miércoles, 30 de diciembre de 2015
martes, 29 de diciembre de 2015
ARA: Reflotan al "Santísima Trinidad"
Reflotaron al ARA Sma. Trinidad
De nuevo a flote y con destino de museo flotante
El destructor de la Armada Argentina Santísima Trinidad se ha vuelto a poner en pie en estas últimas horas, tras casi tres años de su hundimiento en la rada de dársena de la Base Naval Puerto Belgrano, merced a los trabajos del personal de buzos de salvamento y buceo, quienes en sucesivas maniobras coordinadas pudieron revertir de la escora del navío y ponerlo a flote.
El Santísima Trinidad comenzó a escorarse el 21 de enero del 2013, como consecuencia –según un parte oficial de la fuerza emitido por esos días- "de la rotura de una tubería de 6 pulgadas", lo que produjo el hundimiento de varios compartimientos de la nave. La marina había señalado que "la capacidad de las bombas de achique" fue superada por la cantidad de agua ingresada, debiéndose evacuar al personal embarcado.
Si bien esta unidad de más de 40 años de servicio se encontraba al momento del siniestro prácticamente fuera de servicio, la intención inicial de su rescate es tratar de adecuarla para que allí funcione un museo flotante. Al momento no se tienen precisiones sobre cuál es el estado de compromiso de la estructura y mucho menos el valor presupuestario que su adecuación tendría.
Lo importante es que nuevamente está a flote y que su destino tendrá el signo de las bravas tripulaciones que cobijó durante tantos años al servicio de la Armada.
NR: Gracias Mariano Rodríguez.
El Rosalenio
lunes, 28 de diciembre de 2015
domingo, 27 de diciembre de 2015
VGM británico no entiende por qué las islas son inglesas
El ex combatiente que volvió a Malvinas 33 años después: “No entendemos por qué estas islas son británicas”
Una vida a bordo.
Se llama Michael Ward y ahora trabaja en el sistema de seguridad de un crucero que visita las islas cada 15 días. "El regreso fue antipático", reconoce. Sus recuerdos, la importancia de la guerra y el desconocimiento de la causa.
Michael Ward, ex combatiente de Malvinas, que volvió a las Malvinas tras 33 años.
Gastón Leturia - Clarín
Se confunde entre los turistas, su figura espigada recorre cada tarde con un trote intenso el pasillo externo de uno de los pisos de su nueva casa, un buque de 70.000 toneladas y 12 pisos, que lejos está de ser un acorazado de guerra; más bien está repleto de shows, comida, bebidas y diversión. Si el viento helado del Mar Argentino se planta como una barrera insalubre, en todo caso ocupará durante una larga hora una de las ocho cintas para correr dentro del gimnasio del Norwegian Sun, el crucero de esta compañía con base en Miami que de noviembre a marzo hace la ruta Buenos Aires-Valparaíso (Chile). Tiene 51 años y en medio de esta travesía sumará otro más. Los números dan vuelta en su cabeza. Tenía 16 cuando en 1980 ingresó en la Marina Real Británica (Royal Navy) y allí estuvo tres décadas. A los 18 recién cumplidos, en abril de 1982, también se subió a un barco. Pero no tenía el colorinche del Sun, ni la piscina de la cubierta rodeada de reposeras y sus bares repletos de refrescantes tragos. Todo era gris y estaba lleno de armas, cañones y municiones. Era parte de la flota de Royal Navy. Era, en ese joven momento, la casa obligada de Michael Ward, el ex combatiente que volvió a las Islas Malvinas después de 33 años. Ahora, con otros aires, otra templanza y la opción de vida de poder analizar y dar su propia mirada de aquella espantosa guerra. El Norwegian Sun ancla a varios metros de la costa de Puerto Argentino y los turistas se suben a cada tender para cruzar y llegar en unos 20 minutos. Mike se sube y va, en silencio, acompañado por algunos de sus nuevos amigos a bordo. También de sus alumnos, todos como parte de la tripulación, que tienen en Ward al principal instructor en cuanto a todas las medidas de seguridad y prevención se requieren a bordo.
“Fue un antipático regreso, porque muchos británicos preguntaban ¿por qué? Así como ustedes las llaman Malvinas (lo dice en español, por primera y única vez en la charla, pero la traducción se cae de madura), a nosotros no nos enseñaron en nuestra educación acerca de las Falklands, así que un montón de británicos no las conocían. Y en la Royal Navy, de donde provengo, ninguno de nosotros sabía nada acerca de las islas. Cuando nos dijeron que íbamos a las Malvinas, no sabíamos a dónde estaban. El gobierno decidió ir a pelear y allá fuimos. No fue algo divertido para nadie, como toda guerra. Nunca hubo posibilidades, aún ahora, de construir un puente con Argentina”, cuenta, expresivo y serio, Ward, sentado y de piernas cruzadas en uno de los sillones del quinto piso del barco, algo así como el lobby de este hotel flotante.
¿Cuál es su tarea en este barco?
Mi responsabilidad principal es la seguridad del barco, me ocupo de los sistemas de seguridad de la nave. También me ocupo del entrenamiento de toda la tripulación, unas 40 horas por semana de entrenamiento. Es un trabajo grande y tengo un equipo de tres personas trabajando conmigo. Hace dos años que estoy en este barco, en el Sun, y cinco en Norwegian.
¿Y antes?
Antes estuve en la Royal Navy por 30 años. Ingresé en 1980, con 16 años de edad. Estuve en la guerra de Malvinas (dice Falklands) y esta es la primera vez que regreso acá en 33 años.
¿Qué recuerdos tiene de los soldados argentinos?
Admiro a sus pilotos. Sus pilotos fueron gente muy valiente, fueron pilotos realmente muy buenos y tuvimos un montón de problemas por ellos. Demostraron ser muy valientes. Nos hundieron varios barcos.
¿Conoció algún ex soldado argentino?
Sí, sí, sí, me encontré con algunos de los pilotos cuando estaba en la Royal Navy.
En ese momento se nos viene el recuerdo de aquel poema de Jorge Luis Borges, publicado por primera vez el 26 de agosto de 1982 en Clarin. “Juan López y John Ward”, se titulaba, como un giro del destino en la identidad de este británico que tres décadas más tarde volvió a tocar su tierra de guerra. “Les tocó en suerte una época extraña. El planeta había sido parcelado en distintos países, cada uno provisto de lealtades, de queridas memorias, de un pasado sin duda heroico, de derechos, de agravios, de una mitología peculiar, de próceres de bronce, de aniversarios, de demagogos y de símbolos. Esa división, cara a los cartógrafos, auspiciaba las guerras. (…) Hubieran sido amigos, pero se vieron una sola vez cara a cara, en unas islas demasiado famosas, y cada uno de los dos fue Caín, y cada uno, Abel. Los enterraron juntos. La nieve y la corrupción los conocen”.
¿Pero les fue posible salir?
Sí, unos días antes del final. Es difícil recordar todo perfectamente... Muchos británicos no entienden cómo pueden ser británicas. No entendemos mucho. Vemos que hubo referéndums en los que la gente quiere ser británica, pero los británicos de allá no saben por qué. Incluso nosotros, ex militares como yo, servidores del gobierno, miramos para atrás y no sabemos por qué. No entendemos por qué las Malvinas son británicas. Y en Gran Bretaña es muy difícil escuchar hablar de las Malvinas, en ninguna conversación sale ese tema.
Como ya aclaró, no sabían a dónde iban...
No teníamos idea de las islas Malvinas, casi nadie en el barco lo sabía, y éramos una tripulación de 350 personas. Había un miembro de la tripulación que sí había escuchado de ellas, pero nadie de nosotros estaba enterado de que las islas Malvinas eran británicas, ni dónde estaban. Esa es la verdad. Y no pensábamos que entraríamos en guerra cuando la Primer Ministro nos envió.
Ward se refiere a Margaret Hilda Thatcher, quien fuera la premier británica desde 1979 a 1990 y falleciera en abril de 2013. Un dato de actualidad indica que la última inauguración que se dio en Puerto Argentino (Stanley, para Mike) es un busto de Thatcher. Ward no se guarda elogios hacia ella, y sigue, mientras mira su reloj aunque no parece apurado. En todo caso un tic cronológico lo debe llevar a ese gesto aún asombrado de estos 33 años que el grupo de periodistas argentinos le hace repasar.
¿Estando acá pensaban que todo se iba a resolver antes?
Sí, de manera política. Ninguno de los militares pensaba que iba a entrar en una guerra. Pensábamos que Margaret lo iba a solucionar, era una fantástica primer ministro, muy fuerte y con decisión.
¿Cuánto tiempo estuvo?
Llegamos como Task Force (una fuerza de tareas), todos nuestros barcos llegaron juntos y estuvimos la guerra entera. Hicimos los desembarcos en el estrecho de San Carlos. Nosotros llevábamos marines que bajaban en la playa Azul y nosotros estábamos al frente. Permanecimos en San Carlos durante toda la guerra, donde nos hundieron algunos barcos. El Sheffield fue el único barco hundido en mar abierto, el resto fue ahí, en el estrecho de San Carlos. Creo que fueron cuatro los barcos hundidos ahí con los Mirage. Ustedes volaban por debajo del alcance de los radares y por eso no los podíamos detectar. Sus pilotos fueron personas muy, muy valientes. Venían por debajo del nivel del radar y, una vez que los detectábamos, muy pocos podían regresar. Así nos hicieron mucho daño en nuestras naves, hasta que se quedaron sin misiles. Si no se hubiesen quedado sin misiles aire-tierra para atacar nuestras naves, nos hubiera sido difícil de defender, sin duda. Estuvimos en problemas allí.
¿Cuál era su tarea en la guerra?
Recargaba combustible de las aeronaves, sobre todo helicópteros. En el desembarco en playa Azul los helicópteros salían, regresaban, los recargaba y volvían a salir. Yo tenía 18 años. Cumplí años en marzo y la guerra empezó en abril.
¿Qué siente ahora?
Tristeza, porque la isla es un terreno muy inhóspito, y en 1982 la población era muy pequeña. Ahora hay dos o tres mil personas. ¿Sabes? No entendemos por qué. Fue por política, política pura. Muchos de mis amigos ya habían regresado. Fue una guerra grande por una ganancia muy pequeña, con unas mil muertes, pero fue sólo política. Es un lugar a 6 mil millas de distancia. A mi hija, que ahora tiene 25 años, nunca le explicaron sobre las Malvinas, sabe que su padre estuvo en la guerra de Malvinas, pero nunca nadie le dijo nada al respecto más que lo que sabe por mí, lo que es realmente muy poco.
¿No lo enseñan en las escuelas?
No, nadie habla de eso. Yo mismo hablo más de las guerras de Afganistán o Irak, muy raramente menciono las Malvinas.
¿Ella le pregunta?
Sí, me pregunta. Porque fue el primer conflicto en el que estuve, después estuve en Bosnia a finales de los ‘90 y en Irak y Afganistán en los 2000. Los militares británicos nunca tuvieron conflicto alguno antes de las Malvinas, por muchos años antes y por muchos años después. Vas a un bar y les preguntás a los británicos acerca de las Malvinas y no sabrán qué decirte.
Parece que fue ayer…
Sí, pero fue hace 33 años, y hoy aún no lo entendemos, sólo la gente de las islas quiere seguir siendo británica, nadie más apoya esta causa.
¿Cómo terminó trabajando en un crucero?
Me retiré de la milicia luego de un contrato de 22 años. Estuve ahí mucho tiempo y obtuve una pensión. Me retiré como a los 46 años de edad y volví a navegar. Intenté no volver a hacerlo, intenté regresar a casa, pero no pude.
Una vida a bordo.
Se llama Michael Ward y ahora trabaja en el sistema de seguridad de un crucero que visita las islas cada 15 días. "El regreso fue antipático", reconoce. Sus recuerdos, la importancia de la guerra y el desconocimiento de la causa.
Michael Ward, ex combatiente de Malvinas, que volvió a las Malvinas tras 33 años.
Gastón Leturia - Clarín
Se confunde entre los turistas, su figura espigada recorre cada tarde con un trote intenso el pasillo externo de uno de los pisos de su nueva casa, un buque de 70.000 toneladas y 12 pisos, que lejos está de ser un acorazado de guerra; más bien está repleto de shows, comida, bebidas y diversión. Si el viento helado del Mar Argentino se planta como una barrera insalubre, en todo caso ocupará durante una larga hora una de las ocho cintas para correr dentro del gimnasio del Norwegian Sun, el crucero de esta compañía con base en Miami que de noviembre a marzo hace la ruta Buenos Aires-Valparaíso (Chile). Tiene 51 años y en medio de esta travesía sumará otro más. Los números dan vuelta en su cabeza. Tenía 16 cuando en 1980 ingresó en la Marina Real Británica (Royal Navy) y allí estuvo tres décadas. A los 18 recién cumplidos, en abril de 1982, también se subió a un barco. Pero no tenía el colorinche del Sun, ni la piscina de la cubierta rodeada de reposeras y sus bares repletos de refrescantes tragos. Todo era gris y estaba lleno de armas, cañones y municiones. Era parte de la flota de Royal Navy. Era, en ese joven momento, la casa obligada de Michael Ward, el ex combatiente que volvió a las Islas Malvinas después de 33 años. Ahora, con otros aires, otra templanza y la opción de vida de poder analizar y dar su propia mirada de aquella espantosa guerra. El Norwegian Sun ancla a varios metros de la costa de Puerto Argentino y los turistas se suben a cada tender para cruzar y llegar en unos 20 minutos. Mike se sube y va, en silencio, acompañado por algunos de sus nuevos amigos a bordo. También de sus alumnos, todos como parte de la tripulación, que tienen en Ward al principal instructor en cuanto a todas las medidas de seguridad y prevención se requieren a bordo.
“Fue un antipático regreso, porque muchos británicos preguntaban ¿por qué? Así como ustedes las llaman Malvinas (lo dice en español, por primera y única vez en la charla, pero la traducción se cae de madura), a nosotros no nos enseñaron en nuestra educación acerca de las Falklands, así que un montón de británicos no las conocían. Y en la Royal Navy, de donde provengo, ninguno de nosotros sabía nada acerca de las islas. Cuando nos dijeron que íbamos a las Malvinas, no sabíamos a dónde estaban. El gobierno decidió ir a pelear y allá fuimos. No fue algo divertido para nadie, como toda guerra. Nunca hubo posibilidades, aún ahora, de construir un puente con Argentina”, cuenta, expresivo y serio, Ward, sentado y de piernas cruzadas en uno de los sillones del quinto piso del barco, algo así como el lobby de este hotel flotante.
¿Cuál es su tarea en este barco?
Mi responsabilidad principal es la seguridad del barco, me ocupo de los sistemas de seguridad de la nave. También me ocupo del entrenamiento de toda la tripulación, unas 40 horas por semana de entrenamiento. Es un trabajo grande y tengo un equipo de tres personas trabajando conmigo. Hace dos años que estoy en este barco, en el Sun, y cinco en Norwegian.
¿Y antes?
Antes estuve en la Royal Navy por 30 años. Ingresé en 1980, con 16 años de edad. Estuve en la guerra de Malvinas (dice Falklands) y esta es la primera vez que regreso acá en 33 años.
¿Qué recuerdos tiene de los soldados argentinos?
Admiro a sus pilotos. Sus pilotos fueron gente muy valiente, fueron pilotos realmente muy buenos y tuvimos un montón de problemas por ellos. Demostraron ser muy valientes. Nos hundieron varios barcos.
¿Conoció algún ex soldado argentino?
Sí, sí, sí, me encontré con algunos de los pilotos cuando estaba en la Royal Navy.
En ese momento se nos viene el recuerdo de aquel poema de Jorge Luis Borges, publicado por primera vez el 26 de agosto de 1982 en Clarin. “Juan López y John Ward”, se titulaba, como un giro del destino en la identidad de este británico que tres décadas más tarde volvió a tocar su tierra de guerra. “Les tocó en suerte una época extraña. El planeta había sido parcelado en distintos países, cada uno provisto de lealtades, de queridas memorias, de un pasado sin duda heroico, de derechos, de agravios, de una mitología peculiar, de próceres de bronce, de aniversarios, de demagogos y de símbolos. Esa división, cara a los cartógrafos, auspiciaba las guerras. (…) Hubieran sido amigos, pero se vieron una sola vez cara a cara, en unas islas demasiado famosas, y cada uno de los dos fue Caín, y cada uno, Abel. Los enterraron juntos. La nieve y la corrupción los conocen”.
¿Pero les fue posible salir?
Sí, unos días antes del final. Es difícil recordar todo perfectamente... Muchos británicos no entienden cómo pueden ser británicas. No entendemos mucho. Vemos que hubo referéndums en los que la gente quiere ser británica, pero los británicos de allá no saben por qué. Incluso nosotros, ex militares como yo, servidores del gobierno, miramos para atrás y no sabemos por qué. No entendemos por qué las Malvinas son británicas. Y en Gran Bretaña es muy difícil escuchar hablar de las Malvinas, en ninguna conversación sale ese tema.
Como ya aclaró, no sabían a dónde iban...
No teníamos idea de las islas Malvinas, casi nadie en el barco lo sabía, y éramos una tripulación de 350 personas. Había un miembro de la tripulación que sí había escuchado de ellas, pero nadie de nosotros estaba enterado de que las islas Malvinas eran británicas, ni dónde estaban. Esa es la verdad. Y no pensábamos que entraríamos en guerra cuando la Primer Ministro nos envió.
Ward se refiere a Margaret Hilda Thatcher, quien fuera la premier británica desde 1979 a 1990 y falleciera en abril de 2013. Un dato de actualidad indica que la última inauguración que se dio en Puerto Argentino (Stanley, para Mike) es un busto de Thatcher. Ward no se guarda elogios hacia ella, y sigue, mientras mira su reloj aunque no parece apurado. En todo caso un tic cronológico lo debe llevar a ese gesto aún asombrado de estos 33 años que el grupo de periodistas argentinos le hace repasar.
¿Estando acá pensaban que todo se iba a resolver antes?
Sí, de manera política. Ninguno de los militares pensaba que iba a entrar en una guerra. Pensábamos que Margaret lo iba a solucionar, era una fantástica primer ministro, muy fuerte y con decisión.
¿Cuánto tiempo estuvo?
Llegamos como Task Force (una fuerza de tareas), todos nuestros barcos llegaron juntos y estuvimos la guerra entera. Hicimos los desembarcos en el estrecho de San Carlos. Nosotros llevábamos marines que bajaban en la playa Azul y nosotros estábamos al frente. Permanecimos en San Carlos durante toda la guerra, donde nos hundieron algunos barcos. El Sheffield fue el único barco hundido en mar abierto, el resto fue ahí, en el estrecho de San Carlos. Creo que fueron cuatro los barcos hundidos ahí con los Mirage. Ustedes volaban por debajo del alcance de los radares y por eso no los podíamos detectar. Sus pilotos fueron personas muy, muy valientes. Venían por debajo del nivel del radar y, una vez que los detectábamos, muy pocos podían regresar. Así nos hicieron mucho daño en nuestras naves, hasta que se quedaron sin misiles. Si no se hubiesen quedado sin misiles aire-tierra para atacar nuestras naves, nos hubiera sido difícil de defender, sin duda. Estuvimos en problemas allí.
¿Cuál era su tarea en la guerra?
Recargaba combustible de las aeronaves, sobre todo helicópteros. En el desembarco en playa Azul los helicópteros salían, regresaban, los recargaba y volvían a salir. Yo tenía 18 años. Cumplí años en marzo y la guerra empezó en abril.
¿Qué siente ahora?
Tristeza, porque la isla es un terreno muy inhóspito, y en 1982 la población era muy pequeña. Ahora hay dos o tres mil personas. ¿Sabes? No entendemos por qué. Fue por política, política pura. Muchos de mis amigos ya habían regresado. Fue una guerra grande por una ganancia muy pequeña, con unas mil muertes, pero fue sólo política. Es un lugar a 6 mil millas de distancia. A mi hija, que ahora tiene 25 años, nunca le explicaron sobre las Malvinas, sabe que su padre estuvo en la guerra de Malvinas, pero nunca nadie le dijo nada al respecto más que lo que sabe por mí, lo que es realmente muy poco.
¿No lo enseñan en las escuelas?
No, nadie habla de eso. Yo mismo hablo más de las guerras de Afganistán o Irak, muy raramente menciono las Malvinas.
¿Ella le pregunta?
Sí, me pregunta. Porque fue el primer conflicto en el que estuve, después estuve en Bosnia a finales de los ‘90 y en Irak y Afganistán en los 2000. Los militares británicos nunca tuvieron conflicto alguno antes de las Malvinas, por muchos años antes y por muchos años después. Vas a un bar y les preguntás a los británicos acerca de las Malvinas y no sabrán qué decirte.
Parece que fue ayer…
Sí, pero fue hace 33 años, y hoy aún no lo entendemos, sólo la gente de las islas quiere seguir siendo británica, nadie más apoya esta causa.
¿Cómo terminó trabajando en un crucero?
Me retiré de la milicia luego de un contrato de 22 años. Estuve ahí mucho tiempo y obtuve una pensión. Me retiré como a los 46 años de edad y volví a navegar. Intenté no volver a hacerlo, intenté regresar a casa, pero no pude.
sábado, 26 de diciembre de 2015
viernes, 25 de diciembre de 2015
jueves, 24 de diciembre de 2015
La versión kelper de la Resolución 2065
Malvinas y Resolución 2065: La ONU fue 'soberanamente engañada'
Las Naciones Unidas fueron “soberanamente engañadas” hace cincuenta años, sostuvo el legislador de las Islas Malvinas Mike Summers en respuesta a la celebración en Argentina del quincuagésimo aniversario de la resolución de la ONU reconociendo la existencia de una disputa de soberanía respecto a las Malvinas.
Fuente: Mercopress
La resolución 2065 sostiene que las Malvinas están encuadradas en una 'situación colonial', la cual debe ser resuelta tomando en consideración el objetivo de eliminar toda forma de colonialismo.
La resolución de 1965 invita a las partes a encontrar una solución pacífica a la disputa y que se tome en consideración los intereses de los habitantes de las Islas.
Pero MLA Summers afirma que la Resolución 2065 de la ONU se basó en una serie de mentiras, engaños y medias verdades elevadas a la ONU por el entonces embajador argentino José María Ruda.
El legislador sostiene que existen por lo menos doce 'no verdades' en la resolución y se vienen repitiendo una y otra vez por los sucesivos políticos argentinos.
MLA Summers reiteró una afirmación que elevó ante el Comité de Descolonización de la ONU haciendo resaltar que el embajador Ruda había afirmado que la soberanía española sobre las Malvinas era caso cerrado, pues España había realizado una reserva expresa de su soberanía sobre las Islas el 22 de enero de 1771.
“No fue así; tanto Gran Bretaña como España se reservaron sus posiciones respecto a la soberanía sobre las Islas en el tratado”. El Dr. Ruda también argumentó que Gran Bretaña expulsó a la población argentina de las Malvinas en 1833.
“No fue así”, resaltó Summers, “lo que hizo Gran Bretaña fue remover un destacamento militar ilegal, pero persuadió a muchos civiles argentinos y uruguayos a que permanecieran en las Islas”.
Argentina afirma que los habitantes residentes argentinos resistieron a los 'invasores' británicos: “no fue así, por el contrario dieron la bienvenida y buscaban ayuda para escapar del fracasado emprendimiento de Vernet, y permanecieron en las Islas”.
También afirman que Gran Bretaña reemplazó a los habitantes argentinos con súbditos británicos: “no fue así”, afirma MLA Summers, “muchos de los civiles argentinos se quedaron, y con el correr de los años fueron suplementados por nuevos colonos de otros países de Europa y América del Sur, incluyendo Chile, Argentina, Uruguay el Reino Unido y Escandinavia”.
El embajador argentino Ruda afirmó que no existía acuerdo internacional alguno que confirmara la posesión británica de las Malvinas y que Argentina jamás había aceptado la posesión británica de las Malvinas.
De acuerdo a MLA Summers, “La convención del Acuerdo de 1849 ratificada por ambos gobiernos en 1850, confirmaba que no había disputas pendientes entre los dos países. Es decir, Argentina aceptó la soberanía británica sobre las Malvinas”.
Argentina afirma que ”los Falkland Islanders (Isleños) eran una población británica temporal“, pero MLA Summers describe esta afirmación como quizá ”la mayor de todos los engaños, pues ahora podemos demonstrar que existen nueve o hasta diez generaciones de colonos de 61 diferentes orígenes étnicos“.
MLA Summers remata argumentando que la resolución 2065 ha sido más que desacreditada por la historia. ”Fue consignada al basurero en 1982 cuando Argentina recuperó las Malvinas, y hecha totalmente irrelevante por el referendo de 2013“.
”Resulta desafortunado“ que el nuevo gobierno argentino haya decidido que nuevamente quiere poner al frente dicha resolución, ”pero creo que desde nuestra perspectiva me gustaría reiterar que el camino está abierto para que el nuevo gobierno de Argentina encuentre una forma mejor y de cooperación para convivir en el Atlántico sudoeste“.
”Esto no quiere decir, nunca quiso y nunca significará que estamos preparados a discutir la soberanía de las Falkland Islands. (PN).
Las Naciones Unidas fueron “soberanamente engañadas” hace cincuenta años, sostuvo el legislador de las Islas Malvinas Mike Summers en respuesta a la celebración en Argentina del quincuagésimo aniversario de la resolución de la ONU reconociendo la existencia de una disputa de soberanía respecto a las Malvinas.
Fuente: Mercopress
La resolución 2065 sostiene que las Malvinas están encuadradas en una 'situación colonial', la cual debe ser resuelta tomando en consideración el objetivo de eliminar toda forma de colonialismo.
La resolución de 1965 invita a las partes a encontrar una solución pacífica a la disputa y que se tome en consideración los intereses de los habitantes de las Islas.
Pero MLA Summers afirma que la Resolución 2065 de la ONU se basó en una serie de mentiras, engaños y medias verdades elevadas a la ONU por el entonces embajador argentino José María Ruda.
El legislador sostiene que existen por lo menos doce 'no verdades' en la resolución y se vienen repitiendo una y otra vez por los sucesivos políticos argentinos.
MLA Summers reiteró una afirmación que elevó ante el Comité de Descolonización de la ONU haciendo resaltar que el embajador Ruda había afirmado que la soberanía española sobre las Malvinas era caso cerrado, pues España había realizado una reserva expresa de su soberanía sobre las Islas el 22 de enero de 1771.
“No fue así; tanto Gran Bretaña como España se reservaron sus posiciones respecto a la soberanía sobre las Islas en el tratado”. El Dr. Ruda también argumentó que Gran Bretaña expulsó a la población argentina de las Malvinas en 1833.
“No fue así”, resaltó Summers, “lo que hizo Gran Bretaña fue remover un destacamento militar ilegal, pero persuadió a muchos civiles argentinos y uruguayos a que permanecieran en las Islas”.
Argentina afirma que los habitantes residentes argentinos resistieron a los 'invasores' británicos: “no fue así, por el contrario dieron la bienvenida y buscaban ayuda para escapar del fracasado emprendimiento de Vernet, y permanecieron en las Islas”.
También afirman que Gran Bretaña reemplazó a los habitantes argentinos con súbditos británicos: “no fue así”, afirma MLA Summers, “muchos de los civiles argentinos se quedaron, y con el correr de los años fueron suplementados por nuevos colonos de otros países de Europa y América del Sur, incluyendo Chile, Argentina, Uruguay el Reino Unido y Escandinavia”.
El embajador argentino Ruda afirmó que no existía acuerdo internacional alguno que confirmara la posesión británica de las Malvinas y que Argentina jamás había aceptado la posesión británica de las Malvinas.
De acuerdo a MLA Summers, “La convención del Acuerdo de 1849 ratificada por ambos gobiernos en 1850, confirmaba que no había disputas pendientes entre los dos países. Es decir, Argentina aceptó la soberanía británica sobre las Malvinas”.
Argentina afirma que ”los Falkland Islanders (Isleños) eran una población británica temporal“, pero MLA Summers describe esta afirmación como quizá ”la mayor de todos los engaños, pues ahora podemos demonstrar que existen nueve o hasta diez generaciones de colonos de 61 diferentes orígenes étnicos“.
MLA Summers remata argumentando que la resolución 2065 ha sido más que desacreditada por la historia. ”Fue consignada al basurero en 1982 cuando Argentina recuperó las Malvinas, y hecha totalmente irrelevante por el referendo de 2013“.
”Resulta desafortunado“ que el nuevo gobierno argentino haya decidido que nuevamente quiere poner al frente dicha resolución, ”pero creo que desde nuestra perspectiva me gustaría reiterar que el camino está abierto para que el nuevo gobierno de Argentina encuentre una forma mejor y de cooperación para convivir en el Atlántico sudoeste“.
”Esto no quiere decir, nunca quiso y nunca significará que estamos preparados a discutir la soberanía de las Falkland Islands. (PN).
miércoles, 23 de diciembre de 2015
Otra reflexión sobre la Resolución 2065
Las Islas Malvinas
PABLO ORTIZ GARCÍA - El Comercio
El 16 de diciembre se cumplieron 50 años de la expedición de la Resolución 2065 de la Organización de las Naciones Unidas, a través de la cual, y sin voto en contra alguno, el mundo entero reconoció la existencia de una controversia sobre la soberanía de las Islas Malvinas (no Islas Folkland, como los ingleses las llaman). Este conflicto debía ser resuelto, según la Resolución de la ONU indicada, cuidando la integridad territorial y los intereses de sus habitantes. El doctor Ezequiel Pereyra Zorraquín, abogado argentino y experto en materia de Derecho Internacional Público, afirma que “en pleno fin del colonialismo, ellos consiguieron (se refiere a los expertos argentinos encargados del tema de las Islas Malvinas), que la disputa se concentrara sobre el territorio, pero no sobre un pueblo, que en realidad era un injerto colonial”. Con el reconocimiento de la ONU, que se dio cuando Arturo Illia ejercía la Presidencia de la República Argentina, el siguiente paso a seguir fue que se “una” el territorio continental argentino con el insular, para lo cual con cierta regularidad barcos argentinos arribaban a esas Islas, al igual que la ruta entre esos dos territorios separado por el Océano Atlántico se cubría por vía aérea al menos dos veces por semana. En lo referido a la población llevada desde Inglaterra, se le enseñaba el idioma español, al igual que se le ofrecía becas para que estudie en las universidades argentinas en el continente. Se proveía de gas y combustible a sus habitantes. Es decir, las autoridades gubernamentales en Buenos Aires ejercían actos de soberanía en la parte insular de su territorio. Sin embargo, el golpe de Estado que el general Onganía propició en contra del mandatario del Partido Radical, Arturo Illia, tuvo como resultado, entre otras consecuencias nefastas, que toda la política internacional llevada a efecto por expertos de la Cancillería argentina sobre las Islas Malvinas, se fuera al garete. Y, poco a poco, la política colonialista del Reino Unido se consolidó en un territorio ubicado a poca distancia de Argentina y a miles de kilómetros de Londres. La política colonialista de los grandes imperios que existieron en el mundo, se desmoronó. Los pueblos “conquistados” han regresado a sus orígenes; es decir, a tener su propia identidad y a desarrollarse de acuerdo a sus principios. Pero en lo que respecta a las Islas Malvinas, Argentina se extravió en su pretensión de recuperarlas, y América del Sur, al no haber un líder, no se ha unido en la lucha por acabar con una colonia inglesa enclavada en un lugar estratégico para América del Sur. Los nuevos vientos libertarios que están llegando a América ojalá logren que la política internacional de Argentina sea más diáfana en la lucha por unas islas que le pertenecen por historia.
PABLO ORTIZ GARCÍA - El Comercio
El 16 de diciembre se cumplieron 50 años de la expedición de la Resolución 2065 de la Organización de las Naciones Unidas, a través de la cual, y sin voto en contra alguno, el mundo entero reconoció la existencia de una controversia sobre la soberanía de las Islas Malvinas (no Islas Folkland, como los ingleses las llaman). Este conflicto debía ser resuelto, según la Resolución de la ONU indicada, cuidando la integridad territorial y los intereses de sus habitantes. El doctor Ezequiel Pereyra Zorraquín, abogado argentino y experto en materia de Derecho Internacional Público, afirma que “en pleno fin del colonialismo, ellos consiguieron (se refiere a los expertos argentinos encargados del tema de las Islas Malvinas), que la disputa se concentrara sobre el territorio, pero no sobre un pueblo, que en realidad era un injerto colonial”. Con el reconocimiento de la ONU, que se dio cuando Arturo Illia ejercía la Presidencia de la República Argentina, el siguiente paso a seguir fue que se “una” el territorio continental argentino con el insular, para lo cual con cierta regularidad barcos argentinos arribaban a esas Islas, al igual que la ruta entre esos dos territorios separado por el Océano Atlántico se cubría por vía aérea al menos dos veces por semana. En lo referido a la población llevada desde Inglaterra, se le enseñaba el idioma español, al igual que se le ofrecía becas para que estudie en las universidades argentinas en el continente. Se proveía de gas y combustible a sus habitantes. Es decir, las autoridades gubernamentales en Buenos Aires ejercían actos de soberanía en la parte insular de su territorio. Sin embargo, el golpe de Estado que el general Onganía propició en contra del mandatario del Partido Radical, Arturo Illia, tuvo como resultado, entre otras consecuencias nefastas, que toda la política internacional llevada a efecto por expertos de la Cancillería argentina sobre las Islas Malvinas, se fuera al garete. Y, poco a poco, la política colonialista del Reino Unido se consolidó en un territorio ubicado a poca distancia de Argentina y a miles de kilómetros de Londres. La política colonialista de los grandes imperios que existieron en el mundo, se desmoronó. Los pueblos “conquistados” han regresado a sus orígenes; es decir, a tener su propia identidad y a desarrollarse de acuerdo a sus principios. Pero en lo que respecta a las Islas Malvinas, Argentina se extravió en su pretensión de recuperarlas, y América del Sur, al no haber un líder, no se ha unido en la lucha por acabar con una colonia inglesa enclavada en un lugar estratégico para América del Sur. Los nuevos vientos libertarios que están llegando a América ojalá logren que la política internacional de Argentina sea más diáfana en la lucha por unas islas que le pertenecen por historia.
martes, 22 de diciembre de 2015
Ejército británico: Scots Guards
Scots Guards
Guardias Escoceses
Los guardias escoceses son parte de 12° Brigada Blindada de Infantería. Aunque famoso por sus pieles de oso y túnicas escarlata, son sólo una parte del día del Regimiento a día las tareas. En primer lugar los guardias escoceses son soldados de infantería de combate, entrenados y listos para desplegarse en las operaciones en cualquier momento, en cualquier lugar del mundo.
Un Batallón de Infantería Mecanizada es uno de los elementos clave de una Brigada Mecanizada. El batallón está siempre listo para el siguiente desafío probable que se enfrenta el país, y para proporcionar una capacidad de infantería rápida montada para hacer frente a una crisis en el país o en el extranjero.
El Batallón está estacionado actualmente en Catterick, North Yorkshire donde permanecerá hasta mediados de 2015. Después de que se trasladará a Aldershot, que se debe a convertirse en el nuevo centro de excelencia para la Infantería Mecanizada. El batallón se compone de tres compañías de fusileros, una compañía de armas de apoyo que incluye reconocimiento, Pelotones anti-Tanque, mortero y de ametralladora y una compañía de Cuartel General.
La vida en el Batallón es variada y desafiante. Un día usted podría estar conduciendo a través de las llanuras de Alberta, Canadá, en un Mastín, y al siguiente estás empacando su equipo para ir en un ejercicio de entrenamiento de aventura en Nepal. El Batallón compite al más alto nivel en el fútbol y el rugby, mientras que muchos guardias representan la Batallón de esquí de fondo, esquí y squash. Hay más de 45 deportes diferentes que se ofrecen, y si eres lo suficientemente bueno puede jugar hasta Ejército, o incluso nacional.
Los guardias escoceses están muy orgullosos de su servicio ininterrumpido y la lealtad a la reina y el país. Tienen una reputación duramente ganada como la lucha contra los soldados. Los guardias escoceses han realizado sobre las operaciones de todo el mundo, pero más recientemente en Irak, Afganistán y las Islas Malvinas.
lA Compañía F de los Guardias Escoceses marchan por las calles de Londres a los Cuarteles de Wellington Barracks.
La F Company es una pequeña rama independiente del Regimiento que tiene su base permanente en Londres. La F Company ofrece a los Guardias Reales del Palacio de Buckingham, el Castillo de Windsor y la Torre de Londres.
Usted puede esperar una pequeña gira en la Compañía F al término de la formación como un soldado de infantería de combate recién titulados. Cuando no está en deberes reales que proporcionan el "escaparate" para el país, los Guardias de la Compañía F se pueden encontrar en el ejercicio en todo el mundo. Viajes recientes incluyen Polonia, Kazajstán, Belice y España.
British Army
Guardias Escoceses
Los guardias escoceses son parte de 12° Brigada Blindada de Infantería. Aunque famoso por sus pieles de oso y túnicas escarlata, son sólo una parte del día del Regimiento a día las tareas. En primer lugar los guardias escoceses son soldados de infantería de combate, entrenados y listos para desplegarse en las operaciones en cualquier momento, en cualquier lugar del mundo.
Infantería Mecanizada
Un Batallón de Infantería Mecanizada es uno de los elementos clave de una Brigada Mecanizada. El batallón está siempre listo para el siguiente desafío probable que se enfrenta el país, y para proporcionar una capacidad de infantería rápida montada para hacer frente a una crisis en el país o en el extranjero.
1er Batallón Scots Guards
Un soldado de la guardia en el ejercicio en la hierba con un arma. |
La vida en el Batallón es variada y desafiante. Un día usted podría estar conduciendo a través de las llanuras de Alberta, Canadá, en un Mastín, y al siguiente estás empacando su equipo para ir en un ejercicio de entrenamiento de aventura en Nepal. El Batallón compite al más alto nivel en el fútbol y el rugby, mientras que muchos guardias representan la Batallón de esquí de fondo, esquí y squash. Hay más de 45 deportes diferentes que se ofrecen, y si eres lo suficientemente bueno puede jugar hasta Ejército, o incluso nacional.
Los guardias escoceses están muy orgullosos de su servicio ininterrumpido y la lealtad a la reina y el país. Tienen una reputación duramente ganada como la lucha contra los soldados. Los guardias escoceses han realizado sobre las operaciones de todo el mundo, pero más recientemente en Irak, Afganistán y las Islas Malvinas.
Compañía F
lA Compañía F de los Guardias Escoceses marchan por las calles de Londres a los Cuarteles de Wellington Barracks.
La F Company es una pequeña rama independiente del Regimiento que tiene su base permanente en Londres. La F Company ofrece a los Guardias Reales del Palacio de Buckingham, el Castillo de Windsor y la Torre de Londres.
Usted puede esperar una pequeña gira en la Compañía F al término de la formación como un soldado de infantería de combate recién titulados. Cuando no está en deberes reales que proporcionan el "escaparate" para el país, los Guardias de la Compañía F se pueden encontrar en el ejercicio en todo el mundo. Viajes recientes incluyen Polonia, Kazajstán, Belice y España.
British Army
sábado, 19 de diciembre de 2015
Cameron pide inmaduramente madurez
David Cameron pidió "una relación más madura" con la Argentina, pero advirtió que es "inflexible" sobre Malvinas
En su mensaje de fin de año a los isleños, el primer ministro británico les prometió mantener su posición sobre el "derecho a la autodeterminación" de los habitantes del archipiélago
David Cameron habló sobre el nuevo gobierno y el conflicto por Malvinas. Foto:Reuters
El primer ministro británico, David Cameron, les dijo a los isleños de Malvinas que la reciente elección de Mauricio Macri como presidente argentino es una oportunidad para forjar una relación "más madura" entre Londres y Buenos Aires, pero advirtió que es "inflexible" la posición del Reino Unido respecto del "derecho a la autodeterminación" de los habitantes del archipiélago.
Cameron inició su mensaje con una frase conciliadora hacia la Casa Rosada: "Tengo la esperanza de que la elección de un nuevo presidente en Argentina nos permita movernos hacia una relación más madura. Está claro que existen muchas áreas en las que la cooperación nos beneficiaría a ambos", señaló el premier conservador en su mensaje por fin de año a los isleños, en relación con el conflicto por la soberanía de Malvinas.
El jefe del Gobierno británico subrayó sin embargo que su Ejecutivo "presionará" para defender la explotación de los yacimientos de hidrocarburos detectados cerca de las costas de las islas atlánticas, una cuestión que ha levantado controversias con Argentina.
"He hablado con el presidente Macri y, aunque estoy dispuesto a mejorar las relaciones con Argentina para el beneficio de todos, he sido claro en el hecho de que eso no cambia la posición de mi Gobierno sobre su derecho a la autodeterminación. En eso somos inflexibles", dijo Cameron, quien mantuvo una tensa relación con la ex presidenta Cristina Kirchner.
El 26 de noviembre pasado, cuatro días después del triunfo electoral de Macri que puso fin a 12 años de la administración kirchnerista, el gobernante británico se comunicó telefónicamente con el líder del PRO y le ofreció respaldo a su gestión.
"Ambos líderes esperan reunirse en el futuro", destacó el gobierno de Gran Bretaña en un texto oficial difundido luego de esa conversación.
El texto agregó que ambos líderes políticos "coincidieron en que se trata de una oportunidad para fortalecer relaciones entre el Reino Unido y Argentina y desarrollar los lazos comerciales y de inversión existentes".
En su mensaje, el primer ministro adelantó además que se ampliarán los trabajos para retirar las minas que quedaron diseminadas en diversas zonas durante el conflicto entre el Reino Unido y Argentina en 1982.
Agencias EFE y DyN
La Nación
En su mensaje de fin de año a los isleños, el primer ministro británico les prometió mantener su posición sobre el "derecho a la autodeterminación" de los habitantes del archipiélago
David Cameron habló sobre el nuevo gobierno y el conflicto por Malvinas. Foto:Reuters
El primer ministro británico, David Cameron, les dijo a los isleños de Malvinas que la reciente elección de Mauricio Macri como presidente argentino es una oportunidad para forjar una relación "más madura" entre Londres y Buenos Aires, pero advirtió que es "inflexible" la posición del Reino Unido respecto del "derecho a la autodeterminación" de los habitantes del archipiélago.
Cameron inició su mensaje con una frase conciliadora hacia la Casa Rosada: "Tengo la esperanza de que la elección de un nuevo presidente en Argentina nos permita movernos hacia una relación más madura. Está claro que existen muchas áreas en las que la cooperación nos beneficiaría a ambos", señaló el premier conservador en su mensaje por fin de año a los isleños, en relación con el conflicto por la soberanía de Malvinas.
El jefe del Gobierno británico subrayó sin embargo que su Ejecutivo "presionará" para defender la explotación de los yacimientos de hidrocarburos detectados cerca de las costas de las islas atlánticas, una cuestión que ha levantado controversias con Argentina.
"He hablado con el presidente Macri y, aunque estoy dispuesto a mejorar las relaciones con Argentina para el beneficio de todos, he sido claro en el hecho de que eso no cambia la posición de mi Gobierno sobre su derecho a la autodeterminación. En eso somos inflexibles", dijo Cameron, quien mantuvo una tensa relación con la ex presidenta Cristina Kirchner.
El 26 de noviembre pasado, cuatro días después del triunfo electoral de Macri que puso fin a 12 años de la administración kirchnerista, el gobernante británico se comunicó telefónicamente con el líder del PRO y le ofreció respaldo a su gestión.
"Ambos líderes esperan reunirse en el futuro", destacó el gobierno de Gran Bretaña en un texto oficial difundido luego de esa conversación.
El texto agregó que ambos líderes políticos "coincidieron en que se trata de una oportunidad para fortalecer relaciones entre el Reino Unido y Argentina y desarrollar los lazos comerciales y de inversión existentes".
En su mensaje, el primer ministro adelantó además que se ampliarán los trabajos para retirar las minas que quedaron diseminadas en diversas zonas durante el conflicto entre el Reino Unido y Argentina en 1982.
Agencias EFE y DyN
La Nación
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