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lunes, 27 de junio de 2022

EA: El RI 4 en el cerro Dos Hermanas

Monte Dos Hermanas

La Perla Austral


Regimiento de infanteria 4

Monte Dos Hermanas

El asalto final a las posiciones del Regimiento 4 comenzó en la madrugada del 12 de junio.
El combate por la cresta topográfica de Dos Hermanas Este duró unas tres horas y media y los asaltos fueron rechazados por toda la sección de Llambías y parte de la del subteniente Silva.

La primera sección con que se toparon los ingleses fue la del subteniente Marcelo Llambías Pravaz en el pico sudeste, y luego con la del subteniente Jorge Perez Grandi que estaba en el pico sudoeste. Se cortaron las comunicaciones.

El capitán López Patterson, quien también se encontraba en el pico sudoeste, destacó una sección para apoyar a los que estaban peleando. Los estaba atacando un regimiento entero.
El subteniente Pérez Grandi, que posteriormente fue herido de gravedad, se tuvo que replegar. Entonces los ingleses concentraron sus ataques contra Llambías, que seguía resistendo. Hacia el final, para proteger el repliegue de sus soldados, Llambías se quedó solo y rechazó cuatro ataques consecutivos.

La secuencia era así. Atacaban los británicos, él los paraba con su ametralladora, y los hacía retroceder.

Pero el enemigo barría la zona con artillería y atacaba nuevamente. Es decir que los ingleses estaban tratando de poner fuera de combate a un solo hombre, con el fuego concentrado de siete u ocho cañones de 105 milímeros, además de otras armas. Lejos de arredrarse, Llambías, de 20 años de edad, se multiplicaba; amén de la ametralladora, hacia fuego con su FAL y un lanzacohetes Instalaza.

Lopez Patterson no lo podía ayudar porque debía defender su cerro. Pero lo apoyó con el fuego de su propia ametralladora. A todo esto, de las laderas del Monte Kente estaba descendiendo otro regimiento británico.

Y a López Patterson no le quedaba más remedio que replegarse. Sin embargo, estaba muy preocupado por la situación de Llambías, que seguía peleando en el otro cerro y con el cual estaba incomunicado. ¿Cómo hacerle llegar la orden de que se replegara? López Patterson quiso arrojar una bengala hacia ese sector, pero sabía que difícilmente Llambías podria interpretar el mensaje: el cielo estaba cruzado de proyectiles y obuses que salían desde todos los ángulos…

La bengala prendió, pero no salió como era de esperar hacia lo alto, quedó en su mano, lo que lo convirtió en un blanco perfectamente iluminado, y la orden visual no llegó a Llambías.

Cuando no tuvo mas munición, Llambías se replegó hacia Goat Ridge, como estaba previsto, donde se encontró con su sección. Y también con la sección del subteniente Silva.
Hay una pléyade de subtenientes que, sin haber finalizado el Colegio Militar, fueron directamente desde sus aulas al frente de batalla y se cubrieron de gloria. Pero ni sus mandos los han condecorado, ni su sociedad los ha reconocido.

sábado, 10 de abril de 2021

PGH: Discurso desmalvinizador el 2 de abril en Monte Caseros

Discurso de un cobarde en el día de Malvinas en Monte Caseros




El 31 de marzo en la localidad de Monte Caseros, Corrientes, sede del cuartel del Regimiento de Infantería 4, unidad que se cubrió de gloria en la Batalla del Cerro “Dos Hermanas”, librada entre los días 11 y 12 de junio del año 1982, sucedió un hecho de una gravedad institucional inusitada, tan difícil de entender, como de explicar.
En esa oportunidad, al conmemorarse el 39° aniversario de la Recuperación de nuestras Islas Malvinas, y el Día del Veterano de Guerra, se llevó a cabo una ceremonia en la que estaban presentes el gobernador de la Provincia de Corrientes, el Intendente Municipal de Monte Caseros, el Comandante de la 1ra División de Ejército, veteranos de Malvinas, vecinos de la ciudad e invitados especiales.
Por alguna razón que no alcanzo a comprender, hizo uso de la palabra el presidente del centro de veteranos "Avá Ñaró", Carlos Enriori, quien se despachó con un discurso desmalvinizador, plagado de mentiras, en el que denunció falsamente las vicisitudes que supuestamente debieron soportar los soldados que pelearon heroicamente en Malvinas. Por supuesto que hubo murmullos, insultos por parte de algunas personas del público, algunos empujones, pero la cosa no pasó de ahí y el atorrante desvergonzado terminó con su ristra de disparates.
El hecho en sí me pareció gravísimo, pero opté por no escribir sobre el tema, en primer lugar por vergüenza, y en segundo lugar, para no agrandar un hecho que no merece pasar del nivel de miserable. Y lo que me avergonzó no fue precisamente que las palabras de ese cobarde no tuvieran ni un poco de verosimilitud, sino la falta de reacción de las autoridades de mi Ejército.
Muchos interrogantes se me abrieron de inmediato. El primero es por qué, quien sea que haya sido el organizador del acto, eligió como orador precisamente a Enriori, quien como todos saben, fue un cobarde en la guerra y ahora se transformó en un militante rentado por la causa de la desmalvinización, los Derechos Humanos y la persecución sistemática a las Fuerzas Armadas. El segundo es cómo el Ejército Argentino y el Regimiento 4 de Infantería se permitieron dar marco formal a ese eventual ultraje.
O no sabían quién iba a hacer uso de la palabra y se prestaron a la violación sin anestesia, lo que es una soberana estupidez difícil de entender, o sí lo sabían y formaron igual, lo que sería aun mucho más grave.
Desde entonces me llegaron por Whatsapp muchos artículos de repudio de Centros de Veteranos, ex oficiales, suboficiales y soldados del Regimiento, compañeros de Enriori, que me parecieron importantes, pero insuficientes. Una vez más preferí guardar silencio para no hacer olas sobre un tema que mancha gratuita, falsa e innecesariamente el honor de la causa de Malvinas, de nuestros veteranos, de nuestro Ejército y de nuestros muertos gloriosos que no se merecían una afrenta semejante, y que no hace más que revolver una mentira que, de tanto revolverla, se mantiene en la superficie, y hay idiotas que la creen y sinvergüenzas que la reproducen.
Pero hoy me llegó esta nota escrita por el Jefe del Regimiento 4 de Infantería durante la guerra, general de brigada Diego Alejandro Soria, dirigida al Jefe del Estado Mayor General del Ejército, instancia que entiendo, debería haber tomado a esta altura, alguna carta en el asunto.
La gravedad del último párrafo de la nota del general Soria, que adjunto, y cuya lectura recomiendo, no deja ninguna duda y merece alguna respuesta.
Siempre digo que es muy fácil ser valiente con los atributos de los demás. Yo no estuve allí, ni sé qué hubiera hecho en esas circunstancias, ni sé cómo hubiera reaccionado ante la sorpresa. Pero si sé ahora lo que creo que debería haber hecho y lo que me hubiera encantado hacer.
Y eso hubiera sido, mandar:
¡Regimiento 4 de Infantería, Fir – mes! ¡Al hombro – Ar! ¡Derecha – dre! ¡Maestro de Banda, Marcha de Malvinas! Regimiento, Bandera y Banda, Mar!!!
Y se hubieran retirado desfilando marcialmente del lugar con la cabeza en alto, el honor intacto y en medio de los aplausos de la concurrencia. Porque el honor no se compra en ningún lado.
Jorge Tisi Baña

miércoles, 16 de noviembre de 2016

RI 4: El bautismo de fuego de la Compañía A

Regimiento de Infantería 4: Bautismo de fuego Compañía "A"


Día 01 de mayo de 1982, Amanece en las Islas Malvinas, radiante y especial mañana, en los profundo del mar se divisa con absoluta claridad, los mástiles de las fragatas británicas, la Task Force, comienza a mostrar los dientes del león imperialista, sendos ataques con cañones de su buques, los Sea Harriers como aves de rapiña se lanzan a la caza, explota Puerto Argentino y los montes cercanos, un helicóptero enemigo, sumado a los aviones, ataca posiciones de defensa de la Sección y Grupo apoyo de la Compañía de Infantería “A”, del RI 4, los aguerridos soldados del 4 de línea, repelen el ataque con fuego reunido de armas portátiles y de apoyo de fuego tipo lanzacohetes Instalaza, ametralladora MAG 12,7 mm.



Los Cabos Primeros de infantería, Roberto Avalos y Ramón Eugenio Córdoba, bajo el mando del Teniente Primero Infantería y J Ca I “A”, Alejandro Cesar Mougthy, cumplen su primera misión de combate en forma sobresaliente, sus muchachos, los valerosos y arrojados soldados, han actuado a la altura de las circunstancias. Se produce el BAUTISMO DE FUEGO del RI 4 a cargo de la gloriosa C. I. “A”.

A 28 Años de este histórico hecho, Gracias a DIOS por ubicarme en el momento y lugar indicado, Honor y Gloria a los Soldados Argentinos que Lucharon, Luchan y Lucharán por la Soberanía Nacional Argentina mas allá de los limites de las posibilidades.
“Cuando el clarín de la patria llama…hasta el llanto de la madre calla”

VICENTE PABLO CORDOBA
PRESIDENTE
CENTRO DE VETERANOS DE GUERRA DE MALVINAS AVA ÑARO (INDIOS BRAVOS) MONTE CASEROS – CORRIENTES.

miércoles, 15 de enero de 2014

Biografía: Soldado Martiniano Gómez (EA)

Martiniano Gómez
Los Gómez, separados en las islas por la artillería enemiga
POR NATASHA NIEBIESKIKWIAT
Los hermanos Antonio y Martiniano fueron juntos a la guerra y pelearon en el mismo Regimiento. Los ubicaron a 400 metros de distancia. Martiniano tenía 20 años y cayó en una batalla del final de la guerra. Dicen que peleó hasta el final, negándose al repliegue. Fue uno de los 54 chaqueños muertos en Malvinas.



RESISTENCIA, CHACO. ENVIADA ESPECIAL.
Detrás de cada hombre que fue a Malvinas hay una historia por contar. Como la de los hermanos Gómez, que pelearon en el mismo Regimiento, llegaron al final de la guerra, pero no volvieron juntos. Porque Antonio llegó vivo y Martiniano quedó en las islas. “Ahí estaban todos, los hermanos Córdoba, de Corrientes, los Gómez de Chaco. Pero a mí me faltaba algo”, suelta Antonio la tarde que Clarín lo entrevistó en sus pagos.

Cuenta el general de Brigada Diego Alejandro Soria, jefe para 1982 del Regimiento de Infantería 4, que su fuerza estaba integrada por soldados de Corrientes, Chaco, Formosa y Misiones, “en su mayoría de un nivel socio cultural bajo”, jóvenes que “nunca se habían alejado de la zona en la que vivían”, lo que -como se sabe- dificultó gravemente su adaptación a la dura adversidad climática y geográfica del archipiélago. Pero los Gómez eran duros. Muy duros, fortaleza que adquirieron al incorporarse desde temprana edad al trabajo. Los Gómez a la cosecha de algodón. Y a los 13 años, Martiniano ya se había conseguido una changa en el matadero municipal de Puerto Tirol, pueblito que se levanta a 15 kilómetros de Resistencia, al pie del monte chaqueño.

Ya antes de la guerra, Martiniano tenía planes para trabajar en la municipalidad de Tirol. Antonio fue conscripto, y eligió quedarse en la Fuerza, donde siguió la carrera militar. Y fue así como ya siendo cabo en los cuarteles de Monte Caseros, vio un día de 1981 entrar con la nueva camada de conscriptos a Martiniano, “Martín”.

El llamado a Malvinas les llegó a cada uno por su lado, cuenta, para estos 30 años de la guerra, Antonio, quien con este diario recorrió Tirol. Y en ese recorrido: el monumento a los 54 chaqueños muertos en la guerra, la plazoleta y la calle que llevan hoy el nombre de “Martiniano Gómez”. También la casa de Dalmacia Encina, madre de los hermanos, dos de sus diez hijos. Hoy le quedan cuatro a la señora. Pero con Martiniano, Dalmacia rompe en llanto. “Mi hijo nos dijo a mí y al papá: ‘Yo me voy. Voy a volver. Yo me voy a luchar por la patria y por la Argentina’. Y así. Juró por la bandera. Pero ahí quedó”.

Hay que subrayar que, como le ocurrió a muchas familias de Malvinas, los Gómez saben poco sobre el final de Martiniano. Tienen suerte, porque hay muchas que no saben nada. Del relato de Gómez, nutrido en lo que le contaron los jefes de Martiniano, y de lo que informa el general Soria, podría afirmarse que el joven falleció la madrugada del 9 de junio en Monte Harriet. “Martín era duro, leñero, le gustaba jugar al fútbol y si algo no le gustaba de vos te dejaba de hablar. Era apuntador de ametralladora y su jefe nos contó que el día que murió con su compañero abastecedor, Martín estaba loco por el zumbido del fuego y no lo pudieron convencer de que se replegara. Dio fuego hasta el final”.
Soria nos dice: “El 8 de junio a la noche, efectivos enemigos apreciados en una compañía se infiltraron entre los montes Harriet y Two Sisters y, al ser detectados, se produjo un intenso combate que terminó con su repliegue apoyado por un muy intenso fuego de la artillería de campaña británica”. La batalla continuó. Eran los últimos días de combate entre argentinos y británicos, que se batieron a duelo por Malvinas. “Se continuó combatiendo duramente y el enemigo progresaba en su ataque”, dice Soria, quien también ilustra que las ametralladoras 12,7 se las dieron sin funcionar, pero que ellos las pusieron en “excelente servicio”.

El 2 de junio Martiniano cumplió los 20 años. Tres días después, en los alrededores del Harriet, donde ambos se apostaban, pero a 400 metros de distancia, se vieron por última vez los Gómez. Como siempre, Antonio le dio sus cigarrillos a Martiniano, y éste la petaca de whisky a su hermano. “Nos saludamos, y me dijo que me cuidara mucho de no pisar una mina”, revive Antonio.

Clarín

martes, 22 de octubre de 2013

EA: Los regimientos del Ejército Argentino en las islas

Regimientos del Ejército Argentino en Malvinas



REGIMIENTO 1 PATRICIOS




Los Patricios de Buneos Ayres, no faltaron a la obligada cita de honor con su antiguo y primer enemigo, el invasor inglés.

Ciento setenta y seis años después de su creación, participa en esta oportunidad con una Subunidad la Compañía de Infantería A “Buenos Ayres, que fue agregada al regimiento de Infantería Mecanizado 6 “General Viamonte”, como Compañía C de la mencionada Unidad
A su arribo a las Islas Malvinas, el día 13 de Abril de 1982, la Compañía se reunió en inmediaciones del Aeropuerto de Puerto Argentino
El 14 de Abril la segunda, y tercera Sección, se integraron al Regimiento de Infantería 25, formando parte del dispositivo de Defensa de Puerto Argentino, mientras que la Primera, y la sección Apoyo, fueron asignadas a la defensa del aeropuerto.

El 19 de Abril, el Jefe de Compañía Capitán Humberto Hugo Pascualetti recibió la orden de reintegrarse al Regimiento de Infantería Mecanizado 6, situación en la que permaneció hasta la finalización del conflicto.

Con la misión de defender Puerto Argentino, la Compañía de infantería “A” “Buenos Ayres” (”C” del Regimiento de Infantería Mecanizado 6), ocupó posiciones defensivas, con frente hacia Phillips Foin y a Reckeribay, hasta la rendición del 14 de junio de 1982.

El grueso del Regimiento, marchó a Comodoro Rivadavia, constituyéndose en uno de los elementos defensivos del Subsector Centro (Comodoro Rivadavia - Caleta Oliva).

En el marco de esta misión, el Regimiento de Infantería 1 “Patricios” otorgó su acostumbrada y generosa cuota de sangre a la gesta, al recibir la orden de destacar nuevamente personal y material la Islas.

Producido su arribo, el 8 de junio de 1982, la fracción se desplazó para ocupar una posición próxima al Regimiento de Infantería Mecanizado 7. El 12 de Junio durante el combate de Monte Longdon, el Patricio Claudio Alfredo Bastida, apuntador de una ametralladora, muere al ser alcanzado por fuego de morteros ingleses, renovando así el compromiso de honor de los Patricios.

Cabe destacar que el Patricio Claudio Bastida fue exceptuado de realizar el Servicio Militar por ser único sostén de madre viuda, ofreciéndose voluntariamente a cumplir con el llamado de la Patria




REGIMIENTO 3



Llegada a las islas: Con asiento en La Tablada el 11 de abril fueron trasladados a Río Gallegos y desde allí el 13 de abril llegan a las islas ubicándose en Puerto Argentino.
Destino: Defensa de Puerto Argentino




REGIMIENTO 4





Llegada a las islas: Actúa la compañía A. El 27 de abril llega a las islas, 
Destino en las islas: el 28 marcha de Puerto Argentino a Monte Wall, Monte Harriet y Challenger ocupando posiciones en Harriet y Two Sisters.




Foto del Subteniente Llambias Pravaz que perteneció a este regimiento.

REGIMIENTO 5



Llegada a las islas: La llegada se concreta el 23 de abril y el 25 de abril parten a Puerto Howard en la Isla Gran Malvina.
Destino en las islas: Puerto Howard en la Isla Gran Malvina.





REGIMIENTO 6




Llegada a las islas: Se concreta la llegada el 13 de abril a las 05:30hs a la Isla Soledad
Destino en las islas: Defensa de Puerto Argentino.





REGIMIENTO 7



Llegada a las islas: Este regimiento llega a las islas el mismo 14 de abril.
Destino en las islas: Ocuparon el llamado sector Plata de Puerto Argentino. El sector Plata estaba formado por Plata 1 (Monte Longdon) y Plata 2 (Wireless Ridge/Península de Cambers)






REGIMIENTO 8





Llegada a las islas: el 06 de abril llega a las islas a las 11hs
Destino en las islas: Defensa de Bahía Fox y controlar la isla Gran Malvina. Se le suma la Compañía de Ingenieros 9. La compañía de tiradores C del Regimiento 8 fue asignada al RI 12 que actuaron en Darwin (Isla Soledad) y el Combate de San Carlos.




REGIMIENTO 12



Llegada a las islas: Se concreta el 24 de abril, el 28 de abril fue trasladado a Darwin y Pradera del Ganso donde combatieron hasta los últimos días.







REGIMIENTO 25




Llegada a las islas: Como es sabido este regimiento llega a las islas el 2 de abril y participa de la Operacional Rosario el 3/C/25 con Seineldin a la cabeza. El 4 de abril la compañía C del RI25 es enviada a Darwin Goose Green para reforzar a la compañía A del RI 12






Militaria Malvinas

domingo, 13 de octubre de 2013

Batallas: Monte Harriet


Batalla del monte Harriet

La batalla del monte Harriet fue un enfrentamiento militar que tuvo lugar durante la guerra de las Malvinas en la noche del 11 al 12 de junio de 1982.


Fuerzas

Las tropas británicas que se usaron fueron el comando 42º (42 CDO), de los marines reales al mando del teniente coronel Nick Vaux (que más tarde se convirtió en general) con el apoyo de artillería de una batería de regimiento 29º de artillería real; el 1er batallón de la guardia galesa (1WG) y dos compañías del comando 40º estaban en reserva. También el buque HMS Yarmouth apoyó a las fuerzas británicas con su artillería.

La defensa argentina se componía del «regimiento de infantería 4 del teniente coronel Diego Soria» (RI 4).

Antecedentes

En la noche del 30 de mayo la compañía K del 42 CDO avanzó desde San Carlos para asegurar la alturas dominante, el monte Kent, que con sus 458 metros es la cumbre más alta alrededor de Puerto Stanley, donde el escuadrón D de tropas SAS ya había establecido una fuerte presencia. Sin embargo, cuando llegaron a la zona de aterrizaje, a unos 3 kilómetros detrás de la cresta de la montaña, los marines se sorprendieron al ver los destellos de las líneas de munición trazadora iluminando la noche. Tras una feroz lucha cuerpo a cuerpo, la patrulla argentina (la 2ª sección de asalto del capitán Tomás Fernández, de la compañía de comandos 602) se retiraron confundiéndose entre las rocas, matorrales la hierba. A finales de mayo el escuadrón D del mayor Cedric Delves había conquistado el monte Kent, y el cuartel general táctico comenzó a patrullar el pico de bahía Agradable, con un coste de dos heridos.1

El ataque se produjo tras por muchos días de observación y noches de la patrulla. Algunas patrullas de combate nocturno, eran parte de un plan de engaño para convencer a los argentinos de que el ataque vendría del oeste. Otras patrullas, más encubiertas, eran para encontrar una ruta a través del campo de minas que rodeaba por el sur el monte Harriet. Se usaban francotiradores y artillería naval para hostigar a los defensores y molestar su descanso.

El 3 de junio la tropa de reconocimiento del el teniente Chris Marwood 42 CDO, acomopañada del el equipo de la brigada comando para el control aéreo 3 al mando del teniente de aviación Dennis Marshall-Hasdell, encontró una patrulla de combate RI 4 (el 3er pelotón del teniente Lautaro Jiménez Corbalán de la compañía B del monte Harriet).2 La tropa de Recce abrió fuego y dos reclutas murieron en el acto (Celso Páez y Roberto Ledesma), y un suboficial (cabo Nicolas Odorcic) cayó herido por un disparo en la cabeza de uno de los francotiradores de los marines mientras se resguardaba entre las rocas.3

Esta acción llamó la atención hacia su expuesta posición frontal, y se unieron los refuerzos argentinos a la acción con un contraataque general. El principal encargado del control aéreo el teniente de aviación Dennis Marshal-Hasdell recuerda que:
Nos separamos de nuestras pesadas mochilas con las radios y todo nuestro equipo. La patrulla se dispersó por un área bastante grande, con un montón de gritos, el ruido y fuego en curso. La infantería de marina abandonó todo su equipo, y aunque nadie nos lo dijo, quedó claro que íbamos a retirarnos. Sin información, y probablemente teniendo que luchar en nuestro camino de salida, Dave Greedus y yo decidimos abandonar nuestro equipo, destruyéndolo lo más que pudimos. Fue suficiente con los dos aparatos de radio (HF y UHF ), ¡pero la unidad de marcación láser de objetivos HAZE fue diseñada para soportar el peso de un tanque!

El indicador láser de objetivos recuperado en el enfrentamiento desveló que los marines reales estaban intentando destruir los búnkeres argentinos en el monte Harriet, con bombas guiadas por láser. Al día siguiente las la tropa 10 volvió a ocupar el puesto de observación del monte Wall sin ninguna oposición.4

Preludio

En la noche del 8-9 de junio, la acción se amplió en la zona de defensa exterior, cuando un teniente Mark Townsend de Tropa (Compañía K, de 42 CDO) inspeccionó el monte Harriet, matando a dos argentinos (el cabo Hipólito Gónzalez y el soldado Martiniano Gómez).5 Al mismo tiempo, dos patrullas del tamaño de un pelotón de combate pertenecientes al comando 45 intentaron lo mismo en el monte Dos Hermanas, pero el radar de vigilancia terrestre argentino situado en el monte Longdon detectó a los pelotones del comando 45, y el fuego de artillería dispersó a la tropa.

Hacia el crepúsculo del 9 de junio los hombres de Soria detectaron la presencia de tropas británicas que habían tomado posiciones elevadas en una casa cerca del sur del monte Harriet. El pelotón de reconocimiento del regimiento 4º al mando del subteniente Jorge Pasolli recibió instrucciones de desplazarse avanzar y despejar de británicos la casa del puerto Harriet House y el pelotón de reconocimiento de guardias escoceses que se había trasladado a la zona fue forzado a evacuar el edificio bajo el fuego de mortero de los argentinos desde el monte Harriet. Los guardias escoceses se vieron obligados a dispersarse y retirarse a la cuenca norte bajo un fuerte fuego de armas ligeras y mortero que hirió a tres hombres, incluido el sargento Ian Allum.

Durante una semana el regimiento 4º defendió el sector de los montes Harriet-Dos Hermanas de los ataques del 5º de marines reales. Cada vez que los comandos de marines reales se internaban las tropas argentinas contratacaban y despejaban la zona con sus rifles.

En la mañana del 11 de junio, Vaux dio orden de ataca al 42 CDO. La compañía K recibió la orden de atacar el extremo oriental de la montaña, mientras que la compañía L atacaría el lado sur de una hora más tarde. Desde donde se trasladaría, si el monte Harriet estaba asegurado, hasta los montes de la Cabra. La compañía J lanzaría un ataque de distracción (con nombre en clave Vesubio) en el extremo occidental del monte Harriet.

En las últimas horas del 11 de junio las compañías K y L se trasladaron de su área de reunión en el monte Challenger (que se encontraba al oeste de Monte Harriet) y se dirigieron al sur, en torno a su objetivo, a través del campo minado, hacia sus respectivas líneas de salida. La compañía J rodeó el objetivo en la oscuridad para lanzar su ataque de distracción desde el oeste.


La batalla

La batalla por el monte Harriet comenzó la noche del 11 de junio con un bombardeo naval que mató a dos soldados argentinos e hirió a veinticinco. Posteriormente John Witheroe, uno de los corresponsales de guerra británicos, relató lo siguiente sobre el fuego de debilitamiento de la resistencia:



Estábamos involucrados en un ataque de una noche en el monte Harriet, cuando las guardias galeses venían como refuerzo. Esto supuso una marcha de varias horas durante una noche muy oscura, a través de un campo de minas. Fuego de artillería esporádicos ralentizaba nuestro progreso tremendamente. Finalmente llegamos a la base del monte Harriet, que era blanco un increíble bombardeo desde una fragata en la costa. La montaña entera parecía estar a punto de estallar en llamas. Parecía imposible que alguien pudiera sobrevivir a un ataque así. Esto se prolongó por más de una hora, proyectil tras proyectil, silbando sobre nuestras cabezas y golpeando la montaña. Finalmente se cesó y los infantes de marina avanzaron. Para nuestra sorpresa, parecía haber una cantidad increíble de lucha en marcha. Había un montón de fuego de trazadoras. La noche entera estaba iluminada por resplandores, que cubrían con un manto mortal e irreal a toda la escena.[6]

Los argentinos contraatacaron y el oficial artillero de observación en el monte Kent, el capitán Tomás Fox, dirigió andanadas de artillería que cayeron entre los hombres de la compañía B del 7º de gurkhas del Duque de Edinburgo en el área de bahía Agradable, hiriendo seriamente a tres gurkhas, incluido el cabo de lanceros Gyanendra Rai que casi se desangra. Rai, que fue condecorado con la medalla del Atlántico Sur, describió los momentos en los que estaba herido así: «Estaba absolutamente convencido de que moriría. Tenía un dolor intenso. Era como si alguien me hubiera dado con un mazo de dos kilos en el costado.»[7]

El capitán Peter Babbington de la compañía K cruzó su línea de salida el primero y procedió a subir la montaña sin ser detectados, acuchillando a dos centinelas en su camino. Seguían sin ser detectados hasta que se hasta que se acercaron a las posiciones del pelotón de morteros del subteniente Mario Juárez y decidieron enfrentarse a ellos. Fueron asistidos en su avance por el buque HMS Yarmouth, con artillería y morteros. Durante el enfrentamiento el cabo Laurence G Watts resultó muerto.



A unos 150 metros del cuartel general de Soria, el cabo Steve Newland rodeó por detrás a un grupo de argentinos (al mando del teniente Jorge Alejandro Echeverría, oficial 4º regimiento de inteligencia) que estaban emboscados. Aunque estaban colocados media docena de argentinos y una ametralladora para enfrentarse a cualquiera que se acercara, Newland se colocó fuera del alcance de la ametralladora enemiga para atacar la posición. Lanzó granadas a dos soldados argentinos pero recibió disparos en ambas piernas intentando llegar a la parte trasera de la posición de la ametralladora. Con la ametralladora enemiga fuera de servicio, los cabos Mick Eccles y Ward Sharky fueron capaces de despejar la posición con la ayuda del marine Lingard. Por esta acción los tres cabos fueron condecorados. Un número creciente de soldados argentinos empezaron a rendirse, principalmente reclutas del pelotón de Recce del RI 4, pero el oficial al mando y el oficial de inteligencia y varios suboficiales todavía siguieron luchando, según sus órdenes. Los equipos de artillería pesada, en general, también seguían en sus posiciones combatiendo.

La compañía L cruzó su línea de salida poco después de la compañía K y casi de inmediato se enfrentaron al fuego de ametralladora del pelotón del sub-teniente Pablo Oliva que defendía las laderas más bajas del sur. Estas armas no serían silenciadas hasta ser alcanzadas por varios misiles antitanque MILAN y seis piezas de artillería de 105 mm lanzados desde el monte Challenger. Les llevó a los infantes de marina de la compañía L seis horas avanzar 600 metros por la fuerte resistencia, siendo disparados por al menos ametralladoras, que hirieron a cinco hombres, incluidos el segundo al mando de la compañía en el segundo al mando y un señalizador. Hugh Bicheno relató que todos los visores nocturnos del 4º regimiento estaban en la compañía B.
Los ingleses usaron intensivamente el ATGM Milan

Antes del amanecer el teniente Jerry Burnell del batallón 5 de la Compañía L se dirigió hacia un afloramiento de rocas de los montes de la Cabra. El pelotón de marines reales avanzaba bajo el fuego de de un escuadrón del regimiento de Granaderos a Caballo del General San Martín que cubría la retirada argentina y fue obligado a ponerse a cubierto por ametralladoras ubicadas detrás de ellos y en la colina. El batallón sufrió una baja en esta acción. La compañía L respondió a los argentinos con fuego, y avanzó de nuevo. 

Rendición de un soldado argentino

Tomaron tres prisioneros, aunque la mayoría de los granaderos se habían retirado, junto con dos pelotones de fusileros. A lo largo de la mañana del 12 de junio se produjeron nuevos combates, incluido uno con un decidido recluta, situado en una posición justo por debajo de la cumbre, que detuvo a la compañía L con disparos precisos hasta que cayó a causa de un disparo de obús antitanque disparado a corta distancia. En algún momento de la madrugada, mientras el 3er pelotón del subteniente Jiménez Corbalán se dirigía a nuevas posiciones en el monte William, el oficial quedó cegado temporalmente al accionar una bomba trampa cuando dirigía a hombres a través de un campo de minas.

Consecuencias

La batalla fue un ejemplo clásico de buena planificación y del uso de la distracción y la sorpresa, en su avance hacia su objetivo principal Puerto Stanley. Dos infantes de marina británicos (el cabo Laurence G Watts y el cabo en funciones Jeremy Smith G Watts) resultaron muertos, y veinte y seis fueron heridos. Otros seis guardias escoceses y gurkhas fueron heridos por la artillería argentina del monte Harriet. Dieciocho soldados argentinos resultaron muertos defendiendo el monte Harriet, incluidos los caídos de las patrullas del principio y por el bombardeo. Algunos periodistas británicos describieron a los soldados argentinos como reclutas adolescentes inexpertos que se rindieron tras los primeros disparos, pero el brigada del los marines reales John Cartledge, que sirvió en la compañía L ​​durante la batalla, los desmintió diciendo que los argentinos eran buenos soldados que habían luchado con corrección:


Monte Harriet hoy, con un campo minado

Ellos usaron las tácticas que les había enseñado sobre la marcha muy bien, estaban bastante preparados para un ataque. Opusieron una fuerte lucha de principio a fin. Además estaban mejor equipados que nosotros. Teníamos visores nocturnos de primera generación, que eran grandes piezas de equipo pesado, mientras que los argentinos tenían visores nocturnos de la segunda generación americanos que eran compactos y mucho mejores que los que teníamos nosotros. La deficiencia que expusimos es que tenían planeado un ataque por el un extremo occidental de la montaña y por lo tanto, no se había molestado en ampliar sus posiciones defensivas hasta el extremo oriental, donde finalmente atacamos.

Un general británico achacó su éxito a la habilidad de su infantería de marina y a su profesionalidad:

Lo que se necesitaba era velocidad, pero sin ser un maldito estúpido. Los israelíes lo habría hecho mucho más rápido, pero con muchas más bajas.

El Comando 42 capturó 300 prisioneros en el monte Harriet, y por la valentía mostrada en el ataque, la unidad fue condecorada con una Orden del Servicio Distinguido, una cruz de guerra, cuatro medallas militares y ocho hombres recibieron menciones en los despachos.


Memorial del batalla indicando el movimiento de las tropas británicas