viernes, 14 de junio de 2019

Malvinas: Opción 13, el plan de bombardeo británico de ciudades argentinas desde Chile

"Opción 13": el plan secreto de los ingleses para bombardear Buenos Aires durante la guerra de Malvinas 

La información desclasificada en los archivos británicos revela que existieron planes para lanzar las bombas de los aviones Vulcan sobre la capital. “Ataque a blancos seleccionados en el Continente”, dicen los documentos que detallan las estrategias que se iban perfeccionando o descartando según la evolución del conflicto. La "Opción 13" nunca llegó a materializarse, pero la amenaza jugó un importante papel en la guerra psicológica


Por Alejandro Amendolara  | Infobae


 
El documento secreto del ministerio de Defensa británico con el plan de las operaciones para los aviones Vulcano,, elegidos para bombardear Buenos Aires y otros blancos del continente


Ante la inminencia de una acción militar argentina sobre las islas Malvinas, alertados por los servicios de inteligencia propios y de EE.UU., en una reunión en el Ministerio de Defensa británico en Whitehall, se asumió que nada podía hacerse en el corto plazo para impedirla. En esos momentos, la flota de desembarco argentina aún se encontraba en navegación hacia su objetivo final: la recuperación de las Islas Malvinas.

Eran las 14.00 horas del 31 de marzo de 1982, en la Sala 5301 del edificio del Ministerio de Defensa, cuando se inició el estudio de sanciones y represalias para el supuesto que se concretara la amenaza. En la minuta de esa reunión, se incluyó como posible represalia contra Argentina, que la Real Fuerza Aérea realizara ataques aéreos "sobre ciudades argentinas o a buques en el mar, que tendrían que ser lanzados desde la isla de Ascensión. Sin el apoyo de aviones cisternas, debido a la distancia involucrada en la aproximación, la aeronave tendría que aterrizar para completar la misión en el continente sudamericano, posiblemente Montevideo o Santiago. En consecuencia, en el probable supuesto de negativa en el uso de aeródromos en América del Sur, los ataques sobre blancos argentinos no son factibles".

Para entonces, el ministro de Defensa John Nott ya había ordenado la zarpada de un submarino nuclear hacia el Atlántico Sur, y el alistamiento de dos más. La Marina Real (Royal Navy) desempolvó los planes de contingencia para Malvinas y colocó en alerta a la flota, mientras que la Real Fuerza Aérea (RAF) apresuradamente preparó un plan para bombardear objetivos en Argentina.


La Operación Rosario: 2 de abril de 1982, la Argentina recupera las islas Malvinas

En la reunión de Jefes de Estado Mayor de las fuerzas armadas británicas del 2 de abril a las 15.10 horas de Londres (+3 respecto de Buenos Aires), se discutió la "posibilidad de obtener asistencia de potenciales aliados, particularmente Chile, y en menor medida Brasil", para el empleo de bases aéreas en América del Sur, y se encomendó al Foreign Office para "obtener autorización para el uso de aeródromos en Chile, si se intentara desplegar aviones de la RAF dentro del alcance operacional de las islas Malvinas".

En ese mismo momento, en el Atlántico Sur, se cumplían las etapas finales de la Operación Rosario, que culminarían con la evacuación del Gobernador Rex Hunt y la dotación de Royal Marines de las islas.

A las 9 de la mañana del 3 de abril, se realizó una nueva reunión de Jefes de Estado Mayor para evaluar los acontecimientos ocurridos desde el día anterior. En su transcurso se informó que Chile había recibido una solicitud argentina para que no reabasteciera buques y aeronaves del Reino Unido en ruta hacia las Islas Malvinas, y que Brasil no brindaría instalaciones o asistencia a las fuerzas británicas comprometidas en operaciones contra los argentinos.

No obstante el intenso despliegue diplomático británico, el 4 de abril, el Foreign Office debió informar a los jefes militares que la mayoría de los países sudamericanos habían expresado su apoyo a la Argentina. Pero la embajada británica en Santiago de Chile había comunicado que "existía la posibilidad de apoyo chileno" (Telegrama N° 66 del 3 de abril 82), por lo que se decidió que debían continuar los esfuerzos para determinar la posibilidad de usar aeródromos en ese país.

La RAF echaría mano a los viejos bombarderos Avro Vulcan, cuyo retiro gradual del servicio se encontraba a medio completar cuando estalló la crisis. A pesar de tantos años asignados a operaciones para ataques con cargas nucleares a baja altura dentro de la OTAN, con su gran alcance y capacidad para llevar una importante carga de bombas convencionales, resultaba ideal para la tarea.

Desde comienzos de la década del 70, no habían ejercitado su capacidad de bombardeo convencional ni el reabastecimiento en vuelo, por lo que resultaba indispensable el entrenamiento de las tripulaciones y capacidades de las aeronaves, previo a su despliegue a la Isla de Ascensión.

Las distancias hacia objetivos en Argentina eran más de lo que podía lograr el avión, por lo que –además de sucesivos reabastecimientos en vuelo-, resultaba vital obtener permisos de sobrevuelo y eventual aterrizaje en países sudamericanos para que el bombardeo sea efectivo.

 
Avión Avro Vulcan B.2 utilizado por la Real Fuerza Aérea para cumplir operaciones en el Atlántico Sur. Esta aeronave, matrícula XM597, cumplió misiones sobre Malvinas con misiles antirradar “Shrike” norteamericanos

Se encomendó al Foreign Office obtener esos permisos para sobrevolar Brasil, Perú, Bolivia, Paraguay y Uruguay, y así asegurar la aproximación aérea para incursionar sobre territorio argentino. Las Cancillerías de estos países negaron en forma inmediata los permisos a los británicos.

Quedaba aún abierta la opción de operar desde Chile. Las horas pasaban y la planificación comenzó a contemplar el envío de aviones Vulcan para operar desde bases trasandinas, para lo cual tendrían que trazar una ruta de vuelo desde su base en Gran Bretaña hasta Santiago/Punta Arenas. Ante las negativas de sobrevuelo sobre América del Sur, se debió delinear una ruta que implicaba cruzar el Atlántico Norte, sobrevolar Estados Unidos, y llegar a Chile desde el Pacífico.

Con estas premisas, el 8 de abril se emitió el primer borrador titulado "Operaciones de Vulcan contra Argentina desde Ascensión", para utilizar estos bombarderos contra blancos en Argentina. El concepto de la operación sería el siguiente:
  1. Los Vulcan a gran altura, particularmente de día, serían extremadamente vulnerables a las fuerzas de defensa conocidas. Se recomienda que las operaciones deberían ser contempladas solo de noche y a baja altura. El bombardeo sería realizado por radar, y en consecuencia, los blancos deberían ser de área más que de naturaleza puntual; poblados, aeródromos e instalaciones portuarias serían esa mejor opción.
  2. La distancia extrema desde Ascensión, aún a Buenos Aires con regreso a Ascensión, requeriría el apoyo de 7 aviones cisterna Víctor para un único Vulcan cargando solo 7 bombas de 1.000 libras. Las misiones desde Ascensión hacia blancos en o alrededor de Buenos Aires y la recuperación a la base más cercana con capacidad para Vulcan en Chile, que es Santiago, sería de todos modos considerablemente más efectiva en costo. El requerimiento de cisternas sería de xx Víctor para cada Vulcan; el último reabastecimiento sería realizado apenas antes de las últimas luces a gran altura con una penetración del espacio aéreo argentino realizado en la oscuridad y a bajo nivel.
  3. Una vez en Santiago, los Vulcan proveerán un blanco muy vulnerable para misiones ofensivas de apoyo. De todos modos, desde esta base podrían realizarse ataques convencionales a bajo nivel, y sin recurso de AAR (Reabastecimiento en Vuelo). Sin embargo, se requeriría un sustancial soporte terrestre en términos de hombres y equipamiento para apoyar operaciones sostenidas.

El informe concluía que "Un despliegue hacia Ascensión y una operación única por cada avión desde Ascensión, es una propuesta factible. La capacidad máxima de 56 bombas de 1.000 libras es, sin embargo, de escasa significación real, pero el rápido y despliegue abierto de los Vulcan a Ascensión con sondas de reabastecimiento visibles, Víctor cisterna aparcados a lo largo y anunciando que cada Vulcan es capaz de cargar 21 bombas de 1.000 libras, debe imponer una amenaza real y significativa a Argentina –si ellos creen que tenemos la voluntad de emplearlos".

 
Primer borrador del 8 de abril de 1982. “Operaciones de Vulcan contra Argentina desde Ascensión”

Una consulta informal entre oficiales aeronáuticos de Gran Bretaña y Chile, dio como resultado que John Heath, embajador británico en Santiago de Chile informara, por Telegrama Secreto N°89 del 9 de abril, que "el General López, Jefe de Operaciones de la Fuerza Aérea de Chile (FACH), ha pasado el mensaje vía Griffin para expresar que la FACH se encuentra ansiosa por ayudarnos y expectante de tener que recibir aeronaves británicas en emergencia, por ejemplo, dañadas en combate".

Pero, previendo una represalia argentina sobre los aeródromos chilenos, la ayuda tendría sus condiciones, por lo que el mensaje proseguía: "En razón de la debilidad de la defensa aérea en los aeródromos del sur, especialmente Punta Arenas y Balmaceda, la FACH necesita urgentemente lo siguiente, en anticipación de un posible ataque argentino: a) 4 ó 5 unidades antiaéreas móviles Bofors 40/70 (usadas); b) 2 unidades de Bloodhound".


Vulcans y Nimrods en la isla Ascensión

La urgencia resultaba ser tal, que Heath aclaró en el telegrama que "la FACH estaría lista para comprarlos inmediatamente por contrato comercial y a precio normal, y enviar mañana un C-130 al Reino Unido si fuera necesario para recogerlos. Como no tienen experiencia en unidades Bloodhound en particular, la FACH estaría lista para recibir expertos británicos vestidos sin insignias para operar las unidades, lo que será normal para contratos comerciales similares para armamento nuevo".

El diplomático británico solicitó respuesta inmediata sobre estas posibilidades y requerimientos para poder contar con información para la reunión del 12 de abril, a la que lo había convocado el Comandante en Jefe de la FACH, general del aire Fernando Matthei Aubel, en la cual "seguramente se levantará el tema".

"... el General López, Jefe de Operaciones de la Fuerza Aérea de Chile (FACH), ha pasado el mensaje vía Griffin para expresar que la FACH se encuentra ansiosa por ayudarnos y expectante de tener que recibir aeronaves británicas en emergencia, por ejemplo, dañadas en combate".


El mensaje era música para los oídos de los oficiales aeronáuticos británicos. Contarían con una base a pocos cientos de kilómetros de las bases argentinas, y la factibilidad de la opción de bombardear Buenos Aires comenzaba a tomar forma.

Pero el general Augusto Pinochet dejó en claro a sus Jefes de Estado Mayor, que no autorizaría que los británicos iniciaran operaciones militares contra Argentina desde territorio chileno, por temor a provocar a "un vecino inestable". A pesar de ello, no habría problemas en recibir en aeródromos chilenos aeronaves británicas "en emergencia".

 
Telegrama Secreto N°89 del 9 de abril de 1982 del embajador británico en Santiago de Chile. “La FACH se encuentra ansiosa por ayudarnos y expectante de tener que recibir aeronaves británicas en emergencia, por ejemplo, dañadas en combate”

El Jefe del Estado Mayor de la Defensa, almirante Terence Lewin, encomendó la preparación de un documento de trabajo estableciendo las opciones para la Operación Corporate. Siguiendo sus instrucciones, y tras la consulta a cada una de las fuerzas armadas, al ministerio de Defensa, y al Foreign Office, se confeccionó un listado de opciones, que se dividía entre aquellas que se encontraban en curso y las que quedarían disponibles para su futura consideración. Se pretendió formular una graduación en orden ascendente de acuerdo al impacto político-militar de cada una, en base a apreciaciones eminentemente subjetivas, que se revisarían y eventualmente se modificarían a medida que evolucionara la situación.

Entre las opciones futuras, bajo el título "Ataque a blancos seleccionados en Argentina Continental" se encontraba la "Opción 13", bajo la cual se fijaba el objetivo y las circunstancias que se consideraban operarían a favor y en contra de la iniciativa.

Entre los primeras, se señalaban la obtención de la sorpresa; la reducción de la efectividad de la Fuerza Aérea Argentina; la posibilidad de aferrar la defensa aérea argentina en forma remota al área del conflicto. Las desventajas serían las repercusiones internacionales; el cuestionamiento de la legalidad de los ataques; la justificación directa para aplicar represalias contra expatriados británicos en Argentina, entre otras.

Contando con nuevos datos y estimaciones, el 10 de abril se introdujeron modificaciones a la planificación. Se concluyó en el informe que "un despliegue hacia Ascensión, y un solo vuelo saliendo de Ascensión por cada uno de los ocho Vulcan a fin de atacar blancos en los alrededores de Buenos Aires, es una proposición factible. La capacidad de 168 bombas de 1.000 libras es significativa, a pesar de la limitada precisión de los Vulcan operando de noche en misión convencional".

Se insistía con el aspecto psicológico que la maniobra pudiera causar entre los argentinos: "el despliegue rápido y abierto de los Vulcan a Ascensión, con sondas de reabastecimiento visibles, y los Víctor cisterna aparcados a su lado, constituirá una amenaza real y significativa a Argentina –si están convencidos que tenemos la voluntad de emplearlos".

En paralelo se confeccionó un informe con los posibles blancos de carácter económico en territorio argentino, apuntando principalmente a campos y refinerías petrolíferas; yacimientos y sistemas de gasoductos, sobre nudos de las redes ferroviarias, y el sistema de carreteras, y de sus efectos para el esfuerzo militar y sobre la población.

 

En la reunión del Gabinete de Guerra del mediodía del viernes 16 de abril, presidida por Margaret Thatcher, se discutió la filtración a la prensa sobre el reacondicionamiento de los aviones Vulcan y su capacidad para llegar a blancos sobre territorio continental argentino

La isla de Ascensión se encontraba en medio del Océano Atlántico, y lejos de los ojos argentinos. Había que difundir los preparativos de las misiones de bombardeo, y que los mandos militares y opinión pública argentina tomaran conocimiento de ellos. Pero ¿cómo se lograría?

Cumpliendo directivas del Gabinete británico, el 11 de abril de 1982 se constituyó el Grupo de Proyectos Especiales, bajo la dirección del Coronel T.S. Sneyd, en el ámbito del Ministerio de Defensa, para la preparación y promulgación de las operaciones de decepción y propaganda. Sus planes serían implementados por el Servicio Secreto de Inteligencia y por el Foreign Office.

El arte del engaño o decepción, es tan antiguo como la guerra misma. En las operaciones militares convencionales, los comandantes no solo deben motivar a sus tropas, sino también buscar afectar la del enemigo. La propaganda, como elemento crucial de las acciones psicológicas, debe basarse en información que resulte creíble para el enemigo.

Apenas dos días después de los desembarcos argentinos en Malvinas, el 4 de abril, el periodista Jon Connell, del Sunday Times, realizó un análisis sobre las distintas opciones militares para "recapturar las Falklands", expresando que "una posibilidad, por supuesto, sería no atacar las Islas Falklands sino Argentina misma –sus bases militares y navales costeras".

Los cuadros comparativos de las fuerzas de ambos países mostraban un claro desbalance a favor de Argentina en el número de medios aéreos. La opinión pública británica comenzaba a preocuparse sobre el éxito de la fuerza de tareas.

En la reunión del Gabinete de Guerra del mediodía del viernes 16 de abril, presidida por Margaret Thatcher, se discutió la filtración a la prensa sobre el reacondicionamiento de los aviones Vulcan y su capacidad para llegar a blancos sobre territorio continental argentino.

La noticia sería publicada el próximo domingo en el Sunday Express en primera plana. A pesar que el acta de la reunión refleja la lamentación por no haber logrado detener la filtración, los asistentes concluyeron que "si bien en realidad no hay intención de atacar el continente argentino, podría existir alguna ventaja militar si los argentinos lo temieran".

Ese mismo domingo 18 de abril, la portada del Sunday Express titulaba "Los Vulcan listos para golpear Argentina". La nota, firmada por Michael Toner, relataba con detalle el alistamiento de los bombarderos y de su despliegue al Atlántico Sur, y que si bien no estarían equipados con bombas nucleares, "tendrán la capacidad para destruir cada aeródromo y puerto naval argentino", y que "si los Vulcan eran empleados adecuadamente, toda la estructura militar argentina podría ser destruida".



El periodista reconocía en su nota que la decisión de utilizar los Vulcan contra Argentina "puede ser un resultado del trabajo de 'operaciones psicológicas'" dentro del Ministerio de Defensa. "Un poco conocido grupo de expertos ha estado trabajando horas extras para desalentar y desestabilizar la opinión militar en Argentina". Tal vez, al decirlo, Toner reconocía implícitamente su participación en la acción de propaganda. Su nota contenía detalles similares a la planificación del 10 de abril, y que el Gabinete ahora había considerado oportuno que llegara a oídos argentinos.

Toner concluyó describiendo la amenaza en términos inequívocos: "No hay duda que la mera amenaza de operaciones de Vulcan aterrorizará a cualquier experto en Argentina que conozca lo que pueden hacer estos aviones. Pueden destruir cualquier blanco virtualmente a voluntad. Solo con ese hecho, se le podría prácticamente garantizar inmunidad a la flota británica en el Atlántico Sur contra ataques aéreos argentinos".

La acción psicológica ya había dado su puntapié inicial. La noticia, tomada por las agencias internacionales, fue replicada profusamente en los medios británicos y argentinos durante los días siguientes. La "diplomacia de cañoneras" hacía una nueva demostración de lo que estaba en condiciones de hacer.

 
“Por qué deberíamos bombardear Argentina”, declaraciones de Winston Churchill (nieto), en el periódico The Sun, el 23 de abril de 1982

Fue el vocero del Partido Conservador, el parlamentario Winston Churchill, nieto del famoso primer ministro británico, quien, en una nota publicada por el periódico The Sun el 23 de abril, bajo el título "Por qué deberíamos bombardear Argentina", justificaba las acciones sobre el continente ante la amenaza de la aviación argentina operando desde sus bases en el litoral Atlántico contra la fuerza de tareas británica.


El fin de un Vulcan si hubiese sido interceptado por los Mirage III

Expresaba Churchill: "Un factor adicional evidente, que hasta ahora podría haber sido pasado por alto por la Junta, es la capacidad de la fuerza de bombarderos Vulcan de la RAF para eliminar –si fuera necesario-, todas las bases aéreas argentinas clave en el continente con un único ataque sincronizado al estilo israelí. Desde bases en el Atlántico Sur los Vulcan tienen el alcance y la capacidad para hacer cráteres en las pistas con bombas convencionales y destruir en tierra la mayor parte de la Fuerza Aérea Argentina con bombas de racimo… Eliminar a la Fuerza Aérea Argentina con un golpe rápido y devastador, garantizaría la victoria para la Fuerza de Tareas, y aseguraría un mínimo de bajas británicas".

Si bien las fuerzas argentinas estaban tomando las medidas adecuadas para la defensa del territorio argentino, de sus bases aéreas y de las instalaciones estratégicas en el territorio nacional, también comenzaron a actuar las organizaciones de Defensa Civil y las delegaciones locales de la Cruz Roja Argentina.

Pero la reacción más pintoresca fue la del Semanario Tal Cual, en su edición del 23 de abril, que esbozó una serie de interrogantes y respuestas ante "estos momentos de tensión e incertidumbre que vive el país", con recomendaciones prácticas ante un bombardeo de la ciudad de Buenos Aires.
  • Si [la guerra] llega al continente ¿llegará a Buenos Aires? – Si es una guerra abierta entre los dos países, puede ser bombardeada tanto Buenos Aires como Londres o cualquier ciudad.
  • Si llega a Buenos Aires ¿se construirán refugios? – Seguramente, ya que no serán suficientes los refugios naturales (sótanos especiales, subterráneos, etc.)
  • ¿Hay que evacuar la ciudad? – Esta posibilidad se atenderá únicamente si existiese un ataque con invasión a Buenos Aires.
  • En caso de bombardeo, ¿qué hay que hacer? – Los miembros de la Defensa Civil instruirán a la población a su debido tiempo, por todos los medios de información que están a su alcance (radio, TV, etc.).
  • ¿Cuáles son los refugios para bombardeo? – Los naturales, las construcciones de hormigón armado que estén bajo la superficie. Subterráneos, garajes subterráneos, sótanos de grandes edificios (el Barolo en Avenida de Mayo al 1300, tiene sótano anti-bombardeo).

El 4 de mayo de 1982, el destructor HMS Sheffield fue alcanzado por uno de los dos misiles Exocet lanzado por los Super Etendard. La opción de bombardear Buenos Aires se diluía y los ingleses se concentraron en las Bases Aéreas

En Buenos Aires la guerra todavía parecía muy lejana, y se confiaba en una solución pacífica del conflicto. No había necesidad de buscar refugio o prestar atención a las prevenciones. En cambio, en las principales ciudades del sur argentino, en donde eran incesantes los movimientos de tropas y armamentos, las autoridades y la población habían tomado completa conciencia de la eventualidad de un ataque, realizando ejercicios de oscurecimiento y simulacros de evacuación a refugios y medidas de protección ante bombardeos.

En el atardecer del 30 de abril, llegó a los comandantes argentinos el aviso del despegue de aviones Vulcan y Víctor cisternas desde la Isla de Ascensión, apreciándose que tendrían como destino el litoral continental.

Los soviéticos habían desplegado un buque "científico" para que navegara en proximidades de la isla, por lo que presumiblemente fue quien dio el alerta ante semejante movimiento de aviones. Sin embargo, el rumbo tomado por los atacantes sería Malvinas.

A las 4.40 de la madrugada del 1° de mayo se efectivizaba la amenaza del Vulcan, lanzando sobre la pista del aeropuerto la cantidad de 21 bombas de 1.000 libras, de las cuales solo una impactó en forma efectiva, rápidamente reparándose los daños. Se iniciaban así las misiones denominadas "Black Buck" por los británicos.

Con el desarrollo de las operaciones militares, y el acceso a mayor información de inteligencia, la "Opción 13" continuó reformulándose. El 4 de mayo de 1982, el destructor HMS Sheffield fue alcanzado por uno de los dos misiles Exocet lanzado por un par de aviones Super Etendard que operaban desde la Base Aeronaval de Río Grande, en Tierra del Fuego.

La opción de bombardear Buenos Aires se diluía de las planificaciones, que ahora se concentraron principalmente sobre las Bases Aéreas Militares en el sur del continente. En cada oportunidad en que la flota británica recibía un golpe certero de la aviación argentina, se ajustaban las planificaciones ante la presión parlamentaria y de la opinión pública.

No obstante, la idea de bombardear Buenos Aires, que había surgido aún antes del 2 de abril y descartada a medida que evolucionaban las operaciones, recobró vigencia el 13 de mayo, pero para una nueva acción psicológica.

 
Recorte del periódico “Daily Express” del 19 de abril de 1982, con la especulación de los posibles blancos en territorio continental argentino.

Previo a los desembarcos británicos en San Carlos, en la isla Soledad, la aviación argentina basada en tierra era considerada como la principal amenaza para el establecimiento de una cabeza de playa segura.

El Grupo de Proyectos Especiales realizó una propuesta para "pasar el rumor por medios discretos no atribuibles que se están planificando ataques diurnos con bombarderos Vulcan contra blancos al norte en el continente, previos a cualquier desembarco principal en las Islas Malvinas". Con ello se intentaría reducir la cantidad de aviones atacantes en el área de operaciones de Malvinas, replegando algunos elementos hacia los aeródromos en el norte.

De todos modos, para que fuera efectivo, el rumor debía resultar creíble y atractivo para los mandos argentinos, el Grupo consideró que "si se difundiera que los ataques están siendo cambiados a horas diurnas, ello podría motivar a la Fuerza Aérea Argentina a buscar activamente el enfrentamiento a fin de lograr una victoria prestigiosa derribando un Vulcan. Indicando que los ataques serán realizados contra una instalación grande de combustible cerca de Buenos Aires, una opción creíble, se espera que atraiga algunos cazas al norte".

El Coronel T.S. Sneyd, finaliza su informe expresando: "Se recomienda que se otorgue autorización para emplear medios discretos y no atribuibles para informar a las autoridades argentinas que aviones Vulcan van a atacar instalaciones de combustible en el área de Buenos Aires a la luz del día en el futuro cercano. Se destacará que el cambio a bombardeo en horas diurnas es a fin de lograr mayor precisión y así reducir bajas civiles".

Las consecuencias políticas de una acción británica sobre el continente condicionaron cualquier ataque de estas características. Argentina encontraba apoyo en el ámbito de la Organización de Estados Americanos, y siempre quedaba latente la posibilidad de regionalizar el conflicto. Era un riesgo que Gran Bretaña no pretendía asumir. Había justificado su reacción militar en el principio de legítima defensa del Artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas y en la Resolución 502 del Consejo de Seguridad, por lo que un ataque abierto sobre el continente parecía innecesario, y ello pondría en peligro la legalidad de sus acciones.



Siempre existió la posibilidad de que Gran Bretaña pudiera fracasar en su objetivo militar primario en las Islas Malvinas, y que la Fuerza de Tareas fuera humillada. Fue así que, hasta el final del conflicto nunca se descartó la idea de estos ataques sobre el continente, ni se suspendieron las planificaciones.

La opción quedaría reservada para cuando las necesidades operativas militares así lo requirieran, siempre que justificara el medio empleado, y se soportara la condena internacional. La "Opción 13", de "Ataques a blancos seleccionados en Argentina Continental", siempre estuvo sobre la mesa de planificación, a la espera de obtener luz verde en el Gabinete de Guerra.

El bombardeo de la ciudad de Buenos Aires permaneció vigente en la mente de los planificadores británicos como también en el diseño de las acciones de guerra psicológica.

Cumplidos 37 años de que Charly García compusiera la canción "No bombardeen Buenos Aires", ahora sabemos que su plegaria no fue ficción.

martes, 11 de junio de 2019

Perros en las Malvinas

Perros en la Guerra de las Malvinas

La Gazeta


Tom - El perro artillero.


El camión me esperaba afuera, junto a mis soldados y los equipos. Tomé un gran manojo de camperas y me dirigí a la carrera, pero se me cruzó un perro de la base que habíamos criado desde cachorro y me hizo caer. Me levanté maldiciendo, tomé otra vez las camperas y retomé mi camino, pero a los pocos metros otra vez el perro me hizo caer. De la bronca, lo tomé y le dije "Estás jodiendo, entonces venís con nosotros a Malvinas" y lo subí al camión.

Al ver el perro, el soldado Cepeda me preguntó asombrado - "¿Y eso mi Cabo Primero? ¿Como se llama el perro?"

Entre risas le contesté - "Desde hoy se llama Tom, porque vamos al Teatro de Operaciones Malvinas"

Al poco tiempo se transformó en el ser mas mimado y querido entre todos, pero debíamos ocultarlo de los superiores, por eso en las inspecciones siempre estaba dentro de algún bolso, campera o saco de dónde solo salía su hocico para respirar.

Luego de unos días de espera en Santa Cruz partimos en un Hércules hacia las Islas Malvinas transportando a nuestro personal, dos cañones Sofma, un Unimog y desde luego a Tom, que para esa altura ya era otro soldado movilizado del Grupo de Artillería 101.

En Malvinas Tom se comportó como un bravo artillero. Cuando tirábamos con la máxima cadencia de fuego hacia los británicos, él se paraba delante del cañón como el mejor de los combatientes; siempre ladraba y jugaba con aquél que estaba bajoneado en los momentos de calma para darle ánimo; cuando había "alerta roja de bombardeo naval" era el primero en salir del refugio para buscar a los más alejados y el último en entrar a cubrirse; y muchas veces su instinto canino presintió los bombardeos aéreos antes que se gritara la alarma, lo cual manifestaba con ladridos que ya conocíamos. Compartía con nosotros la comida y los soldados le fabricaron un abrigo con los gorros de lana y bufandas.

El 11 de junio, a las 11:15 hs, un avión pirata se lanzó frenéticamente sobre nuestra posición bombardeando nuestro cañón y haciéndolo estallar, nosotros corrimos a cubrirnos y Tom, como siempre, parado sobre una roca ladraba dando la señal de alerta.


El avión efectuó otra pasada, esta vez ametrallando con furia nuestra tropa que repelía el ataque con fusiles, en ésta oportunidad varios fueron heridos (yo entre ellos), y Tom, que corría avisándoles a los más distantes fue alcanzado por las esquirlas.

El humo y el olor a pólvora cubrieron el lugar. Como pudimos, heridos, buscamos a Tom y lo encontramos tendido sobre una piedra inmóvil, con sus grandes ojos negros mirándonos y despidiéndose lentamente de sus camaradas.

Allí quedó para siempre nuestro cañón y el mejor testigo de esta Gesta, nuestro querido Tom. Allá en la fría turba malvinera él es otro bastión argentino, que junto a los héroes que dieron su vida por la Patria , significan soberanía y un especial estilo de vida.

Cuando volví al continente, en honor a él, todos los perros que tuve se llamaron Tom y mientras yo viva así lo haré.

Tom en Malvinas fue mi mejor amigo. ¡Y yo... jamás olvido a mis amigos!

(Fuente: Relato del Cbo 1º VGM Omar Liborio del GA 101 EA)

Perros de la guerra de Malvinas


La Infantería de Marina de la Armada Argentina cuenta con el honor de haber destacado perros de guerra en la Gesta de Malvinas de 1982, contándose con numerosas actuaciones heroicas por parte de estos "soldados"

De la dotación de perros de guerra de la ARA Veteranos de Malvinas, el que superó a todos en longevidad, fue Vogel, un ovejero alemán nacido en la Base Naval de Puerto Belgrano e hijo de Tell y Nixie, también nacidos en la BNPB.

Luego de la Gesta de Malvinas presidió todas las ceremonias de la Unidad luciendo en su capa la condecoración de Veterano de Guerra de Malvinas, y al fallecer el 1 de diciembre de 1991, fue enterrado en la BNPB mirando hacia las Islas Malvinas y con un monumento en honor a los perros Veteranos de Guerra.

Xuavia

La perra Xuavia estaba preñada cuando partió a la Gesta de Malvinas, siendo su Guía el Soldado C/62 Carlos Silva del Batallón Seguridad ARA Agrupación Perros de Guerra.

En la noche del 13 al 14 de junio, luego de soportar un intenso bombardeo británico sobre las posiciones argentinas, Xuavia regresaba junto a las tropas patriotas a Puerto Argentino pero repentinamente se separó y corrió hacia la negrura de la noche.

Varias horas después fue encontrada dándole calor con su cuerpo a un soldado argentino herido, el cual fue llevado prontamente hacia el hospital por los camilleros y enfermeros del Ejército. De no haber sido por Xuavia ese soldado habría muerto congelado y desangrado.

Luego del conflicto Xuavia regresó a su base naval y dio a luz a nueve cachorros con parto normal. El padre fue Duque.

domingo, 9 de junio de 2019

Brigadier Crespo, el temido planificador de la FAS

Malvinas: el aviador admirado por los ingleses que se negó a rendirse por respeto a sus compañeros caídos en combate 

Por Gustavo Córdoba | Infobae


 
El brigadier Ernesto Crespo (quinto desde la derecha) cuando era un joven piloto de los caza Calquin en su Mendoza natal. Entonces no intuía el desafío que enfrentaría muchos años después al mando del comando de la Fuerza Aérea Sur durante el conflicto de Malvinas.

El memorable desempeño de los pilotos argentinos durante el Conflicto del Atlántico Sur debe gran parte de su éxito a la estrategia aérea planeada desde el continente por un hombre de bajo perfil, más tarde elegido por su compromiso democrático como Jefe de la Fuerza Aérea por Raúl Alfonsín. Aquel veterano de la Guerra de Malvinas, un mendocino parco inmune a los elogios, fue el brigadier Ernesto Crespo, fallecido hace un mes a los 89 años.

Crespo fue el "silencioso" estratega al mando del Comando de la Fuerza Aérea Sur (FAS). Aquella legendaria cuadrilla de intrépidos cazabombarderos a bordo de A4, M3, M5 Dagger y Camberra MK62 operó albatros suicidas desde la base de Comodoro Rivadavia. En ominosos vuelos rasantes, los pilotos hundieron a los buques de la Royal Navy HMS Ardent , Antelope, Coventry, Sir Galahad, produjeron averías en otras 11 naves e inutilizaron a otros 9 más. Esa herida en orgullo británico llevó durante mucho tiempo su nombre.

 
Las bombas que lanzaban los pilotos de la FAS sobre los objetivos navales

Crespo lideró a los pilotos argentinos para que doblegaran a los buques enemigos e impidieran en un primer momento desembarcar en Malvinas. La corta pista del aeropuerto en Puerto Argentino restringía la operatoria de los cazabombarderos. Por eso se priorizó el ataque a los objetivos navales desde el continente y más tarde a los objetivos terrestres en febriles vuelos con un margen de 3 o 4 minutos para el ataque. El tiempo apremiaba y había que regresar a tierra con el último hálito de combustible.

Esta es la historia "secreta"

Era el 14 junio de 1982 cuando el Reino Unido despachó las actas de capitulación. El original estaba escrito en inglés, había una copia en español y cualquier modificación en los términos de la rendición debía ser supervisada en 10 Downing Street.

Aquel día el brigadier Ernesto Crespo se encontraba en su puesto comando en Comodoro Rivadavia cuando recibió una llamada desde las islas Malvinas. Un integrante de la Fuerza Aérea Argentina le comunicó que los británicos exigían su rendición y que lo habían incluido en el acta de capitulación.

Antes de cortar intempestivamente el teléfono, Crespo fue claro:

–De ninguna manera nos vamos a rendir. Seguiremos atacando. Cargo ya con el peso de haber mandado a combatir a mucha gente. No puedo decir así como así "me rindo".

A los pocos minutos el teléfono volvió a sonar.

–Señor, los ingleses han cambiado de opinión y le piden su palabra de honor de que usted no va a atacar más.

 
Pilotos de M5 Dagger en la sala de reunión de la base antes de emprender las misiones aéreas

Crespo analizó el escenario con su Estado Mayor: el componente militar argentino en Malvinas se había rendido, entregado su armamento y todo elemento de interés para el enemigo. Continuar el combate, con el costo de vidas humanas, resultaba estéril.

Con dolor, accedió y dio su palabra de honor de que no atacaría. Aquella promesa verbal fue la única palabra de honor que se dio para cesar las hostilidades.

El almirante Sandy Woodward al mando de la Task Force durante el desembarco tenía la orden neutralizar a la Fuerza Aérea. Incluso si eso obligaba a bombardear las bases continentales.

 
El brigadier Ernesto Crespo falleció hace un mes, a los 89 años

Fue la Guerra de Malvinas la que forjó la reputación de prestigio de la FAA ante el mundo. Muchas potencias implementaron profundos cambios, reescribiendo sus manuales de doctrina, estrategia y táctica militar al estudiar la actuación de la aviación argentina.

 
El A4C, con el armamento colocado, a la espera del despegue rumbo hacia la zona del conflicto en 1982

Sólo es posible dimensionar el papel que cumplieron los aviadores al contraponer los resultados obtenidos con las dificultades que enfrentaron en la etapa de alistamiento y adiestramiento de la fuerza de ataque además de las desventajas afrontadas durante las hostilidades por las carencias tecnológicas, técnicas y materiales ante la superioridad del enemigo.

Esa asimetría sólo pudo ser subsanada con esfuerzo, ingenio y creatividad. Y se reflejó en el espíritu y valor que demostraron los pilotos y tripulantes que atacaron a los buques de superficie de la flota Británica: en 44 días se le infligió a la Royal Nayy un daño superior en proporción a cualquier daño infligido a las Armadas que intervinieron en la II Guerra Mundial.

La flota británica sufrió la pérdida de 7 barcos de guerra, otros 5 quedaron fuera de combate y 12 resultaron con averías de consideración. En total, sobre 42 naves, 24 fueron hundidas o dañadas; es decir, más de la mitad de las que llegaron para combatir al Teatro de Operaciones del Atlántico sur (TOAS).

Todo esto hizo retroceder a la Task Force causándole severos daños y obligando a los británicos a alejarse de las islas y pedir refuerzos.

 
Armeros de A4 bautizaban las bombas MK17, de 1000 libras, destinadas a la flota británica

Crespo había dicho en su momento: "Si alguien creyó que la frase 'Defender la Patria hasta perder la vida' era sólo una declaración, esta es la hora de la verdad".

Su juramento era de sangre, estaba basado en su formación y en su compromiso de honrar a la Patria. El jefe de las FAS sostenía que debía combatir "hasta el último hombre, incluso quien les habla". Ese ideario involucraba además un fuerte sentido de responsabilidad y compromiso hacia los hombres y mujeres que se desempeñaban bajo sus órdenes. Son incontables los testimonios que encomiaron su guía y su apoyo tanto en lo técnico y logístico como en lo moral y espiritual. En misiones con alto riesgo de vida, Crespo no seleccionaba pilotos, pedía voluntarios. Y siempre los había.

 
Pilotos, mecánicos, técnicos y soldados del Escuadrón M5 Dagger antes de una de las misiones en Comodoro Rivadavia

A su regreso, aun hasta en los momentos más difíciles en los que había que lamentar bajas (hubo 37 pilotos fallecidos), bajaba a la pista para conocer las condiciones en que encontraban sus subalternos e los consolaba ante las pérdidas humanas.

Había dado su palabra de que no iba a abandonar a nadie de la Fuerza Aérea bajo ninguna circunstancia, palabra que cumplió hasta el final. Incluso en los años posteriores al conflicto, acompañando a las viudas y familiares de los caídos en combate, haciendo previsiones para que no les faltara nada, para que sus hijos pudieran educarse y tuvieran dónde vivir.

¿Qué atributos y cualidades poseía Crespo que llevaron a sus hombres a seguir combatiendo sin dudarlo hasta el final, aun sabiendo que las posibilidades de lograr una victoria militar eran ínfimas?

Ernesto Horacio Crespo (1929-2019) egresó como aviador de la Escuela de Aviación Militar en 1952. Quienes lo conocieron lo recuerdan como una persona recta, estricta y de extrema dedicación al trabajo. De carácter pragmático, templado y a la vez firme para tomar decisiones, era un planificador meticuloso que respetaba y escuchaba al profesional en su trabajo. Incorporaba aportes ajenos, si estos contribuían, y sabía delegar responsabilidades. Sus subalternos lo recuerdan como un líder justo y accesible. Su reconocido estilo de ayudaron a consagrarlo, tras su actuación en las FAS, como Jefe de Estado Mayor General de la FAA.

El llamado a la guerra

El 1° de abril de 1982, mientras se desempeñaba como Jefe de la IV Brigada Aérea de Mendoza, recibió la orden de presentarse de urgencia en Buenos Aires con el preaviso de que debería permanecer fuera de su destino por un largo tiempo. A su arribo en el edificio Cóndor le informaron que una Fuerza de Tareas Anfibias argentinas había desembarcado en Puerto Argentino.

Se lo nombró entonces Comandante del Componente Aéreo del Teatro de Operaciones del Atlántico Sur (TOAS): debía implementar todas las bases de operaciones y de despliegue establecidas por el Comando Aéreo Estratégico (CAE) en la Patagonia, además de recibir el material y el personal necesario.

Le habían asegurado, en un principio, que si se desataba la guerra –él estaba convencido de ello-, la FAA no tendría que combatir porque no era su responsabilidad primaria.

Según la Resolución Nº 01/69, el Ejército sería responsable del teatro terrestre, la Armada del marítimo y la FAA del espacio aéreo hasta las 12 millas de la costa.

No deberían volar sobre el mar, salvo para realizar tareas de exploración lejana. En consecuencia, la Fuerza Aérea no debía adiestrarse, adquirir armamento, o aeronaves para combatir en el mar.

Así, a pesar de haber volado intensamente por varios años, para los pilotos de la FAA el perfil de un barco en el mar era una incógnita: no sabían cómo estaban pintados, que largo tenían, con cuántos aviones se podía atacar, cómo influían en el océano la lluvia o la niebla. Con poco tiempo por delante, el Jefe de la FAS se puso de inmediato a organizar y preparar la nueva fuerza de ataque.

 
El mayor Piuma les relata a sus compañeros el combate aéreo frente a un Harrier y su posterior eyección. Tiene los ojos con hematomas producto de la eyección a alta velocidad

La Armada proveyó un destructor con modernas baterías de proyectiles antiaéreos y sistemas de radar similares a los de las naves de la flota británica para que los Mirage III, los M-5 Daggers y los Douglas A-4 Skyhawk de la FAA pudieran realizar ejercicios de adiestramiento.

La tarea consistía en simulacros de bombardeo contra el destructor mientras que este fingía una defensa a base de misiles y efectuaban maniobras evasivas. Los resultados no fueron alentadores: a los pilotos se les dificultaba hallar a la flota nacional, a pesar de haberse establecido de antemano las coordenadas, ubicación y frecuencias a utilizar. Ante el golpe psicológico que todo produjo, se trabajó para revertir la situación anímica y generar la confianza necesaria para que los pilotos pudieran hacer frente a los desafíos impuestos en cada misión.

 
Los pilotos de A4 antes de salir al combate en el Atlántico Sur

El brigadier Crespo, también, planificó y ejecutó las tareas de apoyo logístico a las tropas destacadas en Malvinas, situación que analizó desde el punto de vista aéreo para que los pilotos pudieran divisar a las naves enemigas. Así fue como seleccionó tres posiciones: San Carlos, Darwin y Bahía Agradable.

Consultados los asesores de la Armada en el Comando de la FAS, concluyeron que era imposible que sucediera un desembarco allí o que la flota utilizara esos lugares, ya que eran aguas poco profundas y pedregosas. No obstante, el Estado Mayor se quedó con aquellos lugares.

Se confeccionaron las órdenes fragmentarias (OF) para los tres lugares, para que las unidades cumplieran determinadas misiones. Las OF fueron entregadas a las unidades a mediados de abril, de manera que los pilotos practicaran durante sus vuelos de reconocimiento sobre aquellos lugares que desde el punto de vista aéreo se presumía iban ser utilizados. Tiempo después se revelaría que los británicos habían determinado, a priori, una veintena de posiciones posibles de desembarco, quedándose luego con dieciocho y seleccionando por último tres: San Carlos, Darwin y Bahía Agradable.

 
Uno de los Pucará lA 58 en la base de San Julián

Antes de intervenir en el conflicto, el Brigadier Crespo y su Estado Mayor tuvieron que hacer frente a innumerables problemas:

  • La FAA tenía sólo dos aviones nodriza (KC-130s) para abastecer a todo el componente aéreo y aeronaval, por lo que la fuerza de ataque se vio limitada a realizar pequeños vuelos, generalmente de cuatro aviones a la vez, para los reabastecimiento requeridos.
  • Los Mirages III y los M-5 Daggers no estaban preparados para el reabastecimiento aéreo, lo que redujo dramáticamente su capacidad de ataque al momento de brindar cobertura de combate. La falta de autonomía de los aviones limitaba su permanencia sobre los objetivos a 5 minutos; además los aviones Mirages III y los Daggers se encontraban impedidos de utilizar su velocidad supersónica (Mach-2), dado que con tanto consumo de combustible no les alcanzaría para regresar a base, lo que hubiera resultado de gran ventaja contra los Harriers subsónicos británicos.
  • La carencia de observación de largo alcance era otra de las dificultades. Mientras que la eficacia de los ataques estuvo considerablemente disminuida por la cantidad de bombas que hicieron impacto y no explotaron, debido a que las bombas disponibles no tenían su tren de fuego preparado para blancos navales, ni para la forma de ataque empleada, única posibilidad que permitía lanzar las armas propias con alguna probabilidad de supervivencia ante las modernas armas antiaéreas enemigas.
  • Los aviones de la FAA contaban en general con una aviónica anticuada para la navegación de larga distancia pero, en Abril de 1982, solamente una tercera parte de los aviones habían sido modificados. En tanto, la longitud de la pista de aterrizaje en el aeropuerto de Puerto Argentino, única pista de superficie dura, era bastante corta y sólo apta para aviones de transporte como los C-130 (con capacidad para realizar aterrizajes y despegues cortos). Así, la totalidad del esfuerzo logístico y de refuerzo dependía de este aeropuerto.

 
Uno de los técnicos aseguran las bombas de los cazabombarderos

Después del 1º de mayo, cuando la Fuerza Aérea ya había entrado en el conflicto, Crespo ordenó evitar los ataques a gran altura y exhortó a los pilotos a utilizar la táctica de atacar en vuelo rasante, dado que esto les permitía aprovechar una de las debilidades más notables de parte de los británicos: la carencia de un sistema de alerta aérea temprana de largo alcance que pudiese identificar los aviones del enemigo que se aproximaban a baja altitud.

Esto resultaba también de gran ayuda cuando los pilotos argentinos se aproximaban a las naves de la flota británica: los directores de tiro de las naves no podían detectar si los aviones iban hacia el ataque, y, si los detectaban, se los confundían con el eco que provenía de tierra y del mar.

No obstante, esto tenía algo en contra: el CIC Malvinas -el sistema de vigilancia y control que tenía la FAA montado con el radar en Malvinas-, no podía protegerlos: los pilotos quedaban expuestos a todo riesgo posible y tenían que pasar literalmente por encima de los barcos, lo que devino en las pérdidas de vidas humanas y de material aéreo.

 
La alegría y el recibimiento en la base San Julián cuando regresaban los pilotos de la FAS

Esas bajas no impidieron que los pilotos de combate pelearan agresivamente hasta el final, como en la oportunidad en que los A-4 Skyhawks del Grupo 5 y los bombarderos Canberras desde Trelew intentaron volar misiones de apoyo de fuego aéreo cercano para el Ejército Argentino, cuando la resistencia en tierra se derrumbaba en Puerto Argentino.

 
Un Dagger carga combustible en San Julián

El Comando de Transporte también desempeñó un papel admirable. Durante el mes de abril se movilizaron casi 8,000 tropas y 5037 toneladas de equipos, armas, vehículos y abastecimientos.

Aún después de la llegada de la flota británica y del bloqueo aéreo total, los transportes siguieron volando a Puerto Argentino por la noche llevando carga y evacuando a los heridos, operaciones que se realizaban en condiciones de gran riesgo para las fuerzas empleadas en estas tareas, pero que atendían a las necesidades vitales de los medios desplegados en Malvinas.

Por su parte, tanto la artillería antiaérea como los operadores de radar desempeñaron sus trabajos de manera loable a lo largo de la campaña. Siete aviones británicos, cuatro de ellos aviones de combate, fueron derribados por las defensas antiaéreas de tierra. Los operadores de radar en Puerto Argentino fueron el único recurso eficiente para localizar los aviones y buques británicos. Durante los ataques de los aviones, los operadores vigilaban los movimientos del enemigo y mantenían informados de la proximidad de sus aeronaves. Muchas vidas y material aéreo se salvaron gracias a la gran actuación de quienes operaban el radar estacionado en Puerto Argentino.

Un capítulo aparte merecería la utilización del improvisado escuadrón Fénix, que empleó aviones ejecutivos a manera de señuelos para distraer a las Patrullas Aéreas de Combate (PAC) británicas.

 
El hangar de la FAS donde se preparaban a las naves

En el balance final, como Jefe de la FAS en el Conflicto por las Islas Malvinas, el brigadier Crespo llevó a cabo un excepcional trabajo con los medios y fuerzas disponibles, sobre todo teniendo en cuenta que tuvo tres semanas para organizar y entrenar su fuerza de ataque para la campaña aeronaval, lo que no le impidió luego aprender de sus errores y realizar los ajustes necesarios para que quienes estaban bajo sus órdenes tuvieran las mejores posibilidades frente a las desventajas presentadas.

Años después, cuando contaba con el grado de Brigadier General y se desempeñaba como Jefe del Estado Mayor General (JEMG), Crespo debería afrontar otro gran conflicto, esta vez de diferente naturaleza, pero en el que su firmeza y decisión resultarían claves al momento de brindar su apoyo al presidente Raúl Alfonsín, quien debió aplacar a las fuerzas militares sublevadas en Campo de Mayo durante la Semana Santa de 1987.

En aquel momento se interpretó que amenazaban la consolidación de la democracia en la República Argentina. Ahí Crespo demostró su fuerte compromiso con las instituciones democráticas al acompañar al ex presidente de la Nación en el helicóptero presidencial para su encuentro con los sublevados en Campo de Mayo. Crespo le aseguró a Alfonsín que la FAA actuaría con todo su personal y sus medios en caso de fuera necesario.

 
Una foto antes de la misión. Nadie sabía si regresarían con vida

Finalmente, 1989 Crespo pasó retiro. Aunque continuó participando en el asesoramiento de la superioridad aeronáutica, con su sabiduría y experiencia sobre los temas de relevancia para el futuro de la FAA. Siempre con humildad y con respeto, sin pedir nada cambio. Lo empujaba seguir siendo parte de la institución de la cual estaba orgulloso de pertenecer.

 
El desempeño de las FAS fue estudiado por las fuerza aéreas de muchos países del mundo


viernes, 7 de junio de 2019

Malvinas, las negociaciones con Haig y el ofrecimiento cubano

Malvinas en guerra: la reunión secreta donde el enviado de Fidel Castro le ofreció a Galtieri un submarino para atacar a la flota británica 

Las conversaciones confidenciales entre el secretario de Estado norteamericano Alexander Haig y Leopoldo Galtieri. Las duras e inútiles reuniones que llevaron al conflicto armado. La sorprendente propuesta del embajador cubano al presidente de facto de torpedear a la Royal Navy



Por Juan Bautista "Tata" Yofre | Infobae


El martes 6 de abril por la tarde la revista Gente apareció un día antes en los kioscos. En su tapa se publicaron las fotos de soldados argentinos apuntando con sus armas a marines ingleses, con las manos en alto, en señal de rendición o tirados boca abajo en el pavimento.

"No los subestimamos, pero pueden pasar el papelón del siglo", dijo una fuente naval argentina, cuando comentó el envío de la flota británica a las Malvinas.

Más tarde, el general de brigada Ramón J. Camps dijo que la flota inglesa estaba integrada de "chatarra".

"Un solo submarino atómico está en condiciones de hacer papilla a toda la flota argentina", pareció responder una fuente de la inteligencia británica desde Londres, según publicó Clarín el miércoles 7 de abril.

Desde Washington, Ronald Reagan anunció la gestión pacificadora de su país en el conflicto del Atlántico Sur.

El miércoles 7, el general de brigada Mario Benjamín Menéndez asumió en Puerto Argentino como gobernador de las islas Malvinas, Sándwich del Sur y Georgias del Sur. La ceremonia fue transmitida desde el Town Hall por cadena nacional de radio y televisión, aunque por desperfectos técnicos las imágenes no se vieron y sólo se escuchó el audio. Con la presencia del Ministro del Interior, general Alfredo Saint Jean, el juramento se lo tomó el comandante del Teatro de Operaciones, general Osvaldo García. Estuvieron presentes en la ceremonia una delegación representativa de la dirigencia política, sindical y empresaria de la Argentina.

El mismo día, Gran Bretaña declaró que "las naves de guerra argentinas que se encuentran dentro de las 200 millas náuticas de las Islas Malvinas, después de las 04.00 GMT del lunes 12 de abril, corren el serio riesgo de ser atacadas".

 
Izamiento de la bandera argentina por el nuevo gobernador Mario B. Menéndez (foto del archivo del general Menéndez)

El bloqueo inglés se ponía en marcha. La Argentina respondió estableciendo oficialmente el "Teatro de Operaciones del Atlántico Sur" (TOAS), bajo la jefatura del vicealmirante Juan José Lombardo y convocó a las reservas de las FF.AA.

El jueves 8, el secretario de Estado d elos Estados Unidos Alexander Haig llegó a Londres, dando comienzo a su gestión de asistencia. Habló con Margaret Thatcher cerca de cinco horas. Más tarde dijo que se había quedado "impresionado con la firme determinación del gobierno británico" de recuperar las Malvinas.

En síntesis, en un memorando para el presidente Ronald Reagan, fechado el 9 de abril, informó que "la primer ministro está convencida de que ella caerá si (nos) concede cualquiera de los tres puntos básicos que envió al Parlamento:
  • Inmediata retirada de las fuerzas argentinas.
  • Restauración de la administración británica en las islas.
  • Preservar la posición de que los isleños puedan estar capacitados para ejercer la autodeterminación".
Mientras en Buenos Aires los voceros oficiales dejaban trascender que las maniobras militares del Reino Unido eran un "bluff" para negociar con mayores posibilidades de réditos, en Washington los embajadores de los 10 países de la CEE pidieron el retiro de las tropas argentinas de las Malvinas.

En una decisión que ampliaba los preceptos soberanos de la Argentina en las islas, y antes de que llegara el mediador Haig, a partir del jueves 8 los comerciantes de las Malvinas fueron obligados a recibir moneda argentina. Hasta ese momento la libra malvinense o el dólar eran las únicas formas de pago en los negocios.

"Las autoridades argentinas solicitaron a los comerciantes que reciban el dinero argentino, al cambio del momento", informó la agencia TELAM. En Buenos Aires, los propios argentinos no sabían cuál era el cambio del "momento".

 
La junta militar: Leopoldo Galtieri, Basilio Lami Dozo y Jorge Anaya

El 9 de abril de 1982, a las 19 horas, se reunieron en la sede del Estado Mayor Conjunto, sobre la avenida Paseo Colón, los integrantes del Comité Militar con la presencia del canciller Nicanor Costa Méndez.

Al negociador argentino se le impusieron condiciones de acero –que aceptó- y para asegurarlas bien los integrantes del Comité Militar (COMIL) analizaron las "Bases para la Negociación a ser expuestas ante el Sr. Haig" – según se dice en la Memoria de la Junta– preparado por "el Equipo de Trabajo integrado por los funcionarios de más alta jerarquía de la Cancillería y tres los oficiales superiores".

El documento tiene 8 páginas donde se asentaron los fundamentos históricos y políticos de la decisión del 2 de abril. El trabajo, entre una veintena de puntos -algunos claramente extorsivos- aconsejaba decirle al Secretario Haig que:
  • El "vuelco de la opinión pública o buena porción de ella en contra de quienes defienden una causa impopular, como es el colonialismo, de un país europeo en América" podría conducir a que "EE.UU. y Occidente perderían un importante aliado en el Atlántico Sur", porque "la actitud estadounidense de apoyar a Gran Bretaña podría ser hábilmente explotada por China y la URSS a su favor".
  • "Este conjunto de circunstancias no sólo perjudicará el diálogo Norte-Sur, sino que, más grave aún, empujará a una nación como la Argentina a un área no occidental, con todo lo que ello implica en el ámbito político internacional, teniendo en cuenta el peso que puede tener la República Argentina en América Latina, lo que significaría el resquebrajamiento, hasta incluir la ruptura del sistema de seguridad hemisférica occidental".

Al mismo tiempo el Comité Militar decidió reforzar con más tropas las Malvinas, antes de que comenzara a regir el 12 de abril el bloque anunciado por Gran Bretaña.

Destinó a Malvinas: Batallón de Infantería de Marina Nº 5, Batallón Antiaéreo, la Brigada de Infantería X y la Compañía de Ingenieros Anfibios, entre otros. Y a través del Acta Nº 10 "M"/82 se autorizó "el minado defensivo en la zona de Malvinas".

"De general a general"

El 10 de abril de 1982, cerca del mediodía, Leopoldo Galtieri se encontró con Haig para hablar "de general a general, puesto que hay una hermandad entre los hombres de armas y muchos valores en común que hacen que la conversación franca sea más fácil entre nosotros", dijo Galtieri.

Luego realizó una introducción en la que sostuvo, entre otros conceptos, que "el 2 de abril se recuperó lo que sabemos legítimo y por más que Gran Bretaña envié la flota naval y 5.000 Marines, los esperaremos con todos los honores. El Reino Unido intenta repetir su actitud colonial del siglo pasado y como en los años 1806 y 1807, el pueblo argentino responderá con algo más que aceite hirviendo, ya que lo hará con todo su poder militar".



Detalle de documento que relataba el encuentro de Galtieri con Haig 

El Secretario de Estado escuchaba atentamente mientras el general Vernon Walters le traducía. Luego, Alexander Haig comenzó agradeciendo el recibimiento privado y, según consta en la Memoria de la Junta Militar, "se refirió a haber comprendido la lucha argentina contra la subversión que sus predecesores no entendieron; reconoció los sacrificios y concesiones argentinas; indicó que sabía de las decisiones de la URSS a partir de 1978 por la debilidad demostrada por los EE.UU.; agregó que los militares argentinos condujeron con éxito la lucha antisubversiva a pesar de la irracional e ilógica crítica internacional; aseguró no haber provisto a Gran Bretaña de información y se manifestó de acuerdo con la operación argentina desde el punto de vista militar".

Galtieri manifestó que se había ordenado una operación incruenta en la medida de lo posible a efectos de evitar daños a ciudadanos británicos y que por ello las bajas habían sido sólo argentinas.



Margaret Thatcher y Alexander Haig, mediador en el conflicto entre el gobierno de la Junta Militar y la dama de Hierro de Gran Bretaña

Haig a renglón seguido habló de los problemas existentes en México, Nicaragua y El Salvador y que apreciaba que la relación de su país con la Argentina era buena y que no permitiría que "1000 pastores escoceses provocaran una alteración en el continente" y por último agradeció en nombre del Presidente Ronald Reagan la "cooperación argentino norteamericana".

Sin identificar esa cooperación, está claro que se refería al grupo militar argentino que "asesoraba" desde Honduras a los "contras" que peleaban al régimen sandinista.

Galtieri aprovecho para contarle que había llegado a la Argentina el embajador de Cuba pero que todavía no había conversado con él, y Haig respondió que el interés cubano por el caso Malvinas "aumentaba la tragedia" de lo hecho por Margaret Thatcher; que sin embargo, la Señora Thatcher era el líder vigoroso que apoya a los EE.UU. en la actualidad y que se la había arrinconado en el caso Malvinas.

Luego el Secretario Haig mencionó que la posición que había adelantado la Señora Thatcher constituía un ultimátum. Que, como primer paso, era necesario emprender la retirada de las fuerzas argentinas, pues sin retirada no habría ningún tipo de negociaciones. Adelantó que frente a esta postura, él había informado a la Señora Thatcher que EE.UU. no podía apoyarla.

Luego, Haig dijo que si la flota británica continuaba avanzando las emociones crecerían y el conflicto escaparía de todo control. Asimismo señaló que él creía tener las bases para la solución del caso, agregando que no podría volver a Londres con una proposición de soberanía argentina, pues sería rechazada. Por ello consideró que el tema de la soberanía no habría que mencionarlo. Galtieri manifestó que no era materia de negociación la soberanía argentina y que cualquier otra cosa podía ser objeto de ella.

Galtieri adelantó una advertencia: "Le diré sólo una vez y luego no volveré a repetirlo. En cuanto a la Argentina concierne, no existe ninguna duda con respecto a nuestra soberanía en las islas. Estamos dispuestos a negociar sobre cualquier otro punto".

La respuesta del Secretario de Estado fue que si insistía en la permanencia de un gobernador argentino en las Malvinas, habría guerra. Y que en ese caso los británicos "poseían una fuerza mayor que la de los argentinos y que lograrían una victoria en caso de desatarse las hostilidades".

 
Galtieri y Alexander Haig en la reunión donde conversaron “de general a general” (Foto: Víctor Bugge)

Galtieri previno que el conflicto podía extenderse porque "comprometía a muchas naciones" y "que habría que estudiar la posibilidad de supuestos hundimientos por submarinos… siempre sería adjudicado a Gran Bretaña pese a que lo podría efectuar o la URSS o la República Popular China".

Esto se dijeron, "de general a general":

Galtieri: Sr. General, hablando como militar le digo que es conveniente que no nos cerquen. Como profesional usted sabe que si es cercado deberá romper el cerco.

Haig: Pero yo sé que eso significaría hacer algo de lo que usted no participa ideológicamente.

Galtieri: Precisamente por eso reitero la necesidad de que no nos cerquen.

A renglón seguido Nicanor Costa Méndez hizo referencia a los años de negociación y a que en 1968 se estuvo a punto de llegar a un acuerdo acerca de la soberanía, pero fue interrumpido por el jefe de la delegación de los EE.UU.

Haig: Nada de esto tiene que ver. El tema es político tanto en Londres como en Buenos Aires. Es necesario buscar una solución en ambas capitales. Y agregó: "Los hechos son así".

A las 12.52 en un helicóptero militar que despegó del helipuerto de la Casa de Gobierno, Haig y Dick Walters se retiraron hacia el Aeropuerto Metropolitano y de allí en automóvil hasta la residencia del embajador Schlaudeman.

En el ínterin el piloto sobrevoló la Plaza de Mayo por "sugerencia" de las autoridades argentinas para que pudieran observar el apoyo que suscitaba la causa de Malvinas. En el ánimo de Haig el espectáculo provocó una reacción contraria.

El embrujo del balcón de la Casa Rosada

A las 13.20 Galtieri salió a uno de los balcones de la Casa de Gobierno, acompañado por sus principales colaboradores y pronunció un discurso. En un momento, parte de la multitud comenzó a corear:

"A gritar, a gritar, si quieren las Malvinas que las vengan a buscar".

Y frente a las exigencias de la multitud, Galtieri atizó el conflicto:

"Si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla. En esto tenemos la solidaridad de varios pueblos americanos que están decididos a dar batalla con los argentinos".

 
Galtieri en el balcón de la Casa Rosada saludó a la multitud que lo vitoreaba

Antes de iniciar sus encuentros en Buenos Aires, la mirada de Alexander Haig, sobre Galtieri, sus colaboradores, su régimen y la Argentina era algo que a la distancia tiene mayor valor y ayuda a comprender lo que habría de suceder.

En pocas palabras, el mediador entendía que el presidente argentino se encontraba en una posición difícil que trataba de solucionar una situación que él no había creado. "La aventura de las Malvinas era una operación eminentemente naval, concebida e impuesta a la Junta." Una operación planificada secretamente, tal es así que "cuatro de los cinco comandantes del Ejército no estaban en antecedentes de la inminente invasión".

"Cuando Galtieri se encontró ante el hecho consumado, y una situación imposible de mantener, trató de preservar el honor y la seguridad de su país, cuidando al mismo tiempo de salvar su propia situación para no perder el poder y caer en desgracia, carecía de autoridad. […] A pesar de su actitud arrogante no era un hombre libre, ni política ni diplomáticamente", escribió más tarde el Secretario Haig en sus Memorias.

Las condiciones argentinas

El 10 de abril por la tarde las negociaciones entre los funcionarios del Palacio San Martín y la delegación estadounidense se desarrollaron a partir de un documento que elaboró el Departamento de Estado al iniciar su gestión de buenos oficios.

Luego de numerosas horas de reuniones, en el Palacio San Martín y en la Casa de Gobierno, Alexander Haig dejó Buenos Aires el domingo 11 a las 9.30 de la mañana, tras escuchar misa en la iglesia del Santísimo Sacramento. Viajó a Londres para considerar con el gabinete británico los puntos conversados. Los títulos de los diarios expresaban el momento que se vivía: "No se llegó a ninguna solución aunque el diálogo se mantiene", resaltó La Nación a toda página en su edición del domingo 11 de abril.


El canciller Nicanor Costa Méndez le entregó un papel con “las exigencias de la Argentina” al enviado de Reagan. El paper decía todo lo contrario a lo que se había hablado en la Casa Rosada (Foto: Víctor Bugge)

En Ezeiza el canciller argentino le entregó un papel que contenía los 5 "puntos básicos" argentinos. Según relató Alexander Haig en sus Memorias, Costa Méndez "me entregó un papel. Contenía algunos pensamientos propios, me dijo. Esperaba que los leyera en el avión. Una vez en el aire, hojeé los papeles que me entregara. Contenían opiniones contrarias a lo que habíamos logrado en la Casa Rosada la noche anterior".



 

Las condiciones argentinas
Las principales exigencias del canciller argentino eran:
  1. El gobernador de las Islas debe ser designado por el gobierno de Argentina. La bandera deberá continuar flameando en las islas.
  2. Deberán otorgarse seguridades al gobierno argentino que al finalizar las negociaciones se reconocerá la soberanía argentina. Cualquier fórmula que implique que la soberanía está siendo negociada debe ser evitada.
  3. El proyecto de acuerdo debe ser compatible con los elementos mencionados anteriormente.
Después de leerlos, Haig le dijo a Costa Méndez telefónicamente que creía que la presente situación podía determinar la caída tanto del gobierno inglés como del argentino y le reiteró su "grave preocupación por una posible convocatoria del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) porque esto causaría graves problemas a su gobierno".

El encuentro de Galtieri con el embajador cubano

El embajador castrista Emilio Aragonés Navarro llegó a Buenos Aires el 9 de abril y al día siguiente a las 13.45 entró al despacho personal de Galtieri. Ese día,el presidente de facto había estrenado su sistema de grabación con grabador de cinta abierta. A pesar del ruido ambiental y de las bocinas de los automóviles (afuera se encontraba gran parte de la muchedumbre en la Plaza de Mayo) se pudo escucharlo que hablaron a puertas cerradas:


Emilio Aragonés Navarro con Ernesto Guevara durante una visita a la Unión Soviética


Embajador: He venido a decirle que Cuba va a hacer lo que ustedes determinen, hasta dónde ustedes quieran ustedes llegar va a llegar Cuba…

Galtieri: Dígale a Castro que más allá de las diferencias que tenemos se puede conversar. Yo le agradezco este sentimiento y solidaridad americana, latinoamericana, somos latinos. En buena medida tenemos diferencias…

Embajador: Somos integrantes de una misma familia pero un país diferente.

Galtieri: Tenemos diferencias pero son todas discutibles y conversables, pero le agradezco el gesto. Este gesto la Argentina no lo va a olvidar.

Embajador: Pero este gesto se puede convertir en hechos. Es lo que yo quiero que usted lleve con toda claridad. Esto es una proposición muy cuidadosa pero detrás de esto está la voluntad de hacer lo que haya que hacer…enviarle un submarino y hundirle un barco…cualquier cosa…

Galtieri: Argentina no lo olvida ni ahora ni lo va a olvidar por muchos años…

Embajador: Me gusta porque eso obliga… aunque sea privado nomás…

miércoles, 5 de junio de 2019

Polémica por las 18 áreas de explotación cerca de Malvinas

Polémica por concesión de 18 áreas para la explotación petrolera offshore cerca de Malvinas





Se publicó en el Boletín Oficial la resolución que hace oficial la concesión de 18 áreas para la explotación petrolera offshore, sin siquiera tomar en cuenta las presentaciones provinciales y judiciales que llamaban a revisar a quienes se les iba a concesionar determinadas áreas. En Tierra del Fuego impulsan distintas acciones de amparo que van desde la cuestión de la soberanía por la presencia de una firma británica hasta el riesgo ambiental y para la actividad económica.



Laura Colazo y Victoria Vuoto, candidatas a legisladoras provinciales por el Partido Verde, expresaron su “enérgico rechazo y repudio” al proceso público iniciado por el Gobierno de Mauricio Macri para la exploración de tres cuencas de la plataforma marítima continental argentina en busca de gas y petróleo. Como se viene denunciando, hoy se podría adjudicar a empresas británicas o con capitales y lazos británicos áreas marítimas para la exploración petrolera en clara violación de las leyes vigentes que prohíben esto.

En el marco de la visita del canciller Jorge Faurie a la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, la Senadora de la Nación Miriam Boyadjian le expresó la preocupación de los fueguinos a raíz de trascendidos sobre la concesión de áreas para la exploración de hidrocarburos en zonas de nuestro Mar Argentino adyacentes a Malvinas, territorio usurpado por el Reino Unido.

La semana pasada la Senadora presentó un Proyecto de Comunicación solicitando información sobre el tema. El Dr. Juan Manuel Vicente, secretario del juzgado federal de Río Grande, comprometió una pronta respuesta ante el amparo colectivo ingresado ayer, para frenar la adjudicación de áreas off shore a petroleras británicas.

Infografía confeccionada por el OETEC en base a la Secretaría de Energía. Las banderas señalan las áreas ganadas por Tullow, sea como parte de un consorcio como individualmente. Los escudos del gobierno kelper, en tanto, identifican las áreas ganadas por Equinor. Fuente: oetec.org.

A través de una resolución publicada este viernes en el Boletín Oficial, el Gobierno Nacional oficializó la adjudicación de bloques de la plataforma marítima para el desarrollo de la explotación petrolera.

De acuerdo a la Resolución 276 de la secretaría de Energía que conduce Gustavo Lopetegui, tras el concurso se adjudicaron 18 áreas offshore que quedaron en manos de empresas y consorcios de empresas, entre las que se cuentan la estadounidense Exxon Mobil,la francesa Total, la británica Tullow, la noruega Equinor, YPF y la holandesa Shell.

También se declaró “desierto” el concurso en relación a otras áreas que no recibieron oferentes.

Las adjudicaciones no quedaron exentas de cuestionamientos. Es que la presencia de una firma británica con una concesión en cercanías de las Islas Malvinas no es sólo materia de polémica, sino además de presentaciones judiciales que abarcan la cuestión de la soberanía.

La 1ra presentación colectiva la encabezó el intendente de la ciudad de Río Grande (Tierra del Fuego) y candidato a gobernador, Gustavo Melella, quien este miércoles 15/05 pidió una acción de amparo ante el Juzgado Federal de esa ciudad.

“Lo que está ocurriendo es muy grave. El Gobierno Nacional ha asumido una postura de desentenderse de la cuestión de soberanía y cumplir los puntos del nefasto acuerdo Foradori Duncan, en el cual el Gobierno Nacional se compromete a despejar cualquier traba para el desarrollo británico en el Atlántico Sur”, aseguró.

De acuerdo a la prensa local, el amparo es contra el decreto 872, que es el que convocó a concurso público internacional para adjudicar permisos de exploración y explotación del ámbito Costa Afuera Nacional.

Al respecto, Juan Vicente, secretario del Juzgado Federal de Río Grande, sostuvo en declaraciones periodísticas: “Lo primero que hay que analizar es si existe la situación de peligro inminente, y si se requiere de una previa vista al Estado nacional o no. Calculo que el fiscal federal, ante la premura del caso, se expedirá de inmediato para que podamos tomar una decisión de fondo sobre la medida cautelar”.

Melella, por su parte, dijo que “nos estuvieron asesorando la exEmbajadora en Londres Alicia Castro y organizaciones vinculadas a la cuestión Malvinas para llevar a cabo esta presentación judicial en defensa de nuestra soberanía y de nuestros recursos naturales”.

“También se está pidiendo una medida cautelar de no innovar con el objeto de frenar el efecto ejecutorio de este decreto e impedir la adjudicación de los permisos a empresas que tienen vinculaciones con el gobierno ilegítimo británico de Malvinas. Creemos que esto es un impacto directo contra los derechos soberanos argentinos sobre nuestras islas”, subrayó.

Según denunció el Observatorio de la Energía, Tecnología e Infraestructura para el Desarrollo (OETEC), Tullow, adjudicataria de 3 áreas, tuvo licencias otorgadas por el gobierno kelper en la Cuenca Malvinas Sur y su directora hasta 2018, Anne Drinkwater, en paralelo, “asesoró al gobierno colonial isleño en hidrocarburos, elaborando para sus autoridades una hoja de ruta para el sector hasta el 2018”. La OETEC agrega que la ejecutiva luego pasó a la noruega Equinor, tras el concurso argentino, que se hizo de 4 áreas en soledad y de otras en asociación con otras firmas, entre ellas, YPF. 2 de las áreas obtenidas se encuentran en la Cuenca Oeste.

“Entre las dos cuencas existe continuidad geológica, con lo cual los resultados de la exploración bajo el paraguas del Concurso N°1 serán determinantes para la campaña prospectiva al sur y este de las Malvinas, por cierto, en manos de Rockhopper”, firma que se quedó con las licencias británicas de Tullow, advierte la OETEC.

Por su parte, el gobierno fueguino también hará una presentación, según se informó este viernes. La gobernadora Rosana Bertone incorporó la cuestión ambiental y el impacto que la actividad petrolera tendría en la industria pesquera.

Desde el Ejecutivo fueguino sostuvieron que la decisión se funda en el riesgo que estas actividades supondrán para la industria pesquera y los recursos naturales argentinos y en la arbitrariedad manifiesta en la omisión de llevar a cabo los estudios de impacto ambiental exigidos por la legislación vigente.

Asimismo, se solicitará que tomen intervención los estamentos de control del Estado y todos aquellos que puedan ver afectada sus actividades reguladas dentro de la Zona Económica Exclusiva llevando a cabo la realización de las audiencias públicas correspondientes en las Comisiones respectivas del Congreso de la Nación.

En tanto, el intendente de Ushuaia, Walter Vuoto, adelantó vía la red social Twitter que “vamos a presentar un amparo para ir en contra de esta decisión, ya que a nosotros siempre nos van a encontrar en el mismo lugar, defendiendo una Patria justa, libre y sobre todo soberana”.

“Nuevamente el gobierno nacional ataca nuestra soberanía con la adjudicación de áreas de exploración de gas y petróleo de la plataforma continental argentina a empresas británicas. No podemos permitir que se siga ignorando la legislación nacional que protege nuestros recursos naturales. No podemos mirar hacia otro lado mientras las petroleras británicas siguen explorando y explotando en la plataforma continental argentina”, disparó Vuoto en sendos tuits.

Laura Colazo y Victoria Vuoto, candidatas a legisladoras provinciales por el Partido Verde, expresaron su “enérgico rechazo y repudio” al proceso público iniciado por el Gobierno de Mauricio Macri para la exploración de tres cuencas de la plataforma marítima continental argentina en busca de gas y petróleo. Como se viene denunciando, hoy se podría adjudicar a empresas británicas o con capitales y lazos británicos áreas marítimas para la exploración petrolera en clara violación de las leyes vigentes que prohíben esto.

“Consideramos que es un nuevo capítulo en la larga lista de acciones de entrega de soberanía que ha tenido la gestión de Mauricio Macri”, expresó la concejal de Río Grande en referencia a las áreas que se adjudicarían a dos compañías cuestionadas por sus vínculos con el gobierno británico y la administración de las islas, en vulneración a la soberanía argentina.

Colazo señaló que “es un nivel inédito la ofensa que esto significa a nuestra soberanía nacional a la vulnerabilidad de esta zona, y a la Constitución Nacional en cuanto a nuestros legítimos reclamos sobre Malvinas”.

La dirigente del Partido Verde remarcó la importancia de la cuestión ambiental teniendo en cuenta que “la protección de los recursos naturales es una cuestión estratégica para el desarrollo de nuestro país y nuestra región patagónica”. Y apuntó a la necesidad de “comprender la verdadera magnitud del conflicto y de los recursos que están en juego: “En cuanto a los recursos petroleros representa una de las regiones más prometedoras del mundo y por otro lado es una de las grandes regiones pesqueras de importancia global” dijo considerando que “la pesca ilegal, no controlada es una de las mayores amenazas a la biodiversidad marina en todo el mundo, estos recursos están siendo depredados de forma ilegal y unilateral desconociendo los tratados firmados”.

En tanto la actual Secretaria de Políticas Sociales, Sanitarias y Derechos Humanos de la Municipalidad de Ushuaia, Victoria Vuoto, expresó que es un “escándalo en términos de discusiones de soberanía la entrega de offshore a empresas británicas”.

En ese sentido afirmó que “entendemos que el Congreso de la Nación debe avanzar en la prohibición de la explotación en manos de empresas británicas mientras siga en pie la usurpación de Malvinas y la Legislatura provincial declarar persona no grata a Mauricio Macri”.

En el marco de la visita del canciller Jorge Faurie a la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, la Senadora de la Nación Miriam Boyadjian le expresó la preocupación de los fueguinos a raíz de trascendidos sobre la concesión de áreas para la exploración de hidrocarburos en zonas de nuestro Mar Argentino adyacentes a Malvinas, territorio usurpado por el Reino Unido. La semana pasada la Senadora presentó un Proyecto de Comunicación solicitando información sobre el tema.

“Nos interesa que nos aclare acerca de la participación de diferentes empresas, entre ellas tres empresas británicas que se han adjudicado licitaciones de la Secretaría de Energía para realizar la exploración de hidrocarburos en zonas cercana a las usurpadas por el Reino Unido. Esto nos preocupa mucho a los fueguinos y nos enteramos todo por los medios”, le hizo saber la senadora al canciller Faurie.

La senadora también preguntó acerca del impacto sobre los recursos naturales en el área a explorar.

El canciller admitió que se han concedido licencias de exploración en aguas del Mar Argentino, y que esto se encuentra entre las facultades de la Secretaría de Energía. “Se han presentado una serie de empresas que son conglomerados de gran envergadura, entre ellas British Petroleum, Shell y Tullow”, aseguró.

“La zona en cuestión está vinculada con la Cuenca de Malvinas, de modo que estaremos atentos y pidiendo la información pertinente para garantizar la confidencialidad de la prospección geológica que estas empresas realicen y para garantizar la defensa de nuestra soberanìa”, señaló Boyadjian.

Amparo colectivo: “Previo a expedirnos tenemos que correr vista al fiscal federal”, advirtió el Dr. Vicente

El Dr. Juan Manuel Vicente, secretario del juzgado federal de Río Grande, comprometió una pronta respuesta ante el amparo colectivo ingresado ayer, para frenar la adjudicación de áreas off shore a petroleras británicas.

“La presentación se formalizó ayer, cerca del mediodía, por la vía de un amparo que solicita una medida cautelar, con relación al acto administrativo realizado en la cuenca Malvinas. A partir de ayer está siendo trabajado por el juzgado”, informó a Radio Nacional Ushuaia.

“Nosotros somos cautelosos al momento de brindar información sobre el contenido de la presentación y cuáles son los argumentos, porque el trámite nos exige que, previo a expedirnos con relación a esto, tenemos que correr vista al fiscal federal, para que opine si el juzgado es competente para intervenir y otras circunstancias que hacen a este pedido”, explicó, descartando que pueda dictarse sentencia hoy mismo, cuando se adjudican las áreas.

“No queremos hablar del contenido de esta petición por una cuestión de respeto, y no queremos que le llegue por radio antes que el expediente. Hubo bastante interés y nos consultaron en el transcurso de la semana si se había realizado la presentación o no”, resaltó.

Respecto de los plazos para definir el amparo, dijo que “la materia escogida es la vía del amparo, y se utiliza cuando hay una acción inminente que puede producir un daño. Hay que analizarlo con premura, en pocos días el fiscal nos va a estar contestando y vamos a tener que ir viendo cuál es el nivel de peligro inminente sobre esto para tomar una medida. Justamente la acción de amparo es una vía expedita, rápida, para tratar de impedir que se consagre un daño. Es una medida rápida y no se va a extender demasiado”, afirmó.

Consultado acerca de si, además, deben correr vista al Estado nacional, que es el demandado, indicó que “por las últimas modificaciones en amparos contra la administración, hay que analizar si se trata de medidas cautelares que requieren de una vista a la administración, o si por el contrario la urgencia requiere que se aplique la medida sin una vista. Es algo que vamos a analizar y hay dos posibilidades, que se corra traslado al Estado nacional para que conteste esta medida, o se dicte sentencia obviando esto”.

“No queremos adelantar una opinión al respecto, pero la premura del caso va a llevar a analizar los tiempos de cuándo se consagraría este acto de adjudicación. En el transcurso de estos días vamos a tener novedades de cómo va a ser el accionar”, manifestó.

“Lo primero que hay que analizar es si existe la situación de peligro inminente, y si se requiere de una previa vista al Estado nacional o no. Calculo que el fiscal federal, ante la premura del caso, se expedirá de inmediato para que podamos tomar una decisión de fondo sobre la medida cautelar”, concluyó.

Pareciere que al señor Secretario de Energía de la Nación la Constitución Nacional y las leyes que nos rigen, no son válidas cuando a retribuciones económicas o financieras o de negociados se refieren el Señor Gustavo Lopetegui hace caso omiso de los amparos judiciales existentes en el Juzgado Federal de Río Grande, y acompañando la definición injuriosa del Canciller Jorge Fauri de que “el tema Malvinas es para los fueguinos como el de la yerba mate para los misioneros…”, se tomó el tema como si la Argentina fuere una empresa y él el CEO y no un funcionario del Poder Ejecutivo que debe responder a la Constitución Nacional en el artículo que otorga soberanía sobre las áreas hidrocarburíferas y de minerales a las provincias, y como su desconocimiento pareciere total no entiende (o se hace el que no entiende y sabe) que la Provincia de Tierra del Fuego es además de las Islas del Atlántico Sur y del mar argentino que las circunscribe.

La Justicia Federal de Río Grande debe ponerse los pantalones largos y anular definitivamente estas mamarrachadas llevadas a cabo por este mal funcionario nacional, y como en otras áreas defender los derechos de los ciudadanos que no es otra cosa que defender al Pueblo y a la Patria misma. (Ing. Juan Esteban Ivanoff Tzvetcof - ICIMISS)

03/06/2019 #NUESTROMAR