Mostrando entradas con la etiqueta gobierno argentino. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta gobierno argentino. Mostrar todas las entradas

lunes, 7 de agosto de 2023

Defensa cancela radar de LeoLabs en Tierra del Fuego por riesgo a la seguridad

Defensa cancela el radar de EE.UU. y Gran Bretaña en Tierra del Fuego: "Es un riesgo para la seguridad"


Con un documento técnico de las Fuerzas Armadas que entregará hoy a la Casa Rosada, el ministerio que comanda Jorge Taiana advierte que "hay riesgos para la soberanía" sobre las Malvinas. Los nexos de la empresa LeoLabs y por qué lo había autorizado Juan Manzur





Crítica Sur


Por medio de un detallado informe técnico que se entregará en las próximas horas a la jefatura de Gabinete, el Ministerio de Defensa ordenó la "cancelación definitiva" de un radar instalado en Tierra del Fuego por la empresa Leo Labs de capitales norteamericanos y de Gran Bretaña por un motivo concreto: el proyecto "afecta severamente la soberanía" de la Argentina en las islas Malvinas y el Atlántico Sur.

Según confiaron a El Cronista fuentes calificadas de la Casa Rosada el Ministerio de Defensa que conduce Jorge Taiana con el aporte técnico de las Fuerzas Armadas, el INVAP y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) redactó un informe en el que asegura que el radar que había instalado en la localidad fueguina de Tolhuin la empresa Leo Labs "es un riesgo para la seguridad nacional".

El documento que Defensa entregará hoy al jefe de Gabinete, Agustín Rossi, ordena taxativamente cancelar el proyecto de Leo Labs en Tierra del Fuego y se elevó luego de la polémica que se desató hace más de un mes cuando el mismo ministro Taiana y legisladores de la oposición denunciaron que la compañía británico-estadounidense podría afectar la soberanía de Malvinas.

Los nexos del radar en Tierra del Fuego con la OTAN y Londres

Allí se encomendó analizar el tema y elevar un documento técnico. Ayer se terminó de redactar el informe en el que se advierte que los radares de la empresa Leo Labs estarían en condiciones técnicas de transmitir información y filtrar datos sensibles para la seguridad nacional. A la vez, se detalla en el informe de Defensa que la compañía podría tener nexos con servicios de inteligencia de Gran Bretaña y de la OTAN.

El informe de Defensa añade un documento de la Inspección General de Justicia de Tierra del Fuego en donde consta que la empresa en cuestión está radicada con domicilio en Londres y en Dublin. 

El gobernador de Tierra del Fuego, Gustavo Melella aseguró que la empresa en cuestión es de Estados Unidos y "no tiene funciones militares sino que monitorea la basura espacial y vende esos servicios a diferentes programas".

Sin embargo, el Ministerio de Defensa opina lo contrario. Asegura que los radares tienen capacidades para interferir comunicaciones y la información de las Fuerzas Armadas.  

Por pedido de Defensa, la Subsecretaría de Telecomunicaciones y Conectividad ya había decidido suspender los efectos de la Disposición N° 8/22, a través de la cual se autorizó con carácter precario a la empresa Leo Labs a instalar y poner en funcionamiento una Estación Terrena en Banda S, con el fin de rastrear y monitorear objetos en ambiente LEO (Low Earth Orbit).

El senador radical de Tierra del Fuego, Pablo Blanco, había alertado también que el radar de Leo Labs ya estuvo en funcionamiento con 512 antenas individuales sin ningún movimiento mecánico, operando en Banda S (2910 -2990 MHz), una potencia de transmisión máxima de 100 W con un ciclo de trabajo de 20%, correspondiente a una potencia pico de 51,2 kW y una potencia media de 10,24 kW. 

Advertencia de Defensa sobre el radar de la empresa LeoLabs

En aquel momento, por medio de la resolución DI-2023-14 el ministro de Defensa, Jorge Taiana, en acuerdo con el canciller Santiago Cafiero dispuso la suspensión de la autorización que el 15 de noviembre del 2022 emitió el entonces jefe de Gabinete, Juan Manzur. 

Aquella autorización le permitía a la empresa LeoLabs, de capitales norteamericanos y de Gran Bretaña, instalar una "estación terrena en Banda S" en Ushuaia. Pero ahora, con el informe técnico en mano se ordenó la "cancelación definitiva" del proyecto.

Según confirmaron a El Cronista fuentes calificadas de la Casa Rosada, en el Ministerio de Defensa entendieron que la empresa LeoLabs tendría, en base a documentación publicada por la Inspección General de Justicia, una sede en Ushuaia con sociedades asociadas en Irlanda y el Reino Unido. Así, aclararon que esto atentaría contra la defensa de la soberanía de la Argentina en las islas Malvinas.

"La revisión de documentación llevó al Ministerio de Defensa y a la Cancillería a evaluar el riesgo de que una empresa con conexiones con el Reino Unido se instale en Tierra del Fuego para manejar información sensible en una zona cercana a las islas Malvinas ocupadas ilegalmente por Gran Bretaña", explicó a El Cronista un destacado funcionario del Gobierno que en las últimas horas siguió el tema con el ministro Taiana y el canciller Cafiero.

También se analizó que los radares de alto alcance están a 500 km de distancia de las Islas Malvinas, un "territorio ocupado por una potencia extranjera que a su vez es aliada de quien está interesado en colocar esas antenas", dijeron en el Gobierno.

Además, se supo que cuando Manzur tomó la decisión de avanzar con el proyecto de LeoLabs el ministro Taiana había solicitado que se pidiera la opinión del Ministerio de Defensa que no había sido consultado en relación al proyecto.


En su momento, el embajador de Estados Unidos, Marc Stanley había publicado en marzo pasado un tuit donde sostenía que "Ushuaia no es sólo un lugar excelente para observar las estrellas, también es un punto clave para que la empresa espacial estadounidense @LeoLabs_Space colabore con empresas y gobiernos de todo el mundo en la protección contra los desechos espaciales. #SpaceSafety". 

En el Gobierno aseguran que el entonces jefe de Gabinete no estaba al tanto del origen de LeoLabs y que fue un "error" que se le habría pasado. Aunque los que conocen a Manzur saben que este tipo de deslices no son propios de él.

domingo, 20 de marzo de 2022

La economía argentina durante el conflicto

A 40 años de Malvinas, cómo fue la verdadera economía de guerra que enfrentó la Argentina: causas y consecuencias

El plan del ministro Roberto Alemann para ordenar las cuentas fiscales y mantener una buena relación con los acreedores externos se quebró ante el inicio del conflicto en las islas; las tratativas con el FMI, los bancos en Nueva York y la detención de un funcionario por pagar la deuda
Por Martín Kanenguiser || Infobae

El ministro de Economía en 1982, Roberto Alemann

A 40 años del inicio del conflicto, ¿cuáles fueron los ejes de la política económica que intentó llevar adelante el gobierno militar durante la guerra de Malvinas, qué pudo hacer y cuáles fueron las consecuencias de sus acciones?

La primera parte de la pregunta está respondida en un documento que preparó el entonces ministro de Economía Roberto Alemann pocos meses después del final del conflicto armado cuyo 40 aniversario se cumple este año.

En “La política económica durante el conflicto Austral”, presentado ante la Academia Nacional de Ciencias Económicas en 1982, Alemann admitió que, luego de la crisis que determinó el final de la “Tablita cambiaria” de Martínez de Hoz y la fallida experiencia de Lorenzo Sigaut, antes del inicio de la guerra “estaba en marcha una política encaminada a estabilizar la moneda, erradicando de cuajo las fuentes de inflación monetaria, sin alterar el funcionamiento ordenado de los mercados”.

Sin embargo, la operación encarada por el general Leopoldo Galtieri para recuperar poder, “planteó problemas absolutamente nuevos e imprevistos”, señaló el economista, que falleció en marzo del 2020.

“El objetivo principal de la política económica que por entonces consistía en abatir la inflación para desembocar en la reducción del sector público, cedió después del 2 de abril a la necesidad de preservar las reservas monetarias. El Banco Central contaba con activos externos de alrededor de USD 5.000 millones, pero las reservas disponibles eran considerablemente inferiores”, admitió Alemann, en una referencia que podría ser asimilada al presente.

El presidente Galtieri saluda al general Jofré en Malvinas

La primera decisión fue implementar un cepo cambiario al limitar “el mercado de divisas a compras exclusivamente para vencimientos comerciales y financieros con cierta fecha”. La intención, explicó, era contar con “efectivo” para la compra de armamento durante el conflicto.

En materia cambiaria, detalló, trató de demorar la inevitable devaluación generada por el aumento de la desconfianza, hasta que permitió un salto del 25% a principios de mayo, a cambio de colocar derechos de exportación, un instrumento que curiosamente varias décadas después fue reinterpretado como progresista.

En cuanto a la deuda externa, Alemann afirmó que se logró “la renovación de los vencimientos hasta que se superara el conflicto” con el consentimiento de los bancos comerciales, que eran los principales acreedores del país.

En Wall Street consideran que la Argentina fue el primer país en caer en default en los inicios de los 80, aún antes de México, en el inicio de la denominada “década perdida”

Sin embargo, en Nueva York consideraban que la Argentina fue el primer país en caer en default en los inicios de los 80, aún antes de México, en el inicio de la denominada “década perdida”.

Esto se debe a que el gobierno argentino no le pagó a los bancos británicos por la guerra de Malvinas. A fines de 1981, con una deuda externa pública de USD 20.024 millones que apenas se podía pagar, el gobierno militar se hallaba en pleno proceso de desgaste como producto de la crisis económica y por el lento pero progresivo avance del diálogo político, luego de los años más duros de la represión.

Con urgencia para captar fondos, el ministro partió hacia la reunión anual del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Cartagena de Indias para acordar la refinanciación de los compromisos de la deuda soberana de 1982.

Heridos luego de una batalla en Monte Longdon (AFP)

El plan oficial consistía en contratar unos USD 3.500 millones en créditos sindicados a largo plazo y renovar otros USD 7.200 millones. Desde el 26 de marzo, ajeno a los planes bélicos del gobierno, el funcionario comenzó a tejer en el Caribe colombiano la delicada operación para sacar a la Argentina de la cornisa de la cesación de pagos.

A cambio, Alemann se comprometió a mantener la deuda pública y a reducir el déficit fiscal en un 2% durante ese año. La realidad rompería con su juramento, ya que a fines de 1982 los pasivos externos del Estado ascenderían a USD 28.626 millones.

Con menos reparos que José Martínez de Hoz para aplicar un programa de ajuste con el objetivo de reducir la inflación, el ministro diseñó un esquema de “racionalización” del gasto público junto con la secretaría de Hacienda, que había intentado la misma tarea sin éxito desde 1976 a las órdenes de Juan Alemann. Así, Alemann dispuso un congelamiento de los salarios y el recorte de los subsidios a las empresas estatales.

Ante el inicio del conflicto, el equipo económico buscó girar las reservas del Banco Central al FMI, el BIS y otros bancos en los que no pudieran ser embargadas

Tras lograr un rápido “compromiso verbal” para la refinanciación de la deuda, el ministro decidió adelantar su regreso dos días con una escala en Bogotá, para arribar el 30 de marzo a Buenos Aires. Sin embargo, las rutas aéreas no favorecieron sus planes y debió penar durante 25 horas entre un avión y otro para llegar al país a través del Brasil.

Finalmente, aterrizó la tarde del jueves en el aeropuerto de Ezeiza, donde, ansioso, lo esperaba Manuel Solanet para explicarle que el enlace de la Fuerza Aérea con el Ministerio de Economía le había anticipado la noche anterior que el 2 de abril habría novedades importantes en relación con las islas del Atlántico Sur.

Al tanto de la operación militar, en Hacienda se le ordenó al presidente del Banco Central, Egidio Ianella, que girara las reservas internacionales del Banco Central que estaban depositadas en el Banco Central de Inglaterra y en los bancos comerciales de los Estados Unidos. El nuevo destino sería el Banco Internacional de Pagos de Basilea, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Reserva Federal de Nueva York, lejos del alcance de un eventual embargo británico.

Margaret Thatcher

Agotado por el extenso viaje desde Colombia, Alemann le dijo a Manuel Solanet en el aeropuerto que nada pasaría en relación con Malvinas y que necesitaba dormir una siesta en su casa para recuperar fuerzas. A las 19, su colaborador lo despertó por teléfono para reafirmar sus temores, pero Alemann volvió a pedirle calma, hasta que a la una de la mañana del viernes convocaron al ministro a una reunión de urgencia del gabinete nacional a las 7 de la mañana en la Casa de Gobierno para analizar una invasión que él desconocía.

Enojado y confundido, Alemann sintió que en un instante su castillo de naipes se derrumbaba: la ansiada lucha contra el déficit y la inflación dejaban paso al gasto militar como prioridad de la política económica.

En la economía de guerra, Alemann limitaría la compra de divisa para evitar la fuga de capitales

Mientras el ministro tomaba conciencia del cambio de escenario, Ianella se aseguraba de que la operación de rescate de las reservas resultara “prácticamente” exitosa, ya que aún restaban 50 millones de libras esterlinas que por cuestiones operativas sólo podrían ser liberadas el viernes 2 de abril. El Ministerio de Economía aprovechó la lentitud del gobierno británico para reaccionar —la premier Margaret Thatcher presuntamente se había enterado de la operación militar argentina a través de la inteligencia norteamericana la madrugada del viernes e impuso el control de capitales recién el sábado— para salvar ese dinero remanente.

Sin embargo, puertas adentro del sistema financiero inglés quedarían congelados durante toda la guerra unos USD 1.450 millones de residentes argentinos, incluidos 70 millones pertenecientes a la comisión de compra de armas de la Armada Argentina, que un integrante de esa fuerza aún menos informado que Alemann se olvidó de retirar.

En la economía de guerra, Alemann limitaría la compra de divisa para evitar la fuga de capitales, el mercado cambiario volvería a desdoblarse, el peso se devaluaría, crecerían las retenciones a la exportación y se adoptarían otras medidas impositivas para enfrentar el crecimiento de los recursos militares, que consumieron USD 450 millones de gasto corriente, más los fondos destinados a la compra de aviones.

Ronald Reagan con Alexander Haig

A pesar del apoyo retórico del sector privado a los planes del ministro, la fuga de un 4% de los depósitos totales del sistema financiero local registrada durante la primera semana de abril demostró los nervios del mercado ante la guerra contra la principal potencia marítima del planeta.

Mientras los argentinos retiraban sus depósitos de los bancos en Buenos Aires y obligaban al BCRA a bajar los encajes para combatir la situación de iliquidez en el mercado, en pleno corazón del conflicto bélico la administración militar lograba mantener cierta confianza en la población de las islas.

En este sentido, la gobernación militar prometió no incautar los bienes de los kelpers y de mantener la estabilidad, a través de un régimen bimonetario con un tipo de cambio fijo (a 20.000 pesos por cada libra malvinense) instaurado luego de un viaje de un funcionario de Economía a Puerto Argentino a mediados de abril, cuando la mediación diplomática del gobierno norteamericano, conducida por Alexander Haig, ya había fracasado.

El ministro Alemann no aceptó las posturas más duras del gobierno militar, pero aceptó suspender los pagos de la deuda, reconociendo una situación de default de facto que estaba latente por la falta de recursos del país

Mientras tanto, con el apoyo de sus aliados de la OTAN y de la Comunidad Económica Europea, Gran Bretaña dispuso el congelamiento de los fondos argentinos y el embargo de las importaciones de origen nacional. En la Argentina el sector más duro de la Junta Militar pidió como represalia la confiscación de los bienes británicos.

Alemann no aceptó, pero sin dudarlo suspendió el pago de los vencimientos de capital de la deuda externa para preservar el nivel de reservas del Banco Central, generando una reacción de histeria entre los banqueros de todo el mundo. Si bien el ministro aseguró que la medida se basaba en el contexto bélico, sus colaboradores más estrechos sabían que la guerra permitiría esconder un default que estaba latente, porque no había dinero más que para pagar uno o dos meses de vencimientos.

El Lloyds Bank del Reino Unido era el principal acreedor individual del país y la Argentina había tomado una buena parte de sus créditos a través de préstamos sindicados, que todos los bancos cobraban a través de una sola ventanilla. Si no cobraba uno, no cobraba nadie.

Alemann comprendió entonces la ineficacia de los mensajes a distancia y viajó a una reunión del Fondo Monetario Internacional en Helsinki, donde el 12 de mayo intentó sin demasiado éxito obtener el respaldo del titular del organismo, el francés Jacques de Larosiére, para lograr un programa de asistencia con la complicada promesa de continuar con un ajuste. Desanimado, dejó Finlandia y comenzó sin pausa una gira por Zurich, París y Nueva York para ofrecerles a los acreedores privados no británicos la posibilidad de cumplir en forma efectiva con los vencimientos del pago de intereses a través de una cuenta en la Unión de Bancos Suizos (UBS). En forma paralela, se habilitaría una escrow account para asentar los compromisos con los bancos ingleses sin pagarles, hasta que Londres levantara las sanciones contra el país.

Un soldado argentino

Esta solución se le ocurrió al abogado Richard Davis, socio del estudio neoyorquino Weil, Gothsam & Manges, ex subsecretario de Finanzas del Tesoro durante la administración de James Carter y experto en sanciones económicas internacionales, contratado por el Ministerio de Economía por el temor a que el gobierno de Reagan cediera a la presión de Thatcher de embargar los bienes argentinos en territorio norteamericano.

En realidad, Davis sólo se limitó a recomendarle al gobierno argentino una fórmula parecida a la que utilizaron los iraníes durante la toma de los rehenes en la embajada de los EEUU en Teherán, para eludir el congelamiento ordenado por el Tesoro en aquel entonces. Davis comenzó su trabajo con una visita a Buenos Aires, antes de que las tropas inglesas llegaran al Atlántico Sur, en la que sugirió reducir al mínimo los incentivos de los bancos para declarar un default formal.

Mientras el represor Alfredo Astiz se rendía sin presentar combate en las Georgias del Sur, el ministro se tranquilizó cuando los bancos no británicos se resignaron a aceptar la propuesta argentina, que hasta recibió elogios del Tesoro de los Estados Unidos.

Un juez ordenó la detención del presidente del BCRA Julio González del Solar por autorizar el pago de la deuda argentina a los bancos extranjeros, un hecho que generó nervios importantes en Nueva York

Sin embargo, puertas adentro del país, Alemann tuvo que soportar la reacción antisemita de algunos integrantes de la Junta Militar, indignados por los fuertes vínculos del estudio Weil, Gothsam & Manges con la comunidad judía de Nueva York.

El 14 de junio de 1982 los militares argentinos se rindieron ante sus pares británicos en Puerto Argentino. La dictadura sellaba su suerte en forma definitiva a costa de la muerte de 649 soldados argentinos en una guerra que Galtieri buscó ganar con la ilusión de recibir la ayuda de los Estados Unidos.

Junto con la derrota en el campo de batalla, el país acumulaba al final de la guerra unos USD 2.000 millones de atrasos en el pago de la deuda que debió empezar a renegociar al día siguiente de la rendición en el Atlántico Sur.

Sin embargo, Alemann afirmó que “los mercados funcionaron normalmente y las medidas de política económica contribuyeron a su mejor funcionamiento, excepción hecha con el comercio y con los pagos al exterior, donde las sanciones injustas de otros países nos obligaron a responder puntualmente sin afectar el crédito argentino en el exterior ni el funcionamiento de la economía argentina en su conjunto”.

Raúl Alfonsín (Télam/jcp)

Luego de aquella trágica experiencia en Malvinas, Galtieri renunció y asumió Reynaldo Bignone, en una gestión desordenada desde el punto de vista económico, con continuas negociaciones con los acreedores para salir del default.

El 4 de octubre de 1983, 26 días antes de los comicios que marcaron el retorno democrático y el ascenso de Raúl Alfonsín al gobierno, el presidente del Banco Central, Julio González del Solar fue detenido cuando regresaba de Washington acusado de “traición a la patria”, por disposición de Oscar Pinto Kramer, un juez de Río Gallegos que se hizo eco del enojo de la Fuerza Aérea porque el gobierno había tomado a Aerolíneas Argentinas como caso testigo para la reestructuración de la deuda de las empresas públicas, de acuerdo con el programa de asistencia firmado a principios de ese año con los bancos del exterior.

El 21 de septiembre los pilotos militares habían expresado su “unánime desagrado por la forma en que se renegoció la deuda de Aerolíneas”, mientras González del Solar y el ministro de Economía, Jorge Wehbe, le rogaban al comité de acreedores que postergaran el ultimátum contra la Argentina, debido a que el gobierno no había cumplido con sus pagos en todo el año.

El juez basó la orden de detención del titular del Central en dos cláusulas del acuerdo: una que otorgaba una garantía oficial para la reestructuración y la otra que cedía la competencia para resolver cualquier diferencia judicial a los tribunales extranjeros.

Con cierto temor por la decisión judicial, el steering committee postergó su intimación al gobierno. El 6 de octubre González del Solar fue liberado por decisión de la Cámara Federal, que acusó a Pinto Kramer de colocar al país “al borde de un default”, que en realidad ya tenía más de un año de vigencia en términos prácticos y que, en los hechos, se prolongaría casi una década más hasta que la Argentina firmó el plan Brady a principios de la década del 90.


domingo, 5 de septiembre de 2021

Guerra psicológica: La acción de Silvia Fernández Barrio, "Miss Liberty"

Silvia Fernández Barrio: "Miss Liberty"





Profesional impecable, abogada de causas nobles, todos saben que fue una de la caras más lindas del periodismo televisivo en la Argentina. Pero la mayoría ignora su otra faceta: la de luchadora por Malvinas. Desde Radio Nacional-RAE, bajo el nombre de Miss Liberty, en su perfecto inglés británico adquirido en el Colegio Barker de Lomas de Zamora, le hablaba todos los días a los tripulantes de la Task Force para desalentarlos. Una suerte de "Rosa de Tokio", pero al uso nostro, sin ningún elemento tenebroso.



La voz de Silvia Fernández Barrio se podía escuchar en una hermosa casa en Belgrave Square o en un barco navegando en altamar. "Hola soy Liberty, he decidido mostrarme al mundo desde un lugar que está muy lejos de usted, en Malvinas, Sandwich y Georgias del Sur, soy una voz, un espíritu, un país", dijo alguna vez, mientras el tema Yesterday, de The Beatles, sonaba de fondo.



Tras hacer escuchar las campanas del Big Ben, se daban los resultados del fútbol inglés y se les recordaba a los soldados lo lejos que estaban de sus hogares. "Nos hemos encontrado, soy Liberty y tú eres Tomy, simpatizante del Tottenham, sí, debes estar navegando en alta mar, por eso hemos decidido brindarte compañía. ¿Te gustaría que te recuerde tu pueblo?", leía Fernández Barrio.
Un años atrás, había tenido un encuentro cara a cara con la primera ministra británica, Margaret Thatcher, en Londres, en la casa de unos amigos portugueses que se habían escapado del gobierno comunista. Nunca se sabrá si la "Dama de Hierro" se acordó de aquella cena y de su voz cuando escuchó Liberty. Lo cierto es que fue ella quien ordenó que el 19 de mayo de 1982, desde la Isla Ascensión, comenzara a transmitir Radio Atlántico Sur, con el único fin, al decir del Ministro de Defensa, de desmoralizar o engañar a las tropas argentinas. Se pasaban mensajes para los soldados de tal o cual batallón, en los que sus familias les decían, supuestamente, que estaban bien y que los esperaban de regreso. Los ingleses llamaron a esta emisión "Operación Moonshine", que significa luz de Luna.



Radio Liberty podía ser sintonizada en el Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda, mientras que en las islas funcionaba LRA60 Radio Nacional Islas Malvinas. Los soldados y oficiales británicos se referían a Silvia como "Argentine Annie". Algún día esas comunicaciones (si es que sobrevivieron a la censura de la época) serán valiosas joyas de museos. La Rosa de Tokio vivió hasta muy avanzada edad, es lo que le deseo a Silvia.




(Oscar Horacio Ávila - Historias Perdidas de Buenos Aires).

lunes, 19 de julio de 2021

Buscan sancionar a empresas que colaboren con las fuerzas de ocupación de Malvinas

Argentina anunció sanciones a tres empresas extranjeras que explotan hidrocarburos en la zona norte de las Islas Malvinas

El secretario de Malvinas, Daniel Filmus, y el de Energía, Darío Martínez, informaron que tres empresas extranjeras operan sobre la Plataforma Continental Argentina sin autorización. Las sanciones pueden ser de 5 a 20 años de inhabilitación
Por Eduardo Menegazzi || Infobae





Daniel Filmus, Darío Martínez y Sandra Pitta, en la conferencia de prensa donde anunciaron las sanciones para las empresas petroleras que operan sin autorización argentina en las Islas Malvinas.

El secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, Daniel Filmus, acompañado por su par de Energía, Darío Martínez, anunciaron esta mañana que se aplicarán sanciones a otras tres empresas extranjeras a raíz de la explotación ilegal de hidrocarburos en la Plataforma Continental Argentina. Todas operan en la zona norte de las Islas Malvinas. En el el marco de la ley 26.659, la ley nacional de hidrocarburos, comunicaron que pedirán la inhabilitación de las empresas petroleras “Chrysaor Holdings Limited” y “Harbour Energy Plc.”, ambas con sede en Reino Unido, y de “Navitas Petroleum LP”, con sede en Israel.

Esas empresas operaban en la Cuenca de Malvinas Norte, encuadradas en el proyecto “Sea Lion” que se lleva adelante con licencias ilegales de las autoridades británicas de las Islas Malvinas.

La ley 26.659 sancionada en 2011 establece las condiciones para la exploración y explotación de hidrocarburos en la plataforma continental argentina, entre las cuales se encuentra la obligatoriedad de obtener permisos previos a la realización de dichas actividades, sancionándose su incumplimiento con la inhabilitación a realizar dichas actividades por un período que va desde los 5 a 20 años, entre otras penalidades. Asimismo, la referida ley prohíbe “tener participación directa o indirecta en personas jurídicas, nacionales o extranjeras, que desarrollen actividades hidrocarburíferas en la Plataforma Continental Argentina sin haber obtenido la habilitación pertinente emitida por autoridad competente argentina, o que presten servicios para dichos desarrollos”


Filmus destacó que “estamos iniciando el proceso de sanción a empresas que están vinculadas a la exploración y explotación hidrocarburífera en la plataforma continental argentina y en la Cuenca de Malvinas Norte sin autorización del gobierno argentino. Las leyes 26.659 de Hidrocarburos de 2011, y la modificación, la 26.915 del año 2013, son taxativas respecto de la prohibición de explorar o explotar hidrocarburos en la plataforma continental argentina sin autorización del gobierno argentino”.

Filmus subrayó que “la acción que está tomando Argentina está apoyada por un conjunto de declaraciones de diversos organismos multilaterales: la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE), el G77 + China, la CELAC, el Mercosur, la Cumbre Iberoamericana, que sesionó hace poco más de un mes. Todas han defendido la Resolución 2065 de las Naciones Unidas para que haya una negociación directa bilateral como forma de resolución definitiva y pacífica del diferendo con el Reino Unido por la soberanía de Malvinas y también han apoyado al derecho de Argentina de iniciar las acciones que hoy anunciamos a raíz de las violaciones a la Resolución 3149 de Naciones Unidas que plantea que ninguna de las dos partes puede tener algún tipo de acción unilateral sin autorización de la otra”.

“Además han ocurrido varios accidentes que, por ahora, no tuvieron ninguna consecuencia. Existe un enorme riesgo ambiental de un accidente con consecuencias que pueden llegar hasta la Antártida”, afirmó el Secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, durante la conferencia de prensa que tuvo lugar este mediodía en la Cancillería y de la que participó también la Directora de Malvinas de la Cancillería, Sandra Pitta.

Martínez, por su parte, aseguró que “hemos hecho un trabajo en conjunto con la Secretaría de Malvinas de la Cancillería en función de estas irregularidades que hemos detectado. La ley es muy clara en este sentido y las empresas no están habilitadas para operar, ni han pedido ningún tipo de autorización. Es por eso que iniciamos este proceso que tiene que ver con la notificación y luego con las sanciones, como habilita la normativa”.



“Es importante defender la soberanía energética y en este sentido la Secretaría de Energía aporta el conocimiento técnico y los registros en función de la necesidad de un proceso que luego continuará la Cancillería con nuestro acompañamiento. En esta materia no hay discusión: los argentinos y las argentinas merecen que cuidemos nuestra soberanía”, expresó también el secretario de Energía.

Según informaron fuentes de la Cancillería argentina, en 2020, la empresa Chrysaor Holdings Limited alcanzó un acuerdo de fusión con la empresa Premier Oil PLC, que fuera inhabilitada en el año 2013 por ser titular de licencias otorgadas por el gobierno isleño británico, dando lugar a la firma “Harbour Energy Plc”. También durante el año pasado Rockhopper Exploration, la compañía de exploración y producción de petróleo y gas con intereses claves en la Cuenca de Malvinas Norte (inhabilitada en el año 2013), anunció que Rockhopper y Premier Oil Exploration and Production Limited (“Premier”) firmaron un Acuerdo con Navitas Petroleum para obtener una participación del 30% en el proyecto Sea Lion.

Durante el año 2020 el gobierno nacional remitió sendas notas de desaliento a las empresas Navitas y Chrysaor, en las que se les recordaba, por una parte, que las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes forman parte integrante del territorio nacional argentino; y, por la otra, a las sanciones a las que se exponían de acuerdo a las leyes vigentes en nuestro país.

Una vez que se comience con las mencionadas actuaciones administrativas, se notificará a dichas empresas por intermedio de la Cancillería, dando plazo a las mismas para que presenten eventuales descargos en ejercicio de su derecho de defensa. En caso de no comparecer, el proceso seguirá su curso, debiendo adoptarse las sanciones que la Secretaría de Energía considere procedentes, incluida la inhabilitación.


Reuters 162

El Gobierno nacional inhabilitó en 2012 a otras cinco empresas que desarrollaban actividades vinculadas con la exploración ilegal en la plataforma continental disputada y en 2015 se declararon ilegales las actividades de dos empresas más.

Asimismo en 2015 desde la Cancillería y el Ministerio de Planificación Federal se promovió la denuncia penal de distintas empresas extranjeras desarrollaron actividades ilícitas de exploración, búsqueda y eventual extracción de hidrocarburos en el Océano Atlántico, en proximidades de las Islas Malvinas sin contar con autorización, concesión o permiso alguno otorgado por la autoridad competente argentina.

Como resultado de la política seguida, ninguna de las empresas petroleras a nivel global con sede en Argentina participó en actividades en zonas en disputa. Además, en respuesta a las gestiones realizadas, varias empresas del sector manifestaron no tener interés en hacerlo mientras subsista dicha disputa (British Petroleum, la petrolera estatal india ONGC, Talisman Energy, Fugro-Geoteam AS y Anadarko).

sábado, 10 de abril de 2021

PGH: Discurso desmalvinizador el 2 de abril en Monte Caseros

Discurso de un cobarde en el día de Malvinas en Monte Caseros




El 31 de marzo en la localidad de Monte Caseros, Corrientes, sede del cuartel del Regimiento de Infantería 4, unidad que se cubrió de gloria en la Batalla del Cerro “Dos Hermanas”, librada entre los días 11 y 12 de junio del año 1982, sucedió un hecho de una gravedad institucional inusitada, tan difícil de entender, como de explicar.
En esa oportunidad, al conmemorarse el 39° aniversario de la Recuperación de nuestras Islas Malvinas, y el Día del Veterano de Guerra, se llevó a cabo una ceremonia en la que estaban presentes el gobernador de la Provincia de Corrientes, el Intendente Municipal de Monte Caseros, el Comandante de la 1ra División de Ejército, veteranos de Malvinas, vecinos de la ciudad e invitados especiales.
Por alguna razón que no alcanzo a comprender, hizo uso de la palabra el presidente del centro de veteranos "Avá Ñaró", Carlos Enriori, quien se despachó con un discurso desmalvinizador, plagado de mentiras, en el que denunció falsamente las vicisitudes que supuestamente debieron soportar los soldados que pelearon heroicamente en Malvinas. Por supuesto que hubo murmullos, insultos por parte de algunas personas del público, algunos empujones, pero la cosa no pasó de ahí y el atorrante desvergonzado terminó con su ristra de disparates.
El hecho en sí me pareció gravísimo, pero opté por no escribir sobre el tema, en primer lugar por vergüenza, y en segundo lugar, para no agrandar un hecho que no merece pasar del nivel de miserable. Y lo que me avergonzó no fue precisamente que las palabras de ese cobarde no tuvieran ni un poco de verosimilitud, sino la falta de reacción de las autoridades de mi Ejército.
Muchos interrogantes se me abrieron de inmediato. El primero es por qué, quien sea que haya sido el organizador del acto, eligió como orador precisamente a Enriori, quien como todos saben, fue un cobarde en la guerra y ahora se transformó en un militante rentado por la causa de la desmalvinización, los Derechos Humanos y la persecución sistemática a las Fuerzas Armadas. El segundo es cómo el Ejército Argentino y el Regimiento 4 de Infantería se permitieron dar marco formal a ese eventual ultraje.
O no sabían quién iba a hacer uso de la palabra y se prestaron a la violación sin anestesia, lo que es una soberana estupidez difícil de entender, o sí lo sabían y formaron igual, lo que sería aun mucho más grave.
Desde entonces me llegaron por Whatsapp muchos artículos de repudio de Centros de Veteranos, ex oficiales, suboficiales y soldados del Regimiento, compañeros de Enriori, que me parecieron importantes, pero insuficientes. Una vez más preferí guardar silencio para no hacer olas sobre un tema que mancha gratuita, falsa e innecesariamente el honor de la causa de Malvinas, de nuestros veteranos, de nuestro Ejército y de nuestros muertos gloriosos que no se merecían una afrenta semejante, y que no hace más que revolver una mentira que, de tanto revolverla, se mantiene en la superficie, y hay idiotas que la creen y sinvergüenzas que la reproducen.
Pero hoy me llegó esta nota escrita por el Jefe del Regimiento 4 de Infantería durante la guerra, general de brigada Diego Alejandro Soria, dirigida al Jefe del Estado Mayor General del Ejército, instancia que entiendo, debería haber tomado a esta altura, alguna carta en el asunto.
La gravedad del último párrafo de la nota del general Soria, que adjunto, y cuya lectura recomiendo, no deja ninguna duda y merece alguna respuesta.
Siempre digo que es muy fácil ser valiente con los atributos de los demás. Yo no estuve allí, ni sé qué hubiera hecho en esas circunstancias, ni sé cómo hubiera reaccionado ante la sorpresa. Pero si sé ahora lo que creo que debería haber hecho y lo que me hubiera encantado hacer.
Y eso hubiera sido, mandar:
¡Regimiento 4 de Infantería, Fir – mes! ¡Al hombro – Ar! ¡Derecha – dre! ¡Maestro de Banda, Marcha de Malvinas! Regimiento, Bandera y Banda, Mar!!!
Y se hubieran retirado desfilando marcialmente del lugar con la cabeza en alto, el honor intacto y en medio de los aplausos de la concurrencia. Porque el honor no se compra en ningún lado.
Jorge Tisi Baña

jueves, 8 de abril de 2021

Peor Gobierno de la Historia: Todo lo pudren

Espero no sea cierto....

Un Grupo de VGM de la llamada "Carpa Verde" se reunierón con el Diputado Máximo Kirchner, hijo del matrimonio presidencial más corrupto de la historia de la Humanidad, para pedirle por la Ley de Sangre y están según ellos muy cerca, esta ley permite a los hijos de los ex combatientes seguir cobrando de por vida las pensiones e ingresos que el estado le otorga, una barbaridad por donde se la mire, los Hijos son tan sanos como cualquier trabajador y no hay impedimento para que trabajen como cualquier Argentino, ademas que pasaría si son varios hijos y con sus nietos,, un verdadero súper problema, en todos los Países que tuvieron Guerra se protege a la Familia ya se por fallecimiento en Combate o pos Combate en el Continente después de la Guerra, en esos casos la Viuda sigue cobrando de por vida las asignaciones del Marido Veterano, pero los Hijos no tienen nada que ver, por el Contrario deben estar Orgullosos de sus Padres.
Países como Paraguay, por solo poner un ejemplo, tienen a las Viudas de los Veteranos de la Guerra de los años 30 contra Bolivia cobrando hasta hoy día las Pensiones de los Ex Combatientes, pero jamás los Hijos a menos que haya algun caso especial para analizar como ser impedimento físico para trabajar reciben estos una pensión Graciable del Estado que tampoco es la Asignación Completa
Creo que la Política avanza a pasos agigantados sobre la Causa Malvinas y la esta pudriendo de a poco, en Malvinas ( foto ) se pensaba en defender a la Patria...!!!



Sapucay de Malvinas

domingo, 4 de octubre de 2020

Post-Malvinas: La renuncia de Galtieri y el ascenso de Bignone

Reuniones ásperas y final cantado: así sacaron del poder a Galtieri tras Malvinas y llegó Bignone, último presidente de facto

La derrota militar en las islas provocó una crisis en las Fuerzas Armadas. El enfrentamiento dentro del Ejército entre Galtieri y sus subordinados y la decisión de colocar a Bignone en su lugar sin la venia de la Marina y la Fuerza Aérea dio pie para que los partidos políticos, montados sobre un clima social adverso, presionaran por el fin del dictadura. El papel del cardenal Raúl Primatesta y sus consejos al nuevo mandatario

Por Juan Bautista "Tata" Yofre
Infobae




El 14 de junio de 1982 la guarnición argentina de Puerto Argentino capituló ante la superioridad militar británica. El martes 15, a las 22 horas, Leopoldo Fortunato Galtieri habló por cadena nacional: “El combate de Puerto Argentino ha finalizado… los que cayeron están vivos para siempre, pelearon contra la incomprensión, el menosprecio y la soberbia. Enfrentaron con más coraje que armamento la abrumadora superioridad de una potencia apoyada por la tecnología militar de los Estados Unidos de Norteamérica, sorprendentemente enemigos de la Argentina y su pueblo […] No habrá paz definitiva si se vuelve al status colonial”.

La sentencia del radical Raúl Ricardo Alfonsín fue: “Las Fuerzas Armadas no merecen este destino [...] el país no merece este gobierno [...] el gobierno debe irse ya, debe cesar la usurpación del poder y hoy mismo se debe poner en marcha un período de transición civil hacia la democracia”.

Tras pronunciar el discurso, Galtieri se dirigió al edificio Libertador para mantener una reunión con los generales de división. Eran horas de replanteos, de críticas silenciadas por el fragor de la guerra que terminó tras la rendición en Puerto Argentino. Eran momentos de crisis, en especial, dentro del Ejército. Ante la convocatoria del gobierno militar a los partidos políticos para considerar el futuro, los partidos mayoritarios se pronunciaron en contra: “El desarrollismo reclamó un ‘acto higiénico’ para el país”, tituló Clarín el miércoles 16 de junio de 1982. El mismo día, en la intimidad, el radical Juan Carlos Pugliese confesó que la Multipartidaria no aceptó la invitación del ministro del Interior, a pesar de que Carlos Raúl Contín y Arturo Frondizi eran de la opinión de concurrir. La tesis de Pugliese en la reunión previa fue: “Comando derrotado, comando relevado”. Además, los políticos sostenían que no se podía ir “a tomar chocolate con un gobierno que se va, que nos llame la Junta que viene”. Sí concurrieron al Ministerio del Interior los dirigentes de los partidos más afines con la dictadura. Antes de la negativa de la Multipartidaria se realizaron diferentes reuniones entre políticos. Una de ellas, en la casa del ex diputado Ricardo Natale, con la asistencia de los radicales Carlos Contín, Juan Trilla y Horacio Hueyo a la que asistieron los generales retirados Domingo Bussi y Reynaldo Bignone (que funcionaban en tándem, pero con intereses individuales). En la ocasión, los dos militares aconsejaron a los dirigentes no asistir a la cita del gobierno. Hasta que Cristino Nicolaides lo nombró presidente, Reynaldo Bignone tenía una consultora con el general de división (RE) Domingo Bussi en la avenida Corrientes al 400. Consultora es un decir, esperaban concretar algún negocio mientras observaban expectantes el deterioro de Galtieri. Decían que iba a fracasar.

En esas horas el conservador Pablo González Bergez manifestó: “Los que no perdimos el sentido de la realidad teníamos previsto este final de catástrofe desde hace dos meses y medio. El país hace varias décadas que vive en plena irracionalidad, con las consecuencias que todos conocemos.”

Para ganar tiempo, Galtieri citó a un cónclave de generales de división para el 17 de junio con el objeto de resolver si se continuaba o no el enfrentamiento con Inglaterra. De todos los 10 generales presentes, el único que se inclinó por continuar el enfrentamiento fue [Alfredo] Saint Jean. La mayoría de los generales de división expresaron que no se estaba en condiciones de seguir peleando y que había que negociar con Gran Bretaña a través de los Estados Unidos. El general de división José Vaquero, entonces, dijo que así como la semana pasada los 14 generales de brigada del Estado Mayor Especial se habían pronunciado en un dictamen por continuar la guerra, ahora debía solicitarse otro. Seguidamente, Vaquero (jefe del Estado Mayor) le dijo a Galtieri que los generales de brigada con destino en el Estado Mayor deseaban verlo. Galtieri se entrevistó con ellos y éstos le transmitieron la opinión que debía irse, ya que consideran que él era el responsable de la conducción de las operaciones militares y de la situación de vacío de poder que vivía el país. La reunión se inició a la una de la madrugada y terminó a las tres y media. Al terminar la cumbre Galtieri, como no entendiendo lo que había escuchado, les dijo a los generales de brigada: “Para continuar en el mando, yo necesito el respaldo expreso de la fuerza. A mi juicio, es necesario tomar una serie de medidas de trascendencia y, por lo tanto, se requerirá contar con el respaldo unificado de todo el Ejército. Deseo una respuesta en una semana”. Luego relató que “después me voy a dormir. En verdad, antes pasó por la Casa de Gobierno y avisó que “‘mañana vengo al mediodía’. Me dirijo a Campo de Mayo”. Galtieri, pocas horas más tarde, dirá: “Vaquero, a la mañana siguiente, me viene a ver. Me dice: ‘Los generales te piden el retiro del Ejército y la renuncia a la Presidencia’. No sé qué pasó entre la madrugada y el mediodía. Seguro que habrán hablado con algunos retirados.” La primera reacción de Galtieri fue explosiva. Dijo: “Cómo me van a hacer esto a mí…”



Título de tapa de “Clarín” anunciando la deposición de Galtieri.

El 17 se volvieron a reunir los generales de división. Ya se había decidido que Galtieri dejaba la comandancia y la Presidencia de la Nación, por lo tanto había que decidir quién sería comandante entre los cuatro generales más antiguos (Vaquero, Nicolaides, Reston y García) y a quién apoyar para presidente de la Nación. Durante el cónclave, los presentes acordaron dos condiciones para la elección del comandante en jefe. Una, que no hubiera sido miembro del Poder Ejecutivo en las instancias anteriores del Proceso; y que no hubiera tenido relación directa con el conflicto de Malvinas. Los requisitos dejaban fuera de juego a Vaquero (el jefe del Estado Mayor de Galtieri); Llamil Reston (ex ministro de Trabajo de Videla) y Osvaldo Jorge García (jefe del Teatro de Operaciones Malvinas). El general de división Juan Carlos Trimarco, comandante del Cuerpo II, dijo: “Propongo que sea Nicolaides” y nadie presentó ninguna objeción. Seguidamente, los presentes se preguntaron quién iba a ser el presidente de la Nación. Y cuál iba a ser la posición que iba a llevar el Ejército a la próxima reunión de la Junta Militar. En otra reunión, esta vez con los generales de brigada del Estado Mayor, se trató el nombre de quién podía ocupar el Poder Ejecutivo. Vaquero tiró el nombre del general de división (RE) José Rogelio Villarreal, con más cintura política, y recibió una respuesta llamativa del general Whener: “No porque se queda con todo el paquete”.

“¿Y qué quiere? ¿Que se quede Villarreal o Isabel Perón con todo el paquete”, fue la respuesta de Vaquero.

Cristino Nicolaides pertenecía a la promoción 76 del Colegio Militar de la Nación, había egresado como subteniente del arma de Ingenieros en 1947 y recibió las palmas de general de manos de Isabel Perón en 1975. Era el cuarto comandante del Ejército desde 1976. Entre los antecedentes más notables del nuevo comandante en jefe del Ejército, Clarín recordó una conferencia dada en Córdoba el 25 de abril de 1981 en la que afirmó que “debemos pensar que hay una acción comunista-marxista internacional que desde quinientos años antes de Cristo tiene vigencia en el mundo y que gravita en el mundo”. Un filósofo.

En la lluviosa mañana del 18 de junio, bajo un galpón del Regimiento Patricios, el nuevo teniente general Cristino Nicolaides asumió como jefe del Ejército y por la tarde, en el edificio del Congreso, lo hizo como miembro de la Junta Militar. En esta ocasión, Anaya leyó un emotivo discurso de despedida a Galtieri en el que afirmó: “Usted puso de pie a la Nación”. “Las generaciones futuras me juzgarán”, había dicho Galtieri al despedirse del periodismo el ahora ex presidente. El discurso de Anaya irritó al ex presidente de facto teniente general (RE) Alejandro Lanusse. Lo llamó a Nicolaides y lo retó porque el jefe naval “le tira toda la responsabilidad histórica de Malvinas a Galtieri”. Como toda respuesta escuchó: “Déme tiempo”, le dijo Cristino Nicolaides, “recién subo al ring… todo se va a arreglar.”

Una vez asumido, el teniente general Cristino Nicolaides hizo votar a los altos mandos del Ejército sobre quién debía ser el próximo Presidente de la Nación. Antes, dió una lista con los nombres de los “presidenciables”: Reynaldo Benito Bignone, Antonio Domingo Bussi, José Rogelio Villarreal, Eduardo Crespi y Carlos A. Martínez. No había una urna en la que cada uno debía depositar su preferencia anotada en un papelito. Entonces, Nicolaides tomó su gorra e hizo que cada uno depositara su voto. Terminada la recolección de los votos dijo que iba a su despacho a realizar el “escrutinio”. Al poco rato volvió y dijo que por “unanimidad” había sido elegido Bignone, “por lo tanto lo he llamado y ya viene en camino a participar de la reunión”.

-Años más tarde le pregunté a Llamil Reston: ¿Dígame general, usted votó por Bignone?

-No.

-Entonces no hubo “unanimidad”

El martes 22, a las 17.45, la sociedad se enteró que había sido designado Bignone a través de un comunicado del comando en jefe del Ejército y no de la Junta Militar, lo que manifestaba las profundas divergencias entre los comandantes. A pesar de la negativa de la Armada y la Fuerza Aérea, fue impuesto para asumir el 1° de julio hasta el 29 de marzo de 1984, día en que terminaba el mandato de Galtieri. La Nación del día siguiente tituló: El Ejército, al margen de la Junta, designó Presidente al Gral. Bignone. La Armada decidió desvincularse de la conducción del Proceso, en tanto la Fuerza Aérea adoptó una actitud similar aunque especificó que la limitaba al terreno político”.


Título de tapa del “Diario Popular” del 23 de junio de 1982

La noticia fue tomada con escepticismo por la mayoría del arco político. Cuatro de los partidos de la Multipartidaria (radicales, desarrollistas, intransigentes y demócrata cristianos) emitieron una declaración reclamando el retorno a la plena y urgente vigencia de la Constitución y afirmando que “la Nación asiste defraudada y absorta al espectáculo que se brinda desde los estrados del poder”. El peronismo institucionalmente no la firmó, aunque Antonio Cafiero habló de “vacío de poder” y dio “el Proceso por agotado y ya mismo debe ser dado por concluido”.

Hasta el 1° de julio, fecha en que debía asumir, Reynaldo Bignone estableció sus oficinas en dos amplios despachos de la Escuela Superior de Guerra, sobre la avenida Luís María Campos. Allí comenzó a citar a eventuales candidatos. Su secretario privado era el coronel (RE) Alfredo Atozqui. Lo primero que hizo fue convocar a los partidos políticos a una reunión. Se tenía pensado hacerla en un hotel céntrico, pero siguió los consejos del cardenal Raúl Francisco Primatesta. Esta es la historia: Una noche, cerca de las 22, Hugo Franco, un íntimo amigo del cardenal, fue convocado por el coronel Atozqui para dialogar con Bignone. Desde su departamento de la calle Virrey del Pino llegó a la Escuela Superior de Guerra y fue introducido al instante al presidente de facto “electo” por Nicolaides. Bignone buscaba ampliar su base de sustentación –la Junta Militar estaba rota- y un mensaje público de apoyo por parte del cardenal Primatesta era una buena cuota de oxígeno. El mensaje que Franco recibió fue: “Dígale al cardenal que necesito su adhesión a mi futura gestión… todavía estoy en el aire”. Además le pidió que Primatesta sugiriera el nombre del futuro Ministro de Educación.

El invitado de esa noche viajó a Córdoba y habló con el cardenal: “Me pasó esto anoche” y le relató la conversación en el edificio de la avenida Luis María Campos. Desde Córdoba, Primatesta le mandó decir que citara a los jefes de los partidos políticos en “la casa de la democracia”, en el edificio del Congreso de la Nación. También le aconsejó que anunciara el levantamiento de la veda política y un cronograma político que confirmara un camino de salida. El enviado del cardenal le dijo: “Dice el cardenal que ‘su debilidad es su fuerza’.” “Tiene razón”, contestó el presidente de facto “electo”. “Si hace esto en pocos días más lo va a ayudar y hará una declaración pública. Además, le sugiere el nombre de Cayetano Licciardo como Ministro de Educación.”


El cardenal Raúl Primatesta y Hugo Franco en la Plaza San Pedro

La respuesta temerosa de Bignone sobre los consejos del influyente integrante de la Conferencia Episcopal Argentina fue: “Esto no lo va a aceptar Nicolaides, venga y acompáñeme a verlo.” Así fue lo que sucedió. Primero, el enviado habló por teléfono con Primatesta para recibir su plenipotencia y alguna sugerencia más. “Nicolaides y yo nos conocemos, no se olvide que fue comandante del Cuerpo III”, le dijo a su amigo.

Bignone y el representante de Primatesta se encontraron con Nicolaides en el edificio Libertador y la conversación rondó lo deplorable. Después de escuchar el mensaje de Primatesta, el jefe del Ejército respondió:

-”No podemos armar un cronograma, sería una rendición incondicional lo que me pide el cardenal”.

-”Rendición incondicional es lo que hicieron ustedes en Malvinas”, fue la respuesta de Hugo Franco. La cara de Nicolaides se desfiguró, pero no tenía salida. A mitad de julio, durante su homilía dominical en la catedral de Córdoba que se emitía por la televisión y la radio provincial, el cardenal tuvo para con Bignone palabras de aliento, en la que pidió apoyo a su gestión porque se intentaba una salida democrática.

Antes de su reunión con los partidos políticos, Bignone habló con un influyente civil que le aconsejó:

-General, usted es un presidente para la salida, el desemboque, y ese acuerdo con la dirigencia política usted tiene que anunciarlo antes de asumir. Hablar con la dirigencia, decirle que participe. Incluso, en bien de su futura gestión, si es necesario suspenda por unas horas su asunción. El civil observó que Bignone casi se descompone. Quería asumir cuanto antes.

-Bignone: No, asumo el martes. No tengo tiempo. El lunes debo pensar unas palabras y el martes cepillar el traje, lavarme los dientes y peinarme.

-Que tenga suerte, general.

El jueves 24 de junio, Bignone se reunió con los presidentes de trece partidos políticos (los conservadores populares no asistieron) en el Salón de Lectura del Senado. “No vine a solicitar apoyo; vine a hablar muy claro”, dijo Bignone antes de comenzar el diálogo. Seguidamente ratificó el compromiso de institucionalizar el país no después de marzo de 1984 y se comprometió a levantar la veda política y fijar un estatuto de los partidos políticos cuando asumiera el 1º de julio. Negando todo su pasado, dijo que no es “videlista, ni violista, ni nada”. A diferencia de otros candidatos, él era la nada.

Desde la otra punta del arco político, Emilio Hardoy dijo durante un acto del Encuentro Nacional Republicano: “Ahora están reunidos con Bignone los que llevaron al país al borde de la disolución nacional.” Raúl Alfonsín (que no asistió al encuentro con el futuro presidente) manifestó que “después de proclamar durante dos meses la unidad de los argentinos, las Fuerzas Armadas se dividen incapaces de asumir solidariamente la responsabilidad de todos estos años. Es demasiado para esperar pasivamente las elecciones.”

 
Raynaldo Bignone, último presidente de facto

El 1° de julio, en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno, no en el edificio del Congreso como había ocurrido con los anteriores mandatarios del Proceso, sin el respaldo de la Armada y la Fuerza Aérea, asumió el general de división (RE) Reynaldo Benito Bignone, el último presidente del régimen militar. Salvo el ministro del Interior, Llamil Reston, todos los ministros fueron civiles.

Bignone recibió la herencia del Proceso sin beneficio de inventario. Tras la caída de Puerto Argentino, buscó ser Presidente. A pesar de reflejar “la nada” había sido dentro del régimen un protagonista más que importante: secretario general del Ejército y comandante de Institutos Militares hasta que pasó a retiro en diciembre de 1981. Debió enfrentar la hora del “destape”, cuando la sociedad, tras las revelaciones largamente acalladas en los medios de comunicación, comenzó a tomar conciencia de cómo se había terminado con el fenómeno terrorista en la Argentina.

Durante su gestión llevó el país como pudo hacia la institucionalización. Fue, casi, en medio del desbande. Hacia octubre de 1982 logró que las FFAA volvieran a cohesionarse, por lo menos bajo la apariencia de la Junta Militar con el ingreso del almirante Rubén Franco y el brigadier Augusto Hughes. Sobrellevó todos los inconvenientes, hasta los atisbos de interrupción del proceso hacia la democracia que sólo se abrió tras la caída de Puerto Argentino: desde las conspiraciones del general Juan Carlos Trimarco y del propio Nicolaides (que pensaba llevar a Domingo Cavallo como ministro de Economía) hasta la crisis de los generales de brigada. Pero no había más margen para otras experiencias castrenses. La Multipartidaria, con el paso de los meses, entendió los peligros que lo acechaban y, en enero de 1983, lo apoyó.

Si bien las FFAA hablaron de marcharse del poder el 29 de marzo de 1984 –esa fue la fecha que le impusieron sus mandantes al nuevo presidente- con el tiempo tuvieron que acortar su mandato. La sociedad no soportaba más y los políticos no querían acordar con quienes habían fracasado. Ganó Raúl Ricardo Alfonsín, el 30 octubre de 1983, porque la gente entendió que era el que menos manifestaba una “continuidad”. El peronismo no pudo, o no supo hacerlo, y los rumores de un “pacto militar-sindical”, además de ciertos, estuvieron siempre presentes en la campaña electoral de 1983.

jueves, 27 de agosto de 2020

Gusano K usa la televisión para descalificar la causa Malvinas

Gustavo Sylvestre, sobre Malvinas: "Perdieron una guerra de forma cobarde"




El gusano K aclaró que su mensaje estaba dirigido a los "generales golpistas", porque hubo otros que lucharon "con mucha honorabilidad"

Por iProfesional



Gustavo Sylvestre se refirió a los dichos de Eduardo Duhalde, quien sostuvo que podría haber un golpe de Estado en la Argentina, y criticó a los "actores desestabilizantes" que hay en la sociedad, a los que categorizó como "profetas del caos".

En su editorial #NuncaMásEsNuncaMás el periodista analizó la situación actual e hizo una declaración al hablar sobre la guerra por las islas Malvinas que generó repudios en redes sociales: "Perdieron una guerra de forma cobarde".

"Hay sectores que no asumen que fueron derrotados y que han sido expulsados del poder por el voto popular y quieren seguir teniendo una voz de imposición. Quieren un gobierno débil, pero el gobierno de Alberto Fernández es todo lo contrario en este momento", comenzó el periodista de C5N, y añadió que "hay que denunciar y marcar a esos sectores de la sociedad".

"Parte de lo que dice Eduardo Duhalde es un análisis correcto porque, lamentablemente, América Latina no solamente se ha derechizado, sino que ha realizado golpes blandos como el que le hicieron a Dilma Russeff en Brasil", dijo al comparar esa situación con la Argentina. "Hoy se arrepienten de lo que hicieron, pero es tarde para lágrimas".

Entonces, enumeró: "Ecuador fue en el mismo sentido; en Bolivia el plan era asesinar a Evo Morales y lo sacaron del poder, pero no pudieron matarlo; y en Chile, el poder militar sostiene a Piñera, la sociedad chilena nunca se democratizó y añora al pinochetismo".

Según explicó Sylvestre en su monólogo, en la Argentina el escenario es distinto por el Nunca Más, que se dio "gracias al impulso de Raúl Alfonsín", aunque lanzó que "el radicalismo se ha agorilado" y lamentó que no se hayan expresado sobre las declaraciones del expresidente.

"Duhalde tiene un análisis correcto de lo que pasa en América latina, pero se equivoca cuando habla de la posibilidad de un golpe militar porque hoy no hay espacio y porque la mayoría de los argentinas van a salir a defender la institucionalidad", opinó entonces el periodista. Y, tras destacar las políticas gubernamentales, añadió: "Hay un deseo del periodismo de guerra y de algunos sectores de que haya estallidos y de que se produzca el caos".


Sylvestre criticó la acción de los jefes militares en la guerra por las islas Malvinas.

El rol de las fuerzas armadas


Luego de sostener que hay quienes "añoran la dictadura", celebró que las fuerzas armadas están "comprometidas con la democracia" y lamentan el hecho de "cargar con el mote de golpistas" durante décadas.

En ese momento, al referirse a la guerra por las islas Malvinas, disparó: "Encima perdieron una guerra en forma cobarde. Cuando tuvieron que ir a defender la Patria, que era su tarea, perdieron la guerra de forma cobarde. ¿Por qué? Se habían dedicado tanto a asaltar a las instituciones de la república, que, cuando tuvieron que demostrar en el campo, no supieron qué hacer".

Después, Gustavo Sylvestre aclaró que su mensaje estaba dirigido a los "generales golpistas", porque hubo otros que lucharon "con mucha honorabilidad". "Pido disculpas si los ofendí, pero me estaba refiriendo a los generales embriagados, no de poder sino de whisky, que mandaron a esa guerra, y a los generales, que se rindieron cobardemente. No (me refería) a los soldados heroicos que quedaron en Malvinas y que, como Martín Balza, combatieron heroicamente. Está claro que no me refería a ellos, además saben de mi respeto y mi amistad con Martín Balza".



En esta misma dirección se expresó luego en Twitter. "Soy clase 62. Estuve reincorporado por Malvinas. Para los que arman campañas en las redes. Y tratan de afectar la honorabilidad de las personas. Y defiendo la Causa Malvinas y la he seguido siempre. Y los seguiré acompañando".

jueves, 5 de marzo de 2020

Identificación de soldados: Contestando al bobo de la Casa Rosada

Claudio Avruj le respondió a Alberto Fernández sobre el Plan Humanitario Malvinas

El exsecretario de Derechos Humanos replicó los dichos del Presidente durante la apertura del Congreso donde aseguró que durante el macrismo se incumplió con el envío de fondos al Equipo Argentino de Antropología Forense.




Claudio Avruj le respondió a Alberto Fernández sobre el Plan Humanitario Malvinas.

Alberto Fernández estuvo a cargo del discurso en el inicio de las sesiones ordinarias en el Congreso nacional. Allí, el Presidente tocó varios temas de su gobierno y también señaló que el gobierno anterior dejó un “panorama de desidia y abandono”. Ante esto, el exsecretario de Derechos Humanos Claudio Avruj salió al cruce y contradijo algunas acusaciones.

A su vez, remarcó que durante el macrismo se dejaron de enviar correctamente los fondos para el funcionamiento del Archivo Nacional de la Memoria. Misma situación ocurría con el Equipo Argentino de Antropología Forense, el cual Fernández aseguró que debió “suspender tareas como la identificación de los soldados de Malvinas, la búsqueda de desaparecidos de la dictadura y la colaboración en casos de femicidios, trata de personas o desapariciones actuales”.

Tras estos dichos, Claudio Avruj replicó los dichos del Presidente de la Nación a través de su cuenta de Twitter. “Señor Presidente @alferdez con el respeto que merece su investidura estoy a su disposición para darle la información veraz sobre el Plan Humanitario Malvinas de identificación de nuestros héroes. El @eaafoficial jamás suspendió su tarea ni dejó de recibir fondos comprometidos”, comenzó diciendo el exfuncionario.

“Hubo sí, una sola oportunidad un atrazo que fue inmediatamente subsanado. El plan fue un éxito reconocido en el mundo. Incluso junto al @eaafoficial hemos hecho presentaciones conjuntas en Ginebra y en otros sitios En las redes esta todo debidamente informado”, agregó Avruj.

“Señor Presidente @alferdez hemos identificado 115 héroes y este Plan Humanitario nos hace bien a todos. Así lo viven las familias, los veteranos y el mundo que reconoce lo hecho. No hace bien ideologizarlo, es un hito. Estoy a su disposición para aclarar la información erronea. Cuando lo disponga estaré con toda la información en pos de como usted bien dice: honrar la verdad, junto a dejar atrás las mentiras y la grieta que tanto mal nos hace”, finalizó el exsecretario de Derechos Humanos.

Los tuits de Claudio Avruj sobre los dichos de Alberto Fernández

lunes, 24 de febrero de 2020

Gobierno K reduce pensiones reales a los VGM

Decreto presidencial reduce aumento de las pensiones de Veteranos de Malvinas

El Malvinense




ÚLTIMO MOMENTO: Las pensiones de Veteranos de Malvinas solo aumentarán 2,3% +$1.500 y no seguirá el 13% de las jubilaciones mínimas. Dice el decreto publicado hoy por el presidente, decreto 163/2020: «»..la Pensión Honorífica del Veterano de Guerra, tendrá un incremento porcentual equivalente a DOS COMA TRES POR CIENTO (2,3 %) sobre el haber devengado correspondiente al mensual febrero de 2020, más un importe fijo de PESOS MIL QUINIENTOS ($ 1500).»

Así como está redactado quiere decir el decreto que el aumento será de solo 2,3% sobre el haber total de febrero y no será equivalente a 3 jubilaciones mínimas.

Sería bueno que el Poder Ejecutivo aclare la situación con una reglamentación posterior y conserve el haber del Veterano de Malvinas en equivalente a 3 jubilaciones mínimas.

Decreto completo

ARTÍCULO 1°.- Determínase que todas las prestaciones previsionales a cargo de la ADMINISTRACIÓN NACIONAL DE LA SEGURIDAD SOCIAL (ANSES), otorgadas en virtud de la Ley N° 24.241, sus modificatorias y complementarias, de regímenes nacionales generales anteriores a la misma y sus modificatorias, de regímenes especiales derogados, o por las ex cajas o institutos provinciales y municipales de previsión cuyos regímenes fueron transferidos a la Nación, a todos los destinatarios y destinatarias de las pensiones no contributivas y graciables que refieran a la movilidad prevista en el artículo 32 de la Ley N° 24.241 y sus modificatorias y a la Pensión Honorífica del Veterano de Guerra, tendrán un incremento porcentual equivalente a DOS COMA TRES POR CIENTO (2,3 %) sobre el haber devengado correspondiente al mensual febrero de 2020, más un importe fijo de PESOS MIL QUINIENTOS ($ 1500). En el caso de que existan co-partícipes en las pensiones por fallecimiento, el monto fijo a percibir se distribuirá de forma ponderada de acuerdo a la participación de cada copartícipe en el beneficio, conforme lo instituido en el artículo 98 de la Ley N° 24.241, sus modificatorias y complementarias.

ARTÍCULO 2°.- Determínase un incremento de los rangos de ingresos del grupo familiar y de los montos de las Asignaciones Familiares previstas en la Ley N° 24.714, sus normas modificatorias y complementarias, con excepción de la establecida en el inciso e) del artículo 6° de la misma, el cual será equivalente al TRECE POR CIENTO (13 %) de los rangos y montos establecidos en los Anexos mencionados en el artículo 2° de la Resolución ANSES Nº 284/19.

ARTÍCULO 3°.- Dispónese que los incrementos otorgados en el presente decreto regirán a partir del 1° de marzo de 2020 y quedarán incorporados como parte integrante del haber de las prestaciones alcanzadas y de las Asignaciones Familiares, respectivamente.

ARTÍCULO 4°.- Dispónese que el haber mínimo garantizado por el artículo 125 de la Ley N° 24.241 (texto según Ley N° 26.222) y el haber máximo de las jubilaciones otorgadas y a otorgar según la Ley N° 24.241, sus modificatorias y complementarias, serán actualizados a partir del 1° de marzo de 2020, con el incremento porcentual más el importe fijo establecido en el artículo 1° del presente decreto.

ARTÍCULO 5°.- El MINISTERIO DE TRABAJO, EMPLEO Y SEGURIDAD SOCIAL determinará la actualización de las prestaciones y/o los conceptos no considerados en los artículos precedentes que refieran a la movilidad prevista en el artículo 32 de la Ley N° 24.241, sus modificatorias y complementarias.

ARTÍCULO 6º.- Facúltase a la SECRETARÍA DE SEGURIDAD SOCIAL, dependiente del MINISTERIO DE TRABAJO, EMPLEO Y SEGURIDAD SOCIAL, a la ADMINISTRACIÓN NACIONAL DE LA SEGURIDAD SOCIAL (ANSES), a la ADMINISTRACIÓN FEDERAL DE INGRESOS PÚBLICOS (AFIP), a la SUPERINTENDENCIA DE RIESGOS DEL TRABAJO (SRT) y a la SUPERINTENDENCIA DE SERVICIOS DE SALUD (SSS), en el marco de sus respectivas competencias, a adoptar todas las medidas reglamentarias, complementarias, interpretativas y aclaratorias que sean necesarias para asegurar la efectiva aplicación del presente decreto.

ARTÍCULO 7°.- Facúltase a la JEFATURA DE GABINETE DE MINISTROS a realizar las adecuaciones presupuestarias correspondientes para dar cumplimiento a las disposiciones que se establecen por la presente medida.

ARTÍCULO 8°.- Dése cuenta a la COMISIÓN BICAMERAL PERMANENTE del HONORABLE CONGRESO DE LA NACIÓN.

ARTÍCULO 9º.- Comuníquese, publíquese, dése a la DIRECCIÓN NACIONAL DEL REGISTRO OFICIAL y archívese. FERNÁNDEZ – Santiago Andrés Cafiero – Claudio Omar Moroni

Decreto 163/20 e. 19/02/2020 N° 8746/20 v. 19/02/2020

domingo, 2 de febrero de 2020

Situación previa: Las buenas relaciones entre Thatcher y la junta

Negociaciones secretas por Malvinas y venta de armas: las relaciones estrechas de Margaret Thatcher con la dictadura argentina antes de la guerra 

Hasta cuatro días antes del desembarco argentino en las islas, el agregado militar británico en Buenos Aires estaba ofreciendo a la aeronáutica una flota de bombarderos. Tanto los gobiernos laboristas como el de la conservadora aprovisionaron a las fuerzas armadas que les declararían la guerra con sus propios recursos


Por Gabriela Esquivada || Infobae
gesquivada@infobae.com


  Antes del 2 de abril de 1982, Gran Bretaña promovió el comercio y vendió a la dictadura argentina armas que luego se utilizaron contra las fuerzas británicas.

En un club privado de Londres, tomando el té en una vajilla exquisita, la historiadora Grace Livingstone se sorprendió cuando un ex ministro de Margaret Thatcher le dijo:

—No pensamos mucho en las violaciones a los derechos humanos.

Se refería a lo que sucedía en Argentina durante la dictadura, mientras la primera ministra mantenía cordiales relaciones diplomáticas y hacía negocios con ella, al punto que tres días antes de que comenzara la Guerra de Malvinas, un funcionario intentó venderle armas a la aeronáutica.

—Era la Guerra Fría —le recordó el hombre.


La profesora del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Cambridge quedó impresionada por la franqueza del ex funcionario. Pensó que esas declaraciones serían fundamentales para su libro sobre las relaciones estrechas de la entonces primera ministra británica con un gobierno militar que sembró un país de centros clandestinos de detención y que luego, en un acto cuya motivación política todavía se discute, usó las mismas armas que le había comprado a los ingleses para combatirlos en el Atlántico Sur, ignorando sus propuestas secretas de un acuerdo de entrega de la soberanía de las islas a cambio de un arrendamiento posterior a largo plazo.

“Pero cuando le escribí luego, para pedirle permiso para citar sus palabras exactas, se negó”, siguió Livingston su relato sobre el ex funcionario conservador.

 


Dado lo difícil que es obtener registros fieles de la memoria, sea por el paso del tiempo como por la necesidad de los políticos de presentar su mejor perfil a la historia, Livingstone recurrió a los registros contemporáneos: es decir, los documentos que antes, durante y poco después de la guerra de 1982, el gobierno conservador clasificó como secretos. Así, en los Archivos Nacionales, nació su libro Gran Bretaña y las dictaduras de Argentina y Chile, 1973-1982, que dos años después de su salida se reeditará en marzo en el Reino Unido.

“No sólo brindan la descripción más completa de la venta de armas británicas al régimen, lo cual presenta pruebas de que los ministros violaron sus propios criterios sobre derechos humanos, sino que también traza los lazos politicos y militares entre Gran Bretaña y la junta. Ni el gobierno laborista ni el conservador impusieron sanciones al gobierno militar antes de la invasión de las islas Malvinas en 1982. Ambos promovieron el comercio y vendieron armamento que luego se utilizó contra las fuerzas británicas", sintetizó la autora.

Se suponía que, luego de que en 1979 -tardíamente si se piensa que la ola de golpes militares en el Cono Sur comenzó en 1973- la corona impusiera normas que restringían la venta de armas, se podían negar permisos de exportación cuando se creyera que los productos británicos “se podían usar en la represión interna o representaban una amenaza para las islas Malvinas”.

De hecho, se negaron algunos. Pero no los más importantes: “Las órdenes potencialmente más grandes se aprobaban porque el Ministerio de Asuntos Exteriores quería promover las exportaciones británicas, del mismo modo que quisieron los ministros laboristas y la conservadora”.

¿El resultado? "Parte de este equipo militar se desplegó luego contra las fuerzas británicas en la guerra de Malvinas, incluidos dos destructores Tipo 2, helicópteros Lynx y misiles tierra-aire Sea Dart”.


 
Margaret Thatcher tuvo buena relación con la dictadura, pero también los gobiernos laboristas que la precedieron. (Ling/Evening News/Shutterstock)

Pinochet es fascista, los argentinos son raros

El peronismo es un factor clave en las diferentes perspectivas que los británicos tuvieron ante el dictador Augusto Pinochet en Chile y ante los militares que tomaron el gobierno en Argentina, con una junta inicial conformada por Jorge Videla, Emilio Massera y Orlando Agosti. Mientras el arco del centro a la izquierda criticaba el derrocamiento de Salvador Allende, “el Partido Laborista consideraba que el peronismo era similar al fascismo y no lamentaba la destitución del gobierno corrupto y represivo que encabezaba la viuda de Juan Perón”, explicó Livingstone.

Es cierto que los gobiernos laboristas que gobernaron el Gran Bretaña entre 1974 y 1979 fueron débiles y necesitaban de una delicada trama de alianzas, pero también lo es que Chile “se percibía como un caso transparente de un gobierno socialista elegido democráticamente expulsado por un dictador fascista” mientras que “el movimiento laborista apenas advirtió el golpe en Argentina en 1976”.

Otra diferencia clave, subrayó, fue que “el Partido Comunista Argentino no se opuso al golpe; esto desorientó al Partido Comunista Británico, que había sido una fuerza de importancia en la Campaña de Solidaridad con Chile”. Como la Unión Soviética era “un importante socio comercial de la junta militar argentina”, la confusión se extendió también a quienes no profesaban fe en Moscú. "Por eso las actitudes ante el régimen no cabían claramente en las líneas de la Guerra Fría”.

La dictadura de las juntas militares argentinas no generó amplios movimientos de solidaridad en Europa al comienzo, como Chile: “Del mismo modo que los activistas británicos estaban confundidos por la compleja escena política argentina, que no se podía explicar fácilmente dentro de las líneas de la Guerra Fría, también en Europa había una falta de conciencia de los hechos en Argentina, al menos hasta finales de los setentas, cuando las Madres de Plaza de Mayo comenzaron a llamar la atención del mundo sobre las desapariciones masivas”, justificó la autora.

Chile mereció sanciones; Argentina, en cambio, recibió un rápido aval.

 
La primera junta militar argentina: Emilio Massera, Jorge Videla y Orlando Agosti. (Getty)

Londres esperaba el golpe de estado de 1976, pero no podía saber la fecha exacta. Y el 23 de marzo envió un mensaje a la Cancillería argentina para ofrecer una conversación secreta sobre Malvinas. “Por eso la prioridad del Ministerio de Asuntos Exteriores, al conocer el derrocamiento de Isabel Perón, fue reconocer al régimen ‘en cuanto fuera factible’ para asegurar que los nuevos líderes militares de Argentina no hicieran pública la comunicación secreta británica”.

El ministro de Estado laborista, Ted Rowlands, firmó la aprobación sin mayor demora. “Apenas dos días después de que asumieran los militares, el gobierno británico dio reconocimiento formal al regimen e informó al ministro de Relaciones Exteriores argentino que Gran Bretaña esperaba ‘mantener relaciones cercanas y amistosas’”.

Una cuestión de ideas y una cuestión de negocios

El programa económico de José Martínez de Hoz fue del agrado de Thatcher, ya que ambos profesaban el neoliberalismo, y el mismo funcionario de Videla describió sus políticas como “muy similares a aquellas que procura la primera ministra”. Menos obviamente, también gustó a los laboristas. Era bueno para los negocios: “En total, Martínez de Hoz hizo cuatro visitas al Reino Unido durante los años de la dictadura, tanto durante los gobiernos laboristas como durante el conservador”, contabilizó la investigación. “Fue agasajado por ejecutivos de empresas como British Aerospace (hoy BAE), GEC, Shell, Rolls-Royce y Plessey”.

Cayó muy bien en el Foreign Office, algo que se sumó a la actitud positiva de los diplomáticos británicos de carrera, que a diferencia de los funcionarios elegidos le habían dado la bienvenida al golpe argentino como a todos los demás. “En este periodo de la Guerra Fría —siguió Livingstone— tenían profundas sospechas de la radicalización en el país y en el extranjero. Los principales empresarios británicos compartían estas actitudes y criticaban cualquier política que pudiera ‘arruinar la atmósfera’ a aquellos que querían invertir o comerciar con estas dictaduras”.



 
Distintos documentos muestran las conversaciones secretas entre los británicos y los argentinos sobre Malvinas.

La trama social en la que circulaban estos poderosos del establishment económico y político era estrecha, incluso restringida a un puñado de barrios londinenses como Belgravia y Mayfair. También en los destinos, señaló el libro, la fuerza de la gravedad social tendía a unir a “embajadores y personal de la embajada” con “un entorno aún más cerrado”, que comprendía la comunidad británica de negocios y los argentinos y chilenos de la clase alta.

En eso James Callaghan no fue diferente a Thatcher.

“En el caso de Argentina, el laborismo no intentó imponer sanciones duras contra la junta, así que una vez más hubo escaso conflicto en el proceso de establecimiento de políticas; no obstante, cuando los políticos laboristas consideraron medidas por la situación de derechos humanos, el Ministerio de Asuntos Exteriores aconsejó moderación y advirtió sobre los peligros que correrían las relaciones comerciales y políticas", siguió la autora. En consecuencia “las políticas de los gobiernos laborista y conservador hacia la junta argentina no fueron marcadamente diferentes”. Ninguno impuso un embargo de armas o cualquier tipo de sanciones económicas hasta el 2 de abril de 1982, cuando el dictador Leopoldo Galtieri ordenó el desembarco en Malvinas.

Armas británicas para los argentinos

“El gobierno de Thatcher promovió el comercio con Argentina más vigorosamente que lo que habían hecho los laboristas, y envió dos ministros en visitas al régimen militar, lo cual condujo a un aumento en el comercio y las ventas de armas a la Argentina durante los conservadores”, detalló la historiadora. Thatcher también cerró el exilio político a todos los latinoamericanos y volvió a designar un embajador británico a Buenos Aires en 1979, aunque en realidad el retiro del anterior no había sido —como en Chile— por cuestiones vinculadas a las violaciones a los derechos humanos, sino antes del golpe del 24 de marzo de 1976 y “a instancias del gobierno argentino durante un momento de tensión” sobre Malvinas.


El primer ministro laborista James Callaghan con el presidente estadounidense Jimmy Carter. (US National Archives)

Aunque Gran Bretaña había pasado de tener una suerte de “imperio informal”, como citó la autora la denominación habitual a comienzos del siglo XX, en países como Argentina, hacia la década de 1980 la presencia británica en los mercados latinoamericanos se contrajo hasta el 1,2 por ciento. Con una excepción: “La industria de las armas”, escribió Livingstone. “Durante los setentas, Gran Bretaña fue el segundo proveedor de armamento en América del Sur, con el 25% del total, detrás del 29% de los Estados Unidos, el líder del mercado”.

Destacó: “Era un mercado tan lucrativo que el Ministerio de Asuntos Exteriores recibió gran presión del Departamento de Comercio e Industria, el área de ventas del Departamento de Defensa y las empresas británicas para permitir el comercio de armas con los regímenes militares del Cono Sur a pesar de las preocupaciones por los derechos humanos y la amenaza potencial a las Malvinas”.

Los agregados militares británicos en Buenos Aires eran impulsores denodados de los productos, por sus “vínculos estrechos con los fabricantes de armas”: según la investigadora, “constantemente hacían lobby para la venta de barcos de guerra, vehículos blindados, aeronaves y municiones”.

Destacó: “Apenas tres días antes de la invasión argentina, el agregado militar británico en Buenos Aires hizo una cita para reunirse con el secretario general de la fuerza aérea argentina para tratar de venderle bombarderos”.

Cuatro días antes del comienzo de la guerra

Thatcher vendió helicópteros Lyns, un destructor Tipo 42 y misiles Sea Dart al gobierno de Roberto Viola; sus antecesores Harold Wilson y Callaghan vendieron otro destructor Tipo 42, más helicópteros Lynx y más misiles Sea Dart además de 100 misiles tierra-aire Seacat y Tigercat, un sistema de misiles antiaéreos Blowpipe y 77 ametralladoras para el ejército, la armada y la policía, según detallan los documentos.



 
Es mayo de 1982, apenas unos días antes del desembarco inglés en el estrecho de San Carlos. Una unidad de comandos de la Compañía 601, al mando del mayor Mario Castagneto, aborda un helicóptero para controlar los alrededores del estrecho. Uno de los comandos carga en su espalda un misil tierra-aire Blow Pipe con el que fueron derribados varios aviones y helicópteros ingleses. Foto: Eduardo Farré.

La restricción de ventas de armas que se pudieran usar contra la ciudadanía argentina o contra las islas Malvinas chocaba con una orden de Thatcher a sus ministros: “Debemos hacer un esfuerzo más decidido para vender más equipamiento de defensa en el exterior”. La contradicción se resolvía caso por caso.

Livingstone halló un ejemplo en el material clasificado: en 1981 el titular del Departamento para América Latina del Foreign Office, Robin Fearn, recomendó que se permitiera la venta de kits para adaptar las armas Oerlikon dentro de blindados argentinos: “Estos vehículos tienen claras implicaciones para los derechos humanos y podríamos ser criticados si nos involucrásemos en cualquier etapa de su construcción o montaje. Sin embargo, es improbable que nuestra participación se conozca alguna vez”.

Con la invasión argentina a las islas quedaron pendientes varios pedidos que Thatcher había avalado: un bombardero RAF Vulcan, varios blindados Centaur, un tanque de guerra Vickers, otros ocho helicópteros Lynx, un torpedo Stingray, un equipo de vigilancia aérea Linescan y aviones Canberra, entre otros. En realidad, el agregado militar británico había trabajado en ventas hasta el 29 de marzo de 1982.

Ese día escribió a Londres que durante la primera semana de abril se iba a encontrar con el secretario general de la fuerza aérea argentina para hablar sobre un bombardero aéreo. Los aeronáuticos, dijo, estaban “interesados en adquirir un escuadrón de bombarderos durante" la década de 1980. Se alegró porque “la relación con BAE indudablemente ha mejorado”.

Soberanía y política interna

La continuidad entre laboristas y conservadores y laboristas también se verificó en la discusión sobre la soberanía de las islas del Atlántico Sur. Los laboristas no tenían una posición unívoca pro devolución ni pro independencia.




El HMS Sheffield, impactado por las fuerzas argentinas en el Atlántico Sur el 6 de mayo de 1982.

Aunque el conflicto databa desde 1833, cuando Gran Bretaña desafió la posesión argentina de las islas, desde 1965 se había convertido en un tema internacional porque la Organización de las Naciones Unidas (ONU) había solicitado a las dos partes que llegaran a un acuerdo. Ya en 1953 el entonces presidente Juan Perón había propuesto que Argentina le comprara las islas a la corona, sin suerte.

Laboristas y conservadores llevaron una nueva propuesta a la dictadura: un acuerdo de arrendamiento posterior (leaseback) por el cual Gran Bretaña le transferiría la soberanía de las islas a Argentina a cambio de una renta inmediata de largo plazo. “Tanto James Callaghan como Margaret Thatcher eran escépticos ante la posibilidad de llegar a un acuerdo con Argentina, pero ambos acordaron, a regañadientes, explorar la opción del leaseback. El gobierno de Thatcher llegó tan lejos que sostuvo conversaciones secretas con los argentinos sobre el arrendamiento posterior”.

¿Por qué a regañadientes? Porque nadie estaba dispuesto a “gastar capital político impulsando en el Parlamento un acuerdo con Argentina”, explicó la investigación. “A pesar de aprobar en principio la opción del leaseback, ambos gobiernos dieron marcha atrás cuando enfrentaron oposición de los miembros del parlamento (MP), los isleños y quienes los apoyaban”. Sobre este punto la historiadora analizó “actas de reuniones de gabinete, correspondencia interna de políticos y funcionarios y diarios de políticos” y halló que “la perspectiva de una tormenta parlamentaria y la acusación de abandono de los isleños” representaban un costo político demasiado alto por un asunto que podía seguir los tiempos de la diplomacia.