miércoles, 13 de febrero de 2019

Avión de transporte: Embraer EMB 110 Bandeirante


Embraer EMB 110 Bandeirante

Wikipedia




El Embraer EMB 110 Bandeirante es un avión bimotor turbohélice fabricado por Embraer que debía ser válido tanto para tareas civiles como militares.

El apodo de Bandeirante hace referencia al nombre que se daba a los colonos portugueses que progresivamente se internaban y asentaban cada vez más al interior en el territorio del actual Brasil durante los siglos XVI y XVII, expandiendo así los límites del Imperio portugués y de su lengua y cultura.





Diseño y funciones

El EMB 110 fue diseñado por el ingeniero aeronáutico francés Max Holste siguiendo las especificaciones del programa IPD-6504 establecido por el Ministerio de la Aeronáutica brasileña en 1965. El objetivo era crear un avión de propósito general, válido tanto para operaciones civiles como militares con un bajo coste operativo y gran rendimiento. Posteriores desarrollos del EMB 110 acabaron resultando en el EMB 120 Brasilia, más largo, con más capacidad y de cabina presurizada.


Producción y servicio


El primer prototipo militar, llamado YC-95, voló en octubre de 1968 y la producción comenzó al año siguiente, encargándose de ella la recién fundada compañía Embraer. El primer modelo de pasajeros voló el 9 de agosto de 1972 y entró en servicio regular el 16 de abril de 1973 con la ya desaparecida aerolínea brasileña Transbrasil.

La producción cesó en 1990, momento en que el EMB 110 fue sustituido por el cada vez más popular EMB 120, avión del que se estima aún quedan 200 unidades en servicio en los 5 continentes.

En los 21 años de historia del modelo, Embraer construyó 494 unidades con numerosas configuraciones para distintas funciones, siendo algunas de ellas:
  • YC-95 o EMB 100 - Prototipo.
  • EMB 110 - Versión militar de transporte.
  • C-95 - Versión militar de transporte para la Fuerza Aérea Brasileña.
  • EMB 110A - Versión para calibrado de sistemas de radio.
  • E-95 - Versión para calibrado de sistemas de radio para la Fuerza Aérea Brasileña.
  • EC-95B - Versión para calibrado de sistemas de radio para la Fuerza Aérea Brasileña.
  • EMB 110B - Versión para mediciones y fotografía aérea.
  • R-95 - Versión para mediciones y fotografía aérea para la Fuerza Aérea Brasileña.
  • EMB 110CN - Versión militar para la Armada Chilena (3 aviones).
  • EMB 110C - El primer modelo comercial, con capacidad para 15 pasajeros.
  • EMB 111A - Versión de vigilancia marítima para la Fuerza Aérea Brasileña, que le dio el nombre P-95. Algunos fueron alquilados a la Armada Argentina tras la Guerra de las Malvinas.
  • EMB 111AN - Seis aviones de vigilancia marítima vendidos a la Armada de Chile.
  • EMB 110E
  • EMB 110E(J) - Versión ejecutiva de 7 plazas.
  • EMB 110K1 - Versión de carga.
  • C-95A - Versión de carga para la Fuerza Aérea Brasileña.
  • EMB 110P - Versión para puente aéreo.
  • EMB 110P1 - Versión mixta carguero/pasajeros de rápida transformación.
  • C-95B - Versión mixta carguero/pasajeros de rápida transformación para la Fuerza Aérea Brasileña.
  • EMB 110P1 SAR - Versión de búsqueda y rescate.
  • EMB 110P/A - Versión de 18 plazas para la exportación.
  • EMB 110P1/A - Versión mixta carguero/pasajeros con escotilla de carga agrandada.
  • EMB 110P1/41 - Versión mixta carguero/pasajeros.
  • EMB 110P1K/110K - Versión militar.
  • C-95C - Versión militar para la Fuerza Aérea Brasileña del EMB 110P2.
  • EMB 110P2
  • EMB 110P2/A - Modificaciones de versión de puente aéreo, 21 plazas.
  • EMB 110P2/41 - Versión presurizada de puente aéreo, 21 plazas.
  • EMB 110S1 - Versión de mediciones geofísicas.
  • SC-95 - Versión de búsqueda y rescate para la Fuerza Aérea Brasileña.
  • XC-95 - Versión de investigación meteorológica para la Fuerza Aérea Brasileña.


Accidentes e incidentes

  • El 27 de febrero de 1975, el vuelo 640 en un Embraer EMB 110 Bandeirante operado por VASP con registro PP-SBE, partió del Aeropuerto Internacional de São Paulo-Guarulhos hacia Bauru, se estrello después de despegar de Congonhas. La tripulación de 2 y 13 pasajeros fallecieron.
  • El 19 de julio de 1994, el Vuelo 901 de Alas Chiricanas operado por Alas Chiricanas de Panamá con registro HP-1202AC usando un Embraer 110P1, la aeronave se estrello luego que una bomba exploto en su interior, matando a 21, entre ellos doce empresarios judíos.​
  • El 3 de julio de 2013, un Embraer 110, operado por Batair Cargo, con registro ZS-NVB, en ruta desde el Aeropuerto Internacional Lanseria en Johannesburgo hacia Lubumbashi en la República Democrática del Congo, se estrello cuando intentaba aterrizar en Francistown, Botsuana. Los pilotos habían planeado aterrizar para reabastecerse de combustible, pero una densa niebla sobre la pista ed aterrizaje ocasiono que se la sobre volaran, se contactaron con la torre de control para explicar lo sucedido y que harían un segundo intento pero nunca lo hicieron, el fuslejae fue encontrado a 10 kilómetros sin sobrevivientes.


Especificaciones técnicas


Características generales

Tripulación: 2
Capacidad: 21 pasajeros
Longitud: 12,7 m (41,8 ft)
Envergadura: 15,4 m (50,6 ft)
Altura: 5,2 m (17 ft)
Superficie alar: 29,1 m² (313,2 ft²)
Peso máximo al despegue: 5 900 kg (13 003,6 lb)
Planta motriz: 2× Turbohélice Pratt & Whitney Canada PT6A-20.
Potencia: 432 kW (579 HP; 587 CV) cada uno.


Rendimiento

Velocidad máxima operativa (Vno): 425 km/h (264 MPH; 229 kt)
Velocidad crucero (Vc): 314 km/h (195 MPH; 170 kt)
Alcance: 1 450 km (783 nmi; 901 mi)



lunes, 11 de febrero de 2019

Las Malvinas salvan la vida política de Thatcher

Salvada por la guerra de Malvinas

La obsesión por recuperar el archipiélago de manos argentinas permitió a la primera ministra superar dos elecciones e imponerse a sus correligionarios


Patricia Tubella | El País




Margaret Thatcher visita a las tropas británicas en las islas Malvinas durante la guerra con Argentina. AP


El irredentismo de Margaret Thatcher a la hora de encarar el conflicto de las Malvinas aparece como una metáfora de su propio carácter, el de una mujer de acero casi imposible de intimidar y el de una política con plena convicción en la defensa primordial de los intereses británicos por encima de cualquier otra consideración. El 2 de abril de 1982, y desde el primer momento en el que fue informada sobre el desembarco de 5.000 soldados argentinos en Puerto Stanley, la capital de las islas, la primera ministra británica decidió recuperarlas por la fuerza para Reino Unido. El sentido práctico de la hija del tendero le indicaba que la diplomacia de las palabras, es decir, la negociación, siempre puede abrir alguna vía, pero que las armas son las que en definitiva permiten ganar la guerra.

Thatcher llevaba entonces tres años en el número 10 de Downing Street y todavía no había afianzado esa posición de la que haría gala en tiempos sucesivos, la de la dirigente conservadora que no admite contestación ni matices a sus decisiones. Sus papeles privados, difundidos públicamente el pasado marzo, revelan las dudas expresadas en el seno de su Gobierno y del grupo parlamentario conservador sobre la capacidad militar británica y las tensiones que suscitó la resolución de la líder de emprender la acción bélica en defensa de un territorio lejano y poblado en su mayoría por ganaderos de ovejas. Convencida de la victoria final, esta fue su invariable respuesta a todas las presiones: “Recuperaremos las Falklands (Malvinas) para sus habitantes, que deben lealtad a la corona y quieren ser británicos”.

Personaje obstinado como pocos, ni siquiera cedió un ápice cuando el presidente Ronald Reagan la decepcionó al confirmar la neutralidad de Estados Unidos ante la crisis, una posición que en cierta medida Thatcher acabó revirtiendo al conseguir un cierto apoyo logístico por parte de su aliado y amigo. Antes del desencadenamiento de las hostilidades, el Gobierno británico analizó un informe del Ministerio de Defensa (con fecha de septiembre de 1981) que analizaba las posibilidades de disuadir a los argentinos de actuar contra las Malvinas y contemplaba diversos escenarios, desde ataques a barcos británicos en la zona u ocupación de islas deshabitadas, hasta una pequeña invasión o la invasión total del territorio. La Dama de Hierro optó desde el primer momento por esta última opción, que, a pesar del resultado final de la contienda, en su momento planteaba grandes dudas.

En el plano interno y a lo largo de los dos meses y doce días de duración de la guerra, la primera ministra acabó recabando el estado de ánimo favorable por parte de un amplio sector de la sociedad británica, con medidas tan populistas como el enrolamiento del príncipe Andrés, tercer hijo de la reina de Inglaterra, en la misión militar británica a bordo del HMS Invincible.

“Alegrémonos, alegrémonos”, proclamó una Thatcher risueña ante su residencia oficial de primera ministra cuando fue inquirida sobre la pronta “reconquista” militar de la isla de South Georgia. Aquella jactancia contó con el apoyo de periódicos tan leídos como el tabloide The Sun, que proclamó a toda portada y a raíz del hundimiento del navío argentino Belgrano: “Gotcha!”, que en una traducción libre significaría “Te tengo” o “te he cazado”.

La victoria en aquella guerra que acabó con el poder de la junta argentina fue doble para Margaret Thatcher: logró imponerse al desafío argentino pero también entre sus propias huestes, que desde entonces ya no osaron plantarle cara. El conflicto de las Malvinas inauguró para la Dama de Hierro un era de victorias electorales (volvió a ganar las elecciones de 1983 y 1987) y el respeto o temor de todos aquellos conservadores que hasta entonces recelaban de su liderazgo.

sábado, 9 de febrero de 2019

Ezequiel Barcia, su amistad con quién derribó a su padre y el surf en Malvinas

La última foto juntos en el mar: su papá murió en Malvinas y él vuelve cada verano a Pinamar para recordarlo


Ezequiel Martel Barcia perdió a su padre el 1º de junio de 1982 en Malvinas. Era el piloto del único Hércules derribado en combate. Se hizo amigo del inglés que mató a padre y fue dos veces a surfear a las islas. Una historia de paz




Por Fernando Soriano |  Infobae
fsoriano@infobae.com


 

¿Habrá pensado Rubén Héctor Martel en el último instante, antes de que la balacera inglesa terminara por estrellarlos a él y a su Hércules sobre el mar de Malvinas, aquel 1º de junio de 1982, en el futuro de Ezequiel sin él? ¿Se habrá preguntado el día que partió a la guerra sin saber si volvería si su hijo de 10 meses recordaría su cara cuando creciera?

Ezequiel Martel Barcia mira el horizonte del mar Atlántico. Exactamente en el mismo lugar donde hace 36 años, en brazos de su padre, con el sol de una mañana de enero encima, él, un bebé de 7 meses, posaba para la última foto juntos.

Ezequiel está agachado, plantado sobre la arena, mira el Atlántico y navega mentalmente hasta el extremo sur. Ahora tiene casi la misma edad que la que tenía su padre en la última foto. Se parecen mucho. La misma sonrisa, el mismo cuerpo y las mismas marcas. Solo que en el cuerpo de Ezequiel se ven sus tatuajes: remiten al escuadrón de su padre, piloto de la Fuerza Aérea, al escuadrón inglés que lo mató, al Sol Inca de la bandera, a los 55 aviadores caídos sobre las islas por ponerle el pecho al delirio de Galtieri y sus secuaces.

"Mi relación con Pinamar es personal. Es bajar a la playa y meterme al agua. Ese momento es especial porque es en el mar, en el mismo espacio donde él se quedó para siempre", explica Ezequiel, con los pies en el agua y los tres duplex blancos con tejas rojas de fondo tal como aparecen en la foto de 1982.

 
Ezequiel, en la misma orilla de la última foto con su padre (Diego Medina)

El cuerpo de Martel Barcia se monta sobre su tabla de surf. Es mediodía de enero de 2019, hace calor. Su mirada apunta al horizonte. Su voz pide permiso a los fantasmas oceánicos. Su memoria viaja a 1982, al día en que la guerra de Malvinas sacrificó a su padre, y vuelve al presente, en un trabajo que es como el ida y vuelta de las olas, ritual de cada verano: evocar la foto, reencontrase con aquel abrazo.

"Todos los veranos me meto en la misma playa, donde me saqué la foto con él. Pido permiso por dentro para entrar para estar cerca suyo. El avión cayó sobre el mar. Ahí descansan los restos de mi viejo", comenta.

Rubén Martel era capitán de la Fuerza Aérea e integraba la tripulación del avión Hércules C-130. El 1º de junio de 1982, trece días antes del final de la guerra, despegó de Comodoro Rivadavia en una misión de exploración y reconocimiento junto al vicecomodoro Hugo Meisner, al capitán Carlos Eduardo Krause, a los suboficiales Julio Jesús Lastra y Manuel Alberto Albelos y a los cabos principales Miguel Ángel Cardone y Carlos Domingo Cantezano.


 
El piloto Rubén Martel, caído el 1º de junio de 1982

Se llamaba "la misión del loco" porque debían reconocer posicionamientos de barcos ingleses en la zona de Malvinas. Volaban con los equipos apagados y a muy baja altura cuando fueron identificados por dos aviones caza Sea Harrier. En uno de ellos volaba el jefe de escuadrón Nigel Ward, quien bajó al Hércules de los argentinos gracias al impacto de un misil y una descarga de municiones que hundió al avión de la Fuerza Aérea en el mar.

En el barrio de Caballito, Ezequiel crecía junto a su mamá y a sus hermanas mayores. Era un bebé ajeno a las atrocidades humanas, obligado por la fuerza a alimentarse y crecer sin la presencia paterna.

"Mi infancia fue complicada como la de cualquier chico que pierde un papá o una mamá. Todos sufrimos igual. Y como todo chico en la adolescencia esa ausencia la sentí mucho. Me hubiese gustado charlar muchas cosas, preguntar, y no lo pude hacer", cuenta Ezequiel, su voz sale en el tono que tienen aquellos que han trabajado y se han esforzado por convivir de la mejor manera con las tragedias de la vida.

 
(Diego Medina)

-Mi viejo representa el orgullo de saber que tu apellido es parte de la historia y lo tenés que honrar de la mejor manera, como a los 649 apellidos que quedaron allá. Ellos, en el caso de los tripulantes del Hércules, se habían entrenado para eso.

-¿Y qué sentís cuando te metés al mar?

-La sensación de cuando entro en Pinamar es que estoy en paz, tranquilo. El surf tiene eso, es un deporte tan natural que te implica el desafío de agarrar una ola, ponerte de pie sobre la tabla y sabés que te vas a caer y te tenés que levantar y volver a buscar la ola. Es como en la vida. Es como mi vida.

El proceso de construcción de identidad que atraviesa Ezequiel incluye la capacidad de comprender al otro, de borrar las nociones marciales del enemigo, de suprimir el odio y el rencor.

Para eso, Martel Barcia hizo mucho. Se contactó con el militar británico que derribó el avión Hércules, generó un vínculo con él, se peleó con algunos compañeros de su padre por eso, y también viajó a Malvinas, a correr aquellas olas, a sentirse cerca del hombre de la foto una vez más, a entender la vida y la historia de los kelpers. A perdonar.

 
Ezequiel en Malvinas, en 2017, con el escudo del escuadrón de su padre a punto de lanzarlo al mar

"Para mí viajar ahí era lo más cercano que podía estar. A mí el cementerio de Darwin no me mueve. El se quedó en el mar", explica.

A Malvinas fue dos veces. En 2015 y en 2017. La segunda es para Ezequiel la experiencia más emotiva y fuerte. "Antes de viajar estaba con miedo porque sabía que me iba solo. Enfrenté la situación con las ganas de decir llegué lo más lejos que podía llegar. Hice surf en la isla Borbón, apenas a 70 kilómetros de donde bajaron el Hércules. Fui el primer argentino en correr una ola en esa isla, es el punto más lejano", cuenta Ezequiel, y agrega: "Y es el más cercano a donde cayó mi viejo".

-¿Y los isleños?

-De mi parte me sentí muy a gusto con los kelpers. Si me decís con qué me vine del viaje, te voy a decir que me trataron muy bien. Yo fui a buscar que me trataran bien. Me puse a disposición de ellos. Yo quería que me acompañaran. Fui con esa postura. Y ellos sabían y me sorprendieron todos los gestos que tuvieron conmigo.

Los habitantes de las islas lo recibieron con respeto y afecto. Lo llevaron en sus camionetas hasta las playas para que él pudiera surfear, lo acercaron a un sitio secreto donde aparecieron restos del avión, le sacaron fotos mientras surfeaban.

-¿Qué conclusiones sacás del viaje y del encuentro con los kelpers?

-Que estos tipos tienen guerra desde hace siglos. Y Malvinas fue una más. Y que se las vieron fea, pero si me preguntás a quién le tengo bronca, no es a los ingleses, yo le tengo bronca a Galtieri, que se quedó mirando la guerra por la tele, que dijo "si quieren venir que vengan" y los tipos vinieron.

 
Ezequiel en la isla Borbón, en Malvinas, es el único argentino que surfeó allí

El sabe que su postura causa polémica, sobre todo en la Fuerza Aérea o entre los ex combatientes o en la "familia militar". "Tuve que aprender, crecer y analizar. No tengo derecho a tratarlos mal. Lo que pasó en el 82 quedó en el 82. De algo triste saquemos algo bueno, hay que tratar de sacar algo bueno", reclama, y cuenta: "Mis mejores amigos son hijos de caídos. ¿Sabés qué nos duele? La ausencia física, no poder abrazarlos, charlar. Pero por otro lado sé que ellos están y son parte de la historia y no se cagaron, fueron y dejaron lo más preciado que tenían a cambio de nada, por la bandera, cumplieron con el juramento, defender la bandera con la vida".

Ezequiel se llevó un escudo del Escuadrón Hércules, al que pertenecía su papá, para lanzarlo al mar en 2015. "Pero pasó algo muy loco", cuenta.

Martel Barcia unió la insignia a una piedra y la arrojó, pero apenas se despegó de su mano el escudo cayó solo a su lado, sobre la playa. Ezequiel pensó que no se quería despegar de él y se lo guardó. "Como diciendo acá no fue. Lo agarré y vi que era una señal y me lo llevé", aclara.

Dos años después lo encintó a una piedra de la isla Borbón. Antes de entrar a surfear tiró el escudo al mar. Gritó: "¡Sesenta y tres!", por el nombre de la matrícula del avión. El escudo cayó en las aguas heladas del mar del sur y se hundió adherido a la piedra.

Ezequiel sintió que tenía el permiso para surfear y entró. Pasó algo para lo que hoy no tiene otra explicación que la mágica.

"Yo sentía que estaba en la playa de Pinamar, pero sabía a la vez que estaba lejos de casa. Empecé a sentir la cercanía de mi viejo. Estaba esperando el oleaje y de repente se ponen a sobrevolar en círculos encima mío siete albatros", describe. Hace silencio y termina la frase: "En el avión de mi papá murieron siete". El kelper que lo alojaba le sacó una foto sin saber la coincidencia. "Es creer o reventar", dice Ezequiel.

 
Los siete albatros encima de Martel Barcia en Malvinas

Hace unos años Martel Barcia encontró a Ward en Facebook y se pusieron en contacto. "La guerra es un absurdo. Yo me hablo con el inglés que bajó a mi papá, con el hijo, con algunos tripulantes del barco que detectó al avión de mi papá. Me hablo con los verdugos de mi papá. Nigel tiene dos hijos, el más grande se suicidó hace poco, y yo lo acompañé en ese momento a la distancia, nos escribimos, no tengo odio, al contrario", explica.

No piensan igual algunos ex combatientes de la Fuerza Aérea. A Ezequiel lo entristece esa postura. "Tuve enfrentamientos con otros pilotos porque ellos se enojaron cuando se enteraron que estoy en contacto con Nigel. Yo perdí a mi papá, nosotros perdimos a nuestros viejos. Y la guerra terminó, lo tienen que entender", dice.

Ezequiel mira las profundidades del mar pinamarense. Ya no se esfuerza por recordar momentos de su viejo. Su cara la tiene grabada, su espíritu lo lleva en la piel. Dice: "La foto la sacamos acá".

 
(Diego Medina)

La pensadora Susan Sontag escribió alguna vez que "la mayor vocación de la fotografía es explicar el hombre al hombre".

Ese es el viaje surfer de Ezequiel, quien habla antes de buscar de nuevo las olas: "Tuve un superior que me dijo que tendría que ir a matar a Nigel, que él podía armar un comando para ir a asesinarlo. Le respondí: 'Respeto su jerarquía pero en estos 37 años que vengo construyendo y elaborando, si hago semejante pelotudez todo lo que construí lo tiro a la basura y me convertiría en un asesino, con odio y venganza'".

-De alguna manera sos un hijo de la guerra, ¿cuál creés que es tu misión?

-Yo estoy para unir, para buscarle la vuelta, para otra cosa. Estoy para buscar la forma de sanar. Y cuesta, duele, pero hay que buscársela. Si no te quedás hundido en que somos todos una mierda. Por eso vengo a surfear, a recordarlo. El agua sana. De algo triste saquemos algo bueno, hay que tratar de sacar algo bueno.

jueves, 7 de febrero de 2019

Aspectos oscuros en la explotación del calamar en Malvinas



La trama tras la investigación de la Pesca del calamar en Malvinas y la soberanía argentina 

(Martín Mazzoleni)

 

Cancillería anunció la puesta en marcha de una campaña de investigación sobre la especie calamar argentino (Illex argentinus), con la particularidad de que en la comitiva que navegará en el buque “Víctor Angelescu” habrá dos científicos ingleses. El calamar es un recurso pesquero fundamental para la usurpación británica de las Islas Malvinas y su explotación encierra una histórica contraposición de intereses entre Argentina y Gran Bretaña. Especialistas aseguran que se trata de un capítulo más de la política de entrega que implica el pacto Foradori – Duncan. El rol de las ONG's ambientalistas.


Este viernes primero de febrero se pondrá en marcha una campaña de investigación sobre el calamar argentino y después de 14 años, el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP) volverá a cooperar con Gran Bretaña.

La comitiva estará integrada por 14 científicos argentinos y dos ingleses. De este modo, se desempolvará el Subcomité Científico de la Comisión de Pesca del Atlántico Sur (CPAS) creado por Declaración Conjunta de Argentina y Gran Bretaña el 28 de noviembre de 1990.

Especialistas señalan que la participación inglesa en una expedición sobre un recurso pesquero fundamental para la usurpación británica en las Islas Malvinas es un nuevo capítulo de la entrega de soberanía, en el marco del pacto Foradori – Duncan firmado en septiembre del 2016, mediante el cual Argentina se comprometió a levantar todas las restricciones que afectan a la economía de los isleños.

En diálogo con Info BLANCO SOBRE NEGRO, el ex director del Instituto Nacional Antártico (2003 – 2016), Mariano Memolli, explicó: “Esto es gravísimo. Anteriormente a este comité científico se lo dejaba de lado porque en nuestro territorio no hay nada que discutir. Los ingleses no son nuestros vecinos”.

El calamar es la especie de cefalópodos más abundante de la región, distribuida en el Atlántico Sudoccidental desde los 55º S hasta los 23º S, entre los 50 y los 1.000 metros de profundidad. Por tratarse de una especie de aguas templado-frías, las mayores abundancias se encuentran sobre la plataforma y el talud continental de la Argentina, relacionadas con el área de influencia de las aguas de origen subantártico, particularmente de la Corriente de Malvinas.

“Nosotros tratábamos de controlar la pesca del calamar antes de que llegara a Malvinas para que no creciera la economía de las Islas hasta que no se sentaran a hablar sobre la soberanía como ordenó la ONU”, explicó Memolli.

Y amplió: “Para las Islas el calamar es un recurso muy importante, implica el 50 por ciento de los ingresos pesqueros. Esta especie ingresa por la zona de la milla 200, donde Argentina tiene la potestad de establecer la política pesquera que crea conveniente, y luego se dirige hacia las Islas. Para nosotros, la política correcta era la pesca intensiva del calamar así no lo podían usufructuar en las islas y ecológicamente no hubo consecuencias”.

Para el especialista, la expedición científica organizada en conjunto con los británicos busca “justificar con argumentos de sustentabilidad que la pesca del calamar no debe realizarse dentro de la zona económica exclusiva argentina y que sólo la realicen los británicos”.

Detrás de esta maniobra se encuentran también distintas ONG’s, entre las que se encuentra Greenpeace, que sustentan la entrega del recurso con premisas conservacionistas. “Los ingleses son muy rápidos y comenzaron a trabajar a través de las ONG’s que mediante planteos ambientales garantizan la soberanía británica”, expresó Memolli.

“El Great British Oceans coalition (GBO) es una coalición de ONG’s que hablan de medidas proteccionistas para la conservación de los océanos. Creo que en un futuro apuntan a plantear que los recursos naturales deben ser protegidos por aquellos que lo pueden hacer, entonces se acabaría la soberanía directa de los países sobre sus plataformas continentales que quedarían para los más poderosos”, alertó el ex director Nacional del Antártico.

“Nosotros teníamos una política de diálogo. Había cooperación científica con algunos británicos pero no en temas sensibles para la soberanía argentina como el calamar. Una casa es estudiar el agujero de la capa de ozono en la Antártida y otra cosa muy diferente es la explotación pesquera donde hay intereses contrapuestos”, remarcó.

Según datos del gobierno kelper, el 19% del calamar consumido en Europa durante 2017 provino de las Islas Malvinas. Meses atrás, había informado una recolección de 43 mil toneladas de calamar, la mejor pesca en los últimos cinco años. De extraer 398,2 toneladas por día en 2013 los ingleses pasaron 673,2 toneladas.

“Esto se enmarca dentro del acuerdo Foradori – Duncan que habla de levantar todas las restricciones para que la economía de las islas sea sustentable. Esta actividad científica conjunta fue propuesta en el ámbito de la pesca. El tratado lo están cumpliendo al pie de la letra”, aseguró Memolli.

Por último, consideró que “tampoco se debe despreciar el tema de la minería marina que no se reduce solo a la explotación del petróleo”, y explicó: “Se han desarrollado una serie de equipos para ir al fondo marino y extraer núcleos polimodales, piedras muy grandes que tienen diferentes metales como litio, oro y cobre, entre otros. Los británicos muestran sus progresos en esta materia y ya tienen buques en las costas africanas”. (Martín Mazzoleni - INFO BLANCO SOBRE NEGRO)

Fundación Nuestro Mar

martes, 5 de febrero de 2019

El octubre se reinician los vuelos a Malvinas

Argentina y Gran Bretaña acordaron que en octubre empezarán a operar los nuevos vuelos a Malvinas

Los cancilleres Faurie y Duncan se reunieron en Canadá para terminar de cerrar el acuerdo de dos vuelos semanales desde Córdoba a las islas

Por Martín Dinatale | Infobae
mdinatale@infobae.com


 

Los gobiernos de la Argentina y Gran Bretaña acordaron hoy que los nuevos vuelos de las islas Malvinas a Córdoba empezarán a funcionar a partir de octubre próximo, que es cuando empieza la temporada turística en el Atlántico sur.

Durante un encuentro entre el canciller argentino Jorge Faurie y su par britanico, Alan Duncan, que se realizó en Canadá en medio de la reunión de ministros del denominado Grupo Lima que planteo más presión contra el régimen de Venezuela, las cancillerías de ambos países avanzaron en los lineamientos centrales del acuerdo sellado en el 2016 entre Mauricio Macri y la primer ministra Theresa May.

Según consignaron a Infobae fuentes calificadas de la Cancillería se acordó en Ottawa que desde octubre la empresa aérea LATAM empezará a operar en los vuelos semanales de San Pablo a las islas Malvinas con dos escalas mensuales en Córdoba.

"La idea es aprovechar al máximo la temporada estival y lograr avances en los acuerdos bilaterales", dijo un funcionario del Palacio San Martín.

 
Faurie se reunió con su par británico, Alan Duncan

De esta manera, se concretará el acuerdo que se empezó a negociar desde el 2016 para ampliar la frecuencia aérea entre Malvinas y el continente. Es que hasta ahora los isleños solo tienen un vuelo semanal de LATAM vía Chile que una vez al mes hace escala en Río Gallegos. Los isleños venían reclamando hace tiempo está ampliación de conexión aérea para poder mantener una mayor actividad en el continente y potenciar el turismo.

Durante la reunión de Faurie y Duncan se abordó también la idea de darle sustentabilidad a los operativos de control de pesca en la zona del Atlántico Sur en forma conjunta. Así, se confirma la inauguración de un operativo que ya está en marcha para el control científico de la depredación del calamar y la merluza por parte de científicos argentinos y británicos.

También en la reunión bilateral de cancilleres en Canadá Faurie y Duncan dialogaron de la ampliación de los acuerdos económicos de Argentina y Gran Bretaña. Estos incluyen la posibilidad de establecer en un futuro emprendimientos conjuntos en la exploración de hidrocarburos en la zona del Atlántico Sur y el aumento de la balanza comercial.

domingo, 3 de febrero de 2019

Brexit: Europa nombra a Malvinas y Gibraltar como "colonias británicas"

La UE señala a Gibraltar como una “colonia británica” en su propuesta sobre visados

El peñón figura en el listado de “territorios no autónomos pendientes de descolonización” de Naciones Unidas
La Vanguardia



Gibraltar en una imagen de este verano (Jon Nazca / Reuters)


Efe, Bruselas 01/02/2019 15:10 Actualizado a 01/02/2019 20:43

Los países de la Unión Europea (UE) señalaron este viernes al territorio de Gibraltar como “colonia británica” en un documento en el que proponen que los británicos puedan viajar sin visado al espacio Schengen tras el Brexit, si realizan estancias cortas. “Gibraltar es una colonia de la Corona británica. Hay una controversia entre España y el Reino Unido en cuanto a la soberanía de Gibraltar, un territorio para el cual se debe encontrar una solución a la luz de las resoluciones y decisiones relevantes de Naciones Unidas”, apunta una nota a pie de página del documento, que se ha hecho público hoy.

El documento incluye a Gibraltar en la lista de territorios de ultramar británicos junto a otros como las Islas Caimán, las Malvinas o Anguila, si bien cuenta también con el añadido a pie de página para hacer referencia a la disputa entre España y el Reino Unido en cuanto a la soberanía del Peñón.

El documento incluye a Gibraltar en la lista de territorios de ultramar británicos junto a otros como las Islas Caimán, las Malvinas o Anguila

Fuentes diplomáticas apuntaron que Gibraltar figura en el listado de “territorios no autónomos pendientes de descolonización” de Naciones Unidas, por lo que la mención en el pie de página no supone ninguna novedad, y este mismo organismo recomienda que esta disputa se resuelva “mediante negociaciones bilaterales entre España y el Reino Unido”.

La propuesta, que recoge que los ciudadanos británicos puedan viajar sin necesidad de visado en el espacio Schengen durante noventa días en cualquier periodo de 180 jornadas, ha sido adoptada este viernes en una reunión de embajadores de los Veintiocho.

El documento tiene un añadido a pie de página para hacer referencia a la disputa entre España y el Reino Unido

Fuentes comunitarias aclararon, por su parte, que los gibraltareños quedarán cubiertos en las mismas condiciones que los nacionales en Reino Unido por la regulación propuesta hoy por los países respecto a los visados para las estancias cortas en el territorio Schengen.

En virtud de los tratados europeos, las leyes comunitarias se aplican a Gibraltar en su condición de territorio europeo de cuyas relaciones externas es responsable un Estado miembro, por lo que dejarían de aplicarse automáticamente en el Peñón en el momento en el que el Reino Unido ya no forme parte de la UE.

No es la primera vez que Gibraltar es protagonista en las negociaciones de salida del Reino Unido de la Unión Europea, pues ya en noviembre España amenazó con bloquear el acuerdo del Brexit al considerar que no daba garantías jurídicas suficientes de que el Gobierno español tendría la última palabra en cualquier futuro acuerdo con Gibraltar.

Finalmente, España se posicionó a favor del acuerdo tras conseguir un documento en el que los Veintisiete le aclararon por escrito las potenciales interpretaciones del artículo del acuerdo con que no estaban conformes.

El Ejecutivo comunitario presentó la propuesta legislativa sobre los visados el pasado 13 de noviembre.

Si la retirada del Reino Unido se produce sin pacto el próximo 29 de marzo, fecha prevista del Brexit, esta iniciativa entraría en vigor el 30 de marzo.

Sin embargo, si se cierra un acuerdo, el plan se adoptaría tras la conclusión del periodo de transición, que en principio se prolongará desde la fecha en que Londres deje la UE hasta el 31 de diciembre de 2020 y durante el cual se seguirá aplicando la legislación comunitaria en el Reino Unido. EFE

jueves, 31 de enero de 2019

Piloto de combate: David H.S. Morgan

David H.S. Morgan DSC 1947-

Falklands 1982





El teniente de vuelo David Morgan estaba a solo un tercio de su entrenamiento cuando fue convocado para la Guerra de las Malvinas.



Pero su inexperiencia con el jet Sea Harrier no se interpuso en su camino, ya que se convirtió en el piloto más exitoso de la guerra y recibió la medalla de la Cruz de Servicio Distinguido por su valentía cuando derribó cuatro aviones enemigos.

martes, 29 de enero de 2019

RAF: Peter T Squire, primer lanzador de LGB desde un Harrier

ACM Sir Peter T Squire, GCB DFC AFC ADC RAF 1945-2018

Falklands 1982


El jefe Mariscal del Aire, Sir Peter T Squire, fue Jefe del Personal de Aire durante el inicio de la Operación Veritas y Operación Telic.

Sir Peter fue comisionado en la RAF en 1966. Después del entrenamiento inicial de oficiales en el RAF College Cranwell y el entrenamiento de vuelo posterior, Sir Peter voló a Hunters y más tarde, Harriers.

En 1982, el Comandante Escudero de Ala fue comandante del Escuadrón de Combates de Harriers Número 1 de la RAF cuando se movilizó apresuradamente como parte de la Fuerza de Tarea de las Malvinas. Su escuadrón de diez Harriers realizó un total de 151 salidas, dos por día para cada piloto, principalmente ataque a tierra e interdicción aérea en el campo de batalla, en un vuelo peligroso de bajo nivel que tuvo un alto costo. Cuatro de los Harriers fueron derribados y otros tres dañados, dejando solo tres ilesos. Se convirtieron en el primer avión de la RAF en operar desde un portaaviones, HMS Hermes, desde la Segunda Guerra Mundial. El comandante de ala Squire sacó a su Harrier de la embarcación de carga, Atlantic Conveyor, solo unos días antes de que ella fuera hundida por un misil Exocet argentino. A partir de ese momento, estuvo en el centro de la acción, día tras día, sin respiro, atacando el aeropuerto Stanley y otros objetivos argentinos. En una misión pionera, ¿se convirtió en el primer piloto de la RAF en lanzar una bomba "inteligente" guiada por láser? atacando a las tropas argentinas en el monte Longdon. Tuvo fugas estrechas cuando se estrelló en la pista de aterrizaje de Port San Carlos, y nuevamente días antes de que terminara la guerra cuando un misil Blowpipe explotó cerca de su Harrier, y una bala penetró en la cabina, casi pegándole. Después de la guerra, la falla del motor lo obligó a expulsar antes de que su avión se estrellara contra el mar frente a Cabo Pembroke.

domingo, 27 de enero de 2019

Motos en Malvinas

Las motos de Malvinas

En 1982 cuando Argentina recuperó las Islas Malvinas dando comienzo a una rápida pero cruenta guerra de 10 semanas el despliegue mecanizado no incluyó motocicletas pese a las distancias entre los puestos y el terreno intransitable la mayor parte del tiempo.
Diario Norte




Por esa época la industria nacional no tenía una moto acorde a las exigencias militares de confiabilidad y desempeño todo terreno excepto la conocida Zanella Surumpio de 125cc, dos tiempos y suspensiones primitivas.


 
Las Bombardier 250 británicas incautadas a poco del desembarco en Malvinas. Las motos estaban “militarizadas”, es decir tenían ruedas acorde a las exigencias del terreno, el escape modificado y suspensiones más duras.

La Surumpio fue una moto emblemática para la actividad todo terreno en el país pero para el uso militar era ruidosa, y poco apta por la fragilidad de algunos componentes como la palanca de cambio.

Se llevaron a las islas algunas motos de Enduro desde el continente por iniciativas particulares de algunos oficiales en tanto localmente se incautaron unas formidables Can Am 250 del ejército británico preparadas de acuerdo a especificaciones militares.


El capitán Ricardo Frecha en Puerto Argentino en una Kawasaki KE 125 Enduro modelo 1981.


La mayoría fueron utilizadas para tareas de supervisión en Puerto Argentino, mensajería y no mucho más que eso a excepción de un solo episodio documentado con las motos como protagonistas.

El 8 de Junio la Fuerza Aérea argentina atacó a 2 buques de transporte que se encontraban prestos para desembarcar efectivos en bahía Agradable, y se decidió que la compañía de Comandos 602 atacara por retaguardia pero un helicóptero Puma que transportaba comandos se estrelló e incendió alcanzado por la defensa aérea inglesa.


El por entonces mayor Aldo Rico a bordo de una Kawasaki KE 125 en Puerto Argentino. Las compañías de Comandos 601 y 602 fueron las que más uso les dieron a estos vehículos.

Fue entonces que la Compañía de Comandos 601 destacó un grupo a bordo de motos todo terreno que incluia Kawasakis, y las Can Am. En la batalla que siguió para rescatar a los aislados una de las motos fue dañada por la explosión de un proyectil, milagrosamente su conductor salió ileso del evento y montó en la moto de un compañero.

El fuego se intensificó, continuar no era prudente, el enemigo dominaba la situación y la sorpresa se había perdido así que el grupo motociclista comenzó la retirada. Pero la incursión no fue en vano, aprovechando la distracción creada, los comandos de la Compañía 602 lograron volver a Puerto Argentino.


Esta borrosa imagen muestra a comandos británicos desembarcando en bahía San Carlos sus Hondas XL 250 S modelo 1978 militarizadas.

En la noche, se inició una nueva y arriesgada operación de rescate. Ese grupo de rescate vivió momentos de gran tensión y peligro, lograron localizar a los heridos y montarlos en las ágiles motocicletas sin ser localizados por los británicos.

Ya cerca de las posiciones argentinas los motociclistas aumentaron la velocidad y pasaron por el corredor existente en los campos minados frente al Batallón de Infantería de Marina 5 y cuando arribaron a la posición de la Armada, un oficial, con gesto preocupado, les dijo que el corredor había sido cerrado media hora antes porque se había minado el camino.

Fue una operación con suerte llevada a cabo por las motos, anónimas protagonistas de esa historia.

viernes, 25 de enero de 2019

Diputado argentino recorría UK pidiendo diálogo en bicicleta

Luchar por Malvinas en bicicleta

Un diputado argentino cruza Reino Unido pedaleando para pedir diálogo sobre la soberanía de las islas


Francisco Uranga | El País



Emanuel Sierra (en el centro) con cinco británicos en la puerta de la National Gallery de Londres.


Su causa son las Malvinas. Su única arma, una bicicleta. El argentino Emanuel Sierra cruzó pedaleando Reino Unido este invierno para reclamar un mayor diálogo entre Argentina y Gran Bretaña sobre la soberanía de las islas. “Si los ingleses van a Malvinas y realizan prácticas militares, yo simplemente quiero ir con un mensaje más sano a cruzar su país en bicicleta”, argumentó en su escala en el Aeropuerto de Barajas, antes de comenzar el recorrido. Aunque asegura que lo hizo como una manifestación pacífica, admite que el límite con la provocación es "muy delgado".

Sierra llevó durante el viaje una bandera argentina colgada al cuello con el mensaje “Talk about Malvinas” ("hablemos de las Malvinas"). No todos los británicos lo tomaron bien. “Vuélvete a tu país. ¿Por qué vienes a provocar”, le gritaron en Liverpool, su punto de partida. El ambiente en el país tras el Brexit no es el mejor para embarcarse en una travesía de este tipo, pero él dice que nunca tuvo miedo y que cree que este es, precisamente, un buen momento para promover el diálogo. Emanuel es optimista, tiene la sonrisa fácil y se considera músico. Pero su profesión es otra: diputado de la provincia de Salta.

Aunque han pasado 35 años desde la guerra, las Malvinas están muy presentes en Argentina. Al costado de las carreteras de todo el país hay carteles que rezan “las Malvinas son argentinas” y todavía se canta en las escuelas una marcha que asegura que no hay “ningún suelo más querido”. Es un tema que enciende pasiones. Y genera controversias. La última fue provocada por la tarjeta de fin de año de un ministerio argentino, ilustrada con un mapa del país que no incluía a las islas y desató la indignación en las redes sociales. Hasta el punto de que la ministra de Exteriores, Susana Malcorra, tuvo que pedir disculpas públicas. “Vine a recorrer Reino Unido para generar conciencia y que no nos olvidemos de dibujar las Malvinas”, aprovecha Sierra, peronista, para criticar al Gobierno nacional. El incidente ocurrió mientras el diputado estaba en Reino Unido.

Comenzó su recorrido en Liverpool y cruzó en diagonal el país hasta Southend-on-Sea, una ciudad en las afueras de Londres sobre el Mar del Norte. Pedaleó 450 kilómetros en 10 días, con paradas en Birgminham, Oxford y Londres. Un viaje austero, en los que durmió en hostales y se movió solo con sus dos ruedas. Sierra cuenta que se acercaba a los ingleses con la bicicleta y la bandera, para conversar. Los jóvenes fueron los que mejor lo recibieron, aunque muchos no sabían que hubo una guerra. “Los mayores de 45 años recuerdan bien lo que pasó. Dicen que es imposible olvidarlo, aunque no fue una guerra gigante ni duró mucho tiempo”, señala Emanuel. Algunos de ellos preferían no hablar, otros oscilaban entre desentenderse —“es un problema de los Gobiernos”— y justificar la posición británica, recuerda el argentino.

Sierra hace un balance positivo del viaje. “Me interesaba saber qué pensaban los ingleses. Pude comprobar que hay jóvenes que están a favor del diálogo y no ven con malos ojos que se llegue a un acuerdo, incluso prescindiendo de los derechos de soberanía”, explica. El político defiende la posición que siempre ha sostenido Argentina: la única solución posible es la plena integración del archipiélago al territorio del país. Y dice que confía en que se logre, “tal vez no en cinco años, pero sí en veinte”.

“Me encontré con posturas distintas de las mías, pero también con ellos pude tener un diálogo razonable. Todos admiten que las islas están más cerca de Argentina, pero señalan que los Kelpers [los habitantes de Malvinas] tuvieron un referéndum y un 98% votó por seguir siendo británicos”, cuenta el diputado.

Emanuel demanda un mayor diálogo, pero es inflexible. No admite discusión sobre la soberanía de las islas. Cuando tiene que explicar cómo podría solucionarse el conflicto, da respuestas ambiguas. Se limita a proponer una transición con "una especie de gobierno compartido" y asegura que se debe apostar por "las nuevas generaciones" para alcanzar un acuerdo.

No le asusta que lo cataloguen de voluntarista. “Obviamente que al hacerlo yo solo es muy difícil que algo cambie. Pero si todos empezamos a manifestarnos, la situación puede tomar un rumbo”, razona. La idea es poner el cuerpo. “No es solo decirlo, si le pones el cuerpo la gente lo valora de una forma distinta”, destaca Emanuel, que en su país es conocido como el ‘bicidiputado’.