jueves, 24 de diciembre de 2015

La versión kelper de la Resolución 2065

Malvinas y Resolución 2065: La ONU fue 'soberanamente engañada'
Las Naciones Unidas fueron “soberanamente engañadas” hace cincuenta años, sostuvo el legislador de las Islas Malvinas Mike Summers en respuesta a la celebración en Argentina del quincuagésimo aniversario de la resolución de la ONU reconociendo la existencia de una disputa de soberanía respecto a las Malvinas.

Fuente: Mercopress



 La resolución 2065 sostiene que las Malvinas están encuadradas en una 'situación colonial', la cual debe ser resuelta tomando en consideración el objetivo de eliminar toda forma de colonialismo.
La resolución de 1965 invita a las partes a encontrar una solución pacífica a la disputa y que se tome en consideración los intereses de los habitantes de las Islas.
Pero MLA Summers afirma que la Resolución 2065 de la ONU se basó en una serie de mentiras, engaños y medias verdades elevadas a la ONU por el entonces embajador argentino José María Ruda.
El legislador sostiene que existen por lo menos doce 'no verdades' en la resolución y se vienen repitiendo una y otra vez por los sucesivos políticos argentinos.
MLA Summers reiteró una afirmación que elevó ante el Comité de Descolonización de la ONU haciendo resaltar que el embajador Ruda había afirmado que la soberanía española sobre las Malvinas era caso cerrado, pues España había realizado una reserva expresa de su soberanía sobre las Islas el 22 de enero de 1771.


“No fue así; tanto Gran Bretaña como España se reservaron sus posiciones respecto a la soberanía sobre las Islas en el tratado”. El Dr. Ruda también argumentó que Gran Bretaña expulsó a la población argentina de las Malvinas en 1833.
“No fue así”, resaltó Summers, “lo que hizo Gran Bretaña fue remover un destacamento militar ilegal, pero persuadió a muchos civiles argentinos y uruguayos a que permanecieran en las Islas”.
Argentina afirma que los habitantes residentes argentinos resistieron a los 'invasores' británicos: “no fue así, por el contrario dieron la bienvenida y buscaban ayuda para escapar del fracasado emprendimiento de Vernet, y permanecieron en las Islas”.


También afirman que Gran Bretaña reemplazó a los habitantes argentinos con súbditos británicos: “no fue así”, afirma MLA Summers, “muchos de los civiles argentinos se quedaron, y con el correr de los años fueron suplementados por nuevos colonos de otros países de Europa y América del Sur, incluyendo Chile, Argentina, Uruguay el Reino Unido y Escandinavia”.
El embajador argentino Ruda afirmó que no existía acuerdo internacional alguno que confirmara la posesión británica de las Malvinas y que Argentina jamás había aceptado la posesión británica de las Malvinas.
De acuerdo a MLA Summers, “La convención del Acuerdo de 1849 ratificada por ambos gobiernos en 1850, confirmaba que no había disputas pendientes entre los dos países. Es decir, Argentina aceptó la soberanía británica sobre las Malvinas”.
Argentina afirma que ”los Falkland Islanders (Isleños) eran una población británica temporal“, pero MLA Summers describe esta afirmación como quizá ”la mayor de todos los engaños, pues ahora podemos demonstrar que existen nueve o hasta diez generaciones de colonos de 61 diferentes orígenes étnicos“.

MLA Summers remata argumentando que la resolución 2065 ha sido más que desacreditada por la historia. ”Fue consignada al basurero en 1982 cuando Argentina recuperó las Malvinas, y hecha totalmente irrelevante por el referendo de 2013“.
”Resulta desafortunado“ que el nuevo gobierno argentino haya decidido que nuevamente quiere poner al frente dicha resolución, ”pero creo que desde nuestra perspectiva me gustaría reiterar que el camino está abierto para que el nuevo gobierno de Argentina encuentre una forma mejor y de cooperación para convivir en el Atlántico sudoeste“.
”Esto no quiere decir, nunca quiso y nunca significará que estamos preparados a discutir la soberanía de las Falkland Islands. (PN).


1 comentario:

  1. ESTOS TIPOS SON UNOS CARADURAS DE CLASE MUNDIAL. TODO LO QUE NO LOS FAVOREZCA, ES TRAMPA, ¿Y POR CASA CÓMO ANDAMOS?

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