Los británicos esconden las verdaderas cifras de bajas y naves atacadas sufridas durante el conflicto
A 35 años de la Guerra de Malvinas hay dudas razonables sobre el número de bajas mortales que tuvieron los británicos y también respecto de lo que ocurrió con tres naves de guerra inglesas presentes en el combate del Atlántico Sur, en 1982.
Fundación Nuestro Mar
Los militares argentinos afirman que la víctimas fatales de los ingleses no fueron 255, como reconocieron, sino que "son más, muchas más" -dicen-, sólo que no se podrá conocer con exactitud la cantidad hasta el 2072, es decir, 90 años más tarde del conflicto por el territorio insular que la Argentina reclama la soberanía desde que en 1833 la corona británica invadió.
Según el brigadier (RE) Ernesto Crespo, jefe de la Fuerza Aérea Sur (FAS) durante el conflicto, los muertos estimados por su gente ascienden "a 1090 y no los 255 reconocidos". Dijo que lo hacen para "ocultar" el desastre sufrido en una guerra que parecía ganada desde la partida, realizada "entre una potencia de primer nivel y otra de tercera", como señalaron analistas militares antes de la partida de la Task Force desde Portsmouth, Inglaterra.
Crespo pone como ejemplo de ocultamiento y desinformación lo ocurrido cuando se bombardeó al portaaviones Invincible, uno de los dos que llegaron al mar circundante de Malvinas.
"Después de recibir dos bombazos directos por parte de nuestros pilotos de A4B, los ingleses dijeron que sólo había habido un muerto. Eso es imposible, debió haber muchos más. No sé cuántos, pero muchos sí", trató de demostrar el jefe de los aviadores.
En paralelo, el comodoro, jefe del Departamento Malvinas en el edificio Cóndor, Arnaldo Favre -estuvo con el grado de alférez en el combate terrestre de Darwin y quedó prisionero al final de la guerra- dijo que él vio "ocho fosas comunes, donde fueron enterrados los soldados británicos. Eran fosas de gran tamaño, en la que podían entrar diez cuerpos, por lo menos".
El testimonio fue realizado a Télam, donde Favre añadió que los prisioneros argentinos fueron recluidos en las instalaciones del aeropuerto de Darwin y "durante tres días no nos dejaron salir de los galpones, tiempo durante el cual ellos enterraron a sus muertos".
Durante las cuatro jornadas en las que se extendió la batalla de Darwin, entre 26 y 29 de mayo, murió el jefe inglés de la unidad, el teniente coronel Herbert Jones, el más alto oficial británico caído en combate.
De las 24 naves de guerra que resultaron hundidas, fuera de combate y/o averiadas no se proporcionaron cifras de bajas creíbles, lo cual da un indicio del grado de ocultamiento realizado por los británicos, que explica el secreto de guerra dispuesto hasta el 2072.
El otro tema que es un secreto militar de los ingleses es lo que pasó con los dos portaaviones, el Invincible y el Hermes, cuya desinformación involucra también al destructor, tipo 42, Sheffield, el de mayor porte y desarrollo tecnológico presente en el conflicto.
De acuerdo con la información recogida por los militares argentinos, el 1 de mayo las tropas inglesas intentaron dos desembarco en la península Freycinet, ubicada a pocos kilómetros de Puerto Argentino. Fueron rechazados en ambas oportunidades, pero dos escuadrillas de la Fuerza Aérea atacaron a tres naves, dos fragatas y un destructor, que recibió un bombazo directo de 1.000 libras.
Los observadores militares argentinos vieron desde la costa ese día que se trataba de un destructor igual al Santísima Trinidad de la Armada, pero como se alejó de la costa no se pudo constatar cuál era. Por la noche, la nave explotó y el reflejo lumínico pudo ser observado desde tierra.
El 1 de mayo el mar estaba planchado, hay fotos de esa calma inusual en el Atlántico Sur. Así lo registró el servicio meteorológico y hasta hay crónicas periodísticas que afirman lo mismo. Este señalamiento tiene un sentido que se verá más adelante.
El 2 de mayo, se produjo el hundimiento del crucero General Belgrano cuando navegaba fuera de la zona de exclusión de 200 millas, dispuesta por los británicos. El submarino nuclear Conqueror disparó dos torpedos contra una nave que tenía la dirección hacia el continente. De los 1093 tripulante, murieron 323 marinos argentinos.
El 4 de mayo, una escuadrilla naval de Super Etendard disparó dos misiles Exocet y tan sólo dos horas más tarde del lanzamiento, los ingleses reconocieron que habían pegado y hundido el destructor Sheffield. Lo llamativo fue que lo reconocieron con una rapidez inusual, extraordinaria para estos casos.
No sólo eso. Dejaron trascender una foto donde lo que se observa es la explosión, el hueco dejado del supuesto misil y el mar en calma chicha, planchado, igual al del día 1 de mayo. Los que estuvieron presentes en la guerra dicen que el océano del 4 fue un mar de grandes olas, tormentoso. Todo lo contrario con el del 1 de mayo.
La pregunta es: ¿a qué barco le pegaron el misilazo? El radar de los Super Etendard -cuentan los pilotos- vieron una gran silueta y hacia ella fueron enfilados los Exocet. Si no fue el destructor Sheffield, ¿cuál fue?
La deducción de los militares argentinos es que el Exocet "tocó" al portaaviones Hermes, esa era la gran silueta que vieron los pilotos navales. En el Hermes tenía el puesto de mando el jefe de la Task Force, el almirante Sandy Woodward.
En los días subsiguientes, la actividad aérea británica disminuyó en forma notable, según los registros de los radares de la Fuerza Aérea desplegados en Malvinas, que explicaría que uno de los dos portaaviones hubiera quedado 'tocado'.
Otro indicio de que pudo haber sido tocado el Hermes es que el radar de Puerto Argentino registró después del ataque, que los aviones ingleses Harrier subieron a gran altura (mínimo 12.000 pies), porque de esa manera el gasto de combustible es menor, se reduce en forma notable.
El otro portaaviones que la aviación argentina afirma haber tocado es el Invincible y que, por supuesto, los británicos no reconocieron jamás.
Después del 1 de mayo, la flota inglesa -en especial los dos portaaviones- no volvió a estar cerca de la costa, se estacionó a no menos de 100 millas marinas al este de Malvinas, de manera de poner distancia con los pilotos argentinos. Sólo volvieron a la cercanía terrestre cuando decidieron el desembarco en la bahía San Carlos, lugar de la más dura batalla aeronaval protagonizada por la aviación local.
El ataque al Invincible fue el 30 de mayo. "Al portaaviones lo atacamos cuando ellos no lo esperaban. Ellos siempre esperaron que el ataque llegara por el oeste -cuenta Crespo-, no pensaron que nosotros podíamos dar la vuelta. Entonces, como nos estaba saliendo muy caro (por las vidas y el material perdido), planificamos una operación que fue hacia el sudeste, recargó en vuelo, dio la vuelta, volvió a recargar combustible y apareció por el este".
En la operación tomaron parte una escuadrilla de 4 aviones Skyhawk. Cada A4C llevaba bombas de 250 kg y dos Super Etendard, uno de ellos con el último misil Exocet que quedaba en el arsenal.
A las 14:24 fue lanzado el Exocet y los 4 Skayhawk siguieron la estela. El comodoro Rubén Moro cuenta en el libro "La Guerra Inaudita" que el misil fue disparado a 30 km y los Super Etendard viraron al continente para volver a la base, mientras que los A4C continuaron y al acercase al portaaviones vieron una columna de humo en el horizonte. Los ingleses dispararon misiles Sea Dart contra los aviones, bajaron a dos de ellos, pero los que siguieron lograron colocar las bombas en la parte posterior de la cubierta.
Los pilotos de Fuerza Aérea pasaron por encima del Invincible afirman que vieron que el Exocet se había introducido en los compartimentos centrales. Los ingleses respondieron con que lo que vieron los pilotos argentinos era el casco al garete del buque logístico Atlantic Conveyor que había sido atacado y hundido por una escuadrilla de Super Etendard el 25 de mayo. Para esta operación había usado otros dos misiles Exocet.
Una vez terminada la guerra, hubo un pesquero argentino que atracó en Puerto Argentino y los hombres quedaron detenidos y enviados al portaaviones Invincible, que había anclado en las cercanías de la capital malvinera.
Crespo sustuvo "que esos hombres del pesquero vieron cuando el el otro portaaviones, el Hermes, se apareaba al Invincible para hacer reparaciones. Estos hombres vieron que estaba hecho pelota. Por lo que sí sé que se le pegó al Hermes. Uno y otro estaban 'tocados'. Pero el Hermes estaba en peores condiciones", afirmó.
Otro que reflexiona sobre el ataque al Invincible es el piloto naval, Roberto Curilovic, que junto con Julio Barraza, hundieron el buque logístico Atlantic Conveyor.
Dice Curilovic que "otro indicio sobre el lo que pudo haber pasado con el portaaviones lo da el almirante Sandy Woodward, jefe de la Task Force, que cada semana durante la guerra elevaba un parte sobre la situación de las naves. Y dice tantos averiados, éste no recuperado, éste hundido. En el parte semanal, hace un balance de todos, menos del Invincible. No dice nada, ni averiado ni nada. El Invincible llega tres meses más tarde de la guerra a puerto inglés. Entra de noche, p ara no ser fotografiado por la inteligencia francesa que quería saber qué había pasado".
Años más tarde se conoció el libro de bitácora del Invincible, donde está escrito y dice: "atacado por Super Etendard, no damage (sin daños).
Lo que no queda claro, entonces, es ¿Porqué el almirante Woodward no reconoció el ataque, no mencionó la operación ni dijo que estaba en perfectas condiciones de combate? La duda sigue abierta.
El vicealmirante Benito Rotolo, piloto naval de A4Q durante la guerra, tuvo contacto con el que fuera el capitán del Invincible en Malvinas, Jeremy Blank, quien negó en forma terminante que el último Exocet le hubiera pegado al portaaviones. Esta charla se produjo en un simposio naval en Washington, EE.UU., en los años '90, delante de marinos norteamericanos.
Rotolo tuvo un segundo encuentro con Blank, esta vez, en la casa particular del inglés, quien volvió a negar que el misil le hubiera entrado al más liviano de los dos portaaviones que fueron a la Guerra del Malvinas.
Sobre el testimonio de caballero del oficial británico pesa la obligatoriedad del secreto de guerra que vence recién en 2072. (Por Eduardo Barcelona - TELAM)
domingo, 30 de abril de 2017
sábado, 29 de abril de 2017
La caída del UH-1 en Caleta Olivia
La misteriosa caída del helicóptero de Caleta Olivia
Uno de los soldados que participó de la búsqueda de los restos de los soldados en las costas argentinas relata el extraño hecho. "Cuando ví la mano de mi coronel entré en shock", dijo.
Perfil
Marcha Toas Foto:Cedoc
Para los días 29 y 30 de abril de 1982, los soldados de la Compañía 185 del Liceo General Roca, ubicado en la ciudad de Comodoro Rivadavia, luego de detectar el desembarco de tropas enemigas en las costas de Caleta Olivia (80 km separan las dos ciudades), recibieron orden de rastrear y detener al enemigo.
Lo curioso de este episodio es que si bien muchos dicen que las pruebas sobre lo ocurrido son confusas, el día 15 de marzo de 1983, el Poder Ejecutivo Nacional emitió el decreto 577 por el cual se otorgaba (post mortem) al Coronel Miguel Ángel Clodoveo Arévalo, Jefe del Liceo, y al resto del personal militar caído en el enfrentamiento, la medalla de "muerto en combate".
"Fue lo más fuerte que viví durante la guerra", sostiene Marcos Medina, uno de los soldados argentinos que estuvo en el Liceo y que participó de la búsqueda de los comandos enemigos.
"A las 17 hs, cuando volvíamos de guardia nocturna en el Aeropuerto General Mosconi, llegó la información de que doce comandos habían desembarcado en distintas lanchas en Caleta Olivia'', declara. Ante la emergencia (se dio Alerta Roja), "salimos a buscarlos alrededor de las 21.30-22 hs aunque en ese momento no se volaba de noche", explica el soldado que para esos días solo contaba con 59 días de experiencia en la colimba y había estado designado al ta1ler de sastrería del establecimiento dado que su compañía, según cuenta, "eran las nenas del Liceo" porque estaban encargados "de los servicios, es decir, de su funcionamiento".
"Cuando llegamos a la Estancia La Floradora tuvimos que bajar del helicóptero saltando porque por la abundante niebla no se veía en donde había que bajar. Tomamos esa bahía los primeros 24 soldados que llegamos. A la hora y media llegaron dos camiones con 60 soldados más, entre ellos, aparece el Teniente Coronel Femández Suarez'', puntualiza. "Unos nos quedamos en la bahía montando guardia mientras que otro grupo empezó a recorrer el terreno. Pasan las horas y nos mandan el dato de que los comandos estaban diez kilómetros más al sur en una estancia", afirma.
Con el paso de las horas, antes de iniciar el operativo para tomar el lugar donde teóricamente estaban las tropas británicas, según el testimonio de Medina, deciden volver al Liceo Roca para poder organizar la misión. "Nos hicieron dividir en dos helicópteros. Uno era un Bell UH lH, A-E 41917 y otro un Bell UH lH A-E 414. Mientras que la aeronave en la que viajaba Arévalo (el 419) iba a bordear la costa nosotros lo haríamos por el la Ruta 3. Ellos iban un poco más adelante que nosotros (Medina estaba en el 414 ). En un momento del viaje el piloto tuvo que descender por la cerrada de niebla y fuimos en dirección hacia el mar hasta que encontramos un claro para poder volver hacia el continente hasta que arribamos el lugar del destino", desarrolla. "Durante el vuelo, en ningún momento se pudo lograr una comunicación con el helicóptero 419 como estaba planeado y después de una hora de esperar novedades, ya estando en nuestras posiciones, Femández Suarez decide abortar y volver al Liceo'', rememora.
Cuando Medina y sus compañeros de vuelo llegan al punto de partida y ven que los tripulantes de la otra nave no estaban allí, deciden trasladarse a la comisaria para declarar en emergencia al otro "pájaro" 18 . "Nosotros estábamos en la comisaría y un lugareño se acercó con lo que parecía ser el resto de una parte de un Bell UH 1H19 (según identificó un mecánico del Liceo se trataba del tanque de nafta). Cuando fuimos al lugar, a unos 10 km de donde estuvimos antes, vimos las distintas partes de la nave esparcidas por la costa. Tuvimos que juntar los cuerpos de nuestros compañeros y los restos de la nave hasta que llegó Prefectura Naval para hacerse cargo de la situación", ratifica.
"Mientras casi todos decían que era un accidente, el mecánico del helicóptero (el mismo que identificó el tanque de nafta) sostenía que había sido un ataque", relata Medina. "En ese momento, ya en la comisaría, donde ni bien llegamos nos sacan las armas por miedo a que hagamos algo lamentable en nuestro estado de shock, agentes de inteligencia lo aprietan a tal punto de que tuvo un derrame estomacal de los nervios porque seguía sosteniendo que lo habían volteado", recuerda, antes de afirmar que el "piloto que manejaba el 414 nunca más volvió a pilotear nada".
"Todo se volvió confuso para nosotros. Los patrullajes por las costas y las guardias en las instalaciones consideradas objetivos militares se intensificaron. Los días transcurrían de situación nerviosa a alertas rojas. Había días enteros que estábamos apostados sin relevos en los lugares asignados a resguardar", finaliza Medina.
Cabe aclarar, como dice Medina, que el diario de guerra que poseen él y otros soldados del Liceo Roca, comienza a partir del día 20 de abril de 1982 ya que, en el archivo naval, no hay registro de lo ocurrido entre los días 2 y 19 de ese mes. "No hay nada documentado de esas fechas. Desapareció todo. Es como si el Liceo no hubiese existido ", afirma.
Por otro lado, como nunca se hicieron los peritajes correspondientes a la aeronave y nunca hubo un documento oficial que constate lo ocurrido, fuentes consultadas, niegan la teoría del derribo y sostienen la del accidente aéreo. Sin embargo, según se pudo saber, uno de los busos que participó del rescate de los cuerpos y las partes del helicóptero confesó a distintos soldados del Liceo que por la cantidad de pedazos chicos y los metros a la redonda que se encontraban dispersos, coparado con otros accidentes de gran magnitud en los que había paricipado, le daba la pauta de que el derribo se había producido por un tercero.
La rutina diaria de los prisioneros. A continuación se presenta un fragmento de la lista de tareas de los prisioneros ingleses que estaban bajo custodia de las tropas argentinas en el Liceo y las órdenes que recibieron los oficiales del establecimiento sobre cómo proceder en el trato con los detenidos.
Uno de los soldados que participó de la búsqueda de los restos de los soldados en las costas argentinas relata el extraño hecho. "Cuando ví la mano de mi coronel entré en shock", dijo.
Perfil
Marcha Toas Foto:Cedoc
Para los días 29 y 30 de abril de 1982, los soldados de la Compañía 185 del Liceo General Roca, ubicado en la ciudad de Comodoro Rivadavia, luego de detectar el desembarco de tropas enemigas en las costas de Caleta Olivia (80 km separan las dos ciudades), recibieron orden de rastrear y detener al enemigo.
Lo curioso de este episodio es que si bien muchos dicen que las pruebas sobre lo ocurrido son confusas, el día 15 de marzo de 1983, el Poder Ejecutivo Nacional emitió el decreto 577 por el cual se otorgaba (post mortem) al Coronel Miguel Ángel Clodoveo Arévalo, Jefe del Liceo, y al resto del personal militar caído en el enfrentamiento, la medalla de "muerto en combate".
"Fue lo más fuerte que viví durante la guerra", sostiene Marcos Medina, uno de los soldados argentinos que estuvo en el Liceo y que participó de la búsqueda de los comandos enemigos.
"A las 17 hs, cuando volvíamos de guardia nocturna en el Aeropuerto General Mosconi, llegó la información de que doce comandos habían desembarcado en distintas lanchas en Caleta Olivia'', declara. Ante la emergencia (se dio Alerta Roja), "salimos a buscarlos alrededor de las 21.30-22 hs aunque en ese momento no se volaba de noche", explica el soldado que para esos días solo contaba con 59 días de experiencia en la colimba y había estado designado al ta1ler de sastrería del establecimiento dado que su compañía, según cuenta, "eran las nenas del Liceo" porque estaban encargados "de los servicios, es decir, de su funcionamiento".
"Cuando llegamos a la Estancia La Floradora tuvimos que bajar del helicóptero saltando porque por la abundante niebla no se veía en donde había que bajar. Tomamos esa bahía los primeros 24 soldados que llegamos. A la hora y media llegaron dos camiones con 60 soldados más, entre ellos, aparece el Teniente Coronel Femández Suarez'', puntualiza. "Unos nos quedamos en la bahía montando guardia mientras que otro grupo empezó a recorrer el terreno. Pasan las horas y nos mandan el dato de que los comandos estaban diez kilómetros más al sur en una estancia", afirma.
Con el paso de las horas, antes de iniciar el operativo para tomar el lugar donde teóricamente estaban las tropas británicas, según el testimonio de Medina, deciden volver al Liceo Roca para poder organizar la misión. "Nos hicieron dividir en dos helicópteros. Uno era un Bell UH lH, A-E 41917 y otro un Bell UH lH A-E 414. Mientras que la aeronave en la que viajaba Arévalo (el 419) iba a bordear la costa nosotros lo haríamos por el la Ruta 3. Ellos iban un poco más adelante que nosotros (Medina estaba en el 414 ). En un momento del viaje el piloto tuvo que descender por la cerrada de niebla y fuimos en dirección hacia el mar hasta que encontramos un claro para poder volver hacia el continente hasta que arribamos el lugar del destino", desarrolla. "Durante el vuelo, en ningún momento se pudo lograr una comunicación con el helicóptero 419 como estaba planeado y después de una hora de esperar novedades, ya estando en nuestras posiciones, Femández Suarez decide abortar y volver al Liceo'', rememora.
Cuando Medina y sus compañeros de vuelo llegan al punto de partida y ven que los tripulantes de la otra nave no estaban allí, deciden trasladarse a la comisaria para declarar en emergencia al otro "pájaro" 18 . "Nosotros estábamos en la comisaría y un lugareño se acercó con lo que parecía ser el resto de una parte de un Bell UH 1H19 (según identificó un mecánico del Liceo se trataba del tanque de nafta). Cuando fuimos al lugar, a unos 10 km de donde estuvimos antes, vimos las distintas partes de la nave esparcidas por la costa. Tuvimos que juntar los cuerpos de nuestros compañeros y los restos de la nave hasta que llegó Prefectura Naval para hacerse cargo de la situación", ratifica.
"Mientras casi todos decían que era un accidente, el mecánico del helicóptero (el mismo que identificó el tanque de nafta) sostenía que había sido un ataque", relata Medina. "En ese momento, ya en la comisaría, donde ni bien llegamos nos sacan las armas por miedo a que hagamos algo lamentable en nuestro estado de shock, agentes de inteligencia lo aprietan a tal punto de que tuvo un derrame estomacal de los nervios porque seguía sosteniendo que lo habían volteado", recuerda, antes de afirmar que el "piloto que manejaba el 414 nunca más volvió a pilotear nada".
"Todo se volvió confuso para nosotros. Los patrullajes por las costas y las guardias en las instalaciones consideradas objetivos militares se intensificaron. Los días transcurrían de situación nerviosa a alertas rojas. Había días enteros que estábamos apostados sin relevos en los lugares asignados a resguardar", finaliza Medina.
Cabe aclarar, como dice Medina, que el diario de guerra que poseen él y otros soldados del Liceo Roca, comienza a partir del día 20 de abril de 1982 ya que, en el archivo naval, no hay registro de lo ocurrido entre los días 2 y 19 de ese mes. "No hay nada documentado de esas fechas. Desapareció todo. Es como si el Liceo no hubiese existido ", afirma.
Por otro lado, como nunca se hicieron los peritajes correspondientes a la aeronave y nunca hubo un documento oficial que constate lo ocurrido, fuentes consultadas, niegan la teoría del derribo y sostienen la del accidente aéreo. Sin embargo, según se pudo saber, uno de los busos que participó del rescate de los cuerpos y las partes del helicóptero confesó a distintos soldados del Liceo que por la cantidad de pedazos chicos y los metros a la redonda que se encontraban dispersos, coparado con otros accidentes de gran magnitud en los que había paricipado, le daba la pauta de que el derribo se había producido por un tercero.
La rutina diaria de los prisioneros. A continuación se presenta un fragmento de la lista de tareas de los prisioneros ingleses que estaban bajo custodia de las tropas argentinas en el Liceo y las órdenes que recibieron los oficiales del establecimiento sobre cómo proceder en el trato con los detenidos.
jueves, 27 de abril de 2017
El terrorista asesino Taiana alerta sobre la diplomacia hacia Malvinas
Un 2 de abril con nuevas alertas y preocupaciones
Hoy podemos ver que el reclamo de la soberanía argentina sobre Malvinas ha dejado de ser una prioridad para el actual Gobierno y que incluso se ha firmado una serie de acuerdos bilaterales con el Reino Unido que excluye manifiestamente el debate sobre la soberanía
Por Jorge Taiana | Infobae
Terrorista condenado por asesinato y ex ministro de RREE del régimen kirchnerista
Este 2 de abril se cumple un nuevo aniversario del inicio de la guerra de Malvinas que debe servirnos para rendirles el merecido homenaje a nuestros soldados, reafirmar nuestros legítimos derechos y reflexionar sobre la política del actual Gobierno que lidera el ingeniero Mauricio Macri sobre la cuestión Malvinas.
También en política exterior, como en muchas áreas de la gestión de Cambiemos, se puede observar que se ha perdido firmeza en el reclamo de soberanía y que las provocaciones y los avances del Reino Unido sobre nuestros derechos se han convertido en una constante.
Es necesario recordar la historia y la política exterior argentina para comprender que mantener buenas relaciones diplomáticas con otros países no significa claudicar en la defensa del interés nacional ni abandonar nuestros legítimos reclamos que, por mandato constitucional, debemos exigir.
Desde la usurpación de las islas en el año 1833, la Argentina ha reclamado incansablemente por la recuperación del ejercicio pleno de su soberanía sobre las Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes. Por su parte, el Reino Unido, que nunca demostró voluntad de dialogar sobre la disputa reconocida por la resolución 2065 de Naciones Unidas, con el correr del tiempo ha endurecido su postura a medida que crecían las expectativas por la explotación de hidrocarburos en la zona; a la vez que ha incrementado las acciones unilaterales de militarización e introducción de armamento nuclear en el Atlántico Sur con base en las islas Malvinas.
Ante este panorama, desde el Parlasur estamos impulsando diversas iniciativas para que los Estados miembros del Mercosur continúen cooperando para poner fin a la ocupación militar del Reino Unido en parte del territorio nacional argentino mediante la prohibición del uso de sus puertos o sus aeropuertos por parte de aeronaves o buques militares británicos destacados o en tránsito desde o hacia las islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, excepto en emergencias o urgencias humanitarias.
A partir del año 2003, desarrollamos una intensa tarea diplomática que logró consolidar una estrategia regional y multilateral en apoyo a nuestros legítimos derechos soberanos. El reclamo nacional por la soberanía efectiva de las islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes se fortaleció en ámbitos regionales como el Mercosur, la Unasur, la Celac, OEA entre otros, y en foros multilaterales y birregionales como la Cumbre Iberoamericana, el Movimiento de Países no alineados, el G77, la Cumbre de Países Árabes y de América del Sur, la Cumbre de América del Sur y África, que han reiterado llamados a ambos Gobiernos para que reanuden las negociaciones para solucionar la disputa de soberanía.
También en el año 2009, junto con un importante equipo de técnicos y científicos que integran Copla, presentamos la documentación a Naciones Unidas para establecer el límite exterior de la plataforma continental, que suma a la Argentina más de 1,7 millones de kilómetros cuadrados de territorio.
Hoy, sin embargo, podemos ver que el reclamo de la soberanía argentina sobre la cuestión Malvinas ha dejado de ser una prioridad para el actual Gobierno y que incluso se ha firmado una serie de acuerdos bilaterales con el Reino Unido que excluye manifiestamente el debate sobre la soberanía. Nos encontramos ante una política tendiente a desmontar las medidas legales que el Estado argentino puso en vigencia para resguardar sus derechos y proteger sus recursos naturales renovables y no renovables. Estos recursos son apropiados ilegalmente por la fuerza de ocupación británica mediante acciones que expresamente están prohibidas por las Naciones Unidas.
A 35 años del inicio de la guerra, debemos honrar a nuestros caídos y exigir que la cuestión Malvinas no se convierta en sólo un ítem más en la agenda bilateral con el Reino Unido, que aparezca o desaparezca en virtud de los objetivos de corto o mediano plazo que se persigan.
El reclamo por las islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes es una política de Estado que debe continuarse porque sólo a través de la constancia, la persistencia y la firmeza lograremos sentar en la mesa de negociaciones al Reino Unido para dialogar sobre los derechos soberanos que nos asisten, tal como la comunidad internacional y nuestra propia Constitución indican.
Hoy podemos ver que el reclamo de la soberanía argentina sobre Malvinas ha dejado de ser una prioridad para el actual Gobierno y que incluso se ha firmado una serie de acuerdos bilaterales con el Reino Unido que excluye manifiestamente el debate sobre la soberanía
Por Jorge Taiana | Infobae
Terrorista condenado por asesinato y ex ministro de RREE del régimen kirchnerista
Este 2 de abril se cumple un nuevo aniversario del inicio de la guerra de Malvinas que debe servirnos para rendirles el merecido homenaje a nuestros soldados, reafirmar nuestros legítimos derechos y reflexionar sobre la política del actual Gobierno que lidera el ingeniero Mauricio Macri sobre la cuestión Malvinas.
También en política exterior, como en muchas áreas de la gestión de Cambiemos, se puede observar que se ha perdido firmeza en el reclamo de soberanía y que las provocaciones y los avances del Reino Unido sobre nuestros derechos se han convertido en una constante.
Es necesario recordar la historia y la política exterior argentina para comprender que mantener buenas relaciones diplomáticas con otros países no significa claudicar en la defensa del interés nacional ni abandonar nuestros legítimos reclamos que, por mandato constitucional, debemos exigir.
Desde la usurpación de las islas en el año 1833, la Argentina ha reclamado incansablemente por la recuperación del ejercicio pleno de su soberanía sobre las Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes. Por su parte, el Reino Unido, que nunca demostró voluntad de dialogar sobre la disputa reconocida por la resolución 2065 de Naciones Unidas, con el correr del tiempo ha endurecido su postura a medida que crecían las expectativas por la explotación de hidrocarburos en la zona; a la vez que ha incrementado las acciones unilaterales de militarización e introducción de armamento nuclear en el Atlántico Sur con base en las islas Malvinas.
Ante este panorama, desde el Parlasur estamos impulsando diversas iniciativas para que los Estados miembros del Mercosur continúen cooperando para poner fin a la ocupación militar del Reino Unido en parte del territorio nacional argentino mediante la prohibición del uso de sus puertos o sus aeropuertos por parte de aeronaves o buques militares británicos destacados o en tránsito desde o hacia las islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, excepto en emergencias o urgencias humanitarias.
A partir del año 2003, desarrollamos una intensa tarea diplomática que logró consolidar una estrategia regional y multilateral en apoyo a nuestros legítimos derechos soberanos. El reclamo nacional por la soberanía efectiva de las islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes se fortaleció en ámbitos regionales como el Mercosur, la Unasur, la Celac, OEA entre otros, y en foros multilaterales y birregionales como la Cumbre Iberoamericana, el Movimiento de Países no alineados, el G77, la Cumbre de Países Árabes y de América del Sur, la Cumbre de América del Sur y África, que han reiterado llamados a ambos Gobiernos para que reanuden las negociaciones para solucionar la disputa de soberanía.
También en el año 2009, junto con un importante equipo de técnicos y científicos que integran Copla, presentamos la documentación a Naciones Unidas para establecer el límite exterior de la plataforma continental, que suma a la Argentina más de 1,7 millones de kilómetros cuadrados de territorio.
Hoy, sin embargo, podemos ver que el reclamo de la soberanía argentina sobre la cuestión Malvinas ha dejado de ser una prioridad para el actual Gobierno y que incluso se ha firmado una serie de acuerdos bilaterales con el Reino Unido que excluye manifiestamente el debate sobre la soberanía. Nos encontramos ante una política tendiente a desmontar las medidas legales que el Estado argentino puso en vigencia para resguardar sus derechos y proteger sus recursos naturales renovables y no renovables. Estos recursos son apropiados ilegalmente por la fuerza de ocupación británica mediante acciones que expresamente están prohibidas por las Naciones Unidas.
A 35 años del inicio de la guerra, debemos honrar a nuestros caídos y exigir que la cuestión Malvinas no se convierta en sólo un ítem más en la agenda bilateral con el Reino Unido, que aparezca o desaparezca en virtud de los objetivos de corto o mediano plazo que se persigan.
El reclamo por las islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes es una política de Estado que debe continuarse porque sólo a través de la constancia, la persistencia y la firmeza lograremos sentar en la mesa de negociaciones al Reino Unido para dialogar sobre los derechos soberanos que nos asisten, tal como la comunidad internacional y nuestra propia Constitución indican.
martes, 25 de abril de 2017
"Gran Bretaña es una amenaza a la región"
Director del Museo Malvinas: “Gran Bretaña es una amenaza para la región”
Federico Lorenz fue funcionario del kirchnerismo. Dice que el PRO, que antes desdeñaba el reclamo por las islas, ahora cambió su postura.
Por Nadia Dragneff | Perfil
El Museo Malvinas que Federico Lorenz preside, como otras instituciones creadas por el kirchnerismo, fue símbolo del relato nacional y popular sobre la soberanía. El historiador, especialista en el periodo, había participado del guión inicial y luego fue desplazado del proyecto. También estuvo a cargo de otros programas emblemáticos de la era K como “Educación y Memoria”. Años más tarde, y con el cambio de gobierno, fue convocado para dirigir el lugar.
En diálogo con NOTICIAS, Lorenz cuenta cuál es el sentido de mantener ese espacio para la memoria del suceso histórico (el 2 de abril se conmemoran 35 años del comienzo de la Guerra de Malvinas) y opina sobre la visión con que el macrismo encara el tema.
Noticias: ¿Qué lugar ocupa Malvinas para esta gestión?
Lorenz: El lugar que tiene ha ido cambiando con el nuevo gobierno, algo que no era prioritario hoy lo es. Eso brinda una posibilidad de avanzar y no repetir la circularidad que muchas veces tiene el tema. Me parece que a veces hay choques entre una voluntad de avanzar sin mucha precisión, con lo consolidado que está el tema Malvinas en ciertos sentidos comunes.
Noticias: ¿Cree que construir un museo sobre Malvinas hubiese sido posible en la actual gestión?
Lorenz: No, claramente no. Fue posible en la gestión anterior por el énfasis que se hacía en los relatos nacionales. No lo digo como algo peyorativo, se puede discutir, o no, la calidad del relato, pero había un énfasis en la historia como elemento de construcción de identidad. En este lugar invirtió el Estado nacional y todos los argentinos. Es excelente para discutir y construir, si en verdad se quiere esto. También lo es para “tirar piedras” en uno y otro sentido. Lo que no podemos es desperdiciar algo que la sociedad argentina construyó. Este es un lugar para sensibilizarnos sobre ciertos temas, incluso para quienes nos gobiernan. Estoy cuidando un lugar que nos pertenece a todos.
Lorenz siente que el cambio de gobierno permite que ciertas personas que reivindican la dictadura o la guerra quieran volver a instalar esas cuestiones en las que creyeron siempre, como muestran las declaraciones de Juan José Gómez Centurión, el titular de la Aduana que sostuvo que los militares no tuvieron un plan sistemático para la desaparición de personas. Lorenz dice: “No creo que expresen una línea política, sí que lo hace con respecto a sectores que, ante el cambio de contexto, intentan avanzar”, sostiene.
Noticias: ¿Qué piensa de las críticas que realiza la oposición sobre el manejo del tema?
Lorenz: Considero que la oposición marcó fallas sobre este gobierno respecto a la cuestión de la soberanía que, para mí, está bien orientada. Es importante construir una mirada regional sobre las islas, no es un problema entre la Argentina y Gran Bretaña, es una amenaza que genera este último país sobre la región. La actual situación obviamente tiene que ver con la usurpación de 1833 pero las condiciones en las cuales se desarrolla la disputa hoy tienen que ver con nuestra propia responsabilidad como país. Malvinas es la región más militarizada del Atlántico sur, esto no se puede ignorar a la hora de plantear cualquier política. Creo que se está trabajando en el sentido de la mirada regional y esto requiere de muchas articulaciones de instituciones del Estado.
Federico Lorenz fue funcionario del kirchnerismo. Dice que el PRO, que antes desdeñaba el reclamo por las islas, ahora cambió su postura.
Por Nadia Dragneff | Perfil
El Museo Malvinas que Federico Lorenz preside, como otras instituciones creadas por el kirchnerismo, fue símbolo del relato nacional y popular sobre la soberanía. El historiador, especialista en el periodo, había participado del guión inicial y luego fue desplazado del proyecto. También estuvo a cargo de otros programas emblemáticos de la era K como “Educación y Memoria”. Años más tarde, y con el cambio de gobierno, fue convocado para dirigir el lugar.
En diálogo con NOTICIAS, Lorenz cuenta cuál es el sentido de mantener ese espacio para la memoria del suceso histórico (el 2 de abril se conmemoran 35 años del comienzo de la Guerra de Malvinas) y opina sobre la visión con que el macrismo encara el tema.
Noticias: ¿Qué lugar ocupa Malvinas para esta gestión?
Lorenz: El lugar que tiene ha ido cambiando con el nuevo gobierno, algo que no era prioritario hoy lo es. Eso brinda una posibilidad de avanzar y no repetir la circularidad que muchas veces tiene el tema. Me parece que a veces hay choques entre una voluntad de avanzar sin mucha precisión, con lo consolidado que está el tema Malvinas en ciertos sentidos comunes.
Noticias: ¿Cree que construir un museo sobre Malvinas hubiese sido posible en la actual gestión?
Lorenz: No, claramente no. Fue posible en la gestión anterior por el énfasis que se hacía en los relatos nacionales. No lo digo como algo peyorativo, se puede discutir, o no, la calidad del relato, pero había un énfasis en la historia como elemento de construcción de identidad. En este lugar invirtió el Estado nacional y todos los argentinos. Es excelente para discutir y construir, si en verdad se quiere esto. También lo es para “tirar piedras” en uno y otro sentido. Lo que no podemos es desperdiciar algo que la sociedad argentina construyó. Este es un lugar para sensibilizarnos sobre ciertos temas, incluso para quienes nos gobiernan. Estoy cuidando un lugar que nos pertenece a todos.
Lorenz siente que el cambio de gobierno permite que ciertas personas que reivindican la dictadura o la guerra quieran volver a instalar esas cuestiones en las que creyeron siempre, como muestran las declaraciones de Juan José Gómez Centurión, el titular de la Aduana que sostuvo que los militares no tuvieron un plan sistemático para la desaparición de personas. Lorenz dice: “No creo que expresen una línea política, sí que lo hace con respecto a sectores que, ante el cambio de contexto, intentan avanzar”, sostiene.
Noticias: ¿Qué piensa de las críticas que realiza la oposición sobre el manejo del tema?
Lorenz: Considero que la oposición marcó fallas sobre este gobierno respecto a la cuestión de la soberanía que, para mí, está bien orientada. Es importante construir una mirada regional sobre las islas, no es un problema entre la Argentina y Gran Bretaña, es una amenaza que genera este último país sobre la región. La actual situación obviamente tiene que ver con la usurpación de 1833 pero las condiciones en las cuales se desarrolla la disputa hoy tienen que ver con nuestra propia responsabilidad como país. Malvinas es la región más militarizada del Atlántico sur, esto no se puede ignorar a la hora de plantear cualquier política. Creo que se está trabajando en el sentido de la mirada regional y esto requiere de muchas articulaciones de instituciones del Estado.
lunes, 24 de abril de 2017
VGM recibe su placa identificatoria de manos de un soldado inglés
Excombatiente de Malvinas recuperó su placa en poder de un soldado inglés
Fue hallada en 1991 durante un reconocimiento de terreno en las Islas.
La Nueva
Excombatiente de Malvinas recuperó su placa en poder de un soldado inglés. Sociedad. La Nueva. Bahía Blanca
Un oficial del Ejército, que luchó en la Guerra de Malvinas, recuperó 35 años después su placa identificatoria perdida en combate, que estaba en poder de un soldado inglés que lo creía muerto y buscaba a su familia para dársela.
La historia se conoció en los últimos días, luego de que el coronel Enrique Magnaghi recobrara la medalla que se le salió de su cuello cuando, en 1982, fue derribado el helicóptero que piloteaba.
Según informó el Ministerio de Defensa, el soldado inglés halló en 1991 la placa del combatiente argentino durante un reconocimiento de terreno que debió realizar en las Islas Malvinas.
El militar argentino dueño de la placa era un teniente primero y piloto del helicóptero Súper Puma durante la guerra de 1982 y fue derribado por un avión inglés Sea Harrier cuando volaba a baja altura.
En ese momento pretendió realizar una maniobra de aterrizaje, lo que derivó en el incendio de la cabina del helicóptero en que se encontraba, a una milla de la costa malvinera.
"No me morí por los disparos ni por los golpes, pero pude morir quemado. Fue fuerte todo lo que pasó como para pensar en la placa de identificación", relató Magnaghi.
"Fue un momento fuerte, igual que cuando recibí una foto de la placa de identificación", recordó el excombatiente.
Magnaghi llegó a Malvinas el 7 de abril de 1982 con 31 años, integrando una compañía compuesta por cinco helicópteros Puma y dos Chinook de la aviación de Ejército, cuya misión eran hacer vuelos de rescate, de reconocimiento y de transporte. (DyN)
Fue hallada en 1991 durante un reconocimiento de terreno en las Islas.
La Nueva
Excombatiente de Malvinas recuperó su placa en poder de un soldado inglés. Sociedad. La Nueva. Bahía Blanca
Un oficial del Ejército, que luchó en la Guerra de Malvinas, recuperó 35 años después su placa identificatoria perdida en combate, que estaba en poder de un soldado inglés que lo creía muerto y buscaba a su familia para dársela.
La historia se conoció en los últimos días, luego de que el coronel Enrique Magnaghi recobrara la medalla que se le salió de su cuello cuando, en 1982, fue derribado el helicóptero que piloteaba.
Según informó el Ministerio de Defensa, el soldado inglés halló en 1991 la placa del combatiente argentino durante un reconocimiento de terreno que debió realizar en las Islas Malvinas.
El militar argentino dueño de la placa era un teniente primero y piloto del helicóptero Súper Puma durante la guerra de 1982 y fue derribado por un avión inglés Sea Harrier cuando volaba a baja altura.
En ese momento pretendió realizar una maniobra de aterrizaje, lo que derivó en el incendio de la cabina del helicóptero en que se encontraba, a una milla de la costa malvinera.
"No me morí por los disparos ni por los golpes, pero pude morir quemado. Fue fuerte todo lo que pasó como para pensar en la placa de identificación", relató Magnaghi.
"Fue un momento fuerte, igual que cuando recibí una foto de la placa de identificación", recordó el excombatiente.
Magnaghi llegó a Malvinas el 7 de abril de 1982 con 31 años, integrando una compañía compuesta por cinco helicópteros Puma y dos Chinook de la aviación de Ejército, cuya misión eran hacer vuelos de rescate, de reconocimiento y de transporte. (DyN)
sábado, 22 de abril de 2017
Cinco perros héroes en Malvinas
PERROS HÉROES de la guerra de Malvinas
Durante la guerra de Malvinas se destinaron al conflicto 18 perros de guerra los cuales fueron considerados los mejores sistemas de alertas previos a los bombardeos de los ingleses , con sus ladridos y aullidos daban las alertas antes que los radares de tierra , salían corriendo hacia las posiciones de defensa en tierra y alertaban a los que estaban en trincheras sin cobertura de defensa. Estos perros salvaron muchas vidas.
■ Keni .-
Uno de los perros mas combativos del grupo , unos días previos a la finalización del conflicto bélico Keni fue destinado a la primera linea de combate junto a su regimiento, en uno de los tantos encuentros de combates cuerpo a cuerpo Keni cae abatido por la metralla del enemigo defendiendo a 2 soldados argentinos que se habían quedado sin municiones.
■ Xuavia .-
Por su condición de guarda e instinto protector ella quedo en la zona de defensa de Puerto Argentino participo de varias misiones destacándose que volviendo a la base se separo de su pelotón y corrió aproximadamente 2km , para luego ladrar y aullar llamando de los miembros de su regimiento , siendo una situación nocturna no se la pudo ir a buscar , a la mañana siguiente un destacamento se dirigió a la zona guiado por sus ladridos , encontraron a Xuavia acostada arriba del cuerpo de un soldado argentino dándole calor ya que el soldado estaba herido y gracias a Xuavia pudo sobrevivir esa noche helada. Por esa acción Xuavia fue condecorada por el congreso argentino.
■ Vogel .-
Sobrevivió al conflicto , participo de varios misiones nocturnas , entro en combate con los comandos del BIM5 en reiteradas oportunidades .Vogel marcho junto al BIM5 - Batallo de Infantería de Marina 5 - el único batallón que no se rindió ante los ingleses en ingresó marchando a Puerto Argentino sin entregar sus armas y distintivos . A Vogel los ingleses no pudieron sacarle su collar.
Vogel fue el primer perro de guerra de Argentina en recibir una condecoración por su accionar en combate.
■ Mortero .-
Fue perro guía y alerta , participaba de expediciones y patrullas. gracias a su instinto y entrenamiento dio aviso de varias patrullas enemigas y también de bombardeos.
Mortero volvió con sus camaradas del regimiento , fue embarcado en el navío ingles Norland , cuentan que apenas subió al buque Mortero les orino la alfombra , por tal motivo los ingleses lo quisieron tirar al agua , pero no pudieron por la ferocidad de Mortero y porque los soldado Argentino formaron una barrera humana que no los dejaron que toquen a Mortero.
Mortero quedo registrado como el primer prisionero de guerra canino de la historia.
■ Tom .-
Según se supo, tiempo después, los perros tácticos no fueron los únicos que viajaron a las Islas Malvinas, sino que hubo otro, llevado por el Cabo Primero Omar Alberto Liborio,
al que llamo “TOM” (por Teatro de Operaciones Malvinas), el perro artillero. Al poco tiempo Tom, se transformó en el ser más mimado y querido por los soldados, quienes lo ocultaban de los superiores.
En Malvinas, Tom se comportó como un bravo artillero, él se paraba delante de los cañones del Grupo de Artillería 101, y ladraba. Cuando había alerta roja de bombardeo naval, era el primero en salir del refugio para buscar a los soldados más alejados, y el último en cubrirse.
Compartía con los soldados la comida, el abrigo, y jugaba dándoles ánimos a sus amigos combatientes.
El 12 de junio, en horas de la mañana, dos aviones se lanzaron sobre los soldados y Tom falleció dando el alerta del ataque , gracias a su heroico accionar salvaron sus vidas 12 soldados argentinos”.
Durante la guerra de Malvinas se destinaron al conflicto 18 perros de guerra los cuales fueron considerados los mejores sistemas de alertas previos a los bombardeos de los ingleses , con sus ladridos y aullidos daban las alertas antes que los radares de tierra , salían corriendo hacia las posiciones de defensa en tierra y alertaban a los que estaban en trincheras sin cobertura de defensa. Estos perros salvaron muchas vidas.
■ Keni .-
Uno de los perros mas combativos del grupo , unos días previos a la finalización del conflicto bélico Keni fue destinado a la primera linea de combate junto a su regimiento, en uno de los tantos encuentros de combates cuerpo a cuerpo Keni cae abatido por la metralla del enemigo defendiendo a 2 soldados argentinos que se habían quedado sin municiones.
■ Xuavia .-
Por su condición de guarda e instinto protector ella quedo en la zona de defensa de Puerto Argentino participo de varias misiones destacándose que volviendo a la base se separo de su pelotón y corrió aproximadamente 2km , para luego ladrar y aullar llamando de los miembros de su regimiento , siendo una situación nocturna no se la pudo ir a buscar , a la mañana siguiente un destacamento se dirigió a la zona guiado por sus ladridos , encontraron a Xuavia acostada arriba del cuerpo de un soldado argentino dándole calor ya que el soldado estaba herido y gracias a Xuavia pudo sobrevivir esa noche helada. Por esa acción Xuavia fue condecorada por el congreso argentino.
■ Vogel .-
Sobrevivió al conflicto , participo de varios misiones nocturnas , entro en combate con los comandos del BIM5 en reiteradas oportunidades .Vogel marcho junto al BIM5 - Batallo de Infantería de Marina 5 - el único batallón que no se rindió ante los ingleses en ingresó marchando a Puerto Argentino sin entregar sus armas y distintivos . A Vogel los ingleses no pudieron sacarle su collar.
Vogel fue el primer perro de guerra de Argentina en recibir una condecoración por su accionar en combate.
■ Mortero .-
Fue perro guía y alerta , participaba de expediciones y patrullas. gracias a su instinto y entrenamiento dio aviso de varias patrullas enemigas y también de bombardeos.
Mortero volvió con sus camaradas del regimiento , fue embarcado en el navío ingles Norland , cuentan que apenas subió al buque Mortero les orino la alfombra , por tal motivo los ingleses lo quisieron tirar al agua , pero no pudieron por la ferocidad de Mortero y porque los soldado Argentino formaron una barrera humana que no los dejaron que toquen a Mortero.
Mortero quedo registrado como el primer prisionero de guerra canino de la historia.
■ Tom .-
Según se supo, tiempo después, los perros tácticos no fueron los únicos que viajaron a las Islas Malvinas, sino que hubo otro, llevado por el Cabo Primero Omar Alberto Liborio,
al que llamo “TOM” (por Teatro de Operaciones Malvinas), el perro artillero. Al poco tiempo Tom, se transformó en el ser más mimado y querido por los soldados, quienes lo ocultaban de los superiores.
En Malvinas, Tom se comportó como un bravo artillero, él se paraba delante de los cañones del Grupo de Artillería 101, y ladraba. Cuando había alerta roja de bombardeo naval, era el primero en salir del refugio para buscar a los soldados más alejados, y el último en cubrirse.
Compartía con los soldados la comida, el abrigo, y jugaba dándoles ánimos a sus amigos combatientes.
El 12 de junio, en horas de la mañana, dos aviones se lanzaron sobre los soldados y Tom falleció dando el alerta del ataque , gracias a su heroico accionar salvaron sus vidas 12 soldados argentinos”.
jueves, 20 de abril de 2017
Basta de mentiras: El apoyo popular a la guerra
Basta de mentir sobre Malvinas
– Por Nicolás Márquez - Prensa Republicana
Con calculada insistencia, voceros de diferentes tendencias, intelectuales, políticos, oficialistas y opositores, utilizan la gloriosa fecha del 2 de abril no sólo para disfrutar del feriado turístico sino, lo que es más grave, para manifestarse en cuanta ocasión puedan a fin de lamentar “los chicos que murieron” en Malvinas, agregar que aquello “fue una guerra promovida por un borracho trasnochado” y finalmente, abrevar una y otra vez en la consabida demonización del Proceso de Reorganización Nacional.
Sin embargo, vale desnudar una vez más la hipocresía en la que incurren nuestros habituales recolectores de votos, al bastardear una gesta que fuera oportunamente apoyada con sumo fervor por los mismos partidos políticos que hoy cargan tintas demonizando todo aquello, sin advertir que la mentada “borrachera” no fue un fenómeno personal sino colectivo, puesto que la población virtualmente unánime aplaudió y respaldó la guerra con sonoro espíritu triunfalista. Tanto es así que hubo numerosos y multitudinarios actos de apoyo en los que el Presidente Leopoldo Fortunato Galtieri se vio obligado a saludar desde los balcones de la Casa de Gobierno ante el insistente clamor de la multitud que lo vivaba.
Efectivamente, omiten mencionar nuestros escribidores de historietas, que por entonces un arrasante fervor popular apoyó al gobierno de facto y se manifestó a favor de la guerra, al igual que lo hicieron numerosos dirigentes políticos que salieron de inmediato a dar su incondicional respaldo. Tanto es así que el 7 de abril “dirigentes gremiales como Lorenzo Miguel y Saúl Ubaldini y políticos destacados como los peronistas Antonio Cafiero y Deolindo Bitel, el radical Carlos Contín (Presidente del Comité Central del Partido), el populista Oscar Alende y Jorge Abelardo Ramos, de la izquierda nacional, viajaron a las Islas Malvinas para la asunción del efímero gobernador general Menéndez. El 10 de abril se congregaron en Plaza de Mayo cien mil personas con banderas, entre las que se destacaba un cartel con el lema ‘CGT presente, soberanía o muerte’”. Al mismo tiempo, el procesista Ernesto Sábato hacía declaraciones para la radio española alegando: “no es la dictadura la que está luchando, es el pueblo entero”[1]. Desde Comodoro Rivadavia, en declaraciones radiales Deolindo F. Bittel (ex candidato a Vicepresidente de Luder en 1983 por el P.J.) espetó: “entendemos que la justicia y la reivindicación contenidos en este acto de gobierno merecen que la decisión sea compartida por todos los habitantes de la República Argentina”[2]. En esa misma ocasión, Antonio Cafiero dijo que “la afirmación de nuestra soberanía, el mejoramiento de la imagen exterior y la consolidación de la unidad nacional son tres de los principales réditos que el enfrentamiento armado está en condiciones de dejar. Por otra parte, el gasto que demanda es infinitamente menor que el déficit provocado por la política de despilfarro aplicada en épocas de paz” y seguidamente agregó: “A medida que las acciones resultan más dramáticas se va diluyendo nuestro objetivo partidista, y por esa causa nos propusimos dejar de hacer todo aquello que pudiera dividir la opinión de la comunidad, decidiendo entonces entrevistar a los jefes de las guarniciones patagónicas”.
Políticos de todas las ideologías se reunieron con el Ministro del Interior, Gral. Harguindeguy (amigo íntimo del futuro Presidente Raúl Alfonsín) el 2 de mayo. Al salir de la tertulia, el izquierdista Oscar Allende expresó: “Estamos gozosos de poder asistir a un hecho trascendental. Es un acto de decisión y arrojo que hace honor al gobierno y a las fuerzas armadas argentinas” y en igual circunstancia el relevante dirigente justicialista Torcuato Fino ratificó “la solidaridad del justicialismo con esta actitud del gobierno”; en representación del radicalismo, Francisco Rabanal manifestó: “El episodio de hoy fue anhelado por varias generaciones de argentinos”. Lleno de júbilo, dos días después el ex Presidente Arturo Frondizi declaraba que “La acción de las fuerzas armadas, tendientes a poner fin a la usurpación de Inglaterra en Las Malvinas y demás islas del Atlántico Sur, merece todo nuestro apoyo”. El gobernador de la Provincia de Bs.As., Gral. Saint Jean, también se reunió con los representantes de los partidos Intransigente, Demócrata Cristiano, U.C.R, M.I.D, P.J, y Demócrata Progresista y al salir, hizo mención al apoyo brindado por los dirigentes y afirmó haber recibido expresiones que “fueron conmovedoras”[3]. Una encuesta de la época efectuada por Gallup señalaba que el 90% de la población adhería a la guerra, y sólo el 8% se oponía. Los más entusiastas en apoyarla eran los sectores de izquierda (quienes se alistaban como voluntarios para ser llamados al frente de combate).
Otra acusación en torno a lo acontecido nos dice que el conflicto fue desatado por las FF.AA. para obtener rédito político y “perpetuarse en el poder”, sin embargo, hasta la mismísima justicia alfonsinista, cuando enjuició al Gral. Galtieri, determinó que “El fallo de la Cámara no implica críticas de manera alguna a la gesta de Malvinas […] La Decisión de la Junta Militar de ocupar las islas respondió a la necesidad de reaccionar frente a una añeja, pertinaz y ultimamente intolerable ofensa a la soberanía argentina […] esas circunstancias a modo de abanico fueron concentrándose hasta conformar una agresión, que no solo justificaba, sino que imponía una oportuna defensa en aras de proteger nuestros intereses superiores de la Nación”[4]. Tanto es así, que Galtieri ni siquiera fue condenado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, y los cargos que se le imputaron no tenían relación con la ocupación de Malvinas y la guerra contra Inglaterra, sino con haber mantenido el “combate una vez conocida la magnitud de la reacción inglesa, a las fuerzas propias en inferioridad de condiciones”, categórica resolución jurídica (y política) que pulveriza los aforismos predilectos del elenco estable de papanatas que suelen atribuirle a la legítima recuperación de las Islas Malvinas propósitos tan sórdidos como ficcionarios.
Tampoco es cierto el rutinario embuste que nos dice que los soldados argentinos fueron un vacilante tropel de “chicos asustados”, puesto que, a pesar de las notables desigualdades tecnológicas, éstos pelearon palmo a palmo contra una de las potencias militares más importantes del mundo, hecho que fuera reconocido por los mismos militares y personalidades norteamericanas e inglesas, empezando por la mismísima Primer Ministro Margaret Thatcher, quien cuenta que varios años después de la guerra “un general ruso me dijo que los soviéticos habían estado absolutamente convencidos de que no lucharíamos por las Malvinas, y que de hacerlo, perderíamos”, episodio que obviamente no se dio, pero que no era impensado, puesto que al decir de la propia Thatcher “Sin los Harriers, con su gran capacidad de maniobra, piloteados con enorme destreza y valor, y empleando la última versión del misil Sidewinder aire-aire proporcionado por Caspar Weinberger, no hubiéramos podido recuperar las Malvinas”[5].
Asimismo, en momentos decisivos, el día 13 de junio de 1982 (un día antes de la rendición de las tropas argentinas), el Almirante británico Sandy Woodward (Comandante de la Fuerza de Tareas Expedicionaria Británica) elevó un dramático informe al Comando de las Fuerzas de Tierra, en el cual, tras relatar las profusas averías y el desmantelamiento que estaban padeciendo las tropas británicas concluyó: “Francamente, si los argentinos pudieran sólo respirar sobre nosotros, ¡nos caeríamos!. Tal vez ellos están igual. Solo cabe esperar que así sea, de otra manera estamos listos para la carnicería”. Lo cierto es que oficialmente (y sin contabilizar las bajas padecidas por las tropas de apoyo de los “Gurkas” y las escocesas) Inglaterra declaró que “en los 45 días de guerra, proporcionalmente, perdió más hombres que en la Segunda Guerra Mundial: 255 muertos y 777 heridos”, dato al que cabe agregar que en Inglaterra se suicidaron más veteranos de Falklands, que los veteranos de Malvinas y que de los 616 muertos argentinos, casi la mitad lo fueron a causa del hundimiento del Crucero Gral. Belgrano [6] (fuera de la zona de exclusión).
Una vez más, una fecha que debería invitarnos a la sana reflexión y al merecido reconocimiento de héroes y patriotas, lo que ha quedado instalado tras tantos años del infame relato kirchnerista (convalidado por el resto de los centristas bienpensantes) manosea una noble causa para tapar noticias incómodas a la vez que distorsiona y disfraza, por milésima vez, nuestro pasado reciente mancillando la memoria de nuestros prohombres y enalteciendo la de los rufianes, que para desdicha nuestra siempre abundaron.
– Por Nicolás Márquez - Prensa Republicana
Con calculada insistencia, voceros de diferentes tendencias, intelectuales, políticos, oficialistas y opositores, utilizan la gloriosa fecha del 2 de abril no sólo para disfrutar del feriado turístico sino, lo que es más grave, para manifestarse en cuanta ocasión puedan a fin de lamentar “los chicos que murieron” en Malvinas, agregar que aquello “fue una guerra promovida por un borracho trasnochado” y finalmente, abrevar una y otra vez en la consabida demonización del Proceso de Reorganización Nacional.
Sin embargo, vale desnudar una vez más la hipocresía en la que incurren nuestros habituales recolectores de votos, al bastardear una gesta que fuera oportunamente apoyada con sumo fervor por los mismos partidos políticos que hoy cargan tintas demonizando todo aquello, sin advertir que la mentada “borrachera” no fue un fenómeno personal sino colectivo, puesto que la población virtualmente unánime aplaudió y respaldó la guerra con sonoro espíritu triunfalista. Tanto es así que hubo numerosos y multitudinarios actos de apoyo en los que el Presidente Leopoldo Fortunato Galtieri se vio obligado a saludar desde los balcones de la Casa de Gobierno ante el insistente clamor de la multitud que lo vivaba.
Efectivamente, omiten mencionar nuestros escribidores de historietas, que por entonces un arrasante fervor popular apoyó al gobierno de facto y se manifestó a favor de la guerra, al igual que lo hicieron numerosos dirigentes políticos que salieron de inmediato a dar su incondicional respaldo. Tanto es así que el 7 de abril “dirigentes gremiales como Lorenzo Miguel y Saúl Ubaldini y políticos destacados como los peronistas Antonio Cafiero y Deolindo Bitel, el radical Carlos Contín (Presidente del Comité Central del Partido), el populista Oscar Alende y Jorge Abelardo Ramos, de la izquierda nacional, viajaron a las Islas Malvinas para la asunción del efímero gobernador general Menéndez. El 10 de abril se congregaron en Plaza de Mayo cien mil personas con banderas, entre las que se destacaba un cartel con el lema ‘CGT presente, soberanía o muerte’”. Al mismo tiempo, el procesista Ernesto Sábato hacía declaraciones para la radio española alegando: “no es la dictadura la que está luchando, es el pueblo entero”[1]. Desde Comodoro Rivadavia, en declaraciones radiales Deolindo F. Bittel (ex candidato a Vicepresidente de Luder en 1983 por el P.J.) espetó: “entendemos que la justicia y la reivindicación contenidos en este acto de gobierno merecen que la decisión sea compartida por todos los habitantes de la República Argentina”[2]. En esa misma ocasión, Antonio Cafiero dijo que “la afirmación de nuestra soberanía, el mejoramiento de la imagen exterior y la consolidación de la unidad nacional son tres de los principales réditos que el enfrentamiento armado está en condiciones de dejar. Por otra parte, el gasto que demanda es infinitamente menor que el déficit provocado por la política de despilfarro aplicada en épocas de paz” y seguidamente agregó: “A medida que las acciones resultan más dramáticas se va diluyendo nuestro objetivo partidista, y por esa causa nos propusimos dejar de hacer todo aquello que pudiera dividir la opinión de la comunidad, decidiendo entonces entrevistar a los jefes de las guarniciones patagónicas”.
Políticos de todas las ideologías se reunieron con el Ministro del Interior, Gral. Harguindeguy (amigo íntimo del futuro Presidente Raúl Alfonsín) el 2 de mayo. Al salir de la tertulia, el izquierdista Oscar Allende expresó: “Estamos gozosos de poder asistir a un hecho trascendental. Es un acto de decisión y arrojo que hace honor al gobierno y a las fuerzas armadas argentinas” y en igual circunstancia el relevante dirigente justicialista Torcuato Fino ratificó “la solidaridad del justicialismo con esta actitud del gobierno”; en representación del radicalismo, Francisco Rabanal manifestó: “El episodio de hoy fue anhelado por varias generaciones de argentinos”. Lleno de júbilo, dos días después el ex Presidente Arturo Frondizi declaraba que “La acción de las fuerzas armadas, tendientes a poner fin a la usurpación de Inglaterra en Las Malvinas y demás islas del Atlántico Sur, merece todo nuestro apoyo”. El gobernador de la Provincia de Bs.As., Gral. Saint Jean, también se reunió con los representantes de los partidos Intransigente, Demócrata Cristiano, U.C.R, M.I.D, P.J, y Demócrata Progresista y al salir, hizo mención al apoyo brindado por los dirigentes y afirmó haber recibido expresiones que “fueron conmovedoras”[3]. Una encuesta de la época efectuada por Gallup señalaba que el 90% de la población adhería a la guerra, y sólo el 8% se oponía. Los más entusiastas en apoyarla eran los sectores de izquierda (quienes se alistaban como voluntarios para ser llamados al frente de combate).
Otra acusación en torno a lo acontecido nos dice que el conflicto fue desatado por las FF.AA. para obtener rédito político y “perpetuarse en el poder”, sin embargo, hasta la mismísima justicia alfonsinista, cuando enjuició al Gral. Galtieri, determinó que “El fallo de la Cámara no implica críticas de manera alguna a la gesta de Malvinas […] La Decisión de la Junta Militar de ocupar las islas respondió a la necesidad de reaccionar frente a una añeja, pertinaz y ultimamente intolerable ofensa a la soberanía argentina […] esas circunstancias a modo de abanico fueron concentrándose hasta conformar una agresión, que no solo justificaba, sino que imponía una oportuna defensa en aras de proteger nuestros intereses superiores de la Nación”[4]. Tanto es así, que Galtieri ni siquiera fue condenado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, y los cargos que se le imputaron no tenían relación con la ocupación de Malvinas y la guerra contra Inglaterra, sino con haber mantenido el “combate una vez conocida la magnitud de la reacción inglesa, a las fuerzas propias en inferioridad de condiciones”, categórica resolución jurídica (y política) que pulveriza los aforismos predilectos del elenco estable de papanatas que suelen atribuirle a la legítima recuperación de las Islas Malvinas propósitos tan sórdidos como ficcionarios.
Tampoco es cierto el rutinario embuste que nos dice que los soldados argentinos fueron un vacilante tropel de “chicos asustados”, puesto que, a pesar de las notables desigualdades tecnológicas, éstos pelearon palmo a palmo contra una de las potencias militares más importantes del mundo, hecho que fuera reconocido por los mismos militares y personalidades norteamericanas e inglesas, empezando por la mismísima Primer Ministro Margaret Thatcher, quien cuenta que varios años después de la guerra “un general ruso me dijo que los soviéticos habían estado absolutamente convencidos de que no lucharíamos por las Malvinas, y que de hacerlo, perderíamos”, episodio que obviamente no se dio, pero que no era impensado, puesto que al decir de la propia Thatcher “Sin los Harriers, con su gran capacidad de maniobra, piloteados con enorme destreza y valor, y empleando la última versión del misil Sidewinder aire-aire proporcionado por Caspar Weinberger, no hubiéramos podido recuperar las Malvinas”[5].
Asimismo, en momentos decisivos, el día 13 de junio de 1982 (un día antes de la rendición de las tropas argentinas), el Almirante británico Sandy Woodward (Comandante de la Fuerza de Tareas Expedicionaria Británica) elevó un dramático informe al Comando de las Fuerzas de Tierra, en el cual, tras relatar las profusas averías y el desmantelamiento que estaban padeciendo las tropas británicas concluyó: “Francamente, si los argentinos pudieran sólo respirar sobre nosotros, ¡nos caeríamos!. Tal vez ellos están igual. Solo cabe esperar que así sea, de otra manera estamos listos para la carnicería”. Lo cierto es que oficialmente (y sin contabilizar las bajas padecidas por las tropas de apoyo de los “Gurkas” y las escocesas) Inglaterra declaró que “en los 45 días de guerra, proporcionalmente, perdió más hombres que en la Segunda Guerra Mundial: 255 muertos y 777 heridos”, dato al que cabe agregar que en Inglaterra se suicidaron más veteranos de Falklands, que los veteranos de Malvinas y que de los 616 muertos argentinos, casi la mitad lo fueron a causa del hundimiento del Crucero Gral. Belgrano [6] (fuera de la zona de exclusión).
Una vez más, una fecha que debería invitarnos a la sana reflexión y al merecido reconocimiento de héroes y patriotas, lo que ha quedado instalado tras tantos años del infame relato kirchnerista (convalidado por el resto de los centristas bienpensantes) manosea una noble causa para tapar noticias incómodas a la vez que distorsiona y disfraza, por milésima vez, nuestro pasado reciente mancillando la memoria de nuestros prohombres y enalteciendo la de los rufianes, que para desdicha nuestra siempre abundaron.
martes, 18 de abril de 2017
Harvey y Withington, dos británicos en el lado correcto de la contienda
Cambio de frente: cuando dos ingleses pelearon por Argentina
Harvey y Withington, que habían combatido para Gran Bretaña en la Segunda Guerra Mundial, estuvieron en el bando opuesto en 1982
Teresa Sofía Buscaglia | LA NACION
"Si me encuentro con otro inglés, lo invito a tomar una copa", bromeaba Jimmy Harvey entre sus camaradas argentinos del Escuadrón Fénix, mientras estaban en la base San Julián, preparando el despegue de sus aviones para distraer a los radares ingleses.
La Guerra de Malvinas no sólo convocó a militares y conscriptos, sino también a muchos civiles que se ofrecieron como voluntarios. "El origen del escuadrón data de 1978, cuando un grupo de aviadores civiles fuimos convocados para recibir instrucciones por un posible conflicto con Chile", explica Aldo Pignato, presidente de la organización.
El piloto Jimmy Harvey combatió para la Argentina en la Guerra de Malvinas. Foto: Crédito
Jimmy Harvey y Allan Withington eran parte de ese escuadrón. Nacidos en la Argentina, pero con familia, cultura y educación británicas, los dos veteranos pilotos habían participado de la Segunda Guerra Mundial, como voluntarios en la Royal Air Force (RAF), en su juventud. "Jimmy no quería hablar de la Guerra Mundial. Había sido muy doloroso para él ver tanta destrucción y muerte", recuerda hoy Lillian Harvey, su viuda.
Tito Withington tampoco hablaba de sus años en la RAF, donde tuvo misiones muy audaces. "Le tocó sobrevolar la casa de vacaciones de Hitler y distraer los radares alemanes con papelitos metálicos que los confundían y les hacían perder precisión", cuenta Claudio Meunier, investigador y autor de los libros Alas de trueno y Nacidos con honor, que documentan esta historia.
Nacidos en la década del 20, la formación de estos dos angloargentinos había sido similar, pero en lugares muy diferentes. Harvey pasó su escolaridad pupilo entre Londres y Buenos Aires, y Withington vivió su infancia en el campo. La Guerra Mundial los igualó y les dejó las mismas heridas. Ambos regresaron a la Argentina y comenzaron a trabajar como pilotos civiles. Formaron parte del nacimiento de Aerolíneas Argentinas y Austral, donde fueron maestros de pilotos hasta su jubilación. Al retirarse, en los años 70, se dedicaron a la aviación privada.
El año 1982 los volvió a reunir. Nuevamente una guerra. Aviadores veteranos y muy conocedores de la mentalidad británica, los dos acudieron al llamado de las Fuerzas Armadas, sabiendo que las chances de ganar eran utópicas.
"Ellos quisieron participar de Malvinas, aunque les ofrecí eximirlos de esa obligación. Recuerdo muy bien que al elegir el avión Lear Jet LR 24 que volaba Jimmy, lo llamé por teléfono y le sugerí que podía «bajarlo» de ese compromiso, pero pidió que me olvidara de eso y que lo convocara. Me dijo: «Yo soy argentino, Jorge, y las islas son argentinas. Esa vieja Thatcher está loca, y quiero participar»", recuerda Jorge Páez, capitán retirado de la Fuerza Aérea y fundador del Escuadrón Fénix.
"Los Lear Jet no tenían armamentos ni asientos eyectables. En caso de ser detectados por los ingleses, los pilotos no podían hacer nada. Su salvación quedaba en manos de su destreza y las maniobras evasivas que pudieran realizar", agrega el autor Meunier.
Si bien se sentían argentinos, Tito y Jimmy no podían despegarse de su origen británico, y todos sabían que su heroísmo era doblemente valioso, porque lideraban misiones casi suicidas para enfrentar a un enemigo, por el cual habían arriesgado sus vidas cuatro décadas atrás. "No podemos ganar, pero tampoco podemos dejar que mueran todos tan impunemente, nos dijo a sus siete hijos antes de partir a Malvinas", recuerda Cecilia Withington, su hija.
Tanto Harvey como él sabían que esta guerra era una decisión alocada de una dictadura en decadencia, pero comenzado el conflicto sintieron que su obligación era acompañar y aportar su experiencia a todos esos hombres que habían ido a combatir por una causa que sentían en su corazón como justa y digna.
"Si los ingleses pisan las islas, perdemos la guerra", le dijo Jimmy a sus superiores. No lo escucharon, y llegó la derrota. Los dos la sufrieron mucho, pero aún más les dolió la indiferencia de una sociedad que no pudo separar a los que dieron su vida en Malvinas con los que formaron parte de la dictadura. "Cuando regresó, Jimmy no era el mismo. Estaba callado, muy cansado, nunca quiso hablar de Malvinas. No le gustaba ir a los homenajes ni a las reuniones. La derrota lo había entristecido", relata Lillian Harvey, su viuda. Su esposo murió en 2003.
Tito Withington, que murió en 2009, sí participaba activamente en las reuniones y los actos del Escuadrón Fénix, en cada aniversario de Malvinas. De parte del Estado argentino recibió sólo dos medallas conmemorativas por su participación. "Irónicamente, 20 años después de Malvinas, en Inglaterra fue condecorado por su voluntariosa participación en la Segunda Guerra Mundial. Se hizo una ceremonia muy emotiva y se rindió homenaje a los voluntarios argentinos que se habían alistado y habían participado en ella", revela Cecilia, al recordar a su padre.
Harvey y Withington, que habían combatido para Gran Bretaña en la Segunda Guerra Mundial, estuvieron en el bando opuesto en 1982
Teresa Sofía Buscaglia | LA NACION
"Si me encuentro con otro inglés, lo invito a tomar una copa", bromeaba Jimmy Harvey entre sus camaradas argentinos del Escuadrón Fénix, mientras estaban en la base San Julián, preparando el despegue de sus aviones para distraer a los radares ingleses.
La Guerra de Malvinas no sólo convocó a militares y conscriptos, sino también a muchos civiles que se ofrecieron como voluntarios. "El origen del escuadrón data de 1978, cuando un grupo de aviadores civiles fuimos convocados para recibir instrucciones por un posible conflicto con Chile", explica Aldo Pignato, presidente de la organización.
El piloto Jimmy Harvey combatió para la Argentina en la Guerra de Malvinas. Foto: Crédito
Jimmy Harvey y Allan Withington eran parte de ese escuadrón. Nacidos en la Argentina, pero con familia, cultura y educación británicas, los dos veteranos pilotos habían participado de la Segunda Guerra Mundial, como voluntarios en la Royal Air Force (RAF), en su juventud. "Jimmy no quería hablar de la Guerra Mundial. Había sido muy doloroso para él ver tanta destrucción y muerte", recuerda hoy Lillian Harvey, su viuda.
Tito Withington tampoco hablaba de sus años en la RAF, donde tuvo misiones muy audaces. "Le tocó sobrevolar la casa de vacaciones de Hitler y distraer los radares alemanes con papelitos metálicos que los confundían y les hacían perder precisión", cuenta Claudio Meunier, investigador y autor de los libros Alas de trueno y Nacidos con honor, que documentan esta historia.
Nacidos en la década del 20, la formación de estos dos angloargentinos había sido similar, pero en lugares muy diferentes. Harvey pasó su escolaridad pupilo entre Londres y Buenos Aires, y Withington vivió su infancia en el campo. La Guerra Mundial los igualó y les dejó las mismas heridas. Ambos regresaron a la Argentina y comenzaron a trabajar como pilotos civiles. Formaron parte del nacimiento de Aerolíneas Argentinas y Austral, donde fueron maestros de pilotos hasta su jubilación. Al retirarse, en los años 70, se dedicaron a la aviación privada.
El año 1982 los volvió a reunir. Nuevamente una guerra. Aviadores veteranos y muy conocedores de la mentalidad británica, los dos acudieron al llamado de las Fuerzas Armadas, sabiendo que las chances de ganar eran utópicas.
"Ellos quisieron participar de Malvinas, aunque les ofrecí eximirlos de esa obligación. Recuerdo muy bien que al elegir el avión Lear Jet LR 24 que volaba Jimmy, lo llamé por teléfono y le sugerí que podía «bajarlo» de ese compromiso, pero pidió que me olvidara de eso y que lo convocara. Me dijo: «Yo soy argentino, Jorge, y las islas son argentinas. Esa vieja Thatcher está loca, y quiero participar»", recuerda Jorge Páez, capitán retirado de la Fuerza Aérea y fundador del Escuadrón Fénix.
Tarea de distracción
Este grupo de aviadores civiles recibía un grado militar y tenía varias tareas: retransmisión en vuelo, exploración y reconocimiento, búsqueda y salvamento, guiado de escuadrillas y, las más arriesgadas de todas, las "maniobras de diversión". En la jerga aeronáutica significaba que los aviones podían adquirir tanta velocidad que lograban semejarse a aeronaves de combate y confundir a los radares ingleses. Así los mantenían en alarma permanente y los desgastaban. Mientras tanto, las fuerzas argentinas aprovechaban a incursionar en el área de combate y derribar objetivos enemigos."Los Lear Jet no tenían armamentos ni asientos eyectables. En caso de ser detectados por los ingleses, los pilotos no podían hacer nada. Su salvación quedaba en manos de su destreza y las maniobras evasivas que pudieran realizar", agrega el autor Meunier.
Si bien se sentían argentinos, Tito y Jimmy no podían despegarse de su origen británico, y todos sabían que su heroísmo era doblemente valioso, porque lideraban misiones casi suicidas para enfrentar a un enemigo, por el cual habían arriesgado sus vidas cuatro décadas atrás. "No podemos ganar, pero tampoco podemos dejar que mueran todos tan impunemente, nos dijo a sus siete hijos antes de partir a Malvinas", recuerda Cecilia Withington, su hija.
Tanto Harvey como él sabían que esta guerra era una decisión alocada de una dictadura en decadencia, pero comenzado el conflicto sintieron que su obligación era acompañar y aportar su experiencia a todos esos hombres que habían ido a combatir por una causa que sentían en su corazón como justa y digna.
"Si los ingleses pisan las islas, perdemos la guerra", le dijo Jimmy a sus superiores. No lo escucharon, y llegó la derrota. Los dos la sufrieron mucho, pero aún más les dolió la indiferencia de una sociedad que no pudo separar a los que dieron su vida en Malvinas con los que formaron parte de la dictadura. "Cuando regresó, Jimmy no era el mismo. Estaba callado, muy cansado, nunca quiso hablar de Malvinas. No le gustaba ir a los homenajes ni a las reuniones. La derrota lo había entristecido", relata Lillian Harvey, su viuda. Su esposo murió en 2003.
Tito Withington, que murió en 2009, sí participaba activamente en las reuniones y los actos del Escuadrón Fénix, en cada aniversario de Malvinas. De parte del Estado argentino recibió sólo dos medallas conmemorativas por su participación. "Irónicamente, 20 años después de Malvinas, en Inglaterra fue condecorado por su voluntariosa participación en la Segunda Guerra Mundial. Se hizo una ceremonia muy emotiva y se rindió homenaje a los voluntarios argentinos que se habían alistado y habían participado en ella", revela Cecilia, al recordar a su padre.
domingo, 16 de abril de 2017
Cachón y Weston, dos historias y una amistad
La historia de la amistad entre el soldado británico y el argentino que bombardeó su buque
Weston, conocido y admirado en todo el Reino Unido tras su posterior recuperación por el extenso trabajo de caridad que realiza día a día, forjó una amistad con el teniente primero Carlos Cachón.
Perfil
Simon Wetson, veterano inglés de la guerra de Malvinas. Foto:Télam
El soldado galés Simon Weston, uno de los pocos supervivientes del bombardeo argentino contra el barco británico Sir Galahad en 1982, cerca de Bahía Agradable, en las islas Malvinas durante la Guerra con Gran Bretaña, dijo que continúan siendo "muy buenos amigos" con piloto que bombardeó su buque.
Convertido en un héroe nacional, Weston sufrió graves quemaduras y tuvo que someterse a más de setenta operaciones para que le reconstruyeran su rostro calcinado, tras el ataque el ataque con misiles argentinos al barco británico donde murieron 22 personas.
Weston, forjó una amistad con el militar argentino que bombardeó su nave, el teniente primero Carlos Cachón, de quien dijo sigue siendo muy amigo.
El soldado llegó a ser conocido y admirado en todo el Reino Unido tras su posterior recuperación por el extenso trabajo de caridad que realiza día a día. También ha escrito varios libros y ha presentado un programa de radio.
Afirmó que no siente "ningún odio por el piloto que los bombardeó, que ha estado con él desde entonces y siguen siendo muy buenos amigos.
"Compartimos una fracción de segundo en el tiempo. Nuestros países estaban en guerra y depués de haber hablado con él, me dijo que no sabía que había tanta gente en el barco. Este chico llevaba el uniforme de su país y era muy bueno en su trabajo", contó el soldado británico a la revista local Radio Times.
"No deberíamos haber estado en el Sir Galahad cuando fue bombardeado. Hubo una lista de desastres, pero eso es la guerra. El Teniente Coronel Rickett, comandante del barco, vive con tristeza lo sucedido, porque eran sus chicos", recordó.
Agregó que estaba desesperado por sacarnos, pero las cosas fueron mal, "he hablado con él sobre eso un par de veces y es difícil ver a un hombre adulto que respeto con lágrimas en los ojos", contó Weston.
Relató que él comandante del barco estaba perdido y que en realidad no tenía ningún control de la situación.
Weston recordó que el Sir Galahad estaba amarrado, preparado ya para descargar su carga, pero antes de que pudiera comenzar esta operación fue atacado.
"Escuché el rugir de los motores y como los aviones pasaron. Hubo un estallido en la sala de máquinas, y el comienzo de mi propia Hiroshima personal', expresó.
Las llamas envolvieron rápidamente al soldado así como a muchos de sus camaradas y amigos. Weston relató que lo que continuó fue una de las escenas más dolorosas y desgarradoras que vivió y recuerda haber visto también a soldados que fueron mutilados.
"El barco ardía en llamas, un asfixiante humo negro envolvió la zona, y escuché las voces de los soldados que conocía, eran amigos que estaban llorando en busca de ayuda y murieron en un dolor inimaginable", se lamentó.
Weston sufrió que quemaduras de tercer grado en un 40% de su cuerpo, logró escapar de las llamas corriendo por el barco hasta llegar a una marina que lo dirigió a una cubierta superior, donde fue rescatado por un helicóptero que lo levantó y lo llevó a un centro médico improvisado a cinco minutos de Bahía Ayax, un establecimiento de las islas Malvinas, situado en proximidades del cerro Campito, frente al asentamiento de San Carlos.
Weston, quien está presentando un documental de la BBC sobre el Museo Imperial de la Guerra, dijo a la revista que él no quería ser "conocido" por la guerra, sino por lo que hacía con su vida después.
"Me paso mucho tiempo dando charlas motivacionales. Entiendo todo lo que hay que saber acerca de la duda. Durante mucho tiempo estuve deprimido y sufriendo terriblemente el trastorno de estrés postraumático. "Pero me di cuenta que lo mejor que uno puede hacer en la vida es creer en lo que eres y tener confianza. Mientras haces las cosas bien y tratas de vivir la vida de la manera correcta, tienes una oportunidad", consideró.
Weston, fue elegido además por los espectadores del programa "The One Show" de la BBC, como el británico más merecedor de tener un retrato colgado en la National Portrait Gallery, uno de los museos más famosos de Londres.
Weston, conocido y admirado en todo el Reino Unido tras su posterior recuperación por el extenso trabajo de caridad que realiza día a día, forjó una amistad con el teniente primero Carlos Cachón.
Perfil
Simon Wetson, veterano inglés de la guerra de Malvinas. Foto:Télam
El soldado galés Simon Weston, uno de los pocos supervivientes del bombardeo argentino contra el barco británico Sir Galahad en 1982, cerca de Bahía Agradable, en las islas Malvinas durante la Guerra con Gran Bretaña, dijo que continúan siendo "muy buenos amigos" con piloto que bombardeó su buque.
Convertido en un héroe nacional, Weston sufrió graves quemaduras y tuvo que someterse a más de setenta operaciones para que le reconstruyeran su rostro calcinado, tras el ataque el ataque con misiles argentinos al barco británico donde murieron 22 personas.
Weston, forjó una amistad con el militar argentino que bombardeó su nave, el teniente primero Carlos Cachón, de quien dijo sigue siendo muy amigo.
El soldado llegó a ser conocido y admirado en todo el Reino Unido tras su posterior recuperación por el extenso trabajo de caridad que realiza día a día. También ha escrito varios libros y ha presentado un programa de radio.
Afirmó que no siente "ningún odio por el piloto que los bombardeó, que ha estado con él desde entonces y siguen siendo muy buenos amigos.
"Compartimos una fracción de segundo en el tiempo. Nuestros países estaban en guerra y depués de haber hablado con él, me dijo que no sabía que había tanta gente en el barco. Este chico llevaba el uniforme de su país y era muy bueno en su trabajo", contó el soldado británico a la revista local Radio Times.
"No deberíamos haber estado en el Sir Galahad cuando fue bombardeado. Hubo una lista de desastres, pero eso es la guerra. El Teniente Coronel Rickett, comandante del barco, vive con tristeza lo sucedido, porque eran sus chicos", recordó.
Agregó que estaba desesperado por sacarnos, pero las cosas fueron mal, "he hablado con él sobre eso un par de veces y es difícil ver a un hombre adulto que respeto con lágrimas en los ojos", contó Weston.
Relató que él comandante del barco estaba perdido y que en realidad no tenía ningún control de la situación.
Weston recordó que el Sir Galahad estaba amarrado, preparado ya para descargar su carga, pero antes de que pudiera comenzar esta operación fue atacado.
"Escuché el rugir de los motores y como los aviones pasaron. Hubo un estallido en la sala de máquinas, y el comienzo de mi propia Hiroshima personal', expresó.
Las llamas envolvieron rápidamente al soldado así como a muchos de sus camaradas y amigos. Weston relató que lo que continuó fue una de las escenas más dolorosas y desgarradoras que vivió y recuerda haber visto también a soldados que fueron mutilados.
"El barco ardía en llamas, un asfixiante humo negro envolvió la zona, y escuché las voces de los soldados que conocía, eran amigos que estaban llorando en busca de ayuda y murieron en un dolor inimaginable", se lamentó.
Weston sufrió que quemaduras de tercer grado en un 40% de su cuerpo, logró escapar de las llamas corriendo por el barco hasta llegar a una marina que lo dirigió a una cubierta superior, donde fue rescatado por un helicóptero que lo levantó y lo llevó a un centro médico improvisado a cinco minutos de Bahía Ayax, un establecimiento de las islas Malvinas, situado en proximidades del cerro Campito, frente al asentamiento de San Carlos.
Weston, quien está presentando un documental de la BBC sobre el Museo Imperial de la Guerra, dijo a la revista que él no quería ser "conocido" por la guerra, sino por lo que hacía con su vida después.
"Me paso mucho tiempo dando charlas motivacionales. Entiendo todo lo que hay que saber acerca de la duda. Durante mucho tiempo estuve deprimido y sufriendo terriblemente el trastorno de estrés postraumático. "Pero me di cuenta que lo mejor que uno puede hacer en la vida es creer en lo que eres y tener confianza. Mientras haces las cosas bien y tratas de vivir la vida de la manera correcta, tienes una oportunidad", consideró.
Weston, fue elegido además por los espectadores del programa "The One Show" de la BBC, como el británico más merecedor de tener un retrato colgado en la National Portrait Gallery, uno de los museos más famosos de Londres.
viernes, 14 de abril de 2017
Las llamadas a Malvinas se tienen que cobrar como nacionales
Malvinas: condenan a Telecom por cobrar "llamada internacional" a las Islas
La Justicia falló a favor de un abogado que denunció que la empresa no reconocía como argentinas a las Malvinas, luego de llamar a un amigo tres veces en 2012.
Perfil
Las Islas Malvinas estuvieron a un paso de entrar en los planes de política exterior de Estados Unidos.
La justicia jujeña condenó a la empresa Telecom por facturar como internacional una llamada desde la localidad de San Pedro hacia las Islas Malvinas y obligó a la compañía a aclarar en los diarios de mayor circulación locales y nacionales que "la conexión con el archipiélago se cobra como local interurbana", informaron fuentes judiciales.
La demanda contra la empresa Telecom fue ganada por el abogado Juan Giusti, quien en diciembre de 2012 llamó desde el teléfono fijo de su casa tres veces a un amigo en las Malvinas y luego recibió la factura donde le cobraban la tarifa internacional.
Por ello, la Cámara en lo Civil y Comercial del Centro Judicial de San Pedro condenó el viernes a la multinacional a "emitir una nueva factura corrigiendo el error y a publicar en los dos diarios locales de mayor circulación (El Tribuno de Jujuy y Diario Pregón) y en los diarios nacionales Clarín y La Nación una aclaración sobre la soberanía del archipiélago", advirtiéndole que "de lo contrario se le cobrará 50.000 pesos por día como multa".
"El fallo es impecable", aseguró Giusti a Télam, quien destacó que "lo importante es que Telecom es una empresa concesionaria de un servicio público y al haber facturado como internacional la llamada es como si el Estado argentino reconociera que las Malvinas no son argentinas".
El tribunal aseguró en el fallo que la empresa "ha violado la ley de defensa del consumidor al calificar la llamada efectuada por el actor como internacional".
"Me hirvió la sangre al ver la factura", relató el abogado, quien comentó que demandó a la telefónica por "no admitir la soberanía argentina sobre el archipiélago, reconocida en la cláusula transitoria primera de la Constitución Nacional y por violar la resolución de la Comisión Nacional de Comunicaciones, que establece que 'las comunicaciones a las Islas Malvinas se facturarán como clave 12 interurbana con un descuento del 50 por ciento'".
"No lo hice por la plata, porque en ese momento no eran más de tres pesos, pero me indignó que no se reconozca a las Islas como argentinas, no se puede convalidar eso", afirmó Giusti y contó que, de percibir dinero por las multas, las donará a entidades de bien público de San Pedro.
Al rechazar la demanda, Telecom argumentó que "el usuario tendría que haber reclamado dentro de los 60 días y que nunca hizo el reclamo administrativo ante Defensa del Consumidor".
Sin embargo, la justicia jujeña obligó a la compañía a facturar de nuevo la tarifa de diciembre de 2012 y a publicar en los medios a partir "de un día domingo y por cinco días consecutivos" el siguiente texto: "Telecom Argentina S.A., por orden judicial, rectifica toda facturación o comunicado en el cual tratara las llamadas telefónicas realizadas a las Islas Malvinas como internacionales, aclarando que las llamadas a las Islas Malvinas son locales interurbanas y el costo de dicha llamada se encuentra reducido en un 50 por ciento'".
Asimismo, la Sala IV de esa Cámara exhortó al Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) y a la Comisión Nacional de ex Combatientes de Malvinas a que "controlen la publicación".
Por último, los jueces descartaron que se haya incurrido en un "daño moral" sobre Giusti porque entendieron que el reclamo por la soberanía de las Malvinas es de todo el pueblo y no una "reserva individual".
"Un error en la facturación, como se dijo en los apartados anteriores implica la violación de normas reglamentarias, el desconocimiento de normas territoriales, más no tiene entidad suficiente para afligir el espíritu del accionado al grado tal que pueda llegar a constituir un daño moral", arguyeron.
"Consentir sin consecuencia alguna el desconocimiento de las Malvinas como parte del territorio nacional, implica incumplir el mandato permanente e irrenunciable del pueblo argentino respecto de la recuperación y ejercicio pleno de la imprescriptible soberanía que la Nación Argentina tiene sobre las Islas Malvinas", concluyó la Cámara.
La Justicia falló a favor de un abogado que denunció que la empresa no reconocía como argentinas a las Malvinas, luego de llamar a un amigo tres veces en 2012.
Perfil
Las Islas Malvinas estuvieron a un paso de entrar en los planes de política exterior de Estados Unidos.
La justicia jujeña condenó a la empresa Telecom por facturar como internacional una llamada desde la localidad de San Pedro hacia las Islas Malvinas y obligó a la compañía a aclarar en los diarios de mayor circulación locales y nacionales que "la conexión con el archipiélago se cobra como local interurbana", informaron fuentes judiciales.
La demanda contra la empresa Telecom fue ganada por el abogado Juan Giusti, quien en diciembre de 2012 llamó desde el teléfono fijo de su casa tres veces a un amigo en las Malvinas y luego recibió la factura donde le cobraban la tarifa internacional.
Por ello, la Cámara en lo Civil y Comercial del Centro Judicial de San Pedro condenó el viernes a la multinacional a "emitir una nueva factura corrigiendo el error y a publicar en los dos diarios locales de mayor circulación (El Tribuno de Jujuy y Diario Pregón) y en los diarios nacionales Clarín y La Nación una aclaración sobre la soberanía del archipiélago", advirtiéndole que "de lo contrario se le cobrará 50.000 pesos por día como multa".
"El fallo es impecable", aseguró Giusti a Télam, quien destacó que "lo importante es que Telecom es una empresa concesionaria de un servicio público y al haber facturado como internacional la llamada es como si el Estado argentino reconociera que las Malvinas no son argentinas".
El tribunal aseguró en el fallo que la empresa "ha violado la ley de defensa del consumidor al calificar la llamada efectuada por el actor como internacional".
"Me hirvió la sangre al ver la factura", relató el abogado, quien comentó que demandó a la telefónica por "no admitir la soberanía argentina sobre el archipiélago, reconocida en la cláusula transitoria primera de la Constitución Nacional y por violar la resolución de la Comisión Nacional de Comunicaciones, que establece que 'las comunicaciones a las Islas Malvinas se facturarán como clave 12 interurbana con un descuento del 50 por ciento'".
"No lo hice por la plata, porque en ese momento no eran más de tres pesos, pero me indignó que no se reconozca a las Islas como argentinas, no se puede convalidar eso", afirmó Giusti y contó que, de percibir dinero por las multas, las donará a entidades de bien público de San Pedro.
Al rechazar la demanda, Telecom argumentó que "el usuario tendría que haber reclamado dentro de los 60 días y que nunca hizo el reclamo administrativo ante Defensa del Consumidor".
Sin embargo, la justicia jujeña obligó a la compañía a facturar de nuevo la tarifa de diciembre de 2012 y a publicar en los medios a partir "de un día domingo y por cinco días consecutivos" el siguiente texto: "Telecom Argentina S.A., por orden judicial, rectifica toda facturación o comunicado en el cual tratara las llamadas telefónicas realizadas a las Islas Malvinas como internacionales, aclarando que las llamadas a las Islas Malvinas son locales interurbanas y el costo de dicha llamada se encuentra reducido en un 50 por ciento'".
Asimismo, la Sala IV de esa Cámara exhortó al Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) y a la Comisión Nacional de ex Combatientes de Malvinas a que "controlen la publicación".
Por último, los jueces descartaron que se haya incurrido en un "daño moral" sobre Giusti porque entendieron que el reclamo por la soberanía de las Malvinas es de todo el pueblo y no una "reserva individual".
"Un error en la facturación, como se dijo en los apartados anteriores implica la violación de normas reglamentarias, el desconocimiento de normas territoriales, más no tiene entidad suficiente para afligir el espíritu del accionado al grado tal que pueda llegar a constituir un daño moral", arguyeron.
"Consentir sin consecuencia alguna el desconocimiento de las Malvinas como parte del territorio nacional, implica incumplir el mandato permanente e irrenunciable del pueblo argentino respecto de la recuperación y ejercicio pleno de la imprescriptible soberanía que la Nación Argentina tiene sobre las Islas Malvinas", concluyó la Cámara.
jueves, 13 de abril de 2017
Ibañez derriba un Sea Harrier de la Río Iguazú
La misión imposible del guardacostas argentino que enfrentó olas de nueve metros y derribó un avión enemigo
Eran naves de río pero tenían que llegar a Malvinas con soldados y armas. Se lanzaron al océano, enfrentaron olas monstruosas y soportaron el ataque de los Sea Harrier. Se hundieron con honor. Fue la primera batalla aeronaval de la historia patria. Y el cabo Ibáñez, su gran héroe
Por Alfredo Serra | Especial para Infobae
Producción y entrevistas: Fernando Morales
Abril 2, año 1982: Guerra.
La Prefectura Naval Argentina recibe una orden: "Poner en marcha la Operación Cormorán". Parten hacia las lejanas hermanas los guardacostas Islas Malvinas y Río Iguazú, dos aviones Short Skyvan PA 50 y el helicóptero Puma PA 12.
Esa partida ya es una hazaña. Porque los guardacostas sólo son aptos para funciones de policía en las costas de los ríos.
Su tamaño es cinco o más veces menor que los guerreros del mar: acorazados, fragatas, cruceros…
Largo (eslora): 27 metros. Ancho (manga): un poco menos de 6 metros. Peso: 79 toneladas. Dos motores. Combustible a full: 11 mil litros (diesel). Arma: una ametralladora Browning calibre 12.7… de la Segunda Guerra Mundial. Tripulantes: 15.
Pero el 13 de abril, cinco minutos antes de las dos de la madrugada, azotados por olas de hasta nueve metros, y evadiendo el bloqueo británico… ¡entran en aguas de Malvinas!
Como dos pequeños peces entre ballenas y tiburones…
¿La misión? Llevar a tierra dos cañones de 105 milímetros.
Peso: entre 1.500 y 1.700 kilos cada uno. Sólo era posible llevarlos en partes, porque enteros hubieran hundido a los guardacostas.
Además del enemigo, las olas los amenazan con dos formas de naufragio: vuelta de campana o hundimiento de proa.
El cabo José Raúl Ibáñez, a cargo de la sala de máquinas –ya averiada e inundada– empuña la ametralladora y derriba a uno de los Sea Harrier
Muchos días después, ya caído Puerto Argentino y prisioneros algunos tripulantes, los ingleses –históricamente, reyes de los mares– se resisten. No creen. No comprenden que esas "cáscaras de nuez" –definición de un oficial inglés– hayan roto la barrera río–mar, y sin ningún apoyo, llegaran a esas islas golpeadas eternamente por el salvaje Atlántico Sur…
Interrogando a los prisioneros, desconfían.
"¿No tuvieron protección aérea?"
"¿No tuvieron una nave–madre que los guiara?".
Y la respuesta siempre es "¡no!"
Con un hito grabado en el bronce. Porque el 22 de mayo, mientras el Río Iguazú navega por la bahía Button llevando tropas y material bélico, además de partes de los cañones, lo atacan tres Sea Harriers.
¡Primer combate aeronaval de la historia patria!
“Después, nuestro guardacostas encalló. Caminamos más de mil metros con los heridos y el finado envuelto en una frazada, hasta que un avión argentino nos rescató”, cuenta Ibáñez
El único artillero, cabo Julio Omar Benítez, cae muerto bajo la metralla enemiga. El guardacostas queda inerme.
Entonces es la hora de la desesperación, o del heroísmo.
El cabo José Raúl Ibáñez, a cargo de la sala de máquinas –ya averiada e inundada– empuña la ametralladora, derriba a uno de los Sea Harrier, y los otros dos se baten en retirada.
Hasta ese instante, el maquinista Ibáñez jamás había disparado una ametralladora. Correntino, de 24 años ese día, soltero, cuenta hoy…
"Es cierto, nunca disparé. Sólo la conocía de mirar a Benítez y a otros artilleros en distintos viajes, de puro curioso, mientras tomábamos mate… Pero después del primer ataque, que averió e inundó mi sala de máquinas, subí a la cubierta, vi a Baccaro herido y arrastrándose, y a Benítez moribundo, y ni siquiera lo pensé. Abrí fuego contra el avión inglés, que largó una columna de humo, perdió altura, y cayó al mar".
"Después, nuestro guardacostas encalló. Caminamos más de mil metros con los heridos y el finado envuelto en una frazada, hasta que un avión argentino nos rescató".
"Hoy tengo mujer, dos hijos, y además de recibir algunas medallas de la Prefectura, me han nombrado Hijo Dilecto de Corrientes".
“Después del primer ataque, que averió e inundó mi sala de máquinas, subí a la cubierta, vi a Baccaro herido y arrastrándose, y a Benítez moribundo, y ni siquiera lo pensé. Abrí fuego contra el avión inglés”, recuerda hoy Ibáñez
Pero más allá de la hazaña de Ibáñez, la expedición de los guardacostas pagó otros diezmos…
Juan Baccaro, ayudante mayor, apenas pasadas las ocho de la mañana y alcanzado por la metralla, se desangraba. Su cuerpo estaba lacerado por 72 esquirlas, de las que le quedarían 61 para siempre…
Pedro Mele, que también llegó a prefecto, ese 22 de mayo tenía esposa, dos hijos, y apenas 22 años. Era copiloto de un helicóptero Puma.
En una entrevista recordó que "teníamos miedo, pero ese miedo sano que nos mantiene alerta. Después de cumplir varias misiones –unas 25 salidas y 60 horas de vuelo–, un bombardeo naval enemigo dañó nuestros sistemas de transmisión e hidráulico, y allí terminó todo. Doble dolor, porque muy poco antes, el 15 de marzo, había muerto mi primer hijo, y mi esposa, Elisa, y mi madre, sufrieron mucho cuando partí" .
Osvaldo Aguirre, que alcanzó el grado de prefecto mayor, tenía entonces 26 años y era primer oficial del guardacostas Islas Malvinas. Averiada su nave y a punto de hundirse luego de ese primer ataque, cayó prisionero. Durante 30 días fue el preso número 607. Volvió al continente el 14 de julio
Este es su testimonio: "El rol de la Prefectura Naval Argentina en las islas Malvinas fue cumplir con las funciones como autoridad marítima de policía sobre navegación y seguridad de los puertos. Estuve a cargo del guardacostas 82 Islas Malvinas. En la primera etapa conocí, patrullé, ¡y nos encontramos con la guerra! Mi guardacostas entró en combate el 1° de mayo de 1982 con un helicóptero de exploración inglés Sea King, a las tres de la tarde. En la contienda cayó herido el cabo segundo Grigolatto, maquinista, con una herida en el abdomen, pero acertando seis impactos contra el helicóptero Sea King inglés. Terminada la guerra estuve prisionero de los ingleses durante treinta días. ¿Mi reflexión? El rol que cumplió la Prefectura logró que los ingleses nos respetaran. Eso me reconforta".
Aguirre contó, además, que los ingleses le pagaron las 8 libras de sueldo que en ese momento exigía la Convención de Ginebra. Que no sufrió violencia, pero sí vejación moral: sacarse la ropa, y después ser interrogado en medio de un campo, mientras un soldado lo apuntaba con su fusil.
Y en ese interrogatorio, otra vez el asombro. Porque lo que realmente querían saber… "era cómo habíamos podido cruzar el Atlántico… ¡con esos barquitos que sólo sirven para navegar por el río!".
El secreto: un combustible esencial, y por lo tanto, "invisible a los ojos" según el escritor y aviador Antoine de Saint Éxupery (1900-1944) en su libro "Le Petit Prince".
Sí. "El Principito". Un best seller eterno y para la eternidad.
¿El combustible?
El alma.
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Argentina,
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conducta en el campo de batalla,
derribo,
guardacostas Río Iguazú,
Prefectura Naval Argentina
miércoles, 12 de abril de 2017
Brasil da explicaciones sobre los vuelos de Hercules británicos
Brasil dio explicaciones sobre un vuelo proveniente de las Islas Malvinas
Un Hércules de la Fuerza Aérea británica aterrizó el sábado en Porto Alegre proveniente del archipiélago
Por Martín Dinatale | Infobae
El gobierno de Brasil informó a la Argentina que el vuelo que partió de las Islas y aterrizó el sábado en Porto Alegre se trató de un viaje de "búsqueda de rescate" enmarcado en una situación de "ayuda humanitaria".
Según confiaron a Infobae fuentes calificadas de la Cancillería argentina y de la diplomacia brasileña, Itamaraty comunicó a las autoridades argentinas que el avión Hércules de la Royal Air Force británica que fue fotografiado por el diario Zero Hora el sábado pasado en el aeropuerto Salgado Filho de Porto Alegre y proveniente de las Malvinas sólo respondía a "tareas relacionadas con búsqueda y rescate de buques en altamar".
La diplomacia de Brasil aclaró que no se trató de un avión con fines militares y que por un requerimiento técnico de abastecimiento de combustible el Hércules tuvo que aterrizar en Porto Alegre ya que la escala más cercana relacionada con la Fuerza Aérea británica se encontraba en la isla Acsención.
"Hay obligaciones de carácter internacional que ante una situación humanitaria un país no se puede negar al abastecimiento de una aeronave", expresó a Infobae una fuente de la diplomacia de Itamaraty.
De esta manera, Brasil respondió al reclamo que había hecho la Argentina ante un nuevo episodio de un avión británico proveniente de Malvinas que hizo escala en Brasil. El anterior caso se registró el 12 de marzo cuando un Airbus 330 de la Fuerza Aérea británica que partió de las Islas Malvinas rumbo a San Pablo y regresó desde ese mismo destino a las islas del Atlántico Sur tres días después.
El gobierno argentino presentó sus quejas por ese hecho. El vuelo del Airbus 330 de la Fuerza Aérea del Reino Unido salió el domingo 12 a las 22:44 de la base militar de Mount Pleasant en las Malvinas, arribó a San Pablo el 13 a las 2:47 y regresó a las islas el 14 a las 23:47.
"Sabemos que fue un viaje de abastecimiento militar como todos los otros viajes que se hicieron con antelación desde las islas a Brasil", se limitó a informar un destacado funcionario del gobierno. Pero la cancillería de Brasil negó, al igual que el vuelo del sábado pasado, que se tratase de vuelos de abastecimiento militar.
Las fuentes diplomáticas de Itamaraty consultadas se preocuparon en informar que "no hay una decisión de Brasil de abastecer a aviones militares británicos" y que los vuelos de pasajeros que Gran Bretaña tiene previsto restablecer entre Malvinas y el continente sólo se habilitarán a Brasil con el visto bueno de la Argentina.
Según informó la canciller Susana Malcorra, en 2016 se detectaron al menos seis vuelos de las islas Malvinas a Brasil mientras que en 2015, bajo la administración de Cristina Kirchner, hubo 12 vuelos con esa ruta. Ante las quejas diplomáticas que elevó la Argentina se anunció que Brasil abrió una investigación entre varios órganos militares sobre los vuelos realizados por aviones de la Real Fuerza Aérea de Gran Bretaña entre aeropuertos de Brasil y las Islas Malvinas.
Un Hércules de la Fuerza Aérea británica aterrizó el sábado en Porto Alegre proveniente del archipiélago
Por Martín Dinatale | Infobae
El gobierno de Brasil informó a la Argentina que el vuelo que partió de las Islas y aterrizó el sábado en Porto Alegre se trató de un viaje de "búsqueda de rescate" enmarcado en una situación de "ayuda humanitaria".
Según confiaron a Infobae fuentes calificadas de la Cancillería argentina y de la diplomacia brasileña, Itamaraty comunicó a las autoridades argentinas que el avión Hércules de la Royal Air Force británica que fue fotografiado por el diario Zero Hora el sábado pasado en el aeropuerto Salgado Filho de Porto Alegre y proveniente de las Malvinas sólo respondía a "tareas relacionadas con búsqueda y rescate de buques en altamar".
La diplomacia de Brasil aclaró que no se trató de un avión con fines militares y que por un requerimiento técnico de abastecimiento de combustible el Hércules tuvo que aterrizar en Porto Alegre ya que la escala más cercana relacionada con la Fuerza Aérea británica se encontraba en la isla Acsención.
"Hay obligaciones de carácter internacional que ante una situación humanitaria un país no se puede negar al abastecimiento de una aeronave", expresó a Infobae una fuente de la diplomacia de Itamaraty.
De esta manera, Brasil respondió al reclamo que había hecho la Argentina ante un nuevo episodio de un avión británico proveniente de Malvinas que hizo escala en Brasil. El anterior caso se registró el 12 de marzo cuando un Airbus 330 de la Fuerza Aérea británica que partió de las Islas Malvinas rumbo a San Pablo y regresó desde ese mismo destino a las islas del Atlántico Sur tres días después.
El gobierno argentino presentó sus quejas por ese hecho. El vuelo del Airbus 330 de la Fuerza Aérea del Reino Unido salió el domingo 12 a las 22:44 de la base militar de Mount Pleasant en las Malvinas, arribó a San Pablo el 13 a las 2:47 y regresó a las islas el 14 a las 23:47.
"Sabemos que fue un viaje de abastecimiento militar como todos los otros viajes que se hicieron con antelación desde las islas a Brasil", se limitó a informar un destacado funcionario del gobierno. Pero la cancillería de Brasil negó, al igual que el vuelo del sábado pasado, que se tratase de vuelos de abastecimiento militar.
Las fuentes diplomáticas de Itamaraty consultadas se preocuparon en informar que "no hay una decisión de Brasil de abastecer a aviones militares británicos" y que los vuelos de pasajeros que Gran Bretaña tiene previsto restablecer entre Malvinas y el continente sólo se habilitarán a Brasil con el visto bueno de la Argentina.
Según informó la canciller Susana Malcorra, en 2016 se detectaron al menos seis vuelos de las islas Malvinas a Brasil mientras que en 2015, bajo la administración de Cristina Kirchner, hubo 12 vuelos con esa ruta. Ante las quejas diplomáticas que elevó la Argentina se anunció que Brasil abrió una investigación entre varios órganos militares sobre los vuelos realizados por aviones de la Real Fuerza Aérea de Gran Bretaña entre aeropuertos de Brasil y las Islas Malvinas.
martes, 11 de abril de 2017
Ministro de defensa opina sobre Malvinas
"Este es el primer gobierno que hizo desfilar a los veteranos de guerra"
El ministro de Defensa, Julio Martínez, dice que se están atendiendo los reclamos pendientes de quienes combatieron en Malvinas, y que en adelante la única acción posible en pro de la soberanía de las islas es la vía diplomática
Por Fernando Morales | Infobae
El ingeniero Julio Martínez recibió a Infobae para hablar de un tema excluyente en estos días: Malvinas.
–¿Qué diferencia hay en este aniversario de la guerra respecto de otros años?
–Algo fundamental. Nuestro gobierno ha sido el primero en llamar a los veteranos para que desfilaran. Y la bienvenida que la gente les ha dado después de 35 años fue muy impactante.
–¿Qué decisión se tomará en el caso de los reclamos pendientes de los veteranos de guerra?
–Reconozco que hay una serie de reclamos sin resolver. Se está haciendo todo lo posible por satisfacerlos, pero con los límites que impone el presupuesto que tenemos.
–Hace pocos días marcharon hacia su ministerio, y luego a otras dependencias, más de tres mil veteranos con una larga lista de reclamos. Es evidente la urgencia…
–En este momento, una comitiva de veteranos es recibida por el director de Legales del Ministerio para ocuparse concretamente del tema.
–Otro tema esencial es la cuestión de la soberanía. ¿De qué modo podrán ser recuperadas las islas?
–Desde ahora y en adelante, de un único modo. Seguir el reclamo por la vía diplomática, ante los foros internacionales que correspondan, y en un todo de acuerdo con la Constitución nacional.
El ministro de Defensa, Julio Martínez, dice que se están atendiendo los reclamos pendientes de quienes combatieron en Malvinas, y que en adelante la única acción posible en pro de la soberanía de las islas es la vía diplomática
Por Fernando Morales | Infobae
El ingeniero Julio Martínez recibió a Infobae para hablar de un tema excluyente en estos días: Malvinas.
–¿Qué diferencia hay en este aniversario de la guerra respecto de otros años?
–Algo fundamental. Nuestro gobierno ha sido el primero en llamar a los veteranos para que desfilaran. Y la bienvenida que la gente les ha dado después de 35 años fue muy impactante.
–¿Qué decisión se tomará en el caso de los reclamos pendientes de los veteranos de guerra?
–Reconozco que hay una serie de reclamos sin resolver. Se está haciendo todo lo posible por satisfacerlos, pero con los límites que impone el presupuesto que tenemos.
–Hace pocos días marcharon hacia su ministerio, y luego a otras dependencias, más de tres mil veteranos con una larga lista de reclamos. Es evidente la urgencia…
–En este momento, una comitiva de veteranos es recibida por el director de Legales del Ministerio para ocuparse concretamente del tema.
–Otro tema esencial es la cuestión de la soberanía. ¿De qué modo podrán ser recuperadas las islas?
–Desde ahora y en adelante, de un único modo. Seguir el reclamo por la vía diplomática, ante los foros internacionales que correspondan, y en un todo de acuerdo con la Constitución nacional.
domingo, 9 de abril de 2017
UK ofreció dos veces devolver las islas y Argentina la cagó
Andrés Cisneros: "Gran Bretaña nos ofreció dos veces devolver las Malvinas y Argentina lo frustró"
Una de ellas fue Margaret Thatcher, aseguró el ex vicecanciller de Carlos Menem
A 35 años de la Guerra del Atlántico Sur, el ex vicecanciller Andrés Cisneros recordó que el conflicto bélico por las Islas Malvinas se pudo evitar, al afirmar que en dos oportunidades el Reino Unido realizó ofertas a la Argentina para entregar la soberanía del archipiélago en disputa.
"Dos veces Gran Bretaña nos ofreció devolver la soberanía y desde la Argentina se frustraron las ofertas", contó el ex funcionario del gobierno de Carlos Menem. La primera de ellas fue en 1974 durante el segundo gobierno de Juan Domingo Perón, cuando el entonces embajador británico en Buenos Aires, Sir Donald Hopson, presentó al canciller argentino Alberto Vignes "una oferta de retroarriendo, en la cual ellos nos reconocían la soberanía en ese instante, pero se hacía efectiva 100 años después".
"La segunda oferta fue muy parecida", sostuvo Cisneros. El encargado de encabezar esa misión desde 1979 fue el ex viceministro de Relaciones Exteriores, Nicholas Ridley. "Gobernaba la Junta Militar, que le dijo que no a la oferta de la siguiente manera: si, cómo no, aceptamos la devolución de la soberanía, pero no en 100 años, sino a fin de ese año. Era una manera de decir que no", prosiguió el ex funcionario, quien remató: "¿Sabe cuál era el nombre del primer ministro británico que mandó esa oferta? Margaret Thatcher".
Tras esas negociaciones frustradas, Cisneros planteó que la guerra encabezada por el dictador Leopoldo Galtieri y la primera ministra Margaret Thatcher tuvo un "daño incalculable", pero que pese a ello, "hay que seguir con el reclamo".
"No sé si llegaremos algún día a la devolución de las Islas, me parece muy poco probable, pero sí un acuerdo honorable que represente los intereses de ambas partes", afirmó.
Sobre la posibilidad de éxito de los planteos argentinos, Cisneros advirtió que el panorama internacional "se está poniendo complicado" desde el punto de vista que el país está reclamando "derechos territoriales que son evidentes", pero que en el mundo están disminuyendo la importancia de estos derechos, mientras van ocupando una prioridad mayor los derechos de las personas, lo que afecta directamente al reclamo de los kelpers, quienes rechazan la ciudadanía argentina.
"Creo que hay buenas expectativas y, que este tema bien trabajado se va a solucionar dentro de 50 años", indicó.
Acerca de la postura actual de la Argentina en torno a la disputa, Cisneros aseguró que "reclamar la soberanía hoy y quererla ahora no sirve para nada", ya que los ingleses mantendrían una postura cerrada en torno a la cuestión. Por lo tanto, consideró: "Hay que establecer una relación de cooperación, de entendimiento, sin declinar la soberanía".
Infobae
Una de ellas fue Margaret Thatcher, aseguró el ex vicecanciller de Carlos Menem
A 35 años de la Guerra del Atlántico Sur, el ex vicecanciller Andrés Cisneros recordó que el conflicto bélico por las Islas Malvinas se pudo evitar, al afirmar que en dos oportunidades el Reino Unido realizó ofertas a la Argentina para entregar la soberanía del archipiélago en disputa.
"Dos veces Gran Bretaña nos ofreció devolver la soberanía y desde la Argentina se frustraron las ofertas", contó el ex funcionario del gobierno de Carlos Menem. La primera de ellas fue en 1974 durante el segundo gobierno de Juan Domingo Perón, cuando el entonces embajador británico en Buenos Aires, Sir Donald Hopson, presentó al canciller argentino Alberto Vignes "una oferta de retroarriendo, en la cual ellos nos reconocían la soberanía en ese instante, pero se hacía efectiva 100 años después".
"La segunda oferta fue muy parecida", sostuvo Cisneros. El encargado de encabezar esa misión desde 1979 fue el ex viceministro de Relaciones Exteriores, Nicholas Ridley. "Gobernaba la Junta Militar, que le dijo que no a la oferta de la siguiente manera: si, cómo no, aceptamos la devolución de la soberanía, pero no en 100 años, sino a fin de ese año. Era una manera de decir que no", prosiguió el ex funcionario, quien remató: "¿Sabe cuál era el nombre del primer ministro británico que mandó esa oferta? Margaret Thatcher".
Tras esas negociaciones frustradas, Cisneros planteó que la guerra encabezada por el dictador Leopoldo Galtieri y la primera ministra Margaret Thatcher tuvo un "daño incalculable", pero que pese a ello, "hay que seguir con el reclamo".
"No sé si llegaremos algún día a la devolución de las Islas, me parece muy poco probable, pero sí un acuerdo honorable que represente los intereses de ambas partes", afirmó.
Sobre la posibilidad de éxito de los planteos argentinos, Cisneros advirtió que el panorama internacional "se está poniendo complicado" desde el punto de vista que el país está reclamando "derechos territoriales que son evidentes", pero que en el mundo están disminuyendo la importancia de estos derechos, mientras van ocupando una prioridad mayor los derechos de las personas, lo que afecta directamente al reclamo de los kelpers, quienes rechazan la ciudadanía argentina.
"Creo que hay buenas expectativas y, que este tema bien trabajado se va a solucionar dentro de 50 años", indicó.
Acerca de la postura actual de la Argentina en torno a la disputa, Cisneros aseguró que "reclamar la soberanía hoy y quererla ahora no sirve para nada", ya que los ingleses mantendrían una postura cerrada en torno a la cuestión. Por lo tanto, consideró: "Hay que establecer una relación de cooperación, de entendimiento, sin declinar la soberanía".
Infobae
sábado, 8 de abril de 2017
Omar de Felippe y su paso por la guerra
Omar De Felippe, el futbolista de las fotos de la guerra
El actual entrenador de Vélez recuerda sus dramáticos días en la guerra. El constante asedio de la muerte, sus compañeros caídos, el frío implacable y la preparación para matar al enemigo
Por Rodrigo Tamagni
rtamagni@infobae.com
Infobae
Omar De Felippe contó su paso por la Guerra de Malvinas (Nicolás Aboaf)
Son las 4:40 de la mañana del 1° de mayo de 1982 en las Islas Malvinas. La temperatura bajo cero hace doler los huesos en medio del descampado. Una pequeña bola de fuego hecha con ramas agrupa a seis soldados. Entre ellos hay un pibito que en el futuro destacará en los campos de juego más como técnico que como jugador. El mate para paliar el frío empieza a rodar entre las manos temblorosas. Nadie espera lo que va a pasar en otra de esas noches cerradas que viven desde hace menos de un mes. La hélice de un helicóptero se escucha a lo lejos y una bomba explota en el aeropuerto, a 12 kilómetros. Ellos se desesperan como si hubiese caído a 12 metros, apagan el fuego acelerados y se lanzan cuerpo a tierra. Empezó la guerra.
Omar De Felippe le cuenta a Infobae el "día que empezó la guerra" con una precisión tecnológica. No realizó una investigación para recordar lo que le tocó vivir, simplemente es "inolvidable". Como cada vez que se acerca un 2 de abril, su nombre aparece en escena. La reiteración de sus conceptos no disimula el asombro que produce su relato y colabora notablemente para reafirmar la tarea de los Veteranos.
"Hace muchos años, había decidido que era la última vez que iba a hacer una nota sobre Malvinas. Ahí me llamó la atención que el camarógrafo, que era un pibe joven, me dijo: 'La historia la tienen que contar los que estuvieron, no los que no estuvieron'. Y creo que tiene razón. Es una forma de homenajear a los 649 que no están", rememora.
El sol golpea con fuerza en Ituzaingó, donde Vélez tiene una hermosa Villa Olímpica. Los 30° grados sólo pueden esquivarse con el aire acondicionado. Ya pasaron 35 años de los "30° grados bajo cero" que asegura haber vivido en Malvinas, aunque las estadísticas marcan que el promedio de la mínima oscila cerca de los 11° bajo cero. ¿Quién puede discutirle esa sensación térmica que él sintió en la guerra? "Yo estoy viviendo gratis", lanza sin vacilar un segundo De Felippe, que al momento del conflicto bélico soñaba con subir a la Primera de Huracán.
"¡Tenés que ser agradecido de la vida! Teniendo en cuenta lo que nos tocó vivir ahí, a los 15 mil, y estar vivo haciendo lo que me gusta, en un lugar así –mientras señala los verdes campos de juego del club–. No todos han tenido esa suerte", justifica.
Los laberintos de su memoria nunca diluyen los detalles de toda esa aventura. Desde la madrugada en que llegó la carta de citación que su madre, Rosa, recibió llorando, hasta el regreso en el Canberra. Omar cierra los ojos con los ojos abiertos. Mira un punto fijo, como si no estuviera mirando. Y escupe su vivencia casi sin necesidad de ser interpelado: "Luego de salir de baja de la colimba, todas las noche me fui a dormir sabiendo que me iban a llamar en cualquier momento. Y tal es así que el 9 de abril, a eso de las 4:30 de la mañana, tocaron el timbre en la casa de mi vieja y dejaron una cédula de presentación. Mi vieja me despertó y me la dio llorando". Durante una hora de charla, el entrenador pronunciará cada anécdota con exactitud suiza.
“Todas las noche me fue a dormir sabiendo que me iban a llamar para ir a la guerra” (Nicolás Aboaf)
En los últimos meses, Mel Gibson estrenó la película bélica Hacksaw Ridge ("Hasta el último hombre", en español). Allí se muestra la guerra de la manera más cruda. El temor traspasa la pantalla. Perturba. Según diferentes críticos, la película -con cinco nominaciones al Oscar- es la que mejor expone lo que se vive en esas circunstancias. A Omar nadie le tiene que mostrar ninguna película para entender la crudeza de vivir bajo fuego.
Como aquel día en que la muerte, esa vecina constante durante los dos meses en la Isla, sopló fuerte en su espalda: "En el ataque final hay un bombardeo muy intenso sobre la noche –sufríamos muchos bombardeos durante la noche y te costaba dormir– y el capitán me llamó a mí, por ser el encargado de la ametralladora, y al Negro Leal, que era el encargado de las municiones. Le digo 'dale, vamos' y ni bien hacemos 20 metros explotó una bomba que la onda expansiva nos tiró de cabeza. Fuimos a ver el refugio que habíamos armado y tenía 6 agujeros de entrada y 10 millones de salida. Nos salvamos".
También recuerda cómo se aferró a la vida en aquella montaña cuando el ataque de morteros los sorprendió: "Nos quedamos quietos y las piedras nos pegaban en la espalda".
Como si el frío, el hambre y el temor no fuesen suficientes, las bombas durante la madrugada se convirtieron en una espeluznante banda de sonido. El precario refugio de chapa que debieron construir cuando el pozo de zorro se inundó reflejaba en sus paredes el asedio psicológico y físico. Las bombas hacían temblar todo e interrumpían el sueño: "Teníamos la costumbre de sentarnos, prender un cigarillo y esperar que el bombardeo pasara. Te sentás y rezás para que no caiga ahí, no tenes otra forma. Los nervios se habían endurecido".
El camino de la comunicación casi no se alterará. El transmisor y el receptor trocarán sus roles en breves momentos. Omar habla. Nosotros escuchamos. El training durante casi tres décadas ante la prensa transformó a ese novato soldado en un hábil narrador de sus experiencias. Casi que no necesita preguntas para hablar.
Sin embargo, su firme postura por un momento trastabilla: "Hay cosas que nos han tocado… Ver morir gente… Fueron cosas difíciles, pero a veces ya no vale la pena contarlas".
–Queda la sensación de que ya tenés muy pensado lo que querés contar y lo que no…
-Sí. Hay cosas que en realidad vale la pena que la gente se entere y otras no. Yo conté la experiencia de cómo vi morir a un compañero y vino la familia a pedirme que le cuente en detalle cómo había muerto su familiar. Es muy doloroso tener que ser el que los enfrente con esa verdad. Yo se los conté, pero a veces volver a traer todo es muy doloroso.
“A veces volver a traer todo es un muy doloroso”, confesó (Nicolás Aboaf)
Aquel soldado, que luego se transformó en una pieza fundamental del fútbol local y sudamericano en su rol de entrenador, sigue narrando su historia. Su apariencia de hombre severo y serio no le impide tener un trato ameno, de hacer una entrevista atrapante. Tampoco escapa a la sinceridad de la reflexión: "Hoy lo hablo y parece algo muy loco, pero uno se preparó para matar. Después de tantos años te ponés a pensar en esas cosas y decís: '¡Pucha, era capaz de matar!'. En ese estado y en ese lugar, era capaz de matar, era lo que tenía que hacer. A veces para poder vivir hay alguien que tiene que morir. Lamentablemente es así".
La aguja del reloj ya dio una vuelta entera y las tres personas dentro de esa sala están atrapadas por el relato de Omar. A nadie le interesa si la pelota entra o no. A nadie le importa si por la puerta de la sala de conferencia pasa caminando alguna de las figuras de plantel del Fortín. Sólo es trascendente lo que cuenta este héroe, que cerrará la charla negando serlo: "A mí me cueste verme como héroe. Héroes son los que están allá. Ellos dejaron la vida".
De Felippe posa con los retratos de su estadía en las Islas Malvinas (Nicolás Aboaf)
Al final de la extensa entrevista, Infobae le propuso a De Felippe un ejercicio de memoria con dos fotos suyas durante la guerra de Malvinas. "Cuando las veo no me pasa nada. En el momento ya está, ahora van a ser 35 años. Son dos vidas, no una", explica con un cierto desapego que desaparecerá a medida que empezará a describir las imágenes.
De Felippe (el del círculo) en uno de sus últimos días en Malvinas
La primera que logra llamarle la atención es aquella que lo muestra extremadamente delgado dentro de un camión –"No sé si pesaba 60 kilos", afirma–. Escapa del relato premoldeado que lo mantuvo enfocado a lo largo de 50 minutos de conversación. Omar se mostró difícil de franquear. Apegado a lo que él quería contar, como bien reconoció. El momento de las fotos le pusieron un brillo inesperado a su rostro.
"Hay anécdotas en todos lados", comenta con la mirada perdida en esos recuerdos que parecen volverse un presente fugaz. "En esta –mientras señala la del camión– fue cuando nos mandaron al frente, horas después de la explosión de refugio", subraya en coincidencia con el acontecimiento que relató con anterioridad.
"Íbamos al frente de batalla. Recuerdo que estos camiones estaban arriba de la montaña todos encolumnados preparados para llevarnos. El frío, la nevada y la helada eran tremendos. Estos camiones son tremendamente grandes. Nos cargaron a todos y cuando dobla para querer bajar la montaña empieza a deslizarse de costado con todos nosotros arriba. ¡No sabés la desesperación, nos tirábamos del camión! Por suerte se trabó en los cordones y quedó ahí, pero fue un momento desesperante", narra.
De Felippe (el primer con el arma en el hombro) junto al cabo José Torresin y Fernández
"Esta es de un fotógrafo profesional –dice al tomar la otra postal–. El fotógrafo vino unos días y se fue antes de que empiece el bombardeo. Ellos ya sabían", explica.
El fotógrafo pertenecía al regimiento y tenía un local en Laferrere: "Muchos pibes fueron y empezaron a recuperarlas y las mandaban por mail. El tipo iba pasando por las posiciones y sacaba fotos. Ahí todavía no habían llegado los ingleses".
"Estas no las tengo", advierte sobre las fotos mientras abandona la sala de conferencias en la que nos recibió. "¿Para qué las quiero si ya sé que estuve ahí?", nos afirma con un cordial saludo.
Sabe que en unas horas, tal vez después de leer esta entrevista, su pequeña hija Bianca de 9 años tome nuevamente aquel libro guardado con imágenes de su padre en la guerra, mire las fotos y comience hacerle preguntas como cada vez que esta fecha le recuerda que para muchos él también es un héroe. Aunque por momentos intente dejar en el pasado a ese soldado de las fotos.
El actual entrenador de Vélez recuerda sus dramáticos días en la guerra. El constante asedio de la muerte, sus compañeros caídos, el frío implacable y la preparación para matar al enemigo
Por Rodrigo Tamagni
rtamagni@infobae.com
Infobae
Omar De Felippe contó su paso por la Guerra de Malvinas (Nicolás Aboaf)
Son las 4:40 de la mañana del 1° de mayo de 1982 en las Islas Malvinas. La temperatura bajo cero hace doler los huesos en medio del descampado. Una pequeña bola de fuego hecha con ramas agrupa a seis soldados. Entre ellos hay un pibito que en el futuro destacará en los campos de juego más como técnico que como jugador. El mate para paliar el frío empieza a rodar entre las manos temblorosas. Nadie espera lo que va a pasar en otra de esas noches cerradas que viven desde hace menos de un mes. La hélice de un helicóptero se escucha a lo lejos y una bomba explota en el aeropuerto, a 12 kilómetros. Ellos se desesperan como si hubiese caído a 12 metros, apagan el fuego acelerados y se lanzan cuerpo a tierra. Empezó la guerra.
Omar De Felippe le cuenta a Infobae el "día que empezó la guerra" con una precisión tecnológica. No realizó una investigación para recordar lo que le tocó vivir, simplemente es "inolvidable". Como cada vez que se acerca un 2 de abril, su nombre aparece en escena. La reiteración de sus conceptos no disimula el asombro que produce su relato y colabora notablemente para reafirmar la tarea de los Veteranos.
"Hace muchos años, había decidido que era la última vez que iba a hacer una nota sobre Malvinas. Ahí me llamó la atención que el camarógrafo, que era un pibe joven, me dijo: 'La historia la tienen que contar los que estuvieron, no los que no estuvieron'. Y creo que tiene razón. Es una forma de homenajear a los 649 que no están", rememora.
El sol golpea con fuerza en Ituzaingó, donde Vélez tiene una hermosa Villa Olímpica. Los 30° grados sólo pueden esquivarse con el aire acondicionado. Ya pasaron 35 años de los "30° grados bajo cero" que asegura haber vivido en Malvinas, aunque las estadísticas marcan que el promedio de la mínima oscila cerca de los 11° bajo cero. ¿Quién puede discutirle esa sensación térmica que él sintió en la guerra? "Yo estoy viviendo gratis", lanza sin vacilar un segundo De Felippe, que al momento del conflicto bélico soñaba con subir a la Primera de Huracán.
"¡Tenés que ser agradecido de la vida! Teniendo en cuenta lo que nos tocó vivir ahí, a los 15 mil, y estar vivo haciendo lo que me gusta, en un lugar así –mientras señala los verdes campos de juego del club–. No todos han tenido esa suerte", justifica.
Los laberintos de su memoria nunca diluyen los detalles de toda esa aventura. Desde la madrugada en que llegó la carta de citación que su madre, Rosa, recibió llorando, hasta el regreso en el Canberra. Omar cierra los ojos con los ojos abiertos. Mira un punto fijo, como si no estuviera mirando. Y escupe su vivencia casi sin necesidad de ser interpelado: "Luego de salir de baja de la colimba, todas las noche me fui a dormir sabiendo que me iban a llamar en cualquier momento. Y tal es así que el 9 de abril, a eso de las 4:30 de la mañana, tocaron el timbre en la casa de mi vieja y dejaron una cédula de presentación. Mi vieja me despertó y me la dio llorando". Durante una hora de charla, el entrenador pronunciará cada anécdota con exactitud suiza.
“Todas las noche me fue a dormir sabiendo que me iban a llamar para ir a la guerra” (Nicolás Aboaf)
En los últimos meses, Mel Gibson estrenó la película bélica Hacksaw Ridge ("Hasta el último hombre", en español). Allí se muestra la guerra de la manera más cruda. El temor traspasa la pantalla. Perturba. Según diferentes críticos, la película -con cinco nominaciones al Oscar- es la que mejor expone lo que se vive en esas circunstancias. A Omar nadie le tiene que mostrar ninguna película para entender la crudeza de vivir bajo fuego.
Como aquel día en que la muerte, esa vecina constante durante los dos meses en la Isla, sopló fuerte en su espalda: "En el ataque final hay un bombardeo muy intenso sobre la noche –sufríamos muchos bombardeos durante la noche y te costaba dormir– y el capitán me llamó a mí, por ser el encargado de la ametralladora, y al Negro Leal, que era el encargado de las municiones. Le digo 'dale, vamos' y ni bien hacemos 20 metros explotó una bomba que la onda expansiva nos tiró de cabeza. Fuimos a ver el refugio que habíamos armado y tenía 6 agujeros de entrada y 10 millones de salida. Nos salvamos".
También recuerda cómo se aferró a la vida en aquella montaña cuando el ataque de morteros los sorprendió: "Nos quedamos quietos y las piedras nos pegaban en la espalda".
Como si el frío, el hambre y el temor no fuesen suficientes, las bombas durante la madrugada se convirtieron en una espeluznante banda de sonido. El precario refugio de chapa que debieron construir cuando el pozo de zorro se inundó reflejaba en sus paredes el asedio psicológico y físico. Las bombas hacían temblar todo e interrumpían el sueño: "Teníamos la costumbre de sentarnos, prender un cigarillo y esperar que el bombardeo pasara. Te sentás y rezás para que no caiga ahí, no tenes otra forma. Los nervios se habían endurecido".
El camino de la comunicación casi no se alterará. El transmisor y el receptor trocarán sus roles en breves momentos. Omar habla. Nosotros escuchamos. El training durante casi tres décadas ante la prensa transformó a ese novato soldado en un hábil narrador de sus experiencias. Casi que no necesita preguntas para hablar.
Sin embargo, su firme postura por un momento trastabilla: "Hay cosas que nos han tocado… Ver morir gente… Fueron cosas difíciles, pero a veces ya no vale la pena contarlas".
–Queda la sensación de que ya tenés muy pensado lo que querés contar y lo que no…
-Sí. Hay cosas que en realidad vale la pena que la gente se entere y otras no. Yo conté la experiencia de cómo vi morir a un compañero y vino la familia a pedirme que le cuente en detalle cómo había muerto su familiar. Es muy doloroso tener que ser el que los enfrente con esa verdad. Yo se los conté, pero a veces volver a traer todo es muy doloroso.
“A veces volver a traer todo es un muy doloroso”, confesó (Nicolás Aboaf)
Aquel soldado, que luego se transformó en una pieza fundamental del fútbol local y sudamericano en su rol de entrenador, sigue narrando su historia. Su apariencia de hombre severo y serio no le impide tener un trato ameno, de hacer una entrevista atrapante. Tampoco escapa a la sinceridad de la reflexión: "Hoy lo hablo y parece algo muy loco, pero uno se preparó para matar. Después de tantos años te ponés a pensar en esas cosas y decís: '¡Pucha, era capaz de matar!'. En ese estado y en ese lugar, era capaz de matar, era lo que tenía que hacer. A veces para poder vivir hay alguien que tiene que morir. Lamentablemente es así".
La aguja del reloj ya dio una vuelta entera y las tres personas dentro de esa sala están atrapadas por el relato de Omar. A nadie le interesa si la pelota entra o no. A nadie le importa si por la puerta de la sala de conferencia pasa caminando alguna de las figuras de plantel del Fortín. Sólo es trascendente lo que cuenta este héroe, que cerrará la charla negando serlo: "A mí me cueste verme como héroe. Héroes son los que están allá. Ellos dejaron la vida".
EL SOLDADO DE LAS FOTOS
De Felippe posa con los retratos de su estadía en las Islas Malvinas (Nicolás Aboaf)
Al final de la extensa entrevista, Infobae le propuso a De Felippe un ejercicio de memoria con dos fotos suyas durante la guerra de Malvinas. "Cuando las veo no me pasa nada. En el momento ya está, ahora van a ser 35 años. Son dos vidas, no una", explica con un cierto desapego que desaparecerá a medida que empezará a describir las imágenes.
De Felippe (el del círculo) en uno de sus últimos días en Malvinas
La primera que logra llamarle la atención es aquella que lo muestra extremadamente delgado dentro de un camión –"No sé si pesaba 60 kilos", afirma–. Escapa del relato premoldeado que lo mantuvo enfocado a lo largo de 50 minutos de conversación. Omar se mostró difícil de franquear. Apegado a lo que él quería contar, como bien reconoció. El momento de las fotos le pusieron un brillo inesperado a su rostro.
"Hay anécdotas en todos lados", comenta con la mirada perdida en esos recuerdos que parecen volverse un presente fugaz. "En esta –mientras señala la del camión– fue cuando nos mandaron al frente, horas después de la explosión de refugio", subraya en coincidencia con el acontecimiento que relató con anterioridad.
"Íbamos al frente de batalla. Recuerdo que estos camiones estaban arriba de la montaña todos encolumnados preparados para llevarnos. El frío, la nevada y la helada eran tremendos. Estos camiones son tremendamente grandes. Nos cargaron a todos y cuando dobla para querer bajar la montaña empieza a deslizarse de costado con todos nosotros arriba. ¡No sabés la desesperación, nos tirábamos del camión! Por suerte se trabó en los cordones y quedó ahí, pero fue un momento desesperante", narra.
De Felippe (el primer con el arma en el hombro) junto al cabo José Torresin y Fernández
"Esta es de un fotógrafo profesional –dice al tomar la otra postal–. El fotógrafo vino unos días y se fue antes de que empiece el bombardeo. Ellos ya sabían", explica.
El fotógrafo pertenecía al regimiento y tenía un local en Laferrere: "Muchos pibes fueron y empezaron a recuperarlas y las mandaban por mail. El tipo iba pasando por las posiciones y sacaba fotos. Ahí todavía no habían llegado los ingleses".
"Estas no las tengo", advierte sobre las fotos mientras abandona la sala de conferencias en la que nos recibió. "¿Para qué las quiero si ya sé que estuve ahí?", nos afirma con un cordial saludo.
Sabe que en unas horas, tal vez después de leer esta entrevista, su pequeña hija Bianca de 9 años tome nuevamente aquel libro guardado con imágenes de su padre en la guerra, mire las fotos y comience hacerle preguntas como cada vez que esta fecha le recuerda que para muchos él también es un héroe. Aunque por momentos intente dejar en el pasado a ese soldado de las fotos.
viernes, 7 de abril de 2017
Encuentran nuevas especies en Malvinas y Georgias del Sur
Identifican 85 especies diferentes de briozoos en las Malvinas y Georgia Sur
Una investigación llevada a cabo por la Universidad de Barcelona ha identificado 85 especies diferentes de briozoos, de las que 23 eran desconocidas, en las islas Malvinas y en las Georgias del Sur, y ha elaborado el inventario más completo hasta ahora de briozoos en estos archipiélagos tan meridionales.
Fundación Nuestro Mar
El estudio de la Universidad de Barcelona, que ha publicado la revista “Marine Environmental Research”, también ha concluido que la barrera oceanográfica del frente polar no es tan impenetrable para los briozoos -invertebrados marinos coloniales que forman esqueletos mineralizados- del océano Austral como se pensaba hasta ahora.
La autora principal del trabajo es Blanca Figuerola, investigadora del Instituto de Investigación de la Biodiversidad de la UB (IRBio), y también han participado David K. A. Barnes, del Servicio Antártico Británico (BAS); Paul Brickle, del Instituto de Investigación Medioambiental del Atlántico Sur (Saer) en las islas Falkland, y Paul E. Brewin, de la Dirección de Recursos Naturales y Pesca de las Islas de Georgia del Sur y Sandwich del Sur.
Figuerola ha explicado que entre los 45º y los 60º de latitud sur, en la zona de transición entre América del Sur y la Antártida, se encuentran archipiélagos con una fauna marina que podría aportar información esencial sobre los patrones de distribución de la biodiversidad y la biogeografía de los ecosistemas oceánicos más extremos.
El equipo científico ha identificado 85 especies diferentes de briozoos, entre las que hay 18 géneros y 23 especies que podrían ser desconocidas hasta ahora. Del total de especies identificadas, el 65% se documentaron por primera vez en las islas Falkland.
Según Figuerola, que trabaja en el Departamento de Biología Evolutiva, Ecología y Ciencias Ambientales de la UB, “el nuevo inventario de briozoos generado ayudará a establecer una base de datos de la biodiversidad regional de briozoos y permitirá detectar posibles especies invasoras”.
“Los briozoos representan un taxón muy indicado en estudios de biodiversidad para detectar cambios futuros en los ecosistemas marinos causados por el cambio global”, ha detallado Figuerola.
Según la investigación , el frente polar no es una barrera biogeográfica circumpolar tan impermeable como se pensaba en el caso de los briozoos, que son unos colonizadores muy eficaces de superficies, debido a la existencia de posibles vías de dispersión entre la región de la Patagonia y la Antártida.
Este fenómeno de intercambio de fauna más allá de las barreras oceanográficas podría estar favorecido por los remolinos de la corriente circumpolar antártica, capaces de transportar colonias de briozoos fijados en restos marinos, o por algunos mecanismos de dispersión humana, como el agua de lastre de los barcos, según los autores.
Blanca Figuerola es una de las integrantes del proyecto Distantcom, que es la continuación de los proyectos Ecoquim y Actiquim, dirigidos por la profesora Conxita Ávila, de la Facultad de Biología y del IRBio, para estudiar la ecología química de las comunidades de invertebrados marinos en la Antártida.
En el marco del trabajo, el equipo de expertos recogió muestras de briozoos de aguas frías -por medio de buceo con traje secciones en varias zonas de las Malvinas e identificaron las muestras recogidas, así como las que había depositadas en las colecciones de diversos grupos e instituciones, como el Shallow Marine Surveys Group, el Instituto de Investigación Medioambiental del Atlántico Sur, y el Departamento de Pesca de las Islas Malvinas, que también han financiado esta actividad investigadora. (Efefuturo)
Una investigación llevada a cabo por la Universidad de Barcelona ha identificado 85 especies diferentes de briozoos, de las que 23 eran desconocidas, en las islas Malvinas y en las Georgias del Sur, y ha elaborado el inventario más completo hasta ahora de briozoos en estos archipiélagos tan meridionales.
Fundación Nuestro Mar
El estudio de la Universidad de Barcelona, que ha publicado la revista “Marine Environmental Research”, también ha concluido que la barrera oceanográfica del frente polar no es tan impenetrable para los briozoos -invertebrados marinos coloniales que forman esqueletos mineralizados- del océano Austral como se pensaba hasta ahora.
La autora principal del trabajo es Blanca Figuerola, investigadora del Instituto de Investigación de la Biodiversidad de la UB (IRBio), y también han participado David K. A. Barnes, del Servicio Antártico Británico (BAS); Paul Brickle, del Instituto de Investigación Medioambiental del Atlántico Sur (Saer) en las islas Falkland, y Paul E. Brewin, de la Dirección de Recursos Naturales y Pesca de las Islas de Georgia del Sur y Sandwich del Sur.
Figuerola ha explicado que entre los 45º y los 60º de latitud sur, en la zona de transición entre América del Sur y la Antártida, se encuentran archipiélagos con una fauna marina que podría aportar información esencial sobre los patrones de distribución de la biodiversidad y la biogeografía de los ecosistemas oceánicos más extremos.
El equipo científico ha identificado 85 especies diferentes de briozoos, entre las que hay 18 géneros y 23 especies que podrían ser desconocidas hasta ahora. Del total de especies identificadas, el 65% se documentaron por primera vez en las islas Falkland.
Según Figuerola, que trabaja en el Departamento de Biología Evolutiva, Ecología y Ciencias Ambientales de la UB, “el nuevo inventario de briozoos generado ayudará a establecer una base de datos de la biodiversidad regional de briozoos y permitirá detectar posibles especies invasoras”.
“Los briozoos representan un taxón muy indicado en estudios de biodiversidad para detectar cambios futuros en los ecosistemas marinos causados por el cambio global”, ha detallado Figuerola.
Según la investigación , el frente polar no es una barrera biogeográfica circumpolar tan impermeable como se pensaba en el caso de los briozoos, que son unos colonizadores muy eficaces de superficies, debido a la existencia de posibles vías de dispersión entre la región de la Patagonia y la Antártida.
Este fenómeno de intercambio de fauna más allá de las barreras oceanográficas podría estar favorecido por los remolinos de la corriente circumpolar antártica, capaces de transportar colonias de briozoos fijados en restos marinos, o por algunos mecanismos de dispersión humana, como el agua de lastre de los barcos, según los autores.
Mejorar la gestión marina
“Este nuevo estudio también contribuirá a mejorar las iniciativas de gestión marina del gobierno de las islas Falkland y de Georgia del Sur, así como de otras islas subantárticas y de regiones vecinas que todavía son muy desconocidas para el mundo de la ciencia”, ha señalado Figuerola, que obtuvo una beca Shackleton para desplegar esta investigación.Blanca Figuerola es una de las integrantes del proyecto Distantcom, que es la continuación de los proyectos Ecoquim y Actiquim, dirigidos por la profesora Conxita Ávila, de la Facultad de Biología y del IRBio, para estudiar la ecología química de las comunidades de invertebrados marinos en la Antártida.
En el marco del trabajo, el equipo de expertos recogió muestras de briozoos de aguas frías -por medio de buceo con traje secciones en varias zonas de las Malvinas e identificaron las muestras recogidas, así como las que había depositadas en las colecciones de diversos grupos e instituciones, como el Shallow Marine Surveys Group, el Instituto de Investigación Medioambiental del Atlántico Sur, y el Departamento de Pesca de las Islas Malvinas, que también han financiado esta actividad investigadora. (Efefuturo)
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