
Un inocente buque polar
CR Gabriel Alejandro Esbry
HMS ENDURANCE
Una joya de la Inteligencia Británica “perdida" en el Atlántico Sur
A
 través de la reconstrucción del derrotero del HMS Endurance (1) , el 
presente artículo de opinión busca desentrañar lo oculto detrás de la 
estela de un buque que cumplió una trascendental tarea como medio de 
obtención de información para la inteligencia militar de la Royal Navy 
(RN) en los prolegómenos del 2 de abril de 1982. El análisis de las 
acciones encubiertas realizadas por la tripulación del barco y otras 
acciones que tuvieron como protagonistas a los isleños, nos llevarán a 
replantearnos si la Operación Rosario fue error de apreciación o un 
riesgo calculado de uno de los servicios de inteligencia más antiguos 
del planeta.
2
 de abril de 1982, cientos de miles de personas se congregan en las 
principales plazas de la nación. El júbilo había ganado las calles y con
 las primeras horas del viernes el orgullo nacional amanecía a flor de 
piel pues nuestra enseña patria volvía a flamear en el firmamento 
malvinense. Ante los ojos del mundo, los británicos habían sido “sorprendidos”
 por la acción de una fuerza militar que había planificado 
minuciosamente el camino a la victoria. Dicha acción estratégica fue 
pergeñada en un sigilo impenetrable a fines de 1981. El secreto y la 
sorpresa garantizarían el rumbo seguro a Puerto Argentino. Muchos de los
 protagonistas de la Operación Rosario cayeron en la cuenta de su 
tremenda responsabilidad solo apenas unas horas antes de poner pie en la
 turba malvinera. Poco después del desembarco y a casi 150 años de 
añoranza, nuestra enseña volvía a contemplar desde lo alto la capital de
 las islas. Pero en aquel día histórico, la maniobra anfibia de las 
fuerzas militares argentinas no pasaría inadvertidas para la 
inteligencia británica. El 9 de abril, el Contraalmirante Carlos Busser 
(2),al regresar a Buenos Aires y exponerlas acciones llevadas a cabo 
durante la recuperación expresó: "Cuando
 recibí las instrucciones de planificar la Operación (Rosario), se me 
impusieron tres condiciones: sorpresa, incruento y mínimo tiempo para 
ocupar la isla. Bueno, debo decir que el enemigo sabía hora y lugares de
 nuestra llegada. Si no hubo más bajas fue por voluntad de Dios”.
Evolución de las percepciones sobre la amenaza argentina
La
 primera hipótesis de invasión argentina sobre Malvinas fue realizada 
por el Joint Intelligence Committee (3) (JIC) en 1965. Durante la década
 de los 60 y 70 dicha apreciación se mantuvo con la misma 
categorización: "posible invasión" (4). 
En
 1980, un funcionario del Foreign Office declaró en una sesión pública 
del Parlamento sobre la problemática Malvinas que, en materia de 
seguridad criptográfica, la Argentina era "un libro abierto".
 Concretamente, el Ground Control Headquarter (GCHQ) interceptó las 
comunicaciones argentinas, evidenciando su claro interés sobre la 
problemática de la colonia inglesa más austral del planeta. En relación a
 lo anterior, cabe aclarar que motivos no le faltaron a la Inteligencia 
británica para poner en su agenda a nuestro país como objetivo de 
búsqueda para sus medios de obtención de información.
“Algunos
 de los sistemas de comunicaciones diplomáticas y militares de alto 
nivel de Argentina utilizaron máquinas de cifrado europeas costosas, 
pero completamente comprometidas. Sus unidades militares también 
utilizaban equipamiento de EEUU, los que también fueron vulnerables”. (5)
A
 continuación, se detallan algunas señales estratégicas que se 
sucedieron en la zona de conflicto con anterioridad a la crisis de 1982y
 que a su vez colocarían en alerta al Foreign Office (6) :
- El 4 de febrero de 1976 se produjo el incidente entre el ARA Alte Storni y el buque de investigación oceanográfica Shackelton. El navío británico, que se encontraba navegando en aguas jurisdiccionales argentinas, se negó a detener su marcha iniciándose entonces una persecución con disparos de advertencia. Si bien el hecho no paso a mayores, se desencadenó un incidente diplomático entre ambas naciones (7).
- Posteriormente, para diciembre de1976 la Armada Argentina (ARA)había instalado secretamente una base científica en la Isla Molle o Thule. Dicho archipiélago estaba dentro de la zona pretendida por ambos países, pero bajo control del Reino Unido (RU). La detección de las instalaciones y personal argentino fue realizada por el HMS Endurance, cuando el 20 de diciembre de 1976 su helicóptero de reconocimiento identificó a la distancia la inconfundible bandera argentina ondeando en su mástil. Éste fue el indicio que despertó las alarmas del JIC en Londres: ¿Recurrirá la Argentina a la opción militar para recuperar Malvinas? Mientras tanto, los kelpers comenzaron a organizar una fuerza local para resistir una posible invasión desde el continente. Debido a lo sucedido en Thule, la inteligencia británica advertiría en 1977 que la opción militar argentina era cada vez más probable (8).
- A principios de 1977 la Inteligencia de los EEUU detectó la existencia de un plan militar para recuperar las Islas Malvinas. Las inmediatas presiones políticas desde Washington obligarían a cancelar cualquier intento de recurrir a la opción militar (9).
- En octubre de 1977, un informe de inteligencia enviado desde la embajada británica en Bueno Aires advertía a Londres sobre el incremento de la actividad militar por parte de la Armada Argentina en la región Austral. El primer ministro James Callahan ordenó la ejecución de una operación "secreta" que consistía en el envío inmediato de un submarino nuclear y dos fragatas para que se mantuviesen alistadas a 1.000 millas de Malvinas con la finalidad de rechazar cualquier intento de invasión.
- En un informe del Departamento de Estado (EEUU) sobre la personalidad del nuevo Jefe del Ejército Argentino (enero de 1980), se describe al General Galtieri como una persona moderada que promueve el diálogo político y que ante el litigio por el Beagle no estaría dispuesto a adoptar ninguna medida que altere la mediación papal. Por otro lado, distintos documentos diplomáticos británicos colocan desde 1977 a la Armada Argentina en la línea dura del gobierno argentino que promueve la recuperación de Malvinas por la opción militar (10).
- En 1981, un documento producido por el embajador británico en Buenos Aires informaba sobre el encendido discurso dado por Galtieri, donde se expresaba la necesidad imperiosa de ponerle fin a la cuestión Malvinas (11).
- Durante 1981 y comienzos de1982 la prensa argentina "alertaba"
 sobre la inevitable opción militar para el caso que se abandonen las 
negociaciones por la soberanía de las islas. Al respecto, el agregado 
naval de la Royal Navy en Buenos Aires informó que algunas de esas 
noticias periodísticas eran alentadas desde la Armada Argentina (12).
Por
 otro lado, debido al incidente en Thule (1976), en 1980 tras la llegada
 de Margaret Thatcher al poder, levantó el bloqueo de venta de armas a 
Chile vigente desde inicios del gobierno de facto de Pinochet (13). 
Claramente y recurriendo a una vieja jugada política de equilibrio de 
poder, se decidió contribuir al fortalecimiento militar del país 
trasandino aduciendo una creciente hostilidad argentina en la región 
austral. Entre los años 1980y 1982, sus Fuerzas Armadas habían adquirido
 equipamiento militar por la suma de US$ 110 millones, actividad que fue
 realizada en el más absoluto secreto debido a las críticas que podría 
haber generado que un gobierno democrático como el de Reino Unido 
apoyase a una dictadura militar en Latinoamérica.
Para abril de 1981, el JIC advertía que, si se fracasaba en la negociación por la soberanía de las islas, habría un "alto
 riesgo de que [Argentina]recurriera a medidas más contundentes contra 
los intereses británicos... En tales circunstancias, la acción 
militar... o la invasión a gran escala de las Malvinas no puede 
descartarse" (14). En marzo de ese mismo año, distintos 
indicios de una posible invasión argentina de las islas fueron 
discutidos en una reunión del JIC (15). Sin ninguna duda, con los 
antecedentes de Thule sumado a la desconfianza que se le tenía a la 
Junta Militar argentina, la Inteligencia británica entendía que se 
estaba manifestando un cambio de actitud diplomática por parte de Buenos
 Aires lo que significaba un endurecimiento de la postura respecto de la
 cuestión Malvinas que podría terminar en una opción militar.
El
 último informe de inteligencia previo a la guerra fue elaborado enjulio
 de 1981. En dicho documento se advertía sobre la peligrosidad de una 
guerra pero que el gobierno argentino solo recurriría a la "invasión 
militar" de las Malvinas si Gran Bretaña se negaba a continuar con las 
negociaciones por la transferencia de la soberanía. El equipo de 
análisis apostaba por una escalada gradual del conflicto con una 
virulencia marcada por señales claras y sin sorpresas. Esta estimativa 
de inteligencia elaborada por el JIC fue la que acompañó las decisiones 
al máximo nivel político hasta el 30 de marzo de1982. Sorprendentemente,
 el Equipo de Análisis de América Latina del JIC se había reunido unas 
dieciocho veces entre julio de 1981 y fines de marzo de 1982 pero en 
ninguna ocasión se trató el tema Malvinas y llamativamente todos los 
indicios que sugirieron la adopción de la opción militar por parte de 
Buenos Aires para recuperar Malvinas serían misteriosamente desoídos.
Por
 otro lado, como se mencionó anteriormente, los analistas de 
inteligencia del JIC esperaban una sucesión de indicios bien definidos 
entiempo y espacio que le permitieran brindar la alerta estratégica al 
gobierno británico. Este esquema mental rígido y tradicional se aferraba
 a que el GCHQ (16) debería interceptar las comunicaciones que impliquen
 el alistamiento, movilización y concentración sobre la costa del 
Atlántico de las unidades militares del Ejército Argentino que se 
encontraban desplegadas en la frontera con Chile (17).
Sobre
 el incidente de las Georgias, un informe de inteligencia de fecha 31 de
 marzo afirmaba que, si bien el gobierno argentino no había originado el
 hecho en sí, se estaba aprovechando de la situación para reforzar sus 
reclamos de soberanía y presionar a Londres para forzarlo al diálogo. 
También se dejaba bien claro que, si se expulsaba a los operarios 
argentinos por la fuerza, generaría una situación de alto riesgo donde 
la Junta Militar podría tomar la decisión de invadir.
Finalmente,
 una última estimativa de inteligencia elaborada el 1ºde abril, es decir
 24 hs antes de la Operación Rosario, confirmaba las intenciones 
argentinas de desembarcar en Malvinas y resalta la alarmante e inusual 
cooperación entre las tres FFAA, las que habían destacado una fuerza 
conjunta rumbo al Atlántico Sur.
El HMS Endurance
El
 Endurance fue un buque polar que navegaba por el Atlántico Sur desde 
1967 con la finalidad de conectar y controlar los intereses británicos 
situados en estas latitudes, y simultáneamente evaluar la actividad 
delas naciones que trabajaban en el sector antártico reclamado por la 
Corona. Pese a las restricciones del Tratado Antártico, el navío se 
adentró por el continente blanco dotado de helicópteros artillados con 
misiles y ametralladoras. También, en palabras de su capitán, el 
Comandante de la RN Nick Barker, el principal armamento del barco era la
 sala de escucha ubicada en la parte superior del hangar. Dotado con los
 más modernos equipos para el monitoreo del espectro electromagnético, 
la embarcación tenía la capacidad de interceptar la mayoría de las 
bandas radiales usadas en aquella época. Sus operadores eran 
hispanoparlantes, pudiendo con ello hacer una interpretación in situ de 
los mensajes interceptados, constituyéndose con ello en un recurso 
estratégico parala Inteligencia británica (18). Al respecto, dicho 
equipamiento habría sido instalado por el GCHQ como consecuencia del 
incidente de la isla Thule y a los efectos de realizar un seguimiento de
 los buques argentinos en la zona austral y poner en preaviso ala Corona
 de aquellas acciones que pudiesen ser consideradas como una amenaza. En
 resumen, el HMS Endurance era un buque de la Royal Navy en apoyo del 
British Antarctic Survey, pero que también fue utilizado como medio de 
obtención electrónica por el GCHQ para interceptar e interpretar las 
comunicaciones argentinas en el Atlántico Sur.
En
 septiembre de 1981, mientras en Buenos Aires la Junta Militar definía 
con el más absoluto sigilo las acciones sobre Malvinas, en Londres el 
Ministerio de defensa británico remitía al secretario privado de 
Thatcher un informe secreto sobre el conflicto del Atlántico Sur. Este 
documento, además de describirlos riesgos que afrontaría la Corona ante 
la escalada del conflicto en una eventual invasión militar argentina, 
detallaba las capacidades militares de ambas partes a ser empleadas en 
el Atlántico Sur. Al respecto, llama la atención que en dicho informe no
 existió comentario alguno sobre la estación de interceptación 
electrónica destinada a escuchar las comunicaciones argentinas. Solo se 
atinó a justificar la permanencia del Endurance como medio de transporte
 e insignia de la presencia británica en la zona austral.
Durante
 la crisis de las Islas Georgias (marzo de 1982), las comunicaciones 
argentinas también fueron interceptadas por el Endurance. Se pensó que 
las advertencias basadas en la inteligencia de señales que denotaban una
 creciente belicosidad, respondían a un denodado esfuerzo por evitar que
 el mencionado buque polar fuese retirado del servicio (19).
El British Antarctic Survey (BAS)
El
 BAS es la agencia británica para los asuntos antárticos y la 
investigación científica. Fue creada durante la 2º GM en 1943 en el 
marco de la operación secreta Tabarin, donde los distintos refugios 
situados entre Malvinas y el continente blanco, tuvieron la misión 
secundaria de alertar sobre la presencia de buques o submarinos alemanes
 en dicho sector (20) (21). Dotados de equipos de comunicaciones que 
podían enlazarse con Londres, los refugios del BAS cumplieron una 
importante tarea en el seguimiento del conflicto de las Georgias a fines
 de marzo de 1982. Fue en esas circunstancias que, un equipo de 
científicos ingleses que no habían sido descubiertos por las tropas 
argentinas, informaría a la inteligencia británica que dichas islas 
estaban débilmente defendidas, contribuyendo con ello ala reconquista 
militar ejecutada el 25de abril de 1982 (22).
Recortes en el área de defensa
La
 situación económica apremiante que vivía RU había llevado al gobierno 
conservador de Thatcher a implementar una serie de drásticos recortes en
 el área de defensa para mediados de 1981. Al respecto, los ajustes en 
la Royal Navy eran 2 veces mayores a los del Ejército y 7 veces 
superiores a los de la RAF (Royal Air Force). De un momento para otro la
 Marina real tenía que desprenderse al menos de un portaviones, los 
buques de desembarco, destructores, fragatas y otros navíos auxiliares 
como el HMS Endurance y la desactivación de la 3ra Commando Brigade de 
la Infantería de Marina (23). El libro blanco de la defensa de junio 
de1981, propuso abandonar la presencia naval británica en el Atlántico 
sur y Antártida (24). Por primera vez en la historia parlamentaria 
británica, un gobierno conservador decidió por reducir el presupuesto en
 defensa y achicar la estructura de sus FFAA. Lo anterior despertó 
fuertes críticas y descontento entre los militares, y una sensación de 
marcada decadencia se extendía sobre lo que en otros tiempos había sido 
el orgullo imperial: la Royal Navy
Tras la estela de la invasión
Planteado
 el escenario prospectivo de invasión a gran escala de Malvinas, el 
Endurance fue enviado a buscar los indicios que corroboraría la 
hipótesis sobre las intenciones de Argentina. Durante 1981 y principios 
de 1982 Nick Barker recorrió el sector antártico, el Atlántico Sur y los
 principales puertos argentinos(Bases de la Armada Argentina) en Tierra 
del Fuego y el continente para evaluar la seriedad de la amenaza. 
Durante
 1981, además de obtener información de las FFAA argentinas, el 
Endurance recorrió la costa de nuestro país con la intención de evaluar 
el clima político y militar reinante respecto de Malvinas (25). El 9 de 
diciembre de ese mismo año, el buque zarpó para recorrer Georgias y los 
distintos puestos del BAS en la región austral. En el viaje, el equipo 
de inteligencia interceptó informes meteorológicos transmitidos por 
buques argentinos, los que incluían detalles de la posición, curso, 
velocidad y otras transmisiones con el continente. Según los reportes 
del BAS, el 20 de diciembre se vio al ARA Almirante Irizar atracar 
subrepticiamente en Puerto Leith (Islas Georgias). Asimismo, llamó la 
atención que desde el buque argentino mantuviesen el silencio de radio 
ante el intento de enlace por parte de los británicos. También, en un 
pasaje por la Base de la Armada Argentina en Ushuaia, Barker se 
sorprendió por el frío recibimiento propiciado por los marinos 
argentinos y por los rumores de guerra que habría escuchado en alguna 
que otra reunión social. Seguidamente, el Endurance se dirigió a Punta 
Arenas (Chile) para evaluar las percepciones de la Marina de Chile sobre
 las intenciones de Argentina en la zona. Cabe resaltar que, en un 
pasaje del libro de su autoría, el capitán del Endurance concluía sobre 
el inevitable camino de la guerra: "Para cuando zarpamos el 30 de enero (1982), ya no tenía ninguna duda que habría una invasión argentina en Malvinas”
 (26). Todos estos hechos, más las impresiones de Barker sobre la 
apremiante situación en el Atlántico Sur, fueron informados a la 
inteligencia de la Royal Navy. A lo anterior habría que sumarle las 
constantes denuncias respecto a vuelos no autorizados que eran llevados a
 cabo por aeronaves de la Fuerza Aérea Argentina (FAA) sobre el 
aeródromo de la capital malvinense y la zona de las Islas Georgias (27).
Posteriormente,
 el 11 de marzo de 1982 el ARA Bahía Buen Suceso atracaba y desembarcaba
 por segunda vez al personal de Davidoff para trabajar en la factoría 
abandonada en Puerto Leith (Islas Georgias). Tanto el Gobernador Rex 
Hunt como Barker informaron que se trataba de un intento subrepticio de 
establecer presencia permanente en Georgias.
¿Qué sabia realmente Thatcher sobre el HMS Endurance?
En
 lo que respecta al conflicto del Atlántico Sur, la historia del HMS 
Endurance constituye en sí misma un capítulo aparte como prolegómeno de 
la guerra que se desató el2 de abril de 1982. De acuerdo con lo 
determinado por el Ministerio de Defensa británico, la última campaña 
del buque polar en el Atlántico Sur seria en 1982 para luego ser 
retirado del servicio activo y puesto a la venta. Este hecho motivó que 
el gobierno conservador fuese objeto de duras críticas porque se asumía 
que, el solo retiro del buque no solamente dificultaría las actividades 
del BAS en la zona y el relevo del contingente de los Royal Marines, 
sino que también podría ser interpretado por Argentina como una marcada 
señal de desinterés del gobierno británico sobre Malvinas.
 Desde que se tomó la decisión de replegar y colocar a la venta el 
buque, Thatcher recibió numerosos pedidos que reclamaban la necesidad de
 mantener la presencia del Endurance en la zona austral. Según 
documentos desclasificados en 2012, para febrero de 1982 la primera 
ministra mantenía su decisión de vender la embarcación, pese a que el 
capitán del buque había informado (enero de 1982) a la inteligencia 
británica sobre los indicios que presagiaban una guerra por la soberanía
 de las islas. Todo esto sugiere que Thatcher nunca supo de la 
importancia que representaba dicho navío como medio de obtención de 
información y al parecer tampoco estaba al tanto de los indicios 
recolectados durante diciembre de 1981 y enero de 1982 (28).Ante 
semejante augurio de conflictividad, cabe preguntarnos… ¿porqué
 persistir en retirar del Atlántico Sur el activo más importante de 
inteligencia estratégica que podía ponerlos en alerta ante una invasión 
Argentina? ¿Sabía Thatcher que el Endurance era un medio trascendental 
para la vigilancia estratégica en el Atlántico Sur? ¿Se le informó a la 
primera ministra sobre los múltiple indicios que presagiaban que algo 
podría pasar en Malvinas o Georgias?
La hipótesis de invasión
En
 el informe del Ministerio de Defensa británico del 4 de septiembre de 
1981 se advierte con una inusual alarma el peligro de una invasión a "pequeña o gran escala"
 por parte de las fuerzas militares argentinas. Dicho documento, luego 
de un detalle general sobre la cantidad de buques y aviones que 
ostentaban tanto la Armada Argentina como la Fuerza Aérea, describe las 
siguientes capacidades asignadas a las potenciales fuerzas invasoras:
- Acoso o arresto de los buques británicos en el Atlántico Sur.
- Ocupación militar de una o más delas islas que se encuentran inhabitadas.
- Arresto de los miembros del BAS en Georgias.
- Operación militar a pequeña escala sobre las islas.
- Invasión militar de las islas a gran escala.
Al
 referirse al tipo de contingente que se necesitaría para afrontar la 
amenaza, reconoce que la acción preventiva de enviar una Fuerza de 
Tareas a las islas podría generar el efecto contrario al de disuasión, y
 despertaría a su vez el orgullo nacional argentino alentando con ello 
la ocupación completa de las islas. Por otro lado, deja bien claro que 
con la desprogramación de los buques para desembarco y otros navíos 
prevista para 1984, la corona debería recurrir a buques comerciales, 
dejando entrever el error que representaba persistir con los recortes de
 la RN. Pese a ello, Thatcher mantuvo su decisión de achicar gastos en 
el área de defensa como estaba previsto y no se descarta que haya 
desestimado las mencionadas advertencias tildándolas de exageradas y/o 
extorsivas.
Es
 de destacar que, R.T. Jackling funcionario del Ministerio de defensa 
que firmó el citado documento, afirmó en 2005 que no se esperaba de 
ninguna manera una invasión a gran escala, es decir que el grado de 
probabilidad era solamente aplicable a una acción militar menor. No 
obstante, el Foreign Office no veía la necesidad de actualizar o 
elaborar nuevos planes de contingencia para hacer frente a una invasión 
que según el JIC sería el último estadio de una crisis preanunciada. 
Plan de Contingencia
En declaraciones posteriores al conflicto, Thatcher expresó que ni su gabinete "ni la inteligencia británica"
 pudieron percibir lo que ocurriría el2 de abril de 1982 como para poder
 adoptar las medidas necesarias afines de instrumentar una acción 
disuasoria. Las evaluaciones sobre las actitudes políticas de la Junta 
Militarse habrían hecho por las declaraciones altisonantes de los medios
 de prensa de Buenos Aires y el endurecimiento diplomático del Palacio 
San Martín (29). Distintas fuentes confirman que tanto el JIC, como el 
Ministerio de Defensa y el Foreign Office creyeron en todo momento que, 
de existir una guerra, la misma sería precedida de un número determinado
 de señales de alerta, que llevarían al gobierno a poner en práctica 
alguno de los planes de contingencia previstos. Todo da a entender 
entonces que en el nivel político comenzó a considerarse la escalada de 
crisis a partir del desembarco de los obreros de Davidoff en Puerto 
Leith cuando el 19de marzo del ’82 izaron el pabellón argentino en 
presencia un grupo de Infantes de Marina de la ARA.
"Sin
 embargo, a la hora de juzgar nuestra reacción ante la nueva Junta[La 
Junta Militar argentina] es importante cuanta retórica agresiva se había
 pronunciado en el pasado sin ningún resultado tangible. Además, 
basándonos en la experiencia, nuestro punto de vista era que Argentina 
seguiría una política progresiva del conflicto partiendo depresiones 
diplomáticas y económicas. Al contrario de lo que se decía entonces, no 
tuvimos hasta casi último momento información alguna sobre que Argentina
 estaba a punto de emprender una invasión a escala total" Margaret Thatcher.
La primera ministra afirmó en su autobiografía que los informes de inteligencia producidos por el JIC entre los días 3 y 30 de marzo descartaban la invasión a gran escala por fuerzas militares argentinas, por lo que la preocupación de la mandataria se centró en la opción diplomática puesto que hasta el momento la única situación de crisis que se vivía en torno al tema Malvinas era el incidente con los operarios del empresario Davidoff (30).
Sin
 embargo, el oficial de inteligencia de la RN Comandante Robert Green 
(31) sostiene que tras haber recibido los informes alarmantes de Barker,
 el Comandante en jefe de la flota Almirante Fieldhouse ordenó "a fines de enero"
 la elaboración de un plan de contingencia para afrontar la amenaza 
argentina (32). Cabe aclarar que, tanto Fieldhouse como el lord del 
Almirantazgo almirante Leach habrían encabezado durante 1981 reuniones "conspirativas"
 a los efectos de contrarrestar la decisión del Ministerio de Defensa de
 proseguir con los recortes en la flota. Pese a la reticencia del 
Foreign Office, Fieldhouse se había mostrado particularmente insistente 
sobre la elaboración de los planes de contingencia respecto del caso 
Malvinas (33). Otro dato llamativo se observa el 31 de marzo cuando 
Thatcher recibió la noticia que se esperaba un desembarco argentino en 
la capital de Malvinas. Reunida en su despacho con algunos de sus 
funcionarios para tratar la urgencia acuciante, se hace presente sin 
haber sido llamado el Jefe del Estado Mayor de la Royal Navy Almirante 
Leach y sobre ese encuentro la mandataria británica manifestó lo 
siguiente: "Cuando por fin 
llegó, le pregunté qué podíamos hacer. Estaba tranquilo, sosegado y 
seguro de sí mismo: «Puedo reunir una fuerza…con destructores, fragatas,
 lanchas de desembarco y buques de apoyo. Irá encabezada por los 
portaaviones HMS Hermes y HMS Invincible. Puede estar lista para 
zarparen cuarenta y ocho horas".
Asimismo, Leach predijo que cuando los argentinos vieran la enseña del imperio, huirían inmediatamente (34).
¿Actitud aplomada de un previsor o la confianza del cómplice de un ardid a sabiendas que su oportunidad ha llegado?
Cabe
 aclarar que dos días antes (29 de marzo) el secretario de Defensa le 
había informado a Thatcher que reunir un contingente de buques de la RN 
le llevaría como mínimo una semana, declaración que se contradice con lo
 enunciado por Leach.
Según
 fuentes británicas, la marina real habría terminado el planeamiento de 
su plan de contingencia a mediados del mes de marzo, motivo suficiente 
para que Leach mantuviese la calma ya que se le presentaba una buena 
oportunidad para salvara la flota de superficie de los recortes 
propiciados por el propio gobierno. A diferencia de años anteriores, 
este documento tuvo las particularidades propias de un plan de campaña 
donde se establecía un teatro de operaciones y se preveía el empleo de 
una fuerza conjunta predominantemente naval y su magnitud se ajustaría 
según el grado de la amenaza argentina.
El Informe Frank
El
 Falklans Island Review o usualmente conocido como el Informe Frank´s 
fue elaborado en enero de 1983. El motivo de la investigación fue 
revelar el grado de responsabilidad institucional ante la "sorpresiva invasión argentina de Malvinas". Luego de analizar los informes de inteligencia y lo declarado por sus protagonistas se llegó a la "insólita conclusión" que el gobierno de Thatcher no pudo haber previsto lo ocurrido el 2 de abril (35).
Por otro lado, llama la atención que en dicho informe se menciona como aspecto negativo la "ausencia de planes detallados para responder a la amenaza",
 cuando en realidad vimos que para marzo del ´82 la Royal Navy había 
terminado el planeamiento del plan de campaña ordenado dos meses antes 
por el Almirante Fieldhouse.
Tampoco
 menciona que el HMS Endurance era una plataforma de inteligencia de 
señales y no les presta la debida atención a los reconocimientos 
efectuados por la Fuerza Aérea y Armada Argentina en Malvinas y Georgias
 para fines de 1981y comienzos de 1982. Pero la crítica puntual se acota
 sobre el error de lectura de las señales de índole mediático (prensa 
argentina) y conducta en el nivel político. En ningún momento se alude a
 la información obtenida de primera mano por Barker ni por las 
autoridades británicas de las islas. Para el mes de marzo del 82, la 
cuestión Malvinas era de baja prioridad para el JIC.
Otro
 aspecto llamativo es que mientras se estaba desarrollando el incidente 
de las Georgias con el hecho significativo del izamiento dela bandera en
 presencia de personal militar, el equipo de analistas del JIC que 
llevaba Latinoamérica, no se reunieron para tratar la gravedad del 
asunto pese a las advertencias que llegaban desde la gobernación 
británica de las islas.
Además, se trató con poca importancia las advertencias sobre la "invasión militar de las islas"
 que ejecutarían las FFAA en Malvinas. Se asevera que tanto el 
Ministerio de Defensa como el Foreign Office tuvieron en cuenta los 
informes de Barker pero en alguna medida los mismos no recibieron la 
entidad o importancia necesaria solo por la simple razón que las 
palabras de dicho marino "no adelantaban la ejecución de una inminente invasión".
 Según estos considerandos, resulta contradictorio que la inteligencia 
estratégica solo haya estado preocupada por la precisión de la fecha en 
que se llevaría a cabo la Operación Rosario y no haberse enfocado en una
 de las tareas principales que es la de identificar aquellas señales que
 proporcionen la alerta necesaria en tiempo para evitar la sorpresa 
estratégica.
Warning Signals
Graham
 Bound, isleño, periodista y fundador del periódico local Penguin News; 
fue protagonista de los hechos y plasmó sus experiencias en varias obras
 de su autoría. En su libro "Falklands Islanders at War", editado en 2002, denuncia que las conclusiones del informe Frank´s son cuanto menos "ridículas e insultantes"
 para aquellos que vivieron la guerra en primera persona. Destaca que, 
durante los seis meses previos al 2 de abril, Rex Hunt dio sobradas 
señales de alerta sobre la invasión que se avecinaba. Bound asegura que 
hubo evidencias en demasía respecto de las actividades de reconocimiento
 estratégico argentino tanto aéreo como naval. La oficina de LADE en 
Puerto Argentino era considerada una base de inteligencia de la Fuerza 
Aérea cuya misión era la de evaluar el grado de respuesta militar 
británico y reunir información de todo tipo. Sobre las fallas de 
inteligencia que sospechosamente no pudieron prever la Operación 
Rosario, deja entrever que posiblemente se llevó acabo en Londres "una 
política deliberada para ignorar las advertencias delos isleños" (36).
Michael
 Armitage, Jefe del EM de Inteligencia de la Defensa, afirma que no 
tenían indicios de la invasión argentina a Malvinas (37). Al respecto, 
un dato no menor lo constituye el hecho que el propio ministro de 
Defensa se encontrase en Nueva Zelanda en el momento de la alerta de 
invasión proporcionada por el Endurance.
El
 ministro de Defensa John Nott, pese a lo ocurrido con los chatarreros 
en Georgias, recién consideró la amenaza de invasión 4 días antes que 
ocurriese (38).
Se
 entendía que todos los rumores surgidos en la prensa respecto a una 
posible invasión militar argentina a Malvinas, era una estrategia para 
presionar a GB y que su gobierno aceptase un plan gradual de retirada de
 las islas en 30 años.
El
 30 de marzo el Agregado de Defensa británico en Buenos Aires informó 
que parte de la flota argentina se dirigía hacia el Atlántico sur, y con
 este dato la oficina del Commonwealth sugirió que los argentinos 
invadirían alguna de las islas de Malvinas en el mes de abril.
Conclusiones
Una
 de las misiones trascendentales de la Inteligencia a nivel estratégico 
es la de proporcionar la alerta necesaria con la suficiente antelación 
para que se puedan poner en práctica los planes de contingencia 
previstos para la ocasión según el tipo de incidente que pueda llegar a 
producirse. Resulta sorprendente, y a la vez muy extraño, que uno de los
 mejores servicios de inteligencia del mundo haya soslayado las señales 
enviadas desde el atlántico sur, sobre todo cuando la virulencia del 
conflicto se venía incrementando desde diciembre de 1976. Quienes fueron
 protagonistas y tuvieron la responsabilidad de enviar las debidas 
alertas, no eran personas ignorantes en los conocimientos de la doctrina
 de inteligencia y sabían muy bien lo que tenían quehacer. Todos ellos 
militares, personas que alguna vez fueron formados en las disciplinas de
 la exploración y reconocimiento. El propio gobernador era un ex 
veterano de la 2ºGM y había estado al servicio de la inteligencia 
durante la guerra de Vietnam como integrante de la embajada británica en
 Saigón. 
Desde
 el punto de vista del análisis, resulta también muy llamativo el papel 
del JIC a la hora de evaluar las señales, aunque sabemos hoy que 
aparentemente no todas, y quizás las más importantes, llegaron alas 
manos de sus analistas. En ese sentido, resulta por lo menos poco claro 
el proceder de otras agencias subsidiarias como el Servicio de 
Inteligencia de la RN a la horade transmitir información de alta 
prioridad hacia el JIC. Al respecto, la conducta de ciertas autoridades 
navales deja entrever que manejaban cierta inteligencia que el Estado 
ignoraba. Claro está que la propia Thatcher desconocía la existencia de 
algunos incidentes que podrían haber generado otra actitud respecto del 
conflicto. Según el investigador Robert Aldrich, el JIC fue duramente 
criticado por haber fallado en proveer la alerta de invasión de varios 
conflictos como la invasión soviética a Checoeslovaquia (1968) y 
Afganistán (1979) y la guerra entre Irán e Irak (1980). Ante semejantes 
fracasos cabe preguntarnos, ¿por qué bajar la guardia en una situación de crisis que involucraba un dominio colonial propio?
 No lo sabemos. También ignoramos porque ante semejante error que 
desencadenó una guerra, la Primera Ministra mantuvo en el cargo al 
director del JIC hasta el final de su mandato, cuando lo lógico hubiese 
sido relevarlo. 
Finalmente,
 el informe Frank´s despertó más dudas que certezas al tratar de 
determinar cuál fue el error que se cometió al no haber advertido la 
Operación Rosario.
Las
 críticas observan que se buscó proteger al gobierno, quizás en la 
intención de no mostrar debilidad tanto en el ámbito local como 
internacional, o posiblemente para no exponer las intencionalidades de 
otros actores como la RN, la que probablemente quería aprovecharla 
situación para revertir el descalabro de su flota de superficie. 
(1) HMS: “Her Majesty's Ship": Buque de Su majestad [la Reina], por sus siglas en ingles.
(2) Se desempeñó como Comandante de la Fuerza de Desembarco de la Operación Rosario (2 Abr 82).
(3) JIC: Comité Conjunto de Inteligencia por sus siglas en inglés. Constituye la cabeza del Sistema de Inteligencia a nivel estratégico nacional.
(4) Jagger, 2015
(5) Aldrich, 2010
(6) Ministerio de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña.
(7) Irizar.org, 2014
(8) BBC, El ataque a Malvinas/Falklands "sorprendió" a Thatcher, 2012
https://www.bbc.com/mundo/ noticias/2012/12/121227_malvinas_falklands_invasion_ thatcher_lav
(9) Burns, 2012
(10) Thatcher Foundations, 2020
(11) Frank y otros, 1983
(12) Ibidem
(13) BBC, 2013.
https://www.bbc.com/mundo/noticias/2013/02/130214_serie_archivos_secretos_visitas_generales_compra_de_armas_ch
(14) Jagger, 2015
(15) Barker, 2002
(16) Government Communications Headquarters: Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno por sus siglas en inglés.
(17) Aldrich, 2010
(18) Barker, 2002
(19) Aldrich, 2010
(20) Más tarde y con la llegada de la Guerra Fría, el BAS también tendrá como objetivo advertir sobre la presencia de buques de la URSS.
(21) BAS, 2019
(22) El personal del BAS también tuvo la responsabilidad de monitorear las comunicaciones en el Atlántico Sur, destacándose la presencia de miembros que hablaban español, los que desempeñaron un importante rol durante la crisis de las Georgias.
(23) Parry, 2012
(24) Gamba & Freedman, 2012
(25) Barker, 2002
(26) Barker, 2002
(27) Thatcher Foundations, 2020
(28) La postura de replegar y vender el HMS Endurance se mantuvo hasta el inicio de la guerra en abril del ’82.
(29) Thatcher, 2012
(30) Ibidem
(31) Durante la guerra se desempeñó como integrante del Staff de Inteligencia del Cuartel General de la Royal Navy ubicado en la localidad de Northwood.
(32) Mc Manners, 2008
(33) Aldrich, 2010
(34) Aldrich, 2010
(35) Frank y otros, 1983
(36) Bound, 2002
(37) Dorman, Kandiah, & Staerck, 2005
(38) Dorman, Kandiah, & Staerck, 2005
BIBLIOGRAFÍA
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El autor es Coronel, Oficial de Estado Mayor y Estado Mayor Conjunto. Realizó la Escuela de Comando y Estado Mayor en el Ejército de Liberación Popular de China. Tiene los títulos de Licenciado en RRII y Licenciado en Estrategia y Organización de la Facultad del Ejército Argentino.
Este artículo fue publicado en Visión Conjunta año 15 Número 28 . 2023




