Viltes bajo el cuidado de primer teniente Horacio Lauria había recibido los primeros auxilios allí junto con el especial de Marina argentina fuerzas heridos y comandos Gendarmería Nacional heridos, antes de ser evacuados. De acuerdo con el sargento Jerry Phillips:

Debe haber sido una pelea porque todas nuestras patrullas compañía de fusileros estaban informando de sangre, trozos de carne y vendajes dispersos por toda la zona. De la manera que las cosas estaban esparcidos SAS debe haber sido en contra de por lo menos setenta enemigo. [24]

En la noche 3-4 de junio, la tercera Sección de Asalto, 602a Compañía de Comandos regresó a las líneas delanteras británicas, llegando a la cima del Monte Challenger después de un enfoque difícil. A su regreso a Puerto Stanley mayor Aldo Rico, junto con el primer teniente Jorge Manuel Vizoso Posse, (segundo al mando de la patrulla) tratado de convencer al General de Brigada Oscar Jofre helicóptero hacia adelante una compañía de fusileros con el fin de atacar las baterías de artillería británicas del comandos afirmaron haber localizado el uso de sus prismáticos de la noche, pero un Jofre irritada les dijeron que ir y dejar el proceso de toma hasta la sede 10a Brigada de decisiones. [25]. Ruiz Moreno lo describe así

Arribaron al Challenger a eso de las diez de la noche. Desde allí se divisaba el monte Kent cuando salía la luna llena, oculta de a ratos por nubes. Había bastante luz como para observar con anteojos de largavista, o recurriendo a los visores nocturnos: era bien perceptible el vuelo incesante de helicópteros ... que transportaban artillería durante toda la noche ... Antes del amanecer la patrulla regresó, moviéndose de igual modo que al llegar. Desde Monte Harriet, en donde el mayor Rico lo aguardaba, el teniente primero Vizoso Posse transmitió por radio su información. Al arribar a la capital, ambos fueron al puesto de mando de la Brigada X en Stanley House para entrevistar al general Jofre. Vizoso estaba mojado y cubierto de barro: "Nunca olvidaré", contó, "la cara de asco con que me miró". Entró a explicar la situación al frente de Monte Challenger: — Aquí no hay nada, mi general; los helicópteros van para allá. Y le dio a entender que convenía atacar a los cañones ingleses por ese flanco descubierto, por su falta de defensa contra la infantería argentina, que no estaba lejos, aunque fuese con una sola compañía. El comandante de la Brigada lo interrumpió ásperamente: —¡Teniente primero: no haga apreciaciones!


El cuarto regimiento también llevó a cabo el patrullaje, y en la noche del 6 a 7 junio, el cabo Nicolás Albornoz junto con ocho reclutas cruzó Río Murrell y llegó a la zona de Monte Kent, donde vieron a un número de vehículos británicos, pero la patrulla de pronto cayó bajo fuego de mortero y tuvo que retirarse. [26]

Con la pérdida de esta tierra alta, los bombarderos de la Fuerza Aérea Argentina Canberra realicen varias bombardeos contra las tropas británicas se congregan en la zona. Su primer ataque, por seis Canberras contra posiciones de las tropas británicas en la zona del monte Kent, se llevó a cabo en la oscuridad antes del amanecer del 01 de junio después de Capitanes Ferrero y Villarruel se les dio un mapa de la zona y se les dijo para señalar las posiciones británicas allí. Lanza-Cabo Vicente Bramley recordó más tarde un ataque casi mortal llevado a cabo en las 3 posiciones para la noche del 09 de junio:

A la mañana siguiente de Inteligencia nos dijo que bombarderos Canberra Argies habían dejado caer su carga no tres centenares de metros de nosotros. Si nos hubieran golpeado el batallón no estaría hoy en día. Pasamos el día cavando zanjas a gran escala. Mejor tarde que nunca. [27]

Durante la noche del 9 al 10 junio, una patrulla de la lucha contra los informes, dispararon contra varios miembros de una sección de morteros de 45 Commando en las faldas del Monte Kent, matando a cuatro Marines Reales. [28]

Temprano el 10 de junio, una empresa Gurkha avanzó desde Bluff Cove cerca de Mount Kent [29] para establecer una base de patrulla desde la que llevar a cabo patrullaje agresivo, pero la Oficina de Observación Adelante en el Monte Harriet, el capitán Tomas Fox manchado la empresa y dirigida 155mm fuego de artillería en contra de ella, hiriendo a tres Gurkhas el 11 de junio. Al describir el momento en que se lesionó, Lance Corporal Gyanendra Rai que fue galardonado con la Medalla del Atlántico Sur, dijo:

Yo estaba absolutamente convencido de que iba a morir. Yo estaba en el dolor severo. Era como si alguien hubiera conducido un cuatro libras martillo por el lado de mi espalda. [30]

Referencias 


  1. David Aldea. "The Argentine Commandos on Mount Kent". britains-smallwars.com. Consultado el 04 de abril 2010.
  2. Gurkha que necesitaron herida de guerra tratado está excluido de Reino Unido, por Daniel BATES, MailOnline, 18 de junio 2007
  3. "El frío viento del Atlántico Sur ahogó los motores palpitantes de los dos restantes Chinooks argentinos que aterrizan en la tierra baja cerca del Monte Kent bajo el amparo de la oscuridad. Los cuarenta comandos bien camuflados que emergió divididos en tres equipos y se deslizó lentamente hacia la base de la montaña, parando, escuchando, observando las imágenes verdes y negras de la gafas de visión nocturna para escoger de fuentes de calor. El hombre clave de una patrulla del SAS en movimiento a lo largo de la pendiente más baja no se percató de la media docena de argentinos que habían manchado su silueta borrosas. Deslizándose con la cintura, empapando la turba húmeda, la mitad de los comandos se arrastraban alrededor del flanco de la patrulla británica para una emboscada en forma de L. Cuando estuvieron dentro de los veinte yardas de la patrulla abrieron fuego. El hombre SAS fue inmediatamente golpeado por municiones de 7,62 milímetros que golpearon el estómago y en el pecho, tos con sangre mientras caía. Los otros tres espaciados a cierta distancia detrás de él y se zambulló para la cubierta, devolviendo el fuego en todas las direcciones, ya que quedaron envueltos por una andanada de disparos de armas automáticas y granadas que hirieron a otro hombre SAS con metralla. Él tuvo que ser sacado en parte por los otros dos sobrevivientes se retiraron "Arostegui, Martin, Crepúsculo Warriors:. En el interior de las Fuerzas Especiales del Mundo, como un ladrón en la noche (capítulo), St. Martin Press, 1997
  4. "Era un comando del Ejército que había luchado contra el Ejército Revolucionario del Pueblo en la provincia de Tucumán durante la 'guerra sucia'. Completamente profesional y un soldado dedicado, que esperaba un alto nivel y ejerce la disciplina rígida pero justo. Fue a Jaimet que Brigadier General Jofre volvió cuando quería una empresa-heli transmitidas ". Van der Bijl, Aldea, Brigada de Infantería quinto en los Falkands, p. 161, Leo Cooper, 2003
  5. http://www.lanacion.com.ar/1362425-un-heroe-todos-los-heroes Un héroe, Todos Los Héroes lanacion.com, 03/04/2011
  6. "Los hombres de Ferrero avanzaron por las laderas empinadas, la idea de toparse con una patrulla británica o caminar en una emboscada mantenerlos alerta. Después de unos 500 metros Ferrero se adelantaron con dos hombres a investigar un ruido. Habían apenas cubierta de 50 metros cuando fueron ametralladora precisa y fuego de mortero de Aire Tropa, D Escuadrón. Primero-sargento Raimundo Viltes fue gravemente herido cuando una bala destrozó el calcañar ". Van Der Bijl, Aldea, Brigada de Infantería quinto en las Malvinas, p. 63
  7. "La falta de información sobre las operaciones amistosas llevó por primera teniente Horacio Lauria, un ingeniero de comando, a creer que el disparo provino de equipo de combate de Solari que creía que era en la zona. Pero el peso de fuego y el tipo de armas utilizado , claramente británico, conmocionó a los argentinos. Contra sus expectativas, el Monte Kent fue ocupada y un tiroteo confusa estalló. No estoy seguro de la fuerza de la oposición y con su sección dispersos, Ferrero decidió retirarse y, como otra tormenta de nieve precipitaba a través del sombrío cuestas, él, Oviedo y primera teniente Francisco Maqueda revueltos cuesta abajo en su en sus fondos, el envío de avalanchas ruidosas de piedras en cascada abajo de la montaña. El hundimiento repentino de rocas llevó Aire Tropa de creer que estaban en peligro de ser rodeado y se retiraron más alta hasta el Monte Kent, pastorear dos soldados heridos con ellos ". Van Der Bijl, Aldea, Brigada de Infantería quinto en las Malvinas, p. 63
  8. Comandos en Acción: El Ejército en Malvinas, Isidoro Ruiz Moreno, p. 258, Emecé Editores, 01/01/1986
  9. Nueve batallas a Stanley, Nicholas Van der Bijl, p. 148, Leo Cooper, 30/09/1999
  10. DawnWarriors: Dentro de las Fuerzas Especiales del Mundo. Martin C. Arostegui. p. 205. St. Martin Press, 15/01/1997
  11. "A eso de las 11 a.m. día siguiente, el 30, el capitán Fernández y su segunda Sección de Asalto, sabiendo que Ferrero había estado en contacto con British, salió de su escondite con la intención de ocupar Bluff Cove pico. Con el sargento Humberto Blas y Primer Teniente Daniel Oneto, primer teniente Rubén Márquez exploración por delante, la sección chocó con la Sede Tactical Air Service especiales y un tiroteo desarrollado. Márquez lanzó algunas granadas, pero todavía fue asesinado porque llevaba guantes y fue incapaz de utilizar su fusil FAL. Blas también murió ". Van Der Bijl, Aldea, Brigada de Infantería quinto en las Malvinas, p. 63, Leo Cooper, 2003
  12. Nueve batallas a Stanley, Nicholas Van der Bijl, p. 149, Leo Cooper, 30/09/1999
  13. quinto Brigada de Infantería en el Malvinas 1982, Nicholas Van der Bijl, David Aldea p. 65, Leo Cooper, 2003
  14. David Aldea. "Monte Kent". britains-smallwars.com. Consultado el 04 de abril 2010.
  15. "Fernández rompió el contacto y en la lucha por la colina sargento Alfredo Flores, el operador de la sección de radio, se cayó y fue eliminado. Cuando volvió en sí estaba preso en un claro patrulla de Servicio Aéreo Especial y fue interrogado más tarde en 'Hotel Galtieri' en el corral, en San Carlos, junto con los comandos del Ejército capturados en Top Malo House ". Van Der Bijl, Aldea, Brigada de Infantería quinto en las Malvinas, p. sesenta y cinco
  16. Martin Arostegui, op. cit, p. 205 16 Brigada de Asalto Aéreo: La historia de la Fuerza de Reacción Rápida de Gran Bretaña, Tim Ripley, pp 45-46, Cárcasas Publishers, 2008.
  17. La Royal Navy y la guerra de Malvinas, David Brown, p. 251, Leo Cooper, 1987
  18. "Puma argentino derribado por "misiles americanos" Stinger. En.mercopress.com. 12 de abril de 2002. Consultado el 07 de febrero 2010.
  19.  'recuerdo para las fuerzas especiales' ^ Malvinas Snowy pensamiento mans guerrero '
  20. Julian Thompson, No Picnic, p. 93, Cassell & Co, 2001.
  21. Malvinas Aftermath, p. 44, Marshall Cavendish, 1984
  22. Imán Bullet:.? Soldado Frontline más condecorado de Gran Bretaña, Mick Flynn, pp, Hachette Reino Unido,
  23. Dos Lados del Infierno - Se pasó semanas matarse unos a otros, ahora los soldados de ambos lados de La Guerra de las Malvinas contar su historia, Vincent Bramley, p. ?, John Blake Publishing, 2013
  24. Comandos en Acción: El Ejército en Malvinas, Isidoro J. Ruiz Moreno, p. ?, Emecé Editores, 1986
  25. Volveremos !, Jorge R. Farinella, p. 125, Rosario Editorial, 1984
  26. Excursión al Infierno: Monte Longdon. Una Historia Universal de Batalla, Vincent Bramley, p. 73, Pan Macmillan, 24/04/1992
  27. marines dispararon compañeros en conflicto de las Malvinas, el Glasgow Herald, 02 de diciembre 1986
  28. La Historia Oficial de la Campaña de las Malvinas, Lawrence Freedman, p. 525, Routledge,
    2004
  29. Gurkha who needs war wound treated is barred from UK, By DANIEL BATES, MailOnline, 18 June 2007

Wikipedia (en inglés)

martes, 14 de octubre de 2014

Malvinas: La patrulla de observación hacia San Carlos de la APCA

La Fracción Pereyra de la APCA
Segunda nota

Durante el Conflicto de Malvinas, los británicos desembarcaron masivamente el 21 de Mayo en la zona del establecimiento San Carlos en la Isla Soledad. Una vez asegurada la Cabeza de Playa, en los días siguientes, iniciaron una penetración hacia el Este con el fin de retomar Puerto Argentino, nuestra Base principal, a la vez que atacaron hacia el Sur en dirección a Darwin.

En Puerto Argentino casi nada se sabía del desembarco, ni siquiera si éste era el esfuerzo principal de los británicos o habría otros. Pese a ésto, la Conducción Militar en Puerto Argentino decidió enviar tres Patrullas terrestres a San Carlos con la Misión de "aclarar la Actividad Operativa en la zona".

Una de estas Patrullas, la de la Armada, estuvo integrada por Suboficiales Comandos Anfibios presentes en Puerto Argentino. A las órdenes del Capitán de Corbeta de Infantería de Marina Dante Juan Manuel Camiletti, quien se presentó como Voluntario para ejercer la Jefatura de la Patrulla pese a no ser Comando Anfibio. Debemos recordar que se da esta situación por el hecho de que el resto de los Comandos Anfibios se encontraban en Río Gallegos preparándose para una posible incursión sobre Malvinas.


Foto: Grupo de Comandos Anfibios en Puerto Argentino


El 24 de Mayo, la Patrulla embarcó en dos helicópteros del Ejército Argentino y se dirigió hasta Chata Hill a unos 50 Km al Oeste de Puerto Argentino. Este movimiento se efectuó con el fin de acortar lo más posible la marcha de la Patrulla sin ponerla en peligro, dada la proximidad del enemigo. En Chata Hill establecieron una Base de Patrulla Reducida (BPR) y enterraron parte de su material y abastecimiento con el fin de aligerar su equipo y utilizar esta base como lugar de reencuentro luego de cumplir con la Misión. Solo retuvieron la bolsa cama, buena cantidad de munición y víveres fáciles de transportar y luego esperaron la oscuridad para empezar sus movimientos. En la noche del 24 al 25 de Mayo, con una tenue llovizna se dirigieron hacia Bombilla Hill, altura importante desde donde se podía ver el extremo este de la ríe de San Carlos y el Cerro Montevideo, objetivo final de la Patrulla. Desde la zona de Bombilla Hill vieron que en el Cerro Montevideo ya se notaba una intensa actividad enemiga. Evidentemente la altura estaba ocupada, se oían ruidos de máquinas y se lograron ver helicópteros enemigos con misiones de transporte de cargas y otros en evidente patrulla. Por estas razones se descartó ocupar una Base Patrulla y Observatorio en dicho cerro, pero en su lugar se pensó en dirigirse hacia el Cerro Tercer Corral, altura importante ubicada más al sur-oeste, desde la cual se creía que se podía cumplir con la Misión impuesta.

En su marcha a Tercer Corral fueron sobrevolados varias veces por 2 Harriers. Durante el vadeo de un brazo del río San Carlos, perdieron parte de su equipo y se aligeraron del resto, a la vez que quedaron totalmente empapados. Continuaron su marcha prácticamente con lo puesto. El miércoles 26 Mayo, se llegó al Cerro Tercer Corral y se estableció una BPR. El Puesto de Observación se ubicó con una buena visión sobre el Cerro Montevideo y el Puerto San Carlos. Hasta el momento no se había podido establecer comunicaciones radiales con Puerto Argentino. El Capitán Camiletti adelantó movimientos para completar el cuadro de información que estaban obteniendo. Entusiasmado, posiblemente se expuso algo más que lo necesario, hecho que le acarreó fuertes cambios de opinión con los Comandos más veteranos.

Del análisis de la situación general se decidió dividir la Patrulla. Una parte "Fracción Basualdo", integrada por los Suboficiales de Infantería de Marina Miguel Ángel Basualdo y Ramón López y los Cabos Principales de Infantería de Marina Juan Héctor Márquez, Osvaldo César Ozán, Juan Carrasco y Pedro Baccili regresaría a Puerto Argentino con la importante información recogida y el resto con el Capitán Camiletti "Fracción Pereyra": Cabo Principal Enfermero Jesús A. Pereyra, Cabo Primero de Infantería de Marina Pablo Alvarado y los Cabos Segundos de Infantería de Marina Omar A. López y Pedro C. Verón, quedará en la zona tratando de ampliar aún más el cuadro de situación sobre el enemigo.

La Patrulla Basualdo tuvo un regreso realmente azaroso. En uno de sus movimientos fue tomado prisionero el Cabo Principal IM Juan Carrasco en Teal Inlet. En su recorrido Basualdo debió evitar las columnas británicas que marchaba en igual dirección y sentido, pero su mayor preocupación era, sin embargo, llegar al contacto con las propias líneas, las que ignoraban la existencia de esta Patrulla. Tuvieron la fortuna de encontrarse antes con Comandos del Ejército Argentino que estaban operando delante del frente propio. El Sargento Cisnero fue el nexo que permitió penetrar en las defensas propias sin inconvenientes, el domingo 30 de Mayo. De allí en más todo fue sencillo y pudieron transmitir al Comando Superior la información recogida que resultó valiosísima. El resto de los Comandos que quedaron en Tercer Corral a órdenes del Capitán Camiletti marcharon el 26 de Mayo en dirección a Montes Verdes a unos 300 mts al Oeste con el fin de aproximarse aún más al Establecimiento San Carlos.

Al día siguiente treparon la altura y a la madrugada se estableció una BPR. Con los visores nocturnos se detectó al enemigo en la cresta topográfica de esa misma altura. Se decidió dejar la Patrulla en ese lugar y el Capitán Camiletti y el Cabo Principal Pereyra avanzaron para observar mejor los movimientos del enemigo. El Cabo Pereyra le hizo notar a Camiletti el peligro que corría toda la Patrulla si eran descubiertos. El Capitán le ordenó a Pereyra a reunirse con el resto y él intentó avanzar algo más, ya en el crepúsculo matutino. El Cabo Pereyra y el resto de la Patrulla vieron claramente al enemigo que se movía en la altura y luego oyeron algunos disparos. Supusieron, con acierto, que el Capitán Camiletti habría sido descubierto y decidieron iniciar el regreso cumpliendo lo acordado con el Capitán.

Mientras marchaban de regreso observaron efectivos enemigos desplegados en cadena que exploraban la zona, avanzaban con mucha precaución y con una gran alerta. Tres Comandos de nuestra Patrulla se ocultaron en un pozo inundado, allí en cuclillas permanecieron con el agua helada hasta la cintura, tapados con algunas matas de pastos que afortunadamente lograron poner. El Cabo Verón, no tuvo tiempo ni lugar para entrar en el pozo y permaneció de espaldas y con su fusil sobre el pecho, en el agua en un socavón de 20 centímetros de profundidad de un chorrillo y también cubierto con pastos y ramas. El enemigo pasó prácticamente sobre ellos, pero no los descubrió.Cuando comenzó a oscurecer y habiendo permanecido varias horas en esas posiciones, con los cuerpos entumecidos por la temperatura del agua, del sector derecho se escuchó un disparo de fusil, seguido éste por una apertura de fuego de todas las armas en dirección al valle, donde estaba ocultos nuestros hombres, cuyos proyectiles pasaban por sobre las cabezas de los Comandos Anfibios. ¿Ejecutaban una exploración por el fuego?. Seguido de esto se produjo un silencio de 30 minutos aproximadamente, el cual fue roto por helicópteros que cumplían un movimiento constante en el sector. Para los Comandos Anfibios la noche sería el mejor momento para su desprendimiento. Recién con la oscuridad de la noche y luego de permanecer muchas horas en el agua helada, pudieron salir de la posición, primero arrastrándose porque tenían las piernas entumecidas por el frío, luego gateando para recuperar los movimientos, luego agazapados finalmente para proseguir el escape. También ellos marcharon entre tropas británicas que se dirigían a Puerto Argentino. Hasta que a mitad de camino, el lunes 31 de Mayo, al Sudeste de Monte Estancia fueron emboscados, dos de ellos fueron heridos gravemente (Pereyra y Lòpez) y los dos ilesos restantes (Alvarado y Verón) tomados prisioneros. Allí comenzó otra historia, la de su vida de prisioneros que no les fue fácil, ya que recibieron un trato muy duro por su condición de tropas especiales...

Relato: Referente al Capitán de Corbeta de Infantería de Marina Dante Juan Manuel Camiletti

Relatos Históricos de la Guerra de Malvinas