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martes, 22 de marzo de 2022

Biografía: Michael Scott (UK), comandante británico en Tumbledown

Michael Scott (oficial del ejército británico)






Michael Scott
3 de marzo de 1941 (80 años)
Nacionalidad Reino Unido
Servicio / rama del ejército británico
Años de servicio 1960-1997
Rango Mayor General
Los comandos se llevaron a cabo 2do batallón de guardias escoceses
Octava brigada de infantería
Comando escocés
Batallas / guerras The Troubles
Guerra de Malvinas

Batalla del Monte Tumbledown

Premios Compañero de la Orden del Baño
Comandante de la Orden del Imperio Británico
Orden de servicio distinguido

El mayor general Michael Ian Eldon Scott CB, CBE, DSO (nacido el 3 de marzo de 1941) es un oficial retirado del ejército británico que participó en la Guerra de las Malvinas y ocupó el cargo de secretario militar del ejército británico.



Saludando al Comandante Robacio, contra quién combatió en Tumbledown

Vida temprana

Educado en Bradfield College [1] y en la Royal Military Academy Sandhurst, Scott fue comisionado en la Guardia Escocesa en 1960. [2]

Carrera militar temprana

En 1965 fue nombrado escudero del duque de Gloucester. [3] En 1966 fue nombrado ayudante del segundo batallón de la Guardia Escocesa, [1] antes de convertirse en 1968 en ayudante de campo del conde Cathcart. [1]

A principios de 1981 fue nombrado Comandante del 2º Batallón de la Guardia Escocesa [1].

Guerra de Malvinas

Después de la recuperación de las Islas Malvinas por Argentina a principios de abril de 1982, a mediados de junio de 1982, Scott comandó el ataque victorioso del 2.o Batallón de la Guardia Escocesa y las unidades de apoyo en la Batalla del Monte Tumbledown contra las posiciones ocupadas por el 5. Batallón de Infantería Naval, que despejó el camino a Port Stanley y puso fin a la guerra. Al final de la campaña se le otorgó la Orden de Servicio Distinguido. [4]

Carrera militar posterior

De 1984 a 1986 estuvo al mando de la 8ª Brigada de Infantería en Irlanda del Norte durante la Operación Banner. [2]

En 1988 se convirtió en Subsecretario Militar [1]. En 1993 fue nombrado oficial general al mando de Escocia y fue gobernador del Castillo de Edimburgo. En 1995 fue designado para el cargo de Secretario Militar [2].

Vida posmilitar

Al retirarse del ejército británico después de treinta y siete años de servicio en 1997, se convirtió en el primer comisionado laico de denuncias del Consejo General del Colegio de Abogados [5].

Publicaciones

  • In Love & War, the Lives of General Harry and Lady Smith (2008).
  • Scapegoats: Thirteen victims of Military Injustice (2013).
  • Surrender at New Orleans: General Sir Harry Smith in the Peninsula and America (2014).
  • Royal Betrayal: The Great Baccarat Scandal of 1890. (2017).

viernes, 18 de febrero de 2022

Guardia escocés y su pesadilla al matar al dragoneante Galarza

El ex soldado británico de la Guerra de las Malvinas en camino a 'vencer a sus demonios'

Erik Mustermann || War History Online

 


Un exsoldado británico es atormentado por la muerte de un infante de marina argentino de 20 años a quien apuñaló con su bayoneta en la Guerra de las Malvinas de 1982.


Un infante de marina argentino Joes Luis Galarza fue apuñalado por un ex guardia escocés británico Gordon Hoggan durante la Guerra de las Malvinas de 1982. Sin embargo, Hoggan no estaba al tanto de la identidad de su enemigo a quien mató durante la guerra. Fue su contacto con la agencia periodística lo que supo más tarde del Marino Argentino y su familia.

Este asesinato del infante de marina argentino ha atormentado a Hoggan durante muchos años después de la guerra. Para superar este trauma, quería buscar la identidad del hombre que mató y también deseaba visitar a la familia del soldado enemigo muerto y devolverles el casco de su hijo.

Con ayuda de la agencia periodística se confirmó que el marino argentino muerto era Joes Luis Galarza. Galarza luego de terminar su graduación de la escuela secundaria se fue a hacer el servicio militar obligatorio para Argentina. Era muy aficionado a la guitarra. Fue dominador en el Quinto Batallón de Infantería de Marina. A los 20 años exhaló su último aliento el 14 de junio de 1982.

Además, la agencia de periódicos también pudo encontrar a su padre y hermanas. La familia de Galarza vive en Duggan, un lugar no muy alejado de Buenos Aires. Su padre Miguel Galarza rompió en llanto cuando le preguntaron por su hijo muerto y su casco. Su padre dijo: “Claro que quiero el casco”. Se emocionó tanto que no quiso hablar sobre la muerte de su hijo con los periodistas. Se encuentra feliz de ver las fotografías de su sonriente hijo en uniforme. Él dijo: “Lo recuerdo así”.

Por otro lado, Hoggan, quien actualmente tiene 55 años, dijo a la AFP que se prepara para visitar a la familia Galarza aunque aún no ha decidido su fecha de viaje a Argentina. Hoggan dijo: “A la familia le gustaría conocerme, así como a la asociación de veteranos en la que habría estado el tipo, su regimiento”.

También dijo: “Estoy feliz. Creo que va a ser un cierre para mí. Quiero seguir adelante y hacerlo; Quiero vencer a mis demonios”.

Hoggan dijo a la AFP lo difícil que fue para él hacer frente a las terribles pesadillas que lo perseguían incluso 32 años después de ese día. Estaba tan atormentado por la muerte de Galarza que sufrió una crisis nerviosa en 2001. Luego se enfrentó a la falta de vivienda en las calles de Londres durante 18 meses. Y finalmente se sometió a un tratamiento de trastorno de estrés postraumático, informa The Guardian.

Él dijo: “Me gustaría devolverles el casco, para el cierre en mi nombre. Puede que no lo quieran. Probablemente me odiarían. Maté a su hijo o hermano. Pero me gustaría explicarles por qué sucedió”.

En 1982, durante la batalla de siete horas de duración, Hoggan estaba luchando contra las fuerzas argentinas. En ese momento notó que en una cueva cercana dos soldados de la oposición estaban tomando su posición. Lamentablemente fue visto por estos dos soldados enemigos. Y en el momento en que Hoggan sacó su rifle, se atascó.

Hoggan dijo: “No tuve tiempo de quitar el cargador y limpiarlo, así que me lancé hacia adelante con mi bayoneta, lo apuñalé en el cuello y nunca tuvo la oportunidad de disparar. Era él o yo”.

martes, 27 de marzo de 2018

Ceremonia por los soldados identificados en Darwin: Visitando héroes

Así será la ceremonia por los soldados identificados en Malvinas: rosas de tela, rosarios que brillan y honores militares de la Guardia Escocesa

El lunes 26 de marzo en el cementerio de Darwin se colocarán las placas con los nombres de los 90 caídos que estaban enterrados bajo la consigna "Soldado Argentino Sólo Conocido por Dios" 

Por Gaby Cociffi | Infobae
Directora Editorial de Infobae | gcociffi@infobae.com




Llevarán rosarios de plástico fluorescentes para que brillen en la oscuridad de las islas. Dejarán sobre cada cruz dos rosas blancas de tela, porque el clima impide cultivarlas y no se permite el ingreso de material orgánico. No flamearán banderas en el cementerio de Darwin: ni argentinas, ni británicas, ni locales. Oficiará la ceremonia religiosa el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Buenos Aires, Monseñor Enrique Eguía Seguí, junto a  los líderes católicos padre John Wisdom y, protestante, reverendo Mercer. Viajará especialmente, volando más de 20 horas desde el Reino Unido y haciendo escala en Ascensión, solo para estar presente en el réquiem, el Abad Hugh. Se rezará el Padrenuestro. Y un grupo de gaiteros de la Guardia Escocesa homenajeará a los caídos en el conflicto de 1982 con "El Lamento" o "The Last Post", un toque militar de conmovedoras y largas notas que se usa en los entierros militares en los distintos países del Commonwealth para honrar a los caídos en combate.


El largo proceso para identificar las cruces de Malvinas comenzó en 2008 de la mano del veterano Julio Aro de la Fundación No me olvides

La ceremonia se llevará a cabo a las 10.50 del lunes 26 de marzo, donde los familiares de los 90 soldados hoy identificados podrán finalmente dejar una flor en la tumba, hacer una oración y llorar frente a la cruz de su ser querido.
Se llevarán dos Rosas por la Paz, del orfebre Juan Carlos Pallarols, realizadas con vainas de la guerra de Malvinas. Una será depositada por el coronel británico Geoffrey Cardozo -quien fue encomendado en 1982 para recoger de los campos de batalla  a los soldados argentinos y darles digna sepultura- debajo de la gran cruz del cementerio que él construyó después de la guerra. La otra será entregada a las autoridades isleñas, junto a una corona de flores de tela, por la Comisión de Familiares de Malvinas para que sean llevadas al cementerio de Playa Azul, también conocido como San Carlos, donde yacen 14 de los 255 soldados británicos caídos durante  el conflicto armado.
"Sueño con acostarme sobre la placa y hablar con él", dice Dalal Massad, madre de Daniel, caído el 11 de junio en Monte Longdon. "Durante muchos años pensaba 'ya está, es lo mismo', pero ahora me doy cuenta que saber dónde está me trae una paz espiritual que nunca tuve", reflexiona emocionada.
"Siento ansiedad por llegar y abrazar su cruz. Antes, cuando viajaba a las islas, me conformaba con besar las 121 cruces sin nombre y preguntar 'hijo, ¿a dónde estás?', ahora ya tengo la respuesta", conmueve Nélida Echave, madre de Horacio, caído en la batalla final.
"Tengo ansiedad y una emoción enorme. Yo había bautizado a mi hijo cuando nació y no quería irme de este mundo sin devolverle su nombre", confiesa Raquel Ugalde, madre de Daniel, caído en las últimas horas de la guerra.
El viaje organizado por la Secretaría de Derechos Humanos, a cargo de Claudio Avruj, con el apoyo del empresario Eduardo Eurnekian (Aeropuertos Argentina 2000 rentó los dos aviones para trasladar a los 210 familiares, más autoridades y periodistas), el trabajo del RENAPER para confeccionar los pasaportes y documentos de los deudos de los soldados en tiempo récord, y la coordinación de la Comisión de familiares Caídos en Malvinas, llevó semanas de negociación con la Embajada Británica en la Argentina y las autoridades de las islas.


El trabajo forense permitió reconocer 90 caídos cuyas placas, durante 36 años, rezaron “Soldado argentino sólo conocido por Dios”

"Después de tanta tristeza y de tanta desidia de los gobiernos con los familiares, este reconocimiento a nuestros héroes me llena de emoción. En todo este proceso aprendí que el dolor se puede transformar en amor y todas las broncas y dudas -que algunos familiares tuvimos cuando empezó este proceso- se pueden convertir en actos que sean una caricia al alma", dice María Fernanda Araujo, presidenta de la Comisión de Familiares y hermana de Eduardo, soldado caído en la batalla de Monte Longdon.
Las familias –las 107 que dieron las muestras de sangre, más allá de que el resultado no haya sido positivo– serán reunidas en un hotel en Capital desde las 10 de la mañana del domingo hasta las siete de la tarde. La Secretaría contará con psicólogos y médicos que contendrán a las madres, padres, hermanos, hermanas, esposas e hijos de los soldados en las horas previas al viaje. Será un día largo y difícil para muchos familiares que llegarán de parajes muy aislados de sus provincias y son gente muy mayor.


Las pertenencias de uno de los caídos en manos de su madre (Gustavo Gavotti)

A las nueve de la noche del domingo irá a despedirlos el canciller Jorge Faurie y habrá una conferencia de prensa para los medios con familiares y autoridades. Del gobierno nacional el único funcionario que viaja a las islas es Claudio Avruj, quien también estará presente. "Es un hecho histórico y para mí es un honor acompañar a las familias", reflexionó el secretario de DDHH.
En la madrugada del lunes, aproximadamente a la una, los ómnibus buscarán a las familias en el hotel para llevarlos a Ezeiza. Tres horas más tarde despegarán del sector FOB 01 rumbo a Mount Pleasant en dos aviones McDonnell Douglas MD-83 de la empresa Andes. Lo harán con 40 minutos entre un vuelo y el otro, ya que los aviones no pueden aterrizar con pocos minutos de diferencia en el aeropuerto de las islas.
Luego de tres horas de vuelo, llegarán a las islas, donde serán especialmente recibidos por las autoridades para evitar demoras en migraciones. Ocho combis esperarán a los deudos para llevarlos directamente a Darwin, un viaje que dura 40 minutos aproximadamente.


Las cruces en el cementerio de Darwin durante el proceso de identificación (AFP)

Allí cada familiar tendrá marcada la cruz de sus hijos con un color, que ellos mismos llevarán en tarjetas con sus nombres. Solo las familias y sus amigos ingresarán al cementerio: las autoridades y periodistas esperarán fuera del perímetro que delimita las 230 cruces en Darwin. 88 de las placas ya fueron colocadas, y las 2  últimas –cuyos resultados se conocieron hace solo dos semanas– serán llevadas en uno de los aviones para ser colocadas poco antes de la ceremonia. Si no se llega con el tiempo, la gente de la secretaría de DDHH tiene la opción de plotearla para que el familiar tenga sobre la tumba el nombre de su ser querido.
El cementerio fue puesto en condiciones por una empresa contratada especialmente para eso por Eduardo Erunekian. Se quitaron las flores y los rosarios ya lastimados por el inclemente clima y el tiempo y se acondicionó el lugar para que cada nueva flor y cada nuevo rosario pueda ser colocado en las 230 cruces.


Las 230 cruces, que guardan los restos de 237 caídos, en el cementerio argentino en Malvinas (NA)

Habrá una gran carpa con bebidas calientes y refrigerios, otras cuatro más pequeñas con asientos -previendo las inclemencias del clima-, una para las autoridades y otra para el área reservada para la prensa. También se dispusieron cuatro baños químicos. La intención de las autoridades es permitir que los familiares puedan quedarse hasta último momento en Darwin. Se estima que el primer vuelo partirá a las a primer hora de la tarde y minutos después lo hará el segundo avión.
El réquiem será de unos 20 o 30 minutos, luego llegarán las dos gaitas, y mientras algunos soldados de las Fuerzas Británicas del Atlántico Sur se retirarán del cementerio luego de ejecutar el toque de honor, otros quedarán apostados con sus armas en alto, rindiéndole honor y respeto a nuestros héroes de Malvinas.
El regreso está previsto entre las 17.30 y las 18 horas del del lunes. Llegarán a Ezeiza donde los esperarán los familiares que no pudieron viajar, periodistas, autoridades y hasta la posibilidad de la presencia del presidente Mauricio Macri, aún no confirmada. Para finalizar una jornada histórica se entonará el Himno Nacional.

sábado, 20 de mayo de 2017

La guerra y la marcha "Las rocas de Monte Tumbledown"



Rocas de Tumbledown
Por Ron Soodalter | History Net





Hace treinta y tres años, Argentina y Gran Bretaña emprendieron la guerra contra un remiendo de tundra en el amargo Atlántico Sur, y muchos todavía se preguntan por qué.

Durante semanas, los soldados del famoso regimiento de guardias escoceses de Gran Bretaña habían arrebatado el sueño en medio de los vientos de los huesos en los agujeros que se llenaban repetidamente de agua helada. Los hombres estaban sufriendo de congelación y el pie de la zanja, y las raciones se estaban agotando. Añadiendo a sus miserias, en este día en particular habían sufrido intensos bombardeos de artillería. Si bien esto podría describir un escenario de la Primera Guerra Mundial, la fecha era, de hecho, el 13 de junio de 1982, y las trincheras en las que las tropas británicas se amontonaban no se esculpían en un tramo de campo francés sino en tundra casi congelada por la base de Monte Tumbledown en las Islas Malvinas subárticas.

A pesar de los desafíos, la moral era alta, porque las tropas británicas se preparaban para acabar con su miseria al empujar a las fuerzas argentinas desde la accidentada escarpa que tenía delante. A los guardias se les había dicho que la fuerza enemiga comprendía reclutas jóvenes y mal equipados que corrían al primer destello del cañón. Habían sido gravemente mal informados.

La lucha por el Monte Tumbledown fue la última batalla en un conflicto que era, según los estándares modernos, una "pequeña guerra" y para muchos innecesaria. En palabras de un veterano del 2º Batallón de Gran Bretaña, el Parachute Regiment (2 PARA), la guerra era "corta, aguda y muy desagradable" y, a menudo luchaba de cerca con bayonetas y granadas, "como algo de la Primera Guerra Mundial Los soldados de ambos bandos no comprendían ni apreciaban ni las causas ni las apuestas; Sin embargo, las batallas no fueron menos feroces, las muertes no menos absurdas, que las que sufrieron en conflictos de mayor importancia mundial.

La lucha real duró sólo una cuestión de semanas, pero reclamó más de 900 vidas. Se libró en un territorio cuya propiedad había estado en disputa durante más de dos siglos. Las Islas Malvinas -un archipiélago en el Atlántico Sur que comprende dos grandes islas y 776 más pequeñas- se encuentran a unas centenas de millas de la costa de Argentina ya casi 8.000 millas del Reino Unido. Después de los conflictos coloniales con Francia y España sobre las islas, Gran Bretaña reclamó la soberanía en 1774, desembarcó tropas para reafirmar su dominio en 1833 y formalmente estableció las Malvinas como una colonia de la Corona en 1840. Los gobiernos sucesivos de Argentina habían sentido las islas, Sin embargo, ya lo largo de las décadas habían presentado una serie de protestas formales -y totalmente ineficaces-.

En 1982, la notoria y opresora junta militar que gobernaba la Argentina consideró que la toma de las Malvinas era una oportunidad para distraer a sus ciudadanos de los muchos problemas económicos y de derechos humanos que aquejan al país y unir a los argentinos tras una campaña de autojustificación. Por lo tanto, el 2 de abril, el argumento de que el control británico de las Malvinas (o Malvinas, como se les conoce en la Argentina) representaba un retroceso a los días del imperio, el comandante en jefe y el presidente de facto Leopoldo Galtieri desembarcó las fuerzas de ocupación en las Islas Malvinas, Capital, Port Stanley, y al día siguiente en el sur de Georgia en las islas Sandwich del Sur.

Galtieri y su halcón de guerra más vocal, Almirante Jorge Anaya, tenían razón en su expectativa de una oleada patriótica; Los argentinos olvidaron momentáneamente el peso insoportablemente inflado y las duras políticas de la Junta para recuperarse detrás de la ocupación. Pero Galtieri también estaba apostando a que los británicos habían perdido el interés en las Islas Falkland y Sandwich del Sur y mirarían hacia otro lado. No podría haber interpretado mal la situación o la resolución de la primera ministra Margaret Thatcher.

Irónicamente, muchos británicos en el momento no tenía idea de dónde estaban las Islas Malvinas, y mucho menos que eran parte del Reino Unido. El secretario de Estado de Defensa, Sir John Nott, escribió más tarde: "Debo confesar que no conocía muy bien las Islas Malvinas antes de la invasión ... [y] estaba un poco horrorizado al ver lo lejos que estaban". Las lejanas Malvinas y Georgia del Sur habían dejado de ser de interés comercial para el Reino Unido, seguían siendo dependencias británicas y el Ministerio de Defensa comenzó inmediatamente los preparativos para una respuesta total a la invasión de las islas del Atlántico Sur.

A los pocos días de la ocupación argentina, el gobierno de Thatcher-declarando que los 1.800 habitantes de las Malvinas eran "de tradición y población británica" - había establecido un gabinete de guerra y comenzado a armar una armada naval. En última instancia, el grupo de trabajo británico creció a más de 100 naves transportando 8.000 tropas terrestres para enfrentarse a la fuerza invasora argentina de unos 14.000 soldados. Mientras que los británicos presumían casi tres veces más naves, los argentinos tenían una ventaja de 3 a 1 en aviones de combate. Mientras tanto, los Estados Unidos, preocupados por la Argentina podrían atraer a la Unión Soviética a la lucha como un aliado, trató de detener el conflicto diplomáticamente. Cuando estos esfuerzos fracasaron, y se hizo evidente que la guerra era inevitable, Washington anunció un embargo sobre las ventas de armas a la Argentina, mientras proporcionaba a Gran Bretaña material de guerra. Europa apoyó en gran medida la acción británica; La mayor parte de América Latina se alineó con los argentinos.

Dos submarinos de la Marina Real pronto emergieron de las Malvinas, mientras que otros buques de guerra salieron de varios puertos británicos y requirieron buques de transporte civiles -incluyendo el buque insignia de la línea Cunard, la Reina Isabel 2- transportaron fuerzas terrestres a las islas. Debido a la llamada para una respuesta rápida, el transporte de tropas a la zona de guerra fue, en algunos casos, al azar en el mejor de los casos. Según el teniente Robert Lawrence de los guardias escoceses, QE2, que salió de Southampton el 12 de mayo, estaba "muy abarrotado de la totalidad de la 5 Brigada, los guardias escoceses y galés, Gurkhas y un montón de unidades de apoyo ... Cada pulgada de espacio se utilizó . "Las cabinas de dos personas alojaban de cuatro a cinco hombres, los comandantes de la unidad utilizaban cada aterrizaje de la escalera para los propósitos del entrenamiento, y los soldados funcionaban regularmente los circuitos de la cubierta superior del trazador de líneas para el ejercicio. Cuando QE2 llegó al sur de Georgia dos semanas más tarde, una fuerza de ataque de los comandos británicos del Servicio Aéreo Especial (SAS) y de los Royal Marines ya había asegurado la isla. Las Malvinas presentaron un desafío más desalentador.

La lucha por las Malvinas comenzó oficialmente el 1 de mayo, cuando un bombardero Vulcan de la Fuerza Aérea Real de largo alcance cayó de su carga útil en el aeropuerto de Port Stanley, y el Royal Navy Sea Harrier FRS1 derribó tres aviones argentinos. Siguieron bombardeos navales y aéreos nocturnos. Inicialmente, la acción naval representó el mayor número de víctimas, con fuertes pérdidas de barcos y vidas de ambos lados. El aterrizaje sostenido de las fuerzas terrestres británicas comenzó el 21 de mayo, siete semanas después de la invasión argentina, en San Carlos Water, una entrada en la costa oeste de la isla de Falkland Oriental. A partir de ahí se ordenó a 2 PARA atacar a los argentinos en el asentamiento de Goose Green. Una vez que se hubieran asegurado el lado occidental de la isla, los británicos lucharían su camino hacia el este para apoderarse de Puerto Stanley y efectivamente terminar el conflicto.

La pelea por Goose Green fue un asunto sangriento. La fuerza defensora argentina de 1,000 hombres, aunque incluyó conscriptos en gran parte no probados, superó en número a los paracaidistas británicos casi 2 a 1. Ambas partes recibieron bajas, con las PADs dando mucho peor de lo que recibieron. La batalla se balanceó durante un día completo y una noche. Finalmente, los PARAs -a pesar de la muerte de su comandante carismático, el teniente coronel Herbert "H" Jones- ganaron la ventaja. Fríos, agotados y con poca munición, los argentinos finalmente se rindieron.

A mediados de junio, después de agotadoras marchas de cross-country ("yomps", en la mancomunidad de los Royal Marines) con paquetes completos en climas amargos a través de la tundra de las Malvinas, las fuerzas británicas estaban a una distancia notable de Port Stanley, pero enfrentaban un fuerte perímetro defensivo -un anillo de colinas ocupadas por unidades militares y marinas excavadas en el ejército argentino. A 750 pies, el objetivo más desafiante era Mount Tumbledown, una colección de peñascos, losas y rocas que constituían una posición defensiva ideal.

En la mañana del 13 de junio, helicópteros volaron a los hombres del 2º Batallón, Guardias Escoceses, desde Bluff Cove hasta un área de estadio cerca de Goat Ridge, donde pronto comenzaron a tomar fuego de artillería pesada y mortero. Mientras aguardaban órdenes, algunos de los guardias -muchos recién salidos de la ceremonia en Londres y nuevos en combate- preguntaron a unos pocos de la élite PARAs, que había capturado recientemente a Goose Green, cómo los argentinos habían actuado en combate. Uno respondió: "Consiga a 200 metros de ellos, y se escaparán". Sólo más tarde los guardias aprendieron que los PARA habían enfrentado a conscriptos adolescentes pobremente equipados y entrenados.

La fuerza argentina que esperaba en Tumbledown era otra raza enteramente. En su mayoría de 20 años, eran los hombres del 5to Batallón de la Marina, tropas altamente entrenadas y motivadas con experiencia en combate en la reciente guerra civil argentina. Estaban bien abastecidos, equipados para el clima frío y, en algunos casos, mejor equipados que los británicos. También habían sido entrenados en peleas nocturnas ya pesar de las garantías de los PARA británicos, no corrían. "Habían tenido años de agresión", escribió Lawrence. Estaban muy acostumbrados. Gente como yo, por otra parte, sólo semanas antes había estado haciendo el cambio de guardia en el Palacio de Buckingham; No es exactamente la mayor experiencia para combatir una guerra en alguna isla olvidada por Dios en medio de la nada ".



Al prepararse para el ataque británico, los marines argentinos habían cavado un intrincado sistema de bunkers, se familiarizaron con el terreno y establecieron un plan para el apoyo coordinado contra incendios. En el respaldo se encontraban seis morteros de 81mm, seis morteros de 106mm, una batería de obús y dos grupos de artillería del ejército.

El plan de batalla británico era directo y dependía de las unidades de fusil de los guardias escoceses divididas en tres compañías. Primero en la lucha, la Compañía G fue a tomar el flanco occidental de la montaña. Hecho esto, Left Flank Company iba a pasar por el área capturada y tomar la cumbre. Right Flank Company debía avanzar a través de la zona de Left Flank y asegurar el flanco oriental de Tumbledown. Dos fragatas de la Marina Real -Yarmouth y Active- se encontraban en alta mar para proporcionar apoyo naval.

La operación fue planeada inicialmente como un asalto diurno, pero la subida era larga y escarpada, sobre y alrededor de escarpas traicioneras, y los soldados habrían hecho blancos fáciles. Las mentes más sabias prevalecieron, y el comandante del batallón, el teniente coronel Michael Scott, puso el asalto a Tumbledown para poco después del anochecer del día 13. Para entonces, las fuerzas británicas habían tomado el cercano Monte Harriet, Two Sisters Ridge y, a pesar del prolongado fuego de artillería argentina y de las grandes bajas, el Monte Longdon.



La primera fase del plan presentó una maniobra de diversion. En la oscuridad de reunión, una fuerza de unos 30 Guardias Escoceses de la Compañía de la Sede, apoyada por cuatro tanques ligeros de los Blues y Royals, se dirigió hacia el sur cerca del Monte Guillermo en un intento de llamar la atención del enemigo. Pronto tropezaron con trincheras argentinas y después de un intenso tiroteo en el que murieron dos guardias y cuatro resultaron heridos, se retiraron directamente a un campo de minas no detectado. Cuatro hombres más resultaron heridos al lanzar minas, que a su vez dieron a los argentinos un claro blanco de morteros y artillería. Afortunadamente para los británicos, las cáscaras casi todas aterrizaron en la turba suave, que absorbió las explosiones; De lo contrario, el resultado habría sido catastrófico. Su misión completada, la fuerza de diversión se retiró, en el proceso de la pérdida de uno de sus tanques a una trampa.

A media hora del compromiso, poco después de las 10 de la noche, G Company comenzó el asalto a Tumbledown. Para su gran sorpresa la compañía no encontró prácticamente ninguna resistencia y aseguró rápidamente su objetivo. Moviéndose hacia arriba, los hombres de Flanco de Izquierda, sin embargo, pronto se encontraron involucrados en peleas cuerpo a cuerpo con bayoneta fija. En la lucha más feroz de la batalla, siete guardias murieron mientras intentaban la cumbre. Los británicos dispararon cohetes antitanques en posiciones enemigas, pero los argentinos se detuvieron, lloviendo con morteros y ametralladoras contra los guardias. Fue, Lawrence escribió, "la batalla de fuera y fuera, la lucha más completa posible." Lanzándose en el centro de la lucha, el mayor John Kiszely, comandante del flanco izquierdo, disparó a dos soldados enemigos y bayoneted un tercero. Aunque repetidamente apuntado, él milagrosamente sufrió solamente una bala golpea su brújula. Kiszely fue posteriormente galardonado con la Cruz Militar por sus acciones esa noche.

Cuando un poste de una ametralladora estratégicamente colocado detuvo el flanco izquierdo, Cold Flank Company subió la montaña en apoyo. Era un camino áspero, por encima de una caliza que cedía bajo las botas de los soldados. A medida que subían, se encontraron con tiendas de campaña argentinas, desocupadas, que contenían cajas de muy sofisticadas pantallas nocturnas IWS (vista de arma individual), "el grado superior absoluto", recordó Lawrence, "más avanzado que los que teníamos nosotros mismos. Nos hizo preguntarnos ... qué había por delante.

Lo que quedaba inmediatamente por delante de Right Flank era un intenso fuego enemigo. Cuando los guardias intentaron un ataque de flanco contra la posición de la ametralladora argentina, el equipo enemigo de inmediato desplazó su atención del flanco izquierdo hacia ellos. El peligro venía de todas partes, como las rocas circundantes ricochetearon rondas en todas direcciones. En la cabeza de su pelotón Lawrence "trató de hacerme desaparecer en el suelo, boca abajo en la suciedad." En última instancia, lanzó una granada de fósforo directamente en la posición de ametralladora enemiga, deteniendo el fuego y la red de los británicos varios prisioneros. Esto dio a los guardias su primera mirada cercana a sus enemigos. Los marines argentinos, señaló Lawrence, "llevaban un uniforme de estilo americano: grandes parkas verdes con telarañas por encima".

A lo largo de la lucha, la montaña se bañó en una luz sobrenatural a medida que las bombas de iluminación de las bombas de los buques británicos cayeron lentamente sobre paracaídas, proyectando largas y misteriosas sombras sobre el escarpado paisaje. Añadiendo a la otra mundanalidad de la escena fue una sorpresa ventisca que envió nieve remolino alrededor de las siluetas figuras de lucha.

Mientras luchaban por recuperar su ímpetu y continuar el ascenso, los guardias escoceses encontraron fuego de francotirador de soldados argentinos ocultos en los peñascos más altos. Un guardia intentó escalar una roca que protegía a un francotirador enemigo y le dispararon. Frente a tales disparos, explosiones y trampas, los guardias luchaban hacia la cumbre, un hombre avanzaba mientras otro lo cubría. "Recuerdo haber pensado," escribió Lawrence, "que esto era como las películas."

Alrededor de las 2 de la madrugada, después de detenerse nuevamente para reagruparse, los guardias escoceses atacaron las posiciones de los Cinco Marines desde varias direcciones, superándolas una por una. Durante las tres horas siguientes, capturaron todos menos tres de los retazos enemigos.

La acción continuó durante la noche, y cuando el cielo empezó a aclararse, algunos de los guardias se habían quedado sin munición. Entre ellos estaba Lawrence. Al ver a un soldado enemigo en el suelo a su frente, él bayoneted el hombre, más tarde señalando: "Él giró salvajemente ... y mi bayoneta estalló." Usando la única arma que tenía, Lawrence recordó: "Lo apuñalé y lo apuñalé de nuevo Y de nuevo, en la boca, en la cara, en las entrañas, con una bayoneta a presión. Fue absolutamente horrible. Apuñalar a un hombre a muerte no es una manera limpia de matar a alguien. "

Lawrence entonces cogió el rifle del muerto, y usando su IWS para realzar su visión de la noche, tiró a un francotirador y tomó el arma de ese hombre también. Para entonces Lawrence estaba cerca de la cumbre, buscando desesperadamente una administración y un área de suministro enemigas. "Una vez que hubiéramos tomado eso, habríamos tomado toda la montaña."

Cuando Lawrence llegó a la cumbre, otros guardias de varios pelotones se cerraron detrás y alrededor de él. Mientras contemplaba las luces de Port Stanley, a unas cuatro millas de distancia, un rifle enemigo en cada mano, una ronda de 7.62 mm de alto alcance que golpeaba a la armadura, se estrelló contra su cabeza a 3.800 pies por segundo, destruyendo casi el 45 por ciento de su cerebro. Lawrence se encontraba en el frígido terreno durante horas antes de que un helicóptero llegara para evacuarlo y el otro herido. Al regresar a Inglaterra, sus primeras palabras al ver a su padre, un comandante retirado de la Fuerza Aérea Real, fueron: "Oh, papá ... no valió la pena".

Singularmente y en pequeños contingentes, el resto de los guardias escoceses se abrieron camino hasta la cumbre. A las ocho de la mañana, después de lo que un soldado británico denominó "horas de lucha pulgadas por pulgada por las rocas, usando granadas de fósforo y armas automáticas", Tumbledown estaba, en su mayor parte, en manos de los guardias. Los combates continuaron en el flanco oriental de la montaña, pero -bajo de municiones y refuerzos negados- el 5º Batallón de Marina de la Armada argentina fue finalmente obligado a rendirse. A las 9:45 a.m., unas 12 horas después de que sonó el primer disparo, el fuego cesó.

Mientras tanto, los propios rifles Gurkha del Duque de Edimburgo habían pasado por alto Tumbledown para capturar el Monte Guillermo al sur, mientras que los Guardias Gales se apoderaron de Sapper Hill y 2 PARA tomaron Wireless Ridge. El camino a la capital estaba abierto, la guerra prácticamente terminada. Sin embargo, el comandante de la Unidad de Comando de los Royal Marines elogió a los marineros argentinos derrotados: "[Ellos] marcharon con elegancia, sosteniendo sus colores de regimiento mientras caminaban por las calles de Port Stanley". Para su decepción, los argentinos empaparon sus estandartes con gasolina y los quemaron hasta convertirlos en cenizas mientras sus enemigos observaban.

Milagrosamente, Robert Lawrence sobrevivió pero con daño físico permanente que incluye parálisis parcial. Fue uno de los 43 soldados británicos heridos en Tumbledown; Nueve habían sido asesinados. Los marines argentinos habían sufrido al menos 30 muertos y 100 heridos. Sunday Times de Londres más tarde compartió con sus lectores que en Mount Tumbledown "los guardias escoceses se enfrentarían a la acción más dura de todos. Allí un batallón marino argentino bien entrenado fue excavado pesadamente en una serie de bunkers intrincados, cortados en la roca ... El poder de fuego de los infantes de marina era intenso e impresionante. "

Por su actuación en la batalla, los hombres del 2º Batallón, Guardias Escoceses, recibieron dos Medallas Distintas de Conducta (una póstuma), dos Medallas Militares, una Orden de Servicio Distinguido y dos Cruces Militares, una de las cuales fue a Lawrence. Dos miembros del 9 Escuadrón PARA, Ingenieros Reales, recibieron Medallas Militares, y un piloto de helicóptero que repetidamente arriesgó su vida para transportar a los heridos de la montaña durante el combate recibió la Distinguished Flying Cross.

Después de la batalla, el comandante James Riddell de los 2os guardias escoceses se paró cerca de la cresta rocosa de Tumble-down, acunando sus gaitas para jugar una marcha rápida que frecuentaba él había compuesto para conmemorar las acciones de su regimiento. Él lo llamó "Los riscos de Tumbledown Mountain", y se convertiría en un elemento básico en eventos con música de tubo. Su no era la única melodía escrita sobre la campaña de Malvinas. Pink Floyd, Dire Straits y Elvis Costello, entre otros, también pesaron, pero lejos de conmemorar la guerra, sus canciones eran una acusación de las acciones de Gran Bretaña.

Tampoco estaban solos en su desaprobación. Aunque el gobierno de Margaret Thatcher llevó una ola de sentimiento popular a otro mandato, muchos británicos continuaron cuestionando la necesidad de un conflicto armado que cobró la vida de 649 militares argentinos y 255 británicos, así como tres isleños de Malvinas y dejó miles Más heridos por una antigua posesión de valor cuestionable, a miles de kilómetros de distancia, que pocos de sus compatriotas habían sabido que existían. En cierto sentido, las cifras de víctimas son engañosas. Según la Asociación de Medallas del Atlántico Sur (SAMA, por sus siglas en inglés), una organización no gubernamental que representa y apoya a los veteranos de las Malvinas, en un plazo de 20 años desde el final de los combates, se estima que 264 veteranos británicos -más que muertos en combate- se suicidaron, Resultado del trastorno de estrés postraumático. No se ha actualizado a estas cifras en los últimos 13 años, ni las evaluaciones del número de veteranos argentinos que se suicidaron sobre lo que el veterano de combate Robert Lawrence recuerda como una guerra "corta, sangrienta, húmeda y sucia" borde del mundo."


Ron Soodalter ha escrito para la Guerra Civil Americana, la Guerra Civil, el Oeste Salvaje y el Smithsonian. Para leer más, él recomienda Tumbledown: When the Fighting Is Over, de John Lawrence y Robert Lawrence; "Reevaluación del desempeño de la lucha de los soldados conscriptos durante la Guerra Malvinas / Malvinas (1982)," por Alejandro L. Corbacho; Y la batalla para las Malvinas, por Max Hastings y Simon Jenkins.

martes, 22 de diciembre de 2015

Ejército británico: Scots Guards

Scots Guards
Guardias Escoceses

Los guardias escoceses son parte de 12° Brigada Blindada de Infantería. Aunque famoso por sus pieles de oso y túnicas escarlata, son sólo una parte del día del Regimiento a día las tareas. En primer lugar los guardias escoceses son soldados de infantería de combate, entrenados y listos para desplegarse en las operaciones en cualquier momento, en cualquier lugar del mundo.

Infantería Mecanizada

Los soldados del 1er Batallón, la Guardia
Escocesa, se muestran patrullando
Lashkar Gar en la Provincia de Helmand,
Afganistán, mediante
el Husky (Highly Protected
Mobile Tactical Vehicle
Technical Support).
 La Infantería Mecanizada es un papel de primera línea en la batalla cuerpo listo. Los guardias escoceses son todos los soldados de infantería en primer lugar, pero también son pilotos cualificados, artilleros y los comandantes sobre los últimos vehículos utilizados en operaciones en Afganistán.

Un Batallón de Infantería Mecanizada es uno de los elementos clave de una Brigada Mecanizada. El batallón está siempre listo para el siguiente desafío probable que se enfrenta el país, y para proporcionar una capacidad de infantería rápida montada para hacer frente a una crisis en el país o en el extranjero.


1er Batallón Scots Guards


Un soldado de la guardia en el
ejercicio en la hierba con un arma. 
El Batallón está estacionado actualmente en Catterick, North Yorkshire donde permanecerá hasta mediados de 2015. Después de que se trasladará a Aldershot, que se debe a convertirse en el nuevo centro de excelencia para la Infantería Mecanizada. El batallón se compone de tres compañías de fusileros, una compañía de armas de apoyo que incluye reconocimiento, Pelotones anti-Tanque, mortero y de ametralladora y una compañía de Cuartel General.
La vida en el Batallón es variada y desafiante. Un día usted podría estar conduciendo a través de las llanuras de Alberta, Canadá, en un Mastín, y al siguiente estás empacando su equipo para ir en un ejercicio de entrenamiento de aventura en Nepal. El Batallón compite al más alto nivel en el fútbol y el rugby, mientras que muchos guardias representan la Batallón de esquí de fondo, esquí y squash. Hay más de 45 deportes diferentes que se ofrecen, y si eres lo suficientemente bueno puede jugar hasta Ejército, o incluso nacional.
Los guardias escoceses están muy orgullosos de su servicio ininterrumpido y la lealtad a la reina y el país. Tienen una reputación duramente ganada como la lucha contra los soldados. Los guardias escoceses han realizado sobre las operaciones de todo el mundo, pero más recientemente en Irak, Afganistán y las Islas Malvinas.

Compañía F 


lA Compañía F de los Guardias Escoceses marchan por las calles de Londres a los Cuarteles de Wellington Barracks.
La F Company es una pequeña rama independiente del Regimiento que tiene su base permanente en Londres. La F Company ofrece a los Guardias Reales del Palacio de Buckingham, el Castillo de Windsor y la Torre de Londres.
Usted puede esperar una pequeña gira en la Compañía F al término de la formación como un soldado de infantería de combate recién titulados. Cuando no está en deberes reales que proporcionan el "escaparate" para el país, los Guardias de la Compañía F se pueden encontrar en el ejercicio en todo el mundo. Viajes recientes incluyen Polonia, Kazajstán, Belice y España.

British Army

sábado, 19 de diciembre de 2015

Scots Guards: De Tumbledown a Afganistán

Cabo Mark Cape 
18 años
1er Batallón Guardia Escocesa
Monte Tumbledown -Guerra de Malvinas
* Guerra Afganistán



"..EL COLORADO CAPE , DE JOVEN CABO EN MALVINAS A CAPITÁN EN AFGANISTÁN .."

Malvinas, héroe británico que ayudó a "reconquistar" a las islas volvió a la línea del frente en Afganistán (Agosto 2012)

En 1982, con 18 años de edad, Mark Cape, era un cabo británico que fue uno de los héroes que ayudaron a recapturar a las Islas Malvinas después de la toma argentina.

Luchó en una de las batallas más feroces de la campaña para tomar el Monte Tumbledown, y experimentar el horror de camaradas que se mataron e hirieron mutuamente.

Él y sus colegas en los Scots Guards del primer batallón (Guardia Escocesa) , enfrentó duramente a soldados argentinos en zanjas excavadas en la ladera y contra ametralladoras pesadas. La lucha fue a menudo mano a mano con las bayonetas.

Pero la victoria obligó a los argentinos a rendirse - y el territorio británico a distancia fueron recapturados.

Décadas después, el capitán Cape, ahora de 48 años, está volviendo a la línea del frente en Afganistán. Él es uno de un pequeño grupo de soldados que han servido en ambos conflictos.

Ahora es de Intendencia del Regimiento del 1er Batallón Scots Guards ', a cargo de las tiendas y equipos por valor de cientos de millones de libras.

El tendrá el trabajo vital de asegurar que las tropas tienen el kit y equipo adecuado - todo, desde radios portátiles y paquetes de raciones a municiones y vehículos blindados - en el momento adecuado.

Recordando la batalla de día y de noche de 19 horas de duración para tomar Tumbledown, con vistas a la capital de Malvinas , el capitán Cape, un padre de dos niños de Carlisle, Cumbria, dijo:

"Hasta el momento hemos arreglado bayonetas para iniciar la misión parecía como un juego..."

"Entonces estábamos en el extremo donde recíbiamos las rondas de ametralladoras pesadas , y eso fue aterrador. Se podía oír a sus propios hombres gritando a su alrededor y que decían a los soldados argentinos donde apuntar...."

Los equipos suministrados en las Malvinas eran "básicos", dijo el capitán Cape. Botas con lados de cartón y calcetines de nylon que nunca se secan en las condiciones invernales mojadas, por lo que la condición de pie de trinchera al estilo 1er. Guerra Mundial era moneda corriente.

Soldados armados con rifles de asalto, ametralladoras y municiones también fueron cargados de suministros de alimentos en conserva en sus mochilas.
Aunque parezca increíble, muchos soldados tiraron chalecos antibalas y cascos para poder reaccionar más rápidamente en la batalla.

Su compañía, flanco izquierdo, perdió nueve de sus 106 hombres en Tumbledown. Otros 26 resultaron heridos.

Después de las Malvinas, el capitán Cape sirvió en Irlanda del Norte e Irák.

Ahora está a la espera de jugar su parte en su primer período de servicio en el bastión talibán de Helmand.

Él relata :

"Es divertido ver en cuanto a armas en el Ejército ha cambiado mucho desde mi primer despliegue. En las Malvinas teníamos un equipo muy primitivo . Hoy entrenamos con un equipamiento de última generación que sin duda ha salvado miles de vidas ".

El Capitán Cape cuenta que es un "privilegio" ser parte hoy de la cuarta Brigada Mecanizada - apodado las ratas negras - para su gira de seis meses a partir del próximo mes.

"A mi edad quiero aprovechar todas las oportunidades", dijo.

Pero admite que será un tiempo de ansiedad por su esposa Catherine y sus hijos Harry, de 21 años, y Alex, 17.

"La implementación de las operaciones y estar lejos de su familia durante tanto tiempo es difícil para todos y no lo hace más fácil con la experiencia."

(Traducido por Google Traductor- Adaptado y corregido por FDLGDM)

UN FRAGMENTO DE UN RELATO RESPECTO A SU ACTUACIÓN EN MALVINAS - BATALLA DE MOUNT TUMBLEDOWN :

"..El soldado escoses Mark Cape más tarde revelaría que otro grupo separado de la Compañía Flanco Izquierdo también sufrió bajas en la cumbre de Tumbledown/Destartalado:

- "...Nos movimos hacia una posición adelantada.
Pronto estaba sentado en la cima de la montaña, el enemigo se habia retirado.
Habia tenido un montón de fuego viniendo hacia mi, y una gran cantidad de personas se posicionaron a mi alrededor.
El comandante de la sección se acerca a mi y me dice:

" Bien, usted puede descansar ahora."

De repente, oigo algo en las rocas y todos nos decimos,

'¿Qué es eso?' Alguien pregunta: "¿Quién anda ahí? ' ...

Nos pusimos en contacto en la radio y preguntamos si el Flanco Derecho había pasado a través de nuestras lineas.
Desafortunadamente, en ese momento el operador de la radio es alcanzado y no obtuvimos una respuesta .

Las personas con que nos enfrentábamos eran argentinos ... Granadas de mano caen en nuestra posición. El comandante de la sección es alcanzado y el segundo encargado cae al suelo, sin ningún movimiento visible.

Todo lo que queda ahora son cinco guardias y gritábamos como lunáticos, abriendo fuego a cualqiera cosa que moviera, todo alrededor nuestro, hasta que tomamos el control entre nosotros.

El enemigo se retiró, pero el comandante de sección seguía gritando y gritando. La mayor parte de su cara había desaparecido debido a la explosión.

Lo bajamos porque él estaba delatando nuestra posición.

Logramos poner una inyección de morfina en él y eso lo calmó ... El comandante de la compañía gritó:

'¿Qué está pasando? '

... Mientras tanto , el Flanco Derecho estaba pasando al asalto a través de nuestras posiciones ...

Desafortunadamente para ellos, sufrieron varias bajas. Atacaron demasiado rápido y no revisaron todas las posiciones. A medida que avanzaban, el enemigo aparecia por detrás disparandolos..."

facebook : Fotos de la Guerra de Malvinas

miércoles, 11 de marzo de 2015

Las reales bajas escocesas en Tumbledown

Álbum dedicado a la investigación de las bajas escocesas en la batalla de Monte 

Del Facebook de Guillermo C. Torrilla

Tumbledown , donde tuvieron destacada participación los marinos argentinos del BIM5.
El debate surge por la afirmación del comandante argentino que pone en duda las reales bajas británicas en un combate de gran magnitud contra los Scottish Guards. Otras fuentes citan que también participaron el regimiento de fusileros Gurkhas y otras unidades minimizando la actuación de la G uardia Escocesa . Diarios, films, libros y testimonios británicos contradicen lo expuesto, y la parte argentina eleva la cifra de 9 bajas a por lo menos 300.

Sea cierto o no los dos bandos destacan las cuotas de heroísmo y arrojo por parte de ambos combatientes en una feroz batalla , que fuera el cierre de la defensa argentina luego de semanas de encarnizado combate cuerpo a cuerpo.



La tapa de un diario titula : "Los ùltimos hombres en casa ". En un camiòn son transportados menos de una decena de cuerpos de la Guardia Escocesa que perecieron en una de las ùltimas batallas por Puerto Argentino