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sábado, 28 de mayo de 2022

Primer fogonazo del fin de la Antelope

Inicio del fin de la HMS Antelope


UNA IMAGEN ÚNICA del primer fogonazo después de la explosión de la bomba de 454 kilogramos que tenía alojada en su interior la fragata británica HMS Antelope (F170) al momento que el Sargento James Prescott de los Royal Engineers, intentó desactivarla, fallando y perdiendo la vida en el intento, en Bahía Ajax en el Estrecho de San Carlos en la madrugada del 24 de Mayo de 1982, la bomba quedó alojada en la fragata sin estallar después de que fuera bombardeada durante un ataque aéreo por parte de los aviones Skyhawk argentinos el día anterior. La fragata se partió en dos y se hundió en las primeras horas de la luz del día de aquella mañana.

jueves, 16 de mayo de 2019

Infantes de marina reales observan el fin del Antelope

Royal Marines observan el fin del HMS Antelope





Fotos poco conocidas de Malvinas... amanece en Bahia Ajax, los miembros de los Royal Marines miran incredulos como al fondo la HMS Antelope se va al fondo del Estrecho de San Carlos pues había explotado en la Noche, el humo blanco siempre es del vapor emanado por la estructura caliente del Buque que va tocando las heladas aguas de Malvinas... la calma duraría minutos porque ya estaban en vuelo mas aviones Argentinos al lugar.


Sapucay de Malvinas

domingo, 26 de agosto de 2018

Made in Argentina: Restos del HMS Coventry y HMS Antelope

HMS Enterprise escanea HMS Coventry con asombrosos detalles




HMS Antelope

Este es el contorno del HMS Coventry, uno de los tres restos de naufragios de las Malvinas inspeccionados con increíble detalle por HMS Enterprise para conmemorar el 35 aniversario del conflicto en el Atlántico Sur.

Los restos separados de HMS Antelope, que se encuentran en un ángulo de 45 grados en el fondo de las aguas de San Carlos, y su hermano el HMS Ardent, que se hundió cerca de Grantham Sound después de ser golpeada por una sucesión de bombas, también fueron escaneados por el HMS Enterprise y su radar de escaneo de alta tecnología Spitfire.


HMS Coventry

Es la primera vez en cinco años que se han escaneado los restos del naufragio, parte del trabajo realizado por el barco de reconocimiento para actualizar los mapas de las Malvinas y ser utilizados por otros navegantes.

La fragata Tipo 21 Ardent fue atacada por varios ataques aéreos el primer día del desembarco de San Carlos y se hundió al día siguiente, llevándose 22 hombres con ella.
Con suerte, hemos hecho que nuestros compañeros de barco estén orgullosos
Chris Howe
El Antelope fue alcanzado por una bomba de 1,000 libras que no explotó inicialmente, hasta que se activó cuando los expertos en eliminación de bombas trabajaron para desactivarla; las explosiones resultantes eventualmente destrozaron la nave en dos.

"De todas nuestras imágenes de sonar de naufragios de 1982, creemos que el Antílope es el más notable: el cañón de 4,5 pulgadas probablemente todavía esté cargado", dijo el Cdr Philip Harper, del CO de Enterprise.



El destructor HMS Coventry armó una lucha enérgica contra aviones argentinos, derribando a dos en compañía del HMS Broadsword en una trampa para el enemigo al norte de Falkland Sound.

El éxito de la trampa llevó a que el par fuera el objetivo. Tres bombas destrozaron el corazón del destructor cuando golpearon a Coventry en el babor, causando que se hundiera en cuestión de minutos con la pérdida de 20 almas.

Coventry se encuentra 300 pies abajo 13 millas al norte de Pebble Island, una extensión de agua tan sombría y ventosa ahora como lo era hace 35 años, como una docena de sobrevivientes del destructor encontrado en una peregrinación al sitio con el HMS Clyde.



Los marineros de hoy se unieron a los veteranos en la cubierta de vuelo para un servicio de recordación antes de que una ofrenda floral fuera arrojada al Atlántico Sur y un poco de ron en las aguas a petición de los familiares de la tripulación perdidos el 25 de mayo de 1982.

"Esperamos haber hecho orgullosos a nuestros compañeros de viaje, justo en el lugar donde nos hundimos hace 35 años", dijo Chris Howe, presidente de la Asociación Coventry.



"Ha sido increíble volver aquí y recordar a nuestros compañeros de barco que todavía están de patrulla. Algunos de nosotros somos de una edad en la que quizás no podamos volver a bajar aquí".

La teniente Emily Witcher, oficial de operaciones de Clyde, dijo que la tripulación de la guardia había quedado fascinada y conmovida por los relatos de la vida de los veteranos en la RN en 82.

"Ha sido realmente interesante conocer las diferencias entre la Armada de entonces y ahora y especialmente lo que estos hombres pasaron, lo que el marinero moderno podría no haber apreciado antes, especialmente las condiciones que algunos de ellos soportaron", dijo.

Antes de visitar el sitio del naufragio, los veteranos de Coventry treparon a la cima de la colina en Pebble Island, donde se encuentra una cruz en memoria del barco y su tripulación.



Ministerio de Defensa británico

jueves, 21 de diciembre de 2017

Capitanes víctima del bullying de la aviación argentina

Capitanes de barcos hundidos por la aviación argentina





No es una foto más, son los 3 capitanes de 3 buques de guerra de la Royal Navy hundidos por aviones argentinos
De Izquierda a Derecha David Hart-Dyke, Capitán del HMS Coventry, Capitán Alan West del HMS Ardent y el Capitán Nick Tobin del HMS Antelope; sus Buques forman parte del fondo del Mar Argentino, llegaron para dar un paseo y regresan en el Queen Elizabeth 2 también de paseo.


Gracias a Sapucay de Malvinas

sábado, 5 de agosto de 2017

Las fantásticas batallas aeronavales del conflicto y el valor de los pilotos argentinos

Los "barcos fantasmas" de Malvinas reviven hoy las heroicas batallas de los pilotos argentinos contra la flota británica

El sonar de un buque inglés, que en los primeros meses de este año navegó el Atlántico Sur, mostró los restos de tres naufragios de 1982. Cómo fueron los dramáticos combates aéreos que llevaron a las fragatas al fondo del mar. Y el revelador audio de los aviadores mientras bombardeaban: "¡A ver cómo explotó esa puuutaaa!"

Por Gaby Cociffi | Infobae




El Coventry en llamas, luego del ataque argentino el 25 de mayo de 1982

"¡A ver cómo explotó esa puuuutaaaa!", grita el capitán Mariano Cobra Velasco, mientras lanza su bomba sobre el destructor inglés Coventry.

Son las tres y veinticuatro del 25 de mayo de 1982. La panza del avión A-4B Skyhawk acaba de rozar la antena del buque de guerra en las aguas del Estrecho de San Carlos. Los 454 kilos de explosivos salen rasantes sobre el agua, rebotan, entran por la proa y desgarran las planchas de acero. El humo negro mancha el cielo de Malvinas.

La formación de cazas "Zeus" -Velasco junto al alférez Jorge Bam Bam Barrionuevo– celebra el blanco, haciendo caso omiso al silencio de radio.

La orden del capitán Pablo Cruz Carballo -que comanda "Vulcano" y junto al teniente Carlos Tala Rinke acaban de atacar a la HMS Broadsword- no tarda en llegar:

-Péguense al suelo que están tirando misiles, pegaditos, no demasiado pegados ¿ok? ¿Estan "chicas"? ¡Viva la Patria! ¡Viva la Patria, canejo! ¡Gringos de mieeerrrrrda! ¡Hiiijaaajaaajaaaa!

En el día de la Patria los pilotos argentinos dañan seriamente a la fragata Broadsword y hunden al Coventry. Están exultantes mientras dejan atrás el fuego enemigo.


El destructor tipo 42 tardó sólo 25 minutos en hundirse

El mar se traga al destructor en sólo 25 minutos. Primero, una bomba explota en la sala de computadoras y destruye el comando. Segundos más tarde, la otra entra a la sala del motor delantero, estalla debajo del comedor y el barco comienza a escorarse sin remedio.

El capitán David Hart Dyke, con su cara quemada y en carne viva, logra nadar hasta un bote salvavidas. Años más tarde recordaría: "Mi mundo explotó. En un instante percibí el calor y el crepitar del radar, que se desintegró frente a mi rostro. Cuando me recuperé no podía ver nada a través del humo denso y negro, sólo a la gente gritando en el fuego, pero podía sentir que el compartimento había sido totalmente devastado".

Los diálogos de los pilotos durante los ataque -en los audios rescatados en este video- revelan el tremendo coraje de los aviadores argentinos que volaban a 10 metros del mar, con los parabrisas incrustados de sal, usando mapas escritos con marcador rojo porque no tenían radares y con bombas que muchas veces no explotaban porque debían lanzarlas a muy baja altura -a 60 metros, casi rozando los mástiles de las fragatas misilísticas- y las espoletas de retardo no llegaban a armarse.




-¡Dio perfecto usted, señor! ¡Era una CL 42, eh! (clase de destructor). La vi clarito… , le dice Barrionuevo a Velasco después del ataque al Coventry.

-¡¡Huijaaajaaaaa!!, grita el capitán.

-Pegó en la trompa, las tres habían explotado muy bien, ¿eh? ¡Qué golazo!

-Hiiiijuujuuu ¿pegaron las tres?

-Sí, las tres. Pegaron las tres. Las vi, señor. ¡Y una en la CL 42, eh! La vi clarito, ¿eh?

-¡A ver cómo explotó esa puuutaaaa!,

-¡Esoooo! ¡Vamos, pendejo! ¡Vamos, pendejo! ¡¡Viva la Patria!!, irrumpe Carballo en la comunicación y ordena el vuelo rasante porque los ingleses están lanzando misiles.


El capitán Carballo y el teniente Rinke en la embestida contra la Broadsword -que fue seriamente dañada- en medio de una lluvia de proyectiles. El ataque fue fotografiado desde el buque inglés

Hoy, 35 años después de la guerra, los ecos de esas voces rebotan en la pantalla del sonar del buque inglés HMS Enterprise, que desde 2014 recorrió 150 mil millas marinas y 20 países -en su trabajo de seguridad y operaciones marítimas- hasta arribar al Atlántico Sur.

Las imágenes llegan nítidas y conmueven a los tripulantes. Convertidas en fantasmas, podridas las maderas, corroídos los hierros, descansan en el fondo del mar los restos de tres fragatas británicas.

Muy lejos de la espuma que en la superficie golpea furiosa la costa de la Isla Soledad, la HMS Ardent, el Coventry y la Antelope ya no son aquellos orgullosos buques que cruzaron el océano junto a la flota de Su Majestad para combatir en la guerra de Malvinas. Hoy se han convertido en espectros de sal y algas marinas.

A 90 metros de profundidad, como una gigantesca ballena muerta, distinguen el borroso casco del Coventry, a 18 metros la Antelope, muy cerca la Ardent: son los despojos de los naufragios de los buques de guerra que la aviación argentina atacó entre el 21 y el 25 de mayo de 1982.


Como una gigantesca ballena muerta en el fondo del mar, el destructor Coventry yace a 90 metros de profundidad en el Estrecho de San Carlos

Los marinos ingleses, que llegaron en los primeros meses de este año a las islas para presentarse ante el buque de patrulla HMS Clyde, que debía hacer su reinstalación en Sudáfrica, observan las figuras en el sonar y escriben conmovidos en la cuenta de Twitter:

"La HMS Antelope se encuentra en San Carlos. Steward Stephens murió luchando por ella, y el sargento James Prescott murió intentando salvarla. #Falklands35"

"Una imagen sonar del HMS Ardent, que yace en el lecho marino. Veintidós marineros #RoyalNavy descansan con ella. #Falklands35 #Ellosnoenvejecerán"

"Esta nueva imagen muestra a la HMS Coventry a 90m de profundidad. Hundida el 25 de mayo de 1982. Con ella descansan 19 marineros @RoyalNavy. #Ellosdieronsumañana #Falklands35"

Entonces, la historia de la guerra de Malvinas vuelve con fuerza. Las tres oleadas de ataques aéreos, que el 21 de mayo soportó la Ardent hasta hundirse, se rescatan en la memoria de los marinos más viejos. Todos recuerdan los negros días de la flota en aquel lejano mayo de 1982.

La Ardent estaba haciendo apoyo de bombardeo naval contra la pista de aterrizaje de Pradera del Ganso cuando se vio sometida al ataque más concentrado que ningún otro barco haya soportado durante toda la guerra. La fragata fue "golpeada" 17 veces en 22 minutos por los pilotos argentinos, y uno de cada cuatro de sus tripulantes resultaron muertos o heridos. Perdió, en proporción, más hombres que ninguna otra unidad de combate británica.

Los pilotos de los caza A-4B: el capitán Pablo Carballo, el alférez Leonardo Carmona, el primer teniente Carlos Cachón y el teniente Carlos Rinke

A las 11.30 del 21 de mayo despegó de la base aérea de Río Gallegos la escuadrilla "Mula" de los A-4B. El capitán Carballo lideraba, seguido por el teniente Rinke, el primer teniente Carlos Cachón y el alférez Leonardo Carmona.

Carballo voló en silencio de radio a casi 900 km por hora. El cielo y el mar brillaban en un azul intenso que se confundía y desdibujaba la línea del horizonte. Pensó: "Todo es tan azul que si caemos al agua nunca nos van a encontrar". Miró la imagen religiosa de Jesús que tenía dentro de la cabina. Y encomendó su alma a Dios antes de la batalla.

Cachón tuvo que abandonar la misión por problemas con el reabastecimiento en vuelo. Ya sobre la Gran Malvina, el avión de Rinke presentó una falla en un tanque y le ordenaron regresar a la base. Carballo y Carmona siguieron solos. Al acercarse divisaron una fragata clase 21 en la bahía. En vuelo rasante se lanzaron al ataque.

-¡Viva la Patria!, se escuchó en la radio como un grito de guerra.

Hubo un momento de confusión: los británicos no les disparaban. ¿Sería un buque propio? En el ataque del 1° de mayo Carballo había ametrallado y bombardeado al Formosa creyendo que se trataba de un barco inglés. No quería cometer el mismo error. Y no disparó. Pero Carmona ya había descargado su bomba. Un segundo después los ingleses lanzaban sus proyectiles.


La fragata Ardent soportó tres oleadas de ataques antes de hundirse. Fue golpeada 17 veces en 22 minutos por los pilotos argentinos

Frente a la fragata y en la soledad de su cabina, Carballo sintió "una confianza y una euforia especial porque sabía que volaba en la gracia de Dios", según confesaría en un aniversario del combate.

El mar hervía por el fuego enemigo. Habían entrado a la "zona caliente" donde en cada segundo se jugaban la vida. El piloto vio una estela blanca pasar muy cerca de su ala derecha: los británicos habían disparado un misil. En medio las esquirlas y los proyectiles, disparó sus cañones de 20 mm y perforó el casco de la nave.

Sus auriculares le entregaban el sonido de una respiración entrecortada. como la de un moribundo, de alguien que agonizaba. Pero no  había tiempo para pensar: elevó su avión y lanzó su bomba. Vio el humo negro cubriendo la proa del barco. Sólo al finalizar la misión supo que esa misteriosa y ahogada respiración era la suya.

Juan Bernhardt atacó la Ardent. Murió ocho días después durante una misión en el estrecho de San Carlos. Un misil superficie-aire hizo impacto en su avión que se estrelló en la Isla Soledad

El segundo ataque fue de los Mirage. El capitán Horacio Mir González y el teniente Juan Bernhardt (+29/5/1982) -con el indicativo "Cueca"- lograron que dos bombas MK-83 impactaran sobre popa y una tercera alcanzara la sala de máquinas. La Ardent, herida, puso rumbo a San Carlos.

Una hora después, presagiando el fin del gigante, el cielo se tiñó de gris. Una persistente llovizna azotó a los seis Skyhawk A-4Q de la Armada que volaban hacia Malvinas y se preparaban para el tercer ataque.

Los cazas navales -comandandos por el capitán de corbeta Alberto Philippi, seguido por el teniente de fragata Marcelo Márquez y el teniente de navío César Arca– se elevaron llevando cuatro bombas con cola de retardo y 190 proyectiles de 20mm cada uno. Los seguían, a seis minutos de distancia, los tenientes de navío Benito Rotolo, Roberto Sylvester y Carlos Lecour. Era un ataque masivo.


Alberto Philippi y José César Arca. Ambos, junto con Marcelo Márquez, integraban 1ª sección de la 3a Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque

La voz de la torre de control de Río Grande rompió el silencio en la radio del líder. Advirtió:

-Una PAC (Patrulla Aérea de Combate) de cuatro Sea Harrier protegen a las unidades de superficie. En caso de no hallar el blanco deben dirigirse a San Carlos para atacar los barcos allí apostados.

Sobre las islas, Philippi balanceó las alas de su avión para avisarle a sus compañeros que había llegado la hora de descender en vuelo rasante para evitar los radares. Casi tocando el agua, con un techo de nubes plomo apretadas contra el mar, el piloto evaluó -en un segundo que pareció eterno- si seguir o regresar. Las condiciones climáticas eran pésimas, las fragatas captaban con su radar un blanco a cinco millas y los pilotos argentinos sólo tenían visibilidad a cuatro millas, desde los destructores lanzaban misiles Sea Cat y los aviones Harrier amenazaban con una dura batalla aérea. "Sigo", se dijo. Y muy cerca de Punta Federal ordenó:

-¡Vamos a atacar! ¡Viva la Patria!

El capitán inglés Alan West estaba sobre el puente de mando en la Ardent cuando vio venir a los pilotos argentinos. "¡Cúbranse!", les gritó a sus hombres. Y se lanzó cuerpo a tierra. Cuatro bombas impactaron y destrozaron el comedor, las comunicaciones, el comando.

Philippi se puso en fuga. Arca, que lo seguía de cerca, trató de esquivar las esquirlas de la bomba de su compañero. No pudo. Al atravesar la columna de fuego sintió un tremendo golpe en la cola del avión. Atrás suyo, Márquez también había lanzado sus bombas.

Juntos iniciaron el escape. Quince segundos después Márquez dio la alerta: dos cazas británicos los estaban atacando.

-¡Harrier, Harrier, enemigos a la izquierda!

Fue lo último que dijo. El teniente inglés Clive Morell accionó sus cañones y el avión de Márquez se convirtió en una bola de fuego.


Marcelo Gustavo Márquez murió combatiendo con un Sea Harrier luego de descargar sus bombas sobre la fragata Ardent

Philippi no tuvo tiempo de lamentar la muerte de su compañero. El teniente inglés John Leeming había lanzado un Sidewinder. El misil impactó en la cola. El avión se estremeció y su nariz miró al cielo. El piloto argentino alcanzó a ver al caza británico que se acercaba veloz para derribarlo definitivamente.

Fueron sólo segundos donde la certeza del final y de la muerte lo abrazaron. Con la calma que precede a una gran tormenta, informó desde la radio:

-Fui impactado, estoy cayendo, estoy bien.

Y accionó la palanca para eyectar su asiento. El avión llevaba una velocidad de 900 kilómetros por hora. Al salir despedido, Philippi se desmayó. Cayó en una granja donde pasó la noche. Al día siguiente caminó hasta encontrar las líneas argentinas.

El aviador inglés Morell siguió el combate. Lanzó un misil contra el caza de Arca pero no logró derribarlo. Al girar, para salir de la línea de fuego, el piloto de la Armada se encontró con otro Harrier que estaba disparando sus cañones. Los proyectiles le dieron de lleno. Todas las luces de alarma del tablero se encendieron. Cuando se preparaba para el ataque final -porque sabía que ya no tenía resto-, sorprendido vio que los Sea Harrier abandonaban la lucha: se habían quedado sin combustible.


Un Mirage en plena batalla aérea. Se planearon 505 salidas de combate, de las cuales se cumplieron 445. De esa cifra, 272 misiones llegaron a su objetivo. Se perdieron 70 aviones. Murieron 41 aviadores

Arca tenía seis impactos en el ala izquierda y cuatro en la derecha. No podía regresar al continente. Bajó la velocidad, se alejó de Pradera del Ganso para evitar las baterías antiaéreas argentinas y se propuso salvar su nave: buscó aterrizar en el aeropuerto de Puerto Argentino.

Tres veces desde la torre de control le ordenaron que se eyectara. Se negó. "Baje tren de aterrizaje", le llegó la voz de un oficial de la Fuerza Aérea. Lo hizo. Y entonces recibió la orden final: "La rueda izquierda del avión está trabada, aborte aterrizaje, eyéctese ahora". Tuvo que obedecer.

Accionó la palanca, salió disparado y el avión comenzó a volar como conducido por un piloto enloquecido. Vio que su A-4Q había girado en el aire y se acercaba para impactarlo. Era el final. Rezó mientras caía en espiral. Pidió un milagro. Inexplicablemente, la nave viró cuando estaba a escasos metros. Arca cayó en las heladas aguas de Puerto Groussac. Lo rescataron extenuado y casi congelado media hora después.


El mapa del HMS Enterprise muestra el lugar donde el sonar encontró los restos de los tres buques de la Armada Real

Por la radio, la escuadrilla del teniente Rotolo -que volaba hacia el blanco- escuchó la feroz batalla aérea. Supo que al llegar sobre los buques de la armada inglesa tendría el camino despejado: los aviones enemigos ya no estaban en condiciones de combatir.

Junto a sus compañeros de formación se preparó para descargar sus 2000 libras de explosivos sobre la Ardent. Elevó su cazas a 60 metros, la altura mínima que daba tiempo para que las espoletas de las bombas se pudieran armar una vez lanzadas. "Me pareció que estaba tan alto que lancé las bombas e invertí el avión para bajar, algo que uno hace normalmente a 10.000 pies. Por suerte pude recuperar el caza a ras del agua", relató el capitán de navío luego del ataque.

La bomba de Lecour explotó en las entrañas del buque muy cerca de los depósitos de combustible. Syvester lanzó sus cargas y terminó de dañar la cubierta. Habían sellado la suerte de la  fragata inglesa.


La Ardent hundida en las aguas del Estrecho de San Carlos. Una boya marca el lugar del naufragio

La Ardent se convirtió en un infierno. Los marinos británicos intentaron vanamente controlar el fuego. Había que abandonar la nave. El comandante West, con lágrimas en los ojos, fue el último en hacerlo.

La fragata lanzó sus anclas en Grantham Sound. Sin posibilidad de salvarla, los militares ingleses la dejaron arder durante toda la noche. Veintidós hombres murieron en ese ataque. Más de 30 sufrieron heridas de gravedad. Se hundió a las 4.30 de la madrugada del 22 de mayo de 1982.

El lugar del naufragio, donde el sonar descubre su silueta sobre el lecho marino, está preservado bajo la Ley de Protección de Naufragios de las Islas Malvinas. Una boya marca el sitio exacto del siniestro.


En la noche del 23-24 de mayo un militar británico intentó desactivar las bombas argentinas que no habían explotado en la Antelope. Pero una estalló y alcanzó el compartimento de almacenamiento de los misiles

La tercer y última imagen que los tripulantes del HMS Enterprise ven en las pantallas muestra a la HMS Antelope convertida en una estatua de sal recostada en las profundidades marinas.

El ataque argentino que condenó al naufragio a la fragata tipo 21 de la Royal Navy tuvo varios contratiempos. Finalmente, al mediodía del 23 de mayo, comandados por el capitán Carballo, volaron hacia la islas el primer teniente Rinke, el primer teniente Luciano Guadagnini y el Alférez Hugo Gómez.

Los A-4B se dirigieron en vuelo rasante sobre la isla hacia los destructores que estaban en la cabeza de playa del Puerto San Carlos. Los ingleses divisaron a los caza y lanzaron sus misiles. Un Rapier estalló debajo del avión de Carballo que volaba a 10 metros del suelo de Malvinas. Una gigantesca nube de polvo, tierra y rocas envolvió al piloto. La fuerza de la explosión hizo que el caza quedara con su panza mirando al cielo, invertido. "Tengo que eyectarme", pensó Carballo. Pero hizo un último esfuerzo para que la nave no se estrellara. Forzó los comandos, sacó al A-4B de la línea de fuego, y pudo regresar al continente en medio de los misiles que le disparaban desde Pradera del Ganso.


La impresionante imagen de los minutos finales de la Antelope

Rinke venía detrás. No había podido separar su avión con los 20 segundos necesarios para no recibir las esquirlas de la bomba de su líder. Se metió de lleno en la turbulencia de tierra y piedras ocasionada por la explosión. Cuando salió tenía delante de sus ojos una enorme fragata inglesa. Largó su bomba MK-17 y emprendió la huida. El artefacto pegó en la popa del barco, pero no explotó.

El ataque que siguió fue el de Gómez, que dejó caer su bomba de 500 kilos que tampoco estalló.


El primer teniente Luciano Guadagnini murió durante el ataque a la Antelope. Un misil impactó en su avión y la explosión lo desintegró

Guadagnini cerró la embestida, y desprendió su carga sobre la Antelope. Un segundo después, sintió que un misil le había pegado en su ala derecha. El avión, descontrolado, amagó con estrellarse en el agua. El primer teniente logró enderezarlo, pero no pudo salvarse: su caza golpeó con violencia contra una de las antenas del destructor inglés y estalló. Los fragmentos del A-4B cayeron en las aguas del Estrecho.

En un mar calmo, tan lejos de aquella dramática batalla, los marinos ingleses del Enterprise rememoran los detalles del naufragio y homenajean a los tripulantes caídos durante el ataque.

Saben que en la noche del 23 al 24 de mayo, el sargento James Pescott trabajó incansablemente para desactivar las bombas argentinas que habían penetrado la fragata. Pero una explotó y alcanzó el compartimento donde se guardaban los Sea Cat. Como un show de trágicos fuegos artificiales, los misiles iluminaron el negro cielo de Malvinas. La foto de la fragata en medio de las llamas se transformó en una de las más icónicas de la guerra.

La Antelope se partió en dos como una nuez y se hundió en la Bahía Ajax.


LA Antelope se partió en dos como una nuez. Hoy sus restos están marcados por una boya

Desde el Enterprise arrojaran al mar una ofrenda para honrar a sus muertos. Saben que los cascos hundidos de aquellos destructores son también las tumbas de los que combatieron. Por eso, desde 1986, Gran Bretaña instituyó una ley que protege los lugares de naufragio. Cualquier persona que retire o modifique los restos de un siniestro militar será procesada, a los convictos les serán requisados sus equipos de buceo y deberán pagar multas altísimas.

Los barcos fantasmas descansan desde hace 35 años sin que nadie altere su lecho de muerte. Sólo en el otoño de 1982, pocos meses después de la guerra, 39 integrantes de la Marina Real se sumergieron a 91 metros de profundidad para recobrar material sensible y documentos de la fragata Coventry.


La imagen de la Antelope muestra los restos de la fragata que se llevó la vida de 19 hombres

Clive Gale, buceador naval que participó en aquella búsqueda, recordó: "El barco se hundió en sólo 20 minutos y con él se llevó documentos que eran de importancia para la seguridad del Reino Unido. Pero éramos conscientes de que estábamos buceando en el lugar donde 19 hombres encontraron su descanso eterno. Respetamos a los marinos que yacen allí junto a su barco".

Durante la guerra de Malvinas 8 buques de la Armada Real británica fueron hundidos o destruidos, 8 quedaron fuera de combate, 5 casi inactivos y 10 averiados.

Las figuras espectrales de tres de ellos están impresas en la pantalla del sonar del HMS Enterprise. Sus restos restos son tumbas de guerra. Y las hazañas de aquellos pilotos que hace 35 años sorprendieron al mundo resurgen desde el fondo de la Historia.

¿Qué tuvieron ustedes para animarse a tanto?, se le preguntó al capitán Carballo años después de las batallas. Su respuesta: "Un avión viejo y un corazón argentino".


viernes, 12 de agosto de 2016

La Guerra de las Malvinas en retrospectiva (2/4)

La Guerra de las Malvinas en retrospectiva

Duras lecciones a partir de una pequeña guerra

Por Norman Friedman - Defense Media Network

 Parte 1 - Parte 2

Cuando estalló la guerra, la venta fue cancelada. El Invencible mismo había sido concebido como un portador limitada con anti-submarinos y huelga funciones, la teoría de que en una guerra de la OTAN fuerzas navales podrían ser protegidos por las aeronaves en tierra. Aunque eso no funcionó durante los ejercicios, la ficción se mantuvo, probablemente debido a que admitir que la defensa aérea de que se necesitaba habría supuesto gasto ruinoso. La ficción claramente no podía aplicarse a una flota enviada a miles de millas de las Islas Británicas. Afortunadamente el avión de huelga en los portadores, el Sea Harrier, tenía cierta capacidad aire-aire. Por desgracia, la ficción había impedido cualquier intento de desarrollar una capacidad de alerta temprana aerotransportada (AEW) de la compañía - la capacidad para detectar y rastrear blancos aéreos por debajo del horizonte del radar de la flota. Resultó que, incluso sin el apoyo de radar aerotransportado, el Sea Harrier eran el elemento más útil de defensa aérea de la Royal Navy durante la guerra.

Resultó que una universidad argentina había descubierto que los buques que utilicen comunicaciones por satélite podrían ser rastreados de forma pasiva (la misma técnica fue redescubierto varias veces).

Antes de que el grupo de trabajo llegó a las Malvinas, un argentino Boeing 707 avión de pasajeros, tomado de uso civil, lo encontró. El grupo de trabajo se mostró incapaz de darla de baja, y al día siguiente fue atacado el grupo de trabajo (sin ser golpeado). El incidente fue interesante ya que los argentinos eran capaces de enviar el 707 para interceptar el grupo de trabajo sin llevar a cabo gran parte de una búsqueda: Sabían más o menos donde estaba el grupo de trabajo. Resultó que una universidad argentina había descubierto que los buques que utilicen comunicaciones por satélite podrían ser rastreados de forma pasiva (la misma técnica fue redescubierto varias veces).


Dassault Súper Etendard argentino. En combate, un Exocet colgada debajo de un ala, y un depósito de combustible debajo de la otra.

Hasta 1982, se creía ampliamente que los satélites habían resuelto un problema clave: cómo comunicar libremente a larga distancia sin ser rastreado. La idea era que la estrecha hasta de haz de la nave no se pudo detectar fácilmente. Los únicos medios alternativos de comunicación por radio de largo alcance, de alta frecuencia (HF), sin duda podría ser rastreados. De hecho, durante años la Marina de los EE.UU. le ha cortado su comunicación HF de largo recorrido específicamente para frustrar el seguimiento Soviética. Ahora se hizo evidente que el cambio a los satélites no era suficiente; el enlace descendente de un sistema de satélites lleva a un exceso de información (en forma de Doppler) acerca del envío de la nave de enlace ascendente. Tomó cerca de una década para resolver el problema con los nuevos satélites (durante la Guerra del Golfo de 1991 los soviéticos aparentemente utilizó la técnica de Argentina para realizar un seguimiento de la acumulación en el Golfo, pero que puede haber sido la explotación de las comunicaciones por satélite buque mercante).

La ironía de seguimiento por satélite era que la Royal Navy, mucho más que otros en la OTAN, hizo hincapié en el silencio de radio. Durante las dos guerras mundiales la Royal Navy se benefició ampliamente de interceptación de señales de radio enemigo. A pesar de que adoptó enlaces de datos digitales, como los de sus hermanas marinas (en particular la Marina de los EE.UU.), la Royal Navy prefiere no utilizarlos, y parece que sus funcionarios no estaban familiarizados con sus beneficios.

El oficial táctico del barco parecía inútil permaneciendo en su puesto de mando sin estos sensores; su nave estaba efectivamente ciega. Tomó un descanso para tomar café, sin saber que una sección de vuelo de Súper Etendard de la marina de guerra argentina armados con Exocet venía en camino.

La vista del silencio de radio británica fue demostrado cuando, de camino al sur, el capitán de la compañía Hermes ordenó su navegación aérea táctica (TACAN) faro cortado de su mástil. Normalmente TACAN se aseguró de que la aeronave de un transportista podría encontrarla. En la práctica EE.UU. sino que también dio a los pilotos de sus posiciones con respecto al portador, y por lo tanto hizo posible que el soporte para darles datos de intercepción de aire. Sin TACAN, los pilotos pueden ser ciego en el mal tiempo. Hermes perdió dos de sus Sea Harriers en el mal tiempo en el camino a las Malvinas, y parece que la ausencia de la baliza TACAN era el culpable. Desde que llevaba sólo 10 de estos aviones bastante importante, la pérdida fue significativa.


HMS Antelope

El hundimiento del HMS Antelope en aguas de San Carlos. Dos bombas habían sido lanzadas sobre antílope por un vuelo del avión de Argentina a nivel extremadamente bajo durante el día, el 23 de mayo de 1982. Las bombas, que no explotaron, presentadas en la sala de máquinas del buque. Una detonó mientras se estaba desactivada en la noche 23-24 de mayo. Esta foto muestra eventual estallido de la revista de la nave, que se rompió la parte trasera de la nave y lo hundió. © Crown copyright. IWM

La pérdida del HMS Sheffield parece atribuible a la falta de familiaridad con los enlaces de datos. El enlace de datos proporciona todos los buques en una fuerza con un dibujo táctico conjunta. Sea o no propio radar de la nave ve un objetivo entrante, el enlace se mostrará si cualquier otro buque de la fuerza de lo detecta. Pocos años después de la Guerra de las Malvinas, el USS Stark (FFG 31) demostró lo que podría significar. condiciones de radar en el Golfo eran notoriamente mala, y el propio alcance del radar de Stark era muy limitado. Sin embargo, un avión AWACS Arabia detecta un combatiente iraquí acercarse a la nave EE.UU.. Stark recibiendo datos a través de un enlace estándar. Sucedió que la información le hacían ningún gran bien, pero era sin duda consciente de que un avión se acercaba antes de que ella fue golpeada.

Sheffield no fue tan afortunado. El día en que fue golpeado, acompañaba al portaaviones Hermes. Dada la sensibilidad Royal Navy sobre las emisiones electrónicas, Sheffield en lugar de Hermes se le asignó la responsabilidad de la comunicación por satélite de regreso a Londres. Como todos los satélites contemporánea hasta enlaces, el Sheffield funcionaba en la banda de frecuencias de radar. Para evitar falsas alarmas, apagó su equipo de interceptación electrónica, pero utilizando su enlace por satélite. También apagado sus radares de búsqueda de aire, lo que podría interferir con el satélite de enlace ascendente.

El fuego no detuvo los motores de la nave, y salió corriendo de la zona de combate, sólo para hundirse al día siguiente en una tormenta, su estabilidad se había porque gran parte de su combustible se había quemado.

El oficial táctico del barco parecía inútil permanecer en su puesto de mando sin estos sensores; su nave estaba efectivamente ciega. Tomó un descanso para tomar café, sin saber que una sección de vuelo Súper Etendard de la marina de guerra argentino armados con Exocet venía en camino. De hecho, otros buques en el grupo de tareas detectó y siguió los radares tanto del ataque de Super Etendard y el avión de patrulla marítima de Neptune que localizará los buques para los Súper Etendard. Esta información fue sobre la red de enlace de datos de la flota. Sheffield debería haber estado recibiendo esta información - pero la Royal Navy no utilizaba habitualmente los enlaces de datos de la forma en que la Armada de EE.UU. lo hacía (y lo hace).

El "Super E" disparó sus dos misiles Exocet, uno de los cuales afectó al Sheffield. No explotó, pero comenzó un fuego que pronto se extendió a fuel-oil de la nave. El humo resultante condujo a la tripulación de la nave. El fuego no se detuvo motores de la nave, y ella corriendo de la zona de combate, sólo para hundirse el día siguiente en una tormenta, su estabilidad ha ido a pique porque gran parte de su combustible se había quemado.

El incidente hizo que la Royal Navy muchos más datos enlazar consciente, y se comenzó a utilizar enlaces de datos con mucha más libertad. Después de la guerra, se adoptó enlace de datos prácticas más parecidas a las de la Marina EE.UU., y también adoptó un vínculo mucho más capaz.

Por su parte, la Marina de los EE.UU. parece haber asumido que cualquier ataque a un buque armados con misiles antiaéreos eficaces que adopten prácticas muy similares a los de los argentinos. En lugar de limitarse a buscar el objetivo, y regalando la intención de atacar por el proceso, el atacante no podría volar por debajo del radar, desencadenado por un avión radar de enfrentamiento. Cuando su barco se trató de Subic Bay en ruta hacia el Golfo seis años más tarde, el capitán. Rogers de USS Vincennes (CG 49) fue informado sobre exactamente este tipo de prácticas. Cuando llegó al Golfo y vio a un iraní P-3 volar un patrón aparentemente sin rumbo, Rogers es natural suponer que él estaba apuntando a un atacante invisible. Esa percepción, a su vez ayudó a precipitar la acción que destruyó un Airbus iraní. No todas las lecciones de una guerra resultan ser correctas.

jueves, 4 de agosto de 2016

Royal Navy: HMS Antelope (F170)



HMS Antelope (F170)



La HMS Antelope (F170) fue una fragata Tipo 21 de la Royal Navy que participó en la Guerra de las Malvinas. Su quilla fue colocada el 23 de marzo 1971 por Vosper Thornycroft en Woolston, Southampton, Inglaterra. Fue la única unidad de la clase a la que no le fueron instalados lanzadores MM38 Exocet.

Desarrollo

A mediados de la década de 1960, la Royal Navy tenía una necesidad de un reemplazo para las fragatas de la clase Leopard con motor diesel y fragatas clase Salisbury. Mientras que los buques de guerra de la Royal Navy eran tradicionalmente diseñados por el Departamento de Buques del Ministerio de Defensa con base en Bath, astilleros privados (en particular Vosper Thorneycroft) hicieron campaña por el derecho a diseñar y construir un barco para cumplir con este requisito. Vospers afirmó que, haciendo caso omiso de lo que afirmaban ser las prácticas de diseño conservadoras aplicadas por el equipo del Ministerio de Defensa en el baño, que pudieron escaparse de la nueva fragata a un precio significativamente menor (£ 3,5 millones en comparación con el precio de £ 5 millones de la clase Leander contemporánea ), mientras que ser atractivo para los clientes de exportación.

La clase se ordenó bajo presión política y Hacienda para un buque relativamente barato, pero moderno, un escolta de propósito general que sea atractiva a los gobiernos y funcionarios de América del Sur y Oceanía -el mercados tradicionales de exportación de los astilleros británicos. Además, se preveía como una cañonera fuera de la zona de RN que retendría presencia del Reino Unido en esas áreas, así como el Caribe y el Golfo; esencialmente la sustitución de los tipos de diesel Tipo 41, Tipo 61 y Tipo 81 COSAG con los barcos con tripulación más pequeños. El personal de RN no le gustaba la idea y hubiera preferido, al igual que muchos de los almirantes de la USN, para continuar desarrollando tipos de vapor - en el caso de la RN, la clase Leander, que fue considerado como un cazador antisubmarina especialmente exitoso y tranquilo, pero fue visto por los políticos como fecha y por el Tesoro y astilleros orientadas a la exportación como demasiado caros para el mercado. El desarrollo de diseños propios de exportación de Vosper, el Mk 5 para Irán y el Mk 7 para Libia, aumentó la presión sobre el Almirantazgo para aceptar esta línea de desarrollo naval, que parecía ofrecer una fragata de exportación barato con un rango de 6.000 nm, una velocidad máxima de 37 nudos, una buena manera superficial armamento de la nueva Marcos 8 arma de 4.5 pulgadas, instalaciones para un helicóptero Westland Wasp, misiles anti-buques y dos lanzadores de misiles ligeros Seacat triples. Cuando los planes para la nueva fragata de Libia, Dat Assawari, se finalizaron en 1968, la Junta del Almirantazgo aceptó sus especificaciones de papel eran incontestables [4] y que tendrían que permitir a los astilleros para desarrollar un relleno de bajo coste en a / s y la versión de propósito general por la RN que se estira y totalmente turbina de gas alimentado en lugar de CODAG como el Mk 5 y Mc 7. En realidad, era un diseño mucho más difícil, con la RN que requiere el peso interno adicional de la Informática Sistema de Información de Acción asistido ( CAAIS) sistemas de mando del ordenador y la falta de motores diesel pesados ​​o una baja planta de vapor en el casco para equilibrar el peso pesado superior de CAAIS. La instalación de turbinas de gas Tyne para el crucero, en lugar de los motores diesel utilizados en las versiones Irán y Libia, significó el consumo de combustible y el costo sería alto, lo cual fue un tremendo problema para la Royal Navy en la década de 1980, cuando la austeridad de principios del thatcherismo, cortar el subsidio de combustible Royal Navy y la mayoría de las fragatas destinadas pasaron más tiempo atado, en lugar de en el mar en 1980-1, ya pesar de la tripulación más pequeña, los costes de funcionamiento del Tipo 21 fueron diez por ciento más alto que los Leanders. El Tipo 21 proporcionaría los astilleros con experiencia en la construcción de barcos totalmente turbina de gas alimentado y proporcionarles un trabajo útil para los astilleros mientras que el destructor Tipo 42 y Tipo 22 fragata no estaría listo hasta la década de 1970 a mediados y finales. A medida que el diseño del tablero del Ministerio de marina estaban ocupados con este último, el proyecto Tipo 21 se le dio a los astilleros privados Vosper Thornycroft y milenrama. Las líneas de yates y similares a rakish inequívocamente eran indicativos de su diseño comercial. Sus miradas hermosas combinadas con su impresionante manejo y aceleración se prestaba al apodo clase de Porsche.

En un momento dado, se esperaba para construir un diseño de conjunto que cumplir tanto con los requerimientos de la Royal Navy para una fragata de patrulla de bajo costo y los requisitos de escolta y de uso general de Australia, con las discusiones entre las dos marinas a partir de 1967, [5] con Australia, que esperaba construir una serie de los cinco 21s Tipo de astilleros australianos, financiar parte el trabajo de diseño sobre la propuesta [2] los requisitos de las dos armadas fueron significativamente diferentes, con Australia querer velocidades más altas (35 nudos (65 km / h.; de 40 mph) en lugar de los 32 nudos (59 km / h; 37 mph) requisito de la Royal Navy) y armamento estadounidense (incluyendo misiles Sea Sparrow y un 5 pulgadas Marcos 45 arma), y Australia se retiró del proyecto en noviembre de 1968 , después refinar sus requisitos en el proyecto destructor de la luz de Australia. [6]

Un contrato para el diseño detallado de la nueva fragata para satisfacer las necesidades de la Armada Real y para construir el primer ejemplo se colocó en marzo de 1969. Por este costo el tiempo se había deslizado hasta 7,3 millones de £, más de fragatas clase Leander. [7]

Los intentos continuaron vendiendo fragatas derivados del Tipo 21 a clientes de exportación, entre ellos Argentina, [2] mientras que un derivado de amplio haz de armado de lanzamiento vertical de misiles Sea Wolf-tierra-aire se ofreció a Pakistán en 1985. [8]

El primero de los ocho construida, Amazon, entró en servicio en mayo de 1974.

Guerra de las Malvinas

El 21 de mayo de 1982, arribó a su zona designada de operaciones (zona norte del Estrecho de San Carlos).

El 23 de mayo de 1982, se encontraba cubriendo la cabeza de playa establecida dos días antes en la entrada al Puerto San Carlos, Cuando fue atacada por cuatro A-4B Skyhawk del Grupo 5 de Caza (escuadrilla Nene, (Capitán Pablo Carballo, Primer Teniente Luciano Guadagnini, Teniente Carlos Alfredo Rinke, Alférez Hugo Gómez).1 Apenas fueron avistados, comenzaron a recibir fuego antiaéreo de la fragata y de los infantes en tierra de la cabeza de playa. Cuando un misil, presuntamente un Rapier, estalla debajo del avión del Capitán Carballo, envolviéndolo en una nube de tierra y rocas levantadas del suelo, ya que estaba a escasos diez metros de altura. El avión casi se invierte y Carballo se preparó para eyectarse. Aun así no perdió comandos, pudiendo dominar a su A4 y salió del ataque. El Alférez Gómez que venía detrás, atraviesa la nube de rocas y humo y libera una bomba sobre el buque objetivo; por fortuna puede "saltar" a la fragata con su avión e inicia la carrera de escape hacia el continente.



Banderas
Historial
AstilleroVosper Thornycroft
ClaseFragata
TipoTipo 21
OperadorRoyal Navy
Iniciado23 de marzo 1971
Botado16 de marzo 1972
Asignado19 de julio 1975
DestinoHundido por las bombas argentinas, en el estrecho de San Carlos el 24 de mayo de 1982
Características generales
Desplazamiento3250 t a plena carga
Eslora117 m
Manga12,73 m
Puntal5,94 m
Armamento• 1 cañón de 114 mm
• 2 cañones de 20 mm
• 1 Sistema lanzamisiles Cúadruple Sea Cat
• 6 Tubos lanzatorpedos (2 × 3)
PropulsiónCOGOG:
• 2 turbinas de gas Rolls-Royce Olympus
• 2 turbinas de gas Rolls-Royce Tyne RM1A
Velocidad32 nudos
Autonomía4000 mni a 17 nudos (7400 kilómetros)
1200 mni a 30 nudos (2220 kilómetros)
Tripulación177
Aeronaves1 helicóptero Westland Lynx


El avión de Carballo fue dañado por la explosión de un misil, debajo de su ala izquierda, por lo que aborta su ataque. El Primer Tte. Guadagnini puede lanzar sus bombas sobre la fragata.



Según el Capitán Mick J. Tobin, comandante del HMS Antelope declaró que dos bombas penetraron en el casco de su buque sin estallar, matando a un tripulante, y causando daños considerables, que neutralizaron a la embarcación. Como Carballo no pudo disparar, y el Tte. Rinke afirma que disparó sobre un porta helicópteros, y cada avión llevaba una bomba de 1000 libras, los impactos corresponden a los de Gómez y Guadagnini. Posterior a su lanzamiento, el avión del Primer Teniente recibe fuego que lo desestabilizan y no puede evitar estrellarse contra las antenas del buque que atacó, desintegrándose en el acto. Sin posibilidad de salvación, el Primer Tte. Luciano Guadagnini perece cumpliendo con su deber. 2 La HMS Antelope fue remolcada hacia el interior del Estrecho de San Carlos, siendo fondeada en la Bahía Ajax. Con dos bombas sin explotar a bordo y un incendio controlado, los británicos deciden evacuar la fragata excepto por el personal esencial para desactivaciones y control de daños. En la noche del 23 al 24, y mientras el personal de desactivación intentaba desactivar una de las bombas, ésta estalla y el incendio consiguiente alcanza un pañol de misiles Sea Cat. Las explosiones continuaron durante la noche. Al día siguiente la fragata permanecía todavía a flote, pero su quilla se había roto y la superestructura se fundió en un montón de hierros retorcidos. El Antelope se rompió por la mitad y se hundió ese día.



La fragata se vio conmovida por una explosión que la parte en dos, (foto que se convirtió en una de las imágenes icónicas de la Guerra de las Malvinas), y se hundió en la mañana del 24 de mayo.3 4

Después de la Guerra de las Malvinas

El 27 de enero de 2002, un equipo de buceo del HMS Montrose (F236) sustituyó la bandera naval del Antelope. El pecio ha sido designado como una zona prohibida por la Ley de protección de pecios de las Islas Malvinas 5





Wikipedia

viernes, 27 de noviembre de 2015

FAA: Adiós a Luciano Guadagnini

Adiós a Guadagnini

El bahiense Luciano Guadagnini, Capitán (PM) piloto de la FAA, a bordo de un A-4 Skyhawk, impacta sobre la antena de la fragata clase 21 HMS Antelope.

miércoles, 17 de junio de 2015

Veterano de la RN vive en la Patagonia


Malvinas: la historia del único veterano de guerra británico que vive en Argentina
Juan Pablo Parrilla - Infobae

Se negó a recibir la medalla del Atlántico Sur y dejó la Marina Real tras el conflicto. En 2012 se casó con una correntina. Defiende la soberanía argentina, pero no consigue el DNI



James Richards asegura tras su baja de la Royal Navy, los servicios de inteligencia británico lo fantasmearon. Intentaron borrar su pasado. Fueron veteranos argentinos los que encontraron sus fotos durante la guerra.

James Richards asegura tras su baja de la Royal Navy, los servicios de inteligencia británico lo "fantasmearon". Intentaron borrar su pasado. Fueron veteranos argentinos los que encontraron sus fotos durante la guerra.

Richards viajó desde Gibraltar a las Islas Malvinas en el HMS Antelope, una fragata de la Royal Navy.


James Richards vive en Los Antiguos, Santa Cruz, junto a su esposa, la correntina Laura Canessa.

James Richards vive en Los Antiguos, Santa Cruz, junto a su esposa, la correntina Laura Canessa. "Vine aquí por amor, vine aquí por una vida tranquila en un pequeño pueblo en la Patagonia", cuenta. 

Laura Canessa, la esposa de James Richards, tiene dos primos que combatieron en la Guerra de Malvinas y es miembro de la organización internacional Mujeres de Paz en el Mundo.


James trabaja de carpintero, un oficio que aprendió de su abuelo. "Me gustaría pasar una vida feliz y productiva dentro de la comunidad aquí, pero estoy siendo bloqueado", comenta, sobre la dificultad de conseguir DNI.

James y Laura se casaron el 2 de abril de 2012 a las 8.30. Elegimos esa hora porque coincide con el principio y el final de la guerra, cuenta Laura. Ese día decidimos trabajar por la paz, agrega.

James y Laura se casaron el 2 de abril de 2012 a las 8.30. Elegimos esa hora porque coincide con el principio y el final de la guerra, cuenta Laura. Ese día decidimos trabajar por la paz, agrega.


Una historia de amor lo llevó a la Patagonia y sin quererlo terminó siendo el único veterano británico de la Guerra de Malvinas que vive en el país. Sin embargo, a pesar de que James Richards piensa que "las islas son argentinas", desde hace tres años pelea para conseguir la ciudadanía. "Mi pasaporte venció y estoy en el limbo", le contó a Infobae en la primera entrevista que brindó desde su arribo a las tierras frías del sur. En abril del año pasado le escribió una carta a la Presidente, pero aún no obtuvo una respuesta.

No sabía que iba a ir a una guerra. Cuando en abril de 1982 Argentina recuperó las Islas Malvinas, James Garry Richards era un suboficial que servía en la Marina Real británica, una fuerza a la que amaba y en la que se auguraba a sí mismo una larga carrera. El barco en el que prestaba servicio como ingeniero en armas estaba regresando a Inglaterra después de una ardua misión en el norte de África, pero repentinamente viró hacia Gibraltar, donde Richards tuvo que abordar el HMS Antelope, que partió hacia Malvinas. "Fui un virtual prisionero. No tuve derecho a elegir", evaluó.

A la tripulación le dijeron que sería algo sencillo, que las Fuerzas Armadas argentinas se rendirían en menos de una semana frente a una poderosa tropa con 900 años de experiencia. Sin embargo, el conflicto se extendió más de lo pensado. Richards estuvo a cargo del entrenamiento de los más jóvenes, así como del equipamiento de los buques y el mantenimiento del armamento. "Hice mi trabajo mientras estuve allí, por supuesto. Pero decidí que había sido suficiente para mí", contó.


Cuando Richards regresó al condado de Yorkshire, en el norte de Inglaterra, era otra persona. Se negó a recibir la medalla del Atlántico Sur, rechazó una pensión de veterano y dejó la Marina. El equivalente a casi dos años de salarios que le obligaron a pagar para compensar el dinero "invertido" en su preparación no fue un obstáculo. Y decidió reinventarse. Hasta empezó su propio negocio, diseñando equipamiento especial para veteranos, como sillas de ruedas.

"Todo el mundo me preguntaba qué había hecho en la guerra, pero yo no quería hablar de eso. De hecho, durante 29 años no lo hice. No hablé sobre cuestiones políticas, no leí los diarios militares, no hablé nada más sobre la Guerra de Malvinas", recordó.


Richards asegura tras su baja de la Royal Navy, los servicios de inteligencia británicos lo "fantasmearon". Intentaron borrar su pasado. Fueron veteranos argentinos los que encontraron sus fotos durante la guerra.

Fue su esposa, la correntina Laura Canessa, la que lo animó a contar su experiencia en Malvinas. Ella es miembro de la organización internacional Mujeres de Paz en el Mundo y tiene un vínculo directo con la guerra, a través de sus primos: el teniente Bernardo Schweizer, quien fue el primer argentino en pisar las islas en la noche del 1 de abril de 1982 junto a un cabo, y su hermano Carlos, quien llegó en la segunda nave que desembarcó y también participó de la avanzada.



La pareja se conoció vía Facebook, en un grupo sobre Fórmula 1, de la que ambos son fanáticos. Eran los últimos días de 2010 y el flechazo, al parecer, fue casi instantáneo: apenas 36 días después Richards voló a la Argentina y 14 meses más tarde, un 2 de abril, contrajeron matrimonio, gracias a un permiso especial del registro civil. Se radicaron en la ciudad santacruceña de Los Antiguos, a más de mil kilómetros de Río Gallegos y cerca de la frontera con Chile. El veterano Carlos Schweizer fue uno de los padrinos de boda.


James y Laura se casaron el 2 de abril de 2012 a las 8.30. "Elegimos esa hora porque fue la hora oficial del comienzo y el fin de las hostilidades", cuenta la correntina. "Ese día decidimos trabajar por la paz", agrega.

Las Malvinas, argentinas

El 3 de junio de 2012, Richards fue invitado por dos centros de veteranos de Santa Cruz para charlar sobre la guerra. Fue la única vez que habló en público del tema. Entre otras cosas, le preguntaron qué pensaba sobre la soberanía de las islas. Y si bien no respondió con palabras, hizo un gesto que despertó aplausos: mostró un gorro que tiene con un prendedor de las islas con los colores argentinos.

"La forma en que logro que las cosas salgan bien es trabajarlas yo mismo. Hice esto con Malvinas. Cuando llegué aquí no me di cuenta qué importante era el tema. En Gran Bretaña, después del conflicto, nadie hablaba de eso. Fue olvidado hasta hoy. Pero acá es un tema importante. Entonces, hice mis investigaciones. Busqué el punto de vista argentino, el punto de vista británico, el de los Estados Unidos, Rusia, China y de todos lados, y saqué mi propia conclusión", explicó.

¿Cuál fue? "Me pusieron en peligro al pelear por unas islas de las que nunca había oído hablar, para defender a personas que querían vivir en el lado opuesto del mundo a su patria. Esta fue una guerra que nunca debió haber sucedido y que sólo se produjo para servir a las ambiciones de dos políticos en caída que estaban desesperados por continuar con sus respectivas carreras sin importar el costo", observó, en una triple crítica a Margaret Thatcher, Leopoldo Galtieri y los kelpers.

Y aunque advirtió que no quiere ser parte de los argumentos políticos en torno a la soberanía, tiene una opinión formada. "Los dos países tienen explicaciones muy convincentes, pero el peso de la evidencia objetiva de las fuentes no interesadas me lleva a la inevitable conclusión de que las Malvinas son argentinas", sentenció.


En el limbo

No sólo quiere vivir en la Patagonia. James Richards quiere ser argentino. Llegó al país con esa idea y desde hace tres años pelea por una ciudadanía que por ahora sólo es parte de sus sueños. Lo único que tiene es un "Certificado de residencia precaria" que debe renovar cada tres meses, para lo cual tiene que viajar casi 440 kilómetros desde Los Antiguos hasta Comodoro Rivadavia, muchas veces en invierno, a lo largo de las heladas carreteras de la Patagonia.

En 2014 decidió enviarle una carta a la presidente Cristina Kirchner, que el 14 de abril ingresó a la Casa Rosada. "Una y otra vez he completado los formularios y aplicaciones protocolares, pero no ha pasado nada, y no he recibido nada más que excusas, desinformación y más desinformación. Todo este proceso ha llevado tanto tiempo que mi pasaporte británico expiró, lo que me hace un prisionero virtual, debido a la exigencia de una identificación válida para viajar", escribió.

James espera que la ciudadanía no sólo le facilite la vida y le permita trabajar en blanco y acceder a un tratamiento médico, sino también poder viajar por el país y aceptar la propuesta de distintos centros de veteranos que lo han invitado a contar su experiencia. Es una prueba fehaciente de que el diálogo es posible.

Consultado sobre lo que le diría a la Presidente si tuviera la posibilidad de conversar con ella, contestó: "No quiero ninguna respuesta. No quiero saber por qué yo ni por qué ha sido tan difícil. Sólo me gustaría que proceda. Y que me digan, de una manera u otra, si voy a conseguir la ciudadanía en este país -en el que me voy a quedar-, o si voy a tener que seguir renovando el certificado que tengo cada 90 días". Y remató: "No vine aquí a representar a nadie. Vine aquí por amor, por una vida tranquila en un pequeño pueblo en la Patagonia. Sólo les pido que jueguen el juego, que sean justos conmigo".