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domingo, 15 de septiembre de 2019

ITB: Pérez anda y Exocet camina

Malvinas: el argentino que durante la guerra inventó un arma “berreta” que dejó fuera de combate al poderoso destructor Glamorgan 

Por Daniel Guillermo Gionco  ||  Infobae
* El autor es Ingeniero Electricista (UBA) e integró el Apostadero Naval Malvinas








 
El invento de Pérez: parte de la batería terrestre de misiles Exocet MM-38 montada sobre un trailer en una calle de Puerto Argentino. (Terence Laheney)

El día 4 de mayo de 1982, la Aviación Naval Argentina obtuvo una resonante victoria al destruir al poderoso buque inglés HMS Sheffield, utilizando aviones Super Étendard equipados con misiles Exocet AM-39 (Aire-Mar). Tras ese exitoso ataque, el Estado Mayor de la Armada estudió la posibilidad de emplear también su arsenal de misiles Exocet MM-38 (Mar-Mar), para detener la acción de los buques de guerra británicos, que efectuaban un persistente cañoneo naval nocturno sobre las unidades argentinas destacadas en las Islas Malvinas.

 
El Ingeniero Julio Marcelo Pérez a fines de 1982

Si bien los misiles Exocet MM-38 están diseñados para ser lanzados desde un buque contra otro buque, a mediados de mayo se encomendó al capitán Julio Marcelo Pérez y a un grupo de colaboradores de la Base Naval Puerto Belgrano que intentaran desarrollar los equipos que permitieran lanzar esos misiles desde instalaciones terrestres de las Malvinas.

El hombre preciso en el momento indicado

En aquel entonces Pérez tenía 45 años, y se había graduado de ingeniero con orientación electrónica en la Universidad de Buenos Aires, con un posgrado en Ingeniería Aeroespacial obtenido en la Universidad de Roma. Había además desarrollado la carrera de Oficial de la Armada Argentina, Cuerpo Comando, hasta alcanzar el grado de capitán de fragata.

Entre otras cosas, Pérez trabajó en Investigación y Desarrollo en el área de misiles de CITEFA, proyectó y ejecutó el montaje de los Exocet MM-38 en varios destructores de la Armada, y había viajado a Francia recientemente para supervisar la recepción de los misiles AM-39 destinados a los aviones Super Étendard (SUE).

 
Corte de una unidad contenedor-lanzador de misiles Exocet Mar-Mar (Wilfried Kartonbau)

Con astucia, charlando con ingenieros de la empresa Aérospatiale, Pérez les sacó cierta información "no escrita" sobre los misiles que fabricaban, lo que resultaría de primordial utilidad para el futuro éxito de los SUE y también para encarar el diseño, construcción y operación de un sistema para el emplazamiento terrestre de un lanzador de misiles Exocet MM-38.

Engañar al misil

Los estudios preliminares determinaron que para desmontar de un buque los misiles como su compleja instalación se necesitaría un tiempo demasiado prolongado, considerando la urgencia en detener el bombardeo naval enemigo.



 
Debajo del puente, el montaje de 6 unidades contenedor-lanzador de misiles Exocet MM-38 en el buque francés Jeanne d´Arc. (Franck Sourot)

Por lo tanto, se debió diseñar un equipamiento totalmente nuevo que fuese transportable por avión, sin contar con mucha información técnica, que sólo el fabricante de los misiles poseía.

Para ello, Pérez junto a los técnicos Luis A. Torelli y Antonio Shugt, encararon un relevamiento experimental que identificó las señales que el Exocet intercambiaba con su unidad de control, en cada una de las situaciones de tiro.

"Cortábamos cables y probábamos señales mediante cablecitos, y estos cablecitos se juntaban con otros para simular otras señales, y éstas otras eran aplicadas con pilas, y así obteníamos, sucesivamente, indicios, marcas, signos que nos permitían reconstruir un sistema", describió Pérez. "Al cabo de numerosos ensayos, llegamos a la conclusión, casi fantástica, de que sí, podíamos engañar al misil".

A partir de aquella seguridad se construyó un sistema que simulaba las señales eléctricas de control que la verdadera computadora de a bordo enviaba al misil en su montaje original, una plataforma inercial de lanzamiento terrestre, un carretón para transportar los misiles, un equipo de detección del blanco y un grupo electrógeno que proveía la alimentación eléctrica.

Construcción muy "berreta", según su inventor

Esta serie de equipos debieron fabricarse velozmente, utilizando los elementos ordinarios que pueden hallarse en un taller naval, lo que provocó que la instalación resultase más grande que lo técnicamente necesario y tuviese componentes algo obsoletos.

 
Mayo de 1982: vista de la plataforma inercial de lanzamiento con sus tacos de fijación durante la construcción de la batería terrestre de misiles Exocet MM-38 (Chacho Rodríguez Muñoz)

Así la plataforma de lanzamiento se fabricó con un carretón y se usó el generador de un antiguo reflector antiaéreo. Además, los hijos de Julio Pérez, Marcelo y Fernando, revelaron que esa improvisada batería misilística terrestre, que el Capitán había bautizado "Instalación de Tiro Berreta – ITB", funcionaba con válvulas de vacío que tardaban un tiempo en calentarse (como las radios de 1940), pues su padre no tuvo tiempo suficiente para crear ni el software ni una computadora adecuada.

 
Mayo de 1982: la unidad que incluye los equipos electrónicos de control de tiro y el grupo electrógeno de la batería terrestre de misiles Exocet (ITB), dentro del Taller de Misiles de Puerto Belgrano. (Carlos Ries Centeno)

El gobierno de la ITB también requirió soluciones algo "cavernícolas" para simplificar el equipo. En operación normal, la computadora del buque envía un paquete de datos de 64 bits y espera que el Exocet lo devuelva sin errores. Luego desafía al misil con un paquete ligeramente diferente, para ver si lo replica correctamente. Finalmente le manda el paquete con todos los datos de distancia, altura de vuelo, región donde debe buscar el blanco y muchos otros parámetros para asegurar el disparo a efectuar.

En la ITB, "a lo bestia", se decidió mandar 3 veces el mismo paquete de datos reales de disparo, programados con la zona más grande de búsqueda admitida por el misil, y como dijo el capitán Pérez: "Que sea lo que Dios quiera".

La instalación en Malvinas

Tras muchas jornadas de febril trabajo en Puerto Belgrano, y dos peligrosos vuelos que debieron suspenderse, los equipos, el personal técnico, y los contenedores-lanzadores de los misiles llegaron a Puerto Argentino el 31 de mayo de 1982, a bordo de aviones Hércules.



 
En una calle de Puerto Argentino, las dos unidades contenedor-lanzador de misiles Exocet MM-38 sobre su carreton de transporte (Chacho Rodríguez Muñoz)

Rápidamente el Apostadero Naval Malvinas se puso a colaborar con el proyecto. Se colocaron los equipos en la zona del Muelle Este de Puerto Argentino, disimulando su presencia con redes de enmascaramiento. Los componentes se dispersaron y se ubicaron lejos del lugar de lanzamiento, para que en las fotos tomadas por aviones y satélites no se descubriera lo que se estaba preparando.

Se ordenó el más estricto secreto sobre la operación, pues se sospechaba que los kelpers enviaban información a los británicos. Asimismo se dispuso una guardia reforzada sobre los equipos, ya que eran un objetivo apetecible para un ataque de comandos enemigos.

Analizada la situación, se llegó a la conclusión de que el mejor sitio para emplazar la plataforma de lanzamiento era en el camino asfaltado que atraviesa el istmo que une a la península del aeropuerto con el resto de la Isla Soledad, y que el armado de la instalación misilística en ese lugar debía comenzar al anochecer con la mayor discreción posible.

 
Croquis del sitio de emplazamiento de la batería terrestre de misiles Exocet MM-38 en cercanías de Puerto Argentino y trayectoria del impacto sobre el HMS Glamorgan (Daniel Gionco)

Para obtener información precisa sobre la ubicación de los buques a abatir se disponía de un radar antipersonal del Ejército. Los datos que brindaba tenían un formato distinto al que usaba la ITB, por lo que mediante cálculos manuales debían convertirse en determinados valores de tensión, que se ajustaban mediante potenciómetros a fin de programar el misil a disparar.

Pero como desde que el radar detectaba el blanco hasta que los datos se convertían manualmente y llegaban al Exocet, el buque enemigo se seguía moviendo, el capitán Pérez rápidamente debía ajustar la programación a enviar, estimando "a ojímetro" la nueva posición.


Carlos Ries Centeno operando el radar antipersonal Rasit en Puerto Argentino (1982)

Primeros intentos

Para efectuar un lanzamiento exitoso, alrededor de las 18:30 se instalaba el radar y la plataforma inercial de lanzamiento que pesaba 6 toneladas, necesitándose casi una hora para orientar la plataforma en la dirección de disparo, nivelarla y afirmarla con sus tacos de fijación, pues dichas maniobras se realizaban usando sólo la fuerza muscular de los conscriptos del Apostadero de Puerto Argentino.

Luego, cerca de las 20:00 arribaba el carretón con dos contenedores de misiles, y también llegaba una grúa autopropulsada que servía para levantar los contenedores y montarlos sobre la plataforma de lanzamiento.

Finalmente, a eso de las 20:30 se presentaba el dispositivo electrónico de control de tiro con su grupo electrógeno, y se realizaba el cableado de todos los equipos. Tras verificar la instalación, se encendía el grupo electrógeno y todo quedaba listo para el disparo de los Exocet.

A partir de entonces debía aguardarse que alguno de los buques que realizaban el bombardeo nocturno pasase por delante de la batería misilística costera. De no ser así, se desmontaba todo antes del amanecer y los componentes se volvían a ocultar.


 
La batería terrestre de misiles Exocet MM-38 en una calle de Puerto Argentino (Terence Laheney)

El 1º de junio se presentó la primera oportunidad. En el primer intento falló la ignición del propulsor del misil, por causas que no pudieron determinarse. Rápidamente se preparó el lanzamiento del segundo misil, que partió con una trayectoria incorrecta por errores originados en el apuro de efectuar el disparo antes de que el buque enemigo se alejase.

En los días siguientes se suspendieron las operaciones por falta de misiles y se descubrió que un pequeño componente de la ITB fallaba, por lo que rápidamente se lo reemplazó.

Recién el 5 de junio un avión Hércules transportó dos nuevos Exocet desde el continente. A partir de entonces todas las noches se repetía la maniobra de armado de la instalación, espera de la presa y posterior desmontaje. El autor de este artículo participó de esas largas noches de tensa espera, en las cuales los buques enemigos no llegaban a cruzar la línea de tiro de la improvisada instalación misilística, la cual tenía una orientación fija de disparo.

El disparo estelar de la ITB

Finalmente en la madrugada del 12 de junio de 1982 se presentó la ocasión largamente esperada por los hombres comandados por el capitán Pérez.

 
El lanzamiento del misil plasmado en una aguada sobre papel de Daniel Bechennec

Esa noche el radar detectó un buque británico que se encontraba a 29.960 metros en dirección 201º 22´, habiendo así ingresado en la zona de alcance de los misiles.

Rápidamente se ejecutaron todos los pasos para el disparo del Exocet, que esta vez salió correctamente orientado e impactó en el blanco luego de algunos minutos que parecieron interminables, originando un gran resplandor que indicaba el éxito obtenido.

Esta acción sin precedentes en el mundo fue filmada por el equipo de Carlos Ríes Centeno, productor del programa de televisión "La aventura del hombre", que a la sazón operaba el radar antipersonal Rasit.

 
Dos fotogramas de la historica filmacion del 12 de junio de 1982. A la izquierda, una camioneta y la ITB tras disparar el Exocet y a la derecha el misil volando hacia el blanco (Carlos Ries Centeno)

En ese momento, los que peleaban en los montes vieron la gran explosión en el mar, los canales radiales de ambos bandos se saturaron de mensajes y se escucharon expresiones de júbilo en las trincheras argentinas, que venían soportando el bombardeo naval británico.

 
El destructor (D19) HMS Glamorgan . (Jess James)

Según pudo saberse meses más tarde de fuentes británicas, el buque alcanzado fue el HMS Glamorgan y el impacto se produjo en el sector de popa. Su oficial de guardia, Ian Inskip, ordenó una oportuna maniobra de giro a estribor al detectar el misil que se acercaba, evitando así que el impacto ocurriera en el centro del buque, donde podría haber provocado un daño devastador.



 
Vista parcial del Glamorgan, tras el impacto del misil argentino ( Jess James)

En la acción fallecieron 13 personas y 22 resultaron heridas. El buque no se hundió pero quedó fuera de combate, por lo que no pudo volver a atacar las posiciones argentinas hasta el fin del conflicto.


 
La explosión dentro del destructor en la que murieron 13 tripulantes y otros 22 resultaron heridos

El éxito logrado tuvo una amplia repercusión en los altos mandos navales de todo el mundo. Después de la caída de Puerto Argentino, los británicos realizaron un profundo análisis de la instalación misilística que quedó en las islas. Se asombraron de que con esos medios tan improvisados se hubiera logrado poner fuera de combate a un navío de guerra tan poderoso.

Este logro del capitán Pérez, alcanzado con equipos de muy bajo costo e información incompleta, le valió condecoraciones de la Armada Argentina y del Congreso de la Nación. Además se lo designó Agregado Naval en Francia, donde fue condecorado con la "Ordre National du Mérite" en el grado de Comandante.

 
El almirante Anaya le entrega a Julio Pérez la medalla “al esfuerzo y la abnegación”

 
El representante de la empresa Aérospatiale y Julio Pérez, formalizando la donación de una maqueta del misil Exocet AM-39, para el Museo Naval de Tigre.

Tras retirarse con el grado de contraalmirante, desarrollar una fecunda carrera de profesor universitario en las mejores instituciones educativas de nuestro país y escribir varios libros de matemáticas y electrónica Pérez falleció el día 28 de junio de 2014.

Con total naturalidad, Julio Pérez siempre decía que él sólo había hecho bien su trabajo, por lo que nunca buscó reconocimientos ni se esforzó en difundir la historia de su "berreta" creación misilística, que en su estelar disparo logró averiar al navío inglés.

Sin embargo, es justo dejar de lado el deseo de Don Julio y homenajear su memoria a 5 años de su fallecimiento, pues encarna los valores de los grandes hombres: una voluntad tenaz y equilibrada, aplicación al estudio, ingenio para operar con recursos limitados, trabajo duro, modestia tras algún éxito ocasional, cierta picardía para obtener datos ocultos, y sobre todo, una notable inteligencia.


lunes, 6 de enero de 2014

Defensa de Puerto Argentino: La voladura del Puente Fitz Roy

Voladura del Puente Fitzroy para frenar el avance enemigo

El estratégico puente Fitzroy fue construido en agosto y diciembre de 1934 para soportar el paso de los rebaños de ovejas y el tráfico rodado, tenía una longitud de 180m y un ancho de 3,6m. El tablero era de madera y los apoyos de hormigón. Debido a la suma importancia estratégica de este puente, fue considerado como obstáculo reservado por la Agrupación Malvinas que designo los Ingenieros anfibios de la Armada como responsables para la destrucción del Puente en caso que sea necesario. Un equipo de zapadores vuela en helicóptero hacia la zona y rápidamente es realizado el croquis y analizado, se necesitan 700kg de TNT de (Trotyl) y 800 m de cordón detonante junto con detonadores y explosores, mecha lenta y material para barrenar los pilares a nivel del agua.


Foto: Comandos del EA sobre el Puente Fitzroy

Las cargas y los detonadores son colocados por el personal de ingenieros del IM, luego se produce un intenso cañoneo naval contra las posiciones del destacamento, el jefe del destacamento teme que se esté produciendo un ataque del enemigo y ordena la voladura del puente, pero el sistema falla, rápidamente se alista un equipo de Ingenieros del Ejército que vuela hacia la zona del puente. Una vez en el puente se reconocen los explosivos y se descubre que los petardos de TNT datan de 1935 y que el condón detonante había producido un corte en la cadena de fuego. Además la mecha lenta estaba inservible, los ingenieros del EA atracan 40kg de explosivo en el estribo del puente y los asientos de roca donde descansaba éste. Se colocan un doble circuito pirotécnico y eléctrico. Además se trampea las entradas con granadas de mano. El día 30 de mayo reciben noticias desde el Monte Kent había caído en manos de los británicos, las posiciones argentinas habían sido sobrepasadas por el enemigo. Finalmente el 2 de Junio se recibe la orden para destruir una parte del puente; en la explosión caen 15 metros del puente y la patrulla se retira a pie. La voladura de este puente provoco que el Batallón de Guardias Galeses a bordo del LSL “Sir Galahad” renunciara a desembarcar en Fitzroy, optando por Bluff Cove, para ahorrarse la marcha de aproximación bordeando la ría de Fitzroy. Dicha decisión fue fatal para los la “Guardia Galesa” que sería atrapados a bordo del buque cuando los cazabombarderos argentinos atacaron y destruyeron el barco, sufriendo muchas bajas y heridos , quedando prácticamente anulada su participación en el conflicto, posteriormente los ingenieros británicos reconstruirían ese tramo del puente.


Foto: Ingenieros reales reparando el Puente Fitzroy


Palabras del VGM Juan Carlos Peralta que pertenecio a la Compañia de Ingenieros 601.

“ Intentaron volar el Puente de Fitz Roy pero les fallaron los elementos de detonación y entonces designaron al Teniente Blanco y al Cabo Martínez de nuestra compañía, para ejecutar la misión. Y allí fuimos nosotros, unos diez soldados. Efectuamos exitosamente la voladura aquel 2 de mayo y luego tuvimos que replegarnos marchando a pie, porque los helicópteros nacionales no podían venir a buscarnos, debido al incesante patrullaje de la aviación enemiga. Marchamos 30 km a través de campos minados. Dios nos ayudó a volver sanos y salvos…


domingo, 1 de diciembre de 2013

Defensa de Puerto Argentino: Los zapadores del EA e IMARA

Zapadores en la guerra de Malvinas



Foto: Ingeniero del Ejército colocando una mina antitanque española Expal C3B, Guerra de Malvinas.

Los Ingenieros Anfibios de la Infantería de Marina, estos hombres eran los encargados de minar zonas que podrían ser usadas para un desembarco enemigo y también prepararon las primeras defensas para contrarrestar un posible ataque.


Foto: En el centro, cabo 1ro Almada, posiciones del BIM5, dias antes de ser herido en la noche del 06 de junio, donde caerían tres integrantes de la Agrupación de Ingenieros Anfibios. Desde la Izquierda el soldado Torales de Formosa (con fusil), el soldado Humberto Molina (con pala).


Compañía de Ingenieros Anfibios

En el año 1982, la Compañía es destacada al Teatro de Operaciones de Malvinas en apoyo a distintas unidades de las Fuerzas Armadas, formando parte de la Agrupación de Ingenieros Malvinas. Allí vive su Bautismo de Fuego al cumplir tareas de instalación de obstáculos minados y trampas explosivas, demoliciones, obstáculos y en la remoción de bombas de distintos tipo, entre ellas, las Beluga, particularmente en la zona de Puerto Argentino e Isla Borbón.

Foto: El Infante Maguna de la Compañía de Ingenieros Anfibios trabajando con la espoleta de una mina antitanque, la espoleta la tiene en la manos y la mina antitanque se encuentra sobre una bolsa de turba frente las rodillas, las maderas eran utilizadas para estacas, de los campos minados y para realizar trampas explosivas,luego cubrian el pozo realizado para la mina con turba o tierra para no dejar rastros.



Foto: El hombre con bigotes en la foto, es el Teniente de Corbeta Omar Héctor Miño lo que lleva en sus manos son los registros de los campos minados ya que era el jefe de la sección de ingenieros que posteriormente en la noche del 14 de junio se constituye como la 5ta sección Nácar del BIM5 que intento infructuosamente reforzar las posiciones de la 4ta sección para atacar al enemigo, durante un contraataque resulta herido Héctor Miño pero aun así rescata a uno de sus soldados que también estaba herido bajo el intenso fuego del enemigo y pudo trasportarlo en el replegué final hacia Puerto Argentino. Esta Acción Heroica le mereció una medalla al Heroico Valor en Combate, es conocido como el “Loco Miño” actualmente es capitán de navío.


Foto: Miembros de la Compañía de Ingenieros Anfibios, entre ellos el héroe CSIM SISTERNA (izquierda), caido el 06-06-82

Durante el conflicto del Atlántico Sur sufrió las bajas del CIIM Jorge Sisterna y los CC62 Víctor Olavarría, Ramón ORDOÑEZ y Vicente DÍAZ. Sus integrantes, luego de ejecutar las tareas específicas de la Compañía se organizaron como una Subunidad de Infantería, combatiendo de este modo hasta el final del conflicto. Uno de sus integrantes, el entonces TCIM Héctor Miño, condujo a su fracción hasta su repliegue definitivo, pese a la herida recibida. Luego del 14 de junio de 1982, la mitad de los cuadros de la Compañía quedaron prisioneros de la "TASK FORCE' (RUGB) para efectuar la remoción y delimitación de los obstáculos minados existentes, regresando al continente el 14 de julio de ese año a bordo del buque "HMS Saint Edmondt". Condecoraciones "Honor al Valor en Combate" por "Operar con gran espíritu de arrojo, valor y sacrificio al ejecutar tareas de construcción de obstáculos, instalación de campos minados y preparación de voladuras, sin consideración de los bombardeos enemigos aéreos y navales.
Posteriormente ante la presión enemiga e imposibilidad de continuar con su tarea específica, reorganizarse y combatir con valor y eficacia como infantería". Su Bandera de Guerra fue condecorada en el año 1985 por el Gobierno y el Pueblo de la Provincia de Santa Fe por "HABER COMBATIDO EN EL ATLÁNTICO SUR".

Minado en Sapper Hill

En Sapper Hill la Compañía de Ingenieros Anfibios realizo el trabajo de minado a cargo del TCIM Hector Miño un trabajo bastante eficaz y completo desde todos los puntos de instalación de Campos Minados. La Compañía de Ingenieros Anfibios tuvo como Jefe en Malvinas al CCIM Menghini Luis Aristides, el TCIM Miño Hector es el Jefe de la 1ra seccion de Ingenieros que realiza estos trabajos, que fue agregada al BIM 5 a partir del 25 de abril, estos trabajos se realizaron entre el 3 y 18 de mayo en la ladera sureste de Sapper Hill y sobre la ruta que va desde Puerto Argentino a Fitz Roy se colocaron Alambradas Valla Doble de 500 metros de ancho por 3 metros de profundidad, se colocaron 250 trampas explosivas con mecha rapida y tirafrictor en los postes de las alambradas vallas de 800 metros de ancho por 3 de profundidad , se colocaron 1500 minas AP y AT en 32 paneles de 3 lineas intercaladas.
Estos campos minados lograron detener el avance de las tropas de Guardias Galeses. Luego de la rendición, la Compañía de Ingenieros Anfibios como un gesto de caballerosidad entrego los mapas a los británicos y confecciono los registros de los mismos, para su desminado. Los cuadros de esta compañía son regresados al continente el 14 de julio a bordo del HMS Saint Dumond, luego de entregar los registros y mostrar las áreas minadas por la IM.


Foto: Miembros de la Compañía de Ingenieros Anfibios en Malvinas, desde la Izquierda Vega, Maguna, Robles, Almada.


Foto: El Cabo 1ro Almada al centro junto al grupo en las pasiciones del BIM5

Ingenieros del Ejército Argentino y de la Infanteria de Marina



Foto: Compañia de Ingenieros Anfibios de la Infanteria de Marina argentina llega a las Islas Malvinas.

Compañias de ingenieros del EA y el IM que participaron en el minado defensivo de las posiciones en Malvinas
  • Compañía de Ingenieros Anfibios
  • Compañía de Ingenieros 3
  • Compañía de Ingenieros 9
  • Compañía de Ingenieros 10
  • Compañía de Ingenieros 601

Foto: Compañia de Ingenieros Anfibios IM.Guerra de Malvinas.

La Compañía de Ingenieros 601 del Ejército trabajo junto con la Compañía de Ingenieros de la Infantería de Marina. Incluso las primeras minas terrestres colocadas, pertenecieron al ARA.
Luego fueron enviados a colocar obstáculos al Sur de Puerto Argentino, donde se encontraba el RI 3, para no permitir un desembarco enemigo. Con las órdenes recibidas del entonces Teniente Coronel Daniel Ubaldo Comini, instalaron unos cientos de minas. El Coronel (R) Roberto Francisco Eito, resalta acerca de la instalación de minas en la noche:

Palabras del entonces Teniente Primero Roberto Francisco Eito Compañía de Ingenieros 601

"Hubo que superar con voluntad las limitaciones de luz, es muy riesgoso instalar sin ver. Desde el primer al último día los soldados cumplieron." También, tuvo que acompañar a comandos en una misión, ya que debían pasar por un campo donde habían cumplido misiones de minado. Respecto a los soldados relata: "Al primer día les enseñamos a colocar minas, el segundo día lo hacían perfectamente solos." con respecto a los ingenieros; “Siempre tratamos de hacer más de lo que se podía. Cumplimos con el lema de Ingenieros, que es ¡Siempre adelante!”.”


Foto: Compañia de Ingenieros 9 de Sarmiento (Chubut). en la Isla Gran Malvina.


Foto: Miembros de la Compañia de Ingenieros 3 realizando tareas de minado defensivo. Guerra de Malvinas.



Foto: Miembros de la Compañia de Ingenieros 9, Hombres de la foto: Carrara, Frontino y Patirro. Guerra de Malvinas 1982.

Ingenieros del Ca Ing 9 en Malvinas.

Palabra del VGM Martín Jaureguiberry
La Compañía de Ingenieros 9 tenía sus cuarteles en Sarmiento (Chubut), una subunidad independiente, que participó de la operación Rosario; el 2 de abril estuvo en Puerto Argentino. A partir del 5 de abril fuimos los primeros en desembarcar en la Isla Gran Malvina. Esta foto es de una sección marchando a realizar tareas de preparación de la posición en Bahía Fox Este donde estuvimos hasta el 18 de Junio. En el galpón que está abierto funcionó la cocina durante toda la recuperación. Cada sección tenía asignada una de las casas que se ven, cuando comenzaron los ataques un grupo de cada sección permanecía durante el día en ellas para hacer actividades de mantenimiento del equipo, higiene, descansar y mantener alta la moral. Esto fue fundamental para que regresaran todos sanos física y mentalmente. Hoy somos un grupo de amigos cuya amistad se formó en los pozos de zorro y se consolidó durante 30 años.


Foto: Miembros del Ca Ing 9 en Malvinas, durante la jura a la Bandera.

Foto: Ingenieros del CA ING 9 jurando a la bandera.26 de Abril de 1982

Miembros de la Compañia de Ingenieros 601 en sus posiciones de combate.
Foto: Desde la Izquierda: el ñato Forti, el Macho Guimera, Parra, Montanari, Juan Bustos, Jose Villaverde y el vasco Archuvi.

Palabras del VGM Carlos Orsini que pertenecio a la Compañía de Ingenieros de Combate 601

“Yo pertenecía a la Tercera Sección de la Compañía. Plantábamos minas antitanque, antipersonales y construíamos puentes. Nos desplegamos en Monte Longdon, Monte Kent, Tumbledown, etc. Todos lugares cercanos a la costa, porque por allí se podían esperar desembarcos enemigos y asimismo dábamos apoyo a distintos regimientos del Ejército. Nuestro jefe era el entonces Teniente Primero Roberto Eito. Los bombardeos más serios los soportamos del 12 al 14 de junio. Allí perdimos al soldado Daniel Ugalde. Recuerdo que cierta vez, en el Cerro Dos Hermanas, mientras transportábamos cajones con minas antipersonales, apareció imprevistamente un Sea Harrier que ‘se plantó’ en el aire, giró en círculos y luego atacó, ametrallando en donde estábamos. Nos salvamos por poco. Hizo una pasada y se fue…”.


Foto: Compañia de Ingenieros 601 en Malvinas.


La Compañía de Ingenieros 10 del Ejército Argentino también participó en el minado defensivo de las Islas


Foto: Miembros de la Compañia de Ingenieros 10 durante los trabajos de minado defensivo. Guerra de Malvinas .

Palabras del Jefe de Compañia de Ingenieros 10

Llegamos aproximadamente a las 2 de la mañana del 14 de abril en medio de una fuerte tormenta, pero con una emoción y un sentimiento de amor a la Patria que francamente es muy difícil explicar. Pisar ese suelo argentino del cual tanto habíamos escuchado durante todas nuestras vidas de escolares fue algo realmente único. A partir del día siguiente comenzamos con el reconocimiento del terreno y de los talleres de la Malvinas Island Company (FAC) para ver si encontrábamos algún tipo de material que nos pudiera ser de utilidad.
Se formó una agrupación integrada por la Compañía de Ingenieros Anfibios de Infantería de Marina, la Compañía de Ingenieros 601, creada con elementos de la Escuela de Ingenieros y la Compañía de Ingenieros Mecanizada 10. En la otra isla, la Gran Malvina, se encontraba la Compañía de Ingenieros 9 y posteriormente llegaron a las islas algunos elementos de la Compañía de Ingenieros 3.
Dos secciones de la Ca Ing 10 fueron destinadas como apoyo al Regimiento de Infantería Mecanizado 7 “Cnl Conde”, que se encontraba en los montes Longdon y Wireless Ridge. De inmediato se ocuparon de instalar campos minados defensivos en toda la zona que ocupaba el Regimiento (aproximadamente 12.000 minas), una vez finalizadas las tareas propias del arma de ingenieros las dos secciones quedaron como reserva de esta unidad.



Foto: Ingenieros del Ejército argentino junto a materiales para el minado defensivo de las posiciones .

Lema del zapador argentino.

" ADELANTE ZAPADORES, ADELANTE CON VALOR, A LUCHAR COMO CAMPEONES, A MORIR COMO LEONES, ZAPA ZAPA ZAPADOR "

Taringa

sábado, 16 de noviembre de 2013

Defensa de Puerto Argentino: Las minas AP y AT argentinas

El minado defensivo en la guerra de Malvinas

Las Minas utilizadas por los ingenieros argentinos en Malvinas.


De acuerdo con informes oficiales en Malvinas fueron utilizadas minas anti-personal importadas de Libia (MAPA y TRA), Israel (número 4), Italia (SB-33), y España (P4B). Según un informe de mayo de 2001 de Argentina, 20.000 minas anti-personales EXPAL P-4-B, y FMK-1 fueron sembradas durante el conflicto 1982. En julio de 2002, se agregó que también habían sido utilizadas minas AP SB-33. En las Islas Malvinas hay 101 campos de minas que cubren 20 kilómetros cuadrados y que contienen 16.000 minas.Las áreas minadas son principalmente playas y áreas de turba, y están marcadas y cercadas.


Foto: Mapa de los campos minados de Malvinas.

Minas Antitanque Utilizadas en Malvinas.


Foto: Mina antitanque argentina FMk3, plástica, diámetro 24 cms., explosivo contenido 6.5 kg TNT., iniciada por medio de una mina antipersonal FMk1 para detonar a 160/300 kg.de presión.


Foto: Mina antitanque norteamericana M1, modelo 1944, metálica y detectable, diámetro aproximado 30 cm., contenido explosivo de unos 3 kg., presión de detonación entre 120 y 240 kg. aproximadamente.


Foto: Mina antitanque española Expal C3B, plástica, diámetro 28 cm.explosivo contenido 5 kg., presión de detonación 100 kg. A veces utilizada para hacer conección con bombas enterradas.


Foto: Mina antitanque italiana SB81, plástica, diámetro aproximado 24 cm.explosivo contenido 2 kg., y presión de detonación 160 kgr. A prueba de agua y lanzable por helicóptero.

Foto: Mina antitanque tipo TM46 soviético. Similar a la israelí Nro. 6 (usada en Malvinas)

Minas antipersonales utilizadas en Malvinas.


Foto: Mina antipersonal argentina FMk1, plástica, de un diámetro de 8 cm.carga explosiva de unos 150 gr. detonada por una presión aproximada de 50 kg. El FMK-1 es un mínimo de metal, también se utiliza como iniciador de la mina antitanque FMK-3. Explosivo: Mezcla de RDX y TNT.


Foto: Mina antipersonal italiana SB33, plástica, diámetro 8 cm., explosivo contenido 35 gr compuesto de "B", presión de detonación 8 kg. Lanzable por helicóptero, su superficie absorbe partículas de polvo del terreno circundante para ayudar a su mimetización.

La SB-33 es una mina antipersonal de forma irregular de plástico con finalidad antipersonal, pero tendió a circular que fue diseñado para facilitar el camuflaje de forma irregular. Es muy similar a una piedra. De superficie de neopreno elástica (la presión de activación) forma la parte superior de la mina. El conector del detonador está conectado a la parte inferior de la mina, en sintonía con el centro y es el mismo material que el cuerpo de la mina. Por el lado de la mina hay un acoplamiento para la activación del conector (pin) la eliminación de lo que activa la mina. Es completamente impermeable y contiene muy poco metal, por lo que es prácticamente imposible de encontrar, a menudo se encuentra en la orilla del río, o entre la maleza de suelo pedregoso.


Foto: Mina antipersonal española Expal P4B, plástica, diámetro aproximado 8 cm., contenido explosivo 180 gr., presión de detonación de 10 a 15 kgr.



Foto: Mina antipersonal israelí Nro. 4 , tipo caja, habitualmente accionada por un alambre y detonadores de presión o tracción como trampa " cazabobos " , de unos 13 cm. de largo, contenido explosivo de unos 150 gr., presión de detonación de 9 kg. A diferencia de las minas de caja de madera, la N º 4 es duradero y los componentes de la espoleta se platean para resistir la corrosión, por lo que la mina se puede esperar para seguir funcionando durante muchos años.


Taringa

sábado, 14 de septiembre de 2013

Ingenieros: Cc Ing C 601 se hacen cargo del puento de Fitz Roy

La voladura del puente de Fitz Roy
Segunda nota


El 18 de Mayo de 1982 me encontraba como Jefe del tercer Grupo, integrante de la tercera Sección de la Compañía Ingenieros de Combate 601. Ese día debí instalar un trecho de faja minada, ubicado al Sur de Puerto Argentino, delante de las Posiciones Defensivas del RI 6.
El segundo Jefe de Compañía nos puso en situación: Debíamos trasladarnos a la zona de Fitz Roy para reemplazar a personal de Ingenieros de la Infantería de Marina. Ese mismo día se impartió la orden de traslado hasta el lugar del Puente. El Grupo fue integrado por el Jefe de la Sección, Teniente Darío Horacio Blanco, los Cabos Juan José Martín y Luis Ernesto Fernández y los Soldados Mastrulli, Marcilese, David, Orellano, Peralta, Condori, González y Palavecino.



Foto: Personal de la Compañía Ingenieros de Combate 601

Una vez llegados a la zona de Fitz Roy, observamos un profundo estuario cruzado por un Puente que comunicaba las localidades de Fitz Roy, donde se encontraba un pequeño establecimiento rural y Puerto Argentino. La obra de arte era de unos 100 metros de largo, con calzada de madera y gruesos pilotes de hormigón. En síntesis, nuestra Misión consistía en reemplazar a un Grupo de Ingenieros de la Infantería de Marina que había dado la seguridad al puente hasta ese día, y proceder a volarlo. Circunstancias técnicas que desconocíamos se lo habían impedido al grupo mencionado, quizá porque habían sufrido el hostigamiento de un fuerte fuego naval. 

En pocas horas preparamos nuestro armamento, el equipo individual, unos 40 Kg de trotyl, el cordón detonante, y los pocos materiales de Ingenieros que nuestra Sección disponía.
Nos trasladamos en Helicóptero hasta el lugar, como desconocíamos si el enemigo había tomado el Puente, desembarcamos con la Aeronave en movimiento y revisamos el lugar, instalando de inmediato un dispositivo de seguridad. Asimismo, se controló si había trampas explosivas. Existía un vivac ya abandonado con equipos y munición, por otra parte, los Infantes de Marina, al replegarse, habían dejado todas sus pertenencias. Aún conservo en mi poder, como recuerdo, una pequeña Biblia que hallé en el lugar.
Antes del anochecer, ubicamos la totalidad de los 40 Kg de trotyl en el estribo de primera orilla, para lograr un efecto de carga rápida, ya que así lo exigía la situación que vivíamos en ese momento. Al día siguiente, mejoramos la distribución de las cargas. Una parte del explosivo lo dejamos en primera orilla, y el resto lo distribuimos en los primeros pilotes, colocamos también un doble sistema de encendido porque ya teníamos la experiencia del anterior grupo, cuya única instalación pirotécnica les había fallado. Asimismo, aseguramos el correcto funcionamiento de los sistemas con una central de fuego, en un lugar donde tanto de día como de noche, había un hombre alistado para dar fuego, en caso de un ataque enemigo. Por último, instalamos, a cubierto, una central de fuego, en proximidades del puente. 

Cabe aclarar, que nunca pudimos establecer un Sistema de Seguridad correcto, ya que no había vegetación para cubrir el sector. A continuación, en una hondonada que se encontraba a unos 300 metros del puente, dispusimos de las pequeñas carpas que habían dejado los Infantes de Marina, donde nos guarecimos del frío y del viento, realmente muy difíciles de soportar. Durante el día, nos turnábamos para la custodia del puente, y al caer la noche (que por esa época del año comenzaba muy temprano) nos intercambiábamos dicha custodia con el jefe de sección, Teniente Blanco (media noche cada uno, junto con un soldado, para dar la seguridad) Personalmente, instalé luego granadas de mano a modo de trampas explosivas en los 360° del improvisado vivac. Tuve en cuenta, al respecto, dejar calles que todos reconocíamos. Esa era la única alerta temprana que poseíamos, ya que en las noches sin luna, había poca visibilidad. 

Cada tres o cuatro días cambiábamos los detonadores, porque no sabíamos si con el frío intenso funcionarían correctamente. Para ello, les dábamos fuego reemplazándolos por otros, con lo que nos asegurábamos el buen funcionamiento del circuito eléctrico. Por suerte, disponíamos de una abundante dotación de ellos. 

En tanto los días transcurrían en medio de gran incertidumbre, mientras que las comunicaciones con el Puesto Comando eran muy escasas y dificultosas. Recuerdo que el 25 de Mayo a la salida del sol nos reunimos todos, y como teníamos una pequeña Bandera argentina, la fijamos a una rama que el mar había arrastrado hasta la costa. Precisamente sobre esa rama que funcionó como mástil, nuestra Bandera tremoló con la fuerza del viento imperante y en improvisada Formación, todos nosotros cantamos el Himno. La emoción que nos embargaba en ese momento era inmensa. Dejamos izada la Bandera sólo unos minutos, ante el peligro que aún a gran distancia, nos delatara la Posición...

Relato: Suboficial Mayor VGM Juan José Martín - Voladura del Puente Fitz Roy

miércoles, 17 de abril de 2013

Ingenieros: La Compañía de Ingenieros 10 en las islas

En su testimonio, el entonces Teniente Primero recordó su acción en el conflicto bélico del Atlántico Sur, durante el cual se dedicó a instalar campos minados y vivió la experiencia de acompañar a los comandos en una operación 
“Siempre llevamos el espíritu zapador” 
Testimonio del Coronel (R-Art. 62) Roberto Francisco Eito 



El Coronel (R-Art. 62) Roberto Francisco Eito pertenecía a la Escuela de Ingenieros. Fue a principios de abril que les impartieron la orden de movilizar la Compañía 601 hacia el Sur de Río Gallegos. “Fue muy rápido. El 12 de abril ya estábamos en Puerto Argentino y teníamos planes de alistamiento”, recordó. 
La carga del material de Ingenieros se produjo por aire: “Era un material pesado, necesario para la instalación de obstáculos, abastecimiento de agua, franqueo de buceo, entre otras”, relató el Coronel. 
Llegaron a los pocos días de la Operación Rosario. Allí comenzaron a proyectar su plan de actividades para apoyar a las tropas desplegadas y a las recién llegadas. Luego de su sección, llegó la Compañía de Ingenieros 10 y ya se encontraban en las islas los miembros de la Compañía de Ingenieros de Infantería de Marina: “Con ellos trabajamos y compartimos los equipos. 
Las primeras minas que enterramos eran de la Infantería de Marina”, contó. La primera actividad fue el reconocimiento de la zona y la realización de obstáculos. Al entonces Teniente Primero Eito le asignaron primeramente una misión de apoyo al Regimiento de Infantería 3, que se encontraba en el Sur de Puerto Argentino. “Luego de tener una entrevista con el Jefe de Regimiento, el entonces Teniente Coronel Daniel Ubaldo Comini, me explicó el plan para defender la posición en Puerto Argentino. La idea era colaborar con los obstáculos para detener el desembarco. Allí instalé unos cientos de minas”. 



La posición en ese momento era al Este del monte Zapador hasta el observatorio meteorológico británico. Mientras tanto, las otras secciones de la compañía hacían tareas logísticas tales como asegurar el transporte desde el puerto hasta los depósitos, trabajos en la planta potabilizadora de la ciudad, establecimiento de un taller mecánico, etc. 
“Teníamos distintos elementos, entre ellos personal de comunicaciones, ingenieros de agua, de seguridad y contra incendio”, aseguró el Coronel Eito. 
La Sección Comando y Servicio realizó tareas de apoyo general, desde la ejecución de obras de protección y fortificación para la Artillería y el remolque de piezas de artillería de 155 mm en los cambios de posición, hasta la captación y potabilización de agua en la planta de la ciudad. 
“El agua potable fue un trabajo serio. Se aumentó significativamente el consumo de agua. Era peligroso tener una enfermedad masiva por consumo de agua inapropiada. Se distribuía con aguateros”. Los operadores de equipos viales de la Sección Comando y Servicio realizaron trabajos de organización del terreno junto con los operadores de Vialidad Nacional que cruzaron con la Compañía. 

Instalaciones de campos minados en Malvinas 
Respecto de sus soldados y suboficiales, destacó: “Tuve Suboficiales con los que podía contar y Soldados que respondían muy profesionalmente. Los Soldados tenían una instrucción previa limitada en lo que respecta a instalación de campos minados. El primer día les mostramos cómo instalarlos. Al segundo día ya lo hacían solos y ubicaban las minas perfectamente. 
De esta manera, los jefes podíamos registrar su ubicación como es debido”. Acerca de la instalación de minas durante las noches, explicó: “Hubo que superar con voluntad las limitaciones de luz; es muy riesgoso instalar sin ver. Desde el primer al último día los soldados cumplieron”. El ahora Coronel Eito apoyó al Regimiento 6 y al Regimiento 4 en Monte Harriet, por lo que estaba siempre en movimiento. “Uno de los primeros días de junio recibimos fuego de artillería, entonces instalamos campos minados enfrente de las posiciones adelantadas del Regimiento 4 en Monte Wall. Los ingleses ocuparon Harriet. Nosotros estábamos confiados porque no recibíamos fuego de artillería hacía bastante, pero de repente escuchamos que tiraban a 500 metros. 
Donde estábamos cayó una salva de artillería, por lo que un soldado perdió sangre del oído. Lo curaron en enfermería y volvió”, relató. 
Al preveer que podía haber desembarcos en lugares alejados a las posiciones argentinas, fue ordenada la voladura del puente Fitz Roy. “Fue desplazada una sección de la compañía, al mando del Teniente Blanco. Eran diez hombres perdidos en la inmensidad que se mantenían en contacto con radio y con la visita de algunos comandos que pasaban. Prepararon la voladura del puente, que tenía unos 200 metros. Se trataba de un camino que venía de Darwin a Puerto Argentino”, afirmó el Coronel Eito y evocó que “la voladura del puente tuvo una significación importante porque los británicos tenían previsto desembarcar allí”. 
Una noche, al entonces Teniente Primero le tocó participar junto con los comandos en una incursión en retaguardia: “Como había instalado minas en la zona donde debían pasar, tuve la honrosa misión de acompañar a los gloriosos Comandos”. Y destacó: “Operábamos las 24 horas. Instalábamos campos minados día y noche”. Una vez anunciada la rendición, la Compañía se terminó de replegar el 14 de junio, pero debió quedarse. 



“Los Oficiales, Suboficiales y pocos Soldados quedamos prisioneros un mes más para marcar por razones humanitarias los campos minados, como indica la Convención de Ginebra”. De esta manera, se hizo presente la Cruz Roja que venía desde Suiza, y se encargaba de supervisar la situación de los prisioneros para asegurar que se cumpliese dicha Convención. 
“Dejábamos todo asentado en fichas de la Cruz Roja. Tuvimos la posibilidad de enviar cartas a nuestra familia. Eran revisadas por nuestros custodios, pero sólo hacíamos referencia a la actividad que realizábamos. La Cruz Roja nos amparó”. 

Durante la demarcación de los campos minados, un efectivo argentino tuvo un accidente. “Mientras demarcaba, el entonces Cabo Primero Néstor Catay pisó una mina y perdió parte de su pierna. Fue atendido por parte de los ingleses. Ante esto, fue importante la presencia de la Cruz Roja”. El día 8 de julio fueron embarcados de regreso. 

El Coronel Eito recuerda el accionar de los ingenieros en Malvinas: “Siempre cumplimos y llevamos el espíritu zapador y la imagen de nuestro Santo Patrono, San Ignacio de Loyola. Siempre tratamos de hacer más de lo que se podía. Cumplimos con el lema de Ingenieros, que es ¡Siempre adelante!”

Revista Soldados Nº 7 (2012)