sábado, 7 de junio de 2025
domingo, 6 de abril de 2025
ARA: El desempeño hasta el 4 de Mayo

El desempeño de la Armada de la República Argentina
La Fuerza de Tareas 79, más conocida como la Fuerza de Tareas del Atlántico Sur (FLOMAR) de la Armada Argentina, jugó un papel crucial durante el conflicto de las Islas Malvinas en 1982. La FLOMAR, integrada principalmente por buques de la Flota de Mar de la Armada Argentina, fue una pieza central en la estrategia argentina para recuperar y mantener el control de las islas frente a la respuesta militar británica. A continuación, se presenta un informe detallado sobre el desempeño de la FLOMAR hasta el 4 de mayo de 1982.
Contexto Operacional
La FLOMAR, en su núcleo, estaba diseñada para operaciones de alta mar y protección de la soberanía marítima argentina. Para el conflicto de Malvinas, la Armada Argentina desplegó una flota diversa que incluía destructores, fragatas, corbetas, submarinos y un portaaviones, el ARA Veinticinco de Mayo. La misión principal de la FLOMAR era proporcionar apoyo naval a las fuerzas terrestres argentinas desplegadas en las islas y, al mismo tiempo, enfrentar y neutralizar la Task Force británica enviada para recuperar las Malvinas.
Composición de la FLOMAR
A comienzos de abril de 1982, la FLOMAR estaba compuesta por varias unidades clave:
ARA Veinticinco de Mayo: Portaaviones clase Colossus modificado, que era el buque insignia de la Armada. Su capacidad para operar aviones de combate A-4Q Skyhawk y S-2 Tracker era crucial para las operaciones de ataque y reconocimiento.
Destructores Clase Type 42: Como el ARA Hércules y el ARA Santísima Trinidad, equipados con misiles superficie-aire Sea Dart, diseñados para la defensa aérea de la flota.
Destructores Clase Fletcher y Gearing: Como el ARA Piedra Buena y el ARA Bouchard, con roles de escolta y defensa antiaérea.
Corbetas Clase A69: Como el ARA Drummond, destinadas a tareas de patrullaje y guerra antisubmarina.
Submarinos Clase Balao y Tipo 209: Como el ARA Santa Fe y el ARA San Luis, que realizaron operaciones de reconocimiento y ataque.
Operaciones Iniciales
El 2 de abril de 1982, Argentina recuperó las Islas Malvinas mediante la Operación Rosario. Posteriormente, la FLOMAR se movilizó para asegurar el control del área marítima alrededor de las islas y preparar la defensa ante la inminente respuesta británica. El ARA Veinticinco de Mayo desplegó aviones para misiones de patrullaje y reconocimiento en el Atlántico Sur.
La FLOMAR operó principalmente en dos áreas:
Área de Operaciones de la Fuerza de Tareas 79.1: Comandada por el Contralmirante Gualter Allara, esta fuerza incluía al ARA Veinticinco de Mayo y varios destructores. Sus misiones se centraron en establecer una presencia naval disuasoria y estar lista para interceptar cualquier incursión británica.
Área de Operaciones de la Fuerza de Tareas 79.3: Incluía submarinos como el ARA San Luis y unidades de superficie encargadas de tareas de patrullaje y protección de las islas.
Enfrentamiento con la Task Force Británica
A mediados de abril, la FLOMAR comenzó a enfrentar la realidad de la Task Force británica, liderada por los portaaviones HMS Hermes y HMS Invincible. La FLOMAR intentó utilizar su ventaja inicial en términos de proximidad y familiaridad con las aguas del Atlántico Sur.
Operación Algeciras: Una operación de comandos en Gibraltar, destinada a atacar unidades navales británicas, fue cancelada antes de su ejecución, privando a la FLOMAR de un golpe estratégico significativo.
Patrullas de Submarinos: El ARA San Luis desempeñó un papel crucial en las operaciones de guerra submarina. Sin embargo, los problemas técnicos y la falta de coordinación en los ataques con torpedos limitaron su efectividad.
El 1° de Mayo de 1982: Primeros Combates Directos
El 1 de mayo marcó el primer enfrentamiento directo entre las fuerzas argentinas y británicas. La FLOMAR fue parte de una operación más amplia para hostigar a la Task Force británica, intentando atacar sus posiciones.
Ataques Aéreos: Los aviones del ARA Veinticinco de Mayo realizaron salidas para identificar y atacar unidades británicas. Sin embargo, las condiciones meteorológicas y la eficiencia de las defensas británicas complicaron estas misiones.
Intento de Ataque con el ARA Veinticinco de Mayo: El portaaviones argentino intentó lanzar un ataque aéreo con sus A-4Q Skyhawk. A pesar de las dificultades logísticas y tácticas, la misión fue abortada cuando se confirmó que los portaaviones británicos se encontraban fuera del alcance efectivo.
Pérdida del ARA General Belgrano
El 2 de mayo de 1982, la FLOMAR sufrió una de sus pérdidas más significativas. El crucero ARA General Belgrano, que formaba parte de la Fuerza de Tareas 79.3, fue torpedeado y hundido por el submarino nuclear británico HMS Conqueror. Esta acción marcó un punto de inflexión en la guerra naval. El hundimiento del General Belgrano resultó en la muerte de 323 marinos, representando casi la mitad de las bajas argentinas en el conflicto.
Este evento tuvo consecuencias estratégicas y operativas inmediatas. La Armada Argentina retiró el ARA Veinticinco de Mayo y otras unidades principales hacia aguas más seguras, cerca de la costa argentina, para evitar nuevas pérdidas. Este repliegue limitó las opciones ofensivas de la FLOMAR y permitió a la Task Force británica operar con mayor libertad en la zona de exclusión alrededor de las Malvinas.
Operaciones hasta el 4 de Mayo
Después del hundimiento del General Belgrano, la FLOMAR adoptó una postura más defensiva. La flota argentina se concentró en proteger los accesos al continente y en evitar un enfrentamiento directo con la Task Force británica, que contaba con superioridad tecnológica y de alcance, especialmente con sus submarinos nucleares y aeronaves embarcadas.
Submarino ARA San Luis: Continuó sus operaciones, pero sin éxito significativo debido a fallas en sus sistemas de armamento, como torpedos que no impactaron a pesar de detectar blancos enemigos.
Protección del ARA Veinticinco de Mayo: Con el portaaviones alejado de la zona de conflicto directo, su capacidad ofensiva quedó severamente restringida, limitando el alcance de las operaciones aéreas argentinas.
Conclusiones hasta el 4 de Mayo
Hasta el 4 de mayo de 1982, la FLOMAR enfrentó un entorno extremadamente desafiante. La combinación de la tecnología avanzada de la Task Force británica, junto con la superioridad en inteligencia y logística, puso a la Armada Argentina en una situación difícil. La pérdida del ARA General Belgrano y las limitaciones operativas del ARA Veinticinco de Mayo obligaron a la FLOMAR a revaluar su estrategia, enfocándose más en la defensa que en la ofensiva.
El desempeño de la FLOMAR hasta esta fecha muestra tanto la valentía como las limitaciones técnicas y estratégicas de la Armada Argentina en un conflicto moderno contra una potencia naval como el Reino Unido. La guerra de las Malvinas se convirtió en un conflicto asimétrico, donde la FLOMAR intentó maximizar sus recursos en un escenario adverso, enfrentando desafíos significativos que finalmente influyeron en el curso de la guerra.
sábado, 29 de marzo de 2025
28 de marzo: Inicia la Operación Rosario
Inicia la Operación Rosario
Domingo 28 de marzo de 1982: se ponía en marcha una de las páginas más gloriosas de la historia argentina contemporánea —el inicio de la Operación Rosario, acción militar concebida para recuperar un territorio usurpado por la fuerza desde 1833.
Ese mediodía, desde la Base Naval de Puerto Belgrano, zarpaba la Fuerza de Tareas Anfibias 40 (FT-40) bajo el mando del Contraalmirante Carlos Busser, llevando en su seno el mandato de la Nación de restaurar la soberanía en las Islas Malvinas.
El ARA Santísima Trinidad (D-2), como buque insignia del Grupo de Escolta y Desembarco, se hacía a la mar acompañado por el destructor ARA Hércules, las corbetas misilísticas Clase A-69 ARA Drummond (P-1) (hoy P-31) y ARA Granville (P-3) (hoy P-33), el portaaviones ARA 25 de Mayo, el submarino ARA Santa Fe, y hasta el rompehielos ARA Almirante Irízar, encargado de transportar hombres, vehículos y helicópteros. El rumbo era el sur del Atlántico, pero su verdadero destino no sería revelado sino hasta el jueves 1 de abril a las 11:30, cuando, por los altoparlantes de las embarcaciones, se anunció oficialmente la misión. La cuenta regresiva había comenzado.
Esa noche, bajo un cielo despejado y buena visibilidad, se produjo el primer paso de la operación: el desembarco silencioso de los buzos tácticos argentinos. A las 21:00, unos cien hombres fueron llevados a la costa en botes neumáticos. Una vez todos reunidos en la playa, a las 0:30 del viernes 2 de abril, se inició la marcha hacia el objetivo: la base de los Royal Marines. Avanzaron ocho kilómetros en cinco horas, movidos por la convicción de una causa justa.
La base se encontraba vacía. La marcha continuó hacia la capital de las islas. En el camino, fueron encontrando grupos aislados de marines británicos, que alzaban banderas de parlamento. Mientras tanto, el resto de la fuerza de desembarco —unos cuatrocientos efectivos— se alistaba para movilizarse en vehículos anfibios.
El punto más tenso se vivió en la residencia del gobernador colonial, Rex Hunt, convertida en último bastión de resistencia. Allí resonaron los primeros disparos de la recuperación. El Capitán de Fragata Pedro Giachino, al ingresar al patio de la casa, fue herido gravemente. Pese a los esfuerzos médicos, se convirtió en el primer mártir de la gesta.
A las 08:30, los disparos cesaron. La "Operación Rosario" había culminado con éxito. La Bandera Nacional volvía a flamear en el corazón de las Malvinas, donde jamás debió haber sido arrancada.
El nombre de la operación no fue casual. Rinde homenaje a un episodio heroico de 1806, durante la Primera Invasión Inglesa, cuando el también Capitán de Fragata Santiago de Liniers acudió a la Basílica de Nuestra Señora del Santísimo Rosario —ubicada en Defensa y Belgrano, a pasos de su hogar— y pidió a la Virgen su amparo antes de reconquistar Buenos Aires. Liniers cumplió su promesa: tras la rendición de Beresford, el 24 de agosto, ofrendó en ese templo las banderas tomadas a los británicos: una del temido Regimiento 71 de Highlanders —jamás vencido hasta entonces— y dos navales.
Durante la Segunda Invasión, los hombres de Whitelocke tomaron la iglesia e intentaron recuperar las insignias, pero fueron derrotados. Aquellas tres banderas permanecen hasta hoy en la Basílica de Santo Domingo, sagradas ofrendas a la Virgen del Rosario desde 1806.
Ese fue el honor histórico que inspiró el nombre de la operación que, el 2 de abril de 1982, devolvió por la vía de los hechos la soberanía argentina sobre nuestras Islas Malvinas, en una acción que —más allá de su desenlace— permanece en la conciencia nacional como una reivindicación legítima y heroica del derecho argentino sobre su territorio.
martes, 11 de marzo de 2025
Testimonio: Capitán de Navío IM (R) VGM Eduardo Galliussi - BIM 5
jueves, 2 de enero de 2025
martes, 22 de octubre de 2024
APBT: Fallece el legendario Carlos Cequeira, primero en desembarcar el 2 de Abril
El entrañable recuerdo de Carlos Cequeira, el primer soldado en pisar las Islas Malvinas la noche previa al comienzo de la guerra
En
el operativo de recuperación, fue uno de los comandos anfibios que tuvo
como misión tomar el cuartel de los Royal Marines y la casa del
gobernador. Nunca quiso volver a las islas porque no toleraba que le
sellaran el pasaporte. Murió a los 69 años y vivía en Ushuaia
Por Adrián Pignatelli || Infobae

Que en realidad pisar no fue lo primero que hizo en suelo malvinense, sino que como llevaba las patas de ranas puestas, cayó de espaldas, contaba siempre entre risas. Tenía entonces 27 años, casado, era cabo principal y en 1975 había hecho el curso de comando. Uno de sus compañeros de entonces, el coronel Andrés Ferrero, también veterano de Malvinas, lo recuerda como un tipazo y una de esas personas que siempre estaba dispuesta a ayudar.
Se llamaba Carlos Eduardo Cequeira,
comando anfibio al que todos conocían como “el Negro”, y falleció el
pasado sábado en la ciudad de Ushuaia, donde residía, luego de una larga
enfermedad.
Junto a Bernardo Schweizer
fueron los primeros argentinos en pisar las islas alrededor de las diez
de la noche del 1° de abril, en una navegación que la realizaron en un
kayak, que hoy es una reliquia en el Museo de la Infantería de Marina.

Cequeira y Schweizer tienen una historia aparte. Cuando en 1980 Schweizer, un teniente de corbeta recién ascendido, hizo el curso comando, Cequeira, un suboficial, fue su instructor. Enseguida congeniaron. El Negro Cequeira era alegre y comunicativo, y con un talento innato para la enseñanza. Ambos estaban casados, y ninguno tenía aún hijos. Es más: Malvinas interrumpió la luna de miel de Schweizer.
Cuando se planeó la recuperación, el jefe de Schweizer le indicó que eligiese a los mejores comandos para la misión que tenían por delante. Y escogió a Cequeira como compañero de combate, en quien confiaba ciegamente. Corpulento, medía casi dos metros, decía que lo había elegido para que “le tapase las balas”.
El 21 de marzo habían entrado en alerta y su agrupación, que estaba en la Base de Mar del Plata, fue llevada a Puerto Belgrano, donde embarcaron en la fragata Santísima Trinidad. Sabían la misión: tomar un cuartel y una sede de gobierno, y luego debían realizar una evacuación inmediata. Pero no le dijeron cuál ni dónde era.

En viaje hacia el sur, se les informó que habían puesto proa a Malvinas y que integrarían el equipo que recuperaría las islas. En la noche del 1° de abril, luego de atravesar una tormenta de aquellas, el buque ancló en las inmediaciones de la bahía Enriqueta. Entonces, 94 comandos anfibios y buzos tácticos de la Armada ocuparon 22 botes de goma y un kayak a un mar que estaba increíblemente calmo, y con una luna que alumbraba por demás. Al mando estaba el capitán de corbeta Guillermo Sánchez Sabarots y su segundo era el capitán de fragata Pedro Giachino.
Navegaron en botes de goma a motor hasta la rompiente, y ahí Schweizer y Cequeira se pasaron al kayak, que llevaban remolcado. Era un modelo alemán, completamente desarmable para que pudiese transportarse en un submarino.
Ellos debían asegurar la zona para que pudiera desembarcar el resto de los comandos. Ambos conocían el plan a seguir por si a uno le pasaba algo, el restante debía terminar la misión.
Schweizer con un visor nocturno y detrás Cequeira con un compás, guiaba la navegación. El primero intuyó ver una luz y presencia de hombres. “Me parece que vamos a cambiar de playa”, dijo y le pasó el visor a su compañero. “Sí, sí, hay hombres allá”, confirmó. Los estaban esperando. Después se enterarían que había británicos con dos ametralladoras.

Entonces buscaron un punto a unos quinientos metros de ese lugar, más al norte. Si bien era una playa más chica, comprobaron que estaba desierta, y fue cuando desembarcaron el resto de los hombres. Eran las 23 horas.
Dos horas después iniciaron la marcha hacia los dos objetivos: la casa del gobernador y el cuartel de los Royal Marines, puntos que debían tomar a las 6 de la mañana, y sin producir bajas. Para ello, la patrulla se dividió en dos grupos: unos fueron con Sanchez Sabarots y el otro con Giacchino.
Avanzaron en la oscuridad total, caminando por la turba mojada y sorteando toda clase de obstáculos.
Cequeira contó luego que hubo una débil resistencia de los soldados británicos, quienes les dispararon durante diez minutos y que luego desaparecieron del lugar. Lo primero que hicieron fue arriar la bandera inglesa e izaron la argentina, tarea que estuvo a cargo de Sánchez Sabarots y del suboficial Guillermo Rodríguez, comando anfibio.
Cuando este grupo de comandos se enteró del tiroteo en la casa del gobernador y que el capitán Giachino lo habían herido junto al cabo Urbina, se dirigieron al lugar.

Fue un civil argentino quienes les advirtió que detrás de la residencia había royal marines. Fueron hasta el lugar y lograron que se rindieran.
Los comandos tenían sentimientos encontrados: estaban eufóricos por la misión en la que participaban, pero tristes por Giachino. A Schweizer le ordenaron llevar el cuerpo del capitán al continente.
Regresaron a la Base Belgrano y el 8 de abril los comandos fueron movilizados a Río Gallegos, a la espera de una asignación de otra misión que nunca llegaría.
El kayak que usaron Cequeira y Schweizer tiene una costura en el frente, y el responsable de la marca fue el propio Cequeira, quien confesó que había usado su cuchillo para quitarse el traje de goma y cuando quiso clavarlo en la arena, lo ensartó en la embarcación.
El kayak se lo quedó Schweizer, y fue Cequeira quien le propuso donarlo. Primero estuvo en un museo de Río Grande y luego lo pidió el museo de la infantería de marina.
Unos años después de Malvinas, alcanzó las aptitudes para continuar su carrera como oficial. Fue un instructor de comandos muy querido por sus alumnos.
Amante del sur, se radicó en Tierra del Fuego. Con Schweizer eran amigos íntimos, las familias también, y vivían muy cerca uno del otro cuando revistaban en la Base de Puerto Belgrano.
En 2007, Schweizer dejó la marina y se radicó en el exterior. Siguió manteniendo el contacto con su viejo amigo. Hace un tiempo volvió y se enteró de que estaba gravemente enfermo. Hablaban por teléfono y si bien le notaba que su voz era débil, no había perdido ese carácter jovial y amiguero.
Le pidió que lo esperase, que en cuanto pudiera, iría a verlo. Pero no fue posible.

Al momento de su fallecimiento, ocurrido en Ushuaia, era capitán de fragata (cuerpo técnico) retirado a fines de 2018. Desde entonces era el encargado como el Museo Naval, reunía el perfil ideal para ello, por su carácter y su conocimiento sobre Malvinas, ya que además brindaba conferencias. Era un ávido lector de libros de historia.
Le gustaba navegar en kayaks, y hacía demostraciones de lo que había hecho la noche del 1° de abril en las horas previos a todos a cada aniversario del desembarco. Lo visitaban, de todas partes del país, viejos soldados.
El 8 de octubre había cumplido 69 años. Para todo el mundo era el Negro Cequeira, querido y admirado, que no quiso volver a Malvinas porque no toleraba que le sellasen el pasaporte, ese que a pesar que lo hizo con la espalda, fue el primero en tocar suelo malvinense.
viernes, 23 de agosto de 2024
martes, 7 de mayo de 2024
sábado, 30 de marzo de 2024
El movimiento de pinzas de la ARA
Esquema
corresponde a una planificación de nuestra ARA. Realizar un ataque de
pinzas, el 1 de Mayo de 1982, por el Norte atacarían el
portaaviones ARA 25 de Mayo y sus escoltas mientras que por el sur
sería el ARA Belgrano con sus escoltas. En principio no se llevó
adelante solamente, por falta de viento siendo que los A4Q no podían
despegar pudiendo haber más causas.
miércoles, 27 de diciembre de 2023
miércoles, 13 de septiembre de 2023
sábado, 17 de junio de 2023
martes, 13 de junio de 2023
miércoles, 7 de junio de 2023
Georgias del Sur: La ARA Guerrico se aproxima a Grytviken
martes, 23 de mayo de 2023
martes, 11 de abril de 2023
El accidente del Sea Lynx WG13
Incidente de vuelo con el segundo WG13
Relatos e historias de nuestros hombres.
Vivencias en Malvinas de Paul Loubet

Luego de realizarnos el examen médico completo que le corresponde a toda tripulación que sufrió un accidente, me reuní con el oficial a cargo de la investigación para hacerle mi relato de los acontecimientos y aclarar algunas dudas. Mientras tanto, el otro helicóptero Sea Lynx era sometido a una exhaustiva inspección tratando de detectar alguna falla o indicio que nos diera alguna idea de lo que había sucedido. Algunos hablaban de sabotaje porque hasta fines de marzo, había estado con nosotros un técnico de la Westland preparando el viaje de la comisión a Inglaterra para hacer el curso de los helicópteros en fábrica.
La Armada había adquirido diez helicópteros nuevos. Por supuesto que la comisión nunca se hizo y los helicópteros nunca llegaron. Se me ordenó preparar mi nuevo embarque, para llevar a un oficial de la Fuerza Aérea que iría como observador para ver el desempeño de los aviones Pucará lanzando torpedos. Fue así que con el Teniente de Navío Marcelo Miranda como comandante y una semana más tarde del accidente anterior, despegamos de la Base Aeronaval Comandante Espora con rumbo a la costa en donde nos contactaríamos con nuestro buque. También me tocó volar a la derecha, en el puesto del Comandante. La zona en donde hacíamos “pies húmedos” (que significa ingresando al mar, o “pies secos” ingresando en tierra firme”) era cercana a la Base de Infantería de Marina Baterías alejada unas cuantas millas de Espora.
Con rumbo a Baterías y a mitad de camino las revoluciones de una turbina comenzaron a oscilar y la presión de aceite a caer. Como el síntoma era igual al accidente que habíamos tenido siete días atrás, decidimos cortar el motor en problemas y dejar que la otra nos llevara de regreso a la Base. El Teniente Miranda me dejó los comandos mientras él realizaba la comunicación a Espora avisando de nuestra emergencia. El regreso, que parecía una eternidad, fue normal, dentro de la gravedad de la situación. Íbamos controlando los instrumentos del motor en marcha y buscando lugares propicios para entrar en autorrotación si la situación lo requiriera. Recuerdo que durante todo el viaje mi tendencia era a descender mientras Miranda me decía “mantené altura, no bajes” Mi subconsciente todavía tenía el recuerdo de mi caída al agua. Hicimos un aterrizaje con carrera paralelo a la pista principal sobre el pasto, sin ningún tipo de inconvenientes.
Este fue el último vuelo de un helicóptero Sea Lynx en nuestro país. Semanas más tarde, junto con el Teniente Perciacanto, regresamos del sur en pleno conflicto para realizar un vuelo de prueba del helicóptero para ver si quedaba en servicio, luego de una inspección y recorrido general realizado en el Arsenal Aeronaval. El vuelo nunca se concretó, por problemas administrativos, dado que ninguno de los responsables del mantenimiento quiso firmar en conformidad porque según ellos, no tenían forma de determinar ni saber qué es lo que podría suceder en el vuelo de prueba.
Recuerdo que Perciacanto tuvo varias discusiones muy fuertes, inclusive con oficiales más antiguos, pero siempre se mantuvo en su postura: no saldría a volar si la documentación del helicóptero no estaba en orden. Mi posición era la misma. Comprendía que estábamos inmersos en una guerra, pero a pesar de ello, debíamos cubrir un nivel de seguridad mínimo, sobre todo, teniendo los antecedentes de los dos vuelos anteriores.
Ese helicóptero quedó guardado hasta su posterior venta, mucho tiempo después.
Agradecimiento al CN VGM (RE) Gustavo Prieto
Promoción 106 - W/65 – Prom. XXIII
domingo, 12 de febrero de 2023
ARA Belgrano: El 12 de febrero de 1982 zarpaba para mantenimiento en la BNPB

ARA General Belgrano (C-4)
El
12 de febrero de 1982 zarpó hacia la Base Naval Puerto Belgrano para el
mantenimiento que cada año se daba al crucero. Aunque se habían
añadido tecnologías de radar y misiles, el barco estaba en malas
condiciones de turbinas y no podía alcanzar más de 18 nudos. Por
entonces, su comandante era el capitán de navío Héctor Bonzo.
Durante
esta puesta a punto recibió la noticia de las crecientes tensiones con
el gobierno del Reino Unido con respecto a la soberanía de las islas
Malvinas, se lo nombró El ARA Belgrano. Así los trabajos tuvieron
que detenerse debido a la necesidad de emplear a los obreros en
la disposición de las demás unidades. El 2 de abril toda la tripulación
del crucero fue avisada de la operación anfibia que las restantes
unidades de la escuadra realizaron para tomar las Islas Malvinas.
El
barco recibió el resto de la tripulación para tiempos de guerra,
completando 1091 tripulantes y dos civiles que trabajaban en la cantina y
que se rehusaron dejar el barco, aunque sabían que ahora zarparía en
misión de guerra (de hecho ellos fueron de los primeros en morir,
pues el primer torpedo dio en la zona de la cantina).
El gobierno
británico, por su parte, tras enviar a tres submarinos nucleares a
la zona y preparar el envío de un contingente más importante después,
estipuló la creación de una zona de exclusión que comprendería una
circunferencia de 200 millas náuticas (370 km), centrado en latitud 51°
40' Sur y longitud 59° 30' Oeste (el centro geográfico de las Islas
Malvinas).
domingo, 29 de enero de 2023
Malvinas como ejemplo de la guerra ASW contra China
HMS Conqueror en julio de 1982 con la bandera pirata
Luchando al filo de la navaja en las Malvinas
La Guerra de las Malvinas de 1982 es un excelente caso de estudio para la Marina de los EE. UU., ya que se prepara para posibles peleas con la República Popular China por las islas en disputa en el Pacífico occidental. Hay fuertes paralelismos en las condiciones políticas, geografías y situaciones militares entre la Guerra de las Malvinas y los puntos calientes de hoy en día en las islas Senkaku, Spratly y Paracel y en otros lugares.
El almirante británico John Forster “Sandy” Woodward, comandante del grupo de trabajo de las Malvinas, escribió que “la victoria británica tendría que ser juzgada de todos modos como algo bastante reñido. . . . Luchamos nuestro camino a lo largo del filo de una navaja”. 1 Examinar las lecciones de la pelea de 1982 entre Argentina y Gran Bretaña puede darle a la Marina de los EE. UU. la ventaja que necesita para tener éxito en una futura pelea al filo de la navaja.
Océanos separados pero estrechamente relacionados
Argentina ha cuestionado intermitentemente el reclamo británico del siglo XVIII sobre las Islas Malvinas que el Capitán John James Onslow reafirmó en 1833.2 A principios de 1982, las tensiones sobre las islas eran especialmente altas, pero ninguna de las partes pensó que llevaría a la guerra. Gran Bretaña no creía que Argentina sería tan descarada como para invadir, mientras que Argentina creía que Gran Bretaña no estaba dispuesta a luchar por la posesión en la era de la descolonización. 3 Había pocas razones financieras o estratégicas para luchar por las Malvinas, excepto su valor político y simbólico.
De manera similar, las islas Senkaku y otras islas han sido disputadas por China, Taiwán y Japón durante décadas. Es fácil imaginar una situación política como la de las Malvinas que conduzca a una guerra chino-estadounidense. China podría buscar apoderarse de las islas en disputa para distraer a su población de los problemas internos, emitiendo ultimátums y haciendo preparativos militares para la invasión. Estados Unidos podría descartar esos movimientos como meras poses, que China podría malinterpretar como una señal de que Estados Unidos no iría a la guerra por las islas. El resultado podría volver a ser una guerra por territorio por el que ninguna de las partes quería luchar. 4Como escribió Woodward en ruta por el Atlántico: “Por supuesto, no hay forma de que las Malvinas valgan una guerra, ya sea que la ganemos o no; igualmente, no hay forma de que dejes que los argentinos (o cualquier otra persona) se escapen. con robo internacional.” 5
Los Senkaku, por ejemplo, comparten algunas similitudes geográficas con las Malvinas. Las Islas Malvinas son pequeñas e inhóspitas, con una población diminuta, aguas profundas hacia el este y litorales poco profundos cercanos. Los Senkakus deshabitados son muy parecidos, con sus aguas poco profundas en el Mar de China Oriental. La distancia definió la guerra. Argentina se encuentra a solo 400 millas náuticas (nm) de las Malvinas-Gran Bretaña, aproximadamente 7.800. 6 La distancia obligó a la Royal Navy a luchar en gran medida sin la ayuda de la Royal Air Force, tensó la logística de la flota y requirió el uso de la base más cercana, en Ascension Island, a 3300 nm de distancia. 7Del mismo modo, los Senkaku se encuentran bastante cerca de China, a solo 220 nm de distancia, pero a más de 5000 nm de los Estados Unidos. Así como la Royal Navy tuvo que operar desde Ascension, la Marina de los EE. UU. puede verse obligada a depender de Guam y Hawái como sus bases principales si los lugares más cercanos, como Okinawa, no están disponibles. 8
Finalmente, las situaciones militares en ambos casos tienen paralelos importantes. Cada uno presenta adversarios con ejércitos tecnológicamente avanzados, pero las obligaciones globales impidieron que la Marina Real (y podría impedir que la Marina de los EE. UU.) reuniera todas sus fuerzas contra un enemigo capaz de dedicar toda su flota a la lucha. Además, la política y el deseo de limitar el alcance del conflicto impidieron los ataques británicos a la Argentina propiamente dicha. Una moderación similar probablemente evitaría que Estados Unidos ataque a China continental. 9
Lecciones de guerra submarina
Argentina invadió las Malvinas el 2 de abril de 1982, capturándolas fácilmente. 10 Tres submarinos británicos de propulsión nuclear llegaron a las islas menos de dos semanas después. 11
El 1 de mayo, uno de esos submarinos, el HMS Conqueror , encontró al crucero General Belgrano y dos escoltas cerca de las aguas poco profundas de Burwood Bank, al sur de las Malvinas. Al día siguiente, el Conqueror hundió el crucero, anotando dos impactos desde apenas 1.400 yardas de distancia. 12 Ese único ataque “envió a la armada de Argentina a casa para siempre”, escribió Woodward. 13 Reconociendo sus débiles capacidades de guerra antisubmarina (ASW), Argentina retiró su flota de superficie a puerto por el resto de la guerra.
Esto dejó al submarino ARA San Luis como el único buque de guerra argentino en el mar durante la mayor parte de la guerra. A pesar de enfrentarse solo a todo el grupo de trabajo británico, el San Luis completó una patrulla de cinco semanas ileso. Organizó ataques contra buques de guerra británicos, pero falló cada vez debido al mal funcionamiento del sistema de torpedos. 14 Mientras tanto, los esfuerzos británicos de ASW contra ese único objetivo resultaron inútiles. Los británicos dispararon la asombrosa cantidad de 200 torpedos contra contactos falsos durante cinco semanas, agotando rápidamente su inventario. Como escribió secamente Sir Lawrence Freedman en la historia oficial del conflicto, debido a las ansiedades de ASW, "la población de ballenas del Atlántico sufrió mucho durante el curso de la campaña". 15
El éxito de la Royal Navy con su flota de submarinos y las notables frustraciones con ASW brindan información sobre cómo la Marina de los EE. UU. podría prepararse para luchar por la supremacía submarina alrededor de islas como Senkakus.
A pesar de lo preocupado que estaba Woodward por la amenaza que el grupo del General Belgrano representaba para su grupo de trabajo, el Conqueror tuvo que esperar 27 horas desde que localizó el crucero hasta que recibió las reglas de enfrentamiento (ROE) de Londres que permitían un ataque fuera de la zona de exclusión declarada. 16 Si el crucero se hubiera escapado durante la espera, las ramificaciones políticas habrían sido preocupantes, especialmente si el crucero hubiera podido amenazar a los portaaviones británicos porque el Conquerorhabía tenido que esperar el permiso para atacar a un enemigo que ya estaba en sus retículas. Los submarinistas estadounidenses deben estar preparados para interpretar y combatir utilizando ROE complejas, que la Marina debe preparar con anticipación; la mayoría de los conflictos serán complejos y no una distinción binaria entre paz y guerra sin restricciones.
La Guerra de las Malvinas también demostró lo desaconsejable que es utilizar submarinos para otra cosa que no sea la vigilancia o destrucción de buques de guerra enemigos. Helicópteros británicos atacaron e inutilizaron un segundo submarino, el ARA Santa Fe , mientras salía a la superficie completando una entrega intrascendente de tropas y suministros. El resultado fue la pérdida de la mitad de los submarinos operativos de Argentina por poca ganancia. 17 Stealth hace que los submarinos sean ineficaces en misiones de presencia o en situaciones políticas tensas; el General Belgrano no tuvo indicios de la presencia de un submarino enemigo hasta que dos torpedos le abrieron el casco. Los líderes de la Marina de los EE. UU. deben mantener a los submarinos enfocados en las misiones que mejor hacen.
Cuando se lanzan submarinos sobre barcos enemigos, los resultados pueden ser decisivos. El único submarino Conqueror lanzó una sola salva que hundió un solo barco y, al hacerlo, derrotó a toda una armada con un "impacto disuasorio devastador". 18 La Marina de los EE. UU. debe esforzarse por garantizar que su fuerza de submarinos sea capaz de realizar hazañas similares en lo que el exjefe de operaciones navales, el almirante Jonathan Greenert, describe como “el único dominio en el que Estados Unidos tiene una clara superioridad marítima”. 19 Esa superioridad estará en riesgo durante la próxima década, ya que el inventario de submarinos de la Marina cae hacia un mínimo previsto de 42 submarinos de ataque rápido en 2028 y China mejora rápidamente sus plataformas, sensores y armas. 20
La ventaja submarina de la Marina deberá basarse en un entrenamiento superior; sin embargo, demasiado tiempo que debería dedicarse a prepararse para la pelea de alto nivel se gasta en tareas extrañas. 21 Es probable que las armas antiacceso obliguen a la flota de submarinos a luchar solo en las etapas iniciales de cualquier guerra en el Pacífico occidental. Antes de que la Marina envíe 31 submarinos para enfrentarse a una flota china compuesta por 129 buques de guerra con capacidad ASW, 60 submarinos y docenas de aviones ASW, debe hacer todo lo posible para garantizar que esas tripulaciones de ataque estén realmente listas para la guerra. 22
Las frustraciones británicas con ASW también son instructivas. El informe de la Marina de los EE. UU. sobre las Malvinas decía:
La Royal Navy, que durante mucho tiempo se creyó que era la Armada mejor equipada y entrenada del Mundo Libre en el campo de ASW en aguas poco profundas, no pudo localizar y destruir con éxito el submarino argentino San Luis , que se sabe que opera en las cercanías de la fuerza de tarea. durante un período considerable. 23
Ese único submarino argentino se enfrentó a un grupo de trabajo completo y no alcanzó un solo objetivo, sin embargo, “creó una enorme preocupación. . . [y] dictó, al menos tanto como lo hizo la amenaza aérea, la conducción de las operaciones navales británicas”. 24
Frente a docenas de submarinos chinos en el Pacífico occidental, la Marina de los EE. UU. se enfrentará a un problema significativamente más desafiante. 25 Puede prepararse para esa lucha ahora aumentando la capacitación de ASW y desarrollando la cantidad y calidad de las plataformas de ASW. Lo que es más importante, la Marina de los EE. UU. debe darse cuenta de que si toda la fuerza de tarea británica no pudo encontrar un solo submarino argentino en un mes, entonces asegurar los mares cercanos chinos para las operaciones del grupo de ataque de portaaviones, la clave para la guerra naval de los EE. UU., podría llevar años.
Lecciones de guerra de superficie
Con la Armada argentina neutralizada antes de que la flota de superficie británica se acercara a las Malvinas, los británicos se reenfocaron en derrotar la amenaza aérea de las tropas terrestres para recuperar las islas. Esa pelea comenzó con un impacto cuando un jet Super Etendard lanzó un misil antibuque Exocet y hundió al destructor HMS Sheffield . 26 Los periodistas Max Hastings y Simon Jenkins escribieron:
Sería difícil exagerar el impacto de la pérdida de Sheffield en el grupo de trabajo británico. Tanto los oficiales como los hombres estaban consternados, conmocionados, sometidos por la facilidad con la que un solo avión enemigo que disparaba un misil que rozaba el mar barato (£ 300,000) de ninguna manera ultramoderno había destruido un buque de guerra británico específicamente diseñado y encargado de la defensa aérea. 27
Después del hundimiento, la guerra se convirtió en una batalla por la supremacía aérea cuando los argentinos atacaron barcos británicos defendidos principalmente por Harriers y sistemas de defensa antimisiles. A pesar de ganar ventaja, a fines de mayo los británicos no habían logrado el control de los cielos lo suficiente como para garantizar un desembarco anfibio seguro. Los argentinos estaban acumulando gran parte de su fuerza aérea, esperando liberarla sobre los vulnerables barcos anfibios y escoltas. El empeoramiento del clima y un tren de suministros estirado significaron que los británicos necesitaban ejecutar ese asalto pronto o verse obligados a retirarse. 28
Royal Marines desembarcó el 21 de mayo en San Carlos, un lugar aislado al otro lado de la isla de la capital de Port Stanley. Las tropas desembarcaron sin una sola baja, pero los ataques aéreos argentinos a los barcos expuestos fueron “indescriptibles en su ferocidad”. 29 A pesar de una defensa tenaz, los barcos británicos sufrieron mucho. Solo en el primer día, solo dos de los siete buques de guerra que ingresaron a la Bahía de San Carlos salieron ilesos. 30 Durante el resto de la guerra, la flota de superficie brindó apoyo con disparos y suministros a los Royal Marines mientras se abrían paso a través de la isla, capturando Port Stanley y poniendo fin a la guerra aproximadamente tres semanas después.
La historia de la Guerra de las Malvinas demostró lo difícil que será ocultar barcos de superficie en una lucha en el Pacífico occidental. En el aire, el avión de transporte Boeing 707 argentino, no de reconocimiento, detectó y rastreó al grupo de trabajo británico mientras transitaba hacia el sur, y primero obtuvo contacto días antes de que los británicos lo pensaran posible. 31 pilotos del Super Etendard analizaron los contactos del radar Harrier para conjeturar la ubicación del grupo de ataque, luego usaron esos datos para lanzar el ataque Exocet que destruyó el transporte SS Atlantic Conveyor . 32 Alrededor de las Malvinas, Argentina discretamente empleó cinco arrastreros de vigilancia para informar la posición del grupo de trabajo británico. 33
La capacidad de China para detectar y rastrear un grupo de superficie estadounidense será mucho mayor que la de Argentina. China tiene docenas de aviones de vigilancia más, un programa de vehículos aéreos no tripulados de primer nivel y una sólida red de satélites que, según la Oficina de Inteligencia Naval de EE. UU., le permite a China “observar la actividad marítima en cualquier parte del mundo”. 34 Y China puede confiar en su enorme Milicia Marítima de las Fuerzas Armadas del Pueblo —cientos de arrastreros y mercantes, camuflados entre los miles de barcos civiles en los mares cercanos chinos— para informar de manera discreta y precisa sobre la ubicación de los buques de guerra estadounidenses. 35
Cuando los chinos encuentren la flota de superficie estadounidense, las Malvinas también mostrarán lo difícil que será defenderse de los ataques aéreos y con misiles. Incluso si las defensas antimisiles de EE. UU. son perfectas, la gran cantidad de misiles y aviones que se aproximan podría abrumarlos. Hoy en día, una sola nave de misiles Houbei china tiene más misiles antibuque que los que tenía todo el ejército argentino en 1982, y se estima que China tiene miles en total. 36
Las bajas británicas (cuatro buques de guerra perdidos (y uno muerto en una misión) más dos auxiliares destruidos) indican que cuando las escoltas estadounidenses son atacadas, las municiones modernas normalmente las incapacitan o las hunden. Múltiples Exocets y bombas argentinas no explotaron debido a problemas de espoleta, y Woodward reconoció que Gran Bretaña “seguramente habría perdido” cinco barcos más si las armas argentinas hubieran funcionado correctamente. 37 En la era de los misiles antibuque y los barcos de un solo impacto, la dependencia de la Marina de los EE. UU. de un pequeño número de grandes barcos de capital puede resultar un plan frágil. 38
Lecciones de portaaviones y guerra aérea
Las
dificultades para esconder y defender la flota generaron preguntas
difíciles sobre la mejor manera de utilizar los dos portaaviones
pequeños de Gran Bretaña, el HMS Hermes y el Invincible. Eran
los mayores activos de la fuerza de tarea británica y sus alas aéreas
la mejor defensa contra los ataques aéreos argentinos. 39
Sin embargo, también fueron la mayor vulnerabilidad británica y
dictaron el despliegue y las tácticas de toda la fuerza de tarea. Woodward
escribió sobre la “verdad ineludible de que los comandantes argentinos
fallaron inexplicablemente en darse cuenta de que si hubieran atacado a Hermes , los británicos habrían sido eliminados. En realidad, nunca fueron tras el único objetivo que seguramente les habría dado la victoria”. 40La
solución de Woodward fue mantener los portaaviones lo más mar adentro
posible, usándolos casi exclusivamente para la defensa aérea.
La guerra antisubmarina es extremadamente difícil en el ambiente ruidoso de los litorales. Los submarinos de ataque chinos, como el Tipo 093B que se muestra, pueden tener éxito emulando las actuaciones del HMS Conqueror y el ARA San Luis durante la Guerra de las Malvinas.
Ministerio de Defensa de Japón
La Armada debería considerar algo similar para sus portaaviones en el Pacífico occidental. Centrarse en la defensa aérea permitiría a los portaaviones ejecutar una misión que pueden hacer mejor, preservando el resto de la flota para tareas para las que están mejor preparados, como la guerra antisuperficie y el ataque en entornos disputados. En una postura de defensa aérea, los portaaviones pueden permanecer más mar adentro para reducir la probabilidad de ataques chinos, mitigar el alcance reducido del ala aérea y evitar el riesgo de perder valiosos cazas ante las formidables defensas aéreas chinas. 41
La Guerra de las Malvinas muestra que los portaaviones seguirán siendo necesarios a pesar de un papel probablemente disminuido cerca de las islas en disputa. Eran la única fuente confiable de poder aéreo británico; la única contribución terrestre de la Royal Air Force fueron siete ataques con bombarderos Vulcan volados desde la lejana Isla Ascensión, que requirieron 17 recargas de combustible en vuelo y “prácticamente no tuvieron impacto”. 42 Numerosos ataques argentinos fueron detenidos por la mera presencia de Harriers, a pesar de la falta de alerta temprana aerotransportada, una debilidad que los portaaviones estadounidenses no enfrentarían. 43
Ganar en WestPac
Un excomandante de la Flota Atlántica de EE. UU. escribió que la Guerra de las Malvinas es una “mina de oro de lecciones”. 44 A medida que las tensiones continúan aumentando en torno a las cadenas de islas en disputa del Pacífico occidental, la Marina debe considerar minar esa veta para prepararse.
Los oficiales y marineros de hoy deberían estudiar la guerra para sacar sus propias conclusiones; los chinos lo están haciendo. 45 Todos los esfuerzos importan en una pelea que descansa sobre el filo de la navaja, por lo que debemos estudiarlos mejor si esperamos vencerlos.
Referencias
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