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miércoles, 1 de junio de 2022

Las pérdidas británicas en Malvinas

Las pérdidas británicas en Malvinas





BUQUES AVERIADOS:

Buques perdidos (hundidos o destruidos): 8
Destructor Tipo 42 clase Sheffield (D-80) HMS Sheffield
Destructor Tipo 42 clase Sheffield (D-118) HMS Coventry
Fragata Tipo 21 clase Amazon (F-184) HMS Ardent
Fragata Tipo 21 clase Amazon (F-170) HMS Antelope
Buque Logístico de Desembarco (L-3005) RFA Sir Galahad
Buque Logístico de Desembarco (L-3505) RFA Sir Tristam
Portacontenedor de Gran Porte Atlantic Conveyor
Lancha de Desembarco Foxtrot 4

Buques fuera de combate (inactivos): 9
Submarino clase Oberon (S-21) HMS Onyx (accidente operacional)
Portaviones Liviano (R-05) HMS Invincible (¿hundido?)
Fragata Tipo 21 clase Amazon (F-174) HMS Alacrity
Fragata Tipo 21 clase Amazon (F-185) HMS Avenger
Fragata Tipo 21 clase Amazon (F-173) HMS Arrow
Fragata clase Leander (F-56) HMS Argonaut
Crucero Liviano clase County (D-18) HMS Antrim
Crucero Liviano clase County (D-19) HMS Glamorgan
Destructor Tipo 42 clase Sheffield (D-88) HMS Glasgow

Buques averiados de consideración (casi inactivos) : 5
Fragata Tipo 22 clase Broadsword (F-90) HMS Brilliant
Fragata Tipo 22 clase Broadsword (F-88) HMS Broadsword
Fragata Tipo 12 clase Rothesay (F-126) HMS Plymouth
Fragata Tipo 21 clase Amazon (F-172) HMS Ambuscade
Buque Logístico de Desembarco (L-3029) RFA Sir Lancelot
Buques averiados: 9
Portaviones Liviano (R-12) HMS Hermes
Destructor Tipo 42 clase Sheffield (D-89) HMS Exeter
Buque de Asalto Anfibio (L-10) HMS Fearless
Buque Auxiliar de Apoyo clase Tide (A-76) RFA Tidepool
HMS Sir Bedivere
HMS Yarmouth
RFA Norland
Dos naves no identificadas (lanchones de desembarco)

TOTAL BUQUES PERJUDICADOS: 31

jueves, 4 de noviembre de 2021

Los héroes chaqueños del conflicto

Malvinas: conocé los perfiles de los soldados chaqueños identificados 

Diario Chaco


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Mandá tu info, fotos, videos o audios al 3624518042

A finales del 2017 bajo el Proyecto Humanitario Malvinas comenzó el proceso de identificación de los cuerpos de los caídos en Malvinas, a través de las muestras de ADN.

Durante más de tres décadas los soldados caídos entre abril y junio del ’82 permanecieron enterrados sin un nombre en su cruz, solo una lápida rezaba “Soldado conocido solo por Dios”.

Hasta el momento, un total de 112 caídos fueron identificados en el cementerio de Darwin gracias a las muestras de ADN, varios de ellos fueron chaqueños.

Cabe resaltar que varias familias optaron por mantener el anonimato de sus seres queridos.

A continuaación te presentamos los perfiles de algunos de los soldados chaqueños identificados:

Miguel Aguirre




Nació en Chaco en 1929. Desde muy joven descubrió su vocación militar, por lo que no dudó a la hora de ingresar como suboficial de la Armada y luego especializarse en electricidad.

Acudió a la guerra de Malvinas como voluntario, ya que en ese momento disfrutaba de una licencia anual en el ejército.
Su principal labor en las Islas fue la de traslado, carga y descarga de alimentos, medicamentos y municiones.

Murió dentro del transporte ARA Isla de los Estados cuando fue alcanzado por un proyectil disparado desde la fragata británica Alacrity, en el estrecho de San Carlos. Su cuerpo fue encontrado completo, desnudo, solo con medias, en la costa de Shag Rockery Point, en el islote Este.

Su hijo único, Sergio, formaba parte en un inicio de los familiares que no querían que se revelara la identidad de los soldados muertos NN. Lo hizo únicamente para dejar por escrito su deseo de que todos los restos permanezcan en el cementerio de Darwin.

Celso Alegre


Celso Alegre era uno de los dos únicos representantes de la comunidad Qom que cayeron en Malvinas. Al momento de acudir a las Islas, no sabía leer ni escribir, por lo que nunca pudo enviar una carta a su familia para relatar su periplo.

Vivió sus 18 años en La Leonesa, una zona rural a 70 km. de la capital de Chaco. Alegre murió el 28 de mayo en Darwin, pero poco se sabe de las condiciones en las que perdió su vida.

Su padre, Héctor Ramón Alegre, vivió hasta sus 95 años con la esperanza de que su chico volviera alguna vez a casa. Se negó siempre a considerar la posibilidad de su muerte. "No creo que mi hijo esté ahí", decía el hombre en su lenguaje autóctono.

Victor Ofelio Avalos




El anciano no llegó a recibir la noticia de la identificación de los cuerpos. Aun así, desde 1982 hasta su muerte, el 3 de junio de 2017, izó cada domingo de la semana una bandera argentina en honor a su hijo.

Nació en Samuhú, Chaco. Murió a los 19 años durante un combate en Darwin, cuando se desarrollaba como soldado apuntador de las FAP. Junto a él cayó uno de los líderes de su batallón, el cabo Jorge Gómez.

Hoy, una escuela primaria y un jardín de infantes de la provincia de Chaco llevan su nombre. Fue el penúltimo "soldado argentino sólo conocido por Dios" identificado durante el proceso de los análisis de ADN.

Juan Alejandro Ayala




Juan Ayala nació en Tres Isletas, Chaco. Si bien era destacado como una persona jovial, sus padres afirmaron que tenía un alto sentido de responsabilidad, seriedad y que daba mucha importancia al valor de la justicia.

Durante su adolescencia llegaba a recitar poemas gauchescos y le gustaba la música mexicana.

Acudió a las Islas Malvinas como parte de la Compañía B del Regimiento de Infantería 4 de Monte Caseros, de Corrientes. Murió el 12 de junio, mientras trataba de defender una posición argentina en el Cerro Enriqueta, en Monte Harriett. Era sirviente de mortero y junto a él perdieron la vida otros cinco compañeros.

Orlando Aylan




Nacido en Chaco, cumplía el servicio militar en el Regimiento 4 de Infantería Mecanizada. Su madre se murió hace unos años sin poder saber finalmente dónde se encontraba el cuerpo de su hijo y con la mínima esperanza de que todavía se encontrara vivo.

La ciudad de Las Breñas rindió innumerables homenajes al soldado oriundo de allí. De hecho, en la plaza principal se construyó un monolito con la intención de perpetuarlo y la escuela Nº 1052 lleva su nombre.

"Estamos muy emocionados al saber que nuestro hermano estaba en una de esas tumbas y quienes los enterraron lo trataron bien como ser humano, lamentamos que nuestra madre se murió sin saber qué y dónde estaba su hijo pero hoy nosotros tenemos la tranquilidad de saber dónde está", dijo uno de sus hermanos tras conocer la noticia de la confirmación del ADN.

Ángel Benitez



Nació en Chaco. Fue el 26 de octubre de 1962. Después de concluir los estudios primarios, trabajó en un almacén y como obrero de la construcción. "Ángel nació por parto natural. Era un bebé muy grandote", rememora Julia Franco, mamá de Benítez.

Su muerte se produjo el mismo día de la firma de la rendición argentina. Benítez fue una de las víctimas que arrojó la sangrienta batalla de Monte Longdon. Al momento de incorporarse al Regimiento de Infantería 7 residía en Lomas de Zamora.

Juan Carlos Dábalos 



Juan Carlos Dábalo era uno de los ocho hermanos de una familia muy humilde de Chaco. Debido a una prolongada enfermedad de su padre, tuvo que abandonar sus estudios primarios y dedicarse a trabajar desde niño.

Trabajó de vendedor ambulante junto a una hermana y empezó a aprender a leer y a escribir recién cuando hizo el servicio militar en el Batallón de Infantería de Marina Nº 5, en Río Grande.

El Estado informó en un primer momento a la familia que estaba desaparecido y después confirmó su muerte, aún sin saber dónde estaba el cuerpo. Todavía se desconocen las circunstancias en las que perdió la vida en Malvinas.

Su familia fue una de las primeras que luchó por la identificación de los 123 "soldados conocidos sólo por Dios", en el cementerio de Darwin.

Carlos Agustín Díaz




Un joven tímido, callado y con dificultades para socializar. Carlos Díaz era uno de los ocho hermanos de otra familia humilde de General Pinedo, en Chaco. Era hincha de Boca, jugaba muy bien al fútbol, pero su verdadera pasión eran los caballos. Trabajaba como jornalero en una zona rural y hacía destronques con un hacha.

Durante décadas, la familia recibió un sinfín de rumores sobre la suerte que corrió Carlos Díaz en Malvinas. Se les dijo desde que estaba herido, que le faltaba una pierna, hasta que estaba sano y salvo para regresar a su casa. Recién en 2017, su madre Victorina recibió la noticia de que su hijo se encontraba enterrado en Darwin. Aún resta poder definir cómo y cuándo perdió la vida el joven chaqueño de 18 años.

Vladimiro Dworak



Vladimiro Dworak nació en Campo Largo, un pequeño pueblo de la provincia de Chaco. Formó parte del equipo de fuerzas de tareas de Mercedes. Sus labores se llevaron a cabo entre Darwin y Pradera del Ganso.

Dworak perdió la vida durante un enfrentamiento con paracaidistas británicos en Puerto Darwin. Su compañero de fosa, el correntino Raúl Cardozo, relató cómo fueron sus últimos instantes de vida: "De noche casi no dormíamos porque era un constante bombardeo, se escuchaba el silbido de las bombas y que enseguida explotaban a metros de nosotros (…) Vi caer a camaradas muy cerca mío, recuerdo que el camarada Vladimiro Dworak de Campo Largo murió en combate a unos 50 metros mío", afirmó.

Miguel Ángel Falcón



Su familia afirma que Miguel Falcón siempre fue un niño rebelde. No acataba demasiado las reglas, ni en casa ni en el colegio. De hecho, era famoso por escaparse todas las semanas al menos un día de la escuela. También evitaba estar en casa, se la pasaba divirtiéndose con sus amigos en las calles de Barranqueras, Chaco.

Murió en el enfrentamiento del Monte Longdon y entre sus pertenencias se encontró un mazo de cartas españolas. Su figura de referente para sus colegas fue advertida por varios ex combatientes.



De hecho, esa rebeldía juvenil fue la que le hizo protagonizar una historia memorable en la noche de su última batalla. El suceso fue relatado en una carta por otro ex combatiente:

"La noche del 12 de junio cuando los ingleses nos atacan, en un real infierno, con cientos de proyectiles y lluvia de trazantes que cruzaban el cielo, veo que se prepara la primera sección de nuestra compañía en apoyo a la Compañía "B". Eran un teniente, un cabo y 44 colimbas civiles como yo, soldados no profesionales, que estaban desnutridos. Los veo prepararse en la oscuridad, todos en fila india, en silencio, temblorosos. Entonces, de la fila, saltó un soldado que estaba muy flaquito, un pibe que era muy humilde, -Falcón- y empezó a arengarlos, a aplaudirse las manos, flexionándose, con el FAL rebatido en la espalda, y les gritaba, como Pichot a los Pumas: '¡Vamos carajo!!, ¡Ingleses de mierda, los vamos a reventar!' (…) Surgió un líder de la nada, un tipo que, en las circunstancia más límite, le dio ánimo al resto".

Su acción quedó registrada en libros británicos como uno de los actos más heroicos de los enfrentamientos terrestres en Malvinas. De los 46 que salieron, volvieron 25. Falcón fue uno de los que se quedó allí.

Luis Roberto Fernández




Nació en Villa Ángela, Chaco. Tenía un solo hermano, Miguel Gaspar. Al momento de ser llamado para acudir al servicio militar cursaba el tercer año de la Escuela de Comercio Nº 7. Así se mudó durante dos años a Río Grande, Tierra del Fuego.

Era el bromista de la familia y solía arrancarle una sonrisa a su hermano y a su madre Emilia cada vez que podía.

Después de sus dos años en Tierra del Fuego, acudió a Puerto Argentino para formar parte de la Batería 8113 del Batallón Comando Campaña Militar de Puerto Belgrano.

Murió el 11 de junio en la batalla de Monte Longdon: recibió un disparo cuando abandonó su escondite. Según relataron testigos, falleció justo en el momento que estaba lanzando una bengala. Su intención era lanzar una bengala que intentara exponer la posición del enemigo.

Rubén Horacio Gómez





Nació en la localidad de Presidencia Plaza, Chaco, en 1963 en una familia de 10 hermanos. Cursó la primaria en la Escuela Nº 454, que hoy lleva nada menos que su nombre. Antes de finalizar séptimo grado, ya trabajaba junto a algunos de sus hermanos en una desmontadora de algodón. Jugaba al fútbol en el Club Comercio de Presidencia Plaza como defensor central.

Pocos días antes de partir hacia la guerra Rubén salió del cuartel y pasó por su humilde casa familiar para despedirse. "Cuando vuelva me caso", les anunció a sus hermanos con una sonrisa.

Murió el 28 de mayo de 1982, cuando se adentró junto al cabo Héctor Miño en la zona de Darwin-Pradera del Ganso para verificar si unas tropas que se divisaban a lo lejos eran propias o enemigas. Finalmente, ese grupo en posición ofensiva era integrado por soldados británicos. Se cree que perdió la vida después de ser alcanzado por un mortero.

Eleodoro Monzón




Eleodoro Monzón nació en Quitilipi, Chaco. Era apodado el "Nene" y era un fanático de los caballos. No pudo terminar la escuela, ya que decidió ayudar a su padre en el campo. En 1981, luego de cumplir el servicio militar, fue convocado para acudir a un puesto en Ushuaia.

Fue uno de los últimos tres soldados argentinos que murieron en la guerra. Perdió la vida en la colina Sapper Hill. El escuadrón al que pertenecía no pudo enterarse del orden del cese al fuego y continuó batallando dos horas después del final de la guerra. Murió junto a Sergio Robledo y Roberto Leyes.

Juan Carlos Monzón




Uno de los tres soldados caídos en Malvinas nacidos en la ciudad de Villa Ángela, Chaco. Miembro de una familia de ocho hermanos, era fanático del fútbol y de River. Al igual que su familia, se desarrollaba en la cosecha de maíz y algodón.

El 2 de abril, el "Gringo", como lo apodaban, se sentó junto al resto de la familia en la mesa de la casa para compartir un asado. Allí les comunicó que al otro día partiría para las Islas Malvinas. Hubo emoción, orgullo y también lágrimas y llanto por parte de su madre. El miedo siempre estaba presente. Así y todo, sus hermanos afirman hoy que Juan Carlos no sabía del todo que iría a Malvinas para luchar en una guerra.

Acudió a las Islas como soldado del Regimiento de Infantería Mecanizado Nº 12 y murió el 28 de mayo, a causa de heridas causadas por una bomba caída en Pradera del Ganso.

Su familia le envió varias cartas durante el período de la guerra, pero nunca pudo confirmar siquiera si le llegaron. Mientras tanto, su madre Marciana le puso un plato vacío en la mesa familiar hasta el día en el que se confirmó la identificación.

Carlos Omar Osyguss




Nació en Santa Sylvina, Chaco y combatió como parte del Regimiento de Infantería N° 4 de Monte Caseros, Corrientes. Pertenecía a una familia de testigos de Jehová.

Murió el 28 de mayo cuando un disparo le impactó en la frente, mientras se encontraba en la trinchera de la defensa de una posición en Puerto Argentino.

En el 2007, un militar encontró entre los desechos de una fábrica de cartón de Coronel Suárez una medalla con su nombre confeccionada desde el mismo Congreso de la Nación. Se intentó otorgar esa condecoración a la familia, pero la misma decidió rechazarla.

Hoy, el jardín de infantes N° 169 de Santa Sylvina lleva su nombre.

Alberto Genaro Pavón




Desde muy pequeño, en su ciudad de Sáenz Peña en Chaco, Alberto Pavón soñó con ser médico. Así, logró instruirse durante dos años en la carrera de medicina antes de partir hacia las islas.

Llegó a trabajar de canillita, de la mano de su tía "Totín" y a vender bolsas de polietileno fabricadas en su casa. Además, era un fanático de las películas del rey de las artes marciales, Bruce Lee.

Viajó a Malvinas como voluntario y formó parte de Compañía de Sanidad Nº 3 y asistió a centenar de compatriotas heridos. Murió el 10 de junio después de ser alcanzado por las balas de la artillería británica.

Su primo, el músico Jorge Pascual, escribió una poesía en su homenaje titulada "Todavía anda (ahí va el negro Pavón)". Luego, Zitto Segovia le puso música y la convirtió en canción:

"Anda el Negro Pavón
Todavía anda
No importa que sus huesos estén en Malvinas.
Se suena el silencio de la nieve
Anda el Negro Pavón, todavía anda

Anda el Negro Pavón
Sangre chaqueña
Empuñando un fusil y una sonrisa
Las bombas no destruyen su inocencia
Anda el Negro Pavón
Sangre chaqueña"


Darío Rolando Ríos




Nació en La Escondida, Chaco, pero vivió la mayor parte de su vida en la ciudad bonaerense de Berazategui. Vivía en Plátanos Norte y tenía 24 años al momento de su muerte, cuando se desarrollaba como Cabo 1º del Regimiento 7º de La Plata.

Su madre Delmira, que hoy vive en condiciones de pobreza, aseguró que su hijo se fue a lo de una tía en Buenos Aires y ahí se enroló en el ejército.

Si bien su madre todavía cree que Ríos perdió la vida a bordo del Crucero Gral. Belgrano, la realidad es que el Cabo primero fue otro de los tantos que murió durante la batalla del Monte Longdon.

Su hijo Pablo, que nació poco antes de que el militar llegara a Malvinas, es quien cobra hoy la pensión de los ex combatientes.
"Con orgullo y felicidad puedo decir que Don Dario Rolando Rios descansa y descansará por la eternidad en Darwin sector A fila 1 cruz 12. Tener sus pertenencias en mis manos es estar tan lejos y tan cerca", dijo su hijo Pablo.

Ricardo Argentino Ramirez



Nació en Quitilipi y con 19 años era soldado conscripto de la Armada.

A los seis años se mudó junto a su familia a Lanús, donde completó sus estudios. Soñaba ser constructor, como su padre.
En Malvinas estuvo a cargo de un mortero en el Batallón de Infantería de Marina N°5.

Falleció el 14 de junio en Sapper Hill, cuando una bomba le cayó cerca mientras se replegaba hacia Puerto Argentino.
Alberto, su hermano menor, buscó datos suyos durante años hasta que en los noventa encontró su foto en la tapa de una revista, junto al enfermero que fue a asistirlo. Ya había perdido la vida.


Carlos Epifanio Casco




Carlos llevaba el apellido de su mamá, nació en Quitilipi. Sirvió en el RI 4. Su rol de combate fue el de abastecedor de munición y después fue destinado al Monte Harriet. Le tocó poner minas antipersonales alrededor del cerro Dos Hermanas. Fue sorprendido por enemigos infiltrados y cayó en lucha entablada contra el Batallón 42 de Comandos británicos el 12 de junio, tenía 20 años.




sábado, 25 de septiembre de 2021

Robacio: Las bajas británicas triplican las nuestras

Malvinas, 25 años después: Entrevista a Carlos Robacio (Almirante retirado. Ex Jefe del BIM 5)

“Yo creo que las bajas de los ingleses triplican las nuestras”

Clarín



Los británicos, no demasiado propensos al elogio, no vacilan en señalar que las fuerzas argentinas más difíciles de enfrentar en Malvinas fueron las del Batallón de Infantería de Marina 5, a cargo del entonces capitán de fragata Carlos Robacio. Se enfrentaron a los ingleses en Tumbledown, una de las batallas finales, junto a la de Monte Longdon. Un cuarto de siglo después, en su casa de Bahía Blanca, Robacio evoca.—Estábamos convencidos de que peleábamos por lo nuestro. Malvinas hoy no sólo es un sentimiento, fue una gesta y creo que es tal vez la única cosa que nos puede unir a todos los argentinos. Yo estuve hace muy poco en una reunión en Gran Bretaña con los comandantes que me atacaron. Empezamos a combatir el 13 de junio. El 13 a la tarde nos hacen un ataque con una compañía reforzada que la aniquilamos. Teníamos muy buen fuego preparado. Pero cometimos muchos errores, hacía casi doscientos años que no estábamos en guerra, por lo menos en guerras clásicas. El BIM 5 era la única unidad que estaba equipada, ambientada y adiestrada para estar en Malvinas. Pero yo me enamoré del Ejército (risas) porque mis camaradas, sin tener nada, pelearon muy duro. Es difícil entender las condiciones en las que peleamos en Malvinas. Por eso cuando regresamos no me importó que nos sacaran medio ocultos porque yo pensé que, al haber sido derrotados, y yo que era comandante, íbamos a ser fusilados. Tuve un batallón con gente de un valor encomiable. El comandante de los gurkhas me escribió para decirme que jamás pasaron tanto miedo como cuando atacaron Tumbledown. Los ingleses no pueden creer que yo tuviera conscriptos: "No, sus hombres eran veteranos. No podíamos sacarlos de los pozos", me dicen hoy. Por eso creo también que las bajas inglesas triplican a las argentinas. La munición que pensábamos nos iba a durar veinte días, se agotó en un día y medio de combate. Nuestra artillería tiró diecisiete mil proyectiles en dos días. Y todos los hombres que lucharon en Malvinas fueron muy valientes. No hay registros en todo el siglo XX de unidades que hayan sido bombardeadas durante cuarenta y cuatro días y en el terreno de combate por más de sesenta, sin haber sido relevadas.

domingo, 19 de septiembre de 2021

Robacio combate con su batallón a una brigada británica

El “Batallón del Infierno” que diezmó al enemigo inglés

Diario Prensa




GRANDES HEROES DE CUYO ACCIONAR EN MALVINAS POCO SE CONOCE:

El Batallón de Infantería de Marina 5, reforzado con 200 hombres del Ejército, pasó a ser una leyenda heroica por su extraordinario desempeño en la guerra de 1982. Esa unidad fue entrenada, formada y preparada para el combate por su jefe, el entonces Capitán de Fragata Carlos Robacio.

En nuestras Islas Malvinas, Carlos Hugo Robacio combatió al frente de sus hombres de una manera tan decidida que asombró al enemigo. The Sunday Times dijo: “No se rindieron ni se retiraron los argentinos en la montaña de Tumbledown, donde la Guardia Escocesa debió enfrentar la más violenta de todas las acciones. Allí se hallaba el Batallón de Infantes de Marina argentinos muy expertos y bien atrincherados que disparaban sin cesar y de una manera impresionante”.

Robacio y su BIM 5 no acataron la orden de rendición el 14 de junio de 1982. Siguieron combatiendo con furor hasta agotar la munición y luego en combate cuerpo a cuerpo con armas blancas. Entraron a Puerto Argentino en perfecta formación, armas al hombro y a paso de desfile. Los ingleses, asombrados por tanto derroche de coraje, se formaron para saludarlos militarmente y recibirlos con honores.
El testimonio de Robacio revela detalles que ponen la piel de gallina a cualquiera por el orgullo, la valentía y el coraje que demostraron nuestros soldados en la batalla de Tumbledown: “Tenía a mi mando 700 hombres del Batallón, y alrededor de 200 efectivos del Ejército, con los que luchamos en el momento más crítico y más feroz del ataque británico; pese a ello, se registró un grado increíblemente ínfimo de bajas: 30 muertos y 105 heridos. Como contrapartida, les provocamos al enemigo el más alto número de muertos: aunque no lo reconocen oficialmente, en la zona donde peleó el BIM 5 los británicos perdieron 359 hombres, ¿de dónde saco esa cifra? ellos mismos me la dijeron”.

“A las 3 de la madrugada del 14 de junio hicimos uno de los contraataques más intensos contra el enemigo, en Tumbledown, junto con la compañía de Ejército del Mayor Jaimet. Ellos son los que chocan con los famosos gurkhas. Los nuestros eran más o menos 150 hombres. Ellos eran entre 800 y 1.000. Allí concentré fuego de la artillería de Ejército . Según me contó luego el General inglés Wilson, de la Quinta Brigada –con quien conversé cuando estuve prisionero- allí sólo quedó un tercio en pie. Los barrimos. Aunque ahora lo niegue, fue así”.
En la fotografía, parte del glorioso “Batallón del Infierno”. Eran unos 150 hombres que se enfrentaron a alrededor de mil soldados británicos y ghurkas.

“Todo un regimiento de ellos chocaba contra 60 u 80 hombres míos, y los bajamos sin asco, y los paramos. Una de las preguntas que me hicieron fue por qué no había contraatacado, si les habíamos quebrado el ataque. Yo tenía a la Compañía Mar lista para el contraataque. Pero la realidad es que, cuando pudimos hacerlo, ya no teníamos munición. Por otra parte, había llegado la orden de repliegue. Sobre nuestras posiciones caían mil proyectiles de obuses por hora, además del bombardeo naval, más los aviones y los helicópteros. Era tremendo. Así y todo, podíamos haber contraatacado, de haber tenido un poco de munición. Pero no hubiera cambiado el curso de la batalla. La suerte estaba echada. Claro: los ingleses no sabían mi situación real. Esperaban el contraataque nuestro. Rezaban, me dijeron, para que no contraatacáramos. Pero ¿Con qué? Cuando les conté que nosotros éramos un batallón, no lo podían creer. También recuerdo que, en el momento de decidir el contraataque, llamo a los oficiales de mi Estado Mayor y les cuento mi plan. Tomo la carta y hago un esbozo de las órdenes. Ellos se miran entre sí. No dicen nada. Cumplen. Pero después del 14 de junio, a mí me había quedado una duda: ¿Por qué se miraron entre ellos? Un día se los pregunté. Me dijeron que pensaban que yo estaba loco. Entonces, una vez que pasaron las cosas y terminó, yo seguí preguntando: ¿Y ustedes que hubieran hecho, aun así? “Hubiéramos cumplido la orden. Punto”.

“Eso era el BIM 5. Eso es lo que vale. La confianza. Pero quisiera destacar que en Malvinas cada uno luchó con lo que pudo, y con lo que tuvo. Por cada uno de nosotros caían seis o siete de ellos. Ahora ya saben que no les tenemos miedo, que no somos indios y que sus soldados no van a venir de picnic”.

Fuente: Reconocimiento de Tomás Bertotto.
Edición:
Noticias de: Ushuaia – Tolhuin – Río grande
y toda Tierra del Fuego.


sábado, 5 de junio de 2021

Monte Longdon: Soldado Miguel Falcón y la valentía frente al enemigo

"Eso sólo lo sabe él"

Por Nicolás Kasanzew || La Prensa



¿Cómo murió el soldado conscripto del Regimiento 7 Miguel Angel Falcón, que participó del audaz contraataque del teniente Raúl Fernando Castañeda en Monte Longdon, la noche del 11 al 12 de junio?­

Tenían en frente un enemigo que parecía cada vez más numeroso con el correr de las horas. Los hombres de Castañeda trataban de responder a los ingleses con parejo caudal de fuego, para que no se envalentonaran. Al mismo tiempo les gritaban que se vayan y los insultaban. Los ingleses respondían con la misma moneda. Algunos conscriptos utilizaban la munición y las armas que le habían quitado a los enemigos muertos. ­


Soldado conscripto Miguel Angel Falcón.

A pocos metros de Castañeda, el fusil del soldado Miguel Angel Falcón no dejaba de escupir. De repente ocurrió algo insólito. Falcón se enfureció, salió de su posición, se plantó desafiante frente a los británicos y continuó disparando desde la cintura mientras los cubría de insultos. (Nota del administrador: El paracaidista Len Carver comenta en este video (minuto 1, aprox.) y en esta nota ser alcanzado por un soldado argentino que le gritó "Ey, hombre!" y luego le vació un cargador disparando en automático desde la cintura. Es probable que haya sido Miguel Falcón por el relato de cómo disparaba.) El teniente lo instó a que se protegiera, pero su voz se perdía en el ruido ensordecedor de los proyectiles. Aunque si lo hubiera oído, difícilmente le hubiera prestado atención. ­

Finalmente, una ráfaga de ametralladora segó al conscripto. Cayó de rodillas y cuando se desplomaba hacia adelante, el cañón de su fusil se clavo en el suelo, quedando su pecho apoyado sobre la culata. Parecía que estaba arrodillado rezando. Desafiando a su vez el fuego enemigo, el soldado Gustavo Luzardo se le acercó, lo recostó en el suelo, miró al teniente y con un gesto le dio a entender que Falcón había partido.­

¿Porqué actuó así? "Eso sólo lo sabe él", -me expresó el teniente Castañeda- Creo que ya no le importaba nada, estaba haciendo lo que realmente sentía. Dios lo había llamado y se iba feliz, sabedor de que había cumplido".­

martes, 6 de abril de 2021

Desenterrando al Capitán John Hamilton (SAS)

Desentierro en Gran Malvina

El Oficial Médico Andy Prosser trabaja en el cementerio de Howard (isla Gran Malvina) para desenterrar el cuerpo del Capitán John Hamilton (SAS) quien fuera abatido en combate.

lunes, 18 de noviembre de 2019

Ataque a la casona de Ross Road

El ataque quirúrgico que provocó las únicas bajas kelpers




11 de Junio, 1982. Puerto Argentino. Un misil británico impactó en el primer piso de la casona de Ross Road, donde se encontraba el destacamento de inteligencia. (Foto de cámara personal de Nicolás Kasanzew)
Los británicos, a través de inteligencia de señales, dedujeron que esa casa era donde se alojaba y tenía su cuartel general el Gral. Menéndez. Para esta misión enviaron un Helicóptero Wessex armado con misiles filoguiados AS 12. En la oscuridad bajo la cobertura de bombardeo naval, el Wessex se acerco a la costa a baja cota y el oficial de armas disparó y guió el misil con aparatos de visión nocturna hasta el blanco. Una sección de Inteligencia argentina dormía en el lugar del impacto.

domingo, 13 de octubre de 2019

El hijo de Martel ubica a cada baja argentina en donde murió

Es hijo de un héroe de Malvinas y armó el primer mapa que ubica dónde murieron su papá y los otros 648 argentinos en la guerra 

Ezequiel Martel Barcia trabajó durante siete años para ubicar en el mapa de las islas el lugar donde cayeron los combatientes argentinos
Por Fernando Soriano || Infobae
fsoriano@infobae.com


 
Ezequiel Martel Barcia, con uno de los mapas de su autoría detrás (Fotos: Nicolas Stulberg)

Ezequiel Martel Barcia perdió a su papá en la guerra de Malvinas cuando era apenas un bebé. Sus recuerdos son vagos, atravesados por las fotos de la época y la ausencia, un peso específico sostenido en la frase que escuchó toda su vida, como un consuelo: "Los héroes de Malvinas murieron por Dios y por la Patria".

Pero para él esa idea nunca fue suficiente reparo. Siempre necesitó materializar la falta de Rubén Héctor Martel, piloto de un Hércules derribado el 1º de junio de 1982, pisar las islas, buscar rastros, llenar el vacío con acción. Y un día de 2012, sentado frente a un mapa de las islas, empezó a marcar en el papel, casi sin pensarlo, como un juego inventado durante una sumersión al ocio, los datos que tenía en su memoria sobre dónde fue que murieron su papá y los otros 54 miembros de la Fuerza Aérea caídos en combate.

Pronto el juego se transformó en un motor cuya tracción a sangre es la búsqueda de la identidad; la de Ezequiel y la del resto de los hijos de los 649 muertos en combate. "Para 2011 o 2012, estaba en mi oficina, tenía un viejo mapa de Malvinas y me puse a sacar la posición donde cae papá y así empecé con el resto. Cuando me descuidé tenía las 55 posiciones donde habían muerto todos de Fuerza Aérea. Lo fui chequeando con información de los libros y pensé qué puedo hacer".

 


Podía hacer más. Y no sólo con los 55 caídos de la Fuerza Aérea. Entonces consiguió imágenes digitales de Malvinas y empezó a trabajar sobre estas con los datos del resto de las fuerzas: Ejército, Prefectura, Gendarmería, Marina Mercante y Armada.

"El fin es histórico y didáctico. Para muchos de nosotros, que perdimos a nuestros viejos, esto también es un alivio. Sé que mi viejo se quedó allá. Si el día de mañana tengo un hijo y me pregunta dónde se quedó el abuelo tener un mapa puedo mostrarle donde está haciendo guardia", comenta Ezequiel en los pasillos de la sede Medrano de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), que exhibe los mapas, donde él cursa la tecnicatura en Gestión Aeronáutica.

Martel Barcia (38) hizo un mapa para cada fuerza. Consultó con ex combatientes de cada una para conocer dónde murieron sus soldados. "Lo armé con la idea de conservar el rigor histórico. Yo tenía la zona, me juntaba con los ex combatientes y terminábamos de corregir", detalla.

 

Nadie antes en 37 años que pasaron del último disparo de la guerra, pensó en diseñar estos mapas. Excepto Ezequiel. "Nunca se hizo. Es extraño, pero cada uno es bueno en algo o tiene diferentes inquietudes. Y a mí me surgió, tenía algo que me generaba hacerlo y tuve el apoyo de todos. Me siento reconfortado cuando veo el trabajo en el rostro de los demás y sé que les gusta", se enorgullece Martel Barcia, que trabaja como personal civil en la Fuerza Aérea.

Para el caso de los aviadores, el trabajo fue ubicar tentativamente el lugar donde cayeron. "No podés poner la coordenada, como en el caso del avión de papá, que es aproximada. Porque desde el impacto hasta que el avión cae, más el movimiento del mar, puede variar mucho, son los puntos en las zonas", detalla.

En el caso del Ejército la complejidad fue otra. Ezequiel no podía plasmar a todos los que murieron en el mapa, porque fueron muchos: 16 oficiales, 35 suboficiales y 143 soldados conscriptos. "Entonces puse las zonas donde peleó cada regimiento y a los caídos los puse a los laterales del mapa. Es un trabajo que se hizo con mucho respeto hacia todos los héroes, y traté de buscar la forma en que fuera lo más visible y educativo para todos, sobre todo para las generaciones que vienen, para que vean que en ese lugar hubo argentinos peleando. Están enterrados en el cementerio, pero el lugar donde pasaron a ser guardia eterna fue en ese punto del mapa", explica.

 

A Martel Barcia le llamó mucho la atención "la entrega que tuvo cada fuerza". Cuando tuvo confeccionados todos los mapas superpuso como si fueran capas cada uno y se dio cuenta la enorme distribución en un territorio que, explica porque estuvo dos veces, es inmenso. "Te hace generar conciencia: empezaba a ver los puntos y después de la vez que viajé en 2017, te deja la duda: cómo pudieron haber hecho lo que hicieron contra uno de los tres ejércitos más importantes del planeta, peleando en lugares muy jodidos, pensás en la logística, el despliegue y el accionar", dice con asombro.

El agujero de Malvinas ocupa una gran parte del corazón de Ezequiel. No es lo primero que activa sobre la Guerra. Dos veces fue para surfear en las playas cercanas a donde el Hércules que piloteaba su papá fue derribado. Y también consolidó una amistad con el oficial inglés que tiró abajo el avión de su padre. Contra todo lo que pueda creerse, Martel Barcia entabló muy buenas relaciones con los isleños, que lo recibieron con respeto y afecto.

"De mi parte me sentí muy a gusto con los kelpers. Si me decís con qué me vine del viaje, te voy a decir que me trataron muy bien. Yo fui a buscar que me trataran bien. Me puse a disposición de ellos. Yo quería que me acompañaran. Fui con esa postura. Y ellos sabían y me sorprendieron todos los gestos que tuvieron conmigo", relata.

 

El trabajo que hizo sobre los mapas no se lo guardó. El mapa con los 55 caídos de Fuerza Aérea lo presentó formalmente en 2014 en una jornada de puertas abiertas en la Base de Morón. Al año siguiente entregó a Gendarmería en un acto de bautismo de fuego, el mapa con los siete caídos de esta fuerza. "Cuando pasé al frente me presenté y le dije 'soy hijo de un caído de otra fuerza pero el orgullo es el mismo' y hoy vengo a entregarle la lámina y estaba el hijo de un caído de Gendarmería y nos emocionamos juntos", cuenta.

El año pasado hizo lo mismo con el mapa que localiza los dos caídos de Prefectura Naval y este año entregará los propios a Ejército, Armada (375 muertos) y Marina Mercante (18).

Para Ezequiel Martel Barcia haber terminado de ubicar a los 649 héroes de Malvinas es una satisfacción, casi un sueño cumplido. Pero no el único al respecto. Su tarea no se termina con la exhibición. Cada mes ahorra dinero extra y manda a imprimir las láminas de Fuerza Aérea con un fin: "Quiero que en cada unidad de la fuerza esté el mapa. Ya lo hice en tres unidades: Tandil, Villa Reynolds y Palomar y me falta el resto. La idea es que el mapa esté en cada brigada. También en los institutos de formación".

 
El piloto Rubén Martel, caído el 1º de junio de 1982, cuando Ezequiel tenía 10 meses de edad

Días atrás le pidieron copias de cada uno para exponer en Aeroparque, lo que lo enorgullece. Pero su objetivo máximo es otro: "El sueño más grande sería que pudieran estar en todas las escuelas, que haya un lugar en cada escuela que muestre dónde se quedaron para siempre nuestros héroes. Y que sea un motivo de orgullo. Ahora sabemos dónde está cada uno. Sabemos que en esa parte de ese mapa tan grande quedó nuestro ADN".

jueves, 25 de julio de 2019

Anecdotario argentino: La gaviota gallinera

Gallina, la gaviota



En pleno operativo de recuperación, el 2 de abril de 1982, trasladaron muy herido al teniente de fragata Diego García Quiroga hasta el rompehielos “Almirante Irízar”, que funcionaba como buque hospital.

García Quiroga, un buzo táctico de 28 años, integraba el primer equipo que desembarcó en Malvinas y debía tomar la casa del gobernador isleño Rex Hunt.

En la residencia oficial recibieron el fuego de los Royal Marines y ocurrió la única muerte de la “Operación Rosario”: el capitán de fragata Pedro Giachino, jefe de esa Unidad de Tareas 40.1.5. Y hubo 2 heridos: el cabo enfermero Ernesto Urbina, que fumando esperaba atención con los intestinos al aire, y García Quiroga, a quien le pegaron 3 balazos: uno le atravesó el codo, otro el torso y el tercero se incrustó en un cortaplumas suizo que colgaba de su cinturón, a la altura de la ingle.

Estaba grave.

Un helicóptero llegó al “Irízar” con sangre para hacerle una transfusión. Aterrizó en la cubierta, dejó el material y despegó. El motor de la máquina succionó a una gaviota que volaba cerca de la popa. Fue un momento de tensión: si el pájaro entraba en la turbina, el helicóptero podía caerse al agua. Finalmente, pese a un esfuerzo enorme, la gaviota no pudo evitar las paletas del rotor de cola y quedó destrozada.

-¡Muy bien hecho! -gritó un conscripto del Batallón de Apoyo Logístico-. A estos ingleses ni las gallinas les vamos a dejar vivas.


Clarín

martes, 5 de junio de 2018

Diplomacia: El tarado de Marcos Peña homenajea a los caídos británicos

Marcos Peña inició sus actividades en Londres con un homenaje a los soldados caídos en Malvinas 


El jefe de Gabinete llegó ayer a la capital inglesa y hoy comenzó una ronda de reuniones con autoridades del gobierno del Reino Unido y con representantes parlamentarios


Infobae



 
El jefe de Gabinete, Marcos Peña, durante el homenaje a los soldados británicos caídos en Malvinas



El jefe de Gabinete, Marcos Peña, inició hoy su agenda en Londres, donde mantendrá reuniones con autoridades del gobierno del Reino Unido y con representantes parlamentarios, para analizar distintos temas que forman parte de la agenda bilateral.


Tras haber arribado ayer a la capital inglesa, el funcionario argentino inició la jornada con un homenaje a los soldados británicos y argentinos caídos en la Guerra de Malvinas en St. Paul's Cathedral a las 5:30, hora argentina, junto al ministro de Estado para Europa y las Américas de la cancillería británica, Alan Duncan, y en un gesto de reciprocidad con el canciller británico Boris Johnson, quien el 20 de mayo pasado en Buenos Aires depositó una ofrenda floral ante el monumento erigido en la Plaza San Martín, en el barrio porteño de Retiro.



 

Marcos Peña junto al ministro de Estado para Europa y las Américas de la cancillería británica, Alan Duncan, esta mañana en el homenaje


Participaron también el embajador británico en Argentina, Mark Kent, el embajador argentino en Inglaterra, Carlos Sersale di Cerisano y el veterano británico de la Guerra de Malvinas, Geoffrey Cardozo.


 


A las 11:15, Peña se reunirá con Johnson y luego mantendrá encuentros con el secretario de Estado para el Comercio Exterior, Liam Fox; el ministro de Economía, Philip Hammond, y el secretario de Estado de Medio Ambiente, Alimentos y Agroindustria, Michael Gove.


Además, el jefe de Gabinete se reunirá con parlamentarios miembros del Grupo de Amistad con Argentina y por la noche compartirá una cena en la Residencia Oficial Argentina con miembros del Gobierno, el Parlamento, académicos e inversionistas.


En tanto, mañana continuará con dos rondas de reuniones con empresarios e inversores y brindará una conferencia sobre el tema "Presidencia Argentina del G-20– Cambio político promoviendo una agenda para una economía global sustentable".

 


El broche de la agenda será la entrevista pactada con Peter Hill, secretario de la primera ministra Theresa May; David Lidington, ministro del Gabinete, y Mark Sedwill, consejero de Seguridad Nacional.


Luego viajará a Nueva York donde el miércoles mantendrá reuniones con empresarios, inversores y autoridades diplomáticas.


En la ciudad estadounidense, Peña compartirá un desayuno con autoridades del Consejo Empresarial para el Entendimiento Internacional y llevará a cabo a diversos encuentros con inversores, empresarios y representantes del mundo financiero, tras lo cual asistirá a un almuerzo servido en honor del jefe de Gabinete en el Council of Americas.


Por otra parte, Peña también se reunirá con la embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Nikki Haley.


El jefe de Gabinete inció su gira el lunes pasado, cuando viajó a La Habana, acompañado por el secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo.