viernes, 15 de mayo de 2015

Los derechos argentinos sobre las islas (2/2)

La soberanía es de los kelpers


Por Guillermina Sutter Schneider
Panampost

La disputa acerca de las Falklands lleva más años de lo que el común de la gente cree, y ha suscitado que hoy en día el tema sea muy livianamente manoseado por la cúpula política a fin de ocultar temas de mayor relevancia, como lo son la pobreza, la inflación, la corrupción y la estrepitosa situación económica e institucional de Argentina.

Para recapitular sobre la historia de estas islas, debería uno remontarse al siglo XVI, cuando Américo Vespucio, al servicio de Portugal, fue el primero en arribar a este territorio. Lo siguieron luego exploradores franceses, españoles, británicos, alemanes y holandeses.

En 1833, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte tomó posesión del archipiélago, cuando el mismo estaba en posesión argentina. Cinco años más tarde, Juan Manuel de Rosas, a través de Manuel Moreno —quien fuera ministro de Relaciones Exteriores en Londres—, propuso la cancelación de un empréstito con el Gobierno británico a cambio de la soberanía de las islas.

Posteriormente, y es aquí donde quiero detenerme y hacer mi punto, como resultado de la irresponsabilidad del Gobierno militar, se desató la guerra de Malvinas en el año 1982.

Esta aventura militar en la que se embarcó Galtieri no tuvo otro objetivo más que distraer a la población de los graves problemas internos de Argentina y así, como argumenta Benegas Lynch, agitar las pasiones xenófobas que brotan inesperadamente del subsuelo de aquel adefesio que se ha dado en llamar “el ser nacional”.

En junio de ese mismo año, las tropas argentinas firmaron su rendición ante los británicos. El saldo final de la guerra fue atroz. Más de 900 soldados de ambos bandos, sin contar que entre los soldados argentinos se encontraban jóvenes que, por capricho de un militar, fueron llevados como animales a pelear una guerra que ya se sabía perdida.

Sostiene Ricardo Rojas en su artículo sobre el tema que ambos países esgrimen argumentos históricos, geográficos, políticos, desde donde encuentran argumentos atendibles para defender sus posiciones.

Sin embargo, cabe preguntar: ¿Puede reclamarse soberanía sobre aquello que fue perdido? ¿Puede deshacerse la rendición de Argentina ante las tropas británicas?

Incluso pudiendo hacer esto, ¿no sería contraproducente para los kelpers, que en su casi totalidad apoyaron que el archipiélago continuara bajo jurisdicción británica? ¿No debería prevalecer el deseo del individuo por sobre el del Estado?

Guillermina Sutter Schneider es Licenciada en Economía por la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y Magistrando en Economía y Ciencias Políticas en Eseade. Es investigadora del Centro de Investigaciones Sociales y Económicas (CISE) de la Fundación Libertad, Coordinadora General de su Grupo Joven y Directora Regional de EsLibertad Argentina. Síguela en @gsutters.

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