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viernes, 13 de noviembre de 2020

Biografía: Andrew P. Legg y su fallida incursión terrestre a la BAN Río Grande

Malvinas 35 ~ Capitán Andy


Andy Legg


William y Joan Legg se casaron en 1943 en la Isla de Wight y tuvieron su primer hijo en 1946. Casi diez años después, en 1954, nació Andrew.

Andy fue comisionado como segundo teniente en el Regimiento Real de Hampshire el 3 de octubre de 1976 y sirvió en Irlanda del Norte y Omán. En el momento de la invasión de las Malvinas era Capitán en el Escuadrón B 22 SAS (6 Tropas).

Hubo muchos aspectos de la Guerra de las Malvinas y de algunos se habló menos que de otros. La Operación Plum Duff ha sido descrita como las misiones más audaces que jamás haya realizado el Regimiento. Si uno mira Bear Grylls, podría esperar que estos hombres de la élite de la élite en el SAS pudieran hacer cualquier cosa, en cualquier lugar, pero siguen siendo humanos y nunca es tan simple.

La Operación Mikado planeada por el brigadier Peter de la Billière era un plan para destruir a los tres Exocets restantes del país, cinco cazas de ataque Etendard que los llevaban y para matar a los pilotos en sus habitaciones. La idea era aterrizar aproximadamente 55 soldados del SAS en dos Lockheed C-130 Hercules en la pista de Rio Grande. Uno de ellos había destruido el HMS Sheffield. Se pensó que si se sacaba otro portaaviones, Gran Bretaña seguramente perdería la guerra. Los aviones C-130 se mantendrían en la pista con los motores en marcha y listos para recoger a los hombres del SAS una vez cumplida su misión. Si el avión no sobrevivía, las tropas lo llevarían hasta la frontera chilena a unas 50 millas de distancia.

La Operación Plum Duff fue dirigida por Andy y constaba de ocho hombres de este regimiento de primera. Suena bien en teoría, ¿no? El plan era averiguar todo lo posible sobre la base aérea enemiga en Río Grande en Tierra del Fuego como preparación para el asalto principal.

La tripulación del Sea King en el que viajaban estaba entrenada para volar con gafas de visión nocturna. Partieron del HMS Invincible en la noche del 17 al 18 de mayo en un helicóptero desmantelado que se hundiría en aguas profundas una vez que los hombres fueran arrojados, una misión de ida ya que tendrían que acercarse tanto a la base.

El invierno en el Atlántico Sur es brutal. No iba a ser tan simple por muy bien entrenados que estuvieran estos hombres, pero una serie de eventos llevaron no solo a que se abortara la misión, sino al regreso seguro de los hombres para que no todo estuviera perdido. Andy debería estar muy orgulloso de eso.

A medida que se acercaba a la costa argentina después de cuatro horas, la niebla redujo la visibilidad de vuelo a menos de una milla. En la aproximación a solo doce millas del punto de descenso planeado del SAS, la visibilidad se redujo aún más y el piloto se vio obligado a aterrizar. Andy estaba convencido de que habían sido detectados por una patrulla argentina y no estaba de acuerdo con el piloto en cuanto a su posición exacta. El equipo de SAS fue depositado en la costa sur de Bahía Inútil, el plan para hundir el helicóptero en aguas profundas salió mal y luego de que se estrellara en la playa, la tripulación prendió fuego al helicóptero y detonó cargas explosivas antes de salir del escena.

Según fuentes argentinas, el helicóptero fue rastreado por el radar del destructor ARA Bouchard, fueron retumbados y la noticia fue retroalimentada a la base de Río Grande. La falta de inteligencia significaba que las fuerzas británicas no tenían una idea clara de cómo se defendía Río Grande, ni información sobre cómo estaba organizada la base, ni dónde se almacenaban los Exocets ni dónde estaba el desorden del piloto. Tampoco tenían garantía de que los misiles estuvieran almacenados allí. La Operación Mikado fue vista por hombres SAS experimentados como una misión suicida e imposible de llevar a cabo. Los argentinos tenían mejor equipo de radar de lo que se pensaba.

A 64 kilómetros de Argentina, en Chile, los hombres solo tenían raciones para 4 días. No completamente seca por una caída anterior en paracaídas al mar, la niebla fue reemplazada por aguanieve que ya traía su propia humedad. Solo les quedaban 3 horas de oscuridad para abrirse camino y las tropas cubrían menos de 1½ millas por hora. He marcado ese terreno y no estoy seguro de cómo alguno de nuestros hombres logró marcar su tierra desigual e implacable en la oscuridad. Llevaba una botella de agua que estos hombres llevaban cerca de 80 libras, incluidos explosivos y temporizadores, el Armalite M15 estándar y una pistola Browning de 9 mm.

Tenían dos mapas, uno era una hoja endeble que parecía haber sido sacada de un atlas escolar de la década de 1930. El segundo fue la edición de 1943 de un mapa argentino con el sello "Cambridge University Library 1967". A pesar de un hombre enfermo con fiebre alta y falta de inteligencia y raciones, una vez que lograron llegar Hereford (cuartel general del SAS) increíblemente, ¡les ordenó continuar! Para entonces, Andy y su equipo habían llegado a la conclusión de que Hereford siempre había estado dispuesto a descartarlos.

Finalmente, la misión abortó, se les dio una cita y esperaron con anticipación el 22 de mayo, pero 3 días después todavía no había nadie a la vista. El 26 de mayo, Andy y otro policía partieron hacia Porvenir, el pueblo más cercano, a más de 50 millas de distancia. Esa noche se toparía con los hombres de la SBS que se suponía que iban a rescatar a su tropa. Nadie hasta el día de hoy sabe por qué no se hizo ningún intento de recoger a esos hombres. El 30 de mayo, los ocho hombres, ahora vestidos de civil y en el más estricto secreto, abordaron una avioneta con destino a Santiago. El 8 de junio se les ordenó regresar a casa. Andy dejó el ejército poco después.

Se están planteando muchas preguntas sobre esta guerra, algunas de las cuales aún salen a la luz. La regla de los 30 años protege mucho, pero como ocurre con todas las cosas en la vida, la verdad siempre saldrá a la luz, sin importar cuánto la gente trate de suprimirla. Por lo que he leído, Andy parece haber sufrido una "culpa de superviviente" como muchos hombres que conozco de esa época. Sus medallas quedaron en el ático acumulando polvo hasta que salieron a subasta este año. No debemos asumir que eso lo hace sentir menos orgulloso de lo que intentó lograr y el destino es lo único que decide quién vive y quién muere ……… .. Andy sobrevivió y sigue viviendo con su esposa e hijos. 


Falklands 35

lunes, 10 de febrero de 2020

Malvinas: La operación Mikado en la versión rusa

Malvinas: las aventuras de las fuerzas especiales británicas en la Patagonia

Revista Militar (original en ruso)




La operación Mikado planeada por los británicos durante la Guerra de Malvinas a veces se menciona brevemente en fuentes rusas. En 1979, Argentina ordenó en Francia, entre otras armas y misiles Exocet. En abril de 1982, los argentinos, según el vendedor, la compañía francesa Aerospatiale, lograron obtener cinco de esos misiles antibuque, que se almacenaron en la base aérea argentina del Río Grande en Tierra del Fuego. El 4 de mayo, el cohete Exocet dañó severamente al destructor Sheffield, que luego se hundió. Este incidente impresionó a los británicos. Según la inteligencia británica, el 13 de mayo, los argentinos tenían tres cohetes listos para usar, y era urgente resolver el problema con ellos. Para destruir misiles y aviones argentinos, se desarrolló la operación "Mikado".

El plan original de ataque al Río Grande incluía el uso de un par de Hércules C-130 con 50-55 fuerzas especiales británicas SAS a bordo. Se suponía que los Hércules saldrían volando de una base aérea en la Isla Ascensión en el Atlántico y, disfrazándose de C-130 argentinos, se sentarían audaz y abiertamente en Río Grande. Después de aterrizar, los atacantes, en teoría, atacarían hasta que los argentinas se quedaran sin aviones y destruyeran todo a su paso, incluido los Exocet. Después de completar la misión, el Hércules despegaría y se dirigiría a la base de Punta Arenas en Chile, o sería volado y los comandos caminarían hacia la frontera chilena.

Como parte del Mikado, se desarrolló una operación de reconocimiento por separado, Christmas Pudding, que es poco conocida en Rusia, y los detalles de los participantes directos se filtraron a la prensa británica solo esta primavera. El propósito de la operación es establecer la vigilancia de la base de Río Grande, recopilar información y prepararse para la fase principal del Mikado.

Los combatientes del SAS (Escuadrón B, 22 Regimiento SAS) de su base en el Reino Unido volaron al Atlántico. Luego, desde la Isla Ascensión en el Atlántico sur en las Hekules, fueron desembarcados en el océano y recogidos por el portaaviones Invencible. En los primeros minutos del 18 de mayo, un helicóptero Sea King con ocho cazas SAS despegó del Invencible. Después del despegue, el helicóptero de repente descubrió en su camino una plataforma de producción de gas en alta mar, que era conocida por todos, excepto por la inteligencia británica. La plataforma tuvo que volar y perder tiempo. Al final resultó que más tarde, el buque de guerra argentino vio un helicóptero, pero no abrió fuego, por temor a dañar la plataforma.

Después de varias horas de volar en la densa niebla sobre Argentina, el helicóptero se perdió y aterrizó. Otras versiones de lo que sucedió divergen. El piloto del helicóptero afirmó que, a pesar de la visibilidad casi nula, hizo todo bien, y el aterrizaje fue claramente en el lugar planificado, y el comandante del grupo SAS decidió que habían aterrizado en el lugar equivocado. Después de una breve reunión, discutiendo con los pilotos y con el temor de que el helicóptero hubiera sido visto y aterrizado en el área equivocada, se decidió que la operación se canceló y el helicóptero volaba a Chile. Dos soldados que ya habían aterrizado fueron conducidos de regreso por el comandante del grupo a un helicóptero.

La frontera entre Argentina y Chile fue cruzada en helicóptero, los combatientes de las fuerzas especiales aterrizaron en la costa sur de la Bahía Inutil por razones de seguridad.

El helicóptero fue a la base aérea chilena en Punta Arenas. Al no llegar a la base, la tripulación (3 personas) según el plan era destruir el automóvil. Decidimos hacer todo en silencio. Se sentaron, hicieron agujeros en el helicóptero, pero el primer intento de inundación no funcionó. Durante el próximo aterrizaje, el helicóptero se estrelló en la playa. La tripulación voló un helicóptero, se escondió durante 8 días en el suelo y luego se fue por su propia cuenta a Punta Arenas, donde el 25 de mayo se entregó al ejército y las autoridades locales. La tripulación del helicóptero fue transportada a Santiago, donde los pilotos dieron una sensacional conferencia de prensa internacional.

Al mismo tiempo, los soldados desembarcados de las fuerzas especiales estaban probando su destino. El equipo de Spenaz finalmente decidió que cumplirían su misión y se fueron al Río Grande. En sus manos tenían dos tarjetas emitidas en Inglaterra: una hoja rasgada del atlas de la escuela de los años 30 y una tarjeta argentina del año 43 con el sello de la biblioteca de la Universidad de Cambridge de 1967. Río Grande no se indicó en estos mapas. No había mapas a bordo del portaaviones, como esperaba el comandante del grupo. El grupo tampoco tenía suficientes provisiones para una batería de larga duración y dispositivos de visión nocturna.

Al amanecer del 18 de mayo, el grupo contactó y recibió órdenes de continuar la operación. En este punto, uno de los luchadores tenía fiebre alta. El comandante del grupo decidió esperar. El estado de ánimo general estaba deprimido. Las personas tenían la sensación de que ya habían sido canceladas y abandonadas a sus propios dispositivos.

El 19 y 20 de mayo, el grupo yacía en sacos de dormir bajo redes de camuflaje entre las pampas nevadas al aire libre, se sacudió por el frío y esperó a que el soldado se recuperara.

En la noche del 20 de mayo, comenzaron a moverse, pero quedaban unas 10 millas hasta la frontera con Argentina, y otras 30 millas tuvieron que ser cubiertas desde la frontera a lo largo del territorio enemigo hasta Río Grande. No era realista sin comida extra.

El 21 de mayo, durante una sesión de comunicación, se les ordenó llegar a cierto punto de evacuación, donde uno de los oficiales de SAS que ya estaba en Chile tuvo que esperarlos. Después de una sesión de comunicación, el walkie-talkie, que estaba mojado mientras aún aterrizaba en el Atlántico, falló.

El 22 de mayo, el grupo llegó al lugar designado, pero no se encontró con nadie. Los soldados esperaron otros tres días, gastando un suministro de alimentos que ya era deficiente.

El 26 de mayo, el comandante del grupo y otro luchador, dejando a las fuerzas principales y tomando sus pistolas, decidieron ir a la ciudad chilena de Porvenir. Se las arreglaron para detener el camión en el suelo y llegar rápidamente a Porvenir, desde donde hicieron una llamada desde la única cabina telefónica al cónsul británico. El cónsul estaba horrorizado, sin saber que se estaba llevando a cabo una operación especial, y aconsejó a las fuerzas especiales que se rindieran a las autoridades. Fue otro golpe a la moral. Y en la tarde del mismo día, el comandante del grupo y su luchador tropezaron inesperadamente en la taberna con tres de sus colegas de SAS, que no intentaron llegar al punto de evacuación por razones desconocidas. La sorpresa de los participantes del "Pastel de Navidad" no conocía límites.

El 30 de mayo, el grupo se cambió a ropa de civil y, con mayor secreto, fue enviado desde Porvenir a Santiago.

El 8 de junio, se les ordenó regresar a casa.

La carrera del comandante del grupo había terminado. Fue acusado de negarse a aterrizar durante el primer aterrizaje y robó un helicóptero en Chile, en lugar de realizar la operación. El comandante renunció a las fuerzas armadas británicas y hasta hace poco mantuvo la boca cerrada, pero en marzo de 2014 decidió contar la historia de las aventuras de SAS en la Patagonia durante la Guerra de las Malvinas.

Este episodio es el único intento confirmado por los británicos para llevar a cabo operaciones terrestres directamente en el continente de Argentina en esa guerra.

Los argentinos, sin embargo, tienen su propia visión de esta historia. Según ellos, los soldados argentinos lograron subirse a un helicóptero desde armas pequeñas al sur de Río Gallegos, lo que obligó a los británicos a cambiar su ruta de vuelo, llegar a territorio chileno y estrellarse bajo Punta Arenas.

En realidad, el fracaso de la operación preparatoria "Christmas Pudding" puso fin a la operación principal "Mikado", que recibió el sobrenombre de "Sure Death", por las críticas y la negativa a realizar lo que muchos soldados británicos perdieron sus puestos y el servicio militar.

Y el 25 de mayo, mientras el SAS se congelaba las bolas en las estepas patagónicas, los argentinos golpearon el Atlantic Conveyor, que se hundió unos días después, con dos misiles Exocet.

martes, 21 de enero de 2020

Operación Mikado: Detalles del entrenamiento de los C-130 británicos

La 'misión suicida' secreta de las Malvinas

¿La Operación Mikado habría sido un asalto valiente en las mejores tradiciones de la SAS o una misión suicida arrogante?


Los SAS eran muy buenos. Habrían destruido todo a la vista. "Arriba: un transportador de Hércules Foto: Alamy

Por Neil Tweedie y Thomas Harding || The Telegraph


Cinco de la mañana, 21 de mayo de 1982, siete semanas después del conflicto de las Malvinas. El operador de radar argentino en la base aérea de Río Grande, en la isla de Tierra del Fuego, está esperando su cama. Afuera, la lluvia sopla a través del aeródromo desierto.

El blip aparece de la nada, a 25 millas del mar, llegando rápido y bajo. De repente alerta, el operador llama a su oficial de servicio, pero la señal ya se ha desvanecido.

En el Atlántico Sur, dos transportes C130 Hércules del 47° Escuadrón de la Royal Air Force luchan durante la noche. Golpeados por fuertes vientos en contra, surcan las olas a 50 pies para evadir la detección. Los copilotos miran a través de las gafas de visión nocturna, guiando a los pilotos hacia la costa, un lapso suficiente para causar un desastre. La visión nocturna está en su infancia, los dispositivos son un regalo secreto de los estadounidenses. La tensión aumenta a medida que se acerca el aterrizaje sobre Argentina, la conclusión de un vuelo de 13 horas desde la Isla Ascensión que involucra dos encuentros en el aire con los petroleros Victor.

Detrás de las tripulaciones, en las cavernosas bodegas del Hércules, unos 60 hombres del Escuadrón B, 22º Regimiento SAS, preparan sus armas y vehículos, los Land Rovers se erizan con ametralladoras. Esta es una misión unidireccional, los mejores resultados son escapar a Chile neutral o ser capturados. El peor resultado es demasiado obvio.

Minutos después, los C130 aterrizan bruscamente en la pista de aterrizaje de Río Grande. Las puertas traseras ya están abiertas, las rampas bajadas raspan el suelo. En un instante, los Land Rovers están cargando directamente por el delantal donde se encuentran cuatro cazas Super Etendard de la Armada Argentina de fabricación francesa. Algunos de los SAS lanzan cargas a las tomas del motor, mientras que otros buscan a los pilotos Etendard, a quienes dispararán apenas los tengan en la mira. Otro grupo busca el arma que, sobre todo, amenaza a Gran Bretaña con la derrota en el Atlántico Sur: el Exocet. Momentos después, los primeras cargas explotan. Los disparos estallan. El mundo se disuelve en el caos.




Si hubiera sucedido, la Operación Mikado habría sido la incursión más dramática realizada por Gran Bretaña desde la Segunda Guerra Mundial, un golpe de mano desesperado con la intención de eliminar la amenaza Exocet a la fuerza de tarea de la Royal Navy que busca recuperar las Malvinas. Con el acercamiento del trigésimo aniversario de la guerra, algunos de los involucrados han arrojado nueva luz sobre una operación que puede verse como un asalto audaz en las mejores tradiciones de la SAS o una misión suicida arrogante.

"En mi opinión, lo vi como un boleto de ida", dice Tom Rounds, navegante de una de las dos tripulaciones de Hércules entrenadas para Mikado. “En mi última carta a mi esposa lo dije. Todos teníamos nuestras maletas empacadas. Si no volviéramos, solo tendrían que ponerlos en el próximo avión de regreso al Reino Unido y entregar mis cosas a mi señora ".

El SAS, conocido como "hooligans" para las tripulaciones de la RAF, comenzó a planear asaltos a los aeródromos argentinos a los pocos días de la invasión de las Malvinas el 2 de abril, y un mes antes de Exocet, un misil antibuque rozaolas antibuque construido en Francia en el escenario mundial.

"Los planificadores habían decidido que las bases de cazas eran objetivos aceptables", dice Rounds. “Calculamos que tomaría de 20 a 30 minutos. Los vehículos saldrían corriendo de gamberros para cosechar el caos. Sellaríamos el avión y despegaríamos en un minuto, cosas reales de la Segunda Guerra Mundial ”.

El entrenamiento fue intenso, involucrando ataques nocturnos simulados en campos de aviación de la RAF desde Kinloss en Escocia hasta Binbrook en Lincolnshire. El libro de reglas se rompió cuando el Hércules rugió bajo sobre Gran Bretaña, tratando de entrar en los campos de aviación sin ser visto por el radar terrestre. "A los comandantes de la estación se les dijo que podríamos llegar en cualquier momento y que no llamaríamos a la torre de control", dice Rounds. "Llegamos a tan solo 50 a 100 pies".

El piloto de Rounds fue Jim Norfolk. "Fue muy divertido", dice. “Tan emocionante, tan sangrientamente peligroso también. No había visión nocturna, no había luces de pista. Una vez, el avión trasero terminó en frente. Nos cruzamos en el descenso y nunca supimos nada al respecto ”.

El 19 de abril, Argentina desplegó cuatro de sus cinco Super Etendards en Río Grande. Solo cinco Exocets lanzados al aire estaban disponibles. El 4 de mayo, dos de los cazas, cada uno con un Exocet, fueron en busca de presas. Lo encontraron en forma de HMS Sheffield, solo en servicio de piquete de radar. Tuvo tres minutos para reaccionar antes de que un misil se deslizara por su casco, matando a 20 hombres. La conmoción por la pérdida de un destructor moderno a causa de un solo arma guiada fue profunda, pero las soluciones a la amenaza planteada por los misiles restantes fueron pocas. Los aeródromos patagónicos de Argentina estaban a 4.000 millas de Ascensión, el aeródromo más cercano de Gran Bretaña, haciendo imposible una campaña sostenida de bombardeos de la RAF. Un ataque de Sea Harrier implicaría exponer a los dos portaaviones irremplazables de la fuerza de tarea, Hermes e Invincible, al ataque.

Ingrese el brigadier Peter de la Billière, director de la SAS y uno de los favoritos de Margaret Thatcher desde el asedio de la embajada iraní en Londres en 1980. Ahora defendió el asalto de Mikado al Gabinete de Guerra. Hubo un problema, sin embargo. Algunos controladores terrestres de la RAF afirmaron haber visto a Hércules acercándose a sus aeródromos. La sorpresa era la esencia de Mikado, y la detección temprana sería fatal.

"Hubo un cierto grado de orgullo profesional", dice Rounds. “El control de tráfico aéreo decía: 'Te vimos salir'. Pensé: 'No, no lo hiciste'. Además, fueron advertidos sobre nuestra llegada, los argentinos no lo estarían. Sin embargo, creó negatividad que fue captada por algunos de los SAS ".

El comandante John Moss, comandante del Escuadrón B de SAS, se convenció cada vez menos de la viabilidad de la operación, asuntos que llegaron a un punto crítico mientras su unidad se preparaba para abandonar Hereford para la Ascensión. Se creía que los argentinos estaban tomando medidas para frustrar tal ataque, acuartelando bases aéreas y dispersando aviones.

El 17 de mayo se produjo un gran revés, cuando se canceló una misión encubierta para insertar un equipo SAS para observar Río Grande. El helicóptero involucrado voló a Chile, donde la tripulación y el equipo SAS se entregaron. Chile fue un aliado secreto de Gran Bretaña durante toda la guerra, permitiendo que un Hércules de la RAF se basara primero en la Isla de Pascua en el Pacífico y luego en el continente. Las marcas del avión fueron pintadas y la tripulación se disfrazó con trajes voladores de estilo americano.

Las objeciones de Moss le valieron el despido sumario. En su autobiografía, de la Billière afirma: “Me consternó encontrar que la actitud de esta unidad [Escuadrón B] permaneció tibia. Encontré que el problema estaba en el comandante del escuadrón, que él mismo no creía en la operación propuesta.

Se nombró un CO más entusiasta y el Escuadrón B fue enviado a Ascensión. A pesar del fracaso de la misión de reconocimiento encubierta, Mikado continuó. Llegó más cerca de tener lugar entre el 19 y el 23 de mayo cuando uno, no dos, Hércules estaba preparado para el ataque.

"Tuve un buen desayuno durante todo el día", dice Rounds. "Jim [Norfolk] se paseaba fumando y decía:" Rondas, ¿cómo puedes comer en un momento como este? "

“No es valentía, solo te respaldas a ti mismo. Si te preocupa la muerte, estás en el negocio equivocado. Sal y conviértete en un maldito contador. Es guerra. Estás entrenado para luchar y morir, si es necesario. No importaba si no podíamos salir, pero teníamos que entrar. Siempre había una buena posibilidad de eso. Si el avión se disparó en la pista, no importaba, siempre y cuando los hooligans destruyeran a los combatientes. Volver a casa fue una ventaja.

"Sabías que no ibas a regresar porque no había un plan de tanque para el tramo de regreso", dice Norfolk. “El plan era que nos sentáramos en la pista esperando que los hooligans hicieran sus cosas y regresaran, pero no tenían intención de hacerlo. Iban a pantanos a pie a Chile, y yo iba a tomar el avión y hacer lo mismo ”.

¿Habría funcionado? “Los SAS eran muy buenos. Si pudieran bajarse del avión, habrían destruido todo a la vista. Sin embargo, habría habido mucha venganza, que probablemente habría estado dirigida al Hércules.

¿La incursión de Mikado? Pensé que era realmente estúpido, en realidad. Demasiado sangriento lejos. No fuimos porque no estaba autorizado. Hereford se había vuelto loco con esta idea. Afortunadamente, nuestro comandante de vuelo estaba en Ascensión, manteniéndonos en el lado sensato del vandalismo. A falta de media hora, nos dijo que no se había recibido ninguna orden. Se redujo a Margaret Thatcher, supongo. Hubiera sido una gran escalada ”.

"Estábamos preparados para ir", dice Rounds, "a un pelo del gatillo que se está apretando. Fue un gran anticlimax. La intensidad del entrenamiento fue inmensa ”.

John Moss ha permanecido en silencio sobre Mikado durante 30 años, pero ahora se permite un mínimo de defensa personal. En una referencia puntual a de la Billière, dice: “Solo cuatro personas sabían lo que estaba sucediendo, yo fui uno de ellos. Una persona, que ha escrito un libro, en realidad no lo sabía todo, ya que no estaba en el entrenamiento. Después todos nos dimos la mano y decidimos que nunca diríamos nada al respecto, pero una persona decidió hacer lo contrario.

“Expresé mi punto de vista en ese momento, que sentí que era el correcto. Después de dejar el ejército, bajé a Argentina para ver las cosas con un poco más de detalle. Estoy contento con la decisión que tomé. Fue la correcta y no me importa lo que otras personas hayan hecho ".

Los Exocets lanzados por el aire restantes de Argentina reclamarían una víctima más, el buque portacontenedores Atlantic Conveyor, hundido por un solo golpe el 25 de mayo, el día nacional de Argentina. Con ella fueron los helicópteros Chinook y Wessex destinados al asalto británico en Port Stanley.

"Moss articuló lo que muchos de sus hombres sintieron, y tomó el fuego", dice Rounds. "Personalmente, lamento no haberlo hecho. Tenía muchas ganas de ser probado. Pero hubiéramos tenido la suerte de salir ”.

domingo, 8 de noviembre de 2015

Mikado: Cuando UK quiso reproducir Entebbe

Operación Mikado: el día que Gran Bretaña pensó invadir Argentina
La Operación Mikado fue el nombre en código por el que el Reino Unido designó al frustrado plan de ataque comando a la Base Aeronaval Almirante Hermes Quijada en Río Grande. Ex combatientes hablaron de un intento de desembarco en Punta Loyola y hasta del derribo de un helicóptero inglés que cayó en Punta Arenas.




Cómo sería el desembarco y ataque a la Argentina.


Hoy se cumplen 31 años del intento de recuperación de las islas Malvinas, cuando con el desembarco de tropas argentinas se quiso poner fin a una ocupación ilegal por parte de Gran Bretaña.
Una vez finalizada la guerra y con el correr de los años, se comenzaron a conocer distintos planes, tanto argentinos como británicos, que en 1982 eran totalmente confidenciales.
A una de estas operaciones se la conoció como “Mikado”, un término que en idioma japonés significa ‘la puerta’ y que se usaba antiguamente para denominar al emperador de Japón.
Debido a la amenaza que representaba para la flota británica la combinación de los aviones de la Armada Argentina Dassault-Breguet Super Etendard con los misiles AM-39 Exocet, 5 de los cuales formaban la 2° Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque que operaba desde Río Grande, se hicieron planes para utilizar tropas del Escuadrón “B” del Special Air Service (SAS) en una operación para destruirlos.
El 4 de mayo de 1982, dos de estos aviones habían destruido al destructor británico HMS Sheffield (D80) utilizando dos Exocet en el ataque, permaneciendo otros tres misiles más en poder de la Armada Argentina, ya que Francia había entregado sólo 5 antes de la guerra. Otros 9 aviones y 25 misiles fueron entregados a la Argentina luego de la guerra, pues el Reino Unido presionó para que Francia no cumpliera con los plazos de entrega durante el conflicto. Desde ese momento, ubicar y eliminar esos misiles se convirtió en una prioridad tan alta para el Almirantazgo Británico que justificaba cualquier clase de sacrificio. Se pensó en infiltrar un grupo desde Chile para dar una alerta temprana cuando los Super Etendard despegaran de Río Grande, pero los aviones Harrier británicos no podrían alcanzar a los aviones argentinos antes de que lanzaran su misil Exocet, debido a la distancia en que lo hacían de su blanco.

Operación

Descartada la infiltración, se pensó en un plan para atacar la base, cuya intención era destruir los misiles y los aviones que los transportaban y matar a los pilotos en sus cuarteles, y luego refugiarse en Chile, esgrimiendo como excusa un desperfecto técnico, dirigiéndose a la base aérea de Punta Arenas.
Dos planes fueron elaborados y experimentaron sus ensayos preliminares en las montañas de Escocia: el aterrizaje de 25 comandos SAS en dos aviones C-130 Hércules directamente sobre la pista de Río Grande, y la infiltración de 24 SAS en botes inflables transportados hasta pocas millas de la costa en un submarino. Los dos planes generaron un considerable rechazo por algunos miembros del SAS, que los consideraban misiones suicida.
Irónicamente, el área de Río Grande estaba defendida por 4 batallones completos del Comando de la Infantería de Marina, algunos de cuyos oficiales habían sido entrenados en el Reino Unido por el Special Boat Service (SBS) en años anteriores.
El primer plan recibió la mayor consideración, pero como los dos aviones serían detectados por los radares argentinos a unas 30 millas del objetivo, para reducir la efectividad de la defensa antiaérea se planeó ejecutar la operación de noche. Una vez cumplidos los objetivos de la misión, si los aviones sobrevivían, se escaparían en ellos, de lo contrario, los comandos estaban entrenados para subsistir en un terreno helado mientras escapaban hacia Chile.


Botes en Punta Loyola

Siete ex soldados del Regimiento de Infantería 24 de Río Gallegos, reunidos por Clarín, contaron una experiencia. Fue vivida por parte de treinta y seis soldados de ese regimiento, todos de la clase 1963, que, por sus condiciones, habían sido destacados por el Ejército como AOR (Aspirantes a Oficial de Reserva) y destinados a la Compañía “C” de esa unidad. Una compañía que no existía entonces, y no existe hoy en los papeles oficiales. Es una compañía fantasma. Lo que narran, con el rigor de lo vivido que Freedman envidiaría, es que en la madrugada del 18 de mayo de 1982 sintieron zumbar sobre sus cabezas una aeronave, que era un helicóptero, que no era argentino y que fue baleado por uno de ellos, en medio de la niebla. Al día siguiente supieron que una máquina británica había caído en Punta Arenas. Y aún hoy tienen la certeza que se trataba del ZA290.
Con Clarín dialogaron Carlos Vivas, Germán Leeuwarden, Andrés Rebord, Daniel Giménez, Walter Piccin, Roberto Sesti y Horacio Yegro. Algunos de ellos volvían a verse después de un cuarto de siglo. Varios aportaron sus recuerdos de guerra: fotos, las chapas identificatorias que colgaron de sus cuellos, las cartas enviadas a sus familias. Vivas y Piccin, el soldado que baleó al helicóptero, llevaron la voz cantante del grupo y el resto aportó datos más precisos, más nítidos.
“Esta historia la hemos contado muchas veces a nuestras familias y amigos; la conocen quienes eran nuestros jefes en el regimiento, pero nunca hemos sido vistos como veteranos de guerra o como participantes del conflicto. Ninguno de nosotros busca una pensión de veterano. Pero esto que vivimos, lo vivimos”.
La fantasmal Compañía “C” del RIMEC 24 estuvo a punto de ser destinada a Malvinas, pero finalmente fue a custodiar una precaria pista de aterrizaje, en medio de la nada, en un campo del sur de Río Gallegos.
“Allí estuvimos cinco o seis días, en aquello que parecía un aeroclub. Después nos reemplazaron y fuimos a un viejo casco de estancia en Punta Loyola”.
Punta Loyola está a treinta y ocho kilómetros de Río Gallegos, donde la ría se vuelca al mar y donde se alza el puerto Presidente Illia, el puerto de aguas profundas de Río Gallegos.
“Ese fue nuestro lugar hasta el final de la guerra. Cavamos los pozos de zorro en un terreno que era piedra pura y nos quedamos dos meses allí, congelados como las aguas de un lago cercano. Nos decían que íbamos ganando, pero nosotros escuchábamos las radios chilenas que decían que los argentinos eran unos mentirosos. La noche del 17 al 18 de mayo, tal vez ya eran las primeras horas del 18, tuvimos una alerta roja. Ya había habido algunas, sobre todo cuando encontraron algunos botes de goma en la costa. Supimos que no era un helicóptero argentino por un par de cosas: primero, cuando venía un helicóptero argentino te avisaban, para que no le tiráramos; segundo, este no hacía el ruido de un helicóptero argentino. Era más bien un zumbido. Y venía del mar, y muy bajo, como de aquí al techo, sentías el viento”.
Piccin es quien cuenta ahora: “había una niebla muy espesa. Pero el ruido nos llegó del mar y, según mi posición, desde la izquierda. Lo único que veías era una lucecita roja, intermitente; el helicóptero iba y venía, como si estuviera perdido o buscara algo. Yo lo seguí como dos mil metros por un terreno totalmente irregular. Hasta que decidí tirarle. Le vacié un cargador y moneditas. Pegarle, no te puedo asegurar que le pegué. Pero tirarle, le tiré. Enseguida volví corriendo en zig zag a mi posición, con la idea de que iban a pegar la vuelta y liquidarme. Nos ca…on a pedos. Un capitán de apellido Wingar se enojó muchísimo porque pensaba que era un helicóptero argentino. Pero los argentinos llegaban de día. Igual nos decía “ustedes tienen orden de disparar sólo si les disparan primero”. Y yo le decía: “Bueno, él me disparó primero y yo se la devolví”. Nos querían estaquear a todos. Al otro día nos enteramos que un Sea King había caído en Punta Arenas. A los doce soldados que estábamos de guardia no nos quedaron dudas: era el helicóptero que nos había sobrevolado.
A partir de ese momento, la “compañía fantasma” del RIMEC 24 vivió en estado de alerta permanente: sus oficiales pensaban, y acaso con razón, que un comando inglés podía haberse infiltrado en territorio argentino.
“A los pocos días, recuerda Vivas, fui a buscar la comida y, desde un cerro cercano, como a doscientos metros, empezaron a dispararme; eran cerca de las nueve de la noche y hubo un tiroteo bastante intenso. Formaron entonces dos grupos, uno con un Unimog salió a rodear a los que disparaban, y yo fui con otros tres soldados, un sargento y un subteniente a pie hacia donde nos disparaban. Nos empezaron a disparar otra vez, a mí me temblaban las manos y las piernas, no hubiera podido darle ni a un barco, y el subteniente que iba con nosotros, con seis granadas, me decía: ‘Mirá Vivas, yo nací para esto’. Como también les disparaban a los atacantes desde la trinchera, nosotros quedamos entre dos fuegos. Así que nos tiramos al piso y esperamos. Todo habrá durado unos veinte minutos, separados en dos tandas. Nunca supimos quiénes nos disparaban”.
Al final de la guerra la Compañía “C” del RIMEC 24 fue disuelta. No hay registros de su existencia en el regimiento. Sus soldados tienen un certificado de servicio militar cumplido allí, pero no figura la Compañía “C” como su destino. Un secreto tan insondable, casi, como la misión británica en territorio argentino.
Pese a esa frustrada misión de reconocimiento, Gran Bretaña siguió los preparativos de la segunda fase del plan, un tanto suicida, que consistía en el desembarco de cincuenta y cinco miembros del SAS desde un avión Hércules en un punto cercano a Río Gallegos; una vez que hubieran destruido los Etendard, cuenta Freedman con algo de tino, “se los habría sacado del lugar, no se sabe con certeza cómo”.
Los tres ocupantes del Sea King inglés, los tenientes Richard Hutchings y Alan Bennet y el tripulante Peter Imrie, fueron rescatados por un ex miembro de la Fuerza Aérea Chilena, Jorge Freyggang, quien según la prensa de ese país habría cumplido misiones de espionaje en beneficio británico.
Desde Santiago, Hutchings, Bennet e Imrie fueron enviados a Londres. Contaron que habían tenido un problema en el motor del Sea King y que se habían dirigido a unas colinas. Y que habían destruido el helicóptero porque no sabían con certeza si estaban en Argentina o en Chile. Nunca explicaron, ni les fue preguntado, el destino de los ocho miembros del SAS que viajaban con ellos. Los tres fueron condecorados al final de la guerra.

Datos del conflicto bélico

El desembarco
Unos mil militares argentinos participaron de la recuperación de las islas, el 2 de abril de 1982. Llegaron a Puerto Argentino a la 0:30 horas. Había 82 marines que se rindieron esa mañana.

Apoyo latinoamericano
Brasil no dejó salir a los bombarderos ingleses que aterrizaron en su país. Perú vendió armas a Argentina. Cuba y Nicaragua ofrecieron militares.

649
Fueron los muertos argentinos durante toda la guerra, según información oficial. La mayoría de ellos eran conscriptos. También se contaron 1.068 heridos.

255
Fueron las víctimas inglesas durante todo el conflicto, menos de la mitad que las argentinas. Los británicos registraron 777 heridos.

A favor y en contra
El día del desembarco, 10 mil personas aplaudieron a Galtieri en Plaza de Mayo. Tras la rendición, otra multitud lo insultó allí. La derrota fue el principio del fin de la dictadura.

La rendición
El 14 de junio, después de 74 días de guerra, el general Mario Benjamín Menéndez firmó la rendición argentina ante el general británico Jeremy Moore.

25.000
Son los veteranos de guerra que se registraron en el primer censo nacional para excombatientes que organizó el Ministerio del Interior.

300
Es la cantidad aproximada de veteranos que, atormentados, se suicidaron después de la guerra, según las agrupaciones de excombatientes.


La Opinión Austral

domingo, 27 de septiembre de 2015

El fracaso de Mikado

El día que comandos ingleses desaparecieron en operación militar secreta en territorio argentino




VÍCTOR ALVARADO - Mejor hablar de ciertas cosas

Plan contemplaba retirada por territorio chileno, donde el gobierno de Pinochet había garantizado recibirlos y evacuarlos de retorno a Inglaterra

Uno de los capítulos de la Guerra de las Malvinas que los ingleses mantienen en secreto al amparo de la decisión gubernamental que ordena considerar “top secret” todos los entretelones de su actuación en este conflicto, es la llamada “Operación Mikado” que terminó con la muerte de por lo menos ocho comandos ingleses en una fracasada misión en territorio argentino, con el objetivo de destruir la Base Aeronaval “Almirante Hermes Quijada”, en Río Grande, en Tierra del Fuego, en la zona austral.

El gobierno de la primera ministro Margaret Thatcher había llegado a la conclusión de que la única manera de detener la devastación de su flota naval por los Exocet, misiles y bombas de 500 kilos de los argentinos, era destruir los almacenes donde se guardaban estas mortíferas armas y los aviones que los transportaban, para lo cual ordenó lanzar una operación que los destruyera en el mismo territorio argentino. La base naval de Río Grande había sido identificada por la contrainteligencia inglesa como la base nodriza de estas armas.

Los ingleses, en última instancia, consideraban como objetivo mínimo de su operación destruir la planta de combustible de aviación “JP1” que abastecía a la flota aérea que hostigaba a su flota naval, con lo cual ésta no podría levantar vuelo nunca más.

Al momento del planeamiento de esta operación, los ingleses habían hundido el crucero argentino “General Belgrano”, cargado de conscriptos, con un saldo de 323 muertos y los rioplatenses en respuesta habían mandado a pique, con dos misiles Exocet, al destructor atómico “Sheffield”.

Los ingleses tenían información de que Argentina tenía al inicio de la guerra solo 5 Exocet y que dos los había utilizado para hundir el “Sheffield” con el empleo de naves “Super Etendard”, y que era urgente destruir los otros tres misiles y estos aviones.

Más tarde, Argentina añadiría los 10 “Mirages V” con su parque de Exocet y pilotos, proporcionados por Perú, con lo cual su potencia de fuego aéreo se convirtió en imbatible y sería determinante en el hundimiento de un total de siete buques y de daños graves en otro número igual.

El presidente norteamericano Ronald Reagan, al ser consultado por la Thatcher, estuvo de acuerdo con la operación, pero le advirtió que la incursión inglesa en territorio argentino provocaría la intervención de otros países latinoamericanos, como Venezuela y Perú, en particular este último que no disimulaba su solidaridad con Argentina e intervendría contra Chile por su condición de aliado de los ingleses.

PLANES INGLESES

Dos planes fueron elaborados y experimentaron ensayo preliminar en las montañas de Escocia: el aterrizaje de 25 comandos SAS en dos aviones C-130 Hercules directamente sobre la pista de Río Grande; y la infiltración de 24 SAS en botes inflables transportados hasta pocas millas de la costa en un submarino. Los dos planes fueron duramente cuestionados por los propios SAS que los calificaron de misión suicida.

La misión secreta bautizada como “Mikado” recayó en los comandos del escuadrón B del Special Air Service (SAS) británico que debían ser transportados en helicópteros, descender en la base naval de Río Grande, con la misión de destruir los misiles, los aviones Super Etendard, matar uno a uno a los pilotos y refugiarse en Chile que fungía como “territorio neutral”, que nunca lo fue en el conflicto de Las Malvinas, con la excusa de un desperfecto técnico del helicóptero.

Luego de los reajustes respectivos, el 18 de mayo de 1982, el general Peter de la Billiere, jefe del SAS, dio inicio a la operación al enviar un helicóptero, una dotación de comandos, al mando del teniente Hutchings, a bordo del helicóptero Sea King ZA-290, con un grupo de 3 soldados de élite, debidamente armados y con equipos de comunicación satelital y transportados por el HMS Invincible.

Debían descender en las proximidades de la base de Río Grande, donde estaban los Super Étendards con sus Exocets, para observar sus movimientos y preparar la llegada de dos Hercules con 50 comandos que destruirían esa base clave de la ofensiva argentina contra Inglaterra. Después irían a Chile, donde el gobierno de Augusto Pinochet había garantizado recibirlos y evacuarlos.



THATCHER REAGAN


“Exocet” eran el terror de naves inglesas

Reagan le advirtió a Thatcher las secuelas de su operación secreta. Destructor “Coventry” hundido por Exocet argentinos.

Pero, no contaban con la sapiencia argentina que preveía la ocurrencia de una incursión de comandos ingleses. Sus radares detectaron al helicóptero inglés cuando éste se encontraba a 20 Km. de la base argentina. Los radares de la nave inglesa también se dieron cuenta que habían sido descubiertos.

Hutchings decidió cancelar la operación, se dirigió directamente a Chile, descendió en el paraje denominado Canadá de los Ciervos, de la bahía Agua Fresca, a 26 kilómetros de la ciudad de Punta Arenas, donde destruyeron el helicóptero y se entregaron a las autoridades chilenas y luego retornaron al Reino Unido en un vuelo regular de Santiago de Chile a Londres. El Ministerio de Defensa británico oficialmente declaró que el helicóptero debió hacer un aterrizaje de emergencia debido a fallas técnicas.

ÚLTIMO INTENTO

El mando militar inglés resolvió hacer otro intento y mandó una escuadra de ocho comandos del escuadrón “D” del SAS a bordo de un helicóptero Sea King, transportado por el HMS Invincible para hacer la misma misión de reconocimiento que no pudo cumplir Hutchings en la primera misión, luego de lo cual seguiría el descenso de los 50 comandos para destruir la base naval.

Pero la nave, aparentemente, luego de haber iniciado las primeras observaciones, porque según los radares argentinos, había conseguido descender y vuelto a elevarse, se esfumó, sin reportarse al “Invincible” y al otro helicóptero Sea King que servía de paraguas de su misión.

El reporte del almirantazgo inglés se remitió a señalar que el helicóptero se precipitó al mar y sus ocho ocupantes murieron cuando participaban en una operación de traslado de personal del SAS de un barco a otro en el Atlántico Sur. Lógicamente, la verdad era otra.

Pero, este segundo revés no amilanó al almirantazgo inglés, pues inmediatamente lanzó un tercer intento, luego del hundimiento con misiles “Exocet” de los destructores “Coventry” y “Atlántic Conveyor, este último con 20 helicópteros a bordo, registrado el 25 de mayo.

La nueva operación estaría a cargo del submarino de la clase Oberon que tendría la tarea de infiltrar 24 comandos SAS en Tierra del Fuego mediante botes inflables Gemini, incluso se realizó un ensayo en aguas del capturado estrecho de San Carlos en las islas Malvinas.

El almirantazgo argentino fue informado por su servicio de contrainteligencia de esta operación y resolvió reforzar la base argentina con tres batallones de infantería de marina y dotaciones de helicópteros artillados, con la resuelta decisión de esperarlos y liquidarlos en la misma playa.

Pero, el gobierno inglés ordenó a su almirantazgo cancelar esta operación, ante lo cual el cuartel general de la SAS estacionado en Hereford, ordenó a sus súbditos retornar de inmediato.

miércoles, 20 de mayo de 2015

Operación conjunta anglochilena código Mikado

Operación Mikado




Fotos : Los Royal Marines posan sonrientes junto a oficiales Carabineros -
Los RM durante la ronda de conferencia en la Embajada británica en Santiago de Chile -
El helicóptero Sea King cuyo restos son ocultados por una topadora frente a periodistas y testigos en Punta Arenas -
Gral. Matthei Cte. de la Fach


El Sea King británico fue detectado por radares continentales argentinos y por los radares de los destructores de la Armada Argentina.

Los británicos pensaban que luego del hundimiento del ARA Belgrano , la Armada Argentina se refugiaría en los puertos para no estar al alcance de los submarinos nucleares y los demás buques de guerra no presentar batalla el resto de la guerra . Pero no fue así , simplemente se refugiaron en aguas menos profundas para dificultar la persecución de los submarinos .
La Armada Argentina se hallaría el resto de la guerra patrullando Mar argentino y aguas territoriales con adyacencias al atlántico sur y a la frontera con Chile .

Tal y como temían éstos, el ZA-290 fue detectado por radares argentinos y el teniente Hutchings de los Royal Marines decidió cancelar la operación y dirigirse directamente a Chile.
Sin combustible, tomaría tierra en la playa de Agua Fresca, ya en territorio chileno.

El aparato fue abandonado y destruido por sus ocupantes, pero lo cierto es que éstos retornaron al Reino Unido por vuelo regular y sin ningún problema, lo que confirmaría la implicación chilena en el conflicto del lado británico (oficialmente, «se rindieron a las autoridades chilenas», pero en ningún momento se les trató como a prisioneros de guerra, sino como a combatientes aliados).
Los mismos se escudaron en la embajada británica aunque habían sido apresados por Carabineros , pero extrañamente en su viaje de retorno lo hicieron clandestinamente .

El general chileno Fernando Matthei confirmó en una entrevista concedida al Centro de Investigación y documentación de la Universidad Finis Terrae en 1999 , que durante toda la guerra existió una constante cooperación al más alto nivel con el Reino Unido.
Poco antes, Margaret Thatcher también lo haría público para defender a Pinochet durante su detención en el Reino Unido.
El Gral.Pinochet se mostró muy molesto por el incidente , pero solo fue al principio , ya que en el futuro utilizaría esa ayuda sin consultar a favor suyo . Al principio quiso castigar al Jefe de la FACH , pero luego Matthei le hizo entender que peligraba la seguridad nacional , además de que necesitaba un nexo para adquirir armamentos y repuestos para la desfasada fuerza aérea chilena .

El helicóptero de apoyo, otro Sea King con matrícula ZA-292, retornó al HMS Invincible.
La Operación Mikado fue cancelada y el Almirantazgo prosiguió con sus planes de reconquista bajo la amenaza de los Exocet.
En efecto, ese mismo día 18 el gobierno británico dio al almirante Woodward luz verde para un desembarco en la costa este del estrecho de San Carlos, que separa las dos islas Malvinas mayores. Una operación arriesgada que obligará a los buques a entrar en un estrecho rodeado de montes; el lugar perfecto para sufrir ataques a baja cota por parte de la aviación argentina.

El Gral.Matthei haría valer sus influencias como ex agregado aéreo en Gran Bretaña y en la posguerra los chilenos mejoraron sus sistemas de detección de alerta temprana , radares en sus aviones bombarderos , algunos nuevos aviones de patrulla , etc.
Por su parte la ACH haría lo mismo consiguiendo nuevos buques , algunos de ellos veteranos de Malvinas y que habían sido dañados severamente por la FAA y ARA en ataques aero-navales . Matthei estalló en ira cuando M.Thatcher dio a conocer al mundo la amistad entre las fuerzas británicas y chilenas , y mucho mas que Pinochet lo permitiera y no lo matuviera en secreto . Tal vez fue una devolución de traiciones mutuas ..."

La misión del Sea King británico

Hubo una misión preliminar británica de reconocimiento en Río Grande, el nombre clave de la Operación era "Ciruela Duff", fue lanzado desde el HMS Invincible en la noche del 17/18 de mayo, como preludio al ataque.

La operación consistió en el transporte de un pequeño equipo del SAS para el lado argentino en Tierra del Fuego en una simple aeronave de la Royal Navy , un Westland Sea King Mark IV, que luego marcharìa a la base aérea de Río Grande y procederìa a establecer un puesto de observación para recoger inteligencia de las defensas de la base.

La misión requerìa que el helicóptero Sea King viajara una distancia cerca de su rango de operación , por lo que esta sería una misión de un solo sentido. Por lo tanto, la misión de la tripulación consistía en dejar caer el equipo del SAS en la Argentina, en dirección a Chile , y la posterior eliminación de la aeronave con el hundimiento en aguas profundas .

El helicòptero, con una tripulación de tres hombres y ocho hombres del equipo SAS, despegó del Invencible a las 0015 horas el 18 de mayo.

Debido a un inesperado encuentro con una plataforma de perforación en un campo de gas costa afuera , se vio obligado a desviarse, añadiendo veinte minutos màs para el viaje . Como se acercaba a la costa argentina , después de cuatro horas la niebla obligó a volar con visibilidad a menos de una milla.

Cuando se acercaron a doce millas para el aterrizaje de el descargue previsto por el SAS, la visibilidad se redujo a tal punto que el piloto se vio obligado a aterrizar.

El piloto y el comandante de la patrulla de el SAS no estaban de acuerdo en su posición exacta , mientras que el comandante SAS también estaba seguro de que habían sido vistos por una patrulla argentina.

Pidió ser dejado caer en la frontera de Argentina y Chile .
Los pilotos se vieron obligados a volar con los instrumentos a través de condiciones meteorológicas instrumentales en un supuesto Chile neutral.

El equipo SAS fue dejado en la costa sur de "Bahía Inútil" donde iban a tratar de moverse a su puesto de observación a pie.

El fracaso de la operación de inserción

La tripulación del helicóptero voló a una playa cerca de Punta Arenas donde aterrizaron. Uno de los dos pilotos y el "Tripulante de Aire" desembarcaron en la playa. Hicieron agujeros en el helicóptero para permitir que se hunda una vez que se abandonara . El otro piloto intentò posarlo por encima del agua, pero no pudo hundirlo. Voló de regreso a la playa con el fin de adosarle más agujeros, pero fue cegado en sus gafas de visión nocturna por una luz "Low Fuel" que parpadeaba , y se estrelló en la playa.

La tripulación prendió fuego al helicóptero y detonò cargas explosivas antes de abandonar la escena. Se movieron a lo largo de varias noches a un punto de observación cerca de Punta Arenas, donde intentaron hacer contacto con los británicos de la Embajada . Fueron descubiertos antes , capturados por Carabineros mientras se movìan a través de la ciudad, y fueron entregados a las autoridades británicas.

Según fuentes argentinas, en la noche del 17/18 de mayo, el helicóptero fue localizado por el radar del destructor ARA Bouchard , que envió un mensaje a su gemelo ARA Piedrabuena patrullando en el norte, y luego a la base aèrea de Río Grande.
Los miembros de el 24o Regimiento de Infantería afirmó en 2007 que sacudió el helicóptero con fuego de armas cortas en medio de una espesa niebla al sur de Río Gallegos .
La misión de reconocimiento del SAS fue finalmente abortada.

Argentina a salvo de la penetración continental:


Abandono  

La falta de Inteligencia en el lugar significó que las fuerzas británicas no tenían una idea clara de cómo estaba defendido Río Grande, ni ninguna garantía que los Super Etendard o los misiles Exocet nisiquiera estaban allí cuando la operación se llevó a cabo. Las fuerzas británicas también no tenían ninguna información sobre cómo se organizaba la base, y no sabían donde se guardaban los misiles Exocet o incluso dónde estaban las barracas de los pilotos.

En ese momento, la Operación Mikado, que ya fue visto por miembros experimentados de el SAS que era una misión suicida , se considera que es imposible de lograr, debido a la pérdida del factor sorpresa y debido a la Inteligencia británica de descubrir que los argentinos disponìan de mucho mejor cobertura de radar de lo previsto inicialmente.

En consecuencia, el plan de asalto aerotransportado atrajo considerable hostilidad por parte de algunos miembros del SAS, que en última instancia condujo a un sargento a presentar su renuncia poco antes de que el equipo tenía previsto viajar a la Ascensión. El comandante de la escuadrilla es relevado y reemplazado por el regimiento de segundo al mando.

En última instancia, el gobierno de Thatcher reconoció que había una gran probabilidad de que la operación sería un fracaso.
Contrariamente a los rumores ningún plan fue ideado para infiltrarse el SAS en Argentina con la ayuda del submarino de la Royal Navy "HMS Onyx" (Según la versión británica).
La Armada Argentina afirma que el D-29 Bouchard había bombardeado un submarino y un número de botes inflables durante una patrulla a dos millas de Río Grande, en la posición 53 ° 43'38.04 "S 67 ° 42'0" W , en la noche del 16 de mayo de 1982.

El área de Río Grande era defendida por cuatro batallones de Infantería de Marina de la Armada Argentina, algunos de cuyos oficiales habían sido entrenados en el Reino Unido por los SBS años anteriores.

Evaluación 

Después de la guerra, los comandantes de la ARA admitieron que estaban esperando algún tipo de desembarco de las fuerzas SAS, pero que nunca esperarían que un Hércules apareciera en tierra directamente en sus pistas, a pesar de que se han seguido las fuerzas británicas, incluso en territorio chileno en caso de ataque.
El fracaso de la operación habría sido un desastre , y sería utilizado como propaganda en contra de las fuerzas británicas, y por el contrario habría un aumento de moral para la Argentina.

Por otro lado , en el ámbito político , Irlanda e Italia se oponen al bloqueo económico hacia a Argentina ese día y que estaba pactado para que durase una semana .


Fuente: Grupo de Facebook : Fotos de la Guerra de Malvinas

martes, 17 de marzo de 2015

Coraje chileno en el conflicto: El intento de inserción británica

La inserción que no fue




El Reino Unido evaluó la posibilidad de invadir ese territorio argentino durante el conflícto por las Islas Malvinas en 1982. Así lo reveló el historiador británico Lawrence Freedman

"La hipótesis no prosperó y no llegó a discutirse con Chile", dijo Freedman, subdirector de investigación del Departamento de guerra del King"s College de Londres, al periódico "La Tercera".

Freedman, que escribió la historia oficial inglesa sobre el conflicto del Atlántico Sur, calificó de "seductora" la eventual invasión de Tierra del Fuego, pero indicó que una acción militar en ese territorio "dependía de la cooperación con Chile".

La parte argentina de Tierra del fuego (la otra es chilena), que es una isla en el extremo austral del continente americano, "estaba escasamente poblada, pero incluía un yacimiento de petróleo que producía 24.000 barriles por día y dos campos de aterrizaje, en Río Grande y Ushuaia.

Si podía ser capturada, sería una bofetada al orgullo argentino", sostuvo. Añadió, sin embargo, que al gobierno de la entonces primera ministra británica, Margaret Thatcher, le preocupaba también la posibilidad de que el entonces dictador chileno, Augusto Pinochet, decidiera invadir Argentina tras la derrota del país sudamericano en el conflicto.

"La posibilidad de que Chile decidiera tomar ventaja de la débil posición de Argentina luego de la guerra sí era una preocupación del gobierno inglés, que no quería aparecer asociado a un hecho de ese tipo", aseveró.

Otros de los tantos "planes B" de los británicos en caso de que algo en Malvinas fallara,esta operación que se planificó y que oficialmente no tiene ningún nombre,es uno hecho más de que los ingleses estaban dispuestos a llevar el conflicto a niveles superiores si llegaba a haber un resultado adverso en las Malvinas. Esta invasión a un lugar estratégico como Tierra del Fuego hubiera significado la entrada en guerra de países como Perú, Bolivia y Venezuela ansiosos de entrar en la pelea con Chile y porque sin el apoyo y la logística chilena jamás se podría haber realizado la operación inglesa.Si bien en la nota dice que jamás se consultó con militares chilenos el hecho que los británicos lo planificaran significa que por lo menos lo estuvieron hablando con niveles militares inferiores y que estuvieran preparados para esta eventual operación.Chile jamás admitirá este plan porque si ya confesando que le dió un apoyo a los ingleses a generado un repudio latinoamericano imaginense si llega a admitir que tuvo en sus planes invadir territorio argentino aprovechando su derrota en las islas.
Otro punto a destacar es que entonces se confirman las sospechas argentinas sobre los chilenos y que ha estado justificado el dejar y reforzar las tropas a lo largo de la frontera sur con Chile y en este sentido, Tierra del Fuego era un objetivo con menos riesgos de víctimas civiles a estar poco poblada en ese momento, y que podía alcanzarse con ataques por tierra desde Chile, aunque un aterrizaje en las dos bases, en Río Grande y Ushuaia, hubiera requerido “operaciones intensivas” contra la Marina argentina.

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