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martes, 30 de agosto de 2022

Jesús Pereyra, el comando anfibio que fue a San Carlos

Un santafesino en el Beagle, Malvinas, y el Golfo Pérsico

Por Javier Alfonso || La Opinión

 
Jesús Alberto Pereyra (62), es un santafesino nacido en la localidad de Clarke (Dpto. San Lorenzo), y que lo une a nuestra ciudad el vínculo familiar, ya que es primo hermano del rafaelino Domingo Barberis.
La particularidad de Pereyra es que pertenece a un puñado de hombres que quedó grabado para siempre en la historia argentina, ya que Jesús es un soldado profesional de la Armada Argentina, que como comando anfibio (buzo), fue uno de los primeros en desembarcar y tocar tierra en la recuperación de nuestras Islas Malvinas, en la fría mañana del 2 de Abril de 1982. En aquel momento Jesús contaba con 30 años.
Y la historia no termina allí, ya que Pereyra también pertenece al selecto grupo de soldados profesionales que el Gobierno Argentino envió en 1990-1991 a participar de la Guerra del Golfo (defensa de Kuwait y primera guerra contra el gobierno del iraquí Saddam Hussein), cuando la Argentina prestó tareas de apoyo a las fuerzas de la OTAN.
Pereyra participó del desfile del 9 de Julio que tuvo lugar en Rafaela, en el grupo de veteranos de Malvinas, siendo la primera vez que participa en un acto de estas características en la provincia de Santa Fe.
Retirado en 2003 de la Marina, hoy Pereyra vive en Pehuén-Có (Pcia. de Buenos Aires) como docente en la Marina mercante. El día de la fecha patria, Jesús honró con su visita la Redacción de LA OPINION.

LOS INICIOS Y EL BEAGLE
Sobre sus inicios, contó que la elección de su carrera fue casi accidental, ya que estando de joven en Rosario, a los 17 años, se anotó en una oficina que incorporaba jóvenes para la Armada. "Ni bien llegué a la primera Plaza de Armas de la Marina me di cuenta de que eso era lo que yo quería para mi vida. Lo tomé con mucha vocación y seriedad. Curso que había me anotaba", comentó.
Así, recaló en una unidad de tropas especiales, que es la Agrupación de Comandos Anfibios de la Infantería de Marina, cumpliendo tareas de frontera, en la montaña, en la selva, saltando en paracaídas, como buzo, "todos los medios de aproximación conocidos para alcanzar objetivos especiales", señaló; aprendiendo no sólo en la Armada sino también en el Ejército. En tiempos de la guerra de Malvinas su base estaba en Mar del Plata.
Pereyra narró que también estuvo en el conflicto del canal del Beagle con Chile en 1978.
"Estaba en la selva, me subieron a un avión y bajé en Ushuaia", dijo. En ese conflicto con Chile, comentó que tuvo que participar en "tareas previas al inicio del combate", afirmando que se estuvo a un paso de iniciar esa guerra. "Ya tenía mi misión asignada, que era volar una destilería que tenían los chilenos en Cuyen (Puerto Montt). Estuvimos ahí, y horas antes nos llegó el informe por radio de cancelar la misión", afirmó.

MALVINAS
"Me enteré que iba a Malvinas el día antes de desembarcar en Malvinas, cuando ya estábamos en el barco", aseguró contundentemente. "Fue totalmente secreto, hasta para nosotros", añadió. Dijo que se dio cuenta de que iba a un combate por los aprestos: armamento nuevo, equipos y muchas municiones que llevaban. "La orden es que debía ser incruenta, sin herir ni matar a nadie", apuntó.
El marino dijo que la operación iba a ser el 1 de abril, pero que por las condiciones climáticas y el mar "picado" debió suspenderse. Al día siguiente se produjo el desembarco; "allí perdimos un helicóptero y botes. También los tambores de nafta, por eso fuimos en los botes neumáticos sólo con nafta para la ida. El buque nos desembarcó no muy lejos, a unos 5 km. de la costa", señaló.
"Los ingleses -continuó- ya nos esperaban. Se habían enterado por Radio Colonia de Uruguay, y a las 22 empezamos las tareas", dijo Jesús. Gráficamente, debió bajar en medio de la oscuridad, en un mar helado y picado a 5 kilómetros de la costa más cercana, solamente con nafta para la ida. "También estaba lleno de algas, que eran como enredaderas y nos trababan las hélices de los motores", agregó. "Yo iba a la vanguardia, teníamos un kayak y un bote neumático y así desembarcamos en una playita de 60 metros, que para el propósito servía", dijo.
Al desembarco hubo combates, y no fueron gratuitos. "Tuvimos la baja del capitán Pedro Giachino que era el jefe de mi grupo, el primer argentino caído en combate", afirmó Pereyra con cierta tristeza, comentando que luego de eso volvieron a Río Gallegos y luego a su base a Mar del Plata.
No por mucho tiempo. "El 4 de abril me fueron a buscar a mi casa para decirme que tenía que volver a Malvinas, y el 7 de abril ya estaba allá. Mi primera tarea fue censar quienes vivían en el campo, quitarles armas y comunicaciones, y tomamos como prisioneros a algunos soldados ingleses infiltrados del SAS".
"Cuando los ingleses desembarcaron en San Carlos -prosiguió- la cosa se puso más difícil. Ahí mi tarea era infiltrarme, tomar información y pasarla. Luego de 7 días, el helicóptero nunca vino a buscarnos y debimos empezar una marcha a pie de retorno de 90 km hacia Puerto Argentino", señaló.
Y puntualizó que "llegando a 7 km de Puerto Argentino, ya había tropas inglesas y yo no lo sabía, así que ingresé y nos emboscaron. Caí herido con un compañero, y prisionero" detallando que recibió heridas de bala graves en el pie y esquirlas en la espalda.
Eso fue el 31 de mayo y quedó prisionero hasta el 24 de junio de 1982. "Nos recibieron -prosiguió- agentes ingleses de inteligencia que nos trataron muy mal y nos golpearon, pero más que nada era un amedrentamiento psicológico. Luego el trato fue más honorable", aseguró. Incluso fueron los mismos ingleses quienes lo operaron de sus heridas, con una "atención hospitalaria excepcional, y una segunda operación en el buque Canberra. Tenía un pie muy mal, casi para amputarlo, pero sin embargo sus médicos me lo salvaron", dijo.
Finalmente, el 24 de junio el buque Canberra lo bajó en Puerto Madryn y de allí volvió a Mar del Plata, comentando que las fuerzas argentinas ya lo habían dado por muerto. "Desaparecido en combate" estaba Pereyra técnicamente. Luego de finalizada la guerra, Jesús permaneció en la Marina hasta el 2003 cuando se retiró.

GOLFO PERSICO
Pasados los años, Pereyra se especializó en «Guerra química, biológica y nuclear» y siendo instructor en una escuela, ocurre la invasión de Irak a Kuwait y la intervención de EE.UU. y la OTAN. El gobierno argentino decidió intervenir enviando dos barcos y Pereyra recibió la orden de incorporarse a la dotación de uno de ellos, como especialista en protección contra guerra química. Allí permaneció 7 meses -en Emiratos Arabes- desde 1990 al '91.
Pasado el tiempo, en 2003, se retiró luego de un frondoso servicio. Cuando fue a Malvinas estaba casado y tenía un hijo de tres años; y al día de hoy varios nietos.

miércoles, 29 de junio de 2022

ARA: El rol las FAC Intrépida e Indómita en el conflicto

El rol de las lanchas rápidas ARA Intrépida e Indómita en el lapso de la Guerra de las Malvinas

 


Luego de haber zarpado el crucero de batalla ARA General Belgrano, los destructores Piedrabuena y Bouchard le siguieron, además el aviso ARA Gurruchaga, y las lanchas rápidas ARA Intrépida y ARA Indómita, que junto al buque tanque de YPF Puerto Rosales completaban la Fuerza de Tareas 79.3 (el grupo de combate naval más austral de la Flota de Mar).La Fuerza de Tareas 79.
A su vez la Agrupación de Lanchas Rápidas concentraba en Puerto PARRY (Isla de los Estados) a las Lanchas Rápidas "INTREPIDA" (P-85) al mando del Capitán de Corbeta César Hugo del Pozzi e "INDOMITA" (P-86) al mando del Capitán de Corbeta Alberto César Secchi, con dependencia operativa Area Naval Austral, con asiento en la Base Naval Ushuaia, siendo el jefe de esa Base Naval el Capitan de Fragata Anatol Juan Tarapow.



El grupo se encontró y completó en la Isla de los Estados, puntualmente en Puerto Parry, donde las lanchas, por tener una escasa autonomía (comparandose con sus grandes compañeros y dada la amplitud de la misión), reabastecieron sus reservas de alimentos y tanques de combustible (proveniente del tanquero), y allí esperaron hasta que comenzaron las hostilidades.

Rol desempeñado durante la guerra

Por las características de las misiones planificadas y por el desarrollo de las acciones, ninguna de las TNC 45 intervino en el “Operativo Rosario” durante el cual fueron retomadas las Islas Malvinas el 2 de Abril de 1982. Tampoco fueron asignadas por el Comando de la Flota de Mar a la Fuerza de Tareas 79, que desarrolló acciones de combate contra las unidades de la Royal Navy.
Cuando se desató el conflicto de Malvinas, en Abril de 1982, el Comando Naval ordenó al Comandante de la Agrupación de Lanchas Rápidas y a los Comandantes de las mismas su inmediato desplazamiento a la Isla de los Estados, con punto de apoyo en Puerto Parry interior, como posición más cercana al TOM (Teatro de Operaciones Malvinas) para cumplir con funciones operativas relacionadas con el conflicto.



La lancha rápida ARA “Intrépida” (P-85) fue destacada el día 3 de Abril de 1982 hacia la zona este del Canal Beagle para realizar operaciones de vigilancia y el día 5 de Abril a la Isla de los Estados donde operó, en forma ininterrumpida en aguas del TOAS (Teatro de Operaciones del Atlántico Sur).
Por encontrarse en reparaciones, la lancha rápida ARA “Indómita” (P-86) fue destacada un tiempo después, a mediados de abril para ocupar posición en la Isla de los Estados junto con la ARA “Intrepida” (P-86) y realizar operaciones en el TOAS.



Con posterioridad se sumó a las lanchas el Aviso ARA “Francisco de Gurruchaga” (A-3) integrante del Grupo de Tareas 79.3 que actuó como soporte logístico de las lanchas hasta que debió desplazarse para el rescate de náufragos del Crucero ARA “General Belgrano” torpedeado por el submarino inglés HMS Conqueror, el 2 de Mayo, fuera de la Zona de Exclusión.
El día 12 de Abril la Lancha Rápida “Intrépida” recibió la orden de zarpar de Puerto Parry y dirigirse al extremo este de la Isla de los Estados a los efectos de realizar, en condiciones de combate, búsqueda electrónica del destructor HMS "Exeter", que había pasado a 60 millas al sur del Cabo de Hornos en tránsito dentro del TOAS con rumbo hacia el teatro de operaciones Malvinas, no pudiendo establecer contacto, por lo que al otro día retornó a Puerto Parry.



También realizaron ejercicios a fines de Abril con el Crucero clase Brooklyn ARA “General Belgrano” (C-4) y los destructores clase Sumner ARA “Piedra Buena” (D-29) y ARA “Bouchard” (D-26) en aguas australes cerca de Isla de los Estados.
Si bien en algún momento el alto mando naval analizó la opción de destacarlas a las Islas Malvinas para hacer patrullajes en el Estrecho de San Carlos, se priorizó su reserva en Tierra del Fuego, como prevención a que las fuerzas armadas chilenas aprovecharan la ocasión para dar algún golpe de mano sobre territorio argentino.

En la Posguerra

A partir del apostadero naval de Ushuaia la Agrupación de Lanchas Rápidas cumple esencialmente navegaciones de adiestramiento, patrullaje y control de tránsito marítimo en la zona del Canal de Beagle, Estrecho de Le Maire e Isla de los Estados. De acuerdo al plan de instrucción se cumplen anualmente ejercitaciones en operaciones contra unidades de superficie y aéreas, y tiro contra objetivos de superficie terrestres en apoyo de la Infantería de Marina.



Ocasionalmente han intervenido en misiones de búsqueda y rescate, como fue el caso del Learjet 35 (LV-TDF) de la Gobernación de Tierra del Fuego, que se estrelló sobre el mar el 15 de Mayo de 1984 produciendo la muerte de sus 12 ocupantes. Otra actividad inusual fueron las acciones de vigilancia e inteligencia que cumplió la ARA (P-85) ”Intrépida” desde la Isla de los Estados, entre el 5 y el 27 de Marzo de 1988. En esa oportunidad la Armada Argentina llevó a cabo el denominado “Operativo Grifo”, en respuesta a las ejercitaciones inglesas “Fire Focus” en la zona de las Islas Malvinas.
En 1990 se reformó la Agrupación de Lanchas, pasando a ser la Escuadrilla de Lanchas Rápidas con las Lürssen y las Dabur a las ordenes del Capitan de Fragata Sifreddi.



En Febrero de 1995 la ARA (P-85) ”Intrépida” se traslado hacia Puerto Belgrano con el apoyo de la corbeta ARA (P-31)” Drummond”, para ser sometida a trabajos en la Base Naval Puerto Belgrano. Una de las modificaciones más importantes fue la reforma del sistema de armas. Uno de los cañones Bofors 40/70 fue retirado y en su lugar se instalaron dos rampas de misiles Exocet MM38 (recuperados de los destructores clase Gearing/Sumner radiados de servicio) lo que aumentó considerablemente su capacidad de combate.
En Septiembre del 2000, la ARA ”Intrépida” intervino en el operativo "Viekaren III", junto a naves del Distrito Naval Beagle de la Armada de Chile. Teniendo en cuenta las condiciones en que se encuentran las naves y los antecedentes previos, seguramente las lanchas rápidas Tipo TNC-45 continuarán operando en aguas argentinas por largos años.


sábado, 29 de agosto de 2015

Más sobre la colaboración chileno-británica

Nuevas revelaciones de la relación entre Chile e Inglaterra, el Beagle y las Malvinas
Documentos secretos que acaban de ser desclasificados dan cuenta del intercambio entre un diplomático chileno y otro británico en marzo de 1982



 Documentos secretos de la diplomacia británica. Foto: BBC Mundo

Un diplomático chileno que sabía mucho y uno británico que quería saber tuvieron un revelador intercambio poco antes de que comenzara la guerra por las Malvinas en 1982.

BBC Mundo tuvo acceso a documentos secretos de la diplomacia británica, desclasificados recientemente, que revelan detalles de su conversación.

Ocurrió a principios de marzo de 1982. La ofensiva diplomática argentina por las Malvinas no aflojaba y el olor de pólvora estaba en el ambiente.

En la embajada de Chile en la Argentina un teléfono suena. Es de la representación británica. El objetivo es reunir información.

Cuatro años antes, Chile y la Argentina casi se habían enfrascado en una guerra por la soberanía de las islas Picton, Nueva y Lennox, ubicadas en el canal Beagle, la unión más austral de los océanos Atlántico y Pacífico.

David Joy, entonces consejero de la embajada británica, quiere saber lo que su par chileno, Raúl Schmidt, podía contarle sobre aquella experiencia, que pudiera arrojar luces sobre una posible guerra.

INFORMACIÓN DE PRIMERA MANO

Según consta en el archivo secreto "Argentina/Chile: la disputa por el canal Beagle", perteneciente al Ministerio de Relaciones Exteriores británico, Joy estaba interesado "particularmente en escuchar sus comentarios sobre el origen común de los problemas actuales de soberanía de Argentina con ambos gobiernos, el británico y el chileno".

Schmidt había sido jefe de gabinete del ministro de Relaciones Exteriores de Pinochet hasta 1978, el almirante Patricio Carvajal. Contaba, entonces, con información privilegiada y de primera mano sobre el tema.

Lo que escuchó de Schmidt lo envió de inmediato a sus superiores, según consta en un memorándum restringido que remitió a Colin Bright, encargado de la sección Sudamericana del ministerio del Exterior británico.

Pero no sería hasta un mes después que al gobierno del Reino Unido le encajarían las piezas del rompecabezas.

LA TESIS SCHMIDT

"La tesis de Schmidt se basa esencialmente en la necesidad de la Armada argentina de tener un puerto estratégico más al sur de su actual puerto seguro más austral, Puerto Belgrano (en el sur de la provincia de Buenos Aires). La opción obvia, Ushuaia, no es satisfactoria desde este punto de vista, dado que se encuentra bajo constante vigilancia chilena", explica el informe de la diplomacia británica al cual BBC Mundo tuvo acceso.

"Por lo tanto, los argentinos están, según Schmidt, desesperados por conseguir algún otro puerto seguro en el sur, necesidad que puede verse satisfecha accediendo a las islas del sur del Beagle o a las Falklands. En este contexto, él cree que las disputas por la soberanía están vinculadas", continúa el informe.

El 15 de marzo el informe fue recibido y distribuido entre los altos cargos del Ministerio de Relaciones Exteriores británico.

Entonces viene la anotación a mano, que sugiere que dos semanas antes de estallar la guerra y con las relaciones entre Buenos Aires y Londres ya cortadas, los británicos estaban dispuestos a negociar un asentamiento naval argentino en las islas.

"Creo que todos estamos de acuerdo en que el interés argentino en la seguridad del Atlántico Sur es parte de su interés por ganar soberanía de las islas. Después de todo, si todo lo que quieren fuese una base naval, podríamos acomodarlos fácilmente".

"¿Podríamos acomodar fácilmente una base naval argentina? Porque de ser así, deberíamos tener esta idea en mente si reanudamos las negociaciones", completa otro comentario manuscrito sobre el mismo documento.

UNA TEORÍA "CON MUCHO SENTIDO"

Según Joy, la conversación con Schmidt era la primera en sugerir que ambos conflictos territoriales por islas del sur estaban interconectados.

"Tiene mucho sentido", le asegura a BBC Mundo Francisco Panizza, experto en política latinoamericana de la Escuela de Gobierno de la London School of Economics.

Según el profesor, siempre ha habido muchas teorías, pero un vacío histórico para determinar por qué el gobierno de facto del general Leopoldo Galtieri eligió ese momento para invadir las islas británicas.


 La tesis Schmidt. Foto: BBC Mundo

¿ANTICIPO O CRÓNICA ANUNCIADA?

Más allá de la conversación diplomática, los documentos desclasificados revelan que el gobierno británico siguió con interés el conflicto entre Argentina y Chile por las tres islas estratégicas durante un buen tiempo.

Según consta en el archivo secreto, en 1982 Argentina llevaba cuatro años de "intenso lobby" internacional para lograr revertir la mediación papal de 1978, que corroboraba la decisión de la Corte Internacional británica de adjudicarle la soberanía de las islas a Chile.

"Aún no está claro cómo los argentinos seguirán manejando la disputa de, dada su falta de apoyo internacional"

Sin embargo, Argentina cometió un error estratégico, desde el punto de vista de la diplomacia internacional, que terminó por sepultar cualquier posibilidad de apoyo, según evalúan los papeles del gobierno británico.

La derogación a principios de año del tratado que 10 años antes había firmado con Chile para someter sus conflictos territoriales a arbitraje internacional no fue bien recibido por la comunidad diplomática.

Tras dos intervenciones internacionales desfavorables, una casi guerra y años de lobby, parecía poco productivo para Argentina mantener los esfuerzos.

"Aún no está claro cómo los argentinos seguirán manejando la disputa, dada su falta de apoyo internacional", aseguraba un informe confidencial realizado por el Ministerio de Relaciones Exteriores para 10 Downing Street, sede del gobierno británico.

El documento fue redactado el 29 de abril de 1982, sólo tres días antes de que la marina británica hundiera el General Belgrano, buque insignia de la marina argentina, hecho que determinó el curso de la guerra, favorable para los ingleses.



LA NACION publicó varios artículos sobre las revelaciones del archivo inglés. Unos 3500 documentos acaban de ser desclasificados, entre los que se incluyen inéditos testimonios de la ex primera ministra británica Margaret Thatcher, documentos de su oficina privada en Downing Street, del "gabinete de guerra", comunicaciones del Foreign Office, del Ministerio de Defensa, del Almirantazgo y todo el material que resultó en el Reporte Frank (Frank's Report), el equivalente británico del Informe Rattenbach que se elaboró en la Argentina sobre la actuación militar en la guerra.