"Pasar el rato" en Malvinas
Muchos no llegan a darse una idea de cómo lograron nuestros conscriptos tratar de pasar el tiempo en Malvinas durante la guerra. Al respecto no había mucho que hacer. Algunos pocos afortunados lograron ver series de TV y hasta dibujos animados, tal como lo mencionó el Teniente inglés Jeff Glover antes de ser trasladado como prisionero de guerra a la Argentina continental, después de ser derribado en su avión Harrier GR.3 en Darwin por un misil Blowpipe lanzado por un comando argentino:
"En el hall del hospital pude ver a unos 40 o 50 soldados, de pie y sentados al rededor de un televisor viendo a Tom y Jerry, ahí pude tener una impresión de lo jóvenes que eran los conscriptos argentinos".Otros hasta llegaron a jugar al fútbol, ya sea con improvisadas pelotas de trapo o con pelotas de fútbol, como la historia de la niña que le prestaba su pelota a los integrantes del Batallón Logístico 9 (LOG-9). Otros jugaban a los naipes, ya sea con barajas españolas o barajas de Póker conseguidas en las islas. Una historia también menciona que unos conscriptos encontraron una mesa de billar y se pusieron a jugar en ella. También jugaron a "Tiro al blanco" tirándole piedras a latas, otros jugaron a "tejo", la payana, algún TA-TE-TI y la "Taba" también con piedras. También era habitual el de a ratos cantar una canción en común. También el escuchar radio, leer y escribir cartas, libros, diarios y revistas según el material disponible. Algunos hasta tuvieron una mascota, como el caso del perro TOM, o la pingüino Olenka. Si se disponía de yerba mate, se compartía entre amigos, también hubo el caso de un conscripto que le celebraron el cumpleaños en plena guerra, el agasajo fue cordero asado. Lamentablemente este conscripto murió poco tiempo después de su cumpleaños en combate. Otro incluso tuvo la suerte de encontrar fósiles de moluscos marinos en una formación rocosa de piedra caliza, encontró varios, ya que no había forma de traerlos, el montón que junto los dejó allí. El hablar de la familia, los jefes, la comida, el fútbol, el avance inglés, el clima inclemente, la suerte de cada uno eran temas comunes de charla entre quienes tenían el peso de la carga de la guerra en esas frías tierras del Atlántico Sur.