domingo, 8 de febrero de 2015

FAA: Lami Dozo ataca a la ARA en la planificación y ejecución

Lami Dozo jura que la culpa fue de la Armada


A 28 años de la ocupación de Malvinas, el brigadier Basilio Lami Dozo, miembro de la Junta que detentaba el poder en 1982, acusa a la Marina de haber dejado solos al Ejército y a la Fuerza Aérea y revela que al asumir junto al general Leopoldo Galtieri y el almirante Jorge Isaac Anaya, tres meses antes, desconocía la existencia de los planes para recuperar las islas.

—Cuando se hace cargo del gobierno, ¿sabía del plan para recuperar las Malvinas?
—No, en ese momento mi problema era que Galtieri quería quedarse más tiempo de comandante en jefe del Ejército; entonces le dije al brigadier (Rubens) Graffigna que si él no dejaba el cargo yo no asumía. No iba a aceptar que estuviera más de tres años como comandante en jefe y presidente. O uno o lo otro. Malvinas vino enseguida.

—¿Cómo se enteró del plan?
—Galtieri me sacó el tema el 5 de enero (de 1982), después de una reunión para designar gobernadores, cuando recién se había hecho cargo de la Presidencia. Me dijo: “Hay que tratar el tema Malvinas porque la reunión de Nueva York no va”. Habíamos quedado en no hacer nada que dificultara esa negociación. Le respondí que lo tratáramos en la próxima reunión de la Junta. En el siguiente encuentro, sacó el tema enseguida.

—¿Qué le dijo?
—Le sugerí que teníamos que nombrar a un brigadier, a un general y a un almirante para que analizaran, junto con sus respectivos asesores de Estado Mayor, la utilización del poder militar para recuperar las Malvinas, los pros y los contras, y que nos entregaran un boceto. Se designó al general (Osvaldo) García, al vicealmirante (Juan José) Lombardo y al brigadier (Sigfrido) Plessl.

—¿Qué les presentaron?
—Nos entregaron el primer boceto del plan de acción el 9 de marzo.

—¿Cuáles fueron las contras que presentaron?
—Ninguna.

—¿Nunca intuyeron que la Fuerza Aérea no estaba preparada para una guerra aeromarítima?
—Si lo pensaron, en ningún momento lo escribieron. Lamentablemente, fue así.

—¿Qué planteos le hizo a Galtieri para mostrarle su oposición al desembarco?
—Le decía: “Leo, un choque bélico no, vamos a tener muchos problemas”. Pero Galtieri tenía la idea de que sin enfrentamiento no resolvía el tema Malvinas.

—¿Cómo hacían para controlarlo?
—Galtieri era un hombre con el cual se podía conversar, darle sus razones, y él las entendía. El problema era que Anaya tenía mucha influencia sobre él, porque habían sido compañeros del Liceo Militar, desde los doce años. Si íbamos a hacer una votación, era más lógico que Galtieri y Anaya votaran de la misma forma y yo en contra.

—Con la experiencia que tenía de la cuasi guerra con Chile en 1978, ¿por qué aceptó llevar adelante la recuperación de Malvinas?
—Ojalá supiera la respuesta. Traté por todos los medios de evitarla, pero hubo un momento en el que me tuve que decidir. No me pregunte por qué.

—¿Por qué ante una guerra no pudieron ponerse de acuerdo entre las tres fuerzas?
—Somos argentinos y no sabemos trabajar en conjunto. Individualmente, somos excepcionales, pero nos hacen trabajar en grupo y no nos ponemos de acuerdo.

—¿Por eso pelearon tres guerras separadas?
—Claro que sí. En Malvinas, la Armada no iba a estar mucho tiempo operando en el mar. Eso yo lo sabía porque en la cuasi guerra con Chile se demoró la iniciación de las operaciones porque ellos, a último momento, pusieron una necesidad de evitar que los submarinos chilenos actuaran en la zona de combate, porque no tenían espacio marítimo para moverse con comodidad.

—¿Cuál de las tres fuerzas estaba mejor preparada para la guerra?
—Ninguna. Lo único que tenía la Marina eran los Exocet, y eran muy pocos. El Ejército nunca estuvo preparado para Malvinas, y la Fuerza Aérea tampoco.

—Entonces, ¿por qué planear un choque bélico con Inglaterra cuando iba a ser como una pelea entre David y Goliat?
—Porque casi llegamos a un acuerdo diplomático antes del enfrentamiento con la propuesta de (el presidente del Perú, Fernando Belaunde Terry. Pero ese día hundieron el Belgrano.

—Eso fue decisivo para las negociaciones
—Sí, las tiró abajo. Habíamos decidido en una reunión de la Junta, que duró hasta medianoche, aprobar el borrador del convenio, con dos pequeñas modificaciones. Volví al Comando (de la Fuerza Aérea) y le dije al brigadier (José) Miret: “Quedate tranquilo, mañana te vas a Lima con un general y un almirante a firmar la aceptación de un proyecto de acuerdo en nombre de la Junta”. A las dos y media de la mañana, me llamó Galtieri y me dijo que teníamos problemas, me contó el tema del Belgrano y que eso había causado un gran efecto en la Armada.

—¿Qué opinó Anaya?
—Hay que reconocer que a pesar del hundimiento del Belgrano, dijo con lágrimas en los ojos en la reunión de Junta: “Sé que voy a tener problemas con mi decisión, pero hay que llegar al acuerdo”. Volvió al edificio Libertad y el almirantazgo le dijo que no.

—Después de eso, ¿la Armada hizo retornar toda la flota al continente?
—La Armada no estuvo ni 24 horas en la zona de combate.

—¿Cómo recibió eso?
—A Anaya, lo puteé de arriba abajo, fue el enfrentamiento más grande que tuve con él.

—¿Por qué tomó esa medida?
—Porque, según él, se habían descalibrado todos los instrumentos electrónicos.

—¿Tardaron toda la guerra en arreglarlos?
—No les interesaba porque les tenían miedo a los submarinos atómicos. Le dije: “Siempre supieron que estaban los submarinos nucleares ahí, qué me venís ahora con ese problema”.

—¿Potenciaron una guerra a la que después le tuvieron miedo?
—No sé. Siempre tuvieron claro lo de los submarinos, ya que si no estaban por ahí, los traían enseguida. La Armada nunca más volvió a la zona de combate. La flota de mar se fue a Puerto Belgrano y se quedó ahí.

—¿Dejaron solos al Ejército y la Fuerza Aérea?
—Sí, el Ejército estaba jugado a pleno y lo dejaron ahí.

—¿Cómo se puede encarar una guerra en forma tan improvisada?
—Anaya me dijo: “Tengo bombas que están adaptadas para lanzarlas sobre las fragatas”. Jamás nos las dio.

—Eran peor que el enemigo…
—Si para tirar el Exocet tuvimos que presionarlos al máximo...

—¿Para qué plantear una guerra así?
—No lo sé. Creo que pensaron que era un ejercicio de la Escuela Superior de Guerra.

—¿Hasta cuándo pensaba seguir?
—Hasta la última bomba. Pero si los otros dos no continuaban, no.

—Sin embargo, cuando el general Mario Benjamín Menéndez firmó la rendición, el brigadier Crespo no quiso aceptar el cese del fuego.
—Crespo no tenía que rendir a la Fuerza Aérea, el que debía hacerlo era yo. El brigadier (Luis) Castellanos habló conmigo y me dijo: “Me han dado la orden de retirarme con toda mi fuerza a la pista del aeropuerto y dejar el armamento ahí, porque está firmada la rendición”. Colgué y traté de ubicarlo a Galtieri, y él también estaba intentando encontrarme. Entonces, le ordené a Crespo: han firmado la rendición, la Fuerza no ataca hasta que yo dé la orden. Si yo no lo autorizo personalmente, la flota queda en tierra hasta nuevo aviso. No la hice replegar, la dejé en el sur.

—¿La rendición nunca la firmó?
—No, bajo ningún punto de vista. En cualquier momento, daba la orden de ir, por lo menos, a hostigarlos.

—¿Por qué no la firmó?
—Porque tenía una carta guardada por cualquier cosa.

—Pero eran ustedes solos.
—Si ellos atacaban territorio continental argentino iba a ser un problema serio, porque sabían que íbamos a defendernos y con todo.

—¿Qué sintió cuando se enteró de que el general Menéndez había firmado la rendición?
—Fue una frustración tremenda. Me dio una inmensa tristeza ver a mis pilotos desaparecer en un esfuerzo que no dio los resultados que queríamos.

—¿Qué pensó cuando la Justicia lo condenó por su participación en la Guerra de Malvinas?
—Me acordé del general (Bartolomé) Mitre, a quien enjuiciaron y condenaron a muerte por la Guerra de la Triple Alianza. Son cosas totalmente diferentes, pero dije: bueno, me tocó.

—¿Qué sintió en ese juicio?
—Una frustración y un desengaño tremendos. Una depresión.

—¿Cuándo tuvo claro que lo iban a condenar?
—Antes de empezar el juicio.

—¿Ya sabía que estaba perdido?
—Sí, la decisión política de que los tres comandantes teníamos que salir condenados ya estaba tomada.

—¿En cuál de los juicios se sintió más frustrado: en el de Malvinas o en el de las Juntas?
—En el de Malvinas.

—¿En los dos estaba seguro de que lo iban a condenar?
—Pensé que podía salir con muy poca condena en el de las Juntas, porque cuando me hice cargo del Comando en Jefe de la Fuerza Aérea ya no había lucha contra la subversión, ya había terminado. Una de las primeras medidas que tomé como jefe de Operaciones fue dejar sin efecto el sistema de la lucha antisubversiva fuera de las instalaciones, me dediqué a defender exclusivamente las unidades.

—¿Tenía miedo de que lo condenaran por los años que fue secretario general de la Fuerza?
—El secretario general se ocupaba de los temas políticos. No tenía mandos, ni medios. Pero si me hubieran querido meter, lo iban a hacer. Si llegaba a salir uno que dijera: “El brigadier Lami Dozo estaba presente una noche que me estaban torturando en tal lugar, en Mansión Seré”, ¿qué le iba a decir? Yo no sabía que existía la Mansión Seré, porque eso nació como un anexo al Casino de Oficiales, porque no daba abasto. Para mí, era un anexo del Casino de Oficiales. Después, surgió todo ese tema.

—¿Qué pensó cuando leían el fallo?
—La mano venía pesada. Pero a mí me habían avisado que Graffigna y yo estábamos absueltos. Y dije: si él está absuelto, yo con más razón, porque vine después. El juicio que más me preocupaba a mí era el de las Juntas, porque ahí podía venir una condena a cadena perpetua seguro, pero hicieron una separación.

—Perú fue una de las grandes ayudas que tuvo la Argentina durante la guerra. ¿Qué sintió cuando se enteró del tráfico de armas a Ecuador en 1995?
—Tenía ganas de agarrarlo a chirolita o al califa, como yo le digo (a Carlos Menem) y hacerlo mierda. ¿Cómo puede hacer eso con Ecuador cuando Perú había sido el que nos había ayudado a muerte? Si a los peruanos les hubiera dicho que mandaran una fuerza terrestre a luchar en Malvinas, la enviaban. Ellos se pusieron totalmente a nuestra disposición. Me agarré una bronca tan grande... Sé qué hablaron con nuestro agregado militar en Lima y le dijeron: “¿Cómo nos hacen esto después de lo que hicimos por ustedes en Malvinas?”.

sábado, 7 de febrero de 2015

A-4B Skyhawk en la US Navy y USMC



Los A-4B antes de llegar a la FAA


Ejemplares que sirvieron en la US Navy y en el USMC. Siempre hermosa esta ave.

jueves, 5 de febrero de 2015

El incidente del Shackleton

Grave incidente entre Argentina y Gran Bretaña
04-02-1976




El investigador británico Edward Shackleton comanda una expedición a bordo del buque que lleva el nombre de su padre, célebre explorador de los mares del sur. Los rumores sobre la presencia de petróleo en la región de Malvinas, ocupadas por el Reino Unido y reclamadas por la Argentina, llevan a Shackleton a internarse en mar territorial argentino para hacer prospecciones del subsuelo marino el 4 de febrero de 1976. El destructor argentino ARA Rosales dispara sus cañones para intentar detener al buque británico, que escapa con rumbo a las islas. La persecución lleva al Rosales frente a Puerto Stanley, capital de Malvinas, en donde se refugia el buque Shackleton. El incidente lleva al retiro de los embajadores de ambos países y presagia futuros enfrentamientos por la posesión de las islas.


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History Channel

miércoles, 4 de febrero de 2015

Biografía: Cabo Ian Bailey en Monte Longdon

Cabo Ian Philip Bailey subiendo el Monte Longdon rumbo al infierno 

Durante la batalla , comandó el 4to. pelotón, junto al teniente Bickerdyke, y con el sargento Ian McKay.

Un comunicador y varios otros paracaidistas se adelantaron a reconocer las posiciones argentinas .
Durante esta acción Bickerdyke y el comunicador resultaron heridos por una posición de ametralladora pesada argentina , entonces McKay tomó el mando del pelotón.
Él decidió convertir su reconocimiento en un ataque contra la posición de la ametralladora, que amenazaba seriamente cualquier avance.

El Cabo Bailey fue al ataque, entonces de 22 años, y otros tres hombres con él fueron a la carga . Bailey y otros dos hombres resultaron heridos, y un tercer efectivo fue abatido mientras cargaban hacia adelante contra el fuego argentino .

Ian Bailey dijo después del ataque a Monte Longdon :
"...Ian McKay y yo tuvimos una charla , y decidimos que el objetivo era avanzar y cubrir un próximo ataque , que era de 35 metros. Había algunas posiciones argentinas allí, pero no sabía la ubicación exacta. Le gritó a los otros cabos para dar fuego de cobertura, tres ametralladoras en total, entonces - el sargento McKay, yo y tres soldados rasos a la izquierda de nosotros se pusieron en marcha.

A medida que nos movíamos a través del campo abierto, dos de los soldados fueron abatidos por fusiles o de fuego de ametralladoras casi de inmediato, y el otro pelotón consiguió pasar a través e infiltrarse dentro de una posición .

Lanzamos granadas a la primera posición y fuimos pasando sin detenernos , simplemente disparando contra ella , y fue entonces cuando me dispararon desde una de las otras posiciones que estaba a unos tres metros de distancia.
Creo que fue un fusil.
Me dieron en la cadera y me tumbé . El Sargento McKay todavía iba a la siguiente posición, pero no había nadie más con él.

La última vez que lo vi, él estaba corriendo hacia las posiciones restantes de ese grupo. Yo estaba sosteniéndome en mi espalda y solo escuchaba a los hombres llamando unos a otros. Ellos estaban tratando de averiguar lo que estaba pasando, pero, cuando llamaron a sargento McKay, no hubo respuesta. Me dispararon otra vez inmediatamente después de eso, recibí las balas en el cuello y la mano.

El Cabo Bailey fue baleado tres veces durante el asalto y la bala final resultó ser solo restos de metralla , no fueron retirados de la cadera hasta el año 2009. " Sentía que después de años posteriores a la guerra , era como si todavía estaban allí.." .
También recibió un disparo en el cuello y la bala rompió la cadena que sostiene sus chapas de identidad, y que se encontraron en 1983 durante una operación de limpieza de minas.

Del Facebook de Guillermo C. Torrilla

martes, 3 de febrero de 2015

COAN: Entrevista al Comandante Rodolfo Castro Fox

Un héroe aeronaval: Cdte. Rodolfo Castro Fox




Atlántico Sur 1982: Entrevista al comandante de Escuadrilla de los cazabombarderos Douglas A4Q de la Aviación Naval Argentina, Capitán de Corbeta Rodolfo Castro Fox quién relata sus vivencias...

video - programa "Misión Malvinas":





"Yo fui piloto aviador naval" por Rodolfo Castro Fox

Este libro lo dedico a la memoria de mi Segundo Comandante, el Capitán de Corbeta Carlos María Zubizarreta, muerto durante el conflicto Malvinas, y a la del Teniente de Fragata Marcelo Gustavo Márquez, también integrante de mi Escuadrilla y muerto en combate sobre nuestras islas irredentas.

- www.castrofox.blogspot.com.ar

lunes, 2 de febrero de 2015

Mujeres argentinas en Malvinas

Mujeres argentinas en el conflicto

Belleza y coraje



Las MUJERES desarrollaron un papel de apoyo y contención durante todo el conflicto ya sea en los Buques que operaron como Hospitales o bien en el Continente como medicas ...enfermeras o cursantes de estas carreras visitando y asistiendo a los heridos...!!!!

Sapucay Malvinas.

domingo, 1 de febrero de 2015

Los restos de la batalla


Cañón 105 mm, como hace 30 años.....apuntando a Monte Longdon

Restos de la guerra gracias a Sapucay Malvinas
Sapucay de Malvinas



Posición Argentina en Monte Longdon....a los héroes del RI 7 todo el honor y la gloria....y a los cobardes que huyeron....mejor me callo.

Morteros 60 del BIM 5 , Monte Tumbledown restos de las cajas que contenían los proyectiles

sábado, 31 de enero de 2015

Filmus logra una "victoria" diplomática

Fuerte respaldo de ex colonias británicas a la causa Malvinas
Durante la III Cumbre de la Celac, Daniel Filmus recibió el apoyo de 12 países de América Central a favor de la soberanía de las islas.
Info News


El secretario de Asuntos Relativos a la cuestión Malvinas, Daniel Filmus, resaltó hoy el apoyo de 12 países de la comunidad británica -The Commonwealth- de América Central a la Argentina en el reclamo de soberanía de las Islas Malvinas, en el marco de la III Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).

Filmus destacó que el documento emitido por la Celac en la cumbre realizada ayer y hoy en Costa Rica en apoyo al país en la cuestión Malvinas fue firmado por 12 países de la comunidad británica que “reconocen los derechos de Argentina”.

Esos países son Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Dominica, Granada, Guyana, Jamaica, Santa Lucia, San Cristobal y Nievis, San Vicente y Las Granadinas, Trinidad y Tobago.

“Justo cuando la resolución de la ONU -en referencia a Malvinas- cumple 50 años, es necesario retomar el diálogo porque es la única forma de resolver el conflicto”
En ese sentido, adelantó que Argentina “este año va a redoblar sus esfuerzos para que la comunidad internacional nos siga apoyando en nuestro reclamo y este clamor permita avanzar en nuestro pedido de diálogo para resolver el conflicto”.

“Justo cuando la resolución de la ONU -en referencia a Malvinas- cumple 50 años, es necesario retomar el diálogo porque es la única forma de resolver el conflicto”, manifestó Filmus en diálogo con Télam.

Ante los avances en la relación entre Cuba y los Estados Unidos tras años de bloqueo, el secretario de Asuntos Relativos a la cuestión Malvinas sostuvo que “con la insistencia del reclamo por parte de la comunidad internacional, la posibilidad del diálogo va a madurar como ocurrió con Cuba”.


“El Reino Unido no podrá desoír el reclamo de sentarse a dialogar para encontrar una solución al conflicto”, aseguró Filmus quien expresó que “no hay avances” en la relación con Gran Bretaña.

Filmus también destacó que el documento a favor de Argentina remarca la defensa de los recursos no renovables de esa zona que usufructúa Gran Bretaña.