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viernes, 29 de noviembre de 2024

GNA: La heroica historia del Escuadrón Alacrán

La historia de los héroes del Escuadrón Alacrán identificados en Malvinas y el emotivo recuerdo de sus familiares

Esta semana, un equipo forense le puso nombre a los cuerpos de cuatro comandos de Gendarmería enterrados en una misma tumba en el cementerio de Darwin, confirmó la identidad de otro y reasoció los restos de un sexto veterano de guerra. Este es el vivo recuerdo de sus seres queridos y el relato de la acción donde murieron

Por Adrián Pignatelli || Infobae




El Escuadrón Alacrán en Malvinas. Tuvo su bautismo de fuego el 30 de mayo de 1982

Fue en el viaje en micro a Comodoro Rivadavia, desde donde cruzarían a las islas Malvinas en un Hércules. Viajaban comandos de Gendarmería y entre los comentarios que se mezclaban y confundían alguien los describió “letales como los alacranes”. Nunca pudieron identificar al autor de la definición. Lo cierto que desde ese momento el escuadrón de 65 hombres pasó a llamarse Alacrán.

El plan original era el de permanecer en las islas luego del repliegue de las fuerzas que habían recuperado el archipiélago. Desempeñarían tareas de seguridad y policial. Pero a esa altura las órdenes ya habían cambiado.

El 29 de mayo, en una reunión de mandos del Ejército, se programaron operaciones en conjunto con las compañías comando 601 y 602 y del Escuadrón Alacrán que en Malvinas recibió el nombre de Compañía de Tropas Especiales 601. Los gendarmes recibieron la misión de llegar a un punto en Monte Kent para atacar a los británicos por retaguardia. El plan era el siguiente: comandos de Ejército tomarían tres posiciones en el centro y los gendarmes las dos de los flancos.

Serían llevados al lugar en helicóptero, al que cargaron con armas y explosivos. Más allá del armamento de cada efectivo, llevaban lanza cohetes, proyectiles y minas.

Sería la primera acción de guerra de Gendarmería. Y lo fue.

Esta semana, en el marco del Segundo Plan Proyecto Humanitario, que lleva a cabo el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) con la colaboración del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), fueron identificados los restos de cuatro de esos héroes, todos enterrados en la tumba C 1.10 del Cementerio de Darwin, en Malvinas: el subalférez Guillermo Nasif, el cabo primero Marciano Verón, el cabo Carlos Misael Pereyra y el gendarme Juan Carlos Treppo. Además, confirmó además la identidad del primer alférez Ricardo Julio Sánchez y logró reasociar los restos del cabo primero Víctor Samuel Guerrero. Todos ellos murieron en esa primera acción.

Los comandos de Gendarmería cumplieron diversas misiones en la guerra

Era la mañana del domingo 30 de mayo. La base de helicópteros estaba en Moody Brook. En la primera máquina ya estaban los 15 comandos, al mando del Segundo Comandante Jorge San Emeterio. Pero serían 16. El primer alférez Ricardo Julio Sánchez, 26 años, oficial de operaciones, uno de los que había ayudado en la organización del escuadrón, estaba en tierra agachado atándose los cordones de los borceguíes. Tenía tiempo porque iría en el segundo viaje, ya que ese helicóptero debía volver para llevar en tandas sucesivas a otras patrullas. Como era el que mejor manejaba la cartografía subió.

Sánchez fue uno de los que decidió hacer testamento. Deseaba que, si algo le pasaba, su esposa y su hija recibiesen el sable de Güemes como el que usan los oficiales de Gendarmería. Su hija Cynthia Lorena, que tenía cinco años cuando su papá fue a la guerra, contó a Infobae que era muy querido por sus compañeros, una persona seria, se notaba que era un militar desde la cuna.

Ricardo Julio Sánchez era primer alférez y no le tocaba ir en el primer vuelo

José Ricardo Spadaro, cuando fue el 2 de abril, era un comandante recién ascendido. Siendo jefe del Escuadrón Atucha en una formación pidió que dieran un paso al frente los que quisieran ir a Malvinas. Todos lo hicieron. Fueron 65 los designados, de los cuales solo 40 alcanzarían a cruzar.

Despegaron a las ocho de la mañana. El entonces sargento primero Miguel Víctor Pepe recordaría que eran conscientes del peligro al que se enfrentarían y que posiblemente no todos saldrían con vida.

El subalferez Guillermo Nasif, 23 años, de abuelo inmigrante sirio, tuvo una infancia muy feliz según describió su hermano Jacobo. Egresado de la Escuela de Gendarmería con un promedio excelente, había recibido una decena de premios, quizás el más importante era haber sido el mejor compañero de su promoción. Había hecho el curso comando, incluido el de paracaidismo, esquí, buzo y motocicilista. Cuando a fines de mayo pidieron voluntarios para ir a la guerra, se ofreció. A la familia no le dijo nada para no preocuparlos. En Esquel había dejado una novia, y parece que la relación iba en serio.

El sub alférez Guillermo Nasif había egresado con todos los honores de la Escuela de Gendarmería

El vuelo habrá durado una media hora, volando a baja altura para no ser detectado por los radares ingleses. Algunos iban en silencio, otros comentando del combate que seguro se avecinaba. En un momento tal vez por una reacción instintiva el piloto, el teniente primero Pedro Angel Obregón sorprendió a todos con una maniobra evasiva. No estuvo errado. Un Sea Harrier les había disparado un misil. Su pericia permitió que el proyectil no impactase de lleno en la máquina sino que se estrellase en el rotor de cola.

El que vio desde tierra al misil fue el mayor Oscar Ramón Jaimet, según recuerda el comandante general retirado Spadaro.

El cabo primero Marciano Verón era un correntino de Saladas, de una familia muy numerosa, criado en el campo. Se enganchó en Gendarmería cuando cumplió con el servicio militar. Jesús, su hermano, dijo que no le tocaba ir a la guerra, pero que él se ofreció. Hincha de Boca como todos sus hermanos, tenías 25 años y muchos amigos.

El cabo primero Marciano Verón era de Saladas y fue otro que se ofreció a ir voluntario

El helicóptero comenzó a sacudirse. La maniobra del piloto ayudó a retardar la caída. Antes de impactar sobre el terreno, el sargento ayudante Ramón Gumersindo Acosta se tiró por una de las ventanas. La máquina comenzó a incendiarse y el peligro inmediato era que las llamas afectasen a la gran cantidad de explosivos que transportaban.

Víctor Samuel Guerrero era cabo primero y el primer gendarme en la familia. Había nacido en Pirané, Formosa y le gustaba jugar de arquero en los partidos de fútbol. Dos compañeros se habían ofrecido a ir en su lugar a Malvinas porque tenía una hija chiquita, Noelia Carolina y su esposa estaba embarazada. El se negó. La esposa y la hija fueron a despedirlo al escuadrón en El Calafate.

Cabo primero Víctor Samuel Guerrero y se negó a que un compañero fuese en su lugar ya que era padre de una bebé y su esposa estaba embarazada

Las llamas provocaron un denso humo negro. Pepe recuerda que reaccionó, que fue hacia la cabina, que golpeó los vidrios. Vio un rayo de sol que se colaba por el techo de la cabina. Pudo distinguir a Acosta que desesperadamente le hacía señas. Lo ayudó a salir y se abrazaron.

Elsa Beatriz y Carlos Misael Pereyra se casaron muy jóvenes. Entrerrianos, ella de Concepción del Uruguay –”la histórica” aclara- y él de Gobernador Maciá o Macía. Era el que no podía retar a los hijos, el que debajo del birrete llevaba, de regreso del trabajo, chupetines bolita para ellos. La esposa ponía los límites. Era alegre, optimista y cuando se enteró que iría a Malvinas, estando en Esquel, bromeaba con las criaturas, diciéndoles que les traería caramelos de pingüino. Pero en su fuero íntimo sabía que no regresaría. Así se lo confesó a su esposa.

El cabo Carlos Misael Pereyra, el que malcriaba a sus hijos, sabía que nunca volvería

En el Puma que se incendiaba había más gente atrapada. Tantearon en la humareda y vieron una mano que sobresalía. Así lograron sacar de los pelos al sub alférez Aranda. Pepe alcanzó a ver al sargento primero Justo Rufino Guerrero. “Hermano, sácame de acá”, rogó. Con la ayuda de Aranda, Acosta y San Emeterio -parado sobre el techo de la máquina- lograron salvarlo. Impresionaban sus piernas destrozadas.

Los Treppo eran diez hermanos y Juan Carlos era el mayor. Eran todos muy familieros y existía ese respeto especial por el hermano mayor. Eran de La Leonesa, Chaco y Juan Carlos era como un segundo padre. Por la mañana iba a la escuela primaria y al mediodía caminaba cinco o diez kilómetros para llevarle la vianda a su padre, tractorista en un ingenio azucarero. A los 9 ya manejaba el tractor y a los 13 el camión. Llegó hasta tercer año en la Técnica, fue camionero, tuvo un paso por Prefectura antes de ser gendarme. Hizo el curso de comando con excelentes calificaciones. Era francotirador. Su familia no sabía que iba a Malvinas, tampoco dijo nada para no preocuparlos. Fue como voluntario.

El gendarme Juan Carlos Treppo era el mayor de los hermanos de una familia numerosa y siempre fue como un segundo padre

A Guerrero lograron llevarlo lejos de la máquina. Querían seguir buscando posibles sobrevivientes. Pero los explosivos, alcanzados por el fuego, estallaron.

Nasif había muerto junto a Sánchez, aprisionados por la carga del helicóptero. Tampoco pudieron salir ni Pereyra, Verón, Guerrero y Treppo. El 10 de junio, también en cercanías del Monte Kent un proyectil de mortero mataría al gendarme Acosta.

La vida después

Cynthia Sánchez viajó dos veces a las islas. La primera vez con la Cruz Roja y la segunda con el contingente con hijos y hermanos, y se quedaron una semana. Dice que le hubiera encantado ser gendarme como su papá y su abuelo materno, pero en esa época no admitían mujeres.

Los Nasif se enteraron de la muerte de Guillermo al día siguiente. Era hincha de River, se había formado en el Liceo Militar General Paz y hasta había estudiado un año de ingeniería civil, mientras esperaba ingresar a Gendarmería, donde fue escolta de bandera.

Los Verón cuentan que a Marciano no le tocaba ir a la guerra pero que él pidió ir. Ellos se enteraron cuando le notificaron de su muerte. Gente de campo, toda la vida vivieron del fruto de su chacra, muestran orgullosos el libro que cuenta su historia. Se llama “Entre lagunas y mares”.

Guerrero nunca conoció a su hijo Víctor Gastón, actualmente cabo primero de Gendarmería. Su hija Noelia Carolina es sargento en la misma fuerza y estuvo por no entrar porque pensó que no iba a soportar el curso. “Ahora no podría hacer otra cosa”, confiesa. Su marido es cabo primero y tienen dos hijos. En el 2000 visitó Malvinas. Conocía el cementerio por una fotografía que le habían mandado a su madre junto con un anillo y el reloj de su hijo.

El Escuadrón Alacrán, formado en Comodoro Rivadavia antes de partir a las islas

Fue en 1993 cuando el comandante Spadaro, siendo jefe de la agrupación Formosa que conoció al padre de Víctor Guerrero. Se ganaba la vida vendiendo chipá con un carrito y había perdido un ojo por un ataque de presión cuando se enteró de la muerte de Víctor. “Cuénteme cómo murió mi hijo”, le pidió. El gobernador de Formosa, al enterarse de su situación, le concedió una pensión honorífica.

Antes de irse a Malvinas, Carlos Misael Pereyra dejó grabado un casete, en el que cantó e imitó sonidos. En la familia lo cuidan como una reliquia, más aún cuando lo quisieron escuchar y la cinta se trabó. Entonces alguien hizo copias en CD y recién el año pasado pudieron volver a escuchar su voz. Todos se sorprendieron al darse cuenta que Carlos Victorino, el hijo que nació en diciembre de 1982, tiene su mismo timbre. Su esposa cumplió lo que le hizo prometer, que si no regresaba que se volviese a Concepción del Uruguay. Sus hijos siguieron sus pasos: Elsa Verónica es suboficial de Gendarmería, Carlos oficial y fue Casco Azul y Marcos oficial de la Policía Federal. “Me salieron buena gente, para mi es lo que importa”, destaca.

Los Treppo vivían a cuatro cuadras de la sede del Escuadrón. A la mamá, Teresa de Jesús le habían dicho que a Juan Carlos había tenido un accidente con un helicóptero en Mendoza, pero ella enseguida presintió la verdad. Nelson, uno de sus hijos, recuerda que desde entonces sus padres tuvieron una mirada triste. Todas las tardes su mamá se sentaba en la puerta de la casa, como mirando a lo lejos.

martes, 11 de abril de 2023

El accidente del Sea Lynx WG13

Incidente de vuelo con el segundo WG13


Relatos e historias de nuestros hombres.
Vivencias en Malvinas de Paul Loubet



Luego de realizarnos el examen médico completo que le corresponde a toda tripulación que sufrió un accidente, me reuní con el oficial a cargo de la investigación para hacerle mi relato de los acontecimientos y aclarar algunas dudas. Mientras tanto, el otro helicóptero Sea Lynx era sometido a una exhaustiva inspección tratando de detectar alguna falla o indicio que nos diera alguna idea de lo que había sucedido. Algunos hablaban de sabotaje porque hasta fines de marzo, había estado con nosotros un técnico de la Westland preparando el viaje de la comisión a Inglaterra para hacer el curso de los helicópteros en fábrica.
La Armada había adquirido diez helicópteros nuevos. Por supuesto que la comisión nunca se hizo y los helicópteros nunca llegaron. Se me ordenó preparar mi nuevo embarque, para llevar a un oficial de la Fuerza Aérea que iría como observador para ver el desempeño de los aviones Pucará lanzando torpedos. Fue así que con el Teniente de Navío Marcelo Miranda como comandante y una semana más tarde del accidente anterior, despegamos de la Base Aeronaval Comandante Espora con rumbo a la costa en donde nos contactaríamos con nuestro buque. También me tocó volar a la derecha, en el puesto del Comandante. La zona en donde hacíamos “pies húmedos” (que significa ingresando al mar, o “pies secos” ingresando en tierra firme”) era cercana a la Base de Infantería de Marina Baterías alejada unas cuantas millas de Espora.
Con rumbo a Baterías y a mitad de camino las revoluciones de una turbina comenzaron a oscilar y la presión de aceite a caer. Como el síntoma era igual al accidente que habíamos tenido siete días atrás, decidimos cortar el motor en problemas y dejar que la otra nos llevara de regreso a la Base. El Teniente Miranda me dejó los comandos mientras él realizaba la comunicación a Espora avisando de nuestra emergencia. El regreso, que parecía una eternidad, fue normal, dentro de la gravedad de la situación. Íbamos controlando los instrumentos del motor en marcha y buscando lugares propicios para entrar en autorrotación si la situación lo requiriera. Recuerdo que durante todo el viaje mi tendencia era a descender mientras Miranda me decía “mantené altura, no bajes” Mi subconsciente todavía tenía el recuerdo de mi caída al agua. Hicimos un aterrizaje con carrera paralelo a la pista principal sobre el pasto, sin ningún tipo de inconvenientes.
Este fue el último vuelo de un helicóptero Sea Lynx en nuestro país. Semanas más tarde, junto con el Teniente Perciacanto, regresamos del sur en pleno conflicto para realizar un vuelo de prueba del helicóptero para ver si quedaba en servicio, luego de una inspección y recorrido general realizado en el Arsenal Aeronaval. El vuelo nunca se concretó, por problemas administrativos, dado que ninguno de los responsables del mantenimiento quiso firmar en conformidad porque según ellos, no tenían forma de determinar ni saber qué es lo que podría suceder en el vuelo de prueba.
Recuerdo que Perciacanto tuvo varias discusiones muy fuertes, inclusive con oficiales más antiguos, pero siempre se mantuvo en su postura: no saldría a volar si la documentación del helicóptero no estaba en orden. Mi posición era la misma. Comprendía que estábamos inmersos en una guerra, pero a pesar de ello, debíamos cubrir un nivel de seguridad mínimo, sobre todo, teniendo los antecedentes de los dos vuelos anteriores.
Ese helicóptero quedó guardado hasta su posterior venta, mucho tiempo después.


Agradecimiento al CN VGM (RE) Gustavo Prieto
Promoción 106 - W/65 – Prom. XXIII


miércoles, 10 de agosto de 2022

Peor accidente del SAS desde la SGM

Peor accidente del SAS desde la SGM





Sea King trasportando Comandos SAS Special Air Service Britanicos cae aparentemente por unas bandadas de Albatros del Sur... Sin embargo hay dudas si habría sido un ave (que no vuelan de noche, ni tan lejos de las islas) o algún problema mecánico o error del piloto. Jamás se sabrá, pero entiendo que tapa muchas responsabilidades hechar culpas a un plumífero que quedó en una turbina.
Veinte miembros de la unidad élite murieron cuando su helicóptero Sea King perdió poder y se acabó en el atlántico sur helado después de una colisión con un albatros por un capricho del destino.
Mick Williams, que aun sufre de la trauma de los eventos aquel 19 de mayo de 1982, nos relato como el helicóptero se cayo desde una altura baja y luego se llenó de agua dado que las ventanas se rompieron al impactar en el superficie del mar.
En el caos detrás del impacto, la mayor parte de los pasajeros se ahogaron pero los sobrevivientes lucharon entre ellos para alcanzar una pequeña bolsa de aire y luego escapar por una de las puertas o ventanillas del helicóptero. Es esta desbandada desesperada para la vida que ha dejado a Mick, solo tenia 21 años cuando ocurrió, desgarrado por la culpabilidad que sobrevivió el mientras sus compañeros y amigos perecieron.
Mick, que sufre con el trastorno de estrés postraumático y es un recluso, dijo “Estábamos en proceso viajar entre HMS Hermes y HMS Intrepid. Me recuerdo el agua estaba muy mansa cuando partimos, y que la cantidad que éramos abordo del Sea King”.
“Me senté con mi espalda contra una ventanilla, pero mis brazos eran tan apretados contra mis lados que no pude ponerme el cinturón.
El motor luchaba con el peso adicional – parecía que era mas probable que hacemos un hueco en la cubierta en vez de despegar. Cuando empezamos a subir, me sentí cansado.
No oí el pájaro ser ingerido por el motor. En vez de esto, me desperté cuando el helicóptero se pegó al agua. El Sea King ya había sido inclinado en un lado y yo estaba abajo de un montón de cuerpos. Yo había sido tirado hacia atrás y tragado unos bocados de agua.
Aunque parezca raro era calmado y surrealista en este capullo de negro y sonidos apagados. Luego, el instinto de sobre-vivencia se despertó en todos. Hombres que habían pasado año juntos lucharon entre ellos, desesperadamente intentando alcanzar al bolso de aire.
Habia hombre de pie por encima de mi, sus botas aplastando a mi pecho. Entonces, los tiré hacia abajo, forcejeando con ellos, mis mejores amigos, hombre que querrian, lo único que querríamos era vivir. Si yo hubiera muerto, algunos que murieron habrían sobrevividos.
No pienso en mucho mas que esto. Mi vida desde el accidente ha sido consumido por esta dilema de la conciencia.
Yo no tengo la menor idea como me saque del Sea King. Mi próxima memoria es cuando llego en el superficie del agua. Mis dedos, brazos y piernas entorpecidos. No pude inflar mi chaleco, y luego empezaron a aparecer otros. Sus gritos de ayuda resonaban sobre la bahía.
Nos reunimos en el agua y nos agarramos. Había un grupo de unos siete personas. Gritamos los nombres de los demás, pero no había respuesta ninguna.
Me recuerdo el hombre a mi lado diciéndome que querría dormir. Los dos sabíamos que si se durmió, nunca se despertará.
Demasiado entorpecido para sentir dolor, Mick no fue consciente de su pulmón perforado y costillas facturadas. Luego, el piloto del helicóptero se acerco en el agua.”
Mick, 46, aun vive en Hereford, la sede del SAS, dijo “Gritamos al piloto que se enciende su bengala. Repetidamente se lo soltó, dado que sus dedos eran tan entorpecidos. Gracias a dios que tenia una cuerda. Cuando se fue nadando, le insultamos. No sabíamos que había visto a una Balsa salvavidas y nos dejó para nadar hacia ello.
El hombre a mi lado ya se encontraba flotando boca abajo en el mar. Por saber que estaba muerto, me agarré a su cuerpo para mantenerme vertical. Ojala que pudiera borrarme esta memoria, pero lo sé que no lo lograré nunca.
Después de lo que pareció una eternidad un pequeño barco de HMS Brilliant arribó para sacar a Mick y los demás sobrevivientes del mar.
Añadió Mick “Los médicos me pusieron por debajo de un montón de mantas y me administraron la morfina. Gritaba los nombres de los que habían muerto en el accidente. Luego empecé a sentir un sentimiento de culpabilidad aplastante que había sobrevivido y mis mejores amigos Mark y Paul no lo habían logrado. Sentí que no merecía vivir.
Nos peleamos todos entre nosotros por debajo del agua pero por vivir yo condené a otros a morir. Esto es como lo veo ahora, 25 años después.
De mi grupo de amigos de G Troop, yo fui el único sobreviviente.
Mick fue dado de permiso inmediato durante seis meses después del conflicto de las Malvinas. Escenas retrospectivas y pesadillas se ocurrieron con frecuencia cuando volvió a trabajar.
Permaneció en el SAS hasta 1988 y diagnosticaron el trastorno de estrés postraumático dos años mas tarde.


lunes, 20 de diciembre de 2021

Inteligencia: La caída del Canberra chileno en 1984

El día que la aviación argentina derribó en secreto un avión chileno





La caída del Camberra de la FACh "342" sucedió el día 25 de Mayo de 1984.
Lo sucedido con ése Canberra de reconocimiento es uno de los temas más oscuros de los últimos tiempos.
Se sabe que la FACh realizaba varios vuelos en la zona de Tierra del Fuego y Santa Cruz ingresando a nuestro espacio aéreo sin ningún inconveniente. Aparentemente consideraron que ése día por ser fiesta nacional, el escuadrón Mirage estaría más relajado en Gallegos y todo parece indicar que el Camberra se adentró más de la cuenta. Al ser detectado por el radar de Gallegos, se ordenó el despegue de dos Mirage.
A partir de ése momento pocos saben qué sucedió en realidad.
Los PR.Mk9 disponían de un avanzado sistema de alerta radar, estimandose que los pilotos chilenos al ser detectados por Gallegos y sabiendo que había Mirage cerca, decidieron regresar hacia Chile haciendo un escape en vuelo rasante para evitar que los Mirage pudieran detectarlo. Todo indica que durante ése escape a máxima potencia colisionaron con un cerro o la ladera de un cerro. Convengamos que los pilotos de la FACh tenían muy poca experiencia en éste tipo de aeronave y que no tenían mucho entrenamiento para volar a muy baja altitud entre montañas ya que el punto fuerte del Camberra era su buen techo operativo.
Que ambos tripulantes hayan perdido la vida indica que el orígen de la pérdida del avión fue algo súbito e imprevisto que no les dió tiempo a iniciar la secuencia de eyección. Es por ello que se descarta un posible derribo por parte de nuestros Mirage.
Y sí que hicimos algo. Los Mirage despegaron. Esa fue la respuesta y causa del derribo
Algun jefe de la Fuerza Aérea Argentina comentó que en ambos días Argentina entró en combate contra Chile y para evitar CONSTERNACIÓN a nivel nacional en AMBOS PAISES se decidió mantener estos echos en el mas absoluto SECRETO pues las reacciones políticas y populares podrían empujar a ambos paises a una guerra