sábado, 1 de abril de 2023

Soldado británico devuelve restos del Dagger de Volponi

Un soldado británico devuelve a la Argentina restos de un avión derribado en la Guerra de Malvinas

La aeronave era piloteada por el teniente Héctor Volpini. Un sargento inglés conservó las piezas y las donó a un museo cordobés.



Casi 40 años después de caer en la Guerra de Malvinas, la cabina del avión Dagger de la Fuerza Aérea Argentina que piloteó el teniente Héctor Ricardo Volponi -muerto en combate el 23 de mayo de 1982- iniciará su regreso a la Argentina por la gestión de un soldado británico que recuperó los restos de la aeronave durante una misión en 1988 y ahora formalizó su donación.
Las piezas recuperadas viajarán en correo diplomático la próxima semana desde Londres, según confirmó a Télam el embajador argentino en el Reino Unido, Javier Figueroa, encargado de recibir la donación del soldado David Richardson para que tengan como destino final el Museo Nacional de Malvinas de Oliva, en la provincia de Córdoba.
"Es un gesto que acerca y no divide, a diferencia de otros trofeos de guerra que están en el mercado. Inclusive algunos que son objeto de una acción judicial, como es el caso del director del Museo de Malvinas y veterano de guerra, Edgardo Esteban, cuyas fotos y documentos fueron puestas a la venta en Londres. Richardson está haciendo totalmente lo contrario al acercar los restos y devolverlos", explicó.



El embajador contó que le extendió una invitación al soldado británico para agradecerle y acordaron reunirse cuando visite Londres, ya que el militar vive fuera de la ciudad.
El avión de Volponi, un Mirage V-Dagger.3, fue derribado sin eyección en la Bahía Horseshoe por un Harrier Sidewinder AIM-9L, comandada por el teniente británico Martin Hale.
La aeronave cayó en el oeste de Bahía Elefante, unos tres kilómetros al norte del establecimiento ubicado en la isla Borbón.



En 1998, durante una misión a Malvinas, Richardson, un oficial del Ejército británico con el rango de cabo del Batallón de Infantería Ligera (Light Infantry, en inglés) identificó los restos del avión argentino y decidió recuperarlos y preservarlos con la intención de devolverlos nuevamente a la Argentina.
"En 1998, la unidad de mi Batallón, conocido como 1er Batallón de Infantería Ligera, fue destinada a las Malvinas/Falkland", relató en diálogo con Télam el soldado británico, quien siempre se refirió a las islas como Malvinas/Falkland o viceversa.
*El teniente Héctor Ricardo Volponi murió tras ser derribado durante un combate.*
Richardson continuó su relato: "Mientras estaba allí, realicé una patrulla que comenzó en la Bahía Fox y se detuvo en varios lugares, culminando en la Isla Pebble. Este lugar era de particular interés para mí porque, siendo un niño de 12 años, seguí de cerca la guerra del 82 y había leído mucho sobre la batalla".



"Cuando mi tropa llegó a la Isla Pebble le pregunté a un isleño si había algo que pudiera llevar a ver a mis soldados mientras estábamos allí", prosiguió. Y recordó que el hombre le "señaló en el mapa un par de lugares donde se estrellaron aviones argentinos que habían sido derribados por Harriers en la isla, así como un monumento a un barco británico perdido por las fuerzas enemigas".
"Llevé a mi tropa y localicé esos lugares", dijo el soldado británico quien, mientras buscaba en uno de esos emplazamientos, encontró dos partes de los restos que, al juntarlos, le permitió identificar el número de serie del avión que estaba inscripto en la parte inferior de la cabina, todavía con su pintura de camuflaje original.
"Así que, con el paso de los años, el desarrollo de Internet y el perfeccionamiento de las computadoras, comencé mi investigación", manifestó y sostuvo que pensó que "sería una buena idea investigar el avión y tratar de averiguar lo que pudiera sobre el vuelo de esta aeronave en particular".
Recordó que no tardó mucho en encontrar detalles sobre el tipo de avión, quién lo piloteaba y quién fue el piloto del Harrier británico que lo derribó.
"Durante muchos años cuidé las piezas y con frecuencia me preguntaba si algún día podría llevarlas a la Argentina", indicó y expresó que "en septiembre de 2021 busqué en Internet y logré encontrar y enviar un mensaje a Gabriel Fioni, que formaba parte del Museo Malvinas en Oliva".



Richardson dijo que se alegró al saber que Fioni tenía contacto con la familia del teniente Volponi y que le asegurara que si las piezas eran donadas al Museo serían expuestas correctamente y se contaría la historia de la valentía de su piloto.
"Envié los restos a Londres y su viaje de vuelta a Argentina ha comenzado", expresó el soldado, que se retiró del Ejército británico en 2003 con el rango de sargento.
"Me complace devolver a su país las piezas del avión del teniente Volponi que recuperé durante mi visita a las islas Malvinas/Falkland en 1998. Espero que mi donación al Museo de las Malvinas en Oliva llegue a salvo y se exhiba correctamente para mostrar el valor de sus aviadores durante el conflicto del '82. He leído y visto muchos documentales sobre el conflicto y lo que queda muy claro desde el principio es la valentía de los pilotos de su país", escribió el soldado británico en una carta dirigida al embajador Figueroa.
En la misiva, Richardson destacó, además, el trabajo de Fioni, titular de la Fundación Museo Malvinas de Oliva, con quien se comunicó para informarle sobre la donación, y el de los hermanos Robert y Nick Tozer, este último por ser miembro fundador del South Atlantic Council de Londres y porque participa en investigaciones académicas en el Reino Unido, Buenos Aires y las Islas Malvinas para el Instituto Di Tella.
Fioni, también en diálogo con Télam, confirmó que el soldado británico conservó muy bien los restos del avión y dijo que lo contactó a través de la red social Facebook, ya que quería realizar la entrega.
Según Fioni, Richardson estaba muy preocupado sobre todo por la forma en que se iban a preservar y custodiar los restos del avión en el Museo.
"Me comentó que estaba de acuerdo con el procedimiento que realizaríamos y me aseguró que él respetaba mucho a los soldados argentinos por su valentía y amor por su patria", resaltó.
Un gesto que acerca y no divide

jueves, 30 de marzo de 2023

China aprende de los errores argentinos en Malvinas

En Punto: La Guerra de las #Malvinas: China aprende de los errores de Argentina

Strategy Page



Argentina está utilizando el 30 aniversario de la Guerra de las Malvinas para promocionar su reclamo histórico sobre las islas del Atlántico Sur. El alboroto diplomático incluye amenazas comerciales dirigidas a Gran Bretaña, con un toque beligerante de ruido de sables.

La invasión argentina de las islas el 2 de abril de 1982 tomó al mundo ya Gran Bretaña por sorpresa. Las fuerzas argentinas aplastaron la pequeña guarnición de Gran Bretaña y proclamaron Las Islas Malvinas como territorio argentino soberano.

La Royal Navy no tenía un súper portaaviones del tipo de la Marina de los EE. UU. La junta militar de Argentina se convenció a sí misma de que su avión a reacción superior atacaría salvajemente a una flota de la Royal Navy que solo poseyera misiles antiaéreos y algunos jets de salto Harrier. La junta apostó a que el gobierno británico, encabezado por la primera ministra Margaret Thatcher, se quejaría, pero finalmente se resignaría a perder las islas en lugar de arriesgarse a perder su flota.

Thatcher, sin embargo, demostró que era una líder de guerra resuelta, así como una clarividente económica. La junta se ganó rápidamente el respeto por Thatcher y los submarinos británicos. El 2 de mayo de 1982, el submarino nuclear HMS Conqueror hundió al crucero argentino General Belgrano. La flota de superficie argentina huyó de alta mar y pasó el resto de la guerra en el puerto.

En junio de 1982, un grupo de trabajo anfibio británico recuperó las islas en una brillante campaña de operaciones aéreas, marítimas y terrestres integradas. La junta argentina se derrumbó.

Nunca digas nunca, pero a diferencia de la junta de 1982, el gobierno democrático de Argentina de 2012 no es ni criminal ni desesperado. London cree que el descubrimiento de campos de petróleo y gas cerca de las Malvinas impulsa las travesuras de Argentina en 2012. En 1982, las islas estaban mal defendidas. La guarnición de 2012 disuade el aventurerismo, con 1.200 soldados apoyados por aviones que vuelan desde la moderna base aérea de Port Stanley, varios buques de guerra de superficie y (probablemente) un submarino de ataque nuclear. Aún así, los graznidos argentinos seguirán. El teatro político sostenido y las amenazas podrían eventualmente convencer a Gran Bretaña de cortar Buenos Aires con los petro-regalías.

La guerra de 1982, sin embargo, continúa fascinando a los estrategas navales. Fue ante todo una guerra naval, con proyección de poder estratégico, logística de larga distancia, un desembarco anfibio en aguas disputadas y tecnología de punta (por ejemplo, submarinos nucleares y misiles antibuque lanzados desde aviones). También fue una especie de "cosa cercana", hasta que el ejército británico aterrizó con fuerza. Sin un superportaaviones, los buques de superficie de la Royal Navy sufrieron grandes pérdidas frente a los aviones argentinos. Los submarinos diesel argentinos también molestaron a los cazadores de submarinos de la Royal Navy.

En 2012, China tiene campos petroleros en alta mar en el Mar de China Meridional, campos disputados por Vietnam y otras naciones vecinas. Beijing reclama históricamente varias islas del Pacífico a lo largo de su litoral, incluida una llamada Taiwán. Mirando más hacia el Pacífico, los planificadores de guerra chinos ven Japón, Singapur y el territorio estadounidense de Guam. Los almirantes chinos también observan las fuerzas de tarea de los superportaaviones de la Marina de los EE. UU.

Un estudio del tamaño de un libro publicado el año pasado por el Instituto de Estudios Estratégicos (SSI) de la Escuela de Guerra del Ejército de EE. UU., "Lecciones de China de las guerras de otros pueblos", dedica un capítulo a las interpretaciones y reacciones chinas a las Malvinas.

Los chinos han concluido, según SSI, que Argentina no realizó una "evaluación estratégica precisa previa al conflicto". De hecho, la junta subestimó la determinación británica. Los planificadores de guerra chinos tienen la intención de evitar ese error. Sin embargo, los argentinos tenían la tarea de "evitar que una potencia externa interfiriera en una disputa territorial", un análogo directo a Taiwán, según la estimación de Beijing.

Los chinos creen que Argentina no pudo atacar la mayor debilidad de Gran Bretaña: su larga línea de suministro por mar y aire. Los argentinos no reforzaron drásticamente sus unidades terrestres en las islas, ni mejoraron los aeródromos de las islas para manejar aviones a reacción de alto rendimiento. Sus capacidades de reabastecimiento aéreo eran limitadas. Como resultado, los portaaviones de salto de Gran Bretaña proporcionaron suficiente potencia aérea para darle a la flota una "burbuja" protectora.

China tiene la intención de perforar la "burbuja" protectora de cualquier adversario. Beijing tiene misiles balísticos diseñados para suprimir los aeródromos de Taiwán y posiblemente las bases estadounidenses en Guam. China tiene la intención de triplicar su arsenal de aviones de ataque marítimo con base en tierra; Las sólidas capacidades de reabastecimiento de combustible aéreo aumentan su alcance. China está construyendo más submarinos diésel y nucleares para atacar barcos de suministro y, sí, súper portaaviones. Confíe en que cualquier fuerza de invasión china que se apodere con éxito de una isla recibirá refuerzos pesados ​​​​de defensa terrestre, aérea y aérea con presteza. Y nunca digas nunca.

viernes, 24 de marzo de 2023

Arqueología: La huella indígena en las Malvinas

Tras el rastro de la huella indígena en las Islas Malvinas


El arqueólogo del CONICET Atilio Francisco Zangrando, un estudioso de los yaganes, publicó un artículo sobre la vida de este pueblo originario en el Canal Beagle.

Conicet




Ilustración: Facundo López Fraga.



Desde hace veinte años, el arqueólogo del CONICET Atilio Francisco Zangrando, además vicedirector del Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC-CONICET) ubicado en Ushuaia, focaliza sus investigaciones en estudios ecológicos sobre el comportamiento de los yaganes, también conocidos como yámanas: un pueblo originario que aún hoy sigue asentado en la región. El científico se dedica a estudiar las conductas humanas de estos antiguos pobladores de la región del Canal Beagle a través de su registro material: analiza su comportamiento, los distintos tipos de artefactos que fabricaban, cómo se movilizaban y de qué modo producían sus asentamientos. También basa sus estudios en fuentes históricas, es decir, analiza documentos históricos escritos que dejaron en la región cronistas y misioneros, y que hacen referencia a las conductas y formas de vida de estos pueblos originarios.

“En el pasado los yaganes eran una comunidad canoera de cazadores recolectores que se movilizaban en la región. Estaban semanas o meses en algún sector de la costa, explotando recursos litorales como moluscos o peces que tenían en las inmediaciones, y también se desplazaban un poco más ya sea hacia el interior del mar o hacia el interior de los valles para buscar otros recursos, como mamíferos marinos utilizando canoas, o bien rastreando guanacos a pie tierra adentro”, explica Zangrando. “Para todas estas actividades desarrollaban tecnologías de caza, como las puntas de arpones para capturas de recursos en el mar, o puntas confeccionadas con roca que aparecen en los sitios arqueológicos”. Además producían agujas con huesos de aves para generar cestas que eran contenedores, fundamentales para las actividades de recolección y transporte de moluscos, principalmente mejillones, y todo lo que tomaban del mar era trasladado hasta el lugar donde estaban asentados, para consumirlos y descartar los restos allí.

Con sus años de bagaje a cuestas, hacia fines de 2021 Zangrando se encontró con un artículo, publicado en la revista Science Advances, que llamó su atención. En él, un equipo de investigación aseguraba haber hallado Evidencia de actividad humana prehistórica en las Islas Malvinas. Las y los autores, de universidades estadounidenses e indígenas, planteaban que a partir del hallazgo de ciertas huellas de comunidades indígenas yaganes, cabía la posibilidad de que hubieran arribado y residido con estadías cortas en las Islas Malvinas mucho antes que la llegada de los navegantes europeos, es decir, antes del siglo XVIII. Frente a este panorama, Zangrando, que estudia las sociedades nativas que habitaron la costa sur de Tierra del Fuego desde hace 8 mil años, analizó dicho artículo y planteó una visión cautelosa al respecto, que volcó recientemente en una publicación en The Journal of Island and Coastal Archaeology en coautoría con el investigador del CONICET Luis Borrero. “Las aseveraciones del artículo nos plantean una serie de dudas en cuanto a los argumentos, porque toman distintas líneas de evidencia que a nuestro juicio no resultan suficientes para estar seguros del hallazgo”, advierte el investigador.

Las y los científicos estadounidenses e ingleses del paper de Science describieron la presencia de pueblos indígenas previo a los primeros desembarcos en las Islas Malvinas de potencias europeas basándose en hallazgos ocurridos en las islas presumiblemente vinculados al comportamiento de los yaganes: en primer lugar, observaron abundantes depósitos de carbón; en segundo lugar, la presencia de artefactos como la punta de un proyectil y huesos de lobos marinos; y también, la presencia de huesos de una especie de cánido similar a un zorro cuya dieta, según pudieron saber a través de estudios químicos, habría sido similar a la de los yaganes, lo que les hizo pensar que pudo llegar a ser un cánido domesticado por ellos. “El problema es que todas estas evidencias no están asociadas a un contexto arqueológico firme sino que se muestran aisladas. Hallaron concentraciones de carbón en un sector, la punta de lanza en otro, los huesos en otro, cuando la esencia de la arqueología justamente es mostrar la asociación entre todas estas evidencias para interpretar la conducta humana en el pasado. En nuestra opinión, hasta que no se encuentre una evidencia firme con esta asociación, como los tipos de sitios arqueológicos que encontramos en el Canal Beagle, va a ser muy difícil aseverar la presencia humana en momentos anteriores a la llegada de los europeos a las islas”, asegura Zangrando.

A partir de la lectura del paper, los científicos argentinos realizaron un análisis de las evidencias halladas. Con respecto a las muestras de carbón encontradas en distintos puntos de Islas Malvinas y al planteo de que tienen un origen antrópico, Zangrando y Borrero advirtieron que los hallazgos se realizaron en depósitos naturales, sin relación con materiales arqueológicos, por lo cual no puede demostrarse una asociación directa entre las concentraciones de carbón y algún indicio de actividad cultural. Además, sobre el hallazgo de concentraciones de huesos de lobos marinos en ciertos sectores de las Malvinas y de una punta de proyectil, Zangrando señala que “estas densas acumulaciones de huesos de lobos marinos implican que se alimentó mucha gente, y si se alimentó mucha gente en el lugar tiene que quedar otro tipo de actividad en el sustrato, un registro sobre los instrumentos que utilizaban para procesarlos, sacarle el cuero, depostarlo y demás. Los artefactos y sus desechos, deberían aparecer abandonados junto a los huesos. Toda esa evidencia, que es muy normal encontrar en contextos como el Canal Beagle y que generaron los antiguos fueguinos en el lugar, no aparece en el registro de este trabajo. Hay que tener en cuenta que en las Malvinas estuvieron presentes los loberos por muchos años, donde se asentaban para desarrollar sus actividades clandestinas, arrasaban con las loberías, sacaban la grasa y dejaban las carcasas de lobos marinos tiradas sobre las playas, y esto generaba grandes acumulaciones”.

Para Zangrando, de todas formas, “el planteo de este trabajo abre una discusión muy interesante y posibilidades en términos de reclamo de nuestra soberanía sobre Malvinas, en particular considerando que estamos hablando de pueblos originarios que habitaban nuestro país hubieran ocupado el sector antes de la llegada de los europeos”. Sin embargo, los científicos argentinos piensan que aún falta desarrollar más estudios para tomarlo como una evidencia. Al respecto Zangrando señala: “No creo que la discusión esté finalizada, pero necesitamos evidencias más sólidas para poder asentar o utilizar esta interpretación para plantear algún reclamo sobre la soberanía”.

¿Cómo vive él, como arqueólogo, la cercanía con las Islas Malvinas? “Al interactuar con distintos colegas, a partir de este trabajo de investigación, se me abrió un horizonte sobre un tema que no había pensado previamente, que es el hecho de poder analizar y discutir evidencia humana en Malvinas. Normalmente, los arqueólogos necesitamos ir hasta el lugar para poder trabajar un espacio, excavar, tomar la evidencia, y esto no nos es factible en las islas, pero sí es posible generar o participar de estas discusiones. Viviendo acá uno lo encuentra como una necesidad de contribuir a la causa sobre la soberanía de Malvinas”.

A futuro, Zangrando pretende estrechar lazos de colaboración con colegas de otros países para continuar con el intercambio de opiniones en torno a la presencia o no indígena en las Islas Malvinas. “La ciencia nos ofrece la posibilidad de atravesar ciertas fronteras que a veces se encuentran muy cerradas o establecidas, y generar discusiones que pueden ser muy favorables a futuro”, dice, con esperanza. “En las investigaciones que se desarrollamos en el CADIC siempre trabajamos pensando en la soberanía sobre las islas. Es algo intrínseco a todas las actividades que desarrollamos en este lugar. Venir, instalarse acá y desarrollar investigaciones en sectores que plantean esta necesidad de una búsqueda soberana en la región. Personalmente jamás imaginé estar discutiendo sobre Malvinas con los yaganes, pero pensar que lo que venimos investigando desde hace años puede tener otra utilidad, que uno no veía, es algo muy atractivo. Aún no tenemos evidencia concreta de que haya ocurrido, pero si se comprobara, se abriría una interpretación totalmente nueva sobre la capacidad de navegación de estos grupos que estudiamos en la región, lo que a nivel arqueológico sería un hito, y en términos de soberanía, serían los primeros colonos de las islas y eso debería ser considerado al momento de discutir sobre el origen y la ocupación de ese espacio a futuro”, concluye.

Referencia bibliográfica

Zangrando, A. F. J., & Borrero, L. A. (2022). A pre-European archaeology in Malvinas/Falkland Islands? A review. The Journal of Island and Coastal Archaeology, 1-15. DOI: https://doi.org/10.1080/15564894.2022.2077484

 

lunes, 20 de marzo de 2023

Monumento: Construyen en Zapala el monumento más grande a los VGM

Construyen en Zapala (Neuquén) el monumento más grande a los soldados de Malvinas





El monumento más grande en homenaje a los soldados de la Guerra de Malvinas se construye en Zapala, Neuquén, y se prevé su inauguración para el mes de julio, en oportunidad de un nuevo aniversario de la ciudad.
La figura representa a un soldado apoyando una rodilla al suelo y portará una bandera nacional en su mano derecha. Sus dimensiones la convierten en la estatua de soldado más grande del país: tiene 15 metros de altura y sumando el pedestal, ronda los 17 metros.



La escultura, una creación del dibujante y escultor oriundo de Cutral-Co Aldo Beroisa, se ubica en inmediaciones de la intersección de la ruta provincial 14 y el Acceso Fortabat.
Por su tamaño y peso (aproximadamente 140 toneladas), el traslado de la colosal obra desde Cutral Co requirió de una logística de la que participaron tres camiones.



Beroisa es autor de otras obras monumentales para la provincia, como “Cristo”, “La Última Cena” y el avión “AVRO 748”, todas ubicadas en Cutral Co, y los dinosaurios “Argentinosaurus Huinculensis” y el “Giganotosaurio Carolini” de Plaza Huincul.
Fuente: Municipio de Zapala