Brasil fue ruta de armas hacia Argentina durante las Malvinas, revelan archivos
Alejandro Galante || Poder Aereo
Secretos de Estado. Difundidos ayer por Londres, documentos secretos de la guerra de 1982 dan detalles sobre aviones argentinos que llevaron armas de la Libia de Gadafi a la junta militar de Buenos Aires con 'conocimiento' de la dirección del gobierno de Figueiredo
JAMIL CHADE, CORRESPONSAL / GINEBRA – O Estado de S.Paulo
Los aviones argentinos utilizaron territorio brasileño –más específicamente, el aeropuerto de Recife– para llevar un gran arsenal desde la Libia de Muammar Gaddafi a la junta militar en Buenos Aires durante la Guerra de las Malvinas. La información, que incluye detalles sobre armas libias y acusaciones contra el gobierno de João Batista Figueiredo, se encuentra entre los 6.000 documentos secretos de la guerra de 1982 que los Archivos Nacionales, en Londres, publicaron ayer.
La inteligencia británica utilizó un informante en Recife que logró subir a uno de los aviones que hacían el “puente aéreo” Libia-Argentina. Londres confrontó a Itamaraty con la información, pero el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil guardó silencio sobre el caso. En una reunión de gabinete, la primera ministra británica, Margaret Thatcher, incluso estudió la posibilidad de derribar uno de estos aviones argentinos que hacían escala en Brasil.
Los británicos estaban convencidos de que el “alto nivel” del gobierno brasileño tenía pleno conocimiento de la operación entre argentinos y libios. Brasil, que representaba los intereses argentinos en Londres, no tendría el coraje de afrontar la cuestión, acusan los británicos.
Rubens Ricupero, entonces responsable de Itamaraty para los asuntos sudamericanos, confirma que el embajador británico en Brasil, George Hardings, se quejó del supuesto uso de Recife como almacén para el envío de armas desde Libia a Argentina. “Él me traía este tipo de denuncias muy seguido. Esto se lo informé al ministro (Ramiro Saraiva Guerreiro) y el asunto pasó al área de inteligencia del gobierno, principalmente al Servicio de Inteligencia Nacional (SNI). Nunca obtuve respuesta”, dice Ricupero.
Sin embargo, afirma que la información de que Brasil había participado en la operación es “poco verosímil”. “No había ninguna intención nuestra de mantener viva la disputa (en las Malvinas). Siempre hubo mucha especulación, pero creo que fue una fantasía (de los británicos)”. Londres pidió ayuda a la Casa Blanca para presionar a Brasil. Según un telegrama del 1 de junio, los estadounidenses conocían la ruta Libia-Argentina vía Recife.
Informantes. En un telegrama enviado a Londres el 1 de junio de 1982, el embajador británico en Brasil da detalles sobre un envío de armas. Fue a Recife para “investigar” el caso y constató que, hasta ese momento, habían aterrizado en la ciudad dos aviones que viajaban desde Libia a Argentina.
La primera fue el 25 de mayo, con matrícula ERA TC93. Pilotado por el “Capitán Catiella” y con base en El Palomar, el avión iba vacío y sólo se detuvo para repostar. Se dirigiría a Trípoli.
El mismo avión regresaría el 27 de mayo. Una hora más tarde despegaría hacia Argentina. “La fuente en Recife pudo ver el interior del avión y reportó seis largas cajas de madera”, dice el embajador. “La fuente” trabajaba en el aeropuerto y las cajas tendrían misiles Exocet. Otros más pequeños ocuparon el resto del espacio. Tanto para el aterrizaje como para el despegue, el avión utilizó toda la pista, lo que indicaría su peso.
El día 28 por la noche se registró otro vuelo de los británicos, esta vez desde Aerolíneas Argentinas y hacia Trípoli, comandado por el piloto civil identificado como “Cunivert”. El mismo avión regresaría el día 30, cargado.
El mismo día, el embajador vio llegar otro avión, también de Aerolíneas. Según él, los pilotos hablaron con el cónsul argentino, mientras hombres armados cuidaban el avión y otros, “nerviosos”, monitoreaban la situación. Los vuelos recibieron “autorización del Ministerio de Aeronáutica”, afirma el diplomático.
En otro telegrama enviado por los británicos en Trípoli, el 1 de junio, diplomáticos de Londres confirman que vieron un avión civil argentino en la zona restringida al personal militar del aeropuerto libio. Según el documento, llevaba 400 misiles ERM.
El asunto llegaría rápidamente a Thatcher. El 11 de junio, el fiscal general británico, Michael Havers, le informó que le habían pedido su opinión sobre el impacto jurídico que tendría una posible interceptación de estos aviones.
“Un avión que vuele directamente de Trípoli a Recife, en Brasil, sin detenerse para repostar combustible, no podría ser interceptado ni obligado a llegar a Ascensão (isla británica en el Atlántico), porque no tendría suficiente combustible”, explicó. Los británicos pidieron la ayuda de la diplomacia francesa para contactar directamente con Muammar Gaddafi y obtener información. París sólo informó que el dictador libio negó cualquier implicación en el tráfico de armas hacia Argentina. / COLABORADO POR ROBERTO SIMÓN
FUENTE : Estadão
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