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domingo, 31 de julio de 2022

Thatcher, la flota y la advertencia de Reagan

Cuando Thatcher decidió enviar la flota a Malvinas y la advertencia de Reagan a Galtieri: “Ella contestará con más fuerza”

La Junta militar no escuchó. Y tomó pésimas decisiones. El fracaso del “Plan D+5″ que habían diseñado los comandantes para la recuperación de las islas. Los testimonios de quienes presenciaron el dramático instante en que la Primer Ministro británica declaró la guerra
Leopoldo Fortunato Galtieri con los mandos militares en 1982 (Foto: Víctor Bugge)

En la madrugada del 2 de abril de 1982 dentro de las redacciones reinaba el clima de los grandes momentos informativos, aquellos que marcan un antes y un después. La recuperación de las islas Malvinas era esperada por el periodismo que ya estaba al tanto a través de sus propios canales oficiales.

"Con las primeras horas del amanecer, la Argentina recuperará las islas Malvinas", adelanto en su tapa el matutino Convicción, tan próximo a la Armada y al almirante (RE) Emilio Eduardo Massera. En su segunda edición llevaba como título catástrofe "Reconquista de las Malvinas" y aportaba detalles de cómo se realizaría la Operación Rosario.

Clarín salió con tres títulos no menos importantes: "Inminente Recuperación de las Malvinas (comenzaron a medianoche los operativos navales argentinos); El Consejo de Seguridad reclamó "moderación" y Preocupa a EE.UU. el conflicto". La tapa de Crónica llevaba en su guarda superior la bandera argentina y el título fue: "Argentinazo ¡Las Malvinas recuperadas!".

"Se inician operaciones en el Sur para respaldar la soberanía nacional", fue el título de La Nación en su primera edición del 2 de abril de 1982. En la segunda, ya llevaba en su portada como todo título a seis columnas: "Desembarco argentino en el archipiélago de las Malvinas" y destacaba una foto sonriente del canciller Nicanor Costa Méndez.

Ronald Reagan le dijo a Galtieri que la señora Margaret Thatcher -amiga suya- era una mujer muy decidida y que ella tampoco tendría otra alternativa que dar una respuesta militar

A primera hora de la mañana Leopoldo Fortunato Galtieri presidió una reunión de su gabinete e informó lo necesario ya que sus ministros –salvo Costa Méndez- desconocían todo, incluido el de Economía.

En esa primera reunión ministerial se dieron anticipos -todos fallidos- de que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas respaldaría a la Argentina.

Años más tarde el general Mario Benjamín Menéndez me rememoró lo hablado en esa reunión de gabinete, recordando que Costa Méndez dio un panorama optimista sobre el debate que se iba a realizar en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas: "El canciller dijo que las posibilidades en la votación eran favorables a la Argentina por nueve a seis y ocho a siete en el peor de los casos. Agregó que si así no lo fuere se esperaba el veto de Rusia o China para cualquier resolución que pudiera ser desfavorable para la Argentina".

En la misma reunión en la Casa Rosada, Galtieri, con la grandilocuencia que lo caracterizaba, habló sobre la recuperación de las islas del Atlántico Sur y de su diálogo con Ronald Reagan la noche anterior.

No les contó a sus ministros las partes sustanciales de ese diálogo con el jefe de la Casa Blanca, que se resume así:

REAGAN: Volvió a señalar que Gran Bretaña estaba dispuesta a dar una adecuada respuesta militar al desembarco. Que así se lo había hecho saber el Reino Unido. Que la señora Margaret Thatcher -amiga suya- era una mujer muy decidida y que ella tampoco tendría otra alternativa que dar una respuesta militar. Indicó que será un conflicto trágico con graves consecuencias hemisféricas.

GALTIERI: Indicó que la Argentina no buscó ésta situación y volvió a referirse a los antecedentes y voluntad negociadora del gobierno argentino.

REAGAN: Indicó que debía entender que Argentina mantendría su posición. Agregó que la relación sufrirá gravemente, que la opinión pública norteamericana y mundial adoptará una actitud negativa con la Argentina y el esfuerzo que él mismo había puesto para reconstituir la relación se vería gravemente afectado. Señaló que Gran Bretaña era un amigo muy particular de los Estados Unidos y que la nueva relación que mantiene hoy Washington (con la Argentina) -después de un largo esfuerzo ante la opinión pública norteamericana- se verá perjudicada […]

Galtieri en el balcón de la casa Rosada luego de la recupración de las Malvinas (Víctor Bugge)

"Conozco a la Señora Thatcher y sé que es muy decidida, contestará todo acto de fuerza con más fuerza. Sé que éste es un tema muy sensible para Argentina. Nosotros deseamos construir una relación duradera con Argentina, Brasil y México y como Usted sabe tenemos una relación muy cercana con el Reino Unido… estoy también en proceso de acercar los países de Centro América y esto lo hará fracasar. Sé que ha habido dificultades entre nuestros países, mi predecesor (James Carter) no manejó bien nuestra relación con Argentina, situación que he tratado de cambiar. Si usted procede en su ataque mañana y Gran Bretaña resiste con fuerza, como sé que lo hará, no podré evitar que mis conciudadanos no posibiliten el mantenimiento de nuestras relaciones. Le pediría a mi vicepresidente que viaje y trate de arreglar esta situación, pero por favor eviten el conflicto", dijo el presidente de los Estados Unidos.

El "diálogo" de Galtieri con la gente en la Plaza de Mayo

El 2 de abril a la mañana, las radios argentinas comenzaron a martillar con el texto de un comunicado: "La Junta Militar, como Órgano Supremo del Estado, comunica al pueblo de la Nación Argentina que hoy a las 07.00, la República, por intermedio de sus Fuerzas Armadas, mediante la concreción exitosa de una operación conjunta ha recuperado las Islas Malvinas y Sandwich del Sur para el patrimonio nacional".

En pocas horas mucha gente se fue agolpando en la Plaza de Mayo, haciendo recordar a 1978 cuando la selección argentina ganó la Copa Mundial de Fútbol o septiembre de 1979, el día que la selección juvenil gano la copa mundial en Japón. Galtieri salió a saludar y se limitó a observar y escuchar de la multitud los estribillos con tonalidades de cancha de fútbol.

"Que salga el Presidente, lara, lara, lara".

"Todo el mundo sabe que Argentina esta de joda, la Reina llora, la Reina llora".

"Ay, ay, que risa que se ve, ahora que se cuide, que se cuide Pinochet".

La junta militar argentina, Galtieri, Lami Dozo y Anaya

Con el paso de las horas los reclamos de la multitud se hicieron más insistentes, resonaban en la plaza y Galtieri se vio en la necesidad de salir a hablar desde el balcón de la Casa Rosada. Antes llamó a sus colegas de la Junta Militar. "Vení a acompañarme", le dijo por teléfono a Anaya, lo mismo que a Lami Dozo pero decidieron dejarlo solo en la ocasión.

Antes los tres se mantuvieron una conferencia telefónica:

Anaya le dijo: "Mirá Leo, te quiero recordar lo que dice el plan. No podemos ir a una guerra, no estamos en condiciones".

Un testigo de la conversación sostuvo que su comandante lo prevenía al jefe del Ejército a que no se dejara llevar por el impulso, el imán, de los aplausos de la Plaza de Mayo. Cuando se habla de "el plan" se entendía al "D más cinco" que habían escrito Lombardo, García y Plessl que entendía que tras el día "D", ocupación militar de Puerto Stanley, y luego de cinco días la Argentina retiraría sus tropas quedando solamente una recudida guarnición a la espera de una negociación diplomática con el Reino Unido.

Lami Dozo apoyó las palabras de Anaya: "Mi general tenemos que atarnos al plan".

Su voz sonaba con extrema cautela. No tenía con Galtieri ni la misma antigüedad ni la amistad de Anaya, pero se permitió una graciosa sugerencia: "Leopoldo no levantes los brazos como Perón".

Cuando salió al balcón –porque así lo pedía la gente – Galtieri intentó no dejarse arrastrar por los vítores y las consignas que partían de la muchedumbre, algunas con una alta dosis de picardía, otras inducidas por "infiltrados" de los servicios de inteligencia, tal como le reconoció al autor uno de los miembros de la Junta Militar.

Galtieri y el canciller Nicanor Costa Méndez

Las palabras presidenciales trazaron una línea para las futuras negociaciones (fallidas) con el Reino Unido, en las que el gobierno de la Administración Reagan haría de amable componedor:

"Pueblo de la Nación Argentina. Sé que este día 2 de abril de 1982 marca un jalón trascendente para la historia argentina del siglo que vivimos. En estos momentos, miles de ciudadanos hombres y mujeres en todo el país, en todos los pueblos, en las pequeñas granjas, en las ciudades, y en esta Plaza de Mayo histórica que ha marcado rumbos a través de la historia nacional, ustedes los argentinos están expresando públicamente el sentimiento y la emoción retenidas durante 150 años a través de un despojo que hoy hemos lavado.

El hidalgo pueblo argentino, repito, el hidalgo pueblo argentino, tiende sus manos al adversario pero no admite discusión sobre sus derechos que pacientemente y prudentemente hemos tratado de reivindicar por las vías diplomáticas […] Hoy 2 de abril recién hemos comenzado con nuestra actitud de recuperar las Malvinas y toda su zona de influencia…".

El público respondió:

“Tero, tero, tero, tero, hoy le toca a los ingleses y mañana a los chilenos”.

La batalla diplomática en Naciones Unidas

El viernes 2 de abril por la mañana, el canciller Costa Méndez llamó al Encargado de Negocios en Londres, ministro Atilio Molteni, y por el teléfono en clave ("Carola") le informó que las tropas argentinas habían desembarcado exitosamente en las Islas Malvinas. "Acá estamos muy bien", dijo con la mayor naturalidad en medio de una conversación de tipo familiar.

Ya las fuerzas conjuntas habían tomado la casa del gobernador Rex Hunt, después de tres horas de intercambio de disparos. La Operación Rosario había sido un éxito.

Margaret Thatcher tenía estrecha relación con el presidente Reagan, así como todo el Reino Unido. En su conversación secreta con Galtieri el primer mandatario norteamericano la llamó "amiga". El militar no supo escuchar (AP Photo, File)

Ese día, Molteni (por la ausencia del embajador Carlos Ortiz de Rozas), fue citado a concurrir al Foreign Office a las 17. Cuando llegó observó que estaban en la entrada del edificio las cámaras de las cadenas de televisión y el periodismo escrito y entró por una puerta del costado. Lo hicieron esperar cerca de media hora en la sala de ceremonias, un salón con escasa luz adornado por cuadros que reflejaban glorias del pasado del Reino Unido. Cuando fue invitado a entrar, el subsecretario del Foreign Office, Michael Palliser, le comunicó la ruptura de relaciones diplomáticas (y consulares) entre la Argentina y Gran Bretaña.

Los detalles de la entrevista el funcionario argentino los informó por cable Secreto Nº 872 del 6 de abril de 1982. El alto funcionario inglés le dijo que la medida se había decidido porque la Argentina había invadido suelo británico. Molteni respondió que la Argentina sólo había vuelto a lo que era de ella. El funcionario respondió que la cuestión se iba a discutir en las Naciones Unidas y "elsewhere" (otro lugar). El otro lugar era el campo de batalla.

Por la tarde, Galtieri pronunció un discurso desde su despacho por la cadena nacional explicando el hecho bélico, y al atardecer junto con algunos ministros (Roberto Alemann entre otros) caminó hacia el centro de la Plaza de Mayo para arriar el pabellón nacional. Cientos de personas lo vitorearon.

Margaret Thatcher decidió a puertas cerradas enviar la flota al Atlántico Sur (AFP)

En las horas posteriores a la ocupación de Puerto Stanley algunos directores de periódicos fueron invitados a conversar en la Casa Rosada. En la reunión participó el secretario de prensa Rodolfo Baltierrez un dirigente conservador que había pasado por la diplomacia. Cuando algunos se retiraban, hizo un aparte para solicitarles “colaboración”, al tiempo que les comentó: “No se preocupen por las reunión de Naciones Unidas. Ya tenemos asegurado el veto ruso”.

El viernes 2 de abril, Costa Méndez partió a Nueva York para participar en la reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas del día siguiente. Viajó acompañado por los embajadores Federico Erhart del Campo y Gustavo Figueroa, más sus secretarios Julio Freyre y Roberto García Moritán.

Durante el debate del 3 de abril se aprobó la resolución 502 que manifestaba la primera derrota diplomática argentina:

El Consejo de Seguridad de la ONU "profundamente preocupado por los informes acerca de una invasión por las fuerzas armadas de la Argentina el 2 de abril de 1982; declarando que existe un quebrantamiento de la paz en la región de las Islas Falkland/Malvinas", dispuso:

"1) exige la cesación inmediata de las hostilidades;

2) exige la retirada inmediata de todas las fuerzas argentinas de las Islas Falkland/Malvinas;

3) Exhorta a los gobiernos de la Argentina y del Reino Unido a que procuren una solución diplomática a sus diferencias y a que respeten plenamente los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas".

El voto favorable a la resolución fue acompañado por diez países sobre los quince que integran el Consejo (uno más del mínimo necesario). Panamá votó a favor de la Argentina. La Unión Soviética y China (de quienes se esperaba un veto que favorecería a la Argentina), España y Polonia se abstuvieron. Entre los que votaron por Gran Bretaña se destacaban Estados Unidos y Francia. También votaron a favor de la Resolución 502, Irlanda y las ex colonias británicas Guyana y Uganda.

Se derrumba el plan original "D+5"

De acuerdo al cable Nº 864, del 3 de abril, el representante argentino en Londres, ministro Atilio Molteni, informó que la opinión pública británica se pronunció a favor de la guerra en un sondeo de la televisión estatal: 79% estaba de acuerdo con la declaración de guerra; 82% a su vez, opinó que el gobierno de Margaret Thatcher manejó mal el problema con la Argentina; 70% estimó que debe permitirse a la población de las islas ejercer la autodeterminación y 20% sostenía que debían usarse armamentos nucleares contra la Argentina.

La tripulación del HMS Hermes en viaje hacia las islas (Martin Cleaver/Pool/Getty Images)

Ante ese cable y otras informaciones, la Junta Militar emitió la resolución del Comité Militar (Acta 8 "M"/82) y se "procedió a ordenar no desafectar más medios en las islas Malvinas" y "retener las tropas necesarias y suspender el regreso de los medios de Malvinas". Se comenzaba a derrumbar el plan "D+5".

El domingo 4 de abril, la Argentina comenzó a reforzar las islas, y ese mismo día el Estado Mayor Conjunto, a través del Mensaje Militar Conjunto Nº 48 también informó que Gran Bretaña había sido autorizada por los Estados Unidos a utilizar la isla Ascensión como base de operaciones a mitad de camino de Malvinas y el general Mario Benjamín Menéndez partió hacia Puerto Argentino.

Antes de que se conociera la partida de la flota británica hacia el Atlántico Sur, Molteni envió el cable “S” nº 845 del 4 de abril. Manifestaba la primera “luz amarilla” sobre la ayuda chilena al Reino Unido: “Sunday Times’ comenta hoy como noticia de última hora que Whitehall (Ministerio de Defensa) no efectúa comentarios referentes a un supuesto ofrecimiento del gobierno chileno de demorar la toma del HMS Norfolk, ex destroyer de la marina británica que se encuentra en aguas chilenas y debía ser entregado formalmente mañana a marina chilena”.

La Operación Corporate

Tomando como base el

relato del libro Señales de Guerra, escrito por Virgina Gamba-Stonehouse y sir David Lawrence Freedman, el historiador oficial británico sobre la guerra de las Malvinas (2006), se puede afirmar que la Operación Rosario tomo por sorpresa al gobierno y las Fuerzas Armadas del Reino Unido. La orden inicial dada por La Junta Militar, a los que instrumentaron el desarrollo del desembarco, había sido exitosamente cumplida: “Debe existir sorpresa en la ejecución de la misión”. En los niveles superiores del Reino Unido no esperaban que se concretara la ocupación.

El ministro Lord Carrington estaba de visita oficial en Israel; el jefe del Estado Mayor de la Defensa, almirante sir Terence Lewin, en Nueva Zelanda; el jefe del Estado Mayor General, general sir Edwin Bramall en Irlanda del Norte y el almirante sir John Fielhouse, comandante en jefe de la flota –el que debería dirigir la operación– navegaba desde Gibraltar.

Margaret Thatcher ay su marido Denis en una visita a las islas en 1983 (Keystone/Hulton Archive/Getty Images)

Tras varias horas de indecisión, dudas, análisis, y debates en el Parlamento y el gobierno británico, un jefe naval pidió entrar al despacho de Margaret Thatcher, en la Cámara de los Comunes, y le dio los argumentos que la decidieron a intervenir como lo hizo.

Se trataba del primer lord del almirantazgo sir Henry Leach, ex combatiente en la Segunda Guerra Mundial. Su testimonio: "Tuve una sensación inmediata y aguda. ¿Qué maldito sentido tiene una flota si no voy a usarla? Entonces corrí para entrar en acción inmediatamente. Me detuvo un policía en el lobby central (de la Cámara Baja), el secretario de Defensa estaba reunido con la Primer Ministro y me hicieron entrar. Ella buscaba datos positivos para tomar una decisión.

'¿Podemos hacerlo a pesar de los riesgos que discutimos?', preguntó la señora Thatcher. Y yo le dije que sí. Según mis planes podíamos hacerlo. Estaba en juego nuestro prestigio. Esto no era un asunto mío, era más bien un asunto político.

Entonces ella preguntó: '¿Por qué dice eso?'.

Respondí: 'Bueno, porque si no lo hacemos, o lo hacemos mal y si no tenemos éxito deberíamos vivir en otro país. No quedaba otra alternativa'".

miércoles, 4 de enero de 2017

En 1986 Reagan ofrecía el F-117 a Gran Bretaña

En 1986, el presidente estadounidense Ronald Reagan ofreció a Gran Bretaña el avión F-117




Por David Cenciotti - The Aviationist


Documentos recientemente desclasificados muestran que el presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan, ofreció a la primera ministra del Reino Unido, Margaret Thatcher, el acceso a la tecnología estadounidense de sigilo.
Recientemente documentos desclasificados de los Archivos Nacionales Británicos han expuesto algo interesante: en 1986, el entonces Presidente de los Estados Unidos Ronald Reagan ofreció a la primera ministra británica Margaret Thatcher una oportunidad para la cooperación transatlántica en la tecnología Stealth.

Según informó el Guardian, bajo el nombre de "Proyecto Moonflower", el ex POTUS (President of the US) ofreció a Downing Street un briefing sobre el Proyecto Negro y la oportunidad para que los EE.UU. y el Reino Unido trabajen juntos en él.

"Querida Margaret", un telegrama televisado de 1986 del Guardian grabó, "Estoy encantado de saber que usted será capaz de ver a Cap [Casapar Weinberger, el secretario de Defensa de EE.UU.] para discutir el programa especial que te escribió acerca de ... Me parece Adelante a recibir su reacción. Sinceramente, Ron. "

Pero el Reino Unido rechazó la oportunidad de trabajar con la tecnología furtiva estadounidense y adquirir aviones furtivos F-117, que habían hecho su primer vuelo en 1981 y continuaban operando en secreto hasta que fueron revelados al público en 1988, un par de años Antes de convertirse en famoso durante la Tormenta del Desierto en Irak.

De hecho, una carta del Ministerio de Defensa en diciembre de 1986 dirigida a Charles Powell, consejero de asuntos exteriores del primer ministro, le informó que "el Sr. Weinberger nos ha ofrecido la oportunidad de comprar el actual avión estadounidense, pero hemos respondido que no querríamos comprar hardware mientras El programa permanece estrictamente negro [secreto].

Después de rechazada la primera oferta, una versión modificada de la línea de base F-117 fue ofrecida a la Real Fuerza Aérea del Reino Unido en 1995.

Se creía que el F-117C, la variante británica, estaba previsto que estuviera equipado con "entradas de tipo B-2, un toldo tipo F-22, aviónica británica, motores F414 o EJ200, además de varios componentes estructurales de BAE O subconjuntos. "

La aeronave, también conocida como F-117A + o F-117B (B por "British") se estaba ofreciendo como reemplazo para el Tornado GR4 y se cree que esta fue la razón por la cual algunos pilotos de la RAF eventualmente volaron el sigilo de Nighthawk Jet antes de que fuera (de alguna manera) retirado en 2008.

A pesar de que la tecnología furtiva que hizo que el F-117 fuera invisible para los radares se remontara a mediados de los años 80, el Tornado GR4 ha sido un sistema de armas bastante exitoso que la Fuerza Aérea Real ha usado ampliamente en combate en todos los conflictos y crisis Operaciones de apoyo en las que ha participado en los últimos 20 años.

Mientras tanto, la furia del primer Reino Unido ha llegado finalmente en forma de un controvertido Lockheed Martin F-35 Lightning II.

viernes, 17 de enero de 2014

Inteligencia: Operadores argentinos alteraron declaraciones de Thatcher

Gran Bretaña atribuyó a la Argentina una falsa conversación entre Margaret Thatcher y Ronald Reagan 
En 1984, los servicios secretos consideraron que el régimen argentino había realizado un montaje que mostraba la cara más cruel de la premier, según documentos desclasificados
Una conversación generó revuelo y terminó siendo falsa.
Foto: AP
 


"Debemos usar la violencia [contra Argentina]. En estos momentos la estamos utilizando para castigarlos lo más rápido posible", le dijo en 1982 la premier británica, Margaret Thatcher, al presidente estadounidense, Ronald Reagan, según una grabación difundida en 1983, que luego resultó ser falsa. Para encontrar al responsable del montaje, los servicios secretos apuntaron a la inteligencia argentina, entre otros.

Desde ayer, el Archivo Nacional de Gran Bretaña desclasifica documentos oficiales del gobierno de 1984, por haber pasado 30 años, como dicta la ley. El caudal de información en esos informes es importante, y, entre toda la información, hay una mención sobre el conflicto por la disputada soberanía de las islas Malvinas, dos años después de la guerra.

La cinta, supuestamente una conversación telefónica entre el entonces presidente estadounidense y la primera ministra británica, fue enviada de forma anónima a varios diarios holandeses durante las elecciones generales de 1983 en Gran Bretaña.

En la conversación, realizada pegando extractos de discursos, Reagan cuestionó el hundimiento del Crucero General Belgrano cuando se encontraba fuera de la zona de exclusión y que causó la muerte de 323 soldados, considerado por la Argentina como un crimen de guerra.

Según la grabación, Thatcher respondía: "Debemos usar la violencia [contra Argentina]. En estos momentos la estamos utilizando para castigarlos lo más rápido posible".

El grupo punk británico Crass reconoció finalmente que hizo el montaje de la falsa conversación, en un intento de impedir que "la Dama de Hierro" fuera reelecta en las elecciones de 1983, pero antes, los servicios secretos británicos y la CIA (la agencia de inteligencia estadounidense) se tomaron la grabación tan en serio que llegaron a pensar que fuera obra del gobierno argentino o de la Unión Soviética.

En una carta, un consejero del ministerio del Foreign Office británico informó a Thatcher sobre la cinta, y sobre las hipótesis del servicio secreto acerca de la autoría de la grabación.

"Parece una operación más bien torpe. De momento no tenemos pruebas acerca de los responsables", decía la carta.

"El servicio secreto duda de si se trata de una operación soviética. Es posible que alguno de los servicios de inteligencia argentinos esté detrás. También podría ser obra de grupos de izquierda de este país", añadía la misiva.

La desclasificación de este documento coincide también con un nuevo aniversario de la ocupación británica de las Islas Malvinas, ocurrida el 3 de enero de 1833.

Agencia AFP y Télam

La Nación