Las Minas utilizadas por los ingenieros argentinos en Malvinas.
De acuerdo con informes oficiales en Malvinas fueron utilizadas minas anti-personal importadas de Libia (MAPA y TRA), Israel (número 4), Italia (SB-33), y España (P4B). Según un informe de mayo de 2001 de Argentina, 20.000 minas anti-personales EXPAL P-4-B, y FMK-1 fueron sembradas durante el conflicto 1982. En julio de 2002, se agregó que también habían sido utilizadas minas AP SB-33. En las Islas Malvinas hay 101 campos de minas que cubren 20 kilómetros cuadrados y que contienen 16.000 minas.Las áreas minadas son principalmente playas y áreas de turba, y están marcadas y cercadas.
Foto: Mapa de los campos minados de Malvinas.
Minas Antitanque Utilizadas en Malvinas.
Foto: Mina antitanque argentina FMk3, plástica, diámetro 24 cms., explosivo contenido 6.5 kg TNT., iniciada por medio de una mina antipersonal FMk1 para detonar a 160/300 kg.de presión.
Foto: Mina antitanque norteamericana M1, modelo 1944, metálica y detectable, diámetro aproximado 30 cm., contenido explosivo de unos 3 kg., presión de detonación entre 120 y 240 kg. aproximadamente.
Foto: Mina antitanque española Expal C3B, plástica, diámetro 28 cm.explosivo contenido 5 kg., presión de detonación 100 kg. A veces utilizada para hacer conección con bombas enterradas.
Foto: Mina antitanque italiana SB81, plástica, diámetro aproximado 24 cm.explosivo contenido 2 kg., y presión de detonación 160 kgr. A prueba de agua y lanzable por helicóptero.
Foto: Mina antitanque tipo TM46 soviético. Similar a la israelí Nro. 6 (usada en Malvinas)
Minas antipersonales utilizadas en Malvinas.
Foto: Mina antipersonal argentina FMk1, plástica, de un diámetro de 8 cm.carga explosiva de unos 150 gr. detonada por una presión aproximada de 50 kg. El FMK-1 es un mínimo de metal, también se utiliza como iniciador de la mina antitanque FMK-3. Explosivo: Mezcla de RDX y TNT.
Foto: Mina antipersonal italiana SB33, plástica, diámetro 8 cm., explosivo contenido 35 gr compuesto de "B", presión de detonación 8 kg. Lanzable por helicóptero, su superficie absorbe partículas de polvo del terreno circundante para ayudar a su mimetización.
La SB-33 es una mina antipersonal de forma irregular de plástico con finalidad antipersonal, pero tendió a circular que fue diseñado para facilitar el camuflaje de forma irregular. Es muy similar a una piedra. De superficie de neopreno elástica (la presión de activación) forma la parte superior de la mina. El conector del detonador está conectado a la parte inferior de la mina, en sintonía con el centro y es el mismo material que el cuerpo de la mina. Por el lado de la mina hay un acoplamiento para la activación del conector (pin) la eliminación de lo que activa la mina. Es completamente impermeable y contiene muy poco metal, por lo que es prácticamente imposible de encontrar, a menudo se encuentra en la orilla del río, o entre la maleza de suelo pedregoso.
Foto: Mina antipersonal española Expal P4B, plástica, diámetro aproximado 8 cm., contenido explosivo 180 gr., presión de detonación de 10 a 15 kgr.
Foto: Mina antipersonal israelí Nro. 4 , tipo caja, habitualmente accionada por un alambre y detonadores de presión o tracción como trampa " cazabobos " , de unos 13 cm. de largo, contenido explosivo de unos 150 gr., presión de detonación de 9 kg. A diferencia de las minas de caja de madera, la N º 4 es duradero y los componentes de la espoleta se platean para resistir la corrosión, por lo que la mina se puede esperar para seguir funcionando durante muchos años.
Este 3 de mayo se cumplen 30 años del ataque de
naves de la Royal Navy contra una pequeña embarcación argentina, que pese a
haber sido impactada por devastadores misiles y haber perdido a su comandante,
pudo mantenerse a flote y navegar de regreso al continente, en contra de todos
los pronósticos.
El aviso ARA “Alférez
Sobral” es un pequeño buque destinado a misiones de apoyo a la flota de la
Armada Argentina que durante los comienzos de la Guerra de Malvinas se
encontraba en la zona de operaciones realizando misiones de patrulla, rescate y
salvamento al noroeste del archipiélago.
En esa zona lo sorprendió
el inicio de las hostilidades del 1 de mayo de 1982, cuando la aviación y la
armada británicas atacaron a las tropas argentinas acantonadas en Puerto
Argentino y provocaron la reacción de la Fuerza Aérea Argentina (FAA), que lanzó varias
incursiones contra el enemigo, algunas de ellas exitosas, pero al costo de
varias pérdidas.
Una de esas bajas fue un
bombardero Canberra MK 62 que fue derribado por los Se Harriers de la Royal
Navy y cuya tripulación fue vista eyectándose de su avión en llamas sobre la
Zona de Exclusión británica.
Suponiendo que esos
aviadores se hallaban con vida en medio de las heladas aguas del Atlántico, el
aviso “Alférez Sobral” recibió la orden de dirigirse a la zona de la caída para
intentar un rescate.
Al mando de esa unidad se
encontraba el Capitán de Corbeta Daniel Gómez Roca, un salteño de 39 años que de
inmediato puso proa hacia el sector indicado, a pesar de saber que en el mismo
podría estar parte o el grueso de la Task Force despachada por Londres para
volver a invadir las Malvinas.
Las probabilidades de
supervivencia de la nave no eran las mejores, ya que se trataba de un buque
construido en 1944, armado con un cañón de 40 mm y dos de 20 mm y sin la
electrónica necesaria para afrontar un combate con alguna unidad naval o aérea
moderna.
El ARA Alférez Sobral
llegó a la zona asignada recién a la noche del 2 de mayo, cuando ya se conocía
lo sucedido con el crucero ARA General Belgrano, otro venerable recuerdo de la
II Guerra Mundial que servía bajo la bandera argentina.
Aunque presentían que
podían estar cerca de la flota británica, Gómez Roca y su tripulación ignoraban
que el radar del destructor HMS Coventry ya los había detectado y había dado la
alerta al portaviones HMS Hermes, buque insignia de la Task Force, que despachó
un helicóptero de transporte Sea King para verificar la presencia del intruso.
En medio de la oscuridad
austral los tripulantes del Sobral oyeron la aproximación de la aeronave y
Gómez Roca ordenó de inmediato que todos ocupen sus puestos de combate,
mientras disponía el cambio de rumbo para abandonar la zona de peligro. El Sea King no representaba en sí una amenaza seria para la nave argentina, pero su sobrevuelo de reconocimiento anticipaba una reacción armada por parte de los ingleses. Efectivamente, un par de helicópteros de ataque Sea Linx, armados con los aún experimentales misiles Sea Skua, partieron de los destructores HMS Coventry y Glasgow para dar caza al Sobral.
Helicóptero Sea Linx HAS.2 con misil Sea Skua. Malvinas 1982 (Imperial War Museum)
A bordo del aviso
argentino todos y cada uno de sus tripulantes se hallaban en sus puestos,
esperando el próximo paso del enemigo. Lamentablemente, la ausencia de un moderno
sistema de detección los obligaba a asumir el combate casi a ciegas.
El primer golpe llegó a
eso de las 2 de la mañana, cuando por estribor se divisaron unas luces
similares a unas bengalas: eran los primeros Sea Skua que disparaba la Royal
Navy en combate.
Uno de los proyectiles
impactó contra una de las lanchas de salvamento, destruyéndola y proyectando
una lluvia de esquirlas que hirieron a parte de la tripulación y dañaron el
sistema de comunicaciones de la nave. Otro misil pasó a pocos metros del
puente, provocando que el encargado de uno de los cañones de 20 mm disparara
contra el mismo, creyendo que se trataba de un avión.
En el breve instante de
calma que sobrevino, Gómez Roca le ordenó a su segundo, el Teniente de Navío Sergio
Bazán, que bajara hasta el puesto de radio para que informara sobre el ataque,
mientras disponía la inversión del rumbo para estabilizar la nave y ofrecer un
mejor campo de tiro para sus pocas armas.
Capitán de Corbeta Sergio Gómez Roca y Capitán
de Navío Sergio Bazán, comandante y segundo oficial, respectivamente, del ARA
Sobral.
La maniobra y el oleaje
imperante en la zona confundieron a los radares ingleses que vieron desaparecer
al buque de sus pantallas, por lo que asumieron que lo habían hundido. Sin
embargo, los helicópteros siguieron en la zona, ante la posible presencia de
otra nave.
Los sensores de los Sea
Linx volvieron a detectar al Sobral unos minutos después y abrieron fuego
nuevamente.
No se sabe si el comandante
Gómez Roca o alguno de los que se hallaba en el puente pudieron ver la aproximación
del misil, ese es un dato que se llevaron a la eternidad.
Una violenta explosión
estremeció al aviso y destruyó la totalidad del puente, provocando la muerte
instantánea del capitán y de otros siete tripulantes. Bazán se salvó porque el
médico lo había detenido en el camino para revisarle la herida sufrida durante
el primer ataque.
De esta forma, el Capitán
de Corbeta Sergio Gómez Roca se convirtió en el primer comandante de
nacionalidad argentina de la Armada en morir en combate.
El cuarto de radio también
había sido afectado por el impacto del Sea Skua, y sólo se pudo rescatar a un
sobreviviente, el cabo Enríquez, gravemente herido.
Objetivo: Salvar el buque y regresar a casa
Bazán logró subir hasta el
puente y descubrió una imagen desoladora:
“No había nadie. Todo
estaba destruido. En un sector vi fuego, sólo fuego. Entonces me di cuenta que
todos los que estaban en ese lugar estaban muertos”.
Las muertes no eran el único problema del
buque, ya que el mismo se había quedado sin gobierno y el incendio generado por
el incendio amenazaba con expandirse por toda la superestructura.
No hubo tiempo para
echarse a llorar por los caídos, Bazán asumió el mando de ese despojo flotante y los equipos de control de daños entablaron
un duro combate contra las llamas, mientras el personal de máquinas logró
restablecer precariamente un sistema de gobierno.
Una vez que el fuego
pareció estar dominado surgió un nuevo problema: La explosión había destruido
todo el instrumental de navegación, tan vital para orientarse en alta mar y tan
necesaria para regresar al continente.
Los sobrevivientes se las
tuvieron que ingeniar para resolver ese problema recurriendo a los
conocimientos básicos de la marinería, tomando en cuenta la dirección de las
olas, que antes del segundo ataque venían del norte. Para calcular la
velocidad, los maquinistas se basaban en las vueltas que daba el eje de la
hélice.
Precisamente hacia el
norte se dirigió el Sobral con sus 52 tripulantes vivos, que esperaban la
llegada del golpe final de los británicos que nunca llegó. Después de navegar
durante un día con ese rumbo, Bazán ordenó desviarse hacia el oeste, en
dirección al continente.
De entre los restos del
puente se pudo rescatar la rosa del compás magnético, inexplicablemente
intacta, que fue colocada en la proa entre las dos cadenas de las anclas y que junto
a dos brújulas de infantería de marina se convirtió en el improvisado
instrumental que los guiaría a su destino.
En ese momento tan difícil
y en medio de constantes rebrotes de los incendios a bordo, el Teniente Juan
Carlos Casal y tres tripulantes solicitaron permiso para izar la bandera de
guerra. Como el palo mayor había sido derribado por el ataque, los marinos la
izaron en la pluma y formaron frente a ella, rindiendo honores a los caídos y a
la insignia nacional, en un gesto que muchos asumieron como un acto de
despedida.
La Fuerza Aérea al rescate
De esta forma, el barco
comenzó a aproximarse a la Argentina continental, sin saber que desde la misma
se había organizado una operación de búsqueda y rescate que involucraba a
aeronaves de la Armada y la Fuerza Aérea, además de embarcaciones civiles.
El 4 de mayo, el Primer Teniente
de la Fuerza Aérea Miguel Lucero, a los
mandos de un helicóptero Bell 212, partió de una base en Comodoro Rivadavia
para participar en las tareas de búsqueda del aviso ARA Alférez Sobral, que
había sido declarado como desaparecido por la Armada, en la creencia de que el
mismo sólo tenía fallas en su sistema de comunicación.
Aviones de ala fija, con
mayor autonomía que el helicóptero, extendían su área de exploración en busca
del Sobral, pero con resultados negativos, debido a las condiciones climáticas
adversas. Por ese motivo se les ordenó regresar a base.
Mientras tanto, a bordo
del aviso herido las cosas no parecían ir mejor, ya que comenzaron a surgir
dudas sobre la exactitud de la navegación, temiendo que el barco se encuentre
en una posición muy diferente de la calculada. Para colmo, se generaron nuevos
incendios entre las ruinas del puente, obligando a los agotados tripulantes a
seguir luchando para que las llamas no terminen de devastar la frágil
embarcación.
El 5 de mayo, Lucero y su
equipo despegaron de Puerto Deseado a las 08:30 de la mañana y se dirigieron hacia el
sur. Después de una hora se cruzaron con el buque Cabo San Antonio de la Armada
Argentina y con algunos pesqueros.
Otra aeronave la Fuerza
Aérea, un Fokker F-27, había detectado una embarcación que no respondía a los
mensajes radiales, por lo que comunicó la novedad al continente.
El helicóptero de Lucero
se dirigió hacia el lugar indicado por el F-27, que se encontraba como a una
hora y media de vuelo. Pasado ese tiempo, el aviador pudo ver medio de la bruma
un pequeño punto perdido en el mar que navegaba a la deriva.
Era cerca del mediodía
cuando los cansados ojos de los sobrevivientes del Sobral vieron aparecer a lo
lejos un helicóptero que se aproximaba a ellos.
De inmediato partieron dos
bengalas que fueron avistadas por
Lucero, que aceleró en dirección al buque.
El ARA Alférez Sobral visto desde el aire (Revista Gente Nº 878)
A medida que el
helicóptero se acercaba, sus tripulantes pudieron ver la cubierta superior
arrasada del aviso, y recién tomaron conciencia de lo que había sucedido.
“Desde arriba pude observar
la alegría de la tripulación. Empezaron a revolear las mantas, a saludarnos y a
abrazarse entre ellos”, recordaba el suboficial auxiliar Horacio Raúl Deseta,
un paracaidista de rescate de la FAA que participó de ese encuentro.
Precisamente fue Deseta el
primero descender sobre el Sobral, suspendido del cable de la grúa del
helicóptero que permanecía en vuelo estacionario a doce o quince metros de
altura.
La operación no era nada
sencilla, ya que había muchos cables y antenas esparcidas por la cubierta del
barco. Deseta hizo señas a sus compañeros para que lo depositaran en una
pequeña área sobre la popa.
Cuando el rescatista fue
depositado en ese lugar, los marinos se acercaron para ayudarlo a sacarse el
arnés y abrazarlo con lágrimas en los ojos. Pero no había tiempo que perder,
Deseta le preguntó a Bazán por los heridos, y éste le señaló que el más grave
era el cabo primero Enríquez, por lo que debía ser rescatado en primer lugar.
Suboficial Auxiliar de la Fuerza Aérea Horacio
Deseta (Revista Gente Nº 878)
El suboficial aeronáutico
pidió al helicóptero que le envíen una camilla para la evacuación, pero surgió
otro problema: fuertes ráfagas de viento azotaban la cubierta y hacían imposible
el ascenso del herido. Valiéndose de unas cuerdas, Deseta improvisó un arnés de
izado para la camilla, donde ya se había colocado a Enríquez.
De esta forma se lo pudo
subir al helicóptero, y luego se hizo lo mismo con otros dos lesionados, siendo
todos trasladados al hospital de Puerto Deseado. Deseta se quedaría con los
heridos menos graves, los muertos y el resto de la tripulación del Sobral.
Más tarde se completaría
el traslado de los lesionados y los cadáveres al ARA Cabo San Antonio, un buque
de desembarco de tanques de la Armada que se encontraba en la zona y que
también remolcaría al Sobral hasta Puerto Deseado, donde llegaría durante la
tarde de ese día, con toda su tripulación formada sobre la cubierta y con la
bandera ondeando desafiante en su improvisado mástil.
La Guerra de Malvinas no
significaría el final de la carrera del ARA Alférez Sobral, ya que el mismo
sería reconstruido en las instalaciones de la Armada en Puerto Belgrano y
volvería a prestar servicios en el Atlántico Sur. Posteriormente, en 2010
recibiría como nuevo destino el apostadero de la Base Naval Mar del Plata.
El ARA Alférez Sobral se despide de Ushuaia para
dirigirse a Mar del Plata, en febrero de 2010 (Gaceta Marinera Digital)
Fuentes:
. Historia de la Fuerza Aérea Argentina- Tomo VI- Vol. 1-
Dirección de Estudios Históricos- 1998.-
. La Guerra de las Malvinas- Versión Argentina- Ed.
Fernández Reguera- 1987.
. La Batalla por las Malvinas- M. Hastings y S. Jenkins-
Ed. Emecé Editores- 1984.
. Revista Gente Nº 878- 1982- Ed. Atlántida.
. Biografía del Capitán de Fragata Sergio Gómez Roca-
Lic. Benicio Oscar Ahumada-
Departamento de Estudios Históricos Navales de la Armada Argentina.
El Cañón de 155 mm. L 33 Modelo Argentino es un cañón de artillería de campaña desarrollado en Argentina para y en servicio con el Ejército Argentino y el Ejercito Croata.
Fue diseñado en las década de 1970 por CITEFA como obús 155 mm L33 X1415 CITEFA Modelo 77 a fin de reemplazar al Obús de 155 mm M114 originario de la Segunda Guerra Mundial que estaba en servicio con el Ejercito Argentino.
La pieza está basada en el arma transportada por el cañón autopropulsado francés Mk F3 155mm sobre chasis AMX-13, el cual sigue en servicio con el Ejercito Argentino.
CITEFA también diseñó una versión ligeramente mejorada Modelo 81.
Hace unos años, Argentina había comprado varios vehículos a oruga franceses de la familia AMX-13, y se comprometió la instalación en el lugar de tanque ligero AMX- 13 armado con un cañón de 90 mm, un VTT (véhicule transporteur de troupes - vehículo transportador de tropas), AMX VCI blindado y cañón autopropulsado de 155 mm Mk F3. En ese momento, el obús remolcado estándar de 155mm del ejército Argentino eran los M114 estadounidenses de la Segunda Guerra Mundial, cuyo alcance no exceda de 14600 metros. Su reemplazo fue dada en el Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas de las Fuerzas Armadas (CITEFA), quien tomó la decisión de crear una nueva imagen que se ajustara en todo el marco superior del Mk F3, es decir, la parte de sí mismo del mismo modo, la cuña, el sistema de retroceso y los cilindros de equilibrio. El prototipo fue satisfactorio y el obús de 155 mm L33 X1415 CITEFA Modelo 77 fue adoptado en 1977 bajo la designación (L33 se refiere a la longitud del cañón medidos por el diámetro de la boca, y en 77 por el año de aprobación).
Una versión ligeramente mejorada, denominada Modelo 81 fue puesto en servicio más tarde. El Modelo 77 fue desplegado a las Malvinas, junto con el obús ligero italiano compacto OTO Melara M56 de 105 mm. Todas estas piezas cayeron en manos británicas que las enviaron en una partida a Gran Bretaña para estudiarlos y exponerlos. El barril del Modelo 77 mide 5115 mm de largo. Está equipado con un freno de boca y un tornillo de doble cabezal de eyección. El bastidor superior es de acero forjado, así como el marco inferior de la abertura de tipo biflèche. Cada flecha con una pequeña rueda de apoyo neumático que facilita el posicionamiento y, en su extremo, una pala de anclaje garantizar la estabilidad del conjunto. En la posición de disparo, las ruedas de carretera se levantan por encima del suelo.
La alerta sobre la base de una fija al bastidor por una plataforma circular balón, que puede compensar un terreno irregular. La distancia al suelo del acoplamiento en la configuración de transporte es de 0,30 m. La tasa máxima de fuego de cuatro disparos por minuto, que cae a una vez por minuto en fuego sostenido. La munición utilizada incluyen una munición de 43 kg (velocidad inicial de 465 m/s, alcance máximo 22.000 m), una de iluminación y fumígena. Según el fabricante, un proyectil propulsado también adicional se encuentra disponible, pero no parece haber sido utilizado durante la guerra de Malvinas.
Servicio
Algunas piezas del Modelo 77 fueron utilizadas durante la Guerra de las Malvinas, las cuales fueron aerotransportadas en las últimas semanas del conflicto a bordo de aviones C-130 de la Fuerza Aérea Argentina a fin de hacer fuego de contrabatería a los buques de la Royal Navy que cañoneaban las posiciones argentinas. Un total de 4 piezas fueron capturadas por los británicos.1
Luego de la guerra en España, Francia y Australia se realizaron pruebas de la capacidad de combate evolucionante de la célula Mirage. Ya los israelíes habían demostrado que era una enemigo feroz de toda línea de cazas soviéticos. En la foto a continuación se aprecia las imágenes de la fotoametralladora del Mirage y muchas "víctimas" en la mira... El primero, el Sea Harrier. Una ventaja táctica que lamentablemente no se pudo aprovechar en Malvinas: Ni los Mirage tenían sonda de reaprovisionamiento (que les hubiese permitido realizar Patrullas Aéreas de Combate por más tiempo) ni la pista de Puerto Argentino fue extendida (un reclamo sobre el que Virginia Gamba insistiría en sus análisis posteriores del conflicto) como para que pudieran operar los deltas.
Los aviones civiles del escuadrón Fénix incluso simulaban que reabastecían en el aire para engañar aún más a los británicos.
La imagen corresponde a la misión de diversión realizada el 11 de mayo por dos Learjet 35 con OF 2058, indicativo "Conde", despegando de Río Grande y el KC-130H, TC-70, indicativo "Ñato". Este último realizó además exploración electrónica, despegando de Río Gallegos a las 07:00 y aterrizando a las 11:00. Se simuló su reabastecimiento teniendo lamisma altura, perfil de vuelo y duración de la recarga que los A-4 o SUE con el fin de provocar la alerta entre los británicos.
Dia: martes 11 de mayo de 1982
Orden Fragmentaria:2058
Tarea:ejecutar una operacion de diversion simulando un REV, verificra reaccion del ENO y cantidad de PAC en vuelo
Avion Reabastecedor: TC-70
Indicativo: ÑATO
Tripulacion:
Mayor Roberto BRIEND
Capitan Eduardo SENN
Capitan Osvlado BILMEZIS
Suboficial Mayor Modeste CUFRE
Cabo Principal Carlos GOLIER
Suboficial Auxiliar Hector SOSA
Suboficial Principal Julio LASTRA
Despegue de GAL: 07:00 hs (L)
Aterrizaje en GAL:11:00 hs(L)
Avion: LR-35
Matricula: LV-OFV
Indicativo: CONDE 1
Tripulacion:
Capitan Antonio BUIRA
Capitan Carlos PANE
Cabo Primero Dardo ROCHA
Avion: LR-35
Mtricula: T-24
Indicativo. CONDE 2
Tripulacion:
Primer Teniente Eduardo BIANCO
Teniente Luis HERRERA
Despegaron de GRA: 07:50hs (L)
Aterrizaron en GRA: 10:40 hs (L)
MAG de la FN en la configuración americana de M240B de última manufactura (con la baranda de Picatinny en la capota del receptor y del extremo plástico)
El FN MAG/M240D la ametralladora de última manufactura montada en clavija (con la baranda de Picatinny en la capota del receptor)
FN MAG/M240G, modificación aligerada para el USMC, sin escudo térmico en el cañón de arma de fuego
Calibre: OTAN de 7,62x51mm Peso: 11 - 13 kilogramos en bipode (dependiendo de la versión), ~21 kilogramos en el trípode Largo: 1260 milímetros Largo del cañón de arma de fuego: 545 milímetros Alimentación: cinta de balas Índice de fuego: seleccionable, 650-750 y 950-1000 tiros por minuto
La MAG (Mitrailleuse d'Appui General = General Purpose Machinegun), había sido desarrollado por la famosa compañía belga FN Herstal en los años 50, como verdadera metralladora universal, que se podría utilizar como ametralladora ligera en bípode, como ametralladora mediana en trípode o como ametralladora montada en vehículo y coaxial en helicópteros, vehículos ligeros blindados y tanques. El diseño básico de la MAG no es no más que el sistema largamente probado de Browning, tomadas del fusil automático M1918 BAR, dada vuelta y adoptadas para la alimentación del cinturón. Los estampados del diseño básico y los presiones tanto de acero usados como sea posible para ahorrar el trabajo y costos, y el arma final tenían el aspecto angular, pero muy serio. De ninguna manera es una belleza, es un diseño extremadamente seguro y probado, que ha visto servicio variado, siendo adoptado por más de diez ejércitos en todo el mundo, incluyendo el belga, británico, australiano, canadiense, los EE.UU. y muchos otros ejércitos. Fue ajustado a los varios vehículos, helicópteros, tanques etc. Hasta ahora que es uno de los GPMG más populares del mundo. En la Guerra de Malvinas fue la ametralladora de apoyo estándar de ambos bandos.
Empleada durante la recuperación del Regimiento de Infantería Mecanizada Nº5 de La Tablada
Descripción técnica
La MAG de FN es un arma automática enfriada aire, con cinturón introducido de balas y operada a gas. Utiliza el sistema de gas del recorrido largo del pistón con el regulador del gas, situado abajo del cañón de arma de fuego. El tornillo es bloqueado al usar un hombro de fluctuación que dedique el corte al piso del receptor. El cañón de arma de fuego enfriado por aire es rápidamente desmontable, con la maneta que lleva sujetada a él para ayudar al manejo del cañón de arma de fuego caliente. El receptor se hace de estampados de acero.
El M240 introduce el uso de cinturones de acero desintegrables de varios largos. El índice de fuego se puede seleccionar entre "bajo" (~650 disparos por minuto) y "alto" (~950 disparos por minuto), dependiendo de la situación táctica, y la ametralladora puede ser disparada en solo en fuego automático. La maneta que carga está situada a la derecha del receptor.
El bipode que se dobla simplemente se sujeta al bloque de gas, y hay puntos de un montaje en la parte inferior del receptor para ajustar en varios montajes, incluyendo trípodes de infantería. Las miras abiertas son ajustadas estándares, y algunas de las últimas versiones de la MAG de producción tienen montajes de la extensión del estilo Picatinny en la capota del receptor. Las ametralladoras estándar se ajustan con la mordaza y el gatillo de pistola, y el extremo de madera (los modelos tempranos) o plástico (de actual manufactura), las pistolas coaxiales (como M240C) tienen el gatillo reemplazado por el solenoide eléctrico, y las versiones montadas en clavija, como la M240D, tienen las mordazas de espada en vez de la mordaza de pistolete y culata.
Dibujo y soldado real argentino portando una MAG
En un trípode plegado de la IMARA en la actualidad
Malvinas y una decisión con la mira puesta en el Siglo XXII La resolución conjunta hispano-británica por la cuestión Gibraltar es una jugada estratégica "muy del futuro". Nos equivocamos si tratamos de entender este hecho puntual como un mero acto de acatamiento del derecho internacional por parte del Reino Unido.
Por Juan Recce
Este no fue un acto con vocación de "iure". Fue un movimiento pragmático que disolvió de un solo golpe una gigantesca bola de nieve que amenaza a los intereses británicos en Europa. Prefirió borrar de plano la posibilidad de cualquier tipo de intromisión de Argentina en las disputas continentales europeas y tras de esta de toda América Latina. Fue una jugada de muy bajo costo.
El Reino Unido no es un país de doble estándar, es un país de "estándares múltiples": Malvinas, Gibraltar, Chagos, el Caribe, etcétera. El único hilo conductor de sus maneras internacionales es el más puro y despoetizado pragmatismo. Aquí no se trata de que tanto Malvinas es como Gibraltar, sino por el contrario, de que tanto Gibraltar es como Malvinas.
Gibraltar es un enclave estratégico importante pero en franca declinación si atendemos tanto a la relocalización de los factores de poder mundial hacia el eje Pacífico como la pérdida de presencia del capital privado europeo en Medio Oriente y el África hidrocarburífera.
Gibraltar es mucho barato que Malvinas a los ojos de los intereses de las corporaciones británicas de poder. Malvinas es la puerta de acceso a la "última frontera planetaria de los recursos naturales" conformada por la última gran porción emergida a escala planetaria no repartida aun entre estados, la Antártida, y la segunda plataforma continental en extensión a nivel mundial, seis millones de kilómetros cuadrados de suelo sumergido argentino. Nunca debemos subestimar la astucia del Reino Unido. Con los ojos en el Siglo "XXII", anuló en un solo golpe el desembarco de la malvinización en las puertas de Europa.