sábado, 17 de agosto de 2024
domingo, 10 de marzo de 2024
martes, 27 de junio de 2023
Scouts bahienses visitan las islas
Homenaje y emoción bahienses para estar más cerca de las Islas Malvinas
Martín Goslino, Omar Mansilla, José Luis Méndez y Maximiliano Cortés son amigos. Y scouts. Cuentan una historia reciente en la tierra reclamada y esperan ser imitados.
Por Guillermo D. Rueda
“(…) Después de haber recorrido toda la pampa argentina, haremos un campamento en nuestras Islas Malvinas (…)”.
La canción se llama Levántate montañero. Y retumba —con el agregado alusivo tras la guerra— en los campamentos scouts. Fue la génesis.
“Lo repetimos, casi sin pensarlo en profundidad, durante mucho tiempo hasta que un día dijimos: ‘Tenemos que concretarlo’. Hicimos campamento en miles de lugares recorriendo todos los paisajes posibles con scouts, con amigos, con familiares y con conocidos. Pero nunca en Malvinas, que es también nuestro territorio”.
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Lo dice Martín Goslino, quien junto a Omar Mansilla, José Luis Méndez y Maximiliano Cortés —todos con formación scout— concretaron el sueño de ir a las Islas Malvinas y visitar los sitios emblemáticos que referencian el conflicto armado de nuestro país con el Reino Unido, acaecido entre el 2 de abril y el 14 de junio de 1982.
Regresaron con las expectativas cubiertas (y más); con emociones que se acrecientan —y revalorizan— con el paso del tiempo y, especialmente, por haber cumplido los objetivos.
Omar Mansilla (izq), Martín Goslino, Maximiliano Cortés y José Méndez, en el aeropuerto de Río Gallegos.
“El primer mensaje es que se puede ir. Lo digo porque hay gente que cree que no, que por ser argentinos nos pedirán más requisitos y demás. No es así”, agrega Goslino.
“Lo segundo es para no olvidar. Y, justamente, una forma de hacerlo es viajar y saber de qué se trata. Estar, conocer y hablar con la gente de allá es una manera de malvinizar, porque si no nos apartamos cada vez más desde lo cultural”, explica.
“Lo que vivimos no lo podemos olvidar”, añade Mansilla.
“La guerra de Malvinas es un tema; pero la soberanía es otro. Si nos abocamos a esto, no nos tenemos que olvidar de lo que pasó, de quienes participaron y de quienes quedaron”, sostiene.
Ambos admiten que fueron con la idea de rendir honores a nuestros héroes, pero que allá (“todo fue diferente”) los desbordó la emoción.
La previa
“¿Cuándo planeamos el viaje? En 2017. Lo decidimos de firme y comenzamos a averiguar cómo hacerlo”, cuenta Mansilla.
“Al principio fue muy arduo y, en verdad, no conseguimos casi nada de información para avanzar. Y justo apareció la pandemia por el COVID”, agrega Goslino.
“En Malvinas hay scouts. Entendíamos que la hermandad iba a estar por encima del conflicto, pero no hubo eco. Incluso, la última respuesta fue muy dura y tajante en el sentido de que no sigamos por ese lado. Resultó decepcionante pero, en realidad, desafiante”, expresa.
Martín Goslino es scout desde 1983.
“En contrapartida, encontramos a otra gente de allá que nos ayudó a concretar el sueño. Nos brindaron todo para no tener obstáculos de ningún tipo”, afirma Goslino.
El gobierno local británico posee una completa página del área de turismo. Allí aparecen todos los operadores habilitados para alojamientos, excursiones y demás.
“Nos comunicamos con varias agencias por la disponibilidad y los costos. Unos nunca respondieron y otros dijeron que tenían lugar. Nos dieron para las fechas que les habíamos pedido y nos pasaron los detalles”, indica.
El grupo ingresó a las Islas Malvinas como turistas comunes y corrientes.
El lugar de alojamiento de los scouts, 7 Marmont Row (antiguo The Ship Hotel).
Compraron los tickets aéreos luego de averiguar en distintas páginas web y, al final, cerraron el tramo Bahía Blanca-Río Gallegos y, desde allí, a Malvinas.
“La única complejidad, por decirlo de alguna manera, es que se trata de un vuelo que se realiza cada 7 días. Es decir, esa era la ventana para estar en las Malvinas”, comenta Goslino.
Al existir una sola operación semanal (de la compañía LATAM), si por razones climáticas el avión no puede salir en el día asignado hay que esperar 7 días más. En este caso, no fue necesario.
En la actualidad hay una única línea comercial aérea: Punta Arenas-Islas Malvinas, que sale desde Santiago de Chile. Se concreta todas las semanas, pero un sábado al mes pasa por Río Gallegos antes de llegar a Puerto Argentino. Y a la semana siguiente vuelve por Río Gallegos y sigue la ruta. Fuera de este programa, para arribar a las Malvinas al vuelo hay que tomarlo en Punta Arenas. O en Santiago de Chile.
Excursión por Yorke Bay y Gipsy Cove. Al fondo, Puerto Argentino.
“Finalmente alquilamos la casa de una joven malvinense llamada Ailie. Y ahí elegimos a un residente chileno, Julio, como guía de turismo. Ellos eran nuestros referentes y siempre estuvimos comunicación”, explica Mansilla.
Toda la familia de Ailie, que transita la séptima generación en Malvinas, está relacionada al turismo. Su hermano, Dan, hace excursiones outdoors.
“Dan nos alquiló bicicletas y salimos a recorrer varios lugares. Luego también nos llevó a la excursión en kayaks, que fue la última tarde antes de regresar”, relata.
Goslino, Mansilla, Méndez y Cortés salieron de nuestra ciudad el viernes 10 de febrero último. A las islas llegaron al día siguiente, desde donde retornaron el sábado 18. El domingo 19 se encontraban otra vez en casa.
El viaje
“La preparación nos fue cargando de adrenalina y de ansiedad”, comenta Goslino.
“Cuando llegamos al aeropuerto militar de Mount Pleasant (MPN) todo era frío y hasta hostil. No era Ezeiza, claramente”, agrega Mansilla.
En Río Gallegos subieron unas 50 personas, para completar casi la totalidad del Airbus 320 de 174 plazas (162 en economy). El vuelo tuvo una duración de casi 1h45m hasta la Isla Soledad, a 48 kilómetros de Puerto Argentino.
“Tomamos un colectivo, llegamos a la hermosa casa alquilada y hasta nos recibieron con escones. Ahí nomás calentamos agua, cargamos el termo y cruzamos la calle.
Recién llegados, en la rambla ubicada fuente a la casa alquilada.
La vista era increíble y, en un momento, nos encontramos tomando mate sentados sobre la rambla, en la costanera. Nos miramos y nos dimos cuenta: estábamos en Malvinas. ¡No lo podíamos creer!”, relata Goslino.
Excepto el primer día, el frío y (a veces) el viento se apoderaron de las jornadas siguientes.
“No hay campings, ni lugares para acampar. Pensamos en hacer un vivac, pero al final concluimos de que era muy complejo, ya que se advertiría nuestra ausencia en la casa y, eventualmente, alguien se podría preocupar y nos saldría a buscar. Esa es nuestra deuda pendiente: la de cumplir con Levántate montañero”, cuenta Mansilla.
El recuerdo
La visita al cementerio de Darwin —donde se encuentran los soldados argentinos caídos en combate— contuvo el momento de mayor emotividad para los scouts. Hasta allí llegaron con Julio.
“Cuando entramos a los galpones de la estancia de Goose Green (NdR: Pradera del Ganso) nos explicaron qué sucedió cuando llegaron los soldados argentinos y, luego, qué pasó cuando los ingleses retomaron el lugar”, dice Goslino.
“La experiencia se hizo aún más fuerte porque pudimos estar solos, los cuatro, por un largo momento. La excursión dura una hora y media, pero Julio estuvo tres horas, afuera, en el auto, esperando que nosotros hiciéramos todo lo que teníamos que hacer”, agrega.
“Fue un momento íntimo. Hubo mucho respeto. Ahí cantamos Levántate montañero”, dice Mansilla. Sucedió en el mediodía del martes 14 de febrero.
El homenaje en el cementerio de Darwin.
“El cementerio se encuentra en un lugar estratégico. ¿Por qué? Porque no lo ve nadie; está escondido a la vista de quienes transitan. No es casual, claro”, añade.
“¿Una conexión? Descuento que algunos de los caídos fueron scouts. Seguro”, reflexiona.
El cura párroco de la parroquia Nuestra Señora de Lourdes de Bahía Blanca, Darío Nicoloff, se reunió con los viajeros antes de partir y les entregó unos rosarios.
Debían ser dejados en las cruces blancas donde dice: Soldado argentino sólo conocido por Dios.
“Queríamos rendir un homenaje. Lo hicimos; lo sentimos. No se puede contar en palabras”, comenta Mansilla, sin ocultar la emoción más allá de los ojos vidriosos.
Monte Longdon. Aún se aprecian las balas de fusil.
El paso por Monte Longdon, en el campo de batalla más encarnizado y trágico de la guerra del 82, fue estremecedor.
“Estuvimos en trincheras donde, aún, existen pozos de zorro hechos por nuestros colimbas. Uno no puede dejar de imaginarlos conviviendo allí. Y aún nos siguen cayendo las fichas (sic). No sé hasta cuándo”, amplía.
“Fue impactante caminar entre los agujeros de las bombas; parecía que estábamos en una realidad virtual”, señala Goslino.
“Hay muchos restos de elementos de la guerra. No se puede tocar nada y mucho menos llevarse algo. Lo cierto es que ahí ya ni crecen los yuyos”, añade.
Las excursiones
Por cuenta propia, los scouts realizaron tres excursiones de trekking. Una a Monte Longdon; otra al faro de Pembroke y la última hacia una playa del sur llamada Lake Point.
También recorrieron varias veces las calles de Puerto Argentino.
“La vida es como en Bahía Blanca. Fuimos al supermercado a hacer compras y nos atendieron muy bien. También hicimos consultas en la comisaría para gestionar unas fotos y siempre fueron muy respetuosos”, cuenta Goslino.
“¿Militares? No. En Puerto Argentino no los vimos; sólo había policías. En el aeropuerto de Mount Pleasant, que está un poco antes de Darwin, a casi una hora de donde estábamos, sí había”, agrega.
“¿Observados? En algún lo sentimos, pero lo cierto es que nadie nos vino a preguntar nada. En realidad, saben todo respecto de quienes llegan a la isla”, cuenta Mansilla.
“No se obstaculiza nada y uno puede andar por donde se le ocurra, más allá de algunos sectores donde el acceso está vedado por razones de seguridad ante la eventual presencia de minas”, admite Goslino.
Omar Mansilla es scout desde 1987.
“Por eso nosotros aclaramos que el argentino que va como turista no tiene ningún problema. Ahora, en el aeropuerto nos habían notificado que no podíamos hacer manifestaciones con banderas, remeras o uniformes argentinos. Esas eran las reglas y nosotros las respetamos a rajatabla. Porque, además, somos scouts”, asegura.
Los viajeros coincidieron en las Malvinas con argentinos, pero estaban con otro formato de visita. Era un contingente, de alrededor de 15 personas, de una empresa de turismo que trabaja directamente desde Buenos Aires. Se alojaron en Pradera del Ganso, cerca del cementerio.
Amistad, respeto e historias de héroes
—¿Se cumplieron las expectativas previas?
—Maximiliano Cortés: “Sí, desde lo paisajístico hasta lo emocional. No pensé que me iba a encontrar con sitios tan lindos. Había subestimado la belleza del lugar y pensaba encontrar algo monótono. Hay montes muy hermosos, playas de arena blanca y un mar de color turquesa. El pueblo es muy prolijo. Por otro lado, realizar bicicleteadas y canotaje en las islas es algo que ni siquiera me animé a soñar. Las actividades superaron lo que me pude imaginar cuando planeamos esta aventura. Además, tiene un plus hacerlo con amigos”.
Remada entre olas, islotes, bancos de algas, delfines, lobos marinos y aves.
—José Luis Méndez: “Sí. La idea de este viaje venía desde hace muchos años y haberlo concretado es toda una alegría, que se hace exponencial por hacerlo con amigos. Ir a las Malvinas es algo que no está muy divulgado y eso lo hace un destino poco fácil de llegar para particulares. Es un lugar que te sorprende por su belleza natural, y por nuestra vida scout, las actividades al aire libre hicieron que sea una vivencia inolvidable”.
—¿Cuál fue el momento más emotivo?
—MC: “La primera caminata por Monte Longdon; fue realmente emocionante. Sentir el viento frío, y no helado como sintieron en ese momento los combatientes; ver los agujeros en la tierra, producto de las bombas, y restos de armas y de utensilios utilizados hace tantos años fue un shock. Es imposible estar ahí y no empatizar con los soldados. Es decir, uno ahí cree entender qué fue lo que pasó pero, al mismo tiempo —estábamos bien abrigados, con calor, bien comidos y por propia elección—, sabe que es imposible sentir algo cercano a lo que vivieron ellos. Sin dudas, el cementerio argentino tiene todo un entorno de emoción y de respeto; es indescriptible. Sólo hay que estar y sentirlo. No vale la pena tratar de entender; hay que sentir y respetar. Otro momento que se repetía siempre en mi cabeza era mirar Google Maps y caer en la cuenta de dónde estábamos”.
—JLM: “Las emociones estuvieron presentes en todo momento. Cuando estábamos por llegar y, al reconocer punta Esperanza (NdR: Hope Point) desde el aire, comencé a movilizarme. También haber podido estar en el cementerio argentino de Darwin fue algo especial. El clima hostil, por el viento y por el frío de un par de días, nos hizo pensar lo que debieron soportar (los soldados) durante el conflicto. Sin dudas, fue algo extremo”.
—¿Cuál es el mensaje que quieren transmitir tras esta experiencia?
—MC:
“Que es un lugar muy bello. Lleno de historias buenas, malas y de
héroes, que nunca tendrían que haber pasado, pero que sucedieron y
merecen nuestro respeto. Y que es un lugar al que todos podemos ir pero,
por favor, vayamos respetando la historia de quienes estuvieron y de
quienes están”.
—JLM: “Es un sitio que hay que ir a conocer,
permitirse y dejarse sorprender. Y con respeto, ya que se puede
vivenciar tranquilamente”.
¿Cuánto cuesta ir a las Islas Malvinas?
En total, y por todo concepto, el viaje de Goslino, Mansilla, Méndez y Cortés costó alrededor de 8.000 dólares.
Hay una salvedad: la mayoría de esos U$S 2.000 (cada uno) se considera a un cambio de tipo oficial, ya que Islas Malvinas es territorio nacional y los gastos con tarjetas de crédito no incluyen las actuales cargas impositivas. En el tour, esta alternativa se pudo aplicar a todas las compras realizadas —con tarjeta— en distintos lugares de Puerto Argentino, desde supermercados, gastronomía, alojamiento y excursiones.
En el caso de la moneda local, la corriente de uso es la libra.
La Iglesia de Cristo, en Ross Road, se consagró en 1892 y es la catedral anglicana más austral del mundo.
¿Requisitos para ingresar? Hay que tener el pasaporte al día; exhibir el vuelo de regreso (no se puede viajar con el pasaje abierto); reserva de alojamiento y dinero para consumir en esa semana (que puede justificarse con la presentación de la tarjeta de crédito).
Un punto importante: si se cancela el vuelo de regreso al continente hay que prever los consumos por una semana más (existe sólo una operación cada 7 días). En este sentido, la tarjeta es indispensable.
Las autoridades exigen un seguro médico con evacuación aérea hacia el continente que, en este caso, es a la ciudad chilena de Punta Arenas. Es decir, se deben ampliar las coberturas convencionales.
¿Visa de ingreso? No se necesita. En Migraciones sólo requieren las respuestas habituales a los formularios que se completan en el avión antes de arribar a las Malvinas. Es decir, como cualquier turista que visita otro país.
Los protagonistas
—José Luis Méndez es ingeniero químico por la UNS. Tiene 45 años. Nació en Coronel Pringles y vivió en Bahía Blanca entre 1996 y 2011. Desde entonces reside en Rincón de los Sauces y es scout desde 1985.
—Maximiliano Cortés es licenciado en Computación por la UNS. Tiene 49 años. Nació en Bahía Blanca y reside en Tandil desde 2012. Es scout desde 1980.
—Omar Mansilla es comerciante y tiene 72 años. Nació en Comodoro Rivadavia, pero reside en Bahía Blanca desde 1956. Explorador de Don Bosco en su niñez, es scout desde 1987.
—Martín Goslino es licenciado en Economía por la UNS. Tiene 48 años. Nació (y reside) en Bahía Blanca. Es scout desde 1983.
lunes, 5 de septiembre de 2022
Monte Longdon: En 2011 VGM acampaban en el cerro que fue testigo de su valentía
Por primera vez, ex combatientes de Malvinas acampan en Monte Longdon
InfobaeLeandro Boyer
Un contingente de nueve ex combatientes de la Guerra de Malvinas que viajaron a las islas acamparán hoy en Monte Longdon, donde combatieron hace 29 años y libraron una de las batallas más sangrientas de ese conflicto bélico.
Así lo relató a Télam Ernesto Alonso, secretario de relaciones institucionales del Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas (CECIM) de La Plata, quien viajó el sábado pasado a las islas junto a otros 9 ex combatientes.
"Vamos a pasar la noche allí (en Monte Longdon) en homenaje a los caídos. Estamos preparando los equipos para ir a recorrer posiciones, hacer distintos homenajes y dejar 'marcas' en ese lugar donde estuvimos la mayoría", relató.
Alonso explicó que las "marcas" a las que se refiere son "una placa del CECIM de La Plata y distintas cosas personales que dejaremos allí".
"Nosotros decimos que nacimos acá, el día que nuestros compañeros murieron", remarcó el ex combatiente, quien detalló que "llevamos carpas para acampar allí".
En Monte Longdon se libró el 12 de junio de 1982 una de las batallas más sangrientas de la Guerra de Malvinas, y en ese lugar murieron 29 soldados argentinos.
Alonso y sus nueve compañeros viajaron el sábado último a las Islas Malvinas a través de un convenio vigente entre el Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas (CECIM) y la Municipalidad de La Plata, que permite el regreso de 16 ex soldados por año a las Islas.
"Este es el tercer año consecutivo en que se efectivizan los viajes, posibilitando en estas pequeñas intervenciones renovar el compromiso y el derecho de nuestro país de ejercer soberanía sobre el territorio ocupado por una potencia colonial", sostuvo Alonso.
Alonso contó a la agencia Télam que "ayer visitamos el cementerio de Darwin, donde se encuentran nuestros ex compañeros. Esa es una parte muy dura del viaje, ya que Darwin es un cementerio privado de identidad".
"El 50% de las tumbas no están identificadas, y tiene una frase compleja de asimilar, ya que dice `Soldado sólo conocido por Dios´ y creemos que no hay que dejarle tanta tarea a Dios y hacernos cargo de devolverele la identidad a todos aquellos que vinieron acá, en 1982, con nombre y apellido, sabiendo
quiénes eran", afirmó.
Destacó que esa identificación "es una tarea simple de realizar. Nosotros creemos que esos cuerpos deben descansar en estas tierras, pero es una asignatura pendiente de las instituciones de la democracia en Argentina".
"Es un cementerio donde, además, no se puede dejar ningún tipo de placas o recuerdo. En viajes anteriores han dejado cosas, placas y sistemáticamente son retiradas. Siempre cuestionamos esta gestión
de administración en el cementerio de Darwin", remarcó.
Alonso detalló que este contingente también visitó Ganso Verde, una de las primeras posiciones que atacaron los ingleses, y luego bahía San Carlos, donde los británicos hicieron el desembarco".
El lugar fue utilizado por los ingleses como "cabecera de playa y comando logístico" y en ese sitio había un frigorífico abandonado "cuyas cámaras frigoríficas fueron utilizadas para el encierro de compañeros tomados prisioneros", recordó Alonso.
Respecto de la reacción de los isleños ante su presencia, Alonso afirmó que "respetan nuestra condición de soldados" e incluso a raíz de estos viajes "tenemos relaciones vía chat con habitantes de las islas y ahora pasamos a conversar con ellos".
"Nuestra visita acá también nos permite hacer intervenciones con respecto a la explotación de pesca que están haciendo en forma indiscriminada y a la instalación de la base militar en Mount Pleasant (Monte Agradable), que está a 700 kilómetros de la costa de Río Gallegos, y que para nosotros afecta no sólo a la Argentina sino a todos los países de la región", puntualizó.
Alonso adelantó que cuando el contingente regrese al continente "vamos a mostrar imágenes que hemos tomado de esta base militar, que es una fortaleza".
Además de Alonso viajaron Fernando Magno, Aníbal Grillo, Luis Aparicio, Sergio Sánchez, Fabián Pasaro, Juan Andreolli, Martín Raniqueo, del Regimiento 7 de Infantería, y su par del Grupo Artillería Antiaérea 601, Gustavo Acacio.
La estadía en las Islas finalizará el próximo sábado 19 de marzo.
viernes, 10 de diciembre de 2021
domingo, 9 de agosto de 2020
Una visita a las islas y su belleza actualmente
La curiosa historia de las Islas Malvinas
Esta colección de islas salvajes cerca de la Antártida es uno de los secretos mejor guardados del mundo.Young Adventures
En lo profundo del corazón del Océano Austral, a unos 500 kilómetros al este del fondo de Argentina, encontrarás las Islas Malvinas (Falkland Islands), un conglomerado increíblemente salvaje y rocoso de cientos de islas, hogar de una fauna salvaje, épica. paisajes, y una historia verdaderamente notable, que supongo, probablemente no sabes mucho.
Admito descaradamente que no sabía mucho sobre las Malvinas antes de aterrizar aquí después de zarpar de Argentina para comenzar nuestra aventura a la Antártida con Quark Expeditions, a pesar de que tengo una leve obsesión polar. Mi conocimiento se limitaba a recuerdos vagos de libros de texto de la escuela secundaria sobre una guerra.
Lo que me recibió fue una sorpresa notable: las Malvinas fueron increíbles.
Casi tan diferente como podría haber imaginado por estar tan cerca de la Antártida, las Malvinas están formadas por impresionantes playas que se cruzan con colinas verdes con una cabaña escondida aquí y allá, era una mezcla de ambos el viejo mundo en el que todos estamos familiarizado y completamente desconocido. Un verdadero puente a la Antártida.
A menudo promocionadas como la puerta de entrada a la Antártida, vale la pena visitar las Islas Malvinas por derecho propio y como una introducción a las islas subantárticas del Océano Austral.
Hay muchos más viajes en barco que descienden a la Península Antártica que a las Malvinas y Georgia del Sur.
Si te encuentras en un viaje a las Malvinas, has descubierto un lugar con poca experiencia. Te aplaudo. De hecho, creo que las Malvinas son la introducción perfecta a la Antártida, un lugar más fácil de encontrar y que probablemente inspire una fascinación profunda por esta parte del mundo.
Pasamos el primer día en el mar con Quark conociendo el barco Ocean Adventurer, así como el increíble equipo de expedición y el personal. Esta sería una experiencia colectiva para todos y no podíamos esperar para comenzar. Para alguien que a menudo no puede dormir en la misma cama todas las noches, fue un verdadero placer acomodarse en mi acogedora cama en mi cabaña y guardar todas mis pertenencias para una aventura.
A medida que nuestras piernas tambaleantes y nuestras constituciones débiles comenzaron a endurecerse, vimos tierra en las Islas Malvinas. Estaba soleado y cálido, y no era una nube que marcara el cielo azul brillante cuando abordamos los zodiacos por primera vez guiados por el equipo experto de expedición, para escuchar cómo aterrizar y comenzar a explorar un mundo nuevo para todos nosotros.
Fuimos recibidos con caras amigables, playas de arena blanca y muchos pingüinos, y no nos llevó mucho tiempo comprender que habíamos llegado a un lugar curioso y único en el mundo y que no podíamos esperar para llegar. Lo sé.
La historia de estas islas subantárticas en el fondo del mundo es fascinante, completamente distinta a cualquier otra parte de la tierra. Sígueme mientras te presento uno de mis nuevos lugares favoritos: las Islas Malvinas. ¡Disfrutar!
Malvinas y Georgia del Sur: Islas del Océano Austral
La historia
Establecidos, reclamados y disputados por muchos países a lo largo de los años, las Malvinas no son nada sino polémicas. Incluso perseguir decir "Malvinas" sobre "Malvinas" es potencialmente ofensivo.Reclamado por Argentina, las islas han estado bajo el control británico desde 1833, que coció a fuego lento hasta que estalló en un conflicto abierto en 1982 antes de que los argentinos se rindieran después de la Guerra de las Malvinas. Hoy en día, más del 98% de las personas en las islas votan para seguir siendo un territorio de ultramar del Reino Unido.
Además, ¿mencioné que la población tiene menos de 3.000 almas? Apodado con cariño "Kelpers", y en su mayoría de ascendencia británica que viven en la única ciudad de Stanley.
Las aves
Seamos honestos, solo estoy aquí por los pájaros.Cuando la gente dice que las Islas Malvinas albergan una vida salvaje increíble, lo dicen en serio. En Nueva Zelanda, nos asustamos si vemos un pingüino o un albatros. Estas son especies muy raras y en peligro de extinción, y te consideras muy afortunado de verlas.
En las Malvinas, más de 220 especies de aves viven o se reproducen, y es probable que encuentres 5 tipos de pingüinos. ¡Bienvenido a esta parte del mundo!
Nuestro primer desembarco en la isla de West Point nos llevó a una hermosa caminata por las colinas hasta unos increíbles acantilados. Mientras bajábamos, de repente una increíble colonia de albatros de ceja negra se hizo visible entre las altas hierbas.
Bueno, si soy sincero, podría olerlos antes de poder verlos.
Docenas de albatros se sentaron en nidos y enormes pollitos esponjosos dormían entre ellos junto con muchos pingüinos saltamontes y sus pollitos también.
Era un verdadero zoológico de pájaros salvajes y raros. Obviamente me asusté y no sabía qué hacer. Nunca había visto algo así, y me tomó varios minutos mirar con adoración a estas chicas gordas y esponjosas que me gritaban a mí antes de que pudiera tomar fotos.
Y este no es un escenario único: más tarde, en nuestro segundo desembarco de la Isla Saunders, encontramos incluso más aves que viven juntas aparentemente cohesivamente, ¡incluso con algunas ovejas arrojadas en buena medida! ¡Qué lugar!
Honestamente, ¿qué tan enojado se ve este pingüino de Magallanes en su agujero? Concurso de subtítulos, alguien?
Las playas
Dudo seriamente si le pides a alguien que describa cómo se ven las islas del continente de la Antártida y responderían con playas de arena blanca. Pero aquí estamos.Quizás una de las mayores sorpresas para mí cuando hicimos nuestro primer desembarco en las Malvinas fueron las playas de arena blanca. Ah, y todos los pingüinos en las playas. No es lo que esperas!
El primer día tuve tiempo de ponerme al día con nuestro increíble líder de expedición Ali, quien me dijo que la isla de Saunder, donde estábamos a punto de visitar, era uno de sus lugares favoritos en todo el viaje. Y después de pasar un día allí, deambulando entre muchos pingüinos en playas blancas, no podría estar más de acuerdo.
¿Seguramente no hay otro lugar como este en la tierra?
A medida que nos acercamos a la orilla, el agua se volvió transparente y turquesa, y se podía ver directamente al fondo. Parecía una piscina. Sin embargo, un chasquido rápido de los dedos o un toque en la cara y te recuerdan mucho lo cerca que estás del Polo Sur.
A pesar de lo atractivo que parecía, no podías pagarme para entrar.
Los pingüinos se mezclan en la arena blanca creando una imagen verdaderamente irónica que probablemente nunca olvidaré.
Los Defenders
¿Puede alguien explicarme por qué todos los demás automóviles en la pequeña ciudad de Stanley son Land Rover Defenders?Es un sueño inconformista hecho realidad en Instagrammers.
Tuvimos varias horas para pasear por Stanley, disfrutar de las vistas y disfrutar de la cultura local de pub. Pero lo que comenzó como un recorrido a pie por la ciudad con solo Jarrad y yo degeneramos rápidamente en la sesión de fotos de "vamos a ver al Defensor", los dos inconformistas de Instagram, avergonzados, cuyo mayor sueño sería tener uno de estos preciosos paseos.
Defensor del coche de policía. Ambulancia defensora. Bombero defensor. Los landies retro se encuentran con látigos más modernos. ¿POR QUÉ? Debo saber por qué hay tantos en una ciudad de 2.100 almas.
Mi teoría es que las Malvinas son estereotípicamente británicas, entre todos los Defensores, sindicalistas y pubs de pequeñas ciudades y cabinas telefónicas rojas, realmente se sentía lo más británico posible, estando lo más lejos posible de Gran Bretaña.
Podrías imaginarte fácilmente a la Reina rodando en uno de estos juegos con un montón de corgis en compañía.
Curioso, curioso
Las vistas
Las Malvinas también son increíblemente coloridas y están llenas de impresionantes vistas en cada esquina.En la Antártida, el mundo está desaturado de color, todo se funde en tonos de azul, gris y blanco. Pero las Malvinas no podrían ser más diferentes, vibrantes y vivas, recordando un poco a lugares como Irlanda con sus costas salvajes y colinas verdes.
Si solo Irlanda tuviera menos gente, más pingüinos y una increíble población de Defensores.
¡Solicite una cotización para aventurarse a las Malvinas y Georgia del Sur con Quark Expeditions hoy!
Es uno de los secretos mejor guardados de la Antártida.
No hay ningún lugar como las Malvinas. Si eres un viajero curioso e intrépido como yo, que siempre busca lugares secretos y sale del mapa, es para ti.
Las Malvinas son un lugar que pocos viajeros visitan, ya que no hay muchos viajes allí, y muchos no son conscientes de las increíbles vistas y las oportunidades excepcionales de vida silvestre que están disponibles. Es un lugar que intriga e inspira, a diferencia de cualquier lugar de la tierra y un puente único entre el mundo moderno con el que estamos familiarizados y el vasto vacío de la Antártida.
Estas islas son un secreto guardado de la región y esta definitivamente no será mi última visita aquí.
miércoles, 25 de marzo de 2020
Lynx del ejército británico se ofrece como alojamiento en Airbnb
Helicóptero de guerra de las Malvinas convertido en Airbnb de $ 45 la noche
George Winston || War History OnlineCrédito: Mercury Press
El Sr. Roughton compró la tierra al gobierno por $ 320,000 y se propuso crear un parque de vacaciones, completo con un alojamiento único.
William Roughton, un agricultor de brócoli y col rizada, salió de su zona de confort cuando invirtió $ 30,000 en la conversión de un helicóptero Westland Lynx antiguo en un estrafalario de vacaciones en su parque de vacaciones - www.reamhills.co.uk, que es un viejo campo de tiro de la RAF .
Este emparejamiento inusual comenzó en 2014 cuando se le dio la oportunidad de comprar RAF Wainfleet, un antiguo campo de bombardeo que estaba rodeado por su granja de verduras.
El reclamo de RAF Wainfleet a la fama fue que era el campo de entrenamiento utilizado por las tripulaciones de los Dambusters, el famoso equipo de bombas de la Segunda Guerra Mundial.
© reamhills.co.uk
Para 2017, la antigua Torre de Control se había convertido en cuatro unidades de alojamiento, pero la pieza de resistencia del Sr. Roughton ha sido la conversión del Lynx en una pequeña unidad de vacaciones para dos personas.
La conversión del helicóptero fuera de servicio tardó seis semanas en completarse. Ahora, no solo hay un espacio acogedor, sino que la cabina también viene equipada con luces intermitentes y una banda sonora que reproduce los ruidos del motor.
El Sr. Roughton compró el Lynx por capricho hace cinco meses por $ 24,000 después de ver un anuncio en Google. Luego seleccionó a dos amigos, Diana Fryer y Josh French, para ayudar con la conversión a una unidad de lujo de Airbnb a un costo de $ 5,000.
Debido a que el Ejército opera al menos dos variantes del Lynx, este, el Mk.7 y el AH.9 con ruedas en lugar de patines, al piloto se le recuerda constantemente qué variante está volando. Foto: Jerry Gunner
El interior del helicóptero está equipado con un cómodo futón doble que se pliega durante el día para proporcionar una zona de descanso.
También hay un televisor de pantalla plana, una mesa de café y una mini nevera. El calor es proporcionado por la calefacción por suelo radiante, ¡un lujo con el que los usuarios originales del Lynx solo podían soñar!
Pero, sin duda, la atracción principal de este alojamiento muy diferente es la cabina con sus luces y ruidos de motor que reproduce las imágenes y sonidos originales del helicóptero cuando se usaba operacionalmente.
El helicóptero Lynx está siendo reabastecido de combustible en la cubierta de vuelo del HMS Ark Royal durante el DISTEX
Cada noche que pases en el helicóptero te costará $ 45, pero los turistas tendrán que pagar un poco más ya que el Lynx aún no tiene un baño.
Esto significa que actualmente el helicóptero solo se puede reservar si la pareja se hospeda en una de las otras habitaciones, que comienzan en $ 70 por noche.
El Sr. Roughton habló sobre el trabajo que tuvieron que hacer para convertir el helicóptero. Dijo que uno de sus dichos favoritos, "el que se atreve a ganar", vino del personaje, Del Boy en la comedia de televisión, Only Fools and Horses.
Siguiendo este lema, se lanzó de cabeza al negocio de los campamentos de vacaciones, una empresa muy diferente al cultivo de verduras.
© reamhills.co.uk
El helicóptero no fue fácil de convertir, ya que estaba hecho de aluminio y las paredes redondeadas no se prestaban fácilmente para crear una habitación. Había tuberías, alambres y cables por todas partes que tenían que ser movidos.
Sin embargo, el Sr. Roughton dijo que disfrutaba la creatividad de construir el parque de vacaciones, por lo que decidió hacer el trabajo él mismo, solo con la ayuda de sus dos amigos. Dijo que había una curva de aprendizaje muy empinada, pero que todos habían disfrutado la experiencia.
© reamhills.co.uk
Pero ahora tiene que aprender un nuevo conjunto de habilidades, ya que tratar con los clientes es muy diferente al cultivo de vegetales, ¡después de todo, las verduras no responden!
A pesar de su incertidumbre, está encantado de que el nuevo alojamiento ya haya sido reservado por tres noches, sin que se anuncie.
© reamhills.co.uk
Westland Helicopters fabricó el Lynx para uso militar. Estos helicópteros comenzaron a producirse en la década de 1970 en la base de Westland en Yeovil.
Museo de vuelo del ejército, Middle Wallop
El avión fue utilizado por las fuerzas aéreas y marinas de muchos países, y los británicos usaron este tipo de helicóptero durante la Guerra de las Malvinas en 1982.
Los helicópteros Lynx tradicionalmente llevaban ocho misiles antitanque, dos cápsulas de cohetes de 70 mm, dos torpedos, dos cañones de 20 mm y dos cargas de profundidad o dos misiles Sea Skua.
Su objetivo principal era proteger a la flota británica del ataque submarino, pero también dispararon contra buques argentinos. Uno de esos buques, el bote patrullero AlferezSobral, fue dañado en mayo de 1982 por misiles.
Un helicóptero Lynx del ejército se cierne durante un ejercicio en Bosnia
Entonces, si desea una experiencia diferente, el lugar perfecto para una estancia única. Si le apetece algo completamente inusual, ¿por qué no hacer arreglos para quedarse en nuestro helicóptero Lynx especialmente convertido para pasar la noche? El sueño de todos los niños.
Tenemos estancias de 1 noche a partir de $ 141, tenga en cuenta:
Lo sentimos, no aceptamos mascotas en nuestro helicóptero
Todo el alojamiento es para no fumadores
Todas las literas son camas hechas a medida. Traiga sus propios sacos de dormir / edredones, almohadas y ropa de cama.
Radiografía Zulu 676 - Capacidad de hasta 4
Nuestro Westland Lynx XZ676 de 1982 se ha transformado profesionalmente en alojamiento nocturno. Su elegante interior incluye capacidad para hasta 4 personas (2 adultos y 2 niños), un fregadero, una mini nevera y microondas, un calentador de zócalo, un televisor LED y una elegante iluminación LED para complementarlo. Se incluye el uso del inodoro cercano en el lugar y el bloque de ducha.
Características e instalaciones clave
Por encargo bajo doble "litera" con capacidad para dos personas en la cola del helicópteroDoble litera en la sala de estar con capacidad para 2
Televisor LED de pantalla plana
Área de cocina con fregadero pequeño, agua fría y caliente, mini refrigerador y microondas.
Wifi
Calentador de zócalo y ventilación de techo
Mesa y sillas de jardín
Plaza de aparcamiento