sábado, 18 de agosto de 2018
jueves, 16 de agosto de 2018
Lami Dozo: La guerra fue culpa de la ARA
Lami Dozo jura que la culpa fue de la Armada
A 28 años de la ocupación de Malvinas, el brigadier Basilio Lami Dozo, miembro de la Junta que detentaba el poder en 1982, acusa a la Marina de haber dejado solos al Ejército y a la Fuerza Aérea y revela que al asumir junto al general Leopoldo Galtieri y el almirante Jorge Isaac Anaya, tres meses antes, desconocía la existencia de los planes para recuperar las islas.—Cuando se hace cargo del gobierno, ¿sabía del plan para recuperar las Malvinas?
—No, en ese momento mi problema era que Galtieri quería quedarse más tiempo de comandante en jefe del Ejército; entonces le dije al brigadier (Rubens) Graffigna que si él no dejaba el cargo yo no asumía. No iba a aceptar que estuviera más de tres años como comandante en jefe y presidente. O uno o lo otro. Malvinas vino enseguida.
—¿Cómo se enteró del plan?
—Galtieri me sacó el tema el 5 de enero (de 1982), después de una reunión para designar gobernadores, cuando recién se había hecho cargo de la Presidencia. Me dijo: “Hay que tratar el tema Malvinas porque la reunión de Nueva York no va”. Habíamos quedado en no hacer nada que dificultara esa negociación. Le respondí que lo tratáramos en la próxima reunión de la Junta. En el siguiente encuentro, sacó el tema enseguida.
—¿Qué le dijo?
—Le sugerí que teníamos que nombrar a un brigadier, a un general y a un almirante para que analizaran, junto con sus respectivos asesores de Estado Mayor, la utilización del poder militar para recuperar las Malvinas, los pros y los contras, y que nos entregaran un boceto. Se designó al general (Osvaldo) García, al vicealmirante (Juan José) Lombardo y al brigadier (Sigfrido) Plessl.
—¿Qué les presentaron?
—Nos entregaron el primer boceto del plan de acción el 9 de marzo.
—¿Cuáles fueron las contras que presentaron?
—Ninguna.
—¿Nunca intuyeron que la Fuerza Aérea no estaba preparada para una guerra aeromarítima?
—Si lo pensaron, en ningún momento lo escribieron. Lamentablemente, fue así.
—¿Qué planteos le hizo a Galtieri para mostrarle su oposición al desembarco?
—Le decía: “Leo, un choque bélico no, vamos a tener muchos problemas”. Pero Galtieri tenía la idea de que sin enfrentamiento no resolvía el tema Malvinas.
—¿Cómo hacían para controlarlo?
—Galtieri era un hombre con el cual se podía conversar, darle sus razones, y él las entendía. El problema era que Anaya tenía mucha influencia sobre él, porque habían sido compañeros del Liceo Militar, desde los doce años. Si íbamos a hacer una votación, era más lógico que Galtieri y Anaya votaran de la misma forma y yo en contra.
—Con la experiencia que tenía de la cuasi guerra con Chile en 1978, ¿por qué aceptó llevar adelante la recuperación de Malvinas?
—Ojalá supiera la respuesta. Traté por todos los medios de evitarla, pero hubo un momento en el que me tuve que decidir. No me pregunte por qué.
—¿Por qué ante una guerra no pudieron ponerse de acuerdo entre las tres fuerzas?
—Somos argentinos y no sabemos trabajar en conjunto. Individualmente, somos excepcionales, pero nos hacen trabajar en grupo y no nos ponemos de acuerdo.
—¿Por eso pelearon tres guerras separadas?
—Claro que sí. En Malvinas, la Armada no iba a estar mucho tiempo operando en el mar. Eso yo lo sabía porque en la cuasi guerra con Chile se demoró la iniciación de las operaciones porque ellos, a último momento, pusieron una necesidad de evitar que los submarinos chilenos actuaran en la zona de combate, porque no tenían espacio marítimo para moverse con comodidad.
—¿Cuál de las tres fuerzas estaba mejor preparada para la guerra?
—Ninguna. Lo único que tenía la Marina eran los Exocet, y eran muy pocos. El Ejército nunca estuvo preparado para Malvinas, y la Fuerza Aérea tampoco.
—Entonces, ¿por qué planear un choque bélico con Inglaterra cuando iba a ser como una pelea entre David y Goliat?
—Porque casi llegamos a un acuerdo diplomático antes del enfrentamiento con la propuesta de (el presidente del Perú, Fernando Belaunde Terry. Pero ese día hundieron el Belgrano.
—Eso fue decisivo para las negociaciones
—Sí, las tiró abajo. Habíamos decidido en una reunión de la Junta, que duró hasta medianoche, aprobar el borrador del convenio, con dos pequeñas modificaciones. Volví al Comando (de la Fuerza Aérea) y le dije al brigadier (José) Miret: “Quedate tranquilo, mañana te vas a Lima con un general y un almirante a firmar la aceptación de un proyecto de acuerdo en nombre de la Junta”. A las dos y media de la mañana, me llamó Galtieri y me dijo que teníamos problemas, me contó el tema del Belgrano y que eso había causado un gran efecto en la Armada.
—¿Qué opinó Anaya?
—Hay que reconocer que a pesar del hundimiento del Belgrano, dijo con lágrimas en los ojos en la reunión de Junta: “Sé que voy a tener problemas con mi decisión, pero hay que llegar al acuerdo”. Volvió al edificio Libertad y el almirantazgo le dijo que no.
—Después de eso, ¿la Armada hizo retornar toda la flota al continente?
—La Armada no estuvo ni 24 horas en la zona de combate.
—¿Cómo recibió eso?
—A Anaya, lo puteé de arriba abajo, fue el enfrentamiento más grande que tuve con él.
—¿Por qué tomó esa medida?
—Porque, según él, se habían descalibrado todos los instrumentos electrónicos.
—¿Tardaron toda la guerra en arreglarlos?
—No les interesaba porque les tenían miedo a los submarinos atómicos. Le dije: “Siempre supieron que estaban los submarinos nucleares ahí, qué me venís ahora con ese problema”.
—¿Potenciaron una guerra a la que después le tuvieron miedo?
—No sé. Siempre tuvieron claro lo de los submarinos, ya que si no estaban por ahí, los traían enseguida. La Armada nunca más volvió a la zona de combate. La flota de mar se fue a Puerto Belgrano y se quedó ahí.
—¿Dejaron solos al Ejército y la Fuerza Aérea?
—Sí, el Ejército estaba jugado a pleno y lo dejaron ahí.
—¿Cómo se puede encarar una guerra en forma tan improvisada?
—Anaya me dijo: “Tengo bombas que están adaptadas para lanzarlas sobre las fragatas”. Jamás nos las dio.
—Eran peor que el enemigo…
—Si para tirar el Exocet tuvimos que presionarlos al máximo...
—¿Para qué plantear una guerra así?
—No lo sé. Creo que pensaron que era un ejercicio de la Escuela Superior de Guerra.
—¿Hasta cuándo pensaba seguir?
—Hasta la última bomba. Pero si los otros dos no continuaban, no.
—Sin embargo, cuando el general Mario Benjamín Menéndez firmó la rendición, el brigadier Crespo no quiso aceptar el cese del fuego.
—Crespo no tenía que rendir a la Fuerza Aérea, el que debía hacerlo era yo. El brigadier (Luis) Castellanos habló conmigo y me dijo: “Me han dado la orden de retirarme con toda mi fuerza a la pista del aeropuerto y dejar el armamento ahí, porque está firmada la rendición”. Colgué y traté de ubicarlo a Galtieri, y él también estaba intentando encontrarme. Entonces, le ordené a Crespo: han firmado la rendición, la Fuerza no ataca hasta que yo dé la orden. Si yo no lo autorizo personalmente, la flota queda en tierra hasta nuevo aviso. No la hice replegar, la dejé en el sur.
—¿La rendición nunca la firmó?
—No, bajo ningún punto de vista. En cualquier momento, daba la orden de ir, por lo menos, a hostigarlos.
—¿Por qué no la firmó?
—Porque tenía una carta guardada por cualquier cosa.
—Pero eran ustedes solos.
—Si ellos atacaban territorio continental argentino iba a ser un problema serio, porque sabían que íbamos a defendernos y con todo.
—¿Qué sintió cuando se enteró de que el general Menéndez había firmado la rendición?
—Fue una frustración tremenda. Me dio una inmensa tristeza ver a mis pilotos desaparecer en un esfuerzo que no dio los resultados que queríamos.
—¿Qué pensó cuando la Justicia lo condenó por su participación en la Guerra de Malvinas?
—Me acordé del general (Bartolomé) Mitre, a quien enjuiciaron y condenaron a muerte por la Guerra de la Triple Alianza. Son cosas totalmente diferentes, pero dije: bueno, me tocó.
—¿Qué sintió en ese juicio?
—Una frustración y un desengaño tremendos. Una depresión.
—¿Cuándo tuvo claro que lo iban a condenar?
—Antes de empezar el juicio.
—¿Ya sabía que estaba perdido?
—Sí, la decisión política de que los tres comandantes teníamos que salir condenados ya estaba tomada.
—¿En cuál de los juicios se sintió más frustrado: en el de Malvinas o en el de las Juntas?
—En el de Malvinas.
—¿En los dos estaba seguro de que lo iban a condenar?
—Pensé que podía salir con muy poca condena en el de las Juntas, porque cuando me hice cargo del Comando en Jefe de la Fuerza Aérea ya no había lucha contra la subversión, ya había terminado. Una de las primeras medidas que tomé como jefe de Operaciones fue dejar sin efecto el sistema de la lucha antisubversiva fuera de las instalaciones, me dediqué a defender exclusivamente las unidades.
—¿Tenía miedo de que lo condenaran por los años que fue secretario general de la Fuerza?
—El secretario general se ocupaba de los temas políticos. No tenía mandos, ni medios. Pero si me hubieran querido meter, lo iban a hacer. Si llegaba a salir uno que dijera: “El brigadier Lami Dozo estaba presente una noche que me estaban torturando en tal lugar, en Mansión Seré”, ¿qué le iba a decir? Yo no sabía que existía la Mansión Seré, porque eso nació como un anexo al Casino de Oficiales, porque no daba abasto. Para mí, era un anexo del Casino de Oficiales. Después, surgió todo ese tema.
—¿Qué pensó cuando leían el fallo?
—La mano venía pesada. Pero a mí me habían avisado que Graffigna y yo estábamos absueltos. Y dije: si él está absuelto, yo con más razón, porque vine después. El juicio que más me preocupaba a mí era el de las Juntas, porque ahí podía venir una condena a cadena perpetua seguro, pero hicieron una separación.
—Perú fue una de las grandes ayudas que tuvo la Argentina durante la guerra. ¿Qué sintió cuando se enteró del tráfico de armas a Ecuador en 1995?
—Tenía ganas de agarrarlo a chirolita o al califa, como yo le digo (a Carlos Menem) y hacerlo mierda. ¿Cómo puede hacer eso con Ecuador cuando Perú había sido el que nos había ayudado a muerte? Si a los peruanos les hubiera dicho que mandaran una fuerza terrestre a luchar en Malvinas, la enviaban. Ellos se pusieron totalmente a nuestra disposición. Me agarré una bronca tan grande... Sé qué hablaron con nuestro agregado militar en Lima y le dijeron: “¿Cómo nos hacen esto después de lo que hicimos por ustedes en Malvinas?”.
martes, 14 de agosto de 2018
Reportaje al piloto de Dagger, Brig. Rubén Dimeglio (FAA)
Reportaje al Capitán Rubén Norberto Dimeglio (FAA), piloto de Dagger
Excelente reportaje a Ruben Norberto Dimeglio realizado por el programa Radial Malvinas Turba y Arena, donde cuenta su historia como piloto, las misiones y funciones llevadas a cabo, las Ordenes Operacionales cumplidas tanto por los pilotos como por todo el personal de apoyo de las bases, y el personal de custodio de las mismas pertenecientes al Ejercito Argentino. Una reclamación final donde expresa el Brigadier(R) Dimeglio que es incomprensible que no estemos legítimamente reconocidos con todos los derechos. 2 horas imperdibles de HISTORIAS DE VIVENCIAS DE LA GUERRA, EN LA ZONA DE DESPLIEGUE CONTINENTAL , al TOAS ( Teatro de Operaciones Atlantico Sur)!!!
domingo, 12 de agosto de 2018
Versión británico-chilena del ataque al HMS Invincible (Parte 2/2)
El ataque a la Task Force del 30 de mayo de 1982
Una visión exclusivamente británica de los acontecimientosHMS Invincible: Versión británica del ataque
Parte 1 | Parte 2V.-
En el Invincible, acababan de posarse dos helicópteros Sea King del 820 Naval Air Squadron que, en configuración antisubmarina, habían sido desplegados el día anterior al RFA Tidepool (un buque tanque) para brindarle protección (54), cuando se anunció el ataque aéreo.A popa del buque, el Lt. (Teniente de Navío) C. H. Cantan se encontraba en alerta 5 minutos dentro del Sea Harrier XZ495/003 (801 Naval Air Squadron) (55). El avión tenía su carga habitual de 2 misiles aire-aire Sidewinder modelo “L”, dos cañones Aden de 30 mm y dos tanques de combustible completos.En ese momento, se le dio la orden de decolar, poniendo rumbo 220º a 1500 pies.
A poco de ello, el piloto vió una estela, que consideró era de un misil a baja altura, con rumbo NE, así como detectó al Sur, en su radar Blue Fox y por breves momentos, a un contacto aéreo distante a 12 millas náuticas. Poniendo proa al mismo, fue iluminado de imprevisto por un radar 909 de control tiro (posiblemente del Exeter) lo cual lo obligó a evadir y alertar por diversos canales su presencia. Poco después, superado el susto, se le indicó que cancelara su tarea, en tanto los contactos se abrían hacia el Oeste a una velocidad tal que no hacía razonable la persecución.
Se posicionó, entonces, para una Patrulla Aérea de Combate al Sur Oeste de la fuerza, volando en total 1 hora 20 minutos y luego regresando al portaaviones. Por otra parte, el Flight Lt (Primer Teniente) Ian Mortimer, asignado también al 801 NAS, había despegado del portaaviones a las 1635z para una patrulla aérea de combate en las cercanías de la capital, donde no había tenido contactos pero si recibido fuego (inefectivo) desde tierra (56).
Encontrándose en camino de regreso, fue informado por el controlador aéreo de la alerta roja por posible ataque de Exocet, siendo vectoreado al 130° por la presencia de un contacto a 45 millas náuticas de su posición. El mismo se perdió, pero fue readquirido muy brevemente por el portaaviones, indicando que se encontraba entonces a 27 millas (57). El Primer Teniente Mortimer investigó, acercándose hasta 10 millas de la posición, para apontar a las 1750z, ya finalizada la alarma (58). Vale aclarar, también, que a las 1719z, una pareja de Sea Harriers (del 800 NAS) había sido lanzada desde el Hermes (59).
Según el controlador aéreo del Invincible, el Lt. (Teniente de Navío) P. G. King, estuvieron muy cerca ese día:
“El 30 de mayo estuvimos cerca de interceptar a los Super Etendard – posiblemente la experiencia más estimulante que viví, tratando de agarrarlos con dos Sea Harrier (60). Cuando los incursores se retiraban, el Lynx asustado por el primer misil se recuperaba:Un poco sobresaltados nos dimos cuenta que, de repente, no se escuchaba nada en la radio. Al Norte, pude ver un buque con mucho humo y algo como explosiones. Fuimos a investigar. Era el Exeter, el humo de sus chimeneas y el reflejo del sol sobre sus radares”.
VI.-
Mientras tanto, el Exocet había penetrado la cortina exterior, pasando presuntamente primero a estribor y cerca de la popa del Avenger (sin ser observado visualmente por nadie allí) y luego por las inmediaciones del Exeter.
La Andromeda, en el camino del Exocet, adquirió al misil en su radar 967 y, con el misil en acercamiento y a unas 10 millas náuticas, fue tomado por el radar 910 de control tiro del Sea Wolf (62).
Todas las unidades de defensa, prácticamente, estimaban que el misil se había enganchado y venía hacia ellos.
Así, dentro del Glamorgan, según Ian Inskip, oficial en el puente del buque:
Un (helicóptero) Lynx informó un rastro de humo viniendo en nuestra dirección e incrementamos nuestra velocidad y enfilamos hacia la amenaza. Estimando la inclinación y alcance del misil, determiné que en su curso normal pasaría a cerca de media milla de distancia, pero esto aún estaba en la visión de la cabeza buscadora del misil. Si nos detectaba, viraría hacia nosotros y posiblemente impactara. Cortando el viento, una vez más éramos la escolta prescindible protegiendo las unidades de mayor valor (63).
El Glamorgan efectuó disparos de cañón hacia donde se esperaba al misil, sumando desconcierto (64). El Cardiff también hizo algunos disparos, con armas menores, hacia fogonazos en el horizonte, que luego se determinó eran los misiles lanzados por el Exeter. A las 1737 y 30 segundos fue detectado humo por un observador en la HMS Ambuscade y, luego, una explosión en el agua, estimándose (teniendo en cuenta también lo informado por el radar del mismo buque) que el hecho ocurrió a 7,8 millas náuticas de la fragata (65). En ese momento, también fue perdido el contacto del misil por la Andromeda.
VII.-
En aquellos confusos momentos, la situación no era muy distinta en el Invincible, que navegaba ya en rumbo 060º (66). El Petty Officer (Suboficial Segundo) Rod Fearnley, en la cubierta de vuelo del portaaviones, recuerda haber buscado protección frente a un impacto; el ataque, que sucedía fuera de su alcance visual, era relatado (pareciera sin mucha precisión) por los altavoces del buque. Anotó en su diario pasados los acontecimientos:
“Mucho frío. Lluvia y aguanieve. El buque estuvo en alerta por ataques de Super Etendard a las 1830 y 2230. Durante el primer ataque, el Exeter derribó a los misiles enemigos ¡Bien por él! La Ambuscade asustó a los demás. Nosotros solo lanzamos chaff D (67)”.
Otro tripulante, el Warrant Officer (Suboficial Mayor) Nicholas Lutwyche estaba a cargo de una de las ametralladoras (GPMG) que servían improvisadamente a la defensa inmediata del buque.Con mil disparos listos, ubicado en la banda de babor y a proa (cerca de la planta generadora de oxígeno líquido) esperó pacientemente que se acercara algún blanco, pero no divisó a ninguno (68).
VIII.-
Minutos más tarde, el Wessex V puso proa al sitio de la explosión del segundo Skyhwak (muy cerca de la Avenger), detectando el agua marina teñida de turquesa y restos flotando en el agua (69). Desde el Lynx de la Andromeda se pudo divisar también el agua coloreada y restos de un asiento eyector sumergiéndose lentamente (70). Un suboficial en el Wessex bajó un gancho de salvamento y tomó una pequeña balsa de una plaza, repleta de agujeros. También, desde el Avenger, se bajó un bote, que recuperó una pequeña pieza de un avión y una parte de un cuerpo. Creo que estaba en un chaleco salvavidas o similar. Me parece que también el Wessex recuperó algo (71).
IX.-
Los reportes de derribos, inmediatamente luego del ataque, fueron confusos. El Exeter se adjudicó el derribo de un Super Etendard, así como otro contacto aéreo de características indeterminadas (72) A su vez, el Avenger se anotó un Exocet (73) y, poco más tarde, también reclamó un A-4 (74).
Días más tarde, el comando de la flota determinó que el ataque había sido quizá efectuado por uno o dos Super Etendard, acompañados por tres o cuatro Skyhawks (75), y que posiblemente el Exeter, con sus Sea Dart, había impactado a los dos A-4. El comandante del Exeter, asimismo, en una nueva evaluación de los hechos, consideró que, con un 100 % de seguridad, su buque había derribado a los dos A-4 (76).También, se señaló que un Exocet ingresó a los anillos interiores de defensa, y que otro segundo posiblemente no salió de su lanzador, no pudo volar o siguió en tandem al primero (77).
Pero, con el análisis de aeronaves involucradas del tipo A-4 (que conocemos fueron cuatro), se presenta como una contradicción que el Exeter reclamara un segundo derribo a las 1734z y 30 segundos, cuando el Avenger señaló ser atacado por tres aeronaves a las 1737z. Asimismo, se estimó que el Exocet lanzado tuvo un recorrido de 64 km, si se toma una línea recta entre la detección del lanzamiento y donde cayó al agua (es decir, mayor si se tiene en cuenta cualquier giro del misil). Dicha distancia está muy por encima del alcance máximo del arma, si es lanzada a baja cota (alrededor de 50 km).
X.-
El ataque del 30 de mayo de 1982 tomó a los británicos enteramente por sorpresa. Según el comandante de la flota, “
Como misión de ataque, no estaba mal pensada, aún cuando requería desviarse demasiado” (78). Y el comandante del Invincible (J.J. Black) consideró, por su parte que los argentinos:
“Intentaron un plan ingenioso, que casi resultó exitoso” (79)
Según el CO del Exeter, Hugh Balfour:
“Hicieron una misión remarcable, volaron millas y millas desde Argentina, se reaprovisionaron varias veces en esos aviones con solo un tripulante...realmente una operación excepcional, eficiente y muy excitante. Tengo gran respeto a los argentinos por lo que hicieron; una gran operación para los estándares de cualquiera. Fue muy valiente (80).
Para la Fuerza de Tareas Británica, desde la detección inicial de voces en HF, hasta el egreso de los Skyhawk, todo había durado escasos siete minutos. El éxito en repeler el ataque, se consideró, se debió al lanzamiento de chaff, así como la rápida maniobra de los buques, en mostrar su proa o popa al misil, para minimizar el blanco (81).
Como lección, se entendió que el lanzamiento de chaff se debía efectuar a la brevedad de detectado cualquier radar Agave.
XI-
Habiendo pasadas escasas horas, quedaba claro (a las fuerzas británicas) que el ataque a la flota, había tenido como principales protagonistas al destructor HMS Exeter y a la fragata HMS Avenger. Por ello, en forma clara, el oficial de guardia de Invincible anotó en la parte reservada para el resumen del día “Ataque por Super Etendard – sin daños” (82), el del Exeter “Turnos de Defensa en la ZET. Grupo atacado por Super Etendard” (83) y el del Avenger, solamente “Turnos de defensa – Operación Corporate” (84). Casi inmediatamente, se radió a los submarinos en el teatro que “Cuatro aviones habían atacado y errado al Invincible, de los cuales dos habían sido derribados” (85). Y, por último, se elevó un informe al Cuartel General, que informó al Gabinete y este al Parlamento Británico, que “se había producido un ataque no exitoso al HMS Invincible el 30 de mayo, por parte de aviones argentinos Super Etendard equipados con Exocet” (86) Entonces, lo único que quedaba claro, era que a nadie le quedaba claro que había pasado con el ataque al Invincible.
Referencias
1)- Sciaroni (2012:59-73).2)- Arancibia Clavel y De la Maza Cave (2003:354).
3)- La operación “Shutter” se desarrolló desde fines de mayo a principios de junio y consistía en reportar los despegues desde Río Grande, Río Gallegos y Comodoro Rivadavia. No queda claro que fuerza en el terreno reportaba esos avistajes (ver An examination of Argentine air effort during the Falklands Campaignen DEFE 58/273)
4)- El Valiant, ese 30 de mayo detectó un contacto sonar clasificado como posible lancha rápida TNC 45, en una caleta al norte de Isla de los Estados. Clasificó además cuatro contactos aire, según sus (limitados) medios MAE, a saber: un Hércules, un Dagger, un Bandeirante y un Tracker. La meteorología debía ser mala ese día, ya que ningún contacto pudo ser corroborado visualmente. Ver Le Marchand, T. (HMS Valiant) Report of Proceedings.
5)- Le Marchand, T. (HMS Valiant) Report of Proceedings.
6)- HMS Invincible Falklands Islands Campaign Diary (DEFE 69/844).
7)- Ver HMS Invincible ship log. Las bitácoras, los informes de los ataques y otros documentos oficiales fueron desclasificados por el Reino Unido el último día hábil del año 2012. Algunos de ellos resultan de libre consulta en los National Archives, en Kew, Inglaterra y otros todavía están siendo liberados, paulatinamente, a través de dicha institución. El diario de guerra del Invincible y de los 801 y 820 NAS fueron especialmente cedidos por el Ministerio de Defensa británico para este ensayo.
8)- Memorando a Margaret Thatcher del Ministerio de Defensa (“Exocet Attack, 25th May”).
9)- Johnson, A. (HMS Onyx) Report of Proceedings.
10)- Operation Corporate – Analysis of Exocet firing 30 May 82. El documento está fechado el 8 de junio de 1982 y firmado por el Almirante John Fieldhouse, como comandante de la Fuerza de Tareas y Comandante en Jefe de la Flota.
11)- McManners (2007:184).
12)- McManners (2007:184).
13)- Woodward y Robinson (2012:430).
14)- Brown (1989:255)
15)- Teniendo en cuenta que resulta el presente un análisis desde la perspectiva británica, todos los tiempos serán los utilizados por la flota, calculados en hora Z (“Zulu”), tres horas más que hora argentina.
16)- Friedman (2006:393).
17)- HMS Invincible ship log, HMS Avenger ship log, HMS Exeter ship log y HMS Hermes ship log. Todas las bitácoras manifiestan que la alarma se recibió también a las 1730z, menos la del Invincible que indica 1731z.
18)- Email de Larry Jeram Croft, 10 de febrero de 2014.
19)- Friedman (1997:522).
20)- Email de Larry Jeram Croft, 10 de febrero de 2014.
21)- Woodward y Robinson (2012:430).
22)- Operation Corporate – Analysis of Exocet firing 30 May 82.
23)- Email de Ken Griffiths, 11 de febrero de 2014.
24)- La palabra clave Zippo alerta a las unidades que un ataque con misiles es inminente, o se encuentra en progreso. UNO: misil detectado a corta distancia; DOS: misil lanzado desde superficie o de submarino detectado a larga distancia; TRES: misil lanzado desde avión detectado a larga distancia; CUATRO: ataque con misiles inminente.
25)- Evans (2007).
26)- Report of Captain Salt, Loss of HMS Sheffield, Board of Inquiry. Annex C.
27)- Operation Corporate – Analysis of Exocet firing 30 May 82.
28)- Operation Corporate – Analysis of Exocet firing 30 May 82.
29)- Woodward y Robinson (2012:429).
30)- Middlebrook (1988:287).
31)- Brown (1989:255).
32)- Email de Tony Bolingbroke, 11 de febrero de 2014.
33)- Middlebrook (1988:287).
34)- Email de Tony Bolingbroke, 11 de febrero de 2014.
35)- Operation Corporate – Analysis of Exocet firing 30 May 82.
36)- Middlebrook (1988:287).
37)- Operation Corporate – Analysis of Exocet firing 30 May 82.
38)- Email de Ken Griffiths, 11 de febrero de 2014.
39)- Operation Corporate – Analysis of Exocet firing 30 May 82.
40)- Operation Corporate – Analysis of Exocet firing 30 May 82.
41)- Email de Larry Jeram Croft, 6 de febrero de 2014.
42)- Balfour (1994).
43)- Balfour (2009).
44)- Email de Tony Bolingbroke, 11 de febrero de 2014.
45)- McManners (1986).
46)- Balfour (2009).
47)- Middlebrook (1988:287).
48)- Operation Corporate – Analysis of Exocet firing 30 May 82.
49)- Email de Tony Bolingbroke, 11 de febrero de 2014.
50)- Email de Tony Bolingbroke, 1º de octubre de 2012.
51)- Middlebrook (1988:287).
52)- Balfour (1994).
53)- Email de Ken Griffiths, 17 de febrero de 2014.
54)- Op Corporate Falklands Conflict, 820 Naval Air Squadron, HMS Invincible flight report (DEFE 69/838).
55)-Entrevista telefónica con C. H. Cantan, 28 de marzo de 2014. La información suministrada coincide con los registros del Op Corporate Falklands Conflict 801 Squadron Operational Diary (DEFE 69/1085).
56)- Op Corporate Falklands Conflict 801 Squadron Operational Diary (DEFE 69/1085).
57)- Op Corporate Falklands Conflict 801 Squadron Operational Diary (DEFE 69/1085).
58)- El Flight Lt Mortimer fue derribado dos días después por un misil Roland, en las cercanías de Puerto Argentino.
59)- HMS Hermes ship log. A las 1747z, asimismo, fueron lanzados desde el mismo buque dos Sea Harrier y 2 Harrier Gr3 de la RAF.
60)- King (1983:112).
61)- Email de Larry Jeram Croft, 6 de febrero de 2014.
62)- Email de Larry Jeram Croft, 10 de febrero de 2014.
63)- Inskip (2012:129).
64)- Inskip (2012:129).
65)- Operation Corporate – Analysis of Exocet firing 30 May 82.
66)- HMS Invincible ship log.
67)- Email de Rod Fearnley, 14 de febrero de 2014.
68)- Email de Nycholas Lutwyche, 13 de mayo de 2014.
69)- Benson (2012:213)
70)- Email de Larry Jeram Croft, 6 de febrero de 2014.
71)- Email de Tony Bolingbroke, 12 de febrero de 2014.
72)- HMS Exeter ship log.
73)- HMS Avenger ship log.
74)- Email de Tony Bolingbroke, 12 de febrero de 2014.
75)- Operation Corporate – Analysis of Exocet firing 30 May 82.
76)- Balfour (1994).
77)- Operation Corporate – Analysis of Exocet firing 30 May 82.
78)- Woodward y Robinson (2012:429-30).
79)- McManners (2007:184).
80)- Balfour (1994).
81)- Operation Corporate – Analysis of Exocet firing 30 May 82.
82)- HMS Invincible ship log.
83)- HMS Exeter ship log.
84)- HMS Avenger ship log.
85)- Diario de un oficial submarinista británico, tripulante del HMS Conqueror. En copia en poder del autor, recibido en forma directa de quien lo escribió.
86)- South Atlantic Presentation Unit (82) 30 en Thatcher MSS (Churchill Archive Centre).
Bibliografía de referencia Publicaciones Arancibia Clavel, P. y De la Maza Cave, I. (2003).
Matthei, mi testimonio, Santiago de Chile: Editorial Random House.
Balfour, H. Exeter Antigua to the Falklands, 2009, http://www.hms-exeter.co.uk/Falk_82_1.html [Recuperada: lunes, 5 de mayo de 2014]
Balfour, H. (1994). IWM Interview, (grabación de audio), Londres: Imperial War Museum, Número de catalogo 14596.
Benson, H. (2012). Scram!, Londres: Random House.
Brown, D. (1989). The Royal Navy and the Falklands War, Londres: Arrow Edition.
Evans, M. (2007) “Legal fears left Atlantic Conveyor defenceless”,
Diario The Times, Edición del 11 de diciembre.
Friedman, N. (2006). The Naval Institute guide to world naval weapon systems – Fifth Edition, Annapolis: Naval Institute Press.
Inskip, I. (2012). Ordeal by Exocet: HMS Glamorgan and the Falklands War, Londres: Frontline Books.
King, P.G. (1983). “HMS Invincible: some individual recollections”,
The Naval Review, Londres: The Naval Review, Año LXXI, Nro. 2, Abril, 108-118.
McManners, H. (1986). “Avenger”, Revista Cuerpos de Elite, Barcelona: Planeta - De Agostini, Nro. 97.
McManners, H. (2007). Forgotten Voices of the Falklands, Londres: Ebury Press.
Middlebrook, M. (1988). Task Force. The Falklands War 1982, Londres: Penguin Books.
Sciaroni, M. (2012). “Alerta temprana desde submarinos. La experiencia de la Royal Navy en Malvinas 1982”, Revista de la Escuela de Guerra Naval, Buenos Aires: Escuela de Guerra Naval, Año XLII, Nro. 58, Octubre, 59-73.
Woodward, J. F. y Robinson, P. (2012). One Hundred Days, Londres: Harper Collins Publishers.
Documentos oficiales británicos
Bitácoras:
HMS Invincible ship log (ADM 53/189407); HMS Hermes ship log (ADM 53/189351); HMS Avenger ship log (ADM 53/190138) y HMS Exeter ship log (ADM 53/189189).
Informes de operaciones:
Exocet Attack, 25th May (PREM 19/650).
Operation Corporate – Analysis of Exocet firing 30 May 82 (DEFE 58/273).
Op Corporate Falklands Conflict, 820 Naval Air Squadron, HMS Invincible flight report (DEFE 69/838).
HMS Invincible Falklands Islands Campaign Diary (DEFE 69/844).
Op Corporate Falklands Conflict 801 Squadron Operational Diary (DEFE 69/1085).
An examination of Argentine air effort during the Falklands Campaign/Operational Research Branch report (DEFE 58/273).
Report of Captain Salt, Loss of HMS Sheffield, Board of Inquiry. Annex C (Naval Historic Branch).
South Atlantic Presentation Unit (82) 30 (Thatcher MSS -Churchill Archive Centre: THCR 2/6/2/163).
HMS Onyx, Report of Proceedings
HMS Valiant, Report of Proceedings (Naval Service FOI Coordination Cell – request 10-12-2010-101254-002)
Todos los documentos se encuentran en los National Archives británicos (en Kew), salvo aclaración en contrario.
Entrevistas
Teniente de Navío Larry Jeram Croft 815 NAS (HMS Andromeda)
Cabo Segundo Kenneth Griffiths HMS Cardiff
Capitán de Corbeta Tony Bolingbroke HMS Avenger
Teniente de Navío Charles Cantan 801 NAS (HMS Invincible)
Suboficial Segundo Rod Fearnley HMS Invincible
Suboficial Mayor Nicholas Lutwyche HMS Invincible
Fuente: ACCIONES AERÉAS EN EL CONFLICTO DEL ATLÁNTICO SUR 1971-1982.
Buenos Aires 8, 9 y 10 de septiembre de 2014.
ACTAS DEL III CONGRESO INTERNACIONAL DE HISTORIA AERONÁUTICA MILITAR ARGENTINA “ACCIONES AÉREAS EN EL
CONFLICTO DEL ATLÁNTICO SUR, 1971-1982”.
miércoles, 8 de agosto de 2018
Protección del atún en la pesca en Malvinas... que conviene a UK
Malvinas y el Atlántico Sur no valen un atún (Dr. César Augusto Lerena)
El 15 de junio de 2018 el P.E.N. y promovido po el Canciller Jorge Marcelo Faurie, envió al Senado de la Nación un proyecto (15/6/18 -PE/176/18 Mensaje Nº 85 2018) con el objeto de que Congreso de la Nación apruebe el Convenio Internacional para la Conservación del Atún en el Atlántico Sur), con “el ingenuo interés” del gobierno argentino de preservar una especie que Argentina no tiene en su Zona Económica Argentina y, cuyo Convenio, ya fue aprobado por 51 Naciones y el Reino Unido de Gran Bretaña.
Aunque el Mensaje enviado por la Cancillería, tratado hace unos días en la reunión de asesores de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, incluye un párrafo que expresa que «La Zona del Convenio, abarca todas las aguas del Océano Atlántico, incluyendo los Mares adyacentes excepto en el mar territorial y otras aguas en las que un Estado tenga derecho a ejercer jurisdicción. Es decir, la “Zona del Convenio”, dice la Cancillería, comprende las aguas más allá de jurisdicción nacional, excluyendo el mar territorial y la Zona Económica Exclusiva de los Estados, de acuerdo al derecho internacional».
Esta afirmación no se ajusta a lo indicado en el Artículo I del Convenio que, claramente indica: «La zona a la que se aplicará el presente Convenio, en los sucesivo denominada “Zona del Convenio”, abarcará todas las aguas del Océano Atlántico, incluyendo los Mares adyacentes», es decir, incluyendo el Mar Territorial, la zona contigua y la Zona Económica Exclusiva Argentina.
Los alcances que la Cancillería Argentina dan a este Convenio no se ajustan a lo preceptuado en este, amén de que la Ley que se propicia deja librado al P.E.N. los recaudos necesarios para salvaguardar la posición soberana de Argentina respecto a la ocupación ilegal del Reino Unido de Gran Bretaña sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los 1,6 millones de kilómetros cuadrados de mar argentino ocupados en forma prepotente por ese Reino.
Los argumentos utilizados en el mensaje, como las respuestas dadas a preguntas de la Comisión del Senado, respecto a contribuir a la preservación del atún, son al menos erróneas porque en el Atlántico Sudoccidental de jurisdicción argentina no hay poblaciones significativas de Atún. Y, por otro lado, el referido Convenio no se limita a la preservación de atún, sino que también alcanza, según expresa el artículo IV del Convenio a “especies afines” (que incluiría nuestra caballa y otras) y amplía más aún su alcance cuando refiere en ese mismo artículo a “otras especies explotadas en las pesquerías de túnidos”.
Es además un error técnico pretender limitar a un espacio las capturas de los túnidos (Thunnus), porque estas especies son altamente migratorias, que se trasladan decenas de kilómetros por día en recorridos que duran meses; por eso que este Convenio no limita su alcance como nos pretende hacer creer el mensaje de la Cancillería.
Si unimos estas cuestiones, apreciaremos, que la Comisión que crea este Convenio, donde las decisiones de toman por simple mayoría de votos (Artículo III, inciso 3) y, si adherimos a este Convenio, estaríamos aceptando un poder supranacional sobre nuestro territorio y respecto a la explotación de nuestros recursos. Dicho esto, corresponde precisar:
1) No se entiende a que efecto la Argentina debería acordar la captura del atún en el área del mar argentino del atlántico sudoccidental que es de absoluta competencia de nuestro país conforme lo establece la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (Ley 24.543), que en su Artículo 56 (Derechos, jurisdicción y deberes del Estado ribereño en la zona económica exclusiva): establece: “1. En la zona económica exclusiva, el Estado ribereño tiene: a) Derechos de soberanía para los fines de exploración y explotación, conservación y administración de los recursos naturales, tanto vivos como no vivos, de las aguas suprayacentes al lecho y del lecho y el subsuelo del mar, y con respecto a otras actividades con miras a la exploración y explotación económicas de la zona, tal como la producción de energía derivada del agua, de las corrientes y de los vientos” y el Artículo 61 (Conservación de los recursos vivos) que establece: “1. El Estado ribereño determinará la captura permisible de los recursos vivos en su zona económica exclusiva”, y s.s. y, el Régimen Federal de Pesca (Ley 24.922 y modificatoria) que regula la pesca marítima en la Z.E.E., la zona contigua y el mar territorial argentino.
2) No corresponde, respecto al Océano Atlántico Sur (Altamar) más allá de las 200 millas marinas de la ZEE Argentina la aplicación de este Convenio Internacional, sino el cuidado de los recursos pesqueros debe hacerse en el marco de la Convención de las Naciones Unidades sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR), ya que en el tratamiento respecto al cuidado y sostenibilidad del atún, pueden verse afectadas otras especies que forman parte del conjunto del ecosistema y consecuentemente afectar el equilibrio biológico y las capturas máximas sostenibles o permisibles establecidas anualmente por el país ribereño (la Argentina).
3) Respecto al artículo I del Convenio, el mismo refiere al “Océano Atlántico y mares adyacentes” lo cual es absolutamente improcedente, ya que como puede verse en la cartografía oficial el mar adyacente del Océano Atlántico Sur, no es otra cosa que el mar argentino y su ZEE hasta las doscientas millas marinas y, la Ley 24.922 (Régimen Federal de Pesca), no solo establece la administración argentina de los recursos pesqueros en la ZEE, sino que incluso regula la captura de las especies transzonales, migratorias y asociadas, como establece el artículo 4º de la ley 24.922 y la Ley 24.543 (CONVEMAR) Artículo 2º, donde el gobierno argentino ya dejó claro que “teniendo presente su interés prioritario en la conservación de los recursos que se encuentran en su ZEE y en el área de alta mar adyacente a ella, considera que de acuerdo con las disposiciones de la Convención cuando la misma población o poblaciones de especies asociadas se encuentren en la ZEE y en el área de alta mar adyacente a ella, la República Argentina, como estado ribereño, y los estados que pesquen esas poblaciones en el área adyacente a su ZEE deben acordar las medidas necesarias para la conservación de esas poblaciones o especies asociadas en el alta mar. Independientemente de ello, el gobierno argentino interpreta que, para cumplir con la obligación que establece la Convención sobre preservación de los recursos vivos en su zona económica exclusiva y en el área adyacente a ella, está facultado para adoptar, de conformidad con el derecho internacional, todas las medidas que considere necesarias a tal fin" y, la Argentina, ya lo ha hecho, como dijimos en el referido artículo 4º de la Ley 24.922.
4) Carece, también, de toda razonabilidad este “Convenio Internacional” porque la Argentina no dispone de un volumen significativo de túnidos (de hecho, no figura en las estadísticas anuales de la Subsecretaría de Pesca de la Nación), a no ser que la comunidad internacional considere expresamente -cosa que no ha hecho hasta la fecha y tampoco lo considera así el artículo IV de este Convenio- al Atlantic Bonito (Sarda sarda) una especie de la familia de los túnidos. Aun así, no correspondería suscribir este Convenio por cuanto: a) Las capturas del Atlantic Bonito en las últimas décadas son insignificantes, habiendo alcanzado en el 2016 a las 171 toneladas y, b) La Argentina no comparte sus recursos pesqueros con ningún otro país, a excepción de la República Oriental del Uruguay, para lo cual ya acordó la administración de estos recursos en la “Zona Común” mediante el Tratado del Río de la Plata y su Frente Marítimo suscripto entre ambos gobiernos en 1973. Obviamente, cuando nos referimos a que no comparte recursos con otro país, no tenemos en cuenta la ocupación prepotente del Reino Unido de Gran Bretaña que ocupa ilegalmente 1.639.900 km2 del territorio marítimo argentino y no solo los 11.410 km2 de Malvinas. Y ello ocurre, como consecuencia de la ocupación de facto de 200 millas marinas -unos 438.000 km2- alrededor de Malvinas y otras tantas millas alrededor de Georgias del Sur y Sándwich del Sur . Se agregan a ello 1.900 Km2 ocupados en forma prepotente al noroeste de Malvinas -el GAP o brecha marítima- una importante área de calamar y, más de 1 millón de km2 declarados “reserva ecológica” en forma unilateral por Gran Bretaña y, donde, por lo tanto, se nos impide el ejercicio de nuestros derechos soberanos. Además de ello, el Reino Unido reclama ilegalmente derechos sobre la plataforma continental argentina y la Antártida.
5) Acordar entonces, la preservación de “los túnidos” con terceros países (con la excepción de Uruguay) carece de todo interés para la Argentina y, respecto a lo que la Cancillería en nota denomina “especies afines” que se encuentran en el Atlántico Sur, es de tal generalidad, que alcanza, como indica el Artículo IV a la “Caballa” y a las “especies explotadas en las pesquerías de túnidos”, es decir “todas”, lo cual resulta técnica y políticamente inaceptable, ya que la Argentina respecto a “todas las especies de peces, moluscos y crustáceos” como hemos dicho, se rige por el Régimen Federal de Pesca vigente (Ley 24.922), según artículos 1º a 5º y ss. respecto a la conservación de las especies pesqueras de Z.E.E. y aún más allá, sobre las especies transzonales, migratorias y asociadas como establece el artículo 4º de la referida ley. Delegar en una Comisión integrada por terceros países sería -a mi juicio- delegar la soberanía territorial y alimentaria de la Nación.
6) Lo mismo respecto al término inadecuado, insuficiente y técnicamente objetable, que usa la Cancillería Argentina en la citada nota, al referirse a “capturas máximas continuas” (copiado del Preámbulo del Convenio en cuestión) por cuento la Ley 24.922 en su artículo 7º y otros refiere a la “Captura Máxima Permisible”. El término “continuo” no garantiza la sustentabilidad establecida en el artículo 1º y otros del referido Régimen Federal de Pesca (ley 24.922 y modificatoria) y, por lo tanto, es inadmisible utilizarlo para asegurar la sustentabilidad de ninguna especie, incluso del Atún, afines y acompañantes.
7) Igualmente el texto “otros propósitos”, de la Nota de la Cancillería Argentina y el Preámbulo del Convenio Internacional en cuestión, es absolutamente general, ya que entendemos que la pesca no tiene otro propósito de generar, industrializar y destinar al consumo materias primas alimenticias, medicamentos, empleo y riqueza para la Argentina.
8) Respecto al Artículo III inciso 1) del Convenio que deja en manos de una Comisión “alcanzar los objetivos”, facultad que el Estado argentino, de ninguna manera puede delegar en terceros, conforme lo establecido en los artículos 1º y 5º y ss de la Ley 24.922; más aún con lo indicado en el Artículo III inciso 3) del Convenio, que subordina la política pesquera nacional a las decisiones de una Comisión extraña y donde la Argentina -siendo el país ribereño- estará en la más absoluta minoría y donde países extraños a su territorio marítimo habrán de decir por esta. La Argentina debería buscar de acordar las capturas por fuera de su ZEE, para evitar que embarcaciones extranjeras capturen anualmente en el orden a un millón de toneladas, en su gran mayoría migratorios o asociados, pero, de ningún modo, debe dejar en manos de una Comisión extraña la fijación de sus políticas pesqueras y la administración de los recursos. La política de administración pesquera nacional quedará en manos de extraños si se aprueba este Convenio, basta para ello leer los artículos IV, V y siguientes, con el agravante, que tendrán en todos los casos mayoría en la Comisión los países de bandera que pescan en altamar respecto a los países ribereños y participará en igual de condición el Reino Unido de Gran Bretaña que nos ocupa gran parte de nuestro territorio marítimo.
No es cierto que “el ICCAT se dedica a recopilar información y efectuar las evaluaciones de stocks”, ya que según el Artículo III inciso 1) del Convenio deja en manos de una Comisión “alcanzar los objetivos”, no solo respecto al atún, sino las especies afines y “otras especies explotadas en las pesquerías de atún” (Artículo IV inciso 1 del Convenio) y “asignar cuotas de captura de las especies (túnidos) en la zona del Convenio”.
9) Respecto algunas afirmaciones de la Cancillería a consultas formuladas por la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, es absolutamente inconsistente la argumentación de necesitar la firma de este Convenio para pescar atún en altamar. No existen restricciones para que cualquier empresa argentina pesque atún y cualquier otra especie en aguas internacionales, conforme lo establece la CONVEMAR. Además, la Argentina no captura todas las especies disponibles en su ZEE y mucho menos las que se encuentran más allá de las 200 millas marinas. Nuestro país ni siquiera captura el Atlantic Bonito, en cantidades relevantes, a pesar de que es una especie de mejor calidad que muchos túnidos, y el SENASA permite su tipificación como “Atún Argentino”.
10) Ignoramos que empresarios argentinos tienen vocación de pescar atún, pero en cualquier caso, no hay atún -los beneficios serían insignificantes- que justifique semejante delegación de soberanía, en un Convenio, que utiliza un sistema de reparto, que en nada garantiza la sustentabilidad del recurso y más bien pareciera que busca consolidar la posición de los habituales pescadores de atún y hacerlo de tal modo, a punto, de regular la pesca de este y las “especies afines y acompañantes” en territorios marítimos de los países ribereños (CONVEMAR).
11) Contrario a lo que promueve la Cancillería Argentina, a nuestro país no debería interesarle “ningún arreglo regional” en el atlántico sudoccidental en atención a la presencia ilegal en el territorio marítimo del Reino Unido de Gran Bretaña. La Argentina, debe hacer acuerdos con las empresas -no con los países- que pescan ilegalmente en la ZEE Argentina o más allá de las 200 millas.
12) A todo ello deberíamos agregar el costo que para la Argentina significaría avalar este Convenio y la incapacidad de control que nuestro país ha manifestado en los últimos 35 años donde la Prefectura Naval Argentina solo ha capturado dos (2) buques extranjeros por año, mientras que en la zona adyacente a la ZEE operan más de 500 buques, sin contar las más de 100 embarcaciones pesqueras que capturan en la ZEE Argentina con licencia del gobierno ilegal de Malvinas.
Un atún o cientos de toneladas de atún no vale delegar nuestra soberanía territorial, pesquera y alimentaria. (DR. CESAR AUGUSTO LERENA)
NOTAS:
i- La Comisión tiene 52 Partes Contratantes, a saber: Estados Unidos, Japón, Sudáfrica, Ghana, Canadá, Francia, Brasil, Marruecos, Corea, Costa de Marfil, Angola, Rusia, Gabon, Cabo Verde, Uruguay, Santo Tomé y Príncipe, Venezuela, Guinea Ecuatorial, Guinea, Reino Unido, Libia, China, Unión Europea, Túnez, Panamá, Trinidad y Tobago, Namibia, Barbados, Honduras, Algeria, México, Vanuatu, Islandia, Turquía, Filipinas, Noruega, Nicaragua, Guatemala, Senegal, Belice, Siria, San Vicente y las Granadinas, Nigeria, Egipto, Albania, Sierra Leona, Mauritania, Curçao, Liberia, El Salvador y Guinea-Bissau.
ii- Hasta abril de 1982 las Islas tenían tres millas de protección alrededor. El 29/10/1986 el Reino Unido estableció la “Falkland Islands Interim Conservation and Management Zone” (FICZ), la “Zona de Administración y Conservación Pesquera” con un radio de 150 millas alrededor de Malvinas, con lo cual les otorga a los isleños el control de la pesca y el otorgamiento de licencias de pesca dentro de ese radio y por fuera de la ZEE. Cuatro años después, el 28/11/1990, el Gobernador inglés en las islas (por imperio de la Reina) dicta la Proclama N°2 y establece una “Zona Económica Exclusiva” (ZEE) de 200 millas alrededor de las Malvinas, justificándolo en la Convención de las Naciones Unidades sobre el Derecho del Mar.
iii- Por Proclama N°1 del Gobernador de las Malvinas del 7 de mayo de 1993 se establecen 200 millas alrededor de los archipiélagos Georgias del Sur y Sándwich del Sur.
iv- Por Proclama del 22/8/1994 del Gobernador inglés en Malvinas.
martes, 7 de agosto de 2018
Malvinas: Los radares 909 en Malvinas
domingo, 5 de agosto de 2018
Versión británico-chilena del ataque al HMS Invincible (Parte 1/2)
El ataque a la Task Force del 30 de mayo de 1982
Una visión exclusivamente británica de los acontecimientosParte 1 | Parte 2
Enviado por el .magíster Mariano Pablo Sciaroni- ponencia en el III Congreso Internacional de Historia Aeronáutica Militar Argentina (septiembre de 2014). Actas del congreso disponibles en la Dirección de Estudios Históricos, Fuerza Aérea Argentina. El ataque del 30 de mayo de 1982, llevado a cabo por aviones Super Etendard de la Aviación Naval y A-4C Skyhawk de la Fuerza Aérea Argentina, resulta una de las acciones más controversiales del conflicto por nuestras Malvinas.
Lo que aquí se expone, resulta un relato de los hechos según fueron apreciados exclusivamente por los miembros de la Fuerza de Tareas Británica.
Este ensayo, entonces, resulta un análisis parcializado de los siete minutos de aquella tarde. No se tomaron en cuenta documentos ni testigos argentinos, ni tampoco análisis británicos o de otros países que siquiera intentaran conjugar las dos visiones de este particular evento. Solamente se analizan documentos oficiales británicos, libros que escribieron los protagonistas de los hechos o de historiadores que los entrevistaron, así como se incorporan testimonios directos.
Realmente, el objetivo de este trabajo no es arribar al esclarecimiento absoluto del ataque, ni tampoco plantear una visión equilibrada del mismo. El fin, muy modesto, es solamente intentar relatar lo que los marinos británicos dicen que sucedió dicho día. Es decir, reconstruir, en la medida de las posibilidades, una parte de la verdad.
Vale indicar que muchas veces se consideró que la “versión británica” indicaba que se había impactado al casco del SS Atlantic Conveyor (hundido días antes), que el Exocet había sido derribado en vuelo, así como surgían otras respuestas cambiantes, algunas pareciera malintencionadas. Esperemos que este pequeño ensayo traiga a luz acerca de lo que resulta la versión definitiva desde la Fuerza de Tareas.
Como se verá, este relato no carece de contradicciones y, muchas veces, deja más preguntas que respuestas. Esclarecer esos interrogantes, sin embargo, quedará para investigaciones futuras.
I.-
Para el grupo de batalla de portaaviones británico, al comando del Almirante John Forster “Sandy” Woodward, la tarde del 30 de mayo de 1982 discurría sin demasiados sobresaltos.
Si bien el ataque de Exocet que había impactado (y luego hundido) al portacontenedores SS Atlantic Conveyor había demostrado la capacidad argentina de ingresar al corazón de la flota, no se habían tomado medidas adicionales para la protección de los dos vitales portaaviones, el HMS Hermes y el HMS Invincible.
Careciendo de alerta aérea temprana embarcada, la primera alarma de un posible ataque provenía de los submarinos estacionados frente a las costas argentinas (1), así como un radar de la Fuerza Aérea de Chile (FACH) desde un cerro en las cercanías de Punta Arenas (2) barría, con su alcance de 200 millas náuticas, las bases de Río Grande y Río Gallegos. En ambos casos, más las noticias que podían dar tropas especiales en el territorio continental (3), la información recolectada llegaba directamente al portaaviones HMS Hermes por un canal seguro, distribuyéndose luego a los otros barcos.De tal forma, se contaba con un preaviso de 30 a 40 minutos, tiempo que demoraba un avión en llegar desde el continente a un blanco en Malvinas o sus cercanías.
Pero el submarino HMS Valiant, un nuclear al mando del Commander (Capitán de Fragata) Tom Le Marchand, operando en las cercanías de Isla de los Estados, no realizó detecciones de significancia que pudieran poner en preaviso a la flota (4). Vale indicar que, el día anterior, había detectado y clasificado en forma electrónica un radar de Super Etendard (5). Sin embargo, información sobre un posible ataque aéreo (“Alerta Amarilla”), proveniente de otras de las fuentes mencionadas, arribó a las 1645z (6). Cuarenta minutos después, sin que nada sucediera, la alerta fue cancelada.Los buques británicos en alta mar, por tanto, ya no esperaban ninguna acción enemiga.
En ese momento, el núcleo de la flota, centrado en el HMS Invincible, se encontraba a unas 110 millas náuticas de Puerto Argentino, al radial 080º (7), con una disposición que daba la máxima protección posible a un ataque aéreo desde el Oeste y el Nor-Oeste.
Aquí, cabe recordar que el ataque anterior con Exocet (el 25 de mayo) había venido del cuadrante Norte y, especialmente, la inteligencia británica había estimado que los Super Etendard de la 2da Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque (únicos que podían lanzar los misiles aire/mar franceses) del Comando de Aviación Naval podrían estar operando desde la pista de Puerto Deseado (8).
Este convencimiento prosiguió varios días más y, tan fuerte resultaba, que el 2 de junio se ordenó a una tropa de SBS (Special Boat Service), a bordo del submarino HMS Onyx, que desembarcara en proximidades de dicha localidad y destruyera las instalaciones aéreas. Dicha misión fue cancelada al día siguiente, cuando el submarino se encontraba ya en navegación (9).
Volviendo a la disposición de la flota, tres destructores con misiles antiaéreos Sea Dart se encontraban en un semicírculo que, como un escudo, le daba protección. Desde el norte al sur, los HMS Bristol (Tipo 82), HMS Cardiff y HMS Exeter (estos dos del Tipo 42) vigilaban los cielos de aeronaves enemigas, estando ubicados a una distancia entre 35 y 20 millas náuticas del núcleo.
Como protección del anillo intermedio, y especialmente dando cobertura antisubmarina, entre 5 y 10 millas del centro de la formación, se encontraba la fragata Tipo 21 HMS Ambuscade, así como el destructor Tipo County HMS Glamorgan, ambos con misiles de menores prestaciones. En las cercanías de la Ambuscade operaba la fragata clase Leander HMS Andromeda. El anillo cercano y el núcleo de la fuerza (cuyo guía del día era el RFA Regent), incluía a más fragatas (por ejemplo, las HMS Plymouth y HMS Alacrity) otros importantes buques logísticos, de desembarco y al HMS Invincible (10).
Inusualmente, el portaaviones no tenía ese día ningún buque de escolta cercana (11) armados con los letales misiles Sea Wolf. El Invincible también tenía otro problema: ese día reportaba fuera de servicio a su propio sistema misilístico Sea Dart (12).El otro portaaviones, el HMS Hermes, por su parte, se encontraba a unas 7 millas náuticas al norte del Invincible (13).
Vale agregar que el clima no era malo, con visibilidad de 10 millas náuticas, limitado solamente por algunos chubascos aislados (14).
II.-
La calma del día se vio alterada a las 1730z (15), cuando el operador del equipo FH5 (un HF/DF de tecnología de tubo y con orígenes en la Segunda Guerra Mundial (16)) del Exeter detectó voces en español, en frecuencia 12.333khz. Si bien no se pudo precisar que decían dichas voces o (por incapacidad del equipo), determinar su procedencia, se emitió inmediatamente una alerta roja a la flota, ante la posibilidad que un ataque aéreo se estuviera materializando (17).
En ese momento, el Lynx HAS.2 de la fragata HMS Andromeda (XZ-722, llamado afectuosamente “Arfa”), con el Lieutenant Commander (Capitán de Corbeta) Bob McKellar como comandante y el Lt. (Teniente de Navío) Larry Jeram Croft a los controles (en la Royal Navy, el comandante de la aeronave es el oficial de mayor graduación, sea este el piloto o no), se encontraba en vuelo a unas 15 / 20 millas al Oeste del Exeter (18). El vuelo era relajado y la tripulación tenía la tarea de proveer alerta temprana, para lo cual, además de la detección visual, contaba con un equipo de vigilancia electrónica (MAE) “Orange Crop”, originalmente diseñado para interceptar y localizar transmisiones originadas en submarinos (19). Asimismo, poseía instalado un equipo de contramedidas electrónicas.
“Éramos el único Lynx en alerta temprana – todos los helicópteros Lynx de la flota lo hacían por turnos. El equipo de contramedidas electrónicas no era necesario para esta tarea; el equipo importante era el “Orange Crop” nuestro MAE, el cual todos los Lynx tenían para entonces. Era la única forma de la cual, desde el aire, podíamos detectar con suficiente preaviso al radar del Etendard. Los helicópteros, patrullaban entonces por delante de la Fuerza, escuchando para una detección temprana. De repente, el “Orange Crop” detectó un radar, que era claramente de Etendard. Llamamos al controlador del Hermes e informamos un contacto al sur. Al mismo tiempo, uno de los buques alertó sobre el radar y confirmó la detección (20)”.
Efectivamente, a las 1731z, los equipos de guerra electrónica del Exeter (del modelo UAA1), detectaron la emisión de un radar Agave (21) (de Super Etendard), al sur de la formación. Al grito de “Handbrake” (la palabra clave que designaba la detección de ese radar) la flota se preparó para lidiar con un nuevo ataque misilístico. Inmediatamente, la Ambuscade y el Glamorgan corroboraron la información, haciendo saber que también recibían las emisiones de ese radar aéreo (22).
El AB (Cabo Segundo) Ken Griffiths, operador de radar del Cardiff se encontraba tras una de las pantallas en ese momento: “La alerta de radar fue transmitida por UHF y HF, por las frecuencias de los coordinadores de defensa aérea. Asimismo, el Exeter subió la información al Data Link 10, yo lo pude ver en el radar. Link 10 es un método de transmitir lo que ves en el radar en forma encriptada a otros radares de la flota. Usa UHF y HF y, básicamente, se ve lo que otros buques ven. En teoría, reemplazaba a los reportes vía radio entre buques, pero realmente no era el caso en 1982 (23)”.
Teniendo en cuenta los perfiles de anteriores misiones argentinas, se asumió que un ataque con Exocet era inminente (código “Zippo 4” (24)), por lo que la respuesta automática de las unidades de la flota (hay que recordar que los buques requisados carecían de estas autodefensas (25)) fue el lanzamiento de chaff, pequeñas laminillas de metal especialmente cortadas. La idea, como todo chaff lanzado en patrón “Delta”, era conseguir lograr falsos ecos que pudieran confundir al atacante.
Con una recarga de chaff limitada al esfuerzo manual, lo que se tenía ordenado (para un buque tipo destructor/fragata) era el lanzamiento de doce cohetes frente a una alarma Zippo 4, a los fines de poder efectuar un nuevo lanzamiento casi inmediato de cuatro cohetes en caso de necesitarse (había solamente dieciséis cohetes cargados y listos) (26). También, siguiendo directivas preacordadas, las unidades giraron para mostrar la aleta de estribor a los atacantes (27).
Un minuto más tarde (1732z) el radar Tipo 1022 del HMS Exeter detectó 3 contactos al sur y a 28 millas, pudiendo también el operador del radar 992 del Invincible establecer contacto con dos bandidos (28). En el mismo momento, el equipo MAE de la Ambuscade informó que los parámetros del Agave detectado se modificaban hacia un pulso corto y alta repetición. Se consideró que el piloto enemigo buscaba mejor discriminación en su pantalla o, directamente, se trataba de la emisión de otro avión.
A proa, el lanzador de Sea Dart del HMS Exeter giró abruptamente y, con dos blancos enganchados (uno en cada radar 909 dentro de los característicos radomos blancos), en rápida sucesión lanzó los misiles listos, que se elevaron dejando una voluminosa estela de humo. El buque, con las mejoras Batch II de su clase, se beneficiaba con los últimos adelantos en equipos y software, así como su comandante era especialista en Guerra Electrónica y Comunicaciones.
Todo ello le daba, finalmente una ventaja de hasta quince segundos para llegar a disparar, comparados con los más anticuados Tipo 42 Batch I, como el Cardiff (29). Los misiles, con rumbo sur, se desprendieron del acelerador y comenzaron su rumbo de interceptación de los enemigos que se acercaban, perdiéndose de vista.
III.-
La fragata (Tipo 21) HMS Avenger, se encontraba en dicho momento fortuitamente al sur del Exeter, en camino desde el corazón de la flota hacia Malvinas, para intentar desembarcar a 24 hombres del SBS en el área de Playa de los Voluntarios, al norte de Puerto Argentino; la operación, programada para la noche anterior, había sido abortada entonces debido a una falla en el helicóptero del buque (30).
Previo al ataque, se encontraba en absoluta calma, tal es así que se había dado orden a la tripulación para reposicionar un cañón Oerlikon de 20 mm (31) durante parte del tránsito en alta mar. En vuelo casi estacionario, en las cercanías de la popa de la fragata, se encontraba un helicóptero Wessex V (Yankee Delta, del 848 Naval Air Squadron), que debía dejar repuestos en el buque (32).
Al recibirse la alarma, en la Sala de Operaciones del Avenger se reportó al ataque como aproximándose desde el norte, en lugar del sur (el mensaje del Exeter no fue suficientemente claro, tal es así que se reportó de igual forma en el Invincible). Entonces, la fragata viró para poner su popa y su lanzador de misiles Sea Cat hacia la presunta dirección de la amenaza, a la vez que lanzaba contramedidas y aumentaba su velocidad para escapar del área del ataque (33).
Se ordenó, entonces, al Wessex (que casi había sido impactado por los cohetes de chaff lanzados) alejarse del barco, lo que hizo solo parcialmente, quedando en las cercanías de la popa (34).
A las 1733 hs, 3 minutos después de la alerta roja (y por 30 segundos), la Avenger pudo detectar emisiones radáricas, así como su propio radar 992 detectó dos ecos a 22 millas náuticas, los cuales, desde el sur, llevaban rumbo norte (35)..
Claramente, el buque estaba navegando hacia el enemigo (y no alejándose de él), por lo cual el chaff lanzado estruendosamente estaba quedando detrás y sería de escasa utilidad. El comandante Hugo White decidió que no podía arriesgarse a intentar revertir el curso y, con esa maniobra, presentar su buque como un blanco de costado, sino que redujo su velocidad al mínimo (36).
Casi simultáneamente y a unas cuantas millas de distancia, el siempre vigilante (y muy bien equipado) cuarto de operaciones del Exeter estimó se había producido el lanzamiento de un misil a 22 millas náuticas al sur, corroborado muy poco después por la Avenger, que consideró que el lanzamiento se había llevado a cabo al 160º y a 15 millas de su posición.
Inmediatamente, se empezaron a recibir emisiones del propio radar del misil Exocet, el cual, entonces, ya se encontraría buscando el blanco asignado por los pilotos de Super Etendard (37).“Zippo 1” fue transmitido entonces por la red (“misil detectado a muy corta distancia”) y, mecánicamente, las unidades de la flota lanzaron una nueva cortina de chaff, ahora destinada a confundir la cabeza buscadora del misil.
En el Cardiff, millas detrás, la situación era confusa, según uno de sus operadores radar:
“Recuerdo claramente ver al Exocet y hasta tres otros contactos intermitentes. No recuerdo exactamente distancias, pero creo que serían 15 millas náuticas o menos. No los veníamos en cada vuelta radar (del 992) y era muy difícil determinar cuántos contactos había allí. Era dolorosamente confuso y a nosotros (Cardiff) no nos quedaba nada claro lo que pasaba (38).”
IV.-
Luego de detectarse el lanzamiento del misil, tres buques de la cortina informaron detectar el giro y alejamiento de aeronaves (una o dos, según quien lo informara), así como múltiples contactos que, a 527 nudos, mantenían rumbo norte (39). Sin embargo, en los caóticos segundos que pasaban, con una explosión en el horizonte, se estimó que a las 1734z el segundo misil lanzado por el Exeter había impactado a su blanco.
Desde el radar del HMS Invincible el operador notó claramente las consecuencias de una gran explosión, que se mantuvieron en pantalla durante tres vueltas de radar (40). No es claro que pasó con el primer misil del destructor, pero su lanzamiento asustó a la tripulación del Lynx de la Andromeda, el cual se encontraba todavía en las cercanías de la zona del ataque:
“Habíamos realizado nuestro trabajo y mucho más no podíamos hacer, ya que estábamos muy lejos para encender el equipo de contramedidas electrónicas. Decidimos que lo mejor sería escapar. Aceleré a nuestra velocidad máxima de 150 nudos, apuntando a un gran Cumulus que se encontraba en camino hacia el núcleo de flota. Nunca llegamos ahí. De repente, un tono continuo brotó del “Orange Crop” y Bob inmediatamente reconoció que un radar 909 nos tenía enganchados. Miró sobre su hombro izquierdo y pronunció estas palabras inmortales: “mierda nos están tirando”. Giré rápidamente el helicóptero hacia la izquierda y miré, para ver el humo de un misil Sea Dart que se dirigía hacia nosotros. Sabía que estábamos muertos. Hasta el día de hoy no tengo idea que nos salvó la vida, pero en una reacción instintiva comencé a perder altitud. Lo estabilicé a 2000 pies, para ver una larga llamarada en el horizonte (41)”.
Desde el Exeter, se encontraban conscientes que los misiles cruzarían cerca del helicóptero, pero se decidió lanzar igual:
“Teníamos un helicóptero Lynx en el azimut del lanzamiento, que volvía de una misión de búsqueda de superficie. Debía estar asustado, ya que tenía un equipo de guerra electrónica que había detectado a los radares 909, creyendo entonces que los habíamos enganchado con un misil. Les gritamos para que se quedaran quietos y asciendan, porque sabíamos que el ataque argentino vendría a baja altura. Queríamos que salieran del medio. No creo que nos hayan escuchado... Por suerte no le pegamos al helicóptero (42)”.
Para dicho momento, el Exeter ya tenía en el aire a un tercer misil, el cual consideró que 30 segundos más tarde (a las 1734z y 30 segundos) había hecho impacto en otro avión. Según el operador radar, a pesar de los derribos los contactos se abrían e insistían en el ataque.
El comandante de la Exeter, Hugh Balfour, señalaba sobre los lanzamientos:
Una emisión de radar fue detectada y corrimos hasta nuestras estaciones, colocándonos las máscaras antiflama y cerrando puertas y escotillas. Un grupo de contactos apareció en el sur, nuestro sector, a unas 30 millas. La velocidad de la acción fue considerable, pero nuestro sistema de misiles probó su capacidad en alta mar. Enganchamos y disparamos tres misiles Sea Dart, asustando al primer blanco e impactando a los demás, todo en el espacio de un minuto y medio (43).
Al sur de esa posición, la HMS Avenger seguía el ataque con su propio radar. Su cañón, un Vickers Mk. 8 de 4.5 pulgadas, se encontraba listo para hacer fuego sobre el azimut informado de los incursores (calibrado para hacer explotar los proyectiles a 4300 metros a proa), así como una ametralladora liviana sobre el ala del puente estaba preparada para disparar. El cañón de 20 mm se encontraba todavía en camino para ser instalado en la cubierta de vuelo (44). No había otras armas antiaéreas disponibles.
La Avenger, asimismo, recargó y lanzó una nueva cortina de chaff, considerando su comandante que, para ese momento “había descartado cualquier sentimiento de economizar” (45). A las 1737z, desde la HMS Avenger, que seguía maniobrando a baja velocidad para evitar salir de la nube de chaff, se reportó estar bajo ataque de 3 Skyhawk. En los demás buques, se sorprendieron al enterarse que no se trataba de un ataque exclusivamente de Exocet (46).
El cañón fue cambiado a control de emergencia y disparó una barrera de proyectiles de fragmentación para explotar a corta distancia (47), así como se iniciaba fuego con la única ametralladora disponible. Uno de los aviones resultó derribado en las inmediaciones, estimándose por explosión de las propias bombas o por el fuego antiaéreo (48). El buque no informó ningún daño (ninguna de las bombas que cayeron sobre el mar explotó (49)), pero se anotó haber derribado un Exocet con las primeras salvas del cañón de 4.5 pulgadas y, en retrospectiva, también un Skyhawk.
El Lt. Commander (Capitán de Corbeta) Tony Bolingbroke, Primer Oficial del buque, se encontraba en el puente del Avenger al momento del ataque:
“Nuestra tripulación está segura que nosotros derribamos un Exocet, pero yo no lo creo. Si derribamos uno de los 3 o 4 A-4 que nos atacaron, pero como el Exeter derribó un Skyhawk con un misil Sea Dart que efectivamente pasó sobre nosotros, se puede uno imaginar las explosiones y el ruido, para no hablar de la adrenalina. Los A-4 que siguieron el ataque volaron directamente hacia el Avenger y estaban volando tan bajo que yo (parado en el puente y haciendo una especie de comentario para los tripulantes que estaban en cubiertas inferiores) me encontré mirando para abajo para encontrarlos, y pasaron tan cerca que pude ver sus caras.
Agradezco que sus bombas fallaran (50)”.
El Jefe de Armas Bill Jarvis tambien se encontraba en el mismo lugar, cerca del Primer Oficial:
“Observé a los tres Skyhawk mientras se aproximaban, dos directo por babor hacia proa, y uno directo por estribor a proa, meneándose y surcando rápidamente las olas, rápido y bajo. Enfoqué mis binoculares sobre el más próximo sobre babor a proa y pensé lo funesto que parecía, enfilando directo hacia nosotros, hacia mí. Mientras el avión alcanzaba la proa, el Primer Oficial dio la orden “Cubrirse!”, y todos nos tiramos sobre cubierta, cara abajo, con las manos sobre la nuca. El Primer Oficial aterrizó virtualmente encima mío. Los dos aviones a babor volaban por debajo del nivel de las ventanas del puente y lanzaron 3 bombas inofensivas en el mar. El avión de estribor lanzó su bomba justo delante del buque y, mientras su bomba caía al mar, dio vuelta por babor y dio una voltereta cayendo sobre la superficie del mar sobre nuestra banda de estribor (51)”.
Inmediatamente luego de la comunicación del Avenger, el radar del Invincible reportó dos contactos alejándose a gran velocidad del barco atacado. El Exeter los seguía manteniendo enganchados en su sistema Sea Dart, pero su comandante, Hugh Balfour decidió no lanzar sobre los dos aviones que se alejaban hacia el Oeste. Más allá que se había ordenado a los Sea Harrier interceptar al enemigo en retirada, lo cierto es que solo poseía siete misiles en su santabárbara, y ninguna perspectiva de ser reaprovisionado en los días venideros (52).
Por su parte, el Cardiff seguía sin lograr fijar a los aviones en sus radares de tiro:
“No se pudo enganchar a ningún contacto. Tratamos de usar los contactos del Link 10 del Exeter para que los tomen nuestros radares 909, así como nuestros operadores se desesperaron para lograr nuestros propios enganches, pero no pudimos pasar a ninguno de los atacantes al (sistema) Sea Dart (53).
viernes, 3 de agosto de 2018
Arte: Ataque de Crippa al Argonaut
miércoles, 1 de agosto de 2018
lunes, 30 de julio de 2018
Suscribirse a:
Entradas (Atom)