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s谩bado, 2 de agosto de 2025

Monte Longdon: El liderazgo del soldado Miguel Falc贸n


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Naci贸 el 6 de Octubre de 1.962 en Barranqueras, provincia de Chaco. Su familia afirma que Miguel siempre fue un ni帽o rebelde. No acataba demasiado las reglas, ni en casa ni en el colegio. De hecho, era famoso por escaparse todas las semanas al menos un d铆a de la escuela. Perteneci贸 al Regimiento de Infanter铆a 7 Coronel Conde. Muri贸 en el enfrentamiento del Monte Longdon y entre sus pertenencias se encontr贸 un mazo de cartas espa帽olas. Esa rebeld铆a juvenil fue la que le hizo protagonizar una historia memorable en la noche de su 煤ltima batalla. El suceso fue relatado en una carta por otro ex combatiente:"La noche del 12 de junio cuando los ingleses nos atacan, en un real infierno, con cientos de proyectiles y lluvia de trazantes que cruzaban el cielo, veo que se prepara la primera secci贸n de nuestra compa帽铆a en apoyo a la Compa帽铆a "B". Eran El teniente Casta帽eda, un cabo y 44 conscriptos como yo. Los veo prepararse en la oscuridad, todos en fila india, en silencio, temblorosos. Entonces, de la fila, salt贸 un soldado que estaba muy flaquito, un pibe que era muy humilde, que casi nunca hablaba porque era t铆mido, - Era el soldado Falc贸n-



Empez贸 a arengarlos, a aplaudirse las manos, flexion谩ndose, con el FAL rebatido en la espalda, y les gritaba : '¡Vamos carajo!!, ¡Ingleses de mierda, los vamos a reventar!, Somos el 7, el Regimiento 7, Vamos Carajo!!!' Surgi贸 un l铆der de la nada, un tipo que, en las circunstancia m谩s l铆mite, le dio 谩nimo al resto".
La acci贸n de esta secci贸n qued贸 registrada en libros brit谩nicos como uno de los actos m谩s heroicos de los enfrentamientos terrestres en Malvinas. De los 46 que salieron, volvieron 25. Falc贸n fue uno de los que se qued贸 all铆.



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Nos toco lanzar un contraataque flaqueados por una secci贸n de infanter铆a  otra de ingenieros que hab铆an tratado de contraatacar y hab铆an llegado a media cresta por el intenso fuego de los ingleses, Era la noche del 11 al 12 de junio¬. Fuimos guiados por un conscripto estafeta, del mayor Carrizo, Este soldado  conoc铆a un camino de ovejas, ya que  recorr铆a a diario el monte Longdon llevando mensajes y conoc铆a todos los recovecos que exist铆an.  Una vez en posici贸n ten铆amos en frente un enemigo que parec铆a cada vez m谩s numeroso con el correr de las horas. Si pesarlo mas despache al conscripto y nos lanzamos al ataque. Recuperando gran parte del terreno perdido
Los hombres de Casta帽eda trataban de responder a los ingleses con parejo caudal de fuego, para que no se envalentonaran. Al mismo tiempo les gritaban y los insultaban. Los ingleses respond铆an con la misma moneda. Algunos conscriptos utilizaban la munici贸n y las armas que les hab铆an quitado a los enemigos, muertos o que hab铆an abandonado por el 铆mpetu del ataque de los soldados argentinos. ¬
Volviendo al relato del teniente Casta帽eda: A pocos metros mio, el fusil del soldado Miguel 脕ngel Falc贸n no dejaba de escupir fuego, mostraba el 铆mpetu que demostr贸 cuando nos pusimos en marcha. De repente ocurri贸 algo ins贸lito. Falc贸n se enfureci贸, sali贸 de su posici贸n, se plant贸 desafiante frente a los brit谩nicos y continu贸 disparando desde la cintura mientras los cubr铆a de insultos., el ruido era ensordecedor disparos, granadas, cohetes, y artiller铆a, todo eso formaba una atm贸sfera irrespirable, las explosiones nos retumbaban en el cuerpo. Yo le grite no seas bol… tir谩te al suelo, pero tal vez no me escucho, o no quiso escucharme. ¬ Disparaba todo lo que tenia, arrojaba granadas, Finalmente, una r谩faga de ametralladora le dio. Falc贸n Cay贸 de rodillas y cuando se desplomaba hacia adelante, el ca帽贸n de su fusil se clavo en el suelo, quedando su pecho apoyado sobre la culata. Parec铆a que estaba arrodillado rezando. Desafiando a su vez el fuego enemigo, el soldado Gustavo Luzardo se le acerc贸, lo recost贸 en el suelo, me mir贸  y con un gesto le dio a entender que Falc贸n hab铆a partido.¬
¿Porqu茅 actu贸 as铆? "Eso s贸lo lo sabe 茅l", -me expres贸 el teniente Casta帽eda- Creo que ya no le importaba nada, estaba haciendo lo que realmente sent铆a. Dios lo hab铆a llamado y se iba feliz, sabedor de que hab铆a cumplido"
La batalla de Monte Longdon dur贸 m谩s de doce horas horas, pese a la gran disparidad de fuerzas. Esa noche, los soldados argentinos debieron hacer frente a m谩s de 6.000 disparos, al fuego de morteros, granadas, bombardeos de artiller铆a. Fue una pelea atroz que mostr贸 el coraje inaudito de nuestros combatientes. el Soldado Falc贸n fue condecorado post mortem con la Medalla " La Naci贸n Argentina al Muerto en Combate" y fue Declarado H茅roe Nacional del RI 7.
Por: Malvinas Historias de Coraje
(www.facebook.com/profile.php?id=100071458564601)



lunes, 21 de julio de 2025

H茅roe de la Naci贸n: El valiente sargento Adolfo Luis Cabrera

Adolfo Luis Cabrera... Un valiente sargento



 

Argentina tiene muchos h茅roes desconocidos. Uno de ellos es el Sargento Adolfo Luis Cabrera.
El sargento del Ej茅rcito Argentino, Adolfo Luis Cabrera, es para casi todos los argentinos un ilustre desconocido. Este H茅roe cuyo nombre ahora es parte de la gesta de Malvinas. Naci贸 en Concordia, Entre R铆os. Integr贸 la "Reserva de a pie" que dirigi贸 el Capit谩n Rodrigo Soloaga, como segundo jefe del Escuadr贸n de Exploraci贸n de Caballer铆a Blindado 10 “Coronel Isidoro Suarez”. 



El Sargento Cabrera lleg贸 "de pase" al Escuadr贸n 10 en el mes diciembre de 1981. En realidad era oficinista y antes de que el Escuadr贸n de Exploraci贸n de Caballer铆a Blindado 10 partiera hacia Malvinas pidi贸 el pase a caballer铆a para ser voluntario y poder ir. El m茅rito y hero铆smo de este gran soldado no est谩 dado solo por el hecho relatado sino que lo que lo hace m谩s valioso a煤n es que no hab铆a compartido el a帽o militar con sus soldados conscriptos.



Cuando fueron desplegados en Malvinas  Cabrera revistaba como jefe de grupo en la 1ra secci贸n de exploraci贸n.  En la noche del 13 al 14 de Junio de 1982, despu茅s de realizar varios desplazamientos ordenados, el Escuadr贸n de Exploraci贸n de Caballer铆a Blindado 10  se incorpor贸 al dispositivo del RI Mec 7 en las alturas de Wireless Ridge y ocup贸 el extremo oeste, con la 1ra secci贸n en dicha posici贸n, cerrando el flanco correspondiente. El ataque brit谩nico, despu茅s de ejecutar un aferramiento frontal, se materializ贸 con un envolvimiento con centro de gravedad en ese sector, implicando como consecuencia natural, que la citada secci贸n recibiera el ataque m谩s intenso. Cuando la situaci贸n se tornaba insostenible, se recibi贸 la  orden de repliegue para el escuadr贸n de exploraci贸n  blindado. El capit谩n Rodrigo Soloaga comunica la orden a las secciones. Esta orden para la 1ra Secci贸n resultaba m谩s complicada de ejecutar dado que se encontraba combatiendo en las distancias cortas, con un nivel de aferramiento importante y con riesgo de ser aferrada definitivamente. En ese marco, su jefe el Teniente Bertolini, transmiti贸 a sus grupos la orden de repliegue, el grupo del Sargento Cabrera combat铆a valerosamente con el enemigo, ellos eran los que estaban bajo mas presi贸n. Ante esta situaci贸n este bravo Entrerriano se jug贸 su vida en defensa de sus hombres. Esta actitud, tan simple en su ejecuci贸n y tan grande en su trascendencia, es propia de un h茅roe de nuestra moderna historia militar, de un soldado cabal y de alguien que supo transformar en hechos su promesa de morir en cumplimiento del sagrado deber militar.



Ante las dificultades para poder despegar y desaferrarse del ataque enemigo, tuvo la nobleza de ordenar a sus hombres ejecutar el repliegue mientras 茅l los cubr铆a con intenso fuego ganando tiempo precioso para que sus hombres se pusieran a salvo. Mientras proteg铆a el repliegue de sus hombres el sargento Cabrera fue abatido por el fuego enemigo y perdi贸 la vida." Quedando para siempre all谩 en la turba malvinera.
El Sargento Cabrera entreg贸 su vida en la forma en que lo hacen los grandes soldados. Ese hecho, nos muestra grandeza de esp铆ritu, nobleza de alma, esp铆ritu de sacrificio, virtudes que s贸lo caben en un coraz贸n noble como el que ten铆a nuestro suboficial. Indudablemente, habr谩 quien piense que el Sargento Cabrera cumpli贸 con su misi贸n, y eso es verdad, pero no s贸lo cumpli贸 con ella, sino que ofreci贸 su vida, logrando as铆 preservar la de sus subordinados. 


lunes, 6 de enero de 2025

El valiente sargento Adolfo Luis Cabrera

Homenaje a un Soldado


Grl Br (R) VGM Rodrigo Alejandro Soloaga  | DeySeg




A partir de la particular y destacable circunstancia de cumplirse un nuevo aniversario de la recuperaci贸n temporaria de nuestras Islas Malvinas y, consecuentemente, de los combates all铆 desarrollados, genera en mi, no s贸lo recuerdos, sino que me permite revivir, una vez m谩s, hechos y situaciones transcurridos en esa ocasi贸n.


Asimismo, los recuerdos afloran, se vuelven v铆vidos y cada uno de los episodios parece cobrar vida. Dentro de ellos, existe uno que siempre se presenta ante m铆 con gran intensidad, y puesto a pensar en las razones de ello, debo concluir que es as铆 porque se refiere a la conducta de un verdadero soldado, de uno de tantos que siendo pr谩cticamente desconocido, constituye un verdadero orgullo para quienes tuvimos el privilegio de conocerlo.

En esta ocasi贸n, adem谩s de revivir esos instantes en la intimidad, creo que ser铆a un justo homenaje de mi parte difundirlo con mayor intensidad a la puesta hasta el momento y compartir ese especial recuerdo con otros que se interesen en conocer las peque帽as grandes verdades de lo sucedido en las Islas Malvinas.

Durante las operaciones, me desempe帽茅 como jefe de una fracci贸n del Escuadr贸n de Exploraci贸n de Caballer铆a Blindado 10 “Cnl Isidoro Su谩rez”, 煤nico elemento de esa arma que particip贸 con la totalidad de sus efectivos en la defensa de las Islas.

Dicha fracci贸n, en el cumplimiento de su misi贸n, pag贸 un caro tributo en sangre sufriendo seis muertos: tres suboficiales y tres soldados. Entre los primeros se encontraba el sargento de caballer铆a ADOLFO LUIS CABRERA, quien revistaba como jefe de grupo en la primera secci贸n de exploraci贸n.

Ese suboficial, oriundo de Concordia - esa generosa tierra entrerriana que tanto ha aportado al arma de caballer铆a -, llevaba escasos meses destinado en el Escuadr贸n, pero se hab铆a integrado r谩pida y completamente, merced a un destacable esfuerzo de su parte.

El elemento a mis 贸rdenes, constituido en reserva a pie de la Agrupaci贸n Ej茅rcito Puerto Argentino, se empe帽贸 en combate directo con el enemigo el 11 de junio, manteni茅ndose en esa situaci贸n hasta el 14 de junio, d铆a de la capitulaci贸n.

En la noche del 13 al 14 de junio, despu茅s de realizar varios desplazamientos ordenados, esa reserva se incorpor贸 al dispositivo del R I Mec 7 en las alturas de Wireless Ridge y ocup贸 el extremo oeste. Por su parte, la 1ra secci贸n, en la posici贸n, ocup贸 tambi茅n el extremo oeste, cerrando el flanco correspondiente. En su momento, el ataque brit谩nico, despu茅s de ejecutar un aferramiento frontal, se materializ贸 con un envolvimiento precisamente con centro de gravedad en ese sector.

Ello implic贸, como consecuencia natural, que la citada secci贸n fuera la que recibi贸 el ataque m谩s intenso, lo que determin贸, asimismo, que fuera la que m谩s bajas sufriera, tanto en muertos como en heridos. En esas acciones cay贸 en cumplimiento de su deber, entre otros, el sargento CABRERA. Hasta ah铆 el relato breve, fr铆o, pero natural de los hechos.

Asimismo, es conocido que una vez producida la capitulaci贸n, se concret贸 la evacuaci贸n de soldados argentinos que estaban como prisioneros de guerra, permaneciendo en las Islas en condici贸n de tales un n煤mero reducido de militares. La casualidad quiso que la totalidad de los oficiales del Escuadr贸n permanecieran all铆, lo que motiv贸 que se perdiera la posibilidad de mantener contactos posteriores con los soldados, quienes al llegar de regreso a los cuarteles fueron licenciados definitivamente.

Con posterioridad, cuando me desempe帽茅 como jefe del Escuadr贸n 1, heredero del antiguo Escuadr贸n 10, tuve oportunidad de reencontrarme con algunos ex soldados veteranos, circunstancia en la cual tuve la posibilidad de tomar conocimiento parcial del tema que hoy me ocupa, pero sin datos concretos ni testimonios directos. Desde hace algunos a帽os, mis contactos con los antiguos soldados, se han incrementado. Esta circunstancia, posibilit贸 el reencuentro con gente que desde hace m谩s de veinte a帽os no ve铆a, que fueron testigos directos del hecho y con ello la posibilidad de confirmar el episodio que paso a relatar.

En la circunstancia antes descripta del ataque brit谩nico a la posici贸n de la fracci贸n a mis 贸rdenes, debe mencionarse que previo a la acci贸n directa del enemigo, se produjo en el sector un dur铆simo combate contra las tropas inglesas que ejecutaban el aferramiento frontal, todo ello acompa帽ado, por parte de las fuerzas brit谩nicas, de un impresionante apoyo de fuego de caracter铆sticas excepcionales por su volumen e intensidad, que incluy贸 fuego de artiller铆a de campa帽a, de artiller铆a naval, de misiles antitanques empleados en contra de las posiciones defensivas, y sobre final, fuego de los ca帽ones de los tanques empleados como artiller铆a contra esas mismas posiciones.

La excepcional intensidad de lo expresado, adem谩s de la experiencia personal que me permite tal afirmaci贸n, ha sido destacada por variadas publicaciones tanto brit谩nicas como argentinas. Expresar que el fuego recibido fue impresionante resulta poco, ya que adquiri贸 caracter铆sticas abrumadoras. Resultaba dif铆cil apreciar y razonar, y mucho m谩s resolver con acierto. Debe mencionarse asimismo, que dado que la reserva se empe帽贸 en un sector no previsto, ni preparado, no se hab铆an realizado reconocimientos ni acuerdos, lo que sumado a que tanto la aproximaci贸n al lugar, la adopci贸n del dispositivo como el posterior combate se ejecutaron durante la noche y bajo el fuego, las posiciones ocupadas fueron en muchos casos precarias, aprovechando las salientes rocosas del terreno.

La 1ra Secci贸n sufri贸 especialmente dicha situaci贸n, dado que cubri贸 un frente no previsto por las tropas del Regimiento de Infanter铆a Mecanizado 7, a cargo de ese sector originalmente. Dicha situaci贸n, como ya expres茅, se vio agravada al concretarse el ataque principal enemigo por el flanco oeste, que incidi贸 directamente sobre la Secci贸n mencionada, la cual debi贸 soportar la peor parte de la acci贸n ofensiva. Tanto es as铆 que, pese a los denodados esfuerzos realizados, ante el progreso del ataque que incid铆a con gran superioridad, el comandante de la Agrupaci贸n Ej茅rcito “Puerto Argentino” orden贸 la ejecuci贸n de fuegos propios sobre el sector, en un intento de disminuir el ritmo de avance del enemigo o detenerlo si ello hubiera sido posible, con lo que dicho fuego incidi贸 tambi茅n sobre el sector de la 1ra Secci贸n, con el consecuente peligro de batir a la propia tropa, riesgo que el mismo Comandante acept贸 haber asumido.

Lo expresado busca evidenciar, en la medida de lo posible y dentro de la brevedad necesaria del relato, una situaci贸n que, para toda la reserva a pie y esa secci贸n especialmente, resultaba cr铆tica, les exig铆a una disposici贸n especial y pon铆a a prueba las condiciones y cualidades de sus integrantes.

Cuando la situaci贸n se tornaba insostenible, despu茅s de recibir la orden de repliegue para la reserva a mis 贸rdenes, impart铆 la misma orden a las secciones. Para la 1ra Secci贸n resultaba m谩s complicada su ejecuci贸n dado que se encontraba combatiendo en las distancias cortas, con un nivel de aferramiento importante y con riesgo de ser aferrada definitivamente.

En ese marco, su jefe el teniente Bertolini, transmiti贸 a sus grupos la misma orden. El grupo al mando del sargento Cabrera combat铆a valerosamente con el enemigo bajo gran presi贸n. Al recibir la orden, ante la dificultad de replegarse estando en contacto tan pr贸ximo con el enemigo, conocedor del riesgo de vida que implicaba para sus integrantes, dicho jefe de grupo no dud贸 y orden贸 a sus soldados replegarse y permaneci贸 en la posici贸n a efectos de cubrirlos con sus fuegos y permitir que se rompiera el contacto.

En la ejecuci贸n de esta acci贸n, mientras sus soldados lograron desprenderse, replegarse con el resto de la Secci贸n y, de tal forma preservar sus vidas, el sargento Cabrera entreg贸 la suya en defensa de sus hombres. Esta actitud, tan simple en su ejecuci贸n y tan grande en su trascendencia, es propia de un h茅roe de nuestra moderna historia militar, de un soldado cabal y de alguien que supo transformar en hechos su promesa de morir en cumplimiento del sagrado deber militar.

El sargento Cabrera entreg贸 su vida en la forma en que lo hacen los grandes soldados. Ese hecho, nos muestra una grandeza de esp铆ritu, una nobleza de alma, un esp铆ritu de sacrificio, que s贸lo cabe en un coraz贸n inmenso como el que ten铆a ese suboficial. Indudablemente, habr谩 quien piense que el sargento Cabrera cumpli贸 con su misi贸n, y eso es la aut茅ntica verdad, pero no s贸lo cumpli贸 con ella, sino que lo hizo ofreciendo a cambio su vida y logrando con ello preservar la de sus subordinados.

Habr谩 tambi茅n quien piense que si esa es mi opini贸n, ¿porqu茅 no se le otorg贸 al sargento Cabrera un reconocimiento a su valor?, la respuesta es simple, se lleg贸 a conocimiento de su acci贸n heroica mucho tiempo despu茅s de finalizada la evaluaci贸n de las conductas en la defensa de Puerto Argentino.

Esta falta de reconocimiento constituye una frustraci贸n para quien, como es mi caso, condujo a este valiente soldado en combate. Este relato, adem谩s de servir para difundir la conducta del sargento Cabrera, quiere ser asimismo, una forma de rendir tributo a su valent铆a, de expresar el orgullo que siento por haberlo tenido a mis 贸rdenes, el agradecimiento eterno de quienes pudieron salvar sus vidas gracias a su sacrificio, y espero que tambi茅n para que quienes lo lean compartan nuestro profundo reconocimiento e incorporen a sus plegarias una por el eterno descanso del alma de un verdadero soldado, el sargento Adolfo Luis Cabrera y otra por el bienestar de su se帽ora esposa y de su hijo que entregaron a la Patria a su ser m谩s querido.

Sargento de caballer铆a Adolfo Luis Cabrera, descansa en paz, est谩 seguro que has honrado la tradici贸n de honor, valor y lealtad propia de los verdaderos soldados del Ej茅rcito Argentino, y con tu actitud eres ejemplo de virtudes militares.