Homenaje a un Soldado
Grl Br (R) VGM Rodrigo Alejandro Soloaga | DeySeg

A partir de la particular y destacable circunstancia de cumplirse un nuevo aniversario de la recuperaci贸n temporaria de nuestras Islas Malvinas y, consecuentemente, de los combates all铆 desarrollados, genera en mi, no s贸lo recuerdos, sino que me permite revivir, una vez m谩s, hechos y situaciones transcurridos en esa ocasi贸n.
Asimismo, los recuerdos afloran, se vuelven v铆vidos y cada uno de los episodios parece cobrar vida. Dentro de ellos, existe uno que siempre se presenta ante m铆 con gran intensidad, y puesto a pensar en las razones de ello, debo concluir que es as铆 porque se refiere a la conducta de un verdadero soldado, de uno de tantos que siendo pr谩cticamente desconocido, constituye un verdadero orgullo para quienes tuvimos el privilegio de conocerlo.
En esta ocasi贸n, adem谩s de revivir esos instantes en la intimidad, creo que ser铆a un justo homenaje de mi parte difundirlo con mayor intensidad a la puesta hasta el momento y compartir ese especial recuerdo con otros que se interesen en conocer las peque帽as grandes verdades de lo sucedido en las Islas Malvinas.
Durante las operaciones, me desempe帽茅 como jefe de una fracci贸n del Escuadr贸n de Exploraci贸n de Caballer铆a Blindado 10 “Cnl Isidoro Su谩rez”, 煤nico elemento de esa arma que particip贸 con la totalidad de sus efectivos en la defensa de las Islas.
Dicha fracci贸n, en el cumplimiento de su misi贸n, pag贸 un caro tributo en sangre sufriendo seis muertos: tres suboficiales y tres soldados. Entre los primeros se encontraba el sargento de caballer铆a ADOLFO LUIS CABRERA, quien revistaba como jefe de grupo en la primera secci贸n de exploraci贸n.
Ese suboficial, oriundo de Concordia - esa generosa tierra entrerriana que tanto ha aportado al arma de caballer铆a -, llevaba escasos meses destinado en el Escuadr贸n, pero se hab铆a integrado r谩pida y completamente, merced a un destacable esfuerzo de su parte.
El elemento a mis 贸rdenes, constituido en reserva a pie de la Agrupaci贸n Ej茅rcito Puerto Argentino, se empe帽贸 en combate directo con el enemigo el 11 de junio, manteni茅ndose en esa situaci贸n hasta el 14 de junio, d铆a de la capitulaci贸n.
En la noche del 13 al 14 de junio, despu茅s de realizar varios desplazamientos ordenados, esa reserva se incorpor贸 al dispositivo del R I Mec 7 en las alturas de Wireless Ridge y ocup贸 el extremo oeste. Por su parte, la 1ra secci贸n, en la posici贸n, ocup贸 tambi茅n el extremo oeste, cerrando el flanco correspondiente. En su momento, el ataque brit谩nico, despu茅s de ejecutar un aferramiento frontal, se materializ贸 con un envolvimiento precisamente con centro de gravedad en ese sector.
Ello implic贸, como consecuencia natural, que la citada secci贸n fuera la que recibi贸 el ataque m谩s intenso, lo que determin贸, asimismo, que fuera la que m谩s bajas sufriera, tanto en muertos como en heridos. En esas acciones cay贸 en cumplimiento de su deber, entre otros, el sargento CABRERA. Hasta ah铆 el relato breve, fr铆o, pero natural de los hechos.
Asimismo, es conocido que una vez producida la capitulaci贸n, se concret贸 la evacuaci贸n de soldados argentinos que estaban como prisioneros de guerra, permaneciendo en las Islas en condici贸n de tales un n煤mero reducido de militares. La casualidad quiso que la totalidad de los oficiales del Escuadr贸n permanecieran all铆, lo que motiv贸 que se perdiera la posibilidad de mantener contactos posteriores con los soldados, quienes al llegar de regreso a los cuarteles fueron licenciados definitivamente.
Con posterioridad, cuando me desempe帽茅 como jefe del Escuadr贸n 1, heredero del antiguo Escuadr贸n 10, tuve oportunidad de reencontrarme con algunos ex soldados veteranos, circunstancia en la cual tuve la posibilidad de tomar conocimiento parcial del tema que hoy me ocupa, pero sin datos concretos ni testimonios directos. Desde hace algunos a帽os, mis contactos con los antiguos soldados, se han incrementado. Esta circunstancia, posibilit贸 el reencuentro con gente que desde hace m谩s de veinte a帽os no ve铆a, que fueron testigos directos del hecho y con ello la posibilidad de confirmar el episodio que paso a relatar.
En la circunstancia antes descripta del ataque brit谩nico a la posici贸n de la fracci贸n a mis 贸rdenes, debe mencionarse que previo a la acci贸n directa del enemigo, se produjo en el sector un dur铆simo combate contra las tropas inglesas que ejecutaban el aferramiento frontal, todo ello acompa帽ado, por parte de las fuerzas brit谩nicas, de un impresionante apoyo de fuego de caracter铆sticas excepcionales por su volumen e intensidad, que incluy贸 fuego de artiller铆a de campa帽a, de artiller铆a naval, de misiles antitanques empleados en contra de las posiciones defensivas, y sobre final, fuego de los ca帽ones de los tanques empleados como artiller铆a contra esas mismas posiciones.
La excepcional intensidad de lo expresado, adem谩s de la experiencia personal que me permite tal afirmaci贸n, ha sido destacada por variadas publicaciones tanto brit谩nicas como argentinas. Expresar que el fuego recibido fue impresionante resulta poco, ya que adquiri贸 caracter铆sticas abrumadoras. Resultaba dif铆cil apreciar y razonar, y mucho m谩s resolver con acierto. Debe mencionarse asimismo, que dado que la reserva se empe帽贸 en un sector no previsto, ni preparado, no se hab铆an realizado reconocimientos ni acuerdos, lo que sumado a que tanto la aproximaci贸n al lugar, la adopci贸n del dispositivo como el posterior combate se ejecutaron durante la noche y bajo el fuego, las posiciones ocupadas fueron en muchos casos precarias, aprovechando las salientes rocosas del terreno.
La 1ra Secci贸n sufri贸 especialmente dicha situaci贸n, dado que cubri贸 un frente no previsto por las tropas del Regimiento de Infanter铆a Mecanizado 7, a cargo de ese sector originalmente. Dicha situaci贸n, como ya expres茅, se vio agravada al concretarse el ataque principal enemigo por el flanco oeste, que incidi贸 directamente sobre la Secci贸n mencionada, la cual debi贸 soportar la peor parte de la acci贸n ofensiva. Tanto es as铆 que, pese a los denodados esfuerzos realizados, ante el progreso del ataque que incid铆a con gran superioridad, el comandante de la Agrupaci贸n Ej茅rcito “Puerto Argentino” orden贸 la ejecuci贸n de fuegos propios sobre el sector, en un intento de disminuir el ritmo de avance del enemigo o detenerlo si ello hubiera sido posible, con lo que dicho fuego incidi贸 tambi茅n sobre el sector de la 1ra Secci贸n, con el consecuente peligro de batir a la propia tropa, riesgo que el mismo Comandante acept贸 haber asumido.
Lo expresado busca evidenciar, en la medida de lo posible y dentro de la brevedad necesaria del relato, una situaci贸n que, para toda la reserva a pie y esa secci贸n especialmente, resultaba cr铆tica, les exig铆a una disposici贸n especial y pon铆a a prueba las condiciones y cualidades de sus integrantes.
Cuando la situaci贸n se tornaba insostenible, despu茅s de recibir la orden de repliegue para la reserva a mis 贸rdenes, impart铆 la misma orden a las secciones. Para la 1ra Secci贸n resultaba m谩s complicada su ejecuci贸n dado que se encontraba combatiendo en las distancias cortas, con un nivel de aferramiento importante y con riesgo de ser aferrada definitivamente.
En ese marco, su jefe el teniente Bertolini, transmiti贸 a sus grupos la misma orden. El grupo al mando del sargento Cabrera combat铆a valerosamente con el enemigo bajo gran presi贸n. Al recibir la orden, ante la dificultad de replegarse estando en contacto tan pr贸ximo con el enemigo, conocedor del riesgo de vida que implicaba para sus integrantes, dicho jefe de grupo no dud贸 y orden贸 a sus soldados replegarse y permaneci贸 en la posici贸n a efectos de cubrirlos con sus fuegos y permitir que se rompiera el contacto.
En la ejecuci贸n de esta acci贸n, mientras sus soldados lograron desprenderse, replegarse con el resto de la Secci贸n y, de tal forma preservar sus vidas, el sargento Cabrera entreg贸 la suya en defensa de sus hombres. Esta actitud, tan simple en su ejecuci贸n y tan grande en su trascendencia, es propia de un h茅roe de nuestra moderna historia militar, de un soldado cabal y de alguien que supo transformar en hechos su promesa de morir en cumplimiento del sagrado deber militar.
El sargento Cabrera entreg贸 su vida en la forma en que lo hacen los grandes soldados. Ese hecho, nos muestra una grandeza de esp铆ritu, una nobleza de alma, un esp铆ritu de sacrificio, que s贸lo cabe en un coraz贸n inmenso como el que ten铆a ese suboficial. Indudablemente, habr谩 quien piense que el sargento Cabrera cumpli贸 con su misi贸n, y eso es la aut茅ntica verdad, pero no s贸lo cumpli贸 con ella, sino que lo hizo ofreciendo a cambio su vida y logrando con ello preservar la de sus subordinados.
Habr谩 tambi茅n quien piense que si esa es mi opini贸n, ¿porqu茅 no se le otorg贸 al sargento Cabrera un reconocimiento a su valor?, la respuesta es simple, se lleg贸 a conocimiento de su acci贸n heroica mucho tiempo despu茅s de finalizada la evaluaci贸n de las conductas en la defensa de Puerto Argentino.
Esta falta de reconocimiento constituye una frustraci贸n para quien, como es mi caso, condujo a este valiente soldado en combate. Este relato, adem谩s de servir para difundir la conducta del sargento Cabrera, quiere ser asimismo, una forma de rendir tributo a su valent铆a, de expresar el orgullo que siento por haberlo tenido a mis 贸rdenes, el agradecimiento eterno de quienes pudieron salvar sus vidas gracias a su sacrificio, y espero que tambi茅n para que quienes lo lean compartan nuestro profundo reconocimiento e incorporen a sus plegarias una por el eterno descanso del alma de un verdadero soldado, el sargento Adolfo Luis Cabrera y otra por el bienestar de su se帽ora esposa y de su hijo que entregaron a la Patria a su ser m谩s querido.
Sargento de caballer铆a Adolfo Luis Cabrera, descansa en paz, est谩 seguro que has honrado la tradici贸n de honor, valor y lealtad propia de los verdaderos soldados del Ej茅rcito Argentino, y con tu actitud eres ejemplo de virtudes militares.