jueves, 24 de abril de 2014

Los helicópteros de asalto del EA en las islas

Compañía de Helicópteros de Asalto "B"


La Compañía de Helicópteros de Asalto "B", que comandaba por entonces el Capitán Jorge Rodolfo Svendsen, voló en las Islas Malvinas más de 500 horas. El hoy Teniente Coronel (R) Svendsen (Picho), desde hace unos años se desempeña como instructor en la Escuela de Aviación de Don Torcuato. Este descendiente de Daneses, de rostro rojizo, pocas palabras y excesiva modestia, tuvo a su cargo algunas de las misiones más riesgosas del Conflicto, ejerciendo un liderazgo natural sobre sus hombres.

El día del comienzo de las hostilidades, el 1º de Mayo, lo sorprendió volando su Bell UH-1H de costado. "Durante el vuelo de ese día -dice Svendsen- pensaron que venía con alguna falla. Al llegar al lugar y reunirnos con el resto de las tripulaciones, me preguntaron por qué volaba de esa manera. Les contesté que lo hacía para mostrar la franja amarilla que se ordenó pintar a toda aeronave argentina para ser reconocida por nuestras tropas, ya que teníamos que cruzar las Posiciones de Defensa de Puerto Argentino y se quería evitar la posibilidad de ser abatidos por nuestras propias armas."

El 21 de mayo, el campamento argentino apostado al sur de monte Kent recibió la sorpresiva incursión de dos aviones Harrier que atacaron esa Posición. "Estábamos metidos en nuestras carpas -rememora Svendsen- porque recién amanecía y hacía mucho frío, cuando sentimos el pasaje muy bajo de los aviones. La gente ocupó las posiciones construidas cerca de cada carpa y vimos que se aproximaban para otro pasaje abriendo fuego con bombas y cañones. Hicieron unos seis pasajes sobre nosotros. Fueron destruidos un Chinook, un Puma y averiado un Bell UH-1H en la turbina."

Luego del desembarco de las tropas inglesas en San Carlos comenzó una serie de misiones en las que se transportaba periódicamente Tropas Comando hacia distintos puntos de la isla Soledad. Estos vuelos comenzaron el 22 de mayo y continuaron hasta el 29. "Fueron vuelos de mucho riesgo -señala Svendsen- realizados a muy baja altura y en total silencio de radio, dejando a los comandos en alturas dominantes en medio de la isla y en la zona de Puerto San Carlos, en poder, para entonces, de los Británicos."

A partir de la caída de Darwin se ordenó un cambio de posición defensiva en Puerto Argentino, movimiento en el que intervinieron todos los helicópteros en servicio. En los últimos días de mayo ya se observaba mucho movimiento de helicópteros ingleses, además del aumento de los ataques aéreos, así como se sentía el fuego de la artillería enemiga en las posiciones defensivas. "Nosotros continuamos los vuelos -señala Svendsen- en apoyo a las distintas Unidades que tenían que moverse para reestructurar el dispositivo de defensa. En la noche del 5 de junio realicé una Operación de Distracción (vuelos a distintas velocidades y alturas para ser captados por los radares enemigos) al Noroeste de Puerto Argentino para que los ingleses creyeran que se reforzaba ese lugar. Posados en Puerto Argentino, el Jefe del Batallón nos aclaró que había visto en la pantalla del radar dos ecos, aparte del nuestro, que se dirigían a interceptarnos."

Aún después del 14 de Junio (tras la rendición argentina), a la Compañía de Svendsen se la autorizó a seguir volando para evacuar heridos y recorrer las Posiciones Defensivas argentinas en busca de heridos o muertos, Misión que cumplieron hasta el 16 de Junio.

"Uno de esos vuelos los realicé acompañado por un Oficial Inglés en busca del Subteniente Seltzer, que junto a diez Soldados ocupaban una altura al Norte de Puerto Argentino desconociendo la rendición. Al llegar al lugar, luego de un vuelo con nevadas, el Oficial Inglés descendió del Bell UH-1H para explicarle a Selzter la situación, que él no comprendía. Luego de algunas palabras mezcladas con lágrimas y abrazos subimos al UH-1H para regresar a Puerto Argentino", concluyó Svendsen.

Los relatos se suman, se superponen, los recuerdos y los nombres de los compañeros muertos y de misiones pasadas no se borran, y vuelven rodeados de velada melancolía. Los Pilotos y Mecánicos de la Aviación Militar del Ejército tuvieron que bailar con la más fea durante toda la Guerra de las Malvinas, y lo hicieron sin pestañar o entre maldiciones, pero lo hicieron. Levantaron vuelo y salieron en misiones que desafiaban los manuales de instrucción y los llamados más elementales del instinto de supervivencia...

Foto: Helicóptero de la Aviación de Ejército sobrevuela una Posición de Defensa Argentina en Malvinas

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