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miércoles, 30 de noviembre de 2022

El incidente de 1953

Cuando 2 soldados argentinos invadieron Malvinas en 1953






Parte de nuestra historia que pocos conocen:
Debido a esto Churchill envió una fragata para repeler la "invasión"
Para Winston Churchill era una ruptura de la soberanía británica que valía una respuesta- el envío de una fuerza de tareas para reclamar una pequeña isla rocosa en el Atlántico Sur invadida por argentinos.
El Foreign Office (Ministerio de Relaciones Exteriores Británico) ya había enviado un telegrama al gobierno de Buenos Aires quejándose de una "incursión armada en las aguas y territorios Británicos" e informando que la presencia de buques y tropas navales eran un acto de agresión.
Pero mientras un destacamento especial de 32 Royal Marines tomaba la costa por asalto para reclamar la isla Decepción, poco después del mediodía del 15 de febrero de 1953 - unos 30 años antes de que hicieran lo mismo en Malvinas - encontraron que las feroces fuerzas ocupantes consistían en dos suboficiales de marina.
Documentos en los Archivos Nacionales Británicos muestran que, durante su segundo período como Primer Ministro, Churchill estaba tan preocupado de que Argentina tuviera intenciones militaristas en las Malvinas y otros territorios "británicos" en el Atlántico Sur que envió una fragata de la Royal Navy, HMS Snipe, desde Portsmouth. En una nota personal a los jefes de Defensa, Churchill dijo: "Ciertamente una fragata debe ser mantenida en las cercanías de las islas Falklands...
Cuando se supo un poco más tarde, en febrero de 1953 que un aviso Argentino, el ARA Chiriguano, había establecido una cabaña, una tienda de campaña y una bandera en la isla Decepción, parte de las islas Shetland del Sur, a unos 400 yardas de la base británica, era el momento de la acción.
Un informe de la contraofensiva, dirigida por Marines armados con ametralladoras Sten, rifles y gas lacrimógeno, decía: "Sargento y Cabo naval argentinos los únicos ocupantes de la cabaña, "Los dos hombres detenidos" fueron acompañados por el jefe de policía de las islas Malvinas. Los argentinos fueron arrestados y deportados y su cabaña desmantelada por las tropas británicas, junto con un campamento rival dejado por los chilenos.

Introducción

Este es el relato de un episodio ocurrido en la Antártida en febrero de 1953 relacionado con la soberanía nacional en el área por el Cap de Nav Jorge Chihigaren.
En 1952 era Teniente de Fragata con destino en la Base de Submarinos de Mar del Plata integrando la Plana Mayor de la Escuela Antisubmarina, que recién se inauguraba.
Ya había estado en la Antártida como Guardiamarina, a principios del ’48, embarcado en el destructor el A.R.A. Misiones. a pesar de estar en un destino como lo es Mar del Plata, sentí el efecto del magnetismo antártico: Además, era aún una época romántica para estas incursiones, porque tenía en ese entonces mucho de aventura.
Mi idea no era ir a quedarme un año allí; era navegar y explorar los mares del área; Solicité ‘participar en la Campaña Antártica 1952-53 y fui designado a la Fuerza Naval Antártica, integrando un reducido grupo de unos seis oficiales y doce suboficiales que teníamos la tarea de establecer y ocupar refugios temporarios en tierra en los lugares que seleccionaría el Comandante de dicha Fuerza de Tareas, que era el entonces Capitán de Navío D. Rodolfo N. Panzarini, Dr. en oceanografía y meteorología y experto en asuntos antárticos, para afirmar soberanía en el sector antártico argentino.
Me tocó embarcar en el A.R.A. Bahía Buen Suceso nave insignia de la Fuerza de Tareas. Zarpamos poco después de Navidad y ascendí a Teniente de Navío en plena campaña; el 31 de diciembre del 53.
A principios de enero fondeados en la Bahía Media Luna, donde se estaba construyendo el destacamento A.R.A. Teniente Cámara y en plena operación logística de abastecimiento y habilitación del mismo, estando de guardia en el puente, dirigiendo las maniobras de las lanchas, las maniobras del aprovisionamiento etc. me hace llamar el comandante de la Fuerza de Tareas quien me dijo, más o menos, lo siguiente: Lo he designado a usted para lo siguiente:
Va a embarcar en el Bahía Aguirre con dos suboficiales que están en su grupo de refugios y se va a trasladar a con todo su equipo para ocupar un refugio en tierra: El Comandante de ese buque le dará instrucciones sobre la misión a cumplir” Se trataba de instalar un refugio en la Isla Decepción en caleta Balleneros.
Conviene recordar que la caleta Balleneros había sido utilizada, antes de la II Guerra Mundial, por una factoría noruega de procesamiento de las ballenas, abundantes en la zona, la que contaba con grandes tanque donde se almacenaba el aceite de los cetáceos, el que era trasladado a Noruega por buques tanques de esa nacionalidad para su ulterior comercialización.
Al caer Noruega bajo el dominio alemán las instalaciones fueron ocupadas por Alemania, y fue utilizada por ellos como base logística de su flota, sobre todo por los cruceros asignados a la concepción moderna de “guerra de corso” (misión que tenía el crucero Graf Spee) y para submarinos, sobre todo para reabastecimiento de combustible que se almacenaba en los mencionados tanques.
Durante la guerra, anoticiados los británicos de la existencia de esa base, enviaron una División de Cruceros que los inutilizaron.


Para 1953 las instalaciones, es decir la casa que probablemente haya sido el alojamiento de los noruegos, estaba ocupada por el personal de la base británica. A unos 500 metros existe aún el cementerio donde yacen los restos de personal de la factoría y marinos, entre ellos el famoso explorador Capitán Larsen.

Un campamento en el medio de una cancha de fútbol

Informado que cerca de la base británica habían preparado un espacio que servía como cancha de fútbol: allí, donde se para el centro forward, era el lugar apropiado para la instalación de nuestra casilla.
Le sugerí al Comandante de la FT que tratándose que, convendría demostrar que no se trataba de una operación militar sino de un acto de relevamiento topográfico. Que se trataba de una exploración de tipo de estudio geológico para lo cual podríamos agregar algún especialista en geología o topografía que se encontraba embarcado integrando el plantel científico del Servicio de Hidrografía Naval o del Instituto Antártico Argentino. Propuesta que fue aceptada.
También me dijo que, al finalizar la campaña, a fines de abril, un buque de la FT pasaría para embarcarnos de regreso. Aclaró que eso se haría si no se encontraba el agua congelada formando un pack que impidiera la navegación. Esta advertencia fue para mí, lógicamente, muy ‘preocupante”, como mencionaré más adelante. Varios años después siendo Segundo Comandante del A.R.A. Bahía Aguirre comprobé que esta congelación puede ocurrir mucho antes que la fecha mencionada.
Los cabos primeros de mar Acosta y Jiménez, el geólogo y yo trasbordamos al buque mencionado, el trasporte el ARA Bahía Aguirre y zarpamos hacia la Isla Decepción. No pudimos entrar a causa de un témpano que, aunque chico, impedía el acceso. Se envió un equipo de especialistas, para hacerlo volar con carga explosiva. No hubo caso. Entonces, volvimos a Bahía Media Luna y nos transfirieron al Aviso ARA Chiriguano que, como era mucho más chico, podía maniobrar adecuadamente para sortear el impedimento. Entramos y casi enseguida con caída a estribor de 90 grados arribamos al fondeadero de Caleta Balleneros.
Desembarcamos con nuestros enseres y equipos. La tripulación del buque desembarcó la carga necesaria para la construcción de la casilla en que íbamos a habitar, Mientras el grupo de construcciones preparaba el terreno y comenzaba construirla, armamos la carpa que utilizaríamos mientras tanto. La carpa era de las empleadas en las campañas hidrográficas para el personal dedicado a los trabajos topográficos, para la posterior confección de cartas o cuarterones de navegación: Paño doble impermeabilizado, con piso de madera. El equipo de construcciones iba a edificar una casilla de, más o menos, 4 metros por 4, que fue nuestro alojamiento, montada sobre cuatro pilares de unos 60 cm., que abarcaba un pequeño espacio para cocina y otro para baño (sin ducha) y, a la vez, alojamiento, un radio trasmisor y un generador para proveer energía para el mismo y luz eléctrica para la parte habitable. Cerca de la playa se estibó parte de la carga necesaria para utilizar mientras duraba la construcción, es decir algunos víveres, cuatro catres, farolas y combustible. Y lo más importante: el pabellón nacional. La dificultad que tuvimos fue encontrar algo que sirviera como mástil, ya que el pabellón era del tamaño utilizado por buque grandes los días patrios y ceremonias resultaba casi tan grande como el tamaño de la casilla. Probamos una costilla de ballena de las tantas que se encontraban en la costa, restos de la antigua factoría noruega, pero no resultó apta por su curvatura. Al fin el grupo de construcciones utilizó un trozo de madera para transformarlo en lo que necesitábamos, Cuando estuvo listo el improvisado mástil, en una breve ceremonia con todo el personal presente, instalamos el pabellón nacional. (Digo instalamos, y no izado, porque estaba clavado al mástil – en la Antártida el pabellón permanece izado las 24 horas). De inmediato y en previsión a que se levantara mal tiempo, lo que es frecuente allí, almacenamos en la carpa elementos esenciales para la subsistencia. Por suerte, alcanzamos a llevar desde la playa, a unos 60 metros, dos de esas estufas que había antes, que se bombeaban, a kerosén tipo “Volcán”, un tambor de combustible; un cajón con queso y otro cajón con galleta marinera y los 4 catres con su correspondiente ropa de cama pues, efectivamente, se desató un fuerte temporal.
Poco antes del mal tiempo aparece el jefe de la base inglesa que era un ex piloto de la Fuerza Aérea Australiana, ya civil, que había participado en la II Guerra. Vino a presentarme la queja verbal por nuestro desembarco en “Tierra de su Majestad británica” Previamente había entregado una nota de protesta. (Y recibido la nota argentina) al comandante del Aviso; Yo tenía que demostrarles a los ingleses que no era por ellos que estábamos allí, Opté por decirle, únicamente, que estaba en territorio argentino y que sería bienvenido a nuestra casilla cuando estuviera lista. ´ El australiano se retiró sin hacer ningún otro comentario. Me di cuenta que le molestaba nuestra instalación allí.
Pasado el temporal regresa el A.R.A. Chiriguano y desembarca el grupo de construcciones. Finaliza su trabajo y se completa el desembarco de la carga.
La casilla queda construida, sobre cuatro pilotes, es decir elevada un medio metro del suelo para que la nieve no nos dificultara el acceso, pero resultaba muy apta para ser una casilla de fin de semana en el Delta del Tigre pero no para la Antártida donde los vientos son de fuerte intensidad y el mal tiempo frecuente e imprevisto, y obligó no solo a interrumpir las tareas, sino al reembarco, justo a tiempo, del personal del grupo de construcciones y la zarpada del Aviso - por ser en poco apto para mantenerse fondeado- y salir al mar exterior.
Respecto del temporal mencionado, quedamos aislados, dentro de la carpa, durante 3 ó 4 días, porque era imposible salir. El viento blanco. El viento huracanado y la nieve no permitían ver ni a un metro Era un temporal tremendo. Había momentos en que debíamos salir de la carpa, Entonces, nos amarrábamos un cabo a la cintura y el chicote terminal a un parante de la carpa, procedimiento que nos servía de guía para regresar. Por suerte – mejor dicho, por previsión acertada- el queso y la galleta que mencioné, nos sirvió de alimento, aunque el único, durante nuestra obligada permanencia dentro de la carpa. Las estufas, gracias a Dios, funcionaron bien.
En cuanto a las instrucciones recibidas, me preocupaba mucho lo que me había dicho el Comandante respecto a nuestro reembarque al fin de la Campaña. Al principio creí que era una humorada – lo cual no era muy usual en él - pero más adelante me di cuenta que podía darse el caso, me recordaba bien aquello de nos iban a venir a buscar “si se podía”, porque el mar interior, de la Isla Decepción, se congela en invierno entonces no pueden entrar los buques.
Entonces ¿cómo hacíamos para invernar un año en esa casilla, con lo que ocurre en un invierno, nocturno hasta avanzada la próxima primavera, con temporales reiterados que suele haber y mucho más intensos que el mencionado, con la certeza, comprobada, que la casilla no resistiría los embates del viento, sin víveres ni abrigo suficiente? ¿Pedirles apoyo a los ingleses?:

De ninguna manera

El único recurso, si ocurría que no nos podían venir a rescatar sería trasladarnos cruzando a pie todo el mar congelado hasta el Destacamento Decepción, si lográramos llegar, donde, tal vez, podrían darnos albergue durante los largos diez meses que faltaban hasta la próxima campaña. Por tierra en invierno no era factible transitar por la costa debido a glaciares que la ocupan y, aun antes del invierno, por los desprendimientos de grandes trozos de hielo.
Entonces, mi problema era explorar todo el contorno para imaginar por donde evacuar.
Pero había otro problema a resolver: la relación con nuestros vecinos. En búsqueda de la solución me ocurrió otro asunto interesante e inesperado que me ayudó en mi trato con ellos: Resulta que en la época de los noruegos y probablemente antes de la ocupación británica que mencioné al principio y en previsión a lo que podía ocurrirle, y que les ocurrió, supongo, enterraron bajo la lava, que conforma el suelo de la isla, cargas de dinamita, explosivo utilizado en la caza ballenas. Este explosivo es muy sensible a la temperatura. Sabía, por el grave accidente sufrido por un compañero de promoción que años antes había transitado por el lugar y, sin saberlo piso un lugar donde yacía bajo la nieve uno de esos enterramientos, lo cual causó una explosión que lo hirió seriamente. Durante mis exploraciones noté que desde algunos lugares salían desde bajo la lava unos cables conductores que convergían en la casa de los británicos. Esta circunstancia me sirvió para identificar y evitar las mencionadas cargas letales en mi afanosa búsqueda del acceso a las laderas de los Fuelles.
Me di cuenta que se trataba de una acción prevista por los british para ir eliminando esos peligrosos lugares, esto lo menciono para contarle lo que sucedió días después.
Durante un crepúsculo (la noche era muy breve) sentimos varias explosiones que hubieran sonado alarmantes de no haber tenido la experiencia casual mencionada, ya que encontré acertada mi sospecha. Aproveché la circunstancia para trasladarme a la base inglesa provisto de un botiquín de primeros auxilios para ofrecerles ayuda aludiendo que había sentido “extrañas y sorprendentes explosiones” (strange and astonishing explotions) y concurría a ofrecer asistencia anta la posibilidad de que tuvieran algún herido.
El australiano se sintió conmovido y mucho me agradeció mi intención. Me manifestó que se trataba del festejo del cumpleaños de un miembro de la dotación, que así era la costumbre, haciendo desaparecer las cargas mencionadas. Pero no me invitó, a ingresar a su casa.
Encontrándome derritiendo nieve para tener agua, veo acercarse a Mr. Clarke, que así se llamaba el ex piloto Jefe de la Base inglesa, vestido muy prolijamente, y portando un bastón que supuse era la insignia de su mando, pues era joven y no rengueaba, que venía a expresarme su agradecimiento con una botella de whisky. Allí establecimos relaciones. Le entregué, en retribución, un buen trozo de carne que manteníamos en una “heladera natural”
Recuerdo aun los ojos de asombro del australiano quien, seguramente extrañaba desde hacía mucho tiempo, el producto ganadero luego yo, si, lo hice pasar a mi “cabaña”.
A unos cuatro o cinco días de estar ahí, llega una fragata de la Amada Chilena y desembarca un grupo de gente y, a unos 100 metros del refugio nuestro, construyen una casilla.
Terminaron de construir la casilla, pero mucho más chica que la nuestra (apenas tendría 1,50 m de altura) y dejaron víveres, pero no tripulación; sí un gran cartel que decía “Base de la Fuerza Aérea Chilena” y la bandera nacional pintados en el techo. Habrán estado 2 días haciendo esa construcción y se fueron, zarparon. Es decir que establecieron su presencia, pero sin dejar gente.
Pocos días después aparece en la caleta una fragata británica, la HMS “Bighbury Bay” que fondea en Balleneros y, al rato, desembarca de una lancha y viene directamente hacia el refugio, que estaría a unos 200 metros de la costa, un oficial inglés. Golpea la puerta, lo recibo; era un Teniente de Navío inglés vestido correctamente con uniforme “saco naval” en esa época con cuello duro, (no un equipo antártico como vestíamos nosotros) con todas las formalidades victorianas propias de la Royal Navy (cuando no utilizan torpedos desde submarinos nucleares). Lo hago pasar y me dice, en inglés (yo estaba autorizado a hablar inglés), que venía por orden del magistrado (algo así como el gobernador) de las Falklands (Por supuesto mencionó las Falklands, of course), que estaba embarcado en el Bigbury Bay, para invitarme a concurrir a bordo, a tal hora (I don’t remember, now) de Greenwich (primer meridiano) y que me enviaría la lancha para trasladarme a bordo, porque el “magistrate” quería hablar conmigo, para discutir las razones de la ocupación argentina sin autorización de Su Majestad, la Reina, y que me invitaba a desalojar las islas, porque era un inmigrante sin autorización.
Pensé: “Oh! Is that so?” o sea ¡Con esas tenemos! Entonces, le contesté casi textualmente: “Dígale a este señor que se titula ‘magistrado” de Las Malvinas y dependencias que no lo reconozco como autoridad válida porque siendo Las Malvinas e Islas del Atlántico Sur, de soberanía argentina, no pueden tener un gobernador británico y que las Islas a que se refería no se denominan Falklands”. Segundo: Que en todo caso él debería explicarme a mí las causas de su presencia en aguas territoriales argentinas; Tercero: que, si desea hablar conmigo, de cualquier otra cosa, con mucho gusto lo recibiré aquí, en esta casa que es donde reside la autoridad en la zona.
A todo esto, el inglés me miraba con ojos de sorpresa y yo imaginaba lo que él estaría sintiendo sin comprender: que un “southamerican”, (hoy día “sudaca”) !estuviera dirigiéndose en esos términos, nada menos que al gobernador y representante de Su Majestad!
Lo único que quedaba por hacer, era convidarlo con grapa marca ‘El Globo’ que tenía, pero no aceptó. No sé si por lo que estimó sobre la calidad de la bebida ofrecida, o porque se sintió molesto por mi respuesta, Lo acompañé hasta la costa, como cortesía entre hombres de mar, para que se embarcara en la lancha en la que había venido y regresara a su buque. Al embarcar, me dijo: “Señor, le confirmo que a tal hora va a venir la lancha para buscarlo”. Le respondí: “Señor teniente, ratifico lo que le he dicho y le pido que le transmita ese mensaje al titular o magistrado, ¡Good morning, Sir”!. y se fue.
Unos días después entra a la Bahía el A.R.A. Punta Ninfas, buque de reabastecimiento que formaba parte la F.T. comandado en el entonces por el Capitán de Corbeta D. Roberto Arena
Yo tenía una radio, para comunicarme, pero por un problema de antenas, era casi inútil. Cuando el buque entra a la bahía, y pasa por las cercanías me pude comunicar y le di el mensaje al comandante, de que necesitaba ir a bordo. Cuando fondeó el buque, cerca del Destacamento Decepción, me mandó un helicóptero, que era de la Fuerza Aérea, aterrizó ahí cerca del refugio; subí y aterrizamos a bordo, por supuesto en una plataforma donde apenas cabía la aeronave lo que era casi una hazaña ya que unos centímetros de error y se iba al agua. Bueno, le informe al Comandante del buque lo que pasaba; le conté todo para que él informara con los medios de comunicación y las claves correspondientes que disponía, al Comandante de la F. T. lo que había ocurrido.
En ese momento, entra otra vez la fragata inglesa y el comandante del Punta Ninfas manda una lancha con un guardiamarina con la clásica nota de protesta, y la invitación a cenar en su buque. La que no fue aceptada.
Horas después, zarpa el Bighbury Bay y envía al Punta Ninfas un mensaje por foco, que decía: “Au revoir. Remember we shall meet again”; (Hasta pronto. Recuerde que nos volveremos a encontrar”). Regresé al refugio en el helicóptero. Poco tiempo después zarpó el Punta Ninfas.
Esta segunda llagada del buque inglés, a poco de haber entrado el buque argentino, me confirmó la suposición que el Jefe de la base británica de Caleta Balleneros informaba a la autoridad del que él dependía. Y la cercanía del buque ingles en la zona, probablemente, no casual. No volvieron ni los ingleses ni los chilenos, hasta alrededor de un poco más de un mes.
Si entró el ARA Bahía Aguirre el que fondeó cerca del Destacamento Decepción, y recibí la visita del Segundo Comandante el Teniente de Navío D. Reynaldo Tettamantti a quien lo comenté lo acaecido. Aproveché para enviar de regreso al geólogo.
En los días posteriores, sufrimos varios temporales que hicieron temblar peligrosamente la estructura de la casilla
El Jefe del Destacamento Naval Decepción era el entonces Teniente de Navío D. Carlos J. Fraguio, quien iba a permanecer allí todo el año. Me envía, para invitarme y trasportarme, al Destacamento a su mando uno de los dos aviones anfibios Gruman Goose que operaban durante la campaña de verano desde ese Destacamento que oficiaba como su base.
El Comandante del avión era el Teniente de Navío, Rodríguez Blanco quien me invita a trasladarme al Destacamento con la intención de volver esa tarde o al día siguiente. Necesitaba ir porque quería que me explicaran cómo reparar el transmisor y, si era posible, traer al mecánico de radio, y me arreglara el asunto. La cosa es que fuimos, me invitan a cenar, con la intención de volver al día siguiente. Aproveché para comunicarme por radiotelefonía con mi familia y para bañarme como la gente.
No fue posible regresar al día siguiente, como era la intención, ni por dos días más a causa del mal tiempo que no permitía volar. Amainado el fuerte temporal pudimos decolar. Hicimos una gran gira por la Antártida; llegamos hasta el Estrecho de Gerlache, sobrevolamos el Destacamento Naval Almirante Brown, Bahía Esperanza, Melchior etc. En fin, al medio día, llegamos ya de vuelta a Decepción, para desembarcar en mi refugio pero, desde el aire, veía la caleta Balleneros pero no veía mi refugio y no veía la Bandera Argentina que me habían provisto, que era como dije antes casi tan grande como la casa, Y tampoco veía el refugio chileno. No los distinguía porque por que no estaban, como lo supe después del acuatizar.
Bueno, acuatizamos, el anfibio trepa a la costa, desembarco y veo que me esperaban allí, el jefe de la base inglesa con otras personas que no conocía. El que ya era “amigo”, digamos, me dice cuando desembarco:
“Señor, le recuerdo que está pisando tierra de Su Majestad británica”.

Y yo le respondo: a Mr. Clarke “Ma! ¡Qué ‘Su Majestad ni qué Majestad!’ (En castellano)”. Junto a Clarke , un señor alto, de uniforme, que identifiqué por los galones y por la inscripción que tenía bajo su hombro derecho como de la “Royal Marine Corp.”. Se presenta como el Mayor Andrew. Y me dice, en inglés:
“Debo comunicarle que usted está en tierras de Su Majestad británica”; y prosigue “que la casilla que estaba acá ha sido desarmada y ha sido deshecha”. Están allí sus pertenencias las de la gente que lo ocupaba y los elementos de ustedes y sus equipos, que usted puede retirarlos”. “Y le comunico que esta noche, su refugio y la construcción chilena, van a ser incinerados.” Le contesté: “Estoy en territorio argentino y su actitud es delictuosa”:
“Voy a ir hasta mi refugio y no voy a retirar nada”. Le pregunte donde estaba el personal: su respuesta fue: han sido embarcados y trasladados a tierra. Lo mismo los elementos de cierto valor que se encontraban en el refugio que han sido inventariados y los que oportunamente serán remitidos a su país. Insistí en saber dónde llevarían a los dos suboficiales y en que buque estaban, a lo que me contestó que no podía darme ese dato. Sí me dijo que habían sido detenidos por no tener autorización para encontrase en posesiones británicas. Remarcó que se los consideraba ciudadanos civiles y no como militares para no complicar la situación. También se negó a contestarme otras preguntas como el nombre del buque, cuándo había ingresado a la bahía etc. aclarándome que no podía darme ninguna otra información. Insistí en saber dónde estaba el pabellón nacional a lo que me contestó que se encontraba incluido entre los elementos de valor que habían inventariado y que serían devueltos oportunamente.
Le comento que me negaba a retirar algo del refugio como me ofrecía el inglés porque si lo hacía, pensé, estaría reconociendo su autoridad.
Finalizado este diálogo me dirigí, acompañado por Rodríguez Blanco y seguido por el Mayor y Mr. Clarke al refugio. Al hacerlo me percibo que, a una distancia de unos cincuenta metros, en un semicírculo y en posición de cuerpo a tierra se encontraban, con armamento de infantería, apuntándonos a los argentinos y al avión una veintena de infantes de Marina. Nosotros no portábamos armas de ningún tipo y no las había en el avión en el que permanecían el copiloto Teniente de Corbeta D. Eduardo Pérez Tomas y el mecánico.
Llegamos a donde estaba el refugio. Desarmada la casilla y los paños, techo etc. prolijamente apilados y sobre ellos las pertenecían nuestras. También la carpa, los víveres etc. No estaba el pabellón nacional ni el mástil. Tampoco los elementos meteorológicos ni el trasmisor ni el generador. El mismo procedimiento con la casilla chilena. Reiteró el mayor su ofrecimiento de retirar lo que quisiera y reiteré mi negativa explicándole esta vez que él no tenía autoridad para concederme nada puesto que era yo la autoridad en la zona. Guardó silencio.
Bien, en esta situación nada, quedaba por hacer allí. Regresamos a la playa, embarqué al avión., Decolamos y ahora era mi problema era informarle al Comandante de la Fuerza de Tareas. Volamos hacia donde estimábamos que estaba la Nave Capitana y la avistamos en las cercanías de Isla Media Luna navegando rumbo a Decepción. Contactados por radio me comuniqué con el comandante de la FT. Le dije: “Tengo información de carácter secreto: no puedo decirlo por este medio”. Me responde: “Dígala”. Le informé sintéticamente lo acaecido. Me dice: “Recibido. Estamos navegando para Decepción para reunión de toda la F.T. Espérenos allí”. Comprendí que ya tenían conocimiento de lo ocurrido.
Varias horas después arriban al fondeadero todos los buques componentes de la FTA: los 2 transportes: ARA Bahía Aguirre, y el ARA Bahía Buen Suceso, los Avisos ARA Chiriguano y el ARA Diaguita, y además, el ARA Punta Ninfas. Cuando fondean todos los buques, me mandan la lancha.
Llego al Bahía Buen Suceso y me estaba esperando arriba de la escala real un oficial y me conduce hasta la cámara del comandante, por lugares no transitados para que no me viera nadie de la tripulación, sobre todo, los invitados y el personal civil. Así que, medio en secreto, me hace pasar a la cámara del comandante de la Fuerza, donde ya estaban reunidos todos los comandantes subordinados y el jefe del Estado Mayor de la FTA, que era el Capitán de Fragata D. Héctor Etchehebere. Yo interpreté eso como una suerte de consejo de guerra y me decía a mi mismo: “de aquí a Martín García, (prisión militar), en un vuelo sin escalas””.
Ese grupo de comandantes, por supuesto que eran mucho mayores y antiguos que yo, Capitanes de Corbeta Silvio Casinelli, Eugenio Fuenterosa, Roberto Arena, Carlos Brañas, y Ricardo Fitz Simon. Imponía en mí, lógicamente, cierta tensión.
Se aflojó la tensión cuando el capitán Panzarini, quien había sido Jefe del Batallón al que yo pertenecía como cadete en la Escuela Naval me dijo, con su habitual modo de expresarse reposado y preciso, que relatara lo acaecido. Terminada mi exposición me dijo que tenía información de Buenos Aires, que esto iba a ocurrir y por eso estaban ya zarpando hacia Decepción, y concentrando allí toda la FT.
Bueno, se resuelve en esta reunión de comandantes, que al día siguiente o ese mismo día (porque ya era media noche), iba a ir el Capitán Etchebehere, a la base inglesa, a hacer una formal y enérgica protesta. Yo le dije: “Señor permítame que, con el grupo de Infantes de Marina que tenemos embarcado, reconquiste la base que me han quitado”. Me dice: No, no; nada de violencia, porque no vamos a hacer eso, este es un caso que concierne a Cancillería.
La cosa es que se llevó la nota –de la que leí la copia- donde les decía, en muy correctos y diplomáticos términos, que reclamaba muy fuertemente sobre el atropello inglés, y que él se iba a abstener de hacer uso de la fuerza, en virtud de la tradicional amistad argentina británica y que reafirmaba la soberanía argentina; en fin, toda una carta redactada como para no reconocer y abstenerse del uso de la fuerza y transferir el caso a la discusión diplomática. Me autorizó el Cap. Ethebehere a acompañarlo en la lancha.
Bueno, ahí terminó el episodio en la Antártida; quedé embarcado hasta el final de la campaña en el ARA Bahía Buen Suceso, ya como oficial del buque.
Al regresar a Buenos Aires. Me enteré de cómo fue el proceso que se seguía en la Capital Federal. Tuve la oportunidad de conversar mucho con el embajador que, en Cancillería, estuvo a cargo de la parte diplomática y lo que supe también en Marina cuando busqué información de lo que había ocurrido aquí. Y esto es importante: cuando ocupamos la isla, inmediatamente, desde la base inglesa se informó a sus autoridades la ocupación nuestra, a raíz de lo cual vino la Fragata Bigbury Bay con el “gobernador” de Las Malvinas, que ya estaba embarcado y se enconaba en le zona. Y supe que los ingleses, desde mi ocupación, supongo que, a través de su embajada, habían hecho varios reclamos diplomáticos vía Cancillería. Y la contestación argentina fue en términos generales, similar a lo que le mandé decir al magistrado inglés. Y supe que el tercer reclamo que habían hecho, ya tenía forma de ultimátum. Pero ¿qué había ocurrido? Que el ultimátum lo mandaron (después, reconstruyendo los hechos con las fechas) cuando ya habían hecho la operación. Es decir, o por un problema de huso horario (tres horas de diferencia entre la Argentina y Gran Bretaña), o, tal vez, intencionalmente se daba que, cuando recibieron el ultimátum en cancillería, ya estaba concluida la operación que le conté.
Supe también que, enterado el gobierno nacional, ordenó a las Fuerzas Armadas establecer la situación de apresto; se cortaron las licencias y se prepararon las condiciones de alerta, listos a la acción; la Armada estuvo lista a zarpar. Hubo una reunión de gabinete también –según me enteré- donde se consideró un avance. También me dijeron que el ministro de Marina, porque en esa época había ministro de Marina que formaba parte del gabinete, aclaró la situación imperante en base a la información de inteligencia que se tenía en el Servicio de Inteligencia Naval: Se apreciaba que, en Malvinas, Gran Bretaña había concentrado durante ese mes, una flota, – por la interceptación de mensajes y de comunicaciones – y que se estimaba que esa flota sería muy superior a la nuestra la cual podría incluir un portaviones. Además, con un grupo embarcado –no supe de qué magnitud -de infantería de marina (”Royal Marines”).
La conclusión fue, según las fuentes de las que recibí los datos, que el asunto se concretaría mediante un reclamo enérgico a Gran Bretaña, vía cancillería.
También, me dijeron, que esa noche los diarios vespertinos iban a publicar algo de la noticia y se les convenció de no hacerlo. Este episodio de Caleta Balleneros nunca trascendió al público de modo que, oficialmente, no pasó nada.
Al encontrarme nuevamente, ya en Puerto Belgrano, con los dos suboficiales, me relataron lo sucedido en mi ausencia. Vieron que por tercera vez arribaba y fondeaba en Caleta Balleneros la fragata inglesa y que desembarcaba un grupo numeroso de gente, a lo que no le dieron mayor importancia porque ya había ocurrido eso en las anteriores oportunidades. Uno de los suboficiales estaba cocinando y el otro derritiendo nieve hasta que sienten que golpean la puerta del refugio.
***Era un agente de policía con el característico uniforme del policeman inglés (BOBBY). Se presentó como el policía Sullivan, hablando en correcto castellano porque había residido varios años en la provincia de Santa Cruz, y después se había radicado en Malvinas. Les pidió el pasaporte y la visa para estar en territorio británico. Ellos le contestaron que, de ninguna manera, porque estaban en territorio argentino. Entonces, el policeman les dijo:
*Señores, tengo orden del juez de Malvinas, de detener a todos los habitantes extranjeros en la posesión británica que no tengan la visa correspondiente.*
Los argentinos la contestaron algo así como: Nosotros estamos en territorio argentino y usted no tiene aquí ninguna autoridad ni tampoco ningún juez extranjero así que lo mejor que puede hacer es irse de aquí. La respuesta del inglés fue: Desde este momento ustedes están arrestados.
Lo que parece que le contestaron los dos fue un “rosario” en todos los idiomas. Entonces, este policeman, que entendía lo que decían, les dijo: Como ustedes saben, el policeman inglés no lleva armas. Por lo cual he pedido la colaboración de las fuerzas armadas para que apoyen la autoridad civil que yo represento; por favor, asómense”.
Estaban rodeados en un círculo por lo que vendría a equivaler a una sección de Infantes de Marina, me contaron que eran como treinta, los mismos que me rodearon cuando desembarqué del avión un par de días después. Resultaron ser marines que, en viaje de retorno a Inglaterra provenientes de Corea, que al cruzar el canal de Panamá los enviaron a Malvinas para embarcarse en la Bigbury Bay. De modo que actuó una parte de una compañía de Infantería de Marina fogueada veterana de guerra.
En el refugio, ellos no tenían armas; no tenían nada; no llevaban armas. De modo que fueron detenidos por la autoridad civil. Y fue una cosa muy importante porque no era para los ingleses una acción militar, pese a que estaba apoyada por una fragata inglesa, y por una sección de la Infantería de Marina y que, en Las Malvinas, por si acaso, habían concentrado un importante grupo de tareas naval.
La operación coincidía con lo que me había dicho el Mayor Andrews en lo referente que no se consideraba a los suboficiales como militares sino como civiles ilegales, para no complicar la situación y así no crear un conflicto diplomático.
Fueron embarcados en la fragata inglesa y trasportadas a Grietviken, a las islas Georgias hasta que los embarcaron en un buque –el buque tanque Quilmes –de la Compañía Argentina de Pesca que transportaba el aceite de ballena de las Islas Georgias directamente a Noruega, con la orden de desembarcarlos a la entrada del Río de la Plata, es decir que los dejaron en el pontón Recalada del Río de la Plata, el pontón de prácticos argentino frente a Montevideo. Y de ahí fue a buscarlos un barco de la Base Naval Río Santiago.
Al tiempo, ya destinado en el crucero ARA La Argentina recibo una citación del SIN (Servicio de Inteligencia Naval) para recibir una bolsa que contenía las cosas que los ingleses habían rescatado del refugio. Así me reencontré con mi ropa, mis uniformes etc., así como las pertenencias de los suboficiales y, ¡la Bandera Argentina! La tuve un tiempo y le hice hacer un cofre y la doné al Instituto Nacional Browniano, y está ahí, con una inscripción, “Bandera que perteneció al refugio Cándido de la Sala, ocupado por los ingleses en febrero de 1953·”.
El Teniente de Navío Cándido de la Sala fue el primer oficial argentino muerto en combate durante la Reconquista de las invasiones inglesas de 1806 y tiene su pequeño monumento en la plazoleta que está frente el Círculo Militar, en Retiro, consistente en un ancla y abajo la placa, que dice: “En memoria del Teniente de Navío Cándido de la Sala, primer oficial muerto en combate en la Reconquista”, justo en el sitio donde murió en combate. Era Teniente de Navío de la Armada Española (claro, en 1806, era Armada Española), pero él era argentino.
Como corolario de este relato cabe citar lo que expresé a un General, Director de la Escuela de Defensa Nacional con quien tenía una audiencia el 2 de abril de 1982, quien muy molesto me recibió diciéndome: “Vea señor capitán yo, general de la Nación, sé que el país está en guerra”.
Y le dije: “Señor general, le voy a contar una historia y verá que si por tres personas que ocupábamos un refugio en la Antártida movilizaron una flota que triplicaba la nuestra. Haga una regla de 3 simple.
Dicen que hay 3.000 hombres en Malvinas; los ingleses van a movilizar lo que tienen más lo que no tienen”.
Y así fue.
W/65: En memoria de un gran Jefe y amigo el Sr. Cap. Nav. D Jorge Chihigaren

jueves, 18 de julio de 2019

Fucking diputado britón dice que va a hundir pesqueros "como el Belgrano" ¿Usará SSN?

Un diputado británico amenazó a pesqueros con "hundirlos como al Belgrano" Su frase desató el repudio del gobierno argentino

Infobae


Una de las imágenes que dieron la vuelta al mundo: el Belgrano es abandonado y escorado a babor comienza a ser devorado por el océano

El gobierno argentino condenó "enérgicamente" las "lamentables" declaraciones del eurodiputado británico Robert Rowland quien, en una publicación en las redes sociales pidió que los buques pesqueros extranjeros reciban "el mismo trato que el Belgrano", en referencia al crucero hundido por la Armada inglesa durante la guerra de Malvinas, causando la muerte de 323 tripulantes argentinos.

"El Gobierno argentino condena enérgicamente las lamentables declaraciones del eurodiputado británico Robert Rowland, realizadas a través de redes sociales el día 10 de julio", destacó anoche la Cancillería argentina a través de su cuenta oficial de Twitter.

"Sus dichos deshonran la memoria de las 323 víctimas que perecieron en el hundimiento del Crucero ARA General Belgrano en 1982, ofenden a sus familiares y demuestran un marcado desprecio por la vida humana", agregó el palacio San Martín.

Rowland, un administrador de fondos de inversión, realizó las polémicas declaraciones a través de Twitter al hablar sobre "el restablecimiento de la soberanía" sobre las aguas británicas, al celebrar a una diputada del Parlamento Europeo, June Mummery, por unirse al comité de pesca del Parlamento Europeo.

"Estamos detrás de todos nuestros pescadores y la restauración de la soberanía sobre nuestras aguas. ¡200 millas de zona de exclusión para cualquier barco pesquero extranjero tendrá el mismo tratamiento que el Belgrano! Bien hecho June. Estamos 110% con usted y nos aseguraremos de que les causes un infierno en el comité", escribió el eurodiputado.


Robert Rowland

Sus palabras desataron críticas y cuestionamientos de otros eurodiputados, como el liberal demócrata Chris Davies, quien fue elegido esta semana para presidir el comité de Pesca en el Parlamento Europeo: "Eso es un llamado a la muerte de personas, un llamado a los pescadores de otra nación a morir en nuestras aguas. Eso es malvado. Eso me da náuseas".

Tras el repudio de la cancillería argentina a las declaraciones del diputado británico, se sumó a la polémica -a modo de disculpas- el embajador británico en Argentina, Mark Kent: "La conflictividad no lleva a nada. Mismo que hay posiciones diferentes en algunos puntos, siempre que hay que tener respeto. Los valores humanos que nos unen. Tenemos una agenda moderna de beneficio mutuo y una agenda humanitaria. Y seguimos en ese camino. Respetamos los caídos".

Durante la guerra de Malvinas, el Crucero General Belgrano fue atacado por el submarino nuclear británico HMS Conqueror y dejó 323 tripulantes muertos del total de 1.093 hombres y mujeres que iban a bordo. El hundimiento del Belgrano se produjo el 2 de mayo de 1982 a las 17, fuera de la zona de conflicto establecida durante la Guerra de las Malvinas. Dos torpedos MK-813 lanzados por el Conqueror impactaron en la popa y la proa y el buque comenzó a sumergirse en el agua.

Con información de Télam

viernes, 29 de marzo de 2019

VGM arrestado por mostrar bandera argentina en Darwin

Ex combatiente fue detenido en Malvinas por mostrar una bandera argentina

Urgente 24



El ex futbolista Luis Alberto Escobedo viajó a las Islas Malvinas para honrar a sus compañeros fallecidos, y estuvo dos días preso por mostrar símbolos argentinos. "Vivimos una situación muy tensa", relató.

Luis Alberto Escobedo en las Islas Malvinas, antes de ser detenido (Foto: Clarín).
Contenido
Luis Alberto Escobedo tiene 57 años y es ex futbolista (pasó por muchos equipos del fútbol argentino: del ascenso, Los Andes, Temperley y Dock Sud; y de Primera División como Vélez, Belgrano de Córdoba y Colón). Cuando tenía 19 años, mientras hacía el servicio militar, fue trasladado a las Islas Malvinas y combatió contra las fuerzas británicas. La semana pasada viajó por tercera vez a las Malvinas, junto a otros siete ex combatientes, para rendirle homenaje a los soldados argentinos que fallecieron en la guerra. Y pasó dos días detenidos.

"El martes pasado fuimos al Cementerio de Darwin, que está en una zona inhóspita y desértica, a unos 60 km de la ciudad. Hicimos un minuto de silencio y después cantamos el Himno argentino y lanzamos frases como ¡Viva la Patria!... Además, exhibí una bandera que llevo siempre con la imagen de las Islas y la frase Territorio Argentino. En ese momento estaba en el cementerio un periodista austríaco que había llegado en un auto manejado por un kelper, que nos miraba atentamente", le contó Escobedo a Clarín.

Al día siguiente, mientras Escobedo y sus compañeros dormían, llegó la Policía. "Bien temprano vino la policia y, pieza por pieza, nos sacaron los pasaportes, los celulares, las cámaras de foto, la ropa y otras cosas personales. Nos tuvieron detenidos dos días y nos trataron como si fuésemos delincuentes. Nos tomaron las impresiones digitales y nos sacaron fotos de frente y de perfil. Todo porque el chofer kelper nos había denunciado por "ofensas e insultos". Pero nada que ver, solamente honramos la memoria de los nuestros sin ofender a nadie", dijo, aún conmovido, el ex futbolista.

"Despues de declarar durante esos dos días, y con la incertidumbre de que podíamos seguir presos más tiempo, nos absolvieron. El juez desechó la denuncia, pero vivimos una situación muy tensa", relató el ex futbolista que actualmente juega en el equipo Senior de Temperley y en la Selección Argentina de mayores de 50 años.

Escobedo dijo que "los militares ingleses nos entendieron y no dieron la razón y hasta aconsejaron que el Gobierno argentino debería hablar con los kelpers para que bajen los decibeles. Por suerte terminó todo bien, pero esto no tiene que pasar más. Queremos que no vuelva a ocurrir y que otros argentinos que vengan no tengan que pasar lo mismo que nosotros".

sábado, 23 de febrero de 2019

Gibraltar: Incidente entre buques español y británicos

Gibraltar: incidentes entre un buque de guerra español y flotilla desplegada por el Reino Unido

Fundación Nuestro Mar




Según medios españoles, el buque de acción marítima Tornado fue el protagonista del hecho, que provocó la respuesta de la Royal Navy y del vocero del gobierno que ocupa el peñón.


Un buque de guerra español intentó ordenar a barcos comerciales que levaran anclas de las aguas disputadas cercanas a Gibraltar, pero fue desafiado por la Armada británica y se alejó mostrando las armas, informaron las autoridades locales.

El buque español intentó exhortar a los barcos que se marcharan de la parte oriental del Peñón, pero estos permanecieron en posición, aseguró la parte británica. Por su parte, fuentes militares españolas contactadas por el portal El Español aseguraron que se trataba aguas "nacionales", por lo que la nave actuó según la ley.

Gibraltar, donde viven 33.000 personas, fue cedido al Reino Unido por España en 1713 tras la Guerra de sucesión española y es un territorio autónomo británico de ultramar. Comparte una frontera de 1,2 kilómetros con España, por lo que las implicaciones del Brexit fueron parte de las negociaciones con Bruselas.

Según un audio difundido por medios británicos, el buque Tornado (P-44), de 94 metros de eslora, instó por radio a los barcos: "Les sugiero aumentar la velocidad y dejar las aguas territoriales españolas".

En respuesta, la armada británica desplegó sus barcos ante el buque español. Las autoridades locales sostienen que, entonces, el Tornado navegó lentamente a lo largo de la costa con armas al descubierto.

"(Se trata de) juegos tontos que juegan los que no aceptan la indiscutible soberanía británica sobre las aguas que rodean el peñón", dijo un portavoz de Gibraltar. Además, el funcionario sostuvo que las aguas son de "implacable soberanía británica" e instó a la parte española a respetar el derecho internacional, con una ironía sobre la crisis política de Cataluña: "Esto probablemente explica el estado de extremismo de algunas partes del espectro político español en estos días".
(REUTERS/INFOBAE)

jueves, 13 de diciembre de 2018

Buque español le canta el himno a los putos gibraltareños

Un barco de la Armada española pasa por Gibraltar con el himno nacional a todo volumen

Las imágenes han sido compartidas por gibraltareños que han expresado su indignación
La Vanguardia






Un barco de la Armada española ha pasado este mediodía ante las costas de Gibraltar con el himno nacional sonando a todo volumen. Se trata de la corbeta Infanta Elena. El vídeo, grabado desde otro barco, ha sido compartido en redes sociales por gibraltareños que han expresado su indignación ante estos hechos, que se producen en plenas discrepancias por el ‘brexit’. Aunque el Gobierno de Gibraltar no se ha pronunciado oficialmente, sí lo ha hecho su Servicio de Información en España a través de un tuit: “Navegando entre la poca vergüenza y el infantilismo, ahí tenemos al Infanta Elena manifestando las glorias de España en aguas británicas frente al levante de Gibraltar”

jueves, 6 de septiembre de 2018

Fucking ingleses: HMS Clyde intercepta a ARA Puerto Deseado

Incidente a 40 kilómetros de Malvinas: un buque argentino se aproximó a las Islas y un barco inglés salió a interceptarlo



Por Fernando Morales | Infobae

 
El buque hidrográfico ARA Puerto Deseado


El pasado 2 de septiembre se registró una aproximación no habitual del buque hidrográfico ARA Puerto Deseado a la zona marítima bajo control exclusivo de las autoridades británicas, ubicada a unos 40 kilómetros de las islas Malvinas.

La información fue publicada este miércoles por el sitio kelper H I Sutton, que suele reportar la actividad de las fuerzas militares acantonadas en el archipiélago, y confirmada por Infobae con altas fuentes de la Armada Argentina.

Según da cuenta el informe, el Puerto Deseado partió el pasado 20 de agosto desde Ushuaia para realizar una campaña científica en las inmediaciones de Banco Burdwood, también llamado Namuncurá. Este sector ha sido declarado en 2013 por la Argentina como zona marítima protegida y es objeto de constante supervisión científica y técnica. El accidente geográfico se encuentra ubicado a unos 150 kilómetros al este de la Isla de los Estados y a unos 200 km al sur de Malvinas.

De acuerdo con la publicación, el buque argentino operó en la zona prevista, pero el 2 de setiembre, ya alejado del banco, se aproximó "demasiado a las islas desde el flanco suroeste", apagando presuntamente su sistema de identificación satelital a distancia (AIS) para no ser detectado.

 

La misma fuente indicó que, ante la situación, el buque militar HMS Clyde recibió la orden de salir de su apostadero para interceptar a la nave argentina y se dirigió a toda velocidad al encuentro del Puerto Deseado a las 16:57. La maniobra de interceptación finalizó a las 19:17, dado que el buque oceanográfico reconectó su equipo AIS y cambió de rumbo hacia el puerto de Ushuaia, donde arribó en horas de la tarde del día siguiente.

Fuentes de la Armada Argentina explicaron que la nave afrontó en medio de su operación un fuerte temporal que debió ser capeado (ponerle la proa a la tormenta), lo que colocó a la nave en rumbo de aproximación hacia las Islas. Indicaron que el hecho fue avisado a las autoridades navales británicas y que la penetración en la zona de tránsito restringido no se llegó a concretar, ya que la nave retomó su rumbo de regreso al continente en cuanto el clima lo permitió.
Por otra parte, desde la Armada negaron la presunta desconexión del posicionador satelital. Dijeron que es muy probable que fruto del temporal se haya perdido en algún momento el enlace satelital de la nave.

Lo que hay que saber

En 1990 Argentina y Gran Bretaña firmaron el denominado "Tratado de Madrid" con el objeto de fijar reglas de convivencia armónica entre ambos países, asumiendo el hecho de que más allá de la reivindicación de soberanía irrenunciable sobre los territorios ocupados, en el día a día las autoridades políticas y navales destacadas en el extremo sur del país, deben coexistir con sus homólogos ingleses y resultaba necesario crear un marco que facilite la convivencia.

Los sectores más duros de la lucha malvinera llaman a este tratado el Versalles Argentino, pues consideran que el país ha aceptado explícitamente a Inglaterra como país limítrofe. Contrariamente, los defensores del acuerdo sostienen que cuestiones humanitarias como la búsqueda y rescate marítimo no podrían hacerse sin fijar reglas de convivencia.

 


El tratado establece, entre otras cosas, la información recíproca que los gobiernos deberán hacer sobre movimientos de unidades militares, navales y aéreas en la región, como así también el fin de la llamada zona de exclusión de 200 millas náuticas alrededor de las islas, impuesta por Inglaterra en abril de 1982, que se reduce a 25 millas y constituye una suerte de mar territorial.

Respecto a la información recíproca sobre operaciones militares, esto se torna obligatorio para las partes cuando intervengan cuatro o más buques o aviones, participen más de 1.000 efectivos o se contemplen más de 20 despegues de aeronaves de combate. En otro apartado, se establece también que se deberá avisar con 48 horas de anticipación cualquier aproximación de un medio naval de una parte a menos de 50 millas de la costa bajo control de la otra parte.

El "Puerto Deseado"

Es un buque oceanográfico construido para el CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) botado al agua en 1976 y que a través de un convenio es tripulado náuticamente por personal de la Armada Argentina, completando su dotación personal científico del organismo civil de investigación. Si bien tiene comando militar, la nave no está artillada y su casco está pintado con los típicos colores antárticos que, lejos de ocultar su presencia, la destacan. Es el apoyo natural al Rompehielos Almirante Irizar durante la campaña antártica de verano y fue utilizado para las tareas de batimetría de la plataforma continental argentina, que desembocaron en el reconocimiento que recientemente la ONU efectuó al reconocer al país una extensión de la misma hasta las 350 millas náuticas.

Efectivamente, las fuerzas armadas coloniales activaron los protocolos de respuesta para casos de "intrusión". Pero el despliegue pareció deberse más a una prueba interna de mecanismos que a una preocupación real. Las fuentes diplomáticas consultadas por Infobae no dan cuenta de ningún reclamo o protesta por parte de la Cancillería Británica o la propia sede diplomática de la corona en Buenos Aires, lo que daría por sentado que para las autoridades de Londres el presunto incidente no reviste gravedad.

En la actualidad, los gobiernos de ambos países trabajan en una política de distensión y confianza mutua (que cosecha elogios y críticas). En el marco de esa política fueron posibles las tareas de identificación de los restos de los ex combatientes argentinos enterrados en Darwin, el análisis de una política de vuelos comerciales entre el continente y las islas y el control de la pesca ilegal realizada por buques de terceros países entre otros temas.

martes, 21 de marzo de 2017

Otra vez empieza el chiste de los vuelos militares británicos a Brasil

La Argentina detectó otro vuelo militar de Malvinas hacia Brasil
El domingo pasado un Airbus 330 de la Fuerza Aérea británica aterrizó en San Pablo y regresó a las islas dos días después; malestar del gobierno de Macri
Por Martín Dinatale - Basado en Infobae


Cuando aún no se aquietaron las aguas de tensión política con Brasil por los vuelos a las islas Malvinas, la Argentina detectó ayer otro viaje de una aeronave de la Fuerza Aérea británica que partió de las islas el domingo pasado por la noche rumbo a San Pablo y regresó desde ese mismo destino a las islas del Atlántico Sur el martes último.

Según revelaron a Infobae fuentes calificadas del gobierno, el vuelo del Airbus 330 de la Fuerza Aérea del Reino Unido salió el domingo 12 a las 22:44 de la base militar de Mount Pleasant en las Malvinas, arribó a San Pablo el 13 a las 2:47 y regresó a las islas el 14 a las 23:47.

"Sabemos que fue un viaje de abastecimiento militar como todos los otros viajes que se hicieron con antelación desde las islas a Brasil", se limitó a informar un destacado funcionario del gobierno. Hasta este momento la Cancillería de Brasil aún no había recibido queja alguna por parte del gobierno argentino. Fuentes diplomáticas de Brasil dijeron que están averiguando lo ocurrido y se mostraron sorprendidas por la información.


Sin embargo, desde el gobierno argentino había un marcado malestar por este nuevo hecho violatorio de los acuerdos del Mercosur que impiden el abastecimiento militar en continente de aeronaves británicas provenientes de las islas Malvinas.


La inconmensurablemente inútil canciller argentina Susana Malcorra (Adrián Escandar)

Según informó la canciller Susana Malcorra la semana pasada, en 2016 se detectaron al menos seis vuelos de las islas Malvinas a Brasil mientras que en 2015, bajo la administración de Cristina Kirchner, hubo 12 vuelos con esa ruta. Ante las quejas diplomáticas que elevó la Argentina se anunció que Brasil abrió una investigación entre varios órganos militares sobre los vuelos realizados por aviones de la Real Fuerza Aérea de Gran Bretaña entre aeropuertos de Brasil y las Islas Malvinas.

"El Centro de Comunicación Social de la Fuerza Aérea Brasileña informa que está indagando sobre las informaciones conjuntamente con otros órganos involucrados", destacó en su momento el Ministerio de Defensa de Brasil en un comunicado. El gobierno de Michel Temer le aseguró a la administración de Mauricio Macri que estos hechos no volverían a ocurrir.

La Cancillería argentina instruyó a la embajada comandada por Carlos Magariños la realización de gestiones diplomáticas para transmitir preocupación por esa situación. Además la Argentina recordó el compromiso brasileño de no receptar en sus aeropuertos y puertos, aeronaves o buques británicos de guerra apostados en los archipiélagos bajo disputa, en concordancia con la posición adoptada por Mercosur y Unasur.

Sin embargo, el vuelo del domingo pasado entre las islas Malvinas y San Pablo que se detectó ayer volvió a desatar la tensión entre Brasil y la Argentina. En Buenos Aires sonó una señal de alerta y en la diplomacia brasilera hasta esta noche estaban totalmente sorprendidos por la noticia.

viernes, 5 de febrero de 2016

Embajador chileno pide disculpas

El embajador chileno pidió perdón por las pintadas en el monumento de Malvinas
El diplomático entregó una nota firmada por funcionarios repudiando la vandalización de hinchas chilenos al monumento en Rosario.  





Luego de las ofensivas pinturas de algunos hinchas del club Universidad de Chile al Monumento a los Héroes de Malvinas ubicado en Rosario, el embajador chileno José Antonio Viera-Gallo recibió a ex combatientes de Malvinas y al director del Monumento Nacional a la Bandera de Rosario para entregarles una carta en la que se "condenan los hechos vandálicos".

Simpatizantes de la U. de Chile realizaron pintadas el 1 de febrero dentro del Parque Nacional a la Bandera, en el monumento a los caídos en la guerra de Malvinas, en cestos del lugar, columnas de alumbrado y mobiliario urbano. Dichos aficionados de Chile estaban de pasada por la ciudad santafesina, en viaje a Montevideo, para ver un partido de la primera fase de la Copa Libertadores.

Tras estos actos de vandalismo, el embajador José Antonio Viera-Gallo se reunió ayer en Buenos Aires con el director del Monumento a la Bandera, Hernán Colautti, y con ex combatientes, a quienes expresó su más enérgico repudio por los actos de vandalismo.

Por otro lado, el funcionario de Chile entregó una carta firmada por el secretario General de Gobierno, Marcelo Díaz, y el ministro del Interior y Seguridad Pública, Jorge Burgos, en donde se repudian los mencionados accionares.

"El Gobierno de Chile expresa al Gobierno y al pueblo argentino su aprecio y su respeto por el recuerdo de quienes entregaron su vida en defensa de los intereses de su patria", indica la nota, y además sostiene que "accionares de este tipo que causan dolor e indignación no vuelvan a repetirse".

Perfil

sábado, 17 de octubre de 2015

Los kelpers piden que vayan a buscar el buque kirchnerista

El gobierno de Malvinas invita a los dueños del velero que perdió La Cámpora a reclamar su devolución
Infobae


La nave apareció en las islas tras reportarse hundida



En el velero "La Sanmartiniana" viajaban militantes de agrupaciones kirchneristas
Crédito: Marcelo Dell'Isol


El último periplo de "La Sanmartiniana" parece un tanto inverosímil. Recorrió varios puertos con un puñado de militantes kirchneristas a bordo hasta llegar a Tierra del Fuego. De allí partió a un viaje inconcluso: a mediados de septiembre sufrió una falla, la tripulación fue rescatada pero el velero se extravió cuando era remolcado a Río Grande. Tres semanas más tarde apareció flotando a la deriva en aguas de las Malvinas.
El hallazgo de la nave por parte de un pesquero que patrullaba la zona fue objeto de ironías en las islas. ¿Por qué? Apenas se conoció el pedido de auxilio del capitán abundaron los rumores de que el objetivo era llegar a las Malvinas con bandera argentina sin autorización. De ser cierta la versión, haberlo concretado hubiera significado todo golpe de efecto dentro del relato K que pregonaban sus ocupantes. En cualquier caso, el naufragio dejó todo en terreno de especulaciones.
Lo cierto es que la embarcación fue llevada a puerto Stanley (Puerto Argentino) y allí se encuentra desde entonces. El gobierno kelper invitó ahora a sus dueños a reclamarla. En un comunicado oficial, notificó de la posesión de "La Sanmartiniana" y detalló el procedimiento para pedir su restitución.


El buque había sido adquirido por la Fundación Interactiva para promover la Cultura del Agua (FIPCA) a un costo de 90 mil dólares en 2013. El coordinador general de la travesía, Gerardo Salcedo, aclaró semanas atrás que la embarcación no pertenece a La Cámpora. Admitió, no obstante, que la agrupación que lidera el hijo de la Presidente, Máximo Kirchner, "sí coordina algunas de sus actividades".

jueves, 5 de febrero de 2015

El incidente del Shackleton

Grave incidente entre Argentina y Gran Bretaña
04-02-1976




El investigador británico Edward Shackleton comanda una expedición a bordo del buque que lleva el nombre de su padre, célebre explorador de los mares del sur. Los rumores sobre la presencia de petróleo en la región de Malvinas, ocupadas por el Reino Unido y reclamadas por la Argentina, llevan a Shackleton a internarse en mar territorial argentino para hacer prospecciones del subsuelo marino el 4 de febrero de 1976. El destructor argentino ARA Rosales dispara sus cañones para intentar detener al buque británico, que escapa con rumbo a las islas. La persecución lleva al Rosales frente a Puerto Stanley, capital de Malvinas, en donde se refugia el buque Shackleton. El incidente lleva al retiro de los embajadores de ambos países y presagia futuros enfrentamientos por la posesión de las islas.


RSS Shackleton

History Channel

miércoles, 19 de noviembre de 2014

La Cancillería protesta por el disparo de una fragata británica en San Carlos

El Gobierno denunció que una fragata inglesa disparó 136 proyectiles cerca de Malvinas
Según el comunicado de Cancillería, "en el ejercicio intervino además una compañía de infantería británica que forma parte del despliegue militar permanente de ocupación ilegal del Reino Unido en las islas"


La fragata HMS Duke Royal en plena acción de ejercicios militares. Foto: Archivo

El Gobierno denunció hoy, a través de Cancillería, que la fragata inglesa HMS Iron Duke participó de un ejercicio militar en la Bahía y el Brazo de San Carlos, Islas Malvinas , que incluyó el disparo de 136 proyectiles.

Según el Ministerio de Relaciones Exteriores esto "constituye una nueva provocación del gobierno del Reino Unido mediante una pretendida demostración del poder de fuego del buque británico".

Según el comunicado de Cancillería , "en el ejercicio intervino además una compañía de infantería británica que forma parte del despliegue militar permanente de ocupación ilegal del Reino Unido en las Islas Malvinas ".

"La República Argentina rechaza en los términos más contundentes la realización de estas maniobras navales y militares en territorio argentino ilegítimamente ocupado por el Reino Unido, que constituyen una injustificada demostración de fuerza y un deliberado apartamiento de los llamamientos de las numerosas resoluciones de las Naciones Unidas y de otros organismos internacionales, que instan tanto a la Argentina como al Reino Unido a reanudar las negociaciones, a fin de encontrar una solución pacífica y definitiva a la disputa de soberanía que involucra a ambos países en la Cuestión de las Islas Malvinas. En el día de la fecha, la Cancillería convocó al funcionario a cargo de la Embajada de Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y le hizo entrega de una nota de protesta por los referidos ejercicios militares", cierra el comunicado de Cancillería.

La Nación

domingo, 26 de octubre de 2014

El incidente de isla Deception previo a la guerra

Isla Decepción
Conflicto de Malvinas

Aca les dejo un poco de historia antes de la guerra de 1982, la isla Decepción fue durante la década del ´40 y ´50 un punto de fricción entre ambos países al punto de una intervención militar que pudo haber causado una guerra.
Como sucedería casi 30 años después en las Georgias, no era necesario un incidente en la propia Malvinas para encender el polvorín que se gestaba en aquella zona.


Un poco de infomación de la isla

La isla Decepción pertenece al archipiélago de las Shetland del Sur en la Antártida Se sitúa al noroeste de la península Antártica.
Sobre su nombre existe una leyenda: básicamente habla del sentimiento provocado en su momento por la creencia de que existían fabulosos tesoros de piratas y bucaneros que, una vez allí, no aparecieron nunca. Aunque, eso sí, el verdadero tesoro de la isla es el puerto natural protegido de los vientos y relativamente templado, que balleneros y cazadores de focas utilizaron por muchos años para desarrollar una muy lucrativa actividad comercial.


Tira y afloje entre Argentina y Gran Bretaña

En marzo de 1941 el barco británico HMS Queen of Bermuda fue enviado a destruir depósitos de carbón y tanques de petróleo de la antigua estación ballenera noruega de la Hektor Whaling Company, que operó entre 1912 y 1931, para prevenir su posible uso por alemanes durante la Segunda Guerra Mundial.

La Argentina realizó en la isla Decepción su toma de posesión formal del territorio continental antártico entre los 25° y 68° 34" oeste el 8 de febrero de 1942, mediante la colocación de un cilindro que contenía un acta y una bandera pintada sobre las paredes de la Hektor Whaling Company, dejados allí por una expedición al mando del capitán de fragata Alberto J. Oddera en el transporte ARA 1° de Mayo. El 8 de enero de 1943 personal del barco británico HMS Carnarvon Castle destruyó las evidencias de la toma de posesión argentina, borró la bandera pintada, dejó escrito que la construcción era de propiedad del Gobierno británico y envió a Buenos Aires el acta. El Ministro de Relaciones Exteriores argentino replicó que su país consideraba sus derechos antárticos como herencia de España. El 5 de marzo de ese año el ARA 1° de Mayo removió la bandera británica y repintó en las paredes los colores argentinos.


HMS Snipe

El Reino Unido envió en el marco de la Operación Tabarín los barcos HMS Williant Scoresby y SS Fitzroy, que el 3 de febrero de 1944 establecieron una base permanente en la isla, la Base B en la bahía Balleneros, removiendo nuevamente la bandera argentina.
El 19 de noviembre de 1947 la Armada Argentina inauguró el Refugio Caleta Péndulo en Puerto Foster. El 25 de enero de 1948  la Argentina instaló su Destacamento Naval Decepción.


La presencia argentina termina

El 3 de enero de 1953 Argentina inauguró el Refugio Naval Thorne en la bahía Telefón de Puerto Foster. El 17 de enero de 1953 fue inaugurado en la caleta Balleneros el Refugio Teniente Lasala(una cabaña y una tienda de campaña y una bandera) por personal del aviso argentino ARA Chiriguano, quedando en él un sargento y un cabo de la Armada Argentina.Estaban a sólo 400 yardas de la base británica.
Para Winston Churchill era una ruptura de la soberanía británica que valía una respuesta muscular -el envío de una Fuerza de Tareas para reclamar una pequeña isla rocosa en el Atlántico Sur invadida por una determinada fuerza argentina.El Foreign Office (Ministerio de Relaciones Exteriores Británico)ya había enviado un telegrama al gobierno de Buenos Aires quejándose de "una incursión armada en aguas y territorios británicos" e informando que la presencia de buques y tropas navales eran un acto de agresión indefendible.


aviso ARA Chiriguano

Al mediodía del 15 de febrero desembarcaron 32 Royals Marines de la fragata británica HMS Snipe armados con ametralladoras Sten, rifles y gas lacrimógeno apresando a los dos marinos argentinos que estaban contentos de ser enviados de vuelta a casa.El informe decía "sargento y cabo naval argentinos los únicos ocupantes de la cabaña,no ofrecieron resistencia,fueron revisados por armas".Añadía "los dos hombres detenidos están descriptos como resignados y posiblemente contentos de dejar la isla".Ansiosos por no poner su "contra-invasión"como un acto de guerra,los soldados británicos fueron acompañados por el Jefe de la Policía de las Islas Malvinas.
El refugio argentino y un cercano refugio chileno deshabitado fueron destruidos y los marinos argentinos fueron entregados a un barco de ese país el 18 de febrero en las islas Georgias del Sur. Un destacamento británico permaneció tres meses en la isla mientras la fragata patrulló sus aguas hasta abril.

Fuente:
www.wikipedia.org
www.histarmar.com.ar

sábado, 4 de octubre de 2014

Provocación en Tierra del Fuego: Ojalá los hubiesen lastimado peor



Miembros de Top Gear, de la BBC, fueron apedreados y expulsados de Tierra del Fuego
Visitaron la provincia en automóviles con patentes vistas como una provocación referida a Malvinas.

Perfil


El Porsche, el Lotus y el Ford Mustang, característicos del programa televisivo, fueron abandonados a la vera de la ruta nacional 3. | Foto: http://cronicasfueguinas.blogspot.com


Miembros del programa televisivo Top Gear, de la cadena británica BBC, fueron apedreados y tuvieron que abandonar Tierra del Fuego, luego de haber visitado la provincia en automóviles con patentes como la H982 FKL, vistas como una provocación referida a las Islas Malvinas. Las chapas fueron relacionadas con el nombre que los ingleses dan al archipiélago (Falklands) y al año de la guerra (1982).

El programa de TV británico se vio obligado a irse de madrugada por el el paso fronterizo alternativo Radman, rumbo a Chile, porque se les prohibió la entrada a la ciudad de Ushuaia luego de haber sido declarados "personas no gratas" por la Municipalidad de Río Grande. Asimismo, fueron apedreados en la ciudad de Tolhuin, donde uno de los integrantes de Top Gear fue herido levemente. Los automóviles fueron abandonados a un costado de la ruta 3, en una zona conocida como "Cabo San Pablo".



"Surgió el problema con la gente de Tolhuin que, con razón, estaba irritada, por lo tanto arrojó piedras contra los vehículos. Me hice presente, alcanzamos la caravana y los asistimos con una ambulancia ante un herido que era leve. Finalmente, les franqueamos la salida por el paso Radman, que es el lugar por el que entraron aproximadamente hace diez días", detalló el ministro Coordinador fueguino, Sergio Araque.

La patente que originó la polémica fue la del Porsche que manejaba el conductor y líder de Top Gear, Jeremy Clarkson, cuya inscripción “H982 FKL", fue interpretada como “Falklands”, como llaman los ingleses a las Malvinas, más el año de la guerra. Aunque las chapas de los otros dos automóviles, un Lotus y un Mustang, también fueron cuestionadas dado que tenían cifras similares a la cantidad de soldados que murieron, tanto argentinos como británicos, durante el conflicto bélico, lo que provocó que se prohibiera el rodaje del programa en espacios públicos de la ciudad de Ushuaia.



Osvaldo Hilliar, miembro de la asociación de veteranos de guerra, calificó la actitud del programa que emite la BBC de Londres como “una ofensa que no casualmente se hizo en la capital de las Malvinas, con toda una puesta en escena televisiva y sin considerar el sentimiento especial de los fueguinos por esta causa”, observó. Un gran número de manifestantes formado por integrantes del Centro de Veteranos de Guerra "Malvinas Argentinas", de gremios como la UOM el SATSAID y del partido Movimiento Solidario Popular, además de vecinos, cortó la ruta 3 en rechazo a la presencia de la delegación de Top Gear.



Asimismo, los Centros de Veteranos de Guerra de Tierra del Fuego pidieron que la delegación fuera expulsada de la provincia. Con la colaboración de autoridades provinciales y municipales, se decidió la salida hacia Chile por el paso fronterizo Radman, que no se utiliza habitualmente y al cual se llega por caminos alternativos.

martes, 15 de abril de 2014

Ingleses interceptan patrullera española en aguas españolas

Patrulleras de Gibraltar interceptan a la Guardia Civil en aguas españolas
La patrullera del instituto armado protegía a un buque del Instituto Oceanográfico Español
El Foreign Office llama a consultas al embajador de España en Londres
EL PAÍS / WALTER OPPENHEIMER Madrid / Londres



Un nuevo incidente en Gibraltar vuelve a poner de manifiesto las tensas relaciones entre España y Reino Unido en la zona. Una patrulla de la Guardia Civil, que acudió a una llamada de auxilio de un barco del Instituto Oceanográfico Español (IOE), fue interceptada con maniobras peligrosas por varias patrulleras gibraltareñas. A raíz de esto, el Foreign Office, el Ministerio de Asuntos Exteriores británico, ha llamado a consultas al embajador español en Londres, Federico Trillo. El Gobierno de Reino Unido ha calificado de "grave intrusión" el suceso, informa Walter Oppenheimer.

El buque había comenzado este martes a investigar la zona, haciendo sondeos, al límite de las aguas en litigio que reclama Gibraltar. Entonces, dos embarcaciones de la Royal Navy y otras dos de la Royal Police han intentado expulsarlos de la zona. Ante esto, los investigadores han llamado a la Guardia Civil para que les proteja. Un vídeo muestra las peligrosas maniobras de patrulleras gibraltareñas, que cortan reiteradamente el paso a la lancha del instituto armado español e impiden que se abarloe con el buque ecologista.

En Londres, el Gobierno británico convocó al embajador español, Federico Trillo, para expresarle la “extraordinaria preocupación” del Foreign Office por lo que el viceministro para Europa, David Lidington, calificó de “peligrosas maniobras”. Es la cuarta vez que Londres convoca al embajador español desde que Mariano Rajoy está al frente del ejecutivo.

“Estoy extraordinariamente preocupado por la incursión el 1 de abril en aguas territoriales británicas de Gibraltar de un barco estatal español de investigación que intentaba llevar a cabo labores de estudio”, declaró Lidington en una nota de prensa hecha pública a primera hora de la tarde por el Foreign Office. “Las acciones del barco de investigación no solo eran ilegales sino que estaba acompañado por un barco de la Guardia Civil española cuyas peligrosas maniobras supusieron un significativo motivo de preocupación por la seguridad en esas aguas”, añade.

Como es habitual en estos casos, habituales ya desde que estalló el actual conflicto con Reino Unido a propósito de Gibraltar, el Gobienro británico hace hincapié en que las aguas en las que se produjo el incidente están bajo soberanía británica y el viceministro subraya: “Condeno enérgicamente esta provocadora incursión y urjo al Gobierno español a que asegure que no se repetirá. El Gobierno de Su Majestad seguirá haciendo lo que considere necesario para defender la soberanía británica y los intereses de Gibraltar, su gente, su seguridad y su economía”

El buque oceanográfico recoge muestras de agua desde hace más de un lustro, unas tres veces al año y en los mismos puntos. Por megafonía, los gibraltareños les han pedido que salgan de lo que consideran sus aguas. Y los agentes españoles les han advertido de que ellos se quedan ahí porque el barco es español. Entonces se ha entablado una fuerte discusión, en la que los españoles han recriminado a los agentes gibraltareños el peligro de sus maniobras.

La organización Verdermar Ecologistas en Acción ha informado de que este martes las patrulleras del Gobierno de Gibraltar "impiden" desde esta tarde la labor de investigación de un barco del Instituto Oceanográfico Español (IOE) en "aguas jurisdiccionales españolas", "fuera de las aguas en litigio" que la colonia dice que son suyas.

El portavoz de Verdemar Ecologistas en Acción, Antonio Muñoz, ha explicado que el buque oceanográfico Ángeles Alvariño se encuentra a más de tres millas y media del sur de Punta Europa, en Gibraltar, lo que supone que está "fuera de las aguas en litigio" que el Gobierno de la colonia dice que son suyas. "Está en aguas jurisdiccionales españolas", ha asegurado.