lunes, 9 de septiembre de 2019

El casco que unió a dos soldados

El casco de guerra que unió a dos soldados

DEF Online



 
Gorzelany posa con su casco. Foto: Francisco Reyes.

Esta semana, Alejandro Gorzelany, veterano de la Guerra de Malvinas, vivió un reencuentro muy emotivo: volvió a tener en sus manos su antiguo casco, el mismo con el que combatió aquel abril de 1982. Por Francisco Reyes.

La cita fue en el Palacio San Martín del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la Nación. Los protagonistas fueron dos ex combatientes de la Guerra de Malvinas, el argentino Alejandro Gorzelany y el británico Edward Goodall. La razón del encuentro: la entrega del casco con el que el soldado argentino clase 63 combatió en 1982 y del sable con el que el británico se unió a la Royal Navy.

El casco con el que Gorzelany combatió en Malvinas fue adquirido por Goodall, quien además de veterano de guerra es coleccionista. Al adquirir el objeto, el miliar inglés descubrió que, en su interior, el casco tenía el nombre del soldado argentino a quién pertenecía y decidió hacer el intento de ponerse en contacto con él a través de la red social Facebook.


Los objetos que Goodall entregó a Gorzelany. Foto: Francisco Reyes.

“Fue sorprendente, porque no tenía realmente pensado que alguien iba a encontrar mi casco, además no recordaba que mi casco tenía nombre”, recordó Gorzelany en diálogo con DEF y agregó: “Cuándo Edward me mandó las fotos del casco y vi mi nombre allí, me emocioné muchísimo porque me di cuenta de que era mi letra”.

Así fue como en octubre pasado el soldado Gorzelany viajó a Plymouth, Gran Bretaña, y el mismo Goodall le hizo entrega del casco. A su vez, le hizo llegar a la embajada argentina en Londres algunos obsequios: su sable de la Royal Navy, una placa y una medalla, que, en esta oportunidad, fueron entregados a Gorzelany en el Palacio San Martín. Familiares del soldado argentino y también camaradas que combatieron junto a él del Grupo de Artillería de Defensa Antiaérea 101 (GADA 101) estuvieron presentes en la ceremonia.

“Esta espada se presenta a mi buen amigo y hermano excombatiente de Malvinas, Alejandro Gorzelany del GADA 101, como símbolo de honor, respeto, amistad y en la celebración de su visita a Plymouth, Inglaterra, del 11 a 13 de octubre de 2018 con su esposa Deborah”. Con estas palabras comienza la placa que le regaló Goodall a Gorzelany y añade: “Treinta y seis años después del final de las hostilidades, este casco que fue retirado del campo de batalla de las Malvinas por un soldado británico es finalmente devuelto al valiente soldado que lo usó durante la Guerra de las Malvinas. De la miseria y el sufrimiento de esa guerra, Dios ha creado un lazo de amistad entre nosotros, nuestras familias y nuestros países. Honor y recuerdos de nuestros muchos amigos valientes que cayeron y no regresaron en 1982”.


(De izq. a der.) Alejandro Gorzelany junto a la subsecretaria de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, embajadora María Teresa kralikas, y el secretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural, Claudio Avruj. Foto: Gentileza Cancillería.

El acto fue presidido por la subsecretaria de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, embajadora María Teresa Kralikas, acompañada por el secretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural, Claudio Avruj y autoridades del Ministerio de Defensa, de la embajada británica. También participaron el coronel retirado VGM Jorge Gustavo Zanella, jefe del Departamento Veteranos de Guerra del Ejército, y asociaciones de ex combatientes y familiares de veteranos de la Guerra de Malvinas.

“Dos combatientes que supieron estar uno contra el otro, hoy están uno al lado del otro a través del contacto que establecieron para el intercambio de objetos”, expresó Kralikas. En el mismo sentido, Avruj sostuvo en diálogo con DEF: “Es una ceremonia de mucho significado, todos estos gestos de encuentro entre las personas marcan el camino de la paz, el camino del diálogo, y de entender que por sobre las decisiones de los estados se antepone las historias de las personas, que es lo que siempre tenemos que privilegiar”.

Avruj se refirió también al proceso de identificación de soldados argentinos enterrados en el Cementerio de Darwin de las Islas Malvinas: “Este encuentro a través de elementos, generar una amistad, es tender puentes, tal como lo estamos haciendo con el proceso humanitario, que junto con Gran Bretaña y la Cruz Roja hemos logrado dar tranquilidad y cerrar heridas a 106 familias, esto marca un camino que los argentinos tenemos que valorar, ponderar y copiar, en todos los sentidos de nuestra vida, buscar siempre esos puntos de encuentro, esas cosas que nos unen en el afecto”.

sábado, 7 de septiembre de 2019

Monte Kent: El cabo Baruzzo defiende a su amigo con cuchillo

Sacó su cuchillo para defender a un compañero en Malvinas y el soldado inglés, en vez de disparar, lo abrazó y le dijo: "The war is over" 

El cabo Roberto Baruzzo quedó solo con su compañero agonizante, a quien protegió contra decenas de ingleses. Con varias heridas encima batalló hasta que se agotaron sus municiones y sacó su cuchillo. El comandante británico, admirado por su valor, decidió perdonarle la vida basándose en un código de honor

Por Joaquín Sánchez Mariño || Infobae


El cabo Roberto Baruzzo en Malvinas, junto a sus compañeros cuando finalizó la guerra y quedó prisionero de los ingleses en Fitz Roy

Largo y ancho campo de nieve. Desde el cielo se ve todo blanco. Todo blanco salvo por una mancha negra pequeña que se va expandiendo conforme brota la sangre del cuello de Echeverría. No está solo, un cabo de 22 años lo abraza y le pide que resista.

El cuerpo de Echeverría recibió cinco disparos y su sangre, que se ve negra al contacto con la nieve, desespera a su compañero. Ya no tienen municiones para defenderse, solo le queda un cuchillo. Un soldado inglés se deja ver, fusil en alto, y comienza a aproximarse. El cabo desenfunda el arma y se pone en posición de pelea. No piensa entregarse. El inglés se acerca un poco más y le toca el brazo con el cañón del fusil. "War is over", le dice, "war is over". Y lo abraza.

Es una madrugada de junio de 1982 y están en las Islas Malvinas, más precisamente en Monte Kent. El nombre del cabo es Roberto Bacilio Baruzzo. Hoy tiene 59 años y vive en Corrientes, provincia de la que es oriundo (más precisamente, del pueblo de Riachuelo). Se casó y tiene dos hijas. Una de ellas se llama Malvina Soledad, como las islas, y la otra Mariana Noemí.

Su historia es una de las tantas historias heroicas de Malvinas, con una salvedad: Baruzzo es uno de los pocos combatientes en recibir la Cruz al Heroico Valor en Combate, máxima condecoración a la que puede aspirar un soldado argentino, junto al Sargento Primero Mateo Sbert, caído en el combate de Top Malo House; el Teniente primero Jorge Vizoso Posse, el Subteniente Juan José Gómez Centurión; el soldado conscripto clase 1962 Oscar Poltronieri; Teniente Ernesto Emilio Espinosa y el Teniente Roberto Estévez.

 
Baruzzo en la Escuela Sargento Cabral donde se recibió en 1979

El reconocimiento a Baruzzo no queda ahí: en su Riachuelo natal tiene una calle con su nombre, y en la ciudad de Corrientes, donde vive, un busto. Sin embargo, su historia sigue siendo desconocida por muchos. No le gusta hablar ni participar demasiado en programas de televisión, aunque alguna vez ha contado su derrotero a Nicolás Kasanzew o en vivo a Alejandro Fantino en Animales Sueltos.

Derrotero que termina (¿termina alguna vez?) en la nieve manchada de negro aquella noche de mediados de junio del '82.

Vamos a esas fechas. Baruzzo está apostado en Monte Kent protegiendo unos helicópteros a la espera de ser trasladado a Darwin. De pronto, un ataque aéreo inglés los sorprende y la esquirla de una bomba que le cae cerca provoca que un alambre le atraviese el brazo. Un capitán da la orden de cargar los soldados en los helicópteros y llevarlos a Darwin, pero le pide a Baruzzo que se quede ahí esperando un enfermero. En su estado, con el brazo destruido, era imposible que mantuviera un combate.

Se repliega y llega hasta Monte Harriet junto a otro regimiento que se se dirige hacia ahí. Tiene el brazo cada vez más hinchado, pero resiste.

 
La guerra dejó 649 muertos argentinos, 255 soldados británicos y 3 civiles (Foto: Telam / Román von Eckstein).

Cuando llegan a Monte Harriet, los ingleses atacan otra vez. Los soldados corren para todos lados y él los sigue. El cielo se prende y apaga con los destellos de las municiones. Se genera un descontrol. En medio de la retirada, algunos soldados caen al suelo, Baruzzo entre ellos. Un camarada le pisa el brazo y le revienta la herida. El cabo se levanta como puede y va hasta la enfermería, necesita parar el dolor de algún modo. No hay nadie, ningún médico, pero encuentra un frasco de penicilina en polvo. Sin saber cómo se usa (se suele inyectar mezclado con una solución), se tira ese polvo directamente sobre la herida. Arde, al principio, pero con los minutos siente que comienza a sanar (más tarde, volverá a tratarse la herida con azúcar porque en algún lugar leyó que eso servía).

Cesa el ataque, por unas horas. Esa misma noche comienzan nuevamente los bombardeos. Los soldados, protegidos en las trincheras, comienzan a salir a la intemperie conforme las bombas derrumban sus pozos.

En medio del ataque, Baruzzo ve a un amigo herido. Es Jorge Echeverría, su superior. Tiene varios tiros en el cuerpo y está rodeado de soldados ingleses, que le disparan desde todos los ángulos.

Baruzzo derriba a un soldado inglés y le roba su fusil -mejor que el propio- y su visor nocturno. Con esos dos elementos se dispone a proteger a su camarada. Se pone el visor y es entonces cuando siente miedo por primera vez. En medio de la noche más cerrada, en medio de la oscuridad más negra que vio nunca, descubre que con el visor se ve todo a la perfección, y distingue a los soldados ingleses de los argentinos, que caen uno atrás del otro. "Así nos ven", piensa, y se da cuenta de la desventaja.

Levanta entonces el fusil y comienza a cubrir a Echeverría, que para ese entonces ya tiene cinco impactos de bala. "Agarré y le maté a uno primero", cuenta Baruzzo. "Después apareció otro y le maté al otro. Y de golpe del otro lado me empiezan a tirar con municiones trazantes… no me mataron porque tengo un Dios aparte. Ahí vi que Jorge le dispara al que me ataca y lo pega. Entonces yo aprovecho y salto y agarro de la chaquetilla a Jorge y lo llevo atrás de una piedra. Pero el problema es que éramos dos, y la piedra para dos no era…".

Su compañero intenta pararse pero no lo logra. Le dice que no siente el cuerpo. Baruzzo lo apoya contra una piedra y con su cuchillo le abre el pantalón para curarlo. "Tenía todo negro", recuerda el entonces Cabo. "Ahí vi los orificios de los tiros. Le saqué el cordón de la chaquetilla, le até la pierna, le hice el primer torniquete y lo empecé a arrastrar de la chaqueta".
Después siguió defendiéndose de las balacera inglesa y derribando enemigos con el Fal 762 del que se había apropiado.

 
El cabo de 22 años llegó a Malvinas con el Regimiento 12 de Infantería de Mercedes

Estaban rodeados de neblina, se veía poco. Baruzzo ya no sabía si era la bruma natural de la isla o una humareda formada por los tiros. Sin importarle, avanzó con su compañero a cuestas a través de la nieve. En un momento se les cruza una silueta que empieza a disparar. "Las balas se me vinieron encima, pero las ligó Jorge… Entonces yo disparé, lo puse fuera de combate a ese tipo, y ahí Jorge se desplomó", recuerda Baruzzo.

Le pidió agua, Baruzzo sacó su botella de whisky y le convidó, como quien le ofrece el último trago a alguien que se despide. "Se moría. Estaba hecho un colador. Pero tenía una paz… Tenía todo lo que a mí me faltaba", recuerda Baruzzo.

Echeverría le dice que ya está, que lo deje morir. "Por favor, abandoname, escapate vos que podés", le pide. Baruzzo no sabe si va a poder escaparse, pero sí sabe que si lo abandona y logra salir vivo, no se lo va a perdonar nunca. "Era de una cobardía total", dice.

Echeverría insiste: lo agarra de la chaqueta y le dice: "Robertito, dejame, te lo pido por favor". Baruzzo se quiebra. Pone su cabeza en el pecho de su compañero y se echa a llorar desconsoladamente, un llanto sonoro, un llanto de joven militar de 22 años que acaba de matar y ve morir a su amigo y sabe que también morirá él. Un llanto largo y entregado, desprovisto ya de toda melancolía y esperanza. Desprovisto de miedo, miedo jamás.

 
El encuentro de Roberto Baruzzo y Jorge Echeverría

La mancha de sangre se empieza a expandir sobre la nieve blanca. "Ese hombre me transmitía paz. Era mi jefe, el jefe que yo siempre soñé tener. Si me mataban iba a ser una muerte realmente digna", rememora.

Están solos ya, nadie alrededor queda en pie. Parado en medio de la nada y cubierto de lágrimas, se queda sin municiones. Se pone el visor nocturno y comienza a mirar cómo a su alrededor las figuras inglesas se desplazan en grupos hasta rodearlos. Pirañas en medio de una isla dispuestas a terminar con ellos.

"Yo sabía que el modo de avanzar de los ingleses era por escalones, una formación atrás de otra cubriéndose mutuamente. Lo que no sabía era cuántos escalones había", recuerda.

Es en ese momento cuando Baruzzo asume que lo van a matar. Saca su cuchillo y se pone en señal de pelea, todavía llorando. "Vamos a ver cómo morimos", se dice, "vamos a ver cómo morimos". Y levanta el cuchillo.

Entonces le aparece casi encima la silueta del primer inglés. Baruzzo se queda duro, en blanco. El hombre se acerca un poco más. También tiene visor nocturno y está armado. En medio de esa oscuridad, los dos hombres se están viendo: son una figura verde claro proyectada en una pantalla pequeña delante de los ojos, como si fuera un juego de realidad virtual.

 
Roberto Baruzzo recibió la Cuz al Heroico Valor en Combate

A Baruzzo le parece extraño que no lo hayan liquidado todavía, un tiro a distancia y listo, no se requería de mucho. Sin embargo… el inglés se acerca cada vez más hasta ponerse al lado del argentino que tiene el cuchillo en la mano.

Lo primero que sintió fue el cañón del fusil sobre el brazo. Dos pequeños golpes indicándole que se desarme. Soltó el cuchillo y un segundo después se dejaron ver cuatro o cinco ingleses más. El primero de ellos baja su arma y lo pronuncia: "War is over". La guerra terminó. Se acerca al argentino y lo abraza.

"Sigue siendo mi enemigo y lo van a ser siempre. Yo no me abrazo con ningún inglés, no quiero saber nada con ellos. Pero en ese abrazo sentí como si fuera mi padre, y me eché a llorar en sus brazos… Así es, apretado contra él me eché a llorar", recuerda Baruzzo.

A su lado, su compañero se estaba muriendo desangrado.

El inglés le dijo "Ok Argentino", tomó su cuchillo ensangrentado, lo limpió en su pantalón, y le habló a sus compañeros. Todos ellos se acercaron y palmearon a Baruzzo. Le habían perdonado la vida.

Jorge Echeverría no tenía ninguna posibilidad de salir vivo de ahí. Aún así, lo subieron a un helicóptero británico y lo mandaron al buque hospital británico HMS Uganda. Lo atendieron y le salvaron la vida. Hoy vive con su mujer y sus dos hijas en Tucumán. Se considera un hermano de camarada, a quien le debe la vida.

 
Junto a su familia en Corrientes. ” Me gustaría que se resalten el valor y el heroísmo de mis soldados que murieron en Malvinas. También quiero que se cuente el honor y la valentía de Jorge Agustín Echeverría, el oficial del Regimiento Cuatro. Él fue para mi un ejemplo en pleno combate”, pidió

Al día siguiente de esa noche lo ingleses le pidieron al cabo Roberto Bacilio Baruzzo que recogiera los cuerpos de los muertos que él mismo había matado. Eran muchos. Mientras lo hacía, se le acercó otro inglés y le dijo: "Tuviste suerte, nuestro jefe maneja un código de honor: al que se lo encuentra en el campo enemigo combatiendo por un camarada se le perdona la vida".

Cuando se terminó esta nota, Roberto Baruzzo realizó un único pedido, sin condicionamientos, y con el tono cálido y humilde típico de los correntinos: "Más que mis misiones, me gustaría que se resalte el valor y el heroísmo de mis soldados que murieron en Malvinas. También quiero que se cuente el honor y la valentía de Jorge Agustín Echeverría, el oficial del Regimiento Cuatro. Él fue para mi un ejemplo en pleno combate, porque yo le hice los primeros auxilios en medio de millones de balas trazantes, y gracias a Dios pudo salvar su vida. Lo que yo hice fue solo aportar mi granito de arena, porque así lo quiso Dios y la patria".

jueves, 5 de septiembre de 2019

Historia: Unas islas muy disputadas

Islas en disputa - Las muchas batallas por las Islas Malvinas

Military History Now


La batalla de las Islas Malvinas de 1914.

Una flotilla de buques de guerra, con varios cientos de tropas, es enviada desde Argentina. El objetivo es expulsar a todos y cada uno de los habitantes británicos de las disputadas Islas Malvinas, que se encuentran a 300 millas de la costa este de Sudamérica. Las islas deben ser tomadas, incluso si eso significa guerra.

Si bien esto se parece mucho a los eventos que precipitaron el conflicto de 1982 entre el Reino Unido y la junta militar que gobernaba Argentina en ese momento, en realidad son los movimientos de apertura del poco conocido Falklands Affair de 1770, una crisis internacional que casi llega a su fin. provocó una guerra europea entre Gran Bretaña y España en 1770.

Historia de las Malvinas

Si bien se pensaba que los nativos de la Patagonia habían visitado las Malvinas en siglos anteriores (esto se discute, vea los comentarios a continuación), fue un marino holandés quien fue el primer europeo en explorar el pequeño archipiélago rocoso en 1600. Sebald De Weert fue nombrado el pequeño grupo de Islas para sí mismo - él las llamó los Sebalds.

Noventa años después, el capitán de un barco inglés llamado The Welfare buscaría refugio de las tormentas en el sonido entre las dos islas más grandes de la cadena. Nombró las tranquilas aguas entre las masas de tierra en honor al jefe del Almirantazgo de la época, el vizconde de Falkland. Las propias islas pronto se dieron a conocer a los británicos como las Malvinas.

Ningún europeo habitaría en las Malvinas hasta que un héroe militar de Francia llamado Louis Antoine de Bougainville estableció una colonia allí en 1764. Tras la derrota de su país en América del Norte en la Guerra de la India francesa, Bougainville supervisó el asentamiento de Port Louis en Gran Malvina. El año siguiente, ajeno a la pequeña colonia francesa que ya estaba en su lugar, los británicos construyeron su propia base en la isla Soledad, llamada Port Egmont, y emitieron un reclamo a toda la cadena de islas para el Rey George.


Se construye la crisis

En 1767, los franceses transfirieron el control de Port Louis a España, que le cambió el nombre a Puerto Soledad. Los españoles administraron el asentamiento desde su sede del poder colonial en Buenos Aires. Casi inmediatamente, España reclamó a toda la cadena y ordenó a los británicos que se retiraran. Los británicos recíprocamente exigieron a España que se marchara. Aislados y lejos de las aguas del hogar, los británicos tenían pocos recursos para presionar sus demandas; Los españoles, por su parte, reunieron una fuerza de invasión de 1400 hombres y cinco buques de guerra: Industria, Santa Bárbara, Santa Catalina, Santa Rosa y Andaluz. Un coronel con el nombre de Don Antonio Gutiérrez fue colocado al mando de la fuerza y ​​la expedición se estableció a fines de mayo de 1770. Para el 10 de junio, llegó a las aguas de Port Egmont.

Disparos

El comandante británico, George Farmer, y su pequeña sección de revestimientos habían fortificado la base con una casa de bloques de madera y una batería de ocho libras de 12 libras, pero no fue suficiente cuando los españoles aterrizaron inesperadamente sus soldados en la isla. La guarnición británica intercambió disparos con las tropas españolas que marcharon en el asentamiento. Los españoles devolvieron el fuego. Reconociendo que su pobre guarnición era superada en número, Farmer se rindió a la base. Dentro de tres semanas, la guarnición británica y los colonos civiles fueron cargados en barcos y enviados a casa a Inglaterra.

Miedo a la guerra

Las noticias del ataque incendiaron la opinión pública británica y vieron a Londres muy cerca de declarar la guerra a España. Las hostilidades abiertas podrían muy bien haber seguido, si no fuera por la negativa de Francia a respaldar a España. Después de haber concluido recientemente la larga y costosa Guerra de los Siete Años con Gran Bretaña, la corona francesa estaba ansiosa por evitar más peleas con su enemigo a través del Canal. España se vio obligada a tragarse su orgullo y pedir disculpas a Londres, declarando que el gobernador de Buenos Aires se había mudado a las Malvinas sin órdenes de su país. Para 1772, la Union Jack estaba volando una vez más sobre Port Egmont en la Gran Malvina, pero los españoles mantuvieron el control de la isla oriental.

Gran Bretaña retiró sus fuerzas dos años después. Todo lo que quedaba de la presencia anglosajona era una pequeña placa de metal que declaraba a las Islas Malvinas como propiedad del Reino Unido. España retiró su guarnición de las islas en 1806. Un marcador en su lado del archipiélago anunció el reclamo de España a toda la cadena.

Las islas fueron bastante por décadas, pero esa no sería la última vez que las Malvinas aparecerían en las páginas de la historia.
  • En 1820, un corsario estadounidense llamado David Jewett buscó refugio para reparar su heroína dañada en las Malvinas. Con licencia del gobierno de los recién independientes Estados Unidos de América del Sur, que luego se convertiría en Argentina, Jewett reclamó las islas para sus empleadores en Buenos Aires. Fue un evento que tendría terribles consecuencias 162 años después.
  • En 1828, un comerciante de 36 años de Hamburgo llamado Louis Vernet establecería un puesto de pesca comercial, caza de focas y ganado en el lado este de las Malvinas. El gobierno de Argentina, emocionado ante la perspectiva de colonos no británicos que ocupaban las islas, nombró a Vernet como gobernador. Pero el comerciante siempre astuto también obtuvo la aprobación de Londres para instalarse en las islas remotas. Los británicos estaban igualmente felices de ver que las islas se desarrollaron y asentaron. En 1831, Vernet se apoderó de tres barcos pesqueros estadounidenses por sobrepasar una cuota de sellado que él mismo impuso para las islas. Vernet arrestó a uno de los patrones estadounidenses y lo acompañó a Buenos Aires para ser juzgado. En su ausencia, el buque de guerra Lexington de los Estados Unidos atacó el asentamiento y arrestó a siete administradores por cargos de piratería. Al encontrar solo a colonos empobrecidos y mal alimentados, el comandante de la expedición estadounidense ordenó a sus marineros e infantes de marina que retiraran a los habitantes y los devolvieran a Sudamérica.
  • Después de años de estar vacío, el ejército británico volvió a ocupar las islas en 1840, estableciendo una instalación portuaria para el transporte transoceánico. Se convertiría en un punto de referencia vital para la Royal Navy durante las próximas décadas.
  • La guerra volvería a las aguas cercanas a las Malvinas en 1914, cuando la Flota Asiática Imperial de Kaiser llegó a las islas en diciembre para apoderarse y destruir las instalaciones portuarias británicas allí. Cuando los cruceros alemanes Scharnhorst, Gneisenau, Nurnburg, Dresden y Leipzig, junto con tres embarcaciones de apoyo se acercaron a Port Stanley, los barcos de la Royal Navy tendidos a la espera emboscaron a los asaltantes. Los acorazados Invincible e Inflexible junto con los cruceros Cornwall, Kent y Carnavon y los cruceros ligeros Bristol y Glasgow atacaron a la flota alemana, hundiendo a todos los cruceros enemigos y dos de las naves de apoyo. Cerca de 2.000 alemanes murieron en la batalla, incluido el almirante Maximilian von Spee. Fue un desastre absoluto para el Kaiser. Las bajas británicas fueron sorprendentemente ligeras: no se perdieron barcos, 10 marineros murieron.
  • Durante la década de 1960, Argentina comenzó a presionar su reclamo histórico a las Islas Falkland, a las que llama Las Malvinas. Esperando en vano buscar alguna forma o reparación en las Naciones Unidas, las relaciones entre Buenos Aires y Londres se tornaron tormentosas a lo largo de los años setenta. En 1982, la dictadura militar de Argentina trató de distraer a los ciudadanos del empeoramiento de la situación económica doméstica al tomar las islas. El movimiento llevó a una guerra con Gran Bretaña que costó la vida a casi 1000 personas. Las tensiones persisten entre los dos países sobre las islas.
  • En enero de este año, el primer ministro británico, David Cameron, aseguró a los votantes que su país lucharía para aferrarse a las Islas Malvinas. El presidente argentino ha acusado a Londres de colonialismo.

martes, 3 de septiembre de 2019

El misterio de las palomas

El misterio de las palomas




Todo Villa Mercedes 

 El pasado domingo, la V Brigada Aérea inauguró un mural alusivo a nuestra historia, teniendo como eje central la epopeya vivida por los pilotos argentinos en la Guerra de Malvinas; una alegoría en la que también se vislumbran hitos como la campaña liderada por el general José de San Martín. La obra fue realizada por el artista plástico Carlos Gómez, producida por el músico y escritor Mario Fernando Benedetti. Al finalizar la ceremonia, algo curioso sucedió, pero es mejor conocer dicho episodio a través del ensayo que redactó con mucha emoción y poesía una amiga de la página. Aquí compartimos su texto.




Sandra Aubert

Esta historia se trata de volar, o mejor dicho de nunca dejar de volar. Ocurrió en mi ciudad, que solo representa un punto en el planisferio, pero desde ese día se convirtió en la poseedora de un misterio, el cual se guardará como un tesoro entre nosotros, porque es nuestro, por que sucedió acá, porque fuimos los elegidos.

Con un orgullo monstruoso se lo contaremos a nuestros hijos, a nietos y a amigos que viven lejos. Será tema de debate en cenas, productora de miles de hipótesis, llamará la atención de la ciencia, nos hará acercarnos más a Dios, nos hará sentir chiquitos pero, sobre todo, no nos dejará olvidar. ¿Por qué lo escribo? Y la respuesta es porque no quiero que se borre de mi memoria. No me perdonaría que se pierdan los detalles y menos que mis hijos no se lo cuenten a sus hijos; esto es parte de nuestra historia.

 

Sucedió en un acto en la V Brigada Aérea, se descubrió un mural que recuerda a los pilotos caídos en Malvinas. Nos trae al presente que nosotros le donamos vida a esa guerra, le entregamos almas, se derramó nuestra sangre en un territorio usurpado. Madres todavía lloran a sus hijos, algunos argentinos sueñan con volver a ver a sus padres, hay amigos que todavía esperan a su héroe con un asado. Fueron a defender nuestros derechos, olvidándose de sus derechos esenciales, como es el vivir.

 

La ciencia dice que ellos no van a volver, porque alguien decidió que debían quedarse allá, esperándonos para nuevamente izar nuestra bandera. Pero ella todavía no puede explicar por qué pasó lo que pasó. En el momento de soltar a las palomas mensajeras, ellas decidieron no volar, o no por lo menos con sus alas. Eligieron posarse en el A4B y quedarse allí, acurrucadas, enamoradas, cegadas por esa pasión. Dejaron su hogar, adoptaron el avión, no tienen ninguna intención de volver al palomar donde tienen alimento, sus familias y seguridad. Se quedaron custodiándolo, lo abrazan, le cantan y ellas llaman la atención de todo el que pasa. El avión intenta mimetizarse con sus colores, eso le enseñaron, a atacar desde donde no se es visto. En cambio ellas están empecinadas en brillar sobre él con su blancura, para delatarlo ante los ojos de todos. Les dije que esta historia se trataba de no olvidar, creo que me apresuré, esta es una historia de amor. Quizás ellas nueve, son los nueve pilotos caídos en combate, o no. Probablemente exista otra explicación, yo elijo está, adoro las historias con final feliz. Porque lo cierto es que siempre, pero siempre y pase lo que pase, se vuelve al primer amor.

domingo, 1 de septiembre de 2019

Emboscada en Top Malo: Espinosa, el héroe sin tumba

Héroe argentino de guerra sin tumba

Historia tristemente conocida, aunque Londres y Buenos Aires la ignoran





(ANSA) - A 37 años de la guerra de las Islas Malvinas, un héroe argentino muerto en combate y que entregó la vida por sus camaradas, sigue sin su tumba de guerra.
Se trata del teniente y comando Ernesto Emilio Espinosa, cuyos restos se encontrarían carbonizados por el enfrentamiento con sus pares ingleses del Cuadro de Guerra para Montaña y el Ártico al mando del capitán Red Boswell, ocurrido el 31 de mayo de 1982, en una zona conocida como Top Malo House, Isla Soledad, que hoy es propiedad privada de una familia. "En principio creíamos que es el único argentino que combatió en el conflicto armado contra el Reino Unido de 1982 que no tiene tumba, pero podría haber otros, en los montes de combate cercanos a Puerto Argentino", reveló a ANSA Marisa Bisceglia, periodista e investigadora nacida en un pequeño pueblo italiano, Pratella, autora del libro "Cartas de amor y coraje", sobre otro héroe de Malvinas, el teniente Roberto Néstor Estévez.

"Que Espinosa no tenga tumba infringe la Convención de Ginebra de 1949 al tanto el Reino Unido como Argentina y que en su artículo 17 dice que 'las partes en conflicto velarán porque se entierre a los muertos honrosamente y que sus tumbas sean respetadas, agrupadas convenientemente atendidas y marcadas de modo que siempre puedan ser encontradas'", enfatizó Bisceglia.
La investigadora recordó que al momento de su muerte, Espinosa tenía 25 años, estaba casado con Graciela y era padre de dos pequeñas niñas.
También contó a ANSA los detalles de sus últimas horas.


El desolador paisaje de las Islas Malvinas donde perdió la vida un héroe argentino aún sin tumba (foto: Foto gentileza Marisa Bisceglia) 

Espinosa integraba la primera sección de la Compañía de Comandos 602, que con un agregado de la 601 tenía la misión de avanzar unos 40 kilómetros por delante de la primera línea argentina para informar sobre movimientos británicos. "Recién llegados a Malvinas y con escasos datos sobre la ubicación del enemigo, el capitán José Vercesi y sus doce hombres -entre ellos Espinosa- partieron de Puerto Argentino el 29 de mayo de 1982 a bordo de dos helicópteros Bell UH-1h, para arribar a la posición que le habían ordenado", detalló la investigadora italiana. Fue un vuelo a ras del suelo y esquivar los radares británicos hasta llegar al Monte Simons. "No lo sabían, pero en medio de la bruma y el frío congelante, a poca distancia estaba el cuartel del general británico Julian Thompson, quien al detectar sus presencias dio la orden de 'aniquilar al enemigo'", prosiguió.
A los tres días y tras pasar datos de la posición británica debían ser recuperados por sus compañeros. Vercesi decidió guarecer a sus hombres en un puesto ovejero, un rústico galpón de madera y chapas de dos plantas. Tras la noche, aún en la oscuridad de la madrugada, escucharon los inconfundibles rotores de helicópteros, podían ser los argentinos que llegaban a rescatarlos o los enemigos británicos para atacarlos.
Espinosa, que custodiaba desde el primer piso con su FAL de mira telescópica alertó la posibilidad de un avance británico, y acertó. Le indicaron que se retirara pero se negó. "Yo me quedo, acá tengo más campo de tiro", dijo según cuentan sus compañeros, entrevistados por Bisceglia.
Los argentinos sólo contaban con fusiles FAL y granadas de mano contra el sofisticado armamento de los británicos, con lanzacohetes portátiles y fusiles lanza granadas.



Cuentan que una granada mató a Espinosa, pero que sus disparos, su espíritu de cuerpo y heroicidad facilitó a sus compañeros, los minutos necesarios para dejar el galpón antes de que se incendiara.
Pese a la desventaja sorprendieron a los británicos porque lucharon con ferocidad durante media hora, y se entregaron, tras una baja de dos muertos y seis heridos. Finalizado el combate, Vercesi pidió ir a buscar a Espinosa, pero el capitán británico Rod Boswell le dijo que no tenía sentido.
En febrero de 2011, el hoy teniente coronel (R) Vercesi y la investigadora Bisceglia presentaron al gobernador de las Islas Malvinas, Nigel Haywood, una nota donde pedían por los restos de Espinosa, y el sargento Mateo Sbert, aunque éste último seria localizado en el cementerio de Darwin, hace pocos meses atrás, pero siempre invocando el Convenio de Ginebra. También hicieron el mismo reclamo ante la Cancillería y el Ministerio de Defensa de Argentina. La respuesta del gobernador británico llegó a través de un e-mail que su secretario, Rhalp Jones, envió a Bisceglia, donde le escribe que "todos los restos humanos (argentinos) fueron retirados y sepultados en el cementerio de Darwin" y que "no hay registro de que éste no fuera el caso" de Espinosa. También dijeron, recordó Bisceglia, que la legislación de las Islas Malvinas "no contiene ninguna disposición que permita designar a la Casa Top Malo como sitio protegido, ni a través de una ley de protección de las islas Falklands ni por aplicación de legislación británica".
Incluso el periodista, sociólogo y antropólogo británico, Nicholas Tozer, hijo de padre inglés y madre argentina, el 16 de marzo de 1999, cuando visitó las ruinas de la casa, realizó un informe detallado del lugar que envió al Foreing Office, pero nunca obtuvo una respuesta.
"Habiendo visitado los restos de Top Malo House, está claro que el rancho de madera y lata y sus contenidos fueron arrasados por el fuego como consecuencia de los disparos contra el edificio. Espinosa yace en Top Malo", asegura Bisceglia.
En octubre de 2018, el periodista argentino Agustín Vázquez, sirvió de contacto entre Bisceglia y el entonces capitán de los comandos ingleses, Red Boswell, quien confirmó todos los datos en una amable aunque fría respuesta epistolar.
El gobierno argentino y el británico no respondieron al reclamo de Bisceglia. El héroe Espinosa sigue sin tumba. (ANSA).

viernes, 30 de agosto de 2019

Malvinas y el eterno objetivo de volver (a cualquier costo)

Las Malvinas: “Las llaves de los mares del sur”





El 2 de abril de 1982, la Argentina tomó posesión de las Islas Malvinas, territorio usurpado por los ingleses en 1833. La ocupación dio comienzo a una guerra que concluiría dos meses más tarde -el 14 de junio de 1982- con más de 650 muertos del lado argentino y más de 250 muertos, de las fuerzas armadas inglesas. Argentina perdió la guerra, pero sigue reclamando por vías diplomáticas los legítimos derechos sobre el territorio usurpado por la fuerza.

En octubre de 1829, el gobernador de Buenos Aires Juan José Viamonte había prohibido sin éxito la pesca y captura de ballenas, porque el gobernador de las islas no tenía barcos ni elementos para hacer cumplir la reglamentación. Dos años después, Juan Manuel de Rosas reemplazó esta reglamentación por un impuesto a los buques pesqueros, pero tampoco esta vez logró efectivizarse la ley.
Ante el incremento de la pesca y la caza indiscriminada, el gobernador de las islas Luis Vernet resolvió apresar a tres balleneros norteamericanos que cargaban pieles de foca sin permiso. El 28 de diciembre de 1831, el capitán Silas Duncan, de la fragata estadounidense Lexington, desembarcó en Puerto Soledad, atacó sus instalaciones, destrozó la artillería, quemó la pólvora y tomó prisioneros a seis oficiales argentinos.

El gobierno de Buenos Aires reaccionó enérgicamente y Rosas le pidió al ministro de Relaciones Exteriores de Buenos Aires, Manuel Vicente Maza, que presentara una protesta formal ante Washington. El cónsul yanqui, Slacum y el encargado de negocios Bayles fueron declarados personas no gratas y expulsados del país. Pero antes de partir, avisaron al ministro inglés que las islas estaban desguarnecidas invitando a los hijos de Su Graciosa Majestad a invadir las islas.
El 2 de enero de 1833 se presentó en Malvinas la corbeta inglesa Clio cuyo comandante, el capitán John James Onslow, expulsó por la fuerza a las tropas argentinas. El 15 de enero el ministro Maza reclamó por el atropello ante el ministro inglés, Philip Gore.
Desde entonces, nuestro país ha reclamado el reconocimiento de los legítimos derechos sobre ese territorio. La guerra iniciada en 1982 fue el manotazo de ahogado que la dictadura agonizante, intentó dar a fin de perpetuarse en el poder. Reproducimos a continuación diversos testimonios recogidos por Fermín Chávez en la revista Crisis, publicada en 1975.
Los testimonios registran desde la toma de posesión por parte de España en el siglo XVIII, hasta las opiniones de José Hernández y Domingo Faustino Sarmiento, pasando por el decreto de Martín Rodríguez sobre la organización política en “las Islas Malvinas y las adyacentes al Cabo de Hornos en el Mar Atlántico”, la posesión pública en nombre del gobierno de Buenos Aires, una denuncia de las pretensiones inglesas realizada por Manuel Moreno casi un año antes de la usurpación, una entrada de la enciclopedia británica sosteniendo que las islas “son esencialmente una parte de la Patagonia” y otros testimonios.
Fuente: Fermín Chávez, Revista Crisis, 1975.

Francia devuelve puerto Luis, 1767

“Toma de posesión de nuestro establecimiento de las Malvinas por los españoles. El 1º de abril entregué nuestro establecimiento a los españoles que tomaron posesión de él enarbolando la bandera de España, que desde tierra y desde los navíos saludaron con veintiún cañonazos a la salida y a la puesta del sol.”
Louis-Antoine de Bougainville 1

El consejo de Vértiz al rey

“¿Qué más da decir que Vértiz aconsejó el abandono de las Malvinas y que Floridablanca se opuso, como revelan los papeles de Simancas? ¿Y qué agregaría exponer cómo ciertas reparticiones públicas argentinas aconsejaron lo mismo, con respecto de las Oreadas, y que Yrigoyen, en su primera presidencia (1916-1922), ordenó perentoriamente la permanencia de la base?”
Diego Luis Molinari 2

David Jewett, ejercicio de soberanía

“Tal era la situación jurídica cuando la Argentina, después de declarar su independencia, vuelve a ocupar las Malvinas. El 6 de noviembre de 1820 David Jewett, comandante de la Heroína, tomó posesión de las islas en nombre del gobierno de las Provincias Unidas de Sudamérica.”
Ricardo Zorraquín Becú 3

Jewett entra en Puerto Soledad, 1820

“En esta situación entré en la bahía de este puerto el 27 de octubre, al cerrarse el día. No pudiendo alcanzar el puerto, y hallando el paraje propio para echar ancla, mandé que se efectuase, estando entonces a cosa de diez millas del antiguo pueblo de la Soledad. Al día siguiente, pasé en el bote a explorar qué recursos nos ofreciese este lugar, como única esperanza de salvar de una disolución inmediata, puedo decir, a los sobrevivientes de las desgracias que, por la mala calidad y escasez de los víveres, y la falta total de legumbres y de carne fresca, se hallaban reducidos al borde de la desesperación.”
David Jewett 4

Ejercicio de dominio en Islas Malvinas

Buenos Aires, junio 10 de 1829.
“(…) el gobierno ha acordado y decreta:
Art. 1. — Las Islas Malvinas y las adyacentes al Cabo de Hornos en el Mar Atlántico serán regidas por un comandante político y militar, nombrado inmediatamente por el gobierno de la República.
Art. 2. — La residencia del comandante político y militar será en la Isla de la Soledad, y en ella se establecerá una batería, bajo el pabellón de la República.

Art. 3. — El comandante político y militar hará observar por la población de dichas islas las leyes de la República, y cuidará en sus costas de la ejecución de los reglamentos sobre pesca de anfibios.”
Martin Rodríguez 5

Del diario de Luis Vernet

“Domingo 30 de agosto de 1829. Buen tiempo, con algunos chubasquitos de agua. Neblina por la mañana temprano y luego claro, y después volvió a nublar y a llover un poco. Viento N.E. Pusimos la bandera de la patria y tiramos veintiún cañonazos, y tomamos posesión públicamente, y en nombre del gobierno de Buenos Aires, de esta isla.”
Luis Vernet 6

Del diario de la señora Vernet

“Puerto de la Soledad. Domingo 30 de agosto de 1829. Muy buen día de Santa Rosa de Lima (Patrona de América), y por lo que determinó Vernet tomar hoy posesión de las islas en nombre del gobierno de Buenos Aires. A las 12 se reunieron los habitantes. Se enarboló la bandera nacional, a cuyo tiempo se tiraron veintiún cañonazos. Repitiéndose sin cesar: ‘¡Viva la Patria!’. Puse a cada uno en el sombrero cintas de los dos colores que distinguen a nuestra bandera.”
María Sáez de Vernet 7

Se prepara el asalto

“Hace algún tiempo hablamos del derecho que reclama el gobierno de Buenos Aires a las islas Malvinas, y por avisos recientes parece que se persiste en esta pretensión. Un buque de tránsito llamado el Superior, que tocó en Puerto Luis por víveres, fue tomado por Vernet, que se titula gobernador; la tripulación fue puesta en arresto, tratada con mucha inhumanidad y dejada con muy pocos víveres para subsistir. Al fin, fue remitida al Río de Janeiro. Una embarcación armada salió también de Puerto Luis en persecución de otro buque que se decía hallarse en otras islas. El gobierno americano está dispuesto a poner término a estos ultrajes.”
Morning Herald, Londres, 2-2-1832 8

Objeto del complot

“El objeto de aquel complot se dirige a que el gobierno inglés reclame la soberanía y posesión de aquellas islas; obtenido lo cual, sea o no con el consentimiento del gobierno de la República, a que evidentemente pertenecen, esperan en calidad de ingleses dividirse grandes mercedes, especular sobre la venta de terrenos a unas segundas manos y, en fin, desalojar al Sr. Vernet y sus colonos.”
Manuel Moreno, 25-2-1832 9

Un míster Thwaites

“Luego que empezaron a verse las ventajas con que se había establecido el Sr. Vernet, en una de ellas con permiso y autorización del gobierno de la República; luego que se tocaron los provechos que se derivaban del ganado que existe en ellas; que se demostró la aptitud a la agricultura de un clima propio y saludable (…), se formó un complot entre algunos ingleses residentes en Buenos Aires, a cuya cabeza, o al menos como agente, según demostraré, se ha puesto un Mr. Thwaites, hermano de uno de los propietarios del Morning Herald, que hace tiempo existe en Buenos Aires con poca fortuna…”
Manuel Moreno, 25-2-1832 10

La intriga urdida en Londres

“Por una persona de confianza que he hecho acercar a los dueños del Morning Herald me he confirmado en los detalles de esta intriga que tengo antes manifestado.”
Manuel Moreno, 21-3-1832 11

Carne con cuero en las Malvinas

“Era admirable contemplar la destreza con que el gaucho se movía ágilmente detrás de la bestia hasta que al fin logró darle un corte fatal en el principal tendón de la pata trasera… Cortó varios trozos de carne, con piel y todo, pero sin hueso, en cantidad suficiente para nuestra expedición. Entonces marchamos a caballo al sitio en que habíamos de dormir y tuvimos de cena ‘carne con cuero’, esto es, carne asada con su piel. Es un bocado tan superior a la carne de vaca ordinaria como el venado lo es al cordero. Se puso encima de las brasas un gran trozo circular sacado del cuarto trasero, con el pellejo hacia abajo, en forma de plato, de suerte que no perdió nada de la sustancia.”
Charles Darwin, 1833-3412

Los objetivos británicos

“Pero, ¿la protesta es suficiente por sí sola para producir la restitución?… de ningún modo. Tenemos que suponer que la Inglaterra ha sido impulsada a este paso por vastas miras de un inmenso interés; y éstas son cabalmente las que a la república conviene balancear y cruzar.
“(…) Si no me equivoco, dos son los motivos primordiales de aquella conducta; el primero: apoderarse de un punto de observación importante sobre el segundo canal para el comercio del mundo con los establecimientos de la India, y con la Gran China. Esta situación facilita a la Inglaterra una ventaja decisiva sobre las demás naciones después de ser dueña como lo es del Cabo de Buena Esperanza.
“(…) El segundo es: tomar las llaves de los mares del Sur para hacerse señora del comercio del pacífico.”
Tomás Guido. 21-1-1833 13

Retomar las Malvinas

“Yo me atrevo a indicar como el mejor modo, el más pronto y que ahorraría tiempo, gastos y los incalculables males de una guerra formal, a la par, que no haríamos sino poner en ejercicio la reivindicación de nuestra soberanía, y es retomar las Malvinas. Este proyecto exige rapidez en su ejecución. Con aprestar en quince días, si fuese posible, dos buques de fuerza y dos transportes con quinientos hombres, bien provistos de pertrechos de guerra, guardar un sigilo impenetrable de su objeto, y despacharlo con pliego cerrado, para que se abra en determinada altura, y se obre con arreglo a las “instrucciones’, producirá el inapreciado resultado de recuperar y fortificar las Malvinas.”
José Francisco de Ugarteche, 28-1-1833 14

Son una parte de la Patagonia

“Las islas Falkland son esencialmente una parte de la Patagonia, con la cual se hallan unidas por una elevada plataforma submarina.”
Encyclopadia Britannica 15

Derechos perfectos

“Perseverantemente atiende el gobierno los incontestables derechos perfectos de la República al territorio de las Malvinas.”
Juan Manuel de Rosas, 1845 16

Incontestables derechos

“Invariablemente sostiene el gobierno de la Confederación los incontestables derechos de la República al territorio de las islas Malvinas.”
Juan Manuel de Rosas. 1848 17

Programa de exámenes

El programa de exámenes del Federal de Niñas incluye el tema “Confederación Argentina, 17 Provincias, Tarija, Paraguay, las islas Malvinas y Patagones que los Geógrafos Europeos segregan indebidamente del territorio de la Provincia de de Buenos Aires”.
La Gaceta Mercantil, 1847 18

Colegio republicano federal

“Estos exámenes son públicos: tienen lugar anualmente durante ocho días consecutivos, mañana, tarde y noche y versan sobre todas las materias de la enseñanza (…) Así, una de las cuestiones más largamente tratadas en el programa de geografía es ésta: ‘Demostración de los derechos perfectos de la Confederación Argentina sobre el Paraguay, sobre la costa patagónica y las islas Malvinas; derechos injustamente rebatidos y desconocidos por las potencias europeas’.”
Alfred de Brossard 19

Una obra abultada

“Después que usted en la memoria que está escribiendo, haya presentado los títulos de soberanía de la Confederación Argentina sobre toda la parte austral del continente americano hasta el Cabo de Hornos, debe ocuparse de tratar la cuestión de derecho, sobre la prescripción de esos títulos, o derechos que pueda alegar el gobierno de Chile, por la actual no ocupación de parte de esta República y hacerlo con toda la extensión que demanda su importancia, aun cuando en ella se ocupe un tiempo mayor y haga salir una obra abultada.”
Juan Manuel de Rosas a Pedro de Angelis, 1848 20

Pretensiones de Buenos Aires

“Instruyan a Mr. Southern que intente verificar cuál es la extensión hacia el sur y el estrecho de Magallanes y Patagonia meridional, sobre la cual las pretensiones de Buenos Aires o sus actuales autoridades puede inferirse que alcanzan; y, en su opinión, cuál sería la actitud que adoptaría el gobierno de Rosas, acerca de cualquier proyecto para establecer una colonia inglesa, así fuese bajo la soberanía británica, o no, en la Patagonia meridional.”
Lord Palmerston, 1850 21

Con el mayor recelo

“Mi Lord. En respuesta a su despacho número 27, señalado como ‘confidencial’, tengo el honor de informar a V.S. que el gobierno argentino pretende la soberanía de todo el territorio al sur de Buenos Aires hasta el Cabo de Hornos, y que mira con el mayor recelo aún los establecimientos temporarios que se fijan ocasionalmente en dichas costas por los pescadores de lobos y recolectores de guano.”
Mr. Southern. 1850 22

Una grita general

Tengo el honor de incluir dos extractos del Mensaje del General Rosas a la Legislatura de 1849, por los que percibirá V.S. la naturaleza de las pretensiones de este gobierno. Puedo agregar que la mínima tentativa de establecerse desafiando estas pretensiones será seguida por una grita general, que podría llegar a destruir las presentes relaciones amistosas.”
Mr. Southern, 1850 23

Una opinión llamativa

“Pero no sería éste el cargo más grave que habría que hacer a la diplomacia norteamericana, y por el que debiera dar una reparación su gobierno, sino el de la pérdida de las islas Malvinas, poseídas en justo título por España durante cuarenta años, y por la República Argentina durante veinte; puesto que fueron fuerzas norteamericanas las que las despoblaron; y las doctrinas del ministro Baylies las que indujeron a Inglaterra a apoderarse de ellas.”
Domingo F. Sarmiento, 1866 24

Importancia incuestionable

“La importancia de las Islas Malvinas es incuestionable. Su proximidad a la costa Sud de nuestro territorio, sus inmejorables puertos para el comercio y navegación de aquellas costas, el valioso ramo de la pesca, la cría de ganados vacuno y lanar, para la cual se prestan maravillosamente sus fertilísimos campos, con ricas aguadas permanentes, todas éstas son ventajas reconocidas por los que han visitado dichas Islas.”
José Hernández, 1869 25

Los norteamericanos

“En 1831 fueron apresados en las islas tres buques norteamericanos que habían reincidido en la pesca de anfibios contra los terminantes reglamentos que debía hacer observar la autoridad de aquella jurisdicción.
“(…) A consecuencia de ese apresamiento el comandante de un buque de guerra norteamericano, destruyó la floreciente colonia de la isla Soledad, y ese hecho injustificable fue precisamente lo que indujo a Inglaterra a apoderarse de las Malvinas, consumando ese atentado contra la integridad territorial de la Nación Argentina, cuya soberanía sobre aquellas islas había sido siempre respetada.”
José Hernández, 1869 26

Referencias:

1 Louis Antoine de Bougainville, Voyage autour du monde, París, 1771.
2 Diego Luis Molinari, Orígenes de la frontera austral argentino-chilena, Patagonia, Islas Malvinas y Antártida,Buenos Aires, 1961.
3 Ricardo Zorraquín Becú, Los derechos argentinos sobre las islas Malvinas, Buenos Aires, Academia Nacional de la Historia, 1964.
4 Mario D. Tesler, Expedición de David Jewett a las islas Malvinas 1820-1821, Santa Fe, 1968.
5 Pedro Rivas, Lecturas históricas según el orden de las principales efemérides argentinas para el uso diario de las Escuelas, Barcelona, 1884.
6 José Luis Muñoz Azpiri, Historia completa de las Malvinas, Buenos Aires, 1966
7 Ibídem.
8 Ibídem.
9 Ibídem.
10 Ibídem.
11 Ibídem.
12 Charles Darwin, Journal of researches into the natural history and geology of the countries visited during the voyage of H. M. S. Beagle round the world, Londres, 1839.
13 José Luis Muñoz Azpiri, op.cit.
14 Ibídem.
15 Encyclopedia Britannica, t. IX.
16 Mensajes a la Legislatura, años 18451 y 1848.
17 Mensajes a la Legislatura, años 18451 y 1848.
18 La Gaceta Mercantil, Buenos Aires, 25 de octubre de 1847.
19 Alfred de Brossard; Considerations historiques et politiques sur les Républiques de la Plata dans leurs rapports avec la France et l’Anglaterre, París, 1850.
20 Diego Luis Molinari, op. cit.
21 Ibídem.
22 Ibídem.
23 Ibídem.
24 José Luis Muñoz Azpiri, op.cit.
25 El Río de la Plata, Buenos Aires, 26 de noviembre de 1869.
26 El Río de la Plata, Buenos Aires, 26 de noviembre de 1869.

miércoles, 28 de agosto de 2019

Sheffield, Thatcher y el parlamento contado por el capitán Colombo

La dura e histórica interpelación en el parlamento británico a Margaret Thatcher por el hundimiento del Sheffield en Malvinas

La intimidad de una sesión en la que la Dama de Hierro ya ocultaba sus planes para incursionar en la Patagonia con la Operación Mikado -donde planeaba eliminar a los pilotos y misiles que atacaban a la flota- mientras los legisladores le demandaban que el conflicto bélico no escalara

 
El 4 de mayo de 1982 dos aviones Super Étendard munidos con Exocets hundieron al destructor HMS Sheffield en la Guerra de Malvinas. Fue la primera pérdida de un buque inglés después de la Segunda Guerra Mundial




Por Jorge Colombo (piloto naval retirado COAN)
Infobae

La sesión en la Cámara de los Comunes del Reino Unido prometía ser diferente, alejada de la rutina. Aquel 4 de mayo de 1982 se intuía vibrante y parecida a otras jornadas vinculadas al conflicto de Suez. Sin embargo, para encontrar un ambiente similar en Londres había que retroceder a los días de la Segunda Guerra Mundial y a su solemne atmósfera de consternación.

Esta vez, la opinión pública londinense se colaba dentro del recinto de la Honorable Cámara, agregando mucho de desconcierto e incredulidad. En el fondo, la pregunta ominosa se olfateaba en todas partes y podía sintetizarse en escasas cinco palabras: "¿Cómo pudo ocurrir algo así?". Una inquietud equivalente a comerse un gol argentino de media cancha en el estadio de Wembley.

Dentro del recinto había caído la noche, en más de un sentido, y el Ministro de Defensa británico, John Nott, ojeroso y demudado, esperaba pacientemente que le cedieran la palabra. Hasta que finalmente el portavoz de la Casa, Bernard Weatherill, siguiendo una tradición varias veces centenaria, llamó al orden y preguntó a los Honorables Miembros de la Cámara si el Honorable Ministro de Defensa contaba con la autorización para hacer uso de su honorable palabra. Un coro de voces altisonantes se alzó respondiéndole en inglés antiguo: "¡Aye!"(Sí)

Nott carraspeó, aclaró su voz como pudo y comenzó a dar explicaciones, como un chico en la escuela primaria tratando de convencer a su Director:

"Yo había dicho anteriormente en esta Cámara que se esperaban ataques argentinos sobre nuestras fuerzas. Lamento informar a esta Casa que los ataques se han concretado".

"Esta tarde, mientras realizaba tareas dentro de la Zona de Exclusión Total de las islas, el destructor Sheffield fue atacado con misiles. Se generó un incendio que está fuera de control, por lo que se ordenó a la tripulación abandonar la nave… Se ha rescatado a su Comandante y a casi la totalidad de la tripulación. Sin embargo, lamento decirles que de acuerdo con las estimaciones iniciales hay doce desaparecidos, y es muy probable que el número de bajas sea aún mayor".

 
El ministro de Defensa británico John Nott fue interpelado en la Cámara de los Comunes el mismo día del ataque al Sheffield.(Stephen Luscombe/Britishempire.co.uk)

"Las comunicaciones con el área de operaciones se han visto dificultadas y esta información debe ser tomada como provisoria hasta tanto sea confirmada… Se realizaron otras operaciones sobre las islas, en el curso de las cuales un avión Harrier fue derribado por fuego antiaéreo, y su piloto resultó muerto… La Fuerza de Tareas continúa con sus operaciones de acuerdo con los planes previstos".

El Honorable John Stokes, representante por Halesowen y Stourbridge, no se hizo esperar en su réplica:
"Mi honorable correligionario, ¿se da cuenta de que esta noche los ojos de la nación están puestos sobre nosotros? Como alguien que ha permanecido en esta Cámara durante doce años, y que peleó en una guerra a lo largo de otros seis, me veo en la obligación de advertirle que esta noche veo signos de pánico a ambos lados de la Cámara".

Cuando Nott intentaba contestarle, fue interrumpido por el Honorable Ian Mikardo, representante por Bethnal Green y Bow:
"En medio de la congoja que todos compartimos y que fue expresada por ambos lados de la Cámara, ¿podría el Honorable Caballero decirnos si la Primera Ministra todavía nos invita a regocijarnos?".

La pregunta no había sido formulada con sorna, pero la ironía era evidente. Nott intentó una respuesta evasiva:

"No haré comentarios al respecto, pero mucho me temo que deberé corregir mi información anterior. Inicialmente dije que en el Sheffield había doce hombres desaparecidos, y me acaban de informar que el número de muertos podría ascender a treinta. Realmente, a esta altura no dispongo de informes confirmados, por lo que estimo que sería conveniente esperar hasta mañana para…"

De nuevo lo interrumpieron, estaba claro que el Ministro no las tenía todas consigo. Si bien el ambiente de la Cámara no era marcadamente hostil, se podía percibir que los Comunes exigían precisiones e iniciativas políticas que el Gabinete de Ministros en esos momentos no tenían. Por sobre todo, y aun cuando no se había manifestado abiertamente, estaba implícita la exigencia de ver por allí la cara de Margaret Thatcher para que brindara explicaciones.

 
Margaret Thatcher fue duramente interpelada en el parlamento británico: “Mucha gente está preocupada ante la posibilidad de que las Fuerzas Británicas no estén haciendo bien las cosas”, reconoció (Ling/Evening News/Shutterstock)

No fue posible echarle el lazo a la Primera Ministra al día siguiente, miércoles 5 de mayo, porque a lo largo de la extensa sesión de esa fecha sólo hubo tiempo para que un atribulado John Nott –a quien se agregó un no menos confundido Ministro de Relaciones Exteriores, Francis Pym– fuera prácticamente interpelado y obligado a dar explicaciones sobre el desastre del Sheffield. La reunión fue agitada y los dos fueron sistemáticamente vapuleados por los miembros de la Cámara, incluyendo la intervención muy especial de Martin Flannery, representante por la ciudad de Sheffield. El lector imaginará por qué: los pilotos navales Augusto Bedacarratz y Francisco Mayora habían levantado una linda polvareda, pero lo mejor recién se vería al día siguiente.

La sesión de la Cámara de los Comunes del jueves 6 de mayo de 1982 ya figura en los anales de la vida política del Reino Unido (la interpelación a Margaret Thatcher), y de la misma se resumirá lo más interesante. En cualquier caso, ayudará a comprender por qué el hundimiento del Sheffield obligó a la señora Thatcher a dar seguridades de que su Gobierno (ahora sí) estaba haciendo todo lo posible por lograr un cese del fuego, algo que como todos sabemos no era cierto, al punto de lanzar inmediatamente la planificación de la operación "Mikado" para exterminar en Río Grande -a cualquier precio- tanto a los irreverentes criollos que tripulaban los Super Etendard como a sus máquinas voladoras.

 
Uno de los cinco Super Étendard con el misil Exocet usado en el conflicto del Atlántico Sur

El representante John Page fue el encargado de abrir el fuego, y para abreviar transcribiremos sin comentarios sólo los aspectos más relevantes de lo dicho durante esa memorable sesión.

John Page: "¿Pudo la Primera Ministra encontrar algún instante para sintonizar la radio y mirar la televisión, y juzgar por sí misma si el tema del Atlántico Sur ha sido presentado de manera de producir credibilidad en nuestros aliados de ultramar y confianza y coraje en los hombres de nuestras Fuerzas Armadas y en sus devotas familias?"

Margaret Thatcher: "A juzgar por los comentarios de quienes disponen de más tiempo que yo para leer y escuchar, mucha gente está preocupada ante la posibilidad de que las Fuerzas Británicas no estén haciendo bien las cosas. Comprendo que puedan existir momentos en que tanto nosotros como los argentinos seamos tratados al mismo nivel y puestos en un pie de igualdad. Comprendo que en ocasiones algunos comentaristas digan que los argentinos hicieron algo y recién entonces los británicos hicieron lo suyo. Sólo puedo decir que si esto es así nos ofende y origina gran zozobra entre mucha gente".

 
La Cámara de los Comunes se llenó de tensión, hubo intercambio de ironías y la Dama de Hierro en todo momento intentó apaciguar los ánimos de los legisladores asegurando que estaba atenta a las negociaciones diplomáticas internacionales para que el conflicto en el Atlántico Sur no escalara. Sin embargo, la Operación Mikado, para golpear Río Grande ya estaba en marcha (Shutterstick).

Michael Foot: "¿Estaría de acuerdo la Honorable Dama en que parece existir la real posibilidad de un cese del fuego que conduciría a acciones más concretas, y de que también existe la posibilidad de arribar a un acuerdo de paz efectivo? ¿Puede asegurarnos que se hará todo lo posible para alentar esa posibilidad, y que no se hará nada para interferir? En particular, ¿puede aclararnos cuál es su respuesta y la del Gobierno a las propuestas de paz del Secretario General de las Naciones Unidas?" [Javier Pérez de Cuéllar]



Thatcher: "Por supuesto, estamos haciendo todo lo posible para seguir el camino diplomático que nos lleve a un acuerdo negociado [la Honorable Dama escondía la honorable verdad]. Sin embargo, el Honorable Caballero sabe que al momento existen dos propuestas diferentes. Una de ellas corresponde a la que manejan los EE.UU. a través del Perú, acerca de la cual respondimos de manera constructiva.[Se refiere al despliegue diplomático entre el presidente peruano Fernando Belaúnde Terry y el Secretario de Estado norteamericano, Alexander Haig] .No sabemos si los argentinos contestarán de igual modo. La segunda es la que conduce el Secretario General, y es a la cual se refiere el Honorable Caballero, y la respuesta de Argentina no ha sido clara…Lo que sí parece claro es que están interesados en un cese del fuego, pero no en retirar sus tropas, a menos que reconozcamos su soberanía sobre las islas. De manera que tenemos dudas sobre lo que dijeron… Nosotros damos la bienvenida a las ideas que propuso el Secretario General y hoy mismo le enviaremos un mensaje poniéndolo en su conocimiento… Es muy posible que Argentina pretenda un cese del fuego sin retirar incondicionalmente sus fuerzas, lo que sería una estratagema para conservar la posesión de sus mal habidas ganancias…La resolución 502 debe ser aceptada en su totalidad, y no puede haber un cese del fuego a menos que sea acompañado por una retirada argentina adecuadamente supervisada".



 
Thatcher y el Secretario de Estado de Estados Unidos, Alexander Haig en Londres durante el conflicto de Malvinas

Foot: "Entiendo que pueden haber ambigüedades en la respuesta del Gobierno argentino, pero ¿podría aclararme la Honorable Dama si es que la propuesta del Secretario General relacionaba de alguna manera el cese del fuego con la retirada de las tropas argentinas? Si así fuese, creo que la respuesta de la Honorable Dama debió haber sido afirmativa…En vista del importante cambio registrado a nivel diplomático –no me refiero al Gobierno argentino sino a las acciones emprendidas por la Honorable Dama–, ¿podría darnos la más absoluta seguridad, estoy seguro de que toda la Nación así lo demanda, de que no habrá una escalada deliberada en las acciones militares, ninguna escalada que interfiera con las perspectivas que ahora se vislumbran de lograr una paz real?"

Thatcher: "Las propuestas del Secretario General de la ONU [Javier Pérez de Cuéllar] significan sólo un marco de referencia, sin detalles específicos ni cronogramas, sólo implican una base para la discusión. En cuanto a la referencia del Honorable Caballero sobre un cambio en el clima de las negociaciones a nivel diplomático, creo que se trata de una apreciación sin fundamentos. La propuesta del Secretario General es la sexta que yo y mis colegas hemos analizado en detalle durante el mes último, y eso difícilmente pueda ser calificado como una falta de actividad diplomática".

 
Leopoldo Fortunato Galtieri, Ronald Reagan y Margaret Thatcher

Foot: "Estoy mucho más interesado en el progreso de las negociaciones que en dirimir quién tiene razón. Nosotros, que a lo largo de toda la crisis hemos urgido a acompañar al Secretario General en sus gestiones, tenemos el derecho a decir lo que decimos. Comprendo que sólo se trata de propuestas formuladas por el Secretario General, pero deseamos que nuestro ferviente apoyo a las mismas pueda ser transmitido en las próximas veinticuatro horas".

Thatcher: "Sólo son propuestas para un marco de referencia, a las que estamos respondiendo positivamente… Esperamos recibir hoy algo más sobre la propuesta peruano-norteamericana… Pero quiero enfatizar una vez más que cualquier sugerencia, para ser aceptable, deber ser precisa en cuanto al cronograma propuesto y cómo será verificado".

Peter Viggers: "¿Está de acuerdo mi Honorable Colega en que resulta procedente que los EE.UU. hagan público su apoyo a nuestra decisión de resistir la agresión, y de esta manera contribuir a que tanto los dirigentes argentinos como su pueblo se den cuenta de cuál es su verdadera situación?".

 
“El gobierno argentino no escuchó el pedido del Presidente Reagan de no invadir”, expuso Thatcher en la sesión del 6 de mayo sobre la orden de Galtieri y la Junta Militar.. Foto Victor Bugge.

Thatcher: "Contamos con el total respaldo de los EE.UU., como esperábamos, y yo agregaría como siempre esperamos que tendríamos. Tengo dudas sobre si su rol de mediador –que nosotros apoyamos, y acerca del cual estamos agradecidos al General (Alexander) Haig– puede haber inducido a la gente a pensar que la causa argentina podría ser considerada como justa. La condena a la Argentina ha sido casi universal, porque los argentinos son los agresores… Dos días antes de la invasión, el Dr. (Nicanor) Costa Méndez llamó a nuestro Embajador en Buenos Aires y le dijo que todos los canales diplomáticos estaban ahora cerrados. El mismo Gobierno argentino rechazó el pedido del Consejo de Seguridad de no invadir. Ese mismo Gobierno no escuchó el pedido del Presidente (Ronald) Reagan de no invadir. Ese mismo Gobierno invadió, y desde entonces ha estado acumulando tropas y equipos, contrariando una Resolución de las Naciones Unidas. Esa es la clase de Gobierno que debemos enfrentar."

Geoffrey Cox: "¿Está al tanto la Primera Ministra sobre la opinión generalizada en el pueblo británico de que no debería haber una escalada en la intervención militar del Reino Unido en las islas? (Interrupción con abucheos de desaprobación) Teniendo en cuenta este antecedente, ¿ha venido hoy a esta Casa totalmente preparada para repudiar a los miembros del Partido Conservador y Almirantes y Generales retirados que ahora aparecen por televisión diciendo que, en caso de ser necesario, se debería atacar el territorio argentino?".

Thatcher: "Fueron los argentinos quienes escalaron la crisis, invadiendo las islas en medio de las negociaciones, y nunca dejaron de escalar… Mientras tanto, nuestra propia gente permanece en esas islas, bajo lo que creo que el mismo Líder de la Oposición calificó de agresión brutal y demente…Debemos continuar con las operaciones, porque si ordenáramos la suspensión de las actividades militares mientras duren las negociaciones, ¿qué sucedería? Estaríamos atados, con nuestra gente sojuzgada por un invasor que seguirá incrementando su poderío y reforzando sus posiciones para atacarnos a su voluntad."

Detrás del discurso de la Dama de Hierro

La Primera Ministra estaba disfrazando burdamente la restitución de las islas a los Territorios de Ultamar de la Corona como un rescate de dos mil rehenes isleños montado a nivel estratégico.

Dejo librado al lector la interpretación de todo lo ocurrido en la Cámara de los Comunes dentro de las 48 horas siguientes del ataque al Sheffield. Sin embargo, el análisis más o menos objetivo permite inferir que la magnitud del golpe asestado por la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque congeló momentáneamente el conflicto, y a sus consecuencias habría que remitirse: no se registrarían acciones bélicas de importancia en los días subsiguientes, porque el sacudón impuso un replanteo de la situación estratégica y diplomática, tanto en Londres como en Washington o en Buenos Aires, y el análisis de los hechos inmediatos posteriores al 4 de mayo de 1982 así lo demuestra.




Los pilotos argentinos de los Super Étendart que iban a ser el blanco de la “Operación Mikado” planeada por los ingleses para terminar con ellos y los misiles Exocet

Sin embargo, hubo excepciones a la virtual pausa de combate señalada, incluyendo el desarrollo de varios acontecimientos durante la primera semana de mayo, los que fueron posteriores al primero de ese mes y tuvieron su origen en las acciones navales protagonizadas por el grupo de batalla del portaviones 25 de Mayo y su escolta, en relación con el frustrado ataque a la fuerza británica con aviones A-4, previsto durante el crepúsculo matutino de ese día.

Los pilotos bajo el mando del Capitán de Corbeta Rodolfo Castro Fox (Comandante ejemplar que voló a lo largo de todo el conflicto pese a tener los movimientos del brazo izquierdo significativamente limitados, consecuencia de haber terminado unos años antes junto con su A-4 en el fondo del mar debido al corte de un cable de frenado) no pudieron ser catapultados por falta de viento en cubierta y se quedaron con las ganas de atacar a la flota británica en una típica acción aeronaval puntual que bien podría haber cambiado prematuramente el curso del conflicto.

Las operaciones recién "culminarían" el 8 de mayo en inmediaciones del Golfo San Matías, cuando los buques argentinos ya se habían replegado para ponerse a salvo de la amenaza de los ataques de submarinos nucleares británicos.

 
Hundimiento del Sheffield Guerra de Malvinas 4 de mayo 1982

Y a no olvidar a los "antisubmarinos". Algún día se hará justicia al relatar con lujo de detalles las misiones cumplidas por la Escuadrilla Aeronaval Antisubmarina con sus traqueteados aviones S-2 Tracker a lo largo de esos días agitados y febriles. Embarcados en el portaviones y excediendo largamente sus capacidades específicas, realizaron las exploraciones antisuperficie. Esas fueron las que posibilitaron ubicar a la flota británica para intentar el ataque, a partir de la detección radar inicial de un solitario avión Harrier destacado desde el portaviones Hermes para espiar a los argentinos.

Pero el tremendo mérito de los Tracker vino después, cuando las misiones se extendieron al hostigamiento permanente y posteriores ataques sobre los submarinos británicos. Habrá que esperar la desclasificación de los archivos ingleses para reconstruir minuciosamente todo lo acontecido entre el 1° y el 8 de mayo.

El 4 de mayo con el hundimiento del Sheffield, el primer buque inglés abatido tras la II Guerra Mundial, los británicos supieron que eran vulnerables y los argentinos que podían hundirlos.

Independientemente del resultado final de la guerra, después de ese día ya nada volvería a ser igual, especialmente para el comandante de la flota, John "Sandy" Woodward.

Augusto Bedacarratz, el Segundo Comandante de los Super Étendard y Francisco Mayora, uno de los benjamines de la familia, habían demostrado que nos atrevíamos. Y la Armada Argentina había recibido la bocanada de aire puro y fresco que tanta falta le hacía.


Los pilotos Augusto Bedacarratz y Francisco Mayora al regresar de la exitosa misión del 4 de mayo: era la primera vez que misiles Exocet debutaban en un conflicto bélico

En verdad, la cuestión no era complicada: Bedacarratz y Mayora, típicos aviadores navales y excelentes profesionales, simplemente habían hecho lo que sabían hacer, luego de exigencias sin pausa y cientos de horas de vuelo bien aprovechadas a lo largo de gran parte de sus vidas. No sólo en nuestro país, sino también más allá de nuestras fronteras, en Francia, por ejemplo. Más precisamente en la bretaña francesa.

*El autor, capitán de Navío (RE) y master en Relaciones Internacionales, fue el Comandante de la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque de aviones Super Etendard que operó desde la Base de Río Grande y hundió al HSM Sheffield, al carguero Atlantic Conveyor y atacó al portaaviones Invencible.

lunes, 26 de agosto de 2019

El aprendizaje de Malvinas

El aprendizaje de Malvinas

Por Cornelia Schmidt Liermann ||  Infobae



Todos los argentinos que vivimos los años 80 tenemos algún recuerdo de un conflicto que pensábamos imposible: la Argentina le había declarado la guerra al Reino Unido, una de las potencias bélicas más importantes del mundo. Aun así, el país deshecho por la dictadura militar se unió en un solo grito de fe: las Malvinas fueron, son y serán argentinas.

Mientras los militares movilizaban a jóvenes muy jóvenes inexpertos a las islas, la ciudadanía entera se movilizaba alentando a aquellos jóvenes de cada una de las maneras posibles: donando alimentos, escribiéndoles miles de cartas, tejiendo ropa de invierno.

El 2 de abril se convirtió para muchos en un proceso que nos llevó de la euforia a una despedida eterna. Un día que, sin advertirlo, arrastraría a la muerte a 649 soldados y a muchos más que decidieron terminar con sus vidas tras la derrota y el maltrato.

Entonces, ¿qué nos enseñó Malvinas? Sí, que son nuestras. Que la soberanía le pertenece a nuestro país. ¿Qué más? Que las guerras generan sufrimiento. Pero también solidaridades impensadas.

Durante la Primera Guerra Mundial, en pleno enfrentamiento de trincheras, mi abuelo, el joven Paul Schmidt, del Regimiento de Infantería n° 83, aprendió a desmitificar al enemigo: durante las frías noches, cuando estaban acostados en el lodo codo a codo y las ratas se paseaban sobre ellos, y abrazados a sus carabinas, de una trinchera enemiga a otra se "tiraban" palabras de ánimo. Incluso compartían remedios con el enemigo. La noche los unía en humanidad. El día los enfrentaba en crueldad. Hoy conocemos muchas anécdotas similares de asistencia entre combatientes argentinos e ingleses.

Aquellos veteranos que pudieron volver a las islas relatan encuentros repletos de emoción con sus habitantes. Son los veteranos y los familiares de caídos en Malvinas nuestros mejores diplomáticos. Son ellos los que hoy comparten correspondencia tanto con los habitantes de las islas como con ex soldados británicos. Los unen los recuerdos, la memoria del miedo, del que perdió a un ser querido. Son artífices de uno de los proyectos humanitarios más bellos de estos últimos años: la identificación de los caídos.

Perdimos una guerra demencial. Aun así, los lazos con Malvinas se fortalecen día a día. Y son los mismos que, tras llevar un fusil, o cargar tristeza y desconfianza, hoy llevan cercanía, diálogo, comprensión.

Esa comprensión que nos falta a muchos políticos. Como reflexionó en un medio radial el ex director del Museo Malvinas, Federico Lorenz: "No reconocimos como país la experiencia de haber estado en Malvinas". Hoy tengo esperanzas de que Argentina logre, poco a poco, con honestidad, abandonar el enfrascamiento ideológico y abrazar una política de fraternidad.

Malvinas, prenda de paz y solidaridad.

La autora es diputada nacional. Presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la HCDN.