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martes, 27 de febrero de 2024

Comunicación entre la Antártida Argentina y Malvinas bajo ocupación británica

Histórica comunicación entre la Antártida Argentina y las Islas Malvinas






Un hecho de soberanía radial sin precedentes en los últimos 40 años, y con enorme emoción, se produjo minutos después de las 18 del último miércoles, cuando desde LRA36 Radio Nacional Arcángel San Gabriel, en la Base Antártica Conjunta Esperanza, lograron comunicarse con Daniela Badra docente y maratonista residente en Ushuaia que se encuentra en Puerto Argentino por 7ma vez. "Estamos haciendo soberanía radial", destacó Daniela.



Daniela habló sobre su recorrido, su vínculo con Malvinas, la emoción de cada visita al cementerio de Darwin y la participación de veteranos de Malvinas en esta actividad.
Badra es autora del libro "Malvinas, huellas por la paz" y hace unas semanas fue invitada a las bases antárticas Esperanza y Marambio a donde llevó tierra de nuestras Malvinas, lo cual se completo ahora llevando tierra de Antártida a Malvinas.



"Es una forma de unir nuestra provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, y que ese sentido de pertenencia, de arraigo y unión se vea reflejado en los valores que nosotros percibimos a través del deporte y la educación", declaró.



Y resaltó, que a través del conocimiento "vamos a poder recuperar la soberanía plena" de Malvinas.
Utiliza las teclas de flecha arriba/abajo para aumentar o disminuir el volumen.
Durante la entrevista conducida por Juan Carlos Benavente, desde LRA36 Radio Nacional Arcángel San Gabriel, con la participación del ingeniero Alejandro Álvarez y la operación técnica de Alejandro Petrecca, se destacó el trabajo estratégico de la Radio Pública y su valor como herramienta de construcción de soberanía.
https://www.radionacional.com.ar/historica-comunicacion.../

jueves, 19 de enero de 2023

Lanata, el pelotudo eterno en la causa Malvinas

Para hacerse amigo de los zurdos derecho-humanistas no tuvo problema. Luego lo acuchillaron por la espalda. Ahora sigue bastardeando la causa Malvinas. Hiciste bien en denunciar a los Kirchneristas. Seguí en esa, para otra no servís.

miércoles, 19 de enero de 2022

Periodismo: Los medios durante la guerra de Malvinas


Los medios durante la guerra de Malvinas

Universal Medios



¿La guerra es inminente?

Los periódicos argentinos ofrecían a principios del año 1982 indicios de que la guerra era un escenario posible, aunque desde ya no necesariamente el único, que barajaban los militares. Sin abusar de la lectura retrospectiva, resulta sorprendente la cantidad de alusiones en este sentido en varios medios locales, entre ellos, el diario La Prensa. Así, el 17 de enero aparecía en este periódico una nota firmada por el columnista Jesús Iglesias Rouco, quien sostenía que “todo indica que a juicio de las máximas instancias de poder, de la solución que se dé al problema del Beagle, dependerá de la de Malvinas. O viceversa. Repetimos: o viceversa”. Dos días más tarde, en el mismo periódico, su colega Manfred Schönfeld advertía que “la cuestión tiene una simple solución: la de que un día amanezca con el archipiélago reincorporado al territorio nacional, sin explicaciones que haya que dar a nadie (y que, además, no será exigidas, salvo a efecto declamatorios y sin que esa declamación perdure más que un tiempo prudencialmente breve”). El 24 de enero, Rouco volvía sobre el tema ya de manera más explícita: si las negociaciones diplomáticas fracasaban, el periodista se hallaba en condiciones de anunciar que “Buenos Aires [sic] recuperará las Islas por la fuerza”. Incluso arrojaba datos de la operación: “se estima que será relativamente sencilla, en vistas de los escasos pertrechos militares de las Islas […] a Buenos Aires [sic] se le atribuye la determinación de evitar toda efusión de sangre […] Las Malvinas y el Beagle, quizás con bases conjuntas merced a un tratado del Atlántico Sur, se convertirán así en dos de los principales puntales de la estructura defensiva de la región”.

Resulta llamativo que en ningún momento las autoridades militares hayan desmentido este tipo de afirmación; al contrario, en febrero de 1982 el ministro de Defensa Amadeo Frúgoli admitía en el periódico mendocino Los Andes que desde el punto de vista estratégico, “Las Islas Malvinas, por su posición geográfica, serían un punto de apoyo de gran importancia” y el titular argentino en la OEA (Organización de Estados Americanos), Alejandro Ofila, a través del mismo periódico en su edición del 5 de marzo sostenía que “Las Islas Malvinas son argentinas. […] y estoy seguro que no ha de pasar mucho tiempo para que en ese rincón del territorio nacional ondeé la bandera de la Patria”. Tres días antes, el diario La Nación titulaba en tapa como noticia central “Nueva política para Malvinas”, con una bajada que ya dejaba entender que los militares argentinos no descartaban la guerra: el gobierno endureció su actitud al reservarse el derecho de tomar otras medidas si no dieran resultado las reuniones mensuales propuestas para “acelerar verdaderamente” al máximo la negociación. Por estos mismos días, un periódico británico, The Manchester Guardian, registraba el endurecimiento de las posiciones diplomáticas argentinas y aseguraba que Galtieri había dejado entrever que uno de los objetivos políticos de su gobierno era impedir que se cumplan los ciento cincuenta años de ocupación inglesa en las islas.

¿Se pueden interpretar estas notas que aparecían en algunos medios no sólo en el cuerpo de los periódicos, sino también en algunas tapas de los diarios más destacados, como signos inequívocos de una guerra que se avecinaba? Tal vez conviene ser prudentes e incorporar aquí otras variables constitutivas del contexto. El clima de creciente conflictividad social interna contribuía para que la Junta, a través del endurecimiento de sus posiciones diplomáticas, instalara la cuestión Malvinas como un tema central en la agenda política, capaz de generar un enemigo “externo” que pudiera así amortiguar las tensiones “hacia adentro” que se venían incrementando. También, es probable que la función que cumplían estas noticias era presionar aún más a los ingleses bajo la hipótesis de que, instalando la idea de que la guerra era un posibilidad que aparecía en el horizonte de los militares argentinos, aceptarían finalmente negociar la soberanía de las islas.

El litigio en torno de Malvinas se aceleró entre el 19 y el 24 de marzo de 1982, cuando un grupo de tareas encabezado por el hoy ex Capitán de Fragata Alfredo Astiz –responsable del secuestro y desaparición, entre otros casos, de un grupo de activistas de derechos humanos en 1977– izó la bandera argentina en Grytviken, islas Georgias del Sur, lo que provocó el reclamo británico y la movilización de un buque hacia la zona de tensión. En un ejemplo paradigmático de las dos caras de la dictadura militar, el diario La Nación del 23 de marzo titulaba como noticia central de tapa Fue rechazada una protesta británica y, a su lado derecho, Fabricaciones Militares: Estudia privatizar sus empresas. De este modo, el dudoso nacionalismo y la adhesión a la economía de mercado no se mostraban para nada incongruentes con el ideario de la dictadura. Clarín era más cauto con el título del mismo día: Simbólica ocupación de las Georgias del Sur. Quien de ningún modo mostraba esa cautela era el ya mencionado Rouco, que tras los episodios de las Georgias advertía a través de La Prensa: “está llegando la hora de que el régimen, sin dejar de agotar todas las instancias pacíficas, tome las decisiones que las circunstancias impongan […] De otra forma habrá llegado a su fin el ya escasísimo crédito que le queda”, para rematar afirmando que “ninguna vacilación podrá justificarse por la falta de armas o de presupuesto militar, tras los millones de dólares que se gastaron en nuevos equipos durante los últimos años”. El juicio de Rouco es significativo, porque muestra bien, además del cuestionamiento que sufrían los militares en los momentos previos al desembarco, que no sólo grupos de la Marina estaban interesados en el desembarco en las islas: había civiles que, desde lugares de enunciación destacados en la formación de opinión, alentaban pasar a los hechos.

En síntesis, desde principios de 1982, y con mayor intensidad desde marzo, se registran en los medios notas que dejaban entender que la guerra era un horizonte posible para dirimir el conflicto. Estas notas eran funcionales a la dictadura en un doble sentido: instalaban un tema capaz de desviar el foco de atención en torno a la conflictividad interna y pretendían sumar presión a los ingleses, bajo la hipótesis –errónea- de que la amenaza de guerra los obligaría, por fin, a negociar la soberanía de las islas. Aunque funcionales, las notas también daban cuenta de un sector del periodismo que alentaba la opción militar sin medir ninguna de las consecuencias de una decisión de esa índole. La conflictividad interna y la cuestión Malvinas, finalmente, estaban tan ligados en esta coyuntura que no sorprende el título de Crónica el martes 30 de marzo, el día de la primera huelga general contra la dictadura: CGT ratificó el acto; Gobierno lo prohíbe. Más abajo, una foto de Saúl Ubaldini debajo de un cartel que decía: “Las Malvinas son argentinas. CGT”.



La guerra: el relato de los medios

La información durante la guerra de Malvinas no escapó a las condiciones generales de la dictadura. Al severo control de la prensa que existía desde el golpe de Estado se agregaron la censura típica de todo conflicto armado, que comenzó a aplicarse de manera rigurosa el 30 de abril, horas antes del primer ataque británico1. En las Islas, cubrieron la guerra Nicolás Kasanzew de Canal 7, Diego Pérez Andrade y Carlos García Malod, de la agencia estatal Télam y Eduardo Rotondo, que recogió tanto material fotográfico (publicado en la revista Gente) como material filmográfico de importante valor, entre otras razones porque fue el único en registrar en imágenes la rendición argentina el 14 de junio.

Los medios de comunicación cumplieron un rol decisivo en la construcción del relato de la guerra, exacerbando y construyendo con mayor eficacia que la que era capaz de imaginar la dictadura ciertos tópicos dominantes durante los días del conflicto. Veamos algunos de ellos:

La construcción de un enemigo atroz y al mismo tiempo inofensivo. En los medios gráficos aparece una doble construcción de la imagen de los ingleses. Por un lado, son calificados como “piratas” y usurpadores, como muestra la tapa de Crónica que informa la partida de la flota británica hacia las Islas el 5 de abril: “Zarpa la flota inglesa, otra vez a piratear”; asimismo, son tildados de “asesinos”, especialmente por el semanario amarillista Tal Cual, quien en la primera semana del conflicto (8 de abril) publica en tapa la foto de la esposa e hija de Giachino, el capitán de corbeta comprometido con crímenes de lesa humanidad que resultó el primer argentino muerto en las islas. La tapa del semanario atribuye a su hija la siguiente frase: “Los ingleses mataron a mi papá”. Del mismo modo, este semanario se especializará en demonizar la figura de Margaret Thatcher (Tal cual, 28 de mayo, “Más mala que el diablo”), señalizándola como “La señora de la muerte” (Tal cual, 7 de mayo de 1982), intentando demostrar su presunto pasado nazi (Tal cual, 14 de mayo, “La Thatcher peor que Hitler) y marcando su condición cercana a la locura por creerse la “mujer maravilla”. Pero en el mismo momento en que se presentaban así a los ingleses, se subrayaba, especialmente en periódicos procesistas como Convicción, que el británico era un “imperio en decadencia” y por ende inofensivo, subestimándose incluso su poder de fuego, como anuncia la edición Quinta de La Razón (5/4/1982): “Gran Bretaña no podrá hacer un desembarco masivo en las Islas”. Con el hundimiento del Crucero General Belgrano, algunos medios como Convicción (4 de mayo de 1982) subrayaron aún más el carácter asesino de británicos e insistían increíblemente en que los ingleses constituían un enemigo militar de poco rango (“la flota británica se acerca a Malvinas para intentar un ataque desesperado”), aunque la mayoría de los medios, tras el hundimiento del Belgrano, optaron por otro camino: enfatizar no los daños causados por la acción militar británica, sino mostrar que había un alto número de sobrevivientes, al mismo tiempo que ponían el eje en la respuesta militar argentina: el hundimiento del Sheffield.

La propaganda triunfalista. Los medios de comunicación argentinos fueron altamente funcionales a la Junta militar en la creación de un clima triunfalista. Por eso, en ningún momento filtraron noticias que dieran cuenta del carácter adverso de los combates. El ejemplo hiperbólico de esta actitud es la Revista Gente, que con imágenes de la guerra exacerbó el slogan y la publicidad oficial “Argentinos a vencer! Cada uno en lo suyo defendiendo lo nuestro”. En efecto, si la publicidad oficial enviaba ese mensaje impreso sobre un puño cerrado con el pulgar en alto, en medio de un folleto que advertía que Ya estamos ganando!, la revista Gente multiplicaba al infinito ese mensaje y lo encuadraba en el campo de batalla con la tapa del 7 de mayo de 1982, donde con letra bien amplia anunciaba: Estamos ganando. Y todavía más, contra toda evidencia, el 29 de mayo retomaba el slogan para titular: Seguimos ganando. Si la tesitura de Gente condujo al paroxismo la representación triunfalista de la guerra, los demás medios la reprodujeron en escala sólo un poco más modesta. En efecto, el modo de contar la guerra se construyó sobre los comunicados e informes de las Fuerzas Armadas, que destacaban algunos éxitos de la aviación argentina pero no informaban sobre las derrotas en las trincheras. Este modo de informar, que incluso provocó algunos desacuerdos entre los propios militares –Menéndez, otro militar comprometido con crímenes de lesa humanidad que había sido designado gobernador de las islas, pretendía desde mediados de mayo que se comience a ofrecer otro panorama de la guerra a la luz de lo que acontecía en el territorio, para preparar a la población a recibir la noticia de la derrota- se mantuvo intacto hasta la llegada del Papa a la Argentina, el 11 de junio de 1982. Sólo a partir de ese día, pero aún de manera acotada, el lector de periódicos locales podía inferir que la guerra estaba perdida. ¿Hasta qué punto esta perspectiva “triunfalista” de la dictadura, exacerbada por los medios, no era a su vez demandada por sectores de la sociedad que habían adherido, cierto que por diversos motivos, a la empresa militar? El interrogante, difícil de desarrollar aquí, apunta a pensar de qué modo se generaron las condiciones sociales para que esta estrategia de manipulación informativa haya tenido tanta eficacia. Sólo como índice de que efectivamente un grueso importante de la población esperaba este tipo de mensajes, recuperamos el registro televisivo de la protesta –duramente reprimida- que aconteció en Plaza de mayo el día de la rendición, el 14 de junio de 1982. Mientras muchos manifestantes entonaban la consigna “se va a acabar/ se va a acabar/ la dictadura militar” uno de los asistentes, dirigiéndose a los policías que pronto comenzarían a reprimir, repetía una y otra vez: “No se rindan”.

La construcción de la imagen de un pueblo unido y unánimemente convencido de la causa.Pero la intervención decisiva de los medios argentinos durante la guerra residió en construir con enorme eficacia la idea de un único pueblo que deponía por fin sus querellas internas para abrazar una causa común. A través de programas televisivos como 24 horas por Malvinas, pero sobre todo con un manejo impecable de los recursos audiovisuales, muchos medios no sólo legitimaron la guerra sino que, a través de ella, pretendieron legitimar la dictadura militar. Un buen ejemplo lo ofrece La Prensa en un artículo con fecha del 2 de abril del 82, donde se afirma que “esta operación será recordada como el principal logro del régimen militar, junto con su triunfo sobre la subversión”. La unanimidad fue representada de manera especial con la cobertura de la masiva concurrencia a la plaza de Mayo en el mes de abril (el 2 y sobre todo el 10 de ese mes); así, el 3 de abril el diario Clarín publicó una foto emblemática, la que mostraba a Galtieri saludando el día anterior a una plaza colmada desde el balcón de la Casa Rosada (pocos días después circularon las primeras fotografías del desembarco y recuperación de las islas, reforzando la idea de unidad y éxito en la “empresa común”). En la editorial de ese mismo día, Clarín hacía un balance de la jornada que concluía en estos términos ampliamente justificatorios de la dictadura: “Escuchar al pueblo. Tal parece ser la fórmula de la democracia”. En el mismo sentido, la revista Gente utilizaba la imagen de la plaza del 10 de abril para desplegar un extenso epígrafe que decía: “No fueron necesarios comunicados ni varios días para organizarla. Sólo un llamado lanzado el día anterior que bastó para despertar el impulso latente. No fue la manifestación de un sector, no fue la marcha de unos contra otros. Pero sí fue -como tantas otras veces- para pedir algo, aunque algo para todos: que no se vuelva atrás, que la soberanía sea defendida. Este fue el testimonio de un pueblo que volvió a unirse después de mucho tiempo”. La porción de realidad recortada por la revista podría contrastarse con otras narraciones que modificarían el sentido de la imagen y le devolverían su densidad histórica. El día de la foto –el 10 de abril- algunos manifestantes cantaron consignas contra Galtieri y recordaron otras identidades políticas: “Y ya lo ve, y ya lo ve, vinimos el 30 y hoy también”, “se siente, se siente Perón está presente”, “Levadura, levadura, apoyamos las Malvinas pero no la dictadura”, “Malvinas sí, proceso no”, “Galtieri, Galtieri, prestá mucha atención, Malvinas argentinas y el pueblo es de Perón”. Sin embargo, esas voces estaban borradas de la plaza bajo los encuadres de los medios, que de este modo acudían con rápidos reflejos al modo en que previamente habían tratado acontecimientos como el Mundial 1978. Por en efecto, las “Plazas de abril”, bajo el encuadre de “la plaza de todos”, eran una prolongación de aquella “fiesta de todos”, (según el título de la película de Renan) en los años del Mundial.

La difusión de información inexacta. No sólo la guerra se cubrió de manera sesgada, sino que también se proporcionó información que era falsa. Uno de los casos más interesantes en este sentido lo analiza Lucrecia Escudero en Malvinas: el gran relato. Se trata de la “noticia” de que Inglaterra había mandado submarinos nucleares a Malvinas. Comenzando por una nota del 31 de marzo, donde Clarín levantaba cables de agencias extranjeras que anunciaban el envío del submarino nuclear “Superb”, Escudero registra cómo con el paso de los días la noticia va cobrando mayor envergadura, llegando al punto de anunciarse el arribo a la zona de guerra de cuatro submarinos atómicos el 8 de abril. Sin embargo, el 22 de abril Clarín, reconociendo a medias que había conferido entidad a una noticia falsa, cierra el tema publicando que “un submarino que, como ha sido comunicado, habría patrullado el área de las Islas Malvinas, ha sido identificado en Escocia y parecería que nunca estuvo en la zona de guerra del Atlántico Sur. Fuentes del ministerio de Defensa, han afirmado que el submarino Superb de propulsión nuclear, se encontraba ayer de regreso en su base de Faslane, en el estuario de Clyde, desde el viernes”. Un caso similar es el de la “Batalla del Estrecho de San Carlos”, que Convicción y Gente narraron con infografía y minuciosidad, pero que nunca aconteció en esos términos. A la información inexacta se sumó una serie de incongruencias muy severas en la estrategia de información de la dictadura. Por citar un ejemplo, según relata Andrade (el periodista enviado por Telam) en un documental sobre el papel de los medios en Malvinas elaborado por Telesur, en ocasión de un prolongado bombardeo al aeropuerto escribió una nota que cerraba diciendo que, a pesar de la intensa lluvia de bombas, los ingleses no habían acertado en su blanco, la pista de aterrizaje. Tres horas después, desde Buenos Aires le comunicaban que los mandos militares felicitaban al periodista por la nota, porque revelaba el fracaso del operativo militar inglés. Pero una hora después de recibir las felicitaciones, Andrade era expulsado por Menéndez de las islas, precisamente por la nota que había escrito. “¿Qué tenía de malo esa nota?” preguntó Andrade, a lo que Menéndez respondió que, en virtud de esa información, los ingleses volverían a la carga al día siguiente. Anécdotas de este tipo, en síntesis, mostraban bien el desorden y la improvisación militar, también en la circulación de la información de la guerra.

1 El comunicado se titulaba “Pautas a tener en cuenta para el cumplimiento del acta de la junta militar disponiendo el control de la información por cuestiones de seguridad”. Algunas de esas pautas eran: “evitar difundir información que atente contra la unidad nacional; reste credibilidad y/o contradiga la información oficial; destaque neutralismo activo a favor de Gran Bretaña; haga referencia a unidades militares, equipo y/o personal militar sin previa autorización del Estado Mayor Conjunto…”.

Fuente: Telam.

19/04/1982 – “El ministro de Trabajo, brigadier Porcile, recibe una donación de dirigentes sindicales , destinada a solventar gastos de la recupaeración de las Islas Malvinas”.

19/04/1982 – “El ministro de Trabajo, brigadier Porcile, recibe un cheque de mil millones de pesos para solventar gastos de la recupaeración de las Islas Malvinas”

13/04/1982 – “Directivos de la Cámara Argentina de Casas y Agencias de Cambio depositan 2.000 millones de pesos en la cuenta ‘Fondo Patriótico’, abierta a instancias de la entidad.”

29/04/1982 – Dos madres argentinas preparan en la Plaza de la República las madejas de lana con las que tejerán prendas para nuestros soldados. A la derecha, la convocatoria.



martes, 13 de julio de 2021

Kasanzew y los comandos



La foto es borrosa, el recuerdo imborrable. Con cuadros de la Compañía de Comandos 601 en la "Halconera" de Puerto Argentino. Estoy entre el capitán Ricardo Frecha, condecorado con la medalla "Al Esfuerzo y la Abnegación" y el sargento Ruben Guillen. Sin boina, el sargento primero Rubén Alberto Ferrares. Al lado el sargento ayudante Carlos Rolando Mora, apodado "el Doctor" (era enfermero, falleció hace poco). Justo debajo de mi, el cabo primero Jorge Eduardo Martínez, condecorado con la medalla "Al Esfuerzo y la Abnegación". A su lado el sargento primero Eduardo Hipólito Suárez.

martes, 12 de noviembre de 2019

Vuelven los KK y Londres ya tiene excusas para preocuparse

Tabloide británico ve "riesgo" sobre Malvinas tras contacto de Alberto F. con el laborismo

Por Urgente24


Para el Daily Express, las expresiones del presidente electo sobre la soberanía argentina en las Islas resultan "una declaración de intenciones preocupante".




Malvinas, nuevamente en el centro de la atención



El tradicional tabloide inglés de corte conservador Daily Express se hizo eco del contacto entre Alberto Fernández y el líder laborista Jeremy Corbyn, e interpretó las definiciones del presidente electo como un "riesgo" sobre la posesión británica en las Islas Malvinas. Corbyn representa al sector progresista de la política británica.

Fernández reveló el miércoles en México que recibió la semana pasada la llamada de Corbyn, quien lo felicitó por la victoria electoral del 27-O. En la charla, el dirigente del Frente de Todos habría reiterado la reivindicación de la soberanía argentina sobre el archipiélago.

"Las Islas Malvinas son parte de Latinoamérica, es un territorio que nos arrebataron. Es cierto que hace muchos años perdimos una guerra, pero eso no quita la soberanía que Argentina tiene sobre las Malvinas", expresó Fernández a la prensa.


Y concluyó: "Sea Corbyn o quien sea, siempre voy a reclamar la soberanía de Argentina sobre las Malvinas".

Un día después, el Daily Express tituló: "Malvinas (Falklands) en riesgo mientras el presidente de la Argentina levanta la tapa sobre charlas con Jeremy Corbyn".

"Las Islas Malvinas han vuelto a ser el centro de atención política una vez que el presidente electo argentino Alberto Fernández hizo una revelación de que el líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, lo llamó la semana pasada, mientras el nuevo líder en Buenos Aires promete recuperar el archipiélago británico", arranca el artículo de Charlie Bradley.

La nota recupera varios textuales de Fernández vinculados a Malvinas y sostiene que "respaldado por la expresidente Cristina Fernández de Kirchner, ha prometido reclamar las Islas, como parte de su campaña electoral".

Según el Daily Express, una publicación con más de 200 años de historia, el presidente electo argentino "presentó una declaración de intenciones preocupante a medida que el futuro de las Islas Malvinas se vuelve cada vez más precario en medio de amenazas verbales repetitivas desde Buenos Aires".

El diario también consigna que Fernández recibió el saludo del primer ministro Boris Johnson y que este, a cambio, se encontró con una "advertencia aplastante" respecto a la cuestión Malvinas. Sin embargo, las expresiones de Fernández sólo ratificaban la voluntad de "no renunciar" al histórico reclamo argentino.




En otro pasaje, el Express parece deslizar que estaría en la mente de Fernández algún tipo de acción bélica , a partir de que el "entrante líder peronista ha emitido numerosas advertencias de que él apunta a recuperar las Islas". La sospecha toma mayor volumen cuando el artículo se encarga de contraponer esa supuesta intención con las restricciones constitucionales que impedirían tomar el archipiélago por la fuerza, tras la derrota bélica de 1982.

Según el artículo, "esto deja sólo rutas políticas para el reclamo de las Islas, pero eso no ha desalentado por el momento la retórica de Fernández". Una afiebrada alusión a una improbable plan militar argentino en Malvinas.

domingo, 8 de julio de 2018

Imbécil chileno tira una piedra y esconde la mano como en Malvinas

El polémico mensaje de un periodista chileno contra los argentinos

A través de su cuenta de Twitter, se burló de la ocupación británica en las Islas Malvinas haciendo alusión a los países semifinalistas del Mundial.
El chileno de mierda desconoce que los kelpers son británicos, no solamente ingleses




La eliminación de Brasil en cuartos de final del Mundial dejó al certamen sin selecciones sudamericanas. Las semifinales serán Bélgica-Francia y Croacia-Inglaterra.


En este contexto, el periodista mapuche Mauricio Bustamante aprovechó la ocasión y publicó un polémico mensaje en su cuenta de Twitter en el que pretende tomarse con humor la ocupación británica en las Islas Malvinas y, de paso, reírse de los argentinos.

“Una parte de Sudamérica en semifinal del Mundial”, escribió con el mapa de Sudamérica y una bandera inglesa apuntando hacia las Malvinas. Inglaterra es parte integrante del Reino Unido.

https://twitter.com/tv_mauricio/status/1015624850516439041
(enlace roto, el cagón chileno lo borró)

Mauricio Bustamante es un imbécil, que en sus ratos libres hace de periodista y conductor de un noticiero en la Televisión Nacional de Chile. Su cuenta de Twitter tiene más de dos millones de seguidores y la publicación se viralizó de inmediato. Digno hijo de una nación de alcahuetes y cobardes que no le dio la altura ni el vicio siquiera para clasificarse al Mundial.


 
Humanoide chilensis. Recibanlo con cariño cuando cruce la frontera.

lunes, 7 de agosto de 2017

Cuando la BBC arruinó la sorpresa en Goose Green

La traición de la BBC en la guerra de Malvinas en la batalla de Pradera del Ganso


Shahan Russell | War History Online


Lugar de descanso temporal del Coronel H Jones y 2 Para KIA Goose Green, Ajax Bay - 13 de junio de 1982.

La Batalla de Goose Green en 1982 fue parte de la Guerra de las Malvinas entre Gran Bretaña y Argentina. Fue especialmente notable por dos cosas - la alta tasa de víctimas y cómo la British Broadcasting Corporation (BBC) cometió traición.

Las Islas Malvinas, Georgia del Sur y las Islas Sandwich del Sur son territorio dominados por los británico que se encuentra mucho más cerca de la Antártida que de Gran Bretaña.

También están más cerca de Argentina, por lo que los argentinos los reclaman a pesar de que todos los británicos dicen lo contrario.

El 2 de abril de 1982, decidieron hacer algo al recuperar las Islas Malvinas. Al día siguiente, Georgias del Sur y las islas Sandwich del Sur fueron los siguientes - que hizo que todos se vayan, "¡Huh !?"

El territorio combinado llega a apenas 1.507 millas cuadradas. Estando tan cerca de la Antártida que apenas habitable.

Las únicas personas que no se rascaban la cabeza eran los británicos y los argentinos.


Las Islas Malvinas, Georgia del Sur y las Islas Sandwich del Sur

Para entender esto, aquí hay una lección de historia rápida. Varias naciones europeas los reclamaron hasta que Gran Bretaña llegó en 1690 y dijo: "¡Mía!" España hizo lo mismo en 1713, pero para hacer una larga historia, su imperio se derrumbó.

Entre los territorios que perdieron fue Argentina. Aunque ya no son españoles, los argentinos creen que son los sucesores de la reclamación de España. Se contentaron con dejar que las cosas fueran hasta 1982. ¿Entonces por qué?

Era porque su gobierno militar necesitaba una distracción. La economía del país chupaba. Lo mismo ocurre con su historial de derechos humanos.

¿Solución? Distraer a la gente con patriotismo y hacerlo antes de las próximas elecciones llamadas. ¿Pero cómo? ¡Hola, guerra de Malvinas!

Mientras que Gran Bretaña no era un empujón, el gobierno argentino apostó en tres cosas: las islas no tienen valor estratégico; Que prácticamente no tienen recursos, y que son el hogar de sólo una pequeña población de la mayoría de los británicos.

Goose Green

El gobierno también consideró la economía británica. No estaba muy bien a principios de los 80, así que la esperanza era que los británicos estuvieran demasiado distraídos y demasiado presionados para hacer algo con respecto a una invasión.

Claro, gritarían y marcarían sus pies, pero eso sería todo.

Los argentinos no estaban preocupados por la ONU. El país fue constantemente objeto de ataques por sus violaciones de los derechos humanos, así que ¿qué fue otro ding de la comunidad internacional? La gente simplemente se acostumbraba a ello, como lo hicieron con el Tíbet.

No resultó de esa manera, por supuesto. Gran Bretaña respondió rápidamente con aterrizajes anfibios en San Carlos Water en East Falkland el 21 de mayo.

La mayoría de las fuerzas argentinas se encontraban alrededor de Port Stanley, a unos 50 kilómetros al este, y otras estaban instaladas en Goose Green y Darwin, armadas con ametralladoras, cañones de 35 mm, morteros y artillería.

Goose Green podría ser ignorado. Es una pequeña comunidad en Lafonia en East Falkland a lo largo del Choiseul Sound. También estaba demasiado lejos para amenazar los continuos aterrizajes en San Carlos, que no iban bien.


Teniente Coronel Ítalo Ángel Piaggi

Los británicos habían perdido un número de naves de ataques aéreos, por lo que necesitaban fortalecer las posiciones que ya tenían. Lo que pretendía ser una contrainvasión para recuperar las Malvinas, se había convertido en una maniobra defensiva.

Mientras que el gobierno argentino se hizo popular con su gente, las cosas eran diferentes en Gran Bretaña. Parte de su población sentía que las Malvinas no valían la pena pelear y morir. Por lo tanto para reunir a los nay-sayers, un poco de PR fue necesario.

Los políticos británicos estaban particularmente preocupados porque el Consejo de Seguridad de la ONU ya estaba hablando de un alto el fuego. Si se pasara, las tropas británicas se quedarían atascadas porque el tiempo y la geografía no estaban de su lado. Todo lo que Argentina tenía que hacer, por otro lado, era esperar.

Gran Bretaña no podía. Si era para tomar las Malvinas rápidamente, tenía que ir a la ofensiva.

De repente, Goose Green se veía atractiva.



Teniente Coronel Herbert Jones

Si Gran Bretaña pudiera tomar eso, tendría acceso a una gran franja de East Falkland. Un alto el fuego entonces sería todavía molesto, pero por lo menos Gran Bretaña tendría una porción más grande de la isla con la que molestar a la Argentina.

Entrar al Brigadier Julian Howard Atherden Thompson, comandante de la 3 Brigada Comandante. Su trabajo era enfrentarse a los argentinos alrededor de Goose Green y Darwin.

El área fue protegida por la Fuerza de Tarea Mercedes bajo el Teniente Coronel Ítalo Ángel Piaggi, compuesto por el 12º Regimiento de Infantería (IR12) y la 3ª Compañía. Defensado por 20 mm Rheinmetalls, dos pistolas antiaéreas de Oerlikon de 35 mm con radar y una batería de tres OTO Melara Mod 56 105 mm pack Howitzers, el trabajo de Thompson no sería fácil.

Para hacerla aún más difícil, sus hombres no podían volar. La mayoría de sus helicópteros habían estado a bordo del transportador del Atlántico, que fue destruido por misiles argentinos el 25 de mayo.

El plan, por lo tanto, era desembarcar tropas en la Bahía de San Carlos y hacerlos caminar durante dos días hasta que llegaran a Goose Green.


Cementerio al norte de Darwin, donde la mayoría de las bajas argentinas de Goose Green están enterradas

El 26 de mayo, el 2do Batallón del Regimiento Paracaidista (2 Pará) bajo el Teniente Coronel Herbert Jones comenzó a hacer precisamente eso. ¡Los argentinos se depararían una sorpresa!

O eso pensó Jones hasta que encendió la radio.

Se había sintonizado con el Servicio Mundial de la BBC, que estaba diciendo felizmente al mundo que el segundo Para estaba listo para lanzar un ataque sorpresa contra Goose Green. ¡Cuanta sorpresa habría ahora?!


Memorial al Grupo de 2 Pará, al oeste de Darwin

¿¡Ahora que!? Los 2 Para sabían que estaban superados en número. Su única ventaja estaba en la sorpresa, pero que claramente fue el camino de los dinosaurios.

Después de una sana ronda de pleitos, Jones prometió demandar a la BBC por traición. Idem con el Gabinete de Guerra. Ah, y todo el gobierno Thatcher.

Piaggi estaba escuchando la misma emisión y sacudió la cabeza con incredulidad. ¿Realmente los británicos pensaban que era tan estúpido? Hah!

Evidentemente iban a atacar en otro lugar y estaban usando el anuncio como una diversión. Así que les dijo a sus hombres que se relajaran.


El lugar donde murió el Teniente Coronel Herbert Jones, ahora un monumento conmemorativo

Ellos todavía estaban haciendo eso cuando 2 Pará atacó. Jones había apostado que Piaggi pensaría como él y ello pagó.

Piaggi se rindió el 29 de mayo - que, por una interesante coincidencia, pasa a ser el Día del Ejército Nacional Argentino.

Así terminó la Batalla de Goose Green, pero llegó a un precio considerable.

Jones y otros 17 británicos murieron a costa de 45 a 55 argentinos.

De vuelta en Gran Bretaña, hubo furia por el incidente, ya que los políticos fueron acusados ​​acertadamente de desperdiciar vidas británicas por un truco de propaganda.

miércoles, 5 de abril de 2017

Operaciones psicológicas de Radio Liberty a cargo de Silvia Fernández Barrio

Silvia Fernández Barrio, la voz de la guerra psicológica durante el conflicto por Malvinas
Por Alicia Panero* - Infobae




Pocos lo saben: la periodista Silvia Fernández Barrio tuvo un rol importante durante la Guerra de Malvinas. Ella nunca tuvo una dimensión real de lo que significó su trabajo. Desde una emisora de radio que ella define como "un cuarto pequeño y secreto", hizo lo que pudo por evitar la guerra, cuando aún había esperanzas de que la recuperación sólo fuera una ejercicio de presión para el gobierno de Reino Unido que los obligaría a negociar la sobernía. Y cuando empezarno los combates, hizo todo lo posible para desmoralizar al enemigo. Fue una suerte de "Rosa de Tokio criolla".

Primero que nada, un poco de historia. En la Segunda Guerra Mundial, Iva Toguri D'Aquino, conocida por las tropas aliadas como la "Rosa de Tokio", era la locutora de radio responsable de las transmisiones japonesas emitidas con la intención de desmoralizar a los enemigos en el Pacífico. Ciudadana estadounidense, a Iva la atrapó la guerra cuando visitaba una tía en Japón. Se cree que hubo muchas locutoras que encarnaron a la Rosa de Tokio, pero su historia es la más conocida. Al finalizar la guerra, D'Aquino fue la única estadounidense identificada entre las locutoras acusadas de prácticar la guerra psicológica. En 1949, se convirtió en la séptima persona en ser declarada culpable de traición en los Estados Unidos, por lo que pasó 6 años en prisión. Fue finalmente perdonada por el presidente Gerald Ford en 1977.


Iva Toguri D’Aquino

Aunque pasó a la historia como la "Rosa de Tokio", en Japón era conocida como "Ana, la huérfana", puesto que sus padres habían muerto en los Estados Unidos mientras ella se encontraba en la isla, y no pudo regresar. Había comenzado trabajando como mecanógrafa en la radio y luego se pidió que varias mujeres que fueran preparadas para hablarles a las tropas enemigas, con el fin de desmoralizarlas.

EL 22 de febrero de 1944, Iva le decía a las tropas aliadas: "Hola, ¿qué tal enemigos? ¿Qué tal las trampas cazabobos? Aquí está Ann, de Radio Tokio, y nosotros estamos justamente para comenzar nuestro programa regular de música, noticias y la Hora Cero, para nuestros amigos… quiero decir, nuestros enemigos en Australia y el Pacífico Sur. Así que estén en guardia, y quieran que los niños no estén escuchando. ¿Todo listo? OK, aquí está el primer ataque a su moral, la Boston Pops, tocando Strike Up the Band".

En la pequeña ciudad de Grandtham, en Inglaterra, donde nació Margaret Thatcher, un radioaficionado captó, en abril de 1982, una transmisión que le recordó a la Rosa de Tokio. Una voz sensual, con perfecto acento inglés, hablaba a la flota británica que había sido enviada a las Islas Malvinas. El hombre dio aviso a las autoridades y, según una publicación del Daily Mail de esos días, el ministro de Defensa de Reino Unido, John Nott, se refirió a ella como un procedimiento de propaganda negra, ya obsoleta, usada por última vez en Vietnam.



Malvinas fue una guerra breve, donde se pusieron en práctica procedimientos bélicos propios de la Segunda Guerra Mundial, como la guerra de trincheras, la lucha cuerpo a cuerpo y el uso de bayonetas. Entonces, ¿por qué no habría de usarse como estrategia la desmoralización de tropas?

Silvia Fernández Barrio, la voz sensual de la guerra de Malvinas en el mar, en Europa y en los Estados Unidos, según fue el alcance de radio Liberty, se educó en un colegio inglés, el William Shakespeare. Su acento británico era perfecto. "Aprendí al mismo tiempo a rezar en inglés y en español y a cantar los dos himnos. A mí sí que me cabe Borges", recordó en una entrevista con Infobae.

Estaba trabajando en el viejo Canal 7 el día que colocaron en el estudio mayor una foto de Leopoldo Fortunato Galtieri, pasado el 2 de abril, y pidió irse a trabajar a otro lugar. La pusieron a hacer un programa de música, pues tenía que cumplir con su obligación laboral. Y en eso estaba cuando un comité militar la llamó para hacer un programa, llamado Hora Cero, bajo el más absoluto secreto, que se proponía hablarles a los soldados de la flota británica.



No le molesta hablar de aquellos días. "Yo sentía que estaba haciendo mi aporte para evitar una guerra que era impensada desde mi lugar; tuve la ilusión de colaborar con que no suceda. Trataba de convencer a los ingleses de que era innecesaria la guerra, que estas tierras lejanas nada tenían que ver con ellos. Cuando los contenidos del programa eran demasiado bélicos, los suavizaba porque en mi inconsciente primaba la idea evitar las acciones bélicas", contó.

La voz de Fernández Barrio se podía escuchar en una hermosa casa en Belgrave Square o en un barco navegando en altamar. "Hola soy Liberty, he decidido mostrarme al mundo desde un lugar que está muy lejos de usted, en Malvinas, Sandwich y Georgias del Sur, soy una voz, un espíritu, un país", dijo alguna vez, mientras el tema Yesterday, de The Beatles, sonaba de fondo.

Fernández Barrio supo después, antes que muchos argentinos, que el capitán Alfredo Astiz, a cargo del grupo comando Los Lagartos, se rindió incondicionalmente ante la llegada de la flota británica, sin disparar un sólo tiro, arriando de inmediato la bandera argentina.

En algunas ocasiones, a pesar del secreto, la emisión de Liberty se transmitía por Radio del Plata, los sábados por la noche. Tras hacer escuchar las campanas del Big Ben, se daban los resultados del futbol inglés y se les recordaba la los soldados lo lejos que estaban de sus hogares. "Nos hemos encontrado, soy Liberty y tú eres Tomy, simpatizante del Tottenham, sí, debes estar navegando en alta mar, por eso hemos decidido brindarte compañía. ¿Te gustaría que te recuerde tu pueblo?", leía Fernández Barrio.

Un lustro atrás, había tenido un encuentro cara a cara con la primera ministra británica, Margaret Thatcher, en Londres, en la casa de unos amigos portugueses que se habían escapado del gobierno comunista. Nunca se sabrá si la "Dama de Hierro" se acordó de aquella cena y de su voz cuando escuchó Liberty. Lo cierto es que fue ella quien ordenó que el 19 de mayo de 1982, desde la Isla Ascensión, comenzara a transmitir Radio Atlántico Sur, con el único fin, obsoleto a decir del Ministro de Defensa, de desmoralizar o engañar a las tropas argentinas. Se pasaban mensajes para los soldados de tal o cual batallón, en los que sus familias les decían, supuestamente, que estaban bien y que los esperaban de regreso. Los ingleses llamaron a esta emisión "Operación Moonshine", que significa luz de luna. En el Reino Unido sabían que que estaban perdiendo la guerra miedática y la opinión pública salía tomar como verdaderas las noticias argentinas, buena parte de ellas erróneas, engañosas o de propaganda.



Para junio de 1982, Diario Popular publicaba: "Liberty está viva y goza de buena salud. La prueba de la eficacia de esas emisiones ha quedado demostrada por la aparición en respuesta de una emisora inglesa ubicada en la Isla Ascensión". No obstante, Liberty no se podía escuchar siempre en la Ciudad de Buenos Aires, salvo en el caso de los radioaficionados, ya que usaba una técnica que sólo llegaba al hemisferio Norte.




"Un día vino una compañera, secretaria del directorio de Canal 7, me dijo que había escuchado una grabación de una emisión de radio y me dijo 'es tu vos, en inglés, es tu voz'. Yo no podía decir nada, todo era secretísimo", repasó Fernández Barrio.

La guerra en los medios de comunicación fue compleja. Si bien el Reino Unido contaba con la cobertura mundial de la BBC, pero no era suficiente para contrarrestar el exisitismo de la prensa argentina. Necesitaban un contrapunto más real.

"Como todos dicen, en la guerra la primera baja es la verdad. Aquí se cometieron muchos errores periodísticos, como relatar en tiempo real el movimiento de las tropas argentinas, lo que ponía en alerta a los británicos. Es que no había experiencia. Todo lo que se decía en los noticieros estaba guionado, como la famosa frase a la que murió atado José Gómez Fuentes, 'que venga el Principito'. Cuando lo llamaron las autoridades para saber por qué lo había dicho, mostró un cable de Télam, donde Mario Benjamín Menéndez decía esa frase en Puerto Argentino", evaluó.

Las mujeres han sido tan protagonistas como los hombres en la Guerra Malvinas. Fernánez Barrio no había tomado mucha dimensión de eso hasta que vio las notas de aquella época, se enteró que hay marinos argentinos que participaron de la guerra, que conocían entonces su trabajo y que la admiran por eso.

No obstante, aclara que siempre fue consciente de la imposibilidad de ganarle una guerra a la OTAN, pero que cumplió la orden que le dieron como empleada del canal público, y que obtuvo la ilusión de hacer desistir a los británicos de la guerra. "No tomamos conciencia de que la guerra era verdad hasta el 1 de mayo, con el primer combate aéreo. El 2 de mayo, cuando se produjo el hundimiento del Crucero General Belgrano, allí supe lo que vendría", confesó.

Su trabajo en la televisión pública le valió que el kirchnerismo la vinculara de manera insultante con la dictadura. Para ella se trató, más bien, de un problema político relacionado a la famosa grieta. "Nunca tuve problemas en hablar de la guerra, sólo tuve problemas con los k, que me acusaron de ser pro dictadura por haber trabajado en el noticiero, pero con mi trabajo en Liberty, no se animaron a meterse, porque era Malvinas", repasó.



Claro, Malvinas es una causa nacional. Nadie se atravería a cuestionarla. Aunque ella no lo sabía hasta ahora, su voz resuena tadavoía en el recuerdo de cientos de marinos argentinos y británicos. Son muchos los que se acuerdan de ella, esa "Rosa de Tokio criolla" que para los soldados era una voz anónima, pero que detrás tenía una persona con nombre y apellido: Silvia Fernández Barrio.

* La autora escribió "Mujeres Invisibles", el primer libro sobre el rol de las mujeres durante la Guerra de Malvinas.

viernes, 1 de abril de 2016

La histeria británica ante el fallo de la ONU


Medios británicos advierten sobre la recomendación de la ONU

María Laura Avignolo - Clarín

El gobierno y los diarios británicos debaten por estas horas el informe de las Naciones Unidas sobre la nueva plataforma continental argentina y buscan reasegurar a los isleños en las islas Malvinas que nada cambiará para ellos. Pero los editoriales de los periódicos y los inversores no descartan litigios en los tribunales por los derechos petroleros alrededor de las islas.

La cancillería británica calificó hoy el informe como "recomendaciones, que son simplemente eso, que no son legalmente obligatorias".

Una vocera del Foreign Office explicó el miércoles a Clarín que aún no han recibido los detalles del informe de la Comisión con las recomendaciones a la que el Ministerio de Relaciones Exteriores argentino se refiere porque “no son públicas”.

"La Comisión sobre Limites de la Plataforma continental no tiene jurisdicción sobre las soberanía de las islas Falkland (sic)", dijo la vocera del Foreign Office a Clarín. "La propia ONU ha reconocido que la Comisión (CLCS) no podía y no consideró reclamos relacionados a las islas Falkland (sic) dentro de la presentación argentina". "El gobierno británico continúa sin tener la menor duda sobre la soberanía de las islas Falkland (sic) y el derecho de los isleños a determinar su propio futuro", concluyó.



El Foreign Office británico insistió en que la comisión de la ONU "no tiene jurisdicción sobre soberanía. En sus propias reglas de procedimiento establece que no puede considerar áreas donde reclamos se superponen, como en la plataforma marítima y otras disputas como delimitación de limites, que es el caso en relación a las islas".

Después, aclaró que, por esa razón, "la ONU ha establecido claramente que la Comisión no puede y no consideró los reclamos relacionados a las islas”.

La vocera  hizo referencia a un comunicado de la ONU del 28 de marzo, donde la Comisión explica su trabajo de cinco semanas considerando presentaciones hechas por una serie de países, como Brasil, Sudáfrica, Papua New Guinea, Kenia y Argentina.

En ese comunicado , la Comisión  de la ONU explica que "a nivel de plenario, la Comisión adoptó, sin voto, dos clases de recomendaciones con respecto a la presentación hechas por Argentina. Con vista  a las recomendaciones con respecto a la presentación de Argentina se recuerda que anteriormente la comisión decidió que no estaba en condiciones de examinar y calificar las partes de la presentación que estaban sujetas a disputa y de aquellas partes relacionadas con la plataforma continental accesoria a la Antártida( ver CLCS/64,paras 76 y 77)", según el comunicado.

Altas fuentes argentinas explicaron a Clarín que el informe de la comisión  de la ONU "se sumará al caso legal con el que Argentina fundamenta su soberanía sobre las islas". Pero son conscientes de que "será parte de una larga negociación política y Gran Bretaña tiene poder de veto en el Consejo de Seguridad". Lo ven "más como un argumento geográfico que político", que "no va alterar la voluntad del nuevo gobierno argentino de tener relaciones civilizadas con Gran Bretaña y sin provocaciones".

El diario The Times dedicó el editorial al tema. Dijo que los argentinos estaban celebrando lo que imaginaban “un progreso” para conseguir las sobrenias sobre las islas.

“El nuevo presidente Mauricio Macri debe respirar profundamente, recuperar el sentido de la perspectiva y calmar las expectativas de sus ciudadanos .La Comisión de la ONU, un grupo de expertos, es un cuerpo consultivo. En otras palabras, Buenos Aires no puede exponer sus reclamos sobre las Falkland (sic) sobre la base de una investigación de la ONU, que está basada en geografía y geología antes que en títulos legales. Esto no sería suficiente reaseguro para los isleños. Es claro que esta decisión sobre la plataforma continental  no afecta la vital pesca de peces y calamares en las Islas, (pero) vuelve incierta la explotación de petróleo en su lecho marítimo", escribió The Times.

El tradicional diario británico cree que habrá argumentos que y Gran Bretaña debe estar lista a batallar en los tribunales. Pero recordó que la oposición está adoptando la versión británica del conflicto y mencionó que Seumas Milne, director de estrategia del laborismo bajo el liderazgo de Jeremy Corbyn, llamó a “compartir soberanía con Argentina”, tras describir las islas como "una absurda de Ruritania de 75 millones de libras al año". Ruritania era un país mítico y falso en Europa central, completamente absurdo, en un film de Peter Sellers.

El diario conservador The Daily Telegraph calificó como una "oscura" comisión de la ONU la que ha emitido un fallo ofensiva para Gran Bretaña y también lo mencionó en su editorial. Considera que no afecta el derecho a de los isleños a la autodeterminación .”Pero puede darles ciertos derechos (a los argentinos) sobre los recursos de las plataforma continental, como el petróleo. El Telegraph cree que “el nuevo gobierno es poco probable que reclame sobre las islas, pero tal decisión va a alentar nacionalistas, que piensan que Malvinas debe ser tomada por la fuerza".

Liza Watson, la directora del isleño Penguin News y con siete generaciones en las islas, dijo que "las actitudes argentinas son irracionales e hipócritas y las comparó con las de un acosador. "Tener un vecino como Argentina es como como vivir en la puerta de al lado de tu acosador, uno que te aterroriza pero luego, lagrimeando, te reprende por rechazar sus avances", describió en una columna en The Daily Telegraph.

A los inversores en el petróleo alrededor de las islas les preocupa el informe de la Comisión de la ONU y cómo va a afectar el futuro de su inversión. Las acciones de las dos compañías que están presentes en las islas cayeron ayer al conocerlo: Northern Falkland Basin y Rockhopper Exploration.

miércoles, 9 de marzo de 2016

Relatos británicos de la guerra (7): De Sapper Hill a Puerto Argentino

"Vamos a volver'
Richard Savill, de 56 años, se unió a la Guardia Galesa de la Asociación de la Prensa durante la recaptura de Stanley


Richard Savill, reportero de The Telegraph, en las islas Malvinas 1982 mientras trabajaba para PA. 17 Feb 2012 Foto: SWNS.com

The Telegraph

El fin de los combates llegó de repente. Yo acompañaba al batallón de la Guardia Galesa informando sobre como se eliminaba la última resistencia enemiga en Sapper Hill, una elevación dominante Stanley. La Guardia Galesa habían perdido 32 hombres con el Sir Galahad; habían recibido el encargo de actuar como refuerzos para el ataque final sobre Stanley.
Pasamos siete horas cruzando un campo de minas en una oscura noche fría, y fuimos objeto de pesados bombardeos argentinos. Durante una pausa, el oficial al mando del regimiento, el teniente coronel Johnny Rickett, se acordó que deberían haber estado en Horse Guards Parade en su totalidad uniforme de gala, celebrando el cumpleaños oficial de la reina: "Acabamos sintonizando el Servicio Mundial (de la BBC) y los oímos marchar por el centro comercial," dijo, con tristeza. Los guardias fueron ordenados de sacar al enemigo en Sapper Hill, pero a medida que avanzaban encontraron la posición abandonada. Habíamos avanzado con nerviosismo, escudriñando el horizonte en busca de enemigos. Luego llegó el anuncio de que la resistencia argentina se había derrumbado. Marchamos a la cima del Sapper Hill pasando por trincheras enemigas abandonados. Una botella de whisky se pasa alrededor y miramos hacia abajo en las casas verdes y rojos con techo en Stanley por primera vez. Era mucho más pequeña de lo que habíamos imaginado.
Retiramos nuestra camuflaje y pusimos en marcha provisionalmente, a la espera de un posible ataque de francotirador en cualquier momento. Los soldados argentinos se sentaron en las trincheras apuntando con sus armas. Nos saludamos con la mano, pero no hubo respuesta. A medida que nos acercamos a la ciudad dos conscriptos argentinos no armados se acercaron a nosotros y nos dieron la mano. Los oficiales nos esperaron en el campo de fútbol para cumplir con el equipo negociador británico parecían darnos la bienvenida. Sin embargo, un importante desafiante advirtió: "Vamos a volver. Con el debido respeto a todo el mundo en Gran Bretaña, creemos que son nuestras islas ".

viernes, 4 de marzo de 2016

Relatos británicos del conflicto (6): Paul Haley, fotógrafo

'La manera de enganchar un vuelo era estar de pie con los brazos extendidos y esperar a un helicóptero'

Paul Haley, de 61 años, era un fotógrafo de la revista 'Soldier' del Ministerio de Defensa

The Telegraph

Nuestra misión era estar listo para viajar a cualquier parte del mundo con 24 horas de antelación, por lo que tuvimos que mantener todas nuestras vacunas al día y así sucesivamente. Yo estaba en el Queen Elizabeth 2 y el viaje hacia abajo tomó cerca de dos semanas. Aterricé con cinco Brigada en San Carlos y me quedé en tierra para las próximas dos semanas. Para llegar a ninguna parte fue difícil. Tenía que partió caminar, entonces me encontré con un piloto de helicóptero que sabía que me contó la manera de enganchar un ascensor estaba de pie con los brazos extendidos y el helicóptero aterrizaría a recogerme. Yo llevaba una vieja bata de Pará, pero que no tenía un brazalete de prensa ni nada. Sin casco, pero ninguno de los soldados hicieron bien, o un chaleco a prueba de balas. Estábamos durmiendo cuando podíamos. Me quedé en la extraña cabaña de ovejas, pero la mayoría de las noches que estaba en una bolsa de dormir a la intemperie. El viento era tan fuerte que no podía hablar con la gente a menos que estuviera a la espalda a ella.

Cuando el Sir Galahad fue golpeado, lo oí y vi humo saliendo a lo largo de la colina, así que me dieron un vuelo desde un helicóptero y fui a fotografiar eso. Pero la mayoría de los combates era de noche, así que había poco que fotografiar aparte de balas trazadoras. Para la batalla por Tumbledown era más una cuestión de tener la cabeza agachada hasta la primera luz, entonces me moví en la colina mientras todavía había algunos disparos esporádicos y tomé una fotografía que se hizo bastante icónica. Era de un grupo de guardias escoceses. Perdieron ocho hombres allí y vi que regresen a la posta médica. Había visto cadáveres antes, pero aún así fue un shock. Uno de mis remordimientos fue que nos pidió que no fotografiar bajas británicas y muertos y por lo que no hicimos. Mi autocensura significa que no hay ningún registro de ese lado de la batalla.


7° Pelotón, Compañía G, 2do Batallón de los Guardias Escoceses en Monte Tumbledown celebran las noticias de la rendición argentina al amanecer del 14 de Junio de 1982. Foto de Paul Haley

martes, 3 de marzo de 2015

Las mentiras de un periodista yanqui "expuesto a fuego argentino"

La "mentira" sobre las Malvinas / Falklands que pone en aprietos a un periodista estrella en EE.UU.
Redacción
BBC Mundo



O'Reilly es un veterano periodista de la cadena conservadora de noticias Fox News.

En EE.UU. parece haberse desatado la caza del "periodista mentiroso".
Después de la caída en desgracia del presentador estrella de la NBC Brian Williams, ahora está en la mirilla Bill O'Reilly, un veterano periodista de la cadena conservadora Fox News.
Este último ha repetido durante años que cubrió la guerra de las Malvinas/Falklands de 1982, dando a entender que presenció los combates entre tropas argentinas y británicas.
Pero la revista de izquierda Mother Jones cuestionó en un artículo el pasado jueves que O'Reilly, que entonces era un joven reportero de la cadena CBS, reportara desde una "zona de guerra", como él había dicho en varias ocasiones desde hace años al referirse a su trabajo en Argentina.


O'Reilly dijo que sobrevivió "a una situación de combate en Argentina".

En realidad, O'Reilly cubrió aquel conflicto como la mayoría de periodistas internacionales desde Buenos Aires, donde se produjeron disturbios callejeros, pero no combates.
Lejos de retractarse, O'Reilly dijo este lunes durante su programa de entrevistas y comentario político "The O'Reilly Factor" que la violencia en las calles de la capital argentina fue horrible.
Llama la atención que ante el aprieto de sus periodistas, las dos cadenas estadounidenses han reaccionado de manera muy distinta.

Credibilidad

Hace dos semanas, NBC suspendió de empleo y sueldo a Williams por seis meses después de que éste admitiera que no viajaba en un helicóptero militar estadounidense que fue derribado en 2003 en Irak, al comienzo de la invasión de EE.UU.


Brian Williams fue sancionado por NBC por mentir sobre su cobertura de la guerra de Irak.

Analistas en EE.UU. han dicho que el escándalo podría suponer el fin de la hasta hace poco rutilante carrera de Williams, tras décadas en NBC, argumentando que su credibilidad como informador está en entredicho.
Lea: La mentira que hizo caer en desgracia a Brian Williams, la estrella de TV de EE.UU.
Por su parte, el director ejecutivo de Fox News ha respaldado a O'Reilly.
O'Reilly, toda una institución en Fox News, tenía 32 años durante aquella guerra y formaba parte del equipo de enviados especiales de la cadena CBS a Argentina.
El 14 de junio, tres días después de su llegada a Argentina, el presidente Leopoldo Galtieri anunció la rendición, tras 10 semanas de guerra.


A pesar de que le están lloviendo críticas, no parece que la mentira o exageración de O'Reilly le vaya a suponer una sanción por parte de sus jefes.

Unas 5.000 personas se dirigieron al atardecer a la Plaza de Mayo, en una protesta contra el gobierno.
"Fue muy violento en la calle, donde yo estaba", dijo O'Reilly este lunes durante su programa. "Y no pudimos conseguir el número de víctimas mortales porque, como se sabe, era una dictadura militar, y eso no lo reportan".
"Pero vi a gente golpeada en el suelo. Los vi siendo arrastrados, siendo subidos a ambulancias y a vehículos de policía. Y los medios locales informaron que hubo muertos. No hemos podido decir cuántos, ¿verdad? Pero yo creo que hubo".
Mientras hacía estas declaraciones, O'Reilly buscaba el asentimiento de su antiguo compañero en CBS durante aquella cobertura, Don Browne.
"Había tanques en la calle. Era un país en guerra. Al principio, era casual. Y se volvió más y más serio", dijo Browne. "Fue una situación que daba mucho miedo. Mucha gente murió".
"900 muertos en la isla, y no sabemos cuántos muertos en Buenos Aires", añadió O'Reilly.
¿Pero se puede decir realmente que O'Reilly estuvo presente en Argentina en una zona de guerra?
En su libro de 2001, The Spin Zone, O'Reilly dijo: "Sabes que no me sorprendo fácilmente. He reportado desde zonas de guerra activa, desde El Salvador a las Falklands (Malvinas)".
En una columna en 2004 sobre la guerra de Irak, O'Reilly volvió a referirse a su trabajo en Argentina. "Habiendo sobrevivido a una situación de combate en Argentina durante la guerra de las Falklands (Malvinas), sé que las decisiones entre la vida y la muerte se toman de modo instantáneo".
En 2013, O'Reilly volvió a referirse a su experiencia en aquel conflicto durante su programa, dando a entender a la audiencia que se encontraba en las islas durante la guerra.
"Estuve en una situación una vez, en una zona de guerra en Argentina, en las Falklands (Malvinas), en la que mi fotógrafo fue aplastado y se golpeó la cabeza y estaba sangrando por el oído sobre el asfalto. Y el ejército nos estaba persiguiendo", dijo O'Reilly, que añadió que tuvo que asistir a su compañero.
El periodista no se refirió el lunes por la noche al incidente.

"Chiflado"

La violencia de aquella protesta del 14 de julio fue sin duda grande. Los medios argentinos la calificaron como la mayor desde la llegada del gobierno militar en 1976.
Cinco autobuses fueron quemados y comercios fueron saqueados, según le dijo a BBC Mundo el historiador argentino especializado en aquel conflicto, Federico Lorenz. La policía usó gases lacrimógenos y balas de goma.
Pero no se puede calificar esa violencia como zona de guerra activa, añadió Lorenz.
Con ese criterio cualquier reportero que cubrió una marcha en Argentina en aquella época, podría ser llamado corresponsal de guerra
Federico Lorenz, historiador argentino
Lorenz le dijo a BBC Mundo que, de acuerdo con la versión de los diarios argentinos al día siguiente, no hubo víctimas mortales en la protesta violenta a que se refiere O'Reilly.
"No estoy minimizando la violencia de la represión, pero yo no le llamaría cobertura de guerra", dice Lorenz.
"Con ese criterio cualquier reportero que cubrió una marcha en Argentina en aquella época, podría ser llamado corresponsal de guerra".
El excorresponsal de CBS Eric Engberg, quien formaba parte del mismo equipo que O'Reilly en Argentina dijo que el relato de su excompañero era "deshonesto" y "completamente chiflado" en una entrevista con The Huffington Post el lunes.
A pesar de que le están lloviendo críticas, no parece que la mentira o exageración de O'Reilly le vaya a suponer una sanción por parte de sus jefes.
Pero O'Reilly, quien gusta en polemizar, parece estar deseando cambiar de tema.
"Quiero que esto acabe ahora", dijo el lunes en su programa. "Espero que podamos acabar con esto, de verdad lo quiero".