domingo, 9 de junio de 2019

Brigadier Crespo, el temido planificador de la FAS

Malvinas: el aviador admirado por los ingleses que se negó a rendirse por respeto a sus compañeros caídos en combate 

Por Gustavo Córdoba | Infobae


 
El brigadier Ernesto Crespo (quinto desde la derecha) cuando era un joven piloto de los caza Calquin en su Mendoza natal. Entonces no intuía el desafío que enfrentaría muchos años después al mando del comando de la Fuerza Aérea Sur durante el conflicto de Malvinas.

El memorable desempeño de los pilotos argentinos durante el Conflicto del Atlántico Sur debe gran parte de su éxito a la estrategia aérea planeada desde el continente por un hombre de bajo perfil, más tarde elegido por su compromiso democrático como Jefe de la Fuerza Aérea por Raúl Alfonsín. Aquel veterano de la Guerra de Malvinas, un mendocino parco inmune a los elogios, fue el brigadier Ernesto Crespo, fallecido hace un mes a los 89 años.

Crespo fue el "silencioso" estratega al mando del Comando de la Fuerza Aérea Sur (FAS). Aquella legendaria cuadrilla de intrépidos cazabombarderos a bordo de A4, M3, M5 Dagger y Camberra MK62 operó albatros suicidas desde la base de Comodoro Rivadavia. En ominosos vuelos rasantes, los pilotos hundieron a los buques de la Royal Navy HMS Ardent , Antelope, Coventry, Sir Galahad, produjeron averías en otras 11 naves e inutilizaron a otros 9 más. Esa herida en orgullo británico llevó durante mucho tiempo su nombre.

 
Las bombas que lanzaban los pilotos de la FAS sobre los objetivos navales

Crespo lideró a los pilotos argentinos para que doblegaran a los buques enemigos e impidieran en un primer momento desembarcar en Malvinas. La corta pista del aeropuerto en Puerto Argentino restringía la operatoria de los cazabombarderos. Por eso se priorizó el ataque a los objetivos navales desde el continente y más tarde a los objetivos terrestres en febriles vuelos con un margen de 3 o 4 minutos para el ataque. El tiempo apremiaba y había que regresar a tierra con el último hálito de combustible.

Esta es la historia "secreta"

Era el 14 junio de 1982 cuando el Reino Unido despachó las actas de capitulación. El original estaba escrito en inglés, había una copia en español y cualquier modificación en los términos de la rendición debía ser supervisada en 10 Downing Street.

Aquel día el brigadier Ernesto Crespo se encontraba en su puesto comando en Comodoro Rivadavia cuando recibió una llamada desde las islas Malvinas. Un integrante de la Fuerza Aérea Argentina le comunicó que los británicos exigían su rendición y que lo habían incluido en el acta de capitulación.

Antes de cortar intempestivamente el teléfono, Crespo fue claro:

–De ninguna manera nos vamos a rendir. Seguiremos atacando. Cargo ya con el peso de haber mandado a combatir a mucha gente. No puedo decir así como así "me rindo".

A los pocos minutos el teléfono volvió a sonar.

–Señor, los ingleses han cambiado de opinión y le piden su palabra de honor de que usted no va a atacar más.

 
Pilotos de M5 Dagger en la sala de reunión de la base antes de emprender las misiones aéreas

Crespo analizó el escenario con su Estado Mayor: el componente militar argentino en Malvinas se había rendido, entregado su armamento y todo elemento de interés para el enemigo. Continuar el combate, con el costo de vidas humanas, resultaba estéril.

Con dolor, accedió y dio su palabra de honor de que no atacaría. Aquella promesa verbal fue la única palabra de honor que se dio para cesar las hostilidades.

El almirante Sandy Woodward al mando de la Task Force durante el desembarco tenía la orden neutralizar a la Fuerza Aérea. Incluso si eso obligaba a bombardear las bases continentales.

 
El brigadier Ernesto Crespo falleció hace un mes, a los 89 años

Fue la Guerra de Malvinas la que forjó la reputación de prestigio de la FAA ante el mundo. Muchas potencias implementaron profundos cambios, reescribiendo sus manuales de doctrina, estrategia y táctica militar al estudiar la actuación de la aviación argentina.

 
El A4C, con el armamento colocado, a la espera del despegue rumbo hacia la zona del conflicto en 1982

Sólo es posible dimensionar el papel que cumplieron los aviadores al contraponer los resultados obtenidos con las dificultades que enfrentaron en la etapa de alistamiento y adiestramiento de la fuerza de ataque además de las desventajas afrontadas durante las hostilidades por las carencias tecnológicas, técnicas y materiales ante la superioridad del enemigo.

Esa asimetría sólo pudo ser subsanada con esfuerzo, ingenio y creatividad. Y se reflejó en el espíritu y valor que demostraron los pilotos y tripulantes que atacaron a los buques de superficie de la flota Británica: en 44 días se le infligió a la Royal Nayy un daño superior en proporción a cualquier daño infligido a las Armadas que intervinieron en la II Guerra Mundial.

La flota británica sufrió la pérdida de 7 barcos de guerra, otros 5 quedaron fuera de combate y 12 resultaron con averías de consideración. En total, sobre 42 naves, 24 fueron hundidas o dañadas; es decir, más de la mitad de las que llegaron para combatir al Teatro de Operaciones del Atlántico sur (TOAS).

Todo esto hizo retroceder a la Task Force causándole severos daños y obligando a los británicos a alejarse de las islas y pedir refuerzos.

 
Armeros de A4 bautizaban las bombas MK17, de 1000 libras, destinadas a la flota británica

Crespo había dicho en su momento: "Si alguien creyó que la frase 'Defender la Patria hasta perder la vida' era sólo una declaración, esta es la hora de la verdad".

Su juramento era de sangre, estaba basado en su formación y en su compromiso de honrar a la Patria. El jefe de las FAS sostenía que debía combatir "hasta el último hombre, incluso quien les habla". Ese ideario involucraba además un fuerte sentido de responsabilidad y compromiso hacia los hombres y mujeres que se desempeñaban bajo sus órdenes. Son incontables los testimonios que encomiaron su guía y su apoyo tanto en lo técnico y logístico como en lo moral y espiritual. En misiones con alto riesgo de vida, Crespo no seleccionaba pilotos, pedía voluntarios. Y siempre los había.

 
Pilotos, mecánicos, técnicos y soldados del Escuadrón M5 Dagger antes de una de las misiones en Comodoro Rivadavia

A su regreso, aun hasta en los momentos más difíciles en los que había que lamentar bajas (hubo 37 pilotos fallecidos), bajaba a la pista para conocer las condiciones en que encontraban sus subalternos e los consolaba ante las pérdidas humanas.

Había dado su palabra de que no iba a abandonar a nadie de la Fuerza Aérea bajo ninguna circunstancia, palabra que cumplió hasta el final. Incluso en los años posteriores al conflicto, acompañando a las viudas y familiares de los caídos en combate, haciendo previsiones para que no les faltara nada, para que sus hijos pudieran educarse y tuvieran dónde vivir.

¿Qué atributos y cualidades poseía Crespo que llevaron a sus hombres a seguir combatiendo sin dudarlo hasta el final, aun sabiendo que las posibilidades de lograr una victoria militar eran ínfimas?

Ernesto Horacio Crespo (1929-2019) egresó como aviador de la Escuela de Aviación Militar en 1952. Quienes lo conocieron lo recuerdan como una persona recta, estricta y de extrema dedicación al trabajo. De carácter pragmático, templado y a la vez firme para tomar decisiones, era un planificador meticuloso que respetaba y escuchaba al profesional en su trabajo. Incorporaba aportes ajenos, si estos contribuían, y sabía delegar responsabilidades. Sus subalternos lo recuerdan como un líder justo y accesible. Su reconocido estilo de ayudaron a consagrarlo, tras su actuación en las FAS, como Jefe de Estado Mayor General de la FAA.

El llamado a la guerra

El 1° de abril de 1982, mientras se desempeñaba como Jefe de la IV Brigada Aérea de Mendoza, recibió la orden de presentarse de urgencia en Buenos Aires con el preaviso de que debería permanecer fuera de su destino por un largo tiempo. A su arribo en el edificio Cóndor le informaron que una Fuerza de Tareas Anfibias argentinas había desembarcado en Puerto Argentino.

Se lo nombró entonces Comandante del Componente Aéreo del Teatro de Operaciones del Atlántico Sur (TOAS): debía implementar todas las bases de operaciones y de despliegue establecidas por el Comando Aéreo Estratégico (CAE) en la Patagonia, además de recibir el material y el personal necesario.

Le habían asegurado, en un principio, que si se desataba la guerra –él estaba convencido de ello-, la FAA no tendría que combatir porque no era su responsabilidad primaria.

Según la Resolución Nº 01/69, el Ejército sería responsable del teatro terrestre, la Armada del marítimo y la FAA del espacio aéreo hasta las 12 millas de la costa.

No deberían volar sobre el mar, salvo para realizar tareas de exploración lejana. En consecuencia, la Fuerza Aérea no debía adiestrarse, adquirir armamento, o aeronaves para combatir en el mar.

Así, a pesar de haber volado intensamente por varios años, para los pilotos de la FAA el perfil de un barco en el mar era una incógnita: no sabían cómo estaban pintados, que largo tenían, con cuántos aviones se podía atacar, cómo influían en el océano la lluvia o la niebla. Con poco tiempo por delante, el Jefe de la FAS se puso de inmediato a organizar y preparar la nueva fuerza de ataque.

 
El mayor Piuma les relata a sus compañeros el combate aéreo frente a un Harrier y su posterior eyección. Tiene los ojos con hematomas producto de la eyección a alta velocidad

La Armada proveyó un destructor con modernas baterías de proyectiles antiaéreos y sistemas de radar similares a los de las naves de la flota británica para que los Mirage III, los M-5 Daggers y los Douglas A-4 Skyhawk de la FAA pudieran realizar ejercicios de adiestramiento.

La tarea consistía en simulacros de bombardeo contra el destructor mientras que este fingía una defensa a base de misiles y efectuaban maniobras evasivas. Los resultados no fueron alentadores: a los pilotos se les dificultaba hallar a la flota nacional, a pesar de haberse establecido de antemano las coordenadas, ubicación y frecuencias a utilizar. Ante el golpe psicológico que todo produjo, se trabajó para revertir la situación anímica y generar la confianza necesaria para que los pilotos pudieran hacer frente a los desafíos impuestos en cada misión.

 
Los pilotos de A4 antes de salir al combate en el Atlántico Sur

El brigadier Crespo, también, planificó y ejecutó las tareas de apoyo logístico a las tropas destacadas en Malvinas, situación que analizó desde el punto de vista aéreo para que los pilotos pudieran divisar a las naves enemigas. Así fue como seleccionó tres posiciones: San Carlos, Darwin y Bahía Agradable.

Consultados los asesores de la Armada en el Comando de la FAS, concluyeron que era imposible que sucediera un desembarco allí o que la flota utilizara esos lugares, ya que eran aguas poco profundas y pedregosas. No obstante, el Estado Mayor se quedó con aquellos lugares.

Se confeccionaron las órdenes fragmentarias (OF) para los tres lugares, para que las unidades cumplieran determinadas misiones. Las OF fueron entregadas a las unidades a mediados de abril, de manera que los pilotos practicaran durante sus vuelos de reconocimiento sobre aquellos lugares que desde el punto de vista aéreo se presumía iban ser utilizados. Tiempo después se revelaría que los británicos habían determinado, a priori, una veintena de posiciones posibles de desembarco, quedándose luego con dieciocho y seleccionando por último tres: San Carlos, Darwin y Bahía Agradable.

 
Uno de los Pucará lA 58 en la base de San Julián

Antes de intervenir en el conflicto, el Brigadier Crespo y su Estado Mayor tuvieron que hacer frente a innumerables problemas:

  • La FAA tenía sólo dos aviones nodriza (KC-130s) para abastecer a todo el componente aéreo y aeronaval, por lo que la fuerza de ataque se vio limitada a realizar pequeños vuelos, generalmente de cuatro aviones a la vez, para los reabastecimiento requeridos.
  • Los Mirages III y los M-5 Daggers no estaban preparados para el reabastecimiento aéreo, lo que redujo dramáticamente su capacidad de ataque al momento de brindar cobertura de combate. La falta de autonomía de los aviones limitaba su permanencia sobre los objetivos a 5 minutos; además los aviones Mirages III y los Daggers se encontraban impedidos de utilizar su velocidad supersónica (Mach-2), dado que con tanto consumo de combustible no les alcanzaría para regresar a base, lo que hubiera resultado de gran ventaja contra los Harriers subsónicos británicos.
  • La carencia de observación de largo alcance era otra de las dificultades. Mientras que la eficacia de los ataques estuvo considerablemente disminuida por la cantidad de bombas que hicieron impacto y no explotaron, debido a que las bombas disponibles no tenían su tren de fuego preparado para blancos navales, ni para la forma de ataque empleada, única posibilidad que permitía lanzar las armas propias con alguna probabilidad de supervivencia ante las modernas armas antiaéreas enemigas.
  • Los aviones de la FAA contaban en general con una aviónica anticuada para la navegación de larga distancia pero, en Abril de 1982, solamente una tercera parte de los aviones habían sido modificados. En tanto, la longitud de la pista de aterrizaje en el aeropuerto de Puerto Argentino, única pista de superficie dura, era bastante corta y sólo apta para aviones de transporte como los C-130 (con capacidad para realizar aterrizajes y despegues cortos). Así, la totalidad del esfuerzo logístico y de refuerzo dependía de este aeropuerto.

 
Uno de los técnicos aseguran las bombas de los cazabombarderos

Después del 1º de mayo, cuando la Fuerza Aérea ya había entrado en el conflicto, Crespo ordenó evitar los ataques a gran altura y exhortó a los pilotos a utilizar la táctica de atacar en vuelo rasante, dado que esto les permitía aprovechar una de las debilidades más notables de parte de los británicos: la carencia de un sistema de alerta aérea temprana de largo alcance que pudiese identificar los aviones del enemigo que se aproximaban a baja altitud.

Esto resultaba también de gran ayuda cuando los pilotos argentinos se aproximaban a las naves de la flota británica: los directores de tiro de las naves no podían detectar si los aviones iban hacia el ataque, y, si los detectaban, se los confundían con el eco que provenía de tierra y del mar.

No obstante, esto tenía algo en contra: el CIC Malvinas -el sistema de vigilancia y control que tenía la FAA montado con el radar en Malvinas-, no podía protegerlos: los pilotos quedaban expuestos a todo riesgo posible y tenían que pasar literalmente por encima de los barcos, lo que devino en las pérdidas de vidas humanas y de material aéreo.

 
La alegría y el recibimiento en la base San Julián cuando regresaban los pilotos de la FAS

Esas bajas no impidieron que los pilotos de combate pelearan agresivamente hasta el final, como en la oportunidad en que los A-4 Skyhawks del Grupo 5 y los bombarderos Canberras desde Trelew intentaron volar misiones de apoyo de fuego aéreo cercano para el Ejército Argentino, cuando la resistencia en tierra se derrumbaba en Puerto Argentino.

 
Un Dagger carga combustible en San Julián

El Comando de Transporte también desempeñó un papel admirable. Durante el mes de abril se movilizaron casi 8,000 tropas y 5037 toneladas de equipos, armas, vehículos y abastecimientos.

Aún después de la llegada de la flota británica y del bloqueo aéreo total, los transportes siguieron volando a Puerto Argentino por la noche llevando carga y evacuando a los heridos, operaciones que se realizaban en condiciones de gran riesgo para las fuerzas empleadas en estas tareas, pero que atendían a las necesidades vitales de los medios desplegados en Malvinas.

Por su parte, tanto la artillería antiaérea como los operadores de radar desempeñaron sus trabajos de manera loable a lo largo de la campaña. Siete aviones británicos, cuatro de ellos aviones de combate, fueron derribados por las defensas antiaéreas de tierra. Los operadores de radar en Puerto Argentino fueron el único recurso eficiente para localizar los aviones y buques británicos. Durante los ataques de los aviones, los operadores vigilaban los movimientos del enemigo y mantenían informados de la proximidad de sus aeronaves. Muchas vidas y material aéreo se salvaron gracias a la gran actuación de quienes operaban el radar estacionado en Puerto Argentino.

Un capítulo aparte merecería la utilización del improvisado escuadrón Fénix, que empleó aviones ejecutivos a manera de señuelos para distraer a las Patrullas Aéreas de Combate (PAC) británicas.

 
El hangar de la FAS donde se preparaban a las naves

En el balance final, como Jefe de la FAS en el Conflicto por las Islas Malvinas, el brigadier Crespo llevó a cabo un excepcional trabajo con los medios y fuerzas disponibles, sobre todo teniendo en cuenta que tuvo tres semanas para organizar y entrenar su fuerza de ataque para la campaña aeronaval, lo que no le impidió luego aprender de sus errores y realizar los ajustes necesarios para que quienes estaban bajo sus órdenes tuvieran las mejores posibilidades frente a las desventajas presentadas.

Años después, cuando contaba con el grado de Brigadier General y se desempeñaba como Jefe del Estado Mayor General (JEMG), Crespo debería afrontar otro gran conflicto, esta vez de diferente naturaleza, pero en el que su firmeza y decisión resultarían claves al momento de brindar su apoyo al presidente Raúl Alfonsín, quien debió aplacar a las fuerzas militares sublevadas en Campo de Mayo durante la Semana Santa de 1987.

En aquel momento se interpretó que amenazaban la consolidación de la democracia en la República Argentina. Ahí Crespo demostró su fuerte compromiso con las instituciones democráticas al acompañar al ex presidente de la Nación en el helicóptero presidencial para su encuentro con los sublevados en Campo de Mayo. Crespo le aseguró a Alfonsín que la FAA actuaría con todo su personal y sus medios en caso de fuera necesario.

 
Una foto antes de la misión. Nadie sabía si regresarían con vida

Finalmente, 1989 Crespo pasó retiro. Aunque continuó participando en el asesoramiento de la superioridad aeronáutica, con su sabiduría y experiencia sobre los temas de relevancia para el futuro de la FAA. Siempre con humildad y con respeto, sin pedir nada cambio. Lo empujaba seguir siendo parte de la institución de la cual estaba orgulloso de pertenecer.

 
El desempeño de las FAS fue estudiado por las fuerza aéreas de muchos países del mundo


viernes, 7 de junio de 2019

Malvinas, las negociaciones con Haig y el ofrecimiento cubano

Malvinas en guerra: la reunión secreta donde el enviado de Fidel Castro le ofreció a Galtieri un submarino para atacar a la flota británica 

Las conversaciones confidenciales entre el secretario de Estado norteamericano Alexander Haig y Leopoldo Galtieri. Las duras e inútiles reuniones que llevaron al conflicto armado. La sorprendente propuesta del embajador cubano al presidente de facto de torpedear a la Royal Navy



Por Juan Bautista "Tata" Yofre | Infobae


El martes 6 de abril por la tarde la revista Gente apareció un día antes en los kioscos. En su tapa se publicaron las fotos de soldados argentinos apuntando con sus armas a marines ingleses, con las manos en alto, en señal de rendición o tirados boca abajo en el pavimento.

"No los subestimamos, pero pueden pasar el papelón del siglo", dijo una fuente naval argentina, cuando comentó el envío de la flota británica a las Malvinas.

Más tarde, el general de brigada Ramón J. Camps dijo que la flota inglesa estaba integrada de "chatarra".

"Un solo submarino atómico está en condiciones de hacer papilla a toda la flota argentina", pareció responder una fuente de la inteligencia británica desde Londres, según publicó Clarín el miércoles 7 de abril.

Desde Washington, Ronald Reagan anunció la gestión pacificadora de su país en el conflicto del Atlántico Sur.

El miércoles 7, el general de brigada Mario Benjamín Menéndez asumió en Puerto Argentino como gobernador de las islas Malvinas, Sándwich del Sur y Georgias del Sur. La ceremonia fue transmitida desde el Town Hall por cadena nacional de radio y televisión, aunque por desperfectos técnicos las imágenes no se vieron y sólo se escuchó el audio. Con la presencia del Ministro del Interior, general Alfredo Saint Jean, el juramento se lo tomó el comandante del Teatro de Operaciones, general Osvaldo García. Estuvieron presentes en la ceremonia una delegación representativa de la dirigencia política, sindical y empresaria de la Argentina.

El mismo día, Gran Bretaña declaró que "las naves de guerra argentinas que se encuentran dentro de las 200 millas náuticas de las Islas Malvinas, después de las 04.00 GMT del lunes 12 de abril, corren el serio riesgo de ser atacadas".

 
Izamiento de la bandera argentina por el nuevo gobernador Mario B. Menéndez (foto del archivo del general Menéndez)

El bloqueo inglés se ponía en marcha. La Argentina respondió estableciendo oficialmente el "Teatro de Operaciones del Atlántico Sur" (TOAS), bajo la jefatura del vicealmirante Juan José Lombardo y convocó a las reservas de las FF.AA.

El jueves 8, el secretario de Estado d elos Estados Unidos Alexander Haig llegó a Londres, dando comienzo a su gestión de asistencia. Habló con Margaret Thatcher cerca de cinco horas. Más tarde dijo que se había quedado "impresionado con la firme determinación del gobierno británico" de recuperar las Malvinas.

En síntesis, en un memorando para el presidente Ronald Reagan, fechado el 9 de abril, informó que "la primer ministro está convencida de que ella caerá si (nos) concede cualquiera de los tres puntos básicos que envió al Parlamento:
  • Inmediata retirada de las fuerzas argentinas.
  • Restauración de la administración británica en las islas.
  • Preservar la posición de que los isleños puedan estar capacitados para ejercer la autodeterminación".
Mientras en Buenos Aires los voceros oficiales dejaban trascender que las maniobras militares del Reino Unido eran un "bluff" para negociar con mayores posibilidades de réditos, en Washington los embajadores de los 10 países de la CEE pidieron el retiro de las tropas argentinas de las Malvinas.

En una decisión que ampliaba los preceptos soberanos de la Argentina en las islas, y antes de que llegara el mediador Haig, a partir del jueves 8 los comerciantes de las Malvinas fueron obligados a recibir moneda argentina. Hasta ese momento la libra malvinense o el dólar eran las únicas formas de pago en los negocios.

"Las autoridades argentinas solicitaron a los comerciantes que reciban el dinero argentino, al cambio del momento", informó la agencia TELAM. En Buenos Aires, los propios argentinos no sabían cuál era el cambio del "momento".

 
La junta militar: Leopoldo Galtieri, Basilio Lami Dozo y Jorge Anaya

El 9 de abril de 1982, a las 19 horas, se reunieron en la sede del Estado Mayor Conjunto, sobre la avenida Paseo Colón, los integrantes del Comité Militar con la presencia del canciller Nicanor Costa Méndez.

Al negociador argentino se le impusieron condiciones de acero –que aceptó- y para asegurarlas bien los integrantes del Comité Militar (COMIL) analizaron las "Bases para la Negociación a ser expuestas ante el Sr. Haig" – según se dice en la Memoria de la Junta– preparado por "el Equipo de Trabajo integrado por los funcionarios de más alta jerarquía de la Cancillería y tres los oficiales superiores".

El documento tiene 8 páginas donde se asentaron los fundamentos históricos y políticos de la decisión del 2 de abril. El trabajo, entre una veintena de puntos -algunos claramente extorsivos- aconsejaba decirle al Secretario Haig que:
  • El "vuelco de la opinión pública o buena porción de ella en contra de quienes defienden una causa impopular, como es el colonialismo, de un país europeo en América" podría conducir a que "EE.UU. y Occidente perderían un importante aliado en el Atlántico Sur", porque "la actitud estadounidense de apoyar a Gran Bretaña podría ser hábilmente explotada por China y la URSS a su favor".
  • "Este conjunto de circunstancias no sólo perjudicará el diálogo Norte-Sur, sino que, más grave aún, empujará a una nación como la Argentina a un área no occidental, con todo lo que ello implica en el ámbito político internacional, teniendo en cuenta el peso que puede tener la República Argentina en América Latina, lo que significaría el resquebrajamiento, hasta incluir la ruptura del sistema de seguridad hemisférica occidental".

Al mismo tiempo el Comité Militar decidió reforzar con más tropas las Malvinas, antes de que comenzara a regir el 12 de abril el bloque anunciado por Gran Bretaña.

Destinó a Malvinas: Batallón de Infantería de Marina Nº 5, Batallón Antiaéreo, la Brigada de Infantería X y la Compañía de Ingenieros Anfibios, entre otros. Y a través del Acta Nº 10 "M"/82 se autorizó "el minado defensivo en la zona de Malvinas".

"De general a general"

El 10 de abril de 1982, cerca del mediodía, Leopoldo Galtieri se encontró con Haig para hablar "de general a general, puesto que hay una hermandad entre los hombres de armas y muchos valores en común que hacen que la conversación franca sea más fácil entre nosotros", dijo Galtieri.

Luego realizó una introducción en la que sostuvo, entre otros conceptos, que "el 2 de abril se recuperó lo que sabemos legítimo y por más que Gran Bretaña envié la flota naval y 5.000 Marines, los esperaremos con todos los honores. El Reino Unido intenta repetir su actitud colonial del siglo pasado y como en los años 1806 y 1807, el pueblo argentino responderá con algo más que aceite hirviendo, ya que lo hará con todo su poder militar".



Detalle de documento que relataba el encuentro de Galtieri con Haig 

El Secretario de Estado escuchaba atentamente mientras el general Vernon Walters le traducía. Luego, Alexander Haig comenzó agradeciendo el recibimiento privado y, según consta en la Memoria de la Junta Militar, "se refirió a haber comprendido la lucha argentina contra la subversión que sus predecesores no entendieron; reconoció los sacrificios y concesiones argentinas; indicó que sabía de las decisiones de la URSS a partir de 1978 por la debilidad demostrada por los EE.UU.; agregó que los militares argentinos condujeron con éxito la lucha antisubversiva a pesar de la irracional e ilógica crítica internacional; aseguró no haber provisto a Gran Bretaña de información y se manifestó de acuerdo con la operación argentina desde el punto de vista militar".

Galtieri manifestó que se había ordenado una operación incruenta en la medida de lo posible a efectos de evitar daños a ciudadanos británicos y que por ello las bajas habían sido sólo argentinas.



Margaret Thatcher y Alexander Haig, mediador en el conflicto entre el gobierno de la Junta Militar y la dama de Hierro de Gran Bretaña

Haig a renglón seguido habló de los problemas existentes en México, Nicaragua y El Salvador y que apreciaba que la relación de su país con la Argentina era buena y que no permitiría que "1000 pastores escoceses provocaran una alteración en el continente" y por último agradeció en nombre del Presidente Ronald Reagan la "cooperación argentino norteamericana".

Sin identificar esa cooperación, está claro que se refería al grupo militar argentino que "asesoraba" desde Honduras a los "contras" que peleaban al régimen sandinista.

Galtieri aprovecho para contarle que había llegado a la Argentina el embajador de Cuba pero que todavía no había conversado con él, y Haig respondió que el interés cubano por el caso Malvinas "aumentaba la tragedia" de lo hecho por Margaret Thatcher; que sin embargo, la Señora Thatcher era el líder vigoroso que apoya a los EE.UU. en la actualidad y que se la había arrinconado en el caso Malvinas.

Luego el Secretario Haig mencionó que la posición que había adelantado la Señora Thatcher constituía un ultimátum. Que, como primer paso, era necesario emprender la retirada de las fuerzas argentinas, pues sin retirada no habría ningún tipo de negociaciones. Adelantó que frente a esta postura, él había informado a la Señora Thatcher que EE.UU. no podía apoyarla.

Luego, Haig dijo que si la flota británica continuaba avanzando las emociones crecerían y el conflicto escaparía de todo control. Asimismo señaló que él creía tener las bases para la solución del caso, agregando que no podría volver a Londres con una proposición de soberanía argentina, pues sería rechazada. Por ello consideró que el tema de la soberanía no habría que mencionarlo. Galtieri manifestó que no era materia de negociación la soberanía argentina y que cualquier otra cosa podía ser objeto de ella.

Galtieri adelantó una advertencia: "Le diré sólo una vez y luego no volveré a repetirlo. En cuanto a la Argentina concierne, no existe ninguna duda con respecto a nuestra soberanía en las islas. Estamos dispuestos a negociar sobre cualquier otro punto".

La respuesta del Secretario de Estado fue que si insistía en la permanencia de un gobernador argentino en las Malvinas, habría guerra. Y que en ese caso los británicos "poseían una fuerza mayor que la de los argentinos y que lograrían una victoria en caso de desatarse las hostilidades".

 
Galtieri y Alexander Haig en la reunión donde conversaron “de general a general” (Foto: Víctor Bugge)

Galtieri previno que el conflicto podía extenderse porque "comprometía a muchas naciones" y "que habría que estudiar la posibilidad de supuestos hundimientos por submarinos… siempre sería adjudicado a Gran Bretaña pese a que lo podría efectuar o la URSS o la República Popular China".

Esto se dijeron, "de general a general":

Galtieri: Sr. General, hablando como militar le digo que es conveniente que no nos cerquen. Como profesional usted sabe que si es cercado deberá romper el cerco.

Haig: Pero yo sé que eso significaría hacer algo de lo que usted no participa ideológicamente.

Galtieri: Precisamente por eso reitero la necesidad de que no nos cerquen.

A renglón seguido Nicanor Costa Méndez hizo referencia a los años de negociación y a que en 1968 se estuvo a punto de llegar a un acuerdo acerca de la soberanía, pero fue interrumpido por el jefe de la delegación de los EE.UU.

Haig: Nada de esto tiene que ver. El tema es político tanto en Londres como en Buenos Aires. Es necesario buscar una solución en ambas capitales. Y agregó: "Los hechos son así".

A las 12.52 en un helicóptero militar que despegó del helipuerto de la Casa de Gobierno, Haig y Dick Walters se retiraron hacia el Aeropuerto Metropolitano y de allí en automóvil hasta la residencia del embajador Schlaudeman.

En el ínterin el piloto sobrevoló la Plaza de Mayo por "sugerencia" de las autoridades argentinas para que pudieran observar el apoyo que suscitaba la causa de Malvinas. En el ánimo de Haig el espectáculo provocó una reacción contraria.

El embrujo del balcón de la Casa Rosada

A las 13.20 Galtieri salió a uno de los balcones de la Casa de Gobierno, acompañado por sus principales colaboradores y pronunció un discurso. En un momento, parte de la multitud comenzó a corear:

"A gritar, a gritar, si quieren las Malvinas que las vengan a buscar".

Y frente a las exigencias de la multitud, Galtieri atizó el conflicto:

"Si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla. En esto tenemos la solidaridad de varios pueblos americanos que están decididos a dar batalla con los argentinos".

 
Galtieri en el balcón de la Casa Rosada saludó a la multitud que lo vitoreaba

Antes de iniciar sus encuentros en Buenos Aires, la mirada de Alexander Haig, sobre Galtieri, sus colaboradores, su régimen y la Argentina era algo que a la distancia tiene mayor valor y ayuda a comprender lo que habría de suceder.

En pocas palabras, el mediador entendía que el presidente argentino se encontraba en una posición difícil que trataba de solucionar una situación que él no había creado. "La aventura de las Malvinas era una operación eminentemente naval, concebida e impuesta a la Junta." Una operación planificada secretamente, tal es así que "cuatro de los cinco comandantes del Ejército no estaban en antecedentes de la inminente invasión".

"Cuando Galtieri se encontró ante el hecho consumado, y una situación imposible de mantener, trató de preservar el honor y la seguridad de su país, cuidando al mismo tiempo de salvar su propia situación para no perder el poder y caer en desgracia, carecía de autoridad. […] A pesar de su actitud arrogante no era un hombre libre, ni política ni diplomáticamente", escribió más tarde el Secretario Haig en sus Memorias.

Las condiciones argentinas

El 10 de abril por la tarde las negociaciones entre los funcionarios del Palacio San Martín y la delegación estadounidense se desarrollaron a partir de un documento que elaboró el Departamento de Estado al iniciar su gestión de buenos oficios.

Luego de numerosas horas de reuniones, en el Palacio San Martín y en la Casa de Gobierno, Alexander Haig dejó Buenos Aires el domingo 11 a las 9.30 de la mañana, tras escuchar misa en la iglesia del Santísimo Sacramento. Viajó a Londres para considerar con el gabinete británico los puntos conversados. Los títulos de los diarios expresaban el momento que se vivía: "No se llegó a ninguna solución aunque el diálogo se mantiene", resaltó La Nación a toda página en su edición del domingo 11 de abril.


El canciller Nicanor Costa Méndez le entregó un papel con “las exigencias de la Argentina” al enviado de Reagan. El paper decía todo lo contrario a lo que se había hablado en la Casa Rosada (Foto: Víctor Bugge)

En Ezeiza el canciller argentino le entregó un papel que contenía los 5 "puntos básicos" argentinos. Según relató Alexander Haig en sus Memorias, Costa Méndez "me entregó un papel. Contenía algunos pensamientos propios, me dijo. Esperaba que los leyera en el avión. Una vez en el aire, hojeé los papeles que me entregara. Contenían opiniones contrarias a lo que habíamos logrado en la Casa Rosada la noche anterior".



 

Las condiciones argentinas
Las principales exigencias del canciller argentino eran:
  1. El gobernador de las Islas debe ser designado por el gobierno de Argentina. La bandera deberá continuar flameando en las islas.
  2. Deberán otorgarse seguridades al gobierno argentino que al finalizar las negociaciones se reconocerá la soberanía argentina. Cualquier fórmula que implique que la soberanía está siendo negociada debe ser evitada.
  3. El proyecto de acuerdo debe ser compatible con los elementos mencionados anteriormente.
Después de leerlos, Haig le dijo a Costa Méndez telefónicamente que creía que la presente situación podía determinar la caída tanto del gobierno inglés como del argentino y le reiteró su "grave preocupación por una posible convocatoria del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) porque esto causaría graves problemas a su gobierno".

El encuentro de Galtieri con el embajador cubano

El embajador castrista Emilio Aragonés Navarro llegó a Buenos Aires el 9 de abril y al día siguiente a las 13.45 entró al despacho personal de Galtieri. Ese día,el presidente de facto había estrenado su sistema de grabación con grabador de cinta abierta. A pesar del ruido ambiental y de las bocinas de los automóviles (afuera se encontraba gran parte de la muchedumbre en la Plaza de Mayo) se pudo escucharlo que hablaron a puertas cerradas:


Emilio Aragonés Navarro con Ernesto Guevara durante una visita a la Unión Soviética


Embajador: He venido a decirle que Cuba va a hacer lo que ustedes determinen, hasta dónde ustedes quieran ustedes llegar va a llegar Cuba…

Galtieri: Dígale a Castro que más allá de las diferencias que tenemos se puede conversar. Yo le agradezco este sentimiento y solidaridad americana, latinoamericana, somos latinos. En buena medida tenemos diferencias…

Embajador: Somos integrantes de una misma familia pero un país diferente.

Galtieri: Tenemos diferencias pero son todas discutibles y conversables, pero le agradezco el gesto. Este gesto la Argentina no lo va a olvidar.

Embajador: Pero este gesto se puede convertir en hechos. Es lo que yo quiero que usted lleve con toda claridad. Esto es una proposición muy cuidadosa pero detrás de esto está la voluntad de hacer lo que haya que hacer…enviarle un submarino y hundirle un barco…cualquier cosa…

Galtieri: Argentina no lo olvida ni ahora ni lo va a olvidar por muchos años…

Embajador: Me gusta porque eso obliga… aunque sea privado nomás…

miércoles, 5 de junio de 2019

Polémica por las 18 áreas de explotación cerca de Malvinas

Polémica por concesión de 18 áreas para la explotación petrolera offshore cerca de Malvinas





Se publicó en el Boletín Oficial la resolución que hace oficial la concesión de 18 áreas para la explotación petrolera offshore, sin siquiera tomar en cuenta las presentaciones provinciales y judiciales que llamaban a revisar a quienes se les iba a concesionar determinadas áreas. En Tierra del Fuego impulsan distintas acciones de amparo que van desde la cuestión de la soberanía por la presencia de una firma británica hasta el riesgo ambiental y para la actividad económica.



Laura Colazo y Victoria Vuoto, candidatas a legisladoras provinciales por el Partido Verde, expresaron su “enérgico rechazo y repudio” al proceso público iniciado por el Gobierno de Mauricio Macri para la exploración de tres cuencas de la plataforma marítima continental argentina en busca de gas y petróleo. Como se viene denunciando, hoy se podría adjudicar a empresas británicas o con capitales y lazos británicos áreas marítimas para la exploración petrolera en clara violación de las leyes vigentes que prohíben esto.

En el marco de la visita del canciller Jorge Faurie a la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, la Senadora de la Nación Miriam Boyadjian le expresó la preocupación de los fueguinos a raíz de trascendidos sobre la concesión de áreas para la exploración de hidrocarburos en zonas de nuestro Mar Argentino adyacentes a Malvinas, territorio usurpado por el Reino Unido.

La semana pasada la Senadora presentó un Proyecto de Comunicación solicitando información sobre el tema. El Dr. Juan Manuel Vicente, secretario del juzgado federal de Río Grande, comprometió una pronta respuesta ante el amparo colectivo ingresado ayer, para frenar la adjudicación de áreas off shore a petroleras británicas.

Infografía confeccionada por el OETEC en base a la Secretaría de Energía. Las banderas señalan las áreas ganadas por Tullow, sea como parte de un consorcio como individualmente. Los escudos del gobierno kelper, en tanto, identifican las áreas ganadas por Equinor. Fuente: oetec.org.

A través de una resolución publicada este viernes en el Boletín Oficial, el Gobierno Nacional oficializó la adjudicación de bloques de la plataforma marítima para el desarrollo de la explotación petrolera.

De acuerdo a la Resolución 276 de la secretaría de Energía que conduce Gustavo Lopetegui, tras el concurso se adjudicaron 18 áreas offshore que quedaron en manos de empresas y consorcios de empresas, entre las que se cuentan la estadounidense Exxon Mobil,la francesa Total, la británica Tullow, la noruega Equinor, YPF y la holandesa Shell.

También se declaró “desierto” el concurso en relación a otras áreas que no recibieron oferentes.

Las adjudicaciones no quedaron exentas de cuestionamientos. Es que la presencia de una firma británica con una concesión en cercanías de las Islas Malvinas no es sólo materia de polémica, sino además de presentaciones judiciales que abarcan la cuestión de la soberanía.

La 1ra presentación colectiva la encabezó el intendente de la ciudad de Río Grande (Tierra del Fuego) y candidato a gobernador, Gustavo Melella, quien este miércoles 15/05 pidió una acción de amparo ante el Juzgado Federal de esa ciudad.

“Lo que está ocurriendo es muy grave. El Gobierno Nacional ha asumido una postura de desentenderse de la cuestión de soberanía y cumplir los puntos del nefasto acuerdo Foradori Duncan, en el cual el Gobierno Nacional se compromete a despejar cualquier traba para el desarrollo británico en el Atlántico Sur”, aseguró.

De acuerdo a la prensa local, el amparo es contra el decreto 872, que es el que convocó a concurso público internacional para adjudicar permisos de exploración y explotación del ámbito Costa Afuera Nacional.

Al respecto, Juan Vicente, secretario del Juzgado Federal de Río Grande, sostuvo en declaraciones periodísticas: “Lo primero que hay que analizar es si existe la situación de peligro inminente, y si se requiere de una previa vista al Estado nacional o no. Calculo que el fiscal federal, ante la premura del caso, se expedirá de inmediato para que podamos tomar una decisión de fondo sobre la medida cautelar”.

Melella, por su parte, dijo que “nos estuvieron asesorando la exEmbajadora en Londres Alicia Castro y organizaciones vinculadas a la cuestión Malvinas para llevar a cabo esta presentación judicial en defensa de nuestra soberanía y de nuestros recursos naturales”.

“También se está pidiendo una medida cautelar de no innovar con el objeto de frenar el efecto ejecutorio de este decreto e impedir la adjudicación de los permisos a empresas que tienen vinculaciones con el gobierno ilegítimo británico de Malvinas. Creemos que esto es un impacto directo contra los derechos soberanos argentinos sobre nuestras islas”, subrayó.

Según denunció el Observatorio de la Energía, Tecnología e Infraestructura para el Desarrollo (OETEC), Tullow, adjudicataria de 3 áreas, tuvo licencias otorgadas por el gobierno kelper en la Cuenca Malvinas Sur y su directora hasta 2018, Anne Drinkwater, en paralelo, “asesoró al gobierno colonial isleño en hidrocarburos, elaborando para sus autoridades una hoja de ruta para el sector hasta el 2018”. La OETEC agrega que la ejecutiva luego pasó a la noruega Equinor, tras el concurso argentino, que se hizo de 4 áreas en soledad y de otras en asociación con otras firmas, entre ellas, YPF. 2 de las áreas obtenidas se encuentran en la Cuenca Oeste.

“Entre las dos cuencas existe continuidad geológica, con lo cual los resultados de la exploración bajo el paraguas del Concurso N°1 serán determinantes para la campaña prospectiva al sur y este de las Malvinas, por cierto, en manos de Rockhopper”, firma que se quedó con las licencias británicas de Tullow, advierte la OETEC.

Por su parte, el gobierno fueguino también hará una presentación, según se informó este viernes. La gobernadora Rosana Bertone incorporó la cuestión ambiental y el impacto que la actividad petrolera tendría en la industria pesquera.

Desde el Ejecutivo fueguino sostuvieron que la decisión se funda en el riesgo que estas actividades supondrán para la industria pesquera y los recursos naturales argentinos y en la arbitrariedad manifiesta en la omisión de llevar a cabo los estudios de impacto ambiental exigidos por la legislación vigente.

Asimismo, se solicitará que tomen intervención los estamentos de control del Estado y todos aquellos que puedan ver afectada sus actividades reguladas dentro de la Zona Económica Exclusiva llevando a cabo la realización de las audiencias públicas correspondientes en las Comisiones respectivas del Congreso de la Nación.

En tanto, el intendente de Ushuaia, Walter Vuoto, adelantó vía la red social Twitter que “vamos a presentar un amparo para ir en contra de esta decisión, ya que a nosotros siempre nos van a encontrar en el mismo lugar, defendiendo una Patria justa, libre y sobre todo soberana”.

“Nuevamente el gobierno nacional ataca nuestra soberanía con la adjudicación de áreas de exploración de gas y petróleo de la plataforma continental argentina a empresas británicas. No podemos permitir que se siga ignorando la legislación nacional que protege nuestros recursos naturales. No podemos mirar hacia otro lado mientras las petroleras británicas siguen explorando y explotando en la plataforma continental argentina”, disparó Vuoto en sendos tuits.

Laura Colazo y Victoria Vuoto, candidatas a legisladoras provinciales por el Partido Verde, expresaron su “enérgico rechazo y repudio” al proceso público iniciado por el Gobierno de Mauricio Macri para la exploración de tres cuencas de la plataforma marítima continental argentina en busca de gas y petróleo. Como se viene denunciando, hoy se podría adjudicar a empresas británicas o con capitales y lazos británicos áreas marítimas para la exploración petrolera en clara violación de las leyes vigentes que prohíben esto.

“Consideramos que es un nuevo capítulo en la larga lista de acciones de entrega de soberanía que ha tenido la gestión de Mauricio Macri”, expresó la concejal de Río Grande en referencia a las áreas que se adjudicarían a dos compañías cuestionadas por sus vínculos con el gobierno británico y la administración de las islas, en vulneración a la soberanía argentina.

Colazo señaló que “es un nivel inédito la ofensa que esto significa a nuestra soberanía nacional a la vulnerabilidad de esta zona, y a la Constitución Nacional en cuanto a nuestros legítimos reclamos sobre Malvinas”.

La dirigente del Partido Verde remarcó la importancia de la cuestión ambiental teniendo en cuenta que “la protección de los recursos naturales es una cuestión estratégica para el desarrollo de nuestro país y nuestra región patagónica”. Y apuntó a la necesidad de “comprender la verdadera magnitud del conflicto y de los recursos que están en juego: “En cuanto a los recursos petroleros representa una de las regiones más prometedoras del mundo y por otro lado es una de las grandes regiones pesqueras de importancia global” dijo considerando que “la pesca ilegal, no controlada es una de las mayores amenazas a la biodiversidad marina en todo el mundo, estos recursos están siendo depredados de forma ilegal y unilateral desconociendo los tratados firmados”.

En tanto la actual Secretaria de Políticas Sociales, Sanitarias y Derechos Humanos de la Municipalidad de Ushuaia, Victoria Vuoto, expresó que es un “escándalo en términos de discusiones de soberanía la entrega de offshore a empresas británicas”.

En ese sentido afirmó que “entendemos que el Congreso de la Nación debe avanzar en la prohibición de la explotación en manos de empresas británicas mientras siga en pie la usurpación de Malvinas y la Legislatura provincial declarar persona no grata a Mauricio Macri”.

En el marco de la visita del canciller Jorge Faurie a la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, la Senadora de la Nación Miriam Boyadjian le expresó la preocupación de los fueguinos a raíz de trascendidos sobre la concesión de áreas para la exploración de hidrocarburos en zonas de nuestro Mar Argentino adyacentes a Malvinas, territorio usurpado por el Reino Unido. La semana pasada la Senadora presentó un Proyecto de Comunicación solicitando información sobre el tema.

“Nos interesa que nos aclare acerca de la participación de diferentes empresas, entre ellas tres empresas británicas que se han adjudicado licitaciones de la Secretaría de Energía para realizar la exploración de hidrocarburos en zonas cercana a las usurpadas por el Reino Unido. Esto nos preocupa mucho a los fueguinos y nos enteramos todo por los medios”, le hizo saber la senadora al canciller Faurie.

La senadora también preguntó acerca del impacto sobre los recursos naturales en el área a explorar.

El canciller admitió que se han concedido licencias de exploración en aguas del Mar Argentino, y que esto se encuentra entre las facultades de la Secretaría de Energía. “Se han presentado una serie de empresas que son conglomerados de gran envergadura, entre ellas British Petroleum, Shell y Tullow”, aseguró.

“La zona en cuestión está vinculada con la Cuenca de Malvinas, de modo que estaremos atentos y pidiendo la información pertinente para garantizar la confidencialidad de la prospección geológica que estas empresas realicen y para garantizar la defensa de nuestra soberanìa”, señaló Boyadjian.

Amparo colectivo: “Previo a expedirnos tenemos que correr vista al fiscal federal”, advirtió el Dr. Vicente

El Dr. Juan Manuel Vicente, secretario del juzgado federal de Río Grande, comprometió una pronta respuesta ante el amparo colectivo ingresado ayer, para frenar la adjudicación de áreas off shore a petroleras británicas.

“La presentación se formalizó ayer, cerca del mediodía, por la vía de un amparo que solicita una medida cautelar, con relación al acto administrativo realizado en la cuenca Malvinas. A partir de ayer está siendo trabajado por el juzgado”, informó a Radio Nacional Ushuaia.

“Nosotros somos cautelosos al momento de brindar información sobre el contenido de la presentación y cuáles son los argumentos, porque el trámite nos exige que, previo a expedirnos con relación a esto, tenemos que correr vista al fiscal federal, para que opine si el juzgado es competente para intervenir y otras circunstancias que hacen a este pedido”, explicó, descartando que pueda dictarse sentencia hoy mismo, cuando se adjudican las áreas.

“No queremos hablar del contenido de esta petición por una cuestión de respeto, y no queremos que le llegue por radio antes que el expediente. Hubo bastante interés y nos consultaron en el transcurso de la semana si se había realizado la presentación o no”, resaltó.

Respecto de los plazos para definir el amparo, dijo que “la materia escogida es la vía del amparo, y se utiliza cuando hay una acción inminente que puede producir un daño. Hay que analizarlo con premura, en pocos días el fiscal nos va a estar contestando y vamos a tener que ir viendo cuál es el nivel de peligro inminente sobre esto para tomar una medida. Justamente la acción de amparo es una vía expedita, rápida, para tratar de impedir que se consagre un daño. Es una medida rápida y no se va a extender demasiado”, afirmó.

Consultado acerca de si, además, deben correr vista al Estado nacional, que es el demandado, indicó que “por las últimas modificaciones en amparos contra la administración, hay que analizar si se trata de medidas cautelares que requieren de una vista a la administración, o si por el contrario la urgencia requiere que se aplique la medida sin una vista. Es algo que vamos a analizar y hay dos posibilidades, que se corra traslado al Estado nacional para que conteste esta medida, o se dicte sentencia obviando esto”.

“No queremos adelantar una opinión al respecto, pero la premura del caso va a llevar a analizar los tiempos de cuándo se consagraría este acto de adjudicación. En el transcurso de estos días vamos a tener novedades de cómo va a ser el accionar”, manifestó.

“Lo primero que hay que analizar es si existe la situación de peligro inminente, y si se requiere de una previa vista al Estado nacional o no. Calculo que el fiscal federal, ante la premura del caso, se expedirá de inmediato para que podamos tomar una decisión de fondo sobre la medida cautelar”, concluyó.

Pareciere que al señor Secretario de Energía de la Nación la Constitución Nacional y las leyes que nos rigen, no son válidas cuando a retribuciones económicas o financieras o de negociados se refieren el Señor Gustavo Lopetegui hace caso omiso de los amparos judiciales existentes en el Juzgado Federal de Río Grande, y acompañando la definición injuriosa del Canciller Jorge Fauri de que “el tema Malvinas es para los fueguinos como el de la yerba mate para los misioneros…”, se tomó el tema como si la Argentina fuere una empresa y él el CEO y no un funcionario del Poder Ejecutivo que debe responder a la Constitución Nacional en el artículo que otorga soberanía sobre las áreas hidrocarburíferas y de minerales a las provincias, y como su desconocimiento pareciere total no entiende (o se hace el que no entiende y sabe) que la Provincia de Tierra del Fuego es además de las Islas del Atlántico Sur y del mar argentino que las circunscribe.

La Justicia Federal de Río Grande debe ponerse los pantalones largos y anular definitivamente estas mamarrachadas llevadas a cabo por este mal funcionario nacional, y como en otras áreas defender los derechos de los ciudadanos que no es otra cosa que defender al Pueblo y a la Patria misma. (Ing. Juan Esteban Ivanoff Tzvetcof - ICIMISS)

03/06/2019 #NUESTROMAR

lunes, 3 de junio de 2019

2 de Abril: Los eventos de la recuperación en una operación perfecta

2 de abril: Operación Rosario, la recuperación de Malvinas




La recuperación de las Islas Malvinas para su incorporación definitiva a la soberanía nacional ya había sido decidida. La precipitó lo que los ingleses consideraron un incidente con operarios de una empresa argentina que izaron en la punta de un remo una bandera argentina. La mecha estaba encendida. Se haría un asalto directo y sorpresivo a la capital, Puerto Argentino, para provocar una repercusión política internacional tal que obligara a Gran Bretaña a negociar seriamente la soberanía de las islas de acuerdo a las resoluciones de Naciones Unidas.

Debían evitarse bajas enemigas, instalar un gobierno argentino en las islas y retirar las fuerzas de recuperación, dejando sólo los efectivos indispensables para la seguridad. Cada Comandante y Jefe de Batallón o Regimiento recibió cinco sobres lacrados que se abrirían al recibir la orden.

Con un sol radiante del 28 de marzo, como todavía acostumbra regalar marzo en la zona de Puerto Belgrano, zarparon de la base naval el buque de desembarco ARA “Cabo San Antonio” con todo el Batallón de Infantería de Marina Nº 2 (BIM2) a bordo, unos 750 hombres. También 20 VAOS (vehículos anfibios a oruga) y un VAR (a rueda); 30 vehículos de la Infantería de Marina y parte del Regimiento de Infantería Nº 25 del Ejército; en total una carga de combate de 8 mil toneladas.

De la misma dársena soltó amarras el buque insignia de la Flota de Mar, destructor misilístico ARA “Santísima Trinidad”, con las tropas de Fuerzas Especiales de la Armada que tomarían el cuartel de los Royal Marines, más los hombres (16 entre buzos tácticos y comandos anfibios) quienes bajo órdenes del Capitán de Corbeta Pedro Edgardo Giacchino tomarían la casa del Gobernador para lograr su rendición.

A esas alturas el submarino ARA “Santa Fe”, que la noche anterior había bajado su periscopio mientras abandonaba aguas marplatenses haciéndose invisible, navegaba hacia el sur para sumarse a la operación. A bordo iba la Agrupación Buzos Tácticos encargados de marcar la playa para el desembarco del BIM2. Mientras que en el rompehielos ARA “Almirante Irizar” iba el personal de reserva y un helicóptero Puma del Ejército.

El resto de la Fuerza de Tareas N° 40 estaba integrado por el destructor misilístico ARA “Hércules”, el portaaviones ARA “25 de Mayo”; los destructores ARA “Py”, ARA “Seguí” y ARA “Piedrabuena”; las corbetas ARA “Drummond” y ARA “Granville”, y el transporte ARA “Isla de los Estados”. También, por ser una operación naval conjunta, incluyó a un avión C-130 Hércules de la Fuerza Aérea; unidades de la 1° y 2° Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros; aviones caza A 4-Q de la 3° Escuadrilla Aeronaval de Ataque; y aviones S2T-Tracker de la Escuadrilla Aeronaval Antisubmarina. El puño que daría el primer golpe no podía titubear.

Al poco tiempo de zarpar, se dio la orden de abrir los sobres. La operación sería la recuperación de las Islas Malvinas. Los buques navegaron a toda máquina, pero desde el 29 –y por tres días– los frenó un temporal capaz de sacudir hasta la mesoatlántica -cordillera bajo el mar–; tanto que un rolido alcanzó los 46°. Muchos hombres de las tripulaciones fueron afectados por mal de mar, por lo que el día “D” previsto originalmente para el primer día de abril debió retrasarse. Era preciso al menos un día de mar calmo para efectuar el desembarco.

La operación de recuperación de las Malvinas había sido bautizada inicialmente como “Operación Azul”, pero en medio del fuerte temporal el entonces Teniente Coronel Mohamed Alí Seineldín, embarcado en el “Cabo San Antonio”, recordó que cuando ocurrieron las invasiones inglesas al Río de la Plata, el General Liniers había enfrentado inclemencias que cesaron cuando invocó a la Virgen del Rosario.

Por esa sugerencia, el Contralmirante Büsser, Jefe de la Fuerza de Desembarco, rebautizó la operación como “Operación Rosario”: el cambio en las condiciones climáticas que posibilitó el inicio de las acciones el 2 de abril quedó para siempre adjudicado a la intercesión de la Virgen. Sin embargo, el factor sorpresa se había perdido.

“Habitantes de las Islas Falklands, les habla el Gobernador Hunt, tenemos información que una fuerza de tareas argentina zarpó del continente y viene navegando hacia las Islas (…)”; fue parte del mensaje que se escuchó la noche del 1° de abril en la radio del “Cabo San Antonio”.

Algunos planes cambiaron. Los desembarcos pensados hacia el Noreste de las islas se replanificaron hacia el Este. Sobre las frías aguas del Atlántico Sur emergió de las profundidades una silueta robusta. Primero el tubo periscopio, luego la torreta y finalmente el resto del submarino ARA “Santa Fe”.

Esperaban la recepción de la que sin dudas sería la orden más importante de sus carreras. Regía el silencio absoluto de radio, por lo que el señalero se dirigió al reflector de señales y envió en Morse luminoso: “Operación Rosario: aguardo confirmación”.

Mil metros a babor del submarino, desde el ARA “Santísima Trinidad” que ya había ingresado a la Bahía Enriqueta, los parpadeos de luces fueron claros. “Hora y lugar confirmados”. El “Santa Fe” viró y se sumergió.

Recuperar las islas

A bordo del “Santísima Trinidad”, los comandos anfibios y buzos tácticos se prepararon concentrados en su objetivo. Repasaron en sus mentes la que debía ser su actitud durante el desplazamiento y en el objetivo mismo. Pondrían en práctica lo que tantas veces, en las peores condiciones climáticas y de mar grueso, habían entrenado.

Por algún motivo sintieron que todo se aceleró; se impartieron las acciones a desarrollar y toda la secuencia de aproximación de buque a costa. Los kayaks serían los primeros y una vez asegurada la cabecera de playa, desembarcaría el resto de las Fuerzas Especiales.

Dibujaron la carta en sus cabezas: distancias, rumbos, obstáculos, alambradas, caminos, alturas, ríos, todo. Lo estudiaron al detalle para que ese mapa fuera parte suya. Probaron el armamento y lo limpiaron. Les dieron granadas, donde cada uno llevó las que creía que podía necesitar, y cargadores con alrededor de 1500 disparos a granel.

Esa noche se reunieron en equipos de combate y, con todas las luces apagadas, sobre las 21 del 1º de abril comenzó el movimiento buque a costa. El “Santísima Trinidad” paró motores. Se tendieron las redes de desembarco, se cargaron las mochilas y descendieron a toda velocidad.

La oscuridad de la nubosa noche sólo era interrumpida por una tenue luz de luna que parecía cómplice de la operación. Los cachiyuyos –similares a algas– se enredaban en los motores de los botes y complicaban el avance, que continuaba a fuerza de machetazos. Entrada la noche la oscuridad se cerró más y la delgada línea que hacía minutos representaba la costa, desapareció.

La playa regalaba una sola rompiente que resonaba con fuerza y ocultaba los ruidos. Ni siquiera se oían los motores que llegaban más atrás. Cuando varó el primer kayak un silencio absoluto habitaba la costa y no se veía absolutamente nada. Hasta las luces de la ciudad y el faro San Felipe fueron apagadas.

Con una rápida técnica de barrido en flor de unos 150 mtrs., los primeros comandos aseguraron la zona y con el visor nocturno hicieron la marcación infrarroja a los otros botes, que desembarcaron y armaron la cabeza de playa unos 250 metros más adelante. Luego desembarcaron los 20 botes restantes.

Como un relámpago se encolumnaron y avanzaron a los objetivos. En el punto de disloque, la patrulla del Capitán Pedro Giachino se abrió hacia la Casa de Gobierno mientras el resto siguió avanzando con el Capitán Guillermo Sánchez Sabarots hacia el cuartel de los Royal Marines.

Estaban marginales con el tiempo, por lo que debieron apretar la marcha. Faltando cuatro minutos para las 6 cruzaron el puente donde la avanzada ya había preparado las cargas de demolición para aislar el objetivo, de ser necesario. Nada entra, nada sale.

Iniciaron el asalto. Desde el cuartel comenzaron a tirar hacia la zona del Teniente Sergio Robles, abriendo una brecha por donde los ingleses se fugaron. Los comandos ingresaron al cuartel rompiendo puertas y ventanas. Cada uno tenía un lugar de ingreso específico. “Limpiaron” el cuartel recorriendo todo. Segundos después arriaron la bandera inglesa e izaron la argentina. Fue la primera bandera que volvió a flamear en Malvinas.

Mientras tanto en la casa del gobernador se solicitaba la rendición. “Mister Hunt, somos marinos argentinos, la isla está tomada, los vehículos anfibios han desembarcado y vienen hacia aquí, hemos cortado su teléfono y le rogamos que salga de la casa solo, desarmado y con las manos sobre la cabeza, a fin de prevenir mayores desgracias. Le aseguro que su rango y dignidad, así como la de toda su familia, serán debidamente respetados”, dijo el Teniente Diego García Quiroga, quien ya secundaba a Giachino.

No obtuvieron respuesta y por eso arrojaron una granada para disuadirlos. Una voz que provenía de la casa contestó: “Mr. Hunt is going to get out.” Pero no salió. García Quiroga reiteró el mensaje, pero la voz aseguró: “Don’t go (Mr. Hunt),” y esas palabras vinieron seguidas de un tiroteo.

Lo que siguió se inscribió para siempre en la historia de la recuperación de Malvinas y fue parte del precio de ver la bandera argentina en alto. Giachino y García Quiroga seguidos de tres hombres se lanzaron al interior de la casa. El primero rompió el vidrio de una puerta y abrió el picaporte. El resto fue cuestión de segundos: un feroz tiroteo, a Giachino lo alcanzan las balas británicas, cae y el segundo en resultar gravemente herido es García Quiroga, que iba detrás.

–Me dieron, Cristina, me dieron–dijo Giachino, como si desde el continente su mujer pudiese escucharlo–. García Quiroga sintió que le arrancaban el brazo, fue el primer tiro; el otro le dio en el abdomen. Hoy una navaja suiza exhibida en la Agrupación Buzos Tácticos es la muestra de suerte, que también es azar y destino, porque paró la bala que reclamaba su vida.

Giachino llamó al Cabo enfermero Urbina, pero éste también había sido batido. Ya en el suelo y anticipándose a la posible pérdida de conocimiento, el Capitán Giachino tomó la correa de sus binoculares y ató la granada –con la que rompió la ventana– para que no explote, evitando la muerte de todos los de la casa. A esas alturas ya estaba bañado en sangre.

La patrulla de Sánchez Sabarots escuchó los estruendos de la balacera que resonaron desde la Casa de Gobierno y corrieron a apoyar a Giachino que estaba a unos 7 kms. A unos 500 mtrs. de la Gobernación se separaron. Sabían que la fracción inglesa los superaba en número. Avanzaron desplegados de a cuatro viendo las cabezas y las antenas de comunicaciones enemigas. A pesar de llevar el arma cargada con el fuego abierto tenían la orden de no causar bajas enemigas.

A 50 mtrs. de la casa se levantaron todos juntos avanzando con las armas apuntadas y, cuando saltaron un ligustro espinoso listos a descargar, se escucharon las voces de alto el fuego en español y en inglés.

Tres horas antes, en un punto más al Noreste y ya promediando la madrugada los buzos tácticos del “Santa Fe”, enfundados en sus trajes secos y completamente camuflados, desembarcaron para cumplir con su misión. Doce hombres. Apenas tocaron la costa una bengala los iluminó como si fuera de día. Se prepararon para recibir fuego enemigo, pero nada. La misión era habilitar y proteger esa playa hasta que las tropas argentinas desembarcaran, y ese aviso tenía un tiempo límite: las 6:30. Esa bengala demoró en un minuto el cumplimiento de ese tiempo; 6:31, revisada toda esa playa, avisaron al “Cabo San Antonio” que estaba marcada, es decir libre.

Después de unos minutos agazapados, haciendo una especie de trinchera por si había que soportar un ataque, comenzaron a pasarles por al lado los VAO de la Infantería de Marina cuando el crepúsculo matutino empezaba a convertir las siluetas de las islas en certeza.

Se formaron a la derecha de un VAR y en ese momento se abrieron las tapas y en un acto espontáneo todos comenzaron a gritar “¡Viva la Patria!”.

Después de enfrentar las defensas inglesas que custodiaban el aeropuerto y de quitar los vehículos que habían sido atravesados en la pista, el VAO con el Coronel Seineldín llegó lleno de impactos de bala al hospital de Puerto Argentino. Ya sabían que el Capitán Giachino había sido herido. Seineldín entró al hospital y diez minutos después volvió a salir para darle el pésame a sus hombres, todos reunidos afuera. Giachino había muerto.

Para entonces en la isla ya había más de 800 soldados argentinos desplegados y se habían iniciado los vuelos que traían al resto de las tropas del Ejército, lo que motivó la rendición del Gobernador, quien pidió parlamentar con el Estado Mayor de la operación. Un jeep con bandera blanca condujo al Contralmirante Büsser a su casa. La Operación Rosario había sido ejecutada con precisión y sin bajas enemigas.

Una trompeta sonó poniendo a todos en firme para iniciar el saludo. Después de casi 150 años, la bandera argentina estaba izada en la Gobernación de Malvinas, y con ella comenzaban 74 días de guerra.

(GACETA MARINERA)

sábado, 1 de junio de 2019

Las doce invasiones del Reino Unido a Argentina


Las doce invasiones inglesas

La Gazeta

 


1. Introducción

Realmente poca gente conoce bien la Historia Argentina. Muchas son las causas de ello; cuestiones políticas, formas de dirigir la educación a determinados sectores, cipayismo y hasta algún tipo de corrupción, serian algunas de ellas.
Lo cierto es que nos enseñaron nuestra historia desde una concepción mitrista, algo así como una conformación de ideas comunes al modelo necesario de Nación, dejando de lado lo demás, como si no sirviera; en definitiva algo muy parcial.
A todos nos enseñaron de las dos invasiones inglesas a Buenos Aires, pero al resto se las olvidan, salvo rara excepción. En total tuvimos doce invasiones a nuestro territorio por parte de los ingleses y siempre con el mismo objetivo, someternos de forma colonial, comercial o militar. Puede que se me haya escapado alguna, pero de todas formas, sirve como cachetazo para la reflexión.
Debo aclarar que no soy historiador ni lo pretendo, tan solo me limito a los hechos que ya fueron investigados y registrados por prestigiosos entendidos.

2. Invasiones


1° Invasión – Año 1763

Inglaterra busco aliarse con Portugal, y lo hizo a través del tratado de Methuen, que le otorgaba la posibilidad de aprovisionarse en cualquier puerto Lusitano del mundo. A la vez que intensifico su mas antigua forma de comerciar: El Contrabando, en aquellos lugares donde les estaba vedado el comercio.
A comienzos de Enero de 1763, el 06 o el 07, se inicia el ataque a Colonia del Sacramento, pero fracasan. El Comandante ingles era John Mac Namara, y perece en el ataque.
Por Aquel entonces la zona era Gobernación de Buenos Aires y correspondía al Virreinato del Perú. Dicha Gobernación estaba encabezada por Don Pedro de Cevallos.

2° Invasión – Año 1765

John Byron llega al archipiélago Malvinense en Enero de 1765, y en la Isla Trinidad, que bautiza Saunders, establece un apostadero; luego funda Puerto Egmont en honor al primer Lord del Almirantazgo. A este puerto los españoles lo denominan Puerto de la Cruzada. Ante estos acontecimientos, España reacciona y por medio de una Real Cédula, incluye al archipiélago en la jurisdicción de la Gobernación de Buenos Aires. Los británicos reconocen la soberanía española, luego de reiterados reclamos. Pero no retiran a sus tropas, por lo cual hubo un choque armado favorable a España. También es cierto que para entonces, los franceses ya llevaban mas de un año de instalados en la bahía Anunciación, de la isla Soledad.

3° Invasión – Año 1769

El 10 de diciembre de 1769, el Capitán Antonio Hunt, comunica a Ruiz Puente, quien fuera Gobernador, que había ido a ocupar en nombre de su Majestad Británica, el archipiélago Malvinenese, estableciéndose nuevamente en Puerto Egmont. El por entonces Mayor General Juan Ignacio Madariaga, es enviado desde Buenos Aires, y obtiene la rendición el 1° de Julio de 1770.

4° Invasión – Año 1788

En 1788 los ingleses ocupan la Isla de los Estados.
En 1790 son expulsados de la Isla Grande de la Tierra del Fuego, y recién para 1791 lo son de la Isla de los Estados, por orden directa del Virrey Loreto.
Por entonces ya había sido firmado el tratado del Escorial (1790), por el cual se prohibía a los ingleses navegar y pescar a menos de 10 leguas de tierras españolas, y establecerse en ellas.

5° Invasión – Año 1806

En Abril de 1806 parte del Cabo de Buena Esperanza, una escuadra naval compuesta por cinco navíos de guerra e igual cantidad de buques de transporte, todos con bandera inglesa y a las ordenes del Comodoro Home Popham; las tropas que transportaban se encontraban al mando del Brigadier William Carr Beresford.
Antes de partir, los tres mas altos jefes de la expedición habían convenido en distribuir los tesoros, que sospechaban encontrar en Buenos Aires. Y que según las leyes navales inglesas, los caudales eran "Buena Presa" ; el convenio reservo al Mayor General David Baird, la cuota del jefe por haber autorizado la misión. En Junio de ese año confirman sus sospechas cerca de Montevideo, a través de un escocés llamado Russel, que viajaba como pasajero en una goleta de bandera portuguesa.
El 25 de Junio los ingleses desembarcan en Quilmes, y ocupan la ciudad de Buenos Aires con poca resistencia. Se establecen los términos de la capitulación, en los cuales los británicos exigen la entrega de los caudales reales; pero estos habían sido enviados a Luján por orden del Virrey.
El 05 de Julio el tesoro esta en Buenos Aires, y doce días mas tarde la fragata Narcissus zarpa hacia la Gran Bretaña con su valiosa carga. El 12 de Septiembre llega el tesoro a Portsmouth, y en ocho enormes carros (c/u llevando 5 toneladas de pesos plata), parte hacia Londres, donde es recibido con un enorme jubilo, y es depositado en el Banco de Inglaterra para su posterior distribución. Lo que los ingleses no se imaginaban en esos momentos, era que Buenos Aires había sido reconquistada un mes atrás. Esta acción había sido llevada a cabo por el entonces Capitán de Navío Don Santiago de Liniers. Recién en 1808 los ingleses pudieron repartirse el botín, y después de que un fallo de las autoridades inglesas acordara las sumas correspondientes a cada uno.
Siendo un total de 296.187 libras, 3 chelines y 2 peniques; que se repartieron entre 2841 participantes de la invasión a Buenos Aires (1235 del Ejercito y 1606 de la Marina).
El Mayor General David Baird recibió 35.985 libras; el Brigadier William Carr Beresford 11.995 libras; y el resto se distribuyo aproximadamente en 7.000 libras para los Jefes Superiores de tierra y mar, 750 para los Capitanes, 500 para los Tenientes, 170 para los Suboficiales y 30 libras para cada Soldado o Marinero.

6° Invasión – Año 1807

Los ingleses, anoticiados de la captura de Buenos Aires en 1806, organizan y envían un contingente militar de refuerzo, sin saber que la invasión del año anterior termino en un fracaso militar; lo que hizo que esta fuera una nueva y con intentos de lavar la imagen de la corona.
La población de Buenos Aires se entera de la presencia cercana de una importante flota inglesa, al ser invadidas las ciudades de Montevideo y Colonia.
Para fin de Junio de 1807 los ingleses tiran anclas en la Ensenada de Barragán, y el 1° de Julio comienzan a movilizarse hacia la Capital.
Los criollos intentan frenar el avance, pero son derrotados. Sin embargo, y a pesar de la angustiosa situación, los vecinos de Buenos Aires se organizan para la defensa.
Poco tiene hoy de cierto la famosa "aceite hirviendo" , pues era un articulo bastante caro por esos tiempos. Lo cierto es que los habitantes de la Buenos Aires colonial, hombres y mujeres, combatieron con sobradas muestras de valentía y decisión. El 07 de Julio de 1807, el Comandante en Jefe de las tropas Inglesas, General Juan Whitelocke, decidió firmar el tratado que ponía fin a la lucha en el Río de la Plata.
Principalmente luego de estas dos invasiones (1806 y 1807), se incrementaron los propósitos para la emancipación. Hecho que los británicos apoyaron, pues pretendían que Buenos Aires fuese un protectorado de ellos, para así poder comerciar libremente; tanto fue, que hasta prometieron su apoyo a todo intento emancipatorio del Reino de España.

7° Invasión – Año 1833

Para 1825 los ingleses continuaban haciendo de las suyas; el 02 de Febrero de ese año se firma un tratado de amistad, comercio y navegación, entre las Provincias Unidas del Río de la Plata y la Gran Bretaña. A través de este tratado éramos reconocidos como Nación independiente; y también establecía reciproca libertad de comercio, disminución de los derechos de importación y eximisión de tasas portuarias para ambas partes; libertad de conciencia para los súbditos ingleses que residían en nuestro territorio, y la abolición total de esclavos.
Realmente extraño o cipayo fue este tratado, pues la esclavitud había sido abolida en la Asamblea de 1813 y fue tan solo algo deseoso, pues al poco tiempo se firmo un decreto especial que le permitía a los ingleses continuar con la esclavitud y por otro lado, ni siquiera contábamos con barcos para poder efectuar ese libre comercio. Pese al reconocimiento como Nación soberana, el 02 de Enero de 1833, los ingleses ocupan el Puerto de Soledad, en las Islas Malvinas, a través del Capitán John Onslow.
Territorio que por el tratado de Tordesillas, correspondía a el Reino de España, y que luego por la cesión de tierras, al ser reconocida nuestra independencia, nos pasaron a pertenecer.

8° Invasión – Año 1845

Gran Bretaña, lejos de abandonar sus apetencias comerciales en América del Sur, resuelve en 1840, exigir la libre navegación de los ríos interiores argentinos para sus buques mercantes. Esto era para poder llegar a puertos como Asunción o Rosario. Para entonces se encontraba Rosas en el poder, quien sistemáticamente les negó el pedido; ante esta posición y a otras circunstancias, los ingleses y franceses, declararon el bloqueo al Puerto de Buenos Aires.
Sus objetivos eran los de obtener la libre navegación de los ríos Paraná, Uruguay y Paraguay; y el ponerse en contacto de una manera mas cómoda, con la gente de Corrientes, ya que se encontraban envueltos en una guerra contra Rosas. Enterado de esto, Rosas, mando a fortificar el paraje conocido como Vuelta de Obligado, al norte de la provincia de Buenos Aires. Varias embarcaciones unidas con cadenas, les cortarían el paso a la escuadra Anglo – Francesa, a la vez que cuatro baterías de cañones, defenderían la posición.
El 20 de Noviembre de 1845 tuvo lugar el combate. No fue una victoria, pero se les demostró a los gringos que no seria fácil efectuar lo que pretendían. Finalmente el 15 de Julio de 1847, Inglaterra levanto el bloqueo, y Francia dispuso similar medida un año después.

9° y 10° Invasión – Años 1908 y 1917

En esos años la Gran Bretaña dispuso a través de dos cartas patentes, el pescar bajo su permiso y supervisión; no solo en las aguas de las Islas Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur, sino que también en gran parte de nuestro litoral continental patagónico, llegando incluso a querer ejercer sus pretensiones sobre territorios continentales.
Salta a las claras las oscuras intenciones inglesas de no dejar de lado sus pretensiones de expansión colonial, utilizando en estas veces, el comercio como arma.
Observando un simple mapa, se comprueba el pretendido robo ingles, ya que se arrogaban como suyas las tierras y aguas al sur del paralelo 50°, y entre los meridianos 80° y 20° de longitud oeste.
Ciertamente, todo quedo sin efecto por esos años, merced a las gestiones diplomáticas. Pero también es cierto que la invasión existió en los papeles.

11° Invasión – Año 1970

Esta fue una suerte de invasión comercial a gran escala, y con funcionarios públicos argentinos, evidentemente inclinados hacia los invasores. Al menos uno de estos funcionarios, ocupo un puesto relevante durante la gestión gubernamental del Doctor Raúl R. Alfonsín.
En 1968 la firma inglesa DELTEC INTERNACIONAL y el KING RANCH, de origen estadounidense, se asocian y forman la DELTEC PANAMERICANA.
El King Ranch, llego a poseer en Venado Tuerto (Santa Fe) unas 35.000 hectáreas y en el sur de Brasil algo similar; estimándose que en 1970 ya había alcanzado un rebaño de vacunos de unas 200.000 cabezas, entre los dos países.
El asunto era adquirir la mayor cantidad de tierras en nuestra Pampa Húmeda, en el Uruguay y en el sur de Brasil; que daban como 1.400.000 Km² y un rebaño bovino de 140.000.000 de cabezas; cifra que superaba en tres veces a las existencias de Europa Occidental o de Estados Unidos, según una estadística de 1970, hecha por el Ministerio de Agricultura de Washington. Deltec Internacional era desde el año 1900, el único comprador y distribuidor de la carne argentina, a través de sus frigoríficos (testaferrados) Swift, La Blanca, Armour, y La Negra; pero la cadena de frigoríficos entre Brasil, Uruguay y Argentina llegaban a veinticinco, de los cuales diez aun subsisten, sobre todo en Brasil.
Los puertos de embarque eran siete, Bahía Blanca, Buenos Aires, La Plata, Montevideo, Paranaguá, Santos y Río Grande. En pocas palabras, el King Ranch criaba y Deltec procesaba.
Un Juez, el Doctor Salvador María Lozada, puso todo sobre la mesa, cuando en 1970 le decreto la quiebra al frigorífico Swift, por una evasión fiscal de 25.000.000 de dólares.
Hasta se refloto la vieja investigación de Lisandro de la Torre, quien enjuicio a varios funcionarios del gobierno del General Justo, entre los que estaban el Gerente del Banco Central (Raúl Prebisch) y el Director de Réditos (Enrique Malacorto), y el propio Ministro de Hacienda (Federico Pinedo), hay que destacar que fue para 1935.
Pero hacia fines de 1950, Federico Pinedo volvió a tener las riendas de la economía del país; Raúl Prebisch fue asesor de los gobiernos de Aramburu (1955) y de Alfonsín (1984); en tanto Enrique Malacorto fue el Vicepresidente del Banco Central, cuando el General Ongania estaba en el gobierno y se investigaba la evasión de divisas de Swift. Los pedidos que por entonces se le enviaban al Banco Central, solicitando informes para dilucidar la verdad acerca de la evasión, mismos que enviaba el General Ongania, se demoraban mas de la cuenta. Otra razón mas, había aparte de Malacorto, el Ministro de Economía era Adalbert Krieger Vasena, y de el dependía el Banco Central. Y en 1969, Vasena deja su puesto y ocupa la Gerencia Regional para el Area de Latinoamérica de Deltec Internacional.
Lo que hizo el Juez Losada no fue aislado, la Fuerza Aérea Argentina se opuso para que el Estado Argentino le vendiera al King Ranch, unas 80.000 hectáreas en la zona de las Islas Lechiguanas, en la Mesopotamia. Las dos acciones hicieron que el gigantesco monopolio ganadero no continuara avanzando.
Tan enorme era el poder de Deltec que en el juicio por quiebra que llevo adelante el Doctor Lozada, se pudo comprobar que en los balances de 1966, la empresa había tenido una ganancia de 2.800 millones de dólares por la venta de carnes en el mercado internacional. Para entonces la balanza comercial argentina dio un superávit de 1.593 millones de dólares en comercio exterior; es decir que el de esta empresa casi duplicaba al de nuestro país.
Era realmente un gigantesco robo lo que se le hacia a la Argentina. Hasta 1970, la carne que se vendía a Inglaterra, era sin precio fijo. La carne era subastada en Londres entre las 7.000 carnicerías de todo el país (3.700 era de Deltec) de manera tal que los precios era ajustados a sus intereses. Los fletes hacia Inglaterra, también quedaban en poder de ellos, pues se hacían en sus propios buques; los seguros se efectuaban a través del Lloyds, es decir a través de ellos. Y lo mas increíble de todo esto, es que hasta del flete interno en Inglaterra se hacia cargo Argentina.
Por entonces la tonelada de carne costaba unos 400 dólares, y a la Argentina solo retornaban 180 dólares.
Como hecho anecdótico se recuerda la veda de vientres de 1970 en nuestro país. Por la cual, para no sacrificar ganado joven, se importo carne de Finlandia, una 80.000 toneladas. Lo absurdo era que esa carne, era argentina, que Deltec había vendido a Finlandia. Por esa misma carne, Argentina había obtenido 180 dólares y ahora la compraba a 400 dólares la tonelada. Pero esto por mas cruel que sea, no deja de ser anecdótico, a pesar de todo.
Para tanto eran las apetencias de este poderoso imperio, que en Londres la revista "International Manager" , en uno de sus números de Octubre de 1970, publico una circular que Deltec dirigió a sus Gerentes de Ultramar, y en la cual se describe de una manera clara y precisa el accionar inescrupuloso y hasta desafiante que tenían.

Dice así:
"Probablemente no sea sabio enviar afuera a un Gerente con sentido moral muy firme. En muchas situaciones tendrá que buscar compromisos. En ciertos países, por ejemplo, no se pueden adelantar negocios sin comprar algunos funcionarios públicos. El Gerente que no este dispuesto a proceder así, bajo ninguna circunstancia debe ir a países donde esa es la costumbre. El Gerente ha de plegarse a las convicciones del país donde esta y en muchos el soborno no es un pecado. En algunos países hay miembros del gobierno que lo toman como una especie de recompensa en su carrera, que puede ser muy corta."
Me parece que las ideas de hace unos cuantos siglos atrás, que tenia la corona Británica, pasaron de una manera sencilla a sus súbditos, y llegaron hasta nuestros días sin mayores tropiezos.


12° Invasión – Año 1982

Tal vez 1982 sea el año que mas este presente, por estos temas, en la memoria de muchos. Para realizar esta nueva invasión, los ingleses nos llevaron a la guerra. Y como toda guerra, estuvo plagada de miserias humanas; por ella se mintió y se miente, o de ultima no se dice todo lo que se sabe. Circunstancias que llevaron a que gran parte de la sociedad argentina, pusiera el tema en el cajón de la vergüenza.
Quizás 1982 sea recordado mas por la histórica recuperación de las Islas Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur del 02 de Abril, y por la guerra subsiguiente, que por la invasión inglesa.
No es que este mal o bien, solo se que hay que recordar que parte de nuestro territorio se encuentra ocupado por otra Nación. La cual no cede un palmo ante nuestros reclamos; que solo busca su conveniencia y que en definitiva es nuestra enemiga de ayer, de hoy y hasta la de siempre, si no nos acordamos de ser argentinos.
Podría desarrollar mucho aquí, pero soy parte involucrada, un Veterano de esta mal conocida "Guerra de Malvinas", y en consecuencia seria parcial. Me movería el apasionamiento por el tema, y no es lo que pretendo; además ya hay muchos libros, revistas, videos y demás yerbas que dicen ser o tener la pura verdad de lo acontecido, y en realidad solo muestran mas de lo mismo por distinto autor. Así que tan solo voy a relatar algunos hechos, quizás conocidos por pocos, pero que bien valen la pena que se conozcan, pero será en un Capitulo aparte.

Por allí escuche a Cortez que cantaba:
"El tiempo ira trayendo la amnesia inexorable. Habrá muchas condenas y pocos responsables. Dirán que fue preciso, dirán que inevitable. Y al final como siempre, será Dios el culpable."

Cuanta razón tiene este hombre, la hipocresía esta en el orden del día.
No se puede cambiar el curso de la historia a base de cambiar los retratos colgados en la pared. Jawahartal Nehru
1889 – 1964

Trabajo enviado por:
Maldonado Horacio

jueves, 30 de mayo de 2019

Poltronieri, un héroe de la Historia Argentina

Oscar Poltronieri, el gran héroe de Malvinas que arriesgó su vida para salvar a 150 argentinos

Solo y con una ametralladora evitó el avance inglés en el monte Dos Hermanas. Fue condecorado con la Cruz al Heroico Valor en Combate.
Radio Mitre




Oscar Poltronieri es el héroe no militar más importante que tiene la Argentina. Su valor en el cerro Dos Hermanas quedó representado con la Cruz al Heroico Valor en Combate, siendo el único soldado conscripto que recibió esta distinción.

“Váyanse ustedes que tienen hijos. Yo me quedó”, gritó Poltro ante el inminente ataque inglés. Solo y con una ametralladora en el cerro Dos Hermanas, combatió durante horas a los británicos y le salvó la vida a más de ciento cincuenta compañeros.

“Adelante nuestro estaba el regimiento 4 de Corrientes. Al costado teníamos al Regimiento de Infantería 7 de La Plata“, recuerda Poltronieri respecto del día que desembarcaron los ingleses en la zona donde se encontraba su regimiento.



“Tomaron todo a las corridas. Los gurkas mataron a un montón del regimiento 4 de Corrientes. Y a nosotros nos rodearon. Yo en el monte. Cuando los veo, serían las cinco o las seis de la mañana. Allí matan a tres o cuatro de los soldados nuestros, todos cerca mío: a uno que tiran un morterazo que cae cerca mío y una esquirla le vuela la tapa de la rodilla, limpita, y se desangra. Cuando llega al hospital de Puerto Argentino llega desangrado. A otro una esquirla le da en la espalda. Y a otro que trepa un poco el monte para montar la ametralladora también lo bajan con una ráfaga de ametralladora. Ese era Ramón, que era amigo mío. Si lo habían matado a él me iban a matar a mí también, ¿por qué me iba a salvar?“, recuerda con crudeza esa fatídica mañana del 11 de junio de 1982.

La superioridad de los británicos significaba un claro boleto de muerte para las tropas que se encontraban en el cerro. El coronel Augusto Esteban Vilgré no dudó en dar la orden de retirada, pero Poltronieri lo desobedeció y resistió solo para permitir el escape de sus compañeros.

“A mí me dio como un ataque de locura y empecé a sacudirles con la MAG, que es una ametralladora pesada. Mi abastecedor estaba cansado de ponerle las cintas de balas a la MAG, pero yo seguía tirando. Eran como las nueve de la mañana. Las balas me pasaban cerquita: a las trazantes se las veía clarito. El subteniente me decía: “Vámonos Poltronieri, que te van a matar…” Pero yo le decía que se fueran ellos. Porque yo sabía que el sargento Echeverría había tenido familia en esos días. Entonces les dije: Váyanse ustedes que tienen hijos, que tienen familia. Yo no tengo a nadie”, recordó hace algunos años en una entrevista con el diario Clarín.


En su regreso de Malvinas, Poltronieri formó una familia

La educación de Poltronieri era por demás escasa. Llegó a Malvinas como un soldado analfabeto, pero su falta de instrucción no era un motivo que le impidiera no distinguir la importancia que tenía esa guerra. Tres días más tarde de su feroz resistencia se firmó la rendición en Puerto Argentino.

“Llegué a la tarde adonde estaba el batallón de Infantería de Marina 5. Les pregunté si sabían dónde estaba el 6 de Mercedes, porque yo quería juntarme con los míos”, recuerda luego de la resistencia que ofreció en el cerro Dos Hermanas. “Me dijeron que cerca del cementerio, que era el punto de reunión. Cuando me vieron no lo podían creer: me habían dado por muerto. Allí me enteré de que se habían rendido a las diez de la mañana. Y recién como a las tres de la tarde nosotros habíamos dejado de combatir. Cuando vimos la bandera blanca colgada en el mástil, la mayoría nos largamos a llorar”.