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domingo, 17 de diciembre de 2017

Avión de transporte: Short SC.7 Skyvan


Short SC.7 Skyvan



Tipo Transporte STOL
Fabricante Short Brothers
Primer vuelo 17 de enero de 1963
Introducido 1963
Usuario  Prefectura Naval Argentina
Producción 1963-1986
N.º construidos 153


El Short SC.7 Skyvan (apodado "Caja de zapatos voladora") [1] es un avión británico turbohélice de 19 plazas fabricado por Short Brothers of Belfast, Irlanda del Norte. Se utiliza principalmente para carga de corto recorrido y paracaidismo.

El Skyvan es un ala alta, monoplano bimotor completamente metálico con un plano de cola montado en la mitad y timones gemelos. El primer vuelo del Skyvan, el Skyvan 1, fue el 17 de enero de 1963. Se lo llama "el cobertizo" por los pilotos y la tripulación. [Citación necesitada]

El Short 330 y el Short 360 son modelos estirados del SC.7 original, diseñados como aviones regionales.

El Short SC.7 Skyvan, es un avión utilitario con características STOL, de fabricación inglesa. Fue utilizado por la Prefectura Naval Argentina en la Guerra de las Malvinas.1​

Diseño y desarrollo

En 1958, F.G. se acercó a Shorts. Miles Ltd (compañía sucesora de Miles Aircraft) que buscaba un desarrollo para el diseño de la caravana H.D.M.106 con un ala de alta relación de aspecto similar a la del Hurel-Dubois HD.31. Los pantalones cortos adquirieron el diseño y los datos recopilados de las pruebas del prototipo H.D.M.105 basado en Miles Aerovan. Después de evaluar la propuesta de Miles, Shorts rechazó la Caravana. Desarrollaron su propio diseño para un avión utilitario de metal que se llamó Short SC.7 Skyvan. Era popular entre los operadores de carga en comparación con otras aeronaves pequeñas debido a su gran puerta trasera para carga y descarga de mercancías. Su fuselaje se asemeja a la forma de un vagón de ferrocarril para mayor simplicidad y eficiencia.




La construcción comenzó en el Aeropuerto Sydenham en 1960, y el primer prototipo voló el 17 de enero de 1963, propulsado por dos motores de pistón Continental. Más tarde, en 1963, el prototipo se reinventó con los motores turbohélice Turbomeca Astazou previstos. El Skyvan es un monoplano totalmente metálico de ala alta, con alas de alta relación de aspecto, y un fuselaje de sección cuadrada sin presión. En 1968, la producción cambió a la aeronave Skyvan Serie 3, que reemplazó los motores Astazou con turbopropulsores Garrett AiResearch TPE331. Se produjo un total de 153 Skyvans (más el prototipo) antes de que terminara la producción en 1986.

Historia operativa

Skyvans sirvió ampliamente en operaciones militares y civiles, y el tipo permaneció en servicio en 2009 con una serie de operadores civiles, y en el servicio militar en Guyana y Omán.

En 1982, dos Skyvans de la Prefectura Naval Argentina participaron en la Guerra de las Malvinas. Ambas aeronaves fueron trasladadas a Puerto Argentino en abril de 1982. Una aeronave fue dañada por disparos navales británicos en el hipódromo de Puerto Argentino, y no volvió a volar; finalmente fue destruido por fuego de artillería durante los bombardeos británicos el 12/13 de junio de 1982. El segundo avión fue utilizado en Pebble Island, donde se empantanó en el suelo blando, y el 15 de mayo de 1982 fue destruido en un asalto británico del SAS.



Los Skyvans continúan siendo utilizados para fotografía aire-aire y para operaciones de paracaidismo. En 1970, Questor Surveys de Toronto Canadá convirtió el primero de dos Skyvan 3 para el trabajo de levantamiento geológico aéreo.




Especificaciones Técnicas (Skyvan 3)

Referencia datos: Jane's Civil and Military Upgrades 1994-952​

Características generales

Tripulación: 2
Capacidad: 19 pasajeros
Longitud: 12,2 m (40,1 ft)
Envergadura: 19,8 m (64,9 ft)
Altura: 4,6 m (15,1 ft)
Superficie alar: 35,1 m² (378 ft²)
Peso vacío: 3 331 kg (7 341,5 lb)
Peso máximo al despegue: 5 670 kg (12 496,7 lb)
Planta motriz: 2× Turbohélice Garrett AiResearch TPE-331-201.
Potencia: 533 kW (735 HP; 725 CV) cada uno.


Rendimiento

Velocidad nunca excedida (Vne): 402 km/h (250 MPH; 217 kt)
Velocidad máxima operativa (Vno): 324 km/h (201 MPH; 175 kt)
Velocidad crucero (Vc): 315 km/h (196 MPH; 170 kt)
Velocidad de entrada en pérdida (Vs): 111 km/h (69 MPH; 60 kt)
Alcance: 1 200 km (648 nmi; 746 mi)
Techo de vuelo: 6 858 m (22 500 ft)
Régimen de ascenso: 8,3 m/s (1 634 ft/min)
Carga alar: 136,6 kg/m² (28 lb/ft²)




jueves, 13 de abril de 2017

Ibañez derriba un Sea Harrier de la Río Iguazú



La misión imposible del guardacostas argentino que enfrentó olas de nueve metros y derribó un avión enemigo
Eran naves de río pero tenían que llegar a Malvinas con soldados y armas. Se lanzaron al océano, enfrentaron olas monstruosas y soportaron el ataque de los Sea Harrier. Se hundieron con honor. Fue la primera batalla aeronaval de la historia patria. Y el cabo Ibáñez, su gran héroe 
Por Alfredo Serra | Especial para Infobae
Producción y entrevistas: Fernando Morales

Abril 2, año 1982: Guerra.

La Prefectura Naval Argentina recibe una orden: "Poner en marcha la Operación Cormorán". Parten hacia las lejanas hermanas los guardacostas Islas Malvinas y Río Iguazú, dos aviones Short Skyvan PA 50 y el helicóptero Puma PA 12.


Esa partida ya es una hazaña. Porque los guardacostas sólo son aptos para funciones de policía en las costas de los ríos.

Su tamaño es cinco o más veces menor que los guerreros del mar: acorazados, fragatas, cruceros…

Largo (eslora): 27 metros. Ancho (manga): un poco menos de 6 metros. Peso: 79 toneladas. Dos motores. Combustible a full: 11 mil litros (diesel). Arma: una ametralladora Browning calibre 12.7… de la Segunda Guerra Mundial. Tripulantes: 15.

Pero el 13 de abril, cinco minutos antes de las dos de la madrugada, azotados por olas de hasta nueve metros, y evadiendo el bloqueo británico… ¡entran en aguas de Malvinas!

Como dos pequeños peces entre ballenas y tiburones…

¿La misión? Llevar a tierra dos cañones de 105 milímetros.
Peso: entre 1.500 y 1.700 kilos cada uno. Sólo era posible llevarlos en partes, porque enteros hubieran hundido a los guardacostas.

Además del enemigo, las olas los amenazan con dos formas de naufragio: vuelta de campana o hundimiento de proa.


El cabo José Raúl Ibáñez, a cargo de la sala de máquinas –ya averiada e inundada– empuña la ametralladora y derriba a uno de los Sea Harrier

Muchos días después, ya caído Puerto Argentino y prisioneros algunos tripulantes, los ingleses –históricamente, reyes de los mares– se resisten. No creen. No comprenden que esas "cáscaras de nuez" –definición de un oficial inglés– hayan roto la barrera río–mar, y sin ningún apoyo, llegaran a esas islas golpeadas eternamente por el salvaje Atlántico Sur…

Interrogando a los prisioneros, desconfían.
"¿No tuvieron protección aérea?"
"¿No tuvieron una nave–madre que los guiara?".
Y la respuesta siempre es "¡no!"

Con un hito grabado en el bronce. Porque el 22 de mayo, mientras el Río Iguazú navega por la bahía Button llevando tropas y material bélico, además de partes de los cañones, lo atacan tres Sea Harriers.

¡Primer combate aeronaval de la historia patria!


“Después, nuestro guardacostas encalló. Caminamos más de mil metros con los heridos y el finado envuelto en una frazada, hasta que un avión argentino nos rescató”, cuenta Ibáñez

El único artillero, cabo Julio Omar Benítez, cae muerto bajo la metralla enemiga. El guardacostas queda inerme.

Entonces es la hora de la desesperación, o del heroísmo.

El cabo José Raúl Ibáñez, a cargo de la sala de máquinas –ya averiada e inundada– empuña la ametralladora, derriba a uno de los Sea Harrier, y los otros dos se baten en retirada.

Hasta ese instante, el maquinista Ibáñez jamás había disparado una ametralladora. Correntino, de 24 años ese día, soltero, cuenta hoy…

"Es cierto, nunca disparé. Sólo la conocía de mirar a Benítez y a otros artilleros en distintos viajes, de puro curioso, mientras tomábamos mate… Pero después del primer ataque, que averió e inundó mi sala de máquinas, subí a la cubierta, vi a Baccaro herido y arrastrándose, y a Benítez moribundo, y ni siquiera lo pensé. Abrí fuego contra el avión inglés, que largó una columna de humo, perdió altura, y cayó al mar".

"Después, nuestro guardacostas encalló. Caminamos más de mil metros con los heridos y el finado envuelto en una frazada, hasta que un avión argentino nos rescató".

"Hoy tengo mujer, dos hijos, y además de recibir algunas medallas de la Prefectura, me han nombrado Hijo Dilecto de Corrientes".


“Después del primer ataque, que averió e inundó mi sala de máquinas, subí a la cubierta, vi a Baccaro herido y arrastrándose, y a Benítez moribundo, y ni siquiera lo pensé. Abrí fuego contra el avión inglés”, recuerda hoy Ibáñez

Pero más allá de la hazaña de Ibáñez, la expedición de los guardacostas pagó otros diezmos…

Juan Baccaro, ayudante mayor, apenas pasadas las ocho de la mañana y alcanzado por la metralla, se desangraba. Su cuerpo estaba lacerado por 72 esquirlas, de las que le quedarían 61 para siempre…

Pedro Mele, que también llegó a prefecto, ese 22 de mayo tenía esposa, dos hijos, y apenas 22 años. Era copiloto de un helicóptero Puma.

En una entrevista recordó que "teníamos miedo, pero ese miedo sano que nos mantiene alerta. Después de cumplir varias misiones –unas 25 salidas y 60 horas de vuelo–, un bombardeo naval enemigo dañó nuestros sistemas de transmisión e hidráulico, y allí terminó todo. Doble dolor, porque muy poco antes, el 15 de marzo, había muerto mi primer hijo, y mi esposa, Elisa, y mi madre, sufrieron mucho cuando partí" .

Osvaldo Aguirre, que alcanzó el grado de prefecto mayor, tenía entonces 26 años y era primer oficial del guardacostas Islas Malvinas. Averiada su nave y a punto de hundirse luego de ese primer ataque, cayó prisionero. Durante 30 días fue el preso número 607. Volvió al continente el 14 de julio

Este es su testimonio: "El rol de la Prefectura Naval Argentina en las islas Malvinas fue cumplir con las funciones como autoridad marítima de policía sobre navegación y seguridad de los puertos. Estuve a cargo del guardacostas 82 Islas Malvinas. En la primera etapa conocí, patrullé, ¡y nos encontramos con la guerra! Mi guardacostas entró en combate el 1° de mayo de 1982 con un helicóptero de exploración inglés Sea King, a las tres de la tarde. En la contienda cayó herido el cabo segundo Grigolatto, maquinista, con una herida en el abdomen, pero acertando seis impactos contra el helicóptero Sea King inglés. Terminada la guerra estuve prisionero de los ingleses durante treinta días. ¿Mi reflexión? El rol que cumplió la Prefectura logró que los ingleses nos respetaran. Eso me reconforta".

Aguirre contó, además, que los ingleses le pagaron las 8 libras de sueldo que en ese momento exigía la Convención de Ginebra. Que no sufrió violencia, pero sí vejación moral: sacarse la ropa, y después ser interrogado en medio de un campo, mientras un soldado lo apuntaba con su fusil.

Y en ese interrogatorio, otra vez el asombro. Porque lo que realmente querían saber… "era cómo habíamos podido cruzar el Atlántico… ¡con esos barquitos que sólo sirven para navegar por el río!".

El secreto: un combustible esencial, y por lo tanto, "invisible a los ojos" según el escritor y aviador Antoine de Saint Éxupery (1900-1944) en su libro "Le Petit Prince".

Sí. "El Principito". Un best seller eterno y para la eternidad.

¿El combustible?
El alma.

domingo, 29 de mayo de 2016

La actuación de la Prefectura Naval Argentina

Guerra de Malvinas: Prefectura naval, los patrulleros de la batalla
Jorge Palacios para Plaihue Digital (palacios@delabu.com.ar)
Palihue Digital


Pasaron treinta y cuatro años del conflicto y la Argentina sigue sin tener una mirada profunda sobre aquel acontecimiento y sus consecuencias.

La sociedad hoy mira de otra manera el tema, porque las explicaciones institucionales que habían prevalecido, solo parecían querer olvidarse de la cuestión.

El heroísmo, la voluntad y la abnegación para realizar actos extraordinarios se iban a poner de manifiesto. La Guerra de Malvinas duró setenta y cuatro días; treinta y tres fueron de combate. Para nosotros se denominó Operación Rosario y para ellos Operation Corporate.

El cincuenta por ciento de nuestras bajas pertenecían al crucero “General Belgrano”. Argentina hundió cinco barcos británicos e impactó en otros veinte. Los combates de Monte Longdon, Monte Tumbledown y Pradera del Ganso, terminaron en lucha cuerpo a cuerpo y con bayoneta calada.

La Prefectura Naval destacó personal y elementos para poner en marcha a la Policía Marítima. Hicieron tareas de practicaje, transporte, reconocimientos, cercos radioeléctricos, inteligencia y misiones de “piquete radar” que consistían en la vigilancia del espacio aéreo alrededor de un punto determinado. Efectuaron patrullajes, vuelos de exploración y operaciones de búsqueda y rescate en el mar.

Unidades que participaron: guardacostas GC-82 “Islas Malvinas” y GC-83 “Río Iguazú”. Aviones Short Skyvan “PA-50″ y “PA-54″. Helicóptero Puma “PA-12″ y un vehículo Mercedes Benz 240.



Personal destacado al Teatro de Operaciones: suboficiales Omar E. Juanola; cabos, Carlos R. Vallejos, Jorge O. Cárdenas, Miguel A. Taborda, Julio A. Vargas y Sergio O. Matassa; marinero, Eduardo López (muerto en combate).

Oficiales: prefecto Francisco M. Martínez Loydi, Jefe de la Prefectura Islas Malvinas; subprefectos Enrique J. Cingolani, Florentino D. Lescano y oficial auxiliar (cuerpo técnico) Gustavo F. Santos.

Dotaciones de los Guardacostas: GC-82 “Islas Malvinas”: suboficiales Roberto S. Moiana y Marcelino Blatter; cabos primeros Antonio Aguilera, Juan M. Teixeira, Luis P. Ballejos Kachuk y Jorge A. San José; cabos, Salvador A. Brito, Marcirio O. de los Santos, Carlos A. Córdoba, José M. Rivadeneira, Antonio R. Grigolatto, Adrián G. Fernández y Raúl A. Hormazábal. Marineros, Pedro H. Cruseño y Ángel A. Domínguez.

Oficiales: Capitán, subprefecto Jorge C. Cárrega y oficiales principales Osvaldo Aguirre y Rubén E. Martín.

Guardacostas GC-83 “Río Iguazú”: suboficiales Juan J. Baccaro y Jorge A. Gruber; cabos Cristian A. Flores, Carlos A. Bengoechea, Julio O. Benítez (muerto en combate), José A. Niveyro, José R. Ibáñez, Domingo Vega, Raúl E. Kunc y marineros Horacio N. Acuña, Alberto Ramírez y Julián W. Ledesma.



Oficiales: Capitán, subprefecto Eduardo A. Olmedo y oficiales principales Gabino O. González y Juan R. Villar

Grupo Aéreo: suboficiales David E. Toledo, Ramón E. Ríos Pesoa, Ricardo R. Velázquez, Jorge A. Carlotto, Sergio R. Villalba, José M. Zapata, Alberto Raimon y cabo Orestes Megaro.

Pilotos, prefectos Ernesto Gómez y Ernesto A. Vittorello; subprefectos Alberto A. Maratea, Raúl Novo y Jorge O. Etchetto. Oficial principal Eduardo Blanch Flower y oficiales auxiliares, Pedro Mele, Luis H. Berta, Ricardo A. Blanco y oficial de cuerpo técnico, Gisberto Cupo.

Personal civil: técnicos, Pablo A. Procopio y Rubén S. Meregone.

Los buques de la PNA cruzaron al archipiélago cuando ya había comenzado el bloqueo británico. Navegaron de noche, sin visibilidad, con silencio radial y una tempestad que levantaba olas de hasta siete metros. Con limitada autonomía llegaron a Puerto Argentino.



El “Islas Malvinas” fue el primero en entrar en combate en la Bahía de la Anunciación. Un Sea King lo ametralló. La nave recibió impactos en la superestructura. A pesar de una avería en una hélice y en la línea de eje que limitaba su capacidad propulsora al 50% -lo que no pudo subsanarse-, cumplió igualmente con el 100% de las misiones encomendadas. Finalizadas las operaciones, fue apresado por el enemigo.

Un día después del desembarco británico, el “Río Iguazú” trasladó dos cañones y dieciséis soldados del Ejército, desde Puerto Argentino a Puerto Darwin. Fue atacado por aviones Sea Harrier que destruyeron su timón, provocando vías de agua que inundaron su sala de máquinas.

El profesionalismo y el coraje quedaron evidenciados cuando uno de los aviones fue derribado y el guardacostas, pese a sus averías fue encallado en la costa, quedando a salvo carga y ocupantes. En el combate, perdieron la vida el artillero Julio Benítez y el teniente aviador inglés, Robert Batt.

El cabo post Morten Jorge E. López fue un voluntario asignado a la Prefectura de Puerto Argentino. Encontró la muerte embarcado en el buque “Isla de los Estados” hundido en Puerto Howard. De toda la tripulación, sólo dos hombres sobrevivieron.

Los ingleses reconocieron a la Prefectura como una fuerza independiente que intervino con personal y medios propios. En el libro Battles of the Falklands War el escritor británico Gordon Smith, destacó: “Argentine Coastguard or Prefectura Naval Argentina (PNA) – Separate from the Navy, the PNA operates its own aircraft and patrol vessels”….(El Servicio de Guardacostas argentino o Prefectura Naval Argentina, separado de la Armada operó sus propias aeronaves y barcos patrulleros).

Distinción “Operaciones en Malvinas”. A todo el personal que participó en acciones de contacto con el enemigo.



Condecoración “Campaña de Malvinas”, Del Congreso de la Nación. “Medalla al Esfuerzo y Abnegación” al Prefecto Aviador, Pedro Ernesto Gómez. “Medalla al Herido en Combate” al Oficial Principal Gabino O. González.

Cruz “La Nación Argentina al Heroico Valor en Combate”. Cabo, J. Ibáñez (muerto en combate). “La Nación Argentina al Herido en Combate”, suboficial Juan J. Baccaro y cabos Antonio R. Grigolatto y Carlos A. Bengoechea. “La Nación Argentina al Muerto en Combate”, Cabo primero – Post Mortem- Julio O. Benítez y al cabo – Post Mortem- Jorge E. López.

“Operaciones en Combate”, guardacostas “Islas Malvinas”. “Honor al Valor en Combate”. Guardacostas “Río Iguazú”. “Operaciones en Combate”, aviones Short Skyvan SH7 PNA PA-50, SH7 PNA PA-54 y helicóptero Puma PNA PA-12.

La aviación de la Prefectura


Los pilotos tuvieron coraje, inteligencia y tenacidad para hacer frente a la abrumadora superioridad del enemigo.

En el conflicto del Atlántico Sur, el Departamento de Aviación de la PNA tomó parte en distintas misiones. El Skyvan es una aeronave del tipo stol, capacitada para operar en pistas poco preparadas y posee una rampa trasera que permite un mejor manejo de la carga.

Los Skyvan y el helicóptero Puma, jamás retornarían al Continente. Fueron noventa y cinco misiones de combate y sin bajas.

El “Informe Rattenbach” fue quizá el más severo análisis realizado sobre el accionar de cada una de las fuerzas argentinas intervinientes en la guerra, para la institución tuvo meritorios conceptos expresados en su informe final que en parte dice:

“Prefectura Naval Argentina”


701. Dada la situación imperante y tal como se fueron desarrollando los distintos acontecimientos, las unidades destacadas, cumplieron un sinnúmero de actividades, en las cuales quedó de manifiesto la acabada eficiencia y valor demostrado por sus dotaciones.

702. Las actividades más destacadas fueron:

  1. Burlar el bloqueo impuesto por los británicos, efectuados por los dos guardacostas en su travesía desde el continente hacia el archipiélago, el día 12 de abril.
  2. Rechazar ataque de dos aviones enemigos Sea Harrier por medio del GC-83 “RIO IGUAZU” el día 22 de mayo..
  3. Soportar, pese a la desproporción de armamento, otros ataques en los que sufrieron bajas de personal por acción del fuego enemigo.

Como se sabe, la Prefectura es una Fuerza de Seguridad y consecuentemente la formación y preparación de su personal así como el equipamiento de sus guardacostas y aviones está estructurado para actividades en tiempo de paz, por ejemplo, las aeronaves, tanto helicópteros como aviones carecían de armamento y tampoco contaban con sistemas de detección de aeronaves o misiles enemigos por lo que en todas sus operaciones se hallaban indefensos y a merced del más modesto armamento antiaéreo que pudiera emplear el enemigo en su contra. Los guardacostas por su parte solamente contaban con armamento de uso policial siendo su poder de fuego más significativo, el que le brindaba una ametralladora de escaso calibre.

Lo destacable y meritorio entonces es que esta Fuerza de Seguridad, tuvo que desempeñarse en un teatro de guerra y en operaciones de combate utilizando el escaso o nulo equipamiento defensivo y ofensivo con el que contaban, cumpliendo con las misiones asignadas con alta exposición de medios y personal en condiciones de casi total indefensión ante el ataque enemigo.

Tuvo, sin embargo, su honorable bautismo de fuego y tiene sus héroes que murieron defendiendo la patria.

Fuentes:


  • Revista “Guardacostas” (PNA). Libro, “Prefectura en Malvinas”, Buenos Aires 1997, Círculo de Suboficiales de la PNA.
  • Los Tigres del Mar – Jorge Muñoz, Editorial Cruz del Sur.
  • La actuación de la Prefectura Naval Argentina a la luz del Informe Rattenbach – Marcos Pablo Moloeznik, Escuela de Defensa Nacional.
  • Archivos y recortes periodísticos.

miércoles, 13 de abril de 2016

Las fuerzas navales argentinas en el conflicto

La Armada, la Prefectura y la Marina Mercante, con roles clave en las operaciones en la Guerra de Malvinas

Por: Fernando Morales - Infobae
Dos hombres que vivieron situaciones extremas en las aguas del Atlántico Sur contaron sus experiencias en diálogo con Infobae




Dentro de la serie de notas publicadas por Infobae, en coincidencia con el 34° aniversario de la guerra de Malvinas, brindan su testimonio dos hombres de mar que siendo jóvenes oficiales de sus respectivas fuerzas, vivieron situaciones extremas en las aguas de nuestro Atlántico Sur
El hoy Contraalmirante VGM Eduardo Fondevila Sancet es Jefe de Logística del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas. Por su parte, el Prefecto Mayor VGM Osvaldo Aguirre ocupa en la actualidad el cargo de Jefe del Departamento Veteranos de Guerra de la Prefectura Naval Argentina. Pero no siempre fueron acabados profesionales con aquilatada experiencia y mucha "sal marina" en su sangre. Allá por abril de 1982 Fondevila Sanset era un joven oficial de la Armada Argentina en su primera jerarquía (Guardiamarina) embarcado en buque ARA "Alférez Sobral" tenía a su cargo el Detall General y los pañoles de la nave, un cargo típico de un marino que comienza a transitar la cubierta de un buque, y Aguirre se desempeñaba con la jerarquía de Oficial Principal de la Prefectura Naval Argentina, como Primer oficial del buque Guardacostas "Islas Malvinas". En la práctica este cargo implicaba ser la segunda autoridad del buque luego de su Capitán.
Dos hombres, dos Instituciones, dos buques; el mismo destino
El "Alférez Sobral" es una nave de 43 metros. de eslora ( largo), se encuentra en servicio desde 1944, habiendo revistado en la Armada de los Estados Unidos antes de ser incorporado a la Armada en 1972. Su misión fundamental es la realización de tareas auxiliares para la flota de mar y en zonas costeras.
El 17 de marzo de 1982 su comandante, el Capitán de Corbeta Sergio Gómez Roca, recibió la orden de alistar la nave para zarpar cuanto antes; ninguno de los 60 tripulantes conocía el destino de la travesía. Una vez en mar abierto, la tripulación fue notificada de los planes de recuperación del archipiélago malvinense.
Entre el 1° y el 30 de abril el buque realizó diversas tareas de apoyo logístico a las fuerzas desplegadas en el archipiélago; concretamente el 17, la nave se posicionó estratégicamente al oeste de las islas para servir de buque de rescate ante eventuales derribos o ataques a naves argentinas.
El 1° de mayo, el "Sobral" acude al rescate de la tripulación de un avión Camberra de la FAA que había sido derribado por el enemigo. Pero en plena travesía hacia esa misión en la mañana del 2 se recibe la noticia del hundimiento del Crucero "ARA Gral Belgrano". En forma inmediata, la atención se centró en la búsqueda y rescate de las decenas de náufragos que se hallaban en las heladas aguas.
El Guardacostas "Islas Malvinas," una de las embarcaciones patrulleras más modernas de la Prefectura Naval por aquellos días, fue parte del componente que la fuerza policial desplegó en la zona del conflicto. Su tarea básica era el patrullaje, transporte de personal, tareas de reconocimiento; practicaje en zonas minadas y muchas otras que excedieron el rol policial de la institución.
El 1 de mayo a las 15:20, la nave se encontraba fondeada en "Bahía de la Anunciación" en momentos en que es atacado por un helicóptero de exploración inglés. La aeronave era parte de la dotación de la fragata HMS Alacrity; el guardacostas repele la agresión mediante el fuego de armas de uso policial, fusiles y ametralladoras diseñados para otro tipo de tareas. En la emergencia se usa también armamento de mano de la dotación. En la acción es herido un tripulante y el fuego procedente del guardacostas causa averías que hacen que la nave inglesa se aleje de la acción.
La transición del 2 al 3 de mayo sería tremenda para la dotación del Sobral. Sobrevolados también por un helicóptero, la tripulación se alista en los puestos de combate; solo un sobrevuelo primero, pero que crea el clima previo a lo inevitable. Minutos después, una segunda aeronave se aproxima y se entabla el combate. Metralla de 20mm y cañón de 40mm en medio de un mar embravecido resultan suficientes para que el helicóptero abandone la posición. Ciertamente este no sería el final de su trágica historia.
A los pocos minutos, lejanos destellos anunciaban lo que se avecinaba: misiles de la clase "Sea Skua" lanzados desde helicópteros Sea Lynx harían del "Sobral" su blanco. Un primer impacto destruye la embarcación menor que se encontraba a bordo del buque. Otro misil pasa de largo sin impactar. El "Sobral" abre fuego en medio de la oscuridad. Sobreviene la calma y se evalúan daños pero a la 1:20 del mismo 3 de mayo un ataque devastador arrasa con el puente de mando llevándose la vida del Comandante de la nave Capitán Sergio Gómez Roca y otros siete tripulantes.
Así como la crónica entrecruza las historias, una y otra nave parecen hermanadas en un destino común, buques pequeños en lucha desigual, entrega y templanza de tripulaciones dispuestas a dar todo en el cumplimiento del deber. Este es solo un pequeño prólogo de dos de las tantas acciones heroicas que la gesta de Malvinas encierra, más allá del resultado final de la batalla.
Lo que sigue son las vivencias de dos hombres que honraron que cumplieron su deber en 1982 y que hasta el día de hoy siguen sirviendo con voluntad, con orgullo y por sobre todo con honor a su bandera y a su patria.
El Guardacostas "Islas Malvinas" cumplió con la totalidad de las misiones que se le asignaran. Lo hizo a pesar de tener limitada su potencia de máquinas a la mitad por averías sufridas en una de sus hélices. Posteriormente al producirse la rendición de las fuerzas argentinas, sobrevino el indescriptible dolor que para todo marino implica el hecho de entregar su buque y ser tomado prisionero.
El "Sobral", herido de gravedad pero no muerto, con improvisados elementos de navegación pudo emprender el regreso al continente, arribando a Puerto Deseado en la noche del 5 de mayo.

Aguirre y Fondevila Sancet aquilatan recuerdos e historias. Las instituciones que representan junto a un importante número de buques mercantes y pesqueros constituyeron el componente naval en la guerra. Los buques de unos y otros se diferenciaban por su tamaño, por su armamento y por su misión. Eran iguales tal vez solo en una cosa: el valor puesto de manifiesto por todos y cada uno de los tripulantes, el que está más allá de cualquier análisis político sobre las situación institucional del país al iniciarse el conflicto. Ellos lo saben, lo importante es que el resto de la sociedad lo comprenda.



jueves, 17 de julio de 2014

Albatros en Malvinas

Nido de “Albatros” en Puerto Argentino
Por Mariano Agostini - Conflicto de Malvinas



El título y foto de encabezado de esta nota parece aludir a las grandes aves marinas de la familia "Diomedeidae" que pueden encontrarse en el Atlántico Sur y más precisamente en las Islas Malvinas, pero es sólo en apariencia, refiere en realidad a los cuadros de la “Agrupación Albatros” (AGAL) de la Prefectura Naval Argentina (PNA) que fueron desplegados al Teatro de Operaciones insular participando directamente en el conflicto bélico que tuvo lugar entre abril y junio de 1982.

Tras el desembarco y recuperación de las Islas Malvinas del 2 de abril de 1982, el Prefecto Burlando, a cargo de la Jefatura de la AGAL, convocó a cinco (5) de sus subordinados a fin de darles las instrucciones correspondientes para una nueva misión: la instalación de una Dependencia de Prefectura en las islas recientemente reincorporadas al territorio nacional. Una rápida división de tareas para atender las necesidades básicas de una delegación de este tipo, obligó a los efectivos a realizar un repaso acelerado de las normas, reglamentaciones y procedimientos vigentes.
El pequeño grupo AGAL abordó el 13 de abril un avión de transporte Short Skyvan, del Departamento de Aviación de la Institución, en el Aeroparque Jorge Newbery que, escalas mediante, los depositó en Comodoro Rivadavia dos días después. Al día siguiente, 16 de abril, un avión Fokker de la Fuerza Aérea Argentina (FAA) fue el encargado de trasladarlos a las islas realizando un vuelo directo entre Comodoro Rivadavia y Puerto Argentino. En el mismo vuelo viajó el Prefecto Martínez Loydi quien fuera designado por la superioridad como Jefe de la flamante Prefectura Islas Malvinas (En rigor de verdad era una avanzada de la Institución ya que la dependencia no había sido aún formalmente instituida)

Los “Albatros” se trasladaron con su equipo y armamento hacia la zona del Muelle de la Gobernación, lugar de atraque elegido para los guardacostas GC-82 “Islas Malvinas” y GC-83 “Río Iguazú” que habían llegado apenas tres días antes. Luego de una calurosa recepción y bienvenida de parte de los tripulantes de los guardacostas, muchos de ellos compañeros de promoción, los "Albatros" pusieron manos a la obra, mostrando su espíritu inquieto. En un espacio ubicado entre la bajada al muelle y la vía costera Ross Road armaron sus carpas “canadienses” y comenzaron a cavar pozos de zorro con el fin de darse protección, asegurar la zona y brindarle seguridad a los dos guardacostas (GC) apostados en el muelle. Este accionar, que parecía algo desmesurado para esos días, motivó que el Prefecto Martinez Loydi expresara espontáneamente "¡Estos infantes! Siempre haciendo pozos...", lo que fue retrucado por los Albatros que, rápidos de reflejos, le contestaron "No se preocupe Jefe, ya va a ver loss útiles que nos van a ser..."



Los muelles de Puerto Argentino (Fuente: aposmalvinas.com.ar)

Cuadros de la Agrupación Albatros (AGAL) desplegados en Malvinas:
Cabo Primero de Seguridad Carlos Raúl Vallejos
Cabo Segundo de Seguridad Jorge Omar Cárdenas
Cabo Segundo de Seguridad Miguel Angel Taborda
Cabo Segundo de Seguridad Julio Argentino Vargas
Cabo Segundo de Seguridad Sergio Omar Matassa



Histórica foto del pequeño grupo de "Albatros" en Malvinas

Los “Albatros” eran los encargados de las tareas de amarre y desamarre de los GC en el Muelle de la Gobernación de Puerto Argentino, y colaboraban permanentemente con sus tripulaciones, que sabían reconocerles su tarea gratificándolos con las apreciadas duchas y comidas de abordo.

Pero no sólo sus tareas se limitaron a la "seguridad en el terreno" sino que fueron incorporándose, a medida la situación bélica se agravaba, a las navegaciones realizadas por los GC, sobre todo las realizadas en horario nocturno. Esta presencia de los “Albatros” a bordo de los guardacostas era muy apreciada por los “navales” que se sentían más protegidos al contar con “potencia de fuego” extra. Valoraban además el profesionalismo y el excelente adiestramiento de sus camaradas.

 
Albatros y Comandos navegan en un bote de goma frente al GC-82 "Islas Malvinas"

Los “Albatros” contaban con fusiles FAL y allí en las islas consiguieron hacerse de los dispositivos lanzagranadas (y sus correspondientes proyectiles) para adosar en sus bocas. Los FAL parecían mucho más fiables y efectivos que los fusiles SAFN 49 de 7,62mm y los subfusiles Halcón de 9mm armamento portátil de las dotaciones de los guardacostas.

Aún así, los “Albatros” no se quedaron quietos ni conformes, e idearon nuevos implementos, como defensas armadas con bolsas de arena para las cubiertas de los GC (que carecían de cualquier tipo de blindaje y resultaban muy vulnerables a los proyectiles) y cargas subácuas para “combatir” la posible infiltración o golpes comando de buzos de las fuerzas especiales británicas en la rada de Puerto Argentino. Estas últimas eran cargas explosivas de confección casera que se lanzaban en forma manual desde la borda de los GC y detonaban bajo la superficie del agua. La onda expansiva que producían al detonar parecía ser lo suficientemente letal para cualquier comando enemigo que osara incursionar buceando por la zona, ya que se sentía con fuerza y estruendosamente en el interior de los cascos de los GC.


El guardacostas GC-82 "Islas Malvinas" en el Muelle de la Gobernación

Hacia el final de las hostilidades se realizaron también gestiones para conseguir misiles antiaéreos portátiles SA-7 "Strela-2" y aumentar la capacidad de defensa ante ataques aéreos, pero las mismas resultaron infructuosas.

Dado que la vida a la “intemperie” en Malvinas no era para nada confortable ni recomendable se procuraron “refugio” en un arranchado galpón ubicado en el muelle, de unos 10 metros de largo, que sirvió de paliativo al hostil clima isleño.

El 1º de mayo fue la confirmación del “estado de guerra” y si bien los ataques se concentraron en la zona del aeropuerto en Puerto Argentino nadie fue ajeno a las explosiones, el ruido de los antiaéreos repeliendo la agresión y el sonido de los Harriers y Vulcans arremetiendo por primera vez contra las defensas argentinas. Por suerte para los prefecturianos apostados en el muelle de la Gobernación el cañoneo naval y los bombardeos raramente sucedían directamente sobre la capital malvinense.



 GC-83 "Río Iguazú" en plena maniobra de atraque

Ese mismo día la Prefectura Naval tuvo su primer baja al resultar herido el Cabo Segundo Antonio Grigolatto tras ser atacado el GC-82 “Islas Malvinas” por un helicóptero Sea King de la Royal Navy. A partir de ese ataque siempre se sumó a la dotación de los guardacostas algún "Albatros" para dar mayor seguridad, en una decisión más emparentada con lo psicológico que con el aporte efectivo material.

El 21 de mayo se encomendó a Prefectura la misión de transportar hasta Darwin-Pradera de Ganso un contingente de 19 efectivos del Grupo de Artillería Aerotransportado 4 del Ejército Argentino junto con dos (2) de sus piezas, los obuses de campaña Oto Melara de 105mm. Averiado uno de los ejes del GC-82 "Islas Malvinas" (lo que reducía su capacidad propulsora al 50%), la misión recayó sobre el GC-83 "Río Iguazú". El "Albatros" designado para abordar el guardacostas y brindar seguridad durante la travesía fue el Jefe de Grupo, Cabo Primero Carlos Vallejos. Mientras éste se disponía desamarrar al GC-83 del muelle en la oscuridad de la noche (acentuada por la orden de oscurecimiento de Puerto Argentino), se dió el alerta roja por bombardeo naval. Vallejos pasó entonces su fusil FAL a uno de los tripulantes y dió unos pasos a tientas mientras el GC se separaba lentamente del muelle. En medio de la confusión patinó en la superficie helada del muelle y cayó al agua con su equipo de combate liviano. Inmediatamente se dió el aviso a viva voz de "hombre al agua" y se ordenó la detención de los motores para evitar que las hélices lo succionaran. Después de unos segundos de desesperados esfuerzos del "Albatros" por salir a superficie, logró finalmente aferrarse a uno de los pilotes del muelle y asomar su cabeza para respirar. Es en ese instante donde es ubicado e izado por la tripulación recibiendo en forma inmediata y sobre cubierta los primeros auxilios. Todavía afectado por temblores y la hipotermia a causa del frío, Vallejos fue desafectado de la misión.

Nunca olvidará su experiencia, no sólo por lo mencionado, sino porque al día siguiente el GC-83 "Río Iguazú" es atacado en el Seno Choiseul por aviones Sea Harrier, resultando gravamento dañado y sufriendo una baja mortal, la del Cabo Segundo Julio Omar Benítez. Un sentimiento de culpa por "no haber estado allí" brindando protección a sus camaradas acompaña a este "Albatros" hasta nuestros días.



1. Armado de carga explosiva "antibuzo" de fabricación casera


2. "Albatros" posicionados en una de las bandas del GC para el lanzamiento de cargas


3. La carga es lanzada al agua sobre las zonas donde se presume puede actuar los buzos


4. La carga cae al agua y explosiona bajo la superficie
(Fuente: imágenes extraídas del video "Prefectura en Malvinas")

A pesar de que se conocían los reveses sufridos en el campo de batalla y se convivía a diario con los ataques británicos (sobre todo por cañoneo naval) la noticia de la rendición no dejó de sorprender a los “Albatros” y demás hombres de la Prefectura Naval. La última "misión de guerra" sería justamente el 14 de junio transportando efectivos de refuerzo de las Compañías de Comandos del Ejército Argentino a la Península Camber, y luego evacuando a la totalidad del personal militar destacado allí entre el que se contaban efectivos de la Infantería de Marina, de Artillería Antiaérea y de los mencionados Comandos.



El GC-82 "Islas Malvinas" transportando tropas

Una vez consumada la rendición se le ordenó a los prefecturianos (incluidos los "Albatros") permanecer a bordo del guardacostas GC-82 "Islas Malvinas". El día 16 de junio se hicieron presentes allí efectivos británicos para hacerse cargo de la embarcación. En ese momento se hizo entrega de las armas –previamente desactivadas y/o inutilizadas- y luego de un protocolar saludo y arriado del pabellón nacional del GC, fueron trasladados a unos galpones frente a las instalaciones de la Falkland Islands Company (FIC).

Poco después embarcaron sin ser advertidos por los efectivos británicos en el buque auxiliar tipo supply “Yehuín” (que hacía el transbordo de heridos desde los muelles de Puerto Argentino hacia los buques hospital) que los depositó en el rompehielos –transformado en buque hospital para la ocasión- ARA “Almirante Irízar” (Q-5) en el cual pudieron realizar el cruce al Continente. Antes de que llegaran a hacer puerto un helicóptero que despegó del buque de la Armada los llevó directamente a Comodoro Rivadavia.



VGM Sergio Matassa, Cabo Segundo AGAL en 1982.

Era el fin de la guerra para los "Albatros" que a pesar de no haber experimentado bajas mortales ni heridos de consideración, regresaban con cicatrices en su alma por el resultado adverso de un conflicto que nunca imaginaron vivenciar. Como diría en la posguerra el VGM AGAL Sergio Matassa "Al pabellón lo arriamos con profunda congoja, pero con el sentimiento del deber cumplido. Con la dignidad de haber puesto nuestro vida al servicio de la Patria"


Fuentes:
prefecturanaval.gov.ar
Prefectura en Malvinas. Círculo de Suboficiales de la PNA. 1997
Prefectura Naval Argentina en Malvinas. Video de youtube.com (ARA202)
Los Tigres de Mar. Jorge Muñoz. Ediciones Cruz del Sur. 1985
Otras

domingo, 29 de junio de 2014

Las operaciones de seguridad del Río de la Plata

Operaciones de seguridad en el Río de la Plata




Un escenario poco conocido fue la misión llevada a cabo por Prefectura Naval Argentina en el continente en el marco de ofrecer protección a las aguas argentinas, en especial las destinadas a dar seguridad a la navegación en el Río de la Plata, sus accesos y canales durante la guerra.
Pero sin duda pocos recuerdan el silencioso e inestimable esfuerzo de 435 prefecturianos movilizados que, durante el conflicto de Malvinas, cumplieron funciones en el Río de la Plata para controlar la navegación y mantener liberadas las vías de acceso a los puertos interiores, estando alertas de cualquier acto en contrario (léase sobretodo sabotaje). En estas operaciones estuvieron involucradas las Prefecturas de Zona Río de la Plata, Delta, Bajo Paraná y Atlántico Norte.

Operación Alerta (del 2/4 al 30/4)

Objetivo: “asegurar la libre navegavilidad de los canales de acceso a los puertos del litoral marítimo y fluvial ante eventuales actos de sabotaje”.

Acciones implementadas: “embarque  de una dotación de acompañamiento en todo buque de entrada y/o salida de bandera inglesa y/o conveniencia o de oficialidad inglesa”.

Dotación de acompañamiento: conformada por 1 oficial de navegación y entre 8 y 10 suboficiales. Una vez abordado el buque ocupaban posición en los puntos “sensibles” del mismo: puente, sala de máquinas, timón, cubierta principal de operaciones, caja de cadenas, etc.




Operación León I (del 1/5 al 25/6)

Objetivo: “control total de la navegación del Río de la Plata interior a partir del acceso al mismo – línea imaginaria que une los puntos geográficos de Punta Rasa y Punta del Este (ver mapa anterior)-, a fin de mantener libres los canales de navegación en todos los puertos. En caso necesario se contaba con una Fuerza de apoyo conformada con personal y medios de la División Salvamento y Buceo”.

Acciones implementadas: “embarque de una dotación de acompañamiento en todo buque de bandera extranjera, desde Recalada a puertos del Río de la Plata y del Río Paraná (entrada), y viceversa (salida)”.

Dotación de acompañamiento: integrada por 2 oficiales subalternos y 6 suboficiales.


Esta operación junto a la “Operación Alerta” estuvieron dentro del marco operativo y planificación estratégica de defensa del Río de la Plata. Al mando del "Operativo León I" fue designado el Contraalmirante Carlos Alfredo Vaihinger, Comandante del Área Naval Fluvial.

Si bien se descartó a mediados de abril que sucediera alguna demostración de fuerza de las Task Force británica frente a las costas de Buenos Aires, no era ilógico suponer alguna acción de sabotaje por parte de tropas especiales o de simples marinos mercantes contratados por “su majestad británica” para obstruir la navegación en el Río de la Plata y dificultar el acceso a los ríos interiores (ríos Uruguay y Paraná).

Esta hipótesis preveía entre las acciones posibles de sabotaje:

  • hundimiento o varadura de buques en los canales de acceso
  • modificación de los patrones de balizamiento
  • incluso el minado azaroso de la zona, con un solo objetivo: paralizar y obstaculizar el comercio marítimo y el movimiento portuario en el Río de la Plata.


Personal afectado
1 oficial superior
6 oficiales jefes
89 oficiales subalternos
339 suboficiales

Medios afectados:

GC-21 Lynch - lancha patrullera de mar Clase Lynch.
GC-22 Toll - lancha patrullera de mar Clase Lynch.
GC-65 Martín García - lancha guardacostas Clase Z-28.
GC-66 Río Luján - lancha guardacostas Clase Z-28.
GC-70 Río de la Plata - lancha guardacostas Clase Z-28.
GC-71 La Plata - lancha guardacostas Clase Z-28.
GC-72 Buenos Aires - lancha guardacostas Clase Z-28.
279B Quíchua - remolcador mulita (De la Secretaría de Intereses Marítimos), asignado a la fuerza de apoyo de la Div. Salvamento y Buceo.

Otros Grupos de Tareas

Además de movilizar medios y hombre de la Prefectura Naval (dependiente en ese momento de la Armada), la Armada Argentina dispuso a partir del 25 de abril la conformación de un heterogéneo Grupo de Tareas conformado por las siguientes embarcaciones:

Buque escuela Fragata ARA Libertad (Q-2)
Buque escuela ARA Piloto Alsina (Q-31)
Buque oceanográfico ARA Puerto Deseado (Q-20)
Pontón Recalada (ex ARA Les Eclaireurs)

Esta fuerza tenía como misión desplegarse en la boca del Río de la Plata como primera línea de defensa cumpliendo misiones de patrullaje, alerta temprana y base para las dotaciones de registro destinadas a las embarcaciones extranjeras que quisieran ingresar al estuario. Para el traslado de los prácticos fuero utilizadas las lanchas del Servicio de Practicaje (dependiente de la PNA) Clase Stan Tender 2200 recién incorporadas, mientras que para el abordaje de las dotaciones de registro se contó con los guardacostas de Prefectura (ver entrada del 28/11/2011)



 Otro Grupo de Tareas, cuya misión consistió en el patrullado de las aguas externas del Río de la Plata, y también de heterodoxa composición estuvo integrado por:

Patrullero ARA King (P-21)
Patrullero ARA Murature (P-20)
Buque hidrográfico ARA Comodoro Rivadavia (Q-11)

Para los canales y ríos interiores se desplegaron por su parte las siguientes unidades:

Lancha hidrográfica ARA Cormorán (Q-15)
Lancha hidrográfica ARA Petrel (Q-16)
Balizadores del Ministerio de Obras Públicas (tres)

Controles también en Bahía Blanca

Para la ría de Bahía Blanca se dispuso también un operativo similar -a menor escala por supuesto- a partir del 29 de abril. Todo barco que estuviera por ingresar a puerto era abordado por una dotación de acompañamiento. Aquí el personal afectado fue de 4 oficiales subalternos y 30 suboficiales. El 25 de junio se dispuso el levantamiento de las acciones preventivas, volviendo el personal de refuerzo a sus dependencias de origen.




Las conclusiones

Si bien no se registraron incidentes ni se detectaron planes de sabotaje, el operativo “León I” tal el nombre que recibió, se llevó a cabo con celo, compromiso y profesionalismo por parte de todo el personal involucrado: navales, prefecturianos, prácticos, marinos mercantes, aduaneros, etc. Las operaciones se llevaron a cabo con alto grado de compromiso y profesionalismo, algo que destacaron las autoridades navales a cargo de la fuerza de seguridad de ese entonces. Sin duda, a pesar de estar lejos de los Teatros de Operaciones de guerra, el personal afectado sintió que su colaboración era importante para colaborar en el esfuerzo bélico que llevaba adelante el país.

Algunas embarcaciones como la motonave ARA Piloto Alsina y las lanchas balizadoras, que carecían de armamento, fueron dotadas de montajes con ametralladoras 12,7mm para darle cierto "poder intimidatorio"; y otras como los guardacostas Tipo Z-28 de Prefectura vieron incrementar su poder de fuego con la instalación de un montaje para cañón Oerlikon de 20mm en proa. Aparte de estas actividades el ARA Piloto Alsina fue designado en tres oportunidades para repatriar desde Montevideo a distintos contingentes de argentinos hechos prisioneros por los británicos: marinos y civiles capturados en Georgias del Sur, tripulantes del pesquero Narwal y combatientes de Darwin - Pradera de Ganso. Por su parte el ARA Puerto Deseado pasó a cumplir funciones de buque hospital en el mes de Junio.

A fines de Junio (poco después del cese de hostilidades en Malvinas) el Operativo “León I” fue levantando, regresando el personal y las unidades a sus funciones habituales de tiempo de paz; con la amargura de la derrota en el plano bélico, pero la satisfacción del deber cumplido.

Fuente principal:

Libro “Misión Cumplida” de Jorge Muñoz.
Libro "Prefectura en Malvinas" - Circulo de Suboficiales de la PNA.
Libro "Historia de la Prefectura de Zona Río de la Plata y sus dependencias subordinadas".

Fuente de la web:
www.patrullerasargentinas.blogspot.com.ar

jueves, 20 de febrero de 2014

El rescate del Oto Melara hundido


Malvinas: historia de un cañón rescatado del mar

Fue cerca de Darwin. Los ingleses hundieron un guardacostas que llevaba dos cañones. Pero dos oficiales volvieron para rescatar las piezas de uno, lo rearmaron y lo usaron en el final de la guerra.

No conocía el mar. Y aún hoy, veintiún años después, cuando recuerda la zambullida en las aguas heladas que rodean las islas, la memoria no le acerca el cuchillo glacial de las aguas, ni siquiera el otro filo, el del miedo, sino el olor inhóspito del yodo y el sabor urgente de la sal.
A las ocho y media de la mañana del 20 de mayo de 1982, en plena guerra, el flamante subteniente José Eduardo Navarro, un correntino de 21 años nacido en Monte Caseros, egresado del Colegio Militar apenas cinco meses antes de la guerra, que no imaginaba una inmensidad tal de agua que no fuese dulce, braceaba por su vida para alcanzar la franja de tierra gomosa de un islote cercano a Darwin. Viajaba en el guardacostas "Río Iguazú" de la Prefectura Naval, que había sido herido de muerte por dos aviones Harrier ingleses.


Suboficial Ibañez, de PNA, que derribó un Sea Harrier

-Nos habían ordenado llevar dos cañones Otto Melara a Darwin para dar apoyo a la fuerza de tareas que integraban el Regimiento de Infantería 12 y la Compañía C del Regimiento 25. Cuando fuimos a cargar los dos cañones en el guardacostas 'Río Iguazú' nos dimos cuenta de que no entraban. Junto a dos suboficiales y a los soldados de mi batería de tiro, tuvimos que desarmarlos y cargarlos por piezas en el buque. La partida, prevista para las doce de la noche, se demoró cuatro horas.
La demora fue fatal. El hoy teniente coronel Navarro, que entonces era oficial del Grupo de Artillería de Aerotransportado 4, recuerda que el capitán del guardacostas le anticipó la pesadilla con la fidelidad de un oráculo: demorarían ocho horas, navegarían buena parte del viaje de día; los ingleses disparaban contra todo lo que se movía de día.

 -A las nueve de la mañana sonó la alarma de ataque aéreo en el barco y diez minutos después hubo una explosión tremenda, se apagaron las luces y el puente de mando se llenó de humo. Dieron la orden de abandonar el barco y yo caminé hacia la proa, miré a mi alrededor y vi que la mayor parte de los hombres nadaban hacia la costa, que estaría a unos treinta metros. Lo otro que vi fue que uno de los Harrier volvía para hacer una segunda pasada y para ametrallar el buque a lo ancho: me tiré al agua con el resto de mis hombres y llegamos a tierra firme, que no era tan firme, era un islote de no más de tres mil metros de diámetro.

El "Río Iguazú" no había muerto sin pelear. Sus artilleros dispararon contra los Harrier. Uno de ellos murió al pie de su ametralladora y un maquinista apartó el cadáver de su camarada, empuñó el arma y derribó a uno de los dos aviones ingleses. En tierra, Navarro y sus hombres empezaban a creer en milagros.

-A mis soldados no les había pasado nada. Pero teníamos dos heridos graves de Prefectura. Uno de mis hombres, el soldado Roberto González, se me acercó para decirme que le dolía la garganta. Le miro el cuello y veo que tenía un agujero del que salía sangre. Intenté abrirle la campera pero no pude: una esquirla de cuatro centímetros había quedado frenada por el cierre metálico y apenas lo había lastimado: unos centímetros más... Cuando conté a mis hombres noté que faltaba uno. Era el soldado Rodolfo Sulín: se había tirado otra vez al agua, nadó hasta el buque, lanzó desde la parte superior dos balsas salvavidas, las cargó con alimentos, ropa seca y remedios y volvió al islote. Eso hizo que nuestra gente no muriera de frío.


Un helicóptero los rescató a las cinco de la tarde y los llevó a Darwin. Pero al día siguiente Navarro volvió al "Río Iguazú". No iba solo. Lo acompañó su camarada, el subteniente Juan José Gómez Centurión. Se habían propuesto un imposible: rescatar al menos uno de los cañones desarmados, llevarlo a Darwin, armarlo... y que funcionara. Había una dificultad y una ventaja: las piezas de artillería estaban semihundidas en la bodega del "Río Iguazú". Pero Gómez Centurión era buzo.

Nos pasamos todo el día en el agua. Gómez Centurión se sumergía y me alcanzaba las piezas que encontraba y que cargábamos en un bote. Cuando terminamos dijimos: 'Que Dios nos ayude' Un helicóptero nos recogió y nos llevó a Darwin. Cuando descubrimos que teníamos un Otto Melara completo no lo podíamos creer.

Cuando el ataque inglés a Darwin y a Pradera del Ganso, el cañón rescatado del mar y hasta las coheteras de los inutilizados aviones Pucará que fueron montadas en un tractor requisado, se usaron para re trasar el avance británico, hasta la rendición del 29 de mayo. Navarro fue prisionero y en un buque inglés se enteró de la rendición de Puerto Argentino, el 14 de junio. Fue devuelto a las islas, también prisionero, con un grupo de camaradas que se llamó a sí mismo "Los doce del patíbulo". Pero esa es otra historia.

Clarín