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viernes, 27 de enero de 2023

Los cañones de Malvinas

Relatos de la guerra: “Los Cañones de Malvinas”





Reconocimiento a los artilleros argentinos

Las piezas de artillería cordobesas que fueron trasladadas a las islas se convirtieron en un arma clave para las tropas argentinas y se ganaron el respeto de los ingleses; hoy una de ellas ocupa un lugar en el Museo de los Paracaidistas de Aldershot, cerca de Londres.
Es la mañana del 1º de mayo de 1982 en Puerto Argentino. Pocas horas atrás habían terminado los ataques aéreos de los Vulcan y Sea Harrier sobre el aeropuerto y otros objetivos estratégicos en las islas. Ahora sería el turno de los buques británicos de acercarse a las costas para continuar el castigo sobre las posiciones argentinas con su artillería naval.
La reacción argentina no tardaría en llegar. Varias oleadas de aviones Dagger arrojaron sus bombas sobre las embarcaciones enemigas, las que, tras evaluar los daños recibidos, debieron repensar seriamente sobre la táctica utilizada.
A partir de entonces, las incursiones de bombardeo naval se realizarían sólo por la noche, lejos del alcance de la artillería terrestre y sin la molestia de las aeronaves argentinas, imposibilitadas de operar en misiones de ataque naval nocturno.
Transcurrían las noches, y la guarnición argentina sufría el constante martilleo de los proyectiles británicos. Cada buque tenía un cañón automático de 115 milímetros, con capacidad para efectuar 80 disparos por minuto. Resultaba indispensable dar una respuesta. Y rápido.
En la tarde del 13 de mayo, aterrizaba en Puerto Argentino un C-130 Hércules de la Fuerza Aérea Argentina, luego de un prolongado vuelo rasante sobre las olas del mar burlando el bloqueo. Al abrirse la compuerta de la bodega de la aeronave, no fue poca la sorpresa. Se asomaba la boca de una mole impresionante: era un cañón remolcado Sofma, calibre 155mm L33 Modelo 1977, del Ejército Argentino.
La pieza había sido concebida y desarrollada en Argentina por Citefa durante la década del setenta, y producida en la Fábrica Militar de Río Tercero, en la provincia de Córdoba.
Tenía un alcance máximo de 20 kilómetros, con munición convencional de 43 kilos.
Suficiente para que los incursores perdieran también su impunidad nocturna. La pieza era considerada de gran avanzada y con características similares a las mejores del mundo. Ahora sería su turno para demostrarlo.
Tres días después, y con la pista de aterrizaje totalmente a oscuras, llegó otro Hércules con una segunda pieza.
Por su gran tamaño (más de 10 m de largo), estos cañones recibieron en Malvinas apodos afectuosos, tales como "Gran Berta", "Gran Chaparral", "Gran Leopoldo", luciendo inscripciones jocosas alusivas a algún miembro de la corona sobre sus tubos.
Se decidió su emplazamiento en los alrededores de Puerto Argentino, sobre el camino que pasaba por Sapper Hill, al abrigo de su ladera nordeste. El peso del cañón (8500 kilos) y la ausencia de caminos adecuados provocaban su hundimiento en la esponjosa turba malvinense. Ello causaba grandes limitaciones en su movilidad, requiriendo un mayor trabajo y la utilización de una retroexcavadora para lograr el emplazamiento de las piezas en su posición, a unos 150 metros una de otra. Estas tareas y el traslado de la pesada y escasa munición culminaron al día siguiente. Como jefe de la Batería "D" del Grupo de Artillería 3 fue designado el Teniente Primero Luis A. Daffunchio, de quien se decía que a los Sofma "los tiraba al aire y caían parados". Los soldados argentinos, refregándose las manos, comenzaban a sentir que vengarían las molestias nocturnas de las últimas dos semanas. Ahora había que esperar. Pero no por mucho tiempo.

Bautismo de fuego

Esa misma noche, pasadas las 23:00 hs, el jefe de la pieza recibió la información sobre la aparición en el radar de un eco sobre el mar. Era un buque que navegaba hacia el circuito de tiro cerca de la costa para cumplir con su rutinaria tarea de bombardeo naval contra las posiciones argentinas, confiado en la ausencia de respuesta. Esa noche se equivocaría.
Con los datos suministrados por el radar se establecieron la distancia y el ángulo de dirección para el disparo que, sumado a la velocidad del buque y el tiempo estimado en que el proyectil llegaría al blanco, permitiría preparar la pieza para abrir fuego. La munición era escasa, por lo que los artilleros argentinos no podían permitirse fallar.
Cuando el incursor se encontraba a unos 18 km de distancia, el silencio de la noche se quebró con el hasta entonces desconocido estampido del disparo del Sofma. Para sorpresa de la desprevenida tripulación, los impactos cayeron cerca del buque. Si bien no causaron daño, lograron el efecto esperado. Abruptamente la nave viró con rumbo opuesto, alejándose a toda velocidad. La guarnición argentina estalló en júbilo. El efecto sobre su moral resultó asombroso. Habían culminado las infernales noches de impotencia contra los buques agresores.
En la noche del 17 de mayo se repetiría la acción. A las 22:50 hs, el radar recibió un eco ubicado a unos 30 km de la costa. Pocos minutos después aparecieron en la pantalla dos ecos más, que se aproximaban a gran velocidad en dirección a la costa. Ahora se contaba con un segundo cañón. Los buques comenzaban a realizar el habitual circuito de carrusel para el bombardeo naval. Los artilleros argentinos concentraron el fuego sobre uno de los blancos. Con los primeros impactos sobre el agua, los tres buques repitieron la desesperada maniobra, alejándose velozmente del lugar. Ya no se acercarían más impunemente. Había comenzado un duelo personal entre los buques ingleses y la artillería argentina.

Mirando al poniente

A principios de junio, con la infantería y artillería británicas aproximándose desde el oeste sobre el perímetro defensivo de Puerto Argentino, los Sofma recibieron una nueva tarea. Durante el día debían apuntar sus bocas de fuego en dirección a los cerros que comenzaban a ser ocupados para el avance final sobre la capital isleña.
Así, en varias oportunidades efectuaron disparos sobre los montes Kent y Wall, atacando posiciones de artillería, infantería y puestos de observación enemigos.
Los efectivos británicos rápidamente aprendieron a distinguir el zumbido de la munición de 155 mm aproximándose, y a hundir sus cabezas en la turba apenas lo escuchaban.
Los intentos para silenciar la molesta artillería argentina fracasaban uno tras otro.
Las tropas enemigas recibían su castigo mientras intentaban avanzar sobre Monte Longdon, Dos Hermanas y Monte Harriet.
Ahora eran los ingleses los que sentían la impotencia. Y su paciencia estaba llegando al límite.
En la mañana del 12 de junio, mientras los cañones eran aprestados para realizar una salva de disparos sobre blancos terrestres, dos aviones Harrier GR3 se lanzaron temerariamente en vuelo rasante hacia las posiciones argentinas ubicadas en las cercanías de Sapper Hill. Buscaban los cañones de 155 mm. Lanzaron sus bombas racimo alcanzando una de las piezas, hiriendo además a varios de sus sirvientes, incluyendo a "Tom", el perro mascota que los soldados habían traído del continente. Uno de los aviones fue alcanzado por el fuego de armas livianas, y dificultosamente aterrizó en el portaaviones HMS Hermes, con un incendio en la zona posterior de su fuselaje. Si bien fue reparado, no volvería a participar en la guerra. El incursor pagó cara su osadía. La localización y ataque a las posiciones de estos cañones serían una de las máximas prioridades para la Royal Artillery y la Royal Air Force durante la campaña. En la costa, disipados el humo y la confusión, las ruedas de una de las piezas quedaron hechas jirones, inmovilizando el cañón. Con la posición convertida en terreno arrasado por las bombas e innumerables proyectiles navales, se decidió su traslado al día siguiente a una nueva. Los ingleses tendrían un respiro, pero breve.
Pasarían menos de 24 horas para que otro cañón, junto con más munición, llegara a las islas en la bodega de un avión Hércules. En prevención de otros ataques, la pieza recién llegada fue transportada a una nueva posición más hacia el este de la anterior, adonde llegó luego el cañón sobreviviente del ataque aéreo.
El asalto final sobre Puerto Argentino se aproximaba. Los duelos de artillería eran incesantes. A los Sofma se les sumaban los obuses Otto Melara de 105 mm, pero las piezas inglesas quedaban fuera del alcance de los proyectiles argentinos. Ello hacía muy arriesgada la situación de nuestros artilleros, obligándolos a cambiar su posición permanentemente para evitar ser alcanzados. Pero la munición les estaba escaseando.
El último vuelo en entrar a Puerto Argentino en la noche del 13 de junio llevaba en su vientre una última pieza de 155 mm. Tal vez, un intento desesperado para prolongar el desenlace final. Sería muy tarde. Las tropas inglesas ya estaban en las afueras de la capital y esa última noche los artilleros argentinos callarían finalmente sus cañones. Dispararon hasta agotar su munición.
En la mañana siguiente se produjo el cese del fuego.
El último cañón no alcanzó a ser emplazado y quedó estacionado en una de las calles de la ciudad.
Los artilleros sacaron de sus piezas los blocks de cierre, enterrándolos en la turba, en un intento para inutilizarlas. No fue poca la sorpresa de los ingleses al constatar la escasa cantidad de cañones Sofma que tantos dolores de cabeza les habían ocasionado. Cualquier inglés que hubiera experimentado la sensación de quedar bajo el fuego de los 155 mm, con sus esquirlas y explosiones, aún los recuerda con respeto. La reputación que por estos cañones nació entre las tropas de elite inglesas los llevó a conservarlos como trofeos. Una de las piezas fue colocada en un lugar de honor en el Museo de los Paracaidistas en Aldershot, a pocos kilómetros de Londres.
Con inmensa fortaleza y coraje, contando con cañones fabricados en el país, al igual que los forjados por fray Luis Beltrán más de un siglo y medio antes para el Ejército de los Andes, los artilleros argentinos habían cumplido su misión.
Por Alejandro J. Amendolara
Inv: W/65 – Prom. XXIII – Héroes de Malvinas
Fuente: ecosfueguinos.com

viernes, 11 de marzo de 2016

Armas argentinas: Obús CITER L33 Modelo Argentino

Arma de campaña remolcada obús de 155 mm L33 Modelo Argentino (1977)

El obús de 155mm CITER L33 ha sido el arma de 155 mm de campo estándar del Ejército Argentino desde 1977 y se envió durante la Guerra de las Malvinas.


Un gran calibre pieza de artillería convencional en todos los sentidos, el cañón de campaña remolcado L33 de 155 mm modelo Argentino estaba en desarrollo durante la década de 1970, destinada a sustituir a los ancianos y salientes M114 de 155 mm sistemas de origen estadounidense. El M114 original fue introducido en 1942 durante la Primera Guerra Mundial 2 con el Ejército de Estados Unidos y pasó a ver la producción llega a más de 10.300 ejemplos. Sin embargo, el tiempo y la tecnología pronto obligó al gobierno argentino para perseguir una empresa moderna y esto resultó en el sistema indígena L33 por CITEFA - el gobierno de gestión "Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas de las Fuerzas Armadas" (que se traduce en "Instituto de Ciencia y Investigación tecnológica de las Fuerzas Armadas "). La producción fue manejada localmente por DGFM.



Si bien la utilización de principios probados y verdaderos de sistemas de artillería probadas en otros lugares, el cañón de campaña era esencialmente una rama del desarrollo del cañón del arma de 155 mm utilizado en el vehículo autopropulsado de artillería francesa Mc F3 producido por Nexter y apareciendo en 1962. Como tal, podría disparar la misma munición y utilizar las mismas piezas de repuesto que, teniendo en cuenta los militares argentinos ya se utilizó un stock de vehículos Mc F3, tenía sentido logístico. El arma original de campo L33 fue adoptado en 1977 y esto fue seguido por una versión mejorada en 1981 - por lo tanto, se convirtió en cada técnicamente reconocido como el "Modelo 77" y "Modelo 81", respectivamente.



En cuanto al diseño, la L33 se desarrolla a través de una disposición bastante tradicional, en gran parte, de acuerdo con otros sistemas de campo existentes exhibido en otros lugares en todo el mundo. El cañón fue coronada por un freno de doble desconcertado hocico y establece dentro de un gran sistema de reducción de retroceso. A continuación, la unidad entera se ajustó a un conjunto de montaje de alta resistencia que proporciona la elevación necesaria y los controles de la poligonal (ruedas de mano activadas manualmente). La elevación se limita a -10 y +67 grados con travesaño a los 70 grados a cada lado. El sistema de montaje se fijó encima de un carro con ruedas de goma de dos ruedas en una configuración de "rastro de división". Los brazos se bajan para absorber el retroceso y luego se duplicó como los brazos de remolque cuando se conecta a la parte trasera de un vehículo de motor. Una placa circular se redujo por debajo del carro cuando el arma se hizo listo para disparar y esto eleva los neumáticos de goma del suelo. El L33 se carga desde la parte trasera a través de nalgas ve interrumpida de tipo tornillo en el sentido tradicional y toda la función de la pistola que requiere una tripulación de 6. El peso total del arma fue 18,000lbs y el cañón en la medida en casi 17 pies de largo ( 16.10 ") con un diámetro de 6,1 pulgadas. El L33 utiliza principalmente un gran proyectil de 155 mm, de alto poder explosivo y podría llegar a los 20 kilómetros. un proyectil asistida especial ha sido desarrollada para participar áreas objetivo tan lejos como 24 kilómetros. Hocico velocidad estaba en la lista a 2.510 pies por segundo rondas. iluminación, humo y metralla finalmente figurado en la mezcla municiones.


Citer disparando sobre posiciones británicas en Malvinas

El Ejército de Argentina ha recibido un total de 109 L33 sistemas de cañón mientras que el único otro operador se convirtió en Croacia, que hizo la entrega de 8 cañones.

El 2 de abril de 1982, las fuerzas militares argentinas (dirigida por su gobierno militar de ejecución) invadieron el grupo de Islas Malvinas vecino que se encontraba bajo el control británico. Esto provocó la Guerra de las Malvinas de 1982, que presentó el británico con una pesadilla logística cuando se mueven los hombres, para las máquinas y materiales de construcción desde el Reino Unido hacia el sur a través del Atlántico hacia el grupo de islas Malvinas. Varios fusiles de la serie Modelo 77 fueron empleados por los argentinos en defensa de las posiciones clave alrededor de Stanley donde estaban limitados por su tamaño engorroso que prohíbe la movilización rápida en un frente fluido. Los cañones fueron colocados estratégicamente a lo largo varios cantos para ayudar a contrarrestar el bombardeo costa afuera de fuego naval se encontró de buques de guerra de la Marina Real. Los cañones Modelo 77 fueron traídos a la isla por vía aérea a través de transportes Lockheed C-130 Hércules de la Fuerza Aérea Argentina. Después de aproximadamente tres y medio meses de intensos combates, los británicos finalmente lucharon por el control de la isla de los argentinos, teniendo a unas 11.300 prisioneros. El Ejército Argentino sufrió 649 bajas totales en los enfrentamientos con los británicos 258 (115 prisioneros fueron llevados por los argentinos también). La Guerra de las Malvinas terminó el 14 de junio de 1982, y condujo a la caída del gobierno militar argentino en 1983, mientras que el ejército británico demostró su destreza logístico por su compromiso naval masiva y mostró al mundo las cualidades únicas de su nueva VTOL (aeronaves de despegue y aterrizaje vertical - el Harrier / Sea Harrier jump jet).

Las tropas británicas lograron capturar cuatro cañones Modelo 77 completos antes del final de la lucha. El L33 iba a ser más pesada pieza de artillería utilizada por el Ejército Argentino durante el conflicto. A pesar de su edad, el arma sigue siendo una parte activa de la moderna de hoy Ejército Argentino (2012).


Military Factory

jueves, 14 de noviembre de 2013

Obús: CITER L33 Modelo Argentino


En Malvinas

Obús de 155 mm CITER L 33 Modelo Argentino



El Cañón de 155 mm. L 33 Modelo Argentino es un cañón de artillería de campaña desarrollado en Argentina para y en servicio con el Ejército Argentino y el Ejercito Croata.

Cañón 155 mm. L 33 Modelo Argentino


TipoCañón de campaña
País de origenArgentina
Historia de servicio
OperadoresEjército Argentino Ejercito Croata
Historia de producción
FabricanteFabricaciones Militares
Variantes-
Especificaciones
Peso8.200 kg
Longitudmm
Longitud del cañón33 calibres / mm

Munición155 mm
Calibre155 mm
Cadencia de tirodpm
Alcance efectivo
20.000 m (con munición normal)
24.000 m (con munición especial)

Desarrollo

Fue diseñado en las década de 1970 por CITEFA como obús 155 mm L33 X1415 CITEFA Modelo 77 a fin de reemplazar al Obús de 155 mm M114 originario de la Segunda Guerra Mundial que estaba en servicio con el Ejercito Argentino.

La pieza está basada en el arma transportada por el cañón autopropulsado francés Mk F3 155mm sobre chasis AMX-13, el cual sigue en servicio con el Ejercito Argentino.

CITEFA también diseñó una versión ligeramente mejorada Modelo 81.


Hace unos años, Argentina había comprado varios  vehículos a oruga franceses de la familia AMX-13, y se comprometió la instalación en el lugar de tanque ligero AMX- 13 armado con un cañón de 90 mm​​, un VTT (véhicule transporteur de troupes - vehículo transportador de tropas),  AMX VCI blindado y cañón autopropulsado ​​de 155 mm Mk F3. En ese momento, el obús remolcado estándar de 155mm del ejército Argentino eran los M114 estadounidenses de la Segunda Guerra Mundial, cuyo alcance no exceda de 14600 metros. Su reemplazo fue dada en el Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas de las Fuerzas Armadas (CITEFA), quien tomó la decisión de crear una nueva imagen que se ajustara en todo el marco superior del Mk F3, es decir, la parte de sí mismo del mismo modo, la cuña, el sistema de retroceso y los cilindros de equilibrio. El prototipo fue satisfactorio y el obús de 155 mm L33 X1415 CITEFA Modelo 77 fue adoptado en 1977 bajo la designación (L33 se refiere a la longitud del cañón medidos por el diámetro de la boca, y en 77 por el año de aprobación).



Una versión ligeramente mejorada, denominada Modelo 81 fue puesto en servicio más tarde. El Modelo 77 fue desplegado a las Malvinas, junto con el obús ligero italiano compacto OTO Melara M56 de 105 mm. Todas estas piezas cayeron en manos británicas que las enviaron en una partida a Gran Bretaña para estudiarlos y exponerlos. El barril del  Modelo 77 mide 5115 mm de largo. Está equipado con un freno de boca y un tornillo de doble cabezal de eyección. El bastidor superior es de acero forjado, así como el marco inferior de la abertura de tipo biflèche. Cada flecha con una pequeña rueda de apoyo neumático que facilita el posicionamiento y, en su extremo, una pala de anclaje garantizar la estabilidad del conjunto. En la posición de disparo, las ruedas de carretera se levantan por encima del suelo.



La alerta sobre la base de una fija al bastidor por una plataforma circular balón, que puede compensar un terreno irregular. La distancia al suelo del acoplamiento en la configuración de transporte es de 0,30 m. La tasa máxima de fuego de cuatro disparos por minuto, que cae a una vez por minuto en fuego sostenido. La munición utilizada incluyen una munición de 43 kg (velocidad inicial de 465 m/s, alcance máximo 22.000 m), una de iluminación y fumígena. Según el fabricante, un proyectil propulsado también adicional se encuentra disponible, pero no parece haber sido utilizado durante la guerra de Malvinas.




Servicio

Algunas piezas del Modelo 77 fueron utilizadas durante la Guerra de las Malvinas, las cuales fueron aerotransportadas en las últimas semanas del conflicto a bordo de aviones C-130 de la Fuerza Aérea Argentina a fin de hacer fuego de contrabatería a los buques de la Royal Navy que cañoneaban las posiciones argentinas. Un total de 4 piezas fueron capturadas por los británicos.1






En batería en ejercitaciones en la Patagonia



La munición sale justo del tubo del obús


Wikipedia
Army Recognitiion


En el ejército croata

viernes, 25 de octubre de 2013

Artillería: Impactos cercanos del tercer tipo sobre la Yarmouth

Cuando casi impactan a la Yarmouth con el CITER L33

El 8 de Junio de 1982 la HMS Yarmouth como tantas otras veces al igual que el HMS Glamorgan iniciaba su corrida de disparos sobre las posiciones de nuestra gente en los alrededores de Puerto Argentino, el Glamorgan se haría famoso por recibir un impacto directo del misil Exocet lanzado desde tierra....pero la HMS Yarmouth casi entra en el Guiness de los Records pues por muy poco, realmente poquito no fue alcanzada por disparos de artillería proveniente de nuestros cañones de 155 mm.



¡Fue un día de milagro! El relato un miembro de la tripulación al observar casi incrédulo que los Argentinos sin tecnología y con medios normales de todo Artillero lograron ponerle unas "pepas" casi al lado del buque.
El dibujo británico muestra donde cayeron los 6 disparos incluso con el navío en movimiento.


HMS Yarmouth