viernes, 26 de julio de 2024
miércoles, 7 de febrero de 2024
domingo, 26 de febrero de 2023
El ataque al Atlantic Conveyor
El ataque al Atlantic Conveyor
"En la mañana del 25 de mayo, Día de la Patria, una nueva escuadrilla de aviones navales Super Etendards llevó a cabo otra de sus demoledoras incursiones de ataque. Uno de los peores desastres sufridos por las fuerzas británicas tendría lugar ese día: el hundimiento del portacontenedores “Atlantic Conveyor”.
Los pilotos designados para la misión fueron el capitán de corbeta Roberto Curilovic y el teniente de navío Tulio Barraza.
El primero se despertó ese día muy temprano y siendo noche cerrada todavía, se encaminó hacia el hangar donde se guardaban los aparatos que habrían de intervenir en la arriesgada incursión, para efectuar la correspondiente inspección. Hacía mucho frío y caía una persistente llovizna.
Eran las 07:30 horas cuando Curilovic comenzó a revisar exhaustivamente el aparato en el que habría de volar. Mientras lo hacía, no podía dejar de pensar en sus camaradas caídos, los capitanes de corbeta Alberto Jorge Philippi (sobrevivió) y Carlos Zubizarreta y el teniente de fragata Marcelo Gustavo Márquez, amigos y compañeros de armas caídos en acción.
Finalizada la supervisión, Curilovic se dirigió a la sala de pre-vuelo y al abrir la puerta vio a varios hombres, aviadores navales casi todos, hablando y planeando la misión.
A la hora señalada, los dos pilotos, seguidos por el personal técnico especializado y algunos colegas, se dirigieron a sus aviones. Cosa curiosa, el caza del capitán Curilovic era el 0753/3-A-203, el mismo utilizado por el teniente de fragata Armando Mayora, el 4 de mayo, durante el ataque que acabó con el “Sheffield”.
Cuando Curilovic y Barraza se hallaban en sus cabinas, supervisando los controles y efectuando las últimas verificaciones, se les comunicó desde la torre de mando que el Hércules cisterna de la FAA que debía reaprovisionarlos, no estaba disponible aun, razón por la cual, la misión fue pospuesta. Recién a las 14:30Z horas (17:30 hora argentina) los aviones carretearon hasta la cabecera de la pista y poniendo máxima potencia despegaron sin problemas, Curilovic con el indicativo “Tito” y Barraza con el de "Leo”. Bajo una de sus alas, llevaba cada uno un mortífero “Exocet”.
El reaprovisionamiento aéreo se concretó sin inconvenientes y una vez finalizado, los aviones enfilaron hacia el este. Cuando se hallaban a 150 millas del blanco descendieron a una altura cercana a los 10 mts del nivel del mar a los efectos de no ser detectados. Mientras avanzaban hacia el objetivo, los aviadores procedieron a estabilizar sus unidades, preparando el sistema de tiro para lanzar los misiles.
Al llegar al punto acordado oportunamente (cuando se planeó la misión), efectuaron una primera exploración de radar comprobando, para su sorpresa, que los blancos se encontraban en la posición indicada. Se detectaron dos barcos de gran porte y uno más pequeño, al noreste de las islas, lo que coincidía con la información brindada desde Río Grande.
A partir de allí, el sistema comenzó a transmitir los datos automáticamente al calculador de navegación de cada Exocet, actualizando permanentemente los movimientos y velocidad de los blancos señalados, a los efectos de que el impacto, una vez efectuado el disparo, fuese preciso. Se eligieron los buques de mayor envergadura.
Los aviones volaban a unos 200 metros uno del otro y se hallaban a 31 millas del objetivo cuando los pilotos oprimieron los pulsadores y dispararon los misiles.
Los Exocet se desprendieron, cayeron hacia el mar por espacio de breves segundos, encendieron sus impulsores e iniciaron su vertiginosa trayectoria. Eran las 16:32.
En las unidades navales británicas hubo una alerta seis minutos antes del impacto y de inmediato entraron en funciones todas las medidas anti misiles.
El radar del “Ambuscade” detectó a los ultrasónicos jets argentinos en el momento en que ambos, lanzaban sus “peces voladores” de procedencia francesa.
Los británicos lanzaron sus chaffs y de las cubiertas despegaron varios helicópteros con sus equipos especiales para interferir radares y cohetes. Sin embargo, esas medidas de nada sirvieron ya que el Exocet de Curilovic impactó de lleno en el "Atlantic Conveyor", perforando su gigantesca estructura y estallando en su interior con infernal violencia (16:35).
El gigantesco portacontenedores inglés, que funcionaba como virtual tercer portaaviones de la flota, comenzó a incendiarse rápidamente. El capitán Michel Layard, oficial naval superior a bordo, se desesperó al pensar en la preciosa carga que el buque transportaba. Justamente en pocas horas debía dirigirse a San Carlos para iniciar su desembarco. A viva voz ordenó a los equipos contra incendio de la cubierta superior que evitasen a toda costa que las llamas alcanzasen tanto a los Wessex y los Chinooks como al resto del material transportado, pero ya era tarde; los helicópteros, las carpas, los repuestos para los Harriers, una planta potabilizadora de agua, los elementos de una pista desplegable y el resto del equipo destinado a las tropas de tierra comenzaron a achicharrarse de a poco en un infierno de fuego. Fue uno de los peores desastres sufrido por los británicos durante la guerra.
Ni bien dispararon sus misiles, Curilovic y Barraza viraron hacia la izquierda y se alejaron rumbo al continente. Su misión había concluido, dejando atrás un verdadero infiernos con una docena de muertos (entre ellos el mismo capitán John Hurd, comandante del “Atlántic Conveyor” y veterano lobo de mar de la flota mercante británica), numerosos heridos y gran cantidad de náufragos boyando sobre balsas, en espera de ser rescatados por los equipos especiales.
Mientras los Super Etendards regresaban a Río Grande, bien pegados al agua (a causa de los chubascos se habían perdido de vista uno al otro por unos instantes), el fuego, el calor sofocante y el humo, se adueñaron rápidamente del buque que, al cabo de un tiempo, se partió en dos y se fue a pique junto a su valiosa carga.
Los pilotos de la Armada Argentina aterrizaron en Río Grande sin inconvenientes, después de recorrer 3000 kms en una de las más impecables y profesionales misiones de la guerra y al descender de sus máquinas, un mar de abrazos y palmadas los envolvió, entre gritos de alegría y vivas a la Patria. La fuerzas británicas habrían de sentir aquella pérdida y su campaña se retrasó más de lo esperado ya que, al no contar con tales implementos, se vieron forzadas a detener momentáneamente su avance."
Fuente: "Malvinas: Guerra en el Atlántico Sur"
Comentario para tener en cuenta:
Mariano Sciaroni
Muy bueno. Tres aclaraciones menores. El Atlantic Conveyor era un STUFT (Ship Taken Up for Trade o en otras palabras un Buque comercial afectado al esfuerzo de guerra) y no un RFA (Royal Fleet Auxiliary, buque militar de la flota auxiliar) Asimismo, según el informe oficial acerca del hundimiento del buque ("board of inquiry") los dos AM-39 impactaron al buque en rápida sucesión, exactamente a las 1942z del 25 de Mayo. Ni idea quien era Mr. Hurd, el comandante del buque era Ian North (Cunard), quien falleció en el ataque.
lunes, 12 de diciembre de 2022
viernes, 23 de septiembre de 2022
Super Etendards hunden al Sheffield
Super Etendards hunden al "Sheffield"
Weapons and WarfareA última hora de la mañana del martes (4), el CVBG estaba a 70 millas al sureste de Puerto Argentino. Conscientes de la amenaza de Exocet, las fragatas “Brilliant” y “Broadsword” con su defensa puntual Sea Wolf permanecieron cerca de los portaaviones. Cerca de ellos había una pantalla de tres RFA, más lejos una segunda de "Glamorgan" y tres fragatas más, y luego veinte millas más adelante, los tres Type 42, incluido "Sheffield" con sus Sea Darts de gran altitud. Finalmente hacia las Malvinas, Sea Harriers del No. 801 voló CAP y en ese momento investigó una serie de posibles contactos aéreos. Antes, un CANA Neptune había captado los barcos por radar y dos Super Etendards de 2 Esc despegaron de Río Grande armados cada uno con un Exocet AM. 39. Reabastecidos de combustible por un Hércules del Grupo 1, volaron a baja altitud, aparecieron para una verificación de radar y lanzaron el misil de 20 a 30 millas. Es posible que uno de los Exocet se haya perdido "Yarmouth", pero el otro se estrelló sin apenas aviso en "Sheffield" poco después de las 11.00 horas. Al golpear en medio del barco, la ojiva no explotó, pero el impacto y el combustible no utilizado provocaron incendios incontrolables.
Con "Sheffield" gravemente dañado y con poca energía, la fragata "Arrow" pronto se acercó para ayudar y "Yarmouth" se mantuvo al lado. La tripulación del capitán Salt luchó valientemente para salvar su barco, pero con 20 hombres muertos, esa tarde se dio la orden de abandonar el barco. Con los heridos ya a bordo del "Hermes", "Arrow" se llevó a la mayoría de los 260 supervivientes. “Sheffield” estuvo a la deriva durante cuatro días hasta que se ordenó a “Yarmouth” que la sacara de la TEZ. Llevado por el domingo, "SHEFFIELD" finalmente se hundió al día siguiente no muchas millas de donde fue golpeada. Los supervivientes regresaron más tarde a Ascension en el petrolero "British Esk".
El uso por parte de Argentina del Super Étendard y el misil Exocet durante la Guerra de las Malvinas de 1982 hizo que el avión ganara un considerable reconocimiento popular.
La Aviación Naval Argentina decidió comprar 14 Super Étendards en 1980, luego de que Estados Unidos impusiera un embargo de armas —debido a la Guerra Sucia— y se negara a suministrar repuestos para sus A-4Q Skyhawks. Entre agosto y noviembre de 1981 se enviaron a Argentina cinco Super Étendards y cinco Exocets. Los Super Étendards, armados con misiles antibuque Exocet, jugarían un papel clave en la Guerra de las Malvinas entre Argentina y el Reino Unido en 1982. El escuadrón estaba estacionado en una base aérea en el Río Grande; Durante el conflicto, la amenaza planteada a las fuerzas navales británicas llevó a la planificación de la Operación Mikado y otras misiones de infiltración propuestas para asaltar la base aérea, con el objetivo de destruir los Super Étendards para evitar su uso.
Un primer intento de atacar a la flota británica se realizó el 2 de mayo de 1982, pero fue abandonado debido a problemas de reabastecimiento de combustible. El 4 de mayo, dos Super Étendards, guiados por un Lockheed P-2 Neptune, lanzaron un Exocet cada uno contra el destructor británico HMS Sheffield, con un solo misil que golpeó fatalmente a Sheffield. El 25 de mayo, otro ataque de dos Super Étendards provocó que dos misiles impactaran contra el buque mercante Atlantic Conveyor, que transportaba varios helicópteros y otros suministros al frente. Los Exocets que golpearon el Atlantic Conveyor habían sido redirigidos inadvertidamente por paja señuelo desplegada como medida defensiva por otros barcos; tanto el Sheffield como el Atlantic Conveyor se hundieron como resultado de los ataques de Exocet.
El quinto misil fue lanzado en un ataque destinado a atacar al portaaviones británico HMS Invincible.
Tras el fin del conflicto, en 1984 Argentina había podido completar la entrega de los 14 Super Étendards completos pedidos, así como una serie de Exocets con los que armarlos. Los Super Étendards realizaron calificaciones en el portaaviones ARA 25 de Mayo hasta el retiro final del barco. Desde 1993, los pilotos argentinos han practicado a bordo del portaaviones São Paulo de la vecina Marina de Brasil. Los ejercicios de aterrizaje “touch-and-go” también eran comunes en los portaaviones de la Armada de los Estados Unidos durante las maniobras gringo-gauchas y los ejercicios conjuntos.
En 2009, se firmó un acuerdo entre Argentina y Francia para mejorar la flota restante de Super Étendards de Argentina. Una propuesta anterior para adquirir los antiguos Super Étendards navales franceses fue rechazada debido a los altos niveles de horas de vuelo acumuladas; en su lugar, se eliminó el equipo y el hardware de los fuselajes franceses retirados y se instalaron en aviones argentinos, actualizándolos efectivamente al estándar Super Étendard Modernisé (SEM). A partir de 2012, 11 Super Étendards permanecen en servicio con Argentina.
sábado, 17 de septiembre de 2022
Dos Exocet apuntaron a barcos portadores de armas nucleares
Malvinas, archivos desclasificados: el estudio inglés que afirma que dos misiles apuntaron contra un buque con armas nucleares
El 25 de mayo de 1982 dos aviones Super Étendard cargados con Éxocet, partieron de Río Grande con una misión: atacar un blanco importante de la Royal Navy a 110 millas de Puerto Argentino. Los misiles hundieron al Atlantic Conveyor, pero una investigación realizada por los ingleses determinó que los mismos habían apuntado al Regent que tenía en sus bodegas cargas de profundidad nuclear. El libro “Handbreake” y los detalles de la sorprendente hipótesis británicaPor Alejandro Amendolara y Mariano Sciaroni || Infobae
La Base Aeronaval Almirante Quijada, en la localidad de Río Grande, en la provincia de Tierra del Fuego, el día 25 de mayo de 1982 amaneció con un intenso frío y fuertes vientos del noroeste, a lo que se sumaban lloviznas intermitentes. La Segunda Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque, que ya había hundido al poderoso HMS Sheffield, estaba trabajando desde antes de la salida del sol.
La situación en la base era de alerta permanente, y las sospechas de que algo raro estaba pasando, se confirmaron cuando, pocos días antes, un helicóptero Sea King británico (ZA290) aterrizó y fue quemado por su tripulación en territorio chileno, cerca de Punta Arenas.
Los aviones Super Étendard y sus misiles Exocet representaban la mayor amenaza a la flota británica, por lo que se presumía que los británicos podrían realizar alguna operación con fuerzas especiales para dejar fuera de combate a los aviones de la Escuadrilla y destruir los misiles remanentes.
Esa misma mañana del 25 de mayo, pero en Gran Bretaña, el diario Daily Express publicó una nota en la que se preguntaba:“¿Han alcanzado los SAS a los cazas Exocet?”. El cronista conjeturaba que “la ausencia de Super Étendard en tres días de combates en las aguas de la Bahía de San Carlos, y la misteriosa aparición del helicóptero británico abandonado en Chile han alimentado las teorías de los almirantes de Westminster”. Sin embargo, también señalaba: “Otra teoría es que los argentinos están reteniendo los Étendard y Exocets para un gran ataque a los portaaviones Invencible y Hermes”.
Los acontecimientos de ese día demostrarían cuál de sus dos teorías era la válida.
Las primeras tareas del día en la Base Aeronaval consistieron en que el personal de mantenimiento acercara al hangar los aviones Super Étendard de la escuadrilla, dispersos por distintos lugares de la base para tratar de no ofrecer un blanco directo en caso de un ataque por tierra, mientras que el personal de armamento llevaba los dos misiles AM-39 Exocet desde los polvorines. Tenían que sacarlos de los contenedores presurizados y colgarlos en los dos aviones que estuvieran preparados para el vuelo. Fueron elegidos los Super Étendard 3-A-203 (que volaría el Capitán de Corbeta Roberto “Toro” Curilovic) y 3-A-204 (a cargo del Teniente de Navío Julio “Mate” Barraza) para la misión.
“Toro” sería el líder de la misión y “Mate” el numeral. Desde el inicio del conflicto volaban juntos y, antes, habían entrenado juntos en Francia. Esta misión les tocaba a ellos.
Mientras que en la sala de pilotos el aire se hacía cada vez más espeso por el humo de los cigarrillos, los hombres conversaban tranquilamente sobre diversos temas, hasta que sonó el teléfono con una llamada proveniente del Centro de Operaciones de Combate. En En ese instante se informó la orden de atacar sobre un blanco importante (un portaaviones) a unas 110 millas al nordeste de Puerto Argentino.
A partir de ese momento, comenzó la planificación de la misión y se decidió que la aproximación al blanco se realizaría por el norte/noroeste para contar con el factor sorpresa.
La misión tendría algunos condicionamientos al haberse establecido la presencia de dos buques ingleses en la entrada norte del Estrecho de San Carlos, que cumplían la función de piquete radar (de los cuales la Fuerza Aérea Argentina se encargaría más tarde ese día, hundiendo al HMS Coventry y averiando de consideración al HMS Broadsword), y la actividad de numerosas patrullas aéreas de Sea Harrier británicos en la zona.
Asimismo, un ataque desde esa posición permitiría sobrepasar a los buques piquete de la Task Force: no había tantos ahora disponibles en la flota, tanto por la pérdida de los días anteriores como por la necesidad que existía de destinar ciertas naves para proteger las aguas cercanas a Malvinas y al esfuerzo anfibio.
De hecho, los británicos solamente poseían un buque piquete radar en ese momento, el recién llegado destructor Tipo 42 HMS Exeter, que se encontraba ubicado a 25 millas del núcleo de la flota, pero en dirección Este-Sur-Este, dirección sobre la que se evaluó una posible amenaza argentina.
Se planificó, por ello, una trayectoria que evitara la detección temprana e intercepción de las aeronaves, de forma de llegar sobre el grupo de tareas desde una dirección imprevista. La misión incluía el reabastecimiento con un KC-130 Hércules de la Fuerza Aérea Argentina.
Se solicitó que el Hércules reabastecedor se ubicara en una posición a 160 millas al este de Puerto Deseado. La ruta prevista para el ataque era de 500 millas, un largo vuelo de cuatro horas de duración, con despegue previsto para las 11:00.
Finalizada la reunión de prevuelo, Curilovic y Barraza se dirigieron a los aviones, realizaron la inspección previa y se sentaron cada uno en su cabina. Con la asistencia del personal de tierra, pusieron en marcha sus aeronaves y aguardaron en la plataforma frente al hangar. La espera se hizo larga y, al cabo de unos 20 minutos, los mecánicos hicieron señas a los pilotos de cortar motor, y luego de descender de sus aviones se dirigieron con todo el equipo a la Sala de Operaciones.
Allí, el Capitán de Corbeta Jorge Luis Colombo (el comandante de la Escuadrilla) les indicó que el Hércules KC-130 de la Fuerza Aérea Argentina, que se suponía tenía que estar ya frente a Puerto Deseado a 6,000 metros de altura para el reabastecimiento a la ida y a la vuelta, no estaba disponible en ese momento.
En realidad, desde el Comando de la Fuerza Aérea Sur (FAS) de la Fuerza Aérea se estaban preparando otros ataques sobre los buques en San Carlos, por lo que los Super Étendard deberían aguardar unas horas hasta que los KC-130 estuvieran disponibles.
Recién cuatro horas más tarde los aviones navales argentinos despegarían y pondrían rumbo hacia el avión tanque, que los aguardaba en el lugar coordinado en la planificación y en el horario previsto, a las 15:45.
Barraza hizo señas a su líder y uno de cada lado, se acercaron lentamente al tanquero, hasta realizar el acople en las mangueras del avión. Permanecieron enganchados por unos 6 o 7 minutos y recibieron la cantidad de combustible previamente estipulada. Desde las ventanillas traseras del Hércules se asomaban uno a uno los tripulantes para saludar a los pilotos y desearles suerte en la misión. Incluso les tomaron fotografías.
Antes de separarse, el Hércules pasó información a los aviones navales, como recuerda el Teniente Barraza:
“El KC-130 salió al aire dando el siguiente mensaje: ‘Tengo algo importante para ustedes, escriban’, y a continuación transmitió coordenadas que yo parte anoté, pero me asaltaba la duda de haber copiado correctamente. Estas coordenadas fueron introducidas y verifiqué que no había mucha diferencia en rumbo y distancia con la que teníamos originalmente”.
Luego del encuentro con el avión tanque, hicieron un suave descenso y desde allí iniciaron su fase final de ataque desde la dirección totalmente inesperada por la Fuerza de Tareas británica.
Durante el vuelo de aproximación no se detectaron interferencias electrónicas en los equipos de las aeronaves, lo que les permitía suponer que tendrían a su favor el factor sorpresa. Desde el momento en que los pilotos estimaron que se hallaban a 130 millas del grupo de tareas hacia el que se dirigían, volaron rasante, a unos 100 pies, y a 550 nudos. Estaban separados unos 500 metros, volando debajo de una capa de nubes quebrada a 2.000 pies.
A las 55 millas, con un doble pulsado del botón de radio ambos aviones sincronizaron un ascenso hasta unos 1.800 pies de altitud (debajo de la capa de nubes, no deseaban sobrepasarla y perder la referencia visual de lo que sucedía en el mar) y efectuaron una emisión de radar para confirmar la existencia y localización de los blancos. Como marcaba la doctrina, el Capitán Curilovic tenía su radar en escala de 80 millas náuticas y el Teniente Barraza, a 40. Pero no detectaron blanco alguno, por lo cual dejaron el radar en stand-by y volvieron al vuelo rasante sobre el mar.
Muy poco tiempo después volvieron a ascender. Ya estaban a unas 39 millas del objetivo. Para su alegría, luego de dos barridos de radar, allí estaban los barcos ingleses. Curilovic seguía con su radar en escala de 80 millas y consideró que tenía un blanco mediano y uno grande. A su vez, Barraza, que tenía mejor definición en su pantalla al estar en escala de 40 millas, confirmó los mismos blancos. Ambos, también, detectaron un eco más pequeño a la izquierda de la pantalla.
Curilovic rompió el silencio: “Sobre el mayor”. Lo que fue confirmado por Barraza por radio. Los radares quedaron “enganchados” tras un gatillazo y, a partir de allí, conectaron “MASTER MISIL” en el tablero del avión y comenzaron a seguir la lista de chequeo para el lanzamiento del AM-39 mientras volaban hacia el blanco, ahora a 450 nudos.
Recuerda Curilovic:
“Cuando lanzamos ambos misiles estábamos separados por unos 200 metros. Cuando lancé el mío quedé hipnotizado mirando cómo el Exocet iniciaba su recorrido al blanco. No dudé que era lo que teníamos que tener en cantidad para atacar a los británicos”.
Sobre el mismo momento, relata Barraza:
“Apreté el botón de disparo, sentí el sacudón y luego escuché claramente un estampido debajo. Una vez disparados ambos misiles, realicé mi giro de ruptura para alejarme 180° del rumbo del blanco sin notar que adelante no estaba Curilovic. La flota británica sabía en ese momento que la estábamos atacando. El sol estaba bajando, el mar parecía dorado y el cielo era de color púrpura”.
En el momento en que los dos Super Étendard encendieron sus radares por última vez para generar el diálogo final entre el avión y el misil con los datos de ataque, la recientemente arribada fragata Tipo 21 HMS Ambuscade pudo detectar el eco de aproximación de los incursores: estaban a tan solo 28 millas y en rumbo 310°.
Treinta segundos antes había detectado la emisión del radar Agave de los aviones argentinos. Sin embargo, y a pesar de que la nave británica lanzó la alarma y, una vez más, la palabra “Handbrake” (palabra en código que señalaba un radar de avión Super Étendard) saturaba los circuitos de radio y altoparlantes de todos los buques. La suerte estaría echada para uno de ellos.
La fragata Tipo 21 HMS Alacrity se encontraba en una estación ligeramente al sur de la Ambuscade, recordando su comandante, el Capitán Chris Craig:
“‘Handbrake!’ Se escucharon los gritos desde el Exeter y la Ambuscade. Todos los hombres del Grupo de Tareas sabían ahora que la palabra clave ‘Handbrake’ era el radar de Étendard, y eso significaba Exocet. A alguien le tocaría esta vez”.
El resultado del ataque es conocido. Los dos misiles impactaron al buque portacontenedores SS Atlantic Conveyor (el cual, asimismo, estaba cumpliendo funciones de portaaviones alternativo), el cual se incendió y, días después se hundió. Fue la pérdida logística más importante para la fuerza británica en toda la guerra.
Sin embargo, un informe británico del año 1985 titulado “Reconstrucción y Análisis de la Guerra Aérea durante la Operación Corporate 1982 –Memorándum 85105″, desclasificado en el año 2021, señala que el buque grande, “el mayor”, sobre el cual lanzaron los misiles los aviadores argentinos no fue el Atlantic Conveyor. Ni una fragata, ni un blanco falso.
El informe comienza señalando que, en tanto se observó a los misiles haciendo un cambio de rumbo hacia la izquierda “ello sugiere que el Atlantic Conveyor no fue el blanco sobre el que se lanzó”, sino que los misiles tomaron este blanco al no poder encontrar el blanco original.
Por tanto, se plantean dos escenarios.
El primero, que los aviones argentinos lanzaron sus misiles sobre la fragata HMS Ambuscade o el chaff (tiras de aluminio que se lanzan al aire para confundir a los misiles), aún cuando esta hipótesis no explica porque este buque no detectó al radar del misil Exocet en vuelo.
El segundo es realmente novedoso. Y terrible.
Señala el informe que “el RFA Regent, más grande (y por tanto, presentando un eco radar también más grande) que el Atlantic Conveyor fue el blanco atacado”. Agrega que, si bien la posición exacta de este buque no se había registrado, estaba muy cerca del Conveyor y que posiblemente los misiles terminaron atacando a este último.
Los británicos realizaron simulaciones con computadora de este segundo escenario, en el cual los misiles van hacia al blanco “grande” (el Regent) y, al encender sus propios radares, detectan en su cono de búsqueda al Atlantic Conveyor y, por tanto, giran para atacarlo.
Como dato adicional, hay que remarcar que el misil Exocet enciende su radar solo en la fase final del ataque y que, al hacerlo, se dirige al primer blanco que encuentre, buscando de izquierda a derecha. El Atlantic Conveyor estaba a la izquierda del Regent. El cono de búsqueda se puede graduar, pero los misiles argentinos siempre se lanzaron con el más grande “para pegarle a algo siempre”.
El informe británico termina indicando que “el peso de la evidencia actualmente disponible, por tanto, lleva a la conclusión que los Exocet fueron apuntados al Regent”.
La información sería anecdótica. Sin embargo, el RFA Regent no era un buque cualquiera.
Este enorme buque auxiliar, de 195 metros de eslora y 23.257 toneladas, bajo el mando del Captain J. Logan (RFA), se encontraba cargado de munición (desde balas a bombas), la cual todavía no había descargado en las islas. Si explotaba por los impactos esa munición habría dañado, posiblemente en forma severa, a la totalidad de los buques que se encontraban en las cercanías, incluso al portaaviones HMS Hermes.
Pero el problema resultaba aún mayor. El Regent tenía, en sus bodegas, cargas de profundidad nuclear WE.177A.
Según el informe oficial publicado por el Ministerio de Defensa británico en 2003, una de ellas las había recibido el 15 de mayo del buque logístico RFA Resource. Tenía también cuatro cargas más, pero de entrenamiento o de vigilancia, sin cabeza nuclear. El 17 de mayo recibió cargas provenientes del RFA Fort Austin y del destructor HMS Coventry.
La carga de profundidad nuclear WE.177A podía ser graduada de 0,5 a 10 kilotones (la bomba lanzada en Hiroshima tenía 15 kilotones de poder) y su uso primario era la de ser lanzada, desde helicópteros, contra submarinos. También podía ser adaptada como una bomba convencional, de caída libre, para ser utilizada desde aviones Sea Harrier.
Si bien las bombas nucleares tienen dispositivos de seguridad, para evitar una explosión accidental o no querida, lo cierto es que el impacto de misiles en el Regent podría haber tenido resultados catastróficos, teniendo en cuenta que los misiles Exocet que impactaron en el Conveyor hicieron ambos explosión y, asimismo, su combustible remanente provocó, en escaso tiempo, incendios incontrolables.
Una bomba nuclear, en el medio de un incendio, y rodeada de explosivos, no es un panorama alentador.
Sin llegar a una detonación nuclear, también hubiera sido catastrófico que se dañara la misma bomba y esparciera sus componentes radioactivos a la flota británica. El efecto en el curso de la guerra hubiera sido casi inmediato.
Al día siguiente, 26 de mayo, al ordenarse el ingreso del RFA Regent al Área de Operaciones Anfibia en San Carlos, el buque transfirió las cargas nucleares almacenadas en su bodega al RFA Resource, porque quedaría completamente expuesto a los ataques aéreos periódicos en ese lugar. La experiencia del día anterior casi fue catastrófica, y no había lugar para correr riesgos con ese armamento en sus bodegas.
El precio a pagar hubiera sido, sin embargo, demasiado grande. El Atlántico Sur contaminado con radioactividad por la solitaria acción de dos “peces voladores”, los misiles Exocet.
(Anticipo del libro “Handbrake!” - Dassault Super Etendard Fighter-Bombers in the Falklands/Malvinas War, 1982; por Mariano Sciaroni y Alejandro Amendolara. Serie Latin America@War, Editorial Helion & Company. Marzo 2022. ISBN-13: 978-1915070722)
domingo, 14 de agosto de 2022
COAN: La aviación naval argentina en el conflicto
Nadie puede atribuirse el haber combatido solo. La Historia es una.
La aviación naval en el conflicto del Atlántico Sur
Prensa OHFPor: Oscar H. Filippi – Ilustraciones: Carlos A. García – Fotos aporte: Armada Argentina
Durante el transcurso del Conflicto del Atlántico Sur por la recuperación de nuestros espacios soberanos irredentos, Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur (2 de Abril al 14 Junio de 1982), 649 HÉROES ARGENTINOS, ofrendaron sus vidas en la última batalla por nuestra total independencia.
Estos HÉROES pertenecían al Ejército Argentino, la Armada Argentina, la Fuerza Aérea Argentina, a dos Fuerzas de Seguridad, la Prefectura Naval, la Gendarmería Argentina y valientes civiles de la Marina Mercante. Nadie puede entonces, arrogarse el derecho de haber combatido solo, mal conducidos seguramente, pero únicos y solos, sería un insulto al resto de sus Camaradas caídos. Las pérdidas patriotas por cada una de las Fuerzas fueron:
EJERCITO ARGENTINO: 194 bajas
ARMADA ARGENTINA: 375 bajas
FUERZA AÉREA ARGENTINA: 55 bajas
PREFECTURA NAVAL ARGENTINA: 2 bajas
GENDARMERÍA ARGENTINA: 7 bajas
MARINA MERCANTE ARGENTINA: 16 bajas
Este trabajo tiene por objeto específico, resumir las acciones concretas de la AVIACIÓN NAVAL de la ARMADA ARGENTINA en aquellos días de conflicto armado. Pretendo con él, establecer la claridad histórica de los hechos y evitar esa triste práctica de “Lobby” institucional que sinceramente creía extintas desde el momento que hubo que COMBATIR JUNTOS.
Un lobby (del inglés “vestíbulo, salón de espera”), en español, (grupo de cabildeo o grupo de presión). Es un colectivo con intereses comunes que realiza acciones dirigidas a influir ante la Administración Pública para promover decisiones favorables a los intereses de un sector concreto. Las primeras utilizaciones políticas de este término son del siglo XIX. Lamentablemente su mala práctica, tiende siempre a confundir a la propia Administración Pública y especialmente a los funcionarios de turno.
Hecha la introducción, vamos al desarrollo del tema.
RESUMEN Y ESTADÍSTICAS:
Para facilitar el conocimiento de lo hecho por la AVIACIÓN NAVAL de la ARMADA ARGENTINA en el Conflicto del Atlántico Sur por la recuperación de las ISLAS MALVINAS, en este resumen se incluyen los datos e informaciones destacables.
A través de lo que aquí se expone, se verá como fue la Organización de la AVIACIÓN NAVAL durante el conflicto, desde cuales aeródromos o buques se operó y cuál fue el desarrollo general de las operaciones, para considerar, por último, las acciones que la ARMADA considera como más destacables.
1.- ORGANIZACIÓN DE LA AVIACIÓN NAVAL Y SUS AERONAVES:
FUERZA DE TAREAS AERONAVAL (FT.80)
1.1. GRUPO AERONAVAL INSULAR (GT.80.1)
Escuela de Aviación Naval – Aviones MENTOR T-34
Primera Escuadrilla Aeronaval de Ataque – Aviones MACCHI MC-32/33
Escuadrilla Aeronaval de Reconocimiento – Aviones BEECHCRAFT BE-200 Y BE-80F
Escuadrilla Aeronaval de Propósitos Generales – Aviones BEECHCRAFT BE-80 – TRACKER S-2A y PILATUS PL-6
1.2. GRUPO DE TAREAS DE EXPLORACIÓN (GT-80.2)
Escuadrilla Aeronaval de Exploración – Aviones Lockheed NEPTUNE SP-2H
Escuadrilla Aeronaval Antisubmarina – Aviones Grumman TRACKER S-2E y Embraer BANDEIRANTE
Segunda Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros – Helicópteros SEA KING H3
1.3. GRUPO DE TAREAS DE ATAQUE (GT-80.3)
Segunda Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque – Aviones Dassault-Breguet SUPER ETENDARD
Tercera Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque – Aviones Douglas A-4Q SKYHAWK
Primera Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros – Helicópteros AI-03 ALOUETTE III
1.4. GRUPO DE TAREAS DE SOSTÉN LOGÍSTICO MÓVIL (GT-80.4)
Primera Escuadrilla de Sostén Logístico Móvil – Aviones Lockheed ELECTRA L-188
Segunda Escuadrilla Aeronaval de Sostén Logístico Móvil – Aviones FOKKER F-28
2.- AERÓDROMOS Y BUQUES DESDE LOS CUALES SE REALIZARON OPERACIONES:
– Base Aeronaval Ezeiza
– Base Aeronaval Punta Indio
– Base Aeronaval Comandante Espora (Prov. Buenos Aires)
– Base Aeronaval Almirante Zar (Trelew)
– Estación Aeronaval Río Gallegos
– Base Aeronaval Río Grande: Almirante Quijada (Tierra del Fuego)
– Base Aeronaval Ushuaia (Tierra del Fuego)
– Portaaviones ARA “25 de MAYO” y otras unidades de la Flota de Mar
– Puerto Argentino (Islas Malvinas)
– Aeródromo Auxiliar Calderón (Isla Borbón, Archipiélago Malvinas)
3.- DESARROLLO GENERAL DE LAS OPERACIONES:
Durante el Conflicto MALVINAS, la AVIACIÓN NAVAL de la ARMADA ARGENTINA participó con 60 aeronaves, de las que perdió 13. Murieron: 1 Oficial Jefe; 3 Oficiales y 2 Suboficiales, ellos fueron: Capitán de Corbeta, Carlos María ZUBIZARRETA; Teniente de Fragata, Marcelo Gustavo MÁRQUEZ; Teniente de Fragata, Carlos BENÍTEZ, Teniente de Corbeta, Daniel Enrique MIGUEL, Suboficial Mayor, Ramón BARRIOS y Suboficial Segundo, Roberto LOBO.
Estas aeronaves volaron u total de 6.464 horas en misiones relacionadas directamente con las operaciones. De ellas, más de 1.800 horas de vuelo se ejecutaron en el área de batalla.
Estas últimas corresponden a más de QUINIENTAS (500) salidas individuales de aviones y helicópteros desde el portaaviones ARA “25 de MAYO” y otros buques de la FLOTA de MAR, así como desde todas las Bases Aeronavales y aeródromos del Continente y de las ISLAS MALVINAS mencionadas en el punto anterior. Estas salidas pueden discriminarse de la siguiente manera:
– De exploración y reconocimiento de las Fuerzas Navales enemigas, más de 200 salidas.
– De ataque y reconocimiento armado a buques, posiciones y fuerzas terrestres enemigas, más de 100 salidas.
– De apoyo a las operaciones, 233 salidas.
Los datos consignados muestran otras realidades que son dignas de ser destacadas, como por ejemplo que, la AVIACIÓN NAVAL sólo tuvo un piloto y medio para tripular cada uno de sus aviones de combate (lo normal es no menos de tres pilotos por avión) y que DOS (2) de cada TRES (3) salidas alcanzaron el objetivo enemigo.
Como información interesante cabe aclarar que casi todas las salidas de ataque a partir del día 23 de Mayo (1982), desde el Continente se ejecutaron con reabastecimiento en vuelo, proporcionado por aviones Lockheed KC-130 HÉRCULES de la FUERZA AÉREA ARGENTINA, en operaciones conjuntas de excelente rendimiento.
3.- DESARROLLO GENERAL DE LAS OPERACIONES:
Durante el Conflicto MALVINAS, la AVIACIÓN NAVAL de la ARMADA ARGENTINA participó con 60 aeronaves, de las que perdió 13. Murieron: 1 Oficial Jefe; 3 Oficiales y 2 Suboficiales, ellos fueron: Capitán de Corbeta, Carlos María ZUBIZARRETA; Teniente de Fragata, Marcelo Gustavo MÁRQUEZ; Teniente de Fragata, Carlos BENÍTEZ, Teniente de Corbeta, Daniel Enrique MIGUEL, Suboficial Mayor, Ramón BARRIOS y Suboficial Segundo, Roberto LOBO.
Estas aeronaves volaron u total de 6.464 horas en misiones relacionadas directamente con las operaciones. De ellas, más de 1.800 horas de vuelo se ejecutaron en el área de batalla.
Estas últimas corresponden a más de QUINIENTAS (500) salidas individuales de aviones y helicópteros desde el portaaviones ARA “25 de MAYO” y otros buques de la FLOTA de MAR, así como desde todas las Bases Aeronavales y aeródromos del Continente y de las ISLAS MALVINAS mencionadas en el punto anterior. Estas salidas pueden discriminarse de la siguiente manera:
– De exploración y reconocimiento de las Fuerzas Navales enemigas, más de 200 salidas.
– De ataque y reconocimiento armado a buques, posiciones y fuerzas terrestres enemigas, más de 100 salidas.
– De apoyo a las operaciones, 233 salidas.
Los datos consignados muestran otras realidades que son dignas de ser destacadas, como por ejemplo que, la AVIACIÓN NAVAL sólo tuvo un piloto y medio para tripular cada uno de sus aviones de combate (lo normal es no menos de tres pilotos por avión) y que DOS (2) de cada TRES (3) salidas alcanzaron el objetivo enemigo.
Como información interesante cabe aclarar que casi todas las salidas de ataque a partir del día 23 de Mayo (1982), desde el Continente se ejecutaron con reabastecimiento en vuelo, proporcionado por aviones Lockheed KC-130 HÉRCULES de la FUERZA AÉREA ARGENTINA, en operaciones conjuntas de excelente rendimiento.
LOS RESULTADOS OBTENIDOS:
– La detección y localización de buques enemigos, que posibilitó la acción de la AVIACIÓN NAVAL DE ATAQUE PROPIA.
– La localización de los náufragos del Crucero (C-4) ARA “GRAL. BELGRANO”.
– El transporte a Puerto Argentino de más de 500 Toneladas de carga y 1.500 hombres.
– Evacuación de heridos al Continente.
BAJAS BRITÁNICAS CAUSADAS POR LA AVIACIÓN NAVAL:
4 de Mayo de 1982 – Hora 11.04
Un (1) destructor Clase 42 HMS “SHEFFIELD” en latitud 58° 48’ S y longitud 57° 42’ W, es atacado por dos (2) aviones SUPER ETENDARD utilizando dos (2) misiles AM-39 EXOCET. Resultado: HUNDIDO.
21 de Mayo de 1982 – Hora 10:04
Una (1) Fragata clase Leander HMS “ARGONAUT” en acceso al Puerto San Carlos, ligeramente al SE de Fanning Head, es atacada por un avión AER MACCHI MB-339 (4-A-115) utilizando cañones de 30mm y 8 cohetes de 5’’. Resultado: AVERIADA.
21 de Mayo de 1982 – Hora 15:15
Una (1) Fragata clase 21 HMS “ARDENT” (F-184) atacada por dos secciones reforzadas (6 aviones en total) de aviones DOUGLAS A-4Q SKYHAWK utilizando 12 bombas de 250kg. Resultado: HUNDIDA.
Se destruye un (1) helicóptero LYNX HAS-2 (XZ-251) perteneciente al Escuadrón 702 de la Royal Navy (RN).
23 de Mayo de 1982 – Hora 14:05
Una (1) Fragata clase 21 HMS “ANTELOPE” (F-170) en Puerto San Carlos, es atacada por un (1) avión DOUGLAS A-4Q SKYHAWK utilizando tres (3) Bombas de 250kg. Resultado: HUNDIDA (posible).
Un (1) Destructor clase County, en Puerto San Carlos, es atacado por un (1) avión DOUGLAS A-4Q SKYHAWK utilizando tres (3) bombas de 250ks. Resultado: AVERIADO (posible).
25 de Mayo de 1982 – Hora 15:35
Un (1) Buque de Transporte Portacontenedores de la Cunnard Lines SS “ATLANTIC CONVEYOR”, en latitud 50° 30’ S y longitud 56° 08’ W, es atacado por dos (2) aviones SUPER ETENDARD utilizando dos (2) misiles AM-39 EXOCET. Resultado: HUNDIDO.
Se destruyen tres (3) helicópteros BOEING CH-17 CHINOOK HC-1 (matrículas ZA-706; ZA-716; ZA-719) pertenecientes al Escuadrón 18 de la Royal Air Force (RAF), seis (6) helicópteros WESTLAND WESSEX HU-5 (matrículas XS-480; XS-495; XS-499; XS-512; XT-476; XT-483) pertenecientes al Escuadrón 707 de la Royal Navy (RN) y un (1) helicóptero LYNX HAS-2 (matrícula XZ-700) perteneciente a la Royal Navy (RN). Abundante material bélico y repuestos varios.
30 de Mayo de 1982 – Hora 14:05
Ataque al portaaviones HMS “INVINCIBLE” en
latitud 51° 41’ S y longitud 56° 40’ W, es atacado por dos (2) aviones
SUPER ETENDARD (en operación conjunta con cuatro aviones DOUGLAS A-4C
SKYHAWK de la Fuerza Aérea Argentina) utilizando un (1) misil AM-39
EXOCET y bombas de 250ks. Resultado: AVERIADO (Posiblemente HUNDIDO, agregado por responsable de redacción).
BAJAS DE AERONAVES DE LA AVIACIÓN NAVAL:
2 de Mayo de 1982 – Un (1) helicóptero SA 316B ALOUETTE III (3-H-105) a bordo del Crucera (C-4) ARA “GENERAL BELGRANO” al ser hundido.
3 de Mayo de 1982 – Un avión AER MACCHI MB-339A (4-A-113) al estrellarse en cercanías de Puerto Argentino.
15 de Mayo de 1982 – Cuatro (4) aviones Beechcraft T-34C-1 TURBO MENTOR (matrículas 1-A-401; 1-A-408; 1-A-411 y 1-A-412). Destruidos en tierra por comandos británicos en la Estación Aeronaval Calderón, en la Isla Borbón del Archipiélago de las Islas Malvinas.
21 de Mayo de 1982 – Tres (3) aviones DOUGLAS A-4Q SKYHAWK (matrículas 3-A-307; 3-A-312 y 3-A-314) Derribados por aviones British Aerospace Sea Harrier FRS.1 sobre la Bahía Ruiz Puente mientras atacaban la Fragata HMS “ARDENT” (F-184).
28 de Mayo de 1982 – Un (1) avión AER MACCHI MB-339A (4-A-114) destruido en combate sobre Goos Green.
29 de Mayo de 1982 – Un avión AER MACCHI MB-339A (4-A-112) destruido en tierra por bombardeo aéreo británico sobre Puerto Argentino.
14 de Junio de 1982 – Dos (2) Aviones AER MACCHI MB-339A (4-A-110 y 4-A-116) inutilizados por personal propio para evitar la captura por los británicos en Puerto Argentino.
BUQUES HUNDIDOS POR LA AVIACIÓN NAVAL:
El resumen que sigue fue efectuado por la AVIACIÓN NAVAL en MALVINAS, desde el punto de vista, COSTO/EFECTIVIDAD:
HMS “SHEFFIELD” = 4.100 toneladas de desplazamiento
HMS “ARDENT” = 3.250 toneladas
HMS “ANTELOPE” = 3.250 toneladas (posible)
HMS “ATLANTIC CONVEYOR” = 26.650 toneladas
TONELAJE TOTAL HUNDIDO = 34.000 Toneladas
Tonelaje hundido por avión de combate perdido, teniendo en cuenta que fueron ocho unidades perdidas, tres (3) aviones A-4Q y cinco (5) aviones MC-33A. Esto indica que, por cada avión de combate perdido, la AVIACIÓN NAVAL hundió 4.250 Toneladas de buques ingleses.
Se empeñaron en total, diecisiete (17) aviones de combate, estos fueron:
4 Aviones Dassault-Breguet SUPER ETENDARD
8 Aviones Douglas A-4Q SKYHAWK
5 Aviones Aer Macchi MB-339A (MC-33)
Por lo tanto, el tonelaje hundido de buques británicos por avión empeñado es de 2.000 Toneladas.
La cifra más significativa y demostrativa de lo hecho en MALVINAS por la AVIACIÓN NAVAL de la ARMADA ARGENTINA, queda expresada en el hecho que los aviones NAVALES hundieron más del 50% del total de tonelaje perdido por la Fuerza de Tareas británica.
ACCIONES MÁS DESTACABLES DE LA AVIACIÓN NAVAL EN MALVINAS:
– Los aviones de exploración aeronaval tuvieron contacto con el enemigo en aproximadamente 200 oportunidades.
– Los aviones de transporte de la ARMADA rompieron el bloqueo enemigo a partir del 1° de Mayo de 1982 en 16 oportunidades.
– Helicópteros H-3 SEA KING de la SEGUNDA ESCUADRILLA AERONAVAL DE HELICÓPTEROS, evacuaron personal de la ARMADA ARGENTINA, cuyos aviones habían quedado inutilizados o destruidos en el aeródromo auxiliar Calderón en la Isla Borbón, archipiélago de las Islas Malvinas, en una operación nocturna y sobre la Flota británica.
– Por primera vez en la historia de la guerra en el mar se lanzaron misiles anti-buque desde aviones de ataque. Los cinco (5) misiles disponibles antes del conflicto fueron lanzados con éxito por aviones SUPER ETENDARD. Es de hacer notar que tanto los aviones SUPER ETENDARD como los misiles AM-39 EXOCET estaban aún en proceso de recepción al iniciarse las hostilidades, su puesta en servicio estaba prevista para finales de 1982.
– El primer ataque a una concentración de buques enemigos fue ejecutado por la AVIACIÓN NAVAL en la “cabeza de playa” de Puerto SAN CARLOS. Lo concretó un solitario avión AER MACCHI MB-339A (MC-33) de la Primera Escuadrilla Aeronaval de Ataque y tuvo como resultado la avería de un destructor misilístico inglés.
Fuente: Historia de la Aviación Naval de la Armada Argentina – Tomo III – Capitulo 68 – Contralmirante (RE) D. Héctor A. MARTINI.