sábado, 14 de junio de 2014

Combates en la defensa de Puerto Argentino


Los combates del 13 de Junio




(Centro: Ilustración de "Cranston Art" , sobre la toma de la cima de Mount Tumbledown , por parte de la Guardia Escocesa sobre las posiciones del Batallón de Infantería de la Armada Argentina, "BIM5".
Derecha: El Teniente Lawrence ya recuperado en la posguerra junto al escudo de la "Wellsh Guards".
Izquierda: La herida en la cabeza del Lt.Lawrence producto del disparo de un francotirador argentino, es expuesta ante la mirada incrédula de sus cirujanos.
"...Los francotiradores argentinos actuaban cuando las batallas ya habían finalizado, en este caso se creía que se trataba de un Tirador Especial de un grupo Comando con un arma acorde al caso, pero muchos afirman que solo se trató de un solitario conscripto. Este hecho es retratado en el film "Tumbledown" personificado por el actor Colin Firth..."



No será hasta la noche del 13 que el 2 PARA y el Segundo Batallón de la Guardia Escocesa tomen Wireless Ridge y el monte Tumbledown tras intensos combates contra el Batallón de Infantería de Marina 5 y el Regimiento 7 de Infantería y la Compañía A del Regimiento 3 que la apoyaba.

El asalto británico se demoraba ante la desesperada y enérgica resistencia.
Las tres compañías del Batallón de Infantería de Marina 5, sus 700 hombres a órdenes
del capitán de fragata Carlos Hugo Robacio ahora esperaban luchar contra el invasor en la zona de monte Tumbledown-monte William-colina Sapper.

Mientras los esperaban con ansiedad creciente, el mayor Aldo Rico montó emboscadas para proteger el perímetro y envió a varios comandos a instalar una emboscada frente al monte William.

Un infernal diluvio de acero se abatió sobre las Compañías A y C del Regimiento 7 que sería la unidad con más bajas de la guerra: 36 muertos y 152 heridos.
En este bombardeo se destaca el Capitán Guillermo Grau del Regimiento 7, que con un Land Rover se mueve a través de las zonas batidas, evacuando heridos.

Monte Tumbledown 

En el Monte Tumbledown la Guardia Escocesa ejecutó un ataque frontal. Pese a sufrir bajas, logra posibilitar que otras fuerzas de Gurkhas rodeen la posición defendida por la Compañía Nacar del BIM 5 (comandados por el teniente de navío Eduardo Villarraza) por el norte. Efectivos menores son destacados para silenciar los nidos de ametralladoras enemigas, trabándose en combate con el oponente.
La Batería de Artillería y Morteros de los infantes de marina (a requerimiento del Teniente Vázquez) bate en varias ocasiones la Compañía Nacar, con material 81, 106 ó 155 mm según los casos.
El combate fue extremadamente violento.

Monte William 

la Guardia Galesa ejecuta su ataque en forma similar, buscando aferrar la Compañía Obra del BIM 5 frente de la posición y tomar el Cerro Zapador desde el camino oeste, empleando tanques livianos Scorpion, al mismo tiempo que saturan el sector, con fuego de cañones de 76 mm. Los fuegos de la propia artillería de marina baten las fracciones de la Guardia Galesa.
Los efectivos británicos se lanzan al asalto sobre el flanco sur de la posición del BIM 5 y se combate a las distancias próximas con profundo empleo de granadas de mano.
El primer ataque en el sector de Tumbledown es rechazado .

Wireless Ridge:

En el sector norte los atacantes tomaron fácilmente el perímetro del capitán Hugo García en Wireless Ridge y avanzaron hacia las defensas del capitán Jorge Calvo.
Las compañías del Regimiento de Infantería 7 del teniente coronel Omar Giménez, formadas también por soldados que habían combatido la noche anterior, se desmoronaron; sus hombres y los hombres que los acompañaban huyeron hacia Moody Brook.

El certero y continuo fuego británico en estos primeros avances causó una gran mortandad entre los hombres del Escuadrón de Exploración de Caballería Blindada 10.

No obstante el mayor Hugo Alberto Pérez Cometto permaneció entre los sirvientes de los morteros pesados. (Su abnegación y su coraje fueron reconocido por el Centro de Excombatientes de las Islas Malvinas (Cecim) de La Plata.82 )

El general Jofre ordena a la Policía Militar y el teniente coronel Eugenio Dalton del Estado Mayor de la Brigada 10 con varios comandos e infantes de marina a hacerse cargo del Regimiento. Mientras el teniente coronel Eugenio Dalton se hizo cargo de la situación una compañía del Regimiento 25 , entrenados por comandos, fue a reforzar las unidades en la salida de Puerto Argentino.
Asombrado en extremo por la moral de los soldados del Regimiento 7, el Mayor Guillermo Ruben Berazay, jefe de operaciones del Regimiento preparó la Compañía "A" “Tacuarí” para contraatacar y proteger a las tropas comprometidas en el combate.

El teniente primero Víctor Hugo Rodríguez cruzó las heladas aguas del arroyo Felton apenas unas horas antes del amanecer junto con dos pelotones que no contaban con radios o visores nocturnos, y con esas escasas fuerzas atacó al 2 PARA, obligando a retroceder inicialmente al batallón británico.

Durante el asalto, el teniente Jonathan Page recibió un balazo en una granada que tenía colgada en su pecho, a pesar del cual se mantuvo al mando de su pelotón hasta que los argentinos cesaron en sus intentos de contraataque.

Los argentinos tuvieron 3 muertos y 27 heridos en el contraataque.

El teniente Horacio Alejandro Monez Ruiz, al ver que Rodríguez y su gente se replegaba hostigado por el enemigo, tomo la iniciativa de apoyarlos con una ametralladora.
Durante el combate, el sargento Manuel Villegas cayó herido y le pidió al soldado Esteban Tríes que lo matara. Pero éste, con ayuda de otro conscripto, lo evacuaron y en la posguerra se hicieron íntimos amigos.....

Ese era el último intento por contener el avance británico, quedaba solo Sapper Hill pero su defensa sería inútil.
Ya se sentía la derrota ...

Orden de retroceder 

La posición argentina en Tumbledown era ahora insostenible, con el riesgo de que la infantería de marina fuera cercada, el general Menéndez autorizó el repliegue.....

En ese momento, el capitán Robacio, jefe del BIM 5 recibió una llamada por el teléfono de campana: la cima del monte Tumbledown acababa de caer, sus hombres se batían en retirada,
avanzaban los soldados enemigos. Inmediatamente se informó al mayor Jaimet y se propuso organizar una retirada inmediata a lo que éste aceptó. Al recibir la noticia, Jaimet envió un pelotón con cuarenta y siete hombres con la orden de cerrar la brecha.

El subteniente Augusto Esteban La Madrid, con la jerarquía de subteniente aprendiz después de casi 10 semanas actuando como jefe de la 3ra Sección de Tiradores de la Compañía B “Peribebuy” del Regimiento de Infantería 6, sale de exploración acompañado por un soldado y el teniente de corbeta Waldemar Rigoberto Aquino.

Localiza a un grupo de entre diez y doce soldados escoceses a cierta distancia de sus propias posiciones. Decide aprovechar la sorpresa y abre fuego contra ellos junto a sus dos acompañantes.

Se retira en cuanto empiezan a recibir disparos de vuelta, dejando heridos a unos tres Guardias Escoceses, sin bajas propias. En los combates subsiguientes se destacan, por su valor y sacrificio personal, los soldados conscriptos Horacio Balvidares, Juan Domingo Rodríguez y Luis Jorge Bordón quienes agotan su munición y se reabastecen con cargadores abandonados hasta caer mortalmente heridos.

Cerca del amanecer, el soldado conscripto Poltronieri realizó una nueva hazaña al lanzarse al ataque bajo intenso fuego enemigo para reabrir fuego de ametralladora para que las tropas argentinas escaparan.

Solamente 23 argentinos de los 47 que habían participado en el contraataque alcanzarían volver al pueblo.
El resto ha quedado muerto, herido o hecho prisionero.

Desde el edificio del comando de la Brigada 10 el general Oscar Jofre, y el coronel Felix Aguiar, segundo comandante de la Brigada 10 , enviaban mensajes al capitán Robacio instándolo a abandonar esa posición; en cualquier momento se podía producir un ataque helitransportado enemigo que le cortaría al batallón fácilmente la retirada hacia el pueblo.
Por entonces, el combate era muy violento.

El asalto final escocés

El asalto final en el sector Tumbledown esta a cargo de los pelotones de los tenientes Dalrymple, Mathewson y Lawrence.

Mientras tanto los Gurkhas se preparaban para asaltar el Monte William y ya habían conquistado algunos pozos de la Compañía Nacar.
Un pelotón de infantes de marina estaban atrapado entre los montes Tumbledown y William por el avance nepalés sin escapatoria.
Al advertir la situación, fue empleado el resto de la Compañía B del Regimiento 6 con el Jefe de compañía a la cabeza.

A las 1000 horas se ejecuta un ordenado repliegue:  primero, hacia Sapper Hill (colina Zapador), y luego, hacia Puerto Argentino.

Se replegaron ordenadamente a la posición defensiva en la colina que reforzaron con ametralladoras.
Allí los infantes de marina ocuparon posiciones defensivas, incluidos los ingenieros anfibios.

Fue el propio capitán Robacio quien luego buscó y reconoció los muertos del BIM 5 en monte Tumbledown que había sido muy batido por la artillería británica.

En el continente...

Esa noche hubo una gran manifestación en Buenos Aires exigiendo la no rendición; "..no es posible inflamar a una sociedad como lo hizo la Junta y luego pretender que no reaccione...", se diría por esas horas.

Galtieri ha prohibido a Menéndez que se rinda, en caso de hacerlo que no firmara nada sin su consentimiento.

Desde el continente, la maltrecha Fuerza Aérea Argentina aún intenta asestar sus postreros golpes.

Hay un último plan peruano de paz en marcha.

Último contraataque

Antes de que amaneciera, el sol clareaba tarde en el casi invierno malvinense, el mayor Carlos Eduardo del Valle Carrizo Salvadores con algo menos de una compañía realizaron el último contraataque contra los británicos.
Los soldados Horacio Cañeque y Santiago Gauto describen en "Así peleamos"- Malvinas (Fundación Soldados) y Los Dos Lados Del Infierno (Planeta) lo que sucedió e indican que el Mayor junto a los soldados del grupo táctico que lo acompañaban mediante el grito :
- ¡Esos que tienen pelotas, síganme!
....se lanzaron al asalto de las últimas posiciones argentinas capturadas en La Cresta del Telégrafo.
Pero no tuvieron suerte. Los paracaidistas británicos ya habían conquistado La cresta , y la niebla se había levantado.


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