Hace casi 30 años, la Marina Británica atacó a las ballenas en el Océano Atlántico confundiéndolas con submarinos enemigos. En revistas recientemente publicadas, el equipo explica la situación durante la Guerra de las Malvinas.
Varias aerolíneas de Brasil, Chile y Uruguay se mostraron interesadas en ofrecer vuelos a las Islas Malvinas, con escala en la Argentina, como resultado de negociaciones diplomáticas con el Reino Unido, informó la Cancillería argentina.
"Al término del plazo fijado por los gobiernos de la Argentina y del Reino Unido, varias empresas radicadas en Brasil, Chile y Uruguay manifestaron su interés en presentar propuestas concretas de nuevos vuelos regulares hacia las Islas Malvinas, con escalas periódicas en territorio continental argentino", indicó la Cancillería en un comunicado.
Las propuestas, según el texto de la cartera conducida por Jorge Faurie, "deberán ser evaluadas por las autoridades aeronáuticas competentes" y, en base a su "viabilidad" y "conveniencia", serán concedidas "las autorizaciones que correspondan".
Las propuestas de las aerolíneas surgen de una negociación entre Argentina y el Reino Unido para impulsar "un vuelo semanal proveniente de alguno de los mencionados países que, dos veces por mes, deberá realizar una escala en territorio continental argentino en un aeropuerto de relevancia".
"Estos vuelos se realizarán en el marco de la Declaración Conjunta y el Canje de Notas suscriptos bajo fórmula de soberanía por los gobiernos de Argentina y el Reino Unido el 14 de julio de 1999, que constituye la base legal para vuelos entre las Islas Malvinas y terceros países", señaló el comunicado.
Carlos Agustín Díaz, soldado conscripto del Ejército
Al terminar la guerra, cada mañana al despuntar el alba, Félix Díaz tomaba su bicicleta y atravesaba treinta kilómetros de selva espesa siguiendo un desamparado caminito de tierra hasta la localidad de General Pinedo, en Chaco. Allí buscaba información sobre su desaparecido hijo Carlos, que había viajado a las islas como soldado conscripto. Pero sus averiguaciones siempre resultaban inútiles. Abatido, desandaba el camino hasta su casa, donde su mujer, Victorina, esperaba ansiosa las novedades huidizas.
Carlos es uno de los 88 soldados que fueron identificados el año pasado en el cementerio argentino de Darwin, donde hay 121 tumbas que permanecían sin identificación. En los próximos meses, esos caídos en la guerra tendrán una placa con su nombre.
Vagos e incontrastables rumores fue lo único que obtuvieron los Díaz sobre el paradero de Carlos: que había sido herido, que le faltaba una pierna, que estaba bien, que estaba muerto. Y así pasaron 35 años: en la incertidumbre perpetua. Hasta que en 2017 Victorina recibió la confirmación de que Carlos estaba en el cementerio de Darwin. Su padre, en cambio, murió cinco años antes.
Carlos había nacido en General Pinedo, donde vivía con sus padres y nueve hermanos. Era callado y de naturaleza poco sociable. "Le gustaba andar solo -contó su hermano Ariel-. En los bailes estaba siempre apartado y se volvía por su cuenta". Jugaba muy bien al fútbol y era hincha de Boca. Pero su gran pasión eran los caballos, que sabía amansar. "Andaba siempre acompañado de 'Colorado', su caballo", contó Ariel.
Después de cursar estudios primarios, Carlos trabajó como jornalero en la zona rural donde vivía. Con un hacha hacía destronques y cortaba postes. También se empleó en algunas obras en construcción.
Justo antes de la guerra, Carlos estaba en su pueblo, de licencia del servicio militar. Y un día en que estaba de visita en una casa vecina, se enteró por la radio de que debía reincorporarse al Regimiento 12 de Infantería de Mercedes, Corrientes.
Enseguida tomó al "Colorado" y se dirigió al galope a la casa de sus padres para darles la noticia. En cuanto llegó, desensilló a su adorado caballo y se despidió: "No sé si nos vamos a volver a ver, Colorado", le dijo. Después le dio un chirlo en un anca, le gritó "¡anda!" y lo vio alejarse al galope. En efecto, Carlos no volvió a ver al caballo, ni tampoco a su familia. Una calle y una escuela del Chaco llevan su nombre.
Buque de investigación británico con base en Malvinas estudiará junto a otros paises un mega iceberg
¿Qué se oculta en el agua helada de debajo de un inmenso iceberg antártico? Los científicos de nueve institutos de investigación de varios paises, zarpan hacia la Antártida para explorar un ecosistema marino misterioso que ha estado cubierto por un iceberg durante más de 100 000 años.
Dirigidos por la British Antarctic Survey (BAS), un equipo de científicos se embarca en una expedición sin precedentes hacia uno de los lugares más remotos y prístinos del planeta: la Antártida. Su misión es investigar un ecosistema marino misterioso que ha estado oculto bajo un iceberg que se desprendió de la barrera de hielo Larsen en julio de 2017.
De más del doble del tamaño de Luxemburgo o cuatro veces el de Londres, el iceberg de un billón de toneladas (conocido como A-68) va ahora a la deriva y pone al descubierto el fondo marino que los científicos creen que no ha estado sin hielo durante 120 000 años.
La bióloga marina, la Dra. Katrin Linse, que dirige la misión de tres semanas, está impaciente por echar una ojeada excepcional a las criaturas desconocidas que habitan bajo el hielo. «Es importante que lleguemos allí lo antes posible, antes de que el entorno submarino cambie cuando penetre la luz del sol en el agua y nuevas especies empiecen a colonizar», declaró la Dra. Linse en un comunicado de prensa.
«Hemos reunido un equipo con una gran variedad de conocimientos científicos para recopilar tanta información como sea posible en poco tiempo. Es muy emocionante».
Los científicos viajarán en barco para recoger muestras del fondo marino recién expuesto, que abarca una superficie de unos 5 818 km². «Vamos a una zona donde no sabemos qué vamos a encontrar», declaró la Dra. Linse en Radio 4 de la BBC.
«Espero encontrar animales similares a los que se hallan en la zona abisal: animales que no están acostumbrados a alimentarse de vegetales porque no existe fitoplancton en el agua debido a la falta de luz natural. Había cientos de metros de hielo encima de la zona y ahora se ha desprendido».
La Dra. Linse explicó que la zona todavía tenía muchos misterios por explorar: «En la mayoría de las expediciones para las que salimos, encontramos nuevas especies». Utilizando cámaras de vídeo, un trineo especial y otros equipos, los científicos prevén recoger muestras de animales del fondo marino, microbios, plancton, sedimentos y agua.
Además, documentarán cualquier mamífero marino y pájaro que pueda haberse trasladado a la zona. Según un comunicado de prensa de la BAS, sus descubrimientos arrojarán luz sobre cómo era la vida bajo la barrera de hielo, de forma que se puedan determinar los cambios en el ecosistema.
«El desprendimiento del A-68 ofrece una nueva oportunidad sin precedentes para establecer un programa de investigación científica interdisciplinaria en esta región sensible al cambio climático», explicó la Dra. Linse.
«Ahora es el momento de abordar cuestiones fundamentales sobre la sostenibilidad de las plataformas continentales polares ante el cambio climático». Está previsto que el equipo internacional salga de Puerto Argentino, en las islas Malvinas, el 21 de febrero de 2018 y pase tres semanas de febrero a marzo de 2018 a bordo del buque de investigación de la BAS "RRS James Clark Ross".
El equipo consta de científicos de nueve institutos de investigación: Universidad de Aberdeen, Universidad de Newcastle, Museo de Historia Natural, Universidad de Southampton, Alfred Wegener Institute de Alemania, Senckenberg Research Institute and Museum de Alemania, Universidad de Gotemburgo de Suecia, Universidad de Gante de Bélgica y los Museos Victoria de Australia.
«Necesitamos ser audaces esta vez», concluyó la Dra. Linse. «Larsen C está muy al sur y hay mucho hielo marino en la zona, pero es una investigación científica importante, de modo que haremos todo lo posible para llevar al equipo donde debe estar». (NUESTROMAR)
¿Qué gana la Argentina si se suman vuelos a las Malvinas?
En el Gobierno ven como un logro político "sumamente significativo" que haya más conexión con los isleños, que se verán beneficiados por estar menos aislados del continente
Las tratativas para aumentar la frecuencia de vuelos desde países de la región a las islas Malvinas pasando por territorio argentino es visto por el gobierno nacional como uno de los mayores logros en el deshielo de las relaciones entre nuestro país y el Reino Unido después de la misión humanitaria de identificación de los soldados en el cementerio de Darwin.
Según la administración de Mauricio Macri , la ampliación de la oferta de vuelos permitirá "avanzar en otros ámbitos de la relación" con el archipiélago a través de la "integración de los isleños" y favorecerá a aquellos argentinos que quieran conocer ese territorio.
Pero más allá de que haya más vías de conexión, en Cancillería ven el avance en las negociaciones como un paso "sumamente significativo" desde lo simbólico. Si bien los vuelos favorecerán mayormente a los isleños, que han transmitido su deseo de tener una mayor conexión con el continente, es en lo político donde el Gobierno ve el beneficio.
El canciller Jorge Faurie encabeza las tratativas para sumar más vuelos a las islas que salgan desde países vecinos y que hagan escalas en territorio continental argentino.
"En el pasado supo haber vuelos y hasta clases de español. Se fue suprimiendo todo. La idea de la hoja de ruta del año pasado es explorar los mecanismos que vinculen el territorio continental e insular. Esto permitirá un mayor acercamiento con los habitantes de las islas", detalló a LA NACION un funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores en relación a la declaración conjunta que los gobiernos firmaron en 2016.
Pese a la posible reducción del nivel de aislamiento al que se verán sometidas las islas y los beneficios que puedan generar nuevas rutas aéreas, como por ejemplo un aumento del turismo -que pondría a prueba la escasa infraestructura de las islas- aún hay sectores que rechazan mayores conexiones con la Argentina y que se enfrentan a la voluntad de algunos políticos del archipiélago para lograr que haya más conexión con el continente.
El ex legislador de las Malvinas Mike Summers insistió con la necesidad de avanzar en los acuerdos y exigió que la Argentina levante las sanciones económicas que impuso Cristina Kirchner
La aceleración del diálogo para retomar los vuelos no significa, sin embargo, que se haya avanzado en otros puntos conflictivos que todavía permanecen en la relación, como las sanciones económicas que impuso el gobierno de Cristina Kirchner a aquellas empresas que busquen operar en el mar que rodea el archipiélago. "Los pasos se dan de a poco", señalaron en el Gobierno, donde aseguran que todavía no está previsto avanzar en ese punto, pues se necesita modificar la ley de hidrocarburos.
La lentitud para avanzar en los puntos acordados generó críticas por parte de algunos isleños, que si bien en los últimos años buscaron no confrontar con el presidente Macri, venían de una década de tensiones permanentes con los gobiernos kirchneristas .
El año pasado, el entonces legislador isleño Mike Summers había insistido al gobierno de Macri para que levantara las sanciones si se buscaba recomponer la relación. Ante las Naciones Unidas, el funcionario aseguró que el gobierno argentino ejercía "colonialismo económico" con las sanciones y que el país había "fallado en honrar los acuerdos" que habían alcanzado Londres y Buenos Aires.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) llevó adelante las tareas de identificación de los soldados argentinos caídos en la guerra.
La cuestión de las sanciones es el tercer punto del capítulo dedicado al Atlántico Sur de la comunicación conjunta que rubricaron la Argentina y el Reino Unido en 2016 y que marcó el inicio del acercamiento bilateral tras años de congelamiento promovido por el kirchnerismo. Hasta fines del año pasado se había avanzado sólo en la misión humanitaria que llevó adelante el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) para identificar los cuerpos de los soldados argentinos caídos durante la guerra, que ya concluyó y que ambos gobiernos califican de histórico.
En diciembre del año pasado, el Gobierno entregó los resultados de los estudios de ADN de los soldados a las 88 familias que accedieron a brindar sus muestras genéticas para que se realizara el cotejo.
Según ese comunicado, los países se comprometían a buscar los mecanismos para que fueran "establecidas conexiones aéreas adicionales entre las islas Malvinas y terceros países" a través de "dos escalas adicionales mensuales en territorio continental argentino", lo que duplicaría la oferta actual. Hoy, sólo se puede viajar a las islas semanalmente vía Punta Arenas, en el sur de Chile, en la aerolínea LATAM. Ese vuelo hace una escala en Río Gallegos dos veces por mes desde 1999.
Según anunció la Cancillería en los últimos días, las negociaciones buscan llevar adelante acciones conjuntas con Brasil, Uruguay, Paraguay y Chile para que las compañías aéreas de esos países habiliten una ruta que contemple otras dos escalas mensuales en un aeropuerto de relevancia en la Argentina en acuerdo con las autoridades de nuestro país.
"La posible nueva conexión aérea permitirá un contacto más fluido con las Islas, contribuyendo a generar un clima de confianza y acercamiento con sus habitantes, siendo éste uno de los caminos que nos permitan alcanzar un mayor diálogo y entendimiento entre el continente y el territorio insular de las Islas Malvinas", señala el comunicado difundido por el ministerio conducido por Jorge Faurie.
Giro en la relación: la Argentina y el Reino Unido ya hacen actividades conjuntas en la Antártida
Son trabajos de exploración científica y nunca se habían hecho. La búsqueda del submarino ARA San Juan aceleró los proyectos bilaterales en el Atlántico Sur.
Cooperación antártica. Argentinos y británicos en el HMS Protector.
La Argentina y el Reino Unido se animaron a dar otro gran paso en la política de acercamiento que iniciaron a fines de 2015. En silencio, de manera discreta, ambos países iniciaron actividades conjuntas en la Antártida. Se trata de cooperación bilateral en materia de conservación. Y así lo mostraba la noche del jueves un tuit que sigue la navegación del buque británico que suele también amarrar en Malvinas, el HMS Protector, el mismo que se sumó a las actividades de búsqueda del submarino ARA San Juan tras su desaparición el año pasado. Precisamente esa tragedia de la nave argentina fue la que permitió acelerar algunos de los pasos conjuntos que se vienen dando en el Atlántico Sur.
"Una cariñosa despedida", señala un tuit con una foto del Protector en la que la tripulación saluda a un equipo internacional que conformaron científicos argentinos y británicos junto al World Wild Fond de Gran Bretaña y a miembros de la IAATO, que es la asociación internacional de operadores de tours que van a la Antártida. Allí se dejaron bajo el paraguas de soberanía reclamos políticos y económicos sobre Malvinas y también sobre el continente antártico donde se superponen intereses de argentinos, británicos y chilenos.
"Esto es para nosotros una actividad muy buena e importante que ya hacemos con otros países", confió la subdirectora del Area Malvinas, Embajadora Teresa Kralikas, consultada por Clarín. La diplomática contó que en mayo va a tener lugar en Buenos Aires la reunión de las partes consultivas del Tratado Antártico y en ese marco se va a firmar un memorandum de entendimiento de cooperación científica entre el Instituto Antartico Argentino y el British Antartic Survey (BAS).
Otra fuente del gobierno destacó además que "hacer causa común con Gran Bretaña en esta cuestión es muy importante, sobre todo en este momento", ya que en este momento el Tratado Antártico sigue siendo cuestionado por países que reclaman una "porción" de la Antártida, entre ellos China, India y Corea. En el continente blanco los reclamos de soberanía se han puesto de lado y se han establecido fuertes reglas de convivencia científica, turística y medio ambiental. El grupo de argentinos y británicos que compartió su trabajo con el WWF y la IAATO realizó actividades de actualización de guías y recomendaciones destinadas a los turistas y visitantes que van a la Antártida. Para llegar a esos lugares se embarcaron en el HMS Protector, confirmaron por su parte fuentes del Foreign Office.
La científica argentina Paula Cacellla fue la figura más representativa del equipo que se embarcó en el Protector. Fue el 6 de febrero y siempre en el marco de este nuevo programa de cooperación con los británicos para analizar la problemática turística en la península antártica. A su vez, la Argentina recibió en enero visitas de cortesía históricas del Protector en las bases Carlini y Brown, que maneja la Dirección Nacional del Antártico, que está bajo la órbita de la Cancillería, El buque también estuvo en la San Martín, que está bajo la órbita del Ministerio de Defensa.
La tragedia del submarino ARA San Juan aceleró el acercamiento entre la Argentina y Gran Bretaña, y los dos gobiernos preparan encuentros de alto nivel entre los ministerios de Defensa para una posible cooperación en el Atlántico Sur.
En diciembre, un avión militar con la tripulación del HMS Protector que ayudó en la búsqueda del San Juan aterrizó en Ezeiza. Venía de la base británica en Mount Pleasant, desde Malvinas. El RAF Voyager fue autorizado a aterrizar por el Ejecutivo argentino. Su tripulación de 25 efectivos británicos que venían de las islas fue recibida en tierra por un oficial de operaciones de la Fuerza Aérea Argentina y por Robin Smith, agregado de Defensa de la embajada británica a cargo del embajador Mark Kent, que ahora se encuentra embarcado junto a la Cancilleria argentina y la secretaría de Derechos Humanos en la preparación del viaje de los familiares de los caídos en la guerra de 1982 que se realizará posiblemente a fines de marzo. Estos colocarán en el cementerio de Darwin, en las Malvinas. las placas con nombre y apellido de sus seres queridos recientemente identificados por la Cruz Roja.
Ricardo Argentino Ramírez, Soldado conscripto de la Armada
La historia de Ricardo Argentino Ramírez -conscripto de la Armada, clase 62, enviado a combatir a Malvinas - es una historia contada a destiempo.
Ricardo es uno de los 88 soldados que fueron identificados el año pasado en el cementerio argentino de Darwin, donde hay 121 tumbas que permanecían sin identificación. En los próximos meses, esos caídos en la guerra tendrán una placa con su nombre.
Su familia no supo que había ido a la guerra hasta que llegaron sus cartas desde el archipiélago; no supo de su muerte hasta un mes después, porque el reporte oficial lo daba como desaparecido; no tuvo foto alguna hasta que, tras años y años de revolver en publicaciones, su hermano menor Alberto lo encontró en la tapa de una revista.
"Estaba en una camilla junto a Quiroga, el enfermero que lo fue a atender, todo hinchado por una explosión -cuenta Alberto-. Durante mucho tiempo consulté en todos lados: veteranos de guerra, libros, revistas, filmaciones. Busqué centenares de datos para saber qué le había pasado".
Ramírez fue nombrado dragoneante, el cargo que recibe un soldado raso por sus méritos Ramírez fue nombrado dragoneante, el cargo que recibe un soldado raso por sus méritos
Ricardo nació en Quitilipi, Chaco, un 25 de mayo, y por eso le pusieron de segundo nombre Argentino. La suya era una familia de constructores y él quería seguir ese mismo camino. En 1969 se mudaron a Lanús. De "Ricky", Alberto recuerda sobre todo su buen humor, sus chistes y su pinta, que arrancaba suspiros entre las chicas del barrio: "'Tirá una para este lado', le decíamos. Andábamos siempre juntos; esa cofradía que solo existe entre hermanos. Todo quedó trunco ahí, en la guerra. Yo tengo 63 años y hasta hoy no puedo hablar del tema sin llorar: el dolor es todavía muy fuerte".
Aunque era un simple conscripto, Ricardo fue nombrado dragoneante, el cargo que recibe un soldado raso por sus méritos. En las islas, donde cumplió los 20 años, estuvo al mando de seis compañeros. "Según me contó por carta su jefe, el suboficial Elvio Ángel Cuñé, Ricardo fue premiado por su carisma, su inteligencia y su proceder", explica Alberto. "Tu hermano cumplió con la bandera: juró morir por la patria y así lo hizo", le escribió Cuñé.
La noche del 13 de junio de 1982 nadie durmió en Malvinas. Bajo una fuerte nevada, los británicos iniciaron una serie de ataques para lograr la avanzada definitiva sobre Puerto Argentino. El combate más duro ocurrió en Monte Tumbledown, defendido por el Batallón de Infantería de Marina N°5, uno de los mejor preparados, que peleó hasta el final. Ricardo estaba encargado de disparar un mortero de 81 mm, con el que ocasionó numerosas bajas a la Guardia Escocesa y a los temibles gurkas.
Superadas en número por el enemigo y ya sin municiones, a media mañana del 14 las tropas argentinas recibieron la orden de repliegue. Durante la maniobra, a la altura del Cerro Zapador (Sapper Hill), un obús de gran tamaño cayó cerca del grupo al que pertenecía Ricardo. Los soldados quedaron aturdidos por la explosión y tardaron varios segundos en reincorporarse; todos menos Ricardo: las esquirlas y la onda expansiva lo habían herido de gravedad.
Uno de sus compañeros, el conscripto Sergio Pantano, quiso cargarlo en los hombros, pero el dragoneante se negó. "Dejame acá, me duele mucho -le dijo-. Mi mamá me está llamando y me quiero ir con ella". Su madre había fallecido seis meses antes. Esas fueron sus últimas palabras; ese fue también el último día de la guerra: unas horas después Mario Benjamín Menéndez firmó la rendición ante el general Moore.
"Son cosas que te ponés a pensar -dice ahora Alberto-: nació un 25 de mayo y por esa ironía del destino murió por su patria veinte años después. De los 45 hombres que formaban parte de su grupo de morteros solo perdió la vida él".
Treinta y cinco años más tarde, siempre a destiempo, la familia finalmente pudo saber dónde estaba enterrado. También recuperó tres objetos que el soldado tenía entre sus ropas: una medallita con su nombre, un cortauñas y un recuerdo de Ushuaia, ciudad cercana a Río Grande, donde había hecho el servicio militar.
"Nos dieron todo en una bolsita cerrada al vacío que no se puede abrir porque si no las cosas se arruinan. Fue una emoción muy fuerte y en cierto modo también un alivio -cuenta Alberto y hace una breve pausa-. Mi papá, que murió unos años después, quería que Ricardo se quede ahí, porque eso es Argentina. Nosotros también: él regó con su sangre ese lugar y por eso también es suyo".
La ARA Granville (P-33) es una corbeta multipropósito de la Armada Argentina que pertenece a la Clase Tipo A-69 D'Estienne d'Orves y fue construida en los astilleros DCAN de Lorient, Francia, que fue solicitada luego del excelente desempeño de las dos unidades de la misma clase, adquiridas de urgencia en 1978.
• 1 cañón de 100 mm/55 de doble propósito Creusot-Loira de 60 dpm y 17 Km de alcance
• 2 cañones Breda
Bofors de 40 mm/70 de 300 dpm (1 × 2)
• 2 montajes simples de 20 mm GIAT F.2 de 1000 dpm
• 2 ametralladoras MGS 12.7 mm Browing
• 4 lanzadores de misiles MM-38 Exocet (SSM) de 42 KM de alcance
• 2 lanzadores triples MK.2 de tubos lanzatorpedos ILAS 3/324 mm para torpedos Whitehead AS-244
Propulsión
• 2 motores diésel Semt-Pielstick 12 PC 2.2 V, 400
• 2 alternadores Jeumont Schneider tipo A76B6 de 400 KW
• 2 hélices
95 hombres
• 12 oficiales
• 83 suboficiales y marineros
Equipamiento aeronaves
Cubierta en popa para VERTEP (reabastecimiento de helos sin tomar cubierta)
Historia
Fue asignada a la Primera División de Corbetas al ser incorporadas al Comando de la Flota de Mar y su apostadero era la Base Naval de Puerto Belgrano y se le asignó el indicativo P-3, que utilizó hasta la incorporación, en 1985 de las corbetas misilística Clase Espora, cuando se le cambió a P-33, que mantiene actualmente. Inicia sus actividades el 24 de noviembre de 1978. Su Pabellón de Guerra y el cofre dónde se encuentra le fue donado por la Asociación Argentina de Profesionales de Relaciones Públicas en el Apostadero Naval Buenos Aires, el 5 de noviembre de 1982.
Servicio operativo
Desde su incorporación a la Primera División de Corbetas participó en las ejercitaciones con el resto de los buques del Comando de la Flota de Mar, la División de Patrullado Marítimo, el Comando de la Fuerza de Submarinos y aviones y helicópteros del Comando de Aviación Naval. También ha tomado parte en numerosas operaciones navales con unidades de otros países, en ejercicio Pre-Unitas, UNITAS, Gringo-Gaucho, Atlasur, Passex, Yámana,1 Gosth, y Fraterno.
Guerra de Malvinas
Para la reconquista de las Islas, el buque formó parte de la FT.40 fue comandada por el Contraalmirante Gualter O. Allara, y su misión fue: "capturar las instalaciones y personal de Royal Marines, localidad de Puerto Stanley y Faro San Felipe. Colaborar en la captura del aeródromo de Puerto Stanley y en el control inicial de la población a fin de contribuir a ocupar y mantener las Islas Malvinas, ejerciendo simultáneamente el Gobierno Militar de las islas", que fue dividida en 4 grupos de tarea. La P-33 fue asignada al GT.40.3 (Grupo de Esolta y Desembarco) cuyo Comandante fue el CN Julio Chaluleu, junto a los siguientes buques: destructor ARA Santísima Trinidad (D-2) (CF José Luis Tejo) y a la ARA Drummond (P-1) (actual (P-31) (CF Raúl José Cao).
Entre el 16 de abril y el 14 de junio patrulló la diversas zonas asignadas en el Mar Argentino.
La Guerra del Golfo
Durante la Guerra del Golfo en 1990, el buque tenía el objetivo de buscar e destruir objetivos terrestres de Iraq y apoyar a las fuerzas de la Coalición en tierra, con 4 lanzadores de misiles MM-38 Exocet (SSM) de 42 KM de alcance, en las aguas del Golfo Pérsico.
Post guerra
La unidad fue designada para participar del "Operativo Talos I", bloqueo naval para el restablecimiento de la democracia en Haití. Zarpó de la Base Naval Puerto Belgrano el 2 de octubre de 1993, al que regresó el 4 de mayo de 1994. Visitó los puertos de Fortaleza entre el 14 y 16 de abril y Río de Janeiro entre el 21 y 24 de abril.
A partir del año 2000, el buque fue asignado, dentro del Área Naval Atlántica, a la División de Patrullado Marítimo, cambiando su apostadero a la Base Naval de Mar del Plata, donde continúa patrullando la Zona Económica Exclusiva de República Argentina.
En enero de 2004 capturó, luego de 24 horas de persecución, al pesquero ilegal taiwanés Chin Hsing, con apoyo de un P-3 Orion de la Aviación Naval. La tripulación del buque infractor abandonó la nave dejando un incendio a bordo, el cual no logró su hundimiento.2
Fue protagonista principal del apoyo al rompehielos ARA Almirante Irízar durante el incendio que este sufriera en 2007, lo cual le valió el reconocimiento del Concejo Deliberante de General Pueyrredón.3
Década de 2010
Las actividades operativas son variadas. La participación en ejercicios conjuntos y combinados es constante, realizando despliegues en diferentes puntos del Mar Argentino. Además, es frecuente que la unidad realice patrullados marítimos en la Zona Económica Exclusiva, efectuando control de recursos naturales.4
Durante el año 2010, la corbeta Granville fue sometida a reparaciones en el Arsenal Naval Puerto Belgrano.5
En 2011, colaboró con el rescate del velero suizo Mirabaud en el Océano Atlántico consistiendo su tarea en asumir la escolta de éste y acompañarlo hasta cercanías de Mar del Plata, momento en el que esta acción fuera traspasada a la patrullera Punta Mogotes.67
Equipamiento electrónico
Los distintos sistemas del buque han sido integrados localmente mediante el sistema llamado Miniaco, que presenta toda la información disponible en tres pantallas digitales.
Control de armas
Thompson-CSF Sistema Vega.
CSEE Panda MK2 Director óptico.
NASA para 40 mm director optrónico. Radares
Búsqueda Aire/Superficie: Thompson-CSF DRBV 51A con IFF.
Navegación: Decca TM 1226, reemplazado por un ARPA Navigation Radar de Consilium Celesmar
Control de tiro: Thompson-CSF DRBC 32E. Sonar
Thompson Sintra Diodon, búsqueda y ataque. Señuelos
Lanzadores Chaff/Flare Dagaie; Señuelo de torpedos SQL-25
Los gobiernos de la Argentina y el Reino Unido realizan gestiones conjuntas ante los Ejecutivos de Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay con el fin de invitar a compañías de esos países para que operen vuelos semanales a las Islas Malvinas, según confirmó Cancillería a través de un comunicado.
El proyecto impulsa la concreción de un vuelo semanal proveniente de alguno de los mencionados países que, dos veces por mes, deberá realizar una escala en territorio continental argentino en un aeropuerto de relevancia, a ser consensuado con las autoridades aeronáuticas locales.
"Estos vuelos se realizarán en el marco de la Declaración Conjunta y el Canje de Notas suscriptos bajo fórmula de soberanía por los Gobiernos de la Argentina y el Reino Unido el 14 de julio de 1999, que constituye la base legal para vuelos entre las Islas Malvinas y terceros países", sostiene una comunicación difundida por el Palacio San Martín.
Desde 1999 existe un vuelo regular semanal entre Punta Arenas, Chile, y las Islas Malvinas, con dos escalas mensuales en Río Gallegos, una en cada dirección, a cargo de la aerolínea LATAM.
Junto a Reino Unido realizamos gestiones conjuntas para invitar a compañías aéreas de Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay a operar un vuelo semanal hacia las Islas #Malvinas 👉 https://t.co/auNBaDmdou
"La posible nueva conexión aérea permitirá un contacto más fluido con las Islas, contribuyendo a generar un clima de confianza y acercamiento con sus habitantes, siendo éste uno de los caminos que nos permitan alcanzar un mayor diálogo y entendimiento entre el continente y el territorio insular de las Islas Malvinas", remarca el texto de Cancillería.