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sábado, 15 de febrero de 2025

COAN: Analizando un F-16 B50 CFT para ataque marítimo de larga distancia


Una propuesta para el COAN: Un F-16 para ataque marítimo de largo alcance



Introducción

La Fuerza Aérea Argentina (FAA) ha adquirido 24 F-16 MLU de Dinamarca. La Aviación Naval Argentina (COAN) está evaluando qué hacer con sus 16 AMD Super Etendard en inventario (incluye los 11 Super Etendard antiguos y los 5 Super Etendard Modernizé más nuevos). Sin embargo, como la FAA adquirirá el F-16, se podría pensar en una propuesta a la COAN para que, en lugar de insistir en continuar con el Super Etendard, ¿por qué no intentar comprar algún nuevo F-16 B50/52+ bien perfilado con capacidad de ataque antibuque completo y de largo alcance? Resulta en un avión con una enorme capacidad de ataque, con alcance extendido, compatible en muchos aspectos con las aeronaves que tendrán en inventario la Fuerza Aérea, entre muchas bondades. Exploremos esta idea. La línea de razonamiento sigue los siguientes supuestos:
  • El Super Etendard solo opera desde bases terrestres, lo que limita su capacidad de acercarse al objetivo de manera autónoma, a menos que reciba reabastecimiento en vuelo con KC-130, como sucedió durante el ataque al HMS Invincible.
  • Los costos reales para obtener repuestos y realizar el mantenimiento en el futuro tienden a ser extremadamente altos sino imposibles.
  • El F-16, ya adquirido por la Fuerza Aérea Argentina (FAA) y que se espera complete más escuadrones en el futuro, ayudará a estandarizar el mantenimiento y el entrenamiento entre ambas fuerzas, similar a lo que ocurrió anteriormente con los A-4 Skyhawks.
  • El F-16, equipado con tanques de combustible conformables (CFT), puede controlar gran parte del Mar Argentino, tal como es reconocido actualmente por la ONU (ver detalles abajo).
  • Los costos de adquirir un escuadrón de F-16, de manera especulativa, promedian alrededor de mil millones de dólares a través del programa de Ventas Militares al Extranjero (FMS) (ver detalles abajo).



Usuarios con capacidad de ataque naval

Varios países utilizan la plataforma F-16 en funciones que incluyen capacidades de ataque aire-mar, utilizando bombas guiadas por láser (LGB) y misiles antibuque (AShM) como parte de su armamento estándar. Aquí hay algunos ejemplos notables:


1. Estados Unidos

- Armas: La Fuerza Aérea de EE. UU. utiliza F-16 capaces de transportar LGB y varios AShM como el AGM-84 Harpoon.
- Rol: Si bien se utilizan principalmente en capacidades polivalentes, incluida la superioridad aérea y el ataque terrestre, los F-16 están equipados y entrenados para misiones de ataque marítimo.

 2. Israel

- Armas: La Fuerza Aérea de Israel equipa sus F-16 con una variedad de municiones guiadas con precisión, incluidas LGB y misiles antibuque autóctonos como el Gabriel.
- Rol: Israel utiliza los F-16 en una capacidad de múltiples funciones, incluido un énfasis significativo en el ataque marítimo debido a la importancia estratégica del Mar Mediterráneo.

 3. Turquía

- Armas: Los F-16 turcos están equipados con LGB y misiles Harpoon para operaciones marítimas.
- Rol: Turquía utiliza F-16 para una variedad de misiones, incluido el ataque marítimo, dada su extensa costa y sus intereses marítimos estratégicos en los mares Egeo y Mediterráneo.

 4. Grecia

- Armas: Los F-16 griegos pueden transportar LGB y misiles Harpoon, lo que enfatiza su capacidad para llevar a cabo misiones de ataque marítimo.
- Rol: la flota F-16 de Grecia tiene varias funciones, incluida la interdicción y defensa marítima, debido a la distribución geográfica del país con numerosas islas y fronteras marítimas importantes.

 5. Singapur

- Armas: La Fuerza Aérea de la República de Singapur (RSAF) equipa sus F-16 con LGB y misiles Harpoon.
- Rol: Singapur, como pequeña nación insular con importantes intereses marítimos, utiliza F-16 tanto para misiones de defensa aérea como de ataque marítimo para proteger sus aguas y rutas marítimas.

 6. Corea del Sur

- Armas: La Fuerza Aérea de la República de Corea (ROKAF) utiliza F-16 con LGB y misiles Harpoon para funciones de ataque marítimo.
- Papel: La posición estratégica de Corea del Sur y las amenazas marítimas de la vecina Corea del Norte requieren una sólida capacidad de ataque marítimo.

 7. Egipto

- Armas: Los F-16 egipcios están equipados con LGB y misiles Harpoon para misiones de ataque marítimo.
- Rol: Egipto utiliza los F-16 para diversas funciones, incluida la defensa de sus extensas costas a lo largo del Mediterráneo y el Mar Rojo.

8. Taiwán

- Armas: Los F-16 taiwaneses están equipados con LGB y misiles Harpoon para misiones de ataque marítimo.
- Rol: Taiwán utiliza los F-16 para diversas funciones, incluida la defensa de sus extensas costas a lo largo del estrecho de Taiwán con patrullas aérea de combate armados con Harpoon antes las crecientes amenazas chinas.




Estos países han integrado sus plataformas F-16 con una variedad de armamento que les permite realizar misiones de ataque marítimo de manera efectiva. La flexibilidad y adaptabilidad de la plataforma F-16 la hacen adecuada para una variedad de funciones, incluidas aquellas que requieren un ataque preciso a objetivos marítimos.


Uso de CFT

El uso de tanques de combustible conformados (CFT) en los F-16 para la función de ataque aire-mar varía según el país y los requisitos específicos de la misión. Los CFT aumentan la capacidad de combustible de la aeronave sin ocupar puntos de anclaje debajo de las alas, que pueden usarse para armas y sensores adicionales. A continuación se ofrece una descripción general de cómo algunos de estos países utilizan los CFT para funciones de ataque marítimo:

 1. Estados Unidos

- Uso de CFT: los F-16 estadounidenses generalmente no están equipados con CFT, ya que los usuarios principales (unidades de la Guardia Nacional Aérea y escuadrones en servicio activo) priorizan la flexibilidad y el rendimiento sobre el alcance extendido. Sin embargo, algunas funciones especializadas podrían considerar los CFT si un rango ampliado es crucial.
- Rol: Los conjuntos de misiones principales generalmente se llevan a cabo sin CFT, dependiendo de tanques de combustible externos si es necesario para operaciones extendidas.

 2. Israel

- Uso de CFT: Los cazas israelíes F-16I "Sufa" están equipados con CFT. La IAF utiliza CFT para ampliar el alcance operativo de sus F-16, lo cual es crucial para las misiones sobre el Mediterráneo y posibles operaciones más allá de sus fronteras inmediatas.
- Rol: Los CFT permiten a los F-16 israelíes llevar más armas y sensores al liberar puntos duros debajo de las alas, lo cual es ventajoso para misiones de ataque marítimo prolongadas.

 3. Turquía

- Uso de CFT: Los F-16 turcos no suelen utilizar CFT. Por lo general, dependen de tanques de combustible externos para una mayor autonomía.
- Rol: Si bien Turquía tiene importantes intereses marítimos, a menudo se prefieren las ventajas de flexibilidad y rendimiento sin CFT.

 4. Grecia

- Uso de CFT: Los F-16 griegos, específicamente el F-16 Block 52+ y el Block 70/72 Viper, están equipados con CFT.
- Rol: Los CFT se utilizan para ampliar el alcance y la resistencia de los F-16 griegos, lo que resulta beneficioso para las misiones de patrullaje marítimo y ataque en todo el Mar Egeo y más allá.

 5. Singapur

- Uso de CFT: La Fuerza Aérea de la República de Singapur equipa sus F-16 con CFT para mejorar su alcance y capacidad de carga útil.
- Rol: Los CFT son particularmente útiles para los F-16 de Singapur debido a la necesidad de operaciones de largo alcance en la región, mejorando sus capacidades de ataque marítimo.

 6. Corea del Sur

- Uso de CFT: Los F-16 de Corea del Sur, en particular el F-16 Block 52 y el Block 70/72, pueden equiparse con CFT.
- Rol: El uso de CFT amplía el alcance operativo y la resistencia de los F-16 de la ROKAF, lo cual es fundamental dadas las amenazas marítimas y la necesidad de amplias capacidades de patrullaje y ataque alrededor de la Península de Corea.



 7. Egipto

- Uso de CFT: Los F-16 Block 52 egipcios están equipados con CFT.
- Rol: Los CFT proporcionan un mayor alcance y resistencia, lo que permite a los F-16 egipcios realizar misiones de ataque marítimo de larga duración sobre el Mediterráneo y el Mar Rojo.

Limitaciones con el uso de CFT

Los tanques de combustible conformados (CFT) se introdujeron con el F-16 Block 50/52 y variantes posteriores. Aquí hay un desglose más detallado:

Bloques F-16 capaces de utilizar CFT

1. F-16 Bloque 50/52+

 - Introducción: Estos bloques introdujeron la capacidad de transportar CFT.
 - Características: Estas variantes vienen con aviónica mejorada, sistemas de radar (como el radar AN/APG-68(V)9) y la opción de montar CFT.
 - Usuarios: Países como Grecia y Turquía tienen aviones F-16 Block 50/52+ con CFT.

2. F-16 Bloque 60
 - Introducción: Esta variante avanzada, desarrollada para los Emiratos Árabes Unidos, incluye CFT como parte de su configuración estándar.
 - Características: El Bloque 60 incluye un radar AESA AN/APG-80, aviónica avanzada y otras mejoras.

3. F-16 Bloque 70/72 (Viper)
 - Introducción: La versión más nueva y avanzada del F-16, también conocida como F-16V (Viper), incluye capacidad CFT.
 - Características: esta variante cuenta con un radar AN/APG-83 AESA y aviónica mejorada, y está optimizada para los requisitos de la guerra moderna.
 - Usuarios: Países como Bahréin, Bulgaria y Eslovaquia están adquiriendo o han adquirido aviones F-16 Block 70/72.

Aumento de alcance y capacidad de ataque

Estimar el aumento del alcance de los F-16 equipados con tanques de combustible conformados (CFT) implica varios factores, incluido el perfil de la misión, la carga útil y la capacidad de combustible. Aquí hay una descripción general:

 Tanques de combustible conformados (CFT)
- Capacidad: Cada CFT en un F-16 puede contener aproximadamente 450 galones (1700 litros) de combustible, sumando un total de 900 galones (3400 litros) cuando se usan ambos tanques.
- Incremento en el alcance: el combustible adicional proporcionado por los CFT generalmente aumenta el alcance entre un 20% y un 30%, dependiendo de la configuración de la aeronave y el perfil de la misión.

Estimaciones del alcance para casos de referencia

- Sin CFT: el radio de combate básico de un F-16 sin CFT, que lleva una carga típica de armas y combustible, es de aproximadamente 500 millas náuticas (nm) para una misión de ataque.
- Con CFT: Agregar CFT aumenta este radio en un 20-30%, lo que resulta en un rango estimado de 600-650 nm (1,111/1204 km) para una misión de ataque.

Análisis de escenario


 Completamente cargado de armas (misión de ataque)
- Supuestos: El F-16 lleva una carga completa de armas aire-mar, incluidos AShM y LGB.
- Alcance: Con los CFT, el radio de impacto sería de aproximadamente 600-650 nm (1,111/1204 km) desde la base.

 Lleno sólo de combustible (misión de reconocimiento)
- Supuestos: El F-16 está configurado para una misión de reconocimiento, transportando provisiones externas mínimas y maximizando la capacidad de combustible interna y CFT.
- Alcance: el alcance máximo del ferry para un F-16 con CFT y tanques de caída externos puede exceder las 2000 nm (3,704 km). Para una misión de reconocimiento típica con algo de combustible de reserva, un radio operativo estimado sería de alrededor de 1.000 nm. (1,852 km)

 Bases operativas y alcance potencial

1. Base Aeronaval Comandante Espora
 - Misión de ataque: 600-650 nm (1,111/1204 km)
 - Alcance potencial: A lo largo de la costa central y norte argentina, alcanzando el sur de Brasil y el Atlántico Sur abierto.
 - Misión de reconocimiento: Hasta 1.000 nm (1,852 km)
 - Alcance potencial: Gran parte del Atlántico Sur, incluido el Océano Austral.

2. Base Naval Almirante Zar

 - Misión de ataque: 600-650 nm (1,111/1204 km)
 - Alcance potencial: Cubriendo una porción importante de la costa patagónica, incluidas las Islas Malvinas.
 - Misión de reconocimiento: Hasta 1.000 nm (1,852 km)
 - Alcance potencial: Extendiéndose profundamente hacia el Atlántico Sur y cubriendo la totalidad de las Islas Malvinas y más allá.

3. Base de Río Grande

 - Misión de ataque: 600-650 nm (1,111/1204 km)
 - Alcance potencial: Abarcando la costa sur patagónica, las Islas Malvinas y llegando hasta la Península Antártica.
 - Misión de reconocimiento: Hasta 1.000 nm (1,852 km)
 - Alcance potencial: Extendiéndose hacia el Atlántico Sur, cubriendo toda la región de las Islas Malvinas y hacia la zona de convergencia antártica.




Con los CFT, el alcance y la flexibilidad operativa del F-16 mejoran significativamente, lo que lo convierte en una plataforma formidable para misiones de ataque y reconocimiento desde las bases navales clave de Argentina. Este alcance ampliado permite una mayor cobertura del Atlántico Sur, zonas marítimas críticas e incluso operaciones potenciales cerca de las Islas Malvinas.


Propuesta para la Aviación Naval Argentina: Transición al Bloque F-16 50/52+ para capacidades marítimas mejoradas


Objetivo:
Presentar una justificación estratégica, operativa y financiera para que la Aviación Naval Argentina (COAN) realice la transición de la envejecida flota AMD Super Étendard a la moderna plataforma F-16 Block 50/52+ con tanques de combustible conformados (CFT), enfatizando la superioridad en capacidades de ataque aire-mar y alcance operativo ampliado.

 Beneficios estratégicos

1. Capacidades mejoradas:
 - Aviónica y sistemas modernos: el F-16 Block 50/52+ está equipado con aviónica avanzada, sistemas de radar (AN/APG-68(V)9) y conjuntos de guerra electrónica, lo que proporciona un combate y una conciencia situacional superiores. eficacia.
 - Flexibilidad multifunción: a diferencia del Super Étendard, el F-16 puede realizar una transición perfecta entre misiones aire-aire, aire-tierra y aire-mar, mejorando la flexibilidad operativa.

2. Alcance operativo más largo:
 - Tanques de combustible conformados (CFT): los CFT amplían significativamente el alcance operativo del F-16 sin ocupar puntos de anclaje debajo de las alas, lo que permite que el avión lleve armas y sensores adicionales esenciales para misiones de ataque marítimo de largo alcance.

3. Estandarización con la Fuerza Aérea:
 - Interoperabilidad: La adquisición de F-16 tanto para la AAF como para la ANA garantiza la interoperabilidad, facilitando operaciones conjuntas, infraestructura de mantenimiento compartida, programas de capacitación y apoyo logístico.
 - Entrenamiento y tácticas comunes: los pilotos y el personal de tierra pueden beneficiarse de un programa de entrenamiento unificado, mejorando la competencia y reduciendo el tiempo y el costo asociados con el entrenamiento en diferentes plataformas.


 Ventajas operativas


1. Capacidad superior de ataque marítimo:
 - Integración avanzada de armas: el F-16 Block 50/52+ puede transportar una amplia gama de misiles antibuque (AShM) modernos, como el AGM-84 Harpoon, así como bombas guiadas por láser (LGB). para ataques de precisión contra objetivos marítimos. Asimismo, se abre la opción de integrar el AShM Gabriel israelí que ya se encuentra operativo en Israel. Taiwán y Corea del Sur podrían también presentar variantes de sus AShM para ser integrados en el sistema de armas.
 - Supervivencia y eficacia: Equipado con sistemas de contramedidas de última generación y capacidades de furtividad, el F-16 ofrece una mayor capacidad de supervivencia en entornos disputados en comparación con el Super Étendard.

2. Mayor capacidad de carga útil:
 - Flexibilidad de armamento: con más puntos de apoyo y mayor capacidad de carga útil, el F-16 puede transportar una combinación de misiles, bombas y tanques de combustible, brindando a los planificadores de misiones más opciones y capacidades para operaciones complejas.

3. Mantenimiento y confiabilidad:
 - Historial comprobado: La plataforma F-16 tiene un historial comprobado de confiabilidad y facilidad de mantenimiento, respaldado por una cadena de suministro global y una amplia base de usuarios, lo que garantiza una preparación operativa sostenida.


 Consideraciones financieras y logísticas


1. Rentabilidad:
 - Costos reducidos de capacitación y mantenimiento: la estandarización de la flota con los F-16 de la FAA puede generar ahorros significativos en capacitación, mantenimiento y logística al aprovechar las economías de escala.
 - Modernización y ciclo de vida: invertir en nuevos aviones F-16 Block 50/52+ proporciona un ciclo de vida operativo más largo y protección contra la obsolescencia en el futuro, lo que reduce la necesidad de actualizaciones y revisiones frecuentes.

2. Asociaciones económicas y estratégicas:
 - Ventas militares en el extranjero (FMS): la adquisición de F-16 a través del programa FMS de EE. UU. puede proporcionar condiciones de financiación favorables, acceso a la última tecnología y acuerdos de soporte a largo plazo.
 - Influencia regional: Modernizar el ANA con F-16 mejora la postura de defensa regional de Argentina y demuestra un compromiso para mantener una fuerza de aviación naval capaz y moderna.

Conclusión

La transición al F-16 Bloque 50/52+ representa una decisión estratégica, operativa y financieramente sólida para la Aviación Naval Argentina. Las capacidades avanzadas, el alcance extendido y la interoperabilidad con la Fuerza Aérea brindan una solución integral para mejorar las capacidades de defensa marítima de Argentina. Al adoptar la plataforma F-16, ANA no sólo modernizará su flota sino que también garantizará eficacia operativa y preparación a largo plazo en un entorno estratégico en rápida evolución.



Próximos pasos:


1. Estudio de viabilidad detallado: Realizar un estudio integral sobre la viabilidad y los costos asociados con la transición al Bloque F-16 50/52+.
2. Participación de las partes interesadas: colaborar con las partes interesadas clave, incluido el Ministerio de Defensa, para discutir las ventajas estratégicas y asegurar las aprobaciones y la financiación necesarias.
3. Negociaciones de asociación: iniciar conversaciones con el gobierno de EE. UU. y Lockheed Martin para posibles acuerdos de compra, programas de capacitación y paquetes de soporte.

Con la presentación de esta propuesta, la Aviación Naval Argentina puede dar un paso significativo hacia el logro de una fuerza de ataque marítimo moderna, capaz y flexible.



Costos estimados de adquisición de un escuadrón de ataque marítimo con CFT

Adquirir un escuadrón de aviones F-16 Block 50/52+ con capacidades completas de ataque aire-mar, incluidos tanques de combustible conformados (CFT), implica múltiples consideraciones de costos. Aquí hay una evaluación completa de los costos:

 1. Costos de adquisición de aeronaves

El costo unitario de un F-16 Block 50/52+ varía según la configuración, el equipo adicional y las condiciones del mercado. Sin embargo, un costo unitario promedio se puede estimar de la siguiente manera:

- Costo unitario: Aproximadamente entre 50 y 60 millones de dólares por avión, incluyendo estructura, motores, aviónica y equipo estándar.

Para un escuadrón (normalmente 12 aviones):
- Costo total de la aeronave: 50 millones de dólares x 12 = 600 millones de dólares (extremo inferior)
- Costo total de la aeronave: $60 millones x 12 = $720 millones (extremo superior)

 2. Sistemas y equipos de armas

Equipar la aeronave con las armas y sistemas necesarios para la capacidad de ataque aire-mar:

- Misiles aire-mar (por ejemplo, AGM-84 Harpoon): 1,2 millones de dólares por misil.
- Bombas guiadas por láser (LGB): aproximadamente 100.000 dólares por bomba.
- Sistemas de guerra electrónica y contramedidas: aproximadamente 5 millones de dólares por avión.

Costo estimado para un escuadrón:
- Misiles: 24 misiles x 1,2 millones de dólares = 28,8 millones de dólares
- LGB: 48 bombas x 100.000 dólares = 4,8 millones de dólares
- EW Systems: 12 x 5 millones de dólares = 60 millones de dólares

 3. Tanques de combustible conformes (CFT)

Los CFT aumentan el costo general, pero son cruciales para misiones de largo alcance:

- Costo por avión: Aproximadamente entre 2 y 3 millones de dólares.
- Costo total de CFT para 12 aeronaves: 12 x $2,5 millones (promedio) = $30 millones

 4. Capacitación e infraestructura

Capacitar a pilotos y personal de tierra, así como establecer la infraestructura necesaria:

- Capacitación de pilotos: aproximadamente entre 1 y 2 millones de dólares por piloto.
- Capacitación del personal de tierra: aproximadamente 0,5 millones de dólares por técnico.
- Infraestructura y Simuladores: $50 millones
- Modernización de las BAEN Comandante Espora: 30 millones USD (mínimo)

Para un escuadrón:
- Formación de pilotos (24 pilotos): 24 x 1,5 millones de dólares (promedio) = 36 millones de dólares
- Capacitación del personal de tierra (36 técnicos): 36 x 0,5 millones de dólares = 18 millones de dólares
- Infraestructura: $50 millones

 5. Mantenimiento y soporte

Configuración de mantenimiento inicial y repuestos:

- Repuestos iniciales y soporte logístico: aproximadamente entre 50 y 100 millones de dólares.
- Contratos de Mantenimiento (primeros años): $20 millones por año.

 6. Costos varios

Los costos adicionales que podrían surgir incluyen gastos de logística, transporte y administrativos:

- Costos varios estimados: entre 20 y 30 millones de dólares.

 Resumen de costos estimados
- Adquisición de aeronaves: 600-720 millones de dólares
- Armas y equipamiento: 93,6 millones de dólares.
- CFT: $30 millones
- Capacitación e Infraestructura: $134 millones
- Mantenimiento y soporte: 70-100 millones de dólares (primeros años)
- Costos varios: 20-30 millones de dólares

Costo total estimado:
- Extremo inferior: 947,6 millones de dólares
- Extremo superior: 1.077 millones de dólares

Adquirir un escuadrón de aviones F-16 Block 50/52+ con plena capacidad de ataque aire-mar y CFT para la Aviación Naval Argentina es una inversión importante, estimada entre aproximadamente $917,6 millones y $1.047 millones. Esta inversión cubre la aeronave, armamento, entrenamiento, infraestructura, mantenimiento inicial y otros costos asociados. Esta estimación proporciona una comprensión integral para que los tomadores de decisiones evalúen la viabilidad y los beneficios estratégicos de dicha adquisición.


domingo, 6 de febrero de 2022

Puede que el poder naval no haya terminado de caer

Es posible que el declive y la caída del poder marítimo británico no hayan terminado

John T. Kuehn || War on the Rocks




El artículo reciente del comandante Matt Schnappauf sobre el lanzamiento de la Revisión de seguridad y defensa estratégica británica señaló algo que ha estado claro desde hace un tiempo: la Royal Navy ha estado en constante declive durante más de una década. Señala que el nuevo documento ofrece destellos de esperanza, pero ¿realmente es así? Pocos de los que han identificado esta situación han examinado de cerca el declive de la Royal Navy reflejado por su pésima estructura de fuerzas. Con demasiada frecuencia, los analistas y expertos lamentan el estado actual de algo sin investigar cómo se alcanzó ese estado.

Entonces, ¿cómo llegó la Royal Navy aquí?

Primero, los números: solo en los últimos cinco años, la flota de buques de guerra de la Royal Navy disminuyó en un 17% (89 a 65). Para poner eso en perspectiva, eso equivaldría a que la Marina de los EE. UU. de 2009 (283 barcos en ese momento) cayera a 234 barcos en la actualidad en lugar de los 272 de la flota actual. La fuerza de la Royal Navy que se dirigió a las Malvinas hace 33 años era más grande que toda la Royal Navy de hoy. Tenía tres portaaviones operativos más (frente a ninguno hoy, aunque dos están en construcción), aviación de patrulla (frente a ninguno hoy) y muchas más fragatas y destructores. Quizás esa sea una de las razones por las que los argentinos han vuelto a plantear el tema de las Malvinas / Falklands.

Compare esto con Japón. La Fuerza de Autodefensa Marítima de Japón cuenta con 107 buques de guerra importantes, incluidos buques logísticos y submarinos. Navegan cuatro destructores de helicópteros (que son realmente portaaviones ligeros), 13 escuadrones de aviación de patrulla y los destructores más recientes y avanzados equipados con AEGIS, una fuerza submarina, y tienen una respetable capacidad de guerra anfibia para arrancar. Tiene el doble de fragatas y destructores de la Royal Navy. Los críticos de esta comparación podrían responder que Japón necesita tales fuerzas porque es una potencia insular. Exactamente.

El declive de la Royal Navy no se debe solo a la parsimonia gubernamental y los costosos sistemas de armas. Es tanto, si no más, el resultado del ascendiente del ejército británico en las batallas presupuestarias de Londres durante las guerras en Irak y Afganistán. Durante estos conflictos, Gran Bretaña decidió que su ejército era más importante para sus intereses que cualquier otro servicio. Los compromisos operativos a corto plazo se convirtieron en una política a largo plazo. Ya en 2008, comentaristas respetados de la defensa británica como Michael Clarke, Colin Gray, Hew Strachan y Sir Max Hastings lamentaron esta tendencia predominante y las fallas que reveló en la estrategia británica. No obstante, el declive continuó, quizás debido a una negligencia no tan benigna y un enfoque mal considerado en la pelea cerrada en lugar de en el juego largo. Sé de otra gran potencia que tiene un problema similar, aunque no tan agudo.

Manteniendo un ojo en el horizonte, como hacen todos los marineros, es cierto que puede haber buenas noticias a la vista con los movimientos más recientes del gobierno de Cameron en relación con los portaaviones, los buques de guerra antisubmarina y aeronave. Pero si la historia y las decisiones políticas recientes no nos enseñan nada, debemos permanecer atentos a las tendencias de declive que han amenazado nuestra seguridad marítima colectiva. Después de todo, uno no puede tener una armada de 1000 barcos por sí mismo. A menos que, quizás, uno sea China.

jueves, 17 de junio de 2021

Visiones extremas del conflicto en Argentina

Malvinas. ¿“Gesta”o “aventura absurda”? Dos lecturas que conviene dejar atrás

Las versiones “heroica” o “dictatorial” de la guerra del Atlántico Sur, simplistas y enfrentadas, impiden miradas más complejas de un conflicto que va camino de cumplir 40 años
Rosana Guber || La Nación


El cementerio de Darwin, en las Islas Malvinas, donde yacen los combatientes argentinos, en mayo de 2016 Mauro V. Rizzi

La guerra no declarada entre la Argentina y Gran Bretaña en 1982 debió darnos muchas enseñanzas. En cambio, nos dejó con dos lecturas que, por lo antinómicas, conllevan fuertes dosis de simplificación: “Malvinas como la gesta heroica” vs. “Malvinas como la extensión a las Islas de los campos clandestinos de detención de la última dictadura militar”.

La “heroica” dice que Malvinas fue una guerra internacional por un territorio nacional de soberanía pendiente, reclamado ininterrumpidamente por nuestro país desde su ocupación armada en enero de 1833. Sin negar los errores político-estratégicos de la Junta militar y la derrota ante Gran Bretaña, las fuerzas argentinas, incluyendo a los conscriptos clases 62 y 63, estuvieron a la altura de las circunstancias, llevaron a cabo misiones sumamente exitosas y ofrecieron un frente inesperadamente duro a la segunda potencia de la OTAN. El pueblo argentino defendió una causa justa y respaldó entusiasta la recuperación.

La versión “dictatorial” afirma que, más allá de la justicia de la reivindicación soberana, la guerra de Malvinas fue un recurso de la dictadura genocida para perpetuarse en el poder. Por eso, sus principales contendientes no fueron los argentinos y los británicos, sino los militares y los soldados argentinos. Las Fuerzas Armadas procedieron en el campo de batalla insular de igual modo que en los campos de detención continentales durante el terrorismo de Estado, torturando a sus subalternos (los civiles conscriptos), matándolos de hambre y de frío, huyendo del combate y abandonando a muchachos de 18 años frente a un ejército de profesionales. El pueblo argentino, fiel a la causa anticolonialista, sucumbió al engaño de los dictadores en una guerra absurda y sin posibilidades de vencer.

Quizá pocos se reconozcan en alguna de estas posturas. Las personas no solemos creer que respondemos a esquemas tan cerrados y excluyentes. ¿Quién puede afirmar, a estas alturas, que ningún oficial peleó, o que todos los soldados fueron víctimas inermes de sus superiores e hicieron solos la guerra? Sin embargo, la caracterización que presento aquí no se refiere a lo que cada cual sabe y piensa en su fuero íntimo, sino a lo que decidimos hacer público. Es al participar, ver y escuchar las entrevistas televisadas y radiales, las conferencias académicas y las presentaciones escolares sobre “la gesta” o “la aventura absurda”, cuando buscamos reconocer en las palabras, las preguntas y los gestos, de qué posiciones se trata y cómo posicionarnos ante ellas.


“La posición “dictatorial” se transformó en la versión oficial de la arena pública y, por lo tanto, en la “forma correcta” de hablar y escuchar sobre Malvinas”


Ambos marcos interpretativos se delinearon en los primeros cinco años de la posguerra y al calor del sentimiento antidictatorial de entonces, pero siguieron acompañando, con sus adaptaciones, el proceso político argentino. Cada 2 de abril, los dos renacen y se nutren de un nuevo anecdotario que cada quien utiliza para ratificar sus ideas previas, en lugar de revisarlas, darles flexibilidad y aprender de las evidencias contrarias. No obstante, tal insistencia no resulta de la falta de capacidad intelectual y argumental de quienes los sustentan: la postura “dictatorial” está generosamente distribuida en el periodismo, la academia, la cultura, casi todos los círculos partidarios y unas pocas organizaciones de ex soldados combatientes; la “heroica” se sostiene en la mayoría de los centros de veteranos de guerra que nuclean a los ex soldados, los veteranos profesionales, las Fuerzas Armadas, los familiares de los caídos y un reducido núcleo de intelectuales, académicos y periodistas.

Esta distribución debiera advertirnos, al menos, en dos sentidos. Primero, la posición “dictatorial” se transformó en la versión oficial de la arena pública y, por lo tanto, en la “forma correcta” de hablar y escuchar sobre Malvinas. Segundo, la gran mayoría de los protagonistas argentinos del conflicto bélico quedó del lado “heroico” y, por lo tanto, a la defensiva. Allá por 1982 eran soldados, suboficiales y oficiales; artilleros, helicopteristas, infantes de marina e infantes de Ejército; submarinistas, marineros y maquinistas; pilotos y aviadores; transporteros y cazadores; comunicadores, enfermeros y enfermeras; médicos, armeros, mecánicos y comandos… Casi 40 años después son pocos los que hablan fuera de sus círculos cercanos y confiables, y menos aún los que discuten con la posición contraria en la arena pública. Estas restricciones fueron acompañadas por el generalizado silencio de sus instituciones, las más comprometidas en aquellos sucesos, las que eludieron por largo tiempo el análisis informado, crítico y público de lo ocurrido en el Atlántico Sur. En este devenir, algunos ex soldados fueron abandonando sus verdaderas experiencias y empezaron a acomodarlas a la historia oficial, reportando como malos tratos incluso aquello que fue parte de la innegable crueldad de las guerras, con todo y sus privaciones.

Falsas certezas

Como resultado y siguiendo la lógica con que funcionan las antinomias, la exacerbación de los términos fue dejando menos espacio para las preguntas y las dudas, y transformó a las dos partes en caricaturas de sí mismas. Es que la rápida y obediente adopción de un bando no necesita los matices que vienen de la experiencia.

Dos tipos de profesionales que podrían ayudarnos a conmover tantas certezas, los investigadores sociales y los periodistas, han preferido instalarse en la seguridad de la versión dominante y políticamente correcta. Sin temas nuevos ni cuestiones interesantes, se limitan a repetir la lástima por “los chicos de la guerra”, la perversión de los oficiales y los suboficiales y la borrachera del General. La guerra de Malvinas leída como una cuestión interna de los argentinos acaba sacando a lo que ocurrió en 1982 de su propia época, de la centenaria disputa, de los intereses nordatlánticos, del estado de rebelión interna que afrontaba Margaret Thatcher, del militarismo argentino en un militarismo global y bipolar, y del sentido paradójicamente humano que entraña todo conflicto armado. Nuestra única guerra contra otro Estado nacional en el siglo XX devino, así, en una fábrica de estereotipos negativos y positivos, donde los británicos ocupan el lugar de los verdaderos profesionales con equipamiento apropiado y armamento de última generación. A la rubia Albión no se le trababan los cañones, no incurrió en errores tácticos, no sufrió fuego amigo y sus hombres murieron por casualidad.

“Hay quienes no entienden ni les interesa por qué entre cada 2 de abril y cada 14 de junio recrudecen las conmemoraciones malvineras”

Pero todavía están entre nosotros los argentinos que sí vieron y sí saben qué sucedió en las posiciones, cómo soportaron la humedad de los pozos y el cañoneo naval, cómo fue volar sobre una fragata misilística y cómo fue esperar que un torpedo como el del Belgrano atravesara el mamparo del buque propio. Ellos saben también cómo temían los paracaidistas ingleses que subían por las laderas de Monte Longdon y cómo se desfiguraban de terror y fuego los galeses del Sir Galahad en Bahía Agradable. Y es que son los mismos británicos quienes, pese a su victoria, se siguen sorprendiendo con aquel infante de marina argentino que pedía fuego propio sobre su posición para repeler el avance enemigo; son los tripulantes sobrevivientes del Glamorgan quienes recuerdan cómo les impactó un Exocet lanzado desde un camión en la costa isleña, dos días antes de que todo terminara.

No son anécdotas pintorescas ni casos aislados. Son la consecuencia de mucha instrucción, destreza e ingenio que quedaron a resguardo, en un mar de silencio más parecido a la indiferencia y a la ignorancia que a la empatía, al respeto y a las ganas de saber. Son también la consecuencia de las innumerables decisiones que hubo que tomar en aquella guerra no prevista ni planificada, de las históricas disputas interfuerzas y de una conducción militar que se abroqueló en Puerto Argentino, lejos de las unidades y los frentes de batalla.

La contienda sudatlántica que llamamos “guerra de Malvinas” (y que debería incluir las complejidades de lo ocurrido en Georgias del Sur y Sandwich del Sur) no sólo muestra a los militares de entonces. Hacia los 40 años de 1982, sabemos que Malvinas presenta, con claridad diagnóstica, las maneras tan argentinas que las Fuerzas Armadas tuvieron de hacer las cosas... y de todos nosotros con ellas.

Hay quienes no entienden ni les interesa por qué entre cada 2 de abril y cada 14 de junio recrudecen las conmemoraciones malvineras. Es que estos 74 días son nuestra puerta anual a la reflexión, una invitación a pensar cómo y por qué hace casi 40 años, estuviéramos o no de acuerdo, los argentinos nos fuimos deslizando hacia una guerra de la cual no pudimos, no quisimos o no supimos cómo salir. Malvinas no la hicieron sólo los que fueron, los que estuvieron y los que todavía están. Malvinas la hicimos, desde nuestros diversos grados de responsabilidad, los gremios, la sociedad civil, los partidos, los exiliados, los presos políticos y los comunes, los que ocupaban nuestro Estado y los que tomaron el gobierno.

Conocer y comprender con fundamento y parsimonia es muy distinto que adoptar un bando para pronunciar la rápida condena. La tan mentada apelación a la “memoria” no es siempre un antídoto contra la repetición; a veces es su garantía. Ojalá que el 2 de abril de 2022 podamos convertir a Malvinas en una apuesta al futuro, con mejores preguntas y más sabias respuestas. Ojalá podamos reconocernos en aquella contienda, tan argentina como las islas, tan nuestra como este presente al que, quizá por las mismas razones, tanto nos cuesta entender.

La autora es antropóloga, investigadora del CIS-IDES/Conicet

sábado, 8 de mayo de 2021

La noche de Banzai: Vicealte (RE) Benito Rótolo, destructor del Ardent, dice que se perdió una oportunidad histórica

Benito Rotolo, piloto en Malvinas: “cuando se suspendió nuestro ataque naval entendimos que se perdía una oportunidad histórica”

Vicealmirante retirado y coautor de Malvinas: cinco días decisivos con Enrique García Enciso, revela los secretos de la ofensiva que la flota argentina canceló el 1 de mayo de 1982. Y que podría haber cambiado el curso del conflicto.



El almirante Benito Rótolo, ex combatiente de Malvinas. Foto German García Adrasti.

Claudio Savoia || Clarín

Es una leyenda entre los veteranos de la guerra y los estudiosos de la guerra de las Malvinas. Piloto aeronaval de talento infrecuente, Benito Rotolo integró la escuadrilla que hundió la fragata británica Ardent, entre otras misiones. Junto con el politólogo José Enrique García Enciso acaba de publicar el libro Malvinas: cinco días decisivos, que revela secretos y testimonios del frustrado ataque naval masivo contra flota inglesa, y los hechos que entre el 1 y el 5 de mayo de 1982 podrían haber modificado la historia del conflicto.

¿Argentina podría haber cambiado el curso de la guerra de Malvinas?

Bueno, hay que analizar los testimonios británicos. Ellos dicen que desde el punto de vista militar, hubo tres oportunidades donde podía haber cambiado el curso de la guerra. La primera, si se hubiera dado la batalla naval con la flota argentina durante los días 1 y 2 de mayo, con los lanzamientos de torpedos del submarino San Luis y ataques con aviones Super Étendard con misiles Exocet, ya que para esa fecha habían resuelto el top de tiro para para lanzarlos. Esto también lo sostiene el almirante Harry Train, de la armada de los Estados Unidos, en el análisis del conflicto que hace con su estado mayor, siendo comandante de la Flota del Atlántico en 1982.

¿Y las otras dos chances?

Si todas las bombas lanzadas por la aviación argentina que pegaron en los buques británicos hubiesen explotado, y si en la batalla terrestre se hubieran prolongado los combates de Pradera del Ganso y Bahía Agradable. Además, desde el punto de vista diplomático el curso de la guerra pudo haber cambiado cuando Argentina aceptó la propuesta de paz del presidente peruano Belaúnde Terry. Pero en ese momento fue atacado el crucero General Belgrano, y la guerra siguió su curso.

Uno de los grandes debates sobre el desempeño de las fuerzas argentinas se refiere al abandono del teatro de operaciones por parte de la flota de guerra. ¿Qué hechos la causaron?

La flota argentina estuvo en condiciones de atacar a las fuerzas británicas el 1 y 2 de mayo, posicionándose a distancia de combate y tomando por sorpresa al enemigo. Un condicionante meteorológico inesperado -falta de viento real para los catapultajes- obligó a una demora. E inmediatamente se suspendió toda la operación.

El Almirante Woodward se alejó con su flota hacia el este para evitar la amenaza, pero ya las fuerzas argentinas estaban cumpliendo con el primer punto de los siete que el presidente peruano había acordado con el General Galtieri, el 1 de mayo a las 23.30: “cese total de todas las hostilidades”. Y ya con su repliegue la flota argentina quedó muy expuesta a los submarinos enemigos para permanecer en alta mar, entonces se replegó sobre la costa.


El almirante Benito Rótolo, ex combatiente de Malvinas. Foto German García Adrasti.

Vamos a aquel 1 de mayo, cuando comenzaron las hostilidades. ¿Dónde estaba usted ese día? ¿Cuáles son los recuerdos más fuertes de aquel momento?

El 1 de mayo estaba en el portaaviones 25 de mayo, integrando la tercera escuadrilla de ataque, con aviones A4Q. También teníamos a bordo la escuadrilla antisubmarina y exploración con aviones Tracker S2E, y completábamos el grupo aeronaval embarcado con helicópteros Sea King H3 Y Alouette para lucha antisubmarina y rescate. La flota estaba ya desplegada navegando hacia el sector norte de las islas y alistándose para el encuentro de la fuerza británica.

Recuerdo claramente el estado emocional de toda la tripulación del portaaviones, concentrados en sus tareas específicas, expectantes y muy dispuestos a la batalla que podíamos tener. En un clima tenso con buen humor y algo de euforia, ya nadie hacia mas análisis, lo único que nos preocupaba es que no nos fallara el material. Todo estaba listo para el combate.

¿Cómo fueron los preparativos de ese ataque que nunca ocurrió?

Durante el 1 de mayo todas las tripulaciones de los buques venían ajustando los preparativos para el ataque. Despegar del portaaviones para hacer interceptaciones ante supuestos blancos y volver al aterrizaje: la concentración era total. Vista desde el aire, la flota desplegada en formación antiaérea y antisubmarina era una imagen que impresionaba y causaba orgullo. Ese día todo salía bien. No había fallas, los vuelos se hacían con muy pocas comunicaciones y el silencio en las emisiones era sepulcral. Ya nadie tenía otro sentimiento que el deseo de llegar al punto de ataque y rendir el examen de la batalla.

Cerca de las 22, navegando en crucero de combate, ya estábamos a unas 180 millas náuticas de la fuerza británica, lejos del radio de acción de los aviones Harriers, que era de 140 millas. De todos modos había que esperar el amanecer, porque nuestros aviones de ataque solo operaban diurno, y se mantuvo esa distancia, mientras los aviones exploradores Tracker S2E volando a muy baja altura trataban de conseguir la disposición de las naves británicas. Eso lo tuvimos a la 1.30 del 2 de mayo, cuando aterrizó uno de estos aviones con la ubicación completa que necesitábamos.

A esa misma hora, un avión Harrier -quizás persiguiendo al explorador- apareció en la pantalla de los radares de nuestros buques aproximadamente a unas 50 millas, y comenzó a sonar la alarma de ataque aéreo en todos los buques. Fue un momento desconcertante, ya que esta posibilidad estaba descartada porque estábamos fuera del alcance de estos aviones. Los destructores Hércules y Santísima Trinidad iluminaron al blanco para lanzar los misiles antiaéreos Sea Dart, y éste se alejo rápidamente.

Asumimos que fuimos detectados y comenzaba el tiempo de descuento para los submarinos que nos buscaban, así que nos dedicamos a los aprestos finales para el ataque al amanecer: íbamos a catapultar seis aviones A4Q con seis bombas de 500 libras cada uno, con cola frenada para poder hacer el ataque rasante y al mismo tiempo las Corbetas Drumond, Granville y Guerrico se destacarían para lanzar sus cuatro misiles Exocet cada uno sobre esta fuerza. Dos aviones Tracker S2E estarían en la zona para exploración y el guiado del ataque.

Mientras tanto, el crucero General Belgrano con sus dos destructores escolta avanzaba por el sur de las islas con rumbo este, fuera de la zona de exclusión, para presentar otra amenaza.

¿Qué ocurrió entonces?

Todo estaba listo: teníamos la iniciativa, aun manteníamos la sorpresa y los submarinos aún no nos habían alcanzado, pero la situación meteorológica, que ya venía preocupándonos, pronosticaba muy baja intensidad de viento para la hora del despegue. Para esa carga de bombas y combustible necesitábamos 15 nudos como mínimo, para poder catapultar los aviones de ataque. Y estábamos en una noche clara, casi de mar calmo, situación inédita en al Atlántico Sur, siempre tan generoso en vientos y mares agitados. La concentración, el repaso constante de los procedimientos y la expectativa de que todo funcionara bien superaron al temor natural que todos teníamos por la batalla.

Cerca de las tres de la madrugada, observando la disminución del viento, comenzamos a reducir peso en los aviones, bajando bombas y combustible hasta que los cálculos de la configuración de los aviones, con el viento que contábamos, daban valores inaceptables, y no se podían esperar resultados favorables en el ataque.

Entonces llegó la decisión de posponer el ataque hasta encontrar condiciones más favorables. Esa orden la dio el comandante de la Flota de Mar, Walter Allara. Era razonable, porque manteníamos la iniciativa y manteniendo la distancia con la flota británica podíamos encontrar mejores condiciones de viento, aunque se extendía el tiempo para la oportunidad de los submarinos.

¿Cuál fue la reacción de la tripulación en ese momento?

No fue fácil de digerir: detener la marcha de semejante ritmo de trabajo y emotividad fue una sensación horrible. La decepción y la frustración fueron generalizadas, tuvimos que aflojar la tensión y la actitud que a nosotros nos hacía imparables, donde ya no se evaluaban las consecuencias por la expectativa que causaba el resultado que estábamos buscando. También nos enteramos que se había abortado el ataque de las corbetas, y que regresaban a posiciones iniciales. Los aviones Tracker continuaban explorando y durante la mañana de ese 2 de mayo nos confirmaron que la flota británica se estaba alejando hacia el Este.

Pasado el mediodía ya comenzamos a tener mas viento, y para las 14 superábamos los 15 nudos. Pero la orden de reanudar el ataque no llegaba. Nosotros seguíamos en la sala de pilotos listos, con mucha incertidumbre, y comenzamos a pensar que el ataque podía llegar a posponerse indefinidamente.

Finalmente la batalla no se libró. Los británicos tampoco la buscaron, y como expresara el almirante Woodward posteriormente, no podía arriesgarse a que uno de sus portaaviones fuera averiado porque porque podía significar el fracaso de toda la operación.

Para nosotros, haber estado tan cerca y no llevarla a cabo fue la pérdida de una oportunidad histórica. La falta de viento fue un factor decisivo pero circunstancial, la cancelación de de la operacion obedeció a otras razones, que están relatadas en el libro.

El libro se titula “Cinco días decisivos”: ¿Cuáles fueron los otros hechos bélicos, políticos y diplomáticos clave en esos cinco días?

El 1 de mayo comenzó el conflicto bélico en gran escala, aún cuando la Argentina no había rechazado la propuesta diplomática del General Haig: sólo había pedido más tiempo para analizarla. El 2 de mayo la Argentina aceptó la propuesta del presidente peruano Belaúnde Terry, quien anunció la firma de la paz para esa tarde. Entonces el submarino Conqueror hundió al crucero General Belgrano, generando una gran conmoción en el gobierno y la población, con lo cual la propuesta de paz no se concretó. El 4 de mayo, dos aviones Super Étendard de la Armada guiados por un explorador naval Neptune lanzaron dos misiles Exocet sobre el destructor británico Sheffield, causándole serios daños que luego provocaron su hundimiento. Luego de esta acción, la dinámica de los hechos se inclinó a la solución militar.

A su juicio, ¿cual fue el momento bisagra en que se perdió la ultima chance de que las cosas terminaran como lo hicieron?

Nuevamente, entre el 1 y 5 de mayo. Tal vez después del hundimiento del destructor Sheffield hubiéramos tenido que aceptar la propuesta del Perú, aunque es difícil suponer que Gran Bretaña hubiera detenido la guerra.

¿Hay información o documentación que se publique en el libro por primera vez? ¿Respecto de que hechos?

Sí. Yo relato conversaciones inéditas con el comandante del portaaviones británico Invencible y el comandante de la Fragata Ardent y otros oficiales navales británicos y estadounidenses. Allí puede saberse cómo razonaban y qué consideraciones hicieron respecto de las acciones de los medios navales argentinos. Por otro lado, mi coautor -el licenciado José Enrique García Enciso- aporta dos temas absolutamente desconocidos: la visita del asesor principal del senador de Estados Unidos Jesse Helms para investigar la gestión mediadora de Haig y la prolongada tarea que se realizó con el parlamentario británico Tam Dalyell para impulsar la moción de censura a la primer ministro Margaret Thatcher por el hundimiento del Belgrano, con el objetivo político de abortar la propuesta de paz de Belaúnde Terry. Tambien acompaña este relato con documentación desconocida hasta hoy que demuestra esta tesis.

Los pilotos aeronavales tuvieron un desempeño clave en el conflicto, ¿pudieron haberse aprovechado más aún?

Todas las unidades aeronavales operaron hasta al máximo sus posibilidades. Transporte, exploración y guerra antisubmarina. Las escuadrillas de ataque, una con ocho A4Q y la otra con cinco Super Étendard, provocaron severos daños a la flota británica y combatieron al límite de sus posibilidades.

¿Cuál fue a su juicio la misión mas importante de la que participó?

La misión más importante la cumplí el 21 de mayo al estrecho de San Carlos. Atacamos por la tarde con seis aviones A4Q, separado unos minutos en secciones de tres a la fragata Ardent. En vuelo rasante, lanzamos 23 bombas de 500 libras, cola frenada, sobre este buque que se encontraba en el medio de la bahía Ruiz Puente, con una intensa defensa aérea por parte de buques próximos. Los primeros tres aviones luego del ataque fueron perseguidos por dos aviones Harriers, derribando a dos de ellos y dañando severamente al tercero. El capitán de corbeta Philippi se eyectó, cayó en el agua y sobrevivió unos días hasta que lo rescataron. El teniente de fragata Márquez falleció en el combate, y el teniente de navío Arca, con su avión muy averiado y sin combustible se dirigió hacia Puerto Argentino y se eyectó en las cercanías, cayó al agua y también fue rescatado.

Con la segunda sección, que yo integraba junto a los tenientes de navío Lecour y Sylvester, pasamos minutos después, y a pesar del fuego enemigo completamos el ataque, atravesamos el estrecho -siempre bajo fuego- y pudimos regresar al continente casi sin combustible. Por los impactos recibidos de ambas secciones, la Ardent tuvo un incendio descontrolado y se hundió al anochecer.

¿Que tendrían que haber hecho las fuerzas argentinas para ganar la guerra?

El conflicto se produjo en forma impensada, no existía una planificación para mantener y defender las islas. El plan era tomarlas y retirarse para negociar. Lo que siguió fue una improvisación, y sin una preparación adecuada para semejante objetivo lograr un triunfo era muy difícil.


Rótolo y su libro, Malvinas: cinco días decisivos. Foto Germán García Adrasti.

Top Gun, la cima con Kirchner y una denuncia por espionaje

Destacado piloto naval, Benito Rotolo fue enviado en 1978 a un escuadrón de adiestramiento de la aviación naval de estadounidense en Texas, para calificarlo como señalero de aterrizajes desempeñarse como instructor de vuelo. Tenía 26 años. Allí trabajó durante un año y medio, clave para la formación que exhibió como teniente de navío en Malvinas, donde a bordo de aviones Súper Étendard y A4Q participó de decenas de misiones y hundió la fragata británica Ardent.

En 1988 fue designado comandante de la unidad de Super Étendard, y un año después volvió a ser enviado a Estados Unidos para cumplir funciones en el Estado Mayor de la Flota del Atlántico, en Norfolk, Virginia. Allí se reencontró con viejos alumnos y amigos, todos muy interesados en escuchar la experiencia de Rotolo y la aviación argentina en Malvinas. "Tanto los buques de defensa antiaérea de la flota como los escuadrones de combate estaban muy interesados en los tácticas de los ataques aéreos a los buques británicos", explica el almirante. La voz se fue corriendo y al oficial le llovían invitaciones, tanto para volar los aviones más modernos del momento como para compartir su experiencia y sus secretos. "Pocos tienen idea de la importancia que tuvo para todas las marinas del mundo el conflicto de Malvinas, que como lo contamos en el libro fue la última guerra aeronaval del siglo XX, donde con las acciones argentinas la táctica aeronaval tuvo la mas rápida evolución desde la Segunda Guerra Mundial."

"Pero lo mejor sucedió con el comandante del escuadrón Top Gun de la zona Este -tenían otro en la zona Oeste para las alas aéreas de la Flota del Pacifico, que se hizo famoso con la película de Tom Cruise-, que me invitó a participar de ciertos vuelos especiales de combate aéreo. Ese escuadrón de elite tiene pilotos muy experimentados que adiestran a los mas jóvenes en aviones de distinta performance. Alli volaban con F14, F18, el A4 biplaza y F5 biplaza, que simulaban ser aviones rusos."

En 2003, con la llegada al poder de Néstor Kirchner, Rotolo asumió como secretario general de la Armada, y en 2005 fue designado segundo de la fuerza, detrás del almirante Jorge Godoy. Un año después, un caso de espionaje ilegal desde la base aeronaval de Trelew terminó involucrando a los jefes del arma, y Rotolo pidió el retiro a fines de 2011. La justicia lo condenó a un año y ocho meses de prisión en suspenso por su responsabilidad funcional en el caso. En la actualidad, integra el Instituto de Seguridad Internacional y Asuntos Estratégicos del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI).

viernes, 18 de septiembre de 2020

Análisis en previsión de nuevos conflictos

Islas Malvinas / Faklands. En previsión de un nuevo conflicto

Revista Militar  (original en ruso)




Este año se cumple el trigésimo aniversario del conflicto armado de las Malvinas, que fue, de hecho, la última apuesta del dictador argentino Leopoldo Galtieri, un intento desesperado de mantener el poder frente a una catástrofe económica inminente.


El resultado de la aventura fue la gran derrota de Argentina, el dictador perdió sus poderes, la cuenta de pérdidas ascendió a aproximadamente mil personas en ambos lados, sin contar las enormes pérdidas materiales (para normalizar la vida en las islas, se necesitaron neutralizar aproximadamente 15 mil minas, así como una gran cantidad de municiones sin explotar y otros artículos peligrosos )

La ciencia militar se enriqueció con la primera experiencia militar exitosa en el uso de aviones de despegue y aterrizaje vertical. "Harriers" y "Sea Harriers" realizaron cerca de dos docenas de batallas victoriosas sin una sola pérdida. También se obtuvo evidencia de la importancia decisiva del uso de submarinos en las batallas navales: el único submarino británico, que hundió el crucero General Belgrano, bloqueó todas las acciones adicionales de la flota argentina.

Un escritor y publicista argentino escribió un poema en memoria de los argentinos y británicos caídos, en el que calificó el conflicto como "La batalla de los dos hombres calvos por el peine".

El cepillo para el cabello resultó ser dorado. En 2010, el Reino Unido comenzó las operaciones de perforación en alta mar cerca de las islas desafortunadas.

Por supuesto, las Islas Malvinas tienen una importancia considerable en sí mismas: esto no es solo un obstáculo en el camino desde el Océano Pacífico hasta el Atlántico, que le brinda la oportunidad de controlar las aguas del Atlántico, sino también la forma más cercana de desarrollar la riqueza de la Antártida, que tanto Argentina como Gran Bretaña reclaman. Pero el agravamiento del conflicto alrededor de las islas comenzó precisamente con el descubrimiento de campos petroleros.

En respuesta al inicio de la exploración petrolera, Argentina anunció que todos los barcos que se dirigen a las Islas Malvinas (por lo tanto, en protesta, siguen siendo llamados opositores al dominio británico, manteniendo la tradición española), deben obtener el consentimiento previo de Buenos Airos. En respuesta, el Reino Unido realizó pruebas militares cerca de las Islas Malvinas en octubre de ese año. El indignado gobierno de Argentina envió una protesta a la ONU, reprochando a Gran Bretaña por la reactivación de la política colonial y la violación de los acuerdos internacionales sobre el uso pacífico de las aguas del sur del Atlántico.

Desde entonces, la situación alrededor de las islas se está calentando constantemente. La presidenta argentina, Christina Kirchner, anunció el regreso de las Malvinas a la jurisdicción argentina como el principal objetivo de su política exterior. Esta vez, el gobierno argentino ha elegido métodos relativamente pacíficos para resolver el problema, pero está actuando de manera bastante activa en tres direcciones a la vez.

La tarea principal: conseguir el apoyo de los vecinos de la región, de hecho, ya se ha completado. En la cumbre del MERCOSUR (Mercado Común de América del Sur) celebrada a fines del año pasado, se llegó a un acuerdo para bloquear las islas. Se prohibió la entrada a los puertos de los países del Mercosur a los barcos que enarbolan pabellones de las Islas Malvinas (un símbolo de la presencia de Gran Bretaña en el extranjero). Argentina recibió el apoyo de casi todos los países de la región, incluido Chile (hace treinta años, el dictador Pinochet apoyó a Gran Bretaña).

Cabe señalar que en Londres no esperaban bloqueos, como lo demuestra el llamamiento indignado de Jeremy Brown, Jefe del Departamento Latinoamericano del Ministerio de Relaciones Exteriores del Reino Unido, a los gobiernos de Uruguay, Brasil y Paraguay, en el que calificó la decisión del Mercosur como una política de acoso e intimidación.

El primer ministro británico, David Cameron, en su mensaje de Navidad a los isleños calificó las políticas argentinas como contraproducentes y políticamente injustificadas, prometiendo una vez más que Gran Bretaña nunca se sentaría en la mesa de negociaciones de las islas hasta que los habitantes del archipiélago expresen ese deseo.

Sin lugar a dudas, si el bloqueo tiene éxito, el Reino Unido tendrá grandes problemas.

La segunda área de actividad del Gobierno de Argentina fue la formación de una opinión positiva de la comunidad mundial.

En los últimos años, se ha hecho todo lo posible para limpiar las manchas de los regímenes militares de la reputación del país. Continúan los juicios de alto perfil de criminales políticos del pasado. Entonces, en 2010, 82 años condenado por asesinato, tortura y secuestro del general Reynaldo Bignone, de 82 años, el ex comandante de la base militar Campo de Mayo, que recibió la sombría gloria del campo de tortura para los opositores al régimen.

El presidente Krishner está haciendo campaña activamente en varios foros, principalmente en la ONU, promoviendo activamente su posición. Estas acciones también han tenido bastante éxito.

Por ejemplo, Estados Unidos, que anteriormente tenía una posición categóricamente pro británica, hoy es indiferente (Washington reconoce el poder británico sobre las islas, pero expresó su deseo de no interferir en la disputa). Por supuesto, la pregunta sigue siendo cuánto puede confiar en tal posición. Estados Unidos más de una vez "filtró" a sus antiguos aliados, pero solo en los casos en que fue beneficioso para ellos.

Y, finalmente, la tercera dirección, bastante prometedora, es la promoción del tema en la ONU.

¿Cuán realistas son los reclamos de Argentina? Hay una contradicción de dos leyes. Por un lado, las tierras, por regla general, pertenecen a los descubridores, por otro, se aplica el principio del derecho de autodeterminación de la nación.

Con respecto a la apertura de las Islas Malvinas / Malvinas, aquí las opiniones de Argentina y Gran Bretaña difieren. Los argentinos fechan el descubrimiento en 1520 y lo atribuyen al capitán español Esteban Gómez (Argentina es el sucesor de España), y los británicos confían en que el corsario inglés John Davis descubrió las Islas Malvinas en 1592.

Al darse cuenta de la debilidad de su posición, el Reino Unido celebró varios referéndums en las islas, cuyo resultado no planteó dudas, ya que la población de las islas son descendientes de inmigrantes del Reino Unido.

Conociendo los numerosos precedentes cuando el derecho internacional demostró ser impotente para resolver este tipo de conflicto, es bastante difícil predecir una decisión de la ONU.