“Si nos captan la señal, bombardean”: el pueblo que “pinchó” las comunicaciones inglesas durante Malvinas
Claromecó fue fundamental en la Guerra de Malvinas. Orgullo y secretos rondan las playas de la ciudad balnearia a 41 años del conflicto. Su faro, el emblema del lugar, hoy es un Monumento Histórico provincial.
Orgullo y secretos rondan las playas de la ciudad balnearia a 41 años del conflicto. (Foto: Carolina Dorado)
Era la primera semana de abril de 1982, la Argentina vivía el comienzo del ocaso de la dictadura por la Guerra de Malvinas. Aunque, en Claromecó, un pueblito costero de no más de 1500 habitantes, no estaba ajeno a lo que estaba pasando a tan solo 1439 km del paraíso balneario y un grupo de lugareños decidió ser protagonista de la historia.
Un héroe por entonces anónimo era Omar Ángel López Cabañas. Lito, como le decían sus amigos, era un vecino del pueblo apasionado por las radiocomunicaciones. Mientras veía por televisión información del conflicto bélico en el Atlántico sur, se le ocurrió utilizar su conocimiento para intentar interferir los mensajes de las tropas británicas a través del faro. Spoiler: lo consiguió. Su trabajo fue tan relevante en la guerra que los altos mandos de las Fuerzas Armadas de la Argentina quisieron condecorarlo, aunque él se negó.
Lito Cabañas ajustando la antena a la punta del faro. (Foto: Gentileza Hugo Cortes)
“¿Y si uso mis equipos para tratar de pincharles las comunicaciones y conocer sus movimientos?”, pensó Lito y puso manos a la obra. En cuestión de días armó una antena artesanal, con cables aisladores donados por la cooperativa de luz local y varios artefactos que tenía en su casa. Subió a la parte más alta del faro y la instaló.
“Lito era una persona muy capaz, con una actitud increíble. Él estaba orgulloso de su invento y a todo el mundo le contaba que su antena había logrado pincharle la comunicación a los ingleses en plena guerra”, contó Patricia Farrando a TN, hermana de Susana, quien participó junto a Lito y a varios patriotas más de la operación.
La operación fue una idea de Cabañas, quien quería registrar la señal británica desde que salían de Europa hasta que llegaran a las Malvinas. Pero no fue el único inmerso en la aventura. Carlos Bancur, Susana Ferrando y Hugo Cortes “brindaron su granito de arena”.
“En un principio nadie sabía lo que estaba haciendo, solo Bancur que lo ayudó a instalar la antena y la gente del predio del faro”, detalló Cortes, quien semanas más tarde ayudaría a Lito a instalar el dispositivo en su propia casa.
“La idea fue de él, nosotros fuimos una pieza pequeña de todo su plan”, indicó Cortes. Pese a la humildad con la que lo cuenta, su tarea fue fundamental. Carlos y Hugo lo ayudaron a colocar la antena, tanto en la punta más alta del faro - a unos 74 metros de altura sobre el nivel del mar- como en su casa.El faro de Claromecó fue nombrado Monumento Histórico provincial. (Foto: Gentileza Carlos Ávila) Por: Hugo Andrade
La guerra duró dos meses, dos largos meses en los que todas las noches, sin falta, se turnaban para ayudar a Lito a captar las comunicaciones. Un día, pudieron dar con una la señal del portaviones HMS Invincible.
“Si captan nuestra señal nos bombardean”, temían los jóvenes. “No teníamos conciencia de todo realmente. Nosotros queríamos ayudar a nuestro país, con los años caes de lo que todo eso significó”, agregaron.
Por su parte, Patricia Ferrando, recuerda aquella época como “rara” y contó el rol clave que llevó a adelante su hermana, Susana: “Mi hermana participó en las comunicaciones. Ella hablaba muy bien inglés y le daban lo que tenía que decirle a los ingleses para despistarlos”. Así, lograron truncar varios ataques británicos.
Hoy en día, gracias a su rol fundamental en el conflicto bélico, el faro de Claromecó fue nombrado Monumento Histórico Provincial.
Un invento clave para la guerra que las Fuerzas Armadas rechazaron
La historia terminó con una dolorosa derrota militar para la Argentina, pero todos recuerdan aquella patriada hecha con orgullo. “Quisimos que Lito escribiera su historia, pero se llevó muchos recuerdos con su muerte y muchos secretos”, aseguraron sus laderos.
En Claromecó corre el rumor de que Lito intentó venderles su preciado invento a las Fuerzas Armadas Argentinas, pero no quisieron comprarla. Vecinos aseguran que el experto en radiocomunicaciones recibió una oferta del Reino Unido para patentar la antena con la que les truncaron varios ataques y la habría aceptado. La verdad solo la supo Lito Cabañas que murió en 2013 y se llevó sus secretos.