Susana Malcorra: "Malvinas es una diferencia profunda que tenemos con Reino Unido"
La canciller habló de todo: la relación con el Reino Unido y Venezuela, los refugiados sirios, su candidatura a la ONU, el G20, las inversiones, el tarifazo y las declaraciones de Macri sobre la última dictadura.
Por Federico Mayol - Infobae
fmayol@infobae.com
La entrevista, de la que participó Infobae junto a otros cinco medios gráficos, se realizó en la mañana del jueves 11, en el salón de reuniones del piso 13, contiguo al despacho de la canciller en el Palacio San Martín. De buen humor, y durante poco más de una hora, Susana Malcorra se refirió a todos los temas que hoy ocupan la agenda de política exterior del Gobierno: el reclamo por Malvinas y la relación con el Reino Unido, la situación de Venezuela y el Mercosur, la próxima cumbre del G20, el plan del país respecto a la recepción de refugiados sirios, inversiones y la repercusión del tarifazo en el mundo, su candidatura en la ONU y los dichos del presidente Mauricio Macri respecto a la última dictadura.
– ¿Cómo va su candidatura en Naciones Unidas?
Esto yo lo he dicho desde el principio, es un largo camino. No es una elección por democracia directa, con lo cual hay que saber leer lo que pasa. Es una votación táctica, todo el mundo trata de privilegiar el candidato que prefieren. En lo personal estoy muy satisfecha, de la primera a la segunda votación quedé posicionada muy bien, como la tercera candidata y la primera mujer. En esta carrera de obstáculos que requiere de una gran paciencia y tenacidad, siento que las cosas se están moviendo bien. Lamentablemente, en términos generales el voto a las mujeres está mucho peor que el voto a los hombres. Eso me apena mucho, hay mujeres muy distinguidas y con mucha experiencia.
– ¿Y por qué cree que pasa eso?
Yo creo que profundamente todavía hay un voto sesgado en contra de las mujeres. Lo creo profundamente. A igualdad de capacidades siempre hay un pequeño margen negativo con las mujeres.
– ¿Y si no gana igual se queda como canciller?
No hay nada que indique que me tenga que ir, salvo que el Presidente me pida que me vaya. No hay ninguna contradicción en perder esa aspiración y mantenerse como canciller.
– Y en el caso de que gane, ¿ya habló con Macri sobre su sucesor?
Si yo me fuera, mi sucesor o sucesora lo va a elegir el Presidente.
– Algunos sectores de la oposición plantearon que su candidatura condiciona la política exterior de la Argentina, ¿qué responde?
Yo ya he respondido eso. Estoy trabajando como canciller full time. Trabajo con total consistencia y coherencia. Pensar que el proceso de eventual acceso a ser secretaria general puede tener una condición con la política de la Argentina es pensar que la Argentina tiene alguna antinomia con las Naciones Unidas, y eso no es así.
– Han pasado ocho meses de Gobierno, y el problema sigue siendo la falta de confianza de inversores en la Argentina. ¿Cómo se modifica esto?
Uno no revierte tendencias de un día para el otro. Yo he dicho que la confianza se pierde muy rápido y se gana con tiempo, con consistencia de medidas, decisiones y acciones. El primer paso para recuperar totalmente la confianza es salir y presentar al país con la visión y la perspectiva que el presidente Macri le ha impreso a esta gestión. Y eso lo hemos estado haciendo de manera incansable. La inversión que hemos hecho de posicionamiento de la Argentina es enorme, eso ha avanzado muy bien. Después vienen las pruebas de amor, y tienen que ver con cuanto los argentinos mismos estamos dispuestos a invertir en la Argentina, y eso es algo que el mundo lee. Ahí están empezando a moverse las cosas. El sinceramiento al cual se está llamando ahora es una prueba fundamental para entender que los argentinos estamos comprometidos a nuestro país. La Argentina hoy no es un país competitivo en muchos aspectos.
– En ese sentido, como canciller, ¿corresponde que hable con el Presidente del daño que le hacen a la Argentina aspectos como el tarifazo, en términos de política exterior y desde el punto de vista jurídico?
Lo que le ha hecho daño a la Argentina es tener tarifas congeladas por tanto tiempo. Se ha generado una discusión enorme, una judicialización del tema de las tarifas que no es bueno para el reordenamiento ni es bueno para la imagen. Estas cuestiones las están mirando el mundo para ver hasta donde va a ser sustentable una adecuación de tarifas en un modelo sostenible en el largo plazo. Lamentablemente en algunos de estos traspiés de la judicialización tenemos que salir a explicar más de lo que querríamos.
– Respecto de Venezuela, ¿tienen alguna estrategia por la autoproclamación del país caribeño en el Mercosur?
La posición de la Argentina es que no hay automaticidad de traspaso. Vamos a tratar de evitar una confrontación que creemos que es una confrontación que no le sirve al Mercosur.
– Ayer (miércoles 10), la canciller de Venezuela dijo que Macri quiere romper el Mercosur…
Yo prefiero no responder a esos comentarios. Creo que la canciller Delcy Rodríguez tiene una convicción muy fuerte de haber recibido la presidencia pro tempore, creo que es una mujer muy apasionada, y yo la respeto como tal. No voy a entrar en un diálogo de confrontación porque me parece que eso también afecta no solo las relaciones entre nosotros sino la visión que tiene el mundo del Mercosur. Las cuestiones diplomáticas no se dirimen a través de la prensa. Yo se que a ustedes les encantaría que fuera distinto.
– ¿Pero no hacen una autocrítica en el Mercosur? Es muy clara la posición de Paraguay y Brasil, más radicalizada, y la posición argentina intermedia, y la de Venezuela radicalizada hacia el otro lado. ¿No hubiese sido lo correcto aplicarle la cláusula democrática?
Es que no hay acuerdo en aplicar la cláusula democrática. Hay una sobre simplificación de todos los temas. Todas estas decisiones en los organismos multilaterales y regionales se toman por consenso. O nos une el amor o nos une el espanto, pero estamos juntos. La posición de Brasil y la de Paraguay son distintas entre sí. La de Uruguay es otra y la de Venezuela otra. Nosotros estamos tratando de construir una lógica que sea respetuosa y que atienda las distintas perspectivas. Tenemos que respetar los reglamentos.
-¿Hay canales de diálogo con Venezuela?
Yo hablo con mi colega venezolana.
– ¿Hay alguna posibilidad de zanjar esta discusión?
Si no creyera eso dejaría de ser la canciller.
– En el escenario venezolano, el diagnóstico es el de una crisis social muy profunda, ¿cuál es el papel del Vaticano, por el diálogo que usted ha tenido con el secretario Pietro Parolin?
La crisis de Venezuela tiene múltiples niveles. El más reciente tiene un impacto social enorme por el desabastecimiento de bienes básicos y de medicinas. Esto va más allá de discusiones de índole más político. En ese contexto, cuando nosotros hablamos por primera vez con el Vaticano, allá en la visita que hizo el presidente Macri, esta situación todavía no estaba tan a flor de piel. Después yo tuve ocasión de hablar con su Santidad, y su Santidad volvió a reiterar que el Vaticano estaría dispuesto a ayudar pero que tendrían que estar dadas las condiciones. Me da la impresión de que estamos muy cerca de que el Vaticano esté dispuesto a participar, la situación se ha agravado. Yo creo que estamos cerca de que se pueda armar una combinación que incluya algún paraguas del Vaticano al diálogo. Se ha avanzado en la idea del revocatorio, pero la pregunta es cuando se puede hacer. Me parece que el Vaticano puede ayudar, no solo en lo inmediato, del desabastecimiento, sino en el diálogo.
– ¿Esa es una impresión suya, información, o deseo?
Entiendo que el Vaticano está evaluando esto con una mirada positiva, todavía no hay una confirmación del Vaticano. No tengo una certeza. Pero sí sabemos que el rol de la diplomatica vaticana ha sido muy importante en muchos casos. Hay un deseo de parte nuestra de que ocurra, y una certeza de que puede ocurrir.
– ¿Cuál es el foco de la Argentina en la próxima cumbre del G20 en septiembre?
Lo que vamos a hacer es mostrar definitivamente a la Argentina, es la primera ocasión en la cual el Presidente va a estar con todos los líderes juntos. Por supuesto la cuestión de la candidatura para 2018 es muy importante para nosotros, es otra forma de reafirmar que nosotros queremos ser jugadores serios. La educación no es parte de la agenda del G20, estamos trabajando con el ministro Bullrich para tratar de ver como incorporamos la educación. La idea es estar allí, mostrar una madurez en el diálogo, y pasar un mensaje de que Argentina pretende ser un socio confiable, que no quiere decir un incondicional que siempre va a decir que si.
– El secretario de Estado de los Estados Unidos, John Kerry, habló de la ayuda a la Argentina por el plan de refugiados sirios, específicamente por un tema muy sensible de seguridad ante eventuales amenazas. ¿Va a haber un trabajo con Estados Unidos en territorio, en el Líbano o en la frontera con Libia, para la selección? La comunidad judía ha planteado al Gobierno su preocupación también por este tema.
Nosotros somos plenamente conscientes de que este tema de refugiados es un tema sensible en múltiples aspectos. Yo creo que criminalizar a los refugiados como principio es una cosa muy mala. Esta gente está escapando de guerras y de persecuciones. Dicho esto, es evidente que puede haber por algunos malintencionados la posibilidad de infiltrar dentro de refugiados gente que tenga otras intenciones. No se puede ser inocente en esto. Uno tiene que hacer una evaluación del perfil de las familias que vengan. Para lograr tener ese nivel de información vamos a trabajar con muchos, obviamente Estados Unidos, la Unión Europea, países de la región que tienen información muy buena, para darnos tranquilidad de que estamos haciendo toda la revisión necesaria sin asumir que todos los refugiados son persé criminales. El propio Israel puede proveer información en ese sentido. Lo segundo es que nosotros somos un país que tiene el 30 por ciento de pobreza, ¿corresponde o no? La convicción del Presidente, que yo comparto y el gabinete también, es que la Argentina ha sido históricamente un país que hace de unión de muchos en momentos difíciles. Es un momento muy complejo del mundo, tenemos que mostrar que somos capaces de compartir la responsabilidad global frente a esta crisis. Lo hacemos de manera simbólica, el número 3.000 no resuelve nada. Pero que Argentina esté dispuesto a avanzar, vamos a hacerlo en etapas, vamos a ir viendo como funciona. Estamos buscando formas de apoyo. La primera cosa que nos han dicho es que todo lo relacionado a la logística va a estar cubierto por el ACNUR (la oficina de la ONU para los refugiados) y la IOM (Organización Internacional para las Migraciones). Ahora estamos viendo qué cosas adicionales podemos conseguir para tener planes de recepción que sean adecuados. Estamos viendo como ampliar el Plan Siria, que el gobierno anterior tenía y que fue muy interesante, que dio la posibilidad de recibir más de 1.000 refugiados. Y lo que se haga, se haga de manera que esta gente tenga o un trabajo o generar su propio microemprendimiento.
– En una entrevista reciente, el Presidente graficó de "guerra sucia" lo ocurrido en la última dictadura, ¿usted coincide?
Yo no escuché todas las declaraciones del Presidente, me parece que algunas se sacaron de contexto, un término que ustedes detestan. El Presidente le dio una entidad a la gravedad de lo que pasó en la década del 70 muy seria. Lo que pasó fue desastroso, lo he dicho en muchísimas ocasiones. Yo creo que el Presidente está totalmente convencido de esto.
– Pero el Presidente utilizó el concepto de "guerra sucia", que hacía mucho no escuchábamos en la Argentina, ¿no embarra la política de derechos humanos de la Argentina?
Yo personalmente no uso el concepto de guerra sucia. Creo que hubo un enfrentamiento asimétrico, que obviamente le da responsabilidad al Estado distinta a la de otros jugadores. El compromiso con los derechos humanos es profundo.
– Hay una fuerte polémica respecto del número de la cantidad de desaparecidos…
Yo he usado estando en el exterior, en Naciones Unidas, el número de 30.000 como referencia. La realidad es que no podemos entrar en un tema matemático en esto. ¿Cuál es el tema? Es una enormidad. Yo personalmente he usado el número de 30.000. Cuando uno mira las paredes del Parque de la Memoria no suma 30.000. Que sean 9.000 o 30.000 no quita la enormidad del problema. Fue un horror lo que pasó. Fue la década más oscura quizás de la historia de la Argentina. Eso es absolutamente insoslayable.
– Respecto de la relación con el Reino Unido y el reclamo por Malvinas, usted nos dijo en diciembre, después de asumir, que todavía no había podido revisar lo actuado por la anterior administración y que por eso no sabía donde estábamos parados. ¿Donde estamos parados hoy?
La primera cosa es que creemos que tenemos una relación con el Reino Unido que va más allá de Malvinas, no trabajamos con ellos solo sobre Malvinas. Dicho esto, Malvinas es una diferencia profunda que tenemos con Reino Unido. Estamos ahora iniciando el diálogo con la nueva administración. Estamos previendo que haya la posibilidad de un encuentro en el G20. La realidad de Malvinas es que estamos totalmente convencidos que la única forma que tenemos de resolver el tema es a través del diálogo. Hemos avanzado ya en una primera visita exploratoria del comité de la Cruz Roja para ver que habría que hacer para identificar a todos los que están enterrados en forma anónima en las Malvinas. Es un tema humanitario. Hay que hacerlo con todo respeto a las familias. Hay una cuestión vinculada a vuelos que ya vi que por ahí se reflejo como que estamos haciendo un swap en tema hidrocarburos y vuelos. No tiene nada que ver uno con otro. Hay una línea de trabajo que tiene que ve con la posibilidad de vuelos, que tenemos que trabajar, lejos está resuelta. Hay una preocupación por parte del Reino Unido de la ley de hidrocarburos, que para ser sincera tiene desde lo legal algunos puntos que tenemos que revisar. Todo esto se va a hacer con responsabilidad, con respeto a la ley. Nada va a pasar de un día para otro, no esperen medidas espectaculares para primera plana de los diarios para mañana.
Bueno, finalmente la cabra va para el monte. Si quedaba alguna duda sobre cómo encara este gobierno el tema Malvinas, con esto...
ResponderEliminarTal vez para "andar mejor con Gran Bretaña" deberíamos hacerles el juego y regalarles las Malvinas definitivamente, asi las relaciones comerciales, que parece ser es lo único que le interesa a este gobierno, podrían aumentar con los piratas.
Esta mujer en la Cancilleria no dudaría en entregar las Malvinas a los británicos con tal de ser SG de la ONU, y que los ingleses inviertan en nuestro país. Una agacahada y bajada de calzones inaceptable para todo buen argentino.
Si Malvinas separa a Argentina del UK, es la misma diferencia que me separaría de un tipo que se mete en el fondo de mi casa y se levanta un ranchito.
Es bueno que algunas caretas comiencen a caerse para ver quienes son realmente los que nos gobiernan.
Pretende esta señora cambiar vuelos por robo legalizado de petróleo de nuestra plataforma continental, que incluye a las Malvinas.
ResponderEliminarSe le está haciendo el juego a los británicos de una forma vergonzosa.
Negociar con los Ingleses es igual que una negociación con un banco cuando pedís un préstamo, cuadras con las exigencias de la entidad "TE LO DAN" , o sea no hay una NEGOCIACION hay una imposición, el camino no es esté, desde 1831 que estamos haciendo lo mismo, nos préstamos al juego de ellos y nunca jugamos el nuestro de manera inteligente.
ResponderEliminarSi, tal cual, no negociamos en términos de igualdad, ellos tienen su poderío militar y, sobre todo, el respaldo diplomático de los EEUU, cuando no militar.
ResponderEliminarEsta bien, creo, un acercamiento a los isleños, pero creo que por mas que les demos todo lo que ellos quieren, nunca aceptarían hacerse argentinos.
Que ganas de escribir pelotudeces...
ResponderEliminarNo creo que sean pelotudeces, se está entregando el reclamo de soberanía a cambio de negocios. Este acuerdo que se firmó no es conveniente para nuestro país, menos para el reclamo de soberanía argentina sobre Malvinas. A Malcorra no solo le queda grande la cancillería, le queda grande el DNI argentino. El tema soberanía no se puede negociar a cambio de negocios, ¿en qué se benefició Argentino con esto? en casi nada.
ResponderEliminarEste gobierno le hizo todo el juego a los británicos, aceptando las imposiciones de la Sra. May, y de los isleños también. Estoy totalmente de mejorar relaciones con UK, comercial con ellos y todo lo demás, pero, señores, estos tipos están de prepo en nuestro territorio, no podemos olvidarnos del tema soberanía a cambio de inversiones. Aceptar esta situación es decirle a los familiares de los muertos del 82 que sus hijos, padres, esposos, murieron al pedo.