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martes, 19 de noviembre de 2024

El helicopterista que recuperó las islas y sobrevivió al Belgrano

Malvinas: el helicopterista que participó de la recuperación de la islas y sobrevivió al hundimiento del Belgrano

El autor era aviador naval de los Alouette durante 1982. El 2 de abril de 1982 integró el Grupo Aeronaval Embarcado, a bordo del Portaaviones ARA 25 de Mayo. Ocho días más tarde, se embarcó en el Crucero General Belgrano. Sus vivencias, el recuerdo de sus camaradas, los dramáticos instantes cuando fueron alcanzados por los misiles del Conqueror y los días congelado en las balsas antes del rescate

El helicóptero Alouette con el teniente de corbeta Mario Carranza Horteloup y como piloto el teniente de fragata José Callisto

Hacía unos días que había regresado a mi Escuadrilla de helicópteros Aeroespatiale Alouette III luego de participar de la recuperación de nuestras islas Malvinas el 2 de abril, como integrante del Grupo Aeronaval Embarcado (GAE), a bordo del Portaaviones ARA “25 de Mayo”. Aún escuchaba las palabras del comandante del portaaviones, capitán de navío Sarcona, cuando reunió a los oficiales en el comedor del buque para comunicarnos que nuestro verdadero destino era Malvinas y nuestra misión recuperarlas.

Aún sentía las emociones de la experiencia vivida. Recordaba, con cierta resignación, las transmisiones de las radios chilenas anunciando que “el portaaviones argentino había sido hundido por un submarino inglés”. Tenía claro que mi próximo evento trascendente sería el viernes 16 de abril en Buenos Aires como testigo del casamiento de mi íntimo amigo, aviador naval y compañero de promoción el teniente de corbeta Arturo Médici.

Estaba en la sala de pilotos de mi escuadrilla cuando recibí la orden de embarcar con un Alouette en el Crucero ARA “General Belgrano”
. La configuración ordenada era la de ataque antisuperficie y antisubmarina, es decir misiles AS-12 y torpedos. Por eso, la tripulación debía estar conformada por un Comandante Táctico es decir un adiestrado guiador de misiles aire–superficie, que recayó en el teniente de fragata Juan José Callisto, un piloto táctico que era yo mismo y un especialista en armamentos, el suboficial mayor aeronáutico Ramón Barrios. Para el mantenimiento y soporte técnico en armas y electrónica embarcaron el suboficial segundo Roberto Lobo, el cabo principal José María Gómez, el cabo primero Adolfo Suárez y los cabos segundos Guillermo Ricardo Carro, Dalmiro Horacio Muñoz y Néstor Andrés Scheffer, todos integrantes de la Escuadrilla. El suboficial mayor Barrios era el segundo más antiguo de la unidad. Cuando llegó la orden de embarcar se presentó al Segundo Comandante diciendo que debía ir porque no había nadie con más experiencia y conocimiento sobre los sistemas de armas que él, lo cual era cierto. Barrios era un señor. Fue un conductor para su gente y un ejemplo para todos.

Alouette lanzando misiles AS-11

Con el Alouette matrícula 3-H-105 anavizamos en el Crucero el 10 de abril de 1982. El buque estaba amarrado a muelle y de inmediato fue hangarado. El hangar estaba a popa debajo de la plataforma principal y por diseño estaba previsto guardar allí, un hidroavión. La pluma permitía sacar el hidroavión del hangar y apoyarlo en la superficie del mar para que el avión pudiera despegar. Nunca la Armada Argentina había operado con un hidroavión desde el Crucero Belgrano. Sin embargo, a uno de esos ingeniosos hacedores que siempre existe se le ocurrió reanalizar su uso para embarcar un helicóptero sin que eso implicara perder la capacidad de las dos torres de artillería de popa con tres cañones de 5 pulgadas cada uno. Este hacedor fue el capitán de corbeta Enrique Gómez Paz. La maniobra de hangarar y deshangarar el helicóptero con la pluma había sido ensayada y practicada durante la navegación de enero del Crucero a Ushuaia llevando a los cadetes navales. El éxito fue absoluto.

Estando todos a bordo la zarpada se pospuso varios días por razones que desconocíamos. Indudablemente obedecía a la evolución de la situación internacional del conflicto. Finalmente, el 16 de abril zarpamos y pusimos rumbo al sur. Me preocupaba mi faltazo al casamiento, sin previo aviso, y como lo subsanarían llegado el momento.

El navío entró en Ushuaia para reabastecerse de combustible y munición 40-60, además se realizaron reuniones de coordinación relacionadas con las operaciones en curso. En la tarde del 26 de abril el Crucero General Belgrano dejó Ushuaia por última vez. Nunca volvería a un amarradero en territorio nacional.

Esta pluma (grúa) es la que permitía deshangarar al hidroavión original

Comenzaba con la misión impuesta, que consistía en patrullar el sector sur de la Isla de los Estados y de Malvinas, para detectar un posible tráfico marítimo británico y constituir un Grupo de Tareas Naval de diversión y engaño para los británicos y por supuesto vigilar y disuadir a la marina chilena si eventualmente cruzaba.

Efectuamos varios vuelos de simulacro de ataque a buques con misiles AS-12, algunas tareas de exploración y el menos agradable de avión blanco para las ejercicios de tiro antiaéreo. En esos adiestramientos vimos trabajar a nuestros hombres y a los del buque. Los más complicado era el cambio de configuración del helicóptero. El suboficial Roberto Lobo era quien estaba a cargo del mantenimiento mientras el suboficial mayor Barrios tenía los sistemas de armas. La coordinación y el trabajo en equipo era fundamental, pero a eso se agregaba el buen ánimo y el mejor humor. En cada cambio de configuración todos trabajaban y lo hicieron en tiempos récord. Armas, Mecánicos y Electrónicos: todos eran todo. Siempre estuve orgulloso del personal de la Escuadrilla, pero allí fueron un reloj, una máquina. Los nueve éramos un equipo.

Durante varios días operamos con las lanchas rápidas ARA “Indómita” y ARA “Intrépida”. En una nueva asignación de medios ordenada por la superioridad, los destructores ARA “Piedrabuena” y “Bouchard” junto al Buque Tanque “Puerto Rosales” de YPF se incorporaron a nuestro Grupo de Tareas 79.3 cuya nave capitana era el Crucero “General Belgrano”.

El Crucero ARA General Belgrano en Ushuaia

El 29 de abril, al teniente Callisto se le ordena examinar un lugar de aterrizaje para nuestro helicóptero en la Isla de los Estados para establecer un pequeño campamento. La razón era que el Crucero debía navegar a un rumbo general 090º / 120º y si para empeñarse en combate y abrir fuego, el helicóptero en cubierta constituía una limitación y debería ser evacuado inmediatamente para usar las baterías de popa. El hangaraje requería algo de tiempo y maniobra.

A fin de inspeccionar el lugar, con el teniente Callisto nos trasladamos al Aviso ARA “Gurruchaga” que nos dejó en proximidades de la playa de Isla de los Estados. Desembarcamos en un zodiac del Aviso a cargo del guardiamarina Carlos Enrique Aguilera para buscar un sitio conveniente. Esta tarea nos llevó varias horas. Luego de examinar el lugar y evaluar el soporte logístico necesario para operar desde la isla se asesoró que no era una opción adecuada.

Nuevamente a bordo del Crucero, el comandante ordenó a los buques poner proa al Este. Aparentemente la misión de nuestro Grupo de Tareas había cambiado. Alguna información sobre un ataque inglés al aeropuerto de Puerto Argentino había llegado.

El 1º de mayo realizamos el que iba a ser el último vuelo del 3-H-105. Buscamos a los comandantes de los destructores escoltas capitán de fragata Horacio Grassi y capitán de fragata Washington Bárcena para una reunión de coordinación a bordo del Belgrano a cargo del capitán de navío Bonzo, comandante del Crucero y del Grupo de Tareas 79.3. Algunas horas más tarde los trasladamos de regreso a sus navíos y el helicóptero fue hangarado. Nunca más desplegaría las aspas de su rotor para volar.

Durante la noche del 1º al 2 de mayo la tripulación entera cubrió puestos de combate, dado que, manteniendo arrumbamiento 090º / 120º nos acercábamos a la zona de exclusión decretada por los británicos alrededor de las Islas Malvinas. Nos trasladábamos de una zona de operaciones a la nueva zona asignada, denominada Ignacio. La larga noche y la madrugada fue tensa, llena de expectativas. En el norte de las Malvinas, los buques de la Armada con el Portaaviones “25 de Mayo” iniciaban un acercamiento a las unidades de la Royal Navy para un enfrentamiento aeronaval y de superficie de una magnitud que desconocíamos. Nuestros amigos, nuestros camaradas estaban allí. Creo que nadie durmió esa noche. Circunstancias así nos llevan a hacer algunos análisis de nuestras vidas que debiéramos realizar con mayor frecuencia. Lo verdaderamente importante surge en estos contextos.

Se visualiza la grúa, la tapa del hangar y las torres de artillería con los tubos cañón

En las primeras horas del 2 de mayo el rumbo cambió a 270º/ 290º. Volvíamos a la zona de la que habíamos partido. Habíamos pasado toda la noche en los puestos de combate y como supusimos que el peligro potencial disminuía al virar hacia el Oeste, la tensión también disminuyó. El buque mantuvo ese rumbo Oeste hasta que fuimos torpedeados minutos antes de las 16 horas del 2 de mayo.

Después del almuerzo, el teniente Callisto que había estado toda la noche y madrugada en la Central de Informaciones de Combate, se fue descansar. Yo me quedé con el guardiamarina Sevilla que me iba a enseñar a jugar a las damas chinas. Charla agradable más que juego. A eso de las 15 horas decido irme a descansar y le comento que andaba sin linterna. El Flaco Sevilla, gaucho como era, me ofrece una suya y la va a buscar a su camarote. “Gracias Flaco, compro pilas y se la devuelvo mañana”, fue mi despedida. Nunca lo volvería a ver. Si bien abandonó el Crucero falleció en una balsa. Abandoné el buque con la linterna que me había prestado. Se la devolveré con un abrazo cuando me encuentre con él en el fondeadero final.

Al llegar al camarote comencé a desvestirme para acostarme. El teniente Callisto que estaba despierto me dice: ‘¿No sería mejor dormir vestidos?’ Respondí que no ya que quería descansar, pero al pensarlo mejor así lo hice. Cuando tuvimos que salir del camarote con el buque a oscuras después del torpedo fue más fácil porque sólo debimos tomar el chaleco y el bolso.

No sé cuánto tiempo dormitamos, cuando una violenta explosión nos despertó. ‘Nos dieron’, dijo Callisto e inmediatamente sentimos otra explosión similar a la primera. El buque se paró, se escoró unos 20º a babor y quedó en completo silencio. Nunca, desde mi primer embarco como cadete naval, había escuchado el silencio en un buque. Una sensación muy rara estar en el Crucero sin los típicos ruidos de máquinas y ventiladores. En total oscuridad saltamos de nuestras literas nos pusimos nuestras camperas de vuelo, los salvavidas y salimos para ver qué había sucedido.

Nos encontramos con el teniente Stuart que, con esa flema y voz calma que lo caracterizaba, organizaba y priorizaba la salida del personal que provenía de las cubiertas bajas hacia la cubierta principal a cubrir el rol de abandono. El personal evacuaba las cubiertas inferiores pues algunas se inundaban y otras estaban llenas de humo dificultando la respiración. Me di cuenta de que la situación era verdaderamente dramática. Tenía el revólver de supervivencia que podía ser útil en caso de pánico de la tripulación. Nunca me equivoqué tanto en mi vida, ya que el comportamiento de todos fue ejemplar. Entendí que eso era adiestramiento y más adiestramiento. Cada ejercicio, cada zafarrancho que se hacía y repetía durante las navegaciones era para esto. Era igual a los procedimientos de vuelo que una y otra vez repetíamos en la Escuela de Aviación Naval. Se continuó evacuando las cubiertas inferiores hacia la cubierta principal.

Cuando llegué a la cubierta principal vi a los dos destructores escoltas alejándose del Crucero cumpliendo las instrucciones impartidas de hacerlo en caso de ataque submarino para evitar ser alcanzados por torpedos. En la cubierta me encontré con el teniente Di Poi, nadador de rescate y único compañero de promoción a bordo. A partir de ese día mi hermano. Cada uno fue a su puesto de abandono para cumplir con lo ordenado.

La imagen muestra la ausencia de la proa del Crucero

Se percibía una calma tensa, nos movíamos en silencio, sólo se escuchaban las órdenes que no se repetían, se acataban, en el puente de Comando había movimientos y la tripulación comenzó a formar frente a la balsa que le correspondía a cada uno, mientras el buque se escoraba más y más, pero lo hacía muy lentamente.

El Comandante y su estado mayor evaluaban la posibilidad de salvar al Crucero, pero a las 4 y 20 de la tarde se da la orden de abandonarlo. Dos de nuestros hombres faltaban en la formación frente a nuestra balsa: los suboficiales Barrios y Lobo. Supimos más tarde que el “Mayor Barrios” murió en la cubierta principal por las heridas que le generó la explosión del torpedo de proa. Del suboficial Lobo, “Lobito” como le decíamos, nunca supimos nada excepto que, previo al ataque, se había ido a descansar y su alojamiento estaba en la zona de impacto del torpedo de popa. Pienso que murió allí.

Nuestra balsa la conformábamos parte del personal de refuerzo a la dotación del Crucero y no estaba integrada por 20 personas como era lo habitual, sino por menos. Antes de abandonar el buque comprobamos que éramos aún menos (Barrios, Lobo y otros no estaban). La balsa siguiente a la nuestra no se había inflado adecuadamente. Por ello, se resolvió completar nuestra balsa con personal de la balsa desinflada hasta las 25 personas y reasignar a los 5 restantes a otras balsas para no exceder demasiado la capacidad ideal que era de 20 personas. Entre los 25 había dos (2) conscriptos que tenían quemaduras en sus manos. Dos jóvenes impecables que nunca se quejaron, nunca pidieron nada y nunca perdieron su buen ánimo. Lástima que no recuerde sus nombres. Fueron verdaderos hombres que se ganaron todo nuestro afecto y admiración.Una vez que la balsa estuvo en el agua, el teniente Callisto, el más antiguo, nos ordenó al cabo principal Gómez y a mí lanzarnos primero sobre el techo de la balsa y prepararla para recibir a los heridos y ayudar a subir a aquellos que cayeran al agua.

El oleaje estaba bravo y la balsa se movía caóticamente motivando que muchos al lanzarse cayeran al agua. Completamos la dotación prevista de la balsa. El último en embarcar fue el teniente Callisto.

La primera y más ardua tarea fue alejarnos del costado del Crucero, ya que las olas nos empujaban contra el casco. Finalmente, después de mucho esfuerzo logramos alcanzar el objetivo y ubicarnos a una distancia segura.

En cada balsa cabían 20 personas

En un momento me llama el teniente Callisto para que vaya a la puerta de la balsa. Pudimos ver como el “Belgrano” escoraba cada vez más hasta recostarse 90 grados sobre la banda de babor mientras la popa se hundía lentamente, muy lentamente como si no quisiera irse y menos arrastrar ninguna balsa de sus tripulantes en ese hecho. A las 16:58 horas el viejo y orgulloso guerrero, el Crucero ARA “General Belgrano”, desaparecía en las grises y frías aguas del Atlántico Sur. A los pocos minutos sentimos en nuestras sentaderas un par de explosiones provenientes, probablemente, de las calderas.

Después del esfuerzo físico que significó recibir a mis camaradas de balsa y de haberme mojado mucho tuve un estado de agotamiento y frío que me afectó seriamente. Fueron mis compañeros de balsa, en especial Carro y Scheffer, que subían mis piernas sobre sus pechos y la refregaban para ayudar a la circulación quienes fueron determinantes para que me recuperara.

En el trascurso de la noche se organizaron turnos de vigilia para achicar el agua que entraba en la balsa a causa de la tormenta. A Dios gracias no faltó mano de obra con 25 hombres, más uno que rescatamos de una balsa a la que estábamos atados que tenía 9 hombres a bordo y que había naufragado. Esto nos permitió conservar el calor humano. Todos demostraron una gran fuerza de voluntad y nuestros heridos no se quejaron en ningún momento. Una figura importantísima en la balsa por su apoyo, iniciativa y espíritu fue el cabo principal Gómez que se transformó en una pieza clave para la distribución y realización del trabajo.

Noche durísima, vientos muy fuertes que generaban olas que desde una balsa parece que va a devorarnos y parte de ella entraba a la balsa y nos recordaba lo que era el frío. A la mañana siguiente, 3 de mayo, el día se presentaba bastante mejor. Pudimos ver muchas balsas a la distancia. Recuerdo que nos asomamos con Callisto y nos preguntamos ‘¿vendrán a rescatarnos?’ La amenaza submarina era cierta, pero los marinos no abandonan a otros marinos en el mar. Sean ingleses, argentinos o chilenos.

El rescate de los sobrevivientes del Crucero General Belgrano

Pasado el mediodía escuchamos los motores inconfundibles de un Neptune, el avión explorador de la Armada que había ubicado la mancha de petróleo del Crucero y a partir de allí a las balsas con sus tripulantes. El teniente Callisto se comunica con el teniente Andersen, “la vieja Andersen”, copiloto del Neptune matrícula 2-P-111 avisando que estábamos bien. Allí nos informa que el rescate había comenzado. El sobrevuelo del viejo Neptune levantó los ánimos y reforzó aún más nuestra moral.

A la tarde divisamos a los primeros buques de salvamento. Cuando cayó la noche los ubicábamos porque parecían barcos pesqueros de calamar con todas sus luces encendidas. Estaban a la vista, estaban cerca. Finalmente, a eso de las 23 horas le tocó el turno a nuestra balsa y fuimos rescatados por el Aviso ARA “Gurruchaga”. Volvíamos al mismo buque con el que habíamos explorado la Isla de los Estados. El teniente Callisto hizo desembarcar a los heridos y a todo el resto y cuando sólo quedábamos nosotros dos me ordenó subir. Todos volvimos a casa, salvo Barrios y Lobo.

Fueron los primeros dos muertos de la Aviación Naval. Cumplieron su juramento. Merecen descansar en paz con el reconocimiento de todos.

Años después me enteré de que el Comandante del Aviso “Gurruchaga”, el capitán de corbeta Álvaro Vázquez al iniciar el rescate dijo a su tripulación: “Aunque haya un submarino en el área de acá no nos vamos hasta recuperar la última balsa”. Había que tener las convicciones bien puestas para decir eso antes de empezar la tarea y cumplirlo. De hecho, el pequeño gigante que fue el Aviso ARA “Gurruchaga” rescató al 46 por ciento de los náufragos. Tantos hechos que desconocen nuestros conciudadanos. Tanta gente que cumplió con su deber a la perfección sin pedir ni reclamar nada a cambio.

Cuando me reencontré con los míos le pregunté a la flamante señora de Médici que había pasado en el casamiento. Allí me enteré que mi amigo Arturo estaba destacado en Malvinas y de que mi hermano, a quien ellos no conocían, había concurrido al Registro Civil y había actuado como testigo. Al final, mi apellido figuró en el Acta de ese entrañable matrimonio amigo que hasta hoy perdura.

domingo, 19 de mayo de 2024

CAE: Helicópteros en las islas


Los Helicópteros de Malvinas


Los tipos de helicópteros que teníamos en Malvinas eran Sistemas muy bien equipados, con tecnología de última generación para esa época. Podían operar sobre tierra y el mar sin ninguna restricción, en horario diurno, en forma visual o por instrumentos. Las tripulaciones estaban muy bien preparadas e integradas convenientemente.
Tuve el privilegio de integrar la primera tripulación de helicópteros de la Fuerza Aérea Argentina que desplegó a Malvinas. Primero estuvimos en el aeropuerto, donde se conformó la Base Aérea Militar (BAM) Malvinas y luego, desde el 12 de Abril aproximadamente, fuimos desplegados a Darwin, donde se conformó la BAM Cóndor.
Hasta casi fin de Mayo operamos con los Bell 212 y los CH-47 desde la BAM Cóndor, siendo el 26 de ese mes replegados a Puerto Argentino los dos Chinook y, dos días después, trasladamos los Bell al hipódromo de las afueras de la capital malvinense.
Durante esos primeros diez días de Abril nunca nos imaginamos que íbamos a participar de un conflicto armado como sucedió después.
Una vez que estuvo conformado el Escuadrón Helicópteros, las tareas principales eran la de Búsqueda y Rescate de pilotos como así también el traslado de personal y material. A medida que los acontecimientos iban tomando mayor dimensión se agregaron tareas como las de Implementación de la BAM Cóndor, Exploración y Reconocimiento Aéreo, Traslado de Heridos, Despliegue y Abastecimiento a la Red de Observadores Aéreos (ROA), Rescate en Combate (RESCOM) y Defensa de Instalaciones.
VGM Alejandro Roberto Vergara.

En la imagen se pueden observar tres clases de helicóptero todos perteneciente a la Aviación del Ejército.
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Pintura: @aviationart_argentina
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Información extraída de www.pucara.org



jueves, 11 de mayo de 2023

Helicópteros en las Georgias del Sur

Operación Georgias


El 3 de abril de 1982. Luego de la exitosa Operación Rosario que dio lugar el 2 de abril de 1982, las Fuerzas Armadas argentinas comenzaron la Operación Georgias con el objetivo de recuperar las Islas Georgias del Sur, a órdenes del Capitán de Navío César Trombetta. El objetivo de la Operación, sería desembarcar en Grytviken al Grupo de Tareas 60.1.
El mencionado Grupo de Tareas 60.1., se encontraba conformado por 40 efectivos del Batallón de Infantería de Marina N°1 de la Armada Argentina, y 15 efectivos del Grupo de Buzos Tácticos y Comandos Anfibios , quienes prestaro su servicio junto al transporte polar ARA Bahía Paraíso; la corbeta ARA Guerrico; y los helicópteros Allouette III de Armada Argentina y SA-330 Puma del Ejército Argentino.
A las 11:40 partió desde la cubierta de vuelo del ARA Bahía Paraíso el helicóptero Puma del Ejército Argentino, junto a los primeros 15 efectivos de Infantería de Marina, quienes con valentía se adentraron al territorio esperando hacer cabeza de playa.
Los británicos en defensa de Grytviken abrieron fuego desde un galpón ante el helicóptero Puma que aún se encontraba sin aterrizar. Por desgracia, muchos de los disparos impactaron en la aeronave, implicando que se desarrolle un aterrizaje de emergencia, la cual se dispuso a órdenes del Jefe de la Fracción de Infantería de Marina, para continuar el despliegue y el enfrentamiento a los británicos. Luego del aterrizaje de emergencia y con la intención de buscar una acción decisiva frente al grupo británico atrincherado, se le solicitó apoyo de fuego a la corbeta ARA Guerrico, la cual había realizado su segundo avance sobre la caleta para comenzar el uso de sus armas de fuego.
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Pintura: @aviationart_argentina

miércoles, 16 de noviembre de 2022

Helicóptero ligero: La pata de pollo silbadora del Cuerpo Aéreo del British Army

La "pata de pollo silbante" del Cuerpo Aéreo del Ejército Británico

Weapons and Warfare



Cariñosamente conocido por los pilotos del Army Air Corps como "Whistling Chicken Leg" y "Tinny-Winny", el Gazelle AH.1 construido en Westland ha estado en servicio continuo durante más de cuarenta y cinco años.

Tres AH.1 fueron aceptados oficialmente en la Unidad de Ensayos de Vuelo Intensivo Gazelle (IFTU) en Middle Wallop el 3 de mayo de 1973. Nueve pilotos de los tres servicios del Reino Unido y diez técnicos de REME pasaron los siguientes seis meses y medio registrando alrededor de 2.400 horas de volador.

La aeronave de la IFTU incluía a las Gacelas del Cuerpo Aéreo del Ejército (AAC) más largas y más cortas en términos de tiempo y horas de vuelo. XW850, que fue entregado el 2 de mayo de 1973, fue cancelado el 31 del mismo mes. La causa del accidente, que mató al piloto e hirió a un tripulante, se atribuyó a un bloqueo del gato que se produjo a baja altura y peso máximo. El avión se estrelló en Fordingbridge, Hampshire, y sufrió daños irreparables.

El XW847 llevó a cabo dos años y medio de vuelo de servicio simulado en seis meses de pruebas en un esfuerzo por descubrir qué era probable que saliera mal tanto desde el punto de vista del vuelo como del mantenimiento. Cada uno de los tres helicópteros AAC iniciales promedió más de 100 horas de vuelo por mes, una tasa de más de tres veces el promedio del ejército. El objetivo principal de establecer la confiabilidad de la aeronave en condiciones operativas típicas se logró en un corto espacio de tiempo.

Con el trabajo de la IFTU completado, se programaron más pruebas con equipos de rol de varios tipos pero a una velocidad de vuelo más normal, utilizando cuatro aviones. El personal y el equipo pasarían a formar parte del Escuadrón de Demostraciones y Ensayos (D&T) a partir de diciembre de 1973. La preparación para los cursos de conversión de Gazelle fue su siguiente prioridad principal. Se preveía que sería necesario un curso de conversión de un mes para los nuevos pilotos de Gazelle. Esto implicaría alrededor de 25 horas en el aire más algo de escuela en tierra adicional para aquellos que solo tienen experiencia en motores de pistón, como el Sioux construido en Westland, que el Gazelle estaba destinado a reemplazar.

El Westland SA.341B entró en servicio operacional por primera vez el 6 de julio de 1974 con el AAC designado Gazelle AH.1, con el Escuadrón No. 660 con base en el Cuartel de Salamanca en Alemania Occidental. Al Gazelle AH.1 de cinco asientos que reemplazó al Sioux AH.1 se le asignaron las funciones de reconocimiento, despliegue de tropas, dirección del fuego de artillería, evacuación de víctimas y operaciones antitanques. El AH.1 contaba con el motor Astazou IIIN2, un reflector de sol nocturno y el radar Decca Doppler 80, y podía armarse con misiles antitanque guiados por cable Raytheon TOW más una mira en el techo. A mediados de la década de 1980, el Ejército Británico del Rin (BAOR) tenía tres regimientos blindados en su fuerza y ​​cada división tenía su propio Regimiento AAC. El 1 Regimiento AAC, con base en Hildesheim, con los Escuadrones 651 y 652, cada uno con ocho Lynx AH.1 y cuatro Gazelle AH.1, operó en los roles de ataque / antitanque, mientras que el Escuadrón No. 661, con doce Gazelle AH. 1s, era una unidad de reconocimiento. El 3 Regimiento AAC en Soest tenía los Escuadrones 653 y 662 con una mezcla de Lynx y Gazelle AH.1 y el Escuadrón 663 operando únicamente Gazelle AH.1. Finalmente, el 4 Regimiento AAC en Detmold tenía los Escuadrones N ° 654 y 659 con una mezcla de Lynx y Gazelles y el Escuadrón N ° 669 con solo Gazelle AH.1s. Un pequeño número de Gacelas fueron operadas por el Escuadrón 664 en Minden como el Vuelo de Comunicaciones de BAOR, mientras que el Vuelo No. 12 se basó en RAF Wildenrath para tareas de comunicaciones.

El vuelo No. 7 AAC tenía su base en RAF Gatow en Berlín Occidental en la década de 1980. Directamente bajo el control de la Brigada de Berlín, la tarea principal de esta pequeña unidad compuesta por tres Gazelle AH.1 era la vigilancia del Muro de Berlín y la observación diaria de las 55.000 tropas soviéticas con base a la vista de Gatow. Sus funciones secundarias incluían el transporte de personal militar y VIP, así como el apoyo de la policía de Alemania Occidental, a la que no se le permitió operar sus propios helicópteros sobre la ciudad.

La Brigada 24 (Aeromóvil) se formó el 1 de abril de 1987 en Catterick, North Yorkshire, como una de las brigadas de refuerzo BAOR para proporcionar al Grupo de Ejércitos del Norte de la OTAN (NORTHAG) un contraataque eficaz a los movimientos blindados enemigos masivos. Los Gazelle AH.1 de todas las unidades de primera línea asignadas a la brigada estaban equipados con la ayuda de observación Ferranti AF532. Durante su período de servicio predominantemente de la Guerra Fría en Alemania Occidental, AAC Gazelles voló más de 660.000 horas y se le hicieron más de 1.000 modificaciones a la aeronave.

Las unidades AH.1 con base en el Reino Unido incluyeron el Vuelo No. 6, parte del Escuadrón No. 658 en Netheravon, el Escuadrón No. 657 en Oakington y el Escuadrón No. 655 en Belfast-Aldergrove, junto con un destacamento en Ballykelly con el Escuadrón No. 656. El tipo también se utilizó con frecuencia para realizar patrullas aéreas en Irlanda del Norte como parte de la Operación Banner, la operación de las Fuerzas Armadas Británicas en Irlanda del Norte desde agosto de 1969 hasta julio de 2007.

El 17 de febrero de 1978, Gazelle AH.1 XX404 del No. 657 Squadron quedó incinerado cerca de Jonesborough, Condado de Armagh, después de ser atacado por el IRA Provisional durante una escaramuza terrestre, matando a uno de los tripulantes. Una unidad de servicio activo del IRA Provisional derribó Gazelle AH.1 ZB687 el 11 de febrero de 1990 a lo largo de la frontera entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda. El helicóptero fue alcanzado varias veces por fuego de ametralladora pesada y se estrelló en un campo abierto, hiriendo a tres miembros de su tripulación de cuatro hombres.

Otro Gazelle AH.1 fue cancelado en Irlanda del Norte el 27 de noviembre de 1992 cuando el ZB681 del Escuadrón No. 661 estuvo involucrado en una colisión en el aire con un RAF Puma en la aproximación a RAF Aldergrove. Ambos helicópteros se estrellaron, matando a los cuatro a bordo del Puma y a los dos a bordo del Gazelle gravemente heridos.

El primer despliegue en el extranjero fuera de las Islas Británicas y Europa comenzó en 1974 cuando los AAC Gazelle AH.1 reemplazaron a los helicópteros Sioux operados por el Escuadrón No. 660 en RAF Sek Kong. Sin embargo, se descubrió que no eran adecuados para las operaciones de Hong Kong y, a fines de 1975, habían sido reemplazados por el Westland Scout AH.1.

La Operación Agila tuvo lugar en Rhodesia, más tarde Zimbabwe, en el período previo a las primeras elecciones libres del país en 1980, que llevaron a la independencia del dominio británico. Para ayudar con este proceso, seis Gazelle AH.1 del Escuadrón No. 656 apoyaron al Grupo de Monitoreo de la Commonwealth (CMG) de 1.500 personas encargado de establecer puntos de encuentro y reunión antes del alto el fuego y en preparación para las elecciones posteriores. El alto el fuego entre los distintos grupos guerrilleros comenzó oficialmente a las 00:01 del 29 de diciembre de 1979, aunque los informes sobre tácticas de intimidación y amenazas de violencia continuarían empañando el proceso electoral. La Operación Agila coincidió con la temporada de lluvias en Rhodesia, los resultados fueron que las fuertes tormentas eléctricas tropicales regulares llevaron a la conexión a tierra esporádica del Escuadrón No. 656 durante los meses que sirvieron. Las tareas emprendidas por las Gacelas incluían el movimiento de hombres, material y suministros, así como salidas de enlace para los miembros superiores del personal de CMG y el Cuartel General del Frente Patriótico de Rhodesia. Cuando fue necesario, los helicópteros se emplearon en tareas de CASEVAC para los heridos de las fuerzas CMG y de Rhodesia.



Otras unidades AAC Gazelle AH.1 en el extranjero a mediados de la década de 1980 incluyeron el vuelo No. 25 con base en el Aeropuerto Internacional de Belice para tareas de apoyo y comunicación y el vuelo No. 29 en Suffield, Canadá, con cinco AH.1 en apoyo de la Unidad de Entrenamiento del Ejército Británico. Suffield (BATUS) brinda CASEVAC, control de seguridad de rango y C2, además de soporte ISTAR a las formaciones en entrenamiento. Desde 1988 hasta septiembre de 1994, el vuelo AAC de la Fuerza de las Naciones Unidas para el Mantenimiento de la Paz en Chipre (UNFICYP) estaba equipado con Gazelle AH.1.

Los AH.1 de propiedad del ejército también entraron en servicio con el Escuadrón Aéreo de la 3 Brigada de Comando (3 CBAS), donde operaron como helicópteros de utilidad y reconocimiento en apoyo de los Royal Marines con base en RNAS Yeovilton. Los doce Gazelles para 3 CBAS habían entrado en servicio en 1975. La unidad era un escuadrón de helicópteros ligeros autosuficiente encargado de apoyar a la 3 Brigada de Comando en todo el mundo. Consistió en cuatro vuelos: dos equipados con cuatro AH.1 para observación, control aéreo avanzado (FAC), enlace y CASEVAC, uno de los seis Lynx AH.1 equipados con TOW y un vuelo HQ responsable de la administración y las tareas. Todos los aviones fueron mantenidos por personal de REME adscrito al escuadrón. Tres 3 CBAS AH.1 estaban estacionados en el Cuartel de St George en Malta durante 1977. Durante la Guerra de las Malvinas, los 3 CBAS Gazelles desempeñaron un papel valioso operando desde las cubiertas de vuelo de los barcos de la Royal Navy. Bajo un programa de ejecución rápida específicamente para la operación de las Malvinas, las Gazelles fueron equipadas con vainas de cohetes SNEB de 68 mm y varios otros equipos opcionales como IFF, blindaje, equipo de flotación y mecanismos de cuchillas plegables. Un total de quince Gazzelles fueron enviadas al Atlántico Sur en 1982 voladas por Royal Marines y dos se perdieron el primer día de los desembarcos en San Carlos Water. El 21 de mayo, dos CBAS AH.1, XX402 y XX411, escoltaban a los RN Sea King HC4 cuando fueron derribados cerca de Puerto San Carlos por fuego de armas pequeñas de tropas argentinas en retirada, y un tercero, el XX412, resultó gravemente dañado. A partir de entonces, la mayoría de las Gacelas en tierra se limitaron a CASEVAC y roles de apoyo para minimizar el contacto con el enemigo.

Sin embargo, en un incidente de alto perfil de fuego amigo el 6 de junio de 1982, un Gazelle AH.1 fue confundido con un Hércules C-130 argentino de bajo vuelo y fue derribado por un destructor británico Tipo 42. El Gazelle AH.1 XX377 estaba originalmente en la fuerza de 3 CBAS, pero fue asignado al Escuadrón No. 656 para navegar hacia las Malvinas a bordo de Nordic Ferry el 9 de mayo. Llegó a San Carlos el 3 de junio y tres días después se le encomendó llevar repuestos y combustible desde Darwin hasta Mount Pleasant. Mientras estaba a unas 2 millas del pico, volando entre 70 y 200 pies AGL con mal tiempo y poca visibilidad, el Gazelle fue alcanzado por un misil Sea Dart disparado desde el destructor HMS Cardiff.

El Gazzele se estrelló inmediatamente y fue destruido. Los cuatro ocupantes murieron en el impacto. Se informó que el HMS Cardiff había disparado dos Sea Darts a principios del 6 de junio contra aviones no identificados y de movimiento lento que se dirigían al este hacia el asentamiento de Fitzroy, pero no se confirmaron impactos. Se le había dicho al comandante del destructor que el objetivo estaba en un área donde no operaba ningún avión "amigo". El 13 de junio, otra víctima del asalto al cuartel general de la Tercera Brigada de Comando por parte de los Skyhawks argentinos fue el Gazelle ZA728, al que se le rompió el dosel de burbujas Perspex. La aeronave fue recuperada en el escalón trasero en San Carlos para su reparación, pero como el Gazelle también había sufrido daños graves en el panel de instrumentos, fue decomisionado.



Con más de treinta años de experiencia aérea, Lt-Com. Bill O’Brien RM recibió la Medalla Distinguida de Vuelo (DFM) mientras volaba una Gacela en las batallas de Darwin y Goose Green. Su trabajo en Operation Corporate consistió en rescatar heridos y entregar suministros.

"Realizamos una serie de incursiones principalmente de noche en un Gazelle armado, aunque nunca usamos los cohetes SNEB de 68 mm con ira", dijo. “No estoy seguro de cuán efectivos hubieran sido si lo hubiéramos hecho: tenían un sistema de puntería bastante básico, solo una cruz de chinagrafía en el parabrisas del avión. Fueron los primeros días de los dispositivos de visión nocturna. Eran bastante rudimentarios y nos enseñamos a usarlos en el camino hacia el Atlántico Sur ".

Sin embargo, las AAC Gazelles no dejarían las Islas Malvinas hasta cinco años después de que terminara el conflicto de las Malvinas. El Escuadrón de las Islas Malvinas de la AAC operó un vuelo de Gazelle AH.1 con base en el aeropuerto de Port Stanley hasta que se inauguró la base aérea de Mount Pleasant en 1987.

Encargados de comunicaciones y vuelos VIP, además de algunos reconocimientos costeros, que incluían prácticas de aterrizaje en cubierta en barcos de la Royal Navy en patrulla, una técnica que no se enseña en Middle Wallop, se esperaba que las Gazelles operaran durante todo el año en las desafiantes condiciones climáticas de las Malvinas en su Límites de viento, peso y resistencia. El personal del ejército se refería comúnmente a este servicio como "TITS", que es el acrónimo de "Servicio de taxis entre islas".

El primer regimiento AAC completo fue enviado al Golfo en enero de 1991 como parte de la Operación Grapple, que comprende veinticuatro helicópteros Gazelle AH.1 y veinticuatro Lynx AH.7 del 4 Regimiento y extraídos de los escuadrones núms. 654, 659 y 661. . Las Gazelles ya estaban equipadas con filtros de arena y pintadas con un camuflaje "rosa" del desierto. Normalmente desarmados, los AAC Gazelles también estaban equipados con vainas de cohetes no guiados cuando se desplegaron en la Operación Desert Sabre, la campaña terrestre de la Guerra del Golfo en febrero de 1991.

Operation Haven fue la contribución del Reino Unido a Operation Provide Comfort, un esfuerzo multinacional para brindar protección y ayuda humanitaria a los refugiados kurdos que huían de la opresión de las fuerzas de Saddam Hussein después de la Guerra del Golfo. Los Royal Marines del Comando 40 y 45 y otros elementos de la Brigada del Comando 3 participaron en la operación en abril de 1991, apoyados por cuatro AH.1 de 3 CBAS desplegados en la Fuerza de Tarea Bravo.

Tras el final de la Guerra Fría a finales de 1991, la estructura de BAOR cambió y con el final del Pacto de Varsovia las Fuerzas Británicas comenzaron a planificar una retirada de Alemania, pero las AAC Gazelles pronto se desplegaron por completo en operaciones lejos de Europa.

En 2000, los AAC Gazelle AH.1 volaron para avistar equipos de morteros mientras atacaban a las fuerzas rebeldes en apoyo de la misión de rescate SAS en Sierra Leona durante la Operación Barras, mientras que 3 CBAS Gazelles apoyaron la Operación Telic, las operaciones militares del Reino Unido en Irak desde 2003. En En 2007, se informó que, si bien muchos helicópteros británicos habían luchado con las condiciones de los teatros afganos e iraquíes, el Gazelle era el avión de mejor rendimiento, con aproximadamente el 80% disponible para operaciones planificadas.

Durante los ejercicios previos a la Operación Herrick, un activo crucial al que recurrieron los grupos de batalla cuando estaban en Helmand fue Inteligencia, Vigilancia, Adquisición y Reconocimiento de Objetivos (ISTAR), y una parte importante de eso fue el uso de la vigilancia de vehículos aéreos no tripulados (UAV). Sin embargo, dado que los UAV no tienen licencia para volar en el espacio aéreo del Reino Unido; en cambio, ese papel fue asumido por un Gazelle AH.1 equipado con una torreta con sensor MX-15 EO / IR.

El Gazelle también ha sido utilizado por equipos acrobáticos de helicópteros del Army Air Corps con base en Middle Wallop, incluidos los Blue Eagles originalmente formados en 1973 con cinco Sioux AH.1 y brevemente reformados en 1982 como Silver Eagles para el 25 aniversario de AAC con Gazelles. El equipo se reconfiguró en 1992 con cuatro Gazelles y un solo Lynx. Los Sparrowhawks fueron otro equipo acrobático de cuatro gacelas que se exhibió en 1977.

Los AAC AH.1 se actualizaron en 2007 con un sistema de entrada de voz directa (DVI) desarrollado por QinetiQ que permite a la tripulación controlar los sistemas de la aeronave mediante comandos de voz y acceder a la información sin quitar las manos de los controles de vuelo o los ojos del mundo exterior.

En 2016, el equipo de Modificaciones del Servicio en el Escuadrón Aéreo Naval n. ° 1710 (NAS) desarrolló el pedido de un sistema para que el AAC Gazelle AH.1 se adapte al transporte aéreo de víctimas del campo de batalla. Cada año, el ejército se despliega en la Unidad de Entrenamiento del Ejército Británico Suffield (BATUS) en Alberta, Canadá, para ejercicios de tiro real, pero necesitaba proporcionar una instalación de evacuación médica en helicóptero para cubrir la gran pradera de 1,042 millas cuadradas. El equipo de diseño introdujo equipos de control de vida y de soporte vital que normalmente se encuentran en una ambulancia aérea del Reino Unido como parte de las modificaciones y probó sus diseños con el Escuadrón No. 667.

A principios de 2018, diez Gazelle AH.1 permanecieron en servicio con el Escuadrón No. 665, Regimiento 5 en Irlanda del Norte, más seis con el Vuelo de Conversión del Regimiento No. 7 en la Escuela de Aviación del Ejército en Middle Wallop, donde el Gazelle ha estado utilizado para entrenar a pilotos de AAC durante los últimos cuarenta y cinco años, y el Escuadrón No. 667. Cuatro más continuaron sirviendo con el No. 29 Flight BATUS en Canadá, mientras que otros diez AH.1 permanecieron en Middle Wallop, sometidos a mantenimiento o en almacenamiento.

Aunque la fecha original de Gazelle fuera de servicio (OSD) se estableció en 2018, Gama Engineering Ltd, en el aeropuerto de Fairoaks, se adjudicó un contrato en abril de 2017 para suministrar la solución de diseño y las piezas principales para un sistema de alerta de tráfico, GPS y VHF de 8,33 kHz. actualización de comunicaciones y una pantalla de vuelo principal de Aspen Avionics a varios AAC Gazelle AH.1s. En marzo de 2018, Vector Aerospace se adjudicó un contrato para proporcionar soporte de mantenimiento para la flota de helicópteros AAC Gazelle AH.1 en sus instalaciones de Fleetlands en Gosport. El trabajo bajo el contrato comenzó en abril de 2018, y con las opciones de extensión del contrato continuará hasta el 30 de junio de 2022.

Aunque el ejército británico planea reemplazar el Gazelle con un nuevo tipo para 2025, no se seleccionó ninguno a fines de 2018 y es probable que el venerable Army Air Corps 'Whistling Chicken Leg' permanezca más allá de su 50 aniversario en el servicio militar del Reino Unido. .

lunes, 31 de agosto de 2020

Las vida terrorífica de los helicopteristas británicos bajo fuego argentino

Los helicópteristas británicos y su odisea de la guerra




Este archivo lo habíamos hecho hace 6 años, después que lo pusimos la Pagina WEB del 656 Escuadrón fue levantada, ya no se puede entrar más, la campaña del 656 en Malvinas no existe más en la página.
Terrible Relato Británico, extraído de la Página del propio 656 Escuadron de Helicopteros Scout, aqui no agregamos nada, los que escriben son el Sergento Dick Kalinski y Ian Roy
Helicoptero Scout Britanico en Malvinas, estas naves principalmente brindaron apoyo para la evacuación de muertos y heridos, sabemos bien lo que es el SECRETO MILITAR BRITÁNICO y como se ocultan bajas y echos del combate...pero a veces los muchachos al escribir sus memorias en sus foros "meten la pata" y sin querer cuentan mas cosas de las que debierán.
ESTE ES SU RELATO DEL DIA 28 DE MAYO AL MEDIO DÍA
LOS PARACAIDISTAS avanzaron hacia Darwin apoyado inicialmente por 2 Scouts RM y 2 Gazelles. Los 2 Scouts fueron atacados por dos Pucará argentinos derribando y matando a Nunn, su tripulante Belcher salió despedido durante la secuencia del accidente y terminó con la pérdida de una pierna, todo esto a una milla SE de Camilla Creek.
El otro helicoptero tambien fue atacado por el Pucará, debíamos pedir auxilio y las frecuencias de radio estaban llenas, nuestro Scout derribado y sus restos humeantes fueron la mejor señal. ( foto )
El campo de batalla estaba en llamas no había duda de que la lucha se lleva a cabo muy duramante.
Empecé mi trabajo con una SERIE de evacuaciones de heridos graves que llevé a el Hospital de Ajax Bay, de regreso llevé al campo municion 7,62 mm para los PARAS, lo hice con urgencia pues debía traer MUERTOS de regreso lo que hice dejando mis víctimas en la planta de refrigeración.
Después que los PARAS atacarán en la parte posterior de la colina de Darwin me asignarón otra mision pero dejé las camillas externas y me dieron una GRAN RED donde se pusieron los muertos para llevarlos a Ajax Bay entramos dos Scout con mucho cuidado y poco espacio pues muy cerca los combates seguían y la Compañía B estaba recibiendo fuego y los combates se siguen sucediendo, era INCREIBLE yo llevaba una RED CON CUERPOS y nadie me miraba o se asombraba por la vista, el combate era muy duro y estaban obviamente ocupado con cosas más importantes - como disparar a los Argentinos, de pronto aparacen 2 Pucaras atacado desde el sur nosotros eramos un blanco muy fácil, era tirarnos y derribarnos pero decidieron arrojar bombas y cohetes sobre nuestros chicos. Como ya he tenido una baja en una cápsula y una en la parte de a Uno de los Pilotos Argentinos al vernos lanzó una rafaga de ametralladora que dio en la parte de atrás de su Scout iniciando un pequeño incendio que fue controlado, rapidamente salimos a Ajax Bay mirando antes que los Pucara no regresen, regresé por mas cuerpos pero esta vez ya fue dificil pues nos vimos en medio de tiros y rafagas, además la zona estaba siendo bombardeada por la artilleria Argentina, de nuevo evacuamos mas heridos, uno de ellos tenía el hombro completamente destrozado por una bala Argentina.
De nuevo con otro viaje, no se ya si es el 4º o 5º, me entregan mas BAJAS para la planta de refrigeración de Ajax pero recibo un pedido de la compañía C que estaba del otro lado de la colina de Darwin, ellos tenían mas CUERPOS que debían ser retirados del campo, me dicen que no pueden llegar hasta la parte trasera de la colina pues el piso y el suelo no estaban bien, debiamos ir nosotros, le pregunto si escuchan a los Scout para guiarnos y me dicen que no por el intenso fuego del combate Con la proximidad de las posiciones argentinas esto podia ser un desastre, tuve miedo me lanzé sobre la colina y no ví a los de la Compañía C, debajo mio aparecen soldados aún hoy no se si eran nuestros o Argentinos, creo que eran Argys pero todo fue tan rápido que no me reconocierón, giré y regresé, casi choque con el otro Scout que me seguía afortunadamente en medio del fuego ambos aterrizamos recogimos las víctimas, mas CUERPOS pero esta vez el Scout no quiso despegar fue muy cargado y sus patines se enterraron en el barro, tuvimos que bajar algunos cuerpos para poder despegar unos centimetros y alli ya en el aire cargaron de nuevo los cuerpos y partimos a Ajax Bay.
A la noche intente descansar pero a las 2 de la mañana me llaman desde Pradera del ganso, me dicen que tienen heridos y que encontraron mas CUERPOS que deberíamos traer, llame a mi copiloto y de inmediato partimos



En medio de la noche helada las palas del helicoptero se congelaban, en Boca House hice mi primer parada, me puse triste al ver la primer victima, un joven capitan que había sido alcanzado por la artilleria en su vientre, hicimos vuelos en la noche pensando que todo acabaría pero continuamos incluso entrada la mañana, parecía que todo estaba por terminar, sacamos a nuestra gente herida y muerta con urgencia, cuando terminamos y vimos que la batalla había concluído nos ordenarón retirar a los heridos Argentinos, teníamos mas trabajo que hacer, por suerte encontramos en el Aeródromo Argentino un tanque con combustible que nos sirvió para repostar nuestros helicopteros
Con Sapucay de Malvinas nos dimos cuenta que ESTE ES EL RELATO DE SOLO 1 PILOTO !!! HABÍA 5 OPERANDO EN LAS MISMAS CONDICIONES....
EN EL PÁRRAFO QUE HABLA DE LOS DOS PUCARA QUE PASAN SOBRE ELLOS TIRANDO BOMBAS Y COHETES SOBRE LA COMPAÑÍA B ERA CASUALMENTE LA QUE FUE ROCIADA CON EL NAPALM QUE NO SE ACTIVÓ..ES DECIR QUE LOS RELATOS COINCIDEN Y TODO ES VERÍDICO.
ESTE MISMO PILOTO DÍAS MAS TARDE DEBE RETIRAR SEGÚN EL MISMO CUENTA GRAN CANTIDAD DE BAJAS BRITÁNICAS EN WIRELESS RIDGE CASI FRENTE A PUERTO ARGENTINO, para nosotros Bajas pueden ser fallecidos o Heridos
La muerte no es buena...tratar de averiguar cuantos de ellos murieron no es algo LINDO solo que al decir que NO tuvieron esas bajas hacen ver el trabajo Argentino y la resistencia en la batalla como algo "liviano" que ellos pudieron controlar cuando NO fué así.
NOTA : el Sargento Kalinski un excelente profesional volaba el 8 de Junio cuando nuestros A4 atacaban Bahia Agradable, pensando que si lo veían seria derrribado se tiro a la laguna de Mac Phee rompiendo su Helicoptero que fue sacado del agua el 15 de Junio, esta considerado como una Baja y no un accidente

viernes, 22 de mayo de 2020

San Carlos: El desempeño heroico del Equipo de Combate Güemes

Malvinas: el estremecedor relato de dos héroes argentinos que resistieron el desembarco en San Carlos

La madrugada del 21 de mayo de 1982 las tropas británicas ingresaban en el estrecho de San Carlos. Allí, un Equipo de Combate de más de 60 hombres enfrentó el desembarco masivo con heroísmo y bravura. La historia de los festejos de sapucai y los 21 días de marcha de la sección “Gato”

Por Milton Del Moral || Infobae



Carlos Daniel Esteban nunca había sentido nada parecido. No recuerda exactamente cuánto le duró el efecto. Sabe que nunca, antes y después de ese viernes, había experimentado un impulso así. Estaba en el puesto de comando hablando por radio con el comandante de la III Brigada de Infantería, el general Parada, emplazado en Puerto Argentino y describiendo lo que veían sus ojos. La bruma se había disipado y el 21 de mayo de 1982 amanecía intrépido. Los nervios lo invadían, no lo dominaban. La comunicación, serena y pormenorizada, retrató lo que estaba por suceder: el desembarco masivo de las tropas británicas en las Islas Malvinas.

Eran las ocho de la mañana en el Atlántico Sur. Uno de los soldados observadores bajó corriendo de los sitios de altura, agarró una caja de fósforos marca Fragata y le juró que acababa de ver uno igual, pero real, ingresando por el estrecho de San Carlos. El por entonces teniente primero a cargo del Equipo de Combate Güemes tomó los binoculares, al soldado Gabriel Massei y se dirigió a su puesto de observación. Comprobó que el Canberra era algo más majestuoso que el navío que decora la caja de fósforos y que aquello para lo que se habían preparado era inminente.


En el desembarco de San Carlos, las bajas de las fuerzas británicas se estimaron en más de diez y cuatro helicópteros fueron anulados: dos destruidos y dos averiados

“Cada uno exterioriza lo que le pasa a su forma. Cuando estaba hablando con el comandante tenía una pierna que se me movía y no podía controlar. Massei y yo éramos los únicos que habíamos visto la magnitud de lo que se venía. Nunca me pasó que una parte del cuerpo me temblara así. Era una sensación muy extraña, como si me hubiese agarrado Parkinson en una pierna”, relató. Luego, aprendió que ese estremecimiento es habitual, pasajero y se denomina “pata de conejo”. Su cuerpo había somatizado la agitación y el miedo del instante más trascendente de su carrera militar.

El teniente primero lo describe como una escena de película. “Una mini Normandía”, graficó. La niebla que se retiraba dejaba entrever la ofensiva británica, 49 días después del arribo de las tropas argentinas a las islas. Había destructores, fragatas, más de catorce buques, decenas de helicópteros, lanchones desplegándose y en el medio la silueta imponente del Canberra. La relación de fuerzas era ampliamente desfavorable: una flota de 6.000 hombres contra una modesta compañía de 42 combatientes.

 
Carlos Daniel Esteban fue condecorado con la medalla de "La Nación Argentina al Valor en Combate" por "ejecutar al frente de una fracción de su compañía acciones de combate ante enemigo con superioridad material, en la zona de San Carlos, al que ocasionó importantes bajas"

El 15 de mayo se habían desplazado hacia la Bahía de San Carlos, el estrecho marítimo que divide la Isla Gran Malvina de la Isla Soledad. Las tropas británicas ya habían consolidado un cerco aéreo y naval alrededor del archipiélago. Por la geografía natural del lugar y por las advertencias del equipo de inteligencia, las probabilidades de desembarco eran altas. La primera opción era el ataque directo frente al Puerto Argentino. “Pero finalmente decidieron atacar por líneas interiores -contó-. Nosotros teníamos protección natural con las alturas que nos rodeaban, pero sabíamos que nos podían atacar primero por ahí”.

La resistencia se nutría de un teniente, dos subtenientes y 64 soldados del Regimiento de Infantería 25: más de 40 provenían del sur de la provincia de Córdoba y un cuerpo de 20 infantes había nacido en Corrientes. Eran tiradores más un equipo de apoyo con tan solo 45 días de adiestramiento militar. Tenían el encargo de tres misiones en San Carlos: dar alerta temprana del desembarco, mantener bajo control la población kelper de la ciudad e impedir el acceso de buques enemigos por el estrecho.

“Lanzaron el desembarco sin haber hecho una exploración previa porque pensaban que allí no había nadie -interpretó el teniente primero-. Ese fue un pequeño triunfo nuestro. Habíamos aplicado medidas de velo y engaño: los isleños seguían arriando el ganado, las chimeneas humeaban y les habíamos sacado las radios a todos”.

 
Es mayo de 1982, apenas unos días antes del desembarco inglés en el estrecho de San Carlos. Una unidad de comandos de la Compañía 601, al mando del mayor Mario Castagneto, aborda un helicóptero para controlar los alrededores del estrecho. Uno de los comandos carga en su espalda un misil tierra-aire Blow Pipe con el que fueron derribados varios aviones y helicópteros ingleses (Eduardo Farré)

En efecto, los soldados argentinos les habían sustraído las 110 radios y los pocos vehículos a los habitantes. Habían asumido también el cargo en los puestos de control del agua y la electricidad para evitar sabotajes. Los británicos debían pisar las islas para traducir su poderío en tierra. “No hay ejemplos en la historia militar de una fuerza que haya triunfado en una zona insular sin tener superioridad marítima y aérea”, escribió el ex jefe del Ejército Argentino y veterano de la Guerra de Malvinas, Martín Balza. Esteban acredita esa apreciación: “Siempre tuve en claro desde el día en que desembarcamos que si le dábamos tiempo a llegar, entrábamos en guerra. Inglaterra no iba a permitir ese cachetazo. Estaba seguro de que si venían, la isla tarde o temprano caía, pero no se lo iba a decir a los soldados”.

Ese viernes bisagra, a las ocho de la mañana, a sus 28 años, con su hijo Santiago de seis meses en su casa y en su conciencia, el teniente primero estaba en la víspera de su bautismo de fuego. Al comandante en Puerto Argentino le recreó la ofensiva que avanzaba por la boca norte del estrecho y le pidió desesperadamente el apoyo de la fuerza aérea. “Rompo las comunicaciones y procedo a defender el lugar”, impartió. Para el teniente primero Esteban, la guerra ya se estaba jugando. “Ellos pensaron que iban a bajar y empezar a caminar y que nosotros íbamos a replegarnos automáticamente. No para pintar una postura sanmartiniana, pero en ese momento no teníamos la idea de la rendición. Aunque en una situación tan desfavorable, lo único lógico era rendirse”, expresó.

Se desplegaron en sus posiciones preparadas y empezaron a escuchar los helicópteros acercándose. Las lanchas ya habían depositado en tierra firme a los primeros ingleses. Habían pasado tan solo cinco minutos desde el avistamiento. Cuando distinguieron al primer Sea King, ordenó “¡fuego libre!”. “Comenzaba la acción”, recordó. No era ese el retazo bélico más significativo de su memoria. Lo era el despliegue descomunal del enemigo desde su puesto de altura y la epifanía de su final. “Yo sabía que era una misión suicida”, dijo. Pero no todos lo sabían.

 
El subteniente Reyes, en su repliegue táctico, dijo haber divisado al menos 17 buques británicos en las inmediaciones de la boca norte del estrecho de San Carlos

“Mi compañía comenzó a combatir a lo que veía, y solo veían los helicópteros”, narró. Él y el soldado Massei eran los únicos que sabían lo que había detrás de los puestos a resguardo. El primer helicóptero, con tropa y municiones, aterrizó averiado con incendios internos. Primera micro-proeza. El fuego reunido atacó un Gazelle que se dirigía a sus posiciones: derribado, se hundió en la bahía. Repitieron la concentración de los disparos en otro Gazelle, que cayó en llamas diez metros a sus pies. Un tercer Gazelle los ubicó en una nueva posición en altura, donde se había replegado: los soldados respondieron, el helicóptero se incendió y el piloto logró maniobrar el descenso.

“En la compañía teníamos unos correntinos que no sabían nada de lo que yo había visto. Cada vez que caía un helicóptero, escuchaba unos sapucai y unos gritos de euforia”, contó el teniente primero. Los soldados se sentían invencibles: creían que no se enfrentaban a un enemigo invulnerable. Caía fuego cruzado de artillería naval mal dirigido ya sin la orientación de los helicópteros. El Equipo de Combate Güemes percibía una tensa calma: ya no tenían más nada que hacer allí.



Sin ninguna baja y con la algarabía de haber debilitado la capacidad del enemigo, emprendieron un repliegue sigiloso. El jefe de la compañía decidió marchar hacia Puerto Argentino. “No me olvido más: rumbo grado 81”, dijo. A los tres días, encontraron la Estancia Douglas Paddock, donde decidieron recluirse y encender la radio para comunicarse con el comandante de la brigada. El 25 de mayo de 1982, en medio de la ofensiva británica, los 42 hombres formaron para celebrar el aniversario de la Revolución de Mayo ante la mirada de los kelpers. Al día siguiente, siete helicópteros los recogieron para regresar a la base.


El 25 de mayo de 1982, los 42 hombres del Equipo de Combate "Güemes" formaba para celebrar la Revolución de Mayo en un paraje de las Islas Malvinas durante el conflicto bélico

La altura 234 y la marcha de 21 días

Lo que al Equipo de Combate Güemes le demandó tres días de marcha y un vuelo en helicóptero, a la sección “Gato” le costó 21 días, deformaciones, amputaciones en miembros inferiores y la rendición. Tras su arribo al área de San Carlos, el teniente primero Daniel Esteban dispuso un elemento adelantado para alertar y emboscar un potencial desembarco inglés. El martes 18 de mayo, el subteniente Roberto Oscar Reyes debía relevar al subteniente José Alberto Vásquez en la denominada altura 234 o Fanning Head, según la cartografía británica. La sección “Gato” se componía de cuatro suboficiales y 15 soldados: el grupo de 21 infantes marcharon 14 kilómetros hacia la punta del estrecho con la misión de “dar alerta temprana a la Fuerza y, reforzados con armas pesadas, emboscar a las tropas inglesas que pudieran ingresar por el canal”.



“El noche previa se presentaba como las anteriores, es decir helada y con poca visibilidad, no se veía a dos metros”, relató Reyes, quien por entonces tenía 25 años y cuatro de entrenamiento militar. Media hora antes de que el jueves se hiciera viernes, un soldado alistado en un puesto de seguridad le informó que escuchaba ruidos en el canal: eran conversaciones en inglés y señales acústicas que provenían desde la punta del estrecho. El subteniente ratificó la sospecha: embarcaciones navegaban en silencio y con luces apagadas en dirección a San Carlos.


Altura 234 (Fanning Head) en 2012

El cuerpo de soldados disponía de dos morteros 81 mm y dos cañones sin retroceso 105 mm para operar la emboscada. Reyes impartió órdenes de apresto para el combate y alertó una inminente apertura del fuego. Pero lo primero que intentó fue entablar comunicación con el teniente primero Daniel Esteban, en el puesto de comando de San Carlos. Las baterías de la radio, luego de tres días a la intemperie del frío, tenían poca carga: la llamada llegaba, los escuchaban pero no podían ser recibidos. “Aquí Gato, aquí Gato”, decían sin suerte. El intento de comunicación y el posterior estallido de las bombas podía ser ya suficiente aviso.

 

"Algunos decían que los ruidos que escuchaban eran los ingleses atacando a los hombres de Reyes, otros decían que las bombas provenían de un combate cercano. De todas maneras, era inevitable que desembarcaran en San Carlos. Nosotros ni siquiera éramos una compañía, éramos una sección reforzada", dijo el subteniente Roberto Reyes

Minutos después de las dos de la mañana del viernes 21 de mayo de 1982, el bautismo de fuego. Los buques estaban al alcance de los morteros pero la visión era casi nula. “Se apreciaban algunas luces indebidas en cubierta y la nitidez de algunas conversaciones que por el agua se propagaban, la flota continuaba sigilosa y al parecer no nos habían detectado”, describió Reyes. Ordenó abrir fuego con los morteros empleando proyectiles de iluminación para determinar la ubicación exacta y mejorar la eficiencia de los cañones. Pero la estrategia no funcionó y el efecto sorpresa se desperdició: los proyectiles no iluminaron la trayectoria y quedaba expuesta su posición por la deflagración del disparo.



“Desde que comenzó el fuego hasta las tres de la mañana aproximadamente ordené varios cambios de posición hasta agotar la munición de morteros. A partir de allí la reacción enemiga fue más intensa”, reprodujo el subteniente en un escrito personal. El fuego enemigo empezaba a acertar la ubicación de los soldados argentinos. Era hora de la retirada: “Ordené iniciar los preparativos para el repliegue. Estaba convencido que habíamos cumplido con la misión de alertar a nuestras fuerzas y emboscar a los ingleses”.

En perfecto español, desde una patrulla terrestre inglesa un vocero los intimidaba a entregarse. “Nos decían que eran parte de un batallón que había desembarcado y que no nos harían daño si nos rendíamos, que nos encontrábamos rodeados y que no podríamos salir del lugar, que debíamos entregar las armas. Esta acción psicológica de los ingleses generó en todos nosotros lo contrario, es decir, el deseo de desprendernos, replegarnos y poder reunirnos con nuestras fuerzas en San Carlos”, relató Reyes. Fueron más de tres horas de ataque discontinuo y variado pero sostenido.



 

La flota británica tenía 6.000 hombres. Los combatientes argentinos en San Carlos eran apenas más de 60. Por la gangrena, a Godoy le amputaron las dos piernas a la altura de la rodilla. Cepeda y Moyano perdieron ambos pies y Alarcón terminó con su mano derecha deformada

De los 21 combatientes, quedaron solo 11. Los heridos y desaparecidos en el fragor del repliegue y la contraofensiva habían sido capturados como prisioneros de guerra: ninguno había muerto. Los ingleses los seguían buscando y estaban tan cerca que les resultaba increíble que no los vieran. Les quedaban una munición de 40 tiros por hombre. Su escondite fue platea preferencial para observar el despliegue aéreo de los aviones argentinos contra la flota británica de 17 buques.

A la primera noche emprendieron marcha rumbo sudeste hacia Puerto Argentino: emplearon el método línea de costa. Caminaban de noche cerca de 3 kilómetros diarios. “No contábamos con más abrigo que la ropa puesta. La bruma húmeda y espesa estaba siempre presente, por momentos se confundía con una llovizna fina y helada”, narró el subteniente. El miedo y el principio de subsistencia escondían el hambre y la angustia. Para huir de una fracción de 15 soldados ingleses, debieron cruzar un brazo de mar con soldados que no sabían nadar. Perdieron fusiles y el cabo Hugo Godoy casi se ahoga, pero lo peor fue saldo posterior: la ropa mojada y la garantía de un frío permanente.

El pie de trinchera y la gangrena avanzaban rápidamente en tres soldados. Godoy, Moyano y Cepeda necesitaban asistencia médica con urgencia. Quedaron a cargo de Clot, el soldado que mejor estado físico tenía, con comida para dos días, un maletín de primeros auxilios y la orden de demorar un día la búsqueda del enemigo para darle tiempo a los siete combatientes restantes de seguir con su proeza.

 

La flota británica fue sometida a bombardeos por la fuerza aérea argentina en vuelos rasantes. Pudieron cumplir la misión Sutton de asegurar una cabeza de playa en San Carlos pero perdieron varias embarcaciones y helicópteros

Tras una marcha de 5 noches, llegaron a un caserío identificado como New House, aparentemente deshabitado. “Conformábamos un grupo realmente lastimoso. Las ropas hechas jirones, enfermos, el rostro deformado por los sufrimientos. Ninguno tenía más de 25 años, pero aparentábamos ser un grupo de ancianos vagabundos”, contó Reyes. En el día 21 de la epopeya para recalar en las propias líneas, los despertó una sección completa que había trazado un cerco sobre el caserío: un kelper oculto en la finca los había delatado.

“Desde una posición en el galpón, tenía apuntado a un soldado inglés y les pedí a mis hombres que hicieran lo mismo con otros, pero que no dispararan hasta que yo lo indicara”, describió. Reyes se denomina un “profesional de la guerra”: “Estaba preparado para lo peor y si hubiese ordenado abrir el fuego, esos soldados que estaban en las últimas lo habrían hecho. Pero me di vuelta y los vi, habíamos perdido la aptitud para combatir, estábamos sin capacidad para resistir el menor ataque y salir de la instalación. Consideré que este era el final de nuestra guerra, había llegado el momento de entregarme, caminé hacia afuera y dejé el arma”.

La sección “Gato” nunca pudo regresar a Puerto Argentino ni reencontrarse con el Equipo de Combate Güemes. Era el 11 de junio de 1982: 3 días después terminaría la Guerra de Malvinas. El desembarco en San Carlos es motivo de orgullo para el teniente primero Carlos Daniel Esteban y para el subteniente Roberto Oscar Reyes. Poco importa que la maniobra haya sido exitosa para las tropas británicas. Síntomas de una guerra inverosímil.

miércoles, 25 de marzo de 2020

Lynx del ejército británico se ofrece como alojamiento en Airbnb

Helicóptero de guerra de las Malvinas convertido en Airbnb de $ 45 la noche

George Winston || War History Online



Crédito: Mercury Press

El Sr. Roughton compró la tierra al gobierno por $ 320,000 y se propuso crear un parque de vacaciones, completo con un alojamiento único.

William Roughton, un agricultor de brócoli y col rizada, salió de su zona de confort cuando invirtió $ 30,000 en la conversión de un helicóptero Westland Lynx antiguo en un estrafalario de vacaciones en su parque de vacaciones - www.reamhills.co.uk, que es un viejo campo de tiro de la RAF .

Este emparejamiento inusual comenzó en 2014 cuando se le dio la oportunidad de comprar RAF Wainfleet, un antiguo campo de bombardeo que estaba rodeado por su granja de verduras.

El reclamo de RAF Wainfleet a la fama fue que era el campo de entrenamiento utilizado por las tripulaciones de los Dambusters, el famoso equipo de bombas de la Segunda Guerra Mundial.


© reamhills.co.uk

Para 2017, la antigua Torre de Control se había convertido en cuatro unidades de alojamiento, pero la pieza de resistencia del Sr. Roughton ha sido la conversión del Lynx en una pequeña unidad de vacaciones para dos personas.

La conversión del helicóptero fuera de servicio tardó seis semanas en completarse. Ahora, no solo hay un espacio acogedor, sino que la cabina también viene equipada con luces intermitentes y una banda sonora que reproduce los ruidos del motor.

El Sr. Roughton compró el Lynx por capricho hace cinco meses por $ 24,000 después de ver un anuncio en Google. Luego seleccionó a dos amigos, Diana Fryer y Josh French, para ayudar con la conversión a una unidad de lujo de Airbnb a un costo de $ 5,000.


Debido a que el Ejército opera al menos dos variantes del Lynx, este, el Mk.7 y el AH.9 con ruedas en lugar de patines, al piloto se le recuerda constantemente qué variante está volando. Foto: Jerry Gunner

El interior del helicóptero está equipado con un cómodo futón doble que se pliega durante el día para proporcionar una zona de descanso.

También hay un televisor de pantalla plana, una mesa de café y una mini nevera. El calor es proporcionado por la calefacción por suelo radiante, ¡un lujo con el que los usuarios originales del Lynx solo podían soñar!

Pero, sin duda, la atracción principal de este alojamiento muy diferente es la cabina con sus luces y ruidos de motor que reproduce las imágenes y sonidos originales del helicóptero cuando se usaba operacionalmente.


El helicóptero Lynx está siendo reabastecido de combustible en la cubierta de vuelo del HMS Ark Royal durante el DISTEX

Cada noche que pases en el helicóptero te costará $ 45, pero los turistas tendrán que pagar un poco más ya que el Lynx aún no tiene un baño.

Esto significa que actualmente el helicóptero solo se puede reservar si la pareja se hospeda en una de las otras habitaciones, que comienzan en $ 70 por noche.

El Sr. Roughton habló sobre el trabajo que tuvieron que hacer para convertir el helicóptero. Dijo que uno de sus dichos favoritos, "el que se atreve a ganar", vino del personaje, Del Boy en la comedia de televisión, Only Fools and Horses.

Siguiendo este lema, se lanzó de cabeza al negocio de los campamentos de vacaciones, una empresa muy diferente al cultivo de verduras.


© reamhills.co.uk

El helicóptero no fue fácil de convertir, ya que estaba hecho de aluminio y las paredes redondeadas no se prestaban fácilmente para crear una habitación. Había tuberías, alambres y cables por todas partes que tenían que ser movidos.

Sin embargo, el Sr. Roughton dijo que disfrutaba la creatividad de construir el parque de vacaciones, por lo que decidió hacer el trabajo él mismo, solo con la ayuda de sus dos amigos. Dijo que había una curva de aprendizaje muy empinada, pero que todos habían disfrutado la experiencia.


© reamhills.co.uk

Pero ahora tiene que aprender un nuevo conjunto de habilidades, ya que tratar con los clientes es muy diferente al cultivo de vegetales, ¡después de todo, las verduras no responden!

A pesar de su incertidumbre, está encantado de que el nuevo alojamiento ya haya sido reservado por tres noches, sin que se anuncie.


© reamhills.co.uk

Westland Helicopters fabricó el Lynx para uso militar. Estos helicópteros comenzaron a producirse en la década de 1970 en la base de Westland en Yeovil.


Museo de vuelo del ejército, Middle Wallop

El avión fue utilizado por las fuerzas aéreas y marinas de muchos países, y los británicos usaron este tipo de helicóptero durante la Guerra de las Malvinas en 1982.

Los helicópteros Lynx tradicionalmente llevaban ocho misiles antitanque, dos cápsulas de cohetes de 70 mm, dos torpedos, dos cañones de 20 mm y dos cargas de profundidad o dos misiles Sea Skua.

Su objetivo principal era proteger a la flota británica del ataque submarino, pero también dispararon contra buques argentinos. Uno de esos buques, el bote patrullero AlferezSobral, fue dañado en mayo de 1982 por misiles.


Un helicóptero Lynx del ejército se cierne durante un ejercicio en Bosnia

Entonces, si desea una experiencia diferente, el lugar perfecto para una estancia única. Si le apetece algo completamente inusual, ¿por qué no hacer arreglos para quedarse en nuestro helicóptero Lynx especialmente convertido para pasar la noche? El sueño de todos los niños.

Tenemos estancias de 1 noche a partir de $ 141, tenga en cuenta:


Lo sentimos, no aceptamos mascotas en nuestro helicóptero
Todo el alojamiento es para no fumadores
Todas las literas son camas hechas a medida. Traiga sus propios sacos de dormir / edredones, almohadas y ropa de cama.
Radiografía Zulu 676 - Capacidad de hasta 4

Nuestro Westland Lynx XZ676 de 1982 se ha transformado profesionalmente en alojamiento nocturno. Su elegante interior incluye capacidad para hasta 4 personas (2 adultos y 2 niños), un fregadero, una mini nevera y microondas, un calentador de zócalo, un televisor LED y una elegante iluminación LED para complementarlo. Se incluye el uso del inodoro cercano en el lugar y el bloque de ducha.

Características e instalaciones clave

Por encargo bajo doble "litera" con capacidad para dos personas en la cola del helicóptero
Doble litera en la sala de estar con capacidad para 2
Televisor LED de pantalla plana
Área de cocina con fregadero pequeño, agua fría y caliente, mini refrigerador y microondas.
Wifi
Calentador de zócalo y ventilación de techo
Mesa y sillas de jardín
Plaza de aparcamiento