viernes, 10 de mayo de 2019

La flota gallega depreda el mar de Mavlinas y obtiene nuevos mercados

La flota gallega rompe el techo de capturas de calamar en Malvinas y abre nuevos mercados



Pesca más de 51.000 toneladas en la primera campaña del año -Los 16 buques incorporan un observador a bordo -China se erige como uno de los principales compradores en el extranjero. La flota gallega en Malvinas emprenderá en los próximos días el regreso al puerto vigués tras batir el récord de capturas de calamar Loligo durante la primera campaña del año.



Según informa a FARO el departamento de Recursos Naturales del Gobierno isleño, la flota ha superado las 51.000 toneladas del preciado cefalópodo en lo que consideran "un buen año" de faena. La cifra supone 10.000 toneladas más que en el primer período del año pasado (casi un 25% más) y un volumen total que supera las capturas anuales de años escasos como 2015, 2011 o 2009.

Además, el aumento de la pesca viene acompañado de una reducción de las capturas en aguas internacionales del otro calamar abundante en la zona (la pota, el Illex Argentinus) y una apertura de nuevos mercados para las empresas gallegas, especialmente en el extranjero con China como principal protagonista.

La campaña finalizó oficialmente el pasado sábado, pero parte de los 16 buques se encuentran acabando esta semana la faena (recuperando días de parada obligatoria por mal tiempo o averías) y desde Malvinas ya están haciendo recuento.

El director de Recursos Naturales de las Malvinas, John Barton, explica que recientemente se ha cerrado "toda la parte norte de la zona de pesca" debido a que ha aumentado "la proporción de calamares más pequeños en las capturas". Son medidas como estas las que mejoran una pesquería que lleva cuatro años remontando tras tocar fondo en 2015, cuando solo se pescaron 29.573 toneladas.

Las más de 51.000 toneladas suponen un hito para la primera zafra del año, que dio comienzo el pasado 24 de febrero. Los armadores dan habitualmente por buena una cifra de capturas de en torno a 45.000 toneladas anuales, por lo que el actual resultado les deja más que satisfechos.

"Se ha pescado bien. Sobre todo porque no hubo distorsiones con lobos marinos o cualquier otra alteración medioambiental", apuntan. En este sentido, John Barton recuerda que la flota utiliza los dispositivos de exclusión de focas (para evitar la captura accidental) de forma obligatoria y que no tuvieron "ningún impacto en las capturas". "Estamos encantados con el modelo, la gestión y la estabilidad del caladero", agregan fuentes de los armadores de Vigo, que apuntan que este año cada buque llevó su propio observador científico a bordo financiado por las propias empresas.

Mercados

Fuentes de los armadores recuerdan que la abundancia de capturas puede llevar a una fluctuación en los precios por la ley de la oferta y la demanda, pero que de momento se mantienen estables respecto a otros años. Eso sí, destacan los nuevos mercados abiertos en los últimos años.

"Ahora ya no solo es España, Italia, Portugal, Croacia o Francia", explican, "cada vez se abre más a mercados con un enorme potencial como Sudáfrica, Estados Unidos o China, que lleva dos años y cada vez va cogiendo más fuerza".

Y es que el recurso que captura la flota viguesa es esencial para nutrir el mercado mundial de cefalópodos. Sobre todo ahora que flaquean las capturas de pota. Barton explica que esta pesquería en las Malvinas fue "bastante baja".

"Con solo poco más de 40.000 toneladas, muchos jiggers -poteros- ya han abandonado nuestra pesquería", comenta. De igual forma también explica que hubo "un gran movimiento" hacia aguas del Pacífico de los barcos chinos concentrados en aguas internacionales, especialmente en la conocida como milla 201, la frontera marítima de Argentina. "Las capturas en alta mar de Illex eran bastante pobres; fueron mejores en Argentina, pero en general es un año bajo para la pota", resume Barton.

Y es que dentro de aguas argentinas las capturas de pota se están manteniendo estables por tercer año consecutivo. Según los registros de la Subsecretaría de Pesca del Gobierno de Mauricio Macri, la flota logró capturas de 90.702 toneladas, muy similares a las 93.236 de los cuatro primeros meses de 2018 o las 89.306 de un año antes. (Adrián Amoedo - FARO DE VIGO)

Fundación Nuestro Mar

miércoles, 8 de mayo de 2019

El casco del Toto Navarro se remata por eBay

Subastan en Inglaterra el casco del jefe de escuadrón de Pucará en Malvinas




Por Pablo Dócimo - Tribuna de Periodistas


En Inglaterra se exhibe en un museo civil, previa restauración, un avión Pucará matrícula A 528 que participó en la guerra de Malvinas.

El mismo fue capturado por los británicos en 1982. Ese avión fue piloteado por Miguel "Toto" Navarro, jefe de Escuadrón Pucará en el conflicto.

En estos días los hijos y el propio Navarro resultaron impactados al encontrar en subasta de Ebay el casco que, por derecho, pertenece al piloto. La subasta la lleva a cabo un inglés.

La familia ofertó en la subasta y se comunicó con la persona que tiene el casco en su poder, recibiendo como respuesta que no va a dar de baja la misma.

Miguel Navarro tiene 80 años y añora recuperar su casco.

Los hijos de Navarro iniciaron por medio de un posteo en Facebook un reclamo para tratar que el casco retorne a su dueño natural.

lunes, 6 de mayo de 2019

Los informes confidenciales que descalificaban la recuperación

Malvinas confidencial: la "alerta roja" de dos jefes militares sobre las dificultades en las islas para enfrentar una guerra que la Junta no escuchó 

A una semana del desembarco británico, mientras en Nueva York el Secretario de las Naciones Unidas intentaba llegar a una solución diplomática entre la Argentina y el Reino Unido, el general Menéndez y el vicealmirante Lombardo intentaron explicar sin éxito a la Junta Militar los problemas y las carencias de todo tipo del componente militar en Malvinas. Los documentos secretos

Por Juan Bautista "Tata" Yofre |  Infobae


 
Leopoldo Fortunato Galtieri con los altos mandos militares (Foto: Víctor Bugge)

El jueves 13 de mayo de 1982, a las 9.15 de la mañana se reunió el Comité Militar en la sede del Estado Mayor Conjunto -Paseo Colón 255- con la presencia del canciller Nicanor Costa Méndez. Las constancias documentales de ese día reflejan el interés argentino por las "acertadas y favorables" gestiones, a favor de la Argentina, que realizaban en Washington, en ocasión de una visita oficial, el presidente y el canciller de Brasil, João Baptista de Oliveira Figueiredo y Ramiro Elísio Saraiva Guerreiro.

Así pudieron conocer, a través del relato del canciller y del embajador argentino Esteban Takacs, que Saraiva había hablado con Alexander Haig. En este encuentro el Secretario de Estado expresó su deseo de recomponer el cuadro de relaciones con la Argentina y que creía que Gran Bretaña demoraría un ataque a las islas (un desembarco), y que no atacaría el continente.

El ataque se consumaría el 21 de mayo.

Además, la Junta Militar va a asentar en su Informe íntimo que se habló sobre "un buque soviético (que) había encontrado tres cadáveres del ARA General Belgrano y pidió puerto para entregarlos".

A continuación Leopoldo Fortunato Galtieri relató "la imprevista visita del general Vernon Walters a Buenos Aires". El Presidente manifestó que este "habría insistido en que los británicos pedían el retiro de las tropas argentinas", frente a lo que él expresó que "era muy difícil aproximar las posiciones al respecto en asuntos tales como los Comités de las Islas y los problemas financieros de la FIC, así como lo concerniente a las comunicaciones con las islas".

La visita de Walters no fue "imprevista", ya que fue arreglada en Washington con el Agregado de Ejército, Miguel Mallea Gil. Queda claro, entonces, que esta acta no refiere al verdadero interés del embajador viajero de los Estados Unidos: pulsar el pensamiento profundo de los jefes militares sobre hacia dónde iría la Argentina en caso de enfrentamientos mayores con la Task Force. De allí que habló separadamente con cada uno de los miembros de la Junta Militar, menos el canciller Costa Méndez. En otras palabras, conocer si la Junta Militar era capaz de llegar a un acuerdo con Moscú o Cuba para mantenerse en el poder. Cuba representaba una obsesión para el embajador viajero.

 
La Junta Militar: general Leopoldo Galtieri, brigadier Basilio Lami Dozo y almirante Jorge Isaac Anaya

Según se observan todos los documentos que circulaban ese 13 de mayo en Naciones Unidas, lo cierto es que las delegaciones de la Argentina y el Reino Unido se movían con prolijos pas de deux que no conducían a ninguna parte y, para peor, el Secretario General –que adivinaba que entraba en un punto crítico- urgía y presionaba a los diplomáticos: llamó a las dos partes "pidiendo posiciones para el sábado 15 de mayo. En ese día entregaría su propuesta y daría 48 horas para contestarla, retirándose de la gestión si fracasara".

Los diplomáticos argentinos, a su vez, sentían en sus nucas el aliento de los militares. Así puede conjeturarse porque los miembros del COMIL (Comité Militar) dejaron asentado en esas horas que "la aproximación de medios ingleses al archipiélago de las Malvinas estaba haciendo más estricto el bloqueo y dificultando el apoyo logístico a las islas, por lo que se hacía aconsejable ir presionando para obtener una definición en las negociaciones".

Una observación que no revelaba el estado crítico en que parecían mantenerse los efectivos de la Guarnición Malvinas, tras (para muchos) cuarenta días de estado de alerta en sus posiciones.

La luz amarilla sobre el poderío británico

La cuestión militar en el archipiélago, tratada en esa reunión del Comité Militar del jueves 13 de mayo, fue más profunda y extensamente analizada, aunque no se encuentre asentada en la Memoria de la Junta Militar. Solo así se puede entender el documento que el general Mario Benjamín Menéndez le elevó al vicealmirante Juan José Lombardo al día siguiente. Obsérvese que la información que recibió el comandante militar de Malvinas le llegó por vía indirecta, a través de la Fuerza Aérea, no por los canales que correspondían. Lo que habla del destrato para el comandante y su equipo.




 El documento secreto de la Armada sobre la reunión del Comité Militar

El trabajo fue enviado a las 11.50 del viernes 14 y son principales observaciones:

"Habiendo sido informado vía CAS (Comando Aéreo Sur) que 13 de mayo de 1982 se reunió el COMIL, con presencia CAE (Comando Aéreo Estratégico, brigadier Hellmuth Weber) y COATLANSUR (Comandante Operaciones Atlántico Sur, vicealmirante Lombardo) (y) que en dicha reunión se procedió a (realizar) un análisis general situación CMM (Comando Militar Malvinas), concluyendo-ratificando análisis anteriores y empleo realizado de medios hasta el momento, poder militar queda reservado para oportunidad en que (el) enemigo se encuentre aferrado por desembarco. Apoyo naval y aéreo de combate se retiene para empleo efectivo en dicha oportunidad. Comandos en el continente harán desgaste de enemigo en caso que estimen muy rentable el objetivo. Es posible que se disponga empleo REM (Reserva Estratégica Militar) de acuerdo a plan previsto".
"Con respecto a logística, efectividad bloqueo impide aprovisionamiento aceptable (al) CMM. Se realizará aprovisionamiento munición en oportunidades favorables. Si esto es exacto considero necesario realizar algunos comentarios desde punto de vista (de) este Comando:

-Limitar nuestras acciones esperando golpear en el momento (del) desembarco es entregar (la) iniciativa al enemigo, con desfavorables consecuencias sobre estado anímico propia tropa para momento decisivo. También este comando aprecia que enemigo puede desembarcar aprovechando capacidades para operar en condiciones meteorológicas desfavorables. Que en cambio restringirían nuestra capacidad operar sobre todo con medios aéreos. Lo que ya se comprobó entre 07 y 10 de mayo.

-Entiendo conveniente aclarar en qué consistiría apoyo aéreo y naval de combate disponible en oportunidad desembarco. Quién conduciría, etc.

-Para aumentar en diez días más de lo ya requerido ración "B", con menú limitado se necesitarían aproximadamente 75 toneladas de efectos clase uno, cuya lista enviaremos en otra parte".

El viernes 14 de mayo la tapa de la edición 36.685 de La Nación estaba enteramente dedicada a los acontecimientos en el Atlántico Sur. Había tres títulos principales que informaban que "El Papa pidió a Galtieri por la paz", "Críticas de Reagan a la Argentina" por su "intransigencia" y "Admitióse en Londres que fue hundido un navío", en referencia al ataque de los A-4B de la Fuerza Aérea Argentina sobre los destructores Clase 42 HMS Glasgow y HMS Brilliant.

Los documentos militares de Lombardo y Menéndez

El mismo viernes 14, fuera del foco de atención del periodismo, se realizó una reunión secreta en Puerto Belgrano, en un saloncito pegado al despacho del vicealmirante Juan José Lombardo, Comandante del Teatro de Operaciones del Atlántico Sur (COATLANSUR) que tuvo como protagonistas a los contralmirantes Gualter Allara, comandante de la Flota de Mar; Carlos García Boll, comandante de la Aviación Naval y Carlos Busser, comandante de la Infantería de Marina.

Todos los presentes habían tenido una participación directa en la Operación Rosario y estaban al tanto, al día de la fecha, en detalle, sobre cuál era la situación de las fuerzas argentinas en las islas Malvinas, Sándwich del Sur y Georgias del Sur.

Durante el conclave los tres contralmirantes expusieron sus puntos de vista e hicieron previsiones poco optimistas sobre el futuro, cuando los efectivos de la Task Force desembarcaran en las islas. Lombardo (que también retenía el cargo de comandante de Operaciones Navales, tercero en la jerarquía de la Armada) se limitó a escuchar. Luego de un largo rato los tres subordinados se retiraron con la impresión de que sus opiniones no habían logrado ser tomadas en cuenta.

El lunes 17 de mayo, los contralmirantes Allara, Busser y García Boll volvieron a ser convocados por Lombardo y, en esa oportunidad, les leyó un documento de cinco carillas.

Cuando finalizó, el almirante Lombardo pregunto en voz alta: "¿Hay objeciones?". Ninguno de los presentes dijo nada. Quizá alguno podía haber esbozado alguna cuestión, ajustado otra visión, aportado otros puntos, pero escaseaba el tiempo –militar y diplomático- para ocuparse de los mismos.

Los tres salieron juntos del austero despacho naval y una vez afuera se escuchó decir al contralmirante Allara: "Con esto Lombardo se salva para la historia".

Quizá una frase que tomada a la ligera daba pie a una conducta individualista, pero viniendo del Comandante del Teatro del Teatro de Operaciones Atlántico Sur era un llamado de atención muy serio que no fue tomado en cuenta por sus superiores.

El documento de cinco fojas firmado por Lombardo está fechado el sábado 15, al día siguiente de la reunión con sus tres subordinados. Es decir, había tomado en cuenta sus reflexiones. Esta dirigido al Comité Militar (los integrantes de la Junta Militar más el jefe del Estado Mayor Conjunto) con carácter de "Secreto" -"S"/82 Letra COOP, IM4- y lleva como título "Elevar Apreciación". Éste documento inédito, curiosamente, no esta contenido en la extensa Memoria de la Junta Militar y ya se verán los por qué.


 
El documento confidencial de vicealmirante Lombardo para la Junta Militar

El primer punto, titulado "Apreciación de los hechos acaecidos" describe los pasos iniciales de la "ocupación de las Islas (que) fue realizada de acuerdo a los planes establecidos, con muy pocas bajas y pudiendo alcanzarse todos los objetivos. Ello creó una sensación de seguridad en las propias capacidades tanto a las fuerzas propias como al público en general".

Tras sobrevolar la reacción británica en trece líneas, el punto 1.3., señala que "la primera acción inglesa importante del día 1º de mayo pareció ser un intento de invasión que fuera exitosamente rechazado por las fuerzas propias. Se apreciaron serias bajas en la acción enemiga tanto por el fuego AA (Artillería Antiaérea), como por la acción de los propios medios aéreos. La apreciación actual de este Comandante de Teatro es que tal intento de invasión no existió. Sino que fue una demostración, realizada con propósito intimidatorio, de sondeo de nuestras capacidades y de práctica general para la fuerza enemiga.

"Esta apreciación se basa en: el enemigo ha demostrado en todas sus acciones anteriores y posteriores actuar con suma prudencia, con gran masa de efectivos y con buen nivel profesional. Si hubiese sido un intento real de invasión ninguna de estas características estarían cumplidas. No aparecieron, pese a las búsquedas y rastreos, ningún resto de embarcaciones, botes, helicópteros, personal, vivo o muerto, ni ninguna otra evidencia del citado desembarco. No aparecieron restos materiales ni humanos de ningún helicóptero ni ningún avión derribado.

"En resumen, esta supuesta invasión rechazada y las supuestas importantes pérdidas infringidas al enemigo, reafirmaron nuestro optimismo y los medios masivos de difusión enfervorizaron al público que vio un fácil triunfo argentino y una gran capacidad de nuestras fuerzas".

 
El hundimiento del Sheffield, el 4 de mayo 1982

En el punto 1.4 se dice: "El enemigo replegó sus fuerzas, continuó recibiendo refuerzos y completando sus medios y posiblemente estudiando y evaluando los modos de acción. Es lógico que esta fuerza que había zarpado con urgencia, necesitara un período de análisis y evaluación en el área de operaciones, organizar las fuerzas que se le iban incorporando y además recibir las directivas políticas para la acción. Así pasaron los días 2 al 4 de mayo sin acciones. Se produce casi simultáneamente el hundimiento del Crucero Belgrano y el ataque al Aviso Sobral. Ambos hechos muestran al mismo tiempo una capacidad para la acción y una moderación en los efectos buscados. Se hundió al Belgrano pero no a los dos Destructores que lo acompañaban. Se atacó al Sobral pero no se intentó perseguirlo y hundirlo como se lo podría haber hecho. El muy exitoso ataque el destructor Sheffield permitió a las fuerzas propias y al público aceptar los hechos anteriores. Estos se convirtieron así no en un signo de debilidad sino en un estímulo al espíritu de lucha. El enemigo nos atacó e hirió pero supimos y pudimos vengar nuestros muertos".

El punto 1.5 posa la mirada naval en la fuerza de submarinos: "La evidencia del peligro de los submarinos nucleares sumado a la extensión de la zona de exclusión y de la voluntad enemiga de aplicar su capacidad de acción, hizo replegar nuestras fuerzas de superficie. En las sucesivas etapas de este repliegue se han tenido evidencias ciertas de la presencia próxima de submarinos enemigos listos a actuar de salirse a aguar profundas".

 
Los Super Étendard en la guerra de Malvinas: Lombardo señaló que no tenían capacidad logística para realizar nuevas acciones

A continuación, el párrafo 1.6 observa que "nuestros submarinos han tenido evidencias del mal desempeño de los torpedos propios. Las oportunidades en que se concretaron ataques se vieron así frustradas, lo que anula esta arma por el momento".

La severidad anterior también atañe a la aviación naval en el punto 1.7: "Existen evidencias y otros síntomas del mal desempeño de las bombas utilizadas en ataques aéreos de nuestros aviones. La capacidad de producir daños mediante ataque aéreo a fuerzas navales se evidencia como muy baja pese al elevado costo. Los aviones Super Étendard no tienen capacidad logística para acciones sucesivas".



Después de tratar sobre las dificultades del aprovisionamiento a los medios argentinos en las islas, el párrafo 1.12 es otro llamado de atención al Comité Militar, con sede en Buenos Aires: "Los daños que hasta el presente se han infligido al enemigo son de difícil apreciación. No obstante, la carencia de evidencias ciertas de bajas, excepto de un avión Harrier y del hundimiento del Sheffield, hacen pensar que las apreciaciones iniciales fueron optimistas. No obstante ello son las que han quedado en el ánimo popular y de gran parte de la propia Fuerza"-



El punto 3.2 es otro llamado de atención para las más altas autoridades militares: "Se debe llevar una acción psicológica que destaque la seriedad del compromiso asumido, la magnitud de las fuerzas en oposición, las pérdidas materiales y humanas previsibles y que inexorablemente el conflicto deberá resolverse mediante una solución negociada. Esta acción se debiera iniciar a la mayor brevedad a fin de lograr que se atempere el actual sentido triunfalista de algunas manifestaciones que harán más difícil la aceptación por las propias fuerzas y por el público en general, de los sacrificios de la acción militar y/o la aceptación de los términos de la negociación cualquiera ellos sean".



 
Galtieri con Alexander Haig que intentó la misión imposible de mediar entre la Argentina y el Reino Unido: de un lado, la Junta militar; del otro , Margaret Thatcher

El documento fue escrito el sábado 15 de mayo cuando Lombardo tenía sobre su mesa los matutinos que informaban sobre el "lento avance" en las negociaciones que conducía el Secretario General de las Naciones Unidas y se daban a conocer las primeras estimaciones sobre los muertos, desaparecidos y heridos del Crucero Belgrano.

Los diarios del día transcribían unas declaraciones de Galtieri en las que sostenía que el pueblo está dispuesto a perder "cuatro o cuarenta mil argentinos más" y si es necesario mantener militarmente esta situación otros "seis meses o seis años" y reiteró que no va a "levantar la bandera blanca".

La alerta de Menéndez desde las islas

Para ser justos hay otro documento que también es un llamado a la reflexión, y fue redactado el domingo 16 de mayo de 1982, al mismo tiempo que el del vicealmirante Lombardo y posterior o complementario con el que había enviado a Lombardo dos días antes.

Lo escribió el general de brigada Mario Benjamín Menéndez, como gobernador y comandante militar de las islas Malvinas, dirigido al comandante en jefe del Ejército (Galtieri), con vista al jefe del Estado Mayor (general de división Antonio Vaquero). Son tres páginas contenidas en el Mensaje Nº 093 y que dan cuenta del "desgaste gradual del personal por las difíciles condiciones impuestas por el terreno y clima, las que se van haciendo progresivamente más duras".



 
“La situación en las islas Malvinas”, el documento secreto que escribió Menéndez como gobernador y comandante militar de las islas

En términos parecidos al del Comandante del Teatro Atlántico Sur (COATLANSUR), aunque con una visión más estrecha, como consecuencia de su permanencia en las islas, Menéndez sostiene , al tratar el capítulo "Campo de Personal", que existe una "sensación de impotencia cuando no ve respuesta propia a los ataques del enemigo, de los que toma conocimiento por radio o por verlos/escucharlos (ataques aéreos), aún cuando esos ataques no posean mayor eficacia".

La conclusión: "Todo ello erosiona la moral de la tropa, a pesar de la intensa acción de mando".

En cuanto al "campo de operaciones", se sostiene que "si bien por información del COATLANSUR sabemos que hay limitaciones en los medios, que desconozco, pienso que poco a poco estamos cediendo casi totalmente la iniciativa al enemigo, producto de la reticencia en el actuar desde el continente, a pesar que cada ataque aéreo propio efectuado oportunamente arrojo resultados positivos".

Pone de manifiesto que las fuerzas británicas operan "con todo tipo de aeronaves, de día, de noche y con mal tiempo".

Como resultado de este mensaje 093, Galtieri lo llamó al gobernador militar en Malvinas por teléfono "inversor de voz" diciéndole que lo había impresionado el texto y que tomaba nota de sus dichos.

La cuestión fue analizada en el Estado Mayor del Ejército y el Comité Militar y dio origen a la formación del Centro de Operaciones Conjuntas (CEOPECON).

sábado, 4 de mayo de 2019

Valor en combate: Estévez dirige a su tropas en Darwin hasta el fin


Teniente Estevez - Muerto en combate (Malvinas)

La Gazeta



 


Nació en Misiones 24 Febrero de 1957 Ingresó al CMN 27 Feb 75 y egresó como Subt I en el año 1978. Participó como Teniente, en el desembarco del 02 de Abril de 1982 con el RI 25, siendo desplegado con la Ca I “C” del Regimiento en la localidad de Darwin.

Durante la guerra de Malvinas, el teniente Roberto Estévez estaba posicionado en con sus hombres en Pradera del Ganso, cuando recibió la orden de atacar la Colinas de Boca House.

Considerando Estévez que aquella era una misión sin retorno, agradeció a su superior la oportunidad que le daba de llevar acabo esta misión. Arengó su tropa y al frente de ella se dirigió al objetivo bajo un intenso fuego de artillería, llegando al mismo en la madrugada siguiente.

- "Teniente Estévez, como último esfuerzo posible, para evitar la caída de la Posición Darwin-Goose Green, su Sección contraatacará en dirección NO, para aliviar la presión del enemigo sobre la Compañía "A", del Regimiento 12 de Infantería. Tratará de recomponer, a toda costa la primera línea. Sé que la misión que le imparto sobrepasa sus posibilidades, pero no me queda otro camino".

Luego, lo despidió con un fuerte abrazo. La difícil y crítica situación no le permitió agregarle ningún otro tipo de detalle a la orden; además, tratándose de Estévez, eran innecesarios.

-"Soldados, en nuestras capacidades están las posibilidades para ejecutar este esfuerzo final, y tratar de recomponer esta difícil situación. Estoy seguro de que el desempeño de todos será acorde a la calidad humana de cada uno de ustedes y a la preparación militar de que disponen" ...así fue la rápida arenga de Estévez.

Finalmente, todos los integrantes de la fracción, escucharon la mejor y más hermosa orden que puede dar un Jefe: "Seguirme!". Pronto estarían inmersos en el combate.

- "Para la Sección, sobre las fracciones enemigas que se encuentran detrás del montículo, ¡fuego! Artilleros, sobre el lugar, deriva 20 grados, alza 400 metros, ¡fuego! Esté atento Cabo Castro, en dirección a su flanco derecho, puede surgir alguna nueva amenaza..." -diversas órdenes se entrecruzaban en medio del fragor y la ferocidad de la lucha; finalmente, se logra bloquear el avance, y aliviar en parte la presión ejercida por los ingleses.

- Cabo Castro, me hirieron en la pierna, pero no se preocupe, continuaré reglando el tiro de la artillería -gritó, sin titubear, el Teniente Estévez.

- Enfermero, ¡rápido, atienda al Teniente! -ordenó Castro, con un grito.

- Me pegaron de nuevo, esta vez en el hombro. Cabo Castro no abandone el equipo de comunicaciones y continúe dirigiendo el fuego de artillería...- fue su última orden; un certero impacto en la cara, quizás de un tirador especial, lo desplomó sin vida.

- "Soldados, el Teniente está muerto, me hago cargo" - gritó Castro y continuó con la misión ordenada, hasta que fue alcanzado por una ráfaga de proyectiles trazantes, que llegaron a quemar su cuerpo."

- "Camaradas, me hago cargo del mando de la Sección, nadie se mueve de su puesto, economicen la munición, apunten bien a los blancos que aparezcan". - el Soldado Fabricio Carrascul, llevado por el ejemplo heroico de sus Jefes que yacen inermes en el glorioso campo de la guerra, impartió con firmeza su primera orden.

- Los ingleses se repliegan, bien, los hemos detenido y los obligamos a retirarse. ¡Viva la Patria! - gritó con alegría, Carrascul, al ver la maniobra inglesa. En ese momento, un preciso disparo, quizás del mismo tirador especial que eliminó a sus Jefes, le quitó la vida.

Sin Jefes, agotadas las municiones y transportando sus muertos y heridos, la veterana y gloriosa Primera Sección de Tiradores Especiales se retiró hacia sus posiciones iniciales, habiendo cumplido con la Misión.

El teniente Estévez dejó a sus padres esta conmovedora carta:

Querido papá:

Cuando recibas esta carta yo ya estaré rindiendo mis acciones a Dios Nuestro Señor. Él, que sabe lo que hace, así lo ha dispuesto: que muera en cumplimiento de la misión. Pero fijate vos ¡que misión! ¿ Te acordás cuando era chico y hacía planes, diseñaba vehículos y armas, todo destinado a recuperar la islas Malvinas y restaurar en ellas Nuestra Soberanía? Dios, que es un Padre Generoso, ha querido que éste, tu hijo, totalmente carente de méritos, viva esta experiencia única y deje su vida en ofrenda a Nuestra Patria.

Lo único que a todos quiero pedirles es:

1) Que restaures una sincera unidad en la familia bajo la Cruz de Cristo.
2) Que me recuerden con alegría y no que mi evocación sea apertura a la tristeza, y muy importante,
3) Que recen por mi.

Papá, hay cosas que, en un día cualquiera no se dicen entre hombres pero que hoy debo decírtelas. Gracias por tenerte como modelo de bien nacido, gracias por creer en el honor, gracias por tu apellido, gracias por ser católico, argentino e hijo de sangre española, gracias por ser soldado, gracias a Dios por ser como soy y que es el fruto de ese hogar en que vos sos el pilar.

Hasta el reencuentro, si Dios lo permite.

Un fuerte abrazo. Dios y Patria ¡ O muerte ! Roberto.

jueves, 2 de mayo de 2019

Los SuEs hunden al Sheffield

Los Super Etendards hunden al "Sheffield"

Weapons and Warfare





A última hora de la mañana del martes (4º), el grupo de batalla de portaaviones estaba a 70 millas al sureste de Puerto Argentino. Conscientes de la amenaza de Exocet, las fragatas "Brilliant" y "Broadsword" con sus sistemas de defensa de punto Sea Wolf se mantuvieron cerca de los portaaviones. Cerca de ellos había una pantalla de tres RFA, más una segunda de "Glamorgan" y tres fragatas más, y luego veinte millas más adelante, las tres Tipo 42, incluyendo "Sheffield" con sus Sea Darts de gran altitud. Finalmente hacia las Malvinas, los Sea Harriers del No. 801 volaban CAP y en este momento investigaron una serie de posibles contactos aéreos. Antes de eso, un Neptune del COAN había recogido los barcos desde su radar y dos Super Etendards de 2 Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque despegaron de Rio Grande, cada uno armado con un Exocet AM. 39. Reabastecidos por un Hércules del Grupo 1, volaron a baja altitud, aparecieron para un chequeo de radar y lanzaron el misil de 20 a 30 millas. Es posible que uno de los Exocet se haya perdido en la "Yarmouth", pero el otro se acercó con casi ninguna advertencia al "Sheffield" poco después de las 11:00 am. Al atacar en medio del barco, la ojiva no explotó, pero el impacto y el combustible no utilizado provocaron incendios incontrolables.

Con "Sheffield" muy dañado y con poca potencia, la fragata "Arrow" pronto se unió para ayudar y "Yarmouth" estuvo a su lado. La tripulación del capitán Salt luchó galantemente para salvar su barco, pero con 20 hombres muertos, se dio la orden de abandonar el barco esa tarde. Con los heridos ya a bordo de "Hermes", "Flecha" se llevó a la mayoría de los 260 sobrevivientes. "Sheffield" estuvo a la deriva durante cuatro días hasta que "Yarmouth" recibió la orden de alejarla de la TEZ. Arrastrada por el domingo, "SHEFFIELD" finalmente se hundió al día siguiente, no a muchas millas de donde fue golpeada. Los sobrevivientes regresaron más tarde a la Ascensión en el petrolero "British Esk".

El uso por parte de Argentina del Super Étendard y el misil Exocet durante la Guerra de las Malvinas de 1982 llevó a la aeronave a ganar un considerable reconocimiento popular.

La aviación naval argentina decidió comprar 14 Super Étendards en 1980, después de que Estados Unidos impusiera un embargo de armas, debido a la Guerra Sucia, y se negó a suministrar piezas de repuesto para sus aviones Skyhawks A-4Q. Entre agosto y noviembre de 1981, cinco Super Étendards y cinco Exocets fueron enviados a Argentina. Los Super Étendards, armados con misiles antibuque Exocet, jugarían un papel clave en la Guerra de las Malvinas entre Argentina y el Reino Unido en 1982. El escuadrón estaba estacionado en una base aérea en el Río Grande; durante el conflicto, la amenaza planteada a las fuerzas navales británicas condujo a la planificación de la Operación Mikado y otras misiones de infiltración propuestas para atacar la base aérea, con el objetivo de destruir a los Super Étendards para evitar su uso.

El 2 de mayo de 1982 se realizó un primer intento de atacar a la flota británica, pero se abandonó debido a problemas de reabastecimiento de combustible. El 4 de mayo, dos Super Étendards, guiados por un Lockheed P-2 Neptune, lanzaron un Exocet cada uno contra el destructor británico HMS Sheffield, con un solo misil que golpeó a Sheffield. El 25 de mayo, otro ataque de dos Super Étendards provocó que dos misiles alcanzaran el barco mercante Atlantic Conveyor, que llevaba varios helicópteros y otros suministros a la línea del frente. Los Exocets que golpearon el Transportador del Atlántico habían sido redirigidos inadvertidamente por las astillas desplegadas como medida defensiva por otros barcos; tanto Sheffield como Atlantic Conveyor se hundieron como resultado de los ataques de Exocet.

El quinto misil fue lanzado en un ataque destinado a atacar al portaaviones británico HMS Invincible.

Tras el final del conflicto, en 1984, Argentina había podido completar la entrega de los 14 Super Étendards encargados, así como varios Exocets con los que armarlos. Los Super Étendards realizaron las calificaciones en el portaaviones ARA 25 de Mayo hasta el retiro final del barco. Desde 1993, los pilotos argentinos han practicado a bordo del portaaviones de la marina brasileña vecina, São Paulo. Los ejercicios de aterrizaje con movimientos rápidos también fueron comunes en los portaaviones de la Armada de los EE. UU. durante las maniobras y ejercicios conjuntos de Gringo-Gaucho.

En 2009, se firmó un acuerdo entre Argentina y Francia para mejorar la flota restante de Super Étendards de Argentina. Una propuesta anterior para adquirir los antiguos Super Étendards navales franceses fue rechazada debido a los altos niveles de horas de vuelo acumuladas; en su lugar, se retiraron los equipos y el hardware de las estructuras aéreas francesas retiradas y se instalaron en aviones argentinos, actualizándolos de manera efectiva al estándar Super Étendard Modernisé (SEM). A partir de 2012, 11 Super Étendards permanecerán en servicio con Argentina.

martes, 30 de abril de 2019

Cómo afectará el Brexit a los fucking kelpers

Cómo afectará el Brexit a la situación de las Islas Malvinas y los territorios de ultramar del Reino Unido 

Tres especialistas discutieron los posibles efectos que la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea pueda tener en el archipiélago ubicado en Sudamérica y que Argentina reclama desde 1833 y por el cual ambos países pelearon una corta y brutal guerra en 1982


Por Germán Padinger |  Infobae
gpadinger@infobae.com



 
Federico Gómez, Juan Alberto Rial y Andrea Oelsner, junto al moderador del panel Tomás Balbino (Universidad de la Defensa Nacional)

¿Cómo puede afectar la salida británica de la Unión Europea (UE) a la situación de los territorios de ultramar del Reino Unido, especialmente a las islas Malvinas dado el histórico reclamo argentino? ¿Qué cambios pueden preverse en las negociaciones entre Londres y Buenos Aires por la soberanía del archipiélago? ¿Cómo alteraría este "Brexit" a la cooperación en seguridad a nivel europeo y global?

Estas son algunas de las preguntas que han surgido en los últimos años sobre la situación del archipiélago malvinense desde que el Reino Unido aprobara en un referéndum de 2016 la salida del bloque, y que fueron tratadas el jueves en un panel de especialistas argentinos en la Universidad de la Defensa Nacional, en Buenos Aires.

Los territorios de ultramar son los vestigios del imperio, y el Imperio Británico fue uno de los emprendimientos más ambiciosos y que más orgullo ha generando en los británicos pero sobre todo en los ingleses

Si lo que vino después de aquel referéndum, las negociaciones entre Londres y Bruselas, las divisiones internas en el Reino Unido, el auge de una nacionalismo casi populista frente a un europeísmo golpeado, se transitó en medio del caos y la incertidumbre y el plazo para el Brexit -29 de marzo- tuvo que ser extendido hasta el 31 de octubre, también el futuro de las Islas Malvinas, ocupadas por Gran Bretaña desde 1833 y reclamadas por Argentina desde entonces, presenta fuertes dudas.

Las Islas Malvinas, por las que Gran Bretaña y Argentina pelearon una corta pero brutal guerra en 1982 de enormes efectos políticos y diplomáticos, es uno de los 14 territorios de ultramar del Reino Unido, que no forman parte de esta unión entre Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte sino que más bien constituyen una pertenencia de la corona británica. De esta manera, nunca ingresaron formalmente a la UE, aunque gozaron en parte de los beneficios de esta sociedad, especialmente en lo económico.

 
Oelsner destacó una oportunidad y una amenaza para el reclamo argentino (Universidad de la Defensa Nacional)

"Los territorios de ultramar son los vestigios del imperio, y el Imperio Británico fue uno de los emprendimientos más ambiciosos y que más orgullo ha generando en los británicos, pero sobre todo en los ingleses. Esto nos va a decir algo sobre cómo va a ser la actitud británica y sobre todo inglesa, post Brexit", consideró Andrea Oelsner, doctora en Relaciones Internacionales por la London School of Economics y profesora en la Universidad de San Andrés.

"El mantenimiento de todos los territorios de ultramar es costoso, en términos políticos y económicos", agregó Oelsner, destacando las responsabilidades de hacer frente tanto a los trabajos de reconstrucción tras desastres naturales en algunas dependencias en el caribe como Anguilla y las Islas Vírgenes británicas, como a las necesidades militares y de defensa en Malvinas y Gibraltar o tener que lidiar con los escándalos provocados por paraísos fiscales en sitios como las Islas Caimán.

"El Brexit encarece el mantenimiento. Las pequeñas islas del Caribe dependen en gran medida de programas de ayuda de la Unión Europea. Después del Brexit no habrá derecho a esta ayuda", indicó la especialista, becaria Jean Monnet Fellow en el Instituto Universitario Europeo (IUE-Florencia) y ex profesora investigadora en el departamento de Política y Relaciones Internacionales de la Universidad de Aberdeen, en Escocia.



"Malvinas es mucho menos dependiente de esta ayuda, pero el problema principal que trae el Brexit es el comercio. El 80% de sus exportaciones van a España, y un poco menos de la mitad de las importaciones son europeas", indicó Oelsner, recordando que gracias a la actual pertenencia del Reino Unido en la UE el archipiélago goza de acuerdos para comerciar con el bloque sin tarifas. "Esto podría significar que una negociación con Argentina podría ser más fácil, que Gran Bretaña estaría más inclinada a negociar", agregó.

Pero por otro lado, Oelsner consideró que el triunfo del Brexit ha marcado un movimiento hacia la derecha de la sociedad británica, fenómeno que además tienen un fuerte componente inglés, ya que en Escocia, Irlanda del Norte y Gales el voto en el referéndum fue en su mayoría en contra del Brexit.

"El Brexit es una victoria de la derecha nacionalista, pero este nacionalismo no es británico, es inglés, y nace en la época del Imperio. El Brexit debilita al Reino Unido, pero potencia el nacionalismo inglés. En este contexto, la negociación puede ser más difícil. Yo no veo un escenario demasiado positivo en el corto plazo para Argentina", concluyó.

"En Malvinas están muy preocupados por el Brexit y lo que pueda llegar a pasar", consideró Federico Martín Gómez, Licenciado en Ciencia Política y Relaciones Internacionales y Secretario del Departamento de Islas Malvinas, Antártida e Islas del Atlántico Sur del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de La Plata (IRI-UNLP). "Desde hace al menos cuatro años hay un proceso de construcción de empoderamiento político, incentivado desde Londres, que tiene como objetivo preparar a la sociedad en las islas para el desafío que significa el Brexit".



 
Argentina y el Reino Unido pelearon una intensa guerra en 1982. En la foto el Monte Longdon, donde se libró una brutal batalla entre el 11 y 12 de junio de ese año

"Las Islas Malvinas no están esperando que el Brexit llegue, ya están implementando políticas públicas para enfrentar las consecuencias potenciales", señaló. Al respecto, desde el 21 de septiembre de 2018 está disponible un video en el que el gobierno de las Islas Malvinas plantea precisamente algunos de estos desafíos y sus propuestas para sortearlos.

En este sentido, Juan Alberto Rial, Magíster en Relaciones Internacionales y coordinador del Departamento de Seguridad Internacional y Defensa del IRI-UNLP, también destacó que un "Brexit desordenado", como se conoce a la posibilidad de que la salida del Reino Unido de la UE se haga sin un acuerdo, sería beneficioso para la postura argentina.

El Brexit desordenado sería más funcional a los intereses argentinos porque se prevé que el efecto económico en el Reino Unido podría llegar a implicar una contracción del 10% de su PBI, y los costos de mantener una base de la magnitud de Mount Pleasant serían más difíciles de afrontar

El acuerdo preliminar alcanzado por Londres y Bruselas para regular la nueva relación resultante entre en el Reino Unido y la UE fue rechazado tres veces en el parlamento británico, y esta incapacidad de ordenar la salida está detrás de una serie de postergaciones a la fecha final para el Brexit que han incluso alimentado la idea de un segundo referéndum.

"El Brexit desordenado sería más funcional a los intereses argentinos porque se prevé que el efecto económico en el Reino Unido podría llegar a implicar una contracción del 10% de su PBI, y los costos de mantener una base de la magnitud de Mount Pleasant serían más difíciles de afrontar", explicó, recordando también que la presencia de una "potencia extrahemisférica" en Malvinas es un desafío para toda la región.

domingo, 28 de abril de 2019

LUT8 Canal Malvinas que transmitió en Puerto Argentino durante el conflicto

Guerra de Malvinas: 40 televisores en cuotas, el increíble plan de la Junta militar para "conquistar el corazón de los isleños"

LUT8 Canal Malvinas fue uno de los intentos más extraños de los militares para seducir a los pobladores locales durante el conflicto de 1982. La emisora que funcionó en las islas hasta poco antes de terminada la guerra transmitió el noticiero oficial "60 minutos" con José Gómez Fuentes, el especial "24 horas por Malvinas" conducido por Pinky y Cacho Fontana, y los programas cómicos de Porcel


Por Ignacio Montes de Oca | Infobae


 
La junta militar decidió instalar un canal de tevé en Malvinas para seducir a los isleños

El 3 de abril de 1982 se organizó una reunión de empleados en el estudio Nº 6 de Argentina Televisora Color, dentro del imponente complejo construido por los militares para el Mundial de Fútbol que Argentina había organizado en 1978.

Ese día, el General Antonio Llamas, el militar a cargo de la Secretaría de Información Pública Argentina, dio un encendido discurso a los empleados de la emisora. Les dijo que Canal 7 y sus trabajadores tendrían un papel importante dentro de los planes argentinos para "conquistar los corazones y mentes de los malvinenses".

El General les pidió que formularan en el menor tiempo posible un plan para montar un canal de televisión en Malvinas.

Tras algunos debates, los técnicos del canal recomendaron llevar a Malvinas un transmisor de 100 vatios con su antena (suficiente para cubrir la mayor parte de las islas), una cassettera U-Matic, una cámara portátil y algunas luces y micrófonos.

Pocos días después del 2 de abril llegaron a las islas los empleados de ATC con los equipos para armar la emisora de TV.

Instalaron sus dispositivos en el edificio de radio local. La mayor parte de los aparatos fueron donados por la Gobernación Militar de la provincia de Misiones.

Sin embargo, la cuestión principal era tener alguien que viera la señal en Malvinas porque en las islas no había casi ningún aparato de TV y los pocos aparatos existentes estaban encadenados a algunas videograbadoras que, de tanto en tanto, servían para ver alguna película llegada a las islas Malvinas en los barcos o aviones que las visitaban.

La Secretaría de Información obtuvo los permisos correspondientes para enviar 40 televisores hacia Puerto Argentino.

Aunque las prioridades de la guerra eran otras, el avión de la Fuerza Aérea Argentina recibió la orden de darle preferencia a la voluminosa carga de aparatos marca Zenith y Phillips que la gobernación usaría para intentar seducir a los malvinenses.

 
La asunción del nuevo gobernador de la islas, Mario Benjamín Menéndez, fue la primera transmisión, aunque solo se emitió el sonido de la ceremonia (foto del archivo del general Menéndez)

El siguiente problema era lograr que los isleños adquirieran los aparatos. Inicialmente se pensó en regalarlos, pero con buen criterio un funcionario observó que los isleños no aceptarían "dádivas" de los argentinos.

Finalmente se decidió vender cada televisión por 100 libras a pagar en cuotas mensuales de 10 libras más un anticipo de 20 libras al recibir el aparato. Dos civiles, Everto Caballero (el encargado de la oficina telecomunicaciones) y Ernesto Dalmau (técnico de la flamante sucursal de Radio Nacional) se encargaron de visitar las casas de los habitantes para convencerlos.

Una semana más tarde, habían logrado colocar la totalidad del stock de televisores.

-Nosotros sabíamos que solo debíamos pagar las primeras cuotas ya que pronto los argentinos se irían y el precio final del aparato sería más que razonable – cuenta Verónica Fowler, una maestra británica afincada en Malvinas.

El entonces soldado conscripto Roberto Rubén Rada, recuerda haber bajado los televisores de aviones que llegaron a las islas al inicio del conflicto. Cómo él, muchos soldados se preguntaron que tenían que ver aquellos televisores con el inminente conflicto que se estaba por desatar.

-¿De donde sacaron los argentinos que nos interesaba tener televisión? Queríamos que se fueran de vuelta al continente – recuerda un malvinense que en esos años rehusó aceptar la compra del aparato.

 
Finalizada la guerra, general Menéndez se quejó de los programas de tevé que se habían emitido en el canal argentino: dijo que él hubiera preferido que les enviaran conciertos de música clásica o folklore para “que no pensaran que éramos indios con plumas”.

Los técnicos a cargo de operar la estación del Canal 7 de Malvinas fueron Fernando Monetti y Eduardo Oderigo, dos empleados de ATC que se ofrecieron como voluntarios para viajar a la zona de conflicto.

Monetti se encargó de instalar la central de televisión en un local que anteriormente había pertenecido a la radio local Falklands Islands Broadcasting Service. Luego de un tiempo, Monetti fue reemplazado por Oderigo.

La primera emisión de prueba fue el 7 de abril cuando se transmitió la asunción del gobernador militar Mario Benjamín Menéndez, aunque solo se emitió el sonido de la ceremonia.

La emisión de Canal 7 Puerto Argentino se inició el 13 de abril de 1982 a las 18 horas. La transmisión comenzó desde ese día invariablemente con una imagen del Escudo Nacional y la música del himno argentino.

 
José Gómez Fuentes en el noticiero de ATC, “60 Minutos”

Luego, comenzaba el noticiero "24 Hours". Era un noticiario dirigido por dos personas que se dirigían a ellos hablando uno en castellano y luego el otro en inglés.

El que hablaba en castellano era Norman Carlos Powell, un argentino descendiente de ingleses que llegó a las islas el 5 de abril y que también hacia el informativo en la repetidora de Radio Nacional que se puso en funcionamiento en esos días.

En las emisiones de TV y junto a Powell, estaba el malvinense Patrick Watts, locutor de la radio local, quien encontró el modo de protestar cada vez que alteraba sutilmente el sentido de las noticias o corregir la sintaxis de Powell cuando el argentino hablaba en inglés. O cada vez que usaba términos rebuscados para no usar denominaciones argentinas de las islas y sus accidentes geográficos.

La transmisión de Canal 7 en Malvinas fue parte esencial de la propaganda argentina en las islas. Es recordado entre los malvinenses por las cuantiosas pérdidas británicas anunciadas en cada boletín, que contrastaban con la propaganda de la Radio BBC de Londres, en donde las pérdidas inglesas eran bajadas al mínimo y las argentinas aumentadas a niveles catastróficos.

 
Pinky y Cacho Fontana en las 24 horas por Malvinas

Al principio, en las 6 horas de transmisión del canal, de 18 a 24 horas y además del noticiero de Powell y Watts, se proyectaban programas populares de Buenos Aires como "La peluquería de Don Mateo" y "Polémica en el Bar". Luego se pasaban lo que algunos isleños recuerdan como "aparentemente infinitas cantidades de historietas de Tom y Jerry".

El General Menéndez dijo después de la guerra que él hubiera preferido que les enviaran conciertos de música clásica o folklore para "que no pensaran que (los argentinos) éramos indios con plumas".

Los partidos de fútbol fueron los que contaron con mayor audiencia, según recuerda el improvisado conductor televisivo de las islas, Patrick Watts, aun cuando se repetían una y otra vez el mismo encuentro.

Cuando llegó el mes de mayo, el noticiero bilingüe local fue reemplazado con una emisión del programa "60 Minutos" que conducía el periodista José Gómez Fuentes.

El comodoro Carlos Bloomer Reeve fue Secretario de la gobernación de Menéndez. Hoy retirado, recuerda el problema de los contenidos de las transmisiones:

-Lo que pasa que desde Argentina nos faltó el impulso de mantener programas. De Buenos Aires no venían programas que fueran de interés. Los malvinenses venía un partido de fútbol y había que verlos 5 o 6 veces. O alguna audición de algún cómico argentino que hablaba castellano y que no hablaba inglés y la gente se aburría de verlo. Pero eso fue lo único que se regaló… no se regaló – se corrige – se vendió para mantenerlos con su amor propio todavía activado.

 
El canal transmitía en inglés y en español

Entre las transmisiones memorables del canal que pudieron verse en Malvinas, estaba un resumen del festival "Las 24 horas de las Malvinas Argentinas" que se emitió el canal 7 de Buenos Aires el 9 de mayo de 1982 . Fue conducido por los populares conductores "Cacho" Fontana y Raquel "Pinky" Satragno.

Los militares a cargo del canal prepararon instantes de gran dramatismo dentro de la emisión para exaltar el espíritu bélico en la población. Ejemplo de esto fue el momento en que la viuda del capitán Giacchino, único oficial muerto el 2 de abril, donó frente a cámaras el cuchillo y la insignia que había llevado su difunto marido al morir.

Algunos malvinenses, recuerdan con particular irritación esa transmisión que según dicen les sirvió más para profundizar su inquietud que para estimular su afecto por la Argentina.

A modo de los modernos teletónes, numerosos artistas argentinos animaron el programa con cantos y actuaciones mientras los conductores relataban las inmensas cantidades de donaciones que eran acercadas por personas y empresas al canal.

Aunque el programa duró 24 horas, las donaciones se siguieron recibiendo en diferentes puntos del país por el resto de la guerra.

 
Un artículo periodístico informó sobre el daño de la antena de la emisora de tevé en las islas

El día de la rendición, se habían recaudado 570 millones de pesos argentinos y 38 millones de dólares. Además, habría que contabilizar numerosas cantidades de alimentos, medicamentos, obras de arte, joyas e indumentaria cuyo valor hasta el presente no fue aclarado.

Con el fin de las hostilidades, el producto del Festival fue repartido entre las Fuerzas Armadas y el Ministerio de Defensa y el resto fue colocado en un fondo que sirvió para asistir a los ex combatientes y sus familiares. Oficialmente, se recaudaron unos 300 billones de pesos argentinos; 4 billones fueron a para la gobernación de las islas. Cada una de las tres fuerzas retiró 83,4 billones. El resto, es decir, 45,9 billones, se destinó a la asistencia de los veteranos y sus familiares en la posguerra.

Una parte de los bienes recaudados fue rapiñada por civiles y militares mas interesados en hacer negocios que en ganar guerras. Es así como parte de las donaciones fueron desviadas al mercado.

En su momento fue famosa la historia de un niño que luego de comprar un chocolate en una localidad patagónica tras la guerra, encontró dentro del envoltorio una carta dirigida a un soldado en Malvinas. Algunos se justificaron diciendo que no había modo de hacer llegar la carga de donaciones a las islas. Otros, solo se escudaron en la tradición argentina de sacar partido cada vez que se presenta la ocasión. Lo cierto es que los conscriptos se quedaron esperando las inmensas cantidades de comida que les prometían desde el continente, mientras hurgaban en las raciones siempre escasas e intentaban abrigarse a la espera de esas miles de bufandas que se tejían ante las cámaras de los canales del continente.

Vamos a un corte

A medida que la guerra fue ganando en intensidad, la propaganda argentina en Malvinas se hizo menos sutil. La pantalla de Canal 7 Puerto Argentino fue ganando en anuncios triunfalistas mientras los pobladores locales observaban como recrudecían los ataques contra las posiciones argentinas.

Y en esas emisiones, comenzaron a aparecer advertencias de los militares acerca del uso de radios para pasar información al enemigo y sobre las consecuencias de asistir a infiltrados llegados desde la flota adversaria.

 
Las transmisiones del canal de Malvinas se interrumpieron poco antes de la rendición argentina

Para matizar, el conductor de LUT8 anunciaba enormes cantidades de aviones británicos abatidos, decenas de buques hundidos y averiados o pasaba revista de las poderosas defensas que protegerían a las islas de un desembarco.

John Smith es un malvinense que publicó tras la guerra su diario personal con sus vivencias del conflicto. El 7 de mayo apuntó en su diario que por la noche, luego de un ataque al aeropuerto de la capital, se emitió una película cómica tras el noticiero. "El noticiero, pienso, fue la mejor comedia", anotó ese día Smith.

Las transmisiones del canal de Malvinas se interrumpieron poco antes de la rendición argentina.

La antena de la estación fue dañada por un proyectil y, a causa de los bombardeos, en las horas de transmisión los malvinenses no pasaban la mayor parte del tiempo frente a la televisión sino refugiados en los sótanos de sus casas.

Eduardo Oderigo, el técnico de ATC, escapó de Malvinas en el último avión Hércules argentino que partió de las islas. Dejó abandonadas las instalaciones y el cartel de Canal 7, que hoy es exhibido en el Museo de Puerto Argentino.

Los malvinenses que habían comprado los televisores argentinos, quedaron debiendo 70 libras cada uno. Pero nadie les reclamó por la deuda.

Solo un cártel de recuerdo

Hoy, es casi imposible encontrar alguna de las viejas televisiones vendidas por los argentinos, salvo alguno de los ejemplares guardados en el museo local.

El sistema de transmisión llevado por los argentinos resultó ser incompatible con el que luego trajeron los ingleses desde la metrópoli.

En el museo de las islas se exhibe el cartel que fuera colocado en la puerta del canal. Dicen que hubo que rescatarlo de un poblador que quiso conservarlo como trofeo de guerra.

Verónica Fowler recuerda que apenas pudieron reemplazar aquellos aparatos por ser incompatibles con las normas británicas, los pobladores locales los destruyeron. Algunos los destrozaron con hachas y otros les dispararon una y otra vez como si fueran los soldados argentinos a los que nunca se atrevieron a enfrentar.

Tanta saña podría explicarse con la necesidad de dejar atrás la prueba que ellos también se abandonaron a la tentación de sentarse a ver la televisión en sus casa como lo hacían la mayoría de los ciudadanos del mundo, aunque ello significara permitir que entrara en sus hogares algo que provenía los militares argentinos que tanto dijeron odiar.

viernes, 26 de abril de 2019

¿Falklands o Malvinas? Un resumen ruso de la guerra

¿Falkland o Malvina? La guerra anglo-argentina comenzó hace treinta y tres años.

Top War (en ruso)


A pesar del hecho de que la mayoría de las colonias asiáticas, africanas, americanas y oceánicas de las potencias europeas y de los Estados Unidos obtuvieron la independencia política durante el siglo veinte, es prematuro hablar de la salida final de la era colonial. Y ni siquiera es el hecho de que los países occidentales prácticamente controlen completamente la economía y la política en muchas posesiones coloniales anteriores. Hasta ahora, la misma Gran Bretaña tiene posesiones coloniales pequeñas, pero estratégicamente importantes, en todas partes del mundo. Una de estas propiedades, ubicadas a miles de kilómetros del propio Reino Unido, son las Islas Falkland. Desde que comenzó la colonización de estas pequeñas islas frente a las costas de la Argentina actual en 1765, han sido un territorio en disputa.

Territorio en disputa

Toda la historia de las Islas Falkland en el Nuevo y el Nuevo Tiempo es la historia de una gran disputa entre los británicos y los españoles (que más tarde cambiaron los argentinos) sobre quién tiene realmente el derecho prioritario de poseer las islas de importancia estratégica. Los británicos creen que las islas fueron descubiertas en los años 1591-1592. El navegante británico John Davis, quien sirvió como capitán de la nave en la expedición del famoso explorador y corsario británico Thomas Cavendish. Sin embargo, los españoles afirman que la isla fue descubierta por los navegantes españoles. Antes de la colonización por los europeos, las Malvinas estaban deshabitadas. En 1764, el navegante francés Louis Antoine de Bougainville llegó a la isla, quien creó el primer asentamiento en la isla de East Falkland - Port Saint-Louis. Sin embargo, en enero de 1765, el navegante británico John Byron, que aterrizó en la isla de Saunders, lo declaró territorio de la corona británica. En 1766 se fundó allí un asentamiento británico. Sin embargo, España, habiendo adquirido un asentamiento francés en las Malvinas de Bougainville, no iba a soportar la presencia de los británicos en las islas.



Cabe señalar aquí que la disputa entre los españoles (argentinos) y los británicos sobre la cuestión de la propiedad de las islas también se refleja en el plano toponímico. Los británicos llaman a las Islas Malvinas, después del Paso de las Malvinas entre las dos islas principales. En 1690, este estrecho fue nombrado después del vizconde de Falkland Anthony Carey. Los españoles, y luego los argentinos, usan el nombre de Malvinas para designar las islas, elevándolas al nombre francés que el capitán Bougainville le dio a las islas en honor de los primeros colonos: los marineros bretones del puerto francés de Saint-Malo.

En 1767, un gobernador español fue designado para las Islas Malvinas, y en 1770 las tropas españolas atacaron un asentamiento británico y expulsaron a los británicos de la isla. Sin embargo, según el acuerdo entre España y Gran Bretaña, ya en 1771, los británicos recuperaron su asentamiento en Port Egmont. Así, a finales del siglo XVIII, Gran Bretaña y España continuaron reclamando la propiedad de las islas. Pero los británicos en 1776 fueron evacuados de las Falkland, ya que Londres antes de la Guerra de Independencia de Estados Unidos dejó muchas colonias en el extranjero, reuniendo fuerzas. Los españoles, a diferencia de los británicos, mantuvieron un asentamiento en las Islas Malvinas hasta 1811. El asentamiento español era parte del Vice-Reino de Río de la Plata.



En 1816, como resultado de la descolonización, el virreinato de Río de la Plata declaró su independencia y se convirtió en la Argentina soberana. Las Islas Malvinas fueron declaradas parte del territorio argentino. Sin embargo, de hecho, el joven gobierno argentino controló pobremente la situación en las Malvinas. En 1828, el empresario Louis Vernet fundó un asentamiento en la isla. Las islas eran de gran interés comercial para él, por lo que recibió el permiso del gobierno argentino para establecer un asentamiento aquí. Mientras tanto, las focas y los balleneros estadounidenses estaban pescando en las aguas costeras de las Islas Falkland. A Verne no le gustó mucho esto. Se consideraba a sí mismo el dueño soberano de las islas y reclamaba la producción monopolística de focas en las aguas territoriales de las Islas Falkland. La gente de Vernet se apoderó de varios barcos estadounidenses, lo que provocó una respuesta de los Estados Unidos. El buque de guerra estadounidense llegó a las Islas Falkland y detuvo a varios habitantes del asentamiento de Werne. Este último también abandonó la isla. En 1832, las autoridades argentinas intentaron recuperar el control de las islas y enviaron al gobernador allí, pero fue asesinado. El 2 de enero de 1833, los británicos, cuyo destacamento aterrizó en las islas, declararon sus reclamaciones a las Islas Malvinas. Pero solo el 10 de enero de 1834, la bandera de Gran Bretaña se alzó oficialmente por encima de las islas y se nombró un "oficial naval residente", cuyos poderes incluían la administración de las Malvinas. En 1842, el gobernador de las Islas Falkland fue introducido. Argentina, por supuesto, no reconoció la toma de las Islas Falkland por parte de los británicos y continuó considerándolas como su territorio y las llamó las Islas Malvinas. Durante casi dos siglos, los argentinos están muy preocupados por la presencia de los británicos en las islas. Sin embargo, viven en las Malvinas, en su mayoría descendientes de inmigrantes británicos, escoceses e irlandeses. Por lo tanto, las simpatías de la población local son más probables por parte de Gran Bretaña, y Londres está aprovechando esto con éxito, justificando su derecho a la propiedad de las islas.

De la Operación Antonio Rivero a la Operación Rosario.

Las disputas entre Gran Bretaña y Argentina sobre la propiedad de las islas han estado ocurriendo durante casi doscientos años. Pero hasta la segunda mitad del siglo XX, fueron de naturaleza diplomática y no llevaron a una oposición abierta a la potencia colonial más grande del mundo y uno de los estados más grandes de América Latina. Sin embargo, en la década de 1960, se hizo un intento por la invasión armada de argentinos en el territorio de las Islas Falkland, sin embargo, no fue emprendida por las fuerzas gubernamentales, sino por miembros de la organización nacionalista argentina Takuara. Los patriotas argentinos planearon aterrizar en las Malvinas y proclamar la creación del Estado Nacional Revolucionario Argentino en las islas. La operación, planeada por los nacionalistas, fue nombrada "Antonio Rivero", en honor al legendario revolucionario argentino, desde 1833, inmediatamente después de la toma de las islas por parte de los británicos, que se rebelaron contra los colonialistas. El primer intento del "aterrizaje revolucionario" en las islas fue la acción de Miguel Fitzgerald. Este patriota argentino de origen irlandés, el 8 de septiembre de 1964, voló a las islas en un avión privado, izó la bandera argentina y entregó un ultimátum al funcionario local, ordenando el regreso inmediato de las Islas Malvinas a Argentina. Naturalmente, no hubo respuesta de las autoridades británicas al acto Fitzgerald. En 1966, un grupo de activistas del movimiento de la Nueva Argentina, liderado por Dardo Cabo, secuestró un avión de Aerolíneas Argentinas y aterrizó en el aeropuerto de la capital de la isla, Stanley. Cerca de una treintena de personas que formaban parte del grupo de nacionalistas argentinos, anunciaron el regreso de las islas argentinas. Sin embargo, el intento de descolonización no tuvo éxito: los argentinos fueron deportados del territorio de las Islas Falkland por un destacamento de los infantes de marina británicos.

Sin embargo, los intentos infructuosos de reclamar los derechos de las Islas Malvinas no enfriaron a los argentinos que querían acabar con las huellas de la presencia colonial británica en la costa de su país de una vez por todas. En el mismo año de 1966, se organizó un submarino argentino "Santiago del Estero" a orillas de las Islas Malvinas. Formalmente, el submarino siguió la base naval de la flota argentina Mar del Plata, pero en realidad se le asignaron tareas completamente diferentes. A 40 kilómetros al sur de Puerto Stanley, seis fuerzas especiales argentinas de la unidad "Buzo Tactico" (un grupo de buzos tácticos de las fuerzas navales argentinas) fueron desembarcadas de un submarino. Dos grupos de tres combatientes, fuerzas especiales argentinas realizaron el reconocimiento de la zona para determinar los mejores lugares para un posible aterrizaje de una fuerza de asalto anfibio. Por lo tanto, el comando militar argentino no rechazó el posible escenario de poder de la reunificación de las Islas Falkland con la Argentina, aunque el liderazgo del país trató de resolver este problema por medios diplomáticos. Autoridades argentinas a lo largo de los años setenta. negoció el estado de las islas con el Reino Unido, a finales de la década, finalmente estancado. Además, el gobierno de Margaret Thatcher, que tenía una actitud negativa hacia la descolonización de las posesiones británicas, se estableció en Londres en 1979. Sin embargo, los cambios políticos tuvieron lugar en la propia Argentina, lo que contribuyó a agravar las contradicciones anglo-argentinas.



El 22 de diciembre de 1981, como resultado de un golpe militar, el teniente general Leopoldo Galtieri llegó al poder en Argentina. Leopoldo Fortuna Galtierí Castella (1926-2003), descendiente de inmigrantes italianos, de cincuenta y cinco años, hizo una carrera seria en el ejército argentino, comenzando el servicio de cadete en la academia militar a la edad de 17 años y en 1975 llegando al comandante del Cuerpo de Argentina. En 1980, se convirtió en comandante en jefe del ejército argentino, y un año más tarde tomó el poder en el país. El general Galtieri esperaba que con el regreso de las Islas Falkland a Argentina, ganaría popularidad entre la población del país y pasaría a la historia. Especialmente desde que llegó al poder, Galtieri visitó los Estados Unidos y fue bien recibido por Ronald Reagan. Esto convenció al general del apoyo de los Estados Unidos, que, en su opinión, desató las manos para el inicio de la operación de las Malvinas.

Como sucede a menudo en tales situaciones, el regreso de las Islas Falkland al comando militar argentino decidió comenzar con una provocación. El 19 de marzo de 1982, en la isla de Georgia del Sur, que estaba deshabitada, los trabajadores de la construcción argentinos desembarcaron en la cantidad de varias docenas de personas. Explicaron su llegada a la isla por la necesidad de demoler la antigua estación ballenera, después de lo cual levantaron la bandera argentina en la isla. Naturalmente, este truco no puede pasar desapercibido por la administración de las Islas Falkland. Los soldados de la guarnición británica intentaron deportar a los trabajadores de la isla, después de lo cual Argentina comenzó una operación militar.

El plan de desembarco para las Islas Falkland fue realizado por Jorge Anaya, de acuerdo con los planes de los cuales, después de los preparativos para el desembarco de las Fuerzas Especiales de la Armada Argentina, el 2 ° batallón de la Infantería de Marina debía desembarcarse en los transportes de personal blindados flotantes LTVP. Los marines debían lanzarse en paracaídas desde los barcos "Cabo San Antonio" y "Santísima Trinidad", y la cobertura de la operación se asignó a la conexión operativa "20", que incluía al portaaviones "Weintisinko de Mayo", cuatro destructores y otros buques. El comando de las Fuerzas Navales fue llevado a cabo por el Vicealmirante Juan Lombardo (nacido en 1927), quien participó en un ataque submarino en 1966. El comando directo del Cuerpo de Marines y las Fuerzas Especiales fue asignado al Contraalmirante Carlos Alberto Busser (1928-2012).

El 2 de abril de 1982, una operación comenzó a capturar las Islas Falkland. El desembarco de las tropas argentinas comenzó con un grupo de ocho nadadores de combate de las fuerzas especiales navales argentinas "Buzo tactical" del comando de las fuerzas submarinas navales que aterrizaron desde el submarino "Santa Fe" en la costa de la Bahía de York alrededor de las 4:30 pm del 2 de abril de 1982. Los comandos capturaron el faro y prepararon la costa para el desembarco del contingente principal del ejército argentino. Tras las fuerzas especiales en la costa desembarcaron hasta 600 infantes de marina. Las unidades argentinas lograron neutralizar rápidamente la resistencia de una compañía de marines reales británicos estacionados en las islas, con solo 70 soldados y oficiales, y un destacamento de 11 marineros. Sin embargo, durante la corta defensa de la isla, los británicos lograron matar al capitán de la Infantería de Marina argentina Pedro Giacino. Luego, el gobernador británico R. Hunt dio la orden a los infantes de marina de detener la resistencia, lo que ayudó a evitar víctimas humanas. Desde entonces, y durante los últimos treinta y tres años, el 2 de abril se celebra en Argentina como el Día de las Islas Malvinas, y se considera la fecha del inicio de la Guerra Anglo-argentina de las Malvinas en todo el mundo.


Combatientes de las fuerzas especiales navales argentinas "Buzos tácticos" en Puerto Argentino


El gobierno argentino anunció oficialmente la adhesión de las Islas Malvinas, que pasaron a llamarse Malvinas, a Argentina. El 7 de abril de 1982, se celebró la ceremonia de inauguración del Gobernador de las Islas Malvinas, que Galtieri nombró General Menendos. La capital de las islas Stanley pasó a llamarse Puerto Argentino. En cuanto al gobernador británico Hunt y varias docenas de infantes de marina británicos que sirvieron en la guarnición de Stanley, fueron evacuados a Uruguay. En general, el comando argentino, al no querer una guerra seria con Gran Bretaña, inicialmente buscó prescindir de víctimas humanas entre el personal militar del enemigo. Los comandos argentinos tenían la tarea de simplemente "exprimir" a los infantes de marina británicos del territorio de las islas, de ser posible sin usar armas para derrotar. Y, de hecho, la confiscación de las islas ocurrió virtualmente sin víctimas: el único muerto fue un oficial argentino que comandó una de las unidades de los marines.

Más bajas significativas siguieron en el curso de la operación para tomar la isla de Georgia del Sur. El 3 de abril, una fragata argentina "Gerrico" se acercó a la isla con 60 soldados y oficiales del 1er Batallón de Marines de la Armada Argentina a bordo. También participó en la operación del helicóptero argentino. Un destacamento de 23 infantes de marina británicos estaba estacionado en la isla de Georgia del Sur. Al darse cuenta de la aproximación de la fragata argentina, crearon una emboscada y cuando un helicóptero con un segundo grupo de paracaidistas apareció sobre la isla, los infantes de marina británicos la golpearon con un lanzagranadas. El helicóptero se quemó y dos argentinos resultaron heridos. Luego la isla fue despedida de una fragata "Gerrico", después de lo cual la guarnición británica de Georgia del Sur se rindió. Las pérdidas del lado británico durante la batalla por la isla ascendieron a un infante de marina ligeramente herido, del lado argentino murieron tres o cuatro soldados y siete resultaron heridos.

La reacción de Londres a los acontecimientos fue bastante esperada. Gran Bretaña no podía permitir la transferencia de las islas bajo el poder de Argentina, e incluso así, ensombreciendo la reputación de una gran potencia marítima. Como de costumbre, la necesidad de mantener el control sobre las Islas Falkland, fue declarada por el gobierno británico condicional a la seguridad de los ciudadanos británicos que viven en el archipiélago. La primera ministra británica, Margaret Thatcher, dijo: "Si las islas son conquistadas, sabría exactamente lo que hay que hacer, es necesario devolverlas". Después de todo, allí, en las islas, nuestra gente. Su lealtad y devoción a la reina y al país nunca han sido cuestionadas. Y como sucede a menudo en la política, la pregunta no era qué hacer, sino cómo hacerlo ".

Guerra anglo-argentina en el mar y en el aire.

Inmediatamente después del desembarco de las tropas argentinas en las Malvinas el 2 de abril de 1982, Gran Bretaña rompió relaciones diplomáticas con Argentina. Los depósitos argentinos en bancos del Reino Unido fueron congelados. La respuesta de Argentina fue una prohibición de pagos a los bancos británicos. Gran Bretaña envió a las costas de la Argentina, la Armada. El 5 de abril de 1982, un escuadrón del grupo operacional de la Armada británica, formado por 2 portaaviones, 7 destructores, 7 barcos de aterrizaje, 3 submarinos nucleares, 2 fragatas, abandonó British Portsmouth. El apoyo aéreo del escuadrón fue llevado a cabo por 40 bombarderos y 35 helicópteros de despegue vertical Harrier. Se suponía que el escuadrón entregaría un contingente de ocho mil soldados británicos a las Islas Malvinas.



En respuesta, Argentina comenzó a movilizar reservistas en las fuerzas armadas del país, y el aeropuerto de Puerto Argentino comenzó a prepararse para el mantenimiento de los aviones de las fuerzas aéreas argentinas. Respondió a lo que está pasando y al Consejo de Seguridad de la ONU. Ya el 3 de abril de 1982, se adoptó una resolución que pide una solución a la situación de conflicto a través de negociaciones pacíficas. La mayoría de los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU apoyaron la demanda de retiro de las unidades de las fuerzas armadas argentinas del territorio de las Islas Falkland.

La Unión Soviética se abstuvo. El único país representado en el Consejo de Seguridad de la ONU y que votó en contra de la resolución fue Panamá. La Unión Soviética tomó una postura pasiva sobre el conflicto anglo-argentino. Aunque Estados Unidos y Gran Bretaña temían que la URSS comenzara a suministrar armas a Argentina, aprovechando la situación actual para debilitar la posición de la coalición angloamericana en la política internacional, esto no sucedió. La Unión Soviética emprendió una guerra pesada y sangrienta en Afganistán y simplemente no llegó a la costa sudamericana. Además, ideológicamente, el régimen argentino del general Hasteri era ajeno al poder soviético y, en consecuencia, además del deseo de dañar a Gran Bretaña y Estados Unidos y debilitar la presencia naval británica en el Océano Atlántico, la URSS no tenía ninguna otra razón para apoyar a Argentina. En el caso de una posible participación indirecta de la Unión Soviética en el lado argentino, los Estados Unidos y Gran Bretaña desarrollaron un plan para debilitar la posición soviética, por ejemplo, Corea del Sur debía lanzar provocaciones contra la RPDC e Israel contra la resistencia palestina. Naturalmente, se asumió y la activación de los muyahidines, luchando contra el ejército soviético en Afganistán. Sin embargo, no fue necesario tomar medidas antisoviéticas de los líderes estadounidenses y británicos, la Unión Soviética y, por lo tanto, se distanció del conflicto de Falkland.


El enfrentamiento armado entre Gran Bretaña y Argentina se ha vuelto inevitable desde el desembarco de los marines argentinos en las Islas Falkland. El 7 de abril de 1982, el Reino Unido declaró el bloqueo de las Islas Falkland el 12 de abril y estableció una zona de 200 millas alrededor de las islas. Se impuso una prohibición a la permanencia en la zona de bloqueo de todos los buques y embarcaciones militares y comerciales de Argentina. Para implementar el bloqueo, se involucraron a los submarinos de la Armada británica, a cuyos comandantes se les encomendó la tarea de hundir cualquier embarcación argentina que intentara ingresar a la zona de 200 millas. La prohibición impuesta significativamente complicó la interacción de la guarnición argentina en las Malvinas con el comando militar en el continente. Por otro lado, el aeródromo de Stanley, ahora Puerto Argentino, no era adecuado para el servicio de aviones de combate. La Fuerza Aérea Argentina tuvo que actuar desde el territorio del continente, lo que también complicó su uso. Pero en las islas se concentró una gran agrupación de las fuerzas terrestres e infantes de marina argentinas, que suman más de 12 mil tropas e incluyó en su composición 4 regimientos de infantería (4º, 5º, 7º y 12º) ejército argentino, 1º El regimiento de los marines, las compañías 601 y 602 de especialidad, ingeniería y unidades auxiliares.

Aunque Ronald Reagan fue bien recibido en los Estados Unidos por el presidente general Galtieri, después del inicio del conflicto anglo-argentino, los Estados, como era de esperar, se pusieron del lado de Gran Bretaña. Sin embargo, el Pentágono dudó del éxito de la operación militar para regresar a las Islas Falkland y aconsejó a sus colegas británicos que se centren en las formas diplomáticas de devolver el territorio en disputa. Muchos políticos y generales británicos prominentes expresaron dudas sobre la efectividad de una solución militar a la disputa. La distancia colosal entre Gran Bretaña y Malvinas obligó a muchos líderes militares a dudar de la posibilidad de un suministro completo de tropas británicas y de enviar un contingente que pudiera hacer frente al ejército de un gran país de Argentina, que estaba muy cerca de las Islas Falkland.

Sin embargo, después de que el comando de la Armada británica convenció al Primer Ministro Thatcher de que la flota podía resolver la tarea de devolver a las Islas Malvinas, el Reino Unido encontró rápidamente aliados. El dictador chileno General Augusto Pinochet permitió el uso del territorio chileno para las acciones de los comandos británicos contra Argentina. Para su uso por la aviación británica fue proporcionada por la base militar estadounidense en la Isla Ascensión. Además, los aviones británicos despegaron de los portaaviones de la Armada británica. A la aviación naval se le asignó la tarea de apoyo aéreo para las unidades de los marines y las fuerzas terrestres que debían aterrizar en las Islas Falkland y llevar a cabo una operación en tierra con el objetivo de liberarlos de la ocupación argentina. El 25 de abril, las primeras unidades de las tropas británicas desembarcaron en la isla de Georgia del Sur, que se encuentra a una distancia considerable de las Islas Falkland. La guarnición argentina, estacionada en la isla, era inferior a las unidades británicas que habían aterrizado en números, entrenamiento y armas, y se había rendido. Así comenzó la operación de devolver las Islas Falkland bajo el control de la corona británica.

El 1 de mayo de 1982, la aviación naval británica y una flota bombardearon objetos de las fuerzas argentinas en Port Stanley. Al día siguiente, el submarino nuclear británico atacó y hundió el crucero de la Armada Argentina "General Belgrano". El ataque mató a 323 hombres de la marina argentina. Tales grandes pérdidas obligaron al comando naval argentino a abandonar la idea de utilizar la flota, muchas veces inferior a la de los británicos, y devolver los buques de la Armada Argentina a las bases. Después del 2 de mayo, la Armada Argentina ya no participó en la Guerra de las Malvinas, y el comando de las fuerzas armadas decidió confiar en la aviación, que los barcos británicos debían atacar desde el aire.

La fuerza aérea de Argentina en el momento de los eventos descritos tenía 200 aviones de combate, de los cuales unos 150 tomaron parte directa en las hostilidades. Los generales argentinos esperaban que el bombardeo aéreo de los barcos británicos causaría una gran pérdida de vidas y Londres ordenaría que los barcos regresaran. Pero aquí el comando de las fuerzas armadas argentinas sobreestimó las capacidades de sus aviones. La fuerza aérea argentina carecía de armas modernas. Por lo tanto, los misiles antiaéreos Exochet de fabricación francesa, que estaban equipados con aviones de ataque Super Etandar, la Fuerza Aérea Argentina solo tenía cinco. Sin embargo, también brindaron un beneficio significativo a las tropas argentinas, ya que uno de estos misiles dañó al nuevo destructor británico Sheffield, que se hundió. En cuanto a las bombas aéreas, Argentina también se quedó atrás: más de la mitad de las bombas fabricadas en Estados Unidos se dispararon en la década de 1950 y no eran adecuadas para su uso. Al entrar en los barcos británicos, no estaban desgarrados. Pero las Fuerzas Aéreas Argentinas, entre otros tipos de fuerzas armadas involucradas en la Guerra de las Malvinas, se mostraron a la cabeza. La habilidad de los pilotos de la Fuerza Aérea Argentina durante mucho tiempo le permitió al país mantener una defensa decente de las Islas Falkland, causando daños significativos a la flota británica. Teniendo en cuenta que la flota argentina demostró ser prácticamente ineficiente, y que las fuerzas terrestres tenían un bajo nivel de entrenamiento y que tampoco podían ofrecer una resistencia seria a las tropas británicas, la aviación durante todo el período inicial de la guerra siguió siendo la principal fuerza de ataque de Argentina en la batalla por las Malvinas.



Operación terrestres y el retorno de las Malvinas

En la noche del 15 de mayo de 1982, las fuerzas especiales británicas del legendario SAS destruyeron once aviones argentinos en un campo de aviación militar en Pebble Island. Preparativos para el desembarco en el inicio de Falkland de la 3ª Brigada de los Marines Reales de Gran Bretaña. En la bahía de San Carlos, la noche del 21 de mayo, las unidades de brigada comenzaron a desembarcar. La resistencia de la unidad argentina cercana fue aplastada rápidamente. Sin embargo, la aviación argentina atacó a los barcos británicos en la bahía. El 25 de mayo, el avión pilotado por el capitán de la aviación argentina, Roberto Kurilovich, logró hundir el misil Exoset por el transbordador británico Atlantic Conveyor, que llevaba helicópteros CH-47. El barco se hundió después de unos días. Sin embargo, esta pequeña victoria no pudo impedir el inicio de la operación en tierra de las tropas británicas. El 28 de mayo, el batallón del regimiento de paracaidistas logró aplastar la guarnición argentina en Darwin y Goose Green, capturando estos asentamientos. Las divisiones de la 3.ª Brigada de Infantería de Marina hicieron una marcha a pie hacia Puerto Stanley, en el área donde comenzó el desembarco de los barcos de las unidades de la 5.ª Brigada de Infantería de las Fuerzas Terrestres de Gran Bretaña. Sin embargo, el 8 de junio, la aviación argentina logró obtener una nueva victoria: dos barcos anfibios, que descargaron equipo militar y soldados británicos, fueron atacados desde el aire en Bluff Cove, lo que causó la muerte de 50 soldados británicos. Pero la posición del ejército argentino en Malvinas se volvió crítica. La 3ª Brigada de Infantería de Marina y la 5ª Brigada de Infantería de Gran Bretaña rodearon el área de Stanley, bloqueando las tropas argentinas allí.

En la noche del 12 de junio, la 3ª Brigada de Infantería de Marina británica atacó posiciones argentinas en Port Stanley. Por la mañana, los británicos lograron tomar las alturas de Mount Harriet, Two Sisters y Mount Longdon. En la noche del 14 de junio, las unidades de la Quinta Brigada de Infantería asaltaron las alturas de Mount Tumbledown, Mount William y Wireless Ridge. Como parte de la 5ta Brigada de Infantería, actuó un batallón de fusileros nepaleses famosos, los Gurkhas, que ni siquiera tuvieron que luchar. Soldados argentinos, viendo a Gurkha, prefirieron rendirse. Asociado a este episodio es un famoso ejemplo de la destreza marcial de Gurkha. Los Gurkha, quienes irrumpieron en las posiciones argentinas, sacaron a sus reyes Khukri, con la intención de unirse a la lucha mano a mano argentina, pero como estos últimos preferían prudentemente rendirse, los Gurkhas tenían que rascarse a sí mismos, de acuerdo con las tradiciones khukri nepalesas, que habían sido eliminadas de los escenarios, tenían que ser perseguidos; el enemigo Pero los Gurkhas no podrían haber pensado en cortar los brazos de los argentinos.



El mismo día, el 14 de junio, Puerto Stanley fue entregado por el mando argentino. La Guerra de las Malvinas terminó con la derrota de Argentina, aunque se considera que la fecha de su finalización es el 20 de junio, el día en que las tropas británicas aterrizaron en las islas Sandwich del Sur. El 11 de julio de 1982, el liderazgo de Argentina declaró el fin de la guerra, y el 13 de julio, el Reino Unido reconoció su final. Para garantizar la protección de las islas, cinco mil soldados y oficiales de las fuerzas armadas británicas permanecieron en ellas.

Según datos oficiales, 256 personas fueron víctimas de la Guerra de las Malvinas desde el lado británico, incluidos 87 marineros, 122 soldados de tierra, 26 infantes de marina, 1 soldado de la fuerza aérea, 16 marineros de flota comercial y auxiliar. La pérdida del lado argentino ascendió a 746 personas, incluyendo 393 marineros militares, 261 tropas de servicio en tierra, 55 tropas de la fuerza aérea, 37 infantes de marina. En cuanto a los heridos, su número en las filas del ejército y la armada británica era de 777 personas, del lado argentino: 1.100 personas. Fueron capturados 13,351 militares del ejército y la marina argentinos después del final de la guerra. La mayoría de los prisioneros de guerra fueron liberados, pero durante algún tiempo, unos seiscientos prisioneros de guerra argentinos permanecieron en las Malvinas. El comando británico los sostuvo para presionar a los líderes argentinos en el tema de concluir un acuerdo de paz.

En cuanto a las pérdidas en tecnología militar, también fueron significativas. La marina argentina y la marina mercante perdieron 1 crucero, 1 submarino, 1 barco patrullero, 4 buques de transporte y un arrastrero de pesca. En cuanto a la armada británica, las pérdidas aquí fueron más serias. Gran Bretaña se quedó sin 2 fragatas, 2 destructores, 1 barco de contenedores, 1 lancha de desembarco y 1 lancha de desembarco. Esta correlación se explica por el hecho de que después del hundimiento del crucero, el Comando argentino desvió prudentemente su marina a las bases y ya no la utilizó en el conflicto. Pero Argentina sufrió una pérdida masiva en la aviación. Los británicos lograron derribar o destruir más de 100 aviones y helicópteros de la Fuerza Aérea Argentina en tierra, con 45 aviones destruidos por misiles antiaéreos, 31 aviones en batallas aéreas y 30 aviones en aeródromos. Las pérdidas de la aviación británica fueron muchas veces menores: el Reino Unido perdió solo diez aviones.



El resultado de la guerra por Gran Bretaña fue el aumento de los sentimientos patrióticos en el país y el fortalecimiento de las posiciones de gabinete de Thatcher. El 12 de octubre de 1982 en Londres, incluso el desfile de la victoria se llevó a cabo. En cuanto a Argentina, aquí la derrota en la guerra causó una reacción pública negativa. En la capital, se iniciaron protestas masivas contra el gobierno de la junta militar, el general Galtieri. El 17 de junio, el general Leopoldo Galtieri renunció. Fue reemplazado por otro líder militar, el general Reinaldo Bignone. Sin embargo, la derrota en la guerra no significó la negativa de Argentina a reclamar a las Islas Falkland. Hasta el presente, una parte significativa de la población de Argentina, y muchos políticos están a favor de unirse a las islas, considerándolas un territorio colonizado por los británicos. Sin embargo, en 1989 se restablecieron las relaciones consulares entre Argentina y el Reino Unido y las relaciones diplomáticas en 1990.

La economía de las Islas Falkland se ha basado históricamente en la pesca de focas y ballenas; luego, la cría de ovejas se ha extendido a las islas, que en la actualidad, junto con la pesca y la industria de procesamiento de pescado, proporcionan los ingresos principales para las Islas Malvinas. La mayoría de las islas están ocupadas por pastizales utilizados para la cría de ovejas. Actualmente, solo 2,840 personas viven en las Islas Malvinas. En su mayoría son descendientes de inmigrantes ingleses, escoceses, noruegos y chilenos. 12 residentes de la isla - inmigrantes de Rusia. El idioma principal que se habla en las Islas Malvinas es el inglés, solo el 12% de la población habla español, en su mayoría inmigrantes chilenos. Las autoridades británicas prohíben el uso del nombre Malvinas para designar islas, ya que en esta evidencia de los reclamos territoriales de Argentina, los argentinos ven el nombre de Malvinas como una confirmación adicional de las aspiraciones colonialistas de Gran Bretaña.

Cabe señalar que en los últimos años, se ha iniciado la exploración de posibles campos petrolíferos en las Islas Falkland. Las estimaciones preliminares consideran que las cifras de las reservas de petróleo son de 60 mil millones de barriles. Si de hecho las Islas Malvinas poseen recursos petroleros tan significativos, son potencialmente una de las regiones petroleras más grandes del mundo. En este caso, por supuesto, Gran Bretaña nunca renunciará a su jurisdicción sobre las Malvinas. Por otro lado, la población de habla inglesa de las Islas Falkland en su mayoría no va a renunciar a la ciudadanía británica y convertirse en ciudadana de Argentina. Así, el 99,8% de los que votaron en el referéndum sobre el estatus político de las islas, celebrado en 2013, estaban a favor de preservar el estatus del territorio de ultramar de Gran Bretaña. Por supuesto, los resultados del referéndum no fueron reconocidos por Argentina, lo que indica la preservación de la naturaleza "abierta" de la disputa sobre las Islas Falkland / Malvinas.