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domingo, 20 de abril de 2025

COAN: Los SuE argentinos

Los Super Etendard argentinos


Super Étendard: El as en la manga de la Aviación Naval Argentina

Mientras el Reino Unido celebraba su rápida victoria en Georgia del Sur, en el continente sudamericano, Argentina se preparaba para una nueva fase del conflicto: la lucha aérea y marítima. En ese escenario, una pieza clave del ajedrez estratégico argentino era el AMD/BA Super Étendard, el caza-bombardero más avanzado de la Armada Argentina al momento de la guerra.

Este avión, nacido del desarrollo del francés Étendard IV, representaba un salto tecnológico significativo. Incorporaba sistemas modernos de navegación y ataque, y era capaz de portar misiles aire-mar del tipo Exocet AM39, una verdadera amenaza para cualquier buque enemigo. En los informes soviéticos y europeos de la época, se le conocía con variaciones fonéticas como "Super Ethander" o "Super Standard", reflejando su origen galo y su prestigio internacional.

Vínculos históricos con Francia: Una tradición de cooperación aérea

La relación entre Argentina y la industria aeronáutica francesa no era nueva. Se remontaba a 1929, cuando la Armada Argentina incorporó los primeros Dewoitine D-21c, cazas monoplaza que marcaron el inicio de una cooperación tecnológica duradera. Más adelante, durante los años de posguerra, llegaron otros modelos galos, como el T-28 Fennec —una adaptación francesa del T-28A "Trojan" estadounidense— modificada por Sud Aviation para cumplir funciones de entrenamiento y ataque ligero.

La flota aérea de la Armada fue evolucionando, pero el salto cualitativo más grande se dio a partir de los años setenta, cuando el Grupo Aeronaval Embarcado (GAE) comenzó a reorganizarse para enfrentar los desafíos de un posible conflicto de mayor escala.

Del Skyhawk al Super Étendard: Un cambio necesario

Durante la primera mitad de la década, el GAE estaba compuesto principalmente por los McDonnell Douglas A-4Q Skyhawk, aeronaves versátiles y probadas, pero ya entradas en años. La necesidad de modernización era urgente. Hacia 1976, la Armada Argentina comenzó a explorar opciones para reemplazar su flota de Skyhawks, en vista de su obsolescencia frente a los estándares de combate contemporáneos.

El primer intento de adquisición fue fallido: un lote de A-4C ofrecido por Lockheed no satisfacía las necesidades ni los requerimientos operativos. El estado mayor naval comenzó entonces a considerar alternativas de mayor potencia y tecnología. Entre los modelos en evaluación estaban el A-4F y el moderno A-4M, recientemente retirado del servicio activo en la aviación naval de Estados Unidos.

Pero la decisión final tomó un rumbo diferente. Francia ofrecía no solo un avión más moderno, sino también un sistema de armas completo: el Super Étendard, equipado con el temido misil Exocet. Esta combinación, pensada para operaciones de ataque naval a larga distancia, se adaptaba perfectamente a las necesidades defensivas y ofensivas de la Armada argentina en un escenario marítimo como el del Atlántico Sur.

La 2º Escuadrilla Aeronaval: Guardián del poder aéreo en Alta Mar

La 2º Escuadrilla de Caza y Ataque Naval fue la unidad elegida para operar los nuevos Super Étendard. Su capacitación se realizó en Francia, con pilotos argentinos que entrenaron durante meses para dominar no solo la aeronave, sino también la integración táctica con el misil Exocet.

Este escuadrón se convertiría pronto en una de las unidades más temidas del conflicto, y sus misiones marcarían un antes y un después en la historia de la guerra naval moderna. Su capacidad de atacar desde distancias seguras, con precisión quirúrgica, pondría a prueba a la mismísima Royal Navy.

La guerra aérea y marítima por las Malvinas se aproximaba a su punto de ebullición. Y en ella, el Super Étendard era el arma secreta con la que Argentina esperaba equilibrar la balanza ante un adversario poderoso y decidido.

De acuerdo con los requerimientos técnicos establecidos, la aviación naval argentina necesitaba un avión de combate a reacción capaz de operar desde la cubierta del portaaviones ligero ARA (V-2) 25 de Mayo (léase “Veinticinco de Mayo”). Este buque tenía una trayectoria particular: fue construido en 1945 en Inglaterra bajo el nombre HMS Venerable —término que significa “venerable”— y posteriormente transferido a los Países Bajos, que lo revenderían más tarde a la Argentina. El nuevo avión debía estar capacitado para lanzar misiles contra buques enemigos, además de poder ejecutar misiones de ataque sobre objetivos terrestres y marítimos. Asimismo, debía contar con capacidad para portar misiles aire-aire AIM-9B Sidewinder. Luego de que el gobierno de los Estados Unidos prohibiera la venta del A-4M Skyhawk a Argentina, la Armada dirigió su interés hacia el Super Étendard ofrecido por la industria francesa.


3-A-203 durante la presentación oficial del 7 de diciembre de 1981 de Argentina

La propuesta inicial contemplaba la entrega de un lote de 16 Super Étendard. Se preveía que diez de estos aviones fueran entregados en 1981, cuatro en 1983 y los dos restantes en 1984. A diferencia de los Estados Unidos, Francia ofrecía aeronaves completamente equipadas y armadas. El contrato para la adquisición de los aviones y sus repuestos fue firmado en 1979. En el marco de este acuerdo, participaron varias empresas clave: Matra se encargó de la fabricación de 500 misiles aire-aire Magic 500, Aerospatiale produjo los misiles antibuque AM-39 Exocet, y Thomson-CSF desarrolló los simuladores de vuelo específicos para el entrenamiento en el Super Étendard.


3-A-208 con cuatro bombas Matra de 250 kilogramos (Matra SAMP)

En noviembre de 1980, el personal técnico de vuelo argentino arribó a Francia e inició de inmediato su entrenamiento bajo un programa especialmente diseñado, conocido como programa SUE (sigla con la que se identificaron todos los Super Étendard argentinos). El contingente estaba compuesto por 10 pilotos, un oficial del servicio de ingeniería y 37 suboficiales técnicos, todos bajo el mando general del capitán de fragata Ítalo Lavezzo. Este último no solo comandaba la delegación, sino que también se desempeñaba como piloto de pruebas de las aeronaves destinadas a la Argentina.

3-A-213 dentro del hangar número seis

El programa de instrucción se extendió durante todo el primer semestre de 1981. Cada piloto argentino acumuló al menos 48 horas de vuelo en el Super Étendard. Paralelamente, en la Argentina, comenzó la construcción del hangar N.º 6 en la base aeronaval “Comandante Espora”, destinado al Segundo Escuadrón de Caza y Ataque Naval, una unidad reconstruida tras su disolución en 1976, cuando aún operaba con aviones Fennec.

El primer lote de cinco Super Étendard (designados SUE en Argentina), con matrículas comprendidas entre 0751/3-A-201 y 0755/3-A-205 —donde el número 3 indica el Escuadrón Aeronaval de Ataque, el 2 identifica al segundo escuadrón, y los dos últimos dígitos corresponden al número táctico del avión— fue oficialmente incorporado el 7 de diciembre de 1981 durante una ceremonia realizada en la base “Comandante Espora”, con la presencia del Presidente de la Nación. A pesar del receso estival (diciembre corresponde al verano en el hemisferio sur), la actividad del escuadrón no se interrumpió en ningún momento. La llegada del material y del personal entrenado en Francia se cumplió rigurosamente según lo previsto.


Tres "Super Etendar" en el cielo sobre la base aérea "Comandante Espora"

Los diez pilotos formados en Francia se incorporaron al escuadrón y comenzaron sus actividades operativas con regularidad. Sin embargo, esta rutina se vio abruptamente interrumpida el 31 de marzo de 1982, cuando el capitán Colombo recibió la orden del alto mando de alistar los Super Étendard para operar con misiles Exocet en un plazo máximo de treinta días. Apenas dos jornadas después, el 2 de abril, llegó la instrucción de avanzar hacia las Islas Malvinas. En ese momento, quedó claro para todos que el conflicto era inminente y que el derramamiento de sangre era ya una certeza en el horizonte.


Alineación de SUE basada en Comandante Espora, agosto de 1992

En esa etapa, el entrenamiento se concentró en maniobras de navegación, perfiles de ataque y el empleo operativo de los misiles AM-39 Exocet. Es importante destacar que Francia no ofreció asistencia técnica alguna en ese momento, por lo que los argentinos debieron resolver por cuenta propia todos los aspectos del adiestramiento, completándolo en un plazo récord de apenas dos semanas.

Simultáneamente, se llevaron a cabo vuelos intensivos y constantes en la zona de Puerto Belgrano. Tanto buques mercantes como unidades navales fueron utilizados como blancos simulados en más de una docena de ataques, con el objetivo de adquirir experiencia en el uso del radar de abordo y en el vuelo a muy baja altitud.

La consigna principal de estos ejercicios era perfeccionar ataques contra blancos navales situados a una distancia de 400 a 500 millas náuticas de la costa, lo cual exigía la ejecución precisa de reabastecimientos en vuelo. Se ensayaron ataques sobre destructores clase Hércules de la propia Armada Argentina, que compartían diseño con los británicos clase Sheffield. La tarea consistía en estudiar sus vulnerabilidades y definir los puntos más efectivos para un ataque con misiles.

Vista de la cola 3-A-201

Una vez finalizado el entrenamiento y completado el alistamiento de los sistemas, la unidad fue declarada operativa para el combate. Estaba integrada por apenas cuatro Super Étendard, ya que el quinto aparato debió ser canibalizado como fuente de repuestos, debido al embargo comercial impuesto tras el estallido de la guerra. La escuadrilla quedó bajo el mando del capitán de fragata Jorge Colombo. Se organizaron cinco binomios de pilotos —diez en total— con el fin de garantizar una rotación constante en las misiones.

Como no se había realizado ningún adiestramiento a bordo del portaaviones ARA (V-2) 25 de Mayo, se resolvió operar directamente desde tierra, utilizando como base la instalación aeronaval de Río Grande, en Tierra del Fuego. En aquel momento, esta base era empleada por aviones de ataque MB-326GB, MB-339A y A-4Q Skyhawk. Los Super Étendard fueron trasladados desde la base “Comandante Espora” a Río Grande el 19 de abril. Las extremas e impredecibles condiciones meteorológicas de la zona obligaron a las tripulaciones a realizar vuelos de aclimatación y adaptación.

Si bien Río Grande también alojaba unidades de la Fuerza Aérea Argentina, como los IAI Dagger, se decidió mantener operaciones separadas, ya que las configuraciones y perfiles de vuelo de los Super Étendard eran completamente distintos a los de las aeronaves de la Fuerza Aérea.

Arriba - Nariz 3-A-205, agosto de 1984. Se puede notar una marca en el ataque del barco británico.
Abajo - Dos cohetes 550 Magic (Matra 550 Magic) están suspendidos debajo de 3-?-203 en la pista del “Comandante Espora”.

El primer vuelo de combate se realizó el 1 de mayo a las 16.03. El objeto era un objetivo no identificado que maniobraba activamente al sur del estrecho de San Carlos. En la etapa final, esta operación se suspendió porque el comandante de la pareja que realizaba la tarea sufrió una fuga de combustible.


Sobre el rodaje antes del vuelo de entrenamiento

El 4 de mayo, a las 09:45, despegaron los Super Étendard 3-A-202 y 3-A-203 con la misión de atacar una formación naval británica que estaba siendo monitoreada por un avión de patrulla SP-2H (matrícula 2-P-112). A las 11:04, y desde una distancia aproximada de 30 millas náuticas, ambos aviones lanzaron misiles AM-39 Exocet contra el blanco identificado. Como resultado del ataque, fue alcanzado y posteriormente destruido el destructor británico HMS Sheffield, marcando así el primer impacto exitoso de un misil antibuque lanzado desde un avión en el conflicto del Atlántico Sur.

Marcación claramente visible de los ataques a los barcos británicos.

El 23 de mayo, la salida operativa resultó infructuosa: los pilotos regresaron a la base aeronaval de Río Grande sin haber detectado ningún blanco en la zona de búsqueda asignada. A partir de entonces, la efectividad de la aviación naval se vio seriamente afectada por la imposibilidad de continuar utilizando el SP-2H Neptune —el veterano avión de patrulla, literalmente, comenzó a desintegrarse en pleno vuelo—. Como consecuencia, el flujo de información crítica sobre las posiciones y movimientos de los buques enemigos se redujo drásticamente.

A este problema se sumaba otro: cuando los Super Étendard armados con misiles Exocet lograban ingresar al área de operaciones, los pilotos debían recurrir a auténticos prodigios de precisión para localizar y fijar blancos sin apoyo de radar externo. Ante esa situación, se tomó la decisión de trasladar de urgencia todos los misiles aire-mar a la base aeronaval Comandante Espora para una revisión completa. Allí fueron sometidos a una meticulosa auditoría y recalibración, y al día siguiente ya estaban de regreso en Río Grande, habiendo recorrido en cuestión de horas varios miles de kilómetros a bordo de un avión Fokker F-28.


3-A-211 con marca incorrecta en la cola. 0761 es Mackey MW-339AA

El 25 de mayo de 1982, en el Día de la Patria, los Super Étendard 3-A-203 y 3-A-204 llevaron a cabo un ataque decisivo contra el Atlantic Conveyor, un buque logístico británico localizado a unas 100 millas náuticas al noreste de Puerto Argentino. Los aviones argentinos despegaron a las 14:26, cada uno armado con un misil Exocet. El blanco fue alcanzado exitosamente, y el impacto provocó el hundimiento del buque, que transportaba un valioso cargamento de helicópteros Lynx, Wessex y Chinook, esenciales para las operaciones británicas en las islas.

Debido a la gran distancia del objetivo —un total de 1.620 millas náuticas ida y vuelta—, la misión requirió dos reabastecimientos en vuelo, los cuales fueron realizados con precisión por un avión tanque RC-130H de la Fuerza Aérea Argentina. Esta operación combinada fue un hito de coordinación interfuerzas y un duro golpe para la logística británica en el teatro de operaciones.

El 3-A-207 se prepara para el vuelo de entrenamiento

El último ataque realizado por la aviación naval argentina tuvo lugar el 30 de mayo de 1982 y tuvo como blanco a uno de los portaaviones de la Royal Navy. La misión representaba un desafío monumental: los argentinos disponían de un solo misil Exocet operativo. Se estimaba que para hundir un portaaviones de esa clase se requerían al menos cuatro impactos directos, por lo que se diseñó una operación combinada. La Fuerza Aérea Argentina contribuyó con dos A-4 Skyhawk, cada uno armado con dos bombas de 500 libras, que acompañarían a los Super Étendard en el ataque.

El Super Étendard 3-A-202 portaba el último Exocet disponible, mientras que el 3-A-205 llevaba tres tanques suplementarios de combustible para asegurar el alcance de la misión. A las 12:31, desde una distancia de 24 millas náuticas, se efectuó el lanzamiento del misil contra el HMS Invincible. Sin embargo, el Reino Unido nunca reconoció oficialmente haber recibido dicho impacto.

Ese disparo marcó el último vuelo de combate de los Super Étendard durante la Guerra por las Malvinas. Posteriormente, se contemplaron diversas opciones para emplearlos como bombarderos convencionales, pero con el fin de las hostilidades, tales planes nunca pasaron del papel.

3-A-209 y 3-A-211 se aproximaron al KC-130 para probar el reabastecimiento en vuelo

El desempeño en combate del Segundo Escuadrón Aeronaval de Caza y Ataque fue verdaderamente sobresaliente. Con apenas cuatro Super Étendard operativos, la unidad llevó a cabo cinco misiones de ataque, acumulando un total de 29 horas de incursiones en zona de combate. Sus resultados fueron contundentes: logró el hundimiento de dos buques enemigos —entre ellos el HMS Sheffield, que funcionaba como centro de comando de la aviación británica— y la destrucción de al menos diez helicópteros, golpeando duramente la capacidad logística y operativa del adversario.

A todo ello se suma un dato no menor: fue la única unidad argentina en el conflicto que no sufrió ninguna baja, ni de personal ni de material, lo que subraya no solo su eficacia táctica, sino también el altísimo nivel de preparación y profesionalismo alcanzado por sus pilotos y equipos técnicos.

El 3-A-201 se encuentra en la cubierta del portaaviones "Lincoln" (USS CVN-72 "Lincoln") durante el ejercicio "Gringo-Gaucho II" (Gringo-Gaucho II) en octubre de 1990.

Tras el fin de la guerra, el embargo internacional fue finalmente levantado, lo que permitió al escuadrón recuperar y completar su flota de aeronaves y sistemas de armamento. En diciembre de 1982, llegaron al país los nueve *Super Étendard* restantes, acompañados de misiles, repuestos y equipamiento técnico. Esta entrega no solo fortaleció la capacidad operativa del escuadrón, sino que además posibilitó la reparación del 3-A-201, que había quedado fuera de servicio durante el conflicto, permitiendo su reincorporación plena a las operaciones gracias a las piezas recibidas.


201, 208 y 210 después de la práctica de lanzamiento de misiles

Uno de los hitos más significativos en la historia de posguerra de los Super Étendard fue el vuelo realizado a mediados de abril junto a los A-4Q Skyhawk del Tercer Escuadrón de Cazabombarderos, con destino al portaaviones ARA (V-2) 25 de Mayo. Esta operación marcó la plena integración de ambas unidades embarcadas en el contexto del adiestramiento aeronaval conjunto.

Durante el período en que el portaaviones ingresó a reparaciones programadas, los Super Étendard mantuvieron una actividad operativa constante desde bases terrestres, operando intensamente desde Mar del Plata, Trelew, Río Grande y Ushuaia, lo que aseguró la continuidad de su entrenamiento y preparación para misiones de ataque y proyección naval.

SUE en Ushuaia (Ushuaia) - la base más austral del hemisferio sur

Las capacidades de combate de los Super Étendard se potenciaron significativamente al operar en conjunto con el Lockheed L-188MR Electron, una versión modificada del Electra adaptada para tareas de patrullaje marítimo y guerra electrónica. Esta combinación permitió mejorar notablemente la detección de blancos navales, la coordinación táctica y la capacidad de supervivencia de los aviones de ataque, al integrar sensores de largo alcance y apoyo electrónico en tiempo real.


A pesar de la drástica reducción del presupuesto de defensa —especiamente en lo referido al entrenamiento—, los costos asociados a la formación de tripulaciones para los Super Étendard se mantuvieron sin alteraciones, lo que permitió preservar un alto estándar operativo. Con el paso del tiempo, la especialización principal de estos aviones se consolidó en el ataque a objetivos desde muy baja altitud, una capacidad que exige gran precisión y destreza.

El nivel de instrucción de los pilotos del escuadrón es considerado de excelencia, como lo prueba el hecho de que, a lo largo de todo su historial operativo, solo se hayan registrado dos incidentes significativos. El primero ocurrió el 1 de agosto de 1989, cuando el 3-A-210 impactó contra las crestas del mar durante un vuelo de entrenamiento a baja altura, provocando la pérdida de la aeronave y el fallecimiento del piloto. El segundo tuvo lugar el 11 de diciembre del mismo año: el SUE 0772 / 3-A-212 sufrió una falla en su motor Atar 08C durante el vuelo, pero en esa ocasión el piloto logró eyectarse con éxito.

El escuadrón cuenta, además, con una vasta experiencia en reabastecimiento en vuelo y ha participado en numerosas maniobras combinadas, incluyendo ejercicios con la aviación naval de Brasil y con unidades de la Marina Real Británica.


domingo, 6 de abril de 2025

ARA: El desempeño hasta el 4 de Mayo


El desempeño de la Armada de la República Argentina



La Fuerza de Tareas 79, más conocida como la Fuerza de Tareas del Atlántico Sur (FLOMAR) de la Armada Argentina, jugó un papel crucial durante el conflicto de las Islas Malvinas en 1982. La FLOMAR, integrada principalmente por buques de la Flota de Mar de la Armada Argentina, fue una pieza central en la estrategia argentina para recuperar y mantener el control de las islas frente a la respuesta militar británica. A continuación, se presenta un informe detallado sobre el desempeño de la FLOMAR hasta el 4 de mayo de 1982.

Contexto Operacional

La FLOMAR, en su núcleo, estaba diseñada para operaciones de alta mar y protección de la soberanía marítima argentina. Para el conflicto de Malvinas, la Armada Argentina desplegó una flota diversa que incluía destructores, fragatas, corbetas, submarinos y un portaaviones, el ARA Veinticinco de Mayo. La misión principal de la FLOMAR era proporcionar apoyo naval a las fuerzas terrestres argentinas desplegadas en las islas y, al mismo tiempo, enfrentar y neutralizar la Task Force británica enviada para recuperar las Malvinas.

Composición de la FLOMAR

A comienzos de abril de 1982, la FLOMAR estaba compuesta por varias unidades clave:

  1. ARA Veinticinco de Mayo: Portaaviones clase Colossus modificado, que era el buque insignia de la Armada. Su capacidad para operar aviones de combate A-4Q Skyhawk y S-2 Tracker era crucial para las operaciones de ataque y reconocimiento.

  2. Destructores Clase Type 42: Como el ARA Hércules y el ARA Santísima Trinidad, equipados con misiles superficie-aire Sea Dart, diseñados para la defensa aérea de la flota.

  3. Destructores Clase Fletcher y Gearing: Como el ARA Piedra Buena y el ARA Bouchard, con roles de escolta y defensa antiaérea.

  4. Corbetas Clase A69: Como el ARA Drummond, destinadas a tareas de patrullaje y guerra antisubmarina.

  5. Submarinos Clase Balao y Tipo 209: Como el ARA Santa Fe y el ARA San Luis, que realizaron operaciones de reconocimiento y ataque.


 

Operaciones Iniciales

El 2 de abril de 1982, Argentina recuperó las Islas Malvinas mediante la Operación Rosario. Posteriormente, la FLOMAR se movilizó para asegurar el control del área marítima alrededor de las islas y preparar la defensa ante la inminente respuesta británica. El ARA Veinticinco de Mayo desplegó aviones para misiones de patrullaje y reconocimiento en el Atlántico Sur.

La FLOMAR operó principalmente en dos áreas:

  1. Área de Operaciones de la Fuerza de Tareas 79.1: Comandada por el Contralmirante Gualter Allara, esta fuerza incluía al ARA Veinticinco de Mayo y varios destructores. Sus misiones se centraron en establecer una presencia naval disuasoria y estar lista para interceptar cualquier incursión británica.

  2. Área de Operaciones de la Fuerza de Tareas 79.3: Incluía submarinos como el ARA San Luis y unidades de superficie encargadas de tareas de patrullaje y protección de las islas.

Enfrentamiento con la Task Force Británica

A mediados de abril, la FLOMAR comenzó a enfrentar la realidad de la Task Force británica, liderada por los portaaviones HMS Hermes y HMS Invincible. La FLOMAR intentó utilizar su ventaja inicial en términos de proximidad y familiaridad con las aguas del Atlántico Sur.

Operación Algeciras: Una operación de comandos en Gibraltar, destinada a atacar unidades navales británicas, fue cancelada antes de su ejecución, privando a la FLOMAR de un golpe estratégico significativo.

Patrullas de Submarinos: El ARA San Luis desempeñó un papel crucial en las operaciones de guerra submarina. Sin embargo, los problemas técnicos y la falta de coordinación en los ataques con torpedos limitaron su efectividad.

El 1° de Mayo de 1982: Primeros Combates Directos

El 1 de mayo marcó el primer enfrentamiento directo entre las fuerzas argentinas y británicas. La FLOMAR fue parte de una operación más amplia para hostigar a la Task Force británica, intentando atacar sus posiciones.

Ataques Aéreos: Los aviones del ARA Veinticinco de Mayo realizaron salidas para identificar y atacar unidades británicas. Sin embargo, las condiciones meteorológicas y la eficiencia de las defensas británicas complicaron estas misiones.

Intento de Ataque con el ARA Veinticinco de Mayo: El portaaviones argentino intentó lanzar un ataque aéreo con sus A-4Q Skyhawk. A pesar de las dificultades logísticas y tácticas, la misión fue abortada cuando se confirmó que los portaaviones británicos se encontraban fuera del alcance efectivo.

Pérdida del ARA General Belgrano

El 2 de mayo de 1982, la FLOMAR sufrió una de sus pérdidas más significativas. El crucero ARA General Belgrano, que formaba parte de la Fuerza de Tareas 79.3, fue torpedeado y hundido por el submarino nuclear británico HMS Conqueror. Esta acción marcó un punto de inflexión en la guerra naval. El hundimiento del General Belgrano resultó en la muerte de 323 marinos, representando casi la mitad de las bajas argentinas en el conflicto.

Este evento tuvo consecuencias estratégicas y operativas inmediatas. La Armada Argentina retiró el ARA Veinticinco de Mayo y otras unidades principales hacia aguas más seguras, cerca de la costa argentina, para evitar nuevas pérdidas. Este repliegue limitó las opciones ofensivas de la FLOMAR y permitió a la Task Force británica operar con mayor libertad en la zona de exclusión alrededor de las Malvinas.

Operaciones hasta el 4 de Mayo

Después del hundimiento del General Belgrano, la FLOMAR adoptó una postura más defensiva. La flota argentina se concentró en proteger los accesos al continente y en evitar un enfrentamiento directo con la Task Force británica, que contaba con superioridad tecnológica y de alcance, especialmente con sus submarinos nucleares y aeronaves embarcadas.

Submarino ARA San Luis: Continuó sus operaciones, pero sin éxito significativo debido a fallas en sus sistemas de armamento, como torpedos que no impactaron a pesar de detectar blancos enemigos.

Protección del ARA Veinticinco de Mayo: Con el portaaviones alejado de la zona de conflicto directo, su capacidad ofensiva quedó severamente restringida, limitando el alcance de las operaciones aéreas argentinas.

Conclusiones hasta el 4 de Mayo

Hasta el 4 de mayo de 1982, la FLOMAR enfrentó un entorno extremadamente desafiante. La combinación de la tecnología avanzada de la Task Force británica, junto con la superioridad en inteligencia y logística, puso a la Armada Argentina en una situación difícil. La pérdida del ARA General Belgrano y las limitaciones operativas del ARA Veinticinco de Mayo obligaron a la FLOMAR a revaluar su estrategia, enfocándose más en la defensa que en la ofensiva.

El desempeño de la FLOMAR hasta esta fecha muestra tanto la valentía como las limitaciones técnicas y estratégicas de la Armada Argentina en un conflicto moderno contra una potencia naval como el Reino Unido. La guerra de las Malvinas se convirtió en un conflicto asimétrico, donde la FLOMAR intentó maximizar sus recursos en un escenario adverso, enfrentando desafíos significativos que finalmente influyeron en el curso de la guerra.



domingo, 26 de enero de 2025

Bombas de racimo: Las BL755 en el conflicto

El mito de la ilegalidad por parte británica en el uso de bombas de racimo Hunting Engineering BL-755

Sean Eternos los Laureles




Durante la Guerra de Malvinas de 1982 los invasores británicos utilizaron la bomba de racimo Hunting Engineering BL755 que no contiene Carga Antipersonal, sino Carga Hueca, lo cual está permitido, ya que cualquier bomba de racimo que diseñada para destruir material enemigo tal como aviones, tanques, barcos etc., se puede utilizar y de hecho se siguen y seguirán utilizando sin que ello comporte una violación de norma internacional alguna. Las bombas diseñadas para esparcir metralla antipersonal que tengan como obvio fin dañar al ser humano, como la Belouga BLG-66 de origen francés, de la firma MATRA, están prohibidas, y desde ya ese tipo de bombas no fueron empleadas por los británicos durante la Guerra de Malvinas.



  El hecho que una bomba expansiva antimaterial pueda dañar material y personas por igual, no quiere decir que sea un arma o munición expansiva de uso antipersonal, tales como las conocidas balas dum-dum o las minas antipersonales del tipo Claymore (tan empleadas estas dos por las mafiosas fuerzas extremistas castroguevaristas que entre 1959 y 1990 atacaron genocidamente a la Nación Argentina).




 

 

  La bomba racimo Hunting Engineering BL755 es de uso esencialmente antitanque, diseñada y fabricada en el Reino Unido y destinada en principio para destruir la inmensa superioridad númerica de los vehículos blindados con los que contaba el Pacto de Varsovia respecto a la OTAN. Al ser un arma explosiva y expansiva, o sea no selectiva, es obvio que posee capacidad de alcanzar y dañar personas, y bien puede emplearse con fines secundarios antipersonales, pero eso no la hace un arma antipersonal. La BL755 contiene un total de 147 submuniciones, y cada submunición es una carga hueca HEAT para penetración de blindaje con una carcasa de fragmentación que produce en torno a 1.400 fragmentos que, obviamente, al detonar pueden alcanzar personas. Una única bomba de racimo tipo Belouga produce un total de más de 200.000 fragmentos.





Que una bomba Hunting Engineering BL755 de las empleadas por Gran Bretaña en plena Guerra de Malvinas esparciera 147 cargas huecas antitanques que a su vez esparcen hasta 1.400 fragmentos (más los fragmentos de material alcanzado y destruido por la bomba) en diferentes direcciones y para dañar o destruir la mayor cantidad de material posible abarcando el mayor radio de acción posible y, desde ya, que cualquier ser humano que esté entre ese material o rango de fuego pueda ser muerto o herido, ello de ningún modo la transforma en un arma o munición antipersonal expansiva.



  Pero existe una realidad que suele obviarse o ignorarse, y es que Argentina sí contaba en sus arsenales con bombas expansivas antipersonal Belouga BLG-66 de la firma MATRA de Francia (en una de las imágenes montadas en un "Alpha Jet", y en otra en una imagen de posguerra montadas en un A-4C), que fueron adquiridas con los aviones cazabombardeos Mirage IIIEA/DA, que en Argentina basicamente operaron con misión primaria de interceptación, no obstante lo cual fueron empleadas para la homologación de los mismos aviones de combate supersónicos franceses, y posteriormente en los cazabombarderos subsónicos estadounidenses A-4B/C, desconociendo nosotros si también fueron homologados en los turbohélice contra insurgencia IA-58A, y los A-4B (Q) de la Armada Argentina, y con posterioridad a la Guerra de Malvinas en los cazabombarderos supersónicos de origen francés Super Ètendard, todos los cuales poseen obvia capacidad para operarlas. Obviamente que los mandos argentinos consideraron que su empleo en esa guerra no era adecuado, y por lo tanto nunca se atacaron a las fuerzas británicas con Belougas, incluso en la misma guarnición argentina de Malvinas se desplegó cierta cantidad de bombas incendiarias de Napalm, cuyo fin básicamente es quemar vegetación e instalaciones flamables, pero con obvio devastador efecto antipersonal, pero que tampoco fueron utilizadas con este fin.



  Obviamente que para las tropas argentinas sujetas a los efectos de tales armas, poco les importó que si eran armas o no legales, o su uso era o no ético o moral, y para cada soldado bastaba que un solo fragmento lo alcance para quedar lesionado, mutilado o muerto, pero que con racional convencimiento bien hubieran empleado tales armas contra el enemigo sin dudar con tal de sostener la supervivencia o alcanzar la victoria, aunque cierto es que teniendo armas aún más devastadoras que las empleadas por los británicos, el respeto por las normas internacionales y la humanidad (dentro de lo que cabe en una guerra, que si bien es algo inserto en la misma naturaleza humana, de humanitaria no tiene nada), hizo que ese equipamiento del arsenal argentino no se utilizara, y rozando los británicos la ilegalidad, tal vez no tanto por los efectos devastadores de un arma beluga, sino por el método táctico mismo. Obviamente, 147 submuniciones y 1.400 fragmentos esparciéndose sobre la cabeza de una Compañía de Infantería o cualquier tipo de posición argentina es algo letal y que sólo quienes sufrieron esa acción pueden sopesar, ¡pero si de lo que hablamos es de una diferencia de 198.600 fragmentos letales e igual rango de cobertura, o sea un 1.430% mayor poder de devastación!, no hay mucho para pensar si es que se desea cuestionar tal fundamento...



 

Obviamente que en 1982 en sí no hubo una declaración de guerra de ninguna de las dos partes, y que se procedió de hecho y con muy poco derecho dentro de lo que a legislación internacional se refiere, y ello al margen que sin dado se obró dentro del margen legal de operaciones militares, pero ambos bandos obraron de forma correcta y "humanitaria", dentro de lo que cabe decir en semejante desgarradora infamia que es toda guerra, y sólo cometiéndose algún episodio abusivo generado por el mismo fragor del momento y la sangre caliente que muchas veces, en semejante incidencia, despierta la faz más brutal y desagradable de todo ser humano. Desde ya que si el conflicto hubiese sido de guerra total por la misma supervivencia nacional, como se dio en la Segunda Guerra Mundial o en Corea o Vietnam o el Golfo o Yugoslavia, otra hubiese sido la consideración y criterio empleado por ambos bandos.
  La bomba de racimo antitanque Hunting Engineering BL755, diseñada a principio de los años 70s y de un peso estándar al lanzamiento de 264 kgs., una longitud de 2.45 mts., un diámetro de 419 mm., y equipada con 147 submuniciones antitanque y carcasa prefragmentada, se fabricó en las variantes BL755, IBL755 y RBL755, y además de la guerra de Malvinas fue empleada en la Guerra del Golfo y la Guerra de la ex-Yugoslavia, habiendo sido empleada por Gran Bretaña y Alemania, que ya las retiraron del servicio; e Irán y Serbia, desconociéndose cuantas de ellas quedan en sus inventarios o si son producidas en ambos países utilizando el sistema de ingeniería inversa; e India, que aún hoy la emplea en sus Mig-27, Sepecat Jaguar, Sea Harrier y tal vez en algún otro tipo de avión (MiG-29, HAL Tejas, Su-30...). Hoy la para los Veteranos de Guerra de Malvinas argentinos tristemente celebre BL755 oficialmente ya no está en producción.



martes, 24 de septiembre de 2024

Arribo del RIMec 25 a las islas

Arribo a las Islas Malvinas en el 1982, hace más de  41 años, para cumplir un sueño.





El domingo 11 de abril de 1982, domingo de Pascuas de Resurrección llegábamos a Puerto Argentino. A la mañana temprano, nos despedimos del 2do jefe del Regimiento de Infantería 25 en Colonia Sarmiento, Chubut, mayor Carlos Cáceres y los capitanes  Hernan Garay, Fernando Alberto Isturiz, Eduardo Jesús Olmos, Raúl Antonio Sevillano, Alberto Mario  Xifra, los Tenientes primeros Guillermo Sanguinetti, Fernando Palacios, el Teniente Bari Sosa  del Valle Sosa y yo nos embarcamos en un camión Mercedes Benz, creo que 1113 rumbo al aeropuerto de Comodoro Rivadavia "Gral. Enrique Mosconi".
En el aeropuerto de Comodoro Rivadavia había un movimiento inusual de maquinas y aviones de todo tipo, militares y civiles. Bastante complicado por la cantidad de pasajeros, cargas y todas las operaciones en ejecución. Nosotros no figurábamos en ningún documento o registro y menos en las listas de embarque, o sea la situación para poder salir rumbo a las deseadas islas se complico.
Pero allí apareció el espíritu de supervivencia del Infante, soldado argentino y gracias a Dios, los oficiales que estaban a cargo del embarque eran dos profesores de la Escuela Superior de Guerra, jefes de grupo del Curso Básico de Estado Mayor, movilizados como nosotros, de la cual éramos alumnos de 1er año. Creo que eran el Teniente Coronel, comunicante Carlos Washington Reveand y el Teniente coronel, zapador, Naredo José Cot. Con ellos hablamos y les dije que el Jefe del Regimiento Teniente Coronel Mohamed Alí Seineldín nos esperaba ese día para impartirnos la orden de operaciones para nuestro despliegue en su Unidad y posterior cena de Pascuas. El Capitán Olmos agregó  que el Jefe  nos esperaba ayer y que no pudimos embarcar en ninguna aeronave y el capitán Isturis reafirmó lo dicho por una conversación radial que había tenido ayer con el Mayor  Carlos Maria Vergara ,oficial de operaciones del Regimiento 25 y a cargo de la 2da jefatura en Puerto Argentino, quien le había dicho que no solo nos estaban esperando, sino que nos necesitaban lo más rápido posible.
Los oficiales de embarque ante tanta insistencia y viendo que en un Boeing 707 de Aerolíneas Argentinas preparado para el traslado del personal había lugar, nos embarcaron. En el viaje los pasajeros, oficiales, suboficiales y soldados  íbamos sentados en el suelo con lo cual se triplicaba la cantidad de personal a transportar.
Y de esa manera empezamos a vivir el sueño de la GESTA DE MALVINAS.
Así arribamos al Aeropuerto  de las irredentas Islas Malvinas. Aproximadamente pasado el mediodía, allí nadie nos esperaba, ni nadie sabía que llegábamos. Cada uno con su armamento  y equipo individual de combate, pistola 9mm, casco, bolsón portaequipo (que había sido embarcado como equipaje en la bodega del avión) y otros elementos necesarios para la contingencia que allí comenzaba, en este nuevo escenario. Escenario tan diferente para nosotros, Capitanes, alumnos de la Escuela Superior de Guerra y Técnica del Ejército Argentino, que una semana atrás estábamos cursando nuestras respectivas carreras de Oficial de Estado Mayor (Garay, Fernando Alberto Isturiz, Olmos, Sevillano y Yo.) y de Ingeniero Militar (Xifra).
El aeropuerto de las Islas se encontraba bastante congestionado y saturado con personal y cargas. Tuvimos que esperar que desembarcaran los bolsos portaequipo y los entregaran por nombre y apellido, lo que tampoco fue fácil.
Allí también usando la astucia de años de milicia y contactados con el personal de ejército y fuerza aérea  responsables de operar el aeropuerto, logramos subir a las 14.30 horas  a un camión Unimog 416 del Regimiento 25, recuerdo que a ordenes del Subteniente de Intendencia Antonio Agustín DUARTE, que no tuvo tiempo para dudar si nos podía llevar o no, y para los deseos de todos iniciamos nuestro traslado al Puesto de Comando Principal del Teniente Coronel Mohamed Ali Seineldín, el “Turco”.
La casa de las antenas era el lugar donde estaba en ese momento las instalaciones del Puesto de Comando del Regimiento de Infantería 25 que tenía la responsabilidad de la defensa de todo el perímetro de Puerto Argentino y en el ex cuartel de los Infantes de Marina Británicos en  Moody Brook, estaba el comandante de la Brigada de Infantería 9 General Américo Daher, otro paisano del Turco.
La casa de las antenas era en donde se encontraba el sistema de investigación de la meteorología, cartografía, oceanografía, de información y prensa británicos en las Islas.   Allí estaban los teletipos que permanentemente recibían la información periodística de los medios de la corona, por eso había muchas antenas. Era un galpón bien pertrechado con distintas oficinas en su interior donde se instalo la jefatura de la Unidad. Tenía un predio de 1 hectárea aproximada y a su alrededor se instalaron carpas  logísticas para los servicios y el rancho. En aquel lugar tenía su Puesto de Comando el Teniente Coronel Seineldín y hacia allí nos llevo el Unimog del Aeropuerto.
Nos presentamos al Jefe de Regimiento que estaba escuchando marchas militares y tomando un mate cocido. Él saludó a cada uno con afecto y un fuerte abrazo que hiso crujir las costillas a los no preparados o pocos conocedores de los  modales y conductas del “Turco”. Pero luego de darnos de comer, a  las 17.00 hs, nos mandó a presentarnos al General Daher para que el nos diera los destinos, pese a que la orden era “movilizados al RI 25”. Así era nuestro Jefazo, no quería que le cambiaran sus oficiales que él había formado para esta ocasión. Nosotros ante la duda cumplimos la orden y embarcamos otra vez todo el bagayo de soldados y partimos al cuartel de Moody Brook, a presentarnos al General Daher.
En el viaje de ida, era de día y así pudimos ver la ciudad desde la avenida costanera  o principal, Ross, la Catedral Anglicana, Iglesia de Cristo, el arco de huesos, la pro catedral Católica, Santa María, el monumento al combate naval de la primera guerra mundial la casa del Gobernador y el cuartel de los Royal Marines en Moody Broke.  
Cuando pasamos por la primera iglesia sin saber que era protestante, paramos y nos bajamos a agradecer a Dios nuestra presencia en las Islas. Estaba abierta y nos recibe muy afectuosamente el Rector  RP Harry Bagnall, nos invita a pasar, nos espera que en forma individual recemos y a la salida, creo que Isturiz le pregunta cuantos años tenía la Catedral y el RP rector nos dice que la  Iglesia Catedral de Cristo se inauguro  en 1892 , diseñada por Sir Arthur Blomfield y construido en 1890 - 1892 de ladrillo y piedra local en el sitio de la iglesia de la Santísima Trinidad, que fue destruida por la bajada de turba que destruyó parte de Stanley en 1886. El interior también es básico; de madera, vidrieras vitrales y almohadones  diseñados para representar diferentes aspectos de los más vistos por los feligreses locales. Además tiene unos vitrales que reflejan la historia de las islas Malvinas. Xifra le dice que nos teníamos que ir entonces muy rápidamente Harry nos dice que fue consagrada en 1892 que es la catedral anglicana más meridional del mundo. Por último yo le pregunto que era el monumento de huesos que estaba al frente y nos dice, es un arco de huesos de los maxilares de dos ballenas azules para conmemorar el centenario de la ocupación británica en las Islas Malvinas en 1933. Luego nos da la mano a cada uno de nosotros y nos invita a volver cuando queramos.
Continuamos el viaje viendo las casas frente al mar, de ladrillos, piedras y maderas pintadas de colores claros. Después pasamos despacio por la Iglesia Católica Santa María, que estaba cerrada, era más chica de madera y techos de chapa. Luego vimos la casa del Gobernador y el monumento en memoria de los caídos en una batalla naval el 8 de noviembre de 1914, frente a las islas en la Ira GM, una especie de pirámide con un Galeon en la punta. Y así llegamos al cuartel de los Marines en Moody Brook o Arroyo Caprichoso en español.
 Allí el General nos recibe sin entender nada ni saber qué hacer, muy amistosamente nos da la bienvenida y nos agradece la visita que le hacíamos y que no era necesaria. Nosotros le dijimos que el tenia que destinarnos,  se rio y dijo si lo estábamos cargando, porque ya veníamos destinados al RI 25 y allí debíamos estar. Después de reírse otro poco lo llama a nuestro jefe y muy sutilmente le dice que le devuelve el paquete que era de él y a las 19.30 hs aproximadamente nos despacha con sus vehículos a la estación meteorológica puesto de comando del Regimiento 25.
En el regreso de 5 km aproximados, de noche con la ciudad iluminada, veníamos comentando que el problema era que el Turco como no quería cambios en el ROL de Combate, nos enviara de regreso al continente.
El “Turco” en su libro, Malvinas un Sentimiento (pag 97) cuenta que el My Vergara le dice que recibirán refuerzos movilizados y él le dice si sabia quienes eran, “mi temor era que existiera una desigualdad en el nivel de instrucción y en el grado de motivación espiritual con el resto de los soldados.” El My le dice que solo conoce algunos nombres y les da los de los seis capitanes de la promoción 100, nosotros. El Tcnl dice “estos datos me tranquilizaron conocía a cada uno de los Capitanes y estaba seguro de la idoneidad de cada uno de ellos”.
Al llegar al Puesto de Comando nos encontramos con el Teniente 1ro Julián Nicolás Julian Lamas  y el Subteniente de  Arsenales  Sergio Gustavo Schirmer  , los que nos contaron la preocupación del Jefe para ubicarnos en el ROL de combate del Regimiento.
Entonces como yo, que con mi compañía de Patricios, la “D” Suipacha, le había servido de enemigo para los ejercicios que él hacía en el 78 como jefe del equipo especial de comandos, Halcón 8 y era entonces el más relacionado de los seis movilizados, decidimos que fuera el interlocutor válido para charlar con él y convencerlo para que nos deje en su ROL de combate.
El Tte 1ro Julian Lamas  nos alojo en una oficina de la Estación meteorológica y a las 21.00 hs aproximadamente,  yo me fui a charlar con él. Primero recordamos viejas épocas, escuchando música de bandas militares Argentinas y alemanas en un grabador portátil que había llevado, y tomando una sopita, caldo. Me mostró la Bandera del Regimiento que nos acompañaría en el combate, su sable de oficial y el Rosario que llevaba en su cuello, me regalo uno que me coloco como  una condecoración, y me pregunto si lo quería acompañar a rezarlo, así lo hicimos y a partir de ese día todos los días de la GESTA.
 Me conto entonces parte de la operación Rosario, su encuentro con el Gobernador y otras vivencias de Malvinas. Eran como las 00.30 horas y no me hablaba de nuestros destinos, entonces le pregunte que pensaba hacer con nosotros y los otros oficiales que habían llegado ese día, se puso un poco tenso y parándose me dijo que no había lugar para todos nosotros porque la unidad estaba completa. Entonces le pregunte por el ROL de combate, se puso más tenso, empezó a armar su cama en el piso y a buscar en su portacartas que tenia colgada en un clavo de la pared y con la energía que lo caracterizaba saca un documento que era la organización para el combate de la unidad. Y me muestra en la carta la distribución en el terreno del Regimiento para la defensa del aeropuerto que tenía prevista. Lo leo y noto que el oficial de operaciones era en realidad 2do jefe en Malvinas y oficial logístico, que no había oficial de operaciones e inteligencia, que el Jefe de la compañía de Servicios era el auxiliar del logístico, que en el Faro no había un oficial a cargo, que estaba por formarse una compañía de infantería en Colonia Sarmiento con soldados de la clase anterior y que no tenia oficiales, y otros detalles no importantes pero que me permitieron hacerle una propuesta ,  completar la plana mayor con  oficial de operaciones, de inteligencia y logístico, armar una reserva , completar la compañía a movilizar y poner un jefe a la fracción del faro. Me miro mientras daba vueltas a la mesa con cara de pocos amigos, pero me sonrió y me dijo ya esta, usted y el Cap Fernando Alberto Isturiz se quedan conmigo uno como oficial de inteligencia y otro como oficial de operaciones, el Cap Xifra como auxiliar logístico del My Carlos Maria Vergara , el Cap Hernan Garay  con la reserva a formar y allí podemos poner a uno de los Ttes 1ro (fue Guillermo Sanguinetti ), al Cap Olmos al faro y al Cap Sevillano a buscar la compañía a Colonia Sarmiento como jefe de la misma con el otro Tte1ro (Palacios) y al Tte Bari Sosa  con Miguel Angel Macchi  .
Me convido con un mate cocido y me preguntó que me parecía, con mi mejor cara de guerra y mientras me quemaba con el mate escuchando la marcha Ituzaingó, le dije Brillante, había logrado el objetivo de quedarnos en el Regimiento con él lo que era un verdadero Honor por estar a las ordenes de un auténtico maestro. Le hice algunos comentarios sobre la situación del continente y la alegría de la gente por la recuperación de nuestras Islas y me dijo que tenía que descansar. Me pare, me puse el casco lo salude militarmente, me dio otro abrazo y me dijo, no será fácil, conozco bien a los piratas y se vendrán con todo, mañana les daré a cada uno un rosario y me regalo una estampita de la virgen del Rosario que aún conservo.
 Mis compañeros estaban despiertos cuando llegue a la oficina dormitorio y saltaron de alegría por la solución del problema, ya éramos oficiales del Bravo 25.