La historia jamás contada de los ladrones y asesinos que pidieron ir como voluntarios a la guerra de Malvinas
¿Patriotismo o fría especulación? De Robledo Puch a Valor, los presos que se anotaron para ir a las islas para combatir contra los inglesesPor Rodolfo Palacios | Infobae
Carlos Eduardo Robledo Puch (Gentileza Mondadori/Diego Sansdtede)
En la soledad de su celda, cuando casi todos dormían, Carlos Eduardo Robledo Puch escribió una carta de puño y letra. Estaba fechada en 1982 y el remitente decía: "Presidente Leopoldo Fortunato Galtieri".
"Me ofrezco como voluntario para combatir en Malvinas", escribió el asesino que en 1972 mató a once personas por la espalda o mientras dormían. Pero el dictador nunca le respondió esa carta.
La tapa del diario Clarín en abril de 1982
Su caso no fue el único: cientos de presos pidieron combatir como voluntarios en la guerra de Malvinas.
"Conozco a varios muchachos que se anotaron, yo no quise anotarme. Estaba preso en Devoto durante esa época. Muchos lo hacían por la Patria y otros para que les bajaran la condena. Lo que sí hice fue donar sangre para los heridos en la Guerra", dice Rubén Alberto de la Torre, ex ladrón de bancos y de blindados.
Luis Valor (Foto Maximiliano Vernazza)
El Gordo Luis Valor, ex líder de la superbanda que robaba bancos y blindados en los años ochenta y noventa, le dijo a Infobae que estuvo en una lista de voluntarios.
-¿Se anotó por patriotismo o para que le bajaran la pena?
-Antes que ladrón soy patriota –dijo Valor. Por mi país soy capaz de dar mi vida. Cuando se cumple una fecha de Malvinas me emocionan las historias de los héroes. Porque está claro que hubo más héroes que cobardes. Cobarde fue el canalla de Astiz.
-No me respondió la pregunta…
-Iba a pelear por la Argentina, pero no soy tonto: si existía alguna posibilidad de que me bajaran los años de prisión, no hablar.
-¿A quién le pidió combatir?
-Con unos compañeros de Olmos armamos una lista que se proponía como escuadrón para ir a combatir. Fue justo cuando pidieron voluntarios para combatir, antes de la guerra. Nos anotamos más de 500: piratas, robabancos, secuestradores, asesinos. Expertos en armas y en asesinatos.
-¿Y qué pasó?
-Nada. El director del penal ni siquiera mandó el pedido a los milicos. "Más que a Malvinas, ustedes van a ir a Sierra Chica a picar piedras", nos dijo el botón. Sé que en otros penales hicieron algo parecido. Y mandamos cosas para los soldados que nunca les llegaron. No entiendo por qué no nos mandaron a la guerra.
-¿No cree que hubiese sido arriesgado alistar a ladrones y asesinos en un Ejército?
-Otros países llevan a criminales. Y otra cosa: yo nunca maté a nadie. Y no hablemos de asesinos porque no hubo peores asesinos que Galtieri y muchos de los militares que mandaron a los pibes. Capaz que los milicos tenían miedo de que se armara una revuelta.
-¿Recuerda que otros presos se anotaron en esa lista?
-Me acuerdo de algunos. Había ladrones con mucho códigos, tipos pesados. Pero no los puedo nombrar, usted me entiende.
Beto De la Torre
En su libro "2922 días: Memorias de un preso de la dictadura", Eduardo Jozami da cuenta de esta movida de los presos.
"La ocupación de Malvinas produjo conmoción en la cárceles. En parte porque la mayoría de los presos apoyó la reivindicación de las Islas, actitud entusiasta que se potenció ante la rápida comprensión de que la guerra introducía una coyuntura que podía ser favorable para la salida en libertad", escribe Jozami.
La tapa de Crónica el 2 de abril de 1982
"Sé que en la Unidad 9 de la Plata se ofrecieron varios internos para combatir. Había muchos presos políticos que tras el apoyo de Montoneros a la guerra quisieron ir a las islas", dice Jozami a Infobae.
El famoso asesino Robledo Puch, que lleva preso poco más de 46 años, le contó hace diez años al autor de esta nota que otros 10 compañeros del pabellón donde estaba alojado pidieron ir a la guerra.
"En 1982 yo tenía 29 años. Le mandé una carta al presidente de facto Leopoldo Fortunato Galtieri. Me ofrecí para combatir. No fui el único. Estaba preparado para eso. Sabía usar armas y cómo combatir al enemigo. Hubiese dado la vida por el país. Mi madre habría estado orgullosa de su hijo patriota. Morir por la Patria debe ser incomparable. Hice lo imposible por participar en la guerra de Malvinas. Además quería evitar que murieran jóvenes con un futuro por delante. A cambio no iba a pedir nada. Iba a ir al frente por solidaridad, con mis compañeros de celda donamos la poca ropa que teníamos. Les escribimos cartas a los soldados. Pero no llegó nada. Hubo gente que donó mucho dinero y comida, pero a los pibes no les dieron nada. Los dejaron morir como ratas. Siempre me gustó ayudar".
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