La decisión de abandonar la Unión Europea está mostrando consecuencias insospechadas para los británicos. Al día siguiente de conocido el Brexit, muchos se golpeaban el pecho en señal de arrepentimiento por el apoyo dado al leave.
Esa reacción, propia de la incertidumbre que cunde en Londres, se repitió a 12.656 kilómetros de distancia. Y es que las Islas Malvinas podrían quedar inermes si se cumplen los pronósticos: una vez concretada la salida de Europa, perderán el libre acceso a un mercado de 500 millones de habitantes y la demanda asegurada de los productos primarios que hacia allí exportan.
A una semana del "viernes negro" en la bolsa londinense, el desplome de la libra y la avisada renuncia del premier David Cameron, el panorama no es del todo claro. Pero el reclamo del ministro de Relaciones Exteriores de España para ejercer la soberanía compartida de Gibraltar muestra un camino: es tiempo de apresurar al Reino Unido y tomar ventaja de la situación. Aunque leves, se advierten señales en la diplomacia argentina.
Qué pasa en las Islas
El archipiélago viene transformándose desde hace 30 años. La industria pesquera es la nueva reina: aporta hasta el 60% del producto bruto a una comunidad con poco menos de 3.000 residentes permanentes y más de 1.000 efectivos militares.Las estadísticas hablan de un PBI cercano a los u$s 260 millones en 2012 (último dato oficial), aunque se calcula que en 2015 rondó los u$s 200 millones. Con sectores tan volátiles, las variaciones interanuales son pronunciadas. Y si bien el PBI per cápita se ubica en torno a los u$s 67.000, poco dice de la realidad local, ya que gran parte del dinero producido por los barcos pesqueros nunca toca tierra. A eso se suma la pésima campaña que se vive en todo el Atlántico sur por la escasez de calamar y otras especies a causa de El Niño.
Otra alarma se encendió en las Islas con la caída de los precios internacionales del petróleo. La exploración de hidrocarburos, iniciada en 1995, pareció despegar en 2010 con el hallazgo de reservas suficientes para iniciar la explotación offshore.
Pero la compañía británica Premier Oil, beneficiaria de la licencia, anunció un recorte de sus planes. Los precios y los insistentes reclamos del gobierno argentino no acompañaron sus intereses.
Las Malvinas también tienen que hacer frente a los mismos desafíos que acomplejan a las pequeñas y remotas economías.
Tensión económica y política
En junio, la Asociación de Territorios de Ultramar del Reino Unido (Ukota, por sus siglas en inglés) reveló que Londres no brinda ayuda económica alguna al presupuesto de las islas y que la salida de la UE implica "serios riesgos" para esta comunidad. En lo concreto, las ventas de pescado, carne y otros productos pecuarios malvinenses a Europa representan el 70% del PBI. La UE es el mayor mercado único al que se dirige la producción.En el caso de la pesca, gran parte de la actividad depende de busques extranjeros -principalmente, de bandera española- y ya sin la salvaguarda del régimen de relaciones de la UE con los territorios de ultramar, los resultados podrían ser catastróficos: caen los aranceles preferenciales, las cuotas de mercado y la demanda constante.
El malvinense Michael Poole es economista y miembro de la Asamblea Legislativa de las islas. Conoce de cerca la marcha de la economía local, gracias a su paso por la asociación pesquera local (Fifca). Con 32 años, es el político más joven del parlamento, y el único nacido después del conflicto bélico en el Atlántico Sur.
En diálogo con 3Días, trata de mostrarse calmo, aunque reconoce la incertidumbre generalizada. Y revela que ya se prepara un informe para advertir a Londres sobre las "potenciales consecuencias" del Brexit en las Islas. "Como todo el Reino Unido, estamos esperando la conformación del equipo que liderará las negociaciones de salida. En esa instancia hablaremos formalmente con el Gobierno", declama con seguridad.
Lo que no sabe responder Poole es qué pasará con el dinero que periódicamente otorga el Fondo Europeo de Desarrollo (EDF). "Es muy probable que se acabe", reconoce. A través de este instrumento, la UE había comprometido fondos hasta 2020 por casi u$s 8 millones para proyectos de diversificación de la economía.
Para Mike Summers, otro legislador malvinense, las más perjudicadas serán las ONG, que tenían acceso al fondeo europeo. "Veremos afectada a estas instituciones que trabajan particularmente en la conservación y en investigación científica", cuenta a 3Días uno de los más aguerridos políticos locales, que devuelve los comentarios -a veces ofensivos- que le arrojan por Twitter.
El camino argentino
En todo este embrollo, ¿hay una oportunidad para los intereses nacionales? La canciller Malcorra, con un ojo puesto en la sede de la ONU, cuida sus declaraciones. Apenas conocido el Brexit, volvió a insistir en el "replanteo de la relación con Londres" que está haciendo la administración Macri, sin perder de vista el reclamo de soberanía. Por el momento evitó pronunciarse y sus colaboradores esquivaron las preguntas.Pero lo cierto es que el embajador en Londres, Carlos Sersale Di Cerisano, vino a Buenos Aires recibiendo instrucciones. E incluso mantuvo reuniones con empresarios locales que quieren aprovechar la situación. En 2015, el país exportó al Reino Unido bienes por apenas u$s 719,9 millones, por lo que hay mucho por crecer.
El ex embajador en Holanda, Luis Alberto Davérede, hoy a cargo del CARI, sostiene que las Islas se verán irremediablemente necesitadas de más conexión y diálogo con el continente. Y reconoce voluntad de diálogo en el Gobierno. "Hay un interés de esta administración en un mayor entendimiento para ofrecer cooperación a los isleños, sin ceder en los aspectos jurídicos y soberanos. Es un cambio de actitud, más que nada", apunta.
Y la ex embajadora en Londres, Alicia Castro, sin pruritos, pide más que voluntarismo: "Hay que reforzar el reclamo de soberanía, y sentarse a dialogar. Malvinas no es una causa argentina; es regional y global. Es un buen momento para que el gobierno argentino refuerce el pedido de diálogo, en momentos en que el reino está desunido".
Del otro lado, Poole insiste en que los isleños "no se moverán de su reclamo" de seguir sintiéndose británicos -pese a que no tuvieron voz ni voto en el referéndum. "Insistimos en el principio de autodeterminación, pero como siempre estamos dispuestos a colaborar con nuestros vecinos donde hay puntos de interés común", desliza. Summers, en cambio, es tajante: "En seis meses, el nuevo gobierno no ha hecho nada para desmantelar las sanciones económicas contra las Islas. La Argentina tiene un largo camino a recorrer para convencer a los isleños de que son un socio de fiar. Las amenazas constantes de los años de kirchnerismo han hecho retroceder la relación, probablemente, unos 20 años. Ya es tiempo de abandonar la retórica agresiva y mostrar un poco de humanidad y cierta cooperación en áreas como la investigación y el intercambio de información útil para el sector pesquero. La Argentina, con esta nueva administración, debe demostrar que es capaz de hacer todo esto".
Cada 2 de abril, desde distintos círculos de pensamiento se insiste en la necesidad de tender puentes más que simbólicos con las islas. Las condiciones geopolíticas pueden ayudar a mudar de la nostalgia y el chauvinismo al entendimiento y la colaboración en áreas como educación, salud y transporte. Tema para la reflexión en tiempos del Bicentenario. (Por Ezequiel Chabay; El Cronista)
No hay comentarios:
Publicar un comentario