El Tigercat era la versión lanzada desde tierra del misil naval Seacat. Los orígenes de Tigercat y Seacat se remontan al proyecto de misiles multipropósito considerado demasiado ambicioso. Este proyecto se dividió en lo que se convertiría en el Greenlight SAM y el Orange William ATGM, por lo que ambos tienen un aspecto similar y Malkara es un sistema de armas conjunto del Reino Unido y Australia.
El recuerdo de un jefe hacia sus soldados del Equipo de Combate Solar
𝘙𝘦𝘭𝘢𝘵𝘰 𝘥𝘦𝘭 𝘛𝘦𝘯𝘪𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘊𝘰𝘳𝘰𝘯𝘦𝘭 𝘐 (𝘙𝘌) «𝘝𝘎𝘔» 𝘑𝘶𝘢𝘯 𝘊𝘢𝘳𝘭𝘰𝘴 𝘠𝘰𝘳𝘪𝘰 (𝘊𝘰𝘮𝘱𝘢ñí𝘢 𝘥𝘦 𝘐𝘯𝘧𝘢𝘯𝘵𝘦𝘳í𝘢 «𝘉» 𝘥𝘦𝘭 𝘙𝘦𝘨𝘪𝘮𝘪𝘦𝘯𝘵𝘰 𝘥𝘦 𝘐𝘯𝘧𝘢𝘯𝘵𝘦𝘳í𝘢 12 «𝘎𝘦𝘯𝘦𝘳𝘢𝘭 𝘈𝘳𝘦𝘯𝘢𝘭𝘦𝘴»). En el año 1982 El entonces Teniente Primero Juan Carlos Yorio se encontraba prestando servicio en La escuela de suboficiales General Lemos» Con la recuperación de las islas al igual que muchos militares fueron reasignados a distintas unidades del país para cubrir los puestos necesarios en cada una .
De la Escuela de Servicios Para Apoyo de Combate «General Lemos», que en esa época era uno de los dos institutos de formación de futuros suboficiales del Ejército, fuimos movilizados al RI 12 «General Arenales» con asiento de paz en la ciudad de Mercedes, provincia de Corrientes, conmigo también fueron movilizados los entonces Tenientes Alejandro Garra, José Fernando López, del Colegio Militar de la Nación, entre otros, como recién egresado con motivo del incipiente conflicto armado, los Subtenientes Celestino Mosteirín y Ernesto Peluffo. Viajamos junto a otros muchos oficiales, entre ellos, cursantes de la Escuela Superior de Guerra, algunos de quienes también reforzaríamos en definitiva al RI 12 y con algunos suboficiales también redistribuidos y otros de los institutos de formación, recién egresados (estos eran cabos EC, en comisión). Al enterarnos que seríamos enviados al RI 12, mi alegría y tranquilidad estaban fundadas había sido por tres años, mi primer destino militar como Subteniente recién egresado. Una vez arribados al regimiento Yo pase a formar parte de la Compañía de infantería «B», que luego, con el agregado de los helicópteros de Ejército, sería el Equipo de Combate «SOLARI», Nuestra compañía quedó organizada de esta manera:
Un jefe de compañía, segundo jefe de compañía, Grupo Comando de Compañía, tres Secciones de Tiradores y una Sección Apoyo. Como jefe del Grupo Comando: el Encargado de Compañía, Sargento Primero José Luis «el Mencho » García.
Jefe de la 1ra Sección de Tiradores: Subteniente Daniel Fernando Benítez
Jefe de la Segunda: Subteniente Carlos Francisco Tamini
Jefe de la tercera: Subteniente Ramón Cañete
Jefe Sección Apoyo: Teniente José Fernando López y Segundo Jefe de Sec.: Subteniente «EC» Celestino Mosteirín.
Yo fui designado Segundo jefe de la Compañía «B», con las responsabilidades de ese cargo En Malvinas a nuestra compañía la segregaron, para ser utilizada para contraatacar a donde se requiriera. Éramos una reserva helitransportada y así es como nació el EQUIPO DE COMBATE SOLARI., Mientras que el resto del regimiento fue enviado a Darwin, nosotros permanecimos en a la ladera Noroeste del monte Kent. Los días pasaban y debíamos soportar las inclemencia del clima a la que estábamos poco acostumbrados.
En lo que la comida, todos comíamos de la única «olla» (Medio tacho de 200 litros en el cocinabamos). A falta de heladera para la carne y los víveres perecederos, los mismos se colocaban sobre las piedras al aire libre tratando que no le diera el poco sol que cada uno diez días aparecía radiante. Eso era suficiente para que no se descompusiera hasta el siguiente reabastecimiento. Por suerte, el clima «ayudaba» bastante para este caso. A veces me he preguntado si no hubiese sido así, si hubiésemos podido ser abastecidos más frecuentemente, o cómo solucionar esto sin «heladeras naturales». Logrado para el medio tacho que servía de olla, el primer fuego, enterrado para evitar que su luminosidad sea fácilmente vista en la noche y para guarecerlo del incesante viento, se procuró que no se apagara más, manteniéndolo siempre al cuidado del centinela del Puesto Comando y con un precario «techito » que evitara algo del agua de la también persistente lluvia y/o llovizna. El clima frío y el escaso valor calórico del combustible (que no era otra cosa que la turba que como hormigas buscaba el grupo Comando), no permitía cocinar más que el desayuno (mate con pan) que empezaba a cocinarse luego de lavar el tacho del guiso de la cena, que salía a eso de las 8 hs. y luego el guiso de carne, papas, verduras y complementos, más el pan, que salía a eso de las 16 ó 17 hs. Pese a la expresa prohibición de cazar, autoricé a los jefes de sección a hacerlo controladamente para reforzar con lo que se consiguiera, las necesidades calóricas del personal. La cocina centralizada, entregaba además, ciertos víveres como papa, zanahoria, dulce, para acompañar esos necesarios refuerzos. Si bien el personal no pasó hambre, las necesidades calóricas no alcanzaban a ser cubiertas a pesar de todo. Nadie aumentó de peso y positivamente, todos adelgazábamos día a día. Se debe recordar en especial, que entre los dieciocho y veintidós años, los hombres comemos más que el término medio, a esa edad uno siempre tiene hambre a eso había que sumarle la tensión nerviosa. En una ocasión, pasaba recorriendo por uno de los sectores de la Compañía y un grupo de soldados me llamó. Al acercarme, me dicen: «¿Quiere papas fritas?» ¡No podía creerlo! Un manjar inesperado en ese lugar inhóspito. ¿Cómo hicieron? les pregunté.
La respuesta fue muy lógica: habían pedido papas, aceite y sal en la cocina y usando una lata de 5 kg de dulce de batata ya consumido a manera de sartén, hacer las papas fritas era muy simple. Seguí mi camino encantado por el reconfortante momento y algo decepcionado por mi propia pregunta de cómo habían hecho, pues en realidad, era muy fácil de realizar, mis soldados eran gente de campo que siempre se las habían ingeniado en su vida civil porque debería ser diferente en Malvinas.
Respecto del agua, no teníamos un tanque aguatero, PERO: lo teníamos al «Indio» Julio Romero, un soldado correntino del grupo comando, que luego de caminar un poco, señalaba un lugar en el suelo a donde levantar las rocas y cavando unos centímetros, debajo había un curso de agua subterránea, pura y cristalina usable para el mate, el guiso, para beberla y para la higiene personal. ¡Gracias a Dios que «el Indio» estaba allí con nosotros! «El indio» ROMERO era infalible en su excepcional habilidad, de allí lo de «Indio». Mi sentido homenaje al querido y recordado «Indio » que muriera en combate cuando el Mte. Kent fuera atacado. Él vive en la memoria de cada uno de los integrantes del Equipo de Combate «SOLARI». Tengo actualmente su cara, su figura, su actitud su humildad y su voz en mi mente. ¡Indio Querido!
El Gobierno evalúa designar a Luis María Klecker como nuevo embajador ante el Reino Unido
El diplomático, que tuvo pasos anteriores en las embajadas de Brasil, China, Suiza y Alemania, podría reemplazar a Mariana Edith Plaza como representante argentino en suelo británico
Infobae
Luis María Kreckler será el próximo embajador en Inglaterra (Télam)
El Gobierno evalúa designar a Luis María Klecker como nuevo embajador argentino en Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, en lugar de la actual representante de los intereses nacionales en suelo británico, Mariana Edith Plaza.
La definición está siendo analizada por la Casa Rosada y podría definirse en los próximos días, según pudo confirmar Infobae de fuentes oficiales.
Klecker tiene una extensa carrera en el plano diplomático, con paso por las embajadas de Brasil, China, Suiza y Alemania.
Actualmente, se desempeña como cónsul en San Pablo y es un funcionario
clave en el Ministerio de Relaciones Exteriores, que encabeza Gerardo Werthein.
El
Reino Unido es uno de los destinos de mayor importancia para la
Argentina, debido a la cuestión Malvinas y a las relaciones económicas y
diplomáticas con Europa. El gobierno de Javier Milei mantiene el
reclamo por la soberanía en las Islas del Atlántico Sur y el territorio
marítimo adyacente y logró en las últimas semanas un contundente respaldo internacional para que se retomen las negociaciones bilaterales, tanto en la ONU como en la OEA.
De
todos modos, el gobierno argentino firmó el año pasado un acuerdo con
el Reino Unido para retomar la identificación de los soldados caídos en
la guerra de 1982, como así también para reanudar los vuelos directos
del continente a las islas.
En
caso de ser finalmente designado, Kreckler tendrá el desafío de
continuar con el rumbo trazado por Milei y ejecutado por el canciller
Werthein de sostener los reclamos por Malvinas y, a la vez, atender los
intereses de la Argentina de mayor inversión y desarrollo económico.
El canciller Gerardo Werthein y el presidente Javier Milei
Perfil de Luis María Kreckler
El
diplomático ocupó diversos puestos de alta responsabilidad. Se formó
como sociólogo y se desarrolló en la carrera del Servicio Exterior de la
Nación, especializándose en asuntos económicos y representación
internacional de la Argentina. Desempeñó funciones como secretario de Comercio y Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería, y previamente ocupó la subsecretaría de Comercio Internacional desde el año 2005.
De
extensa trayectoria, estuvo a cargo de la organización de numerosas
misiones comerciales en el exterior, promoviendo exportaciones
argentinas y participando en negociaciones estratégicas. Durante esa
etapa, su perfil fue considerado clave para fortalecer la presencia
argentina ante mercados del exterior y organismos multilaterales.
En el ámbito internacional, Kreckler encabezó la embajada argentina en Brasil
desde 2011, por decisión del gobierno de Cristina Kirchner. Antes de
esa misión, desempeñó distintos roles en la estructura de la Cancillería y figuró como posible representante en el Reino Unido y eventual vicecanciller.
Mientras que durante el gobierno de Mauricio Macri, cumplió funciones primero en la embajada de Alemania, donde fue enviado a la sede argentina en Suiza, tras un pedido que solicitó en aquel entonces el ex ministro de Transporte, Guillermo Dietrich.
Luis María Kreckler podría ser designado embajador de la Argentina ante el Reino Unido
Sobre
el final de la gestión macrista, fue reubicado en la embajada de China y
continuó en ese puesto bajo parte de la gestión de Alberto Fernández. Sucedió al embajador Diego Guelar en un contexto marcado por negociaciones bilaterales, cooperación económica y la gestión de la pandemia de COVID-19.
De
ese cargo, que ejerció en medio de las tensiones internas que
atravesaron toda la gestión del último gobierno peronista, fue
reemplazado por Sabino Vaca Narvaja, un dirigente político que es hijo del líder montonero Fernando Vaca Narvaja.
Recientemente, durante el gobierno de Javier Milei, Kreckler se encargó de cumplir funciones como cónsul general en San Pablo,
enfocando su labor en el impulso de los vínculos comerciales y
consulares en una de las principales ciudades económicas del país
vecino.
De hecho, tuvo una importante participación en uno de los viajes que realizó el ministro de Economía, Luis Caputo, para promover ante empresarios los beneficios fiscales y cambiarios del RIGI en diciembre del año pasado.
Fue
de esta manera que la relación con Werthein se afianzó. Incluso, en los
últimos meses, estuvo dentro del equipo encargado de analizar el caso
del gendarme argentino secuestrado en Venezuela, Nahuel Gallo.
Integró
la mesa cercana al canciller para buscar una salida para que el régimen
chavista permita la liberación del efectivo que está con paradero
desconocido y sin las mínimas garantías desde el 8 de diciembre pasado.
Así,
durante este periodo cultivó una articulación directa y productiva con
el actual ministro de Relaciones Exteriores, lo que incrementó la
confianza en su perfil y derivó en la decisión de trasladarlo a la
embajada en Londres para fortalecer el diálogo bilateral y la representación argentina en suelo británico.
Argentina tiene muchos héroes desconocidos. Uno de ellos es el Sargento Adolfo Luis Cabrera. El sargento del Ejército Argentino, Adolfo Luis Cabrera, es para casi todos los argentinos un ilustre desconocido. Este Héroe cuyo nombre ahora es parte de la gesta de Malvinas. Nació en Concordia, Entre Ríos. Integró la "Reserva de a pie" que dirigió el Capitán Rodrigo Soloaga, como segundo jefe del Escuadrón de Exploración de Caballería Blindado 10 “Coronel Isidoro Suarez”.
El Sargento Cabrera llegó "de pase" al Escuadrón 10 en el mes diciembre de 1981. En realidad era oficinista y antes de que el Escuadrón de Exploración de Caballería Blindado 10 partiera hacia Malvinas pidió el pase a caballería para ser voluntario y poder ir. El mérito y heroísmo de este gran soldado no está dado solo por el hecho relatado sino que lo que lo hace más valioso aún es que no había compartido el año militar con sus soldados conscriptos.
Cuando fueron desplegados en Malvinas Cabrera revistaba como jefe de grupo en la 1ra sección de exploración. En la noche del 13 al 14 de Junio de 1982, después de realizar varios desplazamientos ordenados, el Escuadrón de Exploración de Caballería Blindado 10 se incorporó al dispositivo del RI Mec 7 en las alturas de Wireless Ridge y ocupó el extremo oeste, con la 1ra sección en dicha posición, cerrando el flanco correspondiente. El ataque británico, después de ejecutar un aferramiento frontal, se materializó con un envolvimiento con centro de gravedad en ese sector, implicando como consecuencia natural, que la citada sección recibiera el ataque más intenso. Cuando la situación se tornaba insostenible, se recibió la orden de repliegue para el escuadrón de exploración blindado. El capitán Rodrigo Soloaga comunica la orden a las secciones. Esta orden para la 1ra Sección resultaba más complicada de ejecutar dado que se encontraba combatiendo en las distancias cortas, con un nivel de aferramiento importante y con riesgo de ser aferrada definitivamente. En ese marco, su jefe el Teniente Bertolini, transmitió a sus grupos la orden de repliegue, el grupo del Sargento Cabrera combatía valerosamente con el enemigo, ellos eran los que estaban bajo mas presión. Ante esta situación este bravo Entrerriano se jugó su vida en defensa de sus hombres. Esta actitud, tan simple en su ejecución y tan grande en su trascendencia, es propia de un héroe de nuestra moderna historia militar, de un soldado cabal y de alguien que supo transformar en hechos su promesa de morir en cumplimiento del sagrado deber militar.
Ante las dificultades para poder despegar y desaferrarse del ataque enemigo, tuvo la nobleza de ordenar a sus hombres ejecutar el repliegue mientras él los cubría con intenso fuego ganando tiempo precioso para que sus hombres se pusieran a salvo. Mientras protegía el repliegue de sus hombres el sargento Cabrera fue abatido por el fuego enemigo y perdió la vida." Quedando para siempre allá en la turba malvinera. El Sargento Cabrera entregó su vida en la forma en que lo hacen los grandes soldados. Ese hecho, nos muestra grandeza de espíritu, nobleza de alma, espíritu de sacrificio, virtudes que sólo caben en un corazón noble como el que tenía nuestro suboficial. Indudablemente, habrá quien piense que el Sargento Cabrera cumplió con su misión, y eso es verdad, pero no sólo cumplió con ella, sino que ofreció su vida, logrando así preservar la de sus subordinados.
Análisis de la Base Naval Integrada en Ushuaia y su impacto en las reivindicaciones argentinas para la renegociación del Tratado Antártico en 2048
Esteban McLaren
1. La Importancia Estratégica de la Base Naval Integrada en Ushuaia
La Base Naval Integrada en Ushuaia se ha convertido en un pilar esencial de la estrategia geopolítica de Argentina en el Atlántico Sur y la región Antártica. Su ubicación, en el extremo más austral del continente sudamericano, le permite al país proyectar una presencia operativa directa hacia la Antártida. Este posicionamiento no solo facilita el control de las rutas marítimas estratégicas, como el Paso Drake, sino que también mejora la capacidad de Argentina para patrullar, vigilar y asegurar el cumplimiento de normativas internacionales en una de las zonas más disputadas del planeta.
La base está diseñada para servir tanto a propósitos militares como científicos, lo que le da a Argentina una ventaja estratégica significativa. Al combinar la investigación científica con las operaciones militares, Argentina refuerza su papel como un actor clave en la Antártida, demostrando una "presencia activa" que, según el derecho internacional, fortalece la legitimidad de sus reclamaciones territoriales en el continente blanco. 2. La Transformación del Poder de Negociación de Argentina en el Tratado Antártico
El Tratado Antártico, firmado en 1959, establece que la Antártida será un territorio destinado exclusivamente a la investigación científica pacífica y prohíbe la explotación de sus recursos naturales. Sin embargo, a partir de 2048, este tratado podría ser objeto de renegociación, especialmente en temas relacionados con la explotación de recursos minerales y energéticos. En este contexto, la Base Naval Integrada de Ushuaia se proyecta como una pieza central en la estrategia argentina para influir en este proceso. Presencia Física Permanente: La proximidad geográfica de la base a la Antártida permite a Argentina reforzar su presencia continua en la región. Este tipo de presencia no solo es clave para la operación logística de las bases de investigación en la Antártida, sino que también se convierte en un argumento de peso para futuras negociaciones territoriales. La "presencia efectiva" es un criterio importante en las disputas de soberanía, y Argentina podrá demostrar que, a diferencia de otros países, su participación no es simbólica ni estacional, sino permanente. Liderazgo Científico: La investigación científica es una de las piedras angulares del Tratado Antártico, y Argentina ha estado fortaleciendo su papel en este ámbito. La Base de Ushuaia, con su infraestructura de apoyo logístico, permitirá al país realizar expediciones más frecuentes y extender la duración de sus misiones científicas en la Antártida. Este liderazgo científico será crucial durante la renegociación del tratado, ya que los países con mayores contribuciones científicas suelen tener una voz más fuerte en la toma de decisiones. Control de la Seguridad Marítima y de los Recursos: Con la nueva base, Argentina podrá controlar de manera más efectiva la actividad marítima en el Atlántico Sur, incluyendo la vigilancia de la pesca ilegal y la exploración de recursos naturales. Esta capacidad de monitoreo y control le dará a Argentina la oportunidad de posicionarse como un "guardián" de la conservación y la sostenibilidad de la región antártica, lo que puede ser utilizado como un argumento político a su favor en la futura renegociación del tratado. Proyección de Poder y Prestigio Nacional: La construcción de una base de esta magnitud tiene un fuerte simbolismo tanto a nivel nacional como internacional. Para la población argentina, se trata de una reafirmación del compromiso con la soberanía nacional, mientras que para la comunidad internacional, es un mensaje claro de que Argentina tiene la intención de defender sus derechos en la región antártica. Esta demostración de poder blando y duro podría disuadir a otros actores internacionales de cuestionar las reclamaciones de Argentina.
3. Consecuencias Geopolíticas
Tres consecuencias geopolíticas principales podrían mencionarse de esta base: Cambio en el Equilibrio de Poder Regional: La capacidad operativa que otorga la Base de Ushuaia podría modificar la relación de fuerzas en el Atlántico Sur. En particular, puede generar una nueva dinámica con el Reino Unido, dado que la base aumenta la capacidad de Argentina para realizar patrullajes y controlar el tránsito marítimo cerca de las Islas Malvinas. La intersección entre las reclamaciones sobre la Antártida y las Malvinas podría convertirse en un frente de tensión diplomática. Competencia con Chile y Brasil: Las reclamaciones antárticas de Argentina, Chile y el Reino Unido se superponen en ciertas áreas. La modernización de la infraestructura de Argentina podría provocar una respuesta de Chile, que también mantiene bases logísticas clave para sus operaciones antárticas. Brasil, que no tiene reclamaciones territoriales pero sí interés estratégico en la región, podría seguir una lógica similar para fortalecer su presencia en la región. Relación entre la Antártida y la Disputa de las Malvinas: La Base de Ushuaia tiene el potencial de reforzar la conexión simbólica y operativa entre las reivindicaciones argentinas sobre la Antártida y las Islas Malvinas. La posibilidad de realizar patrullajes y misiones de vigilancia más activas desde Ushuaia puede ser vista por el Reino Unido como un intento de desafiar su control sobre el espacio marítimo alrededor de las Malvinas. Esta dinámica podría aumentar las tensiones diplomáticas entre ambos países, especialmente si Argentina vincula su presencia en la Antártida con su disputa sobre las islas.
4. Conclusión
La Base Naval Integrada de Ushuaia no es solo una instalación militar; es una herramienta estratégica que puede redefinir la posición de Argentina en el Atlántico Sur y la Antártida. Su construcción fortalece la presencia argentina en una región clave, le da una ventaja en la futura renegociación del Tratado Antártico en 2048 y aumenta su control sobre rutas marítimas estratégicas.
Gracias a esta infraestructura, Argentina podrá demostrar una presencia física y científica continua en la Antártida, lo que refuerza su posición frente a otros países reclamantes. Además, la base se convierte en un multiplicador de poder para la Armada Argentina, facilitando el control de la navegación y la explotación de recursos marítimos en la región. Todo esto coloca a Argentina en una posición privilegiada para negociar los términos de la explotación de los recursos antárticos y, de forma más amplia, para proyectar su poder en el Atlántico Sur.
En términos geopolíticos, la base puede convertirse en una plataforma para desafiar la hegemonía británica en las Islas Malvinas, ya que su proximidad permite operaciones de vigilancia más eficaces. Este movimiento no solo podría elevar las tensiones con el Reino Unido, sino también reactivar la disputa diplomática entre ambas naciones.
En definitiva, la Base de Ushuaia representa un paso calculado de Argentina para fortalecer su presencia en la Antártida, reforzar sus reclamaciones territoriales y asegurar un papel de liderazgo en la renegociación del Tratado Antártico. Es un símbolo de su determinación para preservar su influencia en la región, no solo como un actor científico, sino también como un poder marítimo en ascenso en el Atlántico Sur.
En
la década de 1960, la guerra de Vietnam demostró que los rápidos, pero
ruidosos y poco maniobrables aviones convencionales de ataque y reacción
a tierra no eran eficaces para combatir a las guerrillas del Viet Cong,
muy bien escondidas en la densa jungla de la región. Así, las
industrias de aviones militares de todo el mundo comenzaron a
desarrollar diversos proyectos para satisfacer esta demanda.
En
1966, la Dirección Nacional de Fabricación e Investigación Aeronáutica –
DINFIA, de Argentina, estableció parámetros para la creación de un
avión de ataque ligero, lo que dio como resultado el proyecto “AX-2”. (o
“A-X2” en algunas fuentes), un avión diseñado específicamente para la
misión de contrainsurgencia (COIN). Para agilizar el proceso se tomó
como base el diseño del transporte bimotor IA 50 Guaraní II de
fabricación nacional.
El
primer vuelo del prototipo AX-2 tuvo lugar el 20 de agosto de 1969. En
aquel entonces el avión había pasado a llamarse FMA IA 58 “Delfín”, poco
después rebautizado como “Pucará” (palabra del indígena En lengua
quechua significa “Fortaleza”). La aeronave sería fabricada por la
entonces “Fábrica Militar de Aviones – FMA” (actualmente “Fábrica
Argentina de Aviones – FAdeA”). Impulsado por dos motores turbohélice
Garrett TPE331 de 575 CV, no alcanzó las prestaciones esperadas. Para
corregir el defecto, el segundo prototipo fue equipado con el propulsor
Turbomeca Astazou más potente, de 965 CV, realizándose el primer vuelo
de la aeronave con los nuevos motores el 6 de septiembre de 1970. Los
resultados fueron satisfactorios con este nuevo propulsor, el primer
prototipo fue repotenciado con el Astazou y se eligió el motor para la
producción, cuyo primer avión en serie voló a mediados de 1974. Recibió
el distintivo de llamada A, de Ataque y. Se matricularon desde la A-501
hasta la A-607.
El
Pucará es de construcción convencional, fabricado íntegramente en metal
(principalmente duraluminio). Las alas tienen siete grados de diédrico
en los paneles exteriores y están equipadas con aletas ranuradas en el
borde de salida. El IA 58 tiene un fuselaje esbelto, una cola en “T” y
una cabina tándem (asientos uno detrás del otro); La tripulación utiliza
asientos eyectables cero/cero Martin-Baker Mk 6AP6A y cuenta con
controles duales y buena visibilidad en la cabina. El diseño
aerodinámico muy limpio permite al Pucará alcanzar velocidades
relativamente altas y una buena estabilidad de vuelo, parámetros
superiores a los del norteamericano Rockwell OV-10 Bronco, otro avión de
la misma categoría. Por otro lado, el IA 58 no dispone de un
compartimento de carga en el interior del fuselaje como se pedía en el
avión estadounidense.
El
Pucará fue diseñado para operaciones en pistas cortas y montañosas. El
tren de aterrizaje triciclo retráctil, con una sola rueda de morro y dos
ruedas principales retraídas en las góndolas del motor, estaba equipado
con neumáticos de baja presión para adaptarse a las operaciones en
terreno accidentado, mientras que las patas del tren de aterrizaje eran
altas para estar equipadas con una buena potencia. carga de armas. Se
podrían instalar tres cohetes JATO debajo del fuselaje para permitir
despegues extracortos (hasta 80 metros, menos que un campo de fútbol).
El combustible se suministra mediante dos tanques en el fuselaje con una
capacidad combinada de 800 litros y dos tanques autosellantes en las
alas de 460 litros.
Los
cañones y ametralladoras del Pucará recordaban a los aviones de la
época de la Segunda Guerra Mundial, y consistían en dos cañones Hispano
804 de 20 mm montados debajo de la cabina con 270 disparos cada uno y
cuatro ametralladoras Browning FN de 7,62 mm montadas a los lados del
fuselaje con 900 disparos. cada. Se equiparon tres puntos de anclaje
para transportar una variedad de armas, como bombas, cohetes o tanques
de combustible externos, con un punto de anclaje de 1.000 kg de
capacidad montado debajo del fuselaje y los dos puntos de anclaje
restantes de 500 kg de capacidad debajo de las alas. La carga máxima de
armas externas fue de 1.620 kg. El armamento del avión se guiaba
mediante una mira muy sencilla.
Las
primeras unidades fueron entregadas en mayo de 1975 a la Fuerza Aérea
Argentina (FAA), equipando al 2° Escuadrón de Exploración y Ataque,
perteneciente a la III Brigada Aérea, en la BAM (Base Aérea Militar)
Reconquista, ubicada al norte de la provincia de Santa Fé. El nuevo
avión hizo su debut operativo a finales de 1975, cuando varios Pucaras
llevaron a cabo ataques contrainsurgentes desde Córdoba contra
guerrillas comunistas del ERP. provincia de Tucumán como parte de la
“Operación Independencia”, con énfasis en un ataque de un elemento (dos
aeronaves) realizado con bombas y napalm (bombas incendiarias de
gasolina gelatinosa) contra posiciones guerrilleras en la Sierra de
Tucumán. Durante el Conflicto de Beagle (una “cuasi guerra” entre
Argentina y Chile, a fines de 1978, por la disputa por la posesión del
Canal Beagle, en la frontera sur del país) se desplegaron dos
escuadrones de Pucaras, con diez aviones cada uno. a la Patagonia y
puesto en preparación para el combate.
En acción en la Guerra de las Malvinas (1982)
Durante
el conflicto en el Atlántico Sur se entregaron alrededor de 60 IA 58,
pero entre 34 y 45 aviones (según diferentes fuentes) estaban
operativos. Inicialmente se revisaron doce Pucaras y se enviaron al
Teatro de Operaciones de Malvinas (TOM), todos ellos, así como todas las
aeronaves de la FAA, subordinadas a la “FAS – Fuerza
Aérea Sur", con sede en el BAM Comodoro Rivadavia, que coordinó las
operaciones aéreas de la Fuerza Aérea Argentina en la región durante la
guerra.
Inicialmente
volando en escuadrones de cuatro aviones, realizaron vuelos directos
desde el continente a BAM Malvinas en Puerto Argentino (como pasó a
llamarse Port Stanley, la capital de las Islas Malvinas, después de la
“Operación Rosario” llevada a cabo el 2 de abril de 1982). Volaban a muy
baja altura para evitar los radares enemigos y eran guiados por aviones
del “Escuadrón Fênix”, ya que los Pucaras no contaban con radar y sus
instrumentos de navegación eran bastante sencillos. Como podían volar a
más de 3.500 kilómetros en configuración de transferencia, con tanques
externos, hicieron el viaje con relativa facilidad, a pesar de que el
vuelo duró casi tres horas sobre un mar helado. Pucaras en BAM Malvinas
Como
el Pucará podía operar en pistas cortas y sin pavimentar, los aviones
fueron desplegados en otros lugares además del aeropuerto de Stanley,
ahora transformado en base aérea, el BAM Cóndor (ubicado en la Pradera
del Ganso) y el de Puerto Calderón (Borbón). Pista de aterrizaje de la
isla o Pebble). Durante el mes de abril de 1982, los Pucaras realizaron
misiones de patrullaje y reconocimiento, además de entrenarse
extensamente para combatir a los británicos que ya se acercaban a las
islas en una gran y poderosa Task Force.
El
1 de mayo de 1982, un ataque aéreo británico llevado a cabo por un
revolucionario caza de despegue corto/aterrizaje vertical Sea Harrier
FRS.1 de British Aerospace (BAe) en el BAM Cóndor destruyó un Pucará que
se encontraba en la pista preparada para el despegue, matando a su
piloto y el personal de tierra que estaba cerca de él. En el ataque de
comandos británicos del SAS (Special Air Service) a Puerto Calderón, el
15 de mayo, dos Pucarás más fueron destruidos y otros cuatro sufrieron
graves daños y no fueron reparados, poniendo fin a las operaciones
aéreas en ese aeródromo.
El
21 de mayo, se perdieron dos Pucaras más, uno derribado por un misil
tierra-aire portátil (MANPADS) FIM-92A Stinger y otro derribado por un
Sea Harrier. El 24 de mayo, otro Pucará resultó dañado por un ataque
aéreo británico y quedó fuera de servicio. Para reemplazar las pérdidas
del Pucaras, se enviaron más aviones desde el continente a las islas,
llegando el último escuadrón con ocho aviones al BAM Malvinas el 29 de
mayo.
Pucará en vuelo rasante en Malvinas
Dos
Pucaras participaron en el derribo de un helicóptero Westland Scout de
los Royal Marines con disparos de cañones y ametralladoras el 28 de mayo
mientras se encontraba en una misión de evacuación de heridos durante
la Batalla de Pradera del Ganso (Goose Green). Esta fue la única
victoria argentina aire-aire confirmada de la guerra.
Uno
de estos Pucaras chocó contra un cerro en el vuelo de regreso a Port
Stanley y quedó destruido, siendo que los restos mortales del piloto (el
teniente Miguel Giménez, según las fuentes, responsable del
derribamiento del Scout) no fueron encontrados hasta 1986, siendo
enterrado con todos los honores militares en el cementerio argentino de
Port Darwin por su familia, los primeros argentinos en visitar las islas
desde el final de la guerra.
El
mismo 28 de mayo, un Pucará fue derribado por fuego de armas pequeñas
luego de que lanzara cohetes contra tropas británicas (sin causar
víctimas), durante la Batalla de Pradera del Ganso. El piloto fue
expulsado y capturado por los británicos, convirtiéndose en prisionero
de guerra.
Pucará en las Malvinas – Carlos A García
Dos
Pucaras participaron en el derribo de un helicóptero Westland Scout de
los Royal Marines el 28 de mayo mientras se encontraba en una misión de
evacuación de heridos durante la Batalla de Pradera del Ganso (Goose
Green). Esta fue la única victoria argentina aire-aire confirmada de la
guerra
El
1 de junio dos Pucaras se perdieron en una colisión durante el despegue
en la pista helada del BAM Malvinas, sin víctimas mortales. Aún con las
pérdidas, los argentinos continuaron cumpliendo misiones de apoyo a las
tropas terrestres hasta el fin de las hostilidades, el 14 de junio.
En
la mañana de ese mismo día, los argentinos planearon un ataque (que
habría sido el 13 de junio, pero por mal tiempo se pospuso para el día
siguiente) contra las tropas inglesas con los últimos cuatro Pucaras en
condiciones de volar, que Luego huiría al continente, despegando de
Puerto Argentino (que ya estaba siendo rodeado por los británicos) con
municiones, bombas, cohetes y combustible extra, pero la misión fue
abortada ante el anuncio del fin de la guerra, cuando el Los aviones
estaban a punto de despegar.
Aeródromo de Puerto Argentino en las Malvinas, en 1985, con restos de Pucaras argentinos aún visibles
Pucará destruido en ataque del Sea Harrier
El
A-523, uno de los Pucarás dejado fuera de combate en el ataque del SAS a
Puerto Calderón (Isla Bordón), el 15 de mayo de 1982. El camuflaje
bicolor (realizado aproximadamente con pintura de automóvil) fue
aplicado apresuradamente antes de que la aeronave sido enviado a las
islas. Fotografía tomada después del conflicto.
NÚMERO
FECHA
CAUSANTE
PILOTO/HECHO
A-506
01/05/82
Destruido por colapso del tren de aterrizaje
Cap. Grunert/Sobrevivió
A-527
01/05/82
Destruido por bombas de un Sea Harrier
Ten. Jukic/Muerto
A-517
01/05/82
Destruido por colapso del tren de aterrizaje
Ten. Giménez/Sobrevivió
A-502
15/05/82
Destruido en el ataque a Isla Bordón
Estaba sin piloto
A-520
15/05/82
Destruido en el ataque a Isla Bordón
Estaba sin piloto
A-523
15/05/82
Destruido en el ataque a Isla Bordón
Estaba sin piloto
A-529
15/05/82
Destruido en el ataque a Isla Bordón
Estaba sin piloto
A-552
15/05/82
Destruido en el ataque a Isla Bordón
Estaba sin piloto
A-556
15/05/82
Destruido en el ataque a Isla Bordón
Estaba sin piloto
A-531
21/05/82
Derribado por un MANPADS (Stinger)
Cap. Benítez/Eyectó
A-511
24/05/82
Derribado por un Sea Harrier (Ward)
Maj. Tomba/Eyectó
A-509
24/05/82
Destruido por bombas de un Harrier (¿?)
Estaba sin piloto
A-537
01/06/82
Destruido tras colisionar con una colina
Ten. Giménez/Muerto
A-555
28/05/82
Derribado por armas ligeras
Ten. Cruzado/Eyectó
Leyenda:
Maj. = Mayor
Cap. = Capitán
Ten. = Teniente
Pérdidas del IA 58 Pucará en la Guerra de Malvinas
En
total, la Fuerza Aérea Argentina perdió 14 Pucaras en situaciones de
combate, con la muerte de dos pilotos más siete operadores terrestres de
la FAA, además de cuatro heridos, para un total de 13 bajas. Los
Pucaras registrados A-514, A-523, A-528, A-529, A-532 y A-536 sufrieron
accidentes menores e incidentes diversos, algunos fueron reparados,
otros fueron canibalizados para mantener la flota en vuelo y sus
fuselajes utilizados. como señuelo para los ataques aéreos ingleses. Los
Pucaras, matriculados A-515, A-522, A-533 y A-549, eran los únicos
aviones en condiciones de volar, aunque precarios, y que llevarían a
cabo el ataque abortado los días 13 y 14 de junio. Ninguno de los Pucará
que salieron de Argentina hacia las islas regresó al continente, ya que
fueron capturados por los ingleses como “bonos de guerra”. Algunos
fuselajes fueron enviados a museos en Inglaterra o probados en vuelo por
la Royal Air Force británica (RAF – Royal Air Force).
Además
de estos 24 aviones perdidos en las islas, otros dos Pucaras (A-526 y
A-540) se perdieron en accidentes cuando realizaban patrullas de
observación aérea frente a las costas de Argentina continental durante
la guerra, con la pérdida de sus respectivos pilotos. , los Aspirantes
(Alférez ) Valko y Marchesini.
En
mayo de 1982, en plena guerra, la Fuerza Aérea Argentina, en
colaboración con la Armada Argentina, equipó un prototipo (AX-04) con
pilones para montar torpedos Mark 13. El objetivo era su posible uso
como avión torpedero. mejorar las capacidades antibuque de las fuerzas
aéreas argentinas en la guerra. Se llevaron a cabo varias pruebas, pero
la guerra terminó antes de que los técnicos pudieran evaluar la
viabilidad del proyecto.
Después de la guerra
Con
26 aviones perdidos durante la Guerra de las Malvinas, además del
embargo de armas endurecido por Inglaterra, Argentina tuvo muchas
dificultades para producir y equipar más Pucaras, principalmente con
armas modernas, aun así la producción continuó hasta 1986, habiendo
recibido la FAA un total de 108 aviones. A finales de la década de 1980
estaban operativos entre 50 y 60 aviones.
Argentina,
a mediados de los años 1980, consideró equipar al Pucará con el misil
antibuque Martín Pescador MP-1000 de fabricación nacional, entonces en
desarrollo por el CITEFA (Instituto de Investigaciones Científicas y
Técnicas de las FFAA). Fuerzas Armadas), pero debido a la profunda
crisis económica que azotó al país, el desarrollo del misil fue
cancelado en la década de 1990. 1990.
Aún
con las claras limitaciones del Pucará demostradas en las Malvinas,
como la fragilidad del conjunto de su tren de aterrizaje, la falta de
sofisticados sistemas de aviónica y navegación por instrumentos, el bajo
rendimiento de los motores, por ejemplo, el avión era deseado por
varios países, principalmente por su bajo precio de adquisición, y
exportado a Colombia, Uruguay y Sri Lanka.
Pucara de Uruguay
La
Fuerza Aérea Colombiana (FAC) utilizó tres Pucarás ex-FAA entre 1989 y
1998, siendo vendidos los fuselajes en 2003 a Uruguay, cuya Fuerza Aérea
Uruguaya (FAU) ya operaba Pucarás desde 1981, desactivando sus aviones,
totalizando ocho aviones. en 2017. La Fuerza Aérea de Sri Lanka (SLAF)
operó cuatro aviones también ex-FAA entre 1993 y 1997, cuando el avión
participó activamente en la guerra civil del país. Dos aviones fueron
derribados por los rebeldes y uno se perdió debido a la explosión
prematura de una de sus bombas. El único avión superviviente fue
retirado del servicio y conservado. Pucaras de Sri Lanka
Varios
países intentaron adquirir Pucará, pero por diversos factores no se
concretaron las ventas. Entre estas propuestas fallidas está la de
Brasil. En 1990, la Fuerza Aérea Brasileña (FAB) anunció la compra de 30
IA-58A como parte del Proyecto SIVAM, para la implementación de radares
de vigilancia aérea y el establecimiento de escuadrones de cazas y de
ataque ligero en la Amazonía brasileña, pero con el desarrollo del
Embraer EMB 314 (A-29) Super Tucano, el pedido fue cancelado.
En
Argentina, durante la década de 2000, se estudiaron, pero sin éxito,
varios proyectos para actualizar y modernizar los veteranos aviones aún
en funcionamiento. En 2019, la Fuerza Aérea Argentina se vio obligada a
retirarse del servicio, principalmente por falta de repuestos para los
motores turbohélice Turbomeca Astazou (que llevaban años sin
producirse), los últimos Pucaras (entre 30 y 40 aviones) en
funcionamiento. .
Aun
así, existe un proyecto para “resucitar” al veterano avión de ataque y
contrainsurgencia, ahora con funciones de avión de vigilancia y patrulla
fronteriza, denominándose el proyecto “Pucará Fénix”, con el fuselajes
reacondicionados y repotenciados con motores Pratt & Whitney Canada
PT-6A-62 mejorados, nuevas hélices de cuatro palas, un módulo
electroóptico Fixview y un sensor de infrarrojos (EO/IR) y enlace de
datos. La actualización fue autorizada inicialmente por el gobierno
argentino en 2021, pero actualmente está en suspenso, y la FAA tiene la
intención de actualizar entre 20 y 25 aviones, que podrían volar durante
otros 15 a 20 años.
Conclusiones
El
FMA IA 58 Pucará fue otro avión innovador fabricado por Argentina, que
produjo un avión de bajo costo operativo y muy eficiente, que fue capaz
de enfrentar una fuerza moderna como la de Inglaterra en la Guerra de
Malvinas en 1982. Aún con las limitaciones del proyecto. , como se
describió anteriormente, los Pucará lograron preocupar a los ingleses
durante el conflicto, principalmente debido a que estuvieron asentados
en las islas durante la guerra.
La
robustez de su fuselaje y la facilidad de manejo por parte de las
tripulaciones de tierra, además de poder manejar una amplia variedad de
armas sencillas, fueron los puntos positivos del proyecto, pero la falta
de una versión con aviónica más avanzada y motores más potentes fue
decisiva para el relativo fracaso de las exportaciones del avión a
varios países, muy diferente del moderno y más dinámico avión brasileño
Embraer EMB 314 Super Tucano, un gran éxito de exportación a nivel
mundial.
En
2024, ningún país opera el Pucará hasta la fecha, a pesar del “Proyecto
Fénix” de Argentina, que pretende continuar la historia de un avión
guerrero que, a pesar de que el proyecto tiene más de 50 años, aún puede
continuar su impresionante historia.
AGRADECIMIENTO
: Al Sr. Víctor Hugo Martinón (VGM = Veterano de la Guerra de
Malvinas), quien contribuyó con relatos personales sobre el traslado de
Pucará del continente a las islas. FUENTES:
<https://en.wikipedia.org/wiki/FMA_IA_58_Pucar%C3%A1>. Consultado el 18/04/24.
<https://escuadronfenix.org.ar/avion-pucara-ia-58-en-malvinas/>. Consultado el 20/04/2024.
<http://malvinasguerraaerea.blogspot.com/2019/09/la-fuerza-aerea-argentina-retira-lo-ia-58.html>.
Consultado el 24/04/2024.
<https://canalmilitarizando.com/2022/05/23/o-sas-em-acao-no-atlantico-sul-o-ataque-a-ilha-pebble/>.
Consultado el 24/04/2024.
<https://canalmilitarizando.com/2022/04/30/cumprindo-com-o-seu-dever-para-defender-a-patria-a-forca-aerea-sul-da-argentina-durante-a-guerra
-das-malvinas-malvinas/>. Consultado el 24/04/2024.
<https://www.gbnnews.com.br/2020/05/eu-sobrevoei-port-stanley-antes-da.html>. Consultado el 26/04/2024.
*Profesor
de Historia en el Estado de Ceará y en la Ciudad de Fortaleza,
Historiador Militar, entusiasta de la Aviación Civil y Militar,
fotógrafo aficionado. Brasileño con alma paulista, actualmente reside en
Fortaleza-CE. Escritor con artículos publicados en varios sitios web de
Defensa.
La historia del soldado que murió en Malvinas para que sus compañeros pudieran replegarse y el homenaje que demoró cuarenta años
El soldado Walter Becerra combatió y murió en el conflicto bélico del Atlántico Sur. Su papel en la guerra contra las fuerzas británicas y por qué la burocracia y la ignorancia demoraron más de una década en imponerle su nombre a su escuela, para que fuera recordado
Por Adrián Pignatelli || Infobae
Walter Becerra soldado, luciendo el uniforme de salida (Flia Becerra)
Era
ya avanzada la noche cuando Mónica se sobresaltó por los golpes que
alguien le daba al vidrio de la ventana en su casa de la calle Río
Amazonas al 300 del Barrio Zarza, en Moreno. Recién abrió la puerta
cuando vio que era su cuñado Walter Ignacio Becerra, 19 años, que
se había escapado del cuartel del regimiento 6 donde estaba haciendo el
servicio militar. Había ido al barrio con tres amigos para despedirse
de su novia Mirta y de paso de su familia, porque se iba a la guerra.
Adelante
vivía su hermano Carlos y en la casa de atrás los padres Andrés Ignacio
y Julia Díaz. Cuando lo vio, la madre no pudo de la alegría. Enseguida preparó su plato preferido: milanesas con bombas de papa rellenas con paté y recubiertas con mayonesa. Esa noche fue la última vez que lo verían.
Marcado en el círculo, junto a sus compañeros del regimiento 6 de Mercedes
Walter
Ignacio Becerra nació en el Hospital Castex, en General San Martín el 5
de mayo de 1962. Al tiempo el padre compró dos lotes en Moreno, cuando
todo era campo, y no se fueron más del barrio. Walter, como toda la
familia, era hincha de Boca y cada tanto se daba una vuelta por el gimnasio a hacer pesas y a pegarle unas piñas a la bolsa.
Según su hermano Carlos, siete años mayor, era querible y cariñoso, al
punto tal que sus amigos del barrio, en la medida que formaban familia, a
sus hijos varones les pusieron Walter o Ignacio.
Le gustaba bailar el rock, escuchar a los Bee Gees y tomar vermouth. A pesar de su juventud, era un padrino muy presente de su sobrina Julieta, quien recuerda que la llevaba a la calesita del barrio.
Junto a sus compañeros del Regimiento de Infantería Mecanizada 6 de Mercedes partió el 12 de abril de 1982 a Malvinas. A la noche llegaron a El Palomar y al día siguiente estaban en las islas.
Héctor Guanes, otro de los caídos del 6 (Comisión de familiares de caídos en Malvinas e Islas del Atlántico Sur)
Con los soldados que estaban por irse de baja se formó la Compañía B. Becerra integraba el primer grupo de la tercera seccion de infanteria, a cargo del Cabo 1ro Zapata. De ese grupo murieron en combate Becerra y Jorge Luis Bordon,
cuyos restos fueron identificados en 2018. Miguel Luis Todde y Néstor
Brilz fueron heridos en combate, Segovia murió en la posguerra, y el
grupo era completado con Polizzo, Roldan, Arrua y Benitez,
Todos concuerdan que el “cabezón” era un tipo bueno, sin maldad y
recuerdan entre risas cuando en una noche de niebla, que no se veía
nada, salieron con el único visor nocturno que disponían a buscar comida
en un galpón y se terminaron perdiendo y que en lugar de comida
volvieron con sus bolsos portaequipos, a los que consideradan
extraviados.
Los primeros días en Malvinas fueron de expectativa,
pendientes de las negociaciones políticas y de la intervención del
Papa. Sin embargo, los bombardeos del primero de mayo avisaron que la
guerra había llegado, y más aún cuando se enteraron del hundimiento del
Crucero General Belgrano.
Su hermano Carlos, emocionado, luego de descubrir la placa
Ya casi al final de la guerra Walter, ese muchacho querendón, divertido, gracioso y atorrante, debió luchar con sus bajones anímicos que el joven jefe Lamadrid intentaba levantar en las largas esperas en las trincheras frías y húmedas.
Becerra cayó en la madrugada del 14 de junio,
combatiendo contra el Segundo Batallón de Guardias Escoceses, en el
sector este del Monte Tumbledown. Los soldados de la sección de Vilgré
Lamadrid, a pesar de los días de cansancio y de mal comer, mantuvieron a
raya el avance enemigo la noche del 13, hasta que las municiones comenzaron a escasear y los ingleses a multiplicarse.
Cuando
fue alcanzado el soldado Juan Domingo Horisberger, apuntador de la
ametralladora Mag, quien había dejado de disparar porque se le había
trabado, fue Becerra quien con su fusil automático pesado -un arma
parecida al Fal pero con caño reforzado para poder disparar más ráfagas
sin que se dilatase el cañón y que además llevaba un trípode en su
extremo- abría fuego a la par que cambiaba de posición, desorientando
a los británicos -”peleaban como verdaderos demonios”, dirían después-
que no lograban dar con él.
Misión
cumplida. A la izquierda Pichi Contardi y a la derecha Víctor Hugo
Iópolo, uno de los que trabajó para que la escuela llevase el nombre del
compañero muerto
Aún sabiendo que se había transformado en el principal blanco enemigo, Becerra se negó a replegarse porque quería cubrir a sus compañeros. Una hora estuvo disparando en esas condiciones hasta que lo abatieron con un lanza cohetes.
En
la familia estaban pendientes de los contingentes de soldados que
regresaban y ante la misma pregunta que se repetía una y otra vez, la
respuesta era que a Becerra no lo habían visto, búsqueda que finalizó
cuando estacionó un jeep del Ejército frente a la casa y dos oficiales
les llevaron la noticia que nunca imaginaron escuchar.
Desde 1983 sus restos descansan identificados en la tumba 15, de la fila 1 del sector B del cementerio argentino en Darwin.
El
papá falleció de un infarto dos años después, y su médico lo atribuyó a
la tristeza. Su mamá, sumida en la desesperación, solía salir de su
casa de madrugada para ir a buscar a su hijo, quien sabe dónde.
Veteranos posan junto a la directora del establecimiento
El recuerdo del Negro Guanes
Víctor Hugo Iópolo es para todo el mundo “el colorado”,
un veterano del regimiento 6, corpulento, de emoción fácil, que el
pasado noviembre cumplió 64 años. Era clase 60 pero había pedido
prórroga para terminar sus estudios de maestro mayor de obra. La vida
quiso que a diez días de irse de baja, le tocase ir a Malvinas.
Nació y vive en Moreno, y su obsesión fue que había que hacer algo por Becerra y Guanes, los dos veteranos caídos del 6 que eran de Moreno, porque como le confesó a Infobae, “de estos muchachos nadie se va a acordar”.
Trabajó
muchos años en la gráfica hasta que el médico le indicó que debía parar
y se empleó como auxiliar en una escuela de Moreno. Dice sentir un
profundo dolor mientras se señala el corazón cuando, diez días después
de haber regresado de la guerra, la mamá del Negro Guanes, que lo había
tenido de soltera, fue a su casa porque no tenía noticias de su hijo.
Iópolo sabía que Guanes, muchacho introvertido que era más de mirar que
de hablar, había sido gravemente herido en las piernas por una
bomba en las últimas horas de la guerra; que el soldado Goñi,
desentendiéndose del intenso fuego enemigo y de la tierra que no dejaba
de temblar por las explosiones, le aplicó morfina mientras se desangraba
y perdía el conocimiento; y que sus compañeros, cuyos rostros exhaustos
por el combate se iluminaban intermitentemente con las bengalas, lo rodeaban y atinaron a rezarle a la virgencita paraguaya de Caacupé, del que su amigo al que la vida se la iba era devoto; y que como no podían llevarlo con ellos, lo dejaron cubierto por una sábana blanca, que indicaba que era un soldado herido.
Terminadas las acciones se enteraron de que había fallecido, pero Iópolo no tuvo el valor de enfrentar a la mujer y contarles los detalles de los últimos minutos de su hijo
e hizo salir al padre. Ella entendió, dio las gracias y no la vio nunca
más. Iópolo iría a terapia por veinte años, porque en el fondo, él
hubiera querido que, de haber muerto en Malvinas, su madre supiera la
verdad.
Con banda militar y todo. El acto fue una revolución en el barrio, del que participaron los vecinos
La puja con el Che Guevara
Con
los años se empleó como portero en la Escuela de Educación Secundaria
N° 30 de Moreno, ubicada en el barrio 2000, a pocas cuadras del Acceso
Oeste, zona insegura pero que, en el universo de la delincuencia que
domina al conurbano, él define que ahora está más tranquilo.
No como cuando el año en que entró a trabajar, cuando manos cobardes la quemaron.
Junto a otros veteranos se desvivieron para reconstruirla, tarea que
les llevó un año. Van chicos de primero a sexto año, en dos turnos,
mañana y tarde.
Unos
doce años atrás Iópolo vio un pequeño cartelito, medio escondido, donde
se invitaba a los profesores a sugerir nombres para bautizarla. Iópolo,
quien además presidía la cooperadora y era famoso por publicar los
balances, increpó al director de entonces. Que la escuela era del
barrio, que todos los vecinos tenían el derecho de votar, y que el
cartel debía ponerlo en la entrada para que fuera visible para todos. “Yo sabía que con vos iba a tener problemas”, se quejó el director.
El apuntó el nombre de Walter Becerra, pero también hubo otros que apoyaban la candidatura de Ernesto Che Guevara, y hubo quienes optaron por Leonardo Da Vinci y otros que su memoria ya borró.
Para la selección final, el trámite se le complicó, ya que cada
postulante debía presentar un video con la justificación de por qué lo
proponía. Para los otros postulantes, fue sencillo: recurrieron a videos
publicados en youtube, pero él no sabía qué hacer. Se le ocurrió grabarlo a Fernando Pichi Contardi, gran amigo de Becerra, y luego viajó a Buenos Aires donde lo filmó a Esteban Vilgré Lamadrid, que había sido su jefe. Cada uno relató quién había sido el soldado muerto en Tumbledown.
La escuela 30 ahora tiene nuevo logo y homenajea a un caído en Malvinas
Durante una semana los alumnos tuvieron la oportunidad de ver todos los videos y Becerra ganó con el 99% de los votos. El resultado fue asentado en el libro de actas del colegio y el directivo, contrariado por el resultado, cajoneó el trámite.
Ese
director se fue, y vino una seguidilla de una interina, un profesor,
luego otra directora, y todos se desentendieron del tema. Iópolo no se
acuerda bien de ninguno de ellos.
El veterano estaba cansado.
Era mucho el desgaste de tantos años porque además era la cabeza de la
cooperadora, y a comienzos de este año renunció, si hacía cuatro o cinco
que se había jubilado. Está separado y tiene tres hijas.
En agosto, una llamada lo volvió a la vida. El vice director Pablo Roncio le dijo que la provincia había aprobado la imposición del nombre. Solo había que buscar una fecha para hacerlo realidad.
Por
los compromisos de los funcionarios municipales, se eligió el 21 de
noviembre, para hacerlo coincidir, casi con el día de la soberanía, que
es el 20.
El acto fue un tremendo alboroto de los buenos en el barrio.
Se consiguió que fuera la banda de música del Grupo 1 de Artillería
“Tomás de Iriarte”, que tiene asiento en Campo de Mayo, y el modesto
patio de la escuela se llenó de vecinos, funcionarios municipales,
provinciales y veteranos.
Iópolo,
que ese día fue abanderado, agradeció quebrado por la emoción a los
veteranos que participaron de este reconocimiento, como a Alberto “Culata” Curieses, que trabajaba en el Consejo Escolar de Moreno y ayudó mucho cuando la escuela se quemó. También estaba el coronel Mario Albérico Moyano -teniente primero en la guerra- “el papá de todos los veteranos”, y muchos compañeros del 6, que siempre se mueven como en una suerte de inquebrantable hermandad guerrera.
Estaban los Becerra, a quien se les obsequió una bandera, y su hermano Carlos participó del descubrimiento de la placa. El jefe del regimiento 6, coronel Sebastián Marincovich, envió un diploma para la escuela.
“Lo que hicimos en el colegio fue dejar una familia a nuestros compañeros”,
aseguró Iópolo. Porque en 2017 también se había cumplido con el otro
caído, cuando a la Escuela de Educación Secundaria N° 42 de Paso del Rey
pasó a llamarse Héctor Guanes.
En
la familia están más que contentos que, después de tantos años, se
hayan acordado de Walter. A la vuelta de la casa, en una placita un
monolito tiene su nombre y también hay otro en la plaza principal de
Moreno, frente a la municipalidad. Hace tiempo hubo un intento de un
concejal de ponerle el nombre a la calle donde vive la familia, pero el
edil falleció y todo quedó en la nada.
Esa noche, la de las milanesas con bombas de papa, su cuñada Mónica les preguntó si tenían miedo, y ellos respondieron que no, que los “iban a hacer pelota a los ingleses”.
En la puerta de calle fue la despedida, y la última vez que lo vieron
fue cuando cruzó la calle para tomar el colectivo 57. En un momento los
cuatro muchachos que iban a la guerra se dieron vuelta y saludaron,
pensando tal vez en un hasta luego, pero que duraría para toda la vida.