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martes, 25 de octubre de 2022

Documental: “1982: La gesta” reivindica a los veteranos de Malvinas

El documental “1982: La gesta” reivindica a los veteranos de Malvinas

A 40 años de la guerra en el Atlántico Sur, la película de Nicolás Canale construye su relato con los testimonios de 22 combatientes que recuerdan, orgullosos, su servicio a la patria

“¿Te considerás un héroe?” La pregunta que Nicolás Canale introduce sobre el final de 1982: La gesta, entre los testimonios de veteranos de Malvinas que reúne su documental, recibe un no casi unánime y rotundo: héroes fueron los que murieron en el combate. Las respuestas, no obstante, sirven para destacar aún más el temple de los entrevistados y para terminar de armar un relato que sí los retrata como héroes, en un claro intento de desarticular el foco victimizante con que se los ha representado en las películas que más trascendieron sobre la guerra. Además de darle voz a ex combatientes del Ejército, la Fuerza Aérea y la Marina –algunos más recordados que otros por sus proezas, como el teniente primero Horacio Lauría, o el piloto Carlos Tomba, que se eyectó de un Pucará a metros de estrellarse– para reconstruir a través de las vivencias los principales hitos del conflicto bélico, el documental estrenado este jueves extiende su mirada hacia el tiempo presente para señalar la vigencia de la causa Malvinas y añorar la unión de la sociedad. Días atrás, Canale respondió las preguntas de Infobae Cultura.

Trailer del documental "1982 La Gesta", sobre la guerra de Malvinas y sus combatientes

—¿Cómo se inició el proyecto de este documental?

—La idea surgió el año pasado con un grupo de amigos malvineros con los que veníamos hablando de hacer algo con el tema. Como se venían los 40 años, quisimos aprovechar la ocasión para honrar a los héroes de Malvinas y nos pareció que un documental era lo más cercano en tiempos y económicamente para poder estrenarlo este año. Por otro lado, queríamos ir dejando un archivo de entrevistas y testimonios de estos héroes que dentro de un tiempo ya no van a estar. Así que de alguna forma matamos dos pájaros de un tiro, pudimos hacer las entrevistas y después un documental que ahora llega a las salas y que da cuenta de lo que fue la gesta de Malvinas.

—La película construye su relato apoyándose principalmente en el testimonio de veteranos. ¿Por qué elegiste ese punto de vista?

—Queríamos que la cuenten ellos, porque las producciones sobre Malvinas que se hicieron en las últimas décadas, que a mi modo de ver son muy pocas, quizás no reflejan muy bien lo que por lo menos yo venía escuchando de ellos mismos en charlas, conferencias o libros. Durante muchos años se transmitió una idea un poco distorsionada y victimizante de los conscriptos como “los chicos de la guerra”, y la verdad es que hablando con ellos supe que se sentían avergonzados de que les dijeran así. Estaban orgullosos de haber peleado y muchos fueron voluntariamente.

Walter Rubíes, conscripto clase 1963, uno de los protagonistas del documental

—¿Cómo te acercaste a ellos y con qué criterio seleccionaste los testimonios?

—A algunos ya los conocía, pero el criterio fue poder cubrir todos los hitos de Malvinas, por eso buscamos veteranos de las tres fuerzas para que contaran lo que pasó en la guerra desde distintos ángulos. Al principio la lista de entrevistados era más extensa, pero hubo que reducirla para organizar el rodaje, que fue muy milimétrico para aprovechar el cronograma al máximo.

—El documental reivindica el rol de las Fuerzas Armadas en el conflicto bélico. ¿Sentiste en algún momento el riesgo de que pueda ser vista como una película patriotera?

—La verdad que no pensé en ese riesgo antes de hacer la película. Quizás sí en algún momento del rodaje, pero terminamos encontrando una unanimidad en muchas de las respuestas de los veteranos y un mensaje muy claro de que hay que evitar la guerra. Ninguno pretende volver a recuperar las islas por la fuerza, sino que el deseo es encontrar el camino a través de la paz. Ellos son los que le pusieron el pecho a la situación, dejaron a sus seres queridos y fueron a arriesgar la vida dándolo todo, y eso es lo que quisimos rescatar. Hay que separar un poco la causa Malvinas de lo que era la dictadura y reconocer a nuestros soldados.

Antes de iniciar el rodaje, el director viajó a las islas Malvinas y tomó algunas imágenes que usó para el documental

–Este estreno coincide con el éxito de Argentina, 1985. ¿Esperás que tu película pueda sumarse al rescate de ciertos valores e ideas que se suponen de consenso en la sociedad argentina?

–Ojalá, me gustaría mucho que la gente que ya está viendo Argentina, 1985 y se entusiasmó un poco más por la historia argentina reciente se entere de que también está 1982: La gesta, que nos habla de otra temática cercana, y la vayan a ver. Tenemos muchas menos salas que 1985, pero espero que a algunos les surjan las ganas de verla. Algo que comparte esta película es que hay mucho interés por parte de los colegios y municipios en mostrarla. Es también un documental bastante didáctico en ese sentido.

 




  

lunes, 30 de diciembre de 2019

Documental británico: La batalla terrestre sobre Malvinas (4/4)

La experiencia aprendida por los británicos


Excelente entrevista a los generales Thompson y Moore. Increíble como ambos asumen perfectamente los errores que cometieron y como los debieran haber corregido.


jueves, 8 de marzo de 2018

Imágenes del 14 de Junio en documental "This is England"

Clip de la película "This is England"


De la película "This is England". El personaje principal se llama Shaun y su padre fue muerto en la guerra de las Malvinas.


jueves, 21 de abril de 2016

Los perseguidos políticos de Malvinas

Exilio de Malvinas: tres historias de desarraigo
Adolfo C. Martínez - LA NACION




Exilio de Malvinas (Argentina/2015) / Dirección, guión y montaje: Federico J. Palma / Fotografía y cámara: Ayién López / Dirección de sonido: Juan José Suárez y Mariana Delgado / Entrevistados: Alejandro Betts, James Peck y Mike Bingham / Distribuidora: Independiente / Duración: 66 minutos / Calificación: para todo público / Nuestra opinión: Buena.


Las islas Malvinas no sólo son objeto de controversias políticas y territoriales, sino que contienen, además, pequeñas grandes historias de lugareños que, perseguidos por las autoridades británicas, debieron emigrar. Este documental habla con tres de ellos: Alexander Betts, James Peck y Mike Bingham.

Desde muy joven, y a partir de numerosas lecturas, Betts defendió la reivindicación de la soberanía argentina sobre las islas. Su pensamiento le costó un duro enfrentamiento con sus familiares y, apenas terminada la guerra, cuando un rompehielos trasladaba a los últimos argentinos heridos, él decidió sumarse a ellos, abandonar su lugar de nacimiento y radicarse en Córdoba, donde representa a nuestro país en el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas.


En tanto, para el artista malvinense James Peck los problemas comenzaron con la llegada de María, una argentina vinculada a la pintura que, al visitar las islas, descubrió la obra de James, se enamoraron y terminaron viviendo juntos. Pero, al quedar embarazada, el gobierno malvinense planteó que el niño, por ser hijo de una argentina, no podía nacer allí, lo que los obligó a trasladarse a Buenos Aires.

Por su parte, el biólogo inglés Mike Bingham se radicó en las Malvinas para estudiar y proteger su fauna, y así descubrió que la población de pingüinos de la zona se había reducido considerablemente, emigrando hacia la zona continental argentina en busca de alimentos. Todo indicaba que ello se debía a los oscuros negocios que permitían la pesca indiscriminada en la región, y, al hacerlo público, Mike fue ferozmente perseguido y debió mudarse a la Argentina.

Con una una excelente fotografía que recrea paisajes malvinenses y una cálida banda musical, el director Federico J. Palma hace de este film un dedo acusador, gracias a estos tres protagonistas que abren las puertas de sus secretos más íntimamente guardados.


jueves, 19 de diciembre de 2013

Documental: Greatest Mysteries of War: The Falklands Islands (1982)

Documental sobre Malvinas

Excelente documental británico, lamentablemente sólo en inglés. Interesante visión del lado británico.

domingo, 1 de septiembre de 2013

Gran Malvina: El derribo de Glover a un documental

El aviador inglés Jeff Glover relata su experiencia
El documental argentino "Desobediencia Debida", cuenta la historia del piloto inglés prisionero en Malvinas.


El piloto inglés, en la época de la guerra - Foto Diario Clarín

A 28 años de la toma de Puerto Argentino, Glover, casualmente nacido un 2 de abril pero de 1954, contó por primera vez su historia en el documental "Desobediencia debida", que la cineasta argentina Victoria Reale acaba de terminar luego de cuatro años de investigación y rodaje, con asistencia de dirección y entrevistas de la periodista Nora Sánchez. La película incluye el largo testimonio que el ex piloto de caza concedió en Stamford, Inglaterra, donde vive. Glover se retiró de la RAF en 1996 y desde entonces es piloto comercial.El 21 de mayo de 1982, el piloto de la Royal Air Force Jeff Glover despegó del portaaviones Hermes con la misión de arrojar sus bombas de racimo sobre posiciones argentinas en Port Howard, la "capital" de la casi inhabitada Gran Malvina -rebautizada Puerto Yapeyú durante la guerra-. Sería su última misión: Glover evitó lanzar las bombas al ver asentamientos civiles demasiado cerca de su blanco, y al hacer un segundo sobrevuelo para sacar fotos de reconocimiento, su Harrier fue alcanzado por un misil Blowpipe lanzado por comandos argentinos. Volaba a mil kilómetros por hora cuando sintió tres explosiones en su máquina, que empezó a dar vueltas a gran velocidad totalmente fuera de control. Glover logró eyectarse con éxito, pero fue apresado y se convertiría en el único prisionero de guerra inglés que estuvo en esa condición hasta después incluso de terminado el conflicto.

"Los soldados argentinos me fueron a buscar y me sacaron del agua, y ése fue el fin de la guerra para mí", narra Glover frente a la cámara.

Pero la película es una indagación también del trato que recibió el británico como prisionero de guerra, por parte de las mismas Fuerzas Armadas que se habían hecho del poder absoluto en 1976 y ejecutado el terrorismo de Estado.

Reale, la directora del documental, es hija del ex médico del Ejército Luis Reale, quien con grado de mayor fue jefe de la Compañía de Sanidad 3 en Port Howard, y el primer médico en atender a Glover, herido en el rostro y con una luxación en el hombro. El dato biográfico que une a la directora con uno de los protagonistas de esta historia es el anticipo de una revelación, que explica el título del documental: el ex médico militar y veterano de Malvinas cuenta que al comunicarse con el comando de su Brigada para informar que tenía en su poder al piloto herido, "inmediatamente me indican que lo presione para tratar de ubicar la posición del portaaviones ... Jamás procedí a actuar como me habían pedido. Mi labor profesional es como médico", relata Reale, que dejó el Ejército poco después de volver al continente.


Glover, en la actualidad - Foto Diario Clarín

"Papá se negó a responder en cámara que quería decir con 'presionar'. ¿Se refería a torturar? ¿Podía su jefe el general (Omar) Parada desconocer semejante orden?", interroga sugestivamente la voz en off de la directora.

Glover nada supo de esto, aunque admite que prefería ser prisionero de la Fuerza Aérea ya que había "leído sobre los desaparecidos a manos del Ejército" en los años previos.

El piloto prisionero fue llevado luego a Goose Green, y poco después trasladado junto a otros heridos argentinos al continente, antes de la caída de Puerto Argentino. Estuvo en Comodoro Rivadavia, y después en la base aérea de El Chamical, La Rioja.

Del otro lado, los británicos retenían a Alfredo Astiz, rendido en las Georgias y exigían la liberación de Glover que, intervención de la Cruz Roja Internacional mediante, fue liberado en Montevideo recién el 8 de julio.

Cuando Astiz fue la prenda de cambio
Cuando Jeff Glover pensó que lo llevaban a Buenos Aires para liberarlo, aterrizó en El Chamical, donde lo tuvieron casi escondido. Fue donde peor la pasó. Hasta que lo visitó Massimo Cataldi, de la Cruz Roja, y tuvo certeza de que "el mundo exterior sabía que yo estaba vivo". En medio hubo una disputa entre la Fuerza Aérea y el Ejército por quién se quedaba con el piloto, todo un trofeo de guerra. El documental "Desobediencia debida" da cuenta de que la Junta Militar tardó en blanquear al piloto prisionero; por eso los británicos, que habían capturado al marino Alfredo Astiz en las Georgias -que ya empezaba a ser emblema de la represión ilegal- lo retuvieron más de la cuenta como forma de proteger a Glover.

Curiosidad de testimonios que no coinciden: el ex conscripto Enrique Gordillo, que custodió a Glover en El Chamical, asegura que su alimentación era abundante, e incluso que jugaban con él al ping-pong. Glover sostuvo en cambio que jamás tuvo relación con los guardias ni jugó ping-pong, lo que califica de "ridículo" a causa del yeso que llevaba por su lesión en el hombro.

Fuente:
Diario Clarín 2/4/2010
Informacion Adicional:
Enrique Lentore, ex combatiente, recuerda ese suceso en Malvinas
Hoy se conmemora el Día de los Veteranos y los Caídos en las Islas Malvinas, y quienes tuvieron que estar en ese conflicto bélico y haber podido regresar, como en este caso particular, hoy pueden manifestar esa experiencia, no sin lágrimas en los ojos cuando relatan lo sucedido y lo vivido. Entrevistamos al rafaelino Enrique Lentore, ex combatiente en las Islas, para recordar aquel episodio.

Enrique Orlando Lentore hoy ostenta el cargo de gerente y director titular de "Oeste Valores SA", con sede en la primera cuadra de calle Sarmiento, habiendo nacido en esta ciudad el 13 de mayo de 1962.

Contaba con 19 años, y se hallaba bajo bandera (cumpliendo con el servicio militar en el Regimiento de Infantería 5 de Paso de Los Libres, Corrientes), como tantos otros jóvenes de su edad.

La noticia que debían viajar a las Islas Malvinas la conoció horas antes de subir a un avión que "nos dejó en Comodoro Rivadavia y la primera tarea fue hacer guardia en las bocas de embarque de petróleo".

Fueron unos pocos días, cuando llegó el momento de abordar un nuevo avión que los llevó a las Islas Malvinas, "y ya teníamos conocimiento que en cualquier momento podríamos entrar en contacto con acciones bélicas, lo que no sabíamos era el destino que nos iba a tocar en las Islas".

El día 24 de abril de 1982, el avión con Lentore y sus compañeros de compañía, tocó tierra en Puerto Argentino, de allí los trasladaron hasta el puerto y en un buque pesquero, que había sido confiscado a los kelpers, llegaron a su destino final que fue Puerto Howard, que para los argentinos sigue siendo Puerto Yapeyú, ubicado sobre el Canal San Carlos.

Allí "tomamos posesión de la zona, con mucho respeto a los kelpers, establecimos un perímetro y comenzamos a construir todas las defensas para la batalla que se iba a presentar", recuerda hoy el excombatiente, quien agregó que "vivíamos momentos de tensa calma".

Asegura Enrique Lentore que "antes de comenzar el conflicto no tuve miedo, pero durante el combate uno sí lo tiene porque es una sensación lógica. Lo que ocurre, es que hay que ver cómo uno canaliza ese momento. Está el que se deja amedrentar y se inhibe y está aquel que utiliza toda esa adrenalina justamente para pelear con más fuerzas y más ganas".

Ese grupo en Puerto Howard lo componían unas 900 personas, entre jefes militares y soldados, pero de la compañía 5 de Pasos de los Libres, eran 159 hombres.

Armas y municiones no faltaban y así lo asegura Lentore que describe que disponían de fusiles, ametralladoras, tres ametralladoras antiaéreas 12.7, tres cañones 105 mm y algunos morteros de 80 y 120 mm.

"Todo ello era un armamento potable para hacerle frente a un ejército como el que se venía", sostiene, porque tal es así que "en Puerto Howard no perdimos la batalla, en el balance final, fue allí donde se capturó al primer prisionero inglés, mediante el derribo de dos Harrier y un helicóptero. Lo que pasó es que cayó Puerto Argentino y a partir de eso recibimos un mensaje codificado por radio en el cual nos ordenaron, no oponer resistencia y entregarnos pacíficamente a los ingleses, porque se había firmado la rendición".

No la pasaron muy fácil en ese grupo, producto de seis bombardeos navales y cuatro aéreos, que dio como resultado el hecho de haber sufrido "varias bajas de soldados de nuestra compañía que fueron sepultados en el cementerio que improvisamos en Puerto Howard", recuerda con marcada tristeza Enrique Lentore.

En los bombardeos, "el soldado entra en un estado de psicosis, producto lógico del miedo, que hay que saber controlar, transformarlo y manipularlo, a los efectos de hacer lo que uno sabe que tiene que hacer".

Fuente: La Opinión de Rafaela 2/4/2008

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