domingo, 3 de marzo de 2019

Carta del soldado británico al argentino por el casco

La carta del inglés que puso en venta el casco de un soldado de Malvinas y el acuerdo que hizo para que el héroe pueda recuperarlo 

La semana pasada Infobae contó que el casco que le había salvado la vida Beto Altieri, soldado que combatió en Monte Longdon, se vendía online a 13.000 dólares. La polémica y las críticas estallaron en las redes y el objeto bélico fue quitado de la subasta. Hoy, Bruce Wilson, el coleccionista y vendedor, explica sus razones y revela qué pasará con el casco

Infobae


 
La venta del casco en ebay

El anunció en una de las tiendas online más famosa del mundo decía: "Casco argentino, guerra de las Malvinas. Batalla de Monte Longdon".
La foto del casco perforado por las esquirlas de un mortero tenía debajo un precio: 10.500 libras esterlinas, un poco más de 13.000 dólares o medio millón de pesos argentinos.

La publicación invitaba a los compradores a ofertar."Una rara oportunidad de poseer una pieza impresionante de la historia militar", decía el user de ebay. Aclaraba que el casco había sido usado en la Batalla de Monte Longdon, el 11 y 12 de Junio de 1982, y que pertenecían al veterano Jorge Beto Altieri, quien había recibido "severas lesiones en la cabeza causadas por la metralla de los morteros británicos".

El vendedor, Bruce o blackrottie, según su user de coleccionista, aclaraba que el soldado argentino estaba vivo. Pero el 27 de febrero, día en que cerraba la oferta, el inglés lo quitó de la subasta 36 minutos antes de la hora final.

"Recibí infinidad de mensajes intimidatorios, amenazas e insultos que me hicieron tomar esa decisión", explicó el británico a Infobae, que había publicado la historia el día anterior provocando una enorme repercusión en todos los medios nacionales y agencias internacionales.


 
Jorge Beto Altieri el día de la subasta (Foto: Thomas Khazki)

Esa misma mañana, Jorge Beto Altieri, sentado frente a la computadora, había sentido una mezcla de desilusión y alivio cuando la venta se suspendió: "Por las heridas que recibí en la cabeza en esa batalla perdí el ojo izquierdo y parte de la audición, no puedo mover el brazo y la pierna derechos, cada día que me miro al espejo recuerdo a Malvinas. Ese casco me salvó la vida, me permitió formar una familia, me dejó caminar por el país homenajeando a mis compañeros de Malvinas. Para mí era y es muy importante tenerlo".

¿Pero qué paso realmente con el vendedor británico? ¿Por qué se suspendió la subasta?

Infobae se puso en contacto con Bruce Wilson, el coleccionista que ofreció en ebay el casco argentino. El hombre pidió escribir una carta para explicar su decisión de venderlo, su historia como amante de los objetos de guerra, sus sentimientos frente a los insultos, y la verdad de qué ocurrió con el casco argentino.


 
El casco con las marcas de las esquirlas de mortero

Esta es la carta que envió a Infobae:

"Desde que tengo memoria, siempre he tenido interés en la historia militar de una forma u otra. Recuerdo que cuando era niño jugaba con los cascos y equipos de la Segunda Guerra Mundial que pertenecían al padre de un amigo.

"Con las épicas películas de guerra de la época, que aumentaron mi interés en los uniformes y en los cascos, comencé a coleccionar elementos de la British Airborne (Fuerzas Aerotransportadas) de la Segunda Guerra Mundial, lo que me llevó a escribir un libro titulado 'DENISON', en referencia a la bata Denison que usan las Fuerzas Aerotransportadas.

"Más tarde me uní a los Royal Engineers, pero debido a una lesión me fui durante mi fase de entrenamiento de Combat Engineering (ingeniería de combate) con el fin de volver a unirme cuando estuviera en forma.

"Luego de dejar el Ejército regular me uní al Ejército Territorial sirviendo 4 años con un regimiento de reconocimiento dentro de la Royal Wessex Yeomanry.

"Mientras aún estaba con el Ejército, decidí que necesitaba unirme a las Fuerzas de Su Majestad nuevamente, pero sentía que si tenía que hacer esto tendría que ser algo un poco más inusual. Así que me ofrecí para el Servicio Submarino de la Royal Navy.

 
Bruce Wilson, el vendedor del caso del soldado argentino


"Cumplí 10 años en los submarinos nucleares del cazador de la clase Trafalgar, dirigimos las Fuerzas Especiales, hicimos numerosas patrullas, sufrimos varios incidentes en el reactor y, en general, la vida en el servicio fue dura y a veces muy estresante mientras luchábamos contra el submarino y sus elementos.

"Me entristeció escuchar las noticias del ARA San Juan y creí que solo habría un triste y final resultado, uno demasiado familiar para los submarinistas

"Siempre he recopilado elementos bélicos, una pasión que solo puede ser comprendida por otros coleccionistas. Y los cascos se convirtieron en mi pasión particular junto con las bata de Denison. Los encuentro muy interesantes, sus diversos componentes, variedad, canibalización personal/ individual… la lista continúa.

"Recopilar objetos de la Fuerza Aerotransportada Británica de la Segunda Guerra Mundial puede llegar a ser muy costoso. Esto me llevó a ampliar mi interés a esas fuerzas en todos los teatros, especialmente en la época de la Guerra de las Malvinas, que recuerdo haber seguido en la televisión como un niño de 12 años.

 
Wilson fue submarinista de la flota británica

"Comencé a coleccionar cascos británicos y argentinos, y fue allí cuando me topé con el casco del señor Altieri por primera vez en ebay. Comprendí que este objeto bélico no solo era un casco de batalla dañado, sino que también era un hecho histórico, cuando descubrí que estaba vinculado a la Batalla de Monte Longdon.

"El precio promedio de un casco argentino en esa época oscilaba entre 150 y 400 libras. Hice una oferta interesante con la intención de asegurar el casco… para mi sorpresa, ¡solo oferté yo!

A partir de ese momento comencé a investigar el casco y encontré mucha información que ya estaba disponible en línea. Comencé a armar la historia para compartir este asombroso artefacto con otros coleccionistas en varios foros.

"Muy rápidamente -de hecho, justo después de que terminó la subasta-, empecé a recibir mensajes abusivos y, lamentablemente, esto ha continuado durante todo el tiempo que tuve el casco. Esta violencia seguramente provocó que yo me sintiera cada vez menos comprensivo y entusiasta con la idea de considerar la repatriación.

"Decidí que trataría esto como una pieza de militaria de esta magnitud, con la historia y la procedencia y lo tasaría en consecuencia. Algunos pueden sorprenderse por el precio sugerido, pero si se está familiarizado con la militaria verán que estos precios no suelen ser inusuales, especialmente con los coleccionistas serios.

"Debido al volumen de mensajes y amenazas, terminé la subasta temprano y desde entonces he llegado a un acuerdo (fuera de la subasta y entre particulares) para repatriar el casco y que el Señor Altieri pueda reunirse con él.

"A veces puede ser muy difícil renunciar a tus posesiones más preciadas, el casco podría haber desaparecido fácilmente en el mundo de la militaria, pero me complace que vuelva al Señor Altieri", dice el inglés.


 
Bruce Wilson en Gales, en el Ejército inglés

Luego, en un párrafo final de la extensa carta, Bruce Wilson explica su respeto y relación con los veteranos de distintas guerras:

"Mientras investigaba mi libro 'DENISON', hablé y me reuní con muchos veteranos de la Segunda Guerra Mundial, uno de los cuales se convirtió en un amigo especial junto con su encantadora esposa que lamentablemente ahora falleció.

"Compré una bata Denison de 1943 que era bastante inusual con RAF (Royal Air Force), también tenía un nombre y distintivos que me ayudaron a reducir mi búsqueda. Finalmente, encontré y conocí a este veterano, organicé visitas a varios museos donde trataron a la pareja como VIP, lo que fue muy agradable para ellos. Descubrí que el veterano nunca había recogido sus medallas de la Segunda Guerra Mundial, así que organicé sus medallas para que fueran reeditadas y las monté para él.



 Con una bata Denison y un veterano de la Segunda Guerra Mundial

"Tengo un gran respeto por los veteranos de todos los conflictos, sin embargo, es extremadamente inusual para un coleccionista entregar simplemente estos artefactos bélicos, que a menudo valen grandes sumas de dinero, especialmente en el caso del Señor Altieri. El casco del Longdon, era una de las piezas más increíbles de mi colección y para mí no tenía precio.

"Pero ahora el casco puede volver una vez más con el Señor Altieri y esta increíble historia hoy ha dado un giro completo. Espero que ahora el veterano argentino encuentre algo de paz y le deseo todo lo mejor", concluye Wilson.


 
Beto Altieri y las medallas ganadas en la guerra de Malvinas (Foto: Thomas Khazki)

En Buenos Aires, Beto Altieri no pudo contener la emoción cuando supo que un empresario -que quiso mantener su nombre en el anonimato- había comprado el preciado objeto de la guerra para que él pudiera tenerlo. Además, el embajador argentino en Londres, Carlos Sersale, había ofrecido su ayuda para que el casco regresara sano y salvo.

"Estoy muy conmovido con todo lo que pasó con esta subasta -le dice Altieri a Infobae-. Siento una alegría inmensa, y no puedo dejar de agradecerle infinitamente ese empresario anónimo, a esa alma caritativa, que habrá seguramente negociado por fuera para que el casco no quedara en manos de otra persona".

Imagina entusiasmado cómo será el momento en que su casco vuelva a su casa: "El lunes 5 es mi cumpleaños, y este es el mejor regalo que me han dado en toda mi historia. Cuando vuelva a tenerlo en mis manos lo primero que voy a hacer es besarlo, porque el casco me salvó la vida".
"Todo esto me remueve recuerdos. El combate en el Monte Longdon y los ingleses que lanzaban bengalas que iluminaban el cielo como si fuese de día… El instante en que empezaron los disparos, nosotros tirados contra las rocas combatiendo…", rememora.

Asegura que nunca en estas tres décadas imaginó que su casco podía aparecer. "Me lo imaginaba tirado por ahí, como esa foto en la que se ven miles de cascos desparramados en un campo de batalla", grafica.

Y se quiebra cuando dice: "Ahora solo quiero agarrarlo, compartirlo con mi familia, porque gracias a él ellos existen y están conmigo. Sin el casco yo hubiese sido uno más en el cementerio de Darwin.

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