jueves, 22 de febrero de 2018

ARA: ARA Granville (P-33)

ARA Granville (P-33)

Wikipedia



La ARA Granville (P-33) es una corbeta multipropósito de la Armada Argentina que pertenece a la Clase Tipo A-69 D'Estienne d'Orves y fue construida en los astilleros DCAN de Lorient, Francia, que fue solicitada luego del excelente desempeño de las dos unidades de la misma clase, adquiridas de urgencia en 1978.

Banderas
Argentina
Historial
AstilleroAstillero DCAN de Lorient, Francia
ClaseClase D'Estienne d'Orves, tipo A-69
TipoCorbeta misilística
Botado28 de junio de 1980
Asignado• 22 de junio de 1981 (afirmación del Pabellón Argentino)
• 30 de julio de 1981 (incorporación a la Flota de Mar)
DestinoEn servicio en la División de Patrullado Marítimo, Base Naval de Mar del Plata
Características generales
Desplazamiento1250 t a plena carga
Eslora80,5 m
Manga10,3 m
Calado3,2 m
Armamento
• 1 cañón de 100 mm/55 de doble propósito Creusot-Loira de 60 dpm y 17 Km de alcance
• 2 cañones Breda
Bofors de 40 mm/70 de 300 dpm (1 × 2)
• 2 montajes simples de 20 mm GIAT F.2 de 1000 dpm
• 2 ametralladoras MGS 12.7 mm Browing
• 4 lanzadores de misiles MM-38 Exocet (SSM) de 42 KM de alcance
• 2 lanzadores triples MK.2 de tubos lanzatorpedos ILAS 3/324 mm para torpedos Whitehead AS-244
Propulsión• 2 motores diésel Semt-Pielstick 12 PC 2.2 V, 400
• 2 alternadores Jeumont Schneider tipo A76B6 de 400 KW
• 2 hélices
Potencia2 × 6000 HP
Velocidad• Máxima de 23,4 nudos
• económica de 15 nudos
Autonomía• 4500 mn a 14 nudos
• 3800 mn a 18 nudos
Tripulación95 hombres
• 12 oficiales
• 83 suboficiales y marineros
Equipamiento aeronavesCubierta en popa para VERTEP (reabastecimiento de helos sin tomar cubierta)



Historia

Fue asignada a la Primera División de Corbetas al ser incorporadas al Comando de la Flota de Mar y su apostadero era la Base Naval de Puerto Belgrano y se le asignó el indicativo P-3, que utilizó hasta la incorporación, en 1985 de las corbetas misilística Clase Espora, cuando se le cambió a P-33, que mantiene actualmente. Inicia sus actividades el 24 de noviembre de 1978. Su Pabellón de Guerra y el cofre dónde se encuentra le fue donado por la Asociación Argentina de Profesionales de Relaciones Públicas en el Apostadero Naval Buenos Aires, el 5 de noviembre de 1982.


Servicio operativo

Desde su incorporación a la Primera División de Corbetas participó en las ejercitaciones con el resto de los buques del Comando de la Flota de Mar, la División de Patrullado Marítimo, el Comando de la Fuerza de Submarinos y aviones y helicópteros del Comando de Aviación Naval. También ha tomado parte en numerosas operaciones navales con unidades de otros países, en ejercicio Pre-Unitas, UNITAS, Gringo-Gaucho, Atlasur, Passex, Yámana,1​ Gosth, y Fraterno.



Guerra de Malvinas

Para la reconquista de las Islas, el buque formó parte de la FT.40 fue comandada por el Contraalmirante Gualter O. Allara, y su misión fue: "capturar las instalaciones y personal de Royal Marines, localidad de Puerto Stanley y Faro San Felipe. Colaborar en la captura del aeródromo de Puerto Stanley y en el control inicial de la población a fin de contribuir a ocupar y mantener las Islas Malvinas, ejerciendo simultáneamente el Gobierno Militar de las islas", que fue dividida en 4 grupos de tarea. La P-33 fue asignada al GT.40.3 (Grupo de Esolta y Desembarco) cuyo Comandante fue el CN Julio Chaluleu, junto a los siguientes buques: destructor ARA Santísima Trinidad (D-2) (CF José Luis Tejo) y a la ARA Drummond (P-1) (actual (P-31) (CF Raúl José Cao).

Entre el 16 de abril y el 14 de junio patrulló la diversas zonas asignadas en el Mar Argentino.

La Guerra del Golfo

Durante la Guerra del Golfo en 1990, el buque tenía el objetivo de buscar e destruir objetivos terrestres de Iraq y apoyar a las fuerzas de la Coalición en tierra, con 4 lanzadores de misiles MM-38 Exocet (SSM) de 42 KM de alcance, en las aguas del Golfo Pérsico.

Post guerra

La unidad fue designada para participar del "Operativo Talos I", bloqueo naval para el restablecimiento de la democracia en Haití. Zarpó de la Base Naval Puerto Belgrano el 2 de octubre de 1993, al que regresó el 4 de mayo de 1994. Visitó los puertos de Fortaleza entre el 14 y 16 de abril y Río de Janeiro entre el 21 y 24 de abril.

A partir del año 2000, el buque fue asignado, dentro del Área Naval Atlántica, a la División de Patrullado Marítimo, cambiando su apostadero a la Base Naval de Mar del Plata, donde continúa patrullando la Zona Económica Exclusiva de República Argentina.

En enero de 2004 capturó, luego de 24 horas de persecución, al pesquero ilegal taiwanés Chin Hsing, con apoyo de un P-3 Orion de la Aviación Naval. La tripulación del buque infractor abandonó la nave dejando un incendio a bordo, el cual no logró su hundimiento.2​

Fue protagonista principal del apoyo al rompehielos ARA Almirante Irízar durante el incendio que este sufriera en 2007, lo cual le valió el reconocimiento del Concejo Deliberante de General Pueyrredón.3​

Década de 2010

Las actividades operativas son variadas. La participación en ejercicios conjuntos y combinados es constante, realizando despliegues en diferentes puntos del Mar Argentino. Además, es frecuente que la unidad realice patrullados marítimos en la Zona Económica Exclusiva, efectuando control de recursos naturales.4​



Durante el año 2010, la corbeta Granville fue sometida a reparaciones en el Arsenal Naval Puerto Belgrano.5​

En 2011, colaboró con el rescate del velero suizo Mirabaud en el Océano Atlántico consistiendo su tarea en asumir la escolta de éste y acompañarlo hasta cercanías de Mar del Plata, momento en el que esta acción fuera traspasada a la patrullera Punta Mogotes.6​7​


Equipamiento electrónico

Los distintos sistemas del buque han sido integrados localmente mediante el sistema llamado Miniaco, que presenta toda la información disponible en tres pantallas digitales.

Control de armas

Thompson-CSF Sistema Vega.
CSEE Panda MK2 Director óptico.
NASA para 40 mm director optrónico.
Radares
Búsqueda Aire/Superficie: Thompson-CSF DRBV 51A con IFF.
Navegación: Decca TM 1226, reemplazado por un ARPA Navigation Radar de Consilium Celesmar
Control de tiro: Thompson-CSF DRBC 32E.
Sonar
Thompson Sintra Diodon, búsqueda y ataque.
Señuelos
Lanzadores Chaff/Flare Dagaie; Señuelo de torpedos SQL-25

martes, 20 de febrero de 2018

Buscan sumar nuevos vuelos a las islas... para ayudar a los kelpers

Buscan sumar nuevos vuelos a Malvinas

Invitarán a compañías de Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay para que operen vuelos semanales a las islas




La Nación

Los gobiernos de la Argentina y el Reino Unido realizan gestiones conjuntas ante los Ejecutivos de Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay con el fin de invitar a compañías de esos países para que operen vuelos semanales a las Islas Malvinas, según confirmó Cancillería a través de un comunicado.

El proyecto impulsa la concreción de un vuelo semanal proveniente de alguno de los mencionados países que, dos veces por mes, deberá realizar una escala en territorio continental argentino en un aeropuerto de relevancia, a ser consensuado con las autoridades aeronáuticas locales.

"Estos vuelos se realizarán en el marco de la Declaración Conjunta y el Canje de Notas suscriptos bajo fórmula de soberanía por los Gobiernos de la Argentina y el Reino Unido el 14 de julio de 1999, que constituye la base legal para vuelos entre las Islas Malvinas y terceros países", sostiene una comunicación difundida por el Palacio San Martín.


Desde 1999 existe un vuelo regular semanal entre Punta Arenas, Chile, y las Islas Malvinas, con dos escalas mensuales en Río Gallegos, una en cada dirección, a cargo de la aerolínea LATAM.




"La posible nueva conexión aérea permitirá un contacto más fluido con las Islas, contribuyendo a generar un clima de confianza y acercamiento con sus habitantes, siendo éste uno de los caminos que nos permitan alcanzar un mayor diálogo y entendimiento entre el continente y el territorio insular de las Islas Malvinas", remarca el texto de Cancillería.

Agencia: Télam

viernes, 16 de febrero de 2018

Geoffrey Cardozo, el diseñador del cementerio de Darwin

Habla el oficial inglés que construyó el cementerio de Darwin: “Cada uno de esos soldados era mi hijo”

Cristina Perez


La guerra de Malvinas había terminado. El coronel británico Geoffrey Cardozo, 32 años por aquel entonces, fue encomendado con una misión dolorosa: juntar los cuerpos de los caídos y brindarles sepultura digna. Junto a un grupo de expertos, el oficial inglés cuidó minuciosamente los cadáveres de los soldados argentinos y procuró guardar sus pertenencias en bolsas de plástico para que pudieran ser identificados en un futuro. En el pasado diciembre, las tareas llevadas a cabo por la Cruz Roja en Malvinas permitieron identificar los restos de 88 de las 121 tumbas que yacen en el cementerio de Darwin. En Confesiones, Cardozo contó qué sintió al tener que enterrar a todos esos héroes sin nombre y reveló las conmovedoras charlas que mantuvo con sus familiares. Además, expresó su emoción al volver a Malvinas después de 35 años, como parte de la comitiva de la Cruz Roja y el alivio de finalmente haberle devuelto los nombres a “sus chicos”.



El coronel británico Geoffrey Cardozo.




Cristina Pérez: Hace unos meses, me dio su palabra de que iba a hablar con nosotros pero me dijo también que para usted era muy importante esperar que se conociera la identificación de los soldados.

Geoffrey Cardozo: Si. Yo pensaba en los familiares. Esos familiares han estado constantemente en mis pensamientos. Han estado bajo un gran estrés y han demostrado una enorme paciencia y coraje. El proyecto de identificación y, sobre todo el anuncio de sus resultados, debe haber puesto a mucha gente en su país bajo una gran presión.

Cristina Pérez: Mucha gente en Argentina no sabe cómo se construyó el cementerio de Darwin. Usted era muy joven, tenía 32 años, cuando le tocó esta misión inesperada en su vida. Quiero que le cuente a los argentinos cómo construyo el cementerio de Darwin y con qué se encontró.

Geoffrey Cardozo: Para esa época, era también un soldado normal como los suyos. Y nunca había construido un cementerio antes. No es lo que aprendimos en la escuela militar. Fue con un poco de imaginación y mucha ayuda de los expertos de nuestros cementerios militares ingleses que nos dieron una idea de como construir y lograr algo bueno y bello.

Cristina Pérez: Lo que le dio espanto en ese momento es que cuando se encontró con los cuerpos de nuestros soldados, no tenían la chapa de identificación. Usted no podía creer que no tuvieran el nombre.

Geoffrey Cardozo: Este fue un gran problema para mí. Pensaba en los familiares. En las madres. Tenía jóvenes soldados en el suelo y no podía identificarlos. Buscaba en sus bolsillo cartas y algunas veces tenía éxito. Pero normalmente, no. Esto para mi era muy difícil. Para mi, cada uno de esos soldados eran mis hijos. Yo no podía enterrarlos sin hacer un esfuerzo enorme para hallar su identidad. Entonces pensaba que sería una buena idea cuando estaba a punto de enterrarlos, de poner en los bolsillos de cada chico, plásticos de PVC. Por si un día en el futuro tuviéramos una oportunidad para exhumar a estos soldados y ver quiénes eran. Es un milagro lo que ha pasado en los últimos meses. Lo que ha hecho la Cruz Roja.

Gonzalo Sánchez: ¿Cómo eran esos entierros? Pequeñas ceremonias? Eran momentos de silencio? Se rendía algún tipo de honor?

Geoffrey Cardozo: Cuando empezamos en los primeros días, hicimos pequeñas ceremonias para cada uno de los soldados donde los hallamos. Pero algunas semanas más tarde, cuando recibí la orden de recoger todos los cuerpos, hicimos una ceremonia en el cementerio con tres sacerdotes con nuestros soldados y nuestro comandante también. Como si los soldados argentinos fueran ingleses. Exactamente la misma ceremonia que tuvimos para nuestros hombres. Con el toque del silencio y oraciones.

Cristina Pérez: ¿Cómo fue para usted acompañar a los que buscaban, al fin, la verdad gracias al trabajo que usted había hecho creyendo que algún día iba a ser posible un ADN?

Geoffrey Cardozo: Para mi fue un privilegio ayudar al equipo de la Cruz Roja en julio del año pasado. No he pasado mucho tiempo en el cementerio. Durante algunos días, para asegurarme que estos expertos sabían lo que yo había hecho. Dónde estaban los cuerpos, a qué profundidad. Pero cuando volví al cementerio, no lo había visto durante 35 años. Fue un poco difícil para mi pero este proyecto era tan importante que yo lo he hecho con placer, determinación y enorme satisfacción.

Gonzalo Sánchez: ¿Qué sintió cuando volvió a ver ese cementerio?

Geoffrey Cardozo: El cementerio ahora es mucho más bello que cuando yo lo construí, semanas después del conflicto. Era muy sencillo en ese entonces. Y ahora, la Argentina ha construido un monumento maravilloso, una larga cruz blanca. Cada tumba tiene su cruz de piedra. Es mucho más bonito que lo hecho hace 35 años.

Cristina Pérez: ¿Cómo eligió hace 35 años el lugar donde iba a estar el cementerio? ¿Fue difícil encontrar un lugar?

Geoffrey Cardozo: No. He tenido un enorme orgullo con este cementerio. Cuando nosotros lo construimos, lo hemos hecho como si este cementerio quede en las islas para siempre. Nosotros, los soldados, pensamos que el cementerio sería permanente. Nuestro general nos dijo que sería una buena idea poner veinte soldados argentinos en el cementerio inglés. Entonces tendríamos un cementerio con soldados de las dos naciones.

Cristina Pérez: En un momento usted se enteró que le preocupaba mucho a las familias saber cómo habían sido sepultados sus hijos. Y usted viajó para explicarle a las familias cómo había tratado el cuerpo de sus hijos.

Geoffrey Cardozo: Tenía algo muy profundo en mi ser. No podía pensar que las familias no supieran lo que había pasado con sus seres amados. Yo había oído que algunas personas creían que los ingleses habían cavado una fosa común. Esto para mi era muy penoso oír. Quería decirle cara a cara a cada madre, hermana, mujer y chico de estos soldados que mis compañeros y yo habíamos hecho un trabajo muy difícil y que cada chico tenía su tumba individual. Mi tiempo en Corrientes, Chaco y algunas provincias más fue muy importante para las familias. Para cicatrizar heridas.

Cristina Pérez: ¿Qué es lo que recuerda que le dijeron los familiares en esos encuentros?

Geoffrey Cardozo: Sorprendidos. No sabían lo que yo iba a decir y por qué hablaba tan tranquilamente con ellos. Cuando yo me fui a las islas, mi madre estaba muy ansiosa. Fueron momentos muy tranquilos, cariñosos, emotivos y conmovedores hablando con las familias de los soldados argentinos.

Cristina Pérez: ¿Qué siente hoy al saber que en las tumbas ya no hay soldados desconocidos?

Geoffrey Cardozo: Es un milagro que hayamos identificado a 88 de ellos. Pero hay otros que aún no han sido identificados y tenemos que continuar con nuestro trabajo para ver quiénes son estos soldados. Me han dicho que hay familias que en los últimos días han dado su muestras de ADN.

Cristina Pérez: ¿Qué significa para usted que los enterró?

Geoffrey Cardozo: Un alivio enorme. Una satisfacción. Nunca he visto en mi vida algo tan importante. Para cada hombre que hemos identificado, hay que pensar cuántas personas tienen alivio y felicidad. Para cada uno, hay una familia de diez, quince personas. Para cada hombre hay un montón de personas que sienten un alivio. Y cuando hay 88, yo no soy matemático, pero ha sido un resultado fabuloso.

miércoles, 14 de febrero de 2018

Relatos del conflicto: La historia del oficial

La historia del oficial


Malcolm Hunt se retiró de los Royal Marines como general de división, pero nada en una carrera distinguida lo afectó tanto como un breve período en 1982 cuando, como teniente coronel, comandó 40 Comandos en las Malvinas.

"Después de la rendición en [Port] Stanley [en East Falkland], Jeremy Moore [comandante de las fuerzas terrestres durante la Guerra de las Malvinas] me agarró del ventilador y dijo que quería que tomara la rendición en West Falkland, donde No sabía que estaba terminado. Fuimos [en botes] al Estrecho Falkland [el estrecho que corre entre las islas] y soplaba un vendaval, así que tuvimos que regresar al Puerto San Carlos [en el Este]. a Port Howard [en el oeste] en un helicóptero y habló con el coronel argentino allí por teléfono. No quería molestarlo indebidamente. No quería decir que queríamos rendirnos, así que le dije que venían a supervisar su expulsión de las islas. Él dijo: "Bien, ¿a qué hora llegarás? Estaremos en el campo de fútbol y te pondremos [aterrizando] humo por ti". Llegamos allí y negociamos los términos de rendición y se fueron.



"Entonces comenzamos a despejar la playa donde habríamos desembarcado [desde los barcos]. Había dos barriles de petróleo de 40 galones con explosivos conectados a 135 minas antitanque. No sé cuántos de nosotros hubiéramos sobrevivido. El mal tiempo salvó nuestras vidas.

"Sentí en ese momento y aún siento que ningún otro país podría haberlo hecho, monté [la operación] desde 8,000 millas de distancia. Eso siempre ha sido motivo de orgullo.

"Personalmente creo que el reclamo argentino es falso. Por todo lo que pontificó, la presidenta dijo que no iría a la guerra. Quieren recuperar las islas, pero no creo que hagan nada. Intentar tomarlas por sorpresa, con la inteligencia moderna tal como es, sería difícil.

"La guerra cambió muchas de nuestras vidas. Recientemente tuve que presentar Elizabeth Cross [un nuevo premio para las familias de los muertos] a la hija de un marine que fue asesinado. Ella ni siquiera había nacido en ese momento: había dejado una una prometida embarazada detrás. Recuerdo haber asistido a su funeral y 30 años después le estaba dando la Cruz Elizabeth a su hija. Fue muy conmovedor, su padre fue su héroe.

"Otro marine, su amigo, estaba allí. No peleaba mucho, pero después de la guerra, de repente sintió una enorme sensación de culpa de haber sobrevivido y su compañero no. Sufría de estrés en el combate, perdió su trabajo y El matrimonio y él se rompieron. La Asociación de la Medalla del Atlántico Sur pudo proporcionar una manta y estuvo allí para la presentación de Elizabeth Cross con su nueva prometida. Fue muy conmovedor ".

lunes, 12 de febrero de 2018

Relatos británios de la guerra (11): La kelper desafiante

La historia de la isleña

The Independent

Lisa Watson tenía solo 12 años cuando los argentinos invadieron, y vieron el conflicto a través de los ojos de una colegiala. Hoy es madre de un hijo y editora del periódico semanal 'Penguin News' de las Malvinas bajo ocupación británica

"Desde muy joven escuché a mi padre comentar: 'No se trata de si Argentina invade, es cuestión de cuándo'. Como tal, el espectro del conflicto armado se cernió sobre mi vida casi desde que pude hablar hasta el 2 de abril de 1982, cuando mi abuela me despertó a las 6 am y me sugirió: "Bajen, querido, el tiroteo comenzó".



"Me estaba quedando con mi abuela, ya que mis padres tenían una granja a cierta distancia. Afortunadamente, ella era una mujer valiente, y cuando vimos proyectiles volando sobre nuestras cabezas y escuchamos el zumbido de las armas pequeñas al pasar la casa, ella me consoló diciendo: : 'Es un poco como fuegos artificiales, ¿verdad?'

"Las cosas no se calmaron una vez que fui transportado a la granja de mis padres. Temprano fuimos perseguidos por las tropas que salían de los helicópteros, abrían la puerta de un puntapié y buscaban en la casa. Más tarde cesaron, pero alrededor de 100 conscriptos argentinos acamparon cerca y Llamaron con frecuencia a la casa, mendigando comida o preguntando, sospechosamente con esperanza, "¿Ya se han cerrado las tropas británicas?"

"Nuestro primer encuentro con los soldados británicos fue a altas horas de la noche cuando un golpe en la puerta nos sorprendió, no teníamos ni idea de su llegada, nuestras ventanas estaban oscurecidas por la noche, a las órdenes de las autoridades argentinas. Con la sonrisa más amplia que tengo visto alguna vez en el rostro de mi padre, dio la bienvenida a los hombres del Servicio Especial de Embarcaciones.

"Hace menos de dos años, pudimos darle la bienvenida a uno de esos hombres a la granja, cuando visitó para conmemorar la pérdida de un camarada. La gratitud sentida en 1982 no ha disminuido. Los veteranos hacen visitas frecuentes y cada uno recibe un tratamiento. como un viejo amigo

"Las Malvinas se han desarrollado desde esos días. La economía está sana como resultado de la venta de licencias de pesca a compañías extranjeras, y como tales, las islas son económicamente autosustentables en todo menos en defensa.

"Argentina sigue siendo una espina constante con sus frecuentes intentos de socavar la economía y cabildear para conversaciones sobre soberanía, pero trabajamos silenciosamente en torno a eso.

"La motivación entre los isleños para hacer que las Islas Malvinas sea lo mejor posible es alta, con la firme esperanza de que los veteranos visitantes y las familias de aquellos que perdieron a sus seres queridos se irán sintiendo que, de alguna manera, podría haber valido la pena. "

sábado, 10 de febrero de 2018

Relatos del conflicto: La viuda de un marino del HMS Argonaut

La historia de la viuda


Tres décadas después, Margaret Allen, de 54 años, sigue llorando mientras describe el día en que se despidió de su marido por apenas dos semanas. El marino Iain Boldy, de 20 años, fue muerto en un ataque aéreo contra la 'HMS Argonaut' el 21 de mayo de 1982

"Nunca se ha ido. Los diferentes conflictos y guerras en los que estamos involucrados lo mantienen activo en mi memoria.



"Iain y yo estuvimos casados ​​dos semanas. Antes de irse dijo que quería ir a una iglesia cuando todo estuviese en silencio. Nos sentamos allí. Estábamos tan felices. No podíamos estar uno al lado del otro sin tomarnos de la mano. Se detuvo y se volvió hacia mí y le dije: 'Por favor, no'. Sabía lo que iba a decir. Me dijo: 'Voy a morir'. Y dije, 'Si mueres, te mataré'. Luego nos reímos, siempre nos reíamos. Lo amaba más que a nada en todo el mundo, nada puede cambiar eso.

"Lo llevé a la estación. Me iba enviando besos con la mano por la ventana. Eso fue lo último que vi de él."

"El 21 de mayo, cuando estaba viendo la televisión, descubrí que cinco naves fueron alcanzadas. Estaba en la casa de su abuela con su madre. Le dije que algo le había sucedido a Iain. Su madre dijo: 'No, no', pero no pude dejar de sentirlo. Me senté en las escaleras y llamé al número en Plymouth. Me llevó horas llegar. Era terrible. Tan pronto como terminé, me dijeron que los familiares serían informados. Volví a lo que solíamos llamar nuestro hogar feliz

"Llegué a casa, literalmente, unos 10 minutos cuando sonó la campana y había un sacerdote católico que nunca había visto en mi vida. Me dijo que Iain había desaparecido, que se suponía muerto. Pensé: 'Está bien, eso significa que hay una posibilidad'. . ' Empecé a inventar historias en mi mente.

"Cuatro días más tarde, el mismo sacerdote regresó para decir que habían recuperado su cuerpo. Para entonces ya lo habían enterrado en el mar. Era horrible. Primero estaba desaparecido, luego estaba muerto pero enterrado en el mar. Se necesita todo que es esencial para que pueda procesar los eventos, empiece a aceptarlo.

"Tres meses después llegué a casa y su bolso naval estaba en la entrada de mi casa. Me tropecé con él en la oscuridad. No culpo a nadie, pero de repente pensé que estaba en casa. Todavía puedo sentir esa bolsa de viaje.

"Diez años después, durante la Guerra del Golfo, estaba mirando televisión mientras un soldado iraquí se rendía. Pensé: '¿Cuándo vamos a aprender?' Estaba llorando y mi hijito, que tenía tres años, dijo: 'Mami, ¿por qué siempre lloras?' Sabía que tenía dos opciones. Tenía que dejar a mis dos hermosos hijos o conseguir algo de ayuda. No podría inflingirme esto más.

"Me diagnosticaron un trastorno por estrés postraumático. Ahora soy voluntario en Combat Stress y como miembro del equipo educativo en el National Memorial Arboretum. Hemos hecho mucho desde entonces, pero no hemos dedicado suficiente tiempo y dinero para apoyar a los militares. comunidad con problemas de salud mental. El mayor problema que tenemos es la falta de conciencia de lo que las familias atraviesan ".

jueves, 8 de febrero de 2018

VGM: Juan Carlos Ianuzzo y el reclamo eterno

La historia de Argentina

The Independent

Defensor de los derechos de los veteranos argentinos, Juan Carlos Ianuzzo era un capitán naval de 35 años cuando recibió órdenes de 'reclamar' las Malvinas. Hoy es secretario de la Asociación de Veteranos Malvinas.

"Recuerdo vívidamente el momento en que me di cuenta de que finalmente íbamos a reclamar Malvinas de los ingleses. Era 1982 y había sido un profesional en la armada durante 11 años. Tenía una esposa y dos niños pequeños y nos informaron que éramos solo un día antes de partir zarpamos. Cuando llamé a mi esposa para decirle que me iba, le dije lo que aún creo que es cierto: que íbamos a una gloriosa misión para recuperar lo que por derecho es nuestro. En ese momento Nunca pensé que terminaría en la guerra.



"Las Malvinas son tan argentinas como el tango. Es en nuestra constitución nacional que es obligación de cada ciudadano luchar por su regreso y desde que era niño nos enseñaron que las islas nos las habían robado, pero que un día los recuperaríamos.

"Cuando comenzó la guerra, recuerdo haber pensado que estaba dispuesto a dar la vida por mi país, incluso si eso significaba no volver a ver a mi familia nunca más.

"A pesar de que fue hace 30 años, recuerdo la noche en que recuperó las islas como si fuera ayer. Por delante de nosotros habíamos enviado buzos tácticos, quienes tenían la tarea de atacar al destacamento de la Marina Británica, pero no había nadie allí. el aeropuerto y luego la casa del gobernador. Después de eso, los recuerdos se ponen bastante feos. Lo importante es recordar el valor con el que nuestros soldados lucharon en las islas. Fue una amarga tristeza cuando tuvimos que rendirnos.

"Después fue un momento difícil para Argentina. El gobierno militar había terminado y aunque la mayoría de los argentinos pensaban que la guerra estaba justificada al principio, no querían reconocer ni ayudar a los veteranos que se hicieron conocidos por tener problemas de salud mental. Muchos se suicidaron. Soldados de ambos bandos sufrieron antes y después de la guerra. Desde que dejé la marina me he dedicado a mi trabajo en la Asociación de Veteranos Malvinas. Aquí pasamos años luchando por los derechos de los veteranos y finalmente, en 2005, el gobierno dio una pensión estatal para todos los que sirvieron en la guerra.

"El nacionalismo ahora está muerto. ¡Algunos jóvenes ni siquiera saben dónde están las islas! Pero la lucha no ha terminado: todavía estamos luchando por que las Malvinas nos sean devueltas y nunca nos daremos por vencidos". Entrevista por Annie Kelly

martes, 6 de febrero de 2018

Cantante para recital hasta que espectador se saque bandera británica

"Sacate esa remera": el enojo de El Mono de Kapanga en pleno show


El cantante se enojó porque uno de sus fanáticos tenía una con la bandera de Inglaterra.




"Sacate esa remera": el enojo de El Mono de Kapanga en pleno show
   El cantante de Kapanga, Martín El Mono Fabio paró el recital en las últimas horas en el festival de Baradero Rock para hacerla cambiar a un chico la remera que tenía la bandera de Inglaterra.

   “Tapate esa remera”, le exigió enojado El Mono a uno de sus fanáticos.



   Un video muestra el momento donde el cantante lo descubre y le pide que se la cambie y le da otra.

   Antes de arrancar a cantar, El Mono les dejó una reflexión a sus seguidores: "Esa moda, piénsenlo bien. Muchos inconscientemente se ponen una remera que tiene la bandera inglesa. Pónganse la remera con la bandera de Argentina, papá", cerró.

   La banda se va a presentar el próximo domingo en Monte Hermoso. (Bing bang y La Nueva.)



Aviones del COAN y la FAA en el conflicto

Perfiles de aviones argentinos en el conflicto