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lunes, 9 de noviembre de 2020

6 de Noviembre de 1820: El día que flameó por primera vez la bandera argentina en las islas

El día que flameó por primera vez la bandera argentina en las Islas Malvinas: motines, desolación y un desfile muy particular

El 6 de noviembre de 1820, hace 200 años, el capitán David Jewett izó por primera vez la bandera argentina en suelo malvinense. A los capitanes de los barcos allí apostados, el corsario les dijo: “Tengo el honor de informar mi llegada para tomar posesión de estas islas en nombre del país al que naturalmente pertenecen”

Por Adrián Pignatelli || Infobae



Puerto Soledad, tal como era en las primeras décadas del 1800.

James Weddell, muy lejos de su Bélgica natal, estaba enfocado en la reparación de su bergantín “Jane” y así seguir rumbo hacia el sur, hacia los hielos antárticos. Estaba anclado al norte de Puerto Soledad en las Islas Malvinas cuando recibió una comunicación y una invitación firmada por un capitán llamado David Jewett, que con su buque estaba anclado a unas millas de Puerto Soledad. Sin saberlo, este marino, explorador y cazador de focas sería partícipe de un hecho histórico para nuestro país.

Hacia 1815, David Jewett había llegado a Buenos Aires como capitán de “La Invencible”. Había nacido en la entonces colonia inglesa de Connecticut en 1772 y le ofreció sus servicios al gobierno del Directorio, manejado en forma interina por Ignacio Álvarez Thomas. El 22 de junio el gobierno argentino le otorgó una patente de corso y lo invistió con el grado de sargento mayor.

David Jewett obtuvo del gobierno argentino una patente de corso. Había nacido en la colonia inglesa de Connecticut.

Recibió la orden de hostigar a buques españoles. Y así se sumó al significativo número de corsarios que había cerrado trato con el gobierno patriota para hacerles la vida imposible a los mercantes españoles y obtener beneficios económicos.

Jewett no era ningún improvisado ya que llevaba más de una década navegando. El 30 de junio de 1815 zarpó hacia el norte, pasó por Brasil, y en su derrotero por el Atlántico norte y el Caribe capturó barcos con importantes cargas. Regresó a Buenos Aires los primeros días de septiembre y en el interín tuvo la habilidad necesaria para contrarrestar un motín de su tripulación. No sería el único.

 

La patente de corso extendida por gobierno de las Provincias Unidas a Jewett.

El 15 de enero de 1820 fue convocado nuevamente por el gobierno. Con el grado de coronel de la marina zarpó del puerto de Buenos Aires al mando de la fragata “La Heroína”. No fue un comienzo auspicioso. A poco de partir, falleció su segundo al mando, el sargento mayor Juan Adams, y varios miembros de la tripulación -que a duras penas pudo reclutar entre ex presidiarios, algunos voluntarios y otros soldados veteranos- enfermaron a causa del agua en mal estado. El jefe de la tropa de tierra era el capitán Laureano de Anzoátegui, con el que no se llevaba bien.

Se reaprovisionaron en Cabo Verde y capturaron a la corbeta portuguesa “Carlota”, a la que habían perseguido durante un día. Tuvo que sofocar un motín y ordenó ajusticiar al cabecilla. Mientras el norteamericano se quejaba de la falta de carácter de la tripulación, el desánimo de los marineros se acentuó con el número creciente de enfermos víctimas del escorbuto.



La Fragata Heroína, que comandó Jewett y con la que llegó a Malvinas.

En ese ambiente, llegó a las islas Malvinas al atardecer del 27 de octubre. Echó anclas en la Bahía de la Anunciación, a seis millas de Puerto Soledad. Lo primero con lo que se encontró fue más de cincuenta buques, la mayoría británicos y norteamericanos, que se dedicaban a depredar la fauna local, especialmente focas, lobos marinos, ballenas y aún el ganado que habían llevado los españoles. Se calculó que un buque mataba alrededor de un millar de focas en una semana.

Al día siguiente, en un bote alcanzó la costa, en procura de carne fresca y legumbres. El panorama que encontró en tierra era desolador. Desde 1811 no había población estable en las islas y los pocos ranchos abandonados eran inhabitables. Jewett ordenó usar telas de las velas para armar carpas y alojar a las decenas de enfermos que traía a bordo.

“Tomar posesión”

Jewett escribió una comunicación que hizo distribuir a los capitanes de los barcos allí apostados: “Tengo el honor de informar a usted de mi llegada a este puerto, comisionado por el Superior Gobierno de las Provincias Unidas de la América del Sud, para tomar posesión de estas islas en nombre del país que naturalmente pertenecen. Al desempeñar este deber deseo obrar con la mayor deferencia y equidad hacia todos los pabellones amigos. Uno de los objetos principales es evitar esa abusiva destrucción de los recursos tan útiles para aquellos, cuyas necesidades los compelen o convidan a visitar estas islas y auxiliar a los que deseen abastecerse a poca costa. Como su objeto no es contravenir estas disposiciones y como creo que puede resultarnos alguna ventaja de una entrevista personal, invito a usted a que venga a bordo de mi buque, donde podré alojarlo todo el tiempo que usted quiera. Suplico a usted que haga saber esto a los otros súbditos británicos que se hallen en estos parajes".

Armar una colonia

El 3 de noviembre Weddell caminó seis o siete millas para visitar a Jewett. Durmió en “La Heroína”, tomando sus precauciones: lo hizo vestido y con las armas a su alcance. Según dejaría escrito, el proyecto de Jewett era el de convocar colonos y hacer traer materiales de construcción y enseres para armar un poblado formal en las islas.

Jewett preparó la ceremonia para el lunes 6 de noviembre. Había hecho emplazar un mástil e invitó a los capitanes de los barcos. Con los pocos hombres sanos con los que contaba, armó una suerte de desfile. Se marchó al son de un tambor y de un pífano. En ese ambiente, se izó por primera vez la bandera argentina en las Islas Malvinas.

La caza indiscriminada y sin control provocó un marcado descenso de la fauna en el Atlántico Sur.

Los extranjeros, entre recelosos y temerosos -algunos creían que terminarían siendo víctimas de los hombres de Jewett- presenciaron como desde “La Heroína” se disparaban los 21 cañonazos de rigor que la ceremonia imponía, luego de que Jewett leyera una proclama.

Los problemas no habían terminado. Debió enfrentar otro motín mientras más hombres enfermaban. Algunos fueron embarcados en un lobero inglés y remitidos a Buenos Aires. Y en otro barco despachó su pedido al gobierno de ser relevado de sus funciones.

En febrero de 1821 se aceptó su solicitud y el 23 de abril de ese año Jewett le pasó el mando al coronel Guillermo Mason.

Weddell, en su viaje al sur en su afán de cazar focas y lobos, alcanzaría el record en 1823 en navegar 3° más al sur del que lo había hecho el capitán Cook. Por su parte, la vida de Jewett seguiría por otros carriles y se radicaría en Brasil, donde falleció en 1842. No presenció la epopeya que encabezó Luis Vernet y tampoco se imaginó, que 200 años más tarde, un sello postal homenajearía el acto del 6 de noviembre de 1820 cuando, en presencia de sus marineros maltrechos y atónitos capitanes de barcos extranjeros, izaba por primera vez el pabellón nacional.


domingo, 11 de junio de 2017

Heroica bandera del RIM 7

Malvinas: la historia de los soldados argentinos que arriesgaron su vida para defender una bandera
Hoy el estandarte del glorioso Regimiento 7 se conserva en la sala histórica del cuartel, en la localidad Arana, vecina a La Plata
Daniel Balmaceda - LA NACION



El teniente Miguel Cargnel en Puerto Argentino con la histórica bandera

Unas seis mil balas cayeron sobre nuestros soldados en Malvinas durante la noche del 12 al 13 de junio de 1982. Eran las últimas jornadas y el Regimiento de Infantería Mecanizada 7 "Coronel Conde" resistía con firmeza y valentía. Pero fue uno de los más castigados: perdió 36 hombres en el campo de batalla. Los heridos fueron 152.

Cuando ya era inminente la derrota, el jefe del regimiento, teniente coronel Omar Giménez, propuso a los oficiales enterrar la bandera para no entregarla al enemigo. De inmediato se cumplió la orden. Pero dos jóvenes tenientes, Jorge Guidobono y Miguel Cargnel (ambos habían dado muestras de valor en el combate), se presentaron ante sus jefes en medio de la lluvia de balas y plantearon su disconformidad: el pabellón nacional no debía estar bajo tierra ni tampoco podía entregarse al enemigo. Había que rescatarlo. Giménez aceptó la propuesta de los jóvenes.

Desenterraron la bandera, le quitaron un plástico con el que la habían cubierto, la desarmaron y se distribuyeron las partes (el paño, la corbata, cinco distinciones y tres medallas) entre varios oficiales y suboficiales. De la bandera en sí (es decir, del paño) se encargó Guidobono. De la corbata, Cargnel. El teniente Roberto Colom escondió una distinción en su bota. El mayor Carlos Carrizo Salvadores tomó otra y la colocó debajo de su cinturón. El subteniente Alfredo Luque introdujo una tercera distinción en su guante.

Terminó el combate. El grueso de los soldados fue transportado de inmediato en el buque Canberra rumbo al continente. Pero Cargnel (por su condición de paracaidista) y Guidobono (por ser jefe de Comunicaciones) fueron separados del grupo. Durante quince días los mantuvieron en San Carlos, dentro de un frigorífico. Guidobono, con la bandera envuelta en el torso, se las ingenió para no ser descubierto en el cacheo. Luego los embarcaron y pasaron otras dos semanas a bordo, sin zarpar. Fue entonces cuando ocurrió algo inesperado.

Ordenaron a los prisioneros que se quitaran la ropa. A pesar de que Guidobono quiso disimularlo, un inglés descubrió la bandera. Le ordenó que la entregara. El teniente se negó. El soldado gritó la orden nuevamente. Con calma y firmeza, Guidobono respondió que no entregaba la bandera. La tensión aumentaba. El guardia cargó su fusil.

Alarmado por los gritos, un oficial enemigo se acercó e intentó convencer al argentino de que les diera el paño. Guidobono movía la cabeza negando: la bandera no se entregaba. El inglés advirtió que los argentinos estaban dispuestos a todo, aún desarmados. Pegó media vuelta y se fue. Todas las partes del pabellón se reunieron en Buenos Aires.


La bandera rescatada en el cuartel del Regimiento

Hoy, el estandarte del glorioso Regimiento 7 se conserva en la sala histórica del cuartel, en la localidad Arana, vecina a La Plata. Cada 11 de junio, la bandera veterana de Malvinas desfila ante los soldados del Regimiento.

martes, 30 de mayo de 2017

EA homenajeó a madres de caídos en Malvinas

El Ejército Argentino homenajeó a las madres de los soldados caídos en la Guerra de Malvinas
Recibieron la Orden de Servicios Distinguidos al Mérito Civil. Fue durante la celebración del día del Ejército nacional
Infobae



El Ejército Argentino celebró su día este 29 de mayo con una ceremonia que se realizó en el Campo de Despejo del Colegio Militar de la Nación. El acto fue presidido por el jefe de Gabinete de Ministros, Marcos Peña, y tuvo un sentido homenaje a las madres de los soldados caídos en la Guerra de Malvinas.

El jefe de ministros estuvo acompañado por el secretario de Estrategia y Asuntos Militares, Lic. Ángel Tello; el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, teniente general "VGM" Bari del Valle Sosa, y los jefes de los Estados Mayores del Ejército, teniente general Diego Luis Suñer; la Armada, almirante Marcelo Eduardo Srur; y la Fuerza Aérea, brigadier Mayor "VGM" Enrique Víctor Amrein.





En la ocasión, se presentó la Agrupación "Ejército Argentino" al jefe de la Fuerza, quien revistó a las tropas formadas. Seguidamente, tras entonarse las estrofas del Himno Nacional Argentino, se efectuó una invocación religiosa y se bendijo los reconocimientos posteriormente otorgados.

Luego de realizar un minuto de silencio en memoria de los caídos en Malvinas, el jefe del Estado Mayor General del Ejército resolvió otorgarles a todas las madres de los caídos la Orden de Servicios Distinguidos al Mérito Civil. En la oportunidad, recibieron las siguientes madres.




Diez madres, en representación de todas las que tienen hijos que perdieron la vida en la guerra, recibieron la distinción. Fueron homenajeadas Norma Beatriz Carrera, Raquel Beatriz García, María del Carmen Penon, Laura Fedele, Haydee del Carmen Díaz, María Juana Campero, Nélida Ester Montoya, Santa Aguirre, María Isabel Acuña y Dalal Abd.

"Reconocemos a aquellas madres que entregaron lo más valioso, lo más sublime para una mujer: un hijo, para que la patria viva. No hay palabras para calificar tamaño sacrificio, no hay palabras para mitigar tanto dolor. A ellas les debemos un 'gracias' nacido de nuestras entrañas, y también un 'perdón', por no haber estado, en su momento, en todos los casos, a la altura de las circunstancias y haber puesto la cara, la acción y el corazón para una madre cuyo hijo no volvía de la guerra", sostuvo el jefe del Ejército.

Luego, el teniente general Suñer recordó la hazaña libertadora de San Martín y el coraje y entrega de los combatientes de Malvinas. "Cumplimos hoy 207 años y lo hacemos en el año del Bicentenario del Cruce de los andes y del trigésimo quinto aniversario de la Guerra por nuestras Islas Malvinas, dos grandes epopeyas que trascienden y dan aun más significado a esta celebración", aseguró.




El jefe del Ejército precisó que "hoy, a lo largo y a lo ancho del país, donde se asientan nuestras 163 guarniciones, vemos la misma integridad moral y profesional que determinó el curso de nuestra historia durante más de 200 años, el mismo coraje y la misma entrega que mostraron nuestros combatientes en Malvinas.

"Hoy nuestro Ejército, se encuentra cumpliendo su misión centrado en el objetivo de capacitar y adiestrar operacionalmente a su principal fortaleza: los recursos humanos. Lo hacemos aún sin contar con los medios adecuados, pero lo seguimos haciendo, porque es la única manera de sentirnos Ejército al servicio de la nación", enunció.

Además, el teniente general Suñer se refirió al futuro de la Fuerza: "Mirando hacia adelante, todos queremos un Ejército moderno, flexible, con alta movilidad táctica y rapidez estratégica, que posibilite enfrentar amenazas conocidas y aquellas que aún no conocemos. Este futuro ve necesaria una inversión en tecnología y un cambio superador en la concepción de la defensa nacional".




Por último, fue el turno de Marcos Peña, quien expresó: "Valoramos y agradecemos lo que hacen todos los días en cada rincón del país". Además, se refirió a la importancia de la participación del Ejército en las tareas de asistencia a las comunidades afectadas por catástrofes naturales.

Luego, se realizó el tradicional desfile montado y a pie, iniciado por los institutos de formación militar y seguido de tropas dependientes del comando de Adiestramiento y Alistamiento. Cabe destacar que el desfile contó con la presencia de los Veteranos de Malvinas que lucharon integrando las filas del Ejército Argentino durante el conflicto de 1982.Posteriormente, desde el cielo, se lanzaron integrantes del equipo de paracaidismo militar. Finalmente, el Regimiento de Granaderos a Caballo "General San Martín", llevó a cabo su tan célebre Carga de Caballería.

domingo, 10 de julio de 2016

Emotivo desfile patrio de los VGM

Los veteranos de Malvinas emocionaron a todos en el desfile del Bicentenario
200 años de Independencia
Clarín

Su participación en los festejos fue una de las más aplaudidas no solo por las autoridades sino también por el público en general. Videos.


Los veterano emocionaron a todos en el desfile patrio



Los veteranos de la guerra de Malvinas protagonizaron hoy uno de los momentos más vibrantes del desfile oficial en Tucumán por los festejos de los 200 años de la declaración de independencia de la Argentina.

Minutos antes de las 16, con banderas y la leyenda "Malvinas Argentinas", los ex soldados emocionaron a todos los presentes mientras de fondo sonaba la marcha por las islas, compuesta en 1940.


Así, a medida que los veteranos caminaban frente al palco, las autoridades los aplaudían y el público los vivaba al grito de "héroes", mientras podían leerse en los estandartes los lugares de procedencia de los ex combatientes: Jujuy, Chaco, Salta, San Luis, y Río Grande, Tierra del Fuego (capital nacional de la vigilia del 2 de abril), decían algunas.


Buzos tácticos, asociaciones de familiares de caídos y los soldados que combatieron en las islas dijeron presente. "Malvinas: a 34 años de su recuperaciones 1982-2016. Porque son nuestras: volveremos", rezaba una de las banderas.

Mirá también: Alicia Kirchner plantó a Macri y fue la gran ausente en los festejos por el Bicentenario


"Héroes. Ayer, hoy y siempre", podía leerse en otra de las insignias patrias de los hombres que pelearon en la guerra contra Gran Bretaña en 1982 y que mantienen vivo el reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas.